competencia, el tribunal colegiado carece de. para conocer en

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213081. VIII.1o.27 K. Tribunales Colegiados de Circuito. Octava Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo XIII, Marzo de 1994, Pág. 328.
COMPETENCIA, EL TRIBUNAL COLEGIADO CARECE DE. PARA CONOCER EN
AMPARO DIRECTO DE LA RESOLUCION EMITIDA POR EL PRESIDENTE DEL
TRIBUNAL TUTELAR PARA MENORES. La determinación o resolución dictada por el
presidente del Tribunal Tutelar para Menores, tienen eminentemente un contenido decisorio
de carácter provisional, puesto que aun cuando sus decisiones se prolongan en el tiempo no
resuelven sobre el fondo del asunto, sino que tan sólo establecen, de manera temporal, las
medidas necesarias, para evitar que se dañe preventivamente la integridad física y psicológica
de un menor, por lo cual, esas determinaciones o resoluciones tutelares dictadas en ese
sentido, a pesar de que en su contra no procede recurso alguno, carecen de la característica
necesaria para considerarse como sentencia definitiva, en términos de lo dispuesto en el
primer párrafo del artículo 46 de la Ley de Amparo para ser impugnada en amparo directo;
tampoco puede considerarse dentro de la hipótesis prevista en el segundo párrafo de ese
artículo, el cual determina que se considera sentencia definitiva la dictada en primera
instancia en asuntos de carácter civil, cuando los interesados hubieren renunciado
expresamente a los recursos ordinarios que procedan, si las leyes comunes permiten la
renuncia de referencia, lo cual no ocurre al emitirse una medida tutelar; ante todo porque, con
independencia de que se trata de un procedimiento especial, instaurado ante un tribunal de
carácter administrativo, y no civil, como lo es el Consejo Tutelar para Menores, el mismo no
establece que se pueda renunciar a recursos ordinarios de primera instancia por ser un
procedimiento tutelar uni-instancial, según lo dispuesto respectivamente en los artículos 89,
93, fracción V, 113 y 122 de la Ley del Desarrollo Integral de la Familia; y tampoco se sitúa
la resolución en comento, en el último párrafo del artículo 46 de la Ley de Amparo, debido a
que en dicho numeral se manifiesta la procedencia del amparo directo en aquellos casos en
que se emita una resolución, que sin decidir el juicio en lo principal, lo dan por concluido, lo
que no sucede al dictarse una medida tutelar, la cual como anteriormente se indicó, tiene
como finalidad, la de proteger la integridad física y psicológica de un menor; medida que por
lo demás puede ser alterada o modificada con posterioridad, de acuerdo a lo que establece el
artículo 124 de la Ley de Desarrollo Integral de la Familia, ante un cambio de circunstancias
en el entorno social y psicológico del menor, con lo que se excluye la posibilidad de
considerar esa resolución como definitiva en los términos que lo contempla el numeral en
comento en su último párrafo. Concluyéndose en base a las cuestiones precisadas que la
competencia para conocer del asunto se surte en favor de un juez de Distrito en términos del
artículo 114, fracción IV, de la Ley de Amparo.
PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL OCTAVO CIRCUITO.
Amparo directo 417/93. Tomasa Escobar Villalobos. 3 de diciembre de 1993. Unanimidad de
votos. Ponente: Marco Antonio Arroyo Montero. Secretario: Gilberto Serna Licerio.
Sostiene la misma tesis:
Amparo directo 363/93. Rolando González Morales. 29 de octubre de 1993. Unanimidad de
votos. Ponente: José Antonio García Guillén. Secretario: Jacinto Juárez Rosas.
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