“Aspectos Legales en el Desempeño Profesional de la Medicina” SUMARIO:I. Introducción II Antecedentes III. Marco jurídico mexicano IV. La responsabilidad médica V. Conclusión INTRODUCCIÓN La responsabilidad jurídica no es privativa de los profesionales de la medicina. En los últimos años del Siglo pasado, se ha comenzado a reclamar a los profesionales, la indemnización por daños causados, por el incorrecto ejercicio de su profesión y, en la profesión médica, se advierte por la denominada “Mala Práxis” ó “Mal Práxis”. La medicina, comienza a ser cuestionada en su ejercicio, por una sociedad que ha cambiado, por una sociedad más informada, que posee el conocimiento de sus derechos y exige el uso de los mismos. La conjunción de la ciencia con la ética, en esta nueva técnica denominada “Bioética”, constituye un valioso recurso entre médicos, pacientes y familiares, en el momento de la toma de decisiones, toda vez que los reclamos de pacientes contra comportamiento de los médicos, choca con los puntos de vista éticos y en ocasiones religiosos. I. ANTECEDENTES 1. Evolución de la responsabilidad médica El concepto de responsabilidad médica se ubica en los años 1800 antes de Cristo, con la aparición del Código de Hammurabi, promulgado por el Rey de Babilonia. Este instrumento normativo entre otros preceptos establecía: “Si un médico abre a alguien una gran herida con el cuchillo de bronce y lo mata, o si hacía a alguien una cavidad con el cuchillo de bronce y le deja sin ojo, se le deben cortar las manos” Este Código, diferenciaba ya lo que hoy denominamos responsabilidad civil o penal, de manera que los fallos no dolosos ni graves, estaban castigados con sanciones económicas o indemnizaciones a los perjudicados por los médicos; mientras que ante fallos con resultados graves, el médico podía perder una o ambas manos, si era cirujano, con la única finalidad de evitar que siguiese operando. Alejandro Magno, estableció la pena de crucifixión para el médico que abandonase libre y voluntariamente a un enfermo. En el Derecho Romano, estaba prevista la culpabilidad del médico, aún cuando habiendo procedido bien, los resultados fuesen negativos debido a cierto abandono, podría considerarse negligencia. En todos los tiempos y en las distintas civilizaciones, hubo médicos que, aunque con distintas metodologías o creencias, debieron responder de su bien hacer, ya fuera ante el pueblo, el juez o el jefe de la tribu. En la actualidad, son sin duda los Estados Unidos, los que encabezan el número de denuncias por imprudencias médicas; sin embargo, la responsabilidad penal es excepcional, frente a la civil, que es la habitual; además, las compañías de seguro, llegan frecuentemente a acuerdos entre las partes, con el propósito de evitar juicios ante los tribunales. Es importante advertir que las reclamaciones de indemnización de daños y perjuicios por daños a la salud, han crecido en proporciones alarmantes para los profesionales. El sistema más común de protección médica en el mundo contemporáneo, ha avanzado de tal manera que la reparación de daños y perjuicios en los juicios por responsabilidad, se han incrementado por el cambio de mentalidad, aunado a la difusión por los medios informativos, de las instituciones encargadas de la defensa de los derechos de los humanos, que permite al individuo afectado, exigir la sanción e indemnización correspondientes. La prestación de servicios de salud, se desenvuelve en la actualidad, en un escenario complejo, dentro del cual, los prestadores públicos o privados y los profesionales, no son ajenos a situaciones de conflicto, enfrentando un notable y significativo incremento de las reclamaciones prejudiciales y de las acciones judiciales y, por ende, un mayor riesgo, no sólo jurídico asociado a la prestación de salud, sino un importante costo a nivel personal, laboral, social y de imagen, para los profesionales y establecimientos involucrados. 2. Aspectos doctrinarios y normativos de la responsabilidad profesional en el derecho comparado Según la doctrina mayoritariamente aceptada, la responsabilidad de los servicios de salud, está estructurada en base a un conjunto de disposiciones genéricas y específicas, contenidas en la Constitución, cuya finalidad es proporcionar a los ciudadanos una efectiva protección de sus derechos esenciales. Los servicios de salud, deberían de responder por daños causados a los pacientes, aún cuando no existiese malicia, mala fe o negligencia de los profesionales de la medicina o de sus auxiliares. No se trata de una responsabilidad civil originada por la comisión de un hecho ilícito, regida por el código civil, tampoco de una responsabilidad penal nacida de la comisión de hechos delictuosos, tipificados principalmente en un ordenamiento penal, porque ambos tipos de responsabilidad requieren de un comportamiento doloso o culposo, imputable al autor del daño. Vicente Acosta Ramírez, enuncia algunos elementos que conforman la responsabilidad: Imputabilidad. Para que un hecho médico sea culpable o doloso, es menester que sea imputable su autor. Se parte del supuesto de que el causante del daño es legalmente médico. Falta. En materia civil, indica la carencia de diligencia en el cumplimiento de una obligación o en la ejecución de un hecho. Dolo. Si se demuestra que el médico abandonó al paciente en un momento en que necesitaba el servicio, encontrándose en la obligación de atenderlo, estaríamos frente a una conducta que contendrá el propósito preconcebido de dañar. Culpa. Se caracteriza como una falta, un defecto de la conducta o de la voluntad del intelecto, una desatención o un descuido. No se previó lo que era previsible o previéndose, no se observó la conducta negativa para evitarlo. Impericia. Ignorancia inexcusable, indica insuficiencia de aquellos conocimientos que se suponen en una persona que ha efectuado estudios especiales en el ámbito de la medicina, pudiendo indicar, además, falta de práctica. Imprudencia. Consiste en no obrar con las debidas precauciones que la ciencia médica hace aconsejables, para evitar los riesgos a que puedan llevar los actos ejecutados sin mayor reflexión. Negligencia. Consiste en el incumplimiento de un deber, en una falta de precaución, una omisión de la atención; se trata de una actitud pasiva del médico. Es el desprecio del cuidado lo que particulariza la negligencia, a diferencia de la imprudencia cuya nota es la falta de previsión. El Dr. Jorge Alberto Riú. Médico, define la responsabilidad profesional de los médicos, “Como la condición fundamental para el ejercicio de su actividad, cuya incorrecta aplicación, lo colocará en la obligación de responder ante la justicia por el correspondiente reproche que esta le formule” El Dr. Irving F. Dobler López, expresa que el médico se encuentra sujeto en caso de incumplimiento de sus deberes y obligaciones, entre otras posibles, a la responsabilidad proveniente de un juicio civil. Las consecuencias por lo regular son económicas; no incluyen privación de libertad, multas ni suspensión en el ejercicio de la profesión. Carlos María Romeo Casabona, manifiesta que el médico está sometido también, a desaciertos, fallos y errores, a veces consecuencia de las limitaciones de la ciencia que ejerce. Al derecho no le interesan esos errores, si vienen respaldados por un profesional diligente y responsable. El derecho se ocupa del médico que actúa sin atención, interés, que asume tratamientos que superan su capacidad o preparación. Deben desecharse los temores infundados, entre algunos médicos, que ven en el derecho una máquina rígida e implacable, atenta a reprimir la menor desviación en el ejercicio de su actividad. José Manuel Martínez-Pereda Rodríguez, afirma que las demandas por errores médicos se han convertido en los Estados Unidos, en un fabuloso negocio, a causa de las cuantiosas indemnizaciones otorgadas por los jueces a los pacientes, lo que ha conducido a la práctica de una medicina defensiva. Por temor a pleitos de mala práctica, muchos médicos mandan realizar más pruebas y tratamientos que los que de otro modo realizarían. La responsabilidad médica en Colombia El médico está sujeto no solo a las obligaciones específicas que contraiga con un paciente, sino a las que tiene el obligado en todo contrato; en especial, la buena fe y la debida diligencia y prudencia. En la mayoría de los casos, la responsabilidad es de naturaleza contractual. Normalmente, la relación médico-paciente, surge de un contrato celebrado directamente entre las partes, el cual puede ser verbal o escrito. La razón por la que generalmente se demanda directamente al médico, se debe a que este incumplió con sus obligaciones contractuales de diligencia y, por ello, ocasionó un daño al paciente; su culpa es personal y profesional; con independencia de la responsabilidad de quienes actuaron con el médico, la culpa de este debe considerarse individualmente. En cuanto a la responsabilidad del médico por faltas del personal auxiliar, el criterio que se debe tener en cuenta para deducir la responsabilidad del médico, por actos u omisiones de dichos actores son: Que la persona que asistió al médico fue negligente; que el médico podía ejercer cierto grado de control sobre el paciente; que el asistente estaba actuando en el ámbito de su trabajo; no es necesario probar una negligencia directa por parte del médico. La responsabilidad médica en Argentina Existirá mala praxis en el área de la salud, cuando se provoque un daño en el cuerpo o en la salud de la persona humana, sea este daño parcial o total, limitado en el tiempo o permanente, como consecuencia de un accionar profesional realizado con imprudencia o negligencia, impericia en su profesión o arte de curar o por inobservancia de los reglamentos o deberes a su cargo con apartamiento de la normativa legal aplicable. El código penal argentino. Tipifica la mala praxis de modo específico, a través de los delitos de homicidio culposo y de lesiones culposas y sanciona a quienes resulten declarados culpables, con penas de prisión y de inhabilitación especial para el ejercicio de la profesión o actividad que por su ejercicio, haya sido generadora de la muerte o de la lesión. La responsabilidad médica en Perú La relación entre médico y paciente no ha sido la misma a través de los tiempos, en un principio se concibió al médico como una suerte de dios sobre la tierra, incapaz de cometer una negligencia o un error. Uno de los presupuestos para que el proceder médico adecue a la ley, es el consentimiento, este está concebido como un derecho personalísimo del paciente, que debe ser prestado antes del acto médico y que puede ser revocado sin expresión de causa. De esa decisión parten dos obligaciones del médico: por un lado la negativa (obligación de abstención) y el otro laso la positiva (llevar a cabo la prestación médica). El consentimiento se presta en la mayoría de los casos en forma oral, aunque se tiende a documentar por escrito. La responsabilidad médica en Puerto Rico La legislación prevé que las personas legalmente autorizadas para ejercer la profesión médica como enfermeras, en el ejercicio de sus funciones voluntarias, quedan exentos de responsabilidad civil cuando ocasionen perjuicio a las personas asistidas. La responsabilidad médica en Chile Se puede afirmar que la persona jurídica que directamente o sirviéndose de terceros, presta un servicio profesional o técnico que tiene por finalidad recuperar la salud del ser humano; es responsable de indemnizar los daños que cause cuando en ejecución de dichos servicios ha intervenido alguna forma de culpabilidad. II. MARCO JURÍDICO MEXICANO 1. Constitución Federal El artículo 4º de nuestro Código Fundamental, consagra el derecho a la protección de la salud y remite a la ley correspondiente, que define las bases y modalidades para el acceso a los servicios de salud. De conformidad con lo que estipula el artículo 20, en todo proceso de orden penal, el inculpado, la víctima o el ofendido, tendrán las siguientes garantías. Del inculpado: Inmediatamente que lo solicite, el juez deberá otorgarle la libertad provisional bajo caución…..no podrá ser obligado a declarar…. De la víctima o del ofendido. Que se le repare el daño….recibir desde la comisión del delito, atención médica y psicológica de urgencia. 2. Ley General de Salud De acuerdo a este ordenamiento jurídico, la protección de la salud física y mental de los menores, es responsabilidad que comparten los padres, tutores o quienes ejerzan la patria potestad sobre ellos, el estado y la sociedad en general. Respecto a la planificación familiar, esta tiene carácter prioritario, por lo que se debe incluir la información y orientación educativa para adolescentes y jóvenes; asimismo, para disminuir el riesgo reproductivo se debe informar a la mujer y al hombre, mediante una correcta información anticonceptiva, la cual debe ser oportuna, eficaz y completa a la pareja. Los servicios que se presten en la materia, constituyen un medio para el ejercicio del derecho de toda persona a decidir de manera libre, responsable e informada sobre el número y espaciamiento de los hijos, con pleno respeto a su dignidad. 3. Ley del Seguro Social Está previsto que los derechohabientes podrán interponer ante el Instituto queja administrativa, la cual tendrá la finalidad de conocer las insatisfacciones de los usuarios por actos u omisiones del personal institucional vinculados con la prestación de los servicios médicos, siempre que los mismos no constituyan un acto definitivo impugnable a través del recurso de inconformidad. Se establece que los servidores públicos del Instituto, están obligados a observar en el cumplimiento de sus obligaciones, los principios de responsabilidad, ética profesional, excelencia, honradez, lealtad, imparcialidad, eficiencia, calidez y calidad en la prestación de los servicios y en la atención a los derechohabientes y estarán sujetos a las responsabilidades civiles o penales en que pudieran incurrir como encargados de un servicio público. Además, están obligados a observar en el cumplimiento de sus obligaciones, los principios de responsabilidad, ética profesional, excelencia, honradez, lealtad, imparcialidad, eficiencia, calidez y calidad en la prestación de los servicios y en la atención a los derechohabientes y estarán sujetos a las responsabilidades civiles o penales en que pudieran incurrir como encargados de un servicio público. 4. Jurisprudencia Seguro Social, falta de probidad en los médicos del, por la proposición y prestación de servicios profesionales particulares. “Incurre en falta de probidad el trabajador, de conformidad con las fracciones II y IV del artículo 47 del Código Obrero, si en su carácter de médico del órgano de salud, propone a los causahabientes que atiende en la clínica del mismo, la prestación profesional particular de sus servicios, infringiendo así, lo previsto en el Reglamento de los servicios médicos del Instituto Mexicano del Seguro Social, que prohíbe expresamente la atención de esa índole, de los derechohabientes, canalizándolos del ámbito de las actividades del Instituto, al del consultorio dependiente de los facultativos del mismo. Quinto Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Primer Circuito. Amparo Directo 11085/94. Semanario Judicial de la federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo I, Junio de 1995, Tesis, I, 50. T. 5L, P. 538 III. LA RESPONSABILIDAD MÉDICA 1. La Responsabilidad La responsabilidad es la calidad o condición de responsable y la obligación de reparar por sí mismo o por otro, toda pérdida, daño o perjuicio que se hubiera ocasionado; ello implica aceptar las consecuencias de un acto realizado con capacidad, voluntad y dentro de un marco de libertad. 2. Responsabilidad civil y penal de la práctica médica El Código Civil Mexicano, dispone que quien haga uso de instrumentos peligrosos por sí mismos, está obligado a responder del daño que cause, aunque no obre ilícitamente, a no ser que se demuestre que el daño se produjo por culpa o negligencia inexcusable de la víctima. De esa conducta resultará que sus consecuencias le van a obligar aun cuando no se produzca ni como consecuencia de un delito, ni como resultado de un contrato. Responsabilidad subjetiva. Es la que surge de la subjetividad en el caso de el médico, puesta al servicio de una determinada acción penada por la ley, (Por ejemplo abortos, certificados falsos, violación del secreto profesional). Responsabilidad contractual. Implica el acuerdo de las partes involucradas, es la que surge de un contrato, que no necesariamente debe ser escrito (puede ser tácito o consensual) cuyo incumplimiento puede dar a lugar a la acción legal. Responsabilidad extracontractual. Es aquella que se genera en la realidad y no nace de un contrato puede presentarse cuando el paciente ingresa por emergencia a un centro de atención medica Quien intencionalmente causa un daño a otro, es responsable de esos actos, independientemente de que exista entre él y la victima un vínculo contractual. Responsabilidad médica. Es la obligación de los médicos, de dar cuenta ante la sociedad por los actos realizados en la práctica profesional, cuya naturaleza y resultados sean contrarios a sus deberes, por incumplimiento de los medios y/o cuidados adecuados en la asistencia del paciente; pudiendo adquirir a veces, relevancia jurídica. Significa la obligación que tiene el médico de reparar y satisfacer las consecuencias de sus actos, omisiones y errores voluntarios o involuntarios, dentro de ciertos límites y cometidos en el ejercicio de su profesión. La responsabilidad civil, es la obligación de reparar los daños y perjuicios causados a otro por el incumplimiento de un contrato, o toda acción perjudicial cometida por uno mismo, por una persona que depende de otra o por algo que se tiene bajo custodia. Se sanciona el daño patrimonial; además, se exige la reparación del daño moral; debiendo entenderse por él, la afectación que una persona sufra en sus sentimientos, afectos, creencias, decoro, honor o bien en la consideración que de sí misma tienen los demás. La responsabilidad civil, conforme a la legislación mexicana se define, como la obligación de responder ante los demás, por actos propios o de quienes se encuentran a nuestro servicio, es decir, la obligación de resarcir los daños y perjuicios ocasionados con nuestro actuar o de nuestros subordinados por incumplimiento de una obligación, sea esta materia de contratos o porque así lo indica la ley. La responsabilidad penal, es el deber jurídico de responder de los hechos realizados, susceptibles de constituir delito y de sufrir sus consecuencias jurídicas. Para que se pueda imputar a alguien un delito o falta, es preciso determinar qué persona o personas, en el equipo médico o quirúrgico, han protagonizado la acción u omisión punible. La praxis médica. Cuando se violen las normas del adecuado ejercido profesional, queda configurada la mala praxis, la cual se define como la “Omisión por parte del médico, de prestar apropiadamente los servicios a que está obligado en su relación profesional con su paciente, omisión que da como resultado cierto perjuicio a este”, o también “Cuando el médico a través de un acto propio de su actividad, y en relación causal y con culpa, produce un daño determinado en la salud de un individuo”, es decir consta de dos partes: El médico deja de cumplir con su deber y causa un prejuicio definido al paciente. Por tanto, el no ceñirse a las normas establecidas (originando un perjuicio) hace al médico responsable de su conducta y de los daños que ocasiona. 3. REFLEXIONES FINALES Tradicionalmente, frente al daño causado al paciente a raíz de una negligencia médica, la estrategia procesal se centraba en la persona del facultativo que material y directamente causa el daño. La victima buscaba la responsabilidad penal y civil del facultativo con que con dolo o culpa causó daño, sin que le interesara demandar al hospital dentro del cual el facultativo actuó. Claramente la responsabilidad medica, se veía como una forma de castigo. En la actualidad, este criterio ha cambiado, existe una clara tendencia a buscar junto con la responsabilidad personal del facultativo, la responsabilidad civil de la clínica u hospital donde se causo el daño, buscando más que castigar un culpable, obligar a un patrimonio solvente que pueda hacer frente al íntegro pago de los daños causados al paciente. Arbitraje medico. La creación de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico, surge como una respuesta a la necesidad de la población mexicana, para que, además de los órganos jurisdiccionales ordinarios, cuenten con mecanismos que contribuyan a la tutela y protección de la salud así como mejorar la calidad en la prestación de los servicios médicos. Tanto usuarios como prestadores de servicios médicos, pueden sin duda contribuir de manera imparcial al análisis, dictamen y resolución de quejas y controversias que surjan entre ellos, con motivo de los que se consideren irregularidades en la prestación o negativa a la prestación de los servicios médicos. La organización mundial de la salud define la salud como “un estado de completo bienestar físico, mental y social” y no solamente como la ausencia de enfermedad o de invalidez. Durante el ejercicio de la medicina, hay momentos en donde le medico debe tomar decisiones trascendentales, en especial en las situaciones de vida o muerte de un paciente; en estas circunstancias el médico no se detiene a preguntarse si lo que se propone realizar pueda entrañar consecuencias legales, puesto que al hacerlo podría convertirse en un letal freno, que en ultimas circunstancia solo perjudicara al paciente. Sin embargo, el médico puede cometer errores, los mismos que no serán reprochables –ética y legalmente-, si ha tratado al paciente con los medios adecuados, con los conocimientos actuales y siguiendo las normas que su deber le imponen. Aquí podría surgir una duda: ¿Ha extremado realmente los medios adecuados? ¿Una sospecha puede justificar una denuncia judicial? Uno de los derechos inherentes al ser humano es el derecho a la salud, que con mucha frecuencia se los confunde con un derecho a la curación, pues el paciente cree que el derecho al tratamiento debe involucrar necesariamente un resultado positivo. Quien realiza intervenciones quirúrgicas está expuesto, sin duda, a que se presenten complicaciones, aun cuando exagere los cuidados, pero no es posible que a consecuencia de esto se arruine su vida profesional. De ahí la importancia de fomentar y llevar a la practica la relación médico-paciente, así como la necesidad del consentimiento informado, como una fórmula para detener demandas injustificadas que, a fin de cuentas solo cuestan dinero. Bibliografía ACOSTA RAMÍREZ Vicente. “ De la Responsabilidad Médica”. Santiago de Chile. Jurídica 1990” ALONSO OLEA, M. Responsabilidad del hospital por acto del médico. Revista española de derecho del trabajo número 79. 1996. ÁLVAREZ-CIENFUEGOS SUAREZ, José María. El secreto y el nuevo código penal. Ponencia al III congreso nacional de derecho sanitario. Madrid. 1996. ARREDONDO P. L.G. La autoría del proceso científico- método clínico- auditoria en salud. Ed. Médica panamericana. Colombia. 1998. Atas López, J. Los médicos y la responsabilidad civil. Madrid. Montecorbo. 1985. CABANELLAS, Guillermo. Diccionario enciclopédico de derecho usual. Editorial Heliasta. Tomo V. 25 edición. Argentina. 1997. Pág. 532 CASTRO, J. Consecuencias jurídico-penales y patrimoniales de la mal praxis en el ejercicio profesional de la enfermería. Medicina legal de Costa Rica. 1992. CRIADO DEL RIO, Ma. T. Valoración médico legal del daño a la persona en responsabilidad civil. Fundación MAPFRE medicina. 1995. DE ÁNGEL Yaguez, R. Responsabilidad civol por actos médicos, problemas de prueba. Civitas Ed. 1999. FERNÁNDEZ Paz, O. Implicaciones administrativas, disciplinarias y penales. Administración hospitalaria, Ed. Medica panamericana. Colombia. 1996. GRETTCHEN FLORES Sandí. “Intoxicación por estricnina en Costa Rica”. Profesora asociada. Escuela de Medicina Universidad de Costa Rica.Heredia mayo 1995 GRACIA GONZÁLEZ, Susana y Labora Calvo Eugenio. Responsabilidad legal profesional. GUZMÁN MORA, Fernando. Criterios para definir la responsabilidad civil del acto médico. La práctica de la medicina y la ley. Biblioteca jurídica. Colombia. 1999. JUÁREZ ZAMUDIO, Miguel. Responsabilidad penal de los médicos. Ediciones Delma. México. 2002. Martínez Alfaro, Joaquín. Teoría de las obligaciones. V edición. México editorial. 1998. Pág. 174. MAGALLON IBARRA, Jorge Mario. Profesor titular de derecho civil y de familia en la facultad de derecho e investigador del instituto de investigaciones jurídicas de la UNAM. Martínez-Pereda Rodríguez, José Manuel. La responsabilidad penal del médico y del sanitario. Ed. Colex. Madrid. 1990 MONTAÑO GÓMEZ, Pedro. La responsabilidad penal de los médicos. Ediciones jurídicas Amalio M. Fernández. Montevideo. 1986. RODRÍGUEZ LÓPEZ, Pedro. La responsabilidad médica y hospitalaria. Ed. Bosh. ROMEO CASABONA, Carlos María. El médico ante el derecho. Ed. Mijan. Artes graficas. España. 1990. UGALDE, J. Y CASTRO, J. Suicidio en hospitales generales de Costa Rica. Medicina legal de Costa rica. 1992. 5. Autores Mtro. Manuel Tapia Fonllem. Titular de la Comisión de Derechos Universitarios y Profesor de Tiempo Completo de la Universidad de Sonora. Correo Electrónico: [email protected],[email protected] Mtro. Luis Enrique Mercado Rodríguez. Titular Adjunto de la Comisión de Derechos Universitarios y Profesor de Horas Sueltas de la Universidad de Sonora. Correo Electrónico: [email protected], [email protected] Hermosillo, Sonora, Septiembre 09 año 2011