T Í V O L I www.tibursuperbum.it/es La posición geográfica Tivoli, la antigua "Tibur Superbum", como Virgilio la llamó, está situada sobre las laderas de los Montes Tiburtini, modestos relieves al este de Roma. Se eleva a unos 235 metros sobre el nivel del mar y yace sobre una colina, por lo que se mereció de Horacio la mención de "Tibur supinum". Esta posición geográfica la vuelve en un punto obligado de tránsito, en un tiempo único, desde la campiña romana hacia el Apenino abrucense y el mar Adriático. El lado oriental de la ciudad está bañado por el río Aniene, que nace cerca de Trevi y Filettino. La ciudad, aproximadamente de 50000 habitantes, tiene orígenes milenarios; apoya sobre sedimentos fluviales y por este motivo nunca ha estado sometida a violentos terremotos. El resplandor del paisaje, casi un balcón sobre la campiña romana, ha sido siempre fuente de atracción. La mansedumbre del clima y el aire saludable fueron cantados por los poetas Catulo, Horacio y Marcial; por esta razón, los antiguos romanos construyeron muchas magníficas villas en el suelo de Tivoli. Todavía modernos científicos y escritores afirman que, por su feliz posición, la ciudad prevalece en salubridad sobre los otros alrededores de Roma, especialmente durante el verano. Siempre según el escritoror Marcial, el aire de Tivoli tiene el poder de blanquear la piel y de reponer al marfil su natural resplandor. Los orígenes de Tivoli Las leyendas sobre el origen de Tibur (1215 a.C.) son muchas. Según un cuento antiguo, relacionado también en los Orígenes de Caton el Censor, la fundación de la ciudad habría tenido origen de una colonia griega dirigida por Catillo de Arcadia. Catillo, hijo del Anfiarao glorioso (uno de los siete contra Tebas), escapado de la Hélade treinta años antes la destrucción de Troya, habría llegado a Italia. Aquí, según una ampliación posterior de la historia hecha por Solino (entre el III y el IV siglo), Catillo habría tenido tres hijos: Tiburto, Corace y Catillo. Ellos habrían conducido lejos a los Sículos, que constituyeron el primer núcleo en la zona de la meseta del Aniene, y habrían dado a la ciudad restaurada el nombre de Tibur, del nombre del más grande de los tres hermanos. Después, los latinos, para significar el estado en lugar, utilizaron la palabra Tiburi, en vez de "Tibur" y poco a poco la denominación se modificó en Tibori, Tiboli y finalmente "Tivoli". Así se explica el nombre de sus habitantes: tiburtini (y no tivoleses). Los tres hijos se encuentran también en la Eneida de Virgilio, el cuál cuenta de Tiburto, Corace y Catillo el pequeño, en la guerra contra Eneas y los invasores troyanos. Según otras leyendas, decendería de los sicilianos la creación del núcleo original y la misma fundación de la ciudad . Otra leyenda es la de Anio, rey de los Etruscos, que dio el nombre al río, antes llamado Peretusio, en el cuál murió mientras que perseguía a la hija, Salia, escapada por amor. Otra opinión, compartida por varios históricos, hace derivar la palabra Tivoli (Tibur y, quizás, originalmente, Teibur) a la palabra sabina Teba, que según Varron indicaría la colina. El nombre derivaría, por lo tanto, de la posición en qué se encuentra la ciudad (235 m). Por otra parte, todavía hoy se llama colina el lugar que se coloca sobre el Aniene. I. E. S. Triana. Sevilla Guía de Italia Tívoli 1 Pero en su palabra Tibur hay otra hipótesis: que se refiere al elemento más característico del territorio: la gran cascada. Tibur significaría la ciudad cerca del salto del agua y no la ciudad en la colina, herencia del término de Tiberis, es decir Tevere, que es exactamente un curso del agua. La primera tradición, la de la construcción de la ciudad por una colonia griega, quizás la más evocadora, es la que tiene mayor credibilidad. Por esto, el historiador Del Re hipotizó la fundación de la ciudad en el mes de Abril, mes en el cual los griegos realizaban las celebraciones principales de los rituales de primavera. Los historiadores hoy creen en que Tivoli sin duda debía de ser una antigua colonia siciliana que comenzó a desarrollarse solamente durante la edad del hierro con la contribución de las poblaciones latinas y sabinas. El año de la fundación de la ciudad sería el 1215 a.C., 462 años antes de Roma, el día de la fundación se cree quees el 5 de Abril, según lo que dice Del Re. En 1985 se ha celebrado el amanecer del XXXIII siglo de la vida de la ciudad. Los templos. El Templo de Vesta No todos los templos romanos eran de planta rectangular, los había también de planta circular como los tholos griegos, frecuentemente dedicados a la diosa Vesta. El templo de Vesta en Tivoli es de estilo corintio, de planta circular, períptero, o sea completamente rodeado por un peristilo de 18 columnas acanaladas (actualmente se pueden observar sólo 10 columnas). Está situado en la proximidades del supuesto Templo de la Sibila Albunea, en el corazón de la acrópolis tiburtina para dominar el valle en el cual se sitúa la Villa Gregoriana y las cascadas ubicadas debajo del Puente Gregorianoo. La construcción se remonta a la primera mitad del siglo I a.C. durante el gobierno dictatorial de Sila. Fue restaurado, como resulta de una inscripción sobre el arquitrabe, por Lucio Gellio, duonviro y cuidador de las Obras Públicas de Tívoli en el primer siglo a.C. Originalmente estaba cubierto por una cúpula más bien baja que tenía un amplio orificio en la cima para permitir la salida del humo del fuego sagrado, cubierto por un pequeño techo circular de travertino artesonado que impedía la irrupción de la lluvia. La base está revestida con lajas de travertino. El arquitrabe está decorado con un bellísimo friso, trabajado con gran delicadeza, compuesto por guirnaldas floreales, de páteros, de cráneos de bueyes, de rosas, de racimos de uva, de espigas de trigo y fruta. El cielorraso de la galería estaba decorado con dos órdenes de artesonado con rosones. Durante la Edad Media el templo fue transformado con agregados y adaptaciones en la iglesia cristiana de S.Maria Redonda. A finales del siglo XIX fue restituido a su forma originaria con la remoción de todas las obras añadidas. A quien observe desde lejos el Templo de Vesta, este le aparece tan armoniosamente encuadrado en el paisaje que da la impresión de estar naturalmente incorporado al mismo. El Templo de la Sibila El templo es de la mitad del s.II a.C. No sabemos con exactitud a qué divinidad fue dedicado, Tibur o Hércules o Vesta o la Sibila Albunea, la décima Sibila. El templo, construido en parte sobre un murallón artificial que amplió el plan de la acrópolis con un efecto sorprendente y todavía muy I. E. S. Triana. Sevilla Guía de Italia Tívoli 2 sugestivo, es un períptero corintio sobre una tarima muy elegante con sus dos gargantas revés, de base y de coronamiento. Sobre una plataforma en obra cuadrada de toba del mismo perímetro del templo (un rectángulo de m. 15,90 x 9,15) con orientación este-oeste, se levantaba la tarima, en obra cuadrada de travertino, con una altura de 1,76 m. donde una escalinata frontal, completamente perdida, permitía el acceso al templo. Queda la parte inferior de las dos columnas en fachada (en origen eran cuatro) mientras que sobre las paredes laterales y de fondo en obra cuadrada de travertino hay doce pseudocolumnas adosadas a la celda ellas también estriadas como las enteras que presentan veinte estrías. Las paredes de la celda fueron decoradas externamente por semicolumnas; queda un único capitel jónico diagonal con ábaco de 2 cm., que permite de determinar el orden. El espacio interior fue dividido por un muro transversal en pronaos y celda real. Todas las complexiones fueron estucadas y pintadas. En el Edad Media el templo fue transformado en iglesia, dedicada a S.Giorgio, y fue una de las más antiguas sacristías recordada desde el 978, destinada a la asistencia y a la distribución de las limosnas a los pobres. Hasta poco tiempo atrás aún se veían, sobre la pared de fondo, los fragmentos de un fresco representando la parte inferior del Salvador con dos figuras a sus lados. El Templo de Hércules El Santuario de Hércules Vencedor es una monumental construcción situada a 300 m. fuera de la muralla y elevada en parte sobre la antigua Via Tiburtina. Fue edificado a mediados del s. II a. C. y su grandiosidad arquitectónica lo coloca entre las obras más importantes de la época. El culto de Hércules Vencedor, dios guerrero y protector del comercio, aunque es originario de las colonizaciones de los griegos, es uno de los más importantes del Lacio y es originario de Tívoli, de donde es importado por Roma en época tardorepublicana, tal vez por Marco Octavio Erennio, un mercader tiburtino de aceite. Las Iglesias Cerca de la Villa D’Este se encuentra la iglesia de Santa María la Mayor, del s. V, pero rehecha en los ss. XIII y XVIII, con portada y rosetón góticos en la fachada y, en el interior, suelo cromatesco y un Crucifijo de madera del s. XV. Otras iglesias importantes son la Catedral, de origen medieval, reconstruida en el s. XIII (pórtico del año 1650 y campanario del XII), que conserva un grupo de madera de gran tamaño del Descendimiento (s.XIII) y un interesante tríptico del Salvador, del s. XII; la iglesia de San silvestre, del s. XII; San Juan Evangelista, con frescos de Antoniozzo Romano (1475); y la Rocca Pia, maciza fortaleza con torres angulares construida en el s. XV por Pío II. Las Villas Cerca del Aniene está la Villa Gregoriana, gran parque que se extiende en un terreno tortuoso y accidentado, en el que el río cae en las famosas cascadas con un salto de 160 m. I. E. S. Triana. Sevilla Guía de Italia Tívoli 3 Villa d’Este (1) El palacio. (2) La fuente de Pegaso. (3) La fuente del Órgano. (4) La fuente de Neptuno. (5) La rotonda de los cipreses. (6) La fuente de la Naturaleza. (7) La fuenta de las Metas sudantes. (8) La fuente de Arianna. (9) Le Peschiere. (10) La fuente de los Dragones. (11) La Cordonata dei Bollori. (12) La fuente de la Lechuza (13) La fuente de Proserpina. (14) La fuente de la Rometta. (15) Las cien fuentes. (16) La fuente del Oval. (17) La fuente del Bicchierone. (18) La gruta de Diana. El Cardinal Hipólito II d'Este Hipólito II d'Este, cardenal de Ferrara, hijo de la famosa Lucrecia Borgia y de Alfonso d'Este, fue el ideador y constructor de Villa d'Este. En el Conclave de Julio III fue nombrado Gobernador de Tívoli, y aceptó el cargo pues pretendía servirse del mismo como trampolín para su futuro camino. Tomó posesión de su cargo el 9 de septiembre de 1550, aclamado por el entusiasmo popular de costumbre y la habitual deferencia de los ciudadanos más importantes. La Villa d’Este La fabulosa Villa d’Este es uno de lo más famosos jardines del ‘500, de sugestión inimitable. Fue edificada en 1556 por el cardenal Hipólito II d'Este en el lugar llamado "Valle Gaudente". El cardenal tuvo a su cargo un gran arquitecto, Pirro Ligorio, y un número enorme de artistas y artesanos. En poco tiempo la “Valle Gaudente” se volvió en un espectacular jardín de terrazas descendentes que contiene más de cientos fuentes y juegos de agua, muchas de las cuales todavía funcionan. Para alimentar las espléndidas fuentes se utilizaron las aguas del Río Aniene que, conducidas subterráneamente, cruzan todo el centro hístorico de la ciudad. Las vicisitudes de Villa d'Este no terminaron sin embargo con la muerte de su fundador. Éste había dispuesto en su testamento que la Villa se transformara en propiedad de los Cardenales de la Casa d'Este. Lo sucedieron el Cardenal Luigi, desde 1572 hasta 1586, y, posteriormente, el Cardenal Alessandro d'Este, hasta 1624. Ambos enriquecieron la I. E. S. Triana. Sevilla Villa con nuevas fuentes, con el concurso de los mejores artistas de su tiempo. El palacio (1) El palacio de Villa d'Este fue construido después de grandes modificaciones y anexos, sobre los restos del viejo monasterio benedictino transformado en el año 1256 en convento franciscano, y que ya desde hacía algún tiempo funcionaba como Palacio de Gobierno de Tívoli. La planta nobil (o apartamiento Viejo) fue ocupado por el Cardenal. Esta está compuesta de unas decenas de habitaciones pintadas por Livio Agresti y su Escuela. En la sala central, llamada del Trono, se puede salir a la terraza para admirar un panorama espectacular. El techo está dividido en cuatro partes en las cuales están reproducidas dos vistos del río Aniene, del Templo de la Tosse y del Templo de Vesta. En fin, en esta misma planta se encuentra la pequeña y preciosa Capilla, obra de Federico Zuccari. La planta baja (o apartamiento Nobil), con sus nueve habitaciones, constituye la parte más relevante del palacio por los frescos de Muziano y Zuccari. Aquí se pueden admirar las dos habitaciones Tiburtinas, pintadas por Cesare Nebbia, que testimonian las vicisitudes historicas de Tivoli, de su fundación y de sus mitos. La fuente de Pegaso (2) Encima de la construcción se coloca el Caballo alado de Pegaso que parece, dada su particular posición, estar a punto de volar. Guía de Italia Tívoli 4 La fuente del Órgano (3) Así llamada porque en ella se había colocado un mecanismo que, impulsado por el agua, permitía escuchar sonidos parecidos a los de un órgano. El Órgano Hidráulico, al que se debe el primero y más importante nombre de la fuente, fue una de las maravillas de la Villa d'Este, fruto del ingenio de Claudio Venard. A la izquierda y a la derecha del ábside hay dos nichos que albergan dos estatuas ornamentales de modesta factura. La fuente de Neptuno (4) Es sin duda la fuente más importante de la Villa y fue diseñada y ejecutada recientemente. Se debe a Attilio Rossi, encargado Honorario de la Conservación de la Villa d'Este, que con rara sensibilidad artística y sabia audacia, consiguió ensamblar sobre el motivo original de la cascada de Pirro Ligorio (la que tiene encima el Órgano Hidráulico) los otros juegos de agua, formando un conjunto hidráulico de altísima belleza y extraordinario valor arquitectónico. La rotonda de los cipreses (5) Algunos de los más majestuosos cipreses de la Villa forman un corro alrededor de un espacio redondo denominado precisamente Rotonda de los Cipréses, que se abre sobre el eje principal de la Villa. Frente a la Rotonda termina la escalinata central, dominada por la severa fachada del palacio. La fontana de la Naturaleza (6) Se encuentra cerca de la vieja entrada de la Villa en Via del Colle. Es una copia en travertino de la célebre estatua de Diana de Efeso. La fuente de los Dragones (10) Esta es una fuente muy sugestiva en cuyo centro está situado un grupo de cuatro aterradores dragones, "con las alas y las bocas abiertas para asustar a los hombres que los miraban" realizados, según la leyenda, durante una sola noche, en septiembre de 1572, cuando el Pontífice Gregorio XIII (los dragones aparecían en su escudo) fue huésped de la Villa. De hecho, las dos armoniosas escalinatas rodean y abrazan a la Fuente. Las caballerizas de los d'Este (11) El enorme edificio, que domina Plaza Garibaldi, fue construido por el Cardenal Alessandro d'Este en el 1621 para hospedar más de cientos caballos. Las caballerizas surgían a las afueras de las murallas de la ciudad pero estaban muy cerca de la Rocca Pia, de la Villa d'Este y de la Puerta S.Croce (destruida en el XX siglo), por la que el nuevo gobernador hacía su entrada oficial en la ciudad. La fuente de la Lechuza (12) A través de complicados mecanismos y diferentes caídas de chorros de agua, aparecían de repente sobre las ramas de bronce bandadas de pájaros metálicos que emitían de la garganta sonora; pero aparecía una lechuza emitiendo su estrepitoso y desagradable grito. Los otros pájaros, al I. E. S. Triana. Sevilla principio callaban atemorizados, pero después desaparecían todos juntos para esconderse. La fuente de Proserpina (13) La fuente de Proserpina se compone de un ninfeo central, flanqueado por dos nichos encerrados entre cuatro columnas salomónicas o entorchadas y delimitado por las escaleras antes mencionadas. La fuente se llama de Proserpina por la composición de mármol puesta en el nicho central, donde estaba representado el rapto de Proserpina en el Averno por parte de Plutón. La fuente de Roma o Rometta (14)La Rometta, fantástica evocación en miniatura de algunos de los más importantes edificios de la antigua Roma, es obra del arquitecto Pirro Ligorio y, tal vez, del mismo Hipólito II. El canal está formado por la confluencia de dos riachuelos que representan respectivamente el Tíber y el Aniene, provenientes de la pared rocosa del fondo; el primero surge de una caverna en la que está colocada la estatua del Tíber, el segundo, en cambio, desciende en esplendorosas cascadas desde la base de la estatua que representa el Aniene. Las cien fuentes (15) Cuando las Cien Fuentes fueron construidas su belleza era otra y la impresión que provocaban era muy distinta. Las Cien Fuentes flanquean un largo paseo rectilíneo que desde la Rometta lleva a la Fuente del Oval. El agua brota desde tres larguísimos canales paralelos, dispuestos en tres niveles diferentes, que constituyen un único juego hidráulico. La fuente del Oval (16) La Fuente del Oval, construida sobre la base de un diseño de Pirro Ligorio, se llama así por su forma particular. Aún sobre el eje central, surge la tosca estatua de la Sibila Tiburtina (Albunea). A la derecha y a la izquierda están las representaciones en mármol de los ríos Aniene y Ercolano, los ríos de Tívoli, de Giovanni Malenca. La pileta en la cual se precipita la breve cascada tiene como fondo un hemiciclo de pilares y nichos que simulan un ninfeo. La fuente del "Bicchierone" (17) La fuente denominada del "Bicchierone", atribuida con fundamento a Gian Lorenzo Bernini, no pertenece al proyecto originario de la Villa sino que fue agregada alrededor de un siglo más tarde. La fuente, exquisitamente arquitectónica, que representa un bellísimo cáliz sostenido por una gigantesca concha tiene una particular poesía por los juegos de agua armoniosos y serenos. Fuentes sonoras El órgano hidráulico de la fuente del Órgano se activa cotidianamente a los siguientes horarios: 10.30 - 12.30 - 14.30 -16.30 - 18.30. La fuente de la Lechuzaemite sonidos cada día a los siguientes horarios:10.00 - 12.00 - 14.00 16.00 - 18.00. Guía de Italia Tívoli 5 V I L L A A D R I A N A El emperador Adriano. De la importancia de la provincia de Hispania en el mundo romano da fe la existencia de tres emperadores originarios de estas tierras: Trajano, Adriano y Teodosio. Adriano nació en la ciudad bética de Itálica (cerca de Sevilla), en el seno de una familia romana en el 76. d.C.. Al quedar huérfano, fue adoptado por el emperador Trajano, costumbre muy habitual en la sociedad romana. Cuando Trajano falleció, fue sucedido por su hijo adoptivo, quien tomó el nombre de César Trajano Adriano Augusto. Inteligente político y jefe militar de primer orden, Adriano asumió el poder el 2 agosto del 117 d.C. cuando el imperio romano estaba en el momento de su mayor potencia y expansión. Quizá para asemejarse al primer Augusto buscó la paz como máximo objetivo por lo que finalizó la larga y sangrienta guerra contra los Partos, abandonando el control de Asiria, Mesopotamia y Armenia. La disminución del territorio imperial provocó cierto descontento entre algunos miembros de la clase militar que se conjuraron contra el emperador. La conjura fue descubierta y los participantes castigados. De esta manera Adriano veía reforzada su posición y podía poner en marcha su programa. Uno de sus primeros objetivos sería conocer los problemas de los súbditos imperiales por lo que llevó a cabo una amplia serie de viajes por todos los confines del Imperio, haciéndose eco de las necesidades que leeran presentadas. En su cortejo viajaba un numeroso grupo de técnicos que ofrecían posibles soluciones a los problemas planteados. La Galia, Britania (donde levantó una muralla de 117 km entre el mar del Norte e Irlanda) y Germania fueron las primeras etapas del viaje, permaneciendo alejado de Roma por un período de dos años. África y Siria serían sus próximos destinos, poniendo fin a este periplo por Oriente en Grecia, el territorio más admirado por Adriano que se reconocía enamorado de todo lo heleno. Será en el año 134 cuando regrese definitivamente a Roma tras diversos viajes por la zona occidental del Imperio. Este momento de paz trajo prosperidad económica al imperio. La paz que vivió Roma en estos años se vio alterada por la sublevación de Judea entre los años 131-134. La revuelta estalló porque Adriano prohibió la circuncisión y pensó fundar un santuario a Júpiter en el lugar del templo de Jerusalén. Tras varios años de sangrientos combates, la rebelión fue sofocada. Adriano también se interesó por las reformas administrativas y económicas. El Senado vio como sus poderes eran entregados al Consejo Imperial, dividiendo en diferentes ramas sus competencias y colocando al frente de cada área a un ministro, dependiente directamente del emperador. El consejo privado del emperador pasó a ser público y la hacienda sufrió importantes reformas. Como la mayoría de los emperadores, Adriano también dejó sus construcciones en la ciudad de Roma. Cerca del Tíber levantó un gigantesco mausoleo que será la base del Castel Sant´Angelo. En las cercanías de Tívoli edificó una suntuosa villa que recibe el nombre de Villa Adriana donde recogió las reproducciones de las obras de arte que más le impresionaron durante sus viajes. I. E. S. Triana. Sevilla Guía de Italia Tívoli 6 Parte de la dedicación de Adriano en sus viajes estuvo orientada a la consolidación de las fronteras. Cortó con la política expansionista de Trajano y se centró en cerrar sólidamente las fronteras del Imperio. En Britania (122-127), se construye la famosísima empalazida ("Vallo") de 127 km entre Tyne y Solway, que separaba la Britania romana de Escocia y que tomó su nombre. El área de los Campos Decumates, que contaba con varios fortines, es reforzada con muros de piedra y empalizadas de madera para la contención de los bárbaros. En Africa, crea una línea de ortines militares combinados con asentamientos urbanos para impedir el acceso de las tribus del desierto. Esta política defensiva refleja gráficamente la concepción de un Imperio culto, urbano y rico frente a un mundo de bárbaros, indiferenciados y ajenos. El peligro Parto de Oriente queda resuelto por medio de negociaciones que conducen a que el ejército romano retroceda, dejando parte del territorio conquistado por Trajano a cambio de pactos de paz. Esta política antiexpansionista, criticada por algunos contemporáneos, era más económica que la de Trajano. El ejército se redujo en dos legiones, 28 en total como en época de Augusto. Se aceleró igualmente la provincialización de los reclutamientos; los soldados comenzaron a proceder mayoritariamente de áreas próximas a la del asentamiento legionario. Las tropas auxiliares (alae de caballería, cohortes de infantería o mixtas) tardaron más tiempo en adaptarse a estos criterios de reclutamiento. Y tampoco solían servir en su lugar de origen los cuerpos especiales o numeri. Adriano se adaptaba así a las peticiones de algunas provincias como la Hispania Citerior que se habían quejado de lo costosos que resultaban los excesivos reclutamientos, al impedir que los jóvenes pudieran dedicarse a actividades productivas. Tal política de pacificación y de ahorro de recursos produjo efectos muy favorables en el desarrollo económico de las ciudades como los ingresos extraordinarios obtenidos por Trajano con su política de conquista. La villa construida por Adriano en Tibur (Tívoli), cerca de Roma, es todo un símbolo de la visión universalista y del programa político de este emperador, dispuesto a crear un Imperio rico y pacífico en condiciones de poder disfrutar de la belleza artística. Los últimos años del emperador fueron un continuo sufrimiento debido a los frecuentes ataques de melancolía, recordando la muerte de su querido Antínoo en el Nilo y el fallecimiento de su hijo adoptivo, Lucio Cejonio Cómodo Vero. El emperador murió en Baia, donde se había traslado con ilusión de poder combatir, gracias a ese dulce clima, la cirrosis hepática que troncó su fuerte fibra a la edad de sesenta y dos años en el 138 d.C. Como sucesor eligió a Antonino Pío. El emperador Adriano pasó a la historia de la moda masculina por haber reimplantado la de la barba, que ninguno de sus predecesores había usado. En su fisonomía dominaban la frente estrecha, los pómulos anchos y las mejillas carnosas que la barba disimulaba. Además de poseer relevantes dotes políticas y militares, era un hombre de amplia cultura y sensibilidad, apasionado de toda forma artística: amaba especialmente la arquitectura, que cultivó en primera persona incluso en su viajes. I. E. S. Triana. Sevilla Guía de Italia Tívoli 7 El proyecto de Adriano Villa Adriana, situada junto a la antigua Tibur, la actual Tívoli, construida en el siglo II d.C. en el límite de una altura calcárea que desde los montes Tiburtinos se extiende hasta la campiña romana, es un amplio conjunto de construcciones que el emperador Adriano erigió en dos fases siguientes entre el 118 al 133 d.C. como indican los sellos de fabricación estampados en los ladrillos. Aquí, en Villa Adriana, que podemos definir como "una pequeña ciudad de campo", encontramos la expresión plástica de esta realidad histórica; una atracción romántica, ya que las ruinas se encuentran entre olivares, y un significado profundamente innovador de la arquitectura adrianea. No es fácil darse cuenta de la extensión real de este conjunto; de las 300 hectáreas de su perímetro hoy podemos considerar emergida apenas la quinta parte. La Villa es la más vasta de las villas imperiales romanas y aquí el emperador pasó los últimos años de su vida, dedicándose a los encuentros con filósofos e intelectuales. Entre las características más conocidas de Villa Adriana se encuentra el reflejo, en muchos rincones del conjunto, de lugares que quedaron impresos en la memoria y ánimo del emperador, y de los que nos ha dejado un elenco Elio Sparziano, uno de los autores de la "Historia augusta". Hoy, sin embargo, se tiende a ver en el juego curioso o incluso caprichoso de reproducciones de lugares exóticos el eco del programa político de Adriano, que ve por primera vez a las provincias en una posición con igual dignidad con respecto a Roma, hasta el punto de dar al emperador modelos y anotaciones para su espléndida residencia de la campiña romana. El emperador cuidó el planeamiento según su deseo, probablemente buscó recrear abstractamente los más bonitos monumentos del imperio, los mas célebres lugares de sus provincias. Así en este lugar hallamos la ciudad egipcia de Canopo, el Valle del Tempe y algunos edificios de tipo griego, como la Academia y el Liceo y para no olvidar nada hizo incluso los Infiernos. La Villa es entonces todo un símbolo de la visión universalista y del programa político de Adriano, dispuesto a crear un Imperio rico y pacífico en condiciones de poder disfrutar de la belleza artística. La Villa surge sobre el lugar de una anterior villa republicana (finales II siglo. - principio I siglo A.C.), llevada en dote al emperador Adriano de la mujer Vibia Sabina y convertida en el corazón de la residencia imperial. La técnica constructiva utilizada es sustancialmente el opus mixtum, bloques de notas piramidales de toba y fajas de ladrillos, y a veces el sólo ladrillo. Los edificios siguen el curso del terreno, según alineaciones principales unidas entre ellos de ejes secundarios. Las funciones de muchos complejos no son determinables únivocamente: se multiplican pomposas salas que pudieran ser utilizadas para representación, cuartos de estar y otros. La Villa después de Adriano Después de la muerte de Adriano, ocurrida en el 138, los Antoninos, inmediatos sucesores de Adriano, continuaron frecuentando la Villa como residencia veraniega; pero luego ésta fue olvidada poco a poco. Diocleciano la restauró a finales del siglo III pero, según varias fuentes, pocas décadas más tarde fue expoliada por Constantino que se llevó de la misma un gran número de obras de arte para adornar Constantinopla, la nueva capital de Oriente. Con el tiempo siguió el destino de todos los grandes monumentos romanos: el abandono, la devastación de los siglos oscuros (en el Siglo VI, durante las terribles guerras godas, en estos lugares acamparon alternativamente los ejércitos godos y bizantinos). I. E. S. Triana. Sevilla Guía de Italia Tívoli 8 Las ruinas fueron revestidas por la tierra sobre que crecieron los olivos, hoy centenarios, que otorgan al entorno una nueva sugestión. Después de novecientos años de olvido el sitio fue identificado de nuevo como la residencia del emperador Adriano al final del siglo XV, bajo el Papa Alejandro V cuando empezaron los campos de excavación. Además de la destrucción, la Villa sufrió los despojos durante las primeras excavaciones arqueológicas del siglo XVI. Durante estas excavaciones y las siguientes se han recuperado verdaderas obras de arte (más de trescientas) que han llenado museos y colecciones de todo el mundo; poca cosa, sin embargo, con respecto a la gran cantidad de estatuas y obras de arte que Adriano esparció en los numerosos ambientes de la Villa. Vale la pena recordar algunas de estas espléndidas obras. Comenzamos con las copias romanas de originales griegos, que recordamos más o menos por orden cronológico: entre las esculturas del siglo V a.C. el célebre Discóbolo de Mirón de los Museos Vaticanos y los Tiranicidas del Museo Nacional de Nápoles; del siglo IV a.C. tres Sátiros descansando de Praxiteles, de los cuales uno está en los Museos Capitolinos de Roma. Entre las esculturas helenísticas del III al I siglo a.C. no se puede olvidar la Niobe en los Museos Vaticanos, la Venus acurrucada de Doidalsas en el Museo Nacional Romano, dos Centauros y el Fauno de rojo antiguo en los Museos Capitolinos, y otro Fauno en los Museos Vaticanos. También en los museos Vaticanos hay varias esculturas originales romanas, como las Caretas gigantes y el Océano, dos Telamones, el colosal Antinoo representado como Baco. Atención especial merecen el nutrido grupo de esculturas de estilo egipcio, subdividido entre los Museos Vaticanos y los Museos Capitolinos. Entre los espléndidos mosaicos, hay algunos inolvidables como el Mosaico de las Palomas de los Museos Capitolinos y la nutrida serie que se encuentra en los Museos Vaticanos. Los complejos La entrada a la Villa: el Pecile La entrada a Villa Adriana se abre en un murallón que mide casi nueve metros de alto, el único lado que ha quedado intacto del recinto original, que completado con pórticos sobre ambos lados, delimitaba un amplísimo espacio rectangular de 232 x 97 metros, en cuyo centro se ha restaurado el estanque original. Debía tratarse del Pecile, del nombre del pórtico policromado de Atenas (Stoa Poikile de Atenas) que había suscitado gran admiración en Adriano. Algunas observaciones nos dejarán apreciar las razones escenográficas, panorámicas y climáticas que han regulado sabiamente la realización de estos amplios pórticos, cuyo doble orden, de ésta y de la otra parte del muro original, ofrecía la mejor condición climática para un saludable paseo de tarde, por el lado norte durante el verano y por el lado sur durante el invierno. La escenografía se evidencia en el lado menor cóncavo, a la derecha de quien entra, calculadamente abierto sobre el amplio panorama de la campiña romana. I. E. S. Triana. Sevilla Guía de Italia Tívoli 9 La poderosa construcción de sujeción de cuatro pisos, necesaria a causa de los desniveles sobre los que apoya la explanada del Pecile, presenta numerosas pequeñas habitaciones abovedadas, posiblemente celdillas para los esclavos, denominada Cento Camerelle (Cien Cuartitos). El área, conectada por escaleras a la sala de los Filósofos y el Teatro marítimo de un lado, y al Ninfeo/Estadio por el otro, fue pensada como un lugar "aislado", ideal para la meditación, puesto que los altos muros que la encerraron impedían la vista por los demás de la villa. Edificio con Tres Exedras Saliendo del Pecile, y atravesando el lado opuesto a la entrada, nos encontramos ante los restos de un edificio de planta central cuyos lados semicirculares le dan la forma de un trébol. No ha sido identificada su función. Por el momento nos conformamos con la definición descriptiva de edificio con tres exedras, primera prueba elocuente da las novedades que Adriano aportó a la arquitectura romana. El edificio con Tres Exedras es un zaguán (vestíbulo) a servicio del edificio con Vivero de peces (edificio con pecera) o Palacio de invierno, residencia privada de Adriano. Por la preciosidad de los mármoles, por la gran pericia con que los capiteles y las columnas fueron trabajadas, el edificio, caracterizado por una triple exedra, es considerado de gran importancia. Los varios entornos, orientados al norte, fueron utilizados en verano para celebrar banquetes en las ocasiones oficiales. La Villa de la isla (Teatro marítimo) Saliendo por el lado corto occidental del Patio de la Biblioteca bajamos al ambiente más singular de Villa Adriana, el más célebre junto con el Canopo. También aquí el agua tiene un papel principal: un canal en forma de anillo encierra un espacio circular, una verdadera isleta, recubierta por una serie de ambientes de diseño movido y variado, colocados alrededor de un patio con arcadas con fuente, y de lados convexos. Alrededor del canal se desarrolla un corredor con pórticos anular, delimitado por un muro cilíndrico en el cual se suceden cuarenta columnas jónicas. Desde aquí se podía pasar a la isla a través de dos puentes levadizos de madera, que se podían maniobrar solamente desde el interior (sucesivamente sustituidos por el actual puente en albañilería), movidos por ruedas metálicas de las que se reconocen en el fondo del canal los surcos de guía. La pequeña villa fue dotada de una instalación termal con frigidarium y tina natatoria y una gran tina con los baños de calor calentados por los hornos. El juguete arquitectónico se inspiraba en las villas de recreo hechas a base de pórticos. La original contextura de esta creación escenográfica, que todavía se entrecruza con un evidente rigor estructural, ha desencadenado la fantasía de los eruditos, ya que falta una indicación explícita de parte del ilustre planificador de tan insólita construcción. Sin embargo se le ha relevado una vaga afinidad con las monumentales jaulas para pájaros descritas por Varrón en su tratado "De re rustica" (Sobre la agricultura). Eliminada la tradicional denominación de Teatro marítimo, se empieza por una atribución del tipo de "agradable retiro", la más difundida, hasta llegar a interpretaciones decididamente originales, como la identificación con un oratorio destinado a hospedar al emperador divinizado en un "teatro cósmico" con un techo semejante a un planetario, cuyas dimensiones complexivas, incluyendo el canal y el I. E. S. Triana. Sevilla Guía de Italia Tívoli 10 corredor exterior, coinciden singularmente con el diámetro del Panteón (44 metros), reconstruido por el mismo Adriano. La tesis más acreditada es que la villa era un palacio de fantasía, en miniatura, como lugar de aislamiento y retiro al que no faltaba una biblioteca. El Teatro Griego El Teatro griego, cuyo diámetro es de tan sólo 36 metros, es un pequeño teatro de la planta semicircular característica de los teatros romanos. El teatro fue edificado por las representaciones de corte y por lo tanto destinado a acoger un estrecho número de espectadores. Todavía es visible parte de la platea y del proscenio. Se reconoce también el espacio de la orquesta, y del coro, situado de bajo a los pies de la cávea. Sólo queda una de las dos escalinatas que los actores utilizaban para mostrarse en escena. Aún hoy no es posible decir con certeza que fueran colocadas aquí los dos Hermes hallados en el s. XVIII y las máscaras que representan la Tragedia y la Comedia, actualmente guardadas en los Museos Vaticanos. El Canopo El agua es la protagonista del que seguramente es el rincón más célebre del conjunto, el Canopo. En el amplio estanque que ocupa en toda su longitud (mide 119 x 18 metros) un valle natural entre verdes alturas, al que se adosan fuertes construcciones como sujeción, se reflejan los restos de las fantasiosas arquitecturas adrianéas. La larga tina es circundada por columnas marmóreas y arquitrabes y estatuas, retratos y esculturas de Atenea, Ares, Hermes y un espectacular cocodrilo marmóreo. Además parece que un complejo mecanismo hidráulico accionó una fuente de catarata, alimentada por una gran cisterna, que ensalzó a la cíclica llena del Nilo. Sobre la fuente se encontró el busto de la diosa Isis. Su denominación, la única cierta entre las tantas de la Villa, se refiere a un centro egipcio cercano a la actual Abukir, a menos de veinte kilómetros de Alejandría, célebre en la antigüedad por su fasto, pero tristemente ligado a la muerte de Antínoo, el bellísimo favorito del emperador que se ahogó allí, quizá voluntariamente. De este lugar proceden las mejores estatuas que representan este juvenil efebo, cuya trágica muerte condujo Adriano a la desesperación. La memoria del célebre lugar egipcio es una sugestión de la memoria y no una reconstrucción o una miniaturización. El auténtico Canopo descrito por Estrabón, autor, en la época augustea, de una Geografía que se puede considerar una de las más conocidas series de guías turísticas de la antigüedad, era decididamente diferente del tiburtino. Este encuentra su culmen arquitectónico en el plástico Ninfeo semicircular, cuya pared de fondo parece que la mueve un nicho central rodeado por otros nichos menores, sobre los que se levanta la cúpula de estrella que vemos repetida en distintas dimensiones en la arquitectura de la Villa. Ha sido identificado gracias a las excavaciones más recientes como un grandioso triclinium (comedor) para fiestas y banquetes solemnes en el periodo veraniego. Ha caído, de tal forma, la I. E. S. Triana. Sevilla Guía de Italia Tívoli 11 tradicional denominación de Serapeo o templo de Serapis, debido claramente a una derivación literal del modelo original, donde había un templo dedicado a aquel dios. A lo largo de uno de los lados largos del canal se han colocado los calcos de cuatro cariátides, estatuas femeninas que sirven de sujeción, una tarea claramente indicada por los capiteles apoyados sobre sus cabezas, excelentes copias de las famosas estatuas del Erecteo de Atenas, y dos Silenos (los originales se encuentran en el Museo contiguo). El Museo del Canopo Construido sobre las antiguas estructuras de las "tabernae" que delimitan, a la derecha, la parte inicial de valle del Canopo: su primer elemento de interés está en las mismas salas, caracterizadas por estilos arquitectónicas típicamente romanos, particularmente en las bóvedas. La mayor parte de las obras expuestas proceden del Canopo, donde hemos visto las copias. Entre otras, destacan: cuatro Cariátides de más de dos metros de altura, en las que se aprecia el notable estado de conservación, que es incluso mejor que el de los célebres originales de Atenas; dos silenos canéforos, es decir que trasportan canastas, usados como capiteles, a semejanza de las cariátides a las que flanquean en la parte derecha del canopo; y por último Marte, Mercurio y Minerva, cuyas copias están colocadas bajo los livianos arquillos del lado menor del estanque opuesto al llamado "Serapeo". Se trata de copias romanas de originales griegos del siglo V a.C. de mucho valor: la copia de la Amazona de Fidias (la más antigua que conocemos) y la de la Amazona de Policleto, que está mutilada. Los originales fueron realizados por los dos célebres escultores griegos en un concurso celebrado en Éfeso el 435 a.C. y Éfeso, muchos siglos más tarde fue una de las ciudades más admiradas por Adriano, a quien ha dedicado un templo todavía reconocible entre las ruinas de la antigua Éfeso, cerca del actual pueblo turco de Selcuk; el Nilo y el Tíber representados según la costumbre de la personificación fluvial del mundo clásico, con figuras masculinas semitumbadas; un cocodrilo de cipolino, de cuya boca salía un chorro de agua a través de un tubo claramente visible; bustos de mármol de varones, entre los que destaca el retrato de Elio Vero (siglo II d.C.) padre de Lucio Vero, a quien Adriano introdujo en la línea de sucesión imperial junto a Marco Aurelio; columnas y pilares adornados con relieves de motivos naturalistas y otros fragmentos decorativos; la réplica de la Venus de Cnido (siglo IV a.C.), digna de la más célebre versión que se encuentra en los Museos Vaticanos. Heliocaminus Construido al reparo del área ocupada por la residencia republicana y unido a ella gracias a un pasillo, es el más antiguo complejo termal de la villa y debe su nombre a la sala circular cubierta con un ojo central ("lumen" cerrado por un clípeo bronceado que accionado por cadenas aumentaba o disminuía la cantidad de vapor ácueo, calentada por los rayos del sol). Por esta razón fue definido Heliocaminus y era utilizado, como Plinio recuerda, para tomar baños de sol. Sobre el extenso lado suroccidental había grandes ventanas con cristaleras de modesta dimensión fijadas entre de ellos con coladas de plomo a la armadura de hierro o bronce de la gran abertura porque según las prescripciones de Vitruvio la exposición de los edificios termales tuvo que respetar esta exposición para poder explotar mejor en las horas de la tarde, (preferidas por los romanos para frecuentar las termas), los baños. Hoy ellas se han derrumbado. Estudios recientes han destacado la presencia de horno en las paredes y en el suelo de la sala para integrar la calefacción del sitio y permitir la introducción de vapor ácueo necesario para hacer la sauna; por lo tanto se puede hablar de una sudatio. Esta última era una habitación con asientos a lo largo de las paredes. I. E. S. Triana. Sevilla Guía de Italia Tívoli 12 Detrás del heliocaminus se sitúan el frigidarium rectangular, con una piscina circundada por un porche con columnas y con una segunda tina semicircular, y el calidarium (entorno fuertemente calentado) dotado de tinas para baños. El complejo se encontraba en la parte noble de la villa y eso está demostrado por las huellas de la pavimentación y las paredes de mármol mientras los pasillos y la sala circular calentada tuvieron la pavimentación en mosaico decorado. Templete circular de Venus Sobre una plataforma rodeada de árboles se encuentra el Templete circular de columnas dóricas, recreado en 1958 utilizando fragmentos arquitectónicos esparcidos sobre el terreno. En el centro se encuentra el calco de una copia romana de la Venus de Cnido, que ya vimos en el Museo del Canopo. Todo el complejo es claramente una copia del tholos griego que custodió a la original Afrodita de Praxíteles. En los sostruciones del edificio está englobada una vía con funciones de servicio que toma luz de aberturas en el techo. La calle, utilizada para el paso de los carritos, es practicable en 40 metros y sigue a su vez el recorrido de un anterior itinerario de la edad republicana. El complejo, a causa de los trabajos acabados en el s. XVIII para la construcción de el “Casino Fede”, surgido sobre uno de los dos ábsides, incorporando y por consiguiente destruyendo la estructura, provee una imagen bastante parcial de como fue el edificio en pasado. Las Pequeñas Termas Avanzando desde el edificio con tres exedras hacia el Canopo, se observan, a la izquierda, los restos de dos estructuras termales, que llaman la atención del visitante por su inagotable variedad de originales acabados arquitectónicos. Las termas han sido definidas como un verdadero repertorio arquitectónico y técnico de las construcciones abovedadas de la villa, en las que se inspiraron, en los siglos de su descubrimiento y excavaciones los grandes artistas del Renacimento y del Barroco. En primer lugar encontramos las llamadas Termas menores, probablemente destinadas a las mujeres, cuyas pequeñas dimensiones no desacreditan su armonía arquitectónica. Presentan innovaciones ricas en fantasía como la singular sala octogonal, o la pared exterior del lado septentrional, qué con sus claroscuros ha sido considerada fuente de inspiración para uno de los mayores exponentes de la arquitectura barroca, Francesco Borromini. En ella se repiten las típicas estructuras termales, que describiremos más ampliamente al tratar las Termas grandes frigidarium para los baños fríos, calidarium para los tibio-calientes, tepidarium para los tibios, esta última identificada con la sala octogonal que ya hemos descrito, cubierta con una atrevida cúpula de 10,50 metros de diámetro. Presentan además una amplia piscina con los dos lados menores en ábside, rodeada de gradas de mármol y vanos menores destinados no sólo a actividades complementarias de tipo termal, como exudación, masajes o gimnasia, sino también a la lectura, a la diversión y al descanso. Las Grandes Termas Separado del cuerpo anterior por un patio de servicio, los edificios de las Termas grandes llaman la atención por su solemne grandiosidad. El aparente desorden arquitectónico con el que se suceden uno a otro los distintos ambientes puede ser devanado, al menos en parte, reconstruyendo la I. E. S. Triana. Sevilla Guía de Italia Tívoli 13 secuencia de las operaciones típicas de las termas. Aquí es posible mirar todos los elementos constitutivos típicos de las termas romanas: sudatio, caldarium, tepidarium, frigidarium con piscinas para la natatio y el gimnasio, es decir entornos a temperatura creciente dotada de tinas para inmersiones y espacios para la actividad gimnástica. El amplio espacio rectangular, con pavimentación de mosaico, de la parte posterior de la construcción era la palestra (gimnasio) al aire libre, donde la actividad física comenzaba con algún ejercicio de gimnasia. A su lado estaba el esferisterio; aquí según algunos se hizo el juego de la pelota o sphaeristerium en lugar cerrado. En la inmediata sala rectangular central estaban los vestuarios, donde uno se desnudaba definitivamente para entrar en el calidarium o baño caliente con tres piscinas, que se puede reconocer a la derecha de la fachada principal. Volviendo hacia atrás, en dirección a las pequeñas termas se encuentra el tepidarium o baño tibio, la gran sala redonda con ábside del laconicum, la sauna con aire caliente, y siguiendo hacia la parte posterior, separada por algunos locales de servicio, se encuentra un aula con ábside para los baños fríos, el frigidaríum: las abluciones con agua fría constituían la actividad final del laborioso ceremonial higiénico de las termas. Particularmente ingenioso es el sistema de calefacción, de tipo doble: húmedo, por columnas de vapor caliente originado por grandes calderas, y seco por columnas de aire directamente calentado con hornos de leña. Tanto el vapor como el aire caliente circulaban en dobles fondos previamente dispuestos por debajo del suelo y a través de sutiles canalizaciones que recorrían el interior de las paredes. Entres los dos conjuntos termales se encajan los escasos restos de un amplio edificio de incierto destino; posiblemente se trata del monumental Vestíbulo de la Villa. Las Bibliotecas El tercer peristilo del Palacio Imperial es el denominado Patio de las Bibliotecas, amplio patio, realizado en la primera fase de la construcción del complejo, de espaldas a la Villa republicana, perteneciente a la emperatriz Sabina, esposa de Adriano, que constituye el punto inicial de la ciudadela de Adriano. Esta área está ocupada actualmente por un olivar secular y no ha sido indagada nunca arqueológicamente. Se piensa que sobre el sitio fueron colocadas fuentes y bancales y esos se pueden localizar en las botaduras peristilos de esta villa. Debe su nombre a las llamadas Biblioteca griega y Biblioteca latina, dos singulares edificios gemelos desarrollados verticalmente, identificados como triclinios de verano, cuya concepción arquitectónica los cataloga como piezas únicas. La Griega presenta tres planos, él último de los cuales fue dotado con instalación de calefacción; este último espacio fue conectado con el Teatro Marítimo gracias a una escalinata externa. La Biblioteca latina, a dos planos, de los que se visita el inferior, tiene una impostación parecida a la otra. I. E. S. Triana. Sevilla Guía de Italia Tívoli 14 Los Cien Cuartitos La poderosa construcción de sujeción de cuatro pisos, necesaria a causa de los desniveles sobre los que apoya la explanada del Pecile, presenta numerosas pequeñas habitaciones abovedadas, posiblemente celdillas para los esclavos, nominada Cento Camerelle (Cien Cuartitos). Estos "cento camerelle" eran muy modestos, claramente porque eran las viviendas del personal de servicio, lo que se entiende por la presencia de letrinas. Sin embargo algunos entornos, cerca de la calle transitable, también fueron utilizados como almacenes para conservar todo lo que se necesitaba en la villa. A los "camerelle" se accedía por una única abertura sobre galerías externas. Estos entornos eran extremadamente pobres: el suelo era de madera y la luz muy escasa proviniendo de la única puerta-ventana. Sala de los Pilares dóricos El edificio es una estructura de enlace entre las varias zonas del Palacio Imperial. Una atenta restauración ha restituido a su elegante solemnidad un rincón de la Sala de los pilares dóricos, que destaca sobre el general triunfo de las líneas curvas, típicas de la Villa, con su nítido aspecto lineal. El toque personal de Adriano también se reconoce aquí, en la bóveda de cañón que corre entre los pilares y el muro perimetral, así como en la extraordinaria altura de los pilares, que representa una innovación radical en el carácter del orden dórico. La sala, de tipo basilical, sin duda estaba destinada a la administración de la justicia. Ya se sabe que ella no fue la sala del trono de Adriano. La Plaza de Oro El primero y más conocido de los peristilos es la Plaza de Oro que los investigadores tienen en gran consideración por sus estilos arquitectónicos de gran importancia. El nombre pospone a la rica decoración arquitectónica y escultural, desnudo de manera sistemática a partir del 500. Se trata de un amplio atrio a la extremidad noreste de la Villa, casi de forma cuadrada (mide 51x60 metros) con un doble pórtico formado en su parte abierta por sesenta columnas alternadas de granito y de cipolino. A éstas corresponden, en la pared de fondo del pórtico, semicolumnas de ladrillos revestidas con escayola. En el extremo sureste se abría la sala imperial, de forma octogonal, con lados cóncavos y convexos alternados, de los primeros se pasaba a los ambientes inmediatos decorados con finísimos frisos de mármol de los que se conservan algunos trazos. No existe nada de la audaz cúpula, que estaba sostenida por los lados convexos. I. E. S. Triana. Sevilla Guía de Italia Tívoli 15 La planta octogonal caracteriza también el vestíbulo de la plaza de oro al noreste en el lado menor. Presenta sobre los distintos lados nichos semicirculares y rectangulares alternados, excepto en dos lados, uno al norte y otro al sur, que están abiertos para servir de zona de paso. Está recubierto por una cúpula a estrella con un ojo central, bastante bien conservada, apoyada sobre ocho columnas en las esquinas. En un pequeño apartado lateral perteneciente al vestíbulo, se conservan algunos de los mejores mosaicos del suelo de la Villa formados por minúsculos baldosines perfectamente colocados. Este primer peristilo se encuentra a una buena distancia del núcleo de la residencia o palacio imperial, conjunto de edificios que tiene su avanzada en el cuatripórtico con estanque, adosado a la falda de la modesta altura que lo supera. El estanque al que debe su nombre está caracterizado por esmerados detalles: en la pared del fondo se abrieron unas cavidades en las que se colocaban los pescadores aficionados huéspedes del palacio. En la pared anterior de la poderosa construcción se abren grandes terrazas panorámicas, que se asoman sobre la campiña romana. La tipología de los entornos, la presencia de juegos de agua, el empleo extensivo del mármol, prueban que esta zona estaba ligada estrechamente a las funciones públicas del edificio. La sala también mantuvo su prestigio después de la muerte de Adriano, como testimonia el hallazgo de retratos imperiales de los Severos. I. E. S. Triana. Sevilla Guía de Italia Tívoli 16