17. SEMANARIO PINTORESCO ESPAÑOL. DON PEDRO I, REY DE CASTILLA Y DE LEÓN. io siempre es la historia el retrato fiel 'de la época que representa; no siempre los cronistas y los historiadores han podido irasmitirnos con fidelidad (los hechos y las acciones délos hombres grandes; forqne no siempre han tenido la libertad necesaria para contarlos, y exi gencias de diversas clases han guiado su pluma por muy diferente sendero de aquel que debian seguir. Por otra parte, nuestras antiguas crónicas reducidas simplemente á la narración desnuda de los bechos, de las batallas, y de los nombres de los guerreros, no pueden retratarnos confilosofíala sociedad an tigua, ni niucbo menos nos dan la luz suficiente para indagar el origen, la causa primaria de esos mismos heclios. XÑQ X.—27 DE ABRIL DE 1845, 129 Una historia sin filosofía, es una buena estatua, pero sin animación, sin gracia, sin atractivos. Los modernos historiadores y principalmente los enciclopedistas franceses del pasado siglo, queriendo evitar este defecto, cayeron en el contrario, y pusieron la historia á servicio de lafilosofía;pero dieron sin duda un gran paso en este punto, sacando á la bistoria de la aridez y desaliño en que yacia; y una lección, que sirvió después mucho á todos los que se dedicaron á este diíicil y penoso estudio. En España podemos decir, que aun no tenemos una historia completa, ni mucho menos una historia cual debe ser, y esta es la causa de que los escritores históricos de hoy, interpretando cada cual á su modo las narraciones de los cronistas, se formen cada uno una historia suya propia, muchas veces contraria á el común sentir de los historiadores. De ningún reinado se ha escrito con mas diversidad que del deD. Pedro 1, llamado por unos el Cruel, y por otros ú Justiciero. Las crónicas ^ne nos 17 130 SEMANARIO PINTORESCO ESPAÑOL. hablan de su vida, escritas durante el reinado de su las primeras faltas que se notan en su reinado, caso sucesor el bastardo D. Enrique, no podian menos de que no fuesen merecedores de la pena última las pintárnoslo con los mas negros colores, á fin de vin- personas que á ella fueron condenadas. Si á esto se añade la delicada complexión de dicar asi del mejor modo posible la infame acción D. Pedro, que á cada paso escitaba la ambición de de este rey usurpador, asesino de su hermano. Nosotros, meditando las crónicas, y guiados por todos aquellos que se creían con derecho á ocupar la luz de la crítica histórica, creemos que hay moti el trono, se conocerá fácilmente la crítica situación TOS para apellidarle cruel, pero que también los hay del joven príncipe. No seguiremos paso á paso la multitud de cruelara llamarle con razón el justiciero, y que su nomre debe figurar como el que mas en la lista de las dades que de este Rey narran los cronistas, muchas de ellas inventadas ó adulteradas por los historiadotestas coronadas de Castilla. Nació D. Pedro, hijo del rey D. Alonso XI, y de res estranjeros, y por los nacionales que florecieron la reina D.» María, hija del rey de Portugal D, Alon- en el reinado del bastardo y fratricida D. Enrique; so, en Setiembre de 1334 Desde sus primeros años solo apuntaremos las mas notables, y de las que se mostró un genio vivo, emprendedor y altanero, si acrimina tal vez con justicia al Rey D. Pedro. bien su delicada constitución física ponia continuas Dejaremos pasar desapercibida la muerte dada á travas á su genio duro, y á su imaginación y ca- Garcilaso de la Vega en Burgos, puesto que, sobre rácter altanero. En 1350 acaeció en el cerco de ser justa, ninguna parte tuvo en ella D. Pedro, sino Gibraltar la desgraciada muerte del rey D. Alonso, solamente su privado D. Juan de Alburquerque. Lo y aunque el joven príncipe no tenia aun mas que mismo sucedió, respecto á la de D. Alonso Fernan15 años y 7 meses, tomó desde luego sobre sí las dez Coronel, cómplice en el mismo delito que aquel, riendas y el goberaamiento de los reinos de Castilla y autor de otros muchos. Pasemos á otros hechos y de León. que tienen mas directa relación con la vida de Don Tuvo D. Alfonso, de su dama Doña Leonor de Pedro. Sabidos son los amores ruidosos de este Rey Guzman, á D. Enrique, conde de Trastamara, á Don con la hermosa y honesta Doña María de Padilla, y Fadrique, maestre de Santiago, D. Tello, D. Fernan- puede decirse,que estos amores tuvieron la mayor do, D. Sancho.D. Juan, D. Pedro y Doña Juana, los influencia en las acciones de D. Pedro. ¿Y quién fue cuales, temiendo, tal vez con razón, la poca influen- la causa de ellos? ¿quién promovió estos amores? cia que podrían tener en la corte , se unieron con Todos los cronistas de aquel tiempo, y en particular su madre y los suyos para separarse de prestar ho- Ayala, confiesan que D. Juan Alonso de Alburquermenage al nuevo rey, retirándose desde Medina Si- que, deseando conservarse en la gracia del monarca, donia, donde acompañaron el cadáver del difunto mo- alhagó esta pasión. Y quién podría resistir á los ennarca, unos al castillo de Morón, y otros á las tierras cantos de una muger hermosa y honesta, hallándose del maestrazgo de Santiago. Desde entonces no cesa en la edad de los amores y de sus falaces ilusiones? ron las rivalidades y conspiraciones de esta familia Un príncipe joven, vehemente y caprichoso, aducontra el joven Rey D. Pedro, y estas continuas ri lado de su corte, y particularmente de su privado, validades, unidas á otras causas que no podian menos ¿podría resistir á una pasión que tanto alhaga, y de influir en la corte de un Rey joven, y de corazón tanto sojuzga? Claro es que no; y si Don Peardiente, fueron la causa de una gran parte de los dro hubiera sido mas prudente, respecto á los hechos que acarrearon á D. Pedro el horroroso dic- indecorosos amores de Doña Juana de Castro, no tado de cruel, con que le tratan todos los antiguos podría echársele en cara la mas leve falta amorosa. Y, cosa rara, los mismos amores de la Padilla, historiadores. La primer conspiración de D. Enrique y los suyos fueron la causa de la caída de Alburquerque, porque fue la de apoderarse de la ciudad.de Algeciras, re- los parientes de aquella, aguijoneados por la ambiconquistada después por Gutier Fernandez de Tole- ción de mando, infundieron en el ánimo del Rey, por medio de Doña María, sospechas, respecto & el do, privado y favorito del Rey D. Pedro. Siguiéronse á ésta otras varias tentativas, y las mando de Alburquerque, y el Rey entregado con arintrigas y amaños de los cortesanos de D. Pedro, uni- dor á el amor de su querida, hizo cuanto ésta en sus do á los celos de su madre contra la querida del Rey amorosas intrigas le exigía. De aquí nacieron nuevas rivalidades, nuevos D.Alonso, hicieron de la corte de este joven príncipe «n teatro de rencores crueles y de horrorosos atea trastornos que acarrearon la muerte al privado Altados. Por este tiempo acaeció la muerte dada por burquerque, no sin motivo, puesto que sus infames Alonso de Olmedo á Doña Leonor de Guzman en la rebeliones, suscitadas con motivo de su desmedida villa de Talavera, y cuyo delito se imputó como de- ambición, frustrada á causa de sus mismas intrigas, fueron motivo suficiente para justificaría. Dudase si bía imputarse, á la madre del Rey. Estudiando, como debe estudiarse, la infancia la muerte de D. Juan Alonso de Alburquerque fue de D. Pedro, las rivalidades, y los partidos que en causada con veneno, ó si fue natural; pero aunque su corte se agitaban, y la dificultad que había de sea cierto lo del veneno, la muerte fue justa; tal vez sostenerse en un trono, tan socabado por la envidia la manera podría llamarse cruel, pero no siempre y por los antiguos rencores, nadie podrá culparle de los reyes tienen el poderío suficiente para mandar E SEMANARIO PINTORESCO ESPAÑOL. hacer públicamente las justicias. Hasta aqui llevamos observado, que el reinado de D. Pedro fue en estremo turbulento; todos aspiraban al mando, lodos deseaban tener parte en su gobierno, y, cosa rara, jamás los sublevados se atre vieron á batirle en campaña: hecho que prueba su ficientemente el valor y pericia militar de este rey, y que justifica en parte las ejecuciones arbitrarias, y los medios ilícitos de que se valió en algunas oca siones para castigar á aquellos que, siendo sus capitales enemigos, no se atrevieron ni una sola vez á medir con él sus armas, ni en el campo, como particulares, ni en la guerra como gefes. Esta consideración, es la que hizo á un célebre poeta contera foráneo poner en boca de D. Pedro estos versos dirijidos á los franceses. Después de llamarlos traidores, porque le hablan llevado engañado á Montiel, esclama: Lo dicho, sí, no me arredra; Porque no osasteis ninguno Salir al campo uno á uno A matar al Rey D. Pedro 131 mejo, faltando á su juramento, quitó la obediencia á Castilla, y se unió á Aragón; y ayudado del rey Benamerin de Ronda, movió guerra á D. Pedro; irritado éste, volvió sus armas contra el rey de Granada, el cual, viéndose en grande apuro, vino voluntariamente á Castilla con muy ricos tesoros, intentando comprar con ellos la amistad del rey. Este hecho, en vez de calmar el justo enojo de D, Pedro, le irritó mas; y prendiéndole, mando reunir un consejo, el cual decidió k muerte de Alhamaz. Véase este hecho, desnudo de todos los colores con que nos le pintan, si puede caracterizar á Don Pedro de cruel, de sanguinario y de avaro de las riquezas del rey Bermejo. Podrá, tal vez, acusársele de demasiado rencoroso contra un monarca humillado, que venia sumiso á implorar su perdón, pero jamás se podrá tachar de injusta esta acción, ni mucho menos opuesta á el común derecho de gentes. Si los historiadores nos refirieran con exactitud los hechos, sin omitir ninguno de los acontecimientos que precedieron á ellos, ciertamente el lector no se alucinaría, y comprendería la verdad de los sucesos; pero las que ya hemos referido, son la causa Nada diremos tampoco de la muerte de la reina de que tanto se haya errado por los historiadores, al Doña María, puesto que no aparece en la historia hablar de este valiente y caballeroso monarca. ni el mas leve indicio contra D. Pedro, no obstante Falla la última de las crueldades atribuidas á que los historiadores estrangeros den por efectuado D. Pedro, y que fue el motivo que tomaron sus basel hecho del envenenamiento. Don Pedro no podia tardos hermanos para implorar y obtener la protectemer ya nada de su madre que se hallaba en Por- ción de la Francia contra el rey de Castilla: ésta fue tugal, y por otra parte, si quería castigar las sedi- el mal trato que se dice dio D. Pedro á la reina ciones que tan inicuamente habia promovido contra Doña Blanca. Quien haya leído al cronista Ayala su hijo, fácil le hubiera sido probar su crimen, y en sus dos crónicas abreviada y vulgar, y quien haentregarla al rigor de la ley. Y teniendo en la mano ya meditado un poco sobre ellas, se convencerá de este castigo, hubiera adoptado el infame y pérfido la poca razón que tuvieron los historiadores para de envenenar á la autora de sus dias? Un corazón desfigurar de esle modo la historia. Todas las plumas mas generoso abrigaba el pecho del Rey llamado de los franceses de aquel tiempo fueron mercenarias, Cruel, y si las cortas dimensiones de nuestro perió nos dice Salazar de Mendoza, porque fueron heredico nos permitiesen estendernos en este artículo, dadas por D. Enrique en muchas villas y lugares de haríamos ver esto mismo sin un gran trabajo. Em estos reinos; y porque tuvieron necesidad de adulpero, acabemos de trazar el sanguinario cuadro que terar los hechos, para vindicar la infame usurpación de las atrocidades de D. Pedro bosquejan los anti- de su señor el conde de Traslamara. guos historiadores, principalmente los estrangeros, Cuando eran tales los historiadores, según el dipara hablar después de las importantes acciones cho de Mendoza, ¿qué crédito podremos dar á suy que colocan á este Rey en la lista de los grandes narraciones? La historia nos le pinta en todas sus monarcas de Castilla. acciones como un aborto del infierno, pero hay un Alhamuz Bermejo, Rey de Granada, habia usur- no sé qué en todos los hechos de este monarca, que pado este reino, asesinando al lejítirao Rey Ismael, nos inclina naturalmente á dudar de la fé de todos y haciendo huir á su hermano y sucesoí Maho- los historiadores, y nos formamos, sin saber por qué, mad Lago. Don Pedro, cediendo á las pretensio- un juicio mas elevado de su carácter y de sus inclines de Mahoniad, que era su vasallo, tomó las armas naciones. Mucho tendríamos que escribir, si hubiécontra el Bermejo, y en Guadix se dio una muy cé- semos de referir todo lo que la tradición, varía tamlebre batalla, en la que, á pesar de haber tenido la bién en sus recuerdos, nos cuenta de este rey; por mejor parte D. Pedro, no pudo conseguir una total una parte, su estremada popularidad, su genio cavictoria, por haber tenido que atender á Aragón, balleresco, su ardor denodado, y su grandeza de aldonde le declaraba guerra aquel rey, y con este ma; por la otra, una multitud de crímenes y de niolivo celebró treguas con Alhamaz, y en ella le maldades, que horrorizan y estremecen. Todo es juró este rey vasallage, pagándole parias, con tal misterioso en su vida, todo envuelto en el mas teque non le destorvase con el rey Mahotnad. No fue nebroso caos, sin que hasta hoy haya podido nadie muy feliz el rey de Castilla en esta guerra con el de desenredar el confuso laberinto de su interesante Aragón, y en tan críticas circunstancias, el rey Ber vida. 132 SEMANARIO PINTORESCO ESPAÑOL. Llegó, empero, para D. Pedro la hora fatal, la liente de los monarcas. Un hecho solo bastaría para hora en que debia perecer á manos de un infame hacernos dudar, al menos de la injusticia con que le bastardo, que llamando en su auxilio asesinos mer- tratan los historiadores. Mandó D. Enrique, apenas cenarios, acabasen vilmente con el noble caballero, subió al trono, quemar todas las actas de las cortes con el rey entendido, con el guerrero valiente. Vi- celebradas en la época del reinado de D. Pedronieron, sí, mas véase en la historia del Languedoc, ¿ Por qué temia D. Enrique que se trasluciesen las qué tropas eran, por qué y cómo vinieron á España. disposiciones de estos cuerpos? Nada podian perjuAUi se lee, « que cansado el conde D. Enrique de ha- dicar á sus pretensiones, que por otra parte en ninllarse tanto tiempo retirado en Francia, estableció sus gún derecho se apoyaban. Pero hay aun otra razón conciertos con los gefesde ciertas compañías de di- mas poderosa: en la época de que tratamos, era ferentes naciones, que andaban por alli robando, á una máxima creída y adoptada por todos, que los fin de venirse á Castilla á hacer la guerra á el rey reyes solo tenian que dar cuenta á Dios de sus acciones, puesto que de él recibían directamente la su hermano, por solo saciar su enojo, » Entró D. Enrique en España con 2,000 lance- investitura; ¿cómo, pues, se podía justificar el atenros, y celebró un tratado con los reyes de Navarra tado de destronará un rey lejítimamente constituiy de Aragón. Este tratado vergonzoso, se celebró do, sucediéndole otro que ningún derecho tenia al por D. Enrique, que ansioso de reinar á toda costa, trono de Castilla? En nuestro siglo, habiendo caduuo reparaba en los medios, y consintió en desmem cado ya el derecho divino de los reyes, hubiera brar los reinos de Castilla y de León, á trueque de necesitado aun D. Enrique de la elección del pueganar una corona. Tocóle al de Navarra Vizcaya y blo para poder subir á el trono, porque, hallándose Castilla la Vieja, al de Aragón Murcia y Toledo, y éste vacante y sin sucesor lejítimo, el pueblo reasulo restante al rebelde y vergonzante pretendiente. mía sus derechos, y estaba en el pleno ejercicio de Pero el suceso mas notable y degradado, fue la la soberanía. Pero, todo menos eso, D. Enrique arvenida de Beltran Du Guesclin ó Claquin, que al rojó del trono á D. Pedro, y se colocó en él sin frente de 12,000 aventureros venia á ayudar á Don ningún derecho elevado por su ejército mercenario, Enrique. Ya hemos probado, con la autoridad de un y apoyado en la fuerza de sus bayonetas que habia autor estrangero, quiénes eran estos soldados que comprado para tamaña acción. A nuestro corto enacompañaron á D. Enrique en empresa tan vergon- tender, el trono de Castilla estuvo vacante, basta que zosa; mas adelante los daremos á conocer por sus por el enlace de los respectivos descendientes de ambos monarcas, volvió á reunirse poruña parte el acciones. Poco tardaron las trapas de Don Enrique en derecho, y por la otra la fuerza de las armas y el apoderarse de las villas y ciudades de Castilla la poder. Vieja y Toledo. Noticioso D. Pedro de que se haDespués de la famosa acción de Montiel, Du hia puesto sitio d esta última ciudad, salió de Sevilla Guesclin recibió el infame precio de su ruin acción, al frente de 3,000 caballos, y se dirigió hacia los con el señorío de muchas villas y ciudades, y el tírebeldes: salióle á el encuentro D. Enrique, y le ha- tulo de conde, primero que se conoció en Castilla. lló descuidado en los campos de Montiel, donde se Don Enrique subió ó el trono, manchado aun con la dio aquella batalla tan desgraciada para la causa de sangre de su bermano ,y aunque desmembrado en D. Pedro: en tal conflicto, tuvo éste que refugiarse parte su territorio, logró coronar sus sienes, y apecon los pocos que le quedaban en el castillo, donde llidarse rey, tocando asi el término de sus ambidesde luego pusieron cerco los enemigos. Alli pasó ciosas miras; pero la posteridad, ese tribunal sevealgunos dias, hasta que, acosado por el hambre y ro para el que nada son los mundanos oropeles, le por la sed, mandó á su fiel vasallo Men Rodríguez de condena como á un monstruo que sacriíica á su amSanabria, espejo de la lealtad castellana, que con bición cuanto hay de noble en el corazón humano, mucho sigilo, pasase á el campo enemigo, y ofrecie- al paso que llora y respeta las cenizas venerandas se á Du Guesclin 200,000 doblas de oro castellanas, del hijo de Alfonso XL==Lüi& VILLANÜEVA. con los señoríos de algunas villas, si le dejaba salir. El pérfido francés, fingió aceptar su ofrecimiento, y avistándose después con su amo, convinieron en que éste le daria la misma cantidad y las mismas villas, si cilaba á D. Pedro, y se lo entregaba después. Asi sucedió: D. Pedro vino á la tienda de Du Guesclin, y en ella fue muerto á manos de su hermano, sufriendo antes mil insultos, y recibiendo golpes de daga del mismo que, mostrándose su pro teclor, habia sido su verdugo. Hecho vergonzoso, que no pudo borrar D. Enrique, h pesar de sus es, tremadas prodigalidades, que de su nombre se lia marón donaciones Enriqueñas. Asi pereció á manos de la perfidia el maS' va- SEMANARIO PINTORESCO ESPAÑOL. ARGEL. Desaipcion de Consíanima. e liis tres provincias de la antigua \regencia de Argel, la mas vasta, la jniasricay la mas importante, era la provincia de Constantina. Bañada al Norte por el Mediterráneo, se vé que esta provincia confina por el Este con la regencia de Túnez, y por el Oeste con la alta y escarpada cadena del Djurdjura, que destacái:dose del Grande Atlas en la dirección del Sud á Norte, y prologando sus últimos estribos hasta el cabo de Bugía, la separa de las provincias de Tileri y Argel; se esliende hAcia el Sud hasta el gran desierto de Sahara, y no tiene por esta parte señalado ningún límite. RÍOS. Numerosas corrientes de agua sulcan la provincia. Las unas desembocan en elMediterráneo, y las otras se pierden en las tierras. Las mas considerables son: el Oned-este-el-Kebir, ó el Oucd Ruinmel, (el Ampsagha de los antiguos, que 133 pasa por Constantina;) el Summan , el Oued-Zefzaf, el Seibouse, el Oucd-Boudbjimah, el Mafrag, la corriente superior de la Medierdah, y el OuedDjebid. Ciudades. No solamente la provincia de Constantina es la mas grande, sino que es. también la mas poblada de la Argelia. La mayor parte de las tribus que la habitan unen á los cuidados de la vida pastoril, el cultivo de las tierras. Cuénlanse independientes de Constantina , muchas ciudades, centro de poblaciones y de relaciones comerciales: Bona, Bugía, Coló, üjemilah, Djibjeli, Guelma, la Calle, Msilah, Philippeville (Stora) Setis. Consíanlina. La ciudad de Constantina (Cirta de los antiguos , Cosenlina de los árabes) capital de la provincia, está situada á la otra parle del pequeño Atlas , sobre el Oued Rummel. Colocada entra Túnez y Bona, á 16 myriámetros de distancia de esta última , está á 88 kilómetros de Philippeviüe. Constantina está construida sobre una meseta rodeada en parte de rocas, en una península circun|dada por el rio, y dominada perlas alturas de Mausourah y de Coudiat-Aty. El Oued-Rummel cori'e por el hondo de un barranco, que como un inmenso 'foso defiende por los dos lados la aproximación de 134 SEMANARIO PINTORESCO ESPAÑOL. las murallas. La ciudad tiene cuatro puertas, tres LA MANO IMPROVISADA. al sud-oeste y la cuarta, Bab-el-kantara (puerta del puente) en el ángulo enfrente del valle comprendiUHO aventura de Miguel Ángel. do entre el monte Mausourah y el monte Mecid. El puente de donde toma su nombre, ancho y muy elevado sobre tres arcos, es de construcción antiierto día del año de 1520 un pescador gua en su parte inferior. Constantina, que, según que habia tomado tierra delante del palos árabes tiene la forma de un albornoz, cuyo calacio de San Marcos, atravesó esta célepuchón representa la Kasbah, tiene tres plazas púbre plaza y fué á pararse á la puerta de blicas de poca estension. Las calles están empedrauna hospedería, en cuya fachada seveia das, pero son estrechas y tortuosas. Las casas, en lo él león emblemático de Venecia, grosegeneral, tienen dos pisos sobre el cuarto bajo. Hay ramente iluminado. Este hombre era alto y vigoroso, en la ciudad muchos paseos notables, especialmen- de tez morena, y sus ojos habian perdido su acoste algunas mezquitas y el palacio del bey. Este úl- tumbrada viveza, dejándose ver en la frente del timo edificio fué construido por el bey Ahmed, des- gondolero pintados los mas crueles pensamientos. Al pués de la toma de Argel por los franceses. Para entrar en la taberna vio en un rincón de la sala á adornarlo tomó en las casas mas ricas de la ciu- un desconocido que parecía embebido en profundas dad un gran número de columnas de mármol, que meditaciones. Este tenia una de aquellas fisonomías los propietarios hablan hecho llevar á lomo de ca- varoniles y poderosas, y su sencillo vestido consistía ballerías , de Bona ó de Túnez. en un jubón y unos calzones de terciopelo negro; Los romanos consideraban la ciudad de Cons- un gorro de seda atado por debajo de la barba, y tantina como la mas rica* y la mas fuerte de toda la encasquetado hasta las cejas, encubría una espesa Numidia. La mayor parte de los caminos de la pro- caballera gris que le caia descuidadamente sobre su vincia iban á parar á la ciudad. Habia sido la resi- cuello. dencia real de Masinisa y de sus sucesores. EstraEl Gondolero se acercó á un hombre ancho de bon nos dice que encerraba entonces palacios mag- espalda y colorado de rostro que se paseaba en la níficos. Yugurta empleó todos los medios posibles taberna, y le preguntó si insistía aun en su negati. para apoderarse de ella, y fué el punto central des- va, á lo que el hombre colorado contestó que sí. de donde Mételo y Mario dirigieron contra él, con En vano este le recordó que le habia salvado la vitan buen resultado, todos sus movimientos milita- da en la batalla de Lepanto: en vano le espuso su res. Arruinada en 311, en la guerra de Maxencio amor á María su hija, y que si esta no era su muger contra Alejandro, habitante panonio, que se habia seria infeliz para toda su vida: el veneciano hahecho proclamar emperador en África, restablecí bía ahogado todo sentimiento de reconocimiento en da y embellecida bajo Constantino , esta ciudad de- su corazón, y no veía sino la dulce perspectiva del jó entonces su antiguo nombre de Cirta, para tomar dinero que le habian ofrecido por María. el de su restaurador, que hoy conserva todavía Y bien , repuso el gondolero, yo también seré Cuando los Wandalos en el siglo quinto invadieron rico algún dia, ¿y quién sabe si la fortuna querrá la Numidia y la Mauritania, y destruyeron todas sus reposar un dia sobre mi góndola? Y por qué no? ciudades florecientes, Constantina resistió á este ¿Lorenzo de Médicís no fué mercader? ¿Francisco torrente devastador. Las victorias de Belisarío la en- Sforcia no fué baquero? ¿Quién sabe sí algún día contraron en pie, y la conquista musulmana pare- no seré yo general? ce haberla respetado. Los fragmentos de las cons—He, déjale de locuras Yo jamás seré patrucciones romanas esparcidos en el suelo, revelan dre de un descamisado que no tiene mas bienes que que los habia colosales.—Después de la primera es- su góndola. pedicion , que no tuvo resultado (noviembre 1836) — Eso será porque te tiene mas cuenta que tu Constantina fué ocupada á viva fuerza el 13 de Oc- hija sea querida de un patricio que no muger de un tubre de 1837. gondolero Prefieres verla infeliz con tal de que viva en la prostitución y en las riquezas, ¿no es verdad? —Ciertamente. Desde que las grandes señoras han desterrado la virtud de sus palacios, sería ridículo que viniese á hiibitar las salas de una taberna. Ademas, la hermosura de roí hija ha seducido al sobrino del proveedor, y ha ofrecido comprarme la muchacha. —Infame! ¿Y en cuanto has vendido el honor de tu hija, Gianettini? No he cerrado el trato. El patricio me dá 1500 ducados, pero á fé que no se la llevará si no suel. ta 2000. SEMANARIO PINTORESCO ESPAÑOL. 135 El estrangero que había seguido con curiosidad operación. Furiosas las abejas de verse meneadas, la conversación de ambos venecianos, se levantó y se vengaron en el baylío y en el prendero, que ostídándole una palmada en el hombro del gondolero, gados por ellas, se vieron obligados á dejarlo todo y echaron á correr á grande prisa, dando grítqs Barbarigo, le dijo, María será tu muger. horrorosos.» —Eso jamas, replicó Gianettini. —Y si ese hombre os trajese los dos mil doblones, continuó el estranjero, se la negaríais? •—El 19 de julio de 1829 se juzgó en el tribunal —De ningún modo. ¿Pero cómo ha de juntar de Brouges á un hombre acusado de haber muerto esa cantidad si no posee mas que las cuatro ?lablas á una hechicera. El hecho como resulta de la acude su góndola? . sación fiscal, es el siguiente: vivía en el distrito de Eso lo veréis bien presto.... Antes de anoche- Montevalle, cerca de Courtrai, una muger de 90 cer recibiréis esa cantidad. años, la cual tenia la fama de echar las cartas, Diciendo esto sacó de su cartera un pergamino anunciando la suerte á las mugeres embarazadas y que estendió sobre la mesa, y se puso á dibujar á las vacas* que estaban para parir. Conviene tener una mano, que admiró á los que la veian. Después presente, que las vacas en aquel país forman una de concluida, toma, le dijo al gondolere, lleva ese parte esencial de la hacienda de la mayor parte de pergamino á Pedro Bembo que está ahora en el pa- sus habitantes. Un dia entró la vieja en el cuarto lacio de S. Marcos, y le dirás que un artista que de una muger que acababa de parir; y fué tanto lo no tiene dinero quiere venderlo en 2000 ducados. que esta se asustó al verla, que se echó de la cama —¡2000 ducados! esclamó el tabernero, yo no atemorizada, dando gritos desaforados, y la acometieron fuertes convulsiones. Avisado de esta novedaría un ccquí. Al cabo de una hora volvió el gondolero con dad el marido que estaba trabajando á corta distanel precio pedido, y una carta que acompañaba el cia, entró furíoso en el cuarto de su esposa, y con secretario de León X, en que suplicaba al artista le un cañón de fusil de que se sirven en aquella tierra honrase con su visita. A la, mañana siguiente Ma- como de fuelle para encender la lumbre en la chiría y Barbarigo se casaron en la iglesia de S. Es- menea , dio á la pobre vieja tan fuerte golpe, que teban. El estrangero quiso contemplar las primi- la rompió un brazo. La vieja hedió á correr para cias de su felicidad, asistiendo á la ceremonia nup- buscar en alguna casa inmediata un abrigo contra cial, y cuando el gondolero le suplicó le dijese su la furia del encolerizado marido, que continuaba nombre, le manifestó este que se llamaba Miguel amenazándola: pero halló todas las puertas cerradas , y por fin la infeliz murió á los quince dias. El Ángel. -••• Veinte años después de esta aventura, por una agresor, aunque no resultó ser la muerte efecto de aquellas casualidades que no es fácil prever, Bar- del golpe, fué sentenciado con arreglo al código barigo era general de la república veneciana, no criminal á cinco años de reclusión. llegándose á olvidar nunca de los beneficios que debía á su bienhechor, siéndola mano del gondolero —La BIBLIOTECA DRAMÁTICA , que bajo la dila que trazó debajo del epitafio latino que el suce- rección de los señores Balaguer y la llosa se publisor de Paulo 111 babia hecho componer para su ca en Barcelona, y la cual repetidamente tenemos favorito, los dos agradecidos renglones que el tiem- recomendada al público, cuenta ya con producciopo ha respetado, y que se ven aun sobre el sepul- nes de los señores Valladares y Saavedra, Quintana, cro del grande hombre. Cápua, y otros. De día en dia se vá haciendo mas En cuanto ala mano improvisada, la condujo de interesante, y digna de sus celosos y aprecíables diItalia á Paris en su cartuchera un soldado de Na rectores. poleon, y en el dia se encuentra en la galería de pinturas del Louvre, religiosamente conservada. "Tosiguen los adores de Variedades agradando al intélijenle público que asiste á sus funciones, porque son incomparablemente mejores que los del año pasado. —A nuestro amigo, el distinguido joven Don Juan de Cápua, ha escrito el célebre Eugenio Sué, dándole las mas espresivas gracias por la correcta traducción de su novela El. COMENDADOR DE MALTA. La deferencia del primer novelista de la época, - Un labrador de Burtons.Joyer supo que el aumenta la justa reputación de nuestro amigo , á baylío acompañado de un prendero", estaba hacien- quien damos la mas sincera enhorabuena. do embargo de los muebles de su casa porque no —Ronconi ha hecho furor en el Circo, aunque había pagado su arrendamiento. Inmediatamente siempre los partidos influyen mucho en estas ovafué á su jardin, cogió una colmena de las mas lle- ciones. nas y la puso ea la sala mientras aquellos hacían su 136 SEMANARIO PINTORESCO ESPAÑOL. Academia Española (le Arqueología. 1843. fff)'» <¿>' D E LOS AMIGOS ó MENTORES. ..,-,,.,.I ;,., .(Jon,e,lfin¡de, anudar, mas las relaciones científicas i y. de biiena ainistad qué debe haber siempre entre la Sociedad y sus Diputacioníis y Secciones estrangeras, y de que esla asociación sea todo lo útil que puedan á sus individuos, los socios de todas clases se ausiliarán mutuamente en sus viajes del modo siguiente : 1.° Siempre que un socio corresponsal tenga que emprender "un viaje y quiera disfrutar de los beneficios de la Sociedad, pedirá á la secretaria de esta, si es en Madrid, ó á la de la Diputación ó sección, si es corresponsal, una certificación ó circular que acredite serial socio, con cuyo documento se presentará á los presidentes ó secretarios de los puntos en que haya Diputación ó sección, para que le reconozcan y designen Artículos adicionales á las constituciones de la Sociedad Ar- la persona que le ha de servir de Mentor amigable en aquella queológica, hoy Academia, acordados en los años que se se- población. . ñalan, 2.» La secretaria de la Sociedad, y las de las Diputaciones 1841. y Secciones, formarán un riguroso escalafón d? todos los socios, y nombrarán por meses, el número de Amigos ó Mentores SECCIONES ESTBANGEBAS. que crean convenientes las juntas de Gobierno, teniendo en Se establecerá una Sección arqueológica española en cada cuenta el número de socios que tengan, y el de los monumentos, 'una de las cortes ó capitales de los Reynos é Imperios de Eu- preciosidades ó establecimientos dignos de atención que haya ropa , y de los paises civilizados de las deraas partes del mundo en las ciudades respectivas. Estas Secciones se instalarán con corresponsales elegidos al 3." Los Amigos ó Mentores están obligados, luego que por efecto por la Sociedad, y luego que formen cuerpo, tendrán sus respectivas Secretarias se les comunique la llegada de un los mismos derechos, formas y prerogativas que tienen las Di- socio forastero ú estrangero al Pais, á visitarle y ofrecerle acomputaciones de Provincia en la Península. pañar, en las horas que les permitan sus ordinarias ocupacioSe consideran individuos natos de las Secciones; los Emba- nes , á ver y examinar cuantas cosas notables haya en la poblajadores, Ministros Plenipotenciarios, Encargados de Negocios, ción y en los arrabales; darles noticia sobre la historia de la Cónsules ó cualquiera otro agente Diplomático principal Espa- provincia y monumentos antiguos de ella: proporcionarles ver ñol, y en activo servicio, que resida en la ciudad ó pueblo en en los archivos, los documentos que'quieran consultar; inlror ducirles con las personas notables que por su saber ó ciencia xpiéjSeiiestablezca la Sección Española; esistan en el pueblo; proporcionarles entrada en las Socieda• • ;!1842.-^ i des literarias , científicas y artísticas, para que se enteren de su objeto; y enfin, el amigo debe procurar serlo de corazón del DftcTACioNtís DE PROVINCIA. forastero , sin atender mas que á que es su compañero de SoLa Sociedad considera individuos natos de las Diputaciones ciedad. • arqueológicas de provincia , durante el tiempo,de su encargo, 4.» Para que los Amigos ó Mentores puedan cumplir bieo á todos los Señores Gefes Políticos, o autoridad principal civil con su encargo, la Sociedad, Diputaciones y Secciones, se proque mande encada una decllas. En Madrid son Individuos na- veerán de papeletas, pases ó permisos para todos los establetos déla Academia los Señores Ministros de la Gobernación du- cimientos, tanto públicos como privados, y procurarán manterante su ministerio, los cuales, cuando asistan á las sesiones, se ner una buena amistad con todas las corporaciones del pueblo, sentarán én la mesa de la Presidencia á la derecha del Director. áfinde poder llenar el anterior cstremo. Siempre que asistan á las sesiones de las Diputaciones las 8.° En los pueblos en que solo haya un corresponsal, este espresadas primeras autoridades civiles, ocuparán el primer tendrá siempre la obligación de Amigo, y en los que estos sean asiento á la derecha del Presidente. dos ó mas , se dividirán por días ú por objetos dignos de verse, DIPUTADOS FUNDADORES DE SECCIÓN Ó DIPUTACIÓN. terminando su encargo, en el caso de estar el forastero muTodo Socio Corresponsal que recibiendo poderes de la So- chos días en un pueblo , luego que haya concluido este de ver ciedad, al efecto, logre instalar una Sección Estrangera ó Di lo mas notable ó lo que haya manifestado deseos de visitar. 6." Los socios viajeros no tendrán derecho á exigir otros putacion de Proviocia, obtendrá el título de DIPUTADO FUNDAservicios que los que los Amigos quieran prestarles: unos y otro? DOR de Sección ó de Diputación. Este título'dá los siguientes derechos: Voz y voto perpetuo, se tratarán con la sinceridad y buena fé de amigos. 7.° La junta directiva y la de Gobierno de las Diputaciones con la Junta gubernativa de la Sección ó Diputación creada; asiento en los actos solemnes con la Junta Directiva de la y Secciones, podrán relevar de estos servicios a aquellos socios Sociedad, siempre que se hallen en Madrid, y voto en todos los demérito que por su edad, conocidas ocupaciones, ú oirás causas, no se hallen en disposición do hacerle , pero no á los asuntos gubernativos de la misma que se ventilen en Junta socios de número á no haberle llenado por O veces al menos. general, aun cuando no sean socios de Mérito ó de número. 8.° Cuando uno de los amigos nombrados, por causas parDIPUTACIONES DE PARTIDO. ticulares que podrá indicar al presidente de su junta, tenga inCuando á solicitud de cinco corresponsales de un mismo conveniente en acompañar á algún forastero ú estrangero, será partido judicial, se pruebe la necesidad de formarse una Di- relevado de este servicio, quedando el primero para llenarle putación de Partido, haciendo ver la existencia de monumentos en el turno inmediato. interesantes en el territorio, ó vestigios de gran cuantía, pa^ 9.° Las juntas gubernativas están facultadas para dictar ra ilustrar la Historia ó Geografía nacional, se creará la Di- cuantas providencias crean oportunas, áfinde que este serviputación enia capital del partido, con entera independencia cio se haga con exactitud por los señores socios, á quienes se de la Diputación principal de la Provincia, y bajo las formas encarga, no olviden jamás el buen nombre de la Sociedad , y lo que para esto espresa el artículo 11 de las Constituciones. que puede engrandecerla, tanto en el pais cuanto en el estran• Las Diputaciones de partido pasarán nota de los trabajos gero el ser obsequiosos y hospitalarios con sus consocios de arqueológicos en que se ocupan , sobre el territorio de la Pro- todos los paises. vincia,.á la Diputación principal, y procurarán guardar con 1844. ella la mejor ariponía y correspondencia para que las tareas de La Academia confirma las antiguas constituciones y acuerambas sean mas provechosas y útiles á la ciencia y al pais.' dos reglamentarios de la Sociedad Arqueológica, los que se obLa Diputación de Provincia ó de Partido , que en dos aqes servarán por todas sus dependencias é individuos hasta que haya faltado á cumplimentar, por tres veces los trabajos cien- se aprueben los Estatutos que deben regirla en lo sucesivo. tíficos que se la encomienden por la Sociedad ó directorio cenEs copia.—A^t'coíás Fernandez. —Secretario de Gobierno. tral, no se hayan reunido, al menos, 12 veces al año sin causa legítima, ni presentado trabajo alguno arqueológico en este tiempo, será disuelia, instalándose otra nueva inmediata- MADRID, 18'<3: IMPRENTA DE ARÍCENTE DE LALA'MA, mente. Calle del Duque de Alba, n. 13. . ( , Habiéndose concluido los ejemplares de la edición qjae se hizo de los artículos adicionales á las constituciones déla,An'Xigun Sociedad Arqueoló¡¡ica, en que'se ha fuhdádo'la Academia, ha acordado esla so inserten en el Semanario Pintoresco Español, úfinde que no carezcan de esta parte del Reglamento los Señores Académicos y Corresponsales que han ingresado últimamente en esta corporación cicntiQca; en lanlb que ter i ñlinando sus trabajos la comisión nombrada al efecto, aprue. ba la Academia los Estatutos que hayan de regirla en lo sucesivo. Madrid %.' áe Abril de 18'Í3Í—El Secretario de Gobierno: Nicolás Fernandez.