La tomografía por emisión de positrones: nuevo paradigma para la

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Artículo de editorial
La tomografía por emisión de
positrones: nuevo paradigma para
la evaluación y el manejo del cáncer
Positron Emission Tomography: A New Paradigm in Cancer Management
Diana Isabel Páez Gutiérrez1, Amelia De los Reyes2, Augusto Llamas Olier3
1
2
3
Especialista en medicina nuclear. Asesora en tomografía por emisión de positrones del Instituto Nacional de Cancerología. Bogotá,
Colombia.
Coordinadora del Grupo de Medicina Nuclear del Instituto Nacional de Cancerología. Bogotá, Colombia.
Especialista en medicina nuclear. Grupo de Medicina Nuclear. Instituto Nacional de Cancerología. Bogotá, Colombia.
Resumen
El Instituto Nacional de Cancerología (INC) está construyendo actualmente una instalación para hacer tomografía por emisión de positrones (PET, por sus siglas en inglés), que consta de un ciclotrón y un escáner que fusiona la imagen funcional (PET) con una imagen
anatómica de escáner convencional. Este proyecto estará en operación en diciembre de 2007. Por ser una institución de referencia de
carácter nacional, dedicada al manejo del cáncer, el INC planea ofrecer a todo el país tanto servicios de distribución de radiofármacos
emisores de positrones como servicios médicos relacionados con esta tecnología. La tecnología PET provee información metabólica útil
en el manejo de los pacientes. Las propiedades del decaimiento de positrones permiten realizar imágenes muy precisas de la distribución
in vivo de un radiofármaco emisor de positrones. Diversos radiofármacos emisores de positrones se han usado para caracterizar múltiples
estados fisiológicos y patológicos. La principal aplicación clínica se da en oncología, con la utilización de la 18 fluor flurodesoxiglucosa
(FDG), un análogo de la glucosa capaz de acumularse en muchos tumores con mayor avidez que el tejido normal. La PET se está usando
para el diagnóstico y seguimiento de muchas neoplasias, y la lista de artículos publicados continúa creciendo. Aquí se incluyen aspectos
de instrumentación de PET y muchas de las aplicaciones clínicas en oncología.
Palabras clave: tomografía computarizada (CT), medicina nuclear, tomografía por emisión de positrones (PET), PET/CT, cáncer.
Abstract
The National Cancer Institute (NCI) is currently building a Positron emission tomography facility that will house a cyclotron and a PET
FUSION scanner. It should be operational as of december 2007. Being a cancer dedicated national referral center, the NCI should provide
both positron-emitting radiopharmaceuticals and medical services to institutions and patients nationwide. PET technology provides
metabolic information that has been documented to be useful in patient care. The properties of positron decay allow accurate imaging
of the in vivo distribution of positron-emitting radiopharmaceuticals. A wide array of positron-emitting radiopharmaceuticals has been
used to characterize multiple physiologic and pathologic states. The major clinical PET applications are in cancer patients using fluorine-18
fluorodeoxyglucose (FDG). FDG, an analogue of glucose, accumulates in most tumors in a greater amount than it does in normal tissue.
Correspondencia:
Amelia De los Reyes, Grupo de Medicina Nuclear, Instituto Nacional de Cancerología, Av. 1ª No. 9-85, Bogotá, Colombia. Teléfono: 334 0978.
Correo electrónico: [email protected].
Fecha de recepción: 25 de julio de 2006. Fecha de aprobación: 14 de agosto de 2006.
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La tomografía por emisión de positrones: nuevo paradigma para la evaluación y el manejo del cáncer
PET is being used in diagnosis and follow-up of several malignancies, and the list of articles supporting its use continues to grow. In this
article, the instrumentation aspects of PET are described and most of the clinical applications in oncology are described.
Keywords: Computed tomography (CT); nuclear medicine, positron emission tomography (PET), PET/CT, cancer.
¿Qué es la tomografía
por emisión de positrones?
La tomografía por emisión de positrones (PET, por
sus siglas en inglés positron emission tomography)
es la herramienta diagnóstica más exhaustiva de la
imagenología oncológica: ha vigorizado la medicina
nuclear y ha atraído la atención de los radiólogos. Se
vale de rastreadores metabólicos marcados con radionúclidos emisores de positrones, que, inyectados por
vía venosa, permiten visualizar, caracterizar, analizar
y medir in vivo los procesos bioquímicos celulares y
moleculares, sin interferir con el normal desarrollo
de los procesos biológicos. Sirve para evaluar el
metabolismo de la glucosa, el transporte de aminoácidos, la síntesis proteica, la proliferación celular, el
flujo sanguíneo, la tasa de consumo de oxígeno y la
biodistribución de fármacos, entre otros (1). Al ser
la enfermedad un proceso biológico que se inicia
en el ámbito molecular, su evaluación temprana se
realiza mejor con imágenes diagnósticas funcionalesmoleculares, ya que los cambios morfológicos, si se
presentan, por lo general son tardíos.
La PET es producto de la evolución de ideas y de
avances tecnológicos en varias disciplinas, y de la participación de científicos, médicos y hombres de negocios.
Los primeros avances se lograron en el Massachussetts General Hospital. En 1951, William H. Sweet
describió la primera aplicación médica de los positrones; en los años sesenta, Kuhl y Edwards fueron
pioneros en las técnicas de reconstrucción para PET,
que fueron perfeccionadas por Chesler en los años
setenta. Entre 1972 y 1974, Terry Jones desarrolló
una técnica para obtener imágenes del metabolismo
y del flujo sanguíneo con oxígeno-15.
La historia moderna de la PET se inició en 1973,
cuando Michael Phelps y Ed Hoffman, de Washington
University, se reunieron en Oak Ridge (Tennessee) con
los ejecutivos de EG&G ORTEC −proveedor líder en
instrumentación para investigación nuclear y filial del
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Oak Rifge Nacional Laboratory−, quienes asumieron
el desarrollo exitoso de los tomógrafos para PET, los
cuales, finalmente, se comercializaron desde 1975.
En los últimos veinte años, el desarrollo tecnológico de la PET ha sido acelerado: la resolución
especial mejoró de 14 mm a 4 mm; el número de
detectores se incrementó al pasar de 64 a 24.000
y el volumen de información obtenida por estudio
pasó de 4 kilobytes a 4 megabytes (2).
El tomógrafo PET/CT fue inventado por Ron Nutt
y David Townsend en el 2000, año en el cual fue seleccionado por la revista Time como invento del año (2).
En enero de 1998, MediCare y MedicAid (Estados Unidos) aprobaron el reembolso de las primeras
aplicaciones oncológicas de la PET: el carcinoma
pulmonar no microcítico y la caracterización de los
nódulos pulmonares solitarios. Desde entonces, las
aplicaciones aprobadas por los sistemas de salud han
crecido en forma permanente (Tabla 1) (3).
¿Por qué usar glucosa para la PET?
Cerca del 95% de los estudios de PET se realizan
con desoxiglucosa marcada con flúor-18 (FDG), un
radiofármaco que permite evaluar el metabolismo
celular de la glucosa (Figura 1). Normalmente, la
glucosa entra a las células por un mecanismo de difusión facilitada, catalizado por los transportadores
GLUT. Una vez intracelular, es fosforilada por acción
de la hexoquinasa y se convierte en glucosa-6-fosfato, un sustrato para la glucólisis, la gluconeogénesis
o la glucogenólisis. Para salir de la célula debe ser
desfosforilada por la glucosa-6-fosfatasa. La fluor
flurodesoxiglucosa (FDG) sigue el mismo proceso
(Figura 2), pero, a diferencia de la glucosa-6-fosfato,
la FDG-6-fosfato no se metaboliza y queda atrapada
dentro de la célula, situación acentuada por la baja
concentración de glucosa-6-fosfatasa en la mayoría de
las células, especialmente en las tumorales. Más del
90% de los estudios con FDG-PET se aplican para
Diana Isabel Páez Gutiérrez, Amelia De los Reyes, Augusto Llamas Olier
Tabla 1. Aplicaciones de la FDG-PET aprobadas en Estados Unidos
Aplicación y año de aprobación
Ámbitos de aplicación
• Nódulo pulmonar solitario (1998).
• Cáncer pulmonar no microcítico (1998).
• Caracterización.
• Diagnóstico*, estadificación y reestadificación.
• Cáncer de esófago (1999).
• Cáncer colorrectal (1999).
• Linfomas Hodgkin y no Hodgkin (1999).
• Melanoma (1999).
• Diagnóstico, estadificación y reestadificación. No es aprobado para el seguimiento.
• Diagnóstico, estadificación y reestadificación. No es aprobado para el seguimiento.
• Diagnóstico, estadificación y reestadificación. No es aprobado para el seguimiento.
• Diagnóstico, estadificación y reestadificación. No es aprobado para la evaluación
• Cáncer de cabeza y cuello, excluidos
• Diagnóstico, estadificación y reestadificación.
• Cáncer de seno (2002).
• Estadificación, reestadificación y evaluación de la respuesta al tratamiento cuando
• Carcinoma de tiroides (2003).
• Estadificación del cáncer folicular. Evaluación de pacientes con cáncer papilar, con
tiroides y sistema nervioso central (1999).
No es aprobado para la evaluación de la respuesta al tratamiento.
de nódulos linfáticos regionales ni para la evaluación de la respuesta al tratamiento.
No es aprobado para la evaluación de la respuesta al tratamiento.
se anticipa un cambio en ésta.
Cuando el resultado sirve para evitar procedimientos diagnósticos invasivos o para
guiar la biopsia.
Aplicable en detección de tumores primarios en pacientes con implantes.
elevación de tiroglobulina y rastreo con I-131 negativo. No es aprobado para cáncer
medular ni para diagnóstico, estadificación, reestadificación o evaluación de la
respuesta al tratamiento.
• Cáncer pulmonar de célula pequeña (2004). • Cuando sea parte de un protocolo de investigación.
• Cáncer de cuello uterino (2004).
• Estadificación. No es aprobado para diagnóstico, estadificación ni reestadificación.
• Cáncer de testículo (2004).
• Diagnóstico; también, cuando sea parte de un protocolo de investigación.
No es aprobado para estadificación ni reestadificación.
• Cáncer de ovario (2004).
• Cáncer de páncreas (2004).
• Tumores cerebrales malignos (2004).
• Sarcomas de tejidos blandos (2004).
• Demás tumores malignos (2006).
• Cuando sea parte de un protocolo de investigación.
• Cuando sea parte de un protocolo de investigación.
• Cuando sea parte de un protocolo de investigación.
• Cuando sea parte de un protocolo de investigación.
• Cuando sea parte de un protocolo de investigación.
* El término diagnóstico se refiere a la detección y localización de lesiones tumorales que luego serán debidamente caracterizadas por el examen
anatomopatológico.
Figura 1. Al bombardear agua enriquecida con oxígeno-18 se produce
un átomo de flúor-18 y un neutrón. El tercer carbono de la molécula de
glucosa se reemplaza químicamente por el átomo de flúor-18 dando
origen a la flúordeoxiglucosa (FDG).
Figura 2. Metabolismo de la FDG en la célula tumoral. Una vez
fosforilada por la hexoquinasa, la FDG-6-fosfato queda atrapada dentro
de la célula.
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La tomografía por emisión de positrones: nuevo paradigma para la evaluación y el manejo del cáncer
evaluar enfermedades neoplásicas; el 10% restante
corresponde a aplicaciones neurológicas, cardiológicas, infecciosas e inflamatorias (4).
Las células tumorales captan ávidamente la FDG,
porque tienen: (a) una acelerada tasa de glucólisis;
(b) una alta concentración de transportadores de
membrana (GLUT); (c) hiperactividad de hexoquinasa; y d. baja concentración de glucosa 6-fosfatasa.
La captación de FDG es un reflejo directo de la
densidad celular, de la tasa de crecimiento celular,
del grado histológico, del potencial metastásico y
del número de células tumorales viables. La Tabla
2 muestra la relación entre el grado de captación
de FDG y el tipo tumoral específico. La Tabla 3
enuncia causas de resultados falsos negativos. La
Figura 3 es una imagen normal de FDG-PET que
ilustra la biodistribución de la glucosa (5).
Tabla 3. Causas de resultados falsamente negativos
•
Lesiones más pequeñas que la resolución del sistema
(4 mm-8 mm).
•
Pacientes hiperglucémicos al momento de la inyección
de FDG.
•
Lesiones localizadas en zonas de alta captación
fisiológica.
•
Condiciones inherentes al tumor; por ejemplo,
poca actividad mitótica, bajo potencial proliferativo
y tiempo de duplicación prolongado.
Como la captación de glucosa no es exclusiva de las
células tumorales, también está presente en el tejido
de granulación recién formado y en los macrófagos. La
tuberculosis, la silicosis, la histoplasmosis, los abscesos,
la sarcoidosis y el tejido de granulación cicatricial son
causas potenciales de resultados falsos positivos (1).
La FDG ha sido llamada “la molécula del siglo”,
no sólo por su utilidad para el estudio de diversas enfermedades, sino por sus características metabólicas,
su rapidez de síntesis y su mayor disponibilidad.
Figura 3: Biodistribución normal de la FDG-PET
Tabla 2. Grados de captación de la FDG y su relación con el tipo tumoral
Alta
Baja
• Melanoma.
• Linfoma no Hodgkin.
• Cáncer de mama (ductal infiltrante).
• Cáncer de tiroides pobremente
• Cáncer de mama (lobulillar infiltrante).
• Cáncer de próstata.
• Linfoma Hodgkin.
• Cáncer colorrectal.
• Cáncer pulmonar de células
• Cáncer de testículo.
• Cáncer de páncreas.
• Tumores recurrentes de ovario.
• Cáncer de ovario.
• Glioma de bajo grado.
• Carcinoide pulmonar.
• Cáncer de esófago.
• Tumores de cabeza y cuello
• Linfoma no Hodgkin de bajo grado.
• Cáncer broncoalveolar.
• Cáncer diferenciado de tiroides.
• Tumores de bajo grado, de crecimiento
• Sarcomas de alto grado.
• Cáncer de cuello uterino.
• Cáncer de células renales.
pequeñas.
(excluida tiroides).
Moderada
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diferenciado.
lento o con baja actividad metabólica
(lesiones con gran cantidad de mucina,
formaciones quísticas, tejido conectivo
o áreas necróticas).
Diana Isabel Páez Gutiérrez, Amelia De los Reyes, Augusto Llamas Olier
El flúor-18 tiene un periodo de semidesintegración
de 110 minutos, lo que facilita su transporte desde el
centro de producción a varios centros de atención. Es
un isótopo emisor de positrones que se produce en
ciclotrón, a partir del bombardeo con protones de un
átomo de oxígeno-18 contenido en una molécula de
agua enriquecida (H2O18) (Figura 1). La Tabla 4 presenta algunos de los trazadores utilizados en PET.
Tabla 4. Radiofármacos y radionúclidos utilizados en PET
Radiofármaco
Aplicación
Radiofármaco
Aplicación
F-18
Deoxiglucosa
Oncología/
cardiología/
neurología
C-11 Carfentanil
Neurología
F-8 Fluoruro
de sodio
Patología
ósea
C-11 Cocaína
Neurología
C-11 o F-18
Metionina
Oncología
C-11 Raclopride
Neurología
C-11 o F-18
Colina
Oncología
F-18 FDDNP
Neurología
C-11 o F-18
Acetato
Oncología
O-15 CO2
Neurología
C-11 Leucina
Oncología
F-18
Ethylspiperone
Neurología
F-18 Timidina
Oncología
F-18 Haloperidol Neurología
G-68 DOTATOC
Oncología
Rb-82
Cardiología
F-18 Dopamina
Oncología/
cardiología
C-11 Acetato
Cardiología
F-18 Cox 2
Oncología/
inflamación
N-13 Amoniaco
Cardiología
F-18 RTK
Oncología
O-15
Cardiología
Periodos de semidesintegración: F-18 = 110 min.; O-15 = 2,1 min.;
C-11= 20 min.; N-13= 10 min.; Rb-82 = 138 min.
¿Por qué fusionar PET con
tomografía computarizada?
La resolución espacial es la menor distancia discernible
entre dos objetos. Los métodos imagenológicos convencionales, como la tomografía computarizada (TC)
y la resonancia magnética (RM), generan imágenes
estructurales de alta resolución espacial (< 1 mm),
que están orientadas a buscar cambios anatómicos. La
resolución espacial de la PET no es tan buena (de 4
mm a 8 mm), pero es un estudio funcional con sensibilidad y resolución de contraste altos. La sensibilidad
es la capacidad de detectar pequeñas cantidades de un
rastreador molecular, incluso en el rango nanomolar,
mientras que la resolución de contraste es la habilidad
para diferenciar entre varios tonos.
Los sistemas híbridos de obtención de imágenes,
como la PET/TC, combinan las fortalezas de las
imágenes anatómicas con aquéllas de las imágenes
funcionales. La corrección de atenuación es indispensable para las imágenes PET: con la TC se hace
en menos de 1 minuto, lo que acorta el tiempo de
adquisición de los estudios PET de un 25% a un
30%. La corrección de atenuación se requiere para
mejorar la resolución de contraste y para calcular
el valor estándar de captación o SUV (standardized
uptake value), una medida semicuantitativa de la
captación de FDG (6).
Desde la comercialización de los sistemas PET/
TC en el 2001, las ventas han crecido exponencialmente, convirtiéndolos en la modalidad imagenológica de mayor auge, con más de 1.000 sistemas
vendidos en el 2004, cifra que supera el crecimiento
de la RM en los años noventa. La PET/TC es mucho
más que la suma de sus partes; es la creación de una
nueva técnica de imágenes más sensible y específica
que la de sus precursores.
¿Para qué sirve la PET
en oncología?
El primer paso para elegir la estrategia terapéutica
más adecuada es la tipificación de las lesiones orgánicas que subyacen a una determinada sintomatología
clínica. En el caso de los tumores, cuyo diagnóstico
temprano es imprescindible si se quiere hacer una
terapia con intención curativa, es necesario evaluar
los parámetros que primero se alteran. En el proceso
de conversión maligna los primeros cambios ocurren
en los espacios bioquímico y molecular (7).
La PET pone de manifiesto los cambios en la
actividad metabólica tisular, adelantándose así a
otras exploraciones en el estudio de una gran variedad de procesos oncológicos. Sus resultados, de alto
valor predictivo, y su capacidad para rastrear todo
el cuerpo la hacen una herramienta ideal para el
diagnóstico de malignidad en lesiones estructurales,
para la estadificación inicial del proceso tumoral, el
control de la respuesta terapéutica a la quimioterapia, la búsqueda de enfermedad residual después
del tratamiento inicial, la detección de recaídas y
la reestadificación de la enfermedad. Puede inducir
cambios de decisión terapéutica entre el 30 y el 40%
de los pacientes (8).
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La tomografía por emisión de positrones: nuevo paradigma para la evaluación y el manejo del cáncer
a
Las principales indicaciones clínicas de la PET
con FDG en oncología son:
b
c
a. Diagnóstico de enfermedad maligna en lesiones nuevas o residuales: ayuda a evitar biopsias
innecesarias o pruebas diagnósticas adicionales
(Figura 4).
b. Determinación de la extensión tumoral para
estadificación y reestadificación: provoca modificaciones en los tratamientos. La Tabla 5 muestra
el papel de la PET en la estadificación de algunas
enfermedades oncológicas.
Figura 4: Recidiva de cáncer de mama. (a) En la PET se observa una
zona de hipercaptación en la mama derecha, lateral a la prótesis. (b) La
TC no permite caracterizar la naturaleza de la lesión. (c) Las imágenes
fusionadas (PET/TC) permiten localizar la recidiva y comprobar que no
hay extensión ósea.
Tabla 5. Papel de la PET en la reestadificación (9)
Tipo de cáncer
Cáncer pulmonar
no microcítico
Tiempo de estadificación con PET
De dos a seis meses después de completar
la quimioterapia.
De uno a dos meses después de la cirugía.
Principal aporte de la PET
Diferenciación entre tumor persistente/recurrente
y fibrosis en pacientes con alteraciones residuales
en los rx de tórax.
Sospecha de recurrencia por hallazgos clínicos,
bioquímicos o imagenológicos.
Cáncer de mama
Sospecha de recurrencia por hallazgos clínicos,
bioquímicos o imagenológicos.
Determinación de la extensión de la enfermedad
recurrente. Diferenciación entre metástasis y
plexopatía braquial benigna.
Cáncer colorrectal
Sospecha de recurrencia por hallazgos clínicos,
bioquímicos o imagenológicos.
Localización de recaída cuando hay elevación del ACE.
Diferenciación entre tumor y fibrosis posterapia.
Determinación de la extensión de la enfermedad recurrente.
Evaluación de resecabilidad de las metástasis hepáticas.
Cáncer de esófago
Sospecha de recurrencia por hallazgos clínicos,
bioquímicos o imagenológicos.
Estadificación más exacta que la obtenida con imágenes
convencionales. Tiene menor exactitud para la detección
de recurrencia perianastomótica.
Cáncer de cabeza
y cuello
De dos a seis meses posterior a la finalización
de la quimioterapia.
Evaluación de la respuesta a la terapia y detección
temprana de enfermedad persistente/recurrente.
De uno a dos meses posterior a la cirugía.
Linfoma
Sospecha de recurrencia por hallazgos clínicos,
bioquímicos o imagenológicos.
Estadificación de la enfermedad.
De tres a cuatro semanas posterior a la
finalización de la quimioterapia.
Diferenciación entre tumor viable y necrosis o fibrosis en
pacientes con masas residuales. Diferenciación más exacta
entre respuesta parcial y completa que con imágenes
convencionales.
De dos a tres meses posterior a la radioterapia
externa.
Melanoma
Carcinoma folicular
de tiroides
Sospecha de recurrencia por hallazgos clínicos,
bioquímicos o imagenológicos.
Determinación de la extensión de la enfermedad
recurrente.
Sospecha de recurrencia por hallazgos clínicos,
bioquímicos o imagenológicos.
Estadificación más exacta que la obtenida con imágenes
convencionales, excepto para metástasis pulmonares (es
menos sensible que la tomografía computarizada).
Tiroglobulina sérica elevada (> 10 ng/ml)
y rastreo con I-131 negativo.
Diagnóstico y determinación de la extensión de la
enfermedad residual/recurrente.
Identificación de pacientes que son candidatos a resección
quirúrgica potencialmente curativa.
10
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Diana Isabel Páez Gutiérrez, Amelia De los Reyes, Augusto Llamas Olier
c. Detección de recaída o persistencia tumoral
en las masas fibróticas o en la radionecrosis;
secuelas de los tratamientos con radioterapia,
quimioterapia o cirugía.
d. Localización de lesiones tumorales en pacientes
con evidencia bioquímica de recaída tumoral y
sin evidencia de enfermedad en las imágenes
convencionales.
e. Búsqueda del tumor primario en pacientes con
enfermedad metastásica de origen desconocido.
f. Valoración temprana de la respuesta al tratamiento identificando los cambios metabólicos
asociados a una buena respuesta terapéutica:
ayuda a decidir sobre la continuación o suspensión de un tratamiento. Puede evitar morbilidad
y toxicidad innecesarias por quimioterapia ineficaz, así como retrasos en el inicio de terapias de
segunda línea (9).
g. Determinación de las zonas más agresivas de
los tumores para asistir en la toma de biopsias
(Figura 5) (10).
PET
TC
+
PET/TC
=
Figura 5: Imágenes de PET, de TC y de PET/TC en un paciente con un
carcinoma pulmonar derecho con necrosis central. La PET determina
correctamente la extensión de la lesión viable y de la necrosis central,
no diferenciada por la TC. La fusión PET/TC es ideal para dirigir la biopsia
hacia el borde más activo.
h. Planeación precisa de los campos de radioterapia (Figura 6): en el 56% de los pacientes
aumenta o disminuye el volumen tumoral en
25% o más. El volumen del blanco se modifica
en más del 20% para el 46% de los pacientes.
En un reporte, la PET/TC cambió la intención
de tratamiento, de curativa a paliativa, en el
16% de los pacientes al descubrir metástasis
insospechadas (11).
Figura 6: Planeación de campos de radioterapia con base en imágenes
de PET/TC en un paciente con un carcinoma pulmonar en estadio
avanzado.
Conclusiones
Si se quiere tomar ventaja de los grandes avances de
las últimas dos décadas en áreas como el estudio del
genoma humano, el conocimiento de los procesos
biológicos a escala celular y molecular y los avances
en tecnología de imágenes, entonces las imágenes
moleculares son la ruta. La PET, como el mejor
representante de las técnicas de imagen molecular,
nos permite no sólo hacer una evaluación más apropiada de los pacientes, sino realizar un enfoque de
terapia personalizada, al ayudar a resolver algunas
de las preguntas más frecuentes relacionadas con
el cáncer, como: ¿es maligna la lesión?, ¿el cáncer
está diseminado?, ¿la terapia que se va a formular es
óptima?, ¿está funcionando la terapia administrada?
y ¿el tumor está controlado, o en recaída?
El futuro de la PET está ligado al desarrollo
de trazadores más específicos que permitan la
evaluación temprana y exacta de los procesos de
conversión maligna. De la mano de estos desarrollos podremos realmente entrar a la oncología del
siglo XXI.
Referencias
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