colaboraciones

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PERSPECTIVA
D I G IT A L
NUMERO 56
JULIO 201 5
Saludo del Presidente
Nuestras actividades
Recuerdos y aniversarios
•
Apertura de las oficinas de la Caja de Madrid
S
U
M
A
R
I
O
Entrevista
•
Tomás Blázquez Martín (electricista de altos vuelos)
Premios literarios 2014
•
El cielo de las amapolas, por Manuel Carrasco (Primer Premio Prosa)
•
Dulces navideños, por Amparo Méndez-Villamil (Segundo Premio Prosa)
•
Desencanto, por Juan Sánchez-Molero (Primer Premio Verso)
•
Soñando, por Mª del Carmen Romero (Segundo Premio Verso)
Colaboraciones
•
Conciertos en el balneario, por Pilar Sanz Martínez
•
El teatro y el cine en la obra de Miguel Delibes, por Julio Martín Plasencia
Miscelánea
(por José Manuel Pérez Gómez)
•
¿Sabías que?…
•
Minutos para la reflexión
Anecdotario
(por Juan Sánchez-Molero)
•
Una anécdota atribuida a Muñoz Seca
•
Ocurrió cuando el incendio del teatro Novedades
La foto para el recuerdo
•
Homenaje a D. Guillermo Escribano Ucelay
EDITA:
Asociacion de Empleados
COMITÉ DE REDACCIÓN:
Jubilados y Pensionistas de
Está formado por los miembros
CAJAMADRID
de la Junta Directiva de la
c/ Hortaleza nº 52, 1º B
Asociación.
28004 Madrid
tf.: 91 522 36 66
DIRECTOR:
Fax: 91 522 12 93
Juán Sánchez-Molero Valdés
Web: www.ajucam.es
MAQUETA:
Correo-E:
Ajucam
[email protected]
Nota de la Redacción
El buzón destinado a vuestros
escritos continúa abierto
2
SALUDO DEL PRESIDENTE
Con estas líneas me es muy grato encabezar la segunda revista que emitimos
en formato digital, líneas que, aunque vayan referidas exclusivamente a temas
institucionales, dedico no sólo a nuestros socios sino también a todos nuestros
lectores y amigos, ya que me consta que son muchos los que se interesan por la marcha de nuestra
Asociación.
Durante 2014 (año de nuestro 25º aniversario) y en lo que llevamos de 2015, hemos
tratado de seguir la línea de actuación de años anteriores en relación con las actividades clásicas, si
bien les hemos añadido otras nuevas, como son algunos cursos en determinadas materias hasta
ahora no abordadas (inglés, baile, voluntariado, uso de teléfonos móviles inteligentes) y hemos
buscado vías de colaboración con otras asociaciones.
No es momento de referirme a toda nuestra labor, pero sí me gustaría destacar la realizada
por el Área Informática, que ha avanzado notablemente en sus objetivos y está consiguiendo unos
resultados muy valiosos. Pensemos en el incremento del número de visitas a nuestra página web,
con la que desde hace varios años pretendemos ofrecer la información a nuestros socios y amigos
de manera más ágil a la de los sistemas tradicionales, como es propio de unos tiempos en que los
medios técnicos evolucionan a un ritmo imparable. Felicito por ello a nuestro Vocal del Área, al
que tenemos que agradecer, además, otros trabajos como la maquetación de nuestra revista y su
colaboración en el Área de Contabilidad.
Aunque hemos anunciado ya en una de nuestras circulares la renovación de la Junta
Directiva en este año 2015, creo oportuno repetir que, contra lo que siempre hemos deseado,
apenas ha supuesto variación, ya que continúan en sus puestos los cuatro directivos a los que
correspondía cesar. El Presidente, el Vicepresidente y la Vicesecretaria fueron únicos candidatos
en las elecciones, y el Secretario, que no presentó su candidatura, tuvo que ser nombrado por un
año más aprovechando que teníamos una vacante sin cubrir a la que le quedaba ese tiempo de
mandato. A ellos hay que añadir a Juliana Sanz, la nueva Vocal del Área Artística, nombrada por la
propia Junta en uso de la delegación concedida por la Asamblea General al objeto de cubrir los
cuatro puestos que se habían convocado en el proceso electoral.
Para terminar, me duele tener que seguir mostrando una gran preocupación por la
disminución que se está produciendo en nuestro colectivo de asociados, debido por una parte a los
fallecimientos (circunstancia tan dolorosa como inevitable), pero sobre todo a las bajas de carácter
voluntario. Por ello, apelando una vez más a la colaboración de todos, os animo a que hagáis el
esfuerzo de intentar que nuestra Asociación se enriquezca con el incremento de nuevos miembros,
lo que podemos lograr mediante contactos y entrevistas con amigos y conocidos. Os recuerdo que
nuestros Estatutos han ampliado nuestro colectivo potencial recogiendo nuevas figuras, como la de
los prejubilados, que antes no estaban contempladas. Ojalá podamos conseguirlo.
Un saludo para todos de vuestro Presidente.
Ramón Alonso Lamarca
3
NUESTRAS ACTIVIDADES
Exposición de Morata
Edades del Hombre
Feria de Abril
Balneario de la Concepción
4
NUESTRAS ACTIVIDADES
Asamblea General
Isdabe
Comida de Hermandad
País Vasco
Balneario de la Concepción
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NUESTRAS ACTIVIDADES
Segovia
Las Médulas
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Las Hurdes
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RECUERDOS Y ANIVERSARIOS
Apertura de las oficinas de la Caja de
Ahorros de Madrid
(por Juán Sánchez-Molero)
El domingo 17 de febrero de 1839 se abrieron
por primera vez las oficinas de la Caja de
Ahorros de Madrid, pionera de las Cajas
españolas. En 2014 se celebró, por tanto, el
175º
aniversario
de
tan
señalado
acontecimiento. El Reglamento de la Caja
determinaba en su artículo 12 que sólo abriría
al público los domingos, tal vez porque la
entidad nacía para recibir el ahorro de las clases
menos acomodadas y era el único día en el que
las personas humildes no tenían que pedir
permiso para faltar al trabajo.
El director de la recién
creada
entidad
era
Joaquín
Vizcaíno,
marqués
viudo
de
Pontejos,
caballero
apuesto,
activo
y
simpático, nacido en La
Coruña en 1790. Llegó a
la Villa y Corte en 1817 y
ese mismo año se casó
con una dama de la aristocracia, de la que
enviudó en 1834. A consecuencia de sus ideas
liberales, había tenido que exiliarse al
extranjero en 1823 y pasó unos años en
Francia e Inglaterra. Allí respiró aires nuevos y
volvió a España lleno de proyectos
regeneradores, que pudo poner en práctica en
su etapa como corregidor de la Villa de Madrid,
de 1834 a 1836, y después como Jefe político
durante unos pocos días de 1838, que
aprovechó para lograr la promulgación del Real
Decreto de 25 de octubre, que ordenaba la
creación de una Caja de Ahorros en Madrid.
El Secretario era Ramón de Mesonero
Romanos, escritor y periodista, iniciador del
madrileñismo. Desde 1835 se hallaba al frente
del “Diario de Madrid” y fue el redactor de una
instrucción publicada el 1 de febrero de 1839
enumerando las ventajas de las
Cajas de Ahorros en otros
países y anunciando la próxima
apertura de la que acababa de
crearse. Es decir, se ocupó de
preparar el terreno para que la
empresa en la que Pontejos y él
iban a embarcarse tuviera el éxito que todos
deseaban.
Las oficinas de la Caja se instalaron en la sede
del Monte de Piedad, institución a la que iba a
permanecer unida desde su fundación. Para que
todo marchara sobre ruedas el día de la
apertura, se prepararon los impresos en
número que se juzgó suficiente y, además de
contar con los empleados de plantilla, se invitó
a asistir a la inauguración, en calidad de
amanuenses,
a
diversos
amigos
y
personalidades pertenecientes a los distintos
estamentos: la aristocracia de cuna, la del
dinero, la política, el clero, las letras... Allí
estaban el duque de Osuna, Argüelles,
Mendizábal, Martínez de la Rosa, Martín de los
Heros, Olózaga, y escritores como el duque de
Rivas, Lista, Nicasio Gallego, Bretón de los
Herreros, Gil y Zárate, Ventura de la Vega,
Hartzenbusch…
Felizmente el público acudió en tal número que
aquellos improvisados oficinistas se vieron
abrumados para poder atender consultas,
rellenar formularios y libretas, recibir el dinero
de los depositantes y ocuparse de todas las
tareas propias del caso. Tan grande fue la
afluencia de clientes que se temió que se
agotasen los impresos, por lo que Mesonero
salió hacia su domicilio, donde tenía guardado
el remanente, para reponer las existencias y
poder coronar con éxito la jornada.
Pero ocurrió que fue interceptado en su
camino por un amigo inoportuno, y como él no
debía de ser parco en palabras (recordemos que
firmaba con el seudónimo de “el Curioso
Parlante”), se enredó con el amigo en una
7
RECUERDOS Y ANIVERSARIOS
charla interminable, de forma que pasaba el
tiempo y los ansiados impresos no llegaban.
Esto hizo que Pontejos, agotada su paciencia,
saliera a toda prisa y llegase a casa del
Secretario parlanchín antes que él, pero la
familia no pudo franquearle la entrada al
despacho donde guardaba el material, por estar
cerrado con llave.
Ante este imponderable, Pontejos no dudó ni
un instante. Abrió uno de los balcones, avanzó
con riesgo de su vida por el exterior de la
fachada hasta el balcón del despacho, lo abrió
forzándolo como pudo, recogió los impresos y
desanduvo el camino arriesgando otra vez su
integridad física, pero salvando finalmente la
situación.
Es comprensible que Mesonero Romanos no
recogiera esta anécdota en sus Memorias de un
setentón, ya que personalmente no le hacía
ningún favor, pero sí aparece reflejada en el
libro publicado por la Caja de Ahorros y
Monte de Piedad de Madrid en 1902, con
motivo del 2º centenario del Monte.
La libreta nº 1 de la nueva entidad fue abierta
por una señora llamada Clotilde Arizcún, que
debía de ser dama adinerada, ya que hizo su
imposición de apertura por el importe de mil
reales, que era el máximo permitido. Los viejos
empleados recordamos la escena reproducida
durante muchos años en el pequeño museo que
estuvo instalado en la planta segunda del
edificio de la plaza de Celenque. Allí aparecían
unos maniquíes vestidos a la usanza romántica,
que trataban de reproducir las figuras de Dª
Clotilde, el marqués de Pontejos, Mesonero
Romanos y alguna persona más de las
intervinientes en acto tan memorable.
Tenemos que decir que el marqués de Pontejos
no tuvo ocasión de apreciar durante mucho
tiempo los resultados de su magna obra, ya que
el fin de sus días le alcanzó el 30 de septiembre
de 1840, en Madrid, a la edad de cincuenta
años. La Gaceta del 3 de octubre publicó una
necrológica
que
terminaba
diciendo:
Cualesquiera que fuesen sus ideas políticas, no
podemos menos de manifestar nuestro sentimiento
por la pérdida del hombre que ha dedicado su
vida al bien de la humanidad.
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LA ENTREVISTA
Tomás Blázquez Martín
Electricista de altos vuelos
(por Juan S. Molero)
Aprovechando la presencia de Tomás en el Taller
de Pintura que se celebra los lunes en la sede de la
Asociación, le pido que deje los pinceles por breves
minutos al objeto de hacerle una entrevista. Él
accede a ello con la sonrisa franca y abierta que le
caracteriza, aunque con el temor de que lo que nos
pueda contar no resulte digno de figurar en los
papeles. Yo le aseguro que sí lo será y, sin más
dilación, da comienzo nuestro diálogo.
Pregunta: ¿En qué año entraste en Caja Madrid
como empleado de plantilla?
Respuesta: Creo que fue en 1970,
pero mis relaciones con la Entidad
datan de algunos años más atrás.
P: ¿Puedes hacernos un poco de
historia de la etapa anterior?
R:
Yo
ejercía
mi
oficio
particularmente, y la primera
persona de la Caja con la que tuve
relación fue D. Carlos Valle, a
quien habrás conocido.
Armando Alonso Aguiriano, que vivía en el
edificio de Celenque, D. Andrés Rascón o D.
Jacinto Cortés. De esta manera me fui
introduciendo en el ambiente de la Caja, que
entonces era bastante familiar. Luego, hacia
1965, cuando la Entidad se quedó sin el
electricista que prestaba servicio de manera
habitual, los que ya me conocían me
propusieron para sustituirle y comencé a
trabajar para la propia Entidad, todavía con
carácter particular y sin figurar en la plantilla.
P: Tu trabajo te permitiría ir ganándote la
confianza de los consejeros y directivos, ¿no es
así?
R: Mal está que yo lo diga, pero así
fue. Tuve ocasión de conocer, entre
otros, a D. Francisco Castaños, que
era Subdirector de Organización, y
entre los consejeros, a D. Felipe
Ruiz de Velasco, que poco después
fue Presidente del Consejo de
Administración, y a D. Juan de los
Ríos, que lo era de la Junta de
Gobierno.
P: ¿Cómo fue entrar a formar parte
de la plantilla?
R: El nuevo edificio central fue inaugurado al
P: Sí, le conocí en el año 54, cuando estaba en comenzar la década de los setenta, y con tal
Tesorería. Después, en 1965, fue nombrado motivo se creó el negociado de Mantenimiento, a
Director de la Sucursal nº 19, en el antiguo cargo de José María Aguilar Garelly (hoy
pueblo de Fuencarral.
fallecido); fue entonces cuando se me contrató
como empleado de plantilla, a la vez que a otros
R: Pues hice para él y para su madre algunos compañeros pertenecientes, igual que yo, a la
trabajos, y como quedó contento del resultado, nueva categoría de oficios varios.
me recomendó a otros compañeros de su
promoción; así tuve ocasión de trabajar para D. P: ¿Qué cometido te fue encomendado?
9
LA ENTREVISTA
R: Me encargaron de dar servicio a la red de
sucursales, que empezaba ya a adquirir unas
proporciones muy considerables. Recuerdo que
se abrió por entonces, en Madrid capital, la
Sucursal nº 82, lo que te puede dar idea del
avance de la expansión hasta ese momento.
Después, como tú sabes, creció a un ritmo
vertiginoso.
R: Al mes siguiente, en noviembre del mismo
año.
P: Háblanos de tu
actividades sociales.
participación
en
las
R: Llevo asistiendo a los cursos de pintura desde
hace varios años, primero con la profesora
María Antonia y ahora con Paloma. También he
participado asiduamente en los viajes a Isdabe,
P: El hacerte cargo de esta gran responsabilidad
durante el verano. Recordarás las caminatas que
te obligaría a moverte constantemente de un
hemos compartido tú y yo por el entorno de la
lugar a otro.
residencia.
R: Sí, me tocó recorrer numerosas oficinas, y en
P: Las recuerdo con sumo agrado, porque lo
ellas tuve ocasión de conocer a muchos
pasé muy bien y aprendí muchas cosas. Y en los
compañeros. Y tengo que decir que, casi sin
cursos de Pintura, ¿has pintado muchas obras?
excepción, mantuve con todos ellos unas
relaciones muy cordiales.
R: Sí, pero nunca he llegado a estar plenamente
contento de mis obras. Me falta mucho por
P: Lo creo, me consta que siempre tuviste una
aprender.
gran popularidad entre la gente de la Caja. Y
ahora dime: ¿Cuándo se produjo tu jubilación?
Como si sus últimas palabras sirviesen de
recordatorio
para
reemprender
la
tarea
R: En octubre del año 2000, cuando cumplí los
interrumpida, Tomás parece pedirme con la
sesenta años. Así pues, el nuevo milenio resultó
mirada que le deje volver a su Taller de Pintura
muy significativo para mí.
para seguir con el cuadro que tiene entre manos,
con lo que damos por finalizada la entrevista.
P: ¿Y cuándo se produjo tu ingreso en la
Asociación?
10
PREMIOS LITERARIOS
El cielo de las amapolas
(por Manuel Carrasco)
Primer Premio de Prosa
“Yo nací en un prado, a finales de un mes de abril en el que las lluvias habían llegado
con anticipación. Recuerdo muy poco de mis primeros días de existencia. Tan sólo que
eran mis vecinas unas flores de pequeños pétalos blancos y un corazón redondo de color
amarillo, que creo recordar que las llamaban margaritas. Justo a mi lado crecían un pequeño cardo, que
era muy agradable en su trato pero poco delicado en las distancias cortas, y una pequeña espiga de trigo,
que había madurado muy deprisa y estaba demasiado espigada para su edad. A nuestro alrededor,
corrían a diario unos niños muy grandes que resultaban peligrosísimos porque al menor descuido te
podían aplastar y dejabas de existir.
Y ese fue mi primer trauma infantil. Aunque nadie me lo advirtió, pronto llegué a la conclusión de lo
pasajero de mi existencia. Eran tantos los peligros que me acechaban, que ya era difícil subsistir un solo
día, y llegar a un mes sólo se podía conseguir si el destino te había rodeado de peñascos o de ortigas, a
las que nadie quería acercarse. Y aún, si lograbas sobrevivir, la esperanza de vida no sobrepasaba,
apenas, unos pocos meses.
Como digo, ese mes de abril en que nací había sido lluvioso casi en demasía y unido a que los vientos
habían soplado con generosidad el mes anterior, llegamos a un mes de mayo exuberante en el que los
colores de las plantas ponían el marco adecuado para escuchar los sonidos de la primavera, con los gorjeos
de los jilgueros, el silbo aflautado de los mirlos, el grito estridente de los vencejos o el trisar chillón de las
golondrinas. Pero todo, entonces, era efímero; bello, sugerente y entrañable, pero demasiado breve. Nadie
podía asegurar que cuando el sol apareciese detrás de las montañas alguno de nosotros seguiría viviendo.
Yo me quejé a un olmo cercano. Él era sabio y tenía más experiencia de la vida porque había vivido
muchas estaciones, muchos soles y muchas lunas. Yo creo que, sólo para consolarme, me contó que más
allá del horizonte, donde corría el sol al caer de la tarde y donde vivía la luna hasta que salía a dar su
paseo nocturno, mucho más allá, me dijo, había un cielo precioso para las amapolas.
Yo le pregunté si había también un cielo para los olmos, y otros para las margaritas y para las espigas
de trigo, y para las azucenas, que había oído que eran unas flores preciosas; incluso también para los
cardos, las ortigas y para esos niños tan grandes que todos los días estaban a punto de aplastarnos.
También debería haber, pensé, un cielo para las hormigas, y para las luciérnagas que nos iluminaban
por la noche, y para las abejas que traían y llevaban nuestro polen y hacían una miel riquísima, y para
los gusanos, los colibríes, los gorriones y los murciélagos, aunque a mí no me gustaban porque se
parecían demasiado a los ratones… Pero me dijo que no; que sólo era para las amapolas. Porque las
amapolas somos flores sencillas, sin pretensiones ni aires de grandeza.
Allí en nuestro cielo, me contó el viejo olmo, viviríamos para siempre, y el rojo color de nuestros pétalos
se mantendría para siempre brillante y lozano, como ahora luce entre las margaritas, las correhuelas de
color rosa, las amarillas estrellas de mar, las flores del camino con su precioso color malva, las
candeleras, los dientes de león a quienes el viento hace volar sus vilanos como pequeños paracaídas
blancos, y las demás florecillas silvestres que viven a mi alrededor y que, como yo soy aún demasiado
joven, no he logrado aprender sus nombres.
No me lo llegué a creer del todo. Era demasiado bonito y no era justo. Yo pensaba que las margaritas,
que también eran flores sencillas, y todas las demás, aunque no conociera su nombre, también deberían
tener un cielo, aunque estuviese aún más lejos del horizonte donde se esconde el sol.
Debo confesar que lo de que no hubiese cielo para los gusanos y para los murciélagos no me pareció mal
11
PREMIOS LITERARIOS
del todo, pero no podía quitarme de la cabeza que mis amigas las margaritas, las de corazón amarillo y
pétalos blancos, no tuviesen también un cielo como el nuestro y llegué a pensar que podríamos hacerlas
un sitio para compartir con ellas nuestro propio cielo…
Aquella noche, antes de dormirnos, el viejo olmo me aseguró que vendría alguna vez a visitarme al cielo
de las amapolas y esa noche soñé con estrellas relucientes y hasta me pareció que la luna se acostó a mi
lado hasta que el sol vino a despertarnos cuando amaneció la aurora…”
MMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM.
Yo conocí a la amapola ya en los últimos días de su vida, debió ser a mediados de agosto. Estaba en un
búcaro de cristal, junto con otras flores silvestres que había recogido mi nieta y que mi hija había
puesto en la mesa del cuartito de estar, junto a la ventana del patio.
Me llamó la atención su vivacidad en comparación con las demás, que ya se las veía demasiado ajadas
y algo tristes. Yo me cuidaba de cambiar el agua del florero donde ponía un trocito de aspirina y, con
el paso de los días, llegamos a hacernos amigos. Una tarde, mientras todos dormían la siesta, ella me
contó su vida.
Cuando todas las flores murieron, yo sabía que mi amapola estaría llegando a su cielo, al cielo de las
amapolas; que está más allá del horizonte, hacia donde corre el sol al caer de la tarde y donde vive la
luna, esperando que llegue la noche para salir a dar su paseo de todos los días.
Un cielo que debe estar muy cerca del cielo de los viejos, al que no tardaré en llegar, y aprovecharé
para ir a visitar, ya sin achaques, a mi amiga la amapola, que aún conservará ese color brillante de sus
pétalos y seguro que me recibe alborozada, porque llegamos a hacernos muy buenos amigos en esas
tediosas horas de la sobremesa de los calurosos días de finales de agosto, mientras todos los demás
dormían la siesta.
Dulces navideños
(por Amparo Méndez-Villamil)
Segundo Premio de Prosa
¡No, por favor! ¡Más dulces no!
Por más que decimos en nuestra familia que no queremos más dulces de Navidad,
ellos ni caso. Yo sé por qué lo hacen, no por endulzarnos la vida, que no, que yo sé que no, o porque
ellos sean tan dadivosos y no quieran que gastemos dinero. Que no.
Es… ¡porque ellos no quieren engordar…! Nadie puede resistirse a un dulce en esa época prenavideña y
luego pasa lo que pasa, que los kilos se nos acumulan y no se puede lucir palmito en estas fechas. A ellos
les da mala conciencia deshacerse de los dulces y te los mandan a ti, que saben que no tiras nada, pues
has pasado una posguerra y lo tienes grabado a fuego.
Pero este no es el tema que hoy quería comentar. Mi tema está en los dulces que nos sobran de la
Navidad. Unas veces los tenemos pululando por la cocina, otras por el comedor, otras por el cuarto de
estar. Colocaditos en la pequeña fuente de porcelana con canto dorado que utilizas una vez al año; los
has cortado y situado primorosamente: aquí los de chocolate, allí las figuritas, al lado los blandos para las
personas mayores, cerca los duros, junto a los de guirlache para hacer contraste. Nadie prueba los
dichosos dulces, estarán en la fuentecita días y días. ¿Qué pasa? Que tú, que no tiras nada, de vez en
cuando metes mano para ver si acabas con ellos, pero parece que renacen espontáneamente; y ahí siguen.
Un día te das cuenta de que aquello está pringoso, los dulces se han hecho un bloque, pegados al
mantelito de batista, todo bordadito, que te hicieron para el ajuar. ¡Porras! ¡Por qué no los habré tirado a
la basura nada más terminar la cena, o la comida, o lo que fuera para lo que los preparé!
Todos los años pasa lo mismo. No escarmentamos, queremos que la familia disfrute de todo lo que
12
PREMIOS LITERARIOS
podamos darle, aun a sabiendas de que van a sobrar, y compras, y te traen, y vuelves a comprar, por si
viene alguien inesperado, por si es poco. En fin, se vuelve uno loco con las compras. Es una época alegre
en la que se tira la casa por la ventana.
¿Quién a estas alturas del año (marzo o noviembre, da igual) no tiene en su despensa una tableta de
turrón (¡entera!) que destila aceite, un polvorón en una caja de lata acompañando a una figurita de
mazapán más dura que un martillo, media pastilla de chocolate con “crispís”, algún trozo de los que
tienen frutas y, si me apuras, un poco de guirlache acompañando a otro de turrón del duro a medio roer.
Alguna almendra de esas de cáscara como piedra y hasta alguna bolita de anís en bolsita de celofán.
Una cosa que llama mucho la atención en estos dulces es la fecha de caducidad. Todas las tabletas de
turrón… ¡caducan en noviembre! Qué casualidad, ninguna cumple el año. Podrían tener los fabricantes un
poco de vergüenza torera, pues se nota mucho la desfachatez con la que nos tratan. Pero ahí está el
negocio: si la anticipan no venden durante el año y si la alargan tomaríamos el turrón sobrante.
Eso es otro cantar y yo no he venido aquí para dilucidar temas económicos, tengo bastante con la
compra diaria.
He mirado en mi despensa y para la próxima vez que vaya a tu casa te llevaré: una pastilla de guirlache,
una caja de turrones de chocolates variados más otra de no sé qué cosas, así que: ¡prepárate!
Otro día hablaremos de la bebida sobrante, de las botellas de cava, de las de anís dulce para la abuela, las
coca colas y trinas para los niños, el vino de Jerez que compras para el aperitivo y que siempre queda
para guisar porque todo el mundo al final pide: ¡una cervecita bien fría, por favor!
¡Borrad, borrad de vuestra mente todo lo leído! Mi conciencia me llama la atención por todas las
simplezas que se me han ocurrido. ¡Yo, quejándome de la fecha de caducidad de los turrones, de lo que
nos sobra! ¡En qué estoy pensando!...
Hoy, que la vida nos ha dado un buen capón, me ha hecho meditar. Tenemos que pensar en esos niños
que están muriendo por enfermedades como el ébola, por las guerras y, lo peor de todo, por la
hambruna endémica que en sus países se padece.
¡Qué inconsciente!... Ganas me dan de deshacer todo lo escrito. No, no me he vuelto una mística, pero sí
es verdad que cuando tienes un traspiés en tu vida cómoda, todo lo ves diferente, miras más a tu
alrededor, sientes más las desgracias de la gente.
Hoy, que ya me encuentro en la tercera edad y que mis amigos y conocidos también lo son o están a
punto de serlo, empezamos todos a sentir con más dolor las faltas con las que la vida nos va rodeando.
Deseo que en las Navidades próximas nuestros dulces no sean, para nadie, menos dulces.
Desencanto
(por Juan Sánchez-Molero)
Primer Premio de Verso
El rey del Universo, el dios Cupido,
el que domina al mundo con sus flechas,
vino a escuchar un día mis endechas
y le hablé de mi amor y de tu olvido.
Y el dios niño, travieso y placentero,
radiante de hermosura y regocijo,
tendió al punto sus alas y me dijo:
tu amor se salvará, pues yo lo quiero.
Yo la adoro y tal vez ella me quiere;
a tu bondad mi corazón se aferra.
Tú, que todo lo puedes en la tierra,
salva mi amor, porque mi amor se muere.
Pasó el tiempo, creció mi desvarío;
no pude sufrir más la espera incierta.
Busqué al dios del Amor junto a tu puerta…
¡y en ella lo encontré, muerto de frío!
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PREMIOS LITERARIOS
Soñando
(por María del Carmen Romero)
Segundo Premio de Verso
Soñando un día, soñé
que las nubes eran soles
que lo iluminaban todo,
destruyendo con su luz
las envidias y rencores.
Que la paz era de todos,
de niños y de mayores,
que no había pena alguna,
que todos eran amigos,
y, mirando alrededor,
no había pobres ni ricos.
Que el planeta estaba entero,
solucionando las guerras
sin odio ni resquemores,
para vivir dignamente
sobre la faz de la tierra.
Que toda la Humanidad
trabajaba a su manera
para construir un mundo
que no tuviera fronteras,
y eliminar la pobreza,
la enfermedad, la miseria.
Que los niños no lloraban
por pan, por agua o por pena,
y todos eran felices
teniendo una vida plena.
Soñando un día, soñé
que no había terrorismo,
ni ambiciones, ni querellas,
que solo teníamos paz
en todo nuestro planeta.
Soñando un día, soñé
que este mundo había cambiado
y parecía otra tierra.
14
COLABORACIONES
Conciertos en el balneario
(por Pilar Sanz Martínez)
Cuando llegamos al Balneario de la Concepción descubrí el piano y pensé: ¡Qué suerte va a tener José
Vicente…! Hay un piano y además de cola.
Pero llegó el maestro, se sentó al piano, empezó a tocar… Entonces mi opinión cambió radicalmente y
pensé: ¡¡Qué suerte ha tenido el piano…!!
Me vienen a la memoria unos versos de Gustavo Adolfo Bécquer, y voy a tener la osadía de tomarlos
prestados e incluso de cambiar alguna palabra (el poeta, seguro, sabrá perdonar esta licencia):
Del salón en un ángulo oscuro,
de su dueño tal vez olvidado,
silencioso y cubierto de polvo,
estaba el piano.
¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas
como el pájaro duerme en las ramas,
esperando la mano del maestro
que sabe arrancarlas!
Y esa mano llegó, por suerte para el piano, para nosotros y para el dueño del balneario, que lloraba
emocionado.
Quiero dar las gracias a José Vicente por estos cafés-concierto, incluso con peticiones del oyente, que
nos dio en el Balneario de la Concepción. Creo que es un privilegio disfrutar de ellos con un café o un
chupito y rodeado de amigos.
Yo, desde luego, he disfrutado mucho y os puedo decir, porque le conozco bien y porque todos lo
habéis visto, que José Vicente también ha disfrutado. ¡Y mucho!...
Un abrazo, maestro.
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COLABORACIONES
El teatro y el cine en la obra de Miguel Delibes
(por Julio Martín Plasencia)
Con motivo del fallecimiento del gran escritor vallisoletano Miguel Delibes, y como homenaje
póstumo a su vida y a su obra, se publicó mi primer artículo en el número 51 de “Perspectiva” de
junio de 2010. En él se rememoraban rasgos de su biografía en su etapa como periodista, ecologista y
novelista, comentando brevemente algunas de sus obras, concretamente “El camino”, “Cinco horas
con Mario”, “Los santos inocentes” y “El hereje”.
En una segunda entrega, “Perspectiva” número 54 de octubre de 2012,
abordamos dos aspectos a mi juicio muy importantes en la obra
delibiana: su paisaje –la Castilla rural y urbana- y algunos de sus
personajes, que en definitiva son los protagonistas de su obra: “El
Isidoro”, “Pacífico Pérez”, “Don Eloy”, “Cipriano Salcedo”, “Daniel el
Mochuelo”, “Roque el Moñigo”, “Germán el Tiñoso”, “Carmen Sotillos”, “Azarías”, “Paco el Bajo”…
El teatro y el cine, mejor dicho, la adaptación de algunas de sus obras como textos teatrales o como
guiones cinematográficos, con mención de productores, directores, guionistas y actores que lo
hicieron posible, dan contenido a esta tercera entrega, para profundizar y conocer un poco más sobre
la obra del genial prosista castellano.
EL TEATRO
Tres novelas de Miguel Delibes han sido llevadas hasta la fecha al teatro y las tres han sido publicadas
como textos teatrales: “Cinco horas con Mario”, “La hoja roja” y “Las guerras de nuestros
antepasados”.
La tragicomedia en forma de monólogo “Cinco horas con Mario” la estrenó la
actriz vallisoletana Lola Herrera en el teatro Marquina de Madrid, el 29 de
noviembre de 1979. Producida por José Sámano y dirigida por Josefina Molina,
Luis Eduardo Aute fue el autor de la música.
Hablar de la Trilogía Teatral Delibes pasa inevitablemente por la experiencia y el
saber del productor cántabro José Sámano. “Nadie creía que una señora hablando
con un muerto tuviera éxito en un escenario. Nadie confiaba en ello”, comenta el
veterano productor teatral el 13 de marzo de 2010 en El Norte de Castilla.
Lola Herrera, que no le amilanó saber que era la quinta actriz a la que le ofrecían esa “Menchu
Sotillo” que desgrana la vida en común con el finado Mario, de cuerpo presente, nos comenta en el
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COLABORACIONES
mismo diario: “¿Quién podía atreverse a declamar cinco horas de lectura, condensadas en 85 minutos
de función, sin que faltara nada del “encaje de bolillos” que era el tratado de sociología marital-rural
que escribió Delibes?”
Estas y otras dudas quedaron despejadas por las más de dos mil representaciones que durante diez
años –en dos etapas- ofreció la actriz por los escenarios de toda España.
Cuenta la Herrera, refiriéndose al estreno de la obra, que lo que más le impactó fue lo que llegó a
decir Miguel Delibes en la cadena SER: que para él la Carmen que escribió ya no existía, que yo la
suplanté, que no escuchaba más voz que la mía cuando pensaba en la viuda que él había creado.
Sostenía que, tras el estreno y con los años, se le había desdibujado y sólo yo era Carmen Sotillo.
La actriz vallisoletana, en unas declaraciones a El Norte de Castilla el mismo día del fallecimiento de
Delibes, destacó la “sinceridad” y “discreción” del maestro, que le “regaló” un personaje que dio “luz
a su vida”, en referencia al papel de “Cinco horas con Mario”. “Tendría que vivir varias vidas para
agradecérselo”, señaló, tras lo que incidió en profunda admiración por una persona que le encantaba.
La intérprete calificó al escritor de “muy castellano”. “Todo lo hacía de
puntillas”, manifestó. “Aceleró un balance de vida. Soy una Lola antes y
después de Mario. Me llevó a una depresión, pero también a volar a gran
altura.”
El retorno de “Cinco horas” abrió la temporada teatral 2001-2002 en el Teatro
Calderón de Valladolid. Era la tercera y última vez que Lola Herrera se ponía
en la piel de Menchu Sotillo.
Después del monólogo de Menchu con el finado Mario, llegaron las otras dos
traslaciones de las obras de Delibes al teatro con “Las guerras de nuestros
antepasados” y “La hoja roja”. Delibes muchos años antes había explicado por
qué nunca había escrito para teatro. “Me coarta mucho su limitación de tiempo
y espacio. Es decir, lo que ocurre en el drama que tu quieres narrar no tenga
más de hora y media o dos”.
También de la mano de Sámano, José Sacristán se metió en el papel de Pacífico Pérez en “Las guerras
de nuestros antepasados”. Se estrenó en el teatro Bellas Artes de Madrid un 7 de septiembre de 1989.
Si bien no tuvo el éxito de “Cinco horas con Mario”, permaneció en cartel hasta 1992 y fue
representada por todos los teatros de España y con temporada en Buenos Aires.
En la obra, Pacífico Pérez se confiesa, desde su internamiento en un sanatorio psiquiátrico, ante el
doctor Burgueño (interpretado por el actor Juan José Otegui) con la sabiduría de los seres
marginados, a los que la sociedad lleva al límite.
Manuel Galiana tomó el relevo de Sacristán en la última temporada de la obra, que dirigió Antonio
Giménez Rico.
17
COLABORACIONES
También triunfó en París con la versión francesa, “La guerre promise”, que estrenó el actor francoargentino Óscar Sisto el día que Delibes cumplía 74 años, el 17 de octubre de 1994.
Entre estas dos grandes obras se coló la tercera pata sobre la que se asentó el no muy extenso universo
teatral del autor de “El camino”, “La hoja roja”.
El día 6 de septiembre de 1986, coincidiendo con su nombramiento de Hijo
Predilecto de Valladolid, se estrenó esta obra en el Teatro Calderón. Manuel Collado
dirigió a sus protagonistas: Narciso Ibáñez Menta en el papel del viejo Eloy y María
Fernanda D’Ocón como la criada Desi. La D’Ocón manifestó: “Desi era el candor
frente al universo de un anciano que vive de sus recuerdos. Delibes nos ayudó no sólo
a hacer buenos papeles, sino a entender el alma humana”.
Este tratado de soledad y abandono fue para José Sámano un nuevo reto en su
traslado de la novela al teatro. Manifestó el productor: “Su estructura novelística
difería mucho de “Mario” y “Las guerras”, ambas más cercanas a lo teatral y, por tanto, de traslación
más simple”.
Durante la inauguración de la sala que lleva su nombre en el Teatro Calderón de Valladolid, un 22 de
febrero de 2006, Delibes dedicó a Sámano parte de su intervención mostrando su agradecimiento a
“aquel que me mostró el camino del teatro y las posibilidades de adaptar algunas de mis obras. Algo
que hizo –continúa Delibes- sin apenas esfuerzo. Yo –sigue manifestando el maestro- empecé muy
lejos del teatro. Escribí una novela, “La sombra del ciprés es alargada”, me dieron un premio (Nadal
1948) y me dijeron que siguiera por ahí, lo que hice sin pensar en nada de teatro”.
Cuarenta años de amistad y muchas horas compartidas con José Sámano le llevan al autor castellano a
destacar el instinto teatral del único que se atrevió a adaptar obras suyas al arte de Talía.
EL CINE
Miguel Delibes ha sido el autor español que más ha sido adaptado al séptimo arte. Por ese motivo,
siendo Fernando Lara director de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (SEMINCI), el
festival decidió hacerle un homenaje. Una espiga de oro de honor y un ciclo, “Miguel Delibes en
imágenes”, en el que se proyectaron todas las películas que adaptaban novelas suyas, tres producciones
para televisión y dos documentales fueron la materia de la celebración.
Además el festival editó un libro encargado a Ramón García Domínguez,
“Miguel Delibes, la imagen”, en el que aborda su relación con el séptimo arte y
en el que se recogen sus críticas sobre cine en El Norte de Castilla.
Vamos a continuación a transcribir opiniones sobre el cine en la obra de
Delibes en la voz de dos de los directores que adaptaron algunas de sus obras
para la pantalla: Antonio Giménez Rico y Mario Camus.
Antonio Giménez Rico dirigió tres películas, una cada diez años. Empezó con
“retrato de familia”, adaptación de la novela “Mi idolatrado hijo Sisí”. Siguió
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COLABORACIONES
con “El disputado voto del señor Cayo” y con “Las ratas”. Sigue contando el
director: “Fui a ver a Delibes a pedirle los derechos para hacer “Las ratas”,
pero él me lo quitó de la cabeza. Yo era muy joven, iba a ser mi tercera película.
“Va a ser muy difícil, es una película que no tiene nada de comercial”, y me
ofreció a cambio adaptar “Mi idolatrado hijo Sisí”. La leí, me gustó y la verdad
es que funcionó muy bien en taquilla y tuvo buenas críticas. Diez años después
llevé al cine “El disputado voto del señor Cayo”, que también funcionó.
Otros diez años después, con más oficio, pude hacer “Las ratas”. También
Delibes me decía con insistencia: “A quién le va a interesar la historia de un
hombre y un niño que se alimentan de ratas.” Tampoco estaba de acuerdo con la elección de Niní, el
niño protagonista, pero de esta película le gustaba aquello que tenía de documental, porque era en
realidad un documento de una época y de una forma de vida muy dura”.
Se proyectó en la SEMINCI, pero pasó sin pena ni gloria en el circuito comercial. Parece ser que la
resistencia del novelista a la adaptación de esta obra al cine estaba justificada.
Confiesa Giménez Rico que la última conversación con Delibes la tuvo
un año antes de morir el escritor. “Él me dijo: ¿Ya no vas a hacer más
películas mías?, y yo le contesté que por supuesto que sí. Le comenté que
tenía un sueño: llevar al cine “Señora de rojo sobre fondo gris”, una de sus
novelas que más me gusta.”
También cuenta Giménez Rico cómo Miguel Delibes siempre le ponía
algún pero a sus películas. “Al principio no veía a Francisco Rabal en el
papel de Cayo, pero años después me dijo que ya no imaginaba a su
personaje sin la mirada de Rabal”.
De “Retrato de familia” le criticó haberse pasado con el erotismo. “Y yo le
dije: pero Miguel, ese erotismo está en la novela. Sí, sí, me contestó, “pero
donde yo cerraba la puerta tú la abrías”, aunque como le había ocurrido
otras veces, cuando la vio en televisión tiempo después, ya no le pareció que me había pasado”.
Antonio Giménez Rico confiesa que, por encima de todo, admira a Delibes como ser humano. “Es un
ser humano inmenso, una lección de coherencia personal, política e ideológica. Siempre dijo lo que
pensaba y actuó conforme a lo que decía y a su manera de pensar. Y gente así queda ya muy poca.”
La periodista Angélica Tanarro, a través de El Norte de Castilla, manifiesta que, sin duda, quien
consiguió dar en la diana con la traslación al cine de una novela de Delibes fue Mario Camus. Su
versión de “Los santos inocentes” se hizo un hueco de honor en Cannes y consiguió la difícil
confluencia de criterios entre público y críticos en general.
Mario Camus no era nuevo a la hora de traducir en imágenes una novela; lo había hecho muy bien en
“La colmena” de Camilo José Cela. También para televisión con “Fortunata y Jacinta” de Galdós. Así
que Camus sabía muy bien qué terreno pisaba cuando puso manos a la obra para contar en la pantalla
19
COLABORACIONES
la historia de Azarías y su “milana bonita”.
En un artículo publicado en el mismo diario, la anteriormente mencionada Angélica Tanarro nos dice
que Camus le manifestó: “Leí “Los santos inocentes” en el 81, cuando salió, y por entonces el libro ya
venía con una franja en la que se decía cuántos lectores había tenido, es decir, que ya había tenido
mucho éxito. Y cuando la leí tuve una visión, vi una película”.
En el mismo artículo se cuenta que Mario Camus, durante la celebración de los
25 años de “Los santos inocentes” en Torrelavega, Delibes le regaló un libro
sobre sus perros. Me lo dedicó, y la dedicatoria decía: Para Mario Camus, que
triunfó y me triunfó con “Los santos inocentes”.
Camus manifestó sobre el autor castellano: “Delibes era un escritor
descomunal. Es obvio decirlo, es el representante de una generación formidable
de escritores, y sin salir de Valladolid llegó al último rincón del mundo”.
La relación de Delibes con el cine fue fructífera, destacando como ya se ha
comentado “Los santos inocentes” de Mario Camus y la adaptación para
televisión de Josefina Molina de “El camino”, sin olvidar “Retrato de familia” de Giménez Rico o el
éxito que tuvo Antonio Mercero con “La guerra de papá”.
Es una pena que no fructificara el proyecto de llevar a la pantalla su última novela, “El hereje”, que
hubiera dirigido José Luis Cuerda.
Pero los admiradores de la obra del genial escritor vallisoletano no hemos perdido aún la esperanza.
20
MISCELANEA
(por José Manuel Pérez Gómez)
¿Sabías que…?
•
Keynes dijo al ministro de Hacienda británico: “¿Cuándo se enterará Vd. de que los ingresos
públicos dependen de los que trabajan, y los gastos públicos de los que no trabajan? Busque Vd. el
pleno empleo, y, además de hacer un servicio a la nación, el Estado hará un gran negocio”.
•
Cada español ha pagado una media de 1.100 € para sufragar el AVE, aunque no lo utilice.
•
Por cada dólar que desciende el precio del barril de petróleo, España ahorra 600 millones de €.
Por este motivo, ahorraremos 15.000 millones de € de nuestra factura energética, idéntica cantidad
que la que el Estado dedicará para sanear las cuentas públicas.
•
Madrid tiene un Producto Interior Bruto per cápita de 31.004 €. La media de España es de
22.780 €.
•
En el año 2030, aproximadamente el 60% de la población mundial vivirá en las ciudades.
Actualmente, en España ya lo hace el 80%.
•
La población europea envejece. La edad media pasa de 31,5 años en 1960 a 47,2 años
actualmente. Europa continuará teniendo la misma población, pero más envejecida.
•
Los emigrantes que llegan en pateras, normalmente han pagado a las mafias tres viajes, como
medida de seguridad por si son devueltos.
•
De acuerdo con la Encuesta de Población Activa (EPA), en el tercer trimestre de 2007 el
sector del ladrillo ocupaba 2.773.100 personas. A finales de 2014 el sector había destruido
1.750.000 empleos.
•
En 2014, cada día cerraron en España dos librerías. En la actualidad, existen 3.650 librerías
censadas.
•
Arabia Saudí ha puesto en marcha una calculada estrategia para que el precio del barril del
petróleo a nivel mundial no rebase los 60/70 dólares, con lo que hace inviable el “fracking” (*).
(*) Técnica usada para posibilitar o aumentar la extracción de petróleo del subsuelo.
•
En 2014 se crearon 415.000 empleos en el sector privado y 18.000 en el sector público. Por
el contrario, entre 2008 y 2011 se crearon 386.000 empleos públicos, mientras se destruían 2,5
millones de empleos privados.
21
MISCELANEA
•
La Deuda Pública española permaneció prácticamente estable en 380.000 € hasta el año 2007.
A partir de esta fecha, se inició un incremento hasta llegar a 1.033.958 millones de €.
•
España recibió en 2014 sesenta y cinco millones de turistas que gastaron 63.000 millones de €.
•
La bajada de la prima de riesgo nos permitirá ahorrar 6.000 millones de €.
•
La energía solar que llega a la superficie de la tierra, proporciona el equivalente a 5.000 veces
la necesaria para satisfacer las necesidades energéticas de la sociedad.
•
El padrón de españoles residentes en el extranjero a finales de 2014, se situó en 2.183.043
personas, un 48% más que en 2009.
•
La caída que desde marzo de 2014 viene registrando el euro, aportará un punto del PIB y
generará 300.000 puestos de trabajo.
•
La construcción cierra su ajuste intentando remontar el vuelo, tras destruir un 64% de los
empleos del sector desde 2007. En febrero de 2015, el sector creó tres de cada diez nuevos empleos.
Minutos para la reflexión
•
Para tener éxito no hay que hacer cosas extraordinarias; hagamos cosas ordinarias
extraordinariamente bien.
•
Las personas dudarán de lo que dices, pero te creerán por lo que haces.
•
El éxito nunca puede depender del fracaso de los otros.
•
Es increíble lo que se puede conseguir en una empresa u organización en la que nadie se
preocupe de ponerse medallas.
•
El liderazgo reside en la acción, no en la posición.
•
La efectividad depende de saber establecer prioridades.
•
La paciencia es la fortaleza del débil, y la impaciencia la debilidad del fuerte.
22
MISCELANEA
•
Todo es relativo. La percepción del tiempo que dura un minuto, depende del lado de la puerta
del baño que estés.
•
Los débiles toman venganza, los fuertes perdonan, los inteligentes ignoran.
•
Mientras encuentras lo que buscas, sé feliz con lo que tienes.
•
Las leyes demasiado benignas raramente son obedecidas; las demasiado severas raramente son
ejecutadas.
•
En el borde de un precipicio solo hay una manera de seguir adelante: dar un paso atrás.
•
La disciplina es como el colesterol; si no la tienes te mueres, y con exceso, te mata.
•
En la negociación hay que ser blando con las personas pero duros con el problema.
•
Nada une más que un enemigo común.
•
Los enemigos son como los tiburones; uno te da el primer bocado y entre todos te devoran.
•
El que no sabe lo que busca, no se conforma con lo que encuentra.
•
Uno no puede evitar que le escupan, pero sí que le den palmaditas en el hombro.
•
Los adultos no son más que niños estropeados. Ya no juegan, ni ríen, ni son espontáneos.
Deben disfrutar de su trabajo. Jugar.
23
ANECDOTARIO
por
Juán Sánchez-Molero
Una anécdota atribuida a Muñoz Seca
Allá por los años veinte del pasado siglo, en la casa donde vivía el comediógrafo don Pedro
Muñoz Seca falleció la mujer del portero y, al poco tiempo, también el marido. El hijo pidió al
escritor que redactara un epitafio para ponerlo en la tumba de sus padres, y Muñoz Seca
compuso la siguiente quintilla:
Fue tan grande su bondad,
tal su generosidad
y la virtud de los dos,
que están, con seguridad,
en el Cielo junto a Dios.
En aquellos tiempos se exigía que los epitafios en los cementerios católicos tuviesen el
beneplácito de la autoridad eclesiástica, por lo que se pidió autorización al Sr. Obispo, y éste la
denegó basándose en que no se podía tener seguridad de que estas personas, por buenas que
hubieran sido, estuviesen gozando de la Gloria eterna.
El autor de “La venganza de don Mendo” rehízo entonces su quintilla, que quedó de la siguiente
manera:
Fueron muy juntos los dos
el uno del otro en pos
donde va siempre el que muere,
pero no están junto a Dios
porque el obispo no quiere.
El obispo comprendió sin duda la guasa que el escritor se traía y denegó nuevamente su
permiso, esta vez con toda la razón, porque no era presentable grabar tales palabras en piedra
o bronce para rechifla de la posteridad.
Entonces Muñoz Seca zanjó la situación con esta nueva quintilla, que, como es lógico, tampoco
había de quedar inmortalizada en los santos lugares donde los muertos duermen el sueño
eterno, porque en esta ocasión el obispo ni se dignó contestar:
24
ANECDOTARIO
Vagando sus almas van
por el éter débilmente
sin saber qué es lo que harán,
porque, desgraciadamente,
ni Dios sabe dónde están.
La anécdota ha sido tomada de una página de Internet y no nos atrevemos a certificar su
autenticidad.
Ocurrió cuando el incendio del teatro Novedades
El 28 de septiembre de 1 928, hacia las nueve de la noche, dio comienzo el incendio en el que
ardió totalmente el madrileño teatro Novedades, que se encontraba en la calle de Toledo frente
al mercado de la Cebada. Se representaba la zarzuela “La mejor del puerto”, música de
Francisco Alonso, bajo la dirección del maestro Cayo Vela. Fue la mayor catástrofe ocurrida en
Madrid en un siniestro de esta naturaleza, con el resultado de sesenta y siete muertos y
doscientos cincuenta heridos.
Unos días antes, en el hogar de una familia madrileña compuesta por el matrimonio y dos hijos
varones apenas salidos de la adolescencia, los dos muchachos, a causa de una trastada
juvenil, fueron castigados por el padre a no salir de casa durante algún tiempo. El 28 de
septiembre era domingo y el padre trabajaba fuera todo el día. La madre se apiadó de sus dos
retoños y les dejó salir, con la condición de que debían regresar antes de la hora en que
finalizaba la jornada laboral del cabeza de familia. Los hijos prometieron cumplirlo y se fueron
tan alegres a disfrutar del permiso concedido.
No regresaron a la hora convenida ni a ninguna otra, porque los dos perdieron la vida en el
terrible incendio. ¿Qué ocurriría después en aquel desdichado hogar, cuando el padre y la
madre se quedasen solos y enfrentados para siempre? La historia no nos lo ha desvelado, pero
lo podemos imaginar.
Este tristísimo suceso me fue relatado por mi querido amigo don Enrique Suárez Sánchez,
barítono retirado y comentarista de zarzuela.
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DICEN
Abuelos
canguro
La difícil conciliación de la vida familiar y laboral ha originado la figura de los abuelos canguro,
quienes, a veces casi obligados, se ocupan del cuidado de sus nietos, a pesar de las
limitaciones que pueden tener.
“¿Con quién mejor que con sus abuelos?” Esta es la pregunta-afirmación de muchos padres que, por
motivos de trabajo o económicos, toman la decisión de dejar a sus hijos bajo el cuidado de sus abuelos
el tiempo que dura su jornada laboral. La situación de la sociedad actual favorece este hecho, ya que la
necesidad de que los dos miembros de la pareja trabajen, el breve periodo de baja maternal, la
incompatibilidad de los horarios laborales y los escolares, y los justos recursos económicos de muchas
familias, convierten las casas de los abuelos en recurrentes guarderías, y a ellos en “abuelos canguros”
más tiempo del recomendable.
Aunque la figura de los abuelos siempre ha sido importante dentro del núcleo familiar, y
especialmente durante el desarrollo de los pequeños, lo cierto es que las tareas de los mayores se
centraban en mimar, proteger y consolar a los nietos; se tomaban estas licencias que como padres no
pudieron permitirse con tanta libertad.
Sin embargo, hoy en día los abuelos han adquirido más protagonismo y son un pilar fundamental en
la educación de los niños. ¿La razón? Pasan mucho más tiempo con sus nietos que hace unos años, lo
que les obliga a retomar el papel de padres que ya habían dejado atrás.
Los motivos de este nuevo rol son varios. Por un lado, son pocas las familias que se pueden permitir
que solo uno de los dos miembros de la pareja trabaje, por lo que hasta que los niños no tienen edad
para quedarse solos, o durante sus vacaciones, es necesario que un adulto esté con ellos. Ante esta
situación se acude a una guardería, ¿pero qué pasa cuando la economía familiar no es lo
suficientemente sólida para contratar este servicio? Las guarderías públicas suelen ser más asequibles
que las privadas, pero no siempre disponen de las suficientes plazas que se necesitan en un barrio, o
su horario no coincide con el del trabajo de los padres, por lo que pueden quedar unas horas sueltas
en las que obligatoriamente hay que reclamar la ayuda de un adulto de confianza.
Por otro lado, son muchos los padres que se resisten a dejar en una guardería a sus bebés de menos de
seis meses de edad, si no son más pequeños, cuando se cumple la baja maternal. Se sienten más
seguros si su recién nacido se queda en su propia casa y son los abuelos los que acuden a ella para
cuidarle.
Abuelos más sanos y activos
Otra de las principales causas por la que los abuelos se han convertido en los principales cuidadores
de los nietos es que se encuentran con mejor salud, forma física y muestran una mentalidad más
abierta en comparación con los mayores de generaciones pasadas. Hoy en día es normal que una
persona de 65-70 años se mantenga activa y sin padecer una enfermedad grave, por lo que cumplen
todos los requisitos para que los padres quieran dejar a sus hijos bajo su custodia, pero, ¿realmente
una persona de esta edad puede seguir el ritmo de un niño en pleno desarrollo, o puede realizar con
plenas facultades todas las tareas que reclama un bebé?
FUENTE: Webconsultas
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COLABORACION FUNDACION UPDEA – ASOCIACION JUBILADOS DE
CAJA MADRID
Updea es una entidad sIn ánimo de lucro que desde 1 .999 organiza cursos, viajes culturales
en España y en todo el mundo y actividades de ocio cultural como visitas guiadas a Madrid y
a museos, conciertos, encuentros, salidas al teatro.
Las VENTAJAS para todos los Asociados y sus familiares son:
- CUOTA ASOCIATIVA anual gratuita.
- UNIVERSIDAD DE ADULTOS: 1 0% en cursos. La mayoría de los cursos son de octubre a
mayo. Se imparten en 1 sesión semanal de dos horas en grupos reducidos.
Para el curso 201 5-1 6 hay más de 1 00 cursos distintos: Hª del Arte. Visitas a Museos,
literatura, idiomas, informática, móviles táctiles y tablets, cine, música, historia, escritura
creativa, desarrollo personal etc. El coste medio de un curso anual es de 300€.
Especial Curso Updea 201 5/1 6 Entidades Colaboradoras (ver:
http://www.updea.org/viajes/cursos_colaboradoras.pdf)
-
CLUB DEL VIAJERO. Viajes culturales de autor, cuidados en sus mínimos detalles.
Viajes Nacionales (descuento de 20% y 30%)
Granada y sus Alpujarras (2-4 octubre). Precio 290€ (Asociación Jubilados Caja
Madrid 232€)
Arribes del Duero (1 0-11 octubre). Precio 1 55€ ( Asociación Jubilados Caja Madrid
108€)
Excursiones (Descuento de un 50%)
Tierra de Monasterios (3 oct). Caleruega,Peñaranda, La Vid. Precio 36€ ( Asociación
Jubilados Caja Madrid 18€)
Roma Clásica y Barroca (24 oct). Segóbriga, Belmonte; Uclés Precio 36€ ( Asociación
Jubilados Caja Madrid 18€)
Viajes internacionales.
Joyas del Véneto. (28 septiembre- 3 octubre). Precio: 1 .1 70€ ( Asociación Jubilados
Caja Madrid 960€)
-OCIO CULTURAL. Visitas a museos, a Madrid, conferencias, conciertos, etc. Gratuito.
Información e inscripciones:
Barceló 1 3. (Metro Tribunal y Alonso Martínez).
Tf.: 91 447 68 20
Correo-E.: [email protected]
Web: www.updea.org
Horario: Lunes a Viernes: 1 0 a 1 4 y 1 6.30 a 20h.
Julio y agosto: 1 0 a 1 4 (3-1 7 agosto cerrado)
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FOTO PARA EL RECUERDO
La foto que publicamos recoge un momento de la cena homenaje dedicada por los
empleados de la que todavía se llamaba Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid a su
Director General D. Guillermo Escribano Ucelay, con motivo de su reciente jubilación. Estamos
en 1 974.
El Sr. Escribano aparece en el centro de la fotografía, teniendo a la derecha a su
esposa, Dª Rosario Villanueva Núñez.
De izquierda a derecha, reconocemos en primer lugar a nuestro asociado Andrés
Lozano López, al que debemos haber podido publicar esta foto, entrañable recuerdo de una
época que ha pasado a ser casi legendaria.
A continuación, siguiendo el mismo orden, aparece un empleado llamado Avelino (no
recordamos sus apellidos), y a la izquierda del Sr. Escribano reconocemos a Joaquín García
Valcarce, Juan Torres Babiano, José Antonio Sánchez Barba y, en último lugar, Francisco
García Barreno.
Creemos que de todas las personas que aparecen en la foto, sólo están actualmente
con nosotros Andrés y Joaquín, miembros los dos de nuestra Asociación. Dedicamos nuestro
cálido y emocionado recuerdo a los que ya se fueron, especialmente al Sr. Escribano y señora,
figuras señeras de un pasado inolvidable.
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