SERIE: ANÁLISIS POLÍTICO UMNG – IEGAP # 007 04 de junio 2012 ¿UN NUEVO ESCALÓN EN LAS RELACIONES CIVICO – MILITARES?1 Palabras clave: Colombia, Presidente, Juan Manuel Santos, FF.MM, doctrina Lleras Introducción El discurso hecho por el presidente Santos en la Cátedra Colombia, se da en un escenario complejo. Por un lado, las críticas provenientes de diferentes sectores reclaman un mayor compromiso de las Fuerzas Militares y denuncian una disminución en la voluntad de combate, llegando en algunos momentos, a sugerir que la iniciativa la está retomando el terrorismo. Por otro lado, existen criticas adicionales a la manera en la cual la administración Santos conduce la estrategia política para enfrentar a la guerrilla, la cual apunta a la búsqueda de una estrategia de negociación a la par de la continuación de las acciones militares. En este escenario se cuestiona las posibles ventajas o privilegios que la guerrilla pudiera tener ante un hipotético proceso de paz, enmarcadas en las normas jurídicas facilitadoras de las condiciones de negociación. Finalmente, la existencia de críticas desde el interior de la Fuerza Pública, relacionadas especialmente con condiciones laborales y pensionales han complicado aún más el panorama. En este escenario, el discurso dado por el Presidente Santos pretendía salir al paso a las críticas. 1 Este documento forma parte de la serie “Análisis Político” del Instituto de Estudios Geoestratégicos y Asuntos Políticos de la Universidad Militar Nueva Granada. Su elaboración final estuvo a cargo del Asesor Luís Alexander Montero Moncada. Las opiniones expresadas en este documento son compartidas por el IEGAP pero no reflejan necesariamente el punto de vista de la Universidad Militar Nueva Granada. 1 1. La Cátedra Colombia y las relaciones cívico-militares en el país. No es la primera vez que el Teatro Patria es testigo de planteamientos interesantes sobre la forma de construir las relaciones cívico-militares colombianas. Al inicio del Frente Nacional, el Presidente Lleras hizo un recordado llamado a los militares colombianos, quienes se encontraban bajo tres influencias directas: la politización del ejército heredada de mas de un siglo de guerras partidistas, la transición al poder civil luego de los años de gobierno militar y por último, la tendencia latinoamericana inclinada hacia los dictadores militares. En ese momento, la Doctrina Lleras – como fue llamada – ofreció un nuevo nivel en las relaciones entre la clase política y los militares. Como lo plantea Leal, “Se les exigió (a los militares) someterse al poder civil y al Estado, brindándoles prerrogativas ante la concesión de niveles de autonomía frente al control del orden público”. Siendo aún más explícito, Lleras afirmaba que por el hecho de ser la política, un arte de la controversia que debía ser dominio de los civiles, en contraste con la milicia que es el imperio de la disciplina. Tal y como lo plantea Pablo Nieto, “Apartar las Fuerzas Armadas de las deliberaciones públicas no es tan solo un acierto constitucional, sino una necesidad funcional. Si las Fuerzas Armadas participan en las deliberaciones lo hacen con sus armas”2 La gran debilidad de la Doctrina Lleras fue el momento coyuntural que tuvo que experimentar. Dicha doctrina se lanzó justo en medio de un caos político nacional que incluía bandolerismo y el germen de las guerrillas de primera generación, por lo cual se vió limitada la esencia del pronunciamiento. Era necesario articular muy bien el medio militar al civil de manera que se entendiera la naturaleza de las nuevas amenazas, su capacidad real y la o las estrategias diseñadas por los bandoleros para atacar al Estado en consolidación. Este marco de referencia fue el utilizado por el Presidente Santos, 54 años después, para iniciar su discurso en la Cátedra Colombia. Por lo tanto, y como se puede analizar a lo largo del discurso, el Presidente Santos pretende llevar a un nuevo nivel las relaciones cívico – militares, encaminándolas hacia un escenario futuro de integralidad; hacia la paz, fundamentalmente, aunque sin descartar la opción de la continuación de la guerra. De hecho, el presidente Santos inicia su propuesta con dos elementos legitimadores, en primer lugar, la mención a la Doctrina Lleras y en segundo lugar, aclarar que él mismo “no es un novato en temas militares ni con temas de guerra”. De esto, en términos de lenguaje, se infiere un carácter legitimador al discurso, el cual estará siempre del lado de la fuerza 2 NIETO, Pablo. ¿Subordinación o autonomía? El ejército colombiano, su relación política con el gobierno civil y su configuración en la violencia, 1953-1990. Informe final del concurso: El papel de las fuerzas armadas en América Latina y el Caribe. Programa Regional de becas CLACSO 2004. 2 pública. Pero, ¿dónde radica la importancia de la legitimidad en las relaciones cívico – militares? 2. Aspectos teóricos de las relaciones cívico – militares Las relaciones cívico – militares, requieren de un estudio a profundidad. No se trata simplemente del espacio de diálogo plano entre los individuos que usan un uniforme y los que no. Al contrario, se trata de n entramado de relaciones que en el fondo lo que buscan es fortalecer, cambiar o crear un nuevo pacto fundacional, desde donde se cimente el Estado. En términos de Samuel Huntington, en su obra “El Soldado y el Estado”, las relaciones civiles y militares se definen como el “rol de los militares que se ejerce en una sociedad y la manera en la cual los intereses civiles se chocan, cruzan o complementan con los intereses militares”3. Según Huntington, esta diferenciación en la percepción de intereses, depende fundamentalmente de tres factores, que son: 1. La relación entre las Fuerzas Armadas en su conjunto y las sociedades en su conjunto 2. La relación entre el liderazgo de las Fuerzas Armadas como grupo de élite y otros grupos de élite. 3. La relación entre los altos mandos de las Fuerzas Armadas y los principales líderes políticos de la sociedad4. Por lo tanto, un sistema político funcional requiere que los canales de comunicación dados en estos tres niveles o factores, fluyan decididamente si se quiere contar con un sistema estable, mas no necesariamente óptimo. De estos niveles o factores, Huntington identifica cuando menos dos sociedades resultantes a saber: 1. Cuanto más primitiva es una sociedad , menos se diferencian las habilidades, valores e instituciones militares de las de otros actores y grupos sociales. 2. Las relaciones civiles-militares en las sociedades modernas requieren la existencia de cuerpos de funcionarios públicos autónomos y profesionalizados. Esta característica fue la que diferenció a las sociedades modernas de las primitivas. Este escenario justamente es el objetivo del discurso del presidente Santos en la Cátedra Colombia. Reconstruir los lazos con el estamento militar, debilitado por las críticas de sectores políticos prevalentes de la anterior administración a la vez de solucionar problemas administrativos propios de la fuerza. Con esto, el presidente Santos quiere evitar 3 Huntington S. El soldado y el Estado. Grupo Editor Latinoamericano, Colección Estudios Políticos y Sociales. Argentina, 1995. Pág. 251. 4 Junta Interamericana de Defensa. Las Relaciones civiles – militares en un contexto interagencial. Material de lectura. 3 lo que plantea O´Donell, para quien la profesionalización de la fuerza puede ser un elemento de inestabilidad por cuanto “al incrementarse el grado de profesionalización de las Fuerzas Militares (y no a pesar de él) dichas fuerzas asumen la responsabilidad para superar crisis cívico – militares recurrentes por la vía de la instauración de un nuevo sistema político”.5 3. El nuevo escenario de las relaciones cívico militares en Colombia En el discurso del Presidente Santos en la Cátedra Colombia se pueden identificar cuando menos seis elementos centrales. En primer lugar, la mención a la modernización doctrinaria, de material y operativa de la fuerza pública, de manera que se destacan sus triunfos. En segundo lugar, la disminución de la atención a la respuesta terrorista por cuanto, en términos del presidente, es la natural respuesta a unas Fuerzas Militares y de Policía combativas y a la ofensiva. En tercer lugar, la conducción del país hacia el camino de la paz, al hablar de los mecanismos de judicialización, reparación y mediación política preparados para el terrorismo, incorporando de paso a la fuerza pública en este escenario de paz. Para esto el presidente hace de la paz un hecho militar, de los militares y conseguido por los militares. No se habla que la paz refleje solo intereses civiles, sino al contrario, la paz es del universo militar. Con esto se busca interiorizar el mensaje que la paz es deseable. En este punto, el presidente hace especial énfasis a la hora de plantear el Marco Jurídico para la Paz como una herramienta necesaria y que nunca abrirá las puertas a la participación política del terrorismo. Con esto busca mantener intacta la moral de la tropa. En cuarto lugar, la continuación de los esfuerzos militares para ampliar las perspectivas que la negociación y la paz se dé. En otras palabras, el presidente quiere enfatizar que tiene dos caminos por escoger, dialogo o confrontación, pero que su objetivo final es la negociación. En quinto lugar, el acompañamiento que el Estado debe hacer a las Fuerzas Militares y de Policía, tanto en el escenario de diálogo como de confrontación, particularmente en cuanto respaldo jurídico. 5 O´Donell Guillermo, “Modernization and Military coups, Theory, Comparisons and the Argentina Case. En: Lowental and Fitch, Armies and politics in Latin América. Pág. 89 4 Por último, en sexto lugar, el bienestar social de la fuerza pública, especialmente en lo relacionado con los sueldos de retiro y la grave situación de retrasos en los ascensos de la Policía. Si se hace un balance de estos seis elementos, el panorama es claro. El presidente Santos busca impermeabilizar a la fuerza frente a críticas desestabilizadoras que le apuntan a que el ejecutivo tomó el camino equivocado y que no es el momento de pensar en una negociación. Incluso, algunas de estas críticas, especialmente las dirigidas al Marco Legal para la Paz, señalan cierto entreguismo político a la subversión. El discurso de la Cátedra Colombia busca traer a la fuerza pública del lado del presidente, por eso incluso la importancia de interiorizar la idea de la paz y mencionar soluciones a los problemas de bienestar social de la fuerza. Queda esperar si el objetivo se logra y se tiene una nueva perspectiva del papel de las fuerzas militares y de policía en un camino hacia la paz, un camino de por si alejado de las propuestas de la anterior administración. 5