Comentarios a la ley general de desarrollo agropecuario y pesquero (Ley 1 01 de 1993) }osé Leibovich* l. ANTECEDENTES Antes de entrar en el aná li sis del contenido de esta ley, es importante acla rar su origen, tanto desde el punto de v ista co nstitu c ion al como de la coyuntura particular que hizo posibl e que se co nc reta ra al fina liza r 1993. La Constituc ión Po lítica de Co lombia de 1991 , co nti ene tres artícu los que hace n referenc ia ex plíc ita al apoyo que el Estado debe otorgar al secto r ag ropec uario . El artículo 64, se refiere al acceso progres ivo de los trabaj ado res agrarios a la propi edad de la tierra y a lo s serv ic ios, entre otros, de edu cac ión, sa lud , viv ienda, c réd ito y co merc iali zac ión de los productos, co n el fin de mej o rar el in greso y la ca lid ad de vid a de los ca mpes in os . Su filosofía co rresponde a un anh elo legítimo del co nstituyente prim ario, según el cua l es deber del Estado correg ir la • Asesor del Gobierno en As untos Cafeteros . Las op ini ones expresa das en este artícul o so n personales y no co mprometen a la in stitu ción para la cual trabaja. des igual distribuc ión de la ti erra, y apoyar el acceso a los se rvicios bás icos de la pob lac ión ca mpes ina los cua les han sid o fu ente de co nflicto socia l en el ca mpo desde los oríge nes mismos de la nac ionalid ad co lomb iana. Además, se co nsid era, co n razó n, qu e esta situ ación afecta el in greso y la ca lid ad de v id a de los habitantes del campo. El artíc ulo 65 p lantea qu e la p rodu cc ió n de ali mentos debe goza r de la es pec ial protecc ió n del Estado, dando priorid ad tanto al desa rro ll o in tegra l de las activid ades ag rop ec uari as, pesqu eras, forestales y ag roindustrial es, como a la co nstrucc ió n de ob ras de infraestructura físi ca y adec uac ión de ti erras y a la p romoción de programa s de investigac ión y transferencia de tec nología enca min ada a in c rementar la produ cti v id ad del sector. A l proponer la protecc ión es pec ial del Estado a la producc ión de alim entos, hace prop io un argumento de la teo ría de la Seg uridad A lim entaria , según la cual , el país no puede dejar de produ c ir los alim entos de un a ca nasta bás ica, ante el riesgo de un a eventu al hambruna co mo la oc urrid a en Europa durante las guerras mundiales. Bajo esta teo ría se justifica ría manten er artificialmente, co n subsidi os del Estado, produ cc ion es co n claras desventajas co mpeti- tivas, porque el rég imen climático o las tierras o la tecnología no so n las ópt im as. Alternativamente, más que mantener artifi c ialmente producciones, el Estado puede co ntribuir a reso lver los cuellos de botella que enfrenta la producción del campo y es en esta or ientac ió n, que el artíc ul o plantea la necesidad de apoya r la rea li zac ión de obras de infraestru ctura, adec uac ión de tierras, investigac ió n y transferencia de tecnología. El artíc ulo 66 se refiere a la posibilid ad de reglamentar el créd ito agropecuar io en co ndi c ion es espec iales, teniendo en cue nta la peculiaridad de la producción ag ropec uar ia, es decir, los c iclos de las cosec has y de los precios, además de los ri esgos naturales de la activid ad. Esto significa que los pagos de intereses y las amortizaciones a cap ital se program en de ac uerd o co n el momento de las cosec has . En cuanto a los c iclos de precios y ri esgos inh erentes a la actividad , no es tan claro que las ca racterísti cas del crédi to puedan co ntemplar estos fenómenos. Para ello se deben desarrollar in strumentos financieros de cobertura y/o seguros. El desarrollo a ni vel leg islativo se dio por parte del Congreso de la Repúb li ca, co mo res ultado, en parte, de la presión ejerc id a por los gremios de la producción agropecuaria que tienen as iento en la Sociedad Colombiana de Agricultores, SAC. Ante las reiteradas c ríti cas a la política gubern amental que, segú n ellos, había sido la ca usante de la profunda c ri sis del sector durante 1992 y 1993, la c itada ley debería co rreg ir esta situación. En efecto, las primeras vers iones del arti cul ado proponían instrumentos que, entre otras med id as, hubi eran anul ado de tajo la políti ca de apertura para el secto r. Produ cto de la co nce rtac ió n entre los gremi os, el Co ngreso y el Ejecutivo se obtuvo la ley que pasamos a co mentar. En ell a se refleja claramente un co njunto variado, y no necesar iamente armónico, de intereses. Por un a parte, aq uell os preocupados por el co rto p lazo y, bajo el diagnóstico de que 166 COYUNTURA ECONOMICA ape rtur a, co n un a co mp ete n c i a ext ra nj e ra despiadada a la producción nac ion al, había producido la cri sis del agro, pretendían que la ley se enca rgara de introdu c ir los correctivos necesa ri os a ell a. Por otra, aq uellos qu e intentaba n genera r los incenti vos necesa rios distintos a la protección para que el sector rural volviese a se r atractivo para la inversión . Finalmente, aq uell os preocupados por mejorar las co ndi ciones de acceso a la tecnología que hi ciese n posible aumentos en la productividad ag ropecuar ia y de comercialización y, de esta man era, lograr mejoras sustanc iales en la competitivid ad del sector y del ingreso de los habitantes del ca mpo. Los efectos rea les que tenga la ley sobre el sector y cuáles de los intereses menc ionados atrás predominen, dependerán de la reg lamentac ió n que de ell a efectúe el Ej ec utivo. 11. LA APERTURA ECONOMICA La ley contiene varios artículos (del segund o al quinto), relativos a la intern ac ion ali zac ió n y protección del sector. En ellos se intenta neutral izar, en algunos aspectos, la apertura eco nó mi ca tan impulsada durante la administración Gaviria. En particular, el artículo quinto faculta al Gobierno N ac ion al para imponer medid as de sa lvaguard ia cuando la producción nac ion al sufra un perjuicio o amen aza (sic) de perjuicio a causa de un in cremento de las importaciones o de un a caída sustanc ial de los precios intern ac ional es. Nótese que no se trata de neutral izar el dumping o los subsidios intern ac ion ales. Simplemente, ante la apari ció n de un productor más efic iente en el mundo, que penetrase nu estro mercado de manera importante, el Gobierno podría neutrali za r estas importac io nes co n barreras de cua lqui er tipo. Dec ision es de esta naturaleza benefic ian a los productores del bien en cuestió n a costa de los consumidores nacionales e indu cen un a as ignac ió n inefic iente de rec ursos . Hoy en día está operando una salvaguardia para el arroz p roveni ente de Viet- N am, pues de ese origen el grano es más barato. Sin embargo, no se tienen pruebas de que esa producción esté subsidi ada por el Estado. 111. SUBSIDIOS AL SECTOR AGROPECUARIO Y PESQUERO La ley establece un rég im en de subsidios no transparentes para las activid ades agropec uari as. Algunos de los más importantes so n : - Subsidios a los productores en relac ió n directa al área productiva o a sus vo lúm enes de producción (a rtícul o 7). - Subsidios en las tarifas de energía eléctri ca (a rtícu lo 8). - Subsidios a los pequeños prod uctores con tasas de interés in fer io res a las del c rédito come rc ial o rdin ario (a rtíc ul o 12). - Subsidios a personas natu rales o jurídicas que rea l icen inversiones en el sector agropecuari o, hasta por un eq ui va lente del 40% del valor de la in ve rsió n (a rtíc ul o 21). El monto del incentivo se rá descontado de la cuantía total o de los pagos parciales de la ob li gac ió n c rediti c ia originada en el proyecto de inversió n. -Subsidios a través de precios de in te rvenc ió n del IDEMA. - Subsidios en las primas para tomar el seguro agropec uari o. Este co njunto de subsidi os, si bien va en dirección de facilitar las co ndi c ion es pa ra la producción agropecua ri a y pesque ra, genera di sto rsio nes y problemas que va le la pena destacar : 1. Otorga r subsidi os en fun c ió n directa del área o del ta maño de la producción tiene un ca rácter ab iertamente reg res ivo. 2. Subsidiar las tarifas de energía eléctri ca en el ca mpo benefic ia a los usuar ios de ell a que, en general, son los agricultores de ingresos más altos, los cua les cuentan co n procesos productivos más intensivos en cap ital. 3. El subsidi o en el crédito a los pequeños campesinos tiene aparentemente un ca rácter progresivo y, en consec uenc ia, merece su apoyo. Sin embargo, estudi os empíri cos han mostrado qu e el secto r agríco la req ui ere disponibilidad sufi c iente y opo rtuna de recursos de c réd ito para impul sa r la inversió n, más qu e un subsidio a la tasa de interés . Cuando la tasa es subsidi ada, suele presentarse racionamiento de recursos, turnos de espera y, en co nsec uenc ia, no todos los beneficiarios potenciales logran el acceso al subsidi o. 4 . El in ce ntivo a la ca pitali zac ió n rural puede se r un in strum ento interesa nte de estímulo a la inve rsió n. Todo depende de có mo sea reglamentado. En primer términ o, hay qu e tener c uid ado de ev itar el ri esgo de ayud ar a co nce ntrar m ás el ingreso en el ca mpo, y para ello se requie re un reglamento que destine el in centivo, prioritariamente, a los pequeños prod ucto res . En seg undo término, deben estab lece rse c riteri os téc ni cos claros para el oto rga miento del mi smo, en el se ntido de que éste se dedique a introdu c ir un camb io tec no lóg ico que in c remente la productividad y disminuya costos . H ay que ev itar que co n dicho in ce nti vo se estimul en producciones co n paquetes tec no lóg icos que han demostrado ser in efic ientes . 5. Subsidios a través de precios de interve nc ió n del IDEMA . Cua ndo se trata de producciones en zo nas alej adas del mercado puede tener sentid o efectuar este tipo de intervenc io nes y en coyunturas específi cas . Sin embargo, cuando se estab lece n de man era genera l izada y pe rm anente, no sólo dan un a seña l equi vocada a los productores, sin o que a la postre, puede terminar el ID EMA en el co ntrase ntid o de adquirir co n rec ursos del erario las cosec has de otros países. COMENTARIOS A LA LEY DE DESARROLLO AGROPECUARIO 167 6. El subs idi o en la menor prima para tomar el seguro de cosec has tiene la intenc ió n de ayudar a romper un círcu lo vicioso por el cual este tipo de seguros no ha sid o tom ado debido al alto valor de las primas. Esto en razó n a qu e estos seguros cubren ca lamidades asoc iada s a plagas o desastres climáticos cuya probabilidad de ocurrencia es relativamente importante. La dific ultad de impulsar este subsidio es, ev id entemente, la limitac ió n de rec ursos con qu e c uenta el gobierno . Si se as igna un a partida definida para poner en ope rac ió n este subsidio, ¿con qué criteri os as ignará el gob ierno los limitados rec ursos? De nu evo, se co rren ri esgos impo rtantes por esta vía de ayud ar a co nce ntrar el in greso rural. Los rec ursos para financiar los subsidi os menc ionados provi enen del presupuesto nac ion al. Siendo co nsc ientes de las restricc iones existentes en este ca mpo, se req ui ere un a gran dosis de rea li smo del ejec utivo para destin ar los rec ursos públicos estableciendo prioridades en las acc ion es qu e generen las m ayo res eco no mías de esca la y, por end e, los máx imos beneficios de ca rácter general para el cam po. IV. OTROS TEMAS En la perspectiva de apoyar la comerc ializ ac ió n interna, la ley le otorga al IDEMA la función de efectuar inversio nes de riesgo en nu evas empresas de come rc iali zac ió n, las cuales han de co ntribuir a aumentar la competitivid ad de la producción agropecuari a. Para evitar que estas ini ciativas fracase n, deberán seguirse estri ctos c riteri os de evalu ac ió n de proyectos que dem uestren su viabilidad y oj alá buscar desde el ini c io la participación de agentes privados en la inversión . La ley desa rro ll a el precepto constitu c io nal de la parafisca l id ad para el sector ag ropec uario. Según éste, se pueden c rear co ntribuc ion es parafiscales en subsectores específicos, co n miras a desarrollar el subsector en temas co mo la investigac ió n y 168 COYUNTURA ECONOMICA tran sferenc ia de tecnología, la adecuació n de la producción y el control sa nitar io, la comercializac ió n, el fomento a las exportac ion es y al consumo, la estab ilizac ió n del precio y el ingreso de los productores y la ej ecuc ión de programas de inversión en infraestru ctura (artículo 31). No hay dud a de que este tipo de planteamiento se hi zo sigui endo co mo ejemplo el caso del Fo nd o Nac ional del Café. En el desenvolvimiento particular de estas co ntribuc ion es, deberá darse prioridad al destino de los rec ursos para atender tareas como la investigac ió n y transferencia de tec nología que generan, a la larga, aumentos en la productividad y redu cc i ó n d e cos to s y, e n c u anto a l a estab ili zac ión deberán di señarse los esquemas de tal manera que eviten al máx im o generar situ ac iones de déficit más all á de la capac id ad de ahorro de los aporta ntes a través de los aportes para fiscales . Como co ntinu ac ión del principio de la parafiscalidad, la ley otorga al Gobierno la facultad de crear fondos de estab iliz ac ió n de precios de los productos agropec uari os co n el obj eto de procurar un in greso remun erat ivo a los productores y regular la produ cc ió n (artículo 36). Este tipo de fondos pu ede ser de utilidad en aq uell os casos en q ue los productos presentan alta vo latilidad de los prec ios en los mercados internacio nales y no ex isten meca ni smos altern ativos de cobertura de ri esgo. Sin emba rgo, los sistemas de estabilización planteados en la ley no garanti za n la supe rvi venc ia fin anc iera de los fondos, cuand o la vo lati lid ad de los precios es extrema. Si bien la ley es muy c lara en obligar a los muni c ipios del país a la c reac ió n de las UMATA (U nid ad Muni c ipal de Asistencia Téc ni ca Agropecuaria) , las c uales han de ser el vehículo a través del c ual el ca mbio tecnológico ll eg ue a los ag ri cultores, dicha ley se qu edó corta en dar un alca nce m ayor a la in vest igac ió n tecnológica. Esta es, a la larga, la que garanti zará que el secto r pu eda alca nzar en el media no plazo niveles de co mpetitividad que obvien buena parte de las dificultades por las qu e tuvo que pasar rec ientemente el sector. V. COMENTARIO FINAL Se puede co ncluir que la Ley 101 de 1993 buscó desarrollar los artículos 64, 65 y 66 de la Constitució n de 199 1 que hacen referenc ia al apoyo del Estado para impul sa r el desarrollo del secto r agropec uari o. Sin embargo, en su co ntenido quedó plasmada un a visión de corto plazo, al reg lamentar la posibilidad de usar in strum entos por parte del ejec utivo, para devo lver la ape rtura del secto r agropecuari o, co mo es el caso de la imposición de sa lvaguardias. De otra parte, predomina en la ley un co njunto de med id as de subsidios a los productores del sector que, si bien pueden ir en la direcc ió n de estimul ar la inversión y el c rec imi ento del secto r, pueden también co nll eva r se ri as co nsecue nc ias negativas sob re la distribución del in greso, aum entando la inequidad. Ojalá que el Gobierno, al poner en práctica estas med idas, mantenga mu cho ce lo para evi tar estos efectos no deseados. Otros aspectos de la políti ca sec to ri al menc ion ados en los artícul os de la Constitución quedaron minimi zados o no contemplados en la presente ley, co mo es el caso de los instrumentos y mec•ni smos de desarrollo tec nol óg ico básicos para ga ranti za r el c rec imi ento y la competiti vid ad del sector en el med iano plazo . D e otra parte, temas co mo el del progres ivo acceso a la propiedad de la ti erra por parte de los campesinos, ha sido desarroll ado en la Ley 160 de 1994 de Reform a Agraria, cuyo co ntenido merece un come ntar io apa rte y no es objetó del presente artículo. COMENTARIOS A LA LEY DE DESARROLLO AGROPECUARIO 169