El Socialista Español : órgano central del P.S.O.E. Junio de 1952

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EL SOCIALISTA
—
E S P A Ñ O L
-
—
Organo de la Federación Socialista Fspañola y portavoz en Francia de la U.S.E.
Correspondencia a nombre
de la Federación
28,
Rue Serpente,
Paris - 6e
Giros a F. SERRANO
JUNIO 1952
24, Av. Victoria,
Paris - 1»r
LÁ OLIMPIADA NEGRA
Con todo ese dinámico fervor cristia­
no y misionero que pene la Cruzada en
su ingente labor de idiotizar a España,
se trabaja estos días en la febril prepa­
ración de los grandiosos actos religiosos
que han de tener lugar en Barcelona
con motivo del anunciado Congreso Eucarístico Internacicnal organizado, no
sabemos si para honor de Dios y de la
Hostia, o para honor de Franco y su Fa­
lange.
Do cierto es que el Congreso promete
ser el más pomposo alarde de « catoli­
cidad » conocido en España desde la
aparición de la Cruzada. Setenta y dos
millones de pesetas ha concedido Fran­
co para ayuda de gastos de la organi­
zación, mientras que la Falange, por
boca de Tomás Remojaro, su vicepresi­
dente general, anuncia la presencia en
el Congreso de 10.000 miembros del
Frente de Juventudes, 25.000 del Centro
INDULTO EUCORISTICO
La amnistía dictada por el « caudillo »
para contribuir al esplender de las fies­
tas del Congreso Eucaristico, es una
farsa más con la que se pretende en­
gañar a las gentes.
Nc es la primera vez que el franquis­
mo hace ostentación de su mendaz ge­
nerosidad para especular a cuenta de
ella. Pero en esta ocasión la argucia re
sulta más hipócrita e inicua por llevar
el sello del catolicisme complaciente eue
no escatima sus alabanzas al dictador.
El indulte eucaristicc nc alcanza más
que a un número reducido de reclusos
de delitos comunes, ya próximos al limi­
té de sus castigos. Los presos políticos,
que sen a los que el régimen inflige las
sanciones más severas, seguirán pur­
gando sus penas en las prisiones del
« caudillo », ese mismo « caudillo » por
la gracia divina que, a la diestra del
representante del Papa, compartirá los
honores de la catolicidad.
Perc para que el dictador haga paten­
te su magnanimidad cristiana, tiene
que hácer antes los preses. Por eso la
amnistía del Congreso Eucaristicc ha
side precedida de detenciones en serie
en todo el país, con las que cubrirá con
creces los puestos que dejen vacantes
los que serán liberados.
Come todo régimen policíaco que se
estima, e! de Franco cuenta con un sis­
tema represivo a prueba de todos los re­
finamientos. Pero nc- le basta. Para im­
poner su tirania y sojuzgar al pueblo es­
pañol tiene que asesinar, además, a los
españoles libres, como los recientemente
fusilados en Barcelona. France significa
la intolerancia, la traición, el odio, la
miseria, la opresión, el crimen. Y todo
esc es lo que van a bendecir los piado­
sos congresistas de Barcelona.
La Iglesia católica se identifica con
los suyos.
Nacional Sindicalista y dos mil camara­
« catolicidad » del enano sangriento po­
das de las Secciones Femeninas.
drá mostrarse al mundo bendecida por
Entretanto, la policía y los civiles tra­
Dios. Craso error el del Papa. Porque
bajan febrilmente, noche y día, por ca­
ya, desde hoy, millares de cristianos que
lles y callejas de la ciudad condal, en
aun en el mundo entero conservan sana
busca de posibles madrigueras de des­
su conciencia, se van a preguntar si la
contentadizos. Las redadas se llevan a
Iglesia católica y el concepto fascista de
ritmo acelerado. Diariamente ingresan
la vida son una misma cosa o, por lo
en la cárcel, por centenas, los presun­
menos, si la Sede romana y el franquis­
tos futuros perturbadores de la paz eumo asesino_andan tal para cual.
carísitca de la ecuménica reunión.
Los españoles, desde luego, ante el
Concentración de curas y de carcas,
alarde teatral de ese Congreso, los mi­
concentración de falangistas, concentra­
rarán en adelante con igual repugnancia
ción de policías y de guardias civiles.
y con el mismo horror.
Contubernio de estacas y rosarios, fusi­
Por el momento aquella Barcelona de­
les y sotanas. Palizas en las cárceles y
mócrata y viril que hace un año dió al
en las comisarías, y en las calles alta­
mundo su grito de protesta contra la
res al Santísimo, derroche de estampidictadura falangista, tendrá que resig­
tas, plaga de procesiones y angelitos de
narse a aceptar el gigantesco c trágala»
carne con alas de cartón.
de esa Olimpiada Negra que se le viene
; Y el pan a seis pesetas ! Lo que no
encima, y en la que la gran pompa des­
quita para que la Delegación Sindical de
plegada va a servir, en principio, más
Zamora mande un millón de formas pa­
para alzar a Franco que para honrar a
ra que puedan todos los congresistas de
Dios.
esa Olimpiada Negra celebrar la inocen­
Ese altar gigantesco <60 metros de al­
te teefagia de su diaria comunión.
titud por 32 de ancho) que en la Plaza
de Pío X H se está alzando para las ce­
Barcelona, la ciudad liberal, cuna de
remonias que han de tener lugar ante
mevimientos proletarios y luchas sindi­
medio millón de peregrinos, es, más que
cales, emporio de trabajo y centro de
un monumento de piedad, un alarde ra­
progreso cultural, va a verse convertida,
bioso de potencia para asustar a ese
por obra y gracia de nuestros caverní­
pueblo oprimido que roe sus cadenas so­
colas, en un gran escenario del medievo.
bre las ruinas, aun hoy ensangrentadas,
E l humo del incienso ocultará las lacras
de su perdida libertad.
del hambre popular, y en los cantos li­
Política de « trágala ». Juego de tram­
túrgicos se perderán las voces angus­
polín. A la protesta airada que en el 51
tiadas de un pueblo que no quiere pere­
dejó_ oir en las calles de la ciudad medi­
cer bajo el oprobio de un régimen tira­
terránea la voz desesperada del pueblo
no. El Congreso Eucaristico, brindado a
catalán se le contesta ahora, en el 52,
Franco come balón de oxígeno por el
neo-fascismo vergonzante del mundo oc­ , con cantos gregorianos y con concentra­
ciones falangistas.
cidental, lucirá en Barcelona con todo el
Esperemos que el trampolín funcione
esplendor de su guardarropía. Miles de
nuevamente. Sólo entonces sabremos qué
peregrinos llorarán de emoción ante la
respuesta
traerá.
santa forma, porque en la Eucaristía di­
cen que está la paz. Y bajo el cielo azul
mediterráneo que, en una aún no lejana
madrugada, vió caer en el Campo de la
PANORAMA ESPAÑOL
Bota, cinco cuerpos de heroicos resisten­
tes pasados a balazos, resonarán los can­
tos gregorianos, y el Legado de! Papa,
Tedeschini, rodeado de yugos y de fie- ’
chas, impartirá a los fieles la bendición '
papal.
Es verdad, sin duda que la « gracio­
No se nos venga ahora a argumentar
sa y desinteresada » liberalidad de los
con razones sofísticas que la Iglesia ca­
gobernantes norteamericanos, al otorgar
tólica no se solidariza, al celebrar este
a Franco créditos, protecciones y estí­
Congreso en Barcelona, con el trágico
mulos, abre al régimen usurpador posi­
régimen que ha ensangrentado a Espa­
bilidades de consolidación política pers­
ña. No es de hoy que el Vaticano em­
pectivas de saneamiento económico y,
plea en su política hacia nuestro país ar­
en la misma medida, condiciones de me­
gucias como ésta de enviar un Legado
joramiento social. Pero no es menos ver­
que dicen poco afecto a les mitos y nor­
dad — y los más advertidos informado­
mas de la Cruzada falangista. Juegos de
res y consejeros del presidente Truman
dos barajas. Si lo que el Papa intenta
lo saben y lo dicen sin disimulos —-, que
con la tal legación es « tomar sus dis­
la estructura estatal del engendro fran­
tancias », el camino más clare hubiera
quista, sus taras de origen, la innata
sido el de no autorizar el tal Congreso
delicuescencia de sus organismos recto­
en tierras sojuzgadas por el último abor­
res y la bien acreditada corrupción e
to del fascismo. Pero lo ha autorizado.
incapacidad de sus jerarquías gober­
La bendición papal concedida al Congre­
nantes, son a tales efectos una sólida y
so presidido por Franco viene a lavar,
anticipada garantía de ineficacia y, en
fin de cuentas, de fracaso. A pesar de
como agua del Jordán, los crímenes
franquistas Ya, de hoy en adelante, la
esto y, mejor aún, por esto mismo, los
EK PERFECTA SIMBIOSIS
conspicuo* voceros periodísticos del ré­
gimen, con la jactanciosa y delirante
iessnvoltura que Ies caracteriza, dan ya
por definitivamente realizados, o en vía
de franca realización, tales fines, atri­
buyendo el éxito de tan transcendental
empeño, a la asombrosa clarividencia y
al sin par genio político de su providen­
cial « caudillo ».
L 0 6 que contra todos los imperativosde razón y de justicia, desdeñando com­
promisos solemnes y voluntariamente
aceptados, se producen ahora como so­
lícitos patrocinadores del régimen par­
teado por Hitler y Mussolini, se conven­
cerán pronto, pero no sin daño, que en
el insaluble y esterilizador clima políti­
co del franquismo, nada fecundo, pro­
gresivo y pacífico puede nacer y pros­
perar. Por lo pronto, ya se habrán en­
terado que sus aportaciones económicas
y financieras, sus ayudas técnicas y di­
rectivas y sus reiteradas sugestiones de
reformas democráticas, sólo sirven en
realidad para reforzar una corrompida
y corruptora dictadura, en la que cato­
licismo e intolerancia, fanatismo y arbi­
trariedad, intransigencia y desafuero,
son términos sinónimos, que se comple­
mentan y viven, como en un bien dosifi­
cado caldo de cultivo, en perfecta sim­
biosis.
El protestantismo, que sigue siendo la
bestia negra de la cerril y no menos ne­
gra reacción española, es, como no po­
día menos de ocurrir, desde la instaura­
ción de la tiranía falangista, objeto de
toda suerte de oprobiosas vejaciones y
de una sistemática persecución que se
caracteriza por la violencia agresiva y
la ferocidad de* un verdadero acoso.
Una tan abominable y sectaria cam­
paña ha tenido en el extranjero, de mo­
do especial en los Estados Unidos, tales
repercusiones y provocado tan indigna­
das protestas, que Franco y sus minis­
tros se han súbitamente alarmado ; no
por la campaña en sí, con la que, en el
fonde, están conformes e identificados,
sino porque la enfadosa situación crea­
da puede perturbar el buen desenvolvi­
miento de las amistosas relaciones con
los americanos ; más claro, para que
todos lo entiedan : con los dólares ame­
ricanos.
El cardenal Segura, arzobispo de Se­
villa, es el nuevo Pedro el Ermitaño de
la desaforada cruzada. Este prelado,
que por su temperamento, formación
ideológica y concepciones políticas, está
tan cerca del dominico Tomás de Torquemada, como lejos del también domi­
nico, más ilustre, Francisco Vitoria, pu­
blicó recientemente una Carta pastoral
que ha causado gran sensación en los
medios franquistas. En ella se acusa al
gobierno de permitir propagandas de
benevolencia en favor del protestantis­
mo y de dar con ello lugar * a una re­
crudescencia- de las actividades protes­
tantes en España que alcanza propor­
ciones de mucha gravedad ». Exhorta a
los católicos a que se opongan a « los
avances del protestantismo », y, por si
esto fuera poco, censura al señor Tra­
man, « presidente de una nación protes­
tante », que interviene en la propaganda
centra el catolicismo y en pro del pro­
testantismo.
Ocioso parece decir que se impidió a
la prensa la publicación de la aludida
Carta pastoral y, asimismo, que se co­
mentara. Pero tal prohibición no arregló
el asunto. Al contrario, lo agravó ; pues
el cardenal, en un segundo documento,
acusa al gobierno de haber impedido la
publicación y comentario del primero,
violando así derechos fundamentales de
la Iglesia « en cuestiones que afectan a
la guía religiosa y moral de la grey ca­
tólica ».
Como se ve, s i asunto en cuestión
tiene otra importancia y mayor alcan­
ce que los que se atribuyen a un sim­
ple pleito de familia mal avenida. El
periódico inglés « The Times », en un
despacho de Madrid del 7 de este mes,
decía : « que se daban instrucciones al
embajador de España en la Santa Sede,
para informar al Vaticano del disgusto
de su gobierno por las críticas de que
es frecuentemente objeto por parte del
cardenal Segura ».
En vez de reprimir enérgicamente la
rebeldía clerical, como reprime sin vaci­
lar otras rebeldías, Franco protesta an­
te el Vaticano y' busca así una interven­
ción conciliadora. El síntoma es revela­
dor. Se sabe como empiezan estos eno­
josos incidentes, pero son tantas las re­
percusiones y las complicidades posibles,
que no se sabe nunca como terminan.
En todo caso, la debilidad y la deli­
cuescencia del despótico régimen fran­
quista son indudables y se manifiestan
también en perfecta simbiosis.
DOM INADOR GOMEZ.
en todo momento por fuertes conviccio­
nes.) La Historia ha recogido ya su va­
liente posición frente al nazifascismo,
sus querellas con los derechistas del L a ­
borismo, su labor inteligente como di­
plomático en Moscú y luego en la India
durante los más negros momentos ' de
la pasada guerra, y después su inteli­
gente, tesonera y decisiva acción en el
laborioso restablecimiento económico de
su patria. El Socialismo internacional
está de luto en Inglaterra y en todo
el mundo.
Rafael Fraile
En Méjico ha fallecido recientemente
el Dr. Rafael Fraile, médico eminente y
antiugo militante socialista. Por sus ex­
cepcionales bondad, generosidad y com­
pañerismo gozaba da grandes simpatías
en todos los sectores de l’a emigración
republicana. A su entierro acudieron
numerosos compatriotas y no pocos mecanos. Su .muerte nos ha causado muy
ondo dolor.
S
Gerardo Castell*
NECROLOGICAS
Stafford Cripps
Sir Stafford Cripps, que tras larga y
cruel enfermedad acaba de fallecer en
Suiza, fué un gran combatiente del So­
cialismo. Sincero e íntegro, austero y
.místico, Cripps tuvo en su carrera polí­
tica momentos culminantes que a veces
le hicieron enfrentarse a su propio par­
tido y que otras obtuvieron la adhesión
calurosa de todos los laboristas. Fué
una personalidad singular y cimera, que
siempre actuó llevado de una gran ge­
nerosidad y una gran rectitud, guiado
En Madrid falleció en los últimos d'as
del año pasado nuestro compañero Ge­
rardo Castell, veterano socialista y uge­
tista. Castell fué de los primeros y más
entusiastas militantes de la organiza­
ción ferroviaria, y por sus actividades
en ésta y en el partido sufrió persecucio­
nes de las autoridades falangistas. A sus
familiares expresamos nuestra sincera
condoloncm. ____________________________
PO R F A L T A DE ESPACIO NO PO­
DEMOS PU B LIC AR TAMPOCO E N ES­
T E NUMERO LOS DONATIVOS R E ­
CIBIDOS P A R A
E L SOCIALISTA ESPAÑOL
ni otras actividades del Partido.
Q&ípeó en eí qunque
A R G U E ZA . — EX contrabandista March se ha mostrado muy espléndido
en la Fiesta de la F lo r, repartiendo cheques a diestro y1 siniestro. Las
muy encopetadas damas de la casta dominante hoy en España se hacían
cruces.
E l dinero del pirata ha abierto muchas puertas y ha cerrado muchos
picos. Ese que ha dado en, la Fiesta de la Flor1 con tanta ostentación es de
suponer que tendrá también su contrapartida.
j Temerá March que el Cuñadísimo, abogado de « La Canadiense »,
le estropeen el lucrativo negocio urdido a cuenta de ésta t
L
T
A C A Ñ E R IA . — P o r contra el regente del Irak, que ese día acompañaba
el « caudillo », no se retrató. 'Cuando las niñas del bote se le acercaron,
empezó a palparse los bolsillos y no sacó ni gorda. Franco, gran sal­
vador de España y hombre povidencial, sacó esta vez, también, al principe
de apuros, ordenando al marqués de Huétor, que iba en la comitiva, que
entregara nada menos que m il pesetas.
En guitarra de otro' buenos golpes.
Í
O D IC E E L P R E S ID E N T E . — Eli señor Bilbao, presidente de las « Corj tes » de Franco, en su discurso de inauguración dijo que el liberalismo
impedia que se sentaran en las Cortes los sacerdotes. En cambio en las
de ahora hay todos los curas, todos los coroneles, todos los toreros, todos
los notarios y todos los académicos que quiere Franco. Y además, que las
« Cortes » de ellos pueden convivir con todos los regímenes> que no sean1
totalitarios.
En efecto, está visto que el señor Bilbao no puede convivir con los regí­
menes totalitarios.
■.
R E S E N T E S Y ¡A U SE N TE S. — Entre los congresistas de Barcelona figu­
rarán Von Papen, colaborador principalísimo de H itler, y José Mojica,
franciscano y eorcedette del cine.
E n cambio, no asistirán ni el Papa, n i el cardenal Segura, el primero,
tal vez por no confundires con Franco ; el arzobispo de Sevilla porque está
enfadado con Franco.
1
V eso que el « caudillo » les ha dado 72 millones y pico de pesetas para
organizar el festival.
P
f
E XPO SICIO N. — La exposición de rosarios organizada con motivo del
' Congreso Eucarística ha sido un éxito. Los había muy buenos. P o r
casualidad figuraba un antiguo rosario de la aurora, de los pocos que
los amigos de Blasco Ibánez dejaron enteros.
E L FORJADOR.
J u le s M o ch en M éjico
Formando parte del grupo de perso­
nalidades francesas que inauguró la lí­
nea aérea París-Méjico, han estado en
Méjico Jules Moch y su esposa.
Acudieron a -'saludarles en el aeródro­
mo nuestros compañeros Lamoneda,
Huerta, Angulo, Lascurain y Mesto,
dándoles la bienvenida en nombre de la
Ejecutiva de la U.S.E. y del Círculo
Jaime Vera.
Los camaradas Moch permanecieron
en Méjico una semana.
Antes de regresar a Nueva York, don­
de Moch preside la Delegación francesa
en la Comisión del Desarme, de la O.N.
U., la Ejecutiva de la U.S.E. ofreció a
lo-; esposos Moch una cena, que tuvo
lugar en un céntrico restaurante y a
la que acudieron, entre otros, los com­
pañeros González Peña, Huerta, Lamo­
neda, Rodríguez Vega, Angulo, Lascu­
rain, Ramos Oliveira, Nicolás Jiménez,
Agüera, Rafael Méndez, Rómulo Negrín,
Remacha, Pinero, Jiménez ¡siles, Nico­
lás Muñoz, Garcés y numerosas compa­
ñeras.
La cena transcurrió en un ambiente
de gran cordialidad, y a los postres, los
compañeros Angulo y Lamoneda pro­
nunciaron varias palabras, el primero
para ofrecer el homenaje y hacer votos
por el éxito de Moch en sus esfuerzos
pro deserme, en contra del rearme ale­
mán y a favor de un Partido Socialista
francés unido, fuerte y capaz de llevar a
Francia al Socialismo, y el segundo pa­
ra recordar y agradecer a los esposos
Moch cuantas ayudas han prestado
siempre a los socialistas españoles en los
momentos difíciles : el movimiento re­
volucionario de octubre del 34, la guerra
española, la emigración, y, en fin, du­
rante la reorganización de nuestro Par­
tido en Francia, así como por la simpa­
tía que constantemente han demostrado
por la República Española. « Pocos so­
cialistas franceses — dijo Lamoneda —
les han igualado en esta actitud de so­
lidaridad socialista ; ninguno la ha supe­
rado. »
El camarada Jules Moch se levantó a
pronunciar un breve discurso para agra­
decer el homenaje, y lo hizo en términos
de gran sinceridad y emoción.
Comenzó recordando que su esposa, la
compañera Germaine Piceard Moch, se
trasladó a España en 1935 con el pro­
pósito de asistir a la vista del proceso
contra el compañero González Peña, por
cuya salvación trabajaban los socialis­
tas franceses, y cómo fué expulsada de
España por el Gobierno del nefasto Lerroux.
En 1932, al entrar ambos en España
para estudiar de cerca la obra de la
naciente República, vió con emoción
cómo en Irún ondeaba una roja bandera
socialista.
Evocó sij visita a la zona minera de
R'otinto, donde al ver en la ciudad de
N erva una calle llamada de Carlos
Marx, advirtió la gran influencia socia­
lista en aquella región. « También en
Andalucía — dijo — vi cómo los propios
obreros construían su Casa del Pueblo,
más alta por cierto que la iglesia.
« Cuando estalló la sublevación m ili­
tar en España — agregó — teníamos
15 aviones disponibles. De acuerdo con
Blum, prolongamos el Consejo de minis­
tros que discutia acerca de la no inter­
vención justamente hasta que el último
avión habla salido para España.
« En años posteriores hemos compren­
dido que no hicimos bastante, y es un
pesar que nos contrista.
« Auriol y yo — él en Prat de Molió
y yo en la parte oriental de la frontera
catalana — nos repartimos el trabajo
de ayudar a la evacuación del ejército
republicano y de los elementos civiles
que buscaban asilo en Francia.
« Recuerdo que un capitán de la Gen­
darmería se oponia al paso en forma­
ción de las tropas que mandaba el coro­
nel Alejandrino dos Santos. Alejandrino
le dijo : « Traigo la banda de música
« para tocar la Marsellesa y el Himno
« de Riego al entrar en vuestro país.
« Supongo que no estará prohibido to« car la MarseTlesa. » Logré convencer
al capitán de que aquel ejército en fo r­
zoso éxodo ipabia estado luchando con­
tra un asesino, vergüenza del mundo ci­
vilizado. Y Alejandrino entró con sus
tropas y su banda de música.
« En mis contactos con los norteame­
ricanos trato' de convencerles de que una
alianza con el franquismo seria un golpe
terrible para la democracia. Las venta­
jas estratégicas no pueden justificar e‘l
pacto con un régimen fascista, que con
su presencia mancharía la bandera de la
libertad y privaría a la causa democrá­
tica de la simpatía popular.
« El viaje de los marinos norteameri­
canos a España ha sido para éstos muy
instructivo. En Barcelona, los marineros
españoles dijeron a los oficiales ameri­
canos : « Estos hombres que vienen a
« cumplimentaros no representan a Es« paña. España es otra y bien dis« tin ta »
« Vengo soteniendo en mi partido y
en mi país que la Alemania de hoy es,
por desgracia, igual que la de ayer.
Pues bien : aunque haya quien no lo
crea, Franco es también el mismo de
antes, y sería un error y una debilidad
concederle beligerancia y ayuda. »
Moch terminó con un saludo para to­
dos los socialistas españoles que, dentro
y fuera de España, luchan por la Repú­
blica.
Los concurrentes aplaudieron muy ca­
lurosamente a los camaradas Moch, que
han marchado llevándose un grato re­
cuerdo de Méjico y de esta modesta fies­
ta de confraternidad socialista.
J U A N A . M E L IA
(Viene de la cuarta página).
tener tranquila la conciencia.
Escritor socialista. Tampoco podia ser
de otra manera. Nunca creí que podría
servir para otra cosa, y me esforcé por
lograrlo. Escritor no brillante, nada li­
terato, pero sincero, honrado. Cuando
uno deja el chibalete de la imprenta pa­
ra dedicarse a escribir, sin haber pasado
por Institutos ni Universidades, y te­
niendo que ganar para vivir, no puede
hacerse grandes ilusiones. Sobre todo, yo
no llevaba dentro de mí al genio que
hizo célebre a muchos hombres. Conven­
cido de ello, desde el^ principio me aco­
modé a la beata mediócritas.
Me apasionaba de tal .modo la lectura,
que se despertó en mi la ambición de
escribir. El maestro Iglesias me incitaba
con su inteligente discreción : « ¡ Por
qué no pruebas ? » Era yo un mocito
y no necesité más. Hice mis ensayos,
sobre todo traduciendo textos socialistas
francéses e italianos que me extasiaba
ver después insertos en E L SO C IALIS­
T A semanal. Y más adelante : « Escri­
be alguna cosilla corta. Se la> mandaré
a los compatriotas de Vigo o a los de
Eibar para sus periódicos, que necesitan
colaboración. Y yo me « soltaba el
pelo » escribiendb para unos y otros, y
me entusiasmaba cuando los camaradas
de otros semanarios de distintas regio­
nes me escribían solicitando cuartillas.
Me parecía facilísimo hacer artículos.
; Osadía juvenil !
De esa manera se fomentó en mí el
vicio de escrribir. Y llegué lejos, en
cuanto a cantidad. Un día recibí un es­
tímulo bárbaro de parte de un muchacho
camarada que decía de mis artículos :
« Eso se lo escribe Iglesias para que
él lo firme. »
Otras veces, el estímulo venia de un
compañero desconocido y viejo, casi
abrazándome, me miraba, con ojos lim­
pios j?ara decirme : « Compañero Meliá :
hoy me ha hecho usted llorar con sus
cuartillas del periódico. »
Los deseos del Maestro me lanzaban
en todas las direcciones. Alguna vez de­
cía : « Los versos son un buen medio
de propaganda porque gustan a todos.
El pobre Alvaro Ortiz los hace muy a
propósito, pero tan de tarde en tarde... »
¡ Que más quería yo saber ! Me ence­
rraba en un cuarto y fabricaba versos
sentimentales, heroicos, de todas clases.
Formábanse grupos artísticos de afi­
cionados al teatro. En Madrid, el viejo
Maeso capitaneaba uno. Pero las obras
representadas no había más remedio
que elegirlas entre las que se llamaban
« avanzadas » en el campo burgués. Y
el Abuelo comentaba : « ¡ Qué lástima
no tener obras teatrales nuestras, por­
que podría hacerse buena propaganda
con ellas !. » Entonces yo brincaba den­
tro de .mí mismo. Sí, ¿ eh ? Pues va a
haberlas. Y de corrido me sacaba de la
cabeza dramas, comedias, juguetes có­
micos... Todo en plan socialista. Después
traduje dramas de Máximo Gorki. No
paraba en barras.
Se fundaban escuelas laicas. Los ni­
ños de los camaradas carecían de 'ecturas adecuadas. Pues, ¡ allá voy ! Y es­
cribí una serie de cuentos infantiles.
El Partido no tenía dinero para editar
folletos de propaganda. Pues yo me de­
diqué a publicar irnos cuantos, fueran
traducidos, fueran originales de excelen­
tes compañeros, fueran míos...
Confieso que lo que mejor encajaba
en mi psicología personal, lo que más
me llegaba adentro en m i primera, ju­
ventud era la mordacidad, el juicio se­
vero, concreto y claro de los comenta­
rios que nos ofrecía Paco Diego en cada
número de E L S O C IA LIS T A con su
c Semana burguesa ». Ese espíritu ins­
piraba mis burlas, mis sarcasmos, en las
« Cuartillas volanderas » que publiqué
durante años. Profundo placer me pro­
curaba el que cada lunes me dijese el
Maestro : « ¿ Tienes ya listas para là
imprenta tus cuartillas ? » Y nú diga
mos cuando alguna vez me hacía este
comentario : « Esta semana té han sa­
lido bastante bien. »
Sin vanidad, pero con honda alegriá,
recuerdo las palmaditas que el otro
maestro, Jaime Vera, me daba cuando
visitaba al Abuelo, para decir : « • Qué
buenas cosas dice, a veces, este Me­
liá,! »
Ciertamente, he escrito mucho duran­
te mis buenos años. Puede parecer de­
masiado ; pero yo lo consideraba nece­
sario t había oradores, conferenciantes,
organizadores... ; yo no serv'a para esos
menesteres y hacia lo que podía : lien""
cuartillas. Ño me preocupaba el « estilismo » ; pretendía solamente ser claro
para que mis lectores me entendieran :
prefería la sinceridad a la afectación,
al rebuscamiento de palabras y de giros
más o menos literarios.
Seguramente, entre mis escritos no
hubo nada notable, pero no todo era
malo. M i aspiración era hacer pensar a
mis compañeros lectores ; quería daries
ideas claras, juicios tajantes y acerta­
dos. Ahora ya nada más aspiro a que
los que me leyeron en aquellos tiempos
me recuerden y puedan decir de mi lo
que decía Voltaire en el título de uno
de sus deliciosos cuentos :
* Cosi-Santa hizo mal y mucho bien. »
Directeur-Gérant : JO RG E M O R EN O
Imprimerie S.P .I., 4, rue Saulnler. Parle
PRO y CONTRA
imiiiiiiiiiiiiiimiiiiiiiiimimii
BORDONERIAS
Hace dos meses, la United Press, es­
parció una nota, para advertir, que Den
Juan de Bcrbón, pretendiente al trono
de España, al salir, en Rema, de una
reunión familiar, habia declarado que la
familia real-de España, nc reconocía a
la segunda mujer de Don Jaime, herma­
ne de Don Juan, el derecho a llevar el
titule de duquesa de Segó via. La duque­
sa de Segcvia no es de los nuestros, de­
cían los Berbenes reunidos en Boma.
Este ocurría el 13 de marzo último.
E l 14 de marzo, el infante Don Jaime
respondía, en París, al ccmunicado de
Den Juan, defendiendo a la duquesa de
Segcvia, su segunda esposa, precisando
jue su primer matrimonio con Dña. Ma­
nuela de Dampierre, celebrado en Boma
el 4 de marzo de 1938, habiendo sido
ccntraídc sin el asentimiento de las Cor­
tes, no era válido, en aquella época, an­
te la ley española.
« Yo, terminaba diciendo Don Jaime,
luedaba solo, en la adversidad. Entonces
fué cuando encontré a la actual duque­
sa de Segcvia. Nuestro matrimonio se
celebró el 3 de agesto de 1349 en Innsbruck (Austria). Por cierto que la cues­
tión de mi matrimonio, de notoriedad
mundial desde hace tres años, no ha si­
do promovida más que en el momento
en que, después de una larga paciencia,
yo tuve que intentar una acción, cuyo
primer acto tuvo lugar el 10 del corrien­
te abril, para reivindicar la sucesión de
mi llorado padre S. M. Alfonso X III,
que todavía no ha sido liquidada defi­
nitivamente desde 1941. »
Tcdcs estes episodios de reyes o prín­
cipes en el destierro, antes nos llegaban
casi exclusivamente de París. H cy vie­
nen de más lejos : de Boma, pasando
per Innsbruck, Turin, o Madrid. Antes,
excitaban la pluma de un Alfonso Dau­
det. Hcy, somos 1rs escritores republi­
canos los que tenemos que recoger los
vidries rotos del escándalo. Don Jaime,
tiene razón ahora como la tuvo hace al­
gún tiempo, cuando defendía a la duque­
sa de Segovia. Merced a ella había po­
dido romper su mudez nativa. Aquello
era, incluso, entemecedcr. Habia en las
declaraciones de D. Jaime, algo como un
sentimiento filial. La duquesa de Sego­
via ponía en su amor, que podía pare­
cer interesado, el sentido maternal que
suele acompañar el amor femenino a la
española. Y nosotros, per vez primera,
defendimos a un príncipe, como ahora
volvemos a hacerlo por vez segunda.
Pero la historia es más fuerte que el
amor y cuando se es Borbón hay que
sufrir la fatalidad del nombre. Las bar­
bas faunescas de Enrique IV, presiden,
sobre todo en España, la ronda borbó­
nica. Esto ya viene desde Isabel de Bor­
bón, nada menos, la hija del Beautés,
casada ern Felipe IV, y en torno de la
cual, se tejió teda la aventura del conde
de Villamediana. Marañón, defiende a
la reina Isabel, pero si achacamos a una
actriz amiga del rey aquello de « reales
son mis amores »
nes encontraremos
c« n esta defensa, que miente todo el fol­
klore del Rey poeta, convertido así en
inductor al asesinato, casi en franco
asesino, ya que era rey todopoderoso.
Desaparecen, para limpiar a Felipe IV
de la sangre de Villamediana, las gra­
das de San Felipe, Ies sonetistas de Ma­
drid, la voz popular que lleva el hecho
con su romance, hasta América, teda
una tradición histórica y poética, pero
ya nadie podrá separar a la primera
reina borbónica, del cadáver de Villame­
diana. Luego, la galantería, no dará san­
gre, pero se espesarán los Viüamedianas.
Las familias reales, serán como unas
buenas familias burguesas, muy dispues­
tas para el adulterio. En La Familia de
Carlos IV , de Goya, no hay hijos de
Carlos IV, y son muchos, los que les e»
critores del X IX y del XX, señalan co­
mo bastardos. Hay allí mucho hijo de
Gcdcy. Quien no lo es, como Fernando
VH, la propia María Luisa, declaiará
que se lo hizo un fraile de E l Escorial.
Para casar a Isabel I I con un hijo del
infante Francisco de Paula, hay que se­
guir alerta las sinuosidades de la bas.
tardía para no confeccionar un incesto.
Si no se dan ameres adulterinos, se
producen rencores familiares. Pío Baroja, ha logrado escribir varias novelas
reales a base de los cheques entre la in­
fanta Luisa Carlota y el infante Don
Francisco. Luisa Carlota, la de las bofe­
tadas a Calcmarde, era un virago, que
empujaba a su hermana Cristina al es­
cándalo, para conseguir ella la regencia.
E l libro sobre María Cristina, Baroja lo
titula « Crónica escandalosa », y cual­
quier de nosotros per somera que sea
su erudición, podrá testificar con nom­
bres y fechas, la frase escrita por Bareja : « Algunos aseguraban que María
Cristina había convertido Palacio en
un burdel ». En aquel burdel, se produ­
jo en 1856 la muerte misteriosa del ge­
neral Orbiztondc, ministro de la Guerra
en el gobierno Nerváez. De Palacio, fué
llevado, a su casa, muerto. Nunca se
han sabido las causas de su muerte.
De Isabel H, sabemos todo su liberti­
naje por los folletos de la oposición y
las narraciones de los contemporáneos.
A los trece años, tuvo amores con Olozaga, que pasaba de los cuarenta. Inclu­
so cuando fué presentado a las Cortes
ei niño Alfonso X II, alguien gritó :
« ¡ Que salga el autor ! » y algunos sin
por MARIO AG UILAR
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un nombre, le pusieron un mote, llamán­
dole « el Puigmoltejo » para gloria del
coronel Puig Moltó y recuerdo de aque­
lla famosa infanta denominada la Beltraneja, en tiempos de Enrique IV de
Castilla.
Después de Isabel II, las mujeres bor­
bónicas, tuvieron más juicio y menos
prurito erótico, que pasó a los hombres.
A Alfonso X III, su padre, Alfonso X II,
le dió dos hermanos, los hijos de Elena
Sanz, que tuvieren por abogado a Sal­
merón, y que a juzgar por les años en
que nacieron, deben de ser ya unos ve­
nerables ancianos. Alfonso X IH repitió
la anécdota. Con ella, los hijos de Ele­
na Sanz, llevan otro nombre. Ya en 1931,
mi buen amigo, el escritor Juan Chavás
— hcy en Cuba — escribió en « La L i­
bertad » sobre ello. Esta ver, la que dió
hijos — des a Alfonso X I I I — también
era actriz, pero nc lírica, y todavía vive.
Muerto ya Alfonso X III, todavía arma
rebullicios. A María Cristina, la llama­
remos Doña Virtudes y la maledicencia
no habrá pedido desde Isabel H morder
sobre las señeras de Palacio, pero como
nadie puede saltar sobre su sombra y
las fatalidades borbónicas van siguien­
do la vida de los hijos, aunque éstos se
esfuercen en cultivar la honesta nota
matrimonial, a pesar de sus esfuerzos,
desafinan.
Histeria de una familia bajo el Segun­
do Imperio, escribió Zola. Historia de
una familia borbónica, podríamos escri­
bir para explicar des siglos de la histo­
ria de España, les últimos. Ninguna fa­
milia tan inclinada a los hábitos caseros
como ella y sin embargo por donde quie­
ra que va, y por todos los meridianos,
va el ruido con ella.
UNAS CUARTILLAS DE JUAN A. MELIA
Después de las comidas fraternales dedicadas a los compañeros Ferm ín Mesto
y Juan José Gómez, a las que acudieron numerosos afiliados, el Comité del Circulo
Jaime Vera, Sección en M éxico de la Unión Socialista Española, organizó otra
ofrecida al camarada Juan Almela Meliá, veterano militants y escritor socalista.
La vida de Alm ela Meliá, hijo adoptivo del maestro Pablo Iglesias, está tan
unida a la historia del P.S.O.E., que nos pareció oportuno fija r la comida p a rt
una fecha cercana al Prim ero de Mayo, con lo cual este acto de confraternidad
socialista sirvió para que, como otros años, nos viéramos reunidos evocando la sig­
nificación de la Fiesta del Trabajo.
E l acto se celebró el domingo día 27 de abril en ei Restaurante Nuevo Café
Francés, y a él concurrieron numerosos afiliados y Simpatizantes.
Ocuparon la presidencia, junto a Juan A. Meliá, los conpañeros Fermin Mesto,
Juan José Gómez. Eduardo Mozón, vicepresidente del Circulo, y Ramón Lamoneda,
el cuál, después de dar lectura a un telegrama de adhesión del compañero Alvarez
del Vayo, presidente de la UJ3.E., hizo un breve discurso ofreciendo el agasajo
y glosando la significación del reto.
E i camarada Meliá contestó leyendo unas cuartillas que, por su extensión, no
podemos recoger integras :
U n deber de cortesía, que empareja
perfectísimamente con mi sentir — di­
jo -■— me hace comenzar pqr daros las
gracias por vuertra demostración de
afecto. Como nunca fui una personali­
dad relevante, estimo en más esa de­
mostración. Es una prueba de que so­
mos algo diferente de lo usual y supe­
rior e lo usual : no tenemos santones
ni esperamos lograr nada de aquel a
quien demostramos afecto.
Estas reuniones que de vez en cuando
verificamos tienen el alto valor de facili­
tar un buen rato de fraternización en­
tre los que todavía esperamos algo y
todavía conservamos — no diré la fe —
un convencimiento de que estábamos en
lo cierto y de que seguimos estando en
lo cierto. Lo veréis confirmado los que
sois jóvenes o semijóvenes. Tal andan
las cosas en el mundo que se acabará
reconociendo eue la Humanidad sólo tie­
ne, como salida lóeica y decorosa, una
organización socialista.
La circular que ha servido para invi­
taros a esta reunión contiene palabras
quç me afectan y que deseo glosar. Ello
me ds ocasión para deciros todavía al­
gunas cosas.
Veterano. No es difícil llegar a serlo :
es sólo cuestión de tiempo. En efecto,
llevo cincuenta y tres años afiliado al
Partido, sin vacilaciones ni veleidades.
Lo oue me quede de vida, con vosotros
me tendréis.
Hijo adoptivo de Pablo Iglesias. No
tenía yo todavía doce años de edad
cuando ya lo era. Quisiera yo que todos
los hombres buenos tuvieran padres tan
buenos como fué el padrastro que yo
tuve.
Mi vida ha estado unida a la his­
toria del Partido. Exacto. N o podía ser
de otra manera. Durante medio siglo
he aportado al desarrollo de esa historia
cuanto he sabido y he podido aportar.
No otra cosa, però sí lo bastante para
( Pasa a la tercera página.)
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