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Anuncio
EL SOCIALISTA
■ -
E
S
P
A
Ñ
O
L
_________
-
Organo de la Federación Socialista Española y portavoz en Francia de la U.S.E.
,Le Socialiste Espagnol »
París, Septiembre 1961
■fcTÜWSTTTT.T.
C uando
la s
el
m in is t r o
conciencias
L mes de haberse cometido un
sabotaje en la línea férrea de
Bilbao-San Sebastian, a raíz de una
concentración de ex combatientes - re­
clutados a fuerza de limosnas y coacciones
- el ministro de la gobernación de Franco,
ha publicado una nota denunciando como
autores del mismo a « activistas de la
Juventud Vasca ». En la misma nota se
acusa, también, a los jóvenos vascos de
haber quemado dos banderas nacionales,
« en forma y ocasión poco gallardas »,
echándoles en cara, además, « que compatibilicen su religiosidad externa con
actos que, como los comentados, repugnan
a cualquier conciencia honrada ».
La religiosidad oficial del franquismo
(externa e interna) ya sabemos que sólo
se escandaliza de los actos ajenos. Así,
las fechorías del régimen, esa misma
piedad oficial se las arregla bien para
absolverlas mediante una devota confesión
o con una bendición apostólica, recursos
con que las jerarquías culpables creen
lavar sus faltas.
Mas ¿ qué es lo que en realidad repugna
a las conciencias honradas ? Ninguna con­
ciencia honrada puede extrañarse de que
los españoles, forzados a soportar una
dictadura de veintidós años, nada menos
que eso, traten de liberarse de ella.
Si se quieren evitar los actos de des­
esperación contra el Estado policíaco,
naturales cuando se vive como malviven
los españoles, es decir, sin garantías
civiles y sin medios suficientes de subsis­
tencia, el camino es bien sencillo : no
hay más que facilitar al pueblo una salida
en armonía con sus legítimas aspiraciones.
A
SOLO
LA
h o n ra d a s
En el orden del día de las asambleas
del derecho humano, figura como reivin­
dicación fundamental la autoderminación
de los pueblos. En todos los continentes
esta reivindicación está triunfando - y en
donde no ha triunfado todavía se combate
por conquistarla - abriendo las puertas
de la emancipación a multitudes humanas.
Incluso países sobre los que pesaba recien­
temente aun la dominación colonialista,
libres ya de ella, van forjando su porvenir
en armonía con el progreso.
Esta libre determinación, en nombre de
la cual se bate el mundo, es inaccesible
para los españoles por obra y gracia de
la dictadura del general Franco y de los
apoyos que han contribuido a su manteni­
miento en el poder.
Los delincuentes en España no son los
rebeldes que se oponen al franquismo. Los
delincuentes son todos los que le apoyan,
y la dictadura misma que usurpa el
poder. ¿ De qué se quejan los franquistas ?
Ellos, la reacción española, no esperaron
veintidós años para sublevarse contra la
República. Su odio cainita a las libertades
y al pueblo les lanzó sin demora sobre
España como se lanzarían sobre su presa
esas aves de rapiña negras que el régimen
se ha dado como símbolo.
La « conciencia honrada » del fran­
quismo no tiene, pues, por qué hacer
tantos aspavientos. Por mucho ruido que
arme la juventud quemando banderas
nacionales o saboteando las concentra­
ciones falangistas, resultará bien poca
sosa comparado con los crímenes, los
ultrajes y el atraso que la dictadura ha
causado y causa a nuestro país.
DEMOCRACIA
GARANTIZARA
ESDE el fin de la guerra mundial,
las crisis políticas no han cesado
de agravarse. Ellas son signo de
un mal profundo que corroe la sociedad
burguesa, la cual oscila entre una evo­
lución y los métodos de fuerza. En to­
do caso, esta crisis permanente es prue­
ba de que las bases económicas y socia­
les del capitalismo están cada día más
quebrantadas. Asi, la contradiction fun­
damental entre los intereses capitalis­
tas y los del trabajador se hace cada
vez más profunda.
Ante tan evidente desproporción y
desigualdad, el socialismo se ha asigna­
do la tarea de nuestro tiempo, que con­
siste en asegurar la total emancipación
de los trabajadores mediante la substi­
tución de la propiedad privada (indivi­
duos o sociedades anónimas) por la
propiedad colectivo de los principales
medios de crédito, de producción, de
D
evoca
LA
SOCIALISTA
PAZ
cambio y de distribución, que tendrá co­
mo consecuencia inmediata un progreso
científico y técnico, un aumentó del ni­
vel de vida, la disminución de las horas
de trabajo y el bienestar general. Mas
el socialismo no tiene que ser solamente
una nueva y racional organización eco­
nómica, sino que ha de tender a intro­
ducir al mismo tiempo que la realidad
de una democracia económica, la plena
democracia política de la sociedad.
Si el socialismo no tiene que ser,
pues, la simple socialización, sino la
liberación total del individuo, es eviden­
te que con su implantación desaparece­
rá la explotación del hombre por el
hombre o por el Estado, así como la di­
visión de la sociedad en clases cuya lu­
cha caracteriza al régimen capitalista.
E l socialismo terminará, también, con
la dependencia de unos pueblos de
otros, es decir, con el colonialismo en
Año XV, N° 133
todas sus foranas. Descuidar estos ob­
jetivos humanos en provecho de la ex­
clusiva construcción económica, equival­
dria a atentar contra los principios
mismos del socialismo.
Gracias a la ciencia y a la técnica,
puede decirse que la humanidad ha sa­
lido de la prehistoria y que ha llegado
el momento de crear una sociedad con­
sagrada enteramente al hombre. Mas lo
cierto es que esta sociedad no se alcan­
zará fácilmente. Su realización depen­
derá sobre todo de los trabajadores
mismos.
Sin embargo, el drama para los ver­
daderos socialistas y para los amantes
del progreso, es que desde hace cua­
renta años las organizaciones obreras
se han mostrado incapaces de llevar la
ofensiva hacia soluciones socialistas, y
que, partidos que se llaman socialistas
y obreros se han confundido en colabo­
raciones de clase estériles o han subor­
dinado toda perspectiva revolucionaria
a los intereses del Estado soviético.
H oy mismo, ante los problemas que
comprometen la paz del mundo, he­
mos de comprobar la carencia de una
Internacional socialista muda e inope­
rante, incapaz de fija r una orientación
al mundo del trabajo, y sin empuje para
coordinar una acción revolucionaria ca­
paz de ganar la adhesión de las masas
populares y de los pueblos que, en su
inmensa mayoría, no quieren resignarse
a ser prisioneros de los bloques que se
disputan el predominio mundial.
Habrá que insistir en que la revolu­
ción, cualquiera que sea la form a que
tome en los diferentes países, tiene que
implicar la ruptura con las formas ca­
pitalistas, para crear las nuevas bases
de una sociedad socialista. Mas, como
la sociedad capitalista que, sucediendo
al feudalismo, se desarrolla progresiva­
mente, la sociedad socialista no puede
emerger inmediatamente dé la revolu­
ción. Si, gracias a Marx y Engels, co­
nocemos las leyes esenciales que deter­
minan la evolución de la sociedad ca­
pitalista y su destrucción inevitable, no
podemos, sin embargo, precisar de an­
temano las leyes económicas y sociales
necesarias para el afianzamiento de una
sociedad fundada sobre una forma co­
lectivista de la producción. Pues, con­
trariamente a la sociedad capitalista,
sometida a la anarquía de leyes
económicas especulativas, en la so­
ciedad socialista inspirada en la or­
ganización racional de la producción, la
voluntad de los hombres y el interés
público serán factores esenciales.
Mas el socialismo, que significa la
cooperación internacional entre los pue­
blos, necesita de la paz para desarro­
llarse. De ahí que en la hora actual ci­
fre su salud y su porvenir en el desar­
me. Un desarme que para ser eficaz tie­
ne que ser controlado rigurosamente.
L a desconfianza de las grandes poten­
cias ante este control agrava la situa­
ción. A pesar de todo .urge insistir en
la negociación por el desarme. Toda una
serie de proyectos (Edén, Rapaeki.
Mendès-France, Jules Moch, etc.) pue­
den permitir iniciar el diálogo.
Pero una negociación de esta natura­
leza exige un clima de coexistencia pa-
tífica entre regímenes políticos, econó­
micos y sociales diferentes. Rechazar
esta coexistencia es tanto como prepa­
rar la cruzada que, en la hora atómi­
ca que vivimos ,no sería de liberación
para nadie, sino de total aniquilamiento.
Así, pues, en la coyuntura actual la
sola garantía de paz reside en la soli­
daridad internacional de ’oa trabajado­
res dispuestos a sostener los postulados
del socialismo democrático inspirados
en la fraternidad humana de la que
Jaurès fue apóstol y mártir.
o w w w w Por /WWVSAAA
EL SOCIALISTA ESPAÑOL
NP
Manuel Martos, Nîmes . . ..
J. V. Pérez, G a p ...................
T. Martínez, Angel Díaz,
A, Ros, A. Moreno, de A rgel
Victorio Montarelo, Châteauroux.......................................
Roger Petit, Font-aux-Roses. .
G. Goña'.ons, Nemours . . ..
Casimiro Cerrato, Cransac ..
Antonio Domínguez, París . .
A. del Vayo, P a r í s ...............
Grupo de Nueva York . . . .
J. S. B„ P a r í s .....................
A. Gutiérrez, C a s tr e s .............
Femando Muñoz, id................
A. Perales, G i v o r s ...............
J. Alarcón, id...........................
Mariano Muñoz, Beziers . . . .
E. Cañas, B i a r r i t z ...............
Antonio Jaén, Montendre
..
Rafael Garrido, Noisy-le-Gd
A. Rodríguez, Givors .. ..
..
Eugenio Vizcaíno, Toulouse . .
E. Córdoba, Amelie-les-Bains
J. M. Lázaro. Angouléme
..
Antonio Adrián, Fleurien
..
J. Visus, P a r í s ........................
Benito Gómez, Tou’.o>use . . . .
Asterio Vicente, Toulouse . .
V. Bolín ches, Caracas . . . .
Serafín Sánchez ( Elíseo Pas­
cual), id................................
Juan Murria, id.......................
Jerónimo Fernández, id...........
Círculo Jaime Vera, Méjico . .
Enrique Angulo, id.................
Juan Agenjo, id.......................
Solé Vidal, id...........................
Jiménez Molina, id..................
Ramón Inmoneda, id............
T o t a l ...............................
10,00
s’oo
130,50
52,00
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20,00
20,00
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3,85
48,10
76.8?
1.255,55
La publicación de esta lista de dona­
tivos servirá de acuse de recibo para
los camaradas y amigos que no lo ha­
yan recibido directamente.
Recordamos que la aparición de nues­
tro boletín depende del apoyo de sus
lectores, a los que hacemos un nuevo
requerimiento para que aporten al pe­
riódico toda la ayuda que les sea po­
sible.
W W W W W V W V V W V M W W W tV V W V V l
EL SOCIALISTA E S P A Ñ O L
C. C. Postal N ” 12.8Ó2-83 París
----- 19, rue Charles-Péguy ----FONTENAY-AUX-ROSES (Seine)
m vu u u m vvu m
Directeur - Gérant : JORGE MORENO
Société Parisienne d'Impressions,
4, rue Saulnier - Paris (91)
Panorama
español
L·riite
da Kagas
L duque da Segovia, prim ogénito de
Alfonso X III, ha enviado una car­
ta a l CaudiUo pidiendo ta libertad
para E spina y condenando la dictadura,
a la cual dice no haber dado su acuerdo
en ningún m om ento. La m isiva ha sen­
tado com o un bombazo en las tertulias
del m undillo m onárquico, y su efecto
inmediato ha sido la protesta pública
do unios de los hijos del duque desapro­
bando la actitud de su padre. D iscre­
pancia que ha tenido compensación con
la felicita ción enviada a Su A lteza por
« E l Campesino ».
Esta salida a escena de don Jaime
ha sido también advertencia de que no
ha renunciado a l trono. Asi, a los tres
candidatos, más o menos oficializados,
de la baraja m onárquica, viene a u nir­
se e l que faltaba para com pletar e l tute.
S i los m onárquicos no cuentan con mu­
chos partidarios, les sobran, en cambio,
pretendientes, que, en definitiva, hacen
el juedo del dictador, bien decidido a
perpetuarse en e l poder para deshonra
y provecho de su reinado.
E n todo caso, la salida del duque ha
sorprendido a sus nobles relaciones in ­
acostumbradas a tales ■muestras de lo­
cuacidad. Lo preferíam os mudo, dicen
los más escandalizados. P ero ¿ quién va
o apoyar las pretensiones del preten­
diente don Jaim e t Y i para qué quere­
mos los españoles tantos pretendientes t
E l prin cipio m onárquico de la continui­
dad ha fallado en España, L a m onar­
quia está sujeta a todas las flaquezas
de un gobierno popular o de un caudillo
que ha decretado el paro forzoso de to­
dos los aspirantes a la corana. N o hay
mida más cercano a una frontera em i­
gra toria que un rey español. E l últim o
lo enterraron en Rom a, cerrando el ciclo
de los Alfonsos, con su número agorero,
que la m onarquía es una institución tan
flo ja , que no puede resistir n i los em­
bates de la superstición,
V AC AC IO N E S E N E S P A Ñ A
Las agencias oficiales del franquism o
divulgan con gran refuerzo de publici­
dad la afluencia creísiente de veranean­
tes que pisan sus vacaciones en Espa­
ña. E l turism o se ha convertido para el
régim en en un negocio de prim era y en
un 'medio de propaganda que no deja
de hacer sus efectos entre las gentes
superficiales.
A fom entar ese negocio y esa propa­
ganda, contribuyen buen número de
com patriotas antifranquistas que, como
tantos otros extranjeros, van a visitar
e l p ris y a pasar a llí una temporada,
perdiendo asi muchos de ellos su ca li­
dad de refugúidos, con el consiguiente
beneplácito del franquism o.
I r a v iv ir a Españii luty, aunque sea
tem poralm ente, tls tn m sig ir con e l réginwn. además de aportarle ayuda ; es. en
cierto modo, incluso una colaboración,
puesto que se contribuye a dar la apa­
riencia de que la dictadura es tolerante
con sus adversarios, cuya presencia en
d país se u tiliza para alegar que bajo
el actual régtm en no hay persecución
política.
P ero, sobre todo, cada refugiado que
se inscribe en el consulado im plica una
baja en e l campo del exilio, un exilio
con e l que Franco quisiera acabar a
todo precio porque es acusación vibran­
te y abrumadora contra su dictadura.
N o son los servidores oficiales de
Franco quienes representan en el exte­
rio r a l pueblo español, sino los desterra­
dos esparcidos p or todos los continentes
que lo def ienden y luchan por su liber­
tad. P o r ello, m ientras E spina esté so­
juzgada, los exilados tienen que seguir
cu mpliendo con su misión.
CO ALICIO NES
A N T IF R A N Q U IS T A S
L a oposición antifranquista cuenta
con dons nuevas organizaciones : la
Alianza sindical integrada p or la C N T,
UG T y Solidaridad de trabajadores vas­
cos, creada en e l exilio, y la Unión de
fuerzas dem ocráticas, constituida en
España por e l PSO E, Alcción republica­
na dem ocrática, Izquierda dem ocrática
cristiana, U G T y los núcleos nacionalis­
tas vascos.
Toda vía es pronto pam apreciar el
trabajo de estos m ovim ientos, que tra ­
tan de desarrollarse en e l exilio y en el
in terior de nuestro país, ocm m iras a
una ación coordinada contra la dicta­
dura. Mas e l hecho de que las distintas
fuerzas que los integran hayan llegado
a un acuerdo y a poner en pie de obra
esas conjunciones — hostiles a los co­
munistas —* es un hecho de indudable
im portancia.
Sin em bargo, toda coalición que se
funde bajo la advocación de urna su­
puesto unión nocional, o que se apoye
en fórm ulas caducas, o en otras consi­
deraciones tácticas de este orden, resul­
tará estéril.
N osotros siem pre hemos estado p or la
República, p or lo que encontramios ex­
traños los ¡pactos o program as en que
no figu ren esencialm ente los postulados
favorables a l restablecim iento de la de­
mocracia republicana.
E L V A T IC A N O
C O N TR A LOS DICTADORES
Después
de
los
anatemas
de
Juan X X III contra los autom ovilistas
imprudentes que, haciendo caso om iso
del « no matarás » dé los mandamien­
tos de Dios, se lanzan com o locos por
esas carreteras del Diablo, el Vaticano
lui elevado también su voz contra los
dictadores : « N o ha m uerto, ha decla­
rado e l com entador de radio Vaticano,
ki raza de los dictadores. E l color cumbm, mas los crím enes continúan en
nombre del Estado ».
Tiene m otivos Juan X X III para con­
denar a los que matan y a los que op ri­
men. En efecto, los cánones de la Ig le ­
sia son fácilm ente olvidados y <|s una
santa idea recordarlo a l mundo. Mas
i de qué color son los dictadores que
protege e l Vaticano f A quí habrá que
recordar que e l que hay en España, por
obra y gracia dél fascismo, es uno
los agraciados con la máxima condeco­
ración católica.
La prudencia de la Iglesia es m uy su­
til. Denunciar los actos crim inales no
es evitarlos. P o r tanto, la Iglesia tiene
poder suficiente para hacerse respetar.
i Qué consideración pueden m erecer
las encíclicas papales ante las p rá cti­
cas de la Iglesia y de muchos de sus
adictos t Su proceder hace pareja con
ese jesuitism o p o lítico que consiste, por
ejem plo, en pedir la autodeterm inación
para los argelinos y negarla a los hún­
garos.
Que nos perdone el Santo Padre si de­
cim os que sus palabras nos parecen des­
tinadas a la galería. Y que son bien
in justas, si se tiene en cuenta los tiranos
que com ulgan con su credo.
(V ien e de la página 4.)
En ese momento, los campesinos
desocupados, al enconcentrarse cada vez
más numerosos en los núcleos urbanos,
crearán ,por primera vez desde 1939,
un auténtico peligro de estallido revo­
lucionario. Ante las amenazas que se
ciernen sobre el porvenir, los dirigentes
franquistas comprenden que es en ei
campo donde hay que imponer medidas
estructurales urgentes con objeto de li­
mitar el flujo migratorio hacia las
grandes ciudades. Entre los proyectos
estudiados figuran el aumento de los
créditos destinados al fomento de la
producción agrícola, la creación de in­
dustrias de trasformación de los pro­
ductos agrícolas y el desarrollo de la
política de concentración parcelaria, la
que, dicho sea de paso, no tuvo hasta
la fecha resultados muy alentadores, ya
que desde el año 1952 en que se inició
esta labor, sólo pudieron concentrarse
cien mil hectáreas, alcanzando la ate­
rradora cifra de ocho millones de hec­
táreas la superficie afectada por la pla­
ga del minifundio, lo cual significa que
sólo en un plazo de 80 años se darán
por concluidos los trabajos de concen­
tración parcelaria...
Estudiase también por primera vez
desde el año 1939 un proyecto de trans­
formación de las estructuras agrarias
del
secano
andaluz
y
extremeño.
¿ Cuál es el alcance de la planeada re­
forma ? Contestando esta pregunta en
un artículo publicado en A B C el 2 de
agosto pasado, el ingeniero agrónomo
Pont de Mora empieza por declarar que
duda mucho que una mejor distribución
de la renta agrícola pueda conseguirse
« con la simple división de la gran
propiedad ». « La más eficaz y cons­
tructiva solución — agrega — será la
rápida transformación de esa gran pro­
piedad en empresa agrícola sin necesi­
dad de reformar sus dimensiones actua­
les, entendiendo que esa empresa agrí­
cola ha de constituirse como una co­
munidad de propósitos mediante la aso­
ciación de hombres y medios ordenados
a la producción y cuyas relaciones han
de basarse en la justicia y lealtad reci­
procas, subordinándose ios valores eco­
nómicos a los de orden humano y so­
cial ». Para convencer a los terrate­
nientes de la necesidad de abandonar la
clásica « protección paternalista », pa­
ra adoptar la solución falangista de !a
asociación del capital y el trabajo,
cuenta el articulista con un « auténtico
sentido económico y cristiano de cola­
boración ».
Esta palabrería dará sin duda a los
lectores la sensación de que los gober­
nantes franquistas sólo quieren eludir
la reforma fingiendo hacerla. Pero, a
nuestro juicio, la realidad es mucho
más compleja. Hoy en día, los ministros
del Caudillo parecen plenamente cons­
cientes de la necesidad de una modifi­
cación radical de las estructuras agra­
rias. A l incrementarse día a día el des­
nivel entre el crecimiento demográfico
y la producción agrícola, los gobernan­
tes ya no pueden desentenderse de! pro­
blema. El obstáculo está frente a ellos.
Tienen que salvarlo. Pero sólo se les
ocurren medidas absurdas e irrisorias,
ya que tropiezan con la oposición de los
terratenientes. N o está en condiciones
de superar esta resistencia un gobierno
de tipo oligárquico sin respaldo popu­
lar alguno. Sólo podría aniquilar la pre­
sión de las oligarquías y resolver el
problema básico de la vida española
realizando una auténtica reforma agra­
ria, un gobierno apoyado en el campe­
sinado, un gobierno democrático y so­
cialista surgido de una revolución her­
mana de las que están ya en marcha
por los campos de Iberoamérica.
N EC RO LO G IA
Emilia
Hernández
E
niente en el X I cuerpo de ejército, des­
L 11 de julio falleció, a los sesenta
tacado en el frente del Este.
y nueve años de edad, la compa­
ñera Emilia Hernández Ardanza,
L a compañera Emilia Hernández su­
viuda de Federico Angulo, exilada en
frió con ejemplar serenidad la doble
Méjico, donde vivía con su hijo Enrique,
desgracia del fusilamiento de su esposo
nuestro estimado camarada.
y la condena a prisión de su hijo Fe­
Federico Angulo, como se recordará,
derico. Emilia había heredado el temple
redactor de E L S O C IA LIS T A al esta­
de su padre. Valentín Hernández Aldaeta
llar la guerra española, organizó inme­
militante socialista que fue director del
diatamente la milicia que tomó el nom­
semanario bilbaíno L a Lucha de Clasás
bre del viejo órgano de nuestro Partido
y del periódico anticlerical E l Ruido, en
y participó en numerosas acciones de
los cuales realizó valientes campañas.
guerra en los frentes de Madrid y E x­
A raíz del movimiento de octubre del
tremadura, donde fue herido durante la
34, Emilia Hernández, desde San Se­
defensa de Medellín; incorporada des­
bastián, salvó a numerosos compañeros
pués la milicia al cuerpo de Carabine­
perseguidos facilitándoles la huida a
ros, y ya con el grado de coronel. A n ­
Francia.
gulo se trasladó voluntariamente al
También soportó el exilio sin que se
frente del Norte, donde luchaba su hijo
quebrantaran las convicciones socialis­
mayor, Federico; ambos fueron hechos
tas que tuvo toda su vida. En su en­
prisioneros en Santander, y el coronel
tierro, estrictamente civil, se dieron cita
Angulo fue condenado a muerte y fu ­
numerosos
socialistas y emigrados es­
silado, sin que las gestiones hechas pa­
pañoles de todos los matices para ex­
ra canjearlo dieran resultado. En la pri­
presar el sincero pesar que sentían por
sión había mostrado gran entereza, de
la muerte de Emilia.
la que eran prueba las cartas que ha­
cia llegar al campo republicano, donde
N o es menor el nuestro, que hace­
nuestro camarada Enrique, su hijo me­
mos llegar a nuestro camarada Enrique
nor, todavía mozo, actuaba como te­
Angulo y a sus familiares.
Petra
Chicharro
También recientemente falleció en . co, donde una cruel dolencia la ha pri­
Méjico la compañera Petra Chicharro,
vado de la vida.
esposa de nuestro camarada César R.
Con motivo de la muerte de su com­
González, presidente del Circula Jaime
pañera, nuestro estimado camarada Cé­
Vera.
sar R. Gonzálaz recibió muchas prue­
Petra Chicharro procedía de una fa ­
bas de afecto y condolencia de los com­
milia socialista madrileña en la que se
patriotas que residen en Méjico. Nos
cebó el terror falangista. Uno de sus
tmimos a tales testimonios de dolor ha­
hermanos, Emeterio, fue asesinado en
cia el veterano escritor socialista y ha­
L a Coruña; otros sufrieron prisión. P e­
cia su hijo César Rodríguez Chicharro,
tra compartió el exilio con su marido,
profesor en la Universidad de Maracaiprimero en Francia y después en Méjibo (Venezue'a).
Serafín
En Caracas, donde vivia exilado, fa ­
lleció el 6 de agosto nuestro compañe­
ro Serafín Sánchez Posadas, victima de
un cáncer generalizado.
Serafín Sánchez fue un militante so­
cialista que desde su juventud aportó
su dinamismo y su inteligencia a nues­
tras ideas, en Valencia, su país natal.
La Agrupación socialista valenciana,
una de las más antiguas, le contaba en­
tre sus primeros afiliados. Durante to­
do el tiempo de nuestra contienda civil
Serafín Sánchez form ó parte del Co­
mité local y, además de la E je­
cutiva de la Federación Socialista, des­
empeñando el cargo de secretario de
organización. En el combate sindical,
también Serafín Sánchez tuvo una ac­
tuación destacada, primero en la De­
pendencia Mercantil y luego en la or-
Mariano
E l 10 de agosto murió el compañero
Mariano Muñoz Sánchez, a !a edad de
59 años. H a terminado sus días en BéZ’ers, donde, consecuente con su profe­
sión, explotaba últimamente un peque­
ño restaurante, después de haber rodado
por otros pueblos de Francia y de A fr i­
ca del norte.
Leonés, de Salamanca, y veterano so­
cialista, Mariano Muñoz no transigió
con ningún conformismo. Fue un lucha­
dor que tuvo preferencias por la ac­
Sánchez
ganizaeión bancaria de la U.G.T., que
en Valencia hubo de librar dura lucha
con el sindicalismo libre de la época.
Serafín fue de los contados compañe­
ros de Valencia que lograron salir de
España en los dramáticos momentos fi­
nales de la guerra civil, embarcando —
la empresa no fue fácil — en el puerto
de Gandía en el barco inglés que reco­
gió a la Junta de Casado.
Tras una corta estancia en Londres,
se trasladó a Venezuela, en donde pudo
reunir a la familia, y allí se afianzó sin
dejar de ayudar a nuestra organiza­
ción.
Su muerte nos ha causado verdade­
ra pena. A sus hijas Conchín y Dolores,
a su hijo, el doctor Sánchez Soria, y a
sus familiares, el testimonio de nuestro
pesar más sincero.
Muñoz
ción sindical, en cuyas actividades ilogo
a desempeñar importantes cargos, sien­
do secretario general de ¡a Federación
Hotelera y miembro de la Comisión
Ejecutiva de la U.G.T., adicta a Largo
Caballero, por quien siempre sintió
gran simpatía.
L a desaparición de Mariano Muñoz
nos ha afectado profundamente Reci­
ban sus familiares, y en particular su
compañera, el testimonio de nuestro
pésame y de nuestra simpatía.
LA
REFORMA
ESDE algún tiempo a esta parte se
viene publicando en la prensa
franquista y en la extranjera co­
mentarios en torno a una posible refor­
ma agraria en España. E l diario pari­
siense « E l Fígaro » no vaciló en anun­
ciar en una crónica del 1“ de agosto
« una reforma agraria con soluciones
radicales ».
Nació el rumor el 24 de julio pasado,
el dia de la inauguración del monu­
mento a Onésimo Redondo en el cerro
de San Cristóbal de Valladolid. A l final
de su discurso, declaró Franco : « H a­
remos todo lo que sea humanamente
posible hacer para levantar y redimir a
las tierras y los campos de España ».
Según la interpretación más corriente,
reflejan aquellas palabres, tantas veces
reproducidas y comentadas desde aquel
dia, la honda impresión experimentada
por el llamado Caudillo al visitar los
campos andaluces durante el pasado
mes de junio. A los 22 años de subir al
poder, descubrió Franco la gran miseseria de los campesinos españoles.
Desgraciadamente, la verdad no re­
sulta tan romántica. N o surge la re­
forma de la emoción del Caudillo, sino
de ineludibles necesidades económicas, y
en primer término de las exigencias de­
rivadas de la proyectada incorporación
de España al Occidente europeo. Con­
vencidos de que España, tarde o tem­
prano, se verá obligada a ingresar en
la pequeña Europa del mercado común,
los dirigentes franquistas saben que.
para alcanzar esta meta, est menester
que salven la desigualdad que existe en­
tre la producción y nivel de vida de los
españoles y los de las otras naciones
del Occidente europeo, lo cual supone
a su vez el incremento de la producción
agrícola. R efleja claramente este crite­
rio el comentario publicado en el AB C
con fecha de’, pasado 2 de agosto : « í¿3
trata nada más y nada menos — escribe
el articulista— que de elevar el nivel
de vida de la mitad de los españoles,
hoy en situación de un sufcconsumo
permanente que frena las posibi’ idades
de expansión, no sólo de la empresa
agrícola, sino de la industrial y del co­
mercio ». Y la mayor parte de los co­
mentaristas piensan que el aumento de
la producción agrícola só’o puede con­
seguirse mediante una mejora de las
estructuras agrarias. Otro trabajo pu­
blicado en A B C menciona, en apoyo de
este criterio, el proyecto de política
agraria común redactado por los exper­
tos de la pequeña Europa, en el que se
dice : < Sólo la mejora de la estructura
agraria hará aumentar ¡a productivi­
dad ».
D
Otras exigencias de tipo so ial se
unen a la presión de la pequeña Europa
vaticanista para aconsejar un cambio
radical de las estructuras agrarias. Sa­
bido es, pues, que el paro forzoso que,
salvo en la época de las faenas vera­
niegas, impera de modo permanente en
los campos de Extremadura, Murcia.
Andalucía y otras regiones, empuja a
los parados a que inicien e! éxodo ha­
cia los grandes núcleos urbanos y a las
ricas tierras levantinas. Y al darse en
estas regiones un exceso de mano de
obra, al concentrarse en ellas una masa
desocupada, se incrementa la corriente
m igratoria orientada hacia Iberoaméri­
ca y los países del Occidente europeo.
Superada, pues, la época del cerco di­
plomático y el cierre de las fronteras,
se reanudó el flujo m igratorio en 1948,
alcanzando la emigración en la década
1950-1960 el promedio de 50.000 emi­
grantes al año.
AGRARIA
DE
FRANCO
por Elena de la Souchère
En los últimos cuatro años, el flujo
cia Argentina y Venezuela y última­
mente hacia Brasil, fue bajando paula­
tinamente a consecuencia de las difi­
cultades políticas y económicas por las
que atraviesan los países hispanoame­
ricanos. Pero se incrementó paralela­
mente el ritmo de la emigración hacia
los países del Occidente europeo ; y me­
diante convenios firmados con aquellas
naciones, consiguió el gobierno fran­
quista librarse del problema social plan­
teado por el aumento del paro forzoso
en los grandes núcleos urbanos a conse­
cuencia del « plan de estabilización ».
Sabido est también que, después del tra­
tado firmado con el gobierno de Bonn,
miles de trabajadores especializados o
serni especializados emprendieron la
marcha con rumbo a Alemania occiden­
tal. En este país, a pesar de que el
éxodo se inició sólo hace dos años, re­
sidían ya a fines del año 1960 más de
30.000 ” españoles. Hoy en día se
calcula en unos 80.000 el número de los
trabajadores que, empujados por el
hambre y la miseria, se ven obligados
a abandonar España ; y el flujo migra­
torio se incrementa día à día. Pero sa­
ben perfectamente los dirigentes fran­
quistas que los gobiernos europeos, p^r
rápido que sea el desarrollo económico
de sus respectivos países, se encontra­
rán tarde o temprano en la imposibili­
dad de ofrecer trabajo a una masa es­
pañola cada vez más nutrida. Aquel dia,
limitadas ya las posibilidades de emi­
gración hacia Iberoamérica, se produci­
rá en el Occidente europeo un fenóme­
no de saturación que ha de traducirse
fatal y necesariamente por medidas li­
mitativas de las entradas de inmigran­
tes españoles.
(P a m a la página- 3.)
CuaxtiCCa intexnadonat
J 2.ii
ClLSLS
bazUimasa
çE
C ¿
resolverá mediante un acuerdo, m otivará una catástrofe mundial to
nuevo M unich t P o r de pronto, Krusahef ha logrado
fácilm ente el prim er objetivo de su plan, que consistki en poner fin
L li1
inasiva de los descontentos del régim en. L a riada de fugitivos
l
\ llegaba a B crlin-oeste irritaba a Moscú, porque era, U mnde™!md,almr,nte pregonada, del sistem a comunista, cuya impopularidad
es cada dm m ayor en la Alem ania de Pankov
< *» Berlinés, los soviéticos han querido tam v f ? P™ er a prueba U firm eza de los occidentales. Pero éstos, estimando sin
* fuerz? es €l *”****> *»
ctisis ,m¡2 agX Z
han abstenido dd replicar, p or e l m omento, con medidas que seguramente nicn
m P e im o s combates: Optando V t i ^ J o ^ Z ^ Z t Z l a
sin efecto inmediato, contra la violación del derecho.
^
protesta.
La decisión de las potencias gocidiintales ha decepcionado a los belicosos
que. com o el franquism o, reclam an sanciones económ icas, que no hubiesen qioedado sm replica por parte del Este. La prudencia del Occidente Z T jp liZ T s i
se tiene en cuenta que el problem a de B erlín ¡más que un problem a ju ríd ico
es un con flicto en e l que se enfrentan dos mundos antagónicos.
’
u e ahí la inquietud ante las consecuencias dram áticas que puede tener
esto crisis. S i se Comparan los estragos que haría hoy e l d ZencaZm im uÉ ito
de una conflagración m undial con los m óviles del problèm e en sí la desprovorcujn es flagrante. Moscú quiere (m íenlar o transform ar e l Tratiido (irtu a V con
«urna a hacer de B erlm una zona neutralizada hasta aislarlo d é la . Alem ania
ooculçntal. Según el propio K m schef, B erlín es un hueso que t o n e J w Z Z r ib
e » la garganta. Mas se olvida, quizá, que ese hueso es producto de una guerra
ctí ío que hombres y pueblos, otros que los del campo comunista se batieron
% sf J * lcr,f waT?n también por hacer im posible la tiranía y poder v iv ir libres
f .t o d a opresión Todos estos pueblos que, por suerte o p or d é Z Z c k t Z> están
d i lado oriental ¿ tendrán que, perecer porque K m schef no m ierlp’ trannr oí
e l hlof (lJ v a n ta i está bien resuelto « firm a r un Tratado de
pa. roo lo R D A y m odificar con eUo el actual estatuto de B e r L
pod,-g„
im pedirlo los occidentales ? D ifíc il será. En la tram a de e M a Z a L ·b m tmL·
íh t Z d 'J u '!'° r J Cl Es% 1%2dnJ 'ULS fte ü pura los comunistas que hacer dè ^BcrUn-oeste una phiza xitmda, Pero eso nodria ser tirm hiA» i/,
I-
í w y a r s a r v a w s í r t a & í <* . ¿ ' S í s m
‘ , S 'f n t e k* arrogancia de los nacumalismos y a ju zga r por el tono ame
tmaador de los discursos y de las notas d ip lom à L ·is a p e k i r u l b m T tn lú L
|t c-Jnuci^fc^ tísss:
pÁnZZT'1del mimdo-~
Con todo insistamos diciendo que, tu esta cuestión de B erlín, no podrí
haber una solución valida m ientras no sd tra te dé resolver seriam ente el w o
blcm a en el m arco de una Alemania reunificada y neutralizada cuya siicrti
quisiéram os ver ligad*e al socktHsmo dem ocrático.
M AN C ERA.
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