Las carreras locas del cinc

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Las carreras
locas del cinc
Mieniras existan espectáculos, el público
seguirá pidiendo acción. Y dt'*>de hace varios meses hay dus películas de acción que
siguen agutandu sus tonalidades Cütno en su
primera semana de represen lacÑii. Hilas $on
Lo.-, intrépidos hombres en sus máquinas
voladoras y í¿i carrero del siqfn. V.s. ya
un lugar dpmabiado común decir que ci
arte refleja las inquietudes de un;i ¿poca.
Y nt> latí cumún. pero si conocídjo, que
til afie B veces se adcianin a su época,
A fsic respccUi ¿qué podemos decir sobro
L' \\ a-i películas desbocadas? Primera, colularníjí; ante CÜJS cu nuestra auténtica po-;iciún. la de espectadores, > luego ver que
reflejan t> qué aportan.
Exi&ie una vieja polémica subí L1 LI LÍXI*.'
Hay quienes sosüenoi quu la Función dd
cinc es exclusivamente la de divertir, acep-
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lando la Foima documental o informativa,
pero «;ín llrgar más allá. Hay otros que tf
exigen a la expresión cincmalogr;ilica una
textura Trascendente des I ¡nada n tallar 5
oricniar el espíritu en sus raices más prufundas. V 1*K. haj que afirman que e¡ cinc,
aí iñual que la«¡ revistas, tos librus y La
música, debe lencr diversos Roeros de expresión, sicnt!u tan válido el profundo y
trascendente, como e! liviano y ameno, siempre que se establezca do antemano el cstilu
de cada una. \ o corresponde e:i este tno
monto lucubrar sobre eslas ircs posiciones,
L-J! lu mayoría de los c.i^o» irreconciliables.
Perú si, podcrrjfK decir algo sobre eslas dos
películas. Se hicieron cun un sulu pnapósilo: divertir. Para ellu ectmn mano a todus tos rcciii su»* ya ¿.'unodüus psra excitar
a Jas ma-^*. Hny vx-lucí dad, brevedad en
el diálogo, humor grueso que M I Linda primordialmenic en la aL"cit>n listes, actores conocidos, actrices bellas con picardía, y todu
csio bañado en grandioso tecnicolor Con
•,:n ritma veloz ik- montaje, logrado en gran
parte •• con fragmentos de himnos u co: !, .!• ^ f1"
\¿iri¿is
dccudas,
el
cspectadui
so sien tí: rtcstlc un ct>micn/o incorporadu
n una acción TíLmiliar, aunque absolutamcfl
it- irrc-.T: Lns ri-Ltiizador<.'*; no tuvieron utiti
propusito que éilc. Quisieron Iterar a un
mayor númeru Se personas rn el Enenuí
liempu pusibh: y dejarlas a todas contenías.
Para ello invirtieron un gran capital y escogieron temas que despertaran curiosidad,
Tanto en el caso de Los intrépidos fiorií*
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MU íMflflíii'Itlí
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si^lo,
f*>l«ití'>ri|\ tulUü Cn
los
..un.•..!••-
niadeLos
de automóviles y de aviones, cunstiluyen I»
:••[. :^J. -u^ ingenuos accUtentes aportan
la risa \ la iníahahle carreni entre lus per«majes i rae ¡a cm^xión. A nuesl 11» JUÍCHJ
I-, veíosu exigirles n es las cimas nlpn man
t|uc el ubjetivo qut1 se han prupueMu. tli
vertir a tod-t costa, Sólo podemos criticarles SUS monienius ile lentitud fnncccsuriíi
rj las csceníi5 cslcreaUpadas claramcntü fa
voroblcs .ii luí.iniiiniu de algún galán a es
1
1 el tita. Al público se le an HW la ;i. ciún.
si: 1Ü sumerge t:n una :iit;i presión dinimíca
* por lo tanlr» tiene íicrcvhu a llegar en
esa lumia hasta el I i nal. Ln el caso de
f.it carrera ác\ sffiío hay momcfito^ en que
3;t jicciún se diluye «. uírus en qit^ debemos
escuchar tiernas canciones romániica.<. Esie
recurso, de las canciones románticas, es todavia una vieja maqueta de P-L'IÍLUÍUS de
acción de antaño, en que- el espectador aún
pedía un pucu de "dulce" para calmar ^u*
nervios luego Je una escena emocionante
Pero hoy esos recursos se sfcnlca tada ve?
más sobrepuestos. Después de ver obras
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tales como Uno, Dos, Tres de Billv Wilder,
El Mundo está toco. Loco. Loco, tx¡ca y
El //íjiíifirc de Rin. enlre oirás, ya sab^moi
que CUUIKÍU se T>Lietk" ciar acción a destajo.
111,1-. \ole darla sin temor. La "dulzura '
t\c anta ñu la sentirá ti eipettador al salir
ele la sala y recordar tsc momento que
vjviú cit compañía de seres que hicieron
tuilo lo que el habí fa querido hacer v lu
que es más r sentirn U incumparahle sensaciún de haberle olvidado por cúmplelo,
duranie un ralo de sus prcocupnciuriL-s y
temores. V si v! espectador ha pedido ese
lipa de espectáculo desde la temprana Grecia, hay que aplaudir al realizador que lu
logra en í,i forma más completa posible.
Porque la risa y la emoción tegirirán hiendo
grandes alimentos "para el hombre, en la
medida en que este se atreva a ser niíio
todai K'. no importa cual sea su edad;,
Juan
Uonoso
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