EL SOCIALISTA ■ - E S P A Ñ O L _________ - Organo de la Federación Socialista Española y portavoz en Francia de la U.S.E. ,Le Socialiste Espagnol » París, Septiembre 1961 ■fcTÜWSTTTT.T. C uando la s el m in is t r o conciencias L mes de haberse cometido un sabotaje en la línea férrea de Bilbao-San Sebastian, a raíz de una concentración de ex combatientes - re­ clutados a fuerza de limosnas y coacciones - el ministro de la gobernación de Franco, ha publicado una nota denunciando como autores del mismo a « activistas de la Juventud Vasca ». En la misma nota se acusa, también, a los jóvenos vascos de haber quemado dos banderas nacionales, « en forma y ocasión poco gallardas », echándoles en cara, además, « que compatibilicen su religiosidad externa con actos que, como los comentados, repugnan a cualquier conciencia honrada ». La religiosidad oficial del franquismo (externa e interna) ya sabemos que sólo se escandaliza de los actos ajenos. Así, las fechorías del régimen, esa misma piedad oficial se las arregla bien para absolverlas mediante una devota confesión o con una bendición apostólica, recursos con que las jerarquías culpables creen lavar sus faltas. Mas ¿ qué es lo que en realidad repugna a las conciencias honradas ? Ninguna con­ ciencia honrada puede extrañarse de que los españoles, forzados a soportar una dictadura de veintidós años, nada menos que eso, traten de liberarse de ella. Si se quieren evitar los actos de des­ esperación contra el Estado policíaco, naturales cuando se vive como malviven los españoles, es decir, sin garantías civiles y sin medios suficientes de subsis­ tencia, el camino es bien sencillo : no hay más que facilitar al pueblo una salida en armonía con sus legítimas aspiraciones. A SOLO LA h o n ra d a s En el orden del día de las asambleas del derecho humano, figura como reivin­ dicación fundamental la autoderminación de los pueblos. En todos los continentes esta reivindicación está triunfando - y en donde no ha triunfado todavía se combate por conquistarla - abriendo las puertas de la emancipación a multitudes humanas. Incluso países sobre los que pesaba recien­ temente aun la dominación colonialista, libres ya de ella, van forjando su porvenir en armonía con el progreso. Esta libre determinación, en nombre de la cual se bate el mundo, es inaccesible para los españoles por obra y gracia de la dictadura del general Franco y de los apoyos que han contribuido a su manteni­ miento en el poder. Los delincuentes en España no son los rebeldes que se oponen al franquismo. Los delincuentes son todos los que le apoyan, y la dictadura misma que usurpa el poder. ¿ De qué se quejan los franquistas ? Ellos, la reacción española, no esperaron veintidós años para sublevarse contra la República. Su odio cainita a las libertades y al pueblo les lanzó sin demora sobre España como se lanzarían sobre su presa esas aves de rapiña negras que el régimen se ha dado como símbolo. La « conciencia honrada » del fran­ quismo no tiene, pues, por qué hacer tantos aspavientos. Por mucho ruido que arme la juventud quemando banderas nacionales o saboteando las concentra­ ciones falangistas, resultará bien poca sosa comparado con los crímenes, los ultrajes y el atraso que la dictadura ha causado y causa a nuestro país. DEMOCRACIA GARANTIZARA ESDE el fin de la guerra mundial, las crisis políticas no han cesado de agravarse. Ellas son signo de un mal profundo que corroe la sociedad burguesa, la cual oscila entre una evo­ lución y los métodos de fuerza. En to­ do caso, esta crisis permanente es prue­ ba de que las bases económicas y socia­ les del capitalismo están cada día más quebrantadas. Asi, la contradiction fun­ damental entre los intereses capitalis­ tas y los del trabajador se hace cada vez más profunda. Ante tan evidente desproporción y desigualdad, el socialismo se ha asigna­ do la tarea de nuestro tiempo, que con­ siste en asegurar la total emancipación de los trabajadores mediante la substi­ tución de la propiedad privada (indivi­ duos o sociedades anónimas) por la propiedad colectivo de los principales medios de crédito, de producción, de D evoca LA SOCIALISTA PAZ cambio y de distribución, que tendrá co­ mo consecuencia inmediata un progreso científico y técnico, un aumentó del ni­ vel de vida, la disminución de las horas de trabajo y el bienestar general. Mas el socialismo no tiene que ser solamente una nueva y racional organización eco­ nómica, sino que ha de tender a intro­ ducir al mismo tiempo que la realidad de una democracia económica, la plena democracia política de la sociedad. Si el socialismo no tiene que ser, pues, la simple socialización, sino la liberación total del individuo, es eviden­ te que con su implantación desaparece­ rá la explotación del hombre por el hombre o por el Estado, así como la di­ visión de la sociedad en clases cuya lu­ cha caracteriza al régimen capitalista. E l socialismo terminará, también, con la dependencia de unos pueblos de otros, es decir, con el colonialismo en Año XV, N° 133 todas sus foranas. Descuidar estos ob­ jetivos humanos en provecho de la ex­ clusiva construcción económica, equival­ dria a atentar contra los principios mismos del socialismo. Gracias a la ciencia y a la técnica, puede decirse que la humanidad ha sa­ lido de la prehistoria y que ha llegado el momento de crear una sociedad con­ sagrada enteramente al hombre. Mas lo cierto es que esta sociedad no se alcan­ zará fácilmente. Su realización depen­ derá sobre todo de los trabajadores mismos. Sin embargo, el drama para los ver­ daderos socialistas y para los amantes del progreso, es que desde hace cua­ renta años las organizaciones obreras se han mostrado incapaces de llevar la ofensiva hacia soluciones socialistas, y que, partidos que se llaman socialistas y obreros se han confundido en colabo­ raciones de clase estériles o han subor­ dinado toda perspectiva revolucionaria a los intereses del Estado soviético. H oy mismo, ante los problemas que comprometen la paz del mundo, he­ mos de comprobar la carencia de una Internacional socialista muda e inope­ rante, incapaz de fija r una orientación al mundo del trabajo, y sin empuje para coordinar una acción revolucionaria ca­ paz de ganar la adhesión de las masas populares y de los pueblos que, en su inmensa mayoría, no quieren resignarse a ser prisioneros de los bloques que se disputan el predominio mundial. Habrá que insistir en que la revolu­ ción, cualquiera que sea la form a que tome en los diferentes países, tiene que implicar la ruptura con las formas ca­ pitalistas, para crear las nuevas bases de una sociedad socialista. Mas, como la sociedad capitalista que, sucediendo al feudalismo, se desarrolla progresiva­ mente, la sociedad socialista no puede emerger inmediatamente dé la revolu­ ción. Si, gracias a Marx y Engels, co­ nocemos las leyes esenciales que deter­ minan la evolución de la sociedad ca­ pitalista y su destrucción inevitable, no podemos, sin embargo, precisar de an­ temano las leyes económicas y sociales necesarias para el afianzamiento de una sociedad fundada sobre una forma co­ lectivista de la producción. Pues, con­ trariamente a la sociedad capitalista, sometida a la anarquía de leyes económicas especulativas, en la so­ ciedad socialista inspirada en la or­ ganización racional de la producción, la voluntad de los hombres y el interés público serán factores esenciales. Mas el socialismo, que significa la cooperación internacional entre los pue­ blos, necesita de la paz para desarro­ llarse. De ahí que en la hora actual ci­ fre su salud y su porvenir en el desar­ me. Un desarme que para ser eficaz tie­ ne que ser controlado rigurosamente. L a desconfianza de las grandes poten­ cias ante este control agrava la situa­ ción. A pesar de todo .urge insistir en la negociación por el desarme. Toda una serie de proyectos (Edén, Rapaeki. Mendès-France, Jules Moch, etc.) pue­ den permitir iniciar el diálogo. Pero una negociación de esta natura­ leza exige un clima de coexistencia pa- tífica entre regímenes políticos, econó­ micos y sociales diferentes. Rechazar esta coexistencia es tanto como prepa­ rar la cruzada que, en la hora atómi­ ca que vivimos ,no sería de liberación para nadie, sino de total aniquilamiento. Así, pues, en la coyuntura actual la sola garantía de paz reside en la soli­ daridad internacional de ’oa trabajado­ res dispuestos a sostener los postulados del socialismo democrático inspirados en la fraternidad humana de la que Jaurès fue apóstol y mártir. o w w w w Por /WWVSAAA EL SOCIALISTA ESPAÑOL NP Manuel Martos, Nîmes . . .. J. V. Pérez, G a p ................... T. Martínez, Angel Díaz, A, Ros, A. Moreno, de A rgel Victorio Montarelo, Châteauroux....................................... Roger Petit, Font-aux-Roses. . G. Goña'.ons, Nemours . . .. Casimiro Cerrato, Cransac .. Antonio Domínguez, París . . A. del Vayo, P a r í s ............... Grupo de Nueva York . . . . J. S. B„ P a r í s ..................... A. Gutiérrez, C a s tr e s ............. Femando Muñoz, id................ A. Perales, G i v o r s ............... J. Alarcón, id........................... Mariano Muñoz, Beziers . . . . E. Cañas, B i a r r i t z ............... Antonio Jaén, Montendre .. Rafael Garrido, Noisy-le-Gd A. Rodríguez, Givors .. .. .. Eugenio Vizcaíno, Toulouse . . E. Córdoba, Amelie-les-Bains J. M. Lázaro. Angouléme .. Antonio Adrián, Fleurien .. J. Visus, P a r í s ........................ Benito Gómez, Tou’.o>use . . . . Asterio Vicente, Toulouse . . V. Bolín ches, Caracas . . . . Serafín Sánchez ( Elíseo Pas­ cual), id................................ Juan Murria, id....................... Jerónimo Fernández, id........... Círculo Jaime Vera, Méjico . . Enrique Angulo, id................. Juan Agenjo, id....................... Solé Vidal, id........................... Jiménez Molina, id.................. Ramón Inmoneda, id............ T o t a l ............................... 10,00 s’oo 130,50 52,00 10,00 20,00 20,00 5,00 100,00 150,00 10,00 10,00 10,00 10,00 5,00 10,00 5,00 5.00 10,00 13,00 10,00 20.00 3,00 10,00 10,00 7,00 60.00 40,64 49,00 16,13 16,13 230,00 57,00 3,83 3,85 48,10 76.8? 1.255,55 La publicación de esta lista de dona­ tivos servirá de acuse de recibo para los camaradas y amigos que no lo ha­ yan recibido directamente. Recordamos que la aparición de nues­ tro boletín depende del apoyo de sus lectores, a los que hacemos un nuevo requerimiento para que aporten al pe­ riódico toda la ayuda que les sea po­ sible. W W W W W V W V V W V M W W W tV V W V V l EL SOCIALISTA E S P A Ñ O L C. C. Postal N ” 12.8Ó2-83 París ----- 19, rue Charles-Péguy ----FONTENAY-AUX-ROSES (Seine) m vu u u m vvu m Directeur - Gérant : JORGE MORENO Société Parisienne d'Impressions, 4, rue Saulnier - Paris (91) Panorama español L·riite da Kagas L duque da Segovia, prim ogénito de Alfonso X III, ha enviado una car­ ta a l CaudiUo pidiendo ta libertad para E spina y condenando la dictadura, a la cual dice no haber dado su acuerdo en ningún m om ento. La m isiva ha sen­ tado com o un bombazo en las tertulias del m undillo m onárquico, y su efecto inmediato ha sido la protesta pública do unios de los hijos del duque desapro­ bando la actitud de su padre. D iscre­ pancia que ha tenido compensación con la felicita ción enviada a Su A lteza por « E l Campesino ». Esta salida a escena de don Jaime ha sido también advertencia de que no ha renunciado a l trono. Asi, a los tres candidatos, más o menos oficializados, de la baraja m onárquica, viene a u nir­ se e l que faltaba para com pletar e l tute. S i los m onárquicos no cuentan con mu­ chos partidarios, les sobran, en cambio, pretendientes, que, en definitiva, hacen el juedo del dictador, bien decidido a perpetuarse en e l poder para deshonra y provecho de su reinado. E n todo caso, la salida del duque ha sorprendido a sus nobles relaciones in ­ acostumbradas a tales ■muestras de lo­ cuacidad. Lo preferíam os mudo, dicen los más escandalizados. P ero ¿ quién va o apoyar las pretensiones del preten­ diente don Jaim e t Y i para qué quere­ mos los españoles tantos pretendientes t E l prin cipio m onárquico de la continui­ dad ha fallado en España, L a m onar­ quia está sujeta a todas las flaquezas de un gobierno popular o de un caudillo que ha decretado el paro forzoso de to­ dos los aspirantes a la corana. N o hay mida más cercano a una frontera em i­ gra toria que un rey español. E l últim o lo enterraron en Rom a, cerrando el ciclo de los Alfonsos, con su número agorero, que la m onarquía es una institución tan flo ja , que no puede resistir n i los em­ bates de la superstición, V AC AC IO N E S E N E S P A Ñ A Las agencias oficiales del franquism o divulgan con gran refuerzo de publici­ dad la afluencia creísiente de veranean­ tes que pisan sus vacaciones en Espa­ ña. E l turism o se ha convertido para el régim en en un negocio de prim era y en un 'medio de propaganda que no deja de hacer sus efectos entre las gentes superficiales. A fom entar ese negocio y esa propa­ ganda, contribuyen buen número de com patriotas antifranquistas que, como tantos otros extranjeros, van a visitar e l p ris y a pasar a llí una temporada, perdiendo asi muchos de ellos su ca li­ dad de refugúidos, con el consiguiente beneplácito del franquism o. I r a v iv ir a Españii luty, aunque sea tem poralm ente, tls tn m sig ir con e l réginwn. además de aportarle ayuda ; es. en cierto modo, incluso una colaboración, puesto que se contribuye a dar la apa­ riencia de que la dictadura es tolerante con sus adversarios, cuya presencia en d país se u tiliza para alegar que bajo el actual régtm en no hay persecución política. P ero, sobre todo, cada refugiado que se inscribe en el consulado im plica una baja en e l campo del exilio, un exilio con e l que Franco quisiera acabar a todo precio porque es acusación vibran­ te y abrumadora contra su dictadura. N o son los servidores oficiales de Franco quienes representan en el exte­ rio r a l pueblo español, sino los desterra­ dos esparcidos p or todos los continentes que lo def ienden y luchan por su liber­ tad. P o r ello, m ientras E spina esté so­ juzgada, los exilados tienen que seguir cu mpliendo con su misión. CO ALICIO NES A N T IF R A N Q U IS T A S L a oposición antifranquista cuenta con dons nuevas organizaciones : la Alianza sindical integrada p or la C N T, UG T y Solidaridad de trabajadores vas­ cos, creada en e l exilio, y la Unión de fuerzas dem ocráticas, constituida en España por e l PSO E, Alcción republica­ na dem ocrática, Izquierda dem ocrática cristiana, U G T y los núcleos nacionalis­ tas vascos. Toda vía es pronto pam apreciar el trabajo de estos m ovim ientos, que tra ­ tan de desarrollarse en e l exilio y en el in terior de nuestro país, ocm m iras a una ación coordinada contra la dicta­ dura. Mas e l hecho de que las distintas fuerzas que los integran hayan llegado a un acuerdo y a poner en pie de obra esas conjunciones — hostiles a los co­ munistas —* es un hecho de indudable im portancia. Sin em bargo, toda coalición que se funde bajo la advocación de urna su­ puesto unión nocional, o que se apoye en fórm ulas caducas, o en otras consi­ deraciones tácticas de este orden, resul­ tará estéril. N osotros siem pre hemos estado p or la República, p or lo que encontramios ex­ traños los ¡pactos o program as en que no figu ren esencialm ente los postulados favorables a l restablecim iento de la de­ mocracia republicana. E L V A T IC A N O C O N TR A LOS DICTADORES Después de los anatemas de Juan X X III contra los autom ovilistas imprudentes que, haciendo caso om iso del « no matarás » dé los mandamien­ tos de Dios, se lanzan com o locos por esas carreteras del Diablo, el Vaticano lui elevado también su voz contra los dictadores : « N o ha m uerto, ha decla­ rado e l com entador de radio Vaticano, ki raza de los dictadores. E l color cumbm, mas los crím enes continúan en nombre del Estado ». Tiene m otivos Juan X X III para con­ denar a los que matan y a los que op ri­ men. En efecto, los cánones de la Ig le ­ sia son fácilm ente olvidados y <|s una santa idea recordarlo a l mundo. Mas i de qué color son los dictadores que protege e l Vaticano f A quí habrá que recordar que e l que hay en España, por obra y gracia dél fascismo, es uno los agraciados con la máxima condeco­ ración católica. La prudencia de la Iglesia es m uy su­ til. Denunciar los actos crim inales no es evitarlos. P o r tanto, la Iglesia tiene poder suficiente para hacerse respetar. i Qué consideración pueden m erecer las encíclicas papales ante las p rá cti­ cas de la Iglesia y de muchos de sus adictos t Su proceder hace pareja con ese jesuitism o p o lítico que consiste, por ejem plo, en pedir la autodeterm inación para los argelinos y negarla a los hún­ garos. Que nos perdone el Santo Padre si de­ cim os que sus palabras nos parecen des­ tinadas a la galería. Y que son bien in justas, si se tiene en cuenta los tiranos que com ulgan con su credo. (V ien e de la página 4.) En ese momento, los campesinos desocupados, al enconcentrarse cada vez más numerosos en los núcleos urbanos, crearán ,por primera vez desde 1939, un auténtico peligro de estallido revo­ lucionario. Ante las amenazas que se ciernen sobre el porvenir, los dirigentes franquistas comprenden que es en ei campo donde hay que imponer medidas estructurales urgentes con objeto de li­ mitar el flujo migratorio hacia las grandes ciudades. Entre los proyectos estudiados figuran el aumento de los créditos destinados al fomento de la producción agrícola, la creación de in­ dustrias de trasformación de los pro­ ductos agrícolas y el desarrollo de la política de concentración parcelaria, la que, dicho sea de paso, no tuvo hasta la fecha resultados muy alentadores, ya que desde el año 1952 en que se inició esta labor, sólo pudieron concentrarse cien mil hectáreas, alcanzando la ate­ rradora cifra de ocho millones de hec­ táreas la superficie afectada por la pla­ ga del minifundio, lo cual significa que sólo en un plazo de 80 años se darán por concluidos los trabajos de concen­ tración parcelaria... Estudiase también por primera vez desde el año 1939 un proyecto de trans­ formación de las estructuras agrarias del secano andaluz y extremeño. ¿ Cuál es el alcance de la planeada re­ forma ? Contestando esta pregunta en un artículo publicado en A B C el 2 de agosto pasado, el ingeniero agrónomo Pont de Mora empieza por declarar que duda mucho que una mejor distribución de la renta agrícola pueda conseguirse « con la simple división de la gran propiedad ». « La más eficaz y cons­ tructiva solución — agrega — será la rápida transformación de esa gran pro­ piedad en empresa agrícola sin necesi­ dad de reformar sus dimensiones actua­ les, entendiendo que esa empresa agrí­ cola ha de constituirse como una co­ munidad de propósitos mediante la aso­ ciación de hombres y medios ordenados a la producción y cuyas relaciones han de basarse en la justicia y lealtad reci­ procas, subordinándose ios valores eco­ nómicos a los de orden humano y so­ cial ». Para convencer a los terrate­ nientes de la necesidad de abandonar la clásica « protección paternalista », pa­ ra adoptar la solución falangista de !a asociación del capital y el trabajo, cuenta el articulista con un « auténtico sentido económico y cristiano de cola­ boración ». Esta palabrería dará sin duda a los lectores la sensación de que los gober­ nantes franquistas sólo quieren eludir la reforma fingiendo hacerla. Pero, a nuestro juicio, la realidad es mucho más compleja. Hoy en día, los ministros del Caudillo parecen plenamente cons­ cientes de la necesidad de una modifi­ cación radical de las estructuras agra­ rias. A l incrementarse día a día el des­ nivel entre el crecimiento demográfico y la producción agrícola, los gobernan­ tes ya no pueden desentenderse de! pro­ blema. El obstáculo está frente a ellos. Tienen que salvarlo. Pero sólo se les ocurren medidas absurdas e irrisorias, ya que tropiezan con la oposición de los terratenientes. N o está en condiciones de superar esta resistencia un gobierno de tipo oligárquico sin respaldo popu­ lar alguno. Sólo podría aniquilar la pre­ sión de las oligarquías y resolver el problema básico de la vida española realizando una auténtica reforma agra­ ria, un gobierno apoyado en el campe­ sinado, un gobierno democrático y so­ cialista surgido de una revolución her­ mana de las que están ya en marcha por los campos de Iberoamérica. N EC RO LO G IA Emilia Hernández E niente en el X I cuerpo de ejército, des­ L 11 de julio falleció, a los sesenta tacado en el frente del Este. y nueve años de edad, la compa­ ñera Emilia Hernández Ardanza, L a compañera Emilia Hernández su­ viuda de Federico Angulo, exilada en frió con ejemplar serenidad la doble Méjico, donde vivía con su hijo Enrique, desgracia del fusilamiento de su esposo nuestro estimado camarada. y la condena a prisión de su hijo Fe­ Federico Angulo, como se recordará, derico. Emilia había heredado el temple redactor de E L S O C IA LIS T A al esta­ de su padre. Valentín Hernández Aldaeta llar la guerra española, organizó inme­ militante socialista que fue director del diatamente la milicia que tomó el nom­ semanario bilbaíno L a Lucha de Clasás bre del viejo órgano de nuestro Partido y del periódico anticlerical E l Ruido, en y participó en numerosas acciones de los cuales realizó valientes campañas. guerra en los frentes de Madrid y E x­ A raíz del movimiento de octubre del tremadura, donde fue herido durante la 34, Emilia Hernández, desde San Se­ defensa de Medellín; incorporada des­ bastián, salvó a numerosos compañeros pués la milicia al cuerpo de Carabine­ perseguidos facilitándoles la huida a ros, y ya con el grado de coronel. A n ­ Francia. gulo se trasladó voluntariamente al También soportó el exilio sin que se frente del Norte, donde luchaba su hijo quebrantaran las convicciones socialis­ mayor, Federico; ambos fueron hechos tas que tuvo toda su vida. En su en­ prisioneros en Santander, y el coronel tierro, estrictamente civil, se dieron cita Angulo fue condenado a muerte y fu ­ numerosos socialistas y emigrados es­ silado, sin que las gestiones hechas pa­ pañoles de todos los matices para ex­ ra canjearlo dieran resultado. En la pri­ presar el sincero pesar que sentían por sión había mostrado gran entereza, de la muerte de Emilia. la que eran prueba las cartas que ha­ cia llegar al campo republicano, donde N o es menor el nuestro, que hace­ nuestro camarada Enrique, su hijo me­ mos llegar a nuestro camarada Enrique nor, todavía mozo, actuaba como te­ Angulo y a sus familiares. Petra Chicharro También recientemente falleció en . co, donde una cruel dolencia la ha pri­ Méjico la compañera Petra Chicharro, vado de la vida. esposa de nuestro camarada César R. Con motivo de la muerte de su com­ González, presidente del Circula Jaime pañera, nuestro estimado camarada Cé­ Vera. sar R. Gonzálaz recibió muchas prue­ Petra Chicharro procedía de una fa ­ bas de afecto y condolencia de los com­ milia socialista madrileña en la que se patriotas que residen en Méjico. Nos cebó el terror falangista. Uno de sus tmimos a tales testimonios de dolor ha­ hermanos, Emeterio, fue asesinado en cia el veterano escritor socialista y ha­ L a Coruña; otros sufrieron prisión. P e­ cia su hijo César Rodríguez Chicharro, tra compartió el exilio con su marido, profesor en la Universidad de Maracaiprimero en Francia y después en Méjibo (Venezue'a). Serafín En Caracas, donde vivia exilado, fa ­ lleció el 6 de agosto nuestro compañe­ ro Serafín Sánchez Posadas, victima de un cáncer generalizado. Serafín Sánchez fue un militante so­ cialista que desde su juventud aportó su dinamismo y su inteligencia a nues­ tras ideas, en Valencia, su país natal. La Agrupación socialista valenciana, una de las más antiguas, le contaba en­ tre sus primeros afiliados. Durante to­ do el tiempo de nuestra contienda civil Serafín Sánchez form ó parte del Co­ mité local y, además de la E je­ cutiva de la Federación Socialista, des­ empeñando el cargo de secretario de organización. En el combate sindical, también Serafín Sánchez tuvo una ac­ tuación destacada, primero en la De­ pendencia Mercantil y luego en la or- Mariano E l 10 de agosto murió el compañero Mariano Muñoz Sánchez, a !a edad de 59 años. H a terminado sus días en BéZ’ers, donde, consecuente con su profe­ sión, explotaba últimamente un peque­ ño restaurante, después de haber rodado por otros pueblos de Francia y de A fr i­ ca del norte. Leonés, de Salamanca, y veterano so­ cialista, Mariano Muñoz no transigió con ningún conformismo. Fue un lucha­ dor que tuvo preferencias por la ac­ Sánchez ganizaeión bancaria de la U.G.T., que en Valencia hubo de librar dura lucha con el sindicalismo libre de la época. Serafín fue de los contados compañe­ ros de Valencia que lograron salir de España en los dramáticos momentos fi­ nales de la guerra civil, embarcando — la empresa no fue fácil — en el puerto de Gandía en el barco inglés que reco­ gió a la Junta de Casado. Tras una corta estancia en Londres, se trasladó a Venezuela, en donde pudo reunir a la familia, y allí se afianzó sin dejar de ayudar a nuestra organiza­ ción. Su muerte nos ha causado verdade­ ra pena. A sus hijas Conchín y Dolores, a su hijo, el doctor Sánchez Soria, y a sus familiares, el testimonio de nuestro pesar más sincero. Muñoz ción sindical, en cuyas actividades ilogo a desempeñar importantes cargos, sien­ do secretario general de ¡a Federación Hotelera y miembro de la Comisión Ejecutiva de la U.G.T., adicta a Largo Caballero, por quien siempre sintió gran simpatía. L a desaparición de Mariano Muñoz nos ha afectado profundamente Reci­ ban sus familiares, y en particular su compañera, el testimonio de nuestro pésame y de nuestra simpatía. LA REFORMA ESDE algún tiempo a esta parte se viene publicando en la prensa franquista y en la extranjera co­ mentarios en torno a una posible refor­ ma agraria en España. E l diario pari­ siense « E l Fígaro » no vaciló en anun­ ciar en una crónica del 1“ de agosto « una reforma agraria con soluciones radicales ». Nació el rumor el 24 de julio pasado, el dia de la inauguración del monu­ mento a Onésimo Redondo en el cerro de San Cristóbal de Valladolid. A l final de su discurso, declaró Franco : « H a­ remos todo lo que sea humanamente posible hacer para levantar y redimir a las tierras y los campos de España ». Según la interpretación más corriente, reflejan aquellas palabres, tantas veces reproducidas y comentadas desde aquel dia, la honda impresión experimentada por el llamado Caudillo al visitar los campos andaluces durante el pasado mes de junio. A los 22 años de subir al poder, descubrió Franco la gran miseseria de los campesinos españoles. Desgraciadamente, la verdad no re­ sulta tan romántica. N o surge la re­ forma de la emoción del Caudillo, sino de ineludibles necesidades económicas, y en primer término de las exigencias de­ rivadas de la proyectada incorporación de España al Occidente europeo. Con­ vencidos de que España, tarde o tem­ prano, se verá obligada a ingresar en la pequeña Europa del mercado común, los dirigentes franquistas saben que. para alcanzar esta meta, est menester que salven la desigualdad que existe en­ tre la producción y nivel de vida de los españoles y los de las otras naciones del Occidente europeo, lo cual supone a su vez el incremento de la producción agrícola. R efleja claramente este crite­ rio el comentario publicado en el AB C con fecha de’, pasado 2 de agosto : « í¿3 trata nada más y nada menos — escribe el articulista— que de elevar el nivel de vida de la mitad de los españoles, hoy en situación de un sufcconsumo permanente que frena las posibi’ idades de expansión, no sólo de la empresa agrícola, sino de la industrial y del co­ mercio ». Y la mayor parte de los co­ mentaristas piensan que el aumento de la producción agrícola só’o puede con­ seguirse mediante una mejora de las estructuras agrarias. Otro trabajo pu­ blicado en A B C menciona, en apoyo de este criterio, el proyecto de política agraria común redactado por los exper­ tos de la pequeña Europa, en el que se dice : < Sólo la mejora de la estructura agraria hará aumentar ¡a productivi­ dad ». D Otras exigencias de tipo so ial se unen a la presión de la pequeña Europa vaticanista para aconsejar un cambio radical de las estructuras agrarias. Sa­ bido es, pues, que el paro forzoso que, salvo en la época de las faenas vera­ niegas, impera de modo permanente en los campos de Extremadura, Murcia. Andalucía y otras regiones, empuja a los parados a que inicien e! éxodo ha­ cia los grandes núcleos urbanos y a las ricas tierras levantinas. Y al darse en estas regiones un exceso de mano de obra, al concentrarse en ellas una masa desocupada, se incrementa la corriente m igratoria orientada hacia Iberoaméri­ ca y los países del Occidente europeo. Superada, pues, la época del cerco di­ plomático y el cierre de las fronteras, se reanudó el flujo m igratorio en 1948, alcanzando la emigración en la década 1950-1960 el promedio de 50.000 emi­ grantes al año. AGRARIA DE FRANCO por Elena de la Souchère En los últimos cuatro años, el flujo cia Argentina y Venezuela y última­ mente hacia Brasil, fue bajando paula­ tinamente a consecuencia de las difi­ cultades políticas y económicas por las que atraviesan los países hispanoame­ ricanos. Pero se incrementó paralela­ mente el ritmo de la emigración hacia los países del Occidente europeo ; y me­ diante convenios firmados con aquellas naciones, consiguió el gobierno fran­ quista librarse del problema social plan­ teado por el aumento del paro forzoso en los grandes núcleos urbanos a conse­ cuencia del « plan de estabilización ». Sabido est también que, después del tra­ tado firmado con el gobierno de Bonn, miles de trabajadores especializados o serni especializados emprendieron la marcha con rumbo a Alemania occiden­ tal. En este país, a pesar de que el éxodo se inició sólo hace dos años, re­ sidían ya a fines del año 1960 más de 30.000 ” españoles. Hoy en día se calcula en unos 80.000 el número de los trabajadores que, empujados por el hambre y la miseria, se ven obligados a abandonar España ; y el flujo migra­ torio se incrementa día à día. Pero sa­ ben perfectamente los dirigentes fran­ quistas que los gobiernos europeos, p^r rápido que sea el desarrollo económico de sus respectivos países, se encontra­ rán tarde o temprano en la imposibili­ dad de ofrecer trabajo a una masa es­ pañola cada vez más nutrida. Aquel dia, limitadas ya las posibilidades de emi­ gración hacia Iberoamérica, se produci­ rá en el Occidente europeo un fenóme­ no de saturación que ha de traducirse fatal y necesariamente por medidas li­ mitativas de las entradas de inmigran­ tes españoles. (P a m a la página- 3.) CuaxtiCCa intexnadonat J 2.ii ClLSLS bazUimasa çE C ¿ resolverá mediante un acuerdo, m otivará una catástrofe mundial to nuevo M unich t P o r de pronto, Krusahef ha logrado fácilm ente el prim er objetivo de su plan, que consistki en poner fin L li1 inasiva de los descontentos del régim en. L a riada de fugitivos l \ llegaba a B crlin-oeste irritaba a Moscú, porque era, U mnde™!md,almr,nte pregonada, del sistem a comunista, cuya impopularidad es cada dm m ayor en la Alem ania de Pankov < *» Berlinés, los soviéticos han querido tam v f ? P™ er a prueba U firm eza de los occidentales. Pero éstos, estimando sin * fuerz? es €l *”****> *» ctisis ,m¡2 agX Z han abstenido dd replicar, p or e l m omento, con medidas que seguramente nicn m P e im o s combates: Optando V t i ^ J o ^ Z ^ Z t Z l a sin efecto inmediato, contra la violación del derecho. ^ protesta. La decisión de las potencias gocidiintales ha decepcionado a los belicosos que. com o el franquism o, reclam an sanciones económ icas, que no hubiesen qioedado sm replica por parte del Este. La prudencia del Occidente Z T jp liZ T s i se tiene en cuenta que el problem a de B erlín ¡más que un problem a ju ríd ico es un con flicto en e l que se enfrentan dos mundos antagónicos. ’ u e ahí la inquietud ante las consecuencias dram áticas que puede tener esto crisis. S i se Comparan los estragos que haría hoy e l d ZencaZm im uÉ ito de una conflagración m undial con los m óviles del problèm e en sí la desprovorcujn es flagrante. Moscú quiere (m íenlar o transform ar e l Tratiido (irtu a V con «urna a hacer de B erlm una zona neutralizada hasta aislarlo d é la . Alem ania ooculçntal. Según el propio K m schef, B erlín es un hueso que t o n e J w Z Z r ib e » la garganta. Mas se olvida, quizá, que ese hueso es producto de una guerra ctí ío que hombres y pueblos, otros que los del campo comunista se batieron % sf J * lcr,f waT?n también por hacer im posible la tiranía y poder v iv ir libres f .t o d a opresión Todos estos pueblos que, por suerte o p or d é Z Z c k t Z> están d i lado oriental ¿ tendrán que, perecer porque K m schef no m ierlp’ trannr oí e l hlof (lJ v a n ta i está bien resuelto « firm a r un Tratado de pa. roo lo R D A y m odificar con eUo el actual estatuto de B e r L pod,-g„ im pedirlo los occidentales ? D ifíc il será. En la tram a de e M a Z a L ·b m tmL· íh t Z d 'J u '!'° r J Cl Es% 1%2dnJ 'ULS fte ü pura los comunistas que hacer dè ^BcrUn-oeste una phiza xitmda, Pero eso nodria ser tirm hiA» i/, I- í w y a r s a r v a w s í r t a & í <* . ¿ ' S í s m ‘ , S 'f n t e k* arrogancia de los nacumalismos y a ju zga r por el tono ame tmaador de los discursos y de las notas d ip lom à L ·is a p e k i r u l b m T tn lú L |t c-Jnuci^fc^ tísss: pÁnZZT'1del mimdo-~ Con todo insistamos diciendo que, tu esta cuestión de B erlín, no podrí haber una solución valida m ientras no sd tra te dé resolver seriam ente el w o blcm a en el m arco de una Alemania reunificada y neutralizada cuya siicrti quisiéram os ver ligad*e al socktHsmo dem ocrático. M AN C ERA. rvvw vvvw vvvvtv> vvvvvvvw vvvvvvvt<^%%%%x%vvvvvvwvvv%vvvvvwvvvvvvv>vvt: