El derecho a la vivienda, el derecho a la salud.

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El derecho a la vivienda, el derecho a la salud.
Publicado en Periódico Diagonal (https://www.diagonalperiodico.net)
[Texto escrito por Vicky López, compañera médica de familia y salubrista-es-proceso]
Hace unos días la PAH denunciaba que desde Enero las órdenes de desahucio no llevan ni fecha ni
hora. El Consejo General de la Abogacía señala que el juez no tiene obligación de dar esa
información en los procesos que van por vía penal, es decir, aquellos casos de “ocupaciones ilícitas”
en palabras del gobierno o “recuperaciones” en palabras de la Plataforma de Afectados por la
Hipoteca (PAH).
Las políticas públicas de vivienda deberían estar encaminadas a garantizar el acceso a la vivienda de
los ciudadanos. No sólo esto no es así, sino que además cuando la ciudadanía se organiza y articula
respuestas por medio de las plataformas, el gobierno vuelve a lanzar políticas que intentan
desarticularlas.
Ante esta situación, nos surgen algunas preguntas: ¿es la vivienda un derecho real? ¿qué podemos
hacer ante esta violación sistemática de los derechos humanos? ¿podemos relacionar la consecución
de derechos con nuestro estado de salud?
Vivienda y salud
Hay muchos estudios que relacionan las condiciones de la vivienda y con la salud. Según el informe
“Vivienda y salud”, presentado en 2003 por la British Medical Association (BMA), "la vivienda digna
es un primer requisito para la salud"
Además, en una revisión bibliográfica sobre investigaciones que relacionan infravivienda y salud, se
afirma que existen indicios suficientes para argumentar que las condiciones de la vivienda son
importantes para la salud física y mental de la población, y que las políticas dirigidas a garantizar
unas adecuadas condiciones de vivienda tendrán un efecto positivo en la salud[1]
Pero más allá de las evidencias que afirman que esta relación, debemos buscar las repercusiones
que está teniendo en la salud la actual política de vivienda y el fenómeno de los desahucios. Hacia
finales de 2012, según la PAH el número de desahucios llegaría a los 171.110 desde el comienzo de
la crisis en julio de 2008. Según el Banco de España los desahucios subieron en 2013 en relación a
2013. En los 6 primeros meses de 2013 hubo 19.567 desahucios, casi tantos como en todo 2012,
año en el que hubo 23.774. Personas de todas las edades se han visto en la calle por créditos
hipotecarios que no podían asumir. Es fácil vislumbrar las consecuencias fatales que tiene esto para
la salud mental y física de los/as afectados/as.
Dado que el fenómeno de los desahucios es relativamente nuevo, al menos con estas dimensiones,
es difícil aún cuantificar las consecuencias que tendrá para la salud. Sin embargo, ya hay estudios
que permiten entrever lo que está ocurriendo. En un estudio publicado en el European Journal of
Public Health en 2013 se observa que independientemente de los riesgos observados por la
situación de desemple , exite un riesgo dos veces mayor de depresión mayor asociada con
dificultades de pago de la hipoteca ( OR = 2,12 , P < 0,001 ) y de casi 3 veces más con los
desalojos ( OR = 2.95 , P < 0,001 ) . De manera que alrededor de un tercio del riesgo general en la
asistencia de la población que consulta por trastornos de salud mental podría ser atribuido a los
riesgos combinados de las dificultades de desempleo de los hogares y de pago de hipoteca.[2]
El Derecho a la vivienda
Párrafo 1 del Artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos
“Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la
salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los
servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo,
enfermedad, invalidez, viudez, vejez y otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por
circunstancias independientes de su voluntad."
Además de esto, el Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales que ha sido ratificado por
108 estados, entre ellos España, contiene el que quizás sea el fundamento más importante del
derecho a la vivienda enunciado en todos los principios jurídicos que integran las normas
internacionales sobre derechos humanos, ya que en este se reconoce el papel del Estado como
garante de este derecho.
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El derecho a la vivienda, el derecho a la salud.
Publicado en Periódico Diagonal (https://www.diagonalperiodico.net)
Párrafo 1 del artículo 11 del Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
"Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a un nivel de vida
adecuado para sí y su familia, incluso alimentación, vestido y vivienda adecuados, y a una mejora
continua de las condiciones de existencia. Los Estados Partes tomarán medidas apropiadas para
asegurar la efectividad de este derecho, reconociendo a este efecto la importancia esencial de la
cooperación internacional fundada en el libre consentimiento."
En particular en la Observación General Nº 4 del Comité de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales sobre el derecho a una vivienda adecuada se define este derecho como integrado por
diversos aspectos concretos, entre ellos van a estar la seguridad jurídica, gastos de vivienda
soportables o la disponibilidad de servicios básicos.
Los desahucios son una negación absoluta al reconocimiento de este derecho por parte del estado.
El 14 de marzo de 2013 el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) dictaminó que las leyes
españolas sobre desahucios no garantizaba a los ciudadanos una protección suficiente frente a
cláusulas abusivas en las hipotecas y vulnera, por tanto, la normativa comunitaria. En mayo de
2013, un dictamen firmado por el Presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, indicaba que
la ejecución hipotecaria debía considerarse “el último recurso” considerando insuficientes las
medidas adoptadas por el gobierno español.
Pero, ¿qué podemos hacer si este derecho no es protegido por las políticas públicas?
La lucha por la vivienda, la lucha por la salud
En contexto actual, en el que el derecho a la vivienda se ha convertido en una utopía, la salud se
torna borrosa. Si aludimos a los condicionantes socioeconómicos de la salud encontramos que la
vivienda es un elemento fundamental para el desarrollo de una vida saludable.
Según la Teoría Crítica de los Derechos Humanos, los derechos humanos son productos sociohistóricos fraguados a partir de luchas sociales y de conquistas del pueblo en la lucha por una vida
digna. Asumir unos derechos como naturales o universales, supondría robarles la significación y
aceptar que no podemos hacer nada por alcanzar lo que el Estado no nos da.
Por lo tanto, hoy día, luchas como la de Stop Desahucios o la de las Corralas no hacen otra cosa
que lanzar a la calle lo que siempre ha estado en un papel. Hoy, la ciudadanía construye derechos a
partir de la lucha social, construye salud a partir de plataformas ciudadanas (buena prueba de ello
es el estudio realizado por la médica de familia y antropóloga médica Elena Ruiz Peralta
«Desahuciar, desalojar, ejecutar. Cuando la política callejera se convierte en medicina»[3]).
Así pues, podremos hablar de estas luchas como focos de salutogénesis, que llevan la estrategia
de “Salud en todas las políticas” a la calle, en la que la salud se convierte en un eje transversal al
realizar acciones políticas con impacto positivo en salud, ya sea por hacer de la unión ciudadana
un activo en salud o por intentar conquistar un derecho que les fue arrebatado.
[1] Water, AM. Do housing conditions impact on health inequalities between Australian’s rich and
poor? Australian Housing and Urban Research Institute; Sydney. 2001
[2] Gili. M.; Roca. M.; Basu S.; McKee M.; Stuckler D. The mental health risks of economic crisis in
Spain: evidence from primary care centres, 2006 and 2010 Eur. Journal of P. Health; 2013
http://eurpub.oxfordjournals.org/content/early/2012/04/18/eurpub.cks035.short
[3] http://www.eldiario.es/andalucia/lucha-social-medicina_0_220128055.html
Etiquetas:
Desahucios, salud pública
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