“40 años comprometida con los Mares y Costas del País” V i c e m i n i s t e r i o d e A m b i e n t e Comisión Colombiana del Océano Libertad y Orden COMISIÓN COLOMBIANA DEL OCÉANO Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial República de Colombia Libertad y Orden República de Colombia MINISTERIO DE AMBIENTE, VIVIENDA Y DESARROLLO TERRITORIAL Presidente de la República de Colombia Álvaro Uribe Vélez Ministro de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial Carlos Costa Posada Viceministra de Ambiente Claudia Mora Pineda Directora de Ecosistemas Xiomara Sanclemente M. Dirección de Licencias, Permisos y Trámites Ambientales Diana marcela Zapata Pérez Grupo Mares y Costas - Ecosistemas Claudia V. González H. Diseño y diagramación Grupo de Comunicaciones - MAVDT José Roberto Arango R. Wilson Garzón M. Vicepresidente de la República - Presidente CCO Francisco Santos Calderón Secretario Ejecutivo CCO CN. Julián Augusto Reyna Moreno Catalogación en la fuente Cítese como: Toda la obra: Comisión Colombiana del Océano, 40 años comprometida con los mares y costas del País. Bogotá D.C. Colombia, Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial. 2009. 128 p. 1.Comisión Colombaina del Océano - CCO 2.Medio ambiente marino 3.Derecho a un ambiente sano 4.Manejo integrado de zonas costeras 5.Política ambiental Por capítulo: Arias-Isaza, Francisco A., Sierra-Correa, Paula Cristina. La Gestión Ambiental Marina y Costera en Colombia: Un reto institucional. 2024 p. En: Comisión Colombiana del Océano, 40 años comprometida con los mares y costas del País. Bogotá D.C. Colombia, Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial. 2009. 128 p. Contenido Editorial.................................................................................................................................................4 Saludo del Comandante de la Armada Nacional . ..............................................................................7 40 años de la Comisión Colombiana del Océano..............................................................................10 La Institucionalidad y la Politica Frente a las Areas Marinas y Costeras .......................................17 La Gestión Ambiental Marina y Costera en Colombia: Un reto institucional................................22 Políticas públicas y otros asuntos claves para la gestión integrada de la zona costera...................27 colombiana: un análisis temporal de metas y desafíos Sector portuario Colombiano Actividades y Tráfico Portuario/ Ministerio de Transporte.............35 La pesca en Colombia un recurso en permanente riesgo..................................................................41 La Comisión Colombiana del Océano y el desarrollo nacional........................................................43 Mapeo tridimensional de las costas colombianas.............................................................................49 Cartografiando Los Litorales Colombianos.......................................................................................53 Ingeniería de puertos y costas en Colombia......................................................................................55 La oceanografía biológica en Colombia, un crucero por zarpar.......................................................58 Evaluación de la peligrosidad de la inundación de las zonas costeras colombianas debido . .........65 a la acción de dinámicas marinas Peligrosidad debido a tsunamis en el litoral Pacífico colombiano (Bahía de Tumaco) y..................78 análisis de una alternativa para mitigar su impacto Influencia del índice de oscilación del sur y de la oscilación decadal del Pacífico en la...................90 estabilidad termohalina de las aguas superficiales de la cuenca del Pacífico colombiano Bioconstrucción y Biodestrucción en el mar.....................................................................................97 La investigación científica marina y el Programa Argos.................................................................108 Cooperación en Meteorología y Oceanografía................................................................................115 Editorial Francisco Santos Calderón Vicepresidente de la República Presidente de la Comisión Colombiana del Océano C olombia es el segundo país más biodiverso del planeta y el Pacífico chocoano es la zona más biodiversa en términos de especies de plantas del mundo. En cuanto a flora, se estima que el país tiene entre 45 y 55 mil especies. Asimismo, Colombia alberga al 18% de las especies de aves en el mundo, al 10% de los peces de agua dulce, al 9% de los mamíferos, al 6% de los reptiles, y es el país más rico en anfibios. La biodiversidad es esencial para mantener niveles de calidad altos en los suelos y tierras en nuestro planeta; ayuda a regular la composición de la atmósfera; y ayuda a purificar y a mantener los niveles de PH en la gran variedad de ecosistemas acuáticos. Alrededor del 99% de todas las pestes de cultivos son controladas por otros organismos, cuya supervivencia depende de la biodiversidad. Además es crucial para mantener la estabilidad climática. Por lo tanto, contar con este recurso invaluable significa asumir una inmensa responsabilidad. No solamente responsabilidad en cuanto al diseño de políticas para preservar y proteger la biodiversidad, sino para tomar medidas para mitigar los efectos perversos del cambio climático en este recurso único de Colombia. Como país megadiverso somos especialmente vulnerables a este fenómeno global que nos relaciona a todos los seres vivos, así queramos reconocerlo o no. Nuestros océanos son fuente fundamental de la riqueza de la biodiversidad colombiana. Por lo tanto, debemos convertir nuestras costas en zonas seguras y a la vez desarrolladas para generar bienestar social y económico para todos los colombianos. En la medida en que desarrollemos de forma sostenible nuestras costas y océanos podremos acceder y ser competitivos frente al mundo. Este reto implica un cambio total de mentalidad que nos permita tener una 4 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” visión más amplia de nuestro potencial y de nuestros intereses en la inserción a los diferentes flujos internacionales. Para fortalecer el diseño de nuevas políticas producto de una mentalidad renovada, audaz y visionaria, la Comisión Colombiana del Océano – CCO, ha trabajado durante 40 años y hoy celebramos su creación y su ardua labor de 4 décadas. Así como debemos seguir fomentando la investigación científica debemos darle los recursos y los mecanismos para que adquiera mayor conocimiento sobre asuntos marítimos y costeros tendientes a profundizar las capacidades nacionales para la generación de desarrollo y prosperidad para todos los colombianos. Colombia son todas sus regiones y sus culturas ricas en tradiciones culturales y diversidad étnica y racial. Este reconocimiento es fundamental para continuar consolidando nuestra unidad nacional en medio de la gran diversidad. Volcarnos hacia nuestras costas e islas del Pacífico y del Caribe nos permite profundizar en esta convicción para el fortalecimiento de nuestra gran Nación colombiana. San Andrés, Providencia y Santa Catalina, Malpelo, Gorgona y todos los cayos, bajos y bancos son nichos de riqueza que debemos proteger, conservar y, por supuesto, reafirmar nuestra soberanía. Y en este sentido, Colombia es un país pionero gracias a la Política Nacional del Océano y los Espacios Costeros – PNOEC, una de las 10 políticas de este tipo en el mundo. A nivel nacional este documento reconoce la importancia del cambio climático y sus efectos en el país. Para atender este desafío, la CCO creó el Comité de Cambio Climático el cual trabaja por concientizar a los colombianos sobre sus efectos en el país y minimizar su impacto en las regiones costeras, consideradas unas de las más vulnerables debido al aumento del nivel medio del mar, la erosión costera y los efectos del incremento en la periodicidad y potencia de los huracanes y ciclones. Este esfuerzo de la CCO se ha visto fortalecido con la Política de Cambio Climático que desarrollan el Departamento Nacional de Planeación y el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial que se beneficiará de un CONPES, en los próximos meses. El compromiso de las autoridades nacionales, departamentales y municipales es fundamental para educar a la población colombiana sobre la necesidad de ser responsables frente a la protección del medio ambiente y frente a la necesidad de tener asentamientos humanos sostenibles y dignos. Este reto no implica únicamente contar con políticas públicas coherentes y eficaces, significa una concientización de toda la ciudadanía sobre su propio futuro y su responsabilidad individual para contribuir con la protección de su entorno y así poner su grano de arena en los esfuerzos nacionales y mundiales por mitigar los efectos perversos del cambio climático. Ya la comunidad internacional a través de la Convención de Naciones Unidas sobre Cambio Climático reconoció en 1992 que el problema del cambio climático y sus efectos adversos afectan a toda la humanidad y que las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera son una consecuencia de las actividades humanas, especialmente en los países industrializados. Asimismo, el Protocolo de Kyoto de 1997 estableció dos grupos de países de acuerdo con sus propias responsabilidades en cuanto al deterioro del medio ambiente como resultado de su actividad industrial. Por un lado, las economías industrializadas y por otro las economías en transición y países en vía de desarrollo. Si bien hay obligaciones explícitas para unos y menores para otros, el estado del mundo hoy por hoy, implica que todos asumamos compromisos, si 5 Comisión Colombiana del Océano bien onerosos, con el desarrollo de tecnologías limpias, entre otros, que nos permitan a nivel global disminuir la emisión de gases perversos para el medio ambiente. Una acción decidida mundial redundará en beneficio de la productividad y sostenibilidad de las tierras que permitirá cumplir con los objetivos de erradicación de la pobreza y del hambre, por dar tan solo dos ejemplos. La protección de los glaciares significará tener agua para consumo humano, agrícola e hidroeléctrico, que sobra decir es fundamental para la existencia de la raza humana. No hacerlo significa que tendremos costas e islas enfrentadas a graves peligros como, - en algunos casos - la desaparición, y - en otros - las inundaciones, las mareas de tempestad, la erosión y la disminución de playas, la afectación de lagunas costeras, la trasformación de las formaciones costeras, la salinización de las fuentes de agua dulce, entre otros. Asimismo, los corales y manglares se volverán más vulnerables, así como los peces, mamíferos y aves marinas que componen la rica biodiversidad marina de Colombia. Así como la Comisión ha trabajado con visión durante los primeros 40 años, espero que todos los colombianos la acompañemos y apoyemos durante las próximas décadas para enfrentar los retos que tiene la humanidad para conservar sus océanos, sus aguas, sus tierras, su biodiversidad y por ende su supervivencia. 6 Saludo del Comandante de la Armada Nacional Almirante Guillermo Barrera Hurtado E n el océano se encuentran el pasado y el futuro de la humanidad. Hace millones de años, según los recientes estudios científicos, de ese inmenso caldo de elementos químicos nació la primera forma de vida compuesta, que fue evolucionando hasta la multiplicidad de seres que hoy habitan la Tierra. Con el paso de los siglos, sus aguas sirvieron como medio de comunicación entre los pueblos, que se aventuraban en primitivas embarcaciones para alcanzar horizontes desconocidos, y como fuente de recursos de alimentación. Hoy sabemos que el océano cumple un papel fundamental en el mantenimiento del equilibrio de nuestro planeta y que hace posible la subsistencia del género humano. Sin embargo, por mucho tiempo el océano fue un gran desconocido. Lo navegábamos con profundo respeto, inclinados ante su poder y su inmensidad, pero ignorábamos las riquezas y posibilidades que escondía en su interior. No 7 Comisión Colombiana del Océano era una porción pequeña del mundo la que nos faltaba por explorar. ¡Nada menos que el 71 por ciento de la superficie terrestre! La Armada Nacional de Colombia, por su propia vocación marina, ha sido abanderada en el tema del estudio de los mares. Con sus buques ha hecho soberanía en el insondable Pacífico que bordea nuestra frontera sur y en el mar Caribe, que toca nuestras costas y rodea nuestras islas, como abrebocas del inmenso Atlántico que nos trajo, hace más de cinco siglos, el primer contacto con la cultura occidental. Pero no sólo se trata de soberanía y defensa. Dentro de su amplio campo de acción, la Armada fue pionera en los estudios oceanográficos que antecedieron a la creación, hace 40 años, de la llamada Comisión Colombiana de Oceanografía, hoy Comisión Colombiana del Océano. Desde 1965, oficiales de la Armada Nacional de Colombia, a bordo del ARC “Bocas de Ceniza”, participaron en cuatro cruceros oceanográficos llamados Acento, programados por la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT) en la ecoregión marina del Panamá Bight. Tres años después, la Armada celebró un contrato con la Universidad Jorge Tadeo Lozano –que había creado desde comienzos de los sesentas una facultad de Ciencias del Mar– para establecer un ciclo completo de estudios sobre Biología Marina; creó la facultad de Oceanografía Física en la Escuela Naval de Cadetes “Almirante Padilla”, e inició un ambicioso programa de levantamientos hidrográficos, a bordo del buque hidrográfico ARC “Quindío”, para actualizar nuestra cartografía. Al año siguiente, 1969, la Armada adquirió su primer buque de investigación oceanográfica, el ARC “San Andrés”, y realizó su primer crucero de investigación en el Caribe. Fue en este año cuando un grupo de investigadores nacionales vinculados a la Armada, al INDERENA y a la Universidad Jorge Tadeo Lozano, entusiasmados por los avances hasta entonces logrados en el campo de las ciencias del mar, propusieron al gobierno del presidente Carlos Lleras Restrepo la creación de un organismo permanente que ordenara la actividad científica marina y la incorporara al desarrollo del país. El Gobierno entendió la importancia de esta iniciativa, y nació, mediante decreto del 14 de mayo de 1969, la Comisión Colombiana de Oceanografía. En estas cuatro décadas de existencia, la Comisión, que es un órgano permanente asesor y consultivo del Gobierno nacional en materia oceanográfica y sus diferentes disciplinas científicas y técnicas, ha ido evolucionando con el desarrollo mismo de la humanidad y ha producido importantes aportes, muchos de ellos vinculados a programas de cooperación internacional. Para la Armada Nacional –en forma directa y a través de la Dirección General Marítima (DIMAR) – ha sido muy satisfactorio hacer parte activa de esta Comisión que hoy encabeza el Vicepresidente de la República y que cuenta con la participación de ocho ministerios –incluyendo el de Defensa Nacional–, el Departamento Nacional de Planeación, Colciencias y la Asociación Colombiana de Universidades (ASCUN), así como delegados del sector productivo marino y las ONG ambientales marinas. Hoy contamos con una Política Nacional del Océano y de los Espacios Costeros (PNOEC) aprobada en el año 2007, gracias a la cual nuestro país tiene el marco político requerido para planear e impulsar el desarrollo de la Nación a partir de sus áreas marítimas. El progreso de Colombia en estos cuarenta años ha sido tal que somos uno de los 10 países en el mundo con políticas de esta clase, de acuerdo con la Comisión Oceanográfica Intergubernamental (COI), un organismo de la Unesco con el que trabajamos en armónica coordinación. 8 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” Es bueno constatar que la Comisión Colombiana del Océano avanza con los tiempos y ha incorporado temas adicionales a los de la investigación marina, como la contaminación marina, los fenómenos naturales, la zona costera y la cultura marítima, además de un tema que resulta fundamental para nuestra viabilidad como planeta y como especie, como lo es el del cambio climático, evaluando los efectos del mismo en nuestro país. Colombia, un país con jurisdicción sobre más de 928 mil kilómetros cuadrados de área marítima, en el Pacífico y el Caribe, y con 2.900 kilómetros de costa, no puede dar la espalda al mar, con las inmensas posibilidades que alberga. Hace 40 años se dio un paso fundamental para estudiar y conocer las riquezas de nuestros océanos, que hoy celebramos, y la Armada Nacional de Colombia se siente orgullosa por su participación en tan destacado esfuerzo. Seguiremos adelante, consolidando a nuestro país como lo que es: una potencia en recursos marítimos que mira hacia el futuro y lo construye, con capacidad científica y voluntad política, desde el presente. Almirante Guillermo Enrique Barrera Hurtado Comandante de la Armada Nacional 9 40 Años de la Comisión Colombiana del Océano Capitán de Navío Julián A. Reyna Moreno Secretario Ejecutivo Comisión Colombiana del Océano L a Comisión nació el 14 de mayo de 1969, bajo el Decreto 763 del mismo año, como una organización de carácter permanente del Gobierno Nacional para su asesoría en materia de investigación científica marina y coordinación del esfuerzo de la comunidad científica nacional en torno a los asuntos marinos, de tal maneara que se integraran también los programas de desarrollo nacional y la cooperación internacional. Se efectuaron varias reestructuraciones como las realizadas por el Decreto 413 de 1981, que permitió ampliar su composición y determinó la institución de su Presidencia, Vicepresidencia y Secretaría General; así como la realizada por el Decreto 415 de 1983 mediante el cual se creó el Consejo Nacional de Oceanografía (CNO). Tras 31 años de maduración institucional, la Comisión Colombiana de Oceanografía buscó una nueva reestructuración, esta vez, con la idea de realizar un cambio sustancial y acorde con el incremento en el nivel de conciencia marítima nacional, especialmente impulsados por los asuntos ambientales y organizativos del Estado contemplados en documentos tales como la Constitución Política de Colombia (1991) o la Cumbre de Río, Agenda 21 (1992) y con el actual desarrollo del país en asuntos marítimos, por ejemplo el fortalecimiento de la Armada Nacional, de la Dirección General Marítima y la sanción de la Ley de Puertos (1991). Es así como la CCO tomó un nuevo rumbo que la llevaría de la orientación científica marina hacia la oceanopolítica, esta visión fue establecida mediante el Decreto 347 de 2000 y contempla la integración de los diversos sectores del Gobierno nacional en torno al mar, buscando el cumplimiento de dos objetivos principales que son: primero: responsabilizar a las instituciones del Gobierno nacional de aquello que por ley les compete, pero que no les 10 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” resulta tan obvio cuando se trata de asuntos marino-costeros y segundo: elevar el nivel de la institucionalidad nacional con una Comisión encabezada por el señor Vicepresidente de la República, para que a través de políticas nacionales coadyuve en el desarrollo nacional y haga claramente visible para todo el Estado su responsabilidad hacia el medio marino. Política Nacional del Océano y los Espacios Costeros – PNOEC A partir del año 2000, con la modificación de la CCO, adquirió la función principal de proponer al Gobierno nacional la Política Nacional del Océano y los Espacios Costeros –PNOEC, para su administración y desarrollo sostenible (artículo 2°, literal a). Así las cosas, desde este momento, la Comisión estuvo dispuesta para la construcción de una política que propendiera por el desarrollo integral de los espacios oceánicos, costeros e insulares del país, en la que se incluyeran tanto las orientaciones, los contenidos, los instrumentos, los mecanismos, las definiciones, las modificaciones institucionales y la previsión de resultados, mediante una acción de coordinación, integración y articulación de las distintas entidades, tanto miembros como asesoras, involucradas en el proceso de elaboración de la Política Nacional del Océano y los Espacios Costeros, liderada por la Secretaría Ejecutiva de ésta. La Política Nacional del Océano y los Espacios Costeros – PNOEC fue aprobada en reunión ordinaria el 1 de julio de 2007 por los miembros de la Comisión Colombiana del Océano – CCO. Desde este momento, el país cuenta con una herramienta de largo plazo que responde 11 Comisión Colombiana del Océano a la necesidad de asumir el océano desde una visión integral que reconozca su carácter de totalidad organizada, de unidad en la diversidad y de integración en la fragmentación. De esta forma, la PNOEC, entendida como política integral de Estado, abrió un amplio campo de oportunidades para promover el desarrollo oceánico acorde con los intereses y las necesidades del país, al mismo tiempo que ofreció el marco en el cual se inscribieron las distintas acciones de todos los sectores de la sociedad en procura del reconocimiento del mar, las costas y las zonas insulares como parte constitutiva del Estado colombiano. Reconociendo la importancia de ver de manera integral los temas oceánicos y costeros del país, la PNOEC está compuesta por tres aspectos transversales y cinco áreas temáticas. Aspectos transversales Asuntos Internacionales: busca promover el desarrollo marítimo y costero nacional en su más amplia concepción, desde los puntos de vista político, social, territorial, económico, cultural y ambiental, fortaleciendo un trabajo multidisciplinario e interinstitucional, con el propósito de obtener resultados nacionales e internacionales, que faciliten e incentiven el desarrollo marítimo y costero del país. Se establecen como objetivos estratégicos internacionales el apego a los principios y normas del derecho internacional ratificados por Colombia; la defensa de la soberanía nacional y el desarrollo integral de sus fronteras terrestres y marítimas; la defensa y promoción de los intereses marítimos nacionales en el escenario multilateral; la consolidación de las relaciones estratégicas internacionales; la negociación, la suscripción y el seguimiento de los tratados internacionales; la cooperación internacional, y el apoyo a los ciudadanos, todo esto en los ámbitos marítimos y costeros, en virtud del mandato constitucional de servicio a la comunidad como fin esencial del Estado, y por último, el fortalecimiento institucional del Ministerio de Relaciones Exteriores para los mismos asuntos. Asuntos Científicos Tecnológicos y de Innovación: busca contribuir a la organización, desarrollo, fortalecimiento y consolidación de las ciencias y tecnologías del mar en Colombia, con el fin de que el país cuente con bases científicas y técnicas sólidas que permitan efectuar un manejo integral y adecuado de sus zonas y recursos costeros y marinos, de tal manera que se logre un balance entre su conservación y desarrollo productivo (aprovechamiento sostenible). Asuntos Interinstitucionales: busca lograr que la gestión política valore la influencia del mar en el ciclo vital del Estado, a través de un actuar coordinado y un compromiso real de cada una de las instituciones y entidades involucradas para lograr un engranaje en cada una de las acciones emprendidas, y reconociendo que el tema marítimo recorre la estructura institucional del país, desde lo nacional a lo local (niveles territoriales y niveles nacionales desconcentrados). Todo esto, a través del fortalecimiento de la CCO. Áreas Temáticas Desarrollo Institucional: En esta área convergen dos componentes, el poder naval y el poder marítimo, como elementos vitales para el desarrollo del Estado, a través del ejercicio del control del mar en aguas jurisdiccionales colombianas y la proyección el poder naval nacional, con el propósito de mantener la soberanía nacional, conservando la vigencia de las instituciones, garantizando el orden interno, la integridad territorial, el desarrollo del poder marítimo y la protección de los intereses de la Nación. 12 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” Desarrollo Económico: busca integrar los sectores que convergen el tema oceánico y costero, además de modernizar y optimizar la infraestructura pública, fomentando la inversión privada y la libre competencia, en procura de alcanzar un desarrollo equilibrado, sostenible y competitivo. Puertos e infraestructura portuaria, transporte marítimo, marina mercante e industria naval, pesca y acuicultura, industria turística, minerales, hidrocarburos y fuentes de energía no convencionales, alternas o renovables, son los temas que integran esta área. Desarrollo Territorial: el manejo de los espacios oceánicos y las zonas costeras de la Nación, cobran renovada preponderancia al constituirse en uno de los principales renglones de desarrollo, por lo que su implementación debe seguir un enfoque integral en consideración a los múltiples factores y elementos que lo componen. El manejo integrado de zona costera, la atención y la prevención de desastres y las áreas marinas y costeras protegidas son las temáticas que se abordan. Desarrollo del Ambiente Oceánico y Costero: busca continuar garantizando el derecho general a gozar de un medio ambiente sano, la protección del patrimonio natural y la soberanía de la Nación, enfocados en los espacios oceánicos y costeros. La biodiversidad marina, la calidad ambiental marina y el cambio climático son las temáticas específicas tratadas. Desarrollo Sociocultural: se busca permitir a los colombianos conocer y entender el océano y los espacios costeros de manera positiva, para poder aprovechar sosteniblemente sus beneficios y lograr, de esta manera, mayor preocupación por su preservación y salvaguarda. Para ello se requiere contar con un mayor número de profesionales especializados en temas marítimos y costeros, igualmente se requiere identificar y preservar los recursos y las expresiones culturales ancestrales y contemporáneas de los espacios marinos y costeros. La cultura marítima, la educación marítima y el patrimonio cultural son los tres temas abordados. Cultura Marítima La gestión cultural que desarrolla la CCO es difundir la PNOEC y buscar el reconocimiento de la cultura marítima en Colombia a través de estrategias culturales y educativas que faciliten 13 Comisión Colombiana del Océano el acceso al conocimiento de los temas marítimos y que permitan reconocer la existencia de dicha cultura y la importancia de los mares en el desarrollo sostenible de Colombia. Dentro de los proyectos de educación marítima realizados, se destaca, en el 2007, la participación de la CCO en el debate público del Plan Nacional Decenal de Educación 2006-2016 por medio del cual se logró introducir el tema marítimo dentro de todos los niveles de la educación del país. La CCO, en convenio con la Fundación Terra Firme, diseñó un proyecto marco de cultura marítima, para que sea apropiada por los colombianos, como parte de su identidad nacional. Desde el 2006, la CCO, junto con el Instituto para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología - COLCIENCIAS y las Universidades de Antioquia, Cartagena, Magdalena y Nacional unificaron sus esfuerzos para la realización de un Programa Interuniversitario de Maestría en Ciencias del Mar, con la Universidad de Cádiz, con el objetivo de formar a profesionales para desarrollar idóneamente investigaciones en el territorio marítimo y costero colombiano y contará con cuatro énfasis: Gestión Integrada de Zonas Costeras; Ingeniería de Costas y Saneamiento del Litoral; Pesquerías y Oceanografía. Igualmente, la CCO junto con las universidades del Valle, Antioquia, Jorge Tadeo Lozano, Magdalena, Nacional, la Dirección General Marítima, el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras “José Benito Vives de Andreis” – INVEMAR y el Instituto Geográfico Agustín Codazzi, están desarrollando una propuesta de Doctorado Interinstitucional en Ciencias del Mar que complemente la formación de la maestrías y que permita una mayor integración de los océanos al ordenamiento territorial y al desarrollo del país, así como una mayor presencia internacional en el ámbito de formación académica. Manejo Integrado de Zona Costera En la Política Nacional Ambiental para el Desarrollo Sostenible de los Espacios Oceánicos y las Zonas Costeras e Insulares de Colombia se define el el manejo integrado costero MIZC como un proceso de planificación especial dirigido hacia un área compleja y dinámica, que se enfoca en la interfase mar - tierra y que considera los siguientes aspectos: algunos conceptos fijos y otros flexibles que la demarcan, una ética de conservación de los ecosistemas, metas socioeconómicas, un estilo de manejo activo participativo y de solución de problemas y una fuerte base científica. De esta manera, un programa exitoso debe basarse en un proceso de planificación completo e integrado tendiente a armonizar los valores culturales, económicos y ambientales, y a equilibrar la protección ambiental y el desarrollo económico, con un mínimo de normas. El manejo sin un proceso integrado de planificación tiende a ser incompleto y desintegrado, a ser más bien una actividad sectorial. La planificación integrada de las zonas costeras debe aceptarse como una parte ampliada e integral de la planificación y el ordenamiento físico territorial. La Comisión Colombiana del Océano, en conjunto con el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, coordinan el Comité Nacional de Manejo Integrado de Zona Costera, el cual tiene capacidad para establecer políticas y estrategias de manejo marítimo y costero de carácter nacional y lograr la concurrencia para llegar a consensos en la adopción de esas políticas. El Comité es el ámbito nacional de presentación, concertación y armonización de 14 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” las políticas y programas relacionados con el desarrollo de los espacios oceánicos y zonas costeras, al tiempo que busca asegurar el respaldo político y administrativo del Gobierno central, para resolver conflictos y promover la cooperación entre las entidades. La Comisión Colombiana del Océano trabaja actualmente en el Plan Nacional de Manejo Integrado de Zonas Costeras – PNMIZC, instrumento que contribuye a la regulación y normalización de los planes y procesos adelantados de MIZC en las Unidades Ambientales Costeras (UAC) y las Unidades de Manejo Integrado (UMI), teniendo en cuenta las directrices y normas determinantes para los Planes de Ordenamiento Territorial – POT, de los municipios y distritos costeros, así como a la articulación interinstitucional administrativa de los actores involucrados en las diferentes actividades desarrolladas en las zonas costeras colombianas. Este documento se enmarca tanto en la Política Nacional del Océano y los Espacios Costeros – PNOEC, como en la Política Nacional para el Desarrollo Sostenible de los Espacios Oceánicos y las Zonas Costeras e Insulares de Colombia – PNAOCI- (MAVDT, 2001), según los adelantos que en el tema se han realizado en el país por parte del Ministerio de Ambiente Vivienda y Desarrollo Territorial – MAVDT y el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras “José Benito Vives de Andreis” – INVEMAR y demás instituciones competentes en el tema, a través de los avances del Sistema Nacional Ambiental – SINA, siguiendo los compromisos que Colombia asumió al convertirse en miembro signatario del Convenio de Diversidad Biológica – CDB (Ley 165 de 1994), con el Mandato de Jakarta. Asuntos Internacionales La Comisión Colombiana del Océano – CCO es el punto focal técnico de la Comisión Oceanográfica Intergubernamental, que a su vez es el organismo de las Naciones Unidas – UNESCO responsable por el estudio de los océanos a escala mundial y tiene a su cargo el manejo de los temas marinos y oceánicos relacionados principalmente con la ciencia, la cultura, la tecnología y la investigación. La Comisión Oceanográfica Intergubernamental – COI, es la encargada de “estudiar los océanos a escala mundial” y fue creada en 1960 como órgano de las Naciones Unidas, a través de la UNESCO, sobre la base del Comité Consultivo Internacional de Ciencias del Mar de la UNESCO, el cual fue fundado en 1955. Colombia es miembro activo de la COI desde 1969, constituyéndose así como uno de los más antiguos integrantes de dicha Organización; esta relación ha sido vital para la obtención de importantes logros nacionales a través de la cooperación internacional, relación que se ha visto fortalecida a través del tiempo, gracias a que el país ha tenido un destacado desempeño en el desarrollo de la investigación científica marina y en el desarrollo de políticas nacionales oceánicas y costeras. Uno de los logros más importantes del último año en el que se contó con un gran apoyo de la Comisión Oceanográfica Intergubernamental es el diseño, revisión y puesta en operación del Sistema Nacional de Alerta de Tsunami, este proyecto recibió no solo el impulso político internacional para su creación a través de la UNESCO, sino que también fue apoyado con financiación de la COI para facilitar la capacitación del grupo humano en modelación matemática y en gestión del riesgo, permitiendo la integración del sistema nacional a las redes 15 Comisión Colombiana del Océano mundiales de alerta de tsunami a partir de lo cual Colombia puede gozar de mayor seguridad para mitigar los riesgos de este fenómeno sobre los habitantes de sus dos costas. En la actualidad Colombia ostenta el título de Vicepresidente de la COI para la Región III de Naciones Unidas (Latinoamérica y el Caribe), en cabeza del Secretario Ejecutivo de la CCO. Igualmente la CCO actúa cómo punto focal técnico de la Comisión Permanente del Pacífico Sudoriental asesorando al Ministerio de Relaciones Exteriores en los temas que maneja esta Comisión conformada por Ecuador, Chile, Colombia y Perú, como son el estudio regional del fenómeno de El Niño, contaminación marina, pesca regional y últimamente tsunami y cambio climático, entre otros. El cambio climático se ha convertido en un asunto que alcanza la máxima importancia para la Comisión y ha venido siendo liderado directamente por el señor Presidente de la Comisión Colombiana del Océano y Vicepresidente de la República Dr. Francisco Santos Calderón, este tema se introduce como asunto internacional, con fuerte impacto nacional. Igualmente se vienen reactivando trabajos internacionales de relevancia nacional tales como la inclusión de asuntos antárticos y valoración ambiental marino costera. 16 P rograma N acional para la Conservación del Cóndor Andino en Bibliografía Colombia La Institucionalidad y la Politica frente a las Areas Marinas y Costeras Dirección de Ecosistemas, Viceministerio de Ambiente, Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial C on la expedición de la Ley 99 de 1993, por la cual se creó el Ministerio del Medio Ambiente, se reordena el Sector Público encargado de la gestión y conservación del medio ambiente y los recursos naturales renovables, se organiza el Sistema Nacional Ambiental, SINA, creó el Ministerio del Medio Ambiente y organizó el Sistema Nacional Ambiental -SINA, se abrieron un sinnúmero de oportunidades para las entidades públicas y privadas que fijaron sus metas y objetivos en torno al conocimiento, conservación y uso de la biodiversidad como principal valor y riqueza de nuestro país. El Ministerio, desde su creación, ha contribuido al cumplimiento de los objetivos nacionales promoviendo la gestión integral del territorio de manera que se garantice el desarrollo sostenible, protegiendo la diversidad e integridad del ambiente y promocionando su conocimiento, planificando el manejo y aprovechamiento sostenible de los recursos naturales.1 Uno de los objetivos es el manejo de algunos espacios geográficos comprendidos dentro del territorio marino-costero de la Nación, como espacios legalmente reconocidos, especialmente las áreas marinas2 y litorales3, bajo la competencia de diversas instituciones del orden nacional, entre las que se encuentran principalmente los ministerios de Relaciones Exteriores; Defensa; Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial; Minas y Energía; Agricultura y Desarrollo Rural; 1 Informe Gestión 2006-2007 2 Aguas interiores, incluyendo canales intercostales y de tráfico marítimo; todos aquellos sistemas marinos y fluviomarinos; mar territorial, zona contigua, zona económica exclusiva, lecho y subsuelo marinos, aguas suprayacentes. 3 Playas, terrenos de bajamar. 17 Comisión Colombiana del Océano Comercio, Industria y Turismo; Transporte; y la Dirección General Marítima4 que, con respecto al mar territorial y zona económica, ejercen sus actividades en coordinación con los planes y programas del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial -MAVDT. Entre 1996 y 1999 el hoy Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, formuló y concertó con el SINA, las entidades territoriales, centros de investigación y universidades, la Política Nacional Ambiental para el Desarrollo Sostenible de los Espacios Oceánicos y las Zonas Costeras e Insulares de Colombia (PNAOCI), la cual fue presentada al Consejo Nacional Ambiental y acogida por el Consejo Nacional de política Económica y social -CONPES en su documento 3164 en el año 2002. El objetivo general de esta política es propender por el desarrollo sostenible de los espacios oceánicos y las zonas costeras, contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de la población colombiana, al desarrollo armónico de las actividades productivas, y a la conservación y preservación de los ecosistemas y recursos marinos y costeros, mediante su manejo integrado. La Política Nacional Ambiental para el Desarrollo Sostenible de los Espacios Oceánicos y las Zonas Costeras e Insulares de Colombia y la Política Nacional para Humedales Interiores de Colombia5 son dos instrumentos articulados y coordinados para el desarrollo de las acciones encaminadas al uso sostenible, manejo y conservación de ecosistemas como los bosques de manglar. La primera de ellas contempla la rehabilitación y restauración de ecosistemas marinos y costeros degradados, propone formular, concertar y operar programas de estas características que atiendan los aspectos que ponen en riesgo su calidad ambiental, concentrándose en lugares concretos, con enfoque integrado e interdisciplinario. La segunda, establece dentro del programa de Ordenamiento Ambiental acciones orientadas hacia el inventario, zonificación y formulación de los planes de manejo de humedales continentales con el fin de generar medidas para su manejo, conservación y rehabilitación, las cuales deberán repercutir directamente en los ecosistemas ubicados en las desembocaduras de las cuencas hidrográficas, dada la relación funcional existente, especialmente los manglares. El Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial en cumplimiento del objetivo de la Política de Zonas Costeras, se propone incluir los ecosistemas marinos y costeros dentro del ordenamiento territorial de la Nación, con el apoyo de las entidades del SINA, y avanzó en el ordenamiento de las unidades ambientales costeras -UAC, definidas en la PNAOCI, como unidades ambientales y geográficas continuas con ecosistemas claramente definidos que requieren manejo unificado. Para desarrollar este trabajo, el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras -INVEMAR en el 2003, estableció una guía metodológica para el manejo integrado de zonas costeras a fin de estandarizar los procesos de preparación, caracterización y diagnóstico de cada una de estas unidades. Los procesos en mención cuentan con la activa participación de los principales actores vinculados con el desarrollo del territorio marino-costero nacional como son el Departamento Nacional de Planeación -DNP, Ministerios y sus entidades adscritas, Armada Nacional de 4 DIMAR ejerce su jurisdicción hasta el límite exterior de la zona político-económica exclusiva en las siguientes áreas: aguas interiores marítimas, incluyendo canales intercostales y de tráfico marítimo, y todos aquellos sistemas marinos y fluviomarinos; mar territorial, zona contigua, zona económica exclusiva, lecho y subsuelo marinos, aguas suprayacentes, litorales incluyendo playas y terrenos de bajamar, puertos del país situados en su jurisdicción; islas, islotes, cayos y sobre los ríos limítrofes del país. (D.L 2324/84). 5 Aprobadas por el Consejo Nacional Ambiental, en año 2000 y 2001, respectivamente. 18 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” Colombia -Dirección General Marítima-DIMAR, COLCIENCIAS, centros e institutos de investigación, universidades, corporaciones autónomas regionales -CAR y de desarrollo sostenible -CDS, entidades territoriales y organizaciones no gubernamentales. De esta forma, se han adelantado acciones de manejo integrado de zonas costeras, en 8 de las 10 unidades ambientales costeras definidas en la Política: a) la Llanura Aluvial del Sur en el Pacífico; b) Unidad Ambiental Costera y Estuarina del río Sinú y Golfo de Morrosquillo; c) Caribe Insular; d) Darién; e) Alta Guajira; f) Magdalena; g) Málaga-Buenaventura; h) Vertiente Norte de la Sierra Nevada de Santa Marta. Estos estudios, han generado información base para definir estrategias de manejo, diagnósticos de la situación ambiental marino-costera, problemáticas específicas y la determinación de áreas de manejo con propósitos de protección, recuperación, uso y producción sostenible. Fueron elaborados también los lineamientos para una Política Nacional de Cambio Climático los cuales fueron adoptados por el Consejo Nacional Ambiental en el 2002 cuyo objetivo es identificar las estrategias requeridas para consolidar la capacidad nacional necesaria que permita responder a las posibles amenazas del cambio climático; responder a las disposiciones de la Convención de Nueva York sobre Cambio Climático, en términos de potencializar las oportunidades derivadas de los mecanismos financieros y cumplir con los compromisos establecidos. En materia de zonas costeras busca mejorar la capacidad de adaptación de zonas costeras e insulares a un posible aumento del nivel del mar. Así los lineamientos junto con el documento CONPES 3242 de 2003 que establece políticas para la mitigación del cambio climático, son instrumentos de política nacional que coinciden directamente con los compromisos y responsabilidades adquiridos por Colombia en el marco de los acuerdos internacionales suscritos. Es así como el Gobierno colombiano a través de las entidades del Sistema Nacional Ambiental como el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, IDEAM, INVEMAR y la Corporación para el Desarrollo sostenible del Archipiélago de San andrés, Providencia y Santa Catalina -Coralina así como del Ministerio de la Protección Social y el Instituto Nacional de Salud, formuló el proyecto Programa Nacional Integrado de Adaptación al Cambio Climático (vulnerabilidad y adaptación al cambio climático en ecosistemas de alta montaña, áreas insulares del Caribe colombiano y salud) por 5.4 millones de dólares, co-financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial. Este proyecto, cuyo objetivo es definir e implementar medidas de adaptación piloto y opciones de política que preparen al país para resolver anticipadamente los efectos negativos del cambio climático, busca: garantizar el suministro de agua dulce en el Archipiélago de San Andrés y Providencia donde se prevén cambios en el régimen hidrológico; proteger los corales del Rosario, San Bernardo e Isla Fuerte que serían afectados por el incremento del nivel del mar; preparación para la reducción de la oferta hídrica en el páramo de Las Hermosas (Tolima y Valle del Cauca); y controlar el potencial incremento de morbilidad y mortalidad por dengue y malaria debido al incremento de la temperatura y la humedad en algunas regiones del país. Adicionalmente se busca incluir el tema del cambio climático en las agendas sectoriales a través de la elaboración de la Segunda Comunicación Nacional de Colombia ante la Convención Marco de las Naciones Unidas Sobre Cambio Climático -CMNUCC, a partir de las mesas sectoriales, el proyecto pretende entre otros, junto con el Departamento Nacional de Planeación la elaboración del documento CONPES sobre la Política Nacional de Cambio Climático. En términos de investigación, el IDEAM lidera el proyecto Piloto Nacional Inte- 19 Comisión Colombiana del Océano grado de Adaptación INAP – cuyo componente marino costero es trabajado por el INVEMAR junto con CORALINA. En materia de calidad de aguas marinas, el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras -INVEMAR a través de la Red de Calidad Ambiental Marina -REDCAM realiza el seguimiento a las condiciones de la calidad de las aguas marino-costeras del país, identificando las principales fuentes de contaminación como son los vertimientos domésticos, los efluentes industriales, las actividades agropecuarias y las actividades portuarias. Así mismo, las Direcciones de Desarrollo Territorial, de Ecosistemas y el grupo de Recurso Hídrico del Ministerio junto con INVEMAR y las respectivas CAR, trabajan en la armonización de los planes de manejo y ordenación del recurso hídrico con los planes de ordenamiento del territorio atendiendo además, el manejo integrado de zonas costeras. Respecto a las medidas de conservación, rehabilitación y/o restauración de los ecosistemas marinos y costeros, para preservar la diversidad biológica y garantizar la sostenibilidad de bienes y servicios ambientales, mediante un memorando de entendimiento suscrito entre la Unidad Administrativa Especial del sistema de Parques Nacionales Naturales, Conservation International –CI, The natural Conservancy –TNC, World Wide Fund for Nature –WWF, INVEMAR, Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt,Dirección Nacional de Planeación, Fundación Natura, Comité Colombiano de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza -UICN, -Wildlife Conservation Society –WCS, Patrimonio Natural y las seis instancias regionales Sistema Regional de Áreas Protegidas (Caribe, Andes nororiental, Amazonia Orinoquia, Pacífico suroccidental, Pacífico noroccidental), se formuló de forma participativa el Plan de Acción del Sistema Nacional de Áreas Protegidas SINAP que tiene como objetivos específicos la representatividad, articulación y armonización de los procesos de planificación, fortalecimiento de capacidades, sostenibilidad financiera, participación, relacionamiento intersectorial, conocimiento y educación y comunicación; se desarrollan diferentes procesos de declaratoria nuevas áreas marinas protegidas, específicamente para Bahía Portete, Playona-Acandí y Bahía Málaga, entre otros. Se han concertado para cada uno de los procesos planes de trabajo interinstitucionales, la identificación y priorización de áreas para conservación continentales en escala 1:500.000 cruzando la información contra procesos sectoriales por parte de Parques Nacionales Naturales y prioridades de conservación para áreas marino-costeras por parte de INVEMAR en asocio con The Nature Conservancy. Las áreas protegidas, con zonas costeras y marinas, actualmente cuentan en sus respectivos planes de manejo con líneas de investigación para el conocimiento y la protección de los ecosistemas. Las áreas protegidas con líneas de investigación en marcha son: Corales del Rosario y de San Bernardo, Los Flamencos, El Corchal, Old Providence, Tayrona, Ensenada de Utría, Gorgona y Malpelo. De otra parte la Unidad de Parques Nacionales en el marco del Programa de Monitoreo adelanta estudios sobre la presión de los recursos hidrobiológicos en Old Providence, Los Flamencos, Tayrona, Isla de Salamanca, Corales del Rosario y de San Bernardo, Ensenada de Utria y Sanquianga. Con relación a la protección de especies se trabaja en la formulación de distintos planes como: el Plan de Monitoreo y Seguimiento de las Poblaciones Naturales de las Tortugas Marinas en el Caribe y el Pacífico Colombiano; el Plan Nacional para la Conservación y Protección de las Especies Migratorias de la Biodiversidad Colombiana, el Plan de Acción Nacional de Tiburo- 20 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” nes, en proceso se encuentra la formulación del Plan de Acción Nacional para Mamíferos Acuáticos y se trabaja activamente en la regulación del Caracol Pala, especie CITES. El Ministerio con miras a facilitar el desarrollo de las actividades productivas que se realizan en los espacios oceánicos y las zonas costeras ha elaborado lineamientos ambientales; es así como en el Sector Transporte, se determinaron las competencias tanto del MAVDT como de las CAR (Decreto 1220 de 2005) para expedir las licencias ambientales incluyendo actividades en zonas costeras, además se participa en la expedición del documento CONPES de expansión portuaria cada dos años. Para el sector de minas y energía, se elaboró la “Guía Ambiental para Exploración Sísmica Marina en Aguas Oceánicas Colombianas” y los términos de referencia para la elaboración de los estudios ambientales para la exploración y explotación de hidrocarburos en aguas marinas colombianas. En el sector de la pesca, el Ministerio hace parte del Comité Ejecutivo para la Pesca, junto con el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural y el Instituto Colombiano Agropecuario -ICA, en el cual se sugieren las cuotas de aprovechamiento de los recursos pesqueros. Para este análisis las entidades adscritas y vinculadas al Ministerio con la Unidad Administrativa Especial del Sistema de Parques Nacionales Naturales, el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras -INVEMAR y el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas Sinchi proveen de la información técnico-cientifica necesaria para la toma de decisiones. En la protección de los recursos hidrobiologicos, el Ministerio trabaja en la reglamentación que definirá los requisitos y criterios para que un recurso hidrobiológico pueda ser considerado pesquero. Es así como el Ministerio ha venido trabajando incansablemente para proporcionar un ambiente marino y costero sano y de esta manera contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de la población costera. A estos esfuerzos tan importantes la Comisión Colombiana del Océano -CCO de la cual hace parte el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial adoptó la Política Nacional del Océano y los Espacios Costeros (PNOEC), cuyo objetivo es promover el desarrollo sostenible del océano y los espacios costeros, así como de los intereses marítimos de la Nación, mediante la estructuración concertada y la puesta en marcha de estrategias que permitan garantizar la cabal administración, aprovechamiento económico, beneficio público, conservación del ambiente, desarrollo sociocultural, vigilancia y control de dichos espacios jurisdiccionales, en la cual el Ministerio participó como miembro de la CCO y trabajó en la integración de objetivos y estrategias de la Política Nacional Ambiental para el Desarrollo Sostenible de los Espacios Oceánicos y las Zonas Costeras e Insulares de Colombia (PNAOCI). De esta forma, en Colombia se ha venido construyendo un escenario político y de planificación con miras al manejo integrado de zonas oceánicas, costeras e insulares, a lo largo de estos 40 años de gestión de la Comisión Colombiana del Oceáno, antes Comisión Colombiana de Oceanografía, todas las instituciones del Estado han participado en la construcción de la institucionalidad, las políticas y estrategias de desarrollo marinas y costeras. 21 La Gestión Ambiental Marina y Costera en Colombia: Un reto institucional C.N. Francisco A. Arias-Isaza y Paula Cristina Sierra-Correa I ntroducción La zona costera cubre alrededor del 15% de la superficie de la Tierra y es allí donde las 2/3 partes de la población del mundo vive y desarrolla sus actividades; además contiene una alta cantidad de ecosistemas de importancia por los recursos que proveen, la protección que ofrecen y la riqueza que representa para los países que los poseen. Uno de los factores más importantes en el incremento de los procesos de cambio en la zona costera es el rápido crecimiento demográfico, la concentración de población y el desarrollo industrial y de infraestructura, lo que genera una necesidad de desarrollo socioeconómico, que a su vez constituye un factor de presión ambiental. En Colombia, aunque sus zonas costeras están ocupadas por menos de la cuarta parte de la población total del país (9,58%) (DANE, 1993), en los últimos años, se ha visto acelerado el crecimiento industrial, turístico y los desplazamientos de población debido a problemas de orden público. Cabe mencionar además, que en el área del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina (52.5 Km2) actualmente la densidad poblacional es de 2.272 habitantes / km2, constituyéndose en una de las áreas insulares más pobladas del mundo, con una tasa anual de crecimiento promedio de 2.8 habitantes (PDM San Andrés, 1997). Los primeros reconocimientos internacionales de la necesidad de un modelo de gestión ambiental para evitar los problemas que toman lugar en la zona costera se hicieron en la Convención de Estocolmo Sobre el Hombre y el Medio Ambiente (1972), pero fue durante la Conferencia Sobre Medio Ambiente y Desarrollo realizada en Río de Janeiro (1992) que el 22 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” tema fue explícitamente incorporado en el documento Agenda 21 capítulo 17 y en los convenios de Cambio Climático (UNFCCC, 1992) y de Diversidad Biológica (CBD, 1992), éste último con el Mandato de Yakarta (CBD, 1995) como consenso global sobre la importancia de la biodiversidad marina y costera y la adopción e implementación de un modelo de gestión, denominado manejo integrado de zonas costeras (MIZC). Conscientes de la importancia de las zonas costeras y sus recursos y de las necesidades de implementar medidas para su manejo y protección, Colombia, a través del Ministerio del Medio Ambiente adoptó los convenios de biodiversidad y cambio climático (Ley 65 de 1994 y Ley 64 1995 respectivamente) y a partir de 1996 con asesoría del Departamento Nacional de Planeación –DNP, el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras –INVEMAR y otras entidades del SINA, comenzó a elaborar la Política Nacional Ambiental para el Desarrollo Sostenible de los Espacios Oceánicos y las Zonas Costeras e Insulares de Colombia, cuyos lineamientos fueron aprobados en 1998 por el Consejo Nacional Ambiental , su adopción formal tuvo lugar en diciembre de 2000 y su implementación está en curso. Antecedentes de la Gestión Ambiental Marina y Costera A pesar de contar con costas sobre el Océano Pacífico y el Mar Caribe, de tener el reconocimiento internacional de la importancia de éstos y de las primeras aproximaciones al ejercicio de la soberanía sobre ellos, Colombia ha prestado poca atención a sus mares y por lo tanto ha tenido un pobre acercamiento a ellos y a sus recursos (Steer et al., 1997). El aprovechamiento de los recursos marinos ha tenido un desarrollo pequeño proporcionalmente con los recursos terrestres. El evidente retardo del aprovechamiento de los mares en Colombia se debe a la falta de su conocimiento, a los insuficientes recursos humanos capacitados y a la falta de capital para llevar a cabo grandes inversiones, lo que ha impedido que el país se haya lanzado en forma decidida a explorar y explotar los mares y sus recursos (Steer et al., 1997). En sus inicios la política marina en Colombia estaba dominada por asuntos de orientación internacional relacionados con la delimitación de su jurisdicción marítima y con las disputas legales internacionales. Las primeras acciones importantes en el reconocimiento del mar y las zonas costeras como un recurso importante para el país empezaron en los años 60, cuando surgió la necesidad de establecer una Facultad de Ciencias del Mar (1962) y crear la Comisión Colombiana de Oceanografía -CCO (1969). A principio de 1970, en la medida que los asuntos de delimitación se hacían más conspicuos, el papel de liderazgo fue asumido por la Armada Nacional y su Dirección General Marítima y Portuaria -DIMAR, la cual había sido creada en 1954 y reestructurada durante el año de 1971. Durante esta década la DIMAR junto con instituciones como la CCO, La Universidad Jorge Tadeo Lozano y el Fondo Colombiano de Investigaciones Científicas y Proyectos Especiales “Francisco José de Caldas” –COLCIENCIAS, auspiciaron una serie de seminarios nacionales sobre el desarrollo de las ciencias y tecnologías del mar en Colombia (1971, 1973, 1977). En la década de los 80 se llevó a cabo el primer plan de desarrollo de las ciencias y las tecnologías del mar (1980), el plan maestro de desarrollo marítimo (1984) y el proyecto de desarrollo y 23 Comisión Colombiana del Océano administración de la zona costera colombiana en el mar Caribe (1984), presentándose en esta década un pico promisorio en el tema de manejo integrado de zonas costeras en Colombia, solo que proveniente de instituciones independientes y aislado de los intereses de desarrollo nacional. La década de los años noventa constituye un marco cronológico de referencia indispensable para comprender los cambios que están sucediendo en la gestión costera en Colombia. En este periodo, se reconocen como trascendentales tres hechos: Un replanteamiento de la acción y la gestión del Estado de manera que oriente sus políticas hacia la conservación y manejo sostenible del medio ambiente, evidente a partir de la promulgación de la Constitución de 1991. La Constitución le otorga al Estado la obligación de involucrar el componente ambiental en su gestión, al señalar que el Estado planificará el manejo y aprovechamiento de los recursos naturales, para garantizar su desarrollo sostenible, su conservación, restauración o sustitución, además de prevenir y controlar los factores del deterioro ambiental e intervenir en la economía para la preservación de un ambiente sano (Artículo 79, 80 y 334 de la Constitución de 1991). Aunque hasta la fecha, no se contempla particularmente la gestión marina y costera, constituye un gran avance para la Nación, que el tema ambiental cobre vida a través de la Carta Magna. A finales de 1993, con la creación del Ministerio del Medio Ambiente (MMA) (Ley 99 de 1993) como ente rector de la gestión ambiental del país y regulador de acciones referentes a la recuperación, conservación, protección, ordenamiento, manejo, uso y aprovechamiento de los recursos naturales renovables y del ambiente de la Nación, se establece el Sistema Nacional Ambiental –SINA, integrado por las Corporaciones Autónomas Regionales y de Desarrollo Sostenible –CAR, autoridades ambientales encargadas del seguimiento y control de las políticas emitidas por el MMA y los Institutos de Investigación (INVEMAR IIAP, IDEAM, SINCHI y Alexander von Humboltd), encargados de brindar asesoría al Ministerio y las CAR en materia técnico-científica. En este momento histórico, sigue siendo notoria la falta de una definición clara relacionada con la gestión de la zona costera, sin embargo, tácitamente, el esquema institucional adoptado para el tema es el mismo SINA, solo que teniendo en cuenta, exclusivamente las entidades con injerencia en las zonas costeras. Cabe resaltar, que por primera vez se adopta como soporte para la toma de decisiones el conocimiento científico, reflejado en la relevancia que se le da al INVEMAR como generador de información útil a la gestión. La preparación entre 1996 y 1999 de un escenario nacional y un instrumento de gestión ambiental marina y costera, denominado “lineamientos de política” de la que hoy se titula Política Nacional Ambiental para el Desarrollo Sostenible de los Espacios Oceánicos y las Zonas Costeras e Insulares de Colombia (en adelante se mencionará como Política Ambiental de Zonas Costeras). El proceso contó con la activa y decisoria participación de los principales actores vinculados con el desarrollo costero nacional (DNP, Ministerios y entidades adscritas, Armada Nacional, COLCIENCIAS, INVEMAR y otros Centros e Institutos de Investigación, Universidades, Corporaciones Autónomas Regionales y de Desarrollo Sostenible, entidades territoriales y organizaciones no gubernamentales). La Política se formuló en el marco conceptual de la gestión integrada de los ecosistemas. Esto implica reconocer la integración que existe entre la naturaleza y la cultura, siendo los seres humanos parte integrante de los ecosistemas. El enfoque por ecosistemas exige una gestión adaptable por tratar con la índole compleja y dinámica de los ecosistemas y con la esencia de una comprensión completa de su 24 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” funcionamiento. El propósito de esta estrategia es producir lo más pronto posible, ejemplos exitosos, concretos, dentro de las tres regiones costeras del país, por lo cual el énfasis debe hacerse en unas pocas zonas especiales de escala pequeña y en tiempo real (Minambiente, 2001). Iniciando el siglo XXI, Colombia define por primera vez su Política Ambiental de Zonas Costeras (Diciembre de 2000), en la que establece el modelo de gestión que deberá ser adoptado para la puesta en marcha del modelo de MIZC como estrategia de intervención en los espacios oceánicos y las zonas costeras e insulares colombianas. Situación Actual de la Gestión Ambiental Marina y Costera La gestión ambiental marina y costera vigente, es incipiente, tiene su primera expresión real a través de la Política Ambiental de Zonas Costeras y se espera que se desarrolle durante el siglo XXI. Sin embargo, desde 1998, ha tenido avances puntuales, tales como la implementación de los lineamientos de la política con la puesta en marcha de proyectos piloto para el desarrollo del MIZC en Colombia, con una destacada articulación del Ministerio del Medio Ambiente, las CAR costeras (CRC, CORPONARIÑO, CVC, CVS, CARSUCRE), La Unidad Administrativa Especial de Parques Nacionales Naturales -UAESPNN y los Institutos de Investigación (IIAP e INVEMAR). A nivel local se destaca el caso de estudio en la Unidad de Manejo Integrado –UMI GuapiIscuandé puesta en marcha a mediados de 1999; en lo regional, el de la Unidad Ambiental Costera –UAC Golfo de Morrosquillo - Río Sinú, iniciada a principios de 2000; y la declaratoria de San Andrés, Providencia y Santa Catalina como Reserva de Biosfera en noviembre de 2000. Estas experiencias piloto, han permitido la generación por primera vez en el país de una metodología común para abordar el tema de caracterización y diagnóstico de las zonas costeras colombianas en el esquema del MIZC. Así mismo y reflejado en dicha declaratoria y en la de la Ciénaga Grande de Santa Marta también como Reserva de Biosfera (noviembre de 2000), cobra vigencia para el país la integralidad en la definición de áreas marinas y costeras protegidas, dejando atrás el viejo esquema de protección única sobre ecosistemas y recursos marinos (por ejemplo, el Parque Nacional Natural Islas del Rosario) o solamente sobre el patrimonio biológico terrestre en la costa (caso Parque Nacional Natural Sanquianga). De otra parte, la iniciativa sobre la creación de la Comisión MIZC del Valle del Cauca vigente desde 1999, el proceso de fortalecimiento del SINA en el tema de MIZC, así como la articulación del MIZC con algunos planes de ordenamiento territorial reflejan las primeras experiencias tangibles de gestión costera. Finalmente, la generación y estimulo a la capacidad científica nacional, tanto en ciencias naturales como en ciencias socioeconómicas, para efectuar la investigación apropiada de base para la gestión costera, insta al INVEMAR a constituir el grupo interdisciplinario de investigación en MIZC, reconocido por COLCIENCIAS, y a la consolidación de alianzas estratégicas que pretenden incluir también profesionales de otros institutos de investigación 25 Comisión Colombiana del Océano (Instituto de Investigaciones Ambientales del Pacífico, Instituto de Investigaciones Alexander von Humboldt, Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas y el Centro de Control y Contaminación del Pacífico) y de la academia (Universidad EAFIT, Universidad del Norte, Universidad Javeriana, Universidad Nacional), así como planificadores de las CAR y otras entidades del SINA costero, al grupo de investigación en mención. Lo anterior, pretende contribuir con el establecimiento de la Red de Investigación Marino-Costera como escenario para la coordinación interinstitucional, compatibilización y optimización de la investigación y el desarrollo del sistema de información oceánico y costero, de acuerdo con la Política Ambiental de Zonas Costeras. Colombia es un país donde existen iniciativas de interés en la gestión costera a escala nacional, regional y local, con unos principios normativos generales y otros básicos, con una definición de instrumentos y un esquema preliminar de planificación plasmado en la Política Ambiental de Zonas Costeras; pero aún le hace falta ganar trascendencia institucional, afianzar el conocimiento científico de base para la toma de decisiones y estar suficientemente arraigadas en el tiempo, del mismo modo, que le es inminente consolidar las estructuras organizativas y administrativas específicas para desarrollar el tema. 26 P rograma N acional para la Conservación del Cóndor Andino en Bibliografía Colombia Políticas Públicas y otros asuntos claves para la gestión integrada de la Zona Costera Colombiana: Un análisis temporal de Metas y Desafíos Arenas-Granados, P. R esumen Se presenta y analiza de manera sintética el proceso en Colombia de construcción de políticas públicas, y otros asuntos estructurales relacionados con el manejo integrado de su zona costera durante el periodo 1968 - 2008. Se hace énfasis en las metas cumplidas, en su impacto en el territorio costero e insular nacional y, en especial, en los desafíos pendientes. Se constata que la existencia de una política explícita orientada a la sustentabilidad del singular y valioso territorio costero colombiano y de arreglos específicos de coordinación interinstitucional son logros relevantes. No obstante, aún quedan pendientes importantes retos: de carácter normativo, de fortalecimiento institucional, de clarificación de competencias, de formación de gestores públicos, de mayor apoyo para la investigación y el conocimiento interdisciplinario del litoral, entre otros. Finalmente se concluye que el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en Colombia está también íntimamente relacionado con la utilización respetuosa y responsable del territorio costero nacional, en el marco de los principios y asuntos estratégicos de la Política Nacional del Océano y Espacios Costeros, y de la visión colectiva, prospectiva y de largo plazo de 2019 Visión Colombia Segundo Centenario. Palabras clave: Manejo integrado de zona costera, sustentabilidad, desarrollo, territorio, política pública, Colombia. En el aislamiento retratado en el pueblo costeño de Macondo en Cien años de soledad, Gabriel García Márquez señalaba un aspecto fundamental de la geografía colombiana: Las tres cadenas septentrionales de los Andes se constituyeron en barreras históricas formidables a 27 Comisión Colombiana del Océano la comunicación entre las diversas regiones naturales del país; entre las altiplanicies andinas, con climas moderados en una continua y fría primavera, y el permanente calor sofocante y húmedo de más de 35 grados centígrados en las planicies, llanuras y selvas amazónicas, orinocenses, del Caribe y del Pacífico. Los Andes han dominado la topografía colombiana y las condiciones de vida de sus gentes. Un 9% del territorio se localiza entre los 1.000 y los 2.000 metros, en vertientes y valles interandinos de clima templado y confortable, y un 6% por encima de 2.000 metros en un constante clima primaveral5. Hasta hace solo sesenta años la sociedad colombiana prácticamente habitaba este 15% del territorio; dos terceras partes de la población en la década de los 60. El Macondo literario de García Márquez, como las poblaciones y sus gentes que en verdad han habitado cerca del mar, han estado históricamente aisladas de la nación andina, del centro de poder y decisión. Y ese aislamiento llegó a extremos: En 1903 el istmo colombiano, el territorio cálido y distante entre el Mar Caribe y el Océano Pacífico, se separó en la República de Panamá a instancias de Estados Unidos; noticia que, por el mismo aislamiento, llegó a la sociedad colombiana en los valles interandinos mucho tiempo después. La sabana del río Bogotá, el valle de Aburrá y el valle del Cauca, a más de 400 kilómetros del litoral, separados del mar por agrestes cumbres, abrigaron a Santa Fé de Bogotá, a Medellín y a Cali, las principales ciudades que han concentrado la vida política y económica nacional. Este carácter tropical y andino de Colombia, es una de las primeras razones que explican cómo su territorio costero y marítimo fue redescubierto también como un espacio de oportunidad y aprovechamiento, no solo vía de comunicación y campo de batallas, hasta prácticamente la década de los 70. La creación de la Comisión Colombiana de Oceanografía por el Gobierno de Lleras Restrepo en 1969 fue el primer paso visionario de este redescubrimiento. Tres días antes de vencer su mandato presidencial, y después de delimitar con los países vecinos buena parte de las áreas marinas y submarinas nacionales, el Presidente Alfonso López Michelsen logró en 1978 que el Congreso aprobase su iniciativa gubernamental para definir la jurisdicción marítima colombiana (La Ley 10 de 1978). Un logro sin duda muy significativo, porque así el único país suramericano con dos océanos, pero olvidado del mar, se adelantaba a las regulaciones marítimas internacionales que emanaron de la Convención sobre el Derecho del Mar de la ONU adoptadas en Jamaica en 1982. Un año después Turbay Ayala, entonces Presidente, de la mano de Diego Uribe Vargas, su Ministro de Relaciones Exteriores, un experto internacionalista sobre el Derecho del Mar, estableció mediante cuatro decretos firmados el mismo día (el 2 de agosto de 1979), el marco político y normativo para poder ejercer la soberanía, el control de la contaminación marina y el aprovechamiento de los recursos naturales sobre la redescubierta Colombia costera y marítima. A continuación se tratará de mostrar, siguiendo la metodología de Barragán (2003)6, cómo la administración pública colombiana ha dado pasos muy significativos en el proceso de apropiación del litoral nacional, y por qué queda aún un largo camino para alcanzar su verdadera articulación que permita brindar oportunidades duraderas de bienestar con equidad a todos los nacionales, y en especial a las comunidades costeras tradicionalmente allí asentadas. 5 PALACIOS, M. y SAFFORD, F. 2002. Colombia. País fragmentado, Sociedad dividida. Grupo Editorial Norma. Colección Vitral. Bogotá. D.C. 413 p. 6 BARRAGÁN, J.M. 2003. Medio ambiente y desarrollo en áreas litorales. Introducción a la Planificación y Gestión Integradas. Servicio de publicaciones de la Universidad de Cádiz. Cádiz. 306 p. 28 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” Ya hay claras señales de la insostenibilidad de las formas de uso que se le vienen dando a este complejo espacio geográfico que se expresa tanto por los procesos de deterioro creciente de su base ecológica, como por los recurrentes conflictos entre sectores productivos y la diferencia en la distribución de la pobreza entre departamentos costeros y del interior. El paradigma del Desarrollo, que se inauguró precisamente en Colombia a finales de la década de los 507, la práctica de su teoría del constante crecimiento económico como el único fin a alcanzar y de sus supuestamente universales referentes de bienestar, ha dejado también su huella en los litorales de la nación. Costas y mares constituyen un mosaico de ecosistemas, complejos, muy diversos y especialmente frágiles. Colombia es uno de los países con mayor diversidad biológica, ya que con sólo el 0.7% de la superficie continental posee cerca del 15% de la diversidad biológica mundial8. Los arrecifes coralinos, los bosques de manglar, las lagunas costeras y deltas, las praderas de pastos marinos, los sistemas de playas y acantilados y los fondos blandos sedimentarios de la plataforma continental y sus recursos, son una manifestación exuberante de su biodiversidad en el medio marino y costero. Ello es posible cuando se suma a un clima y una geología contrastados entre dos océanos, en la esquina septentrional y tropical de Suramérica, el cálido Caribe rico en especies, con la fría corriente de Humboldt en el Pacífico, rica en nutrientes. Pero su millón de kilómetros cuadrados de territorio marítimo y costero, incluyendo los municipios litorales -con y sin frente marítimo acusan críticos problemas. El Desarrollo ha dejado su huella. Los últimos cincuenta años de aplicación del discurso y práctica del Desarrollo en el espacio litoral han marcado la última fase histórica en la relación entre la Sociedad colombiana y su Naturaleza también marítima. Esta etapa se caracteriza por un creciente proceso de urbanización, de poblamiento avanzado y de enclaves industriales, acompañados por una drástica y rápida disminución en calidad y cantidad de la oferta de bienes y servicios ambientales, tanto del mismo espacio litoral como del marino. La función fuente de sus ecosistemas, como aparente despensa inagotable de recursos para alimentar el Desarrollo de esas olvidadas tierras, ha sido substancialmente acentuada. Igualmente esos ecosistemas costeros son de forma intensiva, el sumidero del cúmulo de desechos que el progreso genera. Ahora la escasez incremental de recursos naturales (agua, maderas, pesca, etc.), en muchas áreas, a más de su pérdida de calidad, es su aspecto más característico. Adicional a ello la apropiación excluyente del espacio costero terrestre en unas pocas manos, ya común desde la Colonia, se acentúa. La escasez estructural se afianza. La inequidad se expresa con fuerza. Unos pocos concentran las tierras, sus recursos naturales, y por tanto el poder en el área. La exclusión social se hace evidente. Los mayores niveles de pobreza y marginación de los colombianos están allí, en los litorales. El Desarrollo no es para todos. Más del 10% por ciento de los prácticamente cuarenta y tres millones de colombianos están asentados en los litorales, la mayor parte en ciudades costeras del Caribe. Su variedad de grupos étnicos: blancos, mestizos, afrocolombianos, indígenas y gitanos están entre la población más pobre. Cada vez más separados por la brecha creciente de los pocos muy ricos. La mayoría de 7 CARRIZOSA, J. 2003. Colombia de lo imaginario a lo complejo. Reflexiones y notas acerca de ambiente, desarrollo y paz. IDEA Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. D.C. 201 p. 8 INVEMAR. 2000. Programa Nacional de Investigación en Biodiversidad Marina y Costera PNIBM. Editado por J.M. Díaz Merlano y D.I. Gómez López. Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras. Santa Marta, FONADE, MMA. 80 p. 29 Comisión Colombiana del Océano los habitantes costeros, especialmente en las áreas rurales de Chocó, Córdoba, Nariño, Sucre, Magdalena, Cauca y Guajira presentaban en el censo de 2005 niveles de pobreza e indigencia similares a los que existían en los años sesenta. El cuerno de la abundancia del Desarrollo no ha llegado hasta ellos. A esta realidad se suma, que todavía, aún los no pocos esfuerzos, la corrupción en la administración pública no ha sido totalmente erradicada, además de una violencia cotidiana con profundas raíces históricas, y de una insurrección armada permanente de izquierdas y de derechas. Pero en este difícil contexto, y ante no pocos desafíos, se diseñaron y pusieron en funcionamiento normas, instituciones e instrumentos públicos de orden nacional para apropiar y gestionar mejor el territorio costero y marítimo nacional. Sin duda la reorganización en 1984 de la Dirección General Marítima y Portuaria - DIMAR- durante la Administración del Presidente Belisario Betancourt fue un importante hito. Igualmente inspirada en los principios y compromisos de Rio 92, la Ley Ambiental de 1993, impulsada por la Administración Gaviria, sentó las bases para la organización institucional pública del sector ambiental colombiano. Pero fue desde el mismo comienzo de este siglo XXI cuando el país empezó a contar con políticas explícitas e integrales también para la Media Colombia Marítima. Políticas que por su existencia colocan a la Nación en un lugar privilegiado en el contexto internacional para la gobernanza costera y oceánica. El proceso iniciado en 1996 por el entonces Ministerio de Medio Ambiente durante la administración del Presidente Samper Pizano, llevó a que el país contase con la política expresa para el manejo integrado de su territorio costero y marino (aprobada en diciembre del 2000 durante el Gobierno de Pastrana Arango): La Política Nacional Ambiental para el Desarrollo Sostenible de los Espacios Oceánicos y las Zonas Costeras e Insulares de Colombia –PNAOCI-9. La reestructuración de la Comisión Colombiana de Oceanografía (Decreto 347 de 2000) desembocó, por el interés de la administración de Pastrana Arango, y posteriormente por el empeño del actual Gobierno de Uribe Vélez, en que Colombia contase en el año 2007 con la Política Nacional del Océano y Espacios Costeros -PNOEC-10. Sin duda dos instrumentos de política, mutuamente complementarios, que deben con su apropiada implementación reorientar las formas de uso de las costas y el mar en el país, propendiendo por un mayor aprovechamiento, pero siempre tras las sendas de mayor equidad social y de una explotación ecológicamente más duradera. Sin embargo la PNAOCI, la política ambiental del territorio costero y marítimo, no ha sido suficientemente asumida por la administración pública nacional para su implementación, seguimiento, ajuste y evaluación. El Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, como entidad también responsable de su promoción y seguimiento, no tuvo, al menos en el periodo 2002-2006, a la PNAOCI en un lugar relevante en su agenda política. Esto ha generado también su débil apropiación entre las otras autoridades ambientales regionales y distritales, así como entre los municipios costeros. Urge que el Ministerio incremente sus capacidades para asumir de nuevo su papel para impulsar una mirada integrada y espacial para la gestión ambiental de la Colombia costera y oceánica. Ello solo será posible, si a su vez se hacen 9 MMA, 2000. Política Nacional Ambiental para el desarrollo sostenible de los espacios oceánicos y las zonas costeras e insulares de Colombia. Dirección General de Ecosistemas. Ministerio del Medio Ambiente. 114 p. 10 CCO. 2007. Política Nacional del Océano y Espacios Costeros PNOEC. Documento oficial. Comisión Colombiana del Océano. Bogotá. D.C. INVEMAR. Serie Documentos Generales No. 19. 56 p. 30 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” más permeables las fronteras sectoriales al interior de la misma estructura orgánica de esta autoridad, elevando este estratégico territorio para su gestión ambiental y territorial, a una instancia de coordinación por encima de las direcciones administrativas hoy existentes. Durante el actual Gobierno, la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Colombiana del Océano, logró después de casi una década de proyectos y lineamientos, que Colombia contase con una política del océano y de sus espacios costeros. La PNOEC atendió la recomendación del Documento CONPES 3164 de 200211, asumiendo algunos objetivos, metas y acciones previstas en la PNAOCI. El Plan de Acción de esta política, que debe aún formularse, constatará o no esta aseveración. No obstante la PNOEC constituye un hito tan importante para el país, como el redescubrimiento de este territorio en los años 60 y 70, que además de su delimitación, sentó las bases para su aprovechamiento, más allá del ejercicio de la soberanía. Pero los procesos de formulación y consulta de las políticas antes citadas, no solo brindó al país como productos finales las dos políticas explícitas. Sino también confirmó a su vez que su test de implementación solo será posible cuando, tras una profunda revisión de la compleja y desarticulada normativa existente, el país se aboque a la construcción de un nuevo marco legal para la gestión integrada de este territorio. Un nuevo modelo en sintonía con los desafíos ecológicos, sociales y económicos que hoy se imponen de cara al siglo XXI, que unifique y articule las dispersas normas, que derogue las no pocas obsoletas, y sobre todo, que llene el crítico vacío legal sobre jurisdicción y competencias. La superación de este problema, como el de la muy frecuente superposición de competencias entre autoridades, es un paso clave para que el proceso de formulación de políticas, no lleguen solo a la aprobación del documento, mientras que las realidades ecológicas y socioeconómicas en las costas y el mar acrecientan su cruda problemática. Es esperanzador que en los últimos años se hayan hecho varios esfuerzos para que Colombia cuente con una normativa mejorada para administrar con eficiencia y equidad su territorio costero y marino. La confianza está puesta en que el proyecto presentado al Congreso de la República, a comienzos del 2009, por la Procuraduría General de la Nación, no siga la senda que frustraron otros intentos previos. La institucionalidad pública para la gestión ambiental, y por lo tanto integrada, del territorio marino y costero es un asunto también de especial importancia. Ya a comienzos de los 90, en el marco de las reuniones nacionales preparatorias de la posición de Colombia ante la Cumbre de Río 92, se evidenció que los cambios que se veían venir, tanto a escala nacional como internacional, hacían urgente una reestructuración de la institucionalidad ambiental pública colombiana. La creación del Ministerio de Medio Ambiente y la organización del Sistema Nacional Ambiental fueron, un año después de la Cumbre, la respuesta del gobierno nacional. La Ley 99 de 1993 brindó esa demandada reestructuración, pero con una protuberante omisión, no clarificó las competencias de las autoridades ambientales costeras y marinas, a todas las escalas, no solo para la formulación de políticas, sino para de manera fundamental, ejecutarlas. La razón de ello estriba de nuevo en la tradicional visión mediterránea de impulsores y legisladores. En los primeros artículos de la Ley Ambiental, el mar y las costas colombianas solo se consideran como adyacentes al territorio de la nación (Numeral 1, Articulo 5to. Ley 99/1993). Esta situación no hace difícil comprender después como la institucionalidad pú11 DNP-CONPES. 2002. Política Nacional Ambiental para el Desarrollo Sostenible de los Espacios Oceánicos y las Zonas Costeras e Insulares de Colombia. Plan de Acción 2002 - 2004. Documento Conpes, 3164. Consejo Nacional de Política Económica y Social. República de Colombia. Departamento Nacional de Planeación – Ministerio de Medio Ambiente. Bogotá, D.C. 29 p. 31 Comisión Colombiana del Océano blica ambiental, especialmente las CAR12 litorales, no tienen en su gran mayoría una clara jurisdicción y competencia en el territorio costero. Algunas excepciones se evidencian no obstante entre las instituciones reorganizadas y creadas por esta Ley, relacionadas con la costa y el mar. El Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras –INVEMAR se ha convertido en el bastión para apoyar con conocimiento oportuno, las decisiones que deberían tomarse para la aplicación de la PNAOCI. Y la autoridad ambiental del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina (CORALINA), por contar con jurisdicción y competencias también en Mar Territorial y Zona Económica Exclusiva, se ha convertido en actor clave para la aplicación exitosa de esta política en el estratégico Archipiélago. Pero más allá del importante rol del Ministerio de Ambiente y de la DIMAR, en Colombia hay otras instancias con compromisos explícitos y relevantes para el también país marítimo. Aquí se debe insistir en el estratégico papel que viene desempeñando la Comisión Colombiana del Océano como instancia de asesoría, consulta, y de formulación y seguimiento de la política oceánica y costera nacional. La CCO aglutina a los principales actores nacionales vinculados directamente con el mar y las costas del país. La PNOEC, la reciente Política Nacional del Océano y de los Espacios Costeros, es el mejor ejemplo. Pero no faltan problemas. La CCO adolece de estar soportada principalmente por un solo sector público estatal vinculado a este estratégico territorio: la Armada Nacional en el Ministerio de Defensa Nacional. Además del Ministerio y la Armada, que han asumido desde sus inicios un papel vital para la Comisión, urge que los otros ministerios miembros e instituciones de carácter nacional, comprometan también recursos de personal y económicos para fortalecer este marco de coordinación, asesoría y de armonización de la política de la Colombia costera y oceánica. De ello dependerá sin duda que la PNOEC se ejecute, se evalúe, se ajuste, y que finalmente sea útil en el corto y largo plazo para los colombianos que viven y dependen del mar y del litoral. La visión a largo plazo es estratégica para dejar de lado el recurrente olvido histórico cuatrienal, el desafortunado ejercicio de reinventar el país que parcialmente se hace al instaurarse cada cuatro años un nuevo gobierno nacional. Este enfoque está en la base de la principal estrategia actual para el territorio marino y costero en Colombia. El Plan Visión Colombia: Segundo Centenario (conocido como Visión 2019), y su componente sobre el territorio marítimo y costero13 impulsado por la Administración Uribe desde el año 2005, intentan plasmar y poner a consideración de todos los actores políticos y sociales, una visión de futuro realizable. Visión también orientada a la protección y restauración de la Naturaleza singular costera y marítima, como a afrontar y superar los críticos problemas de equidad social y de pobreza, en el marco de las metas y estrategias de Colombia para el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio – 2015 (Documento CONPES 91 de 200514). Visión 2019 deberá entonces cimentar el proceso también actual de construcción colectiva de las dos principales estrategias 12 Corporaciones Autónomas Regionales y las de Desarrollo Sostenible. 13 DNP. 2007. Aprovechar el territorio marino-costero en forma eficiente y sostenible. Propuesta para discusión. 2019 Visión Colombia II Centenario. Dir. Desarrollo Territorial Sostenible – Subd. Ordenamiento y Desarrollo Territorial. Departamento Nacional de Planeación. Bogotá, D.C. 124 p. 14 DNP-CONPES. 2005. Metas y estrategias de Colombia para el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio - 2015. Documento Conpes Social, 91. Consejo Nacional de Política Económica y Social. República de Colombia. Departamento Nacional de Planeación. Bogotá, D.C. 70 p. 32 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” específicas para la Colombia costera y oceánica: El Plan Nacional de Manejo Integrado de Zonas Costeras y el Plan de Acción de la PNOEC. Y de las grandes líneas de acción deben derivarse instrumentos. Ellos son el puente para convertir las políticas públicas en hechos. Sobre los instrumentos estratégicos y operativos para el Manejo Costero Integrado en Colombia, es claro que el país tiene pocos de los primeros y varios de los segundos. Se carece aún de un instrumento estratégico para aplicar la política de gestión costera. Sin embargo el valor y legitimidad logrado en el proceso de formulación y validación social de los Planes MIZC15, a escala subregional y local, impulsados por el INVEMAR, con el apoyo de las autoridades ambientales costeras, es de por sí ya un gran avance. Estos planes ya formulados, y otros en trance de serlos, para algunas Unidades Ambientales Costeras y Unidades de Manejo Integrado, en sintonía con la política PNAOCI, son en esencia el instrumento estratégico para encontrar y llevar a cabo colectivamente respuestas concretas a la problemática ambiental, y por lo tanto la social también, de algunas áreas costeras del litoral colombiano. La Metodología COLMIZC16 utilizada para formular estos planes ha probado su validez. Ahora el asunto es que estos instrumentos puedan ser también debidamente aprovechados por las varias autoridades con alguna competencia en el área. Aquí de nuevo los vacíos legales, la duplicidad de competencias y los problemas de jurisdicción entre instituciones implicadas, dificultan su puesta en práctica. Pero hay otro aspecto clave que determina frecuentemente si la administración pública tiene o no una perspectiva integrada para la gestión de su litoral. Colombia tiene grandes fortalezas para la formación superior de todos los niveles en biología y ecología marina. Lo ha hecho bien. Pero esta área del conocimiento aún siendo relevante, no es suficiente para comprender a cabalidad la realidad compleja de los litorales y mares tropicales colombianos. El país manifiesta una seria debilidad estructural en el campo de las ciencias del mar, en las ciencias sociales y jurídicas, en las ciencias aplicadas, que son indispensables también para que los nacionales avancen efectivamente en la apropiación integral del territorio costero y marino. Urge por ello fortalecer tanto los programas de grado en otras disciplinas, como los escasos programas formales de postgrado existentes sobre manejo costero integrado. Al mismo tiempo se debe fortalecer la actualización, así como la interdisciplinariedad y el enfoque integrado, entre los gestores vinculados a la gestión pública de este territorio, que en la mayoría de los casos cuentan tan solo con una formación disciplinada en biología o en oceanografía física. Sin embargo el llevar a cabo estas tareas, siempre requiere recursos. En la administración pública por lo general el monto de las inversiones para un asunto, es la medida cierta sobre la real importancia de ese asunto en la agenda política. Y por ello puede aquí afirmarse, a partir de investigaciones previas17, que hasta ahora en Colombia la aplicación de la política ambiental de gestión integrada de su territorio costero y marítimo no ha sido una prioridad. Se evidencia una profunda asimetría entre el monto de las inversiones realizadas para el Desarrollo por ejemplo de los planes de expansión portuaria o del turismo en el litoral, y los dineros públicos asignados para resolver los conflictos, desde una perspectiva espacial e integrada, entre 15 Planes de Manejo Integrado de la Zona Costera. 16 Metodología colombiana para el Manejo Integrado de la Zona Costera. 17 ARENAS-GRANADOS, P. (en prensa). Análisis de los asuntos estructurales para el Manejo Costero Integrado en la República de Colombia. Univ. de Cádiz. Cádiz (España). 116 p. 33 Comisión Colombiana del Océano esos mismos sectores que comparten una misma porción del litoral. Los recursos efímeros asignados para la ejecución del Plan de Acción de la PNAOCI en el 2002, y el desbalance en la captación de las rentas propias entre las autoridades ambientales costeras, por carecer comparativamente el país de grandes núcleos urbanos en el litoral, no han favorecido ni en el pasado ni en el presente los medios para trascender al documento de política. Para terminar deben mencionarse dos asuntos claves para la gestión integrada del litoral no menos importantes: La información y la participación. El primer asunto relacionado con la investigación y el conocimiento previo requerido para que los gestores públicos del territorio de interés tomen buenas decisiones, y el segundo para garantizar un marco democrático en las decisiones que afectan a todos los usuarios costeros. Colombia cuenta con una adecuada plataforma para la investigación costera y marina, y con una cultura de la participación ya establecida. Pero hay problemas. Esta plataforma adolece de un fuerte sesgo hacia áreas del conocimiento biológicas y ecológicas, insuficientes para la toma de buenas decisiones de gestión. La complejidad del sistema litoral obliga a la interdisciplinariedad para su cabal comprensión. Por el otro lado, la participación ya es un hecho en el seno del Comité de Manejo Integrado de Zona Costera de la CCO. Sin embargo parece necesaria la creación al interior de la máxima autoridad ambiental, el Ministerio de Ambiente, de una comisión o instancia interinstitucional responsable de la coordinación y seguimiento de la aplicación de la política de manejo costero integrado. Esta cartera carece actualmente de órgano colegiado alguno para tomar decisiones apropiadas relacionadas con la aplicación de la PNAOCI. Finalmente del breve análisis aquí presentado podemos confirmar la evidencia que creemos más importante. Ya la sociedad colombiana mira sin duda por encima de sus cordilleras andinas. En los empeños comunes de los distintos gobiernos nacionales en las últimas cuatro décadas, se ha quedado atrás aquel dicho: vivimos de espaldas al mar. Existe ya el reconocimiento político expreso, y de buena parte de la sociedad, que el país también limita con Costa Rica, Honduras, Nicaragua, Jamaica, Haití y República Dominicana. Que más de la mitad del territorio nacional está constituido por municipios costeros, aguas interiores marítimas, Mar Territorial y Zona Económica Exclusiva. Ahora nos cabe a todos los colombianos, incorporar este vasto territorio al bienestar duradero de su Sociedad. Se cuenta ya con políticas legítimas y específicas expresas que apuestan por su sustentabilidad. También con una visión a largo plazo. Los grandes desafíos están fijados y ya existe la decisión política para abordarlos. Acometer ahora su implementación es pertinente. Pueblos costeros como Bocas de Aracataca en el Caribe, o Togoromá en el Pacífico, son ahora también el centro de la Nación. 34 P rograma N acional para la Conservación del Cóndor Andino en Bibliografía Colombia Sector Portuario Colombiano Actividades tráfico portuario Grupo Asuntos Portuarios – Ministerio de Transporte A ntecedentes y Generalidades El Ministerio de Transporte de acuerdo a lo establecido en el Artículo 1° del Decreto 2053 de 2003, tiene como objetivo entre otros, la formulación y adopción de las políticas, planes, programas, proyectos y regulación económica en materia de transporte, tránsito e infraestructura de los modos de transporte carretero, marítimo, fluvial, férreo y aéreo, así como la regulación técnica en materia de transporte y tránsito de todos los modos de transporte; en consecuencia y como ente rector del sector, formula entonces la política en materia de infraestructura de Transporte a nivel nacional, establece los planes, programas y proyectos y realiza el seguimiento que el Gobierno Nacional debe desarrollar a través de las entidades que forman parte del sector: Instituto Nacional de Vías - INVIAS, Instituto Nacional de Concesiones - INCO, Corporación Autónoma Regional del Río Grande de la Magdalena – CORMAGDALENA, Unidad Administrativa Especial de Aeronáutica Civil, Superintendencia de Puertos y Transporte y sus organismos de Asesoría y Coordinación del Sector: Consejo Consultivo de Transporte y la Dirección General Marítima - DIMAR, quien está sujeta a una relación de coordinación con el Ministerio de Transporte, en los términos establecidos por la Ley 105 de 1993. El Decreto 2053 de 2003, en su Artículo 18 previó la creación de la Dirección de Infraestructura, asignándole funciones de asesoría, planificación, coordinación y seguimiento a proyectos de infraestructura de transporte a cargo de la Nación para los diferentes modos de transporte, entre ellos los temas relacionados con el sector portuario, con acatamiento de las disposiciones que regulan sus actividades de acuerdo a lo normado en la Ley 1ª de 1991 “Estatuto de Puertos 35 Comisión Colombiana del Océano Marítimos”, para la creación, mantenimiento y funcionamiento continuo y eficiente de los puertos al ser de interés público. Es así como dependiente de la Dirección de Infraestructura, se creó el Grupo Interno de Asuntos Portuarios al que le fueron asignadas competencias y funciones en materia portuaria, tales como: Elaboración para la presentación ante el CONPES del Documento Plan de Expansión Portuaria; Marco General de la reglamentación de condiciones técnicas de operación para los puertos colombianos; Habilitación de puertos para comercio exterior; Autorización a las Sociedades Portuarias de Servicio Privado para que movilicen “Carga de Terceros”, Asesorar y acompañar en temas técnicos, jurídicos y financieros y en los demás relacionados con la actividad portuaria, a las entidades que recibieron las competencias y funciones en materia de permisos y concesiones portuarias, así como preparar los conceptos sobre conveniencia y legalidad de las solicitudes de concesión portuaria. El Ministerio de Transporte es miembro de la Comisión Colombiana del Océano – CCO y participa en los siguientes comités: 1) Comité Nacional Interinstitucional de la Política Nacional del Océano y los Espacios Costeros – CNI PNOEC en la implementación de la política adoptada en el año 2007, 2) Comité Técnico Nacional de Manejo Integrado de Zonas Costeras - CTN MIZC en la estructuración del Plan Nacional de Manejo integrado de Zonas Costeras – PNMIZC y 3) Comité Técnico Nacional ERFEN. SOCIEDAD PORTUARIA REGIONAL DE SANTA MARTA Principales actividades desarrolladas en materia portuaria año 2008-2009 En cumplimiento a lo establecido en el artículo 2º de la Ley 1ª de 1991, donde se consagró la función de orientación, dirección, planificación y racionalización de las actividades portuarias y dado que es el Ministerio de Transporte quien debe presentar al CONPES para su aprobación cada dos años, los planes de expansión portuaria, conjuntamente con las diferentes entidades del sector portuario y en coordinación con el Departamento Nacional de Planeación – DNP, ha venido trabajando en la formulación del nuevo plan denominado: “PLAN DE EXPAN- 36 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” SIÓN PORTUARIA 2009 – 2011: PUERTOS PARA LA COMPETITIVIDAD Y EL MEDIO AMBIENTE”, con el fin de que sea aprobado en el primer semestre del año 2009 por el Consejo Nacional de Política Económica y Social con la expedición del Documento Conpes respectivo, el cual dará continuidad a la política portuaria del Gobierno Nacional. Participación activa en las Mesas de Trabajo que se conformaron en el COMITE NACIONAL DE SANIDAD PORTUARIA, Coordinado por el Ministerio de la Protección Social, dentro de un grupo interdisciplinario conformado por representantes de las diferentes entidades comprometidas en el control sanitario y funcionamiento de los terminales portuarios a niveles nacional, seccional, regional, distrital, metropolitano y municipal respectivamente. Se trabajó durante el año 2008 en el proyecto de decreto sobre sanidad portuaria, que tiene por objeto reglamentar la vigilancia y control sanitario y en salud pública en los puntos de entrada y terminales, movilización internacional de viajeros, mercancías y medios de transporte. Con la consultoría desarrollada por la firma INCOPLAN S.A. se recibió en julio de 2008 el Informe Final de la Actualización del Estudio de Ordenamiento Físico, Portuario y Ambiental de los Litorales Colombianos, con el fin de implementar el Plan Integral de Ordenamiento Portuario - PIOP, acogiendo la recomendación del Documento Conpes 3342 de 2005. Se llevaron a cabo las negociaciones con las Sociedades Portuarias Regionales de Santa Marta, Barranquilla y Buenaventura para las modificaciones a las condiciones de los contratos de concesión portuaria y ampliación del plazo de los mismos, suscribiéndose los otrosís respectivos a través del INCO y CORMAGDALENA. Se resalta que las inversiones que harán estas sociedades portuarias ascienden a un monto de 757 millones de dólares. SOCIEDAD PORTUARIA REGIONAL DE CARTAGENA Se realizó el seguimiento a los compromisos establecidos con la Sociedad Portuaria Regional de Buenaventura y firmados en presencia del señor Presidente de la República, entre representantes de la Nación y la Sociedad Portuaria, con ocasión de la situación de emergencia vivida en Buenaventura en el año 2007 y la congestión del Terminal Marítimo. Se divulgó el nuevo Código Nacional de Navegación y Actividades Portuarias Fluviales – Ley No. 1242 de 2008 y participación en las diferentes mesas de trabajo con el Invías y Cormagdalena para la reglamentación de dicha ley. 37 Comisión Colombiana del Océano Participación en mesas de trabajo sobre el proyecto de ley “Responsabilidad Social Empresarial – RSE” lideradas por la Fundación Iberoamericana para el Transporte Sostenible, Responsabilidad Social y Ambiental - FITS, Congresistas ponentes del proyecto, Dimar y sector privado. Participación en mesas de trabajo conjuntas con Presidencia de la República para la elaboración y revisión del proyecto de decreto que determinará los límites de las competencias para la administración y vigilancia de las Zonas de Uso Público entre la Dimar, los Municipios y los Distritos, donde se ubican estas zonas, al igual, que la defensa y protección de los bienes de uso público en litorales, playas y terrenos de bajamar, como un manejo integrado de la zona costera. Participación activa en las mesas de trabajo relativas a la definición de las políticas sobre los scaners en los puertos marítimos. En desarrollo del Documento CONPES 3469 de 2007 “Lineamientos para el control de la mercancía y la seguridad en los nodos de transferencia de comercio exterior”, el Comité de Logística coordinado por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo concertó un Plan de Acción para la implementación del modelo de inspección simultánea donde participan además de esa Cartera Ministerial, el Ministerio de Transporte, DIAN, INVIMA, ICA y la Policía Antinarcóticos. Participación en las mesas de discusión y búsqueda de soluciones a la problemática laboral de los trabajadores portuarios de Buenaventura: En el año 2008 se realizaron diferentes reuniones en Bogotá, Cali y Buenaventura con participación del Ministerio de Transporte, Superintendencia de Puertos y Transporte, Ministerio de Protección Social, Operadores Portuarios, Sociedad Portuaria Regional de Buenaventura y Sindicalistas representantes de Trabajadores Portuarios para tratar problemática de condiciones laborales y salariales de estos trabajadores. Luego de un proceso que había tomado varios años se logró, conjurar un paro de trabajadores portuarios en Buenaventura, se demostró que los ingresos de los trabajadores eran superiores a los devengados por trabajadores portuarios del Caribe, se mejoraron los ingresos en un 5% a partir del mes de diciembre de 2008 y se logró un incremento anual equivalente al IPC, a partir del mes de enero de cada año empezando en el 2009. Con estos resultados se beneficiaron 1.500 trabajadores y representa un incremento anual por valor de $2.500 millones. Lo anterior quedó plasmado en un acuerdo suscrito el día 28 de noviembre de 2008 con funcionarios del Ministerio de Protección Social, Ministerio de Transporte, Sociedad Portuaria Regional de Buenaventura, Alcaldía Municipal de Buenaventura y Sindicalista de Buenaventura. SOCIEDAD PORTUARIA REGIONAL DE BUENAVENTURA 38 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” Tráfico Portuario y su evolución En cuanto al tráfico portuario efectuado en el año 2008, se movilizaron en el país a través de las diferentes zonas portuarias un total de 120 millones de toneladas, de las cuales 112 millones (93,6%) correspondieron a comercio exterior, en donde se destacan las zonas portuarias de Santa Marta – Ciénaga y la Guajira con cerca del 57% del total de movilización; así mismo, la carga de trasbordo y tránsito internacional representó un 5,9%, en donde la región portuaria de Cartagena registra la mayor participación con la Sociedad Portuaria Regional de Cartagena, tal y como se muestra en la tabla a continuación: Tráfico portuario por Zona Portuaria - Año 2008 (toneladas) Zona Portuaria C. Exterior Fluvial Tránsito Santa Marta - Ciénaga 35.460.013 598 - 9.837 35.470.448 29,6% Guajira 32.402.295 - - - 32.402.295 27,0% Cartagena 13.803.553 155.673 78.509 5.567.507 19.605.241 16,3% Golfo de Morrosquillo 14.444.240 1.789 - - 14.446.029 12,0% Buenaventura 9.252.491 2.829 - 1.440.050 10.695.371 8,9% Barranquilla 6.013.607 109.499 134.630 4.504 6.262.240 5,2% Tumaco Total Participación 884.134 9.462 - - 893.596 0,7% 57.409 92.922 - - 150.330 0,1% 112.317.742 372.772 213.138 7.021.898 119.925.551 100,0% 93,6% 0,3% 0,2% San Andrés Islas Total Cabotaje Participación 5,9% 100,0% Fuente: Supertransporte En cuanto al tipo de carga movilizada por los puertos colombianos, se observa la predominancia histórica que el carbón tiene en el comercio exterior colombiano, movilizado principalmente por las zonas portuarias de la Guajira y Santa Marta – Ciénaga, que representa cerca del 60% del total del comercio exterior; seguido por las exportaciones de granel líquido, representado en su mayoría por petróleo y sus derivados, los cuales se manejan principalmente por la región portuaria del Golfo de Morrosquillo. Evolución del tráfico portuario de comercio exterior por tipo de carga (tons.) Tipo de Carga 2006 Participación 2007 2006 Participación 2008 2007 Participación 2008 Carbón al granel 57.652.776 58,1% 63.350.398 59,2% 64.972.553 57,8% Granel líquido 18.586.578 18,7% 18.471.222 17,3% 22.365.905 19,9% Contenedores 9.156.370 9,2% 10.104.906 9,4% 10.303.133 9,2% Granel sólido 8.664.049 8,7% 8.148.310 7,6% 8.408.636 7,5% General 5.159.437 5,2% 6.883.366 6,4% 6.267.515 5,6% 99.219.210 100% 106.958.203 100% 112.317.742 100% Total Fuente: Supertransporte 39 Comisión Colombiana del Océano Por otra parte, las Sociedades Portuarias Regionales – SPR movilizaron 30 millones de toneladas en 2008, de las cuales 23 millones de toneladas (77%) corresponden a comercio exterior, representando el 26,8% del total del comercio exterior colombiano movilizado por transporte marítimo. Se destaca la SPR de Buenaventura movilizando el 33 % del total del tráfico portuario de las SPR de servicio público y el 36,7% del comercio exterior por este grupo de puertos. Tráfico Portuario por Sociedades Portuarias Regionales – 2008 (tons) Sociedad C. Exterior Cabotaje Tránsito Total Portuaria Regional Participación Participación SPR Total Buenaventura 8.523.775 - 1.440.050 9.963.826 33,1% 29,6% Cartagena 3.683.294 - 5.414.303 9.097.598 30,2% 27,0% Santa Marta 7.175.683 598 9.837 7.186.118 23,9% 21,3% Barranquilla 3.785.783 32.697 4.504 3.822.984 12,7% 11,3% 30.872 9.462 40.334 0,1% 0,1% 23.199.408 42.757 30.110.859 100,0% 89,3% Tumaco Subtotal SPR - 6.868.695 Fuente: Supertransporte Este documento ha sido preparado para ser publicado con ocasión de la conmemoración de los 40 años de la CCO. 40 P rograma N acional para la Conservación del Cóndor Andino en Bibliografía Colombia La Pesca en Colombia Un Recurso en Permanente Riesgo Subgerencia de Pesca y Acuicultura Instituto Colombiano Agropecuario- ICA L a República de Colombia tiene 1.141.748 Km2 de superficie, 880.376 Km2 de áreas marítimas jurisdiccionales (que incluyen 12 millas náuticas de Mar Territorial y 200 mn de Zona Económica Exclusiva - ZEE), 3.208 Km de línea costera de las cuales 1.760 Km corresponden al mar Caribe y 1.480 Km al océano Pacífico, 20.000 km de ríos y más de 700.000 ha. de ciénagas y lagos. Tradicionalmente la pesca se ha ejercido con limitadas consideraciones de orden técnico, social, económico y ambiental. En tal sentido el desarrollo de la actividad pesquera en el país aún no ha alcanzado en su totalidad los objetivos esperados como es el contribuir al mejoramiento de las condiciones socioeconómicas de las comunidades y la sostenibilidad de los recursos, lo anterior teniendo en cuenta la dinámica de los recursos . La pesca ha sido la base de seguridad alimentaria en los asentamientos humanos principalmente en las zonas costeras de todo el mundo y en el país. Esta actividad es la fuente principal de abastecimiento de productos pesqueros en el mercado interno de los países de América Latina y se estima que más de la mitad del pescado y los mariscos que se consumen provienen de los pescadores artesanales; por otra parte en algunas zonas costeras y continentales del país, la pesca de subsistencia y artesanal es la principal y a veces la única fuente de empleo y de subsistencia para la población y ha pasando de una actividad netamente de subsistencia a una actividad comercial. El Subsector pesquero tiene una amplia participación en los Indicadores económicos del país como son: La generación de empleo, contribución al Producto Interno Bruto, balanza comercial, comercio interno y oportunidades de comercio exterior, que han permitido demostrar 41 Comisión Colombiana del Océano el crecimiento y posicionamiento que tiene el subsector en la economía regional y nacional. Como actividad productiva, ésta se desarrolla de manera artesanal e industrial. El mayor número de especies capturadas es aportado por la pesca artesanal (cerca de 80 especies) mientras que en el ámbito industrial están concentrados a cinco grupos de especies principalmente (camarón, atún, carduma, caracol y langosta). En los últimos diez años, el atún ha sostenido la producción pesquera. Durante este período, aportó un promedio porcentual del 56 % en el Pacífico y 23 % en el Atlántico al volumen total de los principales recursos pesqueros de importancia comercial. Los volúmenes de los recursos explotados a escala industrial, responden a las exigencias de la demanda y al precio del mercado del producto. La historia ha demostrado que estas circunstancias originan una mayor presión sobre los stocks, reflejándose una disminución paulatina en las capturas como es el caso del camarón pasando de 5419 ton., en 1972 a 2031 ton., en el año 2008. Esta situación ha ocasionado que para las especies de este recurso se implementen de manera integral medidas para su ordenamiento. No obstante, la pesquería artesanal marítima como continental, genera volúmenes a menor escala, son de igual importancia debido a que son una fuente de trabajo, abastecen el consumo local y nacional, y por otra parte los recursos que sustentan las pesquerías han disminuido drásticamente principalmente las especies de importancia comercial. A pesar de la riqueza en biodiversidad de las costas y mares colombianos, ésta sólo ha servido para la extracción de recursos alimenticios, ignorando otros posibles usos como la explotación de productos químicos y médicos de gran importancia comercial El ordenamiento de la pesca artesanal es mucho más complejo con relación a la pesca industrial lo cual no ha permitido la implementación de medidas de manejo oportunas, debido a la dispersión de sus actores (los pescadores artesanales) dentro de una misma zona extractiva, la degradación ambiental del ecosistema, más los limitantes financieros y técnicos, por otra parte esta que esta actividad involucra una población socialmente vulnerada por los efectos de la pobreza, violencia y el desplazamiento forzoso, causas que influyen directamente en la debilidad de la organización comunitaria y dificulta el acceso a los bienes y servicios del Estado y se constituye en el eje sobre el cual se desarrollan varias culturas (afrodescendientes, indígenas y colonos), y es la base de la seguridad alimentaria e ingresos económicos de aproximadamente 150.000 familias. Como cualquier pesquería, aquella que se sustenta en la extracción de recursos hidrobiológico, presenta un proceso dinámico que involucra varios estados de desarrollo. Proceso dependiente de la respuesta del recurso a los cambios del ambiente, al esfuerzo ejercido por la pesca y a su naturaleza biológica (crecimiento, reproducción, etc), factores que intrínsecamente pueden variar en el tiempo, lo que ha obligado a que la autoridad pesquera realice permanentemente monitoreo para evaluar el estado de los recursos mediante la aplicación de diversos modelos de tipo matemáticos estadístico y pesqueros arrojando resultados que permiten proponer las cuotas de aprovechamiento como una medida de manejo y que son que son aprobadas en el por el Ministerio Agricultura y Desarrollo Rural. 42 P rograma N acional para la Conservación del Cóndor Andino en Bibliografía Colombia La Comisión Colombiana del Océano y el Desarrollo Nacional Jaime Sánchez Cortes M.Sc C olombia inició el estudio sistemático de sus áreas marítimas simultáneamente con el nacimiento de la CCO hace cuarenta años. Su génesis tuvo como protagonistas dos hechos providenciales: Uno de ellos fue de naturaleza externa y se produjo cuando la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de UNESCO, una vez terminado el ambicioso “Programa de Investigaciones Cooperativas para el Océano Índico” y en razón del gran éxito por éste alcanzado, decidió llevar a cabo un proyecto similar en el Caribe y para el efecto convocó para el mes de noviembre de 1968, un conversatorio en la isla de Curazao, al cual fueron invitados representantes de los países ribereños. Durante éste, brillantes científicos de todos los países desarrollados del mundo, presentaron a la audiencia todo lo que, en ese momento, la comunidad científica sabía sobre el Caribe y las regiones adyacentes, vale decir el Caribe, el Golfo de Méjico y las costas del Brasil. Quienes tuvimos la fortuna de asistir a este encuentro científico de alto nivel, quedamos asombrados de lo poco que los países ribereños sabían de este mar cuasi cerrado, tantas veces recorrido y tan pocas observado. Al término de las presentaciones magistrales, se identificaron los objetivos y las pautas de planeamiento para el programa, que a partir de entonces se denominó CICAR, por las siglas en inglés de “Investigaciones Cooperativas para el Caribe y Regiones Adyacentes”. En ese tiempo la relación tradicional entre países con alta capacidad científica y otros con muy poca o ninguna, consistía en que los científicos de los primeros, con el apoyo logístico de sus países tomaban todas las muestras necesarias y realizaban sus observaciones con sofisticados equipos y técnicas depuradas y al término de los trabajos de campo se retiraban a sus 43 Comisión Colombiana del Océano cómodos laboratorios a evaluar los resultados y preparar las publicaciones para alimentar las bibliotecas del primer mundo. Los países ribereños, como había ocurrido en las investigaciones cooperativas del Océano Índico, serían simples observadores o invitados de piedra, cuya participación se limitaría a prestar sus áreas marítimas para ser estudiadas y sus puertos para la recalada de las naves de investigación. Para lograr una participación más equilibrada con los demás países, era evidente que Colombia debería utilizar toda su, en ese tiempo, precaria capacidad científica y logística para desarrollar habilidades de investigación marina y lograr el mayor conocimiento científico posible del Caribe. El segundo hecho había ocurrido unos meses antes cuando el entonces comandante de la Armada Colombiana, Almirante Jaime Parra Ramírez, promulgó, para que sirviera como base del planeamiento naval, el documento “Política Naval Colombiana” que creó muchas inquietudes en los, en ese entonces, jóvenes oficiales navales, porque planteaba el hecho indiscutible de que la soberanía es el ejercicio pleno de todos los derechos económicos sobre el territorio marítimo de la nación y que por tanto, la misión de la Armada no era el de simple centinela de unas áreas marítimas, sino que debía extenderse al de ser catalizador para su inclusión en el desarrollo económico del país. Era evidente la necesidad de unir toda la capacidad científica del país con los recursos de la Armada, para intentar la conquista pacífica del mar y el ejercicio real de la soberanía sobre su territorio marítimo. Para lograr este objetivo era indispensable crear un mecanismo eficaz de coordinación en el ámbito nacional, con el fin de ejecutar un “Plan de investigación y desarrollo del mar” acorde con los intereses nacionales. La inminencia del programa CICAR era una situación coyuntural afortunada, que volvía urgente y prioritaria, la existencia de dicho mecanismo para coordinar la actividad investigativa en ambos escenarios y lograr el máximo provecho con los escasos medios disponibles. La idea del mecanismo coordinador fue recibida con entusiasmo por la Armada, la comunidad científica nacional y los entes públicos y privados, vinculados en una u otra forma con el mar y, bajo el patrocinio de la Armada Nacional, se creó hace ya cuarenta años, la Comisión Colombiana de Oceanografía. Por primera vez Colombia se adelantó a los acontecimientos exógenos y es así como a principios de 1969, casi un año antes de que se iniciara el programa multinacional CICAR, inició las investigaciones de sus aguas jurisdiccionales sobre el Caribe, con el crucero de investigación Océano I. Esto permitió que cuando se definieron las estaciones de observación para CICAR, enero de 1970, se incorporaran las definidas en el Plan “Océano” de Colombia. Con este procedimiento se amplió la capacidad propia por cuanto todos los buques de investigación que pasaran por los puntos de observación fijados por Colombia debían tomar muestras y ponerlas al servicio del país, por conducto del Centro Colombiano de Datos Oceanográficos y el Centro de Calibración, para la homologación de instrumentos, métodos y protocolos; creados como dependencias de la Dirección de Marina Mercante del Comando de la Armada. Por primera vez en un programa multinacional de investigación, Colombia dijo qué quería hacer y porqué, en lugar de esperar a que le asignaran tareas. El primer lustro de la década de los setentas fue muy prolífico en realizaciones, como nunca en la historia marítima del país. En el campo de formación de personal científico, la universidad Jorge Tadeo Lozano formó los primeros biólogos marinos, la Armada preparó oceanógrafos a nivel de maestría en Estados Unidos y la Universidad Nacional los geólogos marinos en 44 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” el Instituto Lamont de Estados Unidos, a nivel de doctorado. Para la formación y perfeccionamiento de personal se logró que dentro del programas CICAR se introdujera un componente llamado TEMA- por sus siglas en inglés para entrenamiento, educación y asistencia mutua- después extendido a todos los programas patrocinados por la COI; el cual permitió obtener becas de posgrado y especializaciones en diversos países del mundo, entrenamiento en buques de investigación de países desarrollados y asistencia a seminarios, conferencias, etcétera. Se desarrollaron programas conjuntos de investigación con universidades extranjeras, con financiación de la “National Science Foundation” de Estados Unidos y el programa de la OEA para ciencias del mar y se firmaron convenios entre la Escuela Naval y las Universidades Jorge Tadeo Lozano, Nacional y los Andes, para la formación de personal en las distintas disciplinas de la Oceanografía En materia de infraestructura hubo importantes avances y es así como, en cumplimiento de lo determinado en la “Apreciación de Situación” para el Plan de investigación y desarrollo del mar, la Armada Nacional adquirió, adaptó y equipó el buque ARC San Andrés para hacer trabajo de campo en oceanografía física, química, biológica y muestreo del fondo marino. Se coordinó el trabajo de investigación con el proyecto de pesca FAO-INDERENA, que se iniciaba en esos días, y con todos los cruceros de investigación programados en desarrollo del CICAR, en los cuales participaron profesionales y estudiantes colombianos para adquirir experiencia en el trabajo de campo. Se crearon el Centro Nacional de datos Oceanográficos, el Centro de Información Oceanográfica, como primer módulo del Sistema Nacional de Información, el Centro Nacional de Calibración, el Centro de Investigaciones oceanográficas e hidrográficas de la Armada en Cartagena; se estableció la red de centros de investigación, el Congreso Nacional creó la Dirección General Marítima y Portuaria como ambicioso ejecutor de la Política Marítima del País, en reemplazo de la modesta Dirección de Marina Mercante; la Armada Nacional adquirió los modernos buques de investigación: “ARC Malpelo y “ARC Providencia”, etcétera; con lo cual se logró establecer un eje de infraestructura que sirviera de apoyo a los programas internacionales tanto en el Caribe como en el Pacífico - la COI, por iniciativa colombiana, había lanzado el programa multinacional ERFEN para el estudio del fenómeno del Niño en el Pacífico, en 1975- por ser Colombia el único país de la región con participación efectiva en las dos áreas. Se puede afirmar que todos los miembros de la CCO adquirieron durante este lustro la capacidad humana y material para adelantar sus propias investigaciones en forma autónoma. Si bien el CICAR fue un esfuerzo internacional para lograr un mejor conocimiento del Caribe, Colombia adelantó simultáneamente la investigación de sus áreas marítimas sobre el mar de Balboa con los cruceros anuales “Pacífico” y los de prospección pesquera FAO- INDERENA y obtuvo el apoyo internacional con su propuesta a la COI para adelantar el programa multinacional ERFEN para el estudio del fenómeno del “Niño”. La posición destacada que se logró en el CICAR dentro de los países del área y la necesidad de ser actores y no simples espectadores, llevaron a la CCO a adelantar una intensa labor de promoción y coordinación de esfuerzos entre todas las instituciones y es así como durante la década de los setenta se ingresó a la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de UNESCO y casi simultáneamente se llegó por elección al Consejo Ejecutivo de este organismo, en reconocimiento a la intensa labor que el país estaba desarrollando en la investigación marina. A la terminación del CICAR en 1975, la CCO propuso, por intermedio de la delegación de Colombia a la Asamblea General de la COI en UNESCO, que se creara un organismo coordi- 45 Comisión Colombiana del Océano nador para la totalidad del Caribe y esta Asamblea aprobó la creación de IOC-CARIBE para continuar la labor de apoyo a la investigación científica de los países de la región. Además de los programas CICAR y ERFEN, durante esta maravillosa época para la oceanografía universal, se participó en mayor o menor medida en todos los proyectos y programas de la Década Internacional para la Exploración Oceánica (IDOE), tales como el “Marine Pollution Monitoring System” , cuyas conclusiones condujeron a MARPOL, el “Coastal Upwelling Ecosystem Analysis”, con participación activa de campo tanto en la costa de California y Oregón como en la Guajira colombiana, por la similitud del fenómeno de surgencias estudiado; la observación y análisis de la interacción océano-atmósfera para la predicción de la trayectoria de los huracanes; el monitoreo sinóptico de los cambios en la temperatura superficial del mar, que permitió formular la hipótesis del calentamiento global y muchos más. La CCO participó, así mismo, en la redacción de la Convención de las Naciones Unidas para el Derecho del Mar, ejemplo de la capacidad de consenso entre los humanos y eficaz instrumento para reglamentar el uso de los recursos marinos, que infortunadamente el país no ratificó. La CCO también discutió a fondo el Código de Conducta para las Conferencias Marítimas y junto con DIMAR pidió su ratificación, pero las navieras lograron bloquear este proyecto en la UNCTAD con el argumento de que la fórmula 40-40-20, para la reserva de carga, era inaceptable frente a la tradicional 50-50 y con su inflexibilidad lograron que las que no estaban preparadas para competir en el mercado abierto de fletes cavaran su propia sepultura, por cuanto al final la reserva de carga simplemente desapareció y con ella tales empresas. Naturalmente, las herramientas de investigación básica no son las mismas que se necesitan para la aplicada y para convertir el conocimiento en bienes y servicios que son en últimas, los que contribuyen al bienestar de la comunidad mediante la integración de las áreas marítimas al desarrollo nacional. Por esta razón, el Gobierno nacional resolvió reorientar la actividad de la Comisión Colombiana de Oceanografía de ente coordinador de la actividad científica, a organismo capaz de formular las políticas de desarrollo marítimo. Es así como, mediante el Decreto 347 del primero de marzo del 2000, el Gobierno Nacional reestructuró al Comisión Colombiana de Oceanografía, que ya había desdibujado su función a partir de la década de los ochenta debido a que la mayoría de las instituciones que la conformaban habían adquirido la capacidad investigativa autónoma, y en buena hora la convirtió en una especie de CONPES para el desarrollo económico y social de las áreas marítimas colombianas, al darle la función de “Proponer al Gobierno Nacional, la Política Nacional del Océano y Espacios Costeros, para su administración y desarrollo sostenible”. Desde el punto de vista conceptual, se puede considerar como la acción gubernamental más importante desde la Ley 10 de 1978, para crear un escenario adecuado para la discusión y formulación de una verdadera Política que le permita al país tomar el rumbo correcto hacia el desarrollo sostenible y mejoramiento de la calidad de vida del pueblo colombiano, utilizando los recursos del océano y los espacios costeros. Después de cuarenta años de titánica lucha para conocer nuestros mares, ha llegado el momento de convertir el conocimiento en estrategias de desarrollo. La recesión económica que vive el mundo hace mucho más urgente impulsar las actividades marítimas para crear riqueza, empleo y bienestar para el pueblo colombiano. El papel de la Comisión Colombiana del Océano se vuelve crucial para afrontar la crisis y aprovechar las oportunidades que ésta 46 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” nos depara. Es el momento apropiado para diseñar y desarrollar una agresiva estrategia para competir en los mercados globales haciendo más eficiente y menos costosa la logística en vez de pensar únicamente en los salarios de los trabajadores y el desempleo como herramientas competitivas. Nuestra geografía visceralmente marítima, la marina mercante, el transporte fluvial y los puertos son verdaderas ventajas competitivas que hemos ignorado sistemáticamente. A pesar del esfuerzo indiscutible en la investigación marítima y en la preparación de personal altamente capacitado en las diversas disciplinas de la oceanografía, no se ha podido dar el salto requerido en la aplicación práctica de los conocimientos adquiridos para el desarrollo y fortalecimiento de las actividades productivas en el mar. Colombia sigue siendo un país paradójico: con aproximadamente tres mil kilómetros de costa sobre los dos océanos más grandes de la tierra, áreas marítimas casi iguales a su territorio continental y a pesar de transportar por mar alrededor del 90% de la carga de su comercio exterior, carece de marina mercante y cada día se aleja más de las grandes rutas del transporte marítimo globalizado18; la pesca marítima industrial en sus aguas jurisdiccionales, está a cargo de pesqueros extranjeros y sus pescadores artesanales conforman el grupo humano con más necesidades básicas insatisfechas en el país.19 Sigue teniendo plena vigencia el aforismo: “Colombia, en medio de dos océanos, vive de espaldas al mar” En la década de los noventa, Colombia perdió su marina mercante por falta de una Política Marítima previsora y visionaria. Se dijo entonces, ingenuamente, que este país no necesitaba marina mercante por cuanto la competencia internacional le garantizaba fletes bajos y un servicio óptimo. Se le cercenó a la Dirección General Marítima y Portuaria, única entidad gubernamental con vocación marítima, su facultad de planeación y regulación de la actividad portuaria, con el argumento de que el transporte multimodal obligaba a una visión global de éste factor básico de la competitividad comercial. Pero los puertos colombianos de servicios público se quedaron estancados en el tiempo y cuando el resto del mundo hacía esfuerzos sobrehumanos para atraer inversión privada para la construcción de los modernos puertos pivote y de transbordo, capaces de recibir los buques diseñados para el nuevo paradigma del transporte marítimo: la competencia con base en las economías de escala, con el contenedor como elemento fundamental de la logística, buques portacontenedores de ocho mil, diez mil, catorce mil TEUs, los buques Cape Size de 140.000 toneladas, cargados a ratas de 10.000 toneladas por hora, para el transporte de productos básicos como el carbón, columna vertebral de nuestras exportaciones, Colombia se conformaba con maquillar sus viejos puertos y proteger curiosos monopolios privados en lugar de abrir su sistema portuario de servicio público a la inversión extranjera, como lo estaba haciendo el resto del mundo. La consecuencia lógica de tales visiones miopes, es que el comercio internacional de Colombia paga los fletes marítimos más caros del continente y las grandes rutas de transporte se alejan cada vez más de sus puertos. La concepción multimodal del transporte del resto del mundo, la convertimos en simple transporte carretero, el modo más costoso después del aéreo y el que más contamina y los ríos se transformaron de fuentes de riqueza e ideales modos de transporte, en causa de calamidades públicas anuales. Parece ser el momento adecuado para 18 Sanchez C. Jaime EL COMERCIO MARÍTIMO Y LOS PUERTOS. El caso colombiano desde la perspectiva global. Editorial Libros en Red. Abril 2009. 19 Sánchez C. Jaime COLOMBIA Y EL OCÉANO. Una visión prospectiva de cara al tercer milenio. Editorial Armada Nacional. Bogotá, 2001. 47 Comisión Colombiana del Océano limpiar la casa y prepararnos para afrontar el futuro con toda la capacidad de una nación geográfica y mentalmente marítima. El mar y nuestra situación geográfica, en posición central entre el norte y el sur, nos pusieron en una situación privilegiada para competir con ventaja en los mercadeos internacionales, con crisis o sin ella, pero nuestros errores en materia marítima y portuaria nos han colocado en situación de inferioridad frente a países geográficamente peor situados, como es el caso de Chile. Es el momento propicio para que la Comisión Colombiana del Océano proponga al Gobierno, en cumplimiento de sus funciones legales, el “Plan de Acción” que nos reconcilie con nuestros mares y los ponga al servicio del desarrollo y bienestar de todos los colombianos. No es difícil ni demasiado oneroso para el Estado desprenderse del síndrome de Macondo y modernizar sus estructuras marítimas. A manera de ejemplo se puede afirmar, que para tener nuevamente una pujante marina mercante que nos permita tener fletes competitivos, no es indispensable reserva de carga ni subsidios estatales, basta con un Política Marítima moderna y audaz y un marco jurídico estable y facilitador. La empresa privada estaría entonces en condiciones de proveer la capacidad empresarial y los capitales necesarios, acordes con la realidad del transporte marítimo global, sus rutas de distribución y canales logísticos. Algo similar puede hacerse con los puertos y demás actividades marítimas productivas. Escolio: “Esta nación, pequeña en sus principios como todas las obras de los hombres, está destinada a ocupar un lugar distinguido entre las potencias de la tierra. Y nada puede retardar tanto su progreso como los errores de sus gobernantes” Cajicá, abril 2009. 48 Mapeo tridimensional de las Costas Colombianas Contralmirante Jairo Javier Peña Gómez, Director General Marítima Alvaro Martínez Sanabria, Ingeniero Catastral y Geodesta, Especialista en Sistemas de Información Geográfica. División de Litorales y Áreas Marinas, Dirección General Marítima. L os litorales son áreas estratégicas como elementos de seguridad y defensa nacional y a la vez son espacios geográficos complejos y frágiles, donde existe gran variedad de ecosistemas que conviven en equilibrio dinámico, el cual puede ser fácilmente alterado por la intervención del hombre, quién históricamente es atraído por sus paisajes y por el deseo de explotar económicamente sus potenciales a través del desarrollo de actividades portuarias, turísticas, acuícolas, industriales, entre otras. 49 Comisión Colombiana del Océano Este equilibrio dinámico genera formas en planta y perfil de la costa, como resultado de la interacción directa de oleaje, mareas y corrientes que en conjunto con los sedimentos que aportan las desembocaduras de ríos y ciénagas, modifican permanentemente las estructuras geomorfológicas y, por ende, modifican la línea de costa. El equilibrio natural que caracteriza los litorales, no es en ocasiones compatible con ciertos usos que el hombre quiere dar a las costas, más aún cuando el uso al que son destinados, requiere que el equilibrio dinámico se convierta en estático, generando un alto riesgo para la preservación de la vida de sus habitantes, las permanencia en el tiempo e integridad de las inversiones realizadas así como la preservación ambiental del entorno. Las características equilibrio dinámico, alta presión de uso y riesgo asociado, hacen necesario el establecimiento de normas especiales que regulen el uso adecuado de los espacios costeros y es por esta razón, que el Estado colombiano le da la connotación de bienes de uso público a las playas, terrenos de bajamar y aguas marítimas, y delega a la Dirección General Marítima para velar por su protección, administración y destinación de usos que minimicen las consecuencias nefastas para sus habitantes y a la vez garantice el uso y goce de estos bienes por parte de todos los colombianos. La no existencia de cartografía temática de detalle, que muestre el límite intangible entre los bienes de uso público y la propiedad privada a lo largo de la costas de Colombia, ha propiciado a través del tiempo la existencia de diversidad de criterios técnicos al momento de interpretar conceptos asociados al límite interno de la playa marítima, tales como: Línea de más alta y baja marea, material consolidado, forma fisiográfica, límite de vegetación permanente y límite efectivo de olas de temporal. DIMAR, en cumplimiento de la tarea de gobierno asociada a la administración de los bienes de uso público costeros, ha iniciado las gestiones institucionales tendientes a encontrar una solución que evite equivocaciones en la interpretación de las variables técnicas citadas. Ésta es la principal motivación que le ha permitido, implementar tecnologías de punta relacionadas con sensoramiento remoto para la adquisición de información geoespacial tridimensional de alta precisión, como insumo base para espacializar los elementos técnicos que definen los bienes de uso público costeros, a la luz del Decreto Ley 2324 de 1.984. Por esta razón, la Dirección General Marítima en el 2.005 inició el proyecto de mapeo de las costas colombianas usando tecnología LIDAR, previa exploración y evaluación de las diversas alternativas comerciales de sensoramiento remoto disponibles en el mercado, la cual le permite obtener ágilmente información planimétrica y altimétrica de alta exactitud posicional, indispensable para realizar el trazado técnico de los bienes de uso público costeros. 50 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” (LIgth Detection And Raking) LIDAR es un sensor remoto activo, instalado al interior de una plataforma aérea, que opera bajo el principio del “laser”, debidamente integrado con otros subsistemas complementarios como: un sistema de posicionamiento satelital, una unidad de movimiento inercial, una cámara métrica digital y otros componentes informáticos, que en su conjunto, permiten obtener información de la superficie terrestre en tres dimensiones, con exactitudes submétricas. DIMAR prioriza las áreas sobre las cuales se realizan las misiones de recolección de la información, de acuerdo a un plan de vuelo previamente establecido, el cual requiere de una milimétrica logística operativa que involucra desde la identificación de vértices geodésicos de referencia, pistas de aterrizaje, movimiento de combustible, desplazamiento de topógrafos por tierra hasta el análisis histórico de las condiciones meteorológicas de un área específica, con el fin de identificar las ventanas de tiempo más probables para ejecutar las misiones aéreas, que definitivamente no son una tarea fácil. Una vez colectada la información, se inician las actividades de procesamiento e integración de los datos colectados por cada instrumento, realizando los ajustes geométricos que garantizan la precisión de los geodatos, obteniendo como resultados ortofotografías y modelos digitales del terreno como insumo para las actividades propias que adelantan los científicos de los Centros de Investigación de DIMAR (Centro Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas en Cartagena de Indias y Centro Control Contaminación del Pacífico en San Andrés de Tumaco), quienes avanzan en la elaboración de propuestas de trazado de los bienes de uso público costeros Como resultados del proyecto de mapeo de los espacios costeros, se disponen de miles de aerofotografías aéreas, miles de ortofotos distribuidas por planchas a escala 1:2000, igual número de planchas LIDAR debidamente filtradas, correspondientes al 98% del litoral Caribe y al 14% del litoral Pacífico. Actualmente se avanza en el mapeo de las Islas de San Andrés, Procidencia y Santa Catalina, atendiendo la preocupación del gobierno nacional por los riesgos costeros que ya empiezan a materializarse en dicha áreas. Las gestiones de la Dirección General Marítima relacionadas con la problemática nacional de bienes de uso público costeros, no han pasado inadvertidas, logrando el acompañamiento decidido de otras entidades del orden nacional que también comparten y entienden la importancia de las zonas costeras, como la Vicepresidencia de la República y la Procuraduría General de la Nación quién en Octubre de 2008, gestionó la firma del primer “Protocolo de Intención” que materializa la “Alianza por los bienes de uso público y el mar en los litorales colombianos” firmado por el señor Procurador General de la Nación, los señores Ministros de Interior y Justicia, Defensa, Agricultura, Ambiente Vivienda y Desarrollo Territorial, el señor Viceministro de Turismo, el Director General Marítimo, entre otros. De esta manera se suman esfuerzos institucionales tendientes a definir y consolidar una política pública que permita a los actores involucrados, precisar las medidas y buenas prácticas que han de desarrollarse e implementarse, para lograr prontas soluciones en salvaguarda de los bienes que a todos nos pertenecen. Sin duda alguna, la información geográfica de precisión colectada por DIMAR y los productos básicos y temáticos, son insumos fundamentales para la toma de decisiones a nivel país, bien sean en el marco del “Protocolo de Intensión Interministerial” ó en la cotidiana tarea de la Autoridad Marítima Nacional, que permanentemente elabora conceptos técnicos de viabilidad de uso de proyectos a desarrollarse en los espacios costeros. 51 Comisión Colombiana del Océano Así mismo, gracias a la gestión de profesionales de diversas disciplinas que interactúan al interior de la entidad con la información geográfica colectada, se han inferido otros usos potenciales, en áreas de interés nacional, como: ordenamiento del territorio, gestión del riesgo, cambio climático (recreación de escenarios de ascenso del nivel del mar), cartografía operacional con fines militares, construcciones de obras de ingeniería costeras, monitoreo de ecosistemas costeros, catastros temáticos, estudios de dinámica costera, entre otros. De la misma manera, la información aporta a la producción de datos fundamentales del territorio Nacional, apoyando a la consolidación de la Infraestructura Colombiana de Datos Espaciales ICDE, en el marco de la Comisión Colombiana del Espacio (CCE). La calidad técnica de éste proyecto institucional, se ve reflejado en los múltiples reconocimientos que la comunidad geomática internacional y nacional le ha hecho a la Dirección General Marítima, por sus aportes a la sociedad y al profesionalismo del personal técnico participe del proyecto, entre los cuales se citan: a.) Premio de Excelencia en Ingeniería, por el primer lugar en la categoría “Survey and Mapping Division” otorgado por American Consulting Enginneering Companies (ACEC), Noviembre de 2006, Denver, Colorado. Posteriormente recibió el reconocimiento como finalista nacional en la misma categoría de la ACEC, en mayo de 2007 en Washington, D.C. b.) Premio de Excelencia Geospatial, Proyecto del año, otorgado por Management Association of Private Photogrammetric Surveyors (MAPPS) julio de 2007 en Washinton, D.C. Posteriormente recibió el reconocimiento por el primer lugar en la categoría “Adquisición Aérea y Satelital” otorgada por el mismo organismo internacional. c.) Reconocimiento Nacional a la Dirección General Marítima, por los aportes en el área de “Sensores Remotos”, junio de 2007, por utilizar tecnología LIDAR en el mapeo de los litorales colombianos, otorgado por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi y la Unión Europea, en el marco del evento “Semana Geomática 2007”. d.) Reconocimiento Nacional del Señor Presidente de la República y la Directora del Departamento Administrativo de la Función Pública, por hacerse merecedor a la inscripción del proyecto en el Banco de Éxitos de la Administración Pública. Diciembre de 2008. Los retos y desafíos que DIMAR enfrentará en el futuro inmediato, marcarán un hito en la historia de los litorales del país, el cual requiere del concurso diligente de los diferentes actores involucrados. Solo de ésta manera, los recursos invertidos y gestiones actuales tendrán sentido y su efectividad garantizará su uso sostenible en el tiempo y la protección de la vida de muchos colombianos. 52 Cartografiando los Litorales Colombianos Álvaro Martínez Sanabria Dirección General Marítima I niciativa de la Dirección General Marítima que se enmarca en el desarrollo de la Agenda Científica, Programa de Manejo Integrado de Zona Costera, que busca generar información geográfica de precisión, como punto de partida para la elaboración de la cartografía temática que muestre los Bienes de Uso Público Costeros. Resumen Los litorales son espacios geográficos complejos y frágiles, donde existe gran variedad de ecosistemas, que conviven en equilibrio dinámico, el cual puede ser fácilmente alterado por la intervención del hombre, quién es atraído por sus paisajes y la necesidad de explotar económicamente sus potenciales a través del desarrollo de actividades portuarias, turísticas, acuícolas, entre otras. El equilibrio dinámico en el que se encuentran los litorales, genera formas en planta y perfil de la costa, como respuesta a la interacción del oleaje, las mareas y las corrientes con las estructuras que conforman la costa. Por lo anterior, la forma de la costa puede cambiar significativamente, más aún si en ella se encuentra la desembocadura de un río, con el aporte de sus sedimentos. El anterior panorama, no es en ocasiones compatible con algunos usos que el hombre le quiere dar a la costa, donde requiere que ese equilibrio dinámico se convierta en estático, generándose un alto riesgo para esas actividades humanas. Las anteriores características (equilibrio dinámico, alta presión de uso y el riesgo asociado) hacen necesario establecer normas especiales para el uso adecuado de esos espacios y es así, 53 Comisión Colombiana del Océano como las leyes colombianas le dan a las playas, terrenos de bajamar y aguas marítimas el carácter de bien de uso público y con ello sacan estos territorios del comercio y la propiedad privada, restringiendo su uso y requiriendo solicitar a la Autoridad Marítima Nacional, la autorización de permisos especiales que solo se conceden previa verificación de las iniciativas, garantizando que éstas no traerán consecuencias negativas. Para poder espacializar los elementos técnicos citados por el Decreto Ley 2324/84, y por ende identificar con certeza los bienes de uso público costeros, se requiere de una base cartográfica planimétrica y altimétrica de precisión, que en las difíciles condiciones presentes en los litorales, sólo se obtiene con técnicas de sensoramiento remoto. Por tal motivo, la DIMAR inició la exploración de más de 16 alternativas tecnológicas y comerciales que permitieran generar una base cartográfica de acuerdo a los exigentes requerimientos de la entidad, concluyendo que la forma más ágil y precisa para su obtención, era la utilización de tecnología LIDAR combinada con aerofotografías métricas digitales. A partir de la base cartográfica y la espacialización de las variables definidas en el Decreto Ley 2324 de 1.984, se elaborará la cartografía temática relacionada con los bienes de uso público bajo la jurisdicción de la Dirección General Marítima, y la vez apoya la producción de datos fundamentales del País, necesarios para el desarrollo de procesos transversales como Ordenamiento Territorial, Gestión del Riesgo, Cambio Climático, Defensa Nacional, construcción de obras de protección costeras, entre otras. Palabras Clave: Bienes de Uso Público, Litorales, SIG, LIDAR. 54 Ingeniería de Puertos y Costas en Colombia Profesor Universidad Nacional de Colombia Grupo de Investigación en Oceanografía e Ingeniería Costera - OCEANICOS D esde siempre, el hombre ha explotado algunos de los recursos del mar desde el lado terrestre, y muy pronto logró desarrollar técnicas para hacerlo desde el lado del mar. Fue así como el desarrollo de la navegación jugó un papel de vital importancia para el comercio y la pesca. Posteriormente se comenzaron a utilizar las zonas costeras abrigadas como los mejores puertos naturales, pero allí donde la naturaleza no ofrecía un puerto natural o un puerto interior, fue necesario construir obras exteriores para crear áreas abrigadas, dársenas, muelles, etc. De esta forma surge la necesidad de utilizar los conocimientos en astronomía, navegación, física, mecánica, entre otros, para comprender las dinámicas marinas y poder dar soluciones a los problemas de la época. Sin embargo, estas ciencias no fueron suficientes y áreas como la oceanografía y la hidráulica, realizan importantes avances, sofisticando modelos que permiten entender los procesos y el comportamiento de la naturaleza. Finalmente cabe destacar que con el auge de la era tecnológica se establecen redes de medida, como boyas, mareógrafos, técnicas de satelite, etc, que ayudan ha estudiar los procesos morfodinámicos que ocurren en la franja litoral y su interacción con las necesidades del hombre. Todos estos desarrollos marcan el camino de la INGENIERÍA DE PUERTOS Y COSTAS aumentando la fiabilidad de las respuestas que el hombre da a sus necesidades. En la actualidad esta joven rama de la ingeniería aborda problemas en el campo de la protección costera, la ingeniería marítima y portuaria y la ingeniería litoral. Este rápido desarrollo y las necesidades que en esta área se plantean nos hace pensar la importancia de la misma. El ejercicio de la ingeniería en un país y en un momento determinado está condicionado por dos factores: el nivel de desarrollo tecnológico y la situación socioeconómica del país. Es por 55 Comisión Colombiana del Océano eso que la Universidad y las Facultades de Ingeniería son responsables de la preparación de profesionales aptos para servir a las necesidades que la sociedad plantea. Se debe establecer un plan de formación de las nuevas generaciones con capacidad de enfrentarse a estos nuevos retos y por otro lado ofrecer la posibilidad de actualizar los conocimientos de los ingenieros en ejercicio de la profesión. Se puede definir INGENIERÍA DE PUERTOS Y COSTAS como aquella actividad en la cual se combinan el conocimiento del Océano, Tierra y la Ingeniería con el fin de utilizar la franja de interfase tierra-océano para el logro de los objetivos humanos. La Ingeniería de puertos y costas tiene un sentido bastante amplio si se considera que abarca áreas tales como: 1) la Ingeniería offshore, encaminada al proyecto y construcción de estructuras en mar abierto; 2) la ingeniería marítima y portuaria, destinada al diseño y construcción de puertos; los cuales son de gran importancia en el desarrollo del comercio y explotación de los recursos de una región; y 3) la ingeniería litoral, cuyo fin último es la gestión y protección del litoral (acantilados, playas, manglares, marismas, rías, etc.). Es sin duda, la Ingeniería de puertos y costas una de las especialidades que puede potenciar el desarrollo económico y social de nuestro país. Por tanto, puede concluirse que se encuentra en un momento de gran ebullición que precisa de ingenieros con una buena formación así como del desarrollo de metodologías y herramientas que garanticen la calidad del trabajo realizado. La COMISIÓN COLOMBIANA DEL OCÉANO (CCO) en su ardua labor desde el direccionamiento a nivel de políticas enmarcadas en una visión de país ha logrado identificar y definir claramente cuales deben ser los frentes de acción acordes a los estándares mundiales y las necesidades de nuestro país. En ese sentido, las problemáticas relacionadas con LA GESTIÓN COSTERA EN COLOMBIA presentan gran relevancia, debido a los diversos usos que pueden tener, tales como defensa de costa, uso turístico, protección de ecosistemas naturales y/o usos portuarios, entre otros. Debido a las posibilidad de desarrollo de las costas colombianas, es claro que estas actividades pueden generar impactos ambientales, como la degradación de ecosistemas, por la inadecuada planificación de los mismos y por el desconocimiento de los procesos naturales que ocurren en ellos, generando alteraciones de la línea de costa por fenómenos de erosión y sedimentación; afectación de la calidad del agua, desaparición de especies, entre otros. Además, el sistema climático tal como lo entendemos hoy en día consiste en una serie de interacciones entre componentes (atmósfera, océano, geosfera, criosfera y biosfera) en distintas escalas de tiempo. El efecto del cambio climático ha sido evidente sobre los elementos de la zona costera y se viene estudiando por diversos grupos de investigación de manera seria y profunda en el mundo. En el caso del Caribe y el Pacífico conocemos algunas de estas interacciones de una forma general, pero hay muchas preguntas abiertas sobre componentes particulares, variabilidad espacio temporal, conexión con el clima global y efectos sobre la zona costera y continental. Evidentemente, la respuesta a esta adecuada gestión se ha llevado acabo mediante el entendimiento de los procesos y actuaciones medioambientales sobre la costa, las cuales demandan grandes inversiones económicas. Razón por la cual se requiere de herramientas numéricas que permitan simular de forma fiable el comportamiento de la dinámica costera y como esta dinámica afecta la biodiversidad marina, se debe contar con herramientas que permitan 56 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” monitorizar el buen funcionamiento de las actuaciones previstas y con normativas claras y sólidas que ayuden a soportar las actuaciones propuestas. La investigación en los últimos 50 años en el mundo ha permitido un desarrollo acelerado de nuevas técnicas y tecnologías marinas en el mundo, así como la formación de una masa crítica científica y técnica que ha permitido entender mejor los procesos costeros. Sin embargo en Colombia se debe continuar apuntando a: 1) el desarrollo de nuevos sistemas de adquisición de datos y redes de medición, los cuales permiten llevar acabo un monitoreo marino costero, con la recolección puntual y sistemática de parámetros marinos a una alta resolución espacial y temporal (oleajes, corrientes, niveles, vientos, parámetros físico-químicos, morfología mediante imágenes de video, etc.); 2) el desarrollo de nuevas técnicas de procesamiento sistemático de los datos recolectados a diferentes escalas espaciales y temporales, permitiendo a técnicos y científicos costeros utilizar dicha información y entender el funcionamiento de los sistemas; 3) el desarrollo de nuevas metodologías y herramientas numéricas que permiten predecir el comportamiento costero; y 4) la gestación de nuevos grupos de investigación y laboratorios de ensayos en universidades y centros de investigación que permitan nuevas generaciones de investigadores y técnicos. Acorde con las iniciativas políticas lideradas desde COMISIÓN COLOMBIANA DEL OCÉANO (CCO), el grupo de investigación en Oceanografía e Ingeniería Costera, OCEÁNICOS (http://oceanicos.unalmed.edu.co) de la Universidad Nacional de Colombia en consorcio con grupos de investigación nacionales (Universidad del Norte, Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas, Universidad de Antioquia, Universidad del Magdalena, Universidad de Cartagena, entre otros) e internacionales (España, USA, México, Brasil, Italia, Inglaterra, entre otros) adelanta actualmente varios proyectos que pretenden explicar algunas de estas interacciones climáticas en la escala estacional e interanual. Se está estudiando la variabilidad espacio-temporal de variables oceanográficas en el Caribe a través de series de tiempo medidas y modeladas para explicar el papel de las condiciones climáticas en la distribución de las masas de agua, las piscinas costeras cálida y fría, el campo espacial del nivel del mar y la conexión de estos procesos con el ENSO. Por otro lado, se estudia el fenómeno del oleaje, un ejemplo claro de interacción atmósfera-océano-tierra, para definir mejor los regímenes de clima marítimo de oleaje medio y extremal en el Pacífico y el Caribe Colombiano, esto permite entender mejor la variabilidad espacio-temporal del oleaje y aumentar la fiabilidad en las intervenciones costeras. Finalmente, las investigaciones tratan de entender cual es el impacto de estos procesos sobre el nivel del mar en la zona costera continental y definir así riesgos de inundación. Las metodologías utilizadas para estudiar la variabilidad climática y oceanográfica en el caribe y el pacífico Colombiano, se consideran muy valiosas, están a la vanguardia de las investigaciones mundiales y son totalmente en otros lugares de Latinoamérica. Finalmente se resalta la experiencia adquirida en el país en diversas investigaciones y desarrollos de punta a nivel internacional en proyectos Europeos, Iberoamericanos y en conjunto con las Agencias Atmosféricas y Oceanográficas Internacionales, tales como la NOAA, COI, entre otros. Donde se pueden nombrar los siguientes frentes: la modelación numérica de los procesos hidro-mofodinámicos, el desarrollo de técnicas relacionadas con el monitoreo de los procesos costeros y la formulación de normativas y políticas sólidas para la gestión sostenible de la costa. 57 La Oceanografía biológica en Colombia, un crucero por zarpar Andrés Franco Herrera, Ph.D. L a Comisión Colombiana del Océano cumple 40 años de labores continuas. Todos los académicos, científicos o productores del país relacionados con el campo de las ciencias marinas, permanentemente han vivido en estrecha relación con este órgano de la Armada Nacional, bien sea por su función orientadora, reglamentadora o administrativa de los espacios marinos y costeros. Y como todo aniversario obliga a una reflexión profunda sobre las actividades hechas y aquellas por realizarse en el futuro inmediato, se constituye en un tiempo ideal para analizar que ha pasado con la Oceanografía biológica en Colombia. La historia sobre los estudios modernos de la biología de los océanos a nivel mundial, tiene sus raíces hacia la segunda mitad del siglo XIX. Como lo indica el profesor Emérito de la University of British Columbia en Canadá, Doctor Timothy R. Parsons, uno de los principales alcances en aquel entonces de naturalistas, zoólogos, botánicos como Edward Forbes, Charles Wyville Thomson, Henry N. Mosely, John Murray, acompañados por Ernst Haeckel, Alexander Agassiz e incluso Charles Darwin, fue el de dar un contexto riguroso, metódico y científico a la investigación de la biología de los océanos. Así la Oceanografía biológica a nivel mundial, cursará a la fecha una edad cercana a los 160 años, es decir, es una ciencia muy joven. El desarrollo del conocimiento de los ecosistemas marinos colombianos, se podría remontar a más de 60 años atrás, más o menos 100 años después de que europeos y americanos adelantaran las ya muy famosas expediciones del Challenger y Blake, o cerca de 45 años después de haberse iniciado los cruceros del Meteor, Michael Sars y Discovery I y II. Los inicios registrados de las ciencias marinas en Colombia son contemporáneos a cuando soviéticos, suizos y americanos adelantaban los cruceros del Trieste ó el Alvin, que buscaban 58 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” conocer la vida en los océanos profundos. Estos inicios patrios, tienen fundamentados orígenes en 1958 dentro del marco del Año Geofísico Internacional, donde se resaltaba la importancia potencial de los recursos del mar, llamado de atención pertinente para Colombia, un país con cerca de 2900 km de costa. Así, en esta perspectiva, si la oceanografía biológica es una ciencia joven a nivel mundial, en el país se puede considerar como una ciencia naciente, pero eso sí, con mucho vigor y saludable. El esfuerzo de diferentes científicos, académicos e instituciones a través de estos 60 años, ha llevado a que pausadamente las ciencias marinas en Colombia – incluyendo todas sus áreas del conocimiento – se fuera gestando y creciendo. Desde la I Semana del Mar celebrada en 1961, pasando por el I Seminario Nacional sobre Ciencias del Mar adelantado en Cartagena en 1972 hasta el XIII Seminario Nacional de Ciencia y Tecnología del Mar realizado en la Isla de San Andrés en el 2008, el país ha ido descubriendo las riquezas de especies, los recursos marinos con importancia comercial, los avances en acuicultura, en derecho del mar, educación ambiental, contaminación y polución marina, geomorfología costera y submarina, y más recientemente la biología molecular marina, por mencionar solo algunos de los diferentes campos explorados. Barco oceanográfico Atlantis del Woods Hole Institute, liberando el sumergible Alvin para estudios en océanos profundos. Tomado de http://www.whoi.edu/cms/images/. Dentro de estas ramas del saber, la Oceanografía fue y es uno de los pilares fundamentales en el crecimiento cognoscitivo de los mares. Con sus cuatro amplias ramas -física, química, biológica y geológica-, hay que reconocer que el padre de la oceanografía nacional ha sido la Oceanografía física y es allí donde se han dado los mayores avances en la historia de Colombia. Esto se debe en gran medida al continuado esfuerzo que al respecto ha hecho la Armada Nacional, con la Escuela Naval Almirante Padilla, el Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas y más recientemente con el Centro de Control y Contaminación del Pacífico y sus dos más actuales plataformas, el ARC Providencia y el ARC Malpelo, sin olvidar obviamente al ARC Quindío. Algunos planes de operaciones oceanográficos de la Armada Nacional como OCÉANO I y II, dan cuenta en la década de los 70’s de los primeros aportes sobre comunidades 59 Comisión Colombiana del Océano biológicas oceánicas como fitoplancton y zooplancton. Sin embargo, como lo menciona el Biólogo Marino, Doctor Iván Rey Carrasco, Decano del Programa de Biología Marina de la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano (UJTL) en su escrito sobre la Historia de la Facultad de Biología Marina (2002), en los año 80 hubo una importante migración de Biólogos Marinos hacia la Armada Nacional, con el fin de prestar su servicios profesionales en este estamento del Estado, iniciado por el Biólogo Marino Francisco Arias Isaza, como igualmente algunos oficiales y suboficiales ya habían ingresado a la que en ese momento se llamaba la Facultad de Biología Marina. Esto sin duda alguna, constituyó la gestación o puesta en marcha de un nuevo hijo: la Oceanografía biológica. Biólogos Marinos inmersos en la meca nacional de la Oceanografía física, permitió ampliar los horizontes del saber desde la Armada Nacional. Sumado a esto, el conocimiento que los Biólogos Marinos de la Tadeo siempre han tenido en sus programas curriculares sobre todas las ramas de la Oceanografía a lo largo de sus 46 años de vida académica y que les permite tener una visión holística de esta ciencia, no podía derivar en nada más que en esa explosión de investigaciones en este campo, que desde un punto de vista personal, se desarrollan realmente a partir de la década de los 90’s. Solamente hay que revisar las Memorias de los Seminarios Nacionales del Mar de aquel entonces para ver el crecimiento de investigaciones en esta rama; en 1990 en Cali, se presentaron 5 investigaciones para sistemas oceánicos, la mayoría de ellos con enfoque hacia comunidades biológicas, mientras que ya en 1992 en la ciudad de Santa Marta, se presentaban 9 trabajos de investigación, dos de ellos en sesión plenaria; en Medellín en 1994, este número de presentaciones se mantenían pero se empezaba a producir investigaciones soportadas en imágenes satelitales e hidroacústica. Así, muchos de estos trabajos fueron muy vanguardistas y muy importantes para la comunidad académica en formación que vio en la Oceanografía biológica un área en donde profundizar y de suma importancia para el crecimiento científico, cultural y social del país. Para ponerlo en un contexto académico, solamente entre 1995 y 2000, migraron al exterior más de 10 Biólogos o Biólogos Marinos provenientes de la UJTL ó la Universidad del Valle, a realizar estudios de doctorado en Oceanografía o Pesquerías en Chile, Estados Unidos o Europa, con el ánimo de afianzar y ampliar el conocimiento en este ramo, que permitiría -como se detallará más adelante-, retornar al país y darle una visión a los procesos biológicos de nuestros mares en una escala oceanográfica real, más allá de aquella que si acaso superaba con gran esfuerzo el borde de la plataforma continental. Ahora bien, la Oceanografía biológica requiere ineludiblemente de su padre la Oceanografía física y de su hermana la Oceanografía química, quienes en conjunto dan las bases ambientales para poder entender la dinámica de las comunidades marinas a lo largo de la columna de agua ó en el sedimento, donde además la Oceanografía geológica hace su aparición. Y esto ha sido siempre así, por ejemplo, los estudios pesqueros en mar abierto, enfocados a establecer la dinámica del ictioplancton, como indicador de potenciales caladeros de pesca, necesariamente requieren del conocimiento de los patrones de corrientes, del acoplamiento océano-atmósfera, de la presencia de afloramientos de aguas profundas, de la oferta de nutrientes que permitan sostener al fitoplancton y este ser fuente parcial del fitoplancton. Así fue la destacada investigación desarrollada entre 1997 y 1998, denominada Programa de Pesca UE-INPA/VECEP en el Caribe norte y centro colombiano liderado en su momento por la Doctora Guerly Avila de Tabares, el Doctor Luis Manjarres, acompañados por un staff e Ingenieros Pesqueros y Biólogos Marinos destacados y visionarios y cuyo fin fue la evaluación de peces pelágicos pequeños. De allí, 60 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” se desprendieron sendos trabajos de grado, tesis de Maestrías y bases para disertaciones doctorales, que mostraban ese matrimonio entre al menos tres ramas de la oceanografía y que daban respuesta consistente a la dinámica de los peces en esta región del país. Otro ejemplo muy diciente dentro del contexto histórico es el siguiente, para muchos Biólogos Marinos u Oceanógrafos formados a finales de los 80 e inicios de los 90, el conocimiento del concepto de surgencia surgía de un artículo del Doctor Germán Bula-Meyer de 1985, donde daba indicios de un foco de afloramiento de aguas en las costas del Magdalena, basado en la dinámica macroalgal, su principal área de investigación. Vaya artículo!!!, un intento maravilloso de explicar el comportamiento de una comunidad biológica, a partir de un evento que entre otras cubre muy bien la integración dinámica de las cuatro ramas oceanografía, y que tiene un impacto que va desde soportar las principales áreas de pesca en el mundo hasta ser protagonista en la problemática de cambio climático global por su potencial eyección de CO2 a la atmósfera. Claro, después de esto, son muchas las investigaciones desde 1990 hasta la fecha, tanto en el Pacífico como en el Caribe colombiano, que han profundizado en el estudio de estos ecosistemas mosaicos, como los denominó Ramón Margalef al considerarlos sistemas con diferentes procesos en escalas de espacio y de tiempo diferentes. Y así se ha tratado de explicar, cual es la capacidad de estos sistemas en ofertar biomasa fitoplanctónica, de generar carbono orgánico y de transmitirse esa energía a la red trófica marina y sustentar peces ubicados en la parte alta de la red que son de alta importancia comercial. Pero para llegar a esto y generar modelos en paquetes tipo ECOPATH ó STELLA, sin duda, se requiere profundizar en la fricción el viento, en los conceptos de transporte de Ekman, efecto de Coriolis, flujo de nutrientes, es decir en bases físicas y químicas, que dan soporte a esta dinámica biológica entre plancton marino y sus pastoreadores y predadores. Bien, pero una retrospectiva moderna de la Oceanografía biológica del país, no se puede dejar afuera el impacto que la globalización ha tenido en ella. Este concepto de carácter más político y comercial, también tiene raíces en la academia y la investigación. La Oceanografía biológica se ha globalizado y es lógico, los océanos están intercomunicados, son un todo, las barreras continentales no son aisladores, por el contrario, las costas y la topografía submarina no son más que moldeadores de esa interconectividad oceánica mundial, que tiene su máxima expresión en el patrón de circulación global de los océanos, explicado por Wallace Smith Broecker, a quien sin duda las futuras generaciones llamarán el padre de la oceanografía moderna, o postmoderna o del nuevo milenio, en fin, como mejor se quiera. Gracias a la globalización, los científicos del campo de la biología, tienen un acceso más fácil e incluso gratis a imágenes satelitales de adecuada resolución, a sistemas de patrones de corrientes en mesoescala o macroescala, como por ejemplo, los portales de la University of South Florida, de la University of Wisconsin-Madison, o los Programas de la NOAA (OSCAR, Ocean Surface Current Analyses – Real Time), ó a nivel nacional el Programa SARPAR del CIOH., herramientas muy útiles, porque dan información en tiempo real o histórica, de la temperatura superficial del mar, la concentración de clorofila-a ó la dirección y velocidad de las corrientes, bases informáticas que constituyen los cimientos para poder interpretar la dinámica de peces, mamíferos, reptiles marinos como los delfines, las ballenas, las tortugas, el fitoplancton ó zooplancton, reitero, desde ese contexto oceanográfico amplio. 61 Comisión Colombiana del Océano Imagen satelital procesada de agua total precipitable para el mar Caribe colombiano y el océano Pacífico, proveniente del Programa CIMSS de la University of Wisconsin at Madison. 24 de Abril de 2009 Imagen satelital procesada de patrones de corrientes superficiales para el mar Caribe colombiano, provenientes del Programa SARPAR del CIOH. 22 de Febrero de 2009 Todo esto se traduce a que a finales del siglo XX y en la ya casi consumida primera década del siglo XXI, se estén fortaleciendo y creando programas de postgrados en Ciencias Marinas, con un fuerte componente oceanográfico, obviamente con la parte biológica como médula espinal. Un conjunto de universidades públicas y privadas coordinadas por la Universidad Nacional de Colombia, así como Institutos y centros de investigación, están formulando un programa de Doctorado en Ciencias del Mar, donde la Oceanografía hace parte de su fuerte estructura curricular, un programa que por lo demás cuenta con el apoyo del Sistema de Intercambio Académico Alemán (DAAD, Agencia de Noticias, Universidad Nacional de Colombia, Febrero 27 de 2009). La Universidad Jorge Tadeo Lozano, también trae como propuesta académica una Maestría en Ciencias del Mar, donde dentro de las fundamentación básica, la Oceanografía constituye un pilar importante, para posteriormente profundizar en conceptos de biodiversidad, conservación e incluso biotecnología. También vale indicar cruceros realizados a lo largo del Caribe y Pacífico colombiano con alto contenido biológico, resumiendo desde 1997 hasta la fecha, se cuentan con un buen número de campañas, al menos una al año, entre ellas se 62 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” destacan los cruceros CIOH-INVEMAR-Smithsonian, MACROFAUNA I, II y III, MARCORAL, CORPOGUAJIRA, ANH-INVEMAR I y II, más los cruceros ERFEN dentro del programa integrado de los países con ventana hacia el Pacífico tropical y sur. Campañas oceanográficas que han dado clara y amplia información sobre comunidades pelágicas y bentónicas de la plataforma continental, talud superior del Caribe y Pacífico colombiano, además de una amplia información fisicoquímica que han permitido evaluar los cambios de las comunidades fito-zooplanctónicas bajo eventos Niño-Niña y definir bioindicadores de estado. A esto se suma, que bajo la plataforma Scienti de COLCIENCIAS, ya se destacan diferentes Grupos de Investigación en el área de la Oceanografía biológica, muy probablemente no lleven este adjetivo como parte de su nombre, pero si hacen fuerte investigación al respecto, muchos de ellos con sus centros de operaciones en la Universidad del Valle, Universidad Nacional de Colombia, UJTL, Universidad de Antioquia, ENAP, CIOH, EAFIT. ¿Cuando se veía ese crecimiento de cruceros y de grupos de investigación en oceanografía en el país 15 años atrás?? Y si con lo anterior no bastara para destacar esta rama de la Oceanografía en el contexto nacional, el Plan Nacional del Océano y de los Espacios Costeros (PNOEC), promulgado en el 2007, trae inmerso la importancia de la Oceanográfica biológica en el desarrollo del país. Solo falta ver las áreas temáticas que determina dicho plan en lo concerniente a desarrollo económico, territorial ó del ambiente oceánico costero, para comprender que el fortalecimiento de conceptos en aspectos de minerales, hidrocarburos, fuentes de energía, en el manejo integrado de las zonas costeras, en el establecimiento y evaluación de áreas marinas protegidas, o en la generación de información sobre la problemática de cambio climático global, biodiversidad o calidad ambiental marina, requiere de la Oceanografía biológica como uno de los pilares fundamentales para avanzar en cada una de estas áreas. Ahora, es claro que la Oceanografía biológica y en general, todas ellas no tienen un crecimiento acelerado como se desearía, talvés por dos motivos básicos: uno, aún falta tener mayor personal capacitado a nivel de postgrado, a finales del año 2008, COLCIENCIAS informaba que Colombia tiene una baja proporción de Doctores (9,3 por 100.000 habitantes, Diario El Espectador, 21 de Diciembre de 2008), y dos, los costos operativos y de equipos de la oceanografía aún son muy altos para el país, problema que muy seguramente permea a otras o a todas las áreas de la ciencias nacionales. Antes de finalizar, es obligación hacer una mención, así sea muy corta al campo de la Oceanografía geológica del país, cuyo soporte primario se ha centrado en el EAFIT, el INVEMAR y el IGAC. El desarrollo de este campo es inmenso, donde el Doctor Juan D. Restrepo y su equipo en el último Seminario Nacional del Mar, mostró avances destacables para el conocimiento de la geología nacional, pero sin duda alguna el proyecto “Mejora de los sistemas de cartografía del Territorio Colombiano” (COL/B7 – 3100/IB/98/0257) y su publicación Ecosistemas continentales, costeros y marinos de Colombia en el año 2008, es el mejor ejemplo de los avances de esta ciencia, entregándole a la comunidad nacional 18 mapas cartográficos del océano Pacífico y mar Caribe colombiano no solo destacando la batimetría, sino el tipo de sedimento, base fundamental para el futuro inmediato de los oceanógrafos biológicos, que empiezan a dirigir sus miradas a los océanos profundos, tal como lo hicieran en los años 60 y 70 los investigadores del Trieste y el Alvin. Es gratificante saber que la Comisión Colombiana del Océano cumple 40 años de gestión, ente anteriormente llamado Comisión Colombiana de Oceanografía y que para todos los científicos de las ciencias marinas del país tiene un permanente recordatorio porque entre 63 Comisión Colombiana del Océano otras, han apoyado continuamente a través de sus diferentes Secretarios Ejecutivos la realización de Seminarios del Mar, han sido fundamentales referentes en las políticas y legislación marítima, han motivado mesas de trabajo en áreas incluso al día de hoy desconocidas o poco estudiadas en el país, como por ejemplo, las referidas a blooms algales nocivos, o en aspectos a veces olvidados por todos como el papel de Colombia en la Antártica. En fin, si las ciencias marinas en esta rápida remembranza enfocada a la Oceanografía biológica, tienen en promedio una edad de 50 años, pues la CCO, tiene 40, es decir, ha participado directamente o indirectamente en esta dinámica académica, política, investigativa, legislativa, casi en un 100 %. A ellos, las más profundas felicitaciones, como a toda la Armada Nacional de Colombia. Es optimista así decir, que en un mediano plazo se podrá decir que en esos cerca de 1’000.000 km2 que constituyen los océanos patrios, junto con la CCO, la Universidades, los Institutos y Centros de Investigación y su Grupos de Investigación, se logrará ampliar a niveles aceptables el conocimiento oceanográfico del país, enfilado eso si, al sostenimiento y mejoramiento de la calidad de vida de la sociedad. Bahía de Santa Marta, mar Caribe colombiano. Tomado de http://www.invemar.org. co/siam/images/MorroSundown.gif 64 Evaluación de la peligrosidad de inundación de zonas costeras colombianas debido a la acción de dinámicas marinas Mauricio González, Luis Otero, Pablo Agudelo, Raúl Medina y Fernando Méndez R esumen En el presente artículo se analiza el impacto de eventos extremos de la dinámica marina en zonas costeras, y en particular, la evaluación de la peligrosidad por inundación en las costas colombianas. Se analiza eventos de temporales de oleaje asociados a tormentas y huracanes, los cuales combinan la acción conjunta de dinámicas como el del oleaje, la marea astronómica, y la marea meteorológica, siendo el tiempo de actuación de las dinámicas extremas en la costa en la escala de horas a días. Se plantea en este documento una metodología para evaluar la peligrosidad por inundación y su aplicación a la costa colombiana, dando como resultado el denominado “Atlas de cota de inundación del litoral Pacífico Colombiano”. Introducción Las excepcionales condiciones del litoral para el desarrollo de múltiples actividades humanas han propiciado una continua migración de habitantes, industrias y servicios a las zonas costeras. Los motivos de dicha migración han evolucionado en el tiempo siendo históricamente el comercio, la actividad portuaria y los asentamientos agrícolas en los fértiles deltas y llanuras aluviales las causas de dicha migración, mientras que en la actualidad lo son el turismo asociado al ocio y el disfrute del litoral. De acuerdo con el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) cerca de un 50% de la población mundial vive en la zona costera. Todos estos habitantes y bienes materiales 65 Comisión Colombiana del Océano se encuentran amenazados por la inundación costera debida a la dinámica marina. Según las predicciones del IPCC, el riesgo de inundación aumenta cada año para infraestructuras urbanas, turísticas e industriales, tierras de cultivo, áreas de recreo y habitats naturales. Dicho Panel Intergubernamental estima que el número anual de victimas debido a la inundación costera alcanzará las 158.000 en 2020 y que más de la mitad de los humedales desaparecerán como consecuencia de dicha inundación. El coste económico de las acciones de mitigación de los efectos frente a la inundación costera, íntimamente relacionados con la erosión litoral, va en aumento. De acuerdo con los resultados del proyecto Eurosion, en 2001 los fondos dedicados a la protección de las costas en Europa ascendió a 3.200 millones de Euros, un 30% más que en 1986. Es importante señalar que dicho coste solo reflejan las inversiones realizadas para proteger los bienes expuestos a un riesgo inminente, pero no los costes inducidos en las actividades humanas. Según estudios previos del IPCC dichos gastos tiene una media anual de unos 5.400 millones de Euros. El nivel del mar sufre continuas variaciones en respuesta a los diferentes forzamientos atmosféricos, marinos, tectónicos y planetarios, siendo habitual clasificar dichas oscilaciones por la escala temporal de la oscilación. Las oscilaciones más relevantes en términos de inundación cotera son: el oleaje que genera sobre elevaciones al romper en la costa, las ondas infragravitatorias (ondas con períodos de pocos minutos generadas generalmente por el mismo oleaje), la marea meteorológica que genera sobre elevaciones debido al efecto del arrastre del viento, sumando a esto variaciones de la presión atmosférica sobre la superficie del mar (generadas por tormentas marinas, huracanes, el Niño y la Niña), la marea astronómica, y la variación del nivel del mar de largo periodo (cambio climático). A esto hay que añadir eventos puntuales de gran violencia como los tsunamis, los cuales se analizan en otro artículo de la presente edición. Los grandes temporales de oleaje asociados a tormentas, incluidos los huracanes, además de generar grandes vientos y lluvias, generan importantes inundaciones de zonas costeras denominadas en el caso de huracanes marejadas ciclónicas (ascenso nivel del mar por cambios rápidos de la presión atmosférica), a lo cual hay que sumar importantes alturas del oleaje rompiendo en la costa. El huracán Katrina fue uno de los ciclones tropicales más mortíferos, destructivos y costosos que haya impactado a Estados Unidos en décadas. Katrina formó parte de la temporada de huracanes en el Atlántico de 2005. Se estima que el Katrina causó daños materiales por 75 mil millones de dólares estadounidenses, convirtiéndose en el huracán más costoso en la historia de los Estados Unidos; la tormenta causó la muerte a 1.836 personas, 235.000 evacuados, con un área inundada de unos 234.000 Km2, convirtiéndose en el huracán más mortífero de Estados Unidos desde el Huracán Okeechobee de 1928. Las costas colombianas se han visto afectadas en los últimos 30 años por el paso de varios huracanes y tormentas tropicales en el Caribe, como son: Irene en 1971, Joan en 1988, la tormenta tropical Bret en 1993, Leni en 1999 y Juan en 2004 entre otros. Las tormentas tropicales anualmente generan importantes oleajes en las costas, provocando muchas veces graves problemas de inundación en zonas bajas de la costa, además de problemas de erosión de playas y destrucción de infraestructura costera (puertos, paseos marítimos, servicios públicos, edificaciones, etc.). Es indudable que los avances en el conocimiento y pronóstico del impacto de huracanes y temporales marinos sobre las zonas costeras, inciden profundamente en el desarrollo de estrategias de mitigación que reducen el riesgo de inundación. El desarrollo de estas estrategias depende del conocimiento que se tenga del fenómeno que da origen a la amenaza. Es por ello que el principal objetivo de la evaluación de la peligrosidad o amenaza por dichas dinámicas, debe ser el predecir 66 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” o pronosticar su comportamiento, sobre todo en cuanto a la capacidad de destruir y/o causar daños, por lo tanto, la evaluación dependerá de su magnitud, intensidad y extensión espacial. La capacidad para identificar zonas en riesgo por inundación proporciona a las comunidades costeras la principal herramienta para prepararse ante esta amenaza, ya que una vez la comunidad ha identificado las zonas en riesgo, se pueden desarrollar planes de prevención A continuación se presenta una breve descripción del fenómeno anteriormente expuesto, la forma de evaluar su peligrosidad en cuanto a la inundación de zonas costeras, y su aplicación en el litoral colombiano. Inundación debido a temporales de oleaje y huracanes Descripción del fenómeno El oleaje es, sin lugar a dudas, la oscilación del mar más comúnmente conocida y también la más relevante en términos de erosión litoral e inundación costera. El oleaje, generado por la acción del viento sobre la superficie del mar, es una oscilación del nivel del mar con periodos entre 3-30 segundos cuya magnitud, en un periodo de retorno de 50 años, supera los 5 metros de altura de ola significante en las costas atlánticas colombianas. Figura 1, Imágenes del temporal de 28 de Octubre de 1997 afectando al puerto y playa de Llançá, Gerona (Fotos cortesía de J. Hugas) En la figura 1 se muestra un ejemplo de los efectos de los temporales de oleaje en las infraestructuras portuarias. La figura muestra el puerto pesquero-deportivo de Llançá (España), el cual estuvo sometido a un temporal de dirección Este-Nordeste – llevantada - en Octubre de 1997. La virulencia del temporal (altura de ola significante de 5.4 m en la boya de Rosas) se aprecia en la fotografía A, donde se muestra el rebase de la ola por encima del espaldón del puerto afectando a la lonja. Por otro lado, como puede apreciarse en la fotografía B, la playa de la Gola fue completamente inundada por la lámina de agua. En este caso particular la sobreelevación por marea meteorológica no fue de gran importancia, debiéndose la inundación casi en exclusiva a la magnitud del oleaje (la sobreelevación por marea meteorológica fue inferior a los 10 cm.). 67 Comisión Colombiana del Océano Las ondas infragravitatorias son oscilaciones del nivel del mar con periodos entre 50-500 segundos. El origen de esta oscilación es la modulación del oleaje de viento en paquetes de olas grandes olas pequeñas producida por la propagación del mismo en la plataforma continental. Esta modulación del tren de oleaje incidente origina perturbaciones en el equilibrio de fuerzas dinámicas de la masa de agua generándose variaciones en el nivel del mar que tienden a equilibrar el sistema. Estas oscilaciones, conocidas como ondas infragravitatorias o como ondas largas asociadas a los grupos de olas, tienen una magnitud de centímetros o escasos decímetros en aguas profundas pero, como los tsunamis, se amplifican a medida que alcanzan la costa. Este tipo de oscilación muestra su relevancia en los puertos, donde puede acoplarse con los modos propios de oscilación de las dársenas dando lugar a fenómenos de resonancia portuaria, y en las playas, donde la rotura del oleaje libera las ondas largas atrapadas en los grupos y la suave pendiente del talud de las playas amplifica la magnitud de las mismas llegando a superar el metro en condiciones de temporal. La marea meteorológica es una oscilación del nivel del mar debido a la acción conjunta de la presión atmosférica y al arrastre del viento, y su periodo puede ser desde varios minutos a días. Las bajas presiones atmosféricas asociadas al paso de las borrascas tropicales y huracanes generan un ascenso del nivel del mar asociado a la depresión barométrica de la misma. Las grandes borrascas tropicales que afectan al litoral caribe colombiano generan, de modo habitual, sobreelevaciones del orden de 30-40 cm. y pueden llegar a generar sobreelevaciones del orden del metro. El viento, por su capacidad de arrastrar agua, es otro factor que puede dar lugar a la sobreelevación del nivel del mar en la costa. Para que la acción del viento genere una elevación del nivel del mar de entidad es necesario que la magnitud del viento sea importante, por encima de los 20 m/s, y, fundamentalmente, que se den determinadas condiciones de geometría de la costa y de poco calado. En algunos lugares del mundo, bien por la magnitud de las borrascas (huracanes) bien por las características geométricas de la costa (Países bajos, Venecia...) los efectos de la marea meteorológica pueden llegar a ser, combinados con la presencia de oleaje, devastadores. En Colombia, y particularmente en el Atlántico, se producen eventos de marea meteorológica importantes, con la consiguiente inundación costera. El paso del huracán Leni a lo largo de la costa Colombiana, en Noviembre de 1999, provocó graves destrozos, erosión e inundación en las zonas litorales, afectando de manera importante a una gran parte de la población y de las infraestructuras turísticas de Cartagena y zonas adyacentes. Una imagen de lo acontecido se muestra en la figura 2. Figura 2, Impacto del huracán Leni en la costa de Cartagena, (A) erosión de la playa en Mansanillo del Mar, y (B) impacto en edificaciones en la zona de Crespo. 68 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” A la vista de estos resultados se concluye que el fenómeno de inundación costera es un fenómeno en el cual es necesario tener en cuenta no sólo el oleaje y la marea meteorológica de manera independiente sino que hay que modelar la correlación entre ambos. Con respecto a la marea astronómica, ésta es una oscilación del nivel del mar de carácter determinista cuyo periodo de oscilación oscila entre las 12 horas y los 19 años. La magnitud de la misma a lo largo del litoral colombiano es muy variable con mayores carreras de marea en la costa Pacífica, donde se superan los 4 metros, y un mínimo en la costa Atlántica donde en algunas zonas apenas si se alcanzan los 40 cm. en las mareas vivas equinocciales. Contrariamente a lo que pudiera parecer, la marea astronómica juega un papel de “laminación” de los eventos extraordinarios de inundación costera puesto que la coincidencia de un evento de oleaje y marea meteorológica extremos coincidiendo con una marea viva equinoccial tiene una frecuencia de ocurrencia menor. Lo habitual es que dichos eventos extremos sucedan con mareas medias y, por tanto, se atenúen los efectos de la sobreelevación meteorológica. Finalmente, se conoce como Fenómeno Cálido del Pacífico o Fenómeno de El Niño-Oscilación del Sur, ENOS, a la aparición de aguas superficiales relativamente más cálidas que lo normal, desde el centro del Pacífico tropical hasta las costas del norte del Perú, Ecuador y sur de Colombia. Normalmente, las aguas del Pacífico occidental (Australia, Oceanía y sudeste asiático) se caracterizan por aguas cálidas de entre 29 y 30ºC, en contraste con el sector oriental (costa de Suramérica) donde se concentran aguas de características antárticas, con temperaturas que varían entre 22 y 24ºC. Por contraste, la fase fría de este proceso, recurrente pero no periódico, es conocida como “La Niña”. Este calentamiento, observado durante los fenómenos cálidos del Pacífico, tiene un promedio de duración de 12 meses, pero se han registrado fenómenos de siete meses en 1951 y de 18 meses entre 1982-1983. Pero este fenómeno también está asociado al desplazamiento de la Zona de Convergencia Intertropical, ZCIT. La ZCIT se desplaza más al sur cuando se presenta “El Niño”, lo que significa una disminución de la presión atmosférica en el litoral Pacífico colombiano y, por consiguiente, un aumento en el nivel medio del mar. 2.2 Régimen de cota de inundación De todo lo anterior se deduce que la inundación costera es un fenómeno aleatorio fruto de la combinación de diferentes procesos de la dinámica marina. De una manera simplificada el fenómeno de inundación costera puede ser representado de acuerdo al siguiente esquema, figura 3. En un instante determinado, un punto del litoral está caracterizado por un nivel de marea (NM) compuesto por la marea astronómica y la marea meteorológica (MA+MM) y una batimetría, estando incluidas dentro de la MM las sobre elevaciones debido a huracanes y el efecto del Niño y la Niña (ENOS). Sobre este nivel se encuentra el oleaje que, en función de sus características y de la batimetría de la playa, se propaga hacia la costa. Al alcanzar la costa, el oleaje rompe (en la playa, dique o tajamar de escollera, paseo maritimo…) produciéndose un movimiento de ascenso de la masa de agua a lo largo del perfil de la costa, run-up (RU). Todos estos factores están relacionados entre sí. Además de la interacción entre los elementos (oleaje-batimetría-nivel de marea-ascenso), el fenómeno de la inundación presenta la complicación añadida de que algunos de los factores (oleaje, viento...) son variables aleatorias y, por tanto, su presentación está sujeta a una determinada probabilidad. La cota de inundación solo incluye variables marinas, no incluye efectos como las inundaciones de ríos. 69 Comisión Colombiana del Océano Figura 3. Esquema de los factores que inciden en la cota de inundación en un punto del litoral Por consiguiente, la determinación de la cota de inundación es un problema estocástico de extremos. Una de las consecuencias de que sea un problema estocástico, es que no existe un “límite determinista al que llegan las olas durante el peor temporal”, sino que cada nivel tendrá “una probabilidad de ser sobrepasado en un temporal determinado”. Los métodos existentes para estimar la distribución de la cota de inundación en una determinada localización, usando datos de campo, pueden dividirse en: (1) métodos directos en los que se analizan los extremos de los niveles de agua observados y (2) métodos indirectos en los que los factores (marea astronómica, marea meteorológica y oleaje) se analizan por separado y el nivel extremo se deduce a partir de ellos. Dentro de estos últimos, a su vez, puede distinguirse entre métodos indirectos teóricos en los que los factores son combinados de manera teórica a través de sus funciones de distribución y los métodos indirectos de simulación numérica. Dado que la disponibilidad de datos medidos se circunscribe a un número limitado de ubicaciones son los métodos indirectos los únicos realmente viables para estimar la cota de inundación a lo largo del litoral colombiano. 2.3 Atlas de cota de inundación del pacífico colombiano: Metodología de cálculo Debido a la importancia que tiene el conocimiento de la inundación del litoral, es necesario que los países realicen una evaluación preliminar del riesgo de inundación en sus costas, siendo necesario disponer de una herramienta que permita predecir, desde una óptica estadística, el nivel de marea (marea astronómica + marea meteorológica que incluye el Niño y la Niña) y la cota de inundación en playas (nivel de marea + run-up). El método estadístico utilizado se basó en una simulación temporal de las variables que intervienen en el proceso de inundación. Dicho método tiene la ventaja de que se modela temporalmente los procesos físicos tal y como ocurren en la naturaleza. Las funciones de dis- 70 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” tribución de las variables aleatorias, la correlación entre las mismas y su distribución temporal se obtuvieron a partir de datos instrumentales disponibles en la costa pacífica colombiana (Datos de estaciones mareográficas del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, IDEAM y de oleaje de la boya NOAA 32301 para la calibración de datos obtenidos por retro análisis numérico). El desarrollo detallado del método de simulación así como el tratamiento estadístico de los datos utilizados se presenta en los “Documentos Temático y Complementario de Cota de Inundación” (GIOC, 1998), indicándose, a continuación, las líneas básicas de la metodología aplicada. Proceso de cálculo El proceso general del cálculo del régimen de cota de inundación en un punto del litoral fue el siguiente: 1) estudio de la dependencia estadística entre las variables involucradas; 2) estudio de la dependencia temporal entre datos sucesivos de una variable; 3) obtención de las funciones de distribución de las diferentes variables; 4) establecimiento de formulaciones para factores de los que no hay información directa (por ejemplo oleaje a pie de playa en función de oleaje en boya, run-up en función de oleaje a pie de playa); 5) simulación temporal por medio de Monte Carlo; y 6) determinación de los regímenes de cota de inundación. Para todas las zonas analizadas se determinó la cota de inundación en dos supuestos diferentes que se denominaron: mar abierto (en el que se consideraba que los únicos factores que generan variación del nivel del mar son la marea astronómica y la marea meteorológica; al nivel del mar obtenido como suma de estos dos factores se le denomina nivel de marea) y playas (en el que se consideraba que el nivel del mar está gobernado por la marea astronómica y meteorológica, así como por el run-up del oleaje; al nivel del mar obtenido como suma de estos tres factores se le denomina cota de inundación). Simulación del nivel del mar en mar abierto (nivel de marea) Para la realización de la simulación se consideró que la marea astronómica es un fenómeno determinista que en un instante dado viene dada por una suma de componentes armónicas conocidas. Los datos de marea meteorológica (que incluyen el efecto del Niño y la Niña), obtenidos a partir de los residuos de las series medidas por los mareógrafos, fueron analizados estadísticamente. Simulación del nivel del mar en playas (cota de inundación) La determinación del régimen de niveles de mar en una playa requiere el conocimiento de la distribución del run-up debido al oleaje. Dado que, en general, no existen datos medidos de dicha variable, la estima de dicho fenómeno se realizó a partir de la formulación de Nielsen y Hanslow (1991). Esta formulación exige el conocimiento de la altura de ola significante y el período de pico del oleaje a pie de playa, así como el talud medio de la zona de ascenso descenso de la misma. Con objeto de confeccionar un Atlas de Inundación válido para todas las playas abiertas, se procedió a realizar varias simplificaciones en la determinación del oleaje a pie de playa en cualquier punto del litoral del pacífico colombiano (batimetría recta y paralela para distintas orientaciones significativas de las playas). El proceso de simulación consistió en la generación numérica de niveles de mar en la playa (cota de inundación) como suma del nivel de la marea astronómica más el nivel producido por la marea meteorológica más el nivel generado por el run-up del oleaje, figura 4 71 Comisión Colombiana del Océano Figura 4. Esquema del proceso de simulación 2.4 Atlas de cota de inundación del pacífico colombiano: Resultados Con base en la metodología anteriormente descrita se confeccionaron una serie de gráficos en los que se presentan los regímenes de niveles en mar abierto y playas del litoral pacífico colombiano. Detalles de este trabajo se recogen en Agudelo et al (2004) y DIMAR (2004). Información Utilizada A efectos de caracterización del régimen de niveles del litoral se estableció una zonificación del mismo en “áreas homogéneas” de acuerdo con sus características de oleaje, marea astronómica y marea meteorológica, configuración de la costa y el emplazamiento de las fuentes de información disponible. En el análisis efectuado se asume que el régimen de inundación dentro de un “área homogénea” es idéntico en todos los puntos del litoral de dicha zona. De acuerdo a esto se ha dividido el Pacífico colombiano en cuatro zonas: I. Tumaco, II. Buenaventura, III. San Juan y IV. Bahía Solano. La figura 5 muestra la localización de las estaciones de nivel del mar y oleaje y la zonificación realizada para el cálculo de la cota de inundación. Figura 5. Zonificación del litoral Pacífico colombiano a efectos de la cota de inundación 72 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” Se utilizaron loa registros horarios de nivel del mar de las estaciones del IDEAM de Tumaco, Buenaventura y Bahía Solano (véase figura 5), con datos horarios desde noviembre de 1951 hasta diciembre de 2001. Los regímenes de oleaje se construyeron con los resultados obtenidos del modelo Wavewatch III, calibrados con los registros de la boya NOAA 32301 localizada en el punto de coordenadas 09.9º S y 105.20º W (frente a la costa de Perú). Wavewatch III es un modelo de oleaje de tercera generación que simula las condiciones del mar a partir de datos de un retroanálisis de variables atmosféricas. Se obtuvieron así las series de oleaje en 4 puntos diferentes del Pacífico colombiano (puntos WW-III), localizados como se muestra en la figura 5. La información consta de valores, cada 3 horas, de altura de ola significante, Hs, período de pico, Tp, y dirección dominante, Dp, entre enero de 1979 y diciembre de 2000. Resultados Aplicando entonces la metodología anteriormente descrita a las cuatro zonas mostradas en la figura 5 se calculó el nivel de inundación para playas de pendiente infinita con orientaciones características al Oeste, divididas cada 22.5º desde el SSW hasta el NNW (véase rosas de orientación de playas en cada zona en figura 5). Se han supuesto dos casos típicos: playas disipativas con pendientes medias (tan 0.1 y tamaños de arena finos) y playas reflejantes con pendientes medias (tan 0.15 con tamaños de arena gruesos), para las cuales se ha estimado tanto el régimen medio como el extremal; para este último se ha utilizado la serie de niveles máximos anuales. El régimen medio se ha representado en función del número de olas al año que superan cierta cota de inundación (Figura 6), mientras que el extremal se ha graficado en un papel probabilístico Gumbel de máximos para diferentes períodos de retorno en años (Figura 7). Por ejemplo, en una playa disipativa localizada en la zona I de Tumaco, orientada al NW (como las playas de la ciudad de Tumaco), hablando en términos medios anuales (Figura 6, línea continua verde), se espera que la cota de inundación que es superada 1 hora al año, esté alrededor de la cota 6.4 m con respecto al cero del puerto (bajamar viva equinoccial), lo cual quiere decir que si tenemos un rango de marea viva equinoccial de 4 m en la zona, se espera que anualmente en términos medios el nivel del mar en las playas de Tumaco sobrepase la pleamar viva equinoccial en 2.4m, aspecto relevante para las viviendas en palafitos de la zona. Si la playa es reflejante, se espera que la cota llegue hasta 8.2 m (línea verde discontinua), lo cual equivale a 4.2 m por encima de la marea viva equinoccial en la zona. Por otro lado, en el régimen extremal (Figura 7), se espera que en un período de retorno de 50 años la playa disipativa alcance una cota de inundación de unos 7.2 m (3.2 m por encima de la marea viva) y en el caso de una playa reflejante en la zona, la cota de inundación alcanza 8.5 m (4.5 m por encima de la pleamar). Vemos que en el análisis de muchos años la cota de inundación se incrementa más en la playa disipativa que en la reflejante. Con objeto de utilizar una única referencia para todas las zonas, todos los resultados de nivel de mar se han referenciado al nivel medio del mar. No obstante, y dado que en los trabajos de ingeniería marítima suele ser usual utilizar otras referencias como el cero del Puerto, en el Atlas de cota de inundación se presenta un pequeño croquis, tomado de la información facilitada por los puertos, en el que se señala la posición relativa de las diferentes referencias. Los resultados del estudio de cota de inundación del pacífico de Agudelo et al. (2004) han sido incluidos en el Sistema de Modelado Costero Colombiano (SMC-Col), el cual es un sistema informático que incluye modelos numéricos, bases de datos de la costa y metodologías de 73 Comisión Colombiana del Océano estudio que permiten analizar problemas costeros en diferentes escalas espaciales y temporales, permitiendo proponer alternativas de solución. Además de los datos de cota de inundación del pacífico, el sistema incluye otra información de la costa Atlántica y Pacífica colombiana, como son: batimetrías de las cartas náuticas y oleajes a lo largo de la costa. En la figura 8 se muestran algunas pantallas del Atlas de inundación. Este Sistema ha sido desarrollado con base en el SMC español González et al. (2007) (ver detalles en www.smc.unican.es), desarrollado originalmente por el Ministerio de Medio Ambiente español y el Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria (IHC). La versión colombiana ha sido desarrollada en colaboración de la DIMAR y el IHC. Figura 6. Regímenes medios de cota de inundación para la Zona I. de Tumaco. Cota inundación referida al cero del puerto, para diferentes orientaciones de playa en la zona, y dos tipos de playa: reflejantes y disipativas. Figura 7. Regímenes extremales de cota de inundación para la Zona I. de Tumaco. Cota inundación referida al cero del puerto, para una playa orientada al NW, y dos tipos de playa: reflejantes y disipativas. 74 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” Figura 8. Sistema de Modelado Costero Colombiano (SMC-Col). Pantallas del Atlas de Inundación del Pacífico colombiano 2.5 Tendencias a largo plazo del régimen de cota de inundación Como ya se ha comentado con anterioridad, la inundación costera presenta ciclos de variabilidad de muy largo plazo asociados a los ciclos climáticos de variación de las diferentes variables que dan lugar a dicha inundación. Es importante señalar que no solo la variación del nivel medio del mar es relevante a efectos de tendencias en el régimen de inundación, sino también la variación que el cambio climático esta teniendo en el número de temporales, la intensidad de los temporales y características de los mismos (trayectoria de las borrascas y huracanes, velocidad de movimiento de las borrascas y huracanes, alturas de ola y períodos). A esto hay que añadir la variabilidad inducida por otros fenómenos como el Niño o la Niña. Las variaciones en el régimen de oleaje, marea meteorológica y nivel medio del mar conllevarán importantes efectos en la inundación costera tanto en lo que se refiere a las playas como lo que se refiere a las estructuras de defensa portuarias y protección costera. En concreto, los efectos más importantes que el cambio climático puede suponer en las playas se manifestarán básicamente en la variación en la cota de inundación y en el retroceso de la línea de costa. En el caso de la cota de inundación, este parámetro viene determinado por la probabilidad conjunta de la marea astronómica, de la marea meteorológica, del run- up en la playa, el aumento del nivel medio del mar y variaciones debido al Niño y la Niña. En cuanto al retroceso de la línea de costa, que traerá parejo un aumento de la inundación costera, este retroceso estará inducido por un aumento en el nivel medio del mar, que hace que el perfil activo de la playa tenga que ascender para llegar al equilibrio dinámico con esta nueva condición de nivel medio. Para ello, es necesario cubrir el déficit de arena que se produce en el perfil activo y este se hará a expensas de la arena de la playa seca y de la berma, produciendo un retroceso de la línea de pleamar. Otro parámetro que puede contribuir a un retroceso adicional de las playas es la variación en la dirección del flujo medio de energía, debido a cambios en la 75 Comisión Colombiana del Océano dirección de las borrascas y/o cambios en los períodos de las olas, los cuales inducen al basculamiento en planta de las playas, y por tanto en algunos casos a pérdidas de arena por los contornos laterales, conduciendo finalmente al retroceso de la línea de costa. Dicho retroceso es altamente dependiente del tipo de playa que se considere, así como de la propagación que el oleaje sufra desde profundidades indefinidas hasta la playa en concreto. Con respecto a los posibles efectos en obras marítimas, los cambios de largo plazo debidos al cambio climático puede suponer importantes cambios en el rebase de las obras, tanto en estructuras en talud así como en estructuras verticales. Como también en la inestabilidad de los mantos de enrocado si hay aumentos en la altura de ola, pudiendo llevar a algunos diques o tajamares a su colapso. Conclusiones El nivel del mar sufre continuas variaciones en respuesta a los diferentes forzamientos atmosféricos, marinos, tectónicos y planetarios. Las oscilaciones más relevantes en términos de inundación cotera son: el oleaje, las ondas infragravitatorias, la marea meteorológica (generadas por tormentas marinas, huracanes, el efecto del Niño y la Niña), la marea astronómica, y la variación del nivel del mar de largo periodo (cambio climático). A esto hay que añadir eventos puntuales de gran violencia como los tsunamis. El principal objetivo de la evaluación de la peligrosidad o amenaza por dichas dinámicas, debe ser el predecir o pronosticar su comportamiento, sobre todo en cuanto a la capacidad de destruir y/o causar daños, por lo tanto, la evaluación dependerá de su magnitud, intensidad y extensión espacial. El método propuesto proporciona una herramienta para la determinación de la cota máxima de inundación de la costa Pacífica colombiana, basándose en registros de las variables, aplicación de métodos estadísticos y simulaciones por métodos de Montecarlo con modelos numéricos. Esta estimación ha considerado todas las posibles variables que intervienen en el proceso. Con base en una metodología que combina estadísticamente datos medidos de las variables involucradas y modelos numéricos, se confeccionaron una serie de gráficos en los que se presentan los regímenes de inundación de niveles en mar abierto y playas del litoral pacífico colombiano. Los cuales han sido incorporados en el Sistema de Modelado Costero Colombiano, herramienta numérica desarrollada en colaboración de la DIMAR y el Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria (España). Bibliografía • Agudelo, P., González, M., Medina, R. 2004. Determinación de la cota de inundación del Pacífico colombiano. XXI Congreso Latinoamericano de Hidráulica. IAHR, ISBN: 85-904853-2-3, São Pedro (Brasil). • DIMAR, 2004. “Convenio marco de colaboración científica, técnica y académica entre el Ministerio de Defensa Nacional – Dirección General Marítima (Colombia) y la Fundación Leonardo Torres Quevedo de la Universidad de Cantabria (España). Resumen ejecutivo 76 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” II, Actividades desarrolladas año 2003, Anexo 1. Atlas de inundación del litoral pacífico colombiano”, Bogotá, p.p 78. • G.I.O.C., Grupo de Ingeniería Oceanográfica y de Costas, 1998. “Documentos Temático y Complementario de cota de inundación”. Universidad de Cantabria. http://www.smc.unican.es/ES/doc_tem_atlas.htm • González, M., Medina, R., González-Ondina, J., Osorio, A., Méndez, F. J., García, E., 2007. An integrated Coastal Modeling System for analyzing beach processes and beach restoration projects, SMC. Computers & Geosciences (Elsevier), Vol.33, Issue 7, 916–931. • Nielsen, P. and D.J. Hanslow (1991). Wave run-up distributions on natural beaches. Journal of Coastal Research. Vol. 7, Nº 4, pp. 1139-1152. 77 Peligrosidad debido a tsunamis en el litoral pacífico colombiano y análisis de una alternativa para mitigar su impacto Luis Otero, Mauricio González e Iñigo Losada R esumen El Bloque Norte de los Andes, es una región de intensa actividad sismológica, en particular, la franja sísmica ubicada frente a litoral pacifico sur de Colombia y norte de Ecuador. En esta zona, durante el pasado siglo XX, se produjeron seis grandes terremotos con Mw> 7.7. A estos terremotos, estuvieron asociados la generación de tsunamis, que causaron graves daños y perdidas de vidas humanas en la región costera del litoral pacifico colombo-ecuatoriano, en particular el evento de 1979 que afectó a gran parte de los habitantes de la Bahía de Tumaco. La alta sismicidad de la región es producto de la subducción de la Placa de Nazca bajo la placa Suramericana, especialmente en donde la dorsal Carnegie subduce debajo de Ecuador. Por lo anterior, el presente trabajo tiene como objetivos evaluar el riesgo al que se encuentran expuestos los 120.000 habitantes de Tumaco frente a la acción de tsunamis y, a su vez, analizar la alternativa de regenerar la antigua Isla del Guano, cordón litoral de arena frente a la ciudad de Tumaco, la cual desapareció durante el tsunami de 1979, y que precisamente durante dicho evento, se “cree” desempeñó un papel protector reduciendo sustancialmente la magnitud del desastre. Descriptores Tsunami, Inundación zonas costeras, Maremotos del pacífico colombiano, medidas de mitigación, Isla del Guano. 78 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” Introducción Los tsunamis son fenómenos que ocurren con poca frecuencia, pero representan una mayor amenaza que los terremotos, huracanes y tornados, (Synolakis y Bernard, 2006). En los últimos cien años se ha presentado un promedio de 10 eventos/año ( <1 m), 1 evento/año (1< <5 m) y un evento en 17 años ( >5 m), los cuales, desde 1850, han causado, alrededor del mundo, la pérdida de más de 420 mil vidas humanas y cuantiosos daños sobre las infraestructuras costeras (Bernard et al, 2006). Recientemente, el 26 de diciembre de 2004, en la región costera de Indonesia el movimiento del lecho marino generó un tsunami que alcanzó más de 30 metros de amplitud a lo largo de la zona costera adyacente, provocando pérdidas superiores a 168.000 vidas (Bernard et al, 2006). Este mismo evento, a las 2 horas de haberse generado, ya había cobrado la vida de otras 63.000 personas en Tailandia, Sri Lanka e India. En la costa Pacífica Colombiana los tsunamis históricamente han generado estragos al sur del país, con un gran impacto en la ciudad de Tumaco. Un sismo importante de magnitud 7,9 ocurrió el 12 de diciembre de 1979 a lo largo de la costa pacífica de Colombia y Ecuador. El terremoto y el tsunami asociado fueron responsables de la destrucción de por lo menos seis aldeas de pescadores y de la muerte de centenares de personas en la costa Sur del Pacífico Colombino. El tsunami generado causó gran destrucción en la ciudad de Tumaco y las poblaciones de El Charco, San Juan, Mosquera y Salahonda en el Pacífico Colombiano. El número total de víctimas de esta tragedia fue 259 muertos, 798 heridos y 95 desaparecidos. (Otero y González, 2004). La capacidad para identificar zonas en riesgo por inundación proporciona a las comunidades costeras la principal herramienta para prepararse ante esta amenaza, ya que una vez la comunidad ha identificado las zonas en riesgo, se pueden desarrollar planes de prevención como sistemas de alerta que permitan a los residentes una evacuación segura, medidas de mitigación como planes de ordenamiento territorial que evite el asentamiento de poblaciones en zonas expuestas o la construcción de infraestructuras especiales (hospitales, estaciones de bomberos, centrales eléctricas, industrias de alto riesgo como la petro-química, etc), pero sí podría ser empleada para algún tipo de uso industrial, explotación agrícola o ganadera de bajo impacto ambiental, social y económico. Otras medidas de prevención son el planteamiento de normas y guías estructurales para la edificación en zonas de riesgo, la construcción de obras de protección para infraestructuras localizadas en zonas de riesgo como puertos, industrias, comunidades, etc., campañas de educación orientadas a la población, que les permita entender la naturaleza del peligro, informarles y prepararles de cómo responder frente a un eventual peligro. A continuación se presenta una breve descripción del fenómeno, la forma de evaluar su peligrosidad en cuanto a la inundación de zonas costeras, y su aplicación en el litoral colombiano. Inundación costera debido a tsunamis Descripción del fenómeno Los tsunamis son ondas oceánicas generadas a causa de movimientos sísmicos, deslizamientos de tierra, erupciones volcánicas, impactos de meteoritos o explosiones submarinas. Esta 79 Comisión Colombiana del Océano perturbación repentina en el océano, causa una deformación prácticamente inmediata en la superficie del agua. La energía potencial transmitida al volumen de agua es convertida en energía cinética por la fuerza gravitacional, la cual trabaja como fuerza restauradora del sistema. Como resultado, se genera un grupo de ondas de período muy largo (5 a 100 minutos), donde la onda inicial o líder del grupo tiene una gran longitud de onda, con respecto a la profundidad de la fuente de generación (3 a 10 km), usualmente del orden de O ~ (100 km). Dicha onda líder se propaga con una velocidad de donde h es la profundidad del agua. Por ejemplo, la profundidad media en el Océano Pacífico es del orden de 4 km, por lo que la onda líder de un tsunami viaja, aproximadamente, a una velocidad de 700 km/h. Sin embargo, la amplitud de la onda típica de un tsunami en aguas profundas es usualmente muy pequeña, del orden de los centímetros a 5 metros. La velocidad orbital de las partículas del fluido y el flujo de momento asociado, son pequeños en el océano. Sin embargo, cuando el tsunami alcanza la región costera, donde se reduce la profundidad del agua, la longitud de la onda disminuye y la amplitud de éste se incrementa. A partir de la fuente de generación y en aguas profundas, la energía del tsunami se dirige radialmente hacia la costa que, dependiendo de su configuración batimétrica, en unos casos provoca el aumento y en otros la disminución de la energía en la zona costera. Un tsunami puede llegar a viajar grandes distancias y causar graves daños materiales y pérdidas de vidas humanas en zonas costeras. Debido a la estrecha relación existente entre los movimientos sísmicos y los tsunamis, las principales zonas generadoras de este fenómeno coinciden con las áreas sísmicas oceánicas y costeras más activas. A nivel mundial se distinguen cuatro zonas generadoras de tsunamis que son: (1) la pacífica, (2) la índica, (3) la atlántica y (4) la mediterránea, figura 1. Figura 1. Placas tectónicas y principales zonas de generación de tsunamis alrededor del mundo (elipsoides blancos). Medidas de mitigación frente al riesgo por tsunami En el caso de los riesgos naturales, como el debido a tsunamis, al ser imposible intervenir sobre la amenaza, es comprensible que los trabajos científicos y técnicos se centren en estudiar la vulnerabilidad y las técnicas de prevención-mitigación para reducirla, ya que el objetivo final es conseguir así la reducción del riesgo. Cualquier acción preventiva tomada antes, durante 80 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” o después de la ocurrencia de un fenómeno natural destructivo intentando reducir sus consecuencias, se denomina mitigación. Como ejemplos de acciones mitigadoras tenemos: (1) Implementación de sistemas de alarma frente a tsunamis; (2) medidas de protección y (3) medidas de adaptación. Implementación de sistemas de alarma La implementación de sistemas de alarma requiere de 4 elementos fundamentales: una red sísmica, un sistema de observación oceanográfica, una base de datos de simulaciones numéricas y un sistema de alerta. En primer lugar, es necesario contar con una red sísmica dimensionada adecuadamente para poder evaluar en tiempos relativamente cortos la localización del sismo y la posibilidad de que un determinado evento sísmico pueda dar lugar o no a un tsunami. En este sentido es necesario recalcar que no todos los eventos sísmicos tienen la capacidad de generar un tsunami, y precisamente en la determinación de dicha capacidad es donde reside la mayor fuente de error a la hora de emitir alertas. Esta es la razón principal por la que el segundo elemento con el que debería contar el sistema de alerta es un sistema de observación oceanográfico, con el objeto de ratificar si realmente se ha producido o no el tsunami. En la actualidad, se utilizan sistemas DART compuestos por un sensor de presión en el fondo, que detecta el paso del tsunami, y una boya receptora y emisora. Este equipo es ampliamente utilizado en el sistema de alerta del Pacifico. La gran profundidad a la que pueden instalarse estos equipos permite tener el tiempo suficiente para tomar medidas de evacuación en muchos países potencialmente en riesgo frente a un tsunami en el pacifico. El tercer elemento necesario para la red de alerta sería una extensa base de datos generada mediante modelos numéricos. Esta base de datos cubriría un gran número de eventos posibles, definidos una vez determinadas las potenciales fuentes de generación de tsunamis y los mecanismos de generación correspondientes, y permitiría obtener la localización de las zonas con más probabilidad de ser afectadas, los tiempos de arribo, mapas de inundación, etc. Este tercer elemento es hoy por hoy necesario, dado que al no ser posible ejecutar los modelos en tiempo real, se demoraría considerablemente la capacidad de respuesta frente al tsunami. La red sísmica, la base de datos numérica y el sistema de observación oceanográfico deben estar integrados dentro de un sistema de comunicación altamente eficiente y seguro que, una vez detectado el tsunami en el sistema de observación, permita enviar toda la información requerida al último eslabón de la cadena, al sistema de transmisión de la alerta. Este debe contar con la infraestructura y protocolos necesarios para garantizar que las instituciones involucradas en los comités locales de atención de desastres tomen las medidas necesarias para la evacuación, protección, etc. Protección La segunda posibilidad para reducir el riesgo frente a tsunamis es la introducción de medidas de protección, entendiendo como tales estructuras o elementos que contribuyan a disminuir la posible incidencia de un tsunami. Evidentemente, el hecho de que los tsunamis, aun tratándose de tsunamis relativamente cercanos, actúen sobre una gran longitud de costa, descarta realizar actuaciones encaminadas a la construcción de grandes longitudes de diques que “blinden” la costa. Es decir, la construcción de este tipo de estructuras, muy utilizadas 81 Comisión Colombiana del Océano especialmente en Japón, es solo aplicable a zonas de alta vulnerabilidad, especialmente en puertos o zonas urbanas. Sin embargo, la experiencia del tsunami de Indonesia ha puesto una vez mas de manifiesto que existen “estructuras naturales” como playas, dunas, manglares, campos coralinos o arboledas que ayudan considerablemente a mitigar los efectos de los tsunamis conjuntamente con estructuras fijas o móviles (diques verticales y de escollera, barreras móviles, etc.) que sirvan para dar cobertura a las zonas de mayor vulnerabilidad. Adaptación La adaptación intenta reducir de manera importante una de las componentes del riesgo, la vulnerabilidad, a través de una planificación del territorio costero que tenga en cuenta las consecuencias que podría tener un tsunami. Reducir la ocupación de las zonas bajas del litoral, planificar las infraestructuras y edificaciones en zonas afectadas e inundables teniendo en cuenta las características de los tsunamis potenciales, etc., son medidas que reducirían considerablemente el riesgo derivado de los tsunamis. Evaluación de la peligrosidad debido a tsunamis en Colombia La base de cualquier programa de mitigación estriba en la valoración de la amenaza, y en el caso de los tsunamis, su valoración incluye algunos elementos tales como: frecuencia de ocurrencia, extensión, fuerza y duración de la inundación; el impacto de la inundación sobre estructuras y la población, y una valoración del uso de las áreas costeras que potencialmente podrían ser afectadas (Bernard et al., 2006). De forma general, la evaluación correcta de la peligrosidad que es generada por fenómenos naturales, como es el caso de los tsunamis, requiere al menos, la realización de una serie de pasos, que se pueden resumir en los siguientes puntos: (1)Identificación de las fuentes o potenciales fuentes que la originan; (2) Identificación y caracterización de los mecanismos generadores del fenómeno; (3) Conocimiento de la magnitud, intensidad y nivel de energía del fenómeno, sobre todo en cuanto a su capacidad y poder de destrucción; (4) Establecimiento de los periodos de recurrencia, es decir, con qué frecuencia ocurre, e (5) Identificación de factores ambientales que podrían afectar el impacto de la amenaza, sobre todo para determinar cuáles pueden agravar su impacto. En Colombia, los esfuerzos para la implementación de medidas de mitigación se han centrado en la zona más expuesta: la región del Pacifico Sur, específicamente el área de la Bahía de Tumaco. En Colombia la franja sísmica ubicada frente al litoral pacifico sur, en límites con el norte de Ecuador, es una región de intensa actividad sismológica. La alta sismicidad de la región es producto de la subducción de la Placa de Nazca bajo la placa Suramericana, especialmente en donde la dorsal Carnegie subduce debajo de Ecuador, figura 2. En esta zona, durante el pasado siglo XX, se produjeron seis grandes terremotos con Mw> 7.7. El más grande, el 31 de enero de 1906 (Mw> 8.6), tuvo una longitud de ruptura estimada de 500 km, parcialmente reactivada en secuencia de sur a norte en los eventos del 14 de mayo de 1942 (Mw > 7.9), 19 de enero de 1958 (Mw >7.8) y el 12 de diciembre de 1979 (Mw >7.9) (Mendoza y Dewey, 1984). A estos terremotos, estuvo asociada la generación de tsunamis, que causaron graves daños y pérdidas de vidas humanas en la región costera del litoral pacífico colombo-ecuatoriano, en particular el evento de 1979 que afectó a gran parte de los 82 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” habitantes de Tumaco y de las poblaciones de El Charco, San Juan, Mosquera y Salahonda, (Otero y González, 2004). A raíz del tsunami de 1979, se han orientado esfuerzos, sin mucho éxito, para implementar soluciones que minimicen los riesgos a que se encuentran expuestos los 120.000 habitantes que conforman la población de Tumaco. Es por ello, que una alternativa que se ha es la regeneración de la antigua Isla Barrera del Guano, figura 3, la cual desapareció durante el tsunami de 1979, y que precisamente durante dicho evento, se cree desempeñó un papel protector reduciendo sustancialmente la magnitud del desastre, (Otero y González, 2004). Figura 2. Movimiento relativo de las placas y zona de subducción. El círculo rojo indica la ubicación de Tumaco (Fuente: Gutsher, et al, 1999). Figura 3. Localización de la Isla barrera El Guano antes del tsunami de 1979 (imagen de la izquierda) y situación actual (imagen de la derecha). 83 Comisión Colombiana del Océano La colisión de la dorsal Carnegie parece haber afectado el acople entre la placa de Nazca y la suramericana, figura 2. Cuatro grandes terremotos han ocurrido en el flanco norte de la colisión (1906, 1942, 1958 y 1979). En la región donde se encuentra ubicada la Ciudad de Tumaco, la actividad sísmica se concentra en profundidades entre 20 y 40 km., y las fallas son de tipo inverso (dip-slip), Gutsher et al (1999), por ello, esta zona se ha identificado como un área importante de generación de tsunamis, de hecho cada uno de los eventos mencionados produjeron un episodio tsunamigénico. El parámetro de la fuente sísmica que más estrechamente se relaciona con su potencial tsunamigénico es el momento sísmico M0 (Kanamori y Anderson, 1975), que cuantifica la energía sísmica liberada. Para el caso del tsunami de 1979, cuya magnitud de momento Mw = 7.9, el momento sísmico fue de 9.02 x 1020 Newton-mts, (Engdahl y Villaseñor, 2002), con una longitud de ruptura L de 180 km, (Beck y Ruff, 1984). Estos mismos autores proponen que el desplazamiento vertical promedio de la falla fue de 5 metros. En cuanto a los mecanismos focales, Engdahl et al. (1998) encontraron que el sismo de 1979 tuvo como características focales: Rumbo ( 30o), Echado ( 16o), Buzamiento ( 118o) y Profundidad (ho = 26.6 km). Estos mecanismos focales son similares a los sismos que generaron los tsunamis de 1906, 1942 y 1958, Mendoza y Dewey (1984), Beck y Ruff (1984) y Swenson y Beck (1996). Mendoza y Dewey (1984) y Collot et al. (2002) muestran, según la figura 4a, que existen dos segmentos en la zona de subducción, entre las placas tectónicas Nazca y Pacifico, paralelos entre si, en donde se concentra la mayor actividad sísmica de la franja colombo-ecuatoriana, siguiendo un mismo patrón en dirección NE, zona donde también se han generado los epicentros de los tsunamis históricos. Con base en los modelos geodinámicos, mecanismos focales y sismicidad de la zona, y la liberación de energía en la zona de subducción que ha ido generando terremotos y tsunamis desde el SW al NE, se han identificado siete potenciales fuentes generadoras de tsunamis en cercanía de Tumaco, figura 4b. (a) (b) Figura 4. (a) Distribución espacial sismológica. (b) Potenciales zonas de generación y epicentros de tsunamis históricos. 84 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” En cada una de las anteriores fuentes fue definido el peor escenario creíble que corresponde al sismo Mw 8.6 de 1906. Los mecanismos focales seleccionados fueron los mismos establecidos para el sismo de 1979 por Engdahl et al. (1998) y el área de ruptura fue calculada mediante las relaciones propuestas por Wells y Coppersmith (1994) que relaciona la magnitud de momento Mw con el Área de ruptura Ar (km) y el desplazamiento D (en m). Se obtuvo que un sismo de Mw 8.6 presenta un área de ruptura (Ar = 68000 km2, con L = 412 Km.), y dislocación vertical (D = 10 m). Para cada uno de los anteriores escenarios se consideró un nivel del mar correspondiente al 5% de excedencia (cota = + 3.6), Agudelo et al. (2004). Lo anterior, con el propósito de evaluar bajo condiciones extremas, la viabilidad de regenerar la Isla del Guano como elemento protector de la población asentada en Tumaco. La simulación numérica de los anteriores escenarios fue realizada con el modelo el modelo COMCOT (COrnell Multi-grid COupled Tsunami model), Liu et al. (1994), el cual esta basado en las ecuaciones de Shuto et al. (1990). El modelo COMCOT adopta un esquema “leapfrog” en diferencias finitas para resolver las ecuaciones de aguas someras, tanto en su forma lineal como no lineal. Este modelo ha sido aplicado en el estudio de varios casos de tsunamis históricos, tales como los de Tumaco (Colombia) de 1906 y 1979 (Otero y González, 2004), Argelia de 2003 (Wang y Liu, 2005) y de Asia 2004 (Wang y Liu, 2006). La figura 5 muestra en las islas donde se ubica la ciudad de Tumaco, los puntos que han sido seleccionados para el registro temporal de la altura de ola simulada y su análisis comparativo. Figura 5. Puntos de registro, los círculos rojos indican las zonas mas pobladas. Las simulaciones contemplaron dos situaciones: sin Isla Barrera y con Isla Barrera. En la figura 6 se presenta la relación entre las fuentes generadoras de tsunamis y los flujos de energía (con Isla y sin Isla) asociados a la celeridad y a la altura de la onda alcanzada en los puntos de comparación contiguos a las áreas habitadas (2, 3, 6 y 7, véase localización figura 5). En la misma grafica se muestra que la Isla Barrera del Guano funciona como un elemento disipador del flujo de energía de las ondas de tsunami que alcanzan a Tumaco, especialmente en los puntos 3 y 7 que son las zonas más pobladas. Así mismo, puede observarse que los eventos generados en las Zonas IV, VI y VII no serían los que causarían el mayor impacto en las circunstancias actuales. La mayor cota de inundación ocurre cuando el evento tsunamigénico se genera en las Zonas I, II, III y V. 85 Comisión Colombiana del Océano (a) (b) Figura. 6 (a) Cota de inundación en la situación actual sin Isla del Guano. (b) Cota de inundación en la situación actual con Isla del Guano. Como ya ha sido visto, la Isla del Guano permite mitigar en gran parte el efecto de los tsunamis en las Islas de Tumaco, sin embargo, no es suficiente dicha protección para el sector ubicado cerca del punto 6. Es por ello que se proponen dos variaciones geométricas de la antigua Isla del Guano, con el propósito de estimar cual es su efecto como elemento disipador de los tsunamis, figura 7. Para la simulación numérica con ambas geometrías de Isla Barrera, se seleccionó la Zona II como fuente generadora de tsunamis, bajo la condición mas desfavorable, es decir un sismo de magnitud Mw = 8.6 y el nivel del mar (cota +3.6 m). Figura 7. Isla Barrera del Guano alargada y dividida en tres tramos. En la figura 8, se presenta la relación entre los flujos de energía para cada geometría modificada de la Isla (Fei), y el flujo de energía con la Isla del Guano original (Fe1979), asociados a la altura máxima de la ola alcanzada en los puntos de comparación contiguos a las áreas habitadas (2, 3, 6 y 7). En esta grafica se demuestra que la mayor reducción del flujo energía de las ondas de tsunami, con respecto a la geometría original de la Isla del Guano, para el sector cercano al punto 6, ocurre cuando se colocan tres Islas de similares características frente a Tumaco. La reducción del flujo de energía es de 30% para este sector. Para los puntos 2, 3 y 7, prácticamente el efecto disipador es el mismo con respecto a la Isla del Guano original. Para la alternativa de tres Islas Barreras, la cota de inundación no supera los 6 metros (figura 8b), 86 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” en los puntos 2 y 3. El punto 6 a pesar de seguir por encima de la cota +6.0, la inundación se reduce, con esta alternativa, en 1.5 metros. El punto 7 mantiene el nivel de inundación igual, con respecto a la alternativa de Isla del Guano Original. (a) (b) Figura 8. (a) Relación entre los flujos de energía Fei (diferentes geometrías) y Fe (Isla del Guano 1979). (b) Cota de inundación en las zonas mas pobladas de Tumaco. De los resultados anteriores se tiene que, la forma alargada de la Isla del Guano y la colocación de un sistema de tres Islas barreras de similares características, reducen el flujo de energía de las ondas de tsunami. De las dos geometrías alternas a la original, la de tres Islas disipa una mayor cantidad de energía en el punto 6. Conclusiones En la situación actual, el municipio de Tumaco es una zona vulnerable al impacto e inundación por tsunamis de fuente cercana. Se identificó la zona II como la fuente que genera tsunamis con el mayor flujo de energía y cota de inundación en las islas de Tumaco. Además de ser una fuente potencial con alta probabilidad de generar tsunamis en el futuro. La Isla del Guano se desempeñó como un elemento protector de Tumaco durante los eventos históricos de 1906 y 1979, comprobándose con la simulación de eventos futuros que, desde el punto de vista de protección ante tsunamis, es viable su regeneración con ese propósito. En las simulaciones, bajo la situación actual con la antigua Isla Barrera del Guano, en las condiciones extremas de un evento de tsunami (Mw = 8.6, Nivel del mar = 3.6 m), existe una reducción importante en la altura de la lamina de agua. Sin embargo, resulta insuficiente para evitar la inundación de las áreas urbanas, debido a las características de costa baja en donde se encuentra asentada la población de Tumaco. No obstante, se registran reducciones del flujo de energía hasta del 60% en algunos puntos, debido a la presencia de la Isla, situación que mitiga el impacto del tsunami, por lo que se considera viable su regeneración con ese propósito. 87 Comisión Colombiana del Océano La Isla del Guano como tal, protege gran parte de Tumaco, sin embargo debido a sus dimensiones y localización, existen zonas que quedan sin proteger. Dentro del análisis de sensibilidad se determina que la Isla del Guano debe extenderse hacia el norte, con el fin de brindar una mejor protección. Bibliografía • Agudelo, P., González, M., Medina, R. 2004. Determinación de la cota de inundación del Pacífico colombiano. XXI Congreso Latinoamericano de Hidráulica. IAHR, ISBN: 85-904853-2-3, São Pedro (Brasil). • Beck S.L. and L.J. Ruff, 1984. The rupture process of the great 1979 Colombia earthquake: evidence for the asperity model, J. Geophys. 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Se relacionan estas series locales con el Índice de Oscilación del Sur (IOS) y la Oscilación Decadal del Pacífico (ODP) del mismo período. Se determina que el mayor aporte en el comportamiento oscilatorio de E está dado por un proceso de período de ~5 años en las cuatro estaciones hidrometeorológicas, obteniendo mejor correlación con el IOS sin presentar rezagos. Las series de E de estaciones localizadas en el sector central de la CPC presentan una buena correlación entre el IOS y procesos de períodos de ~2-3 años, también sin presentar rezagos. Las series de E de la estación localizada en el centro de la CPC y de la estación alejada de la costa presentan una buena correlación entre la ODP y procesos de períodos de ~2-3 años con un rezago de 0 a 2 meses. Estas mismas estaciones tienen buena correlación entre oscilaciones de procesos de ~15 años presentes tanto en la IOS con rezagos de 0 a 10 meses, como en la ODP con rezagos de 18 a 24 meses. En general, las correlaciones encontradas son mayores entre las componentes determinadas dentro de las series analizadas, que la correlación entre las mismas series iniciales. Se concluye que existe una fuerte influencia de los procesos regionales analizados de largo período del océano Pacífico en la dinámica de las aguas superficiales de la CPC. PALABRAS CLAVE: Estabilidad, Análisis espectral, Índice de Oscilación del Sur, Oscilación Decadal del Pacífico, Cuenca del Pacífico Colombiano. 90 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” Introducción Con motivo de la celebración de los 40 años de la Comisión Colombiana del Océano (CCO), el grupo de investigación CENIT de la Universidad Nacional de Colombia presenta un avance de las investigaciones adelantadas sobre la dinámica las aguas de la CPC, conciente de que éste se unirá a los esfuerzos que la CCO realiza para la contribución al entendimiento de las áreas marítimas y costeras a través de los Comités Técnicos Nacionales (CTN) presididos por la Secretaría Ejecutiva. Uno de los CTN que está relacionado con el tema presentado a continuación es el CTN para el Estudio Regional del Fenómeno El Niño (ERFEN), dentro del cual se discute la posible incidencia que este fenómeno de carácter regional y global tiene en las condiciones de la dinámica de la CPC a través de las anomalías de la Temperatura Superficial del Mar (TSM), Nivel Medio del Mar (NMM) y el IOS, entre otras variables meteorológicas y oceanográficas. En trabajos recientes se han obtenido relaciones entre procesos ocurridos en las regiones Niño 1+2, Niño 3.4, Niño 4, el IOS y las zonas homogéneas de la CPC (Málikov y Villegas, 2005), se ha corroborado la presencia de El Niño Oscilación del Sur (ENOS) en la CPC (Hernández et al, 2006; 2008) y se han encontrado teleconexiones entre el ENOS y las anomalías de TSM de diferentes estaciones hidrometeorológicas del litoral colombo ecuatoriano (Villegas et al., 2007). En cuanto a la dinámica de las aguas de la CPC a través del conocimiento de E, anteriormente se ha estudiado con la finalidad de identificar el aporte térmico y salino en los procesos de mezcla durante mayo del 2000 (Villegas, 2003) y de determinar los mecanismos de generación de estructura fina (Villegas, 2004), pero aún no se ha investigado la posible influencia de los procesos océano-atmosféricos del océano Pacífico en el comportamiento local de E. Por medio de datos de E mes a mes durante 1971-2000, se puede aportar nuevos conocimientos sobre el comportamiento de la dinámica de las aguas de la CPC y aclarar interrogantes sobre la respuesta del área de estudio ante procesos regionales. La meta del presente trabajo es presentar los resultados del estudio de la influencia de los procesos regionales de largo período presentados en el océano Pacífico a través de las series de IOS, con periodicidad que varía entre 2 y 7 años (Trenberth, 1991), y del ODP, con periodicidad que varía entre 15 y 25 años (Minobe, 1999), en los procesos dinámicos locales de las aguas superficiales de la CPC representados en las series de E. El análisis logra encontrar que existe una fuerte influencia de los procesos de largo período de carácter regional en los procesos termodinámicos locales. Materiales y Métodos La CPC se localiza entre los 1°30’N y 7°10’N, y entre los 77°40’W y 84°00’W. La información utilizada son series de anomalías mensuales durante 1971-2000 de la E calculada con información inicial de Villegas y Málikov (2009) teniendo en cuenta el criterio de Helsselberg-Sverdrup (Konayev y Sabinin, 1992) a través del software EVA.V1. (Malikov y Villegas, 2008) en los puntos geográficos 77°30’W y 6°30’N (A), 79°W y 4°N (B), 81°30’W y 1°30’N (C) y, 84°W y 5°N (D), (Fig. 1) y de series de IOS y ODP. Los datos del IOS se obtuvieron de la Organización Meteorológica de Australia http://www.bom.gov.au/climate/current/soihtm1.shtml y los datos del ODP de Joint Institute for the Study of the Atmosphere and Ocean http://jisao. washington.edu/pdo/. 91 Comisión Colombiana del Océano Figura 1. Localización de los puntos de observación sobre la Cuenca del Pacífico Colombiano Las series se estudiaron por medio del análisis espectral para identificar periodicidades características (Emery y Thomson, 2001). El cálculo de la densidad espectral se realizó con el método de Furier, la extracción de componentes de cada serie se llevó a cabo con el filtro de pasa banda y la correlación cruzada se efectuó, tanto entre series iniciales como entre sus componentes, con rezagos en meses utilizando el software STATISTICA (StatSoft Inc., 2001). Resultados y Discusión Las series temporales que presentan procesos naturales se caracterizan por tener variaciones multi-cíclicas causadas por diversos fenómenos de diferentes escalas y para su investigación es necesario realizar un análisis de la estructura interna de las series de tiempo, lo cual se efectúa por medio del análisis espectral (Emery y Thomson, 2001). La densidad espectral de las series analizadas muestra que las estructuras internas de las series iniciales están compuestas por oscilaciones que representan fenómenos naturales con diferentes periodicidades como se observa en la Tabla 1, donde las series de E de cada punto geográfico se diferencian con el respectivo subíndice. Los números de las filas, que representan diferentes cuasi periodos de cada serie, están en orden del mayor aporte que éstas dan a la variabilidad de la serie inicial. Se aprecia (Tabla 1) que en todas las series la componente cíclica que mayor aporte da a las oscilaciones es la de ~4-5 años, a excepción de la serie ODP, donde la componente que más aporta es ~15 años. En este orden, siguen las periodicidades de ~2-3 años, presentes en todas las series y, finalmente se aprecian fenómenos naturales de periodicidades alrededor de 1 año, dando menor aporte a las oscilaciones de las series analizadas. Esto muestra que los procesos de largo período son los que más influyen en la variabilidad anómala del comportamiento de E en la CPC. En las series y se destaca además que el aporte a sus oscilaciones en segundo lugar, está dado por un fenómeno natural con periodicidad de ~15 años, lo cual no se aprecia en las estaciones y . Se puede mencionar que, debido a que el mayor aporte en la serie IOS lo da el período ~5 años, el cual está relacionado con la periodicidad característica promedio del fenómeno ENOS, es precisamente este fenómeno el que se observa como predominante en 92 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” las series de E de la CPC. Por otro lado, el ciclo predominante del ODP es de ~15 años, período característico de dicha oscilación, el cual también aparece en las series del IOS, y . En Villegas et al. (2007) estos mismos ciclos se observaron en las anomalías de TSM del litoral colombo ecuatoriano usando información in situ de cruceros oceanográficos. Tabla 1. Cuasi periodos encontrados en las series por medio del análisis espectral. Cada uno de los ciclos mencionados, o componentes de las series, son en sí manifestaciones de procesos, por lo cual, cada componente puede ser extraída de las series iniciales representando a un fenómeno natural con su respectiva periodicidad de ocurrencia. En general, la combinación de las amplitudes de las oscilaciones de las componentes presentes en una serie inicial analizada, conforman el comportamiento oscilatorio total de la serie inicial. Por lo tanto, el aumento y disminución de las amplitudes de las componentes pueden mostrar el aumento y disminución del aporte de sus oscilaciones en las oscilaciones de la serie inicial o, dependiendo de la superposición de las fases de las oscilaciones de las componentes, puede llevar a neutralizar el comportamiento oscilatorio de la serie analizada. Teniendo en cuenta lo anterior, luego del cálculo de la densidad espectral, se filtraron las componentes determinadas de las series iniciales con ayuda del filtro de pasa banda. La separación de las componentes espectrales con el filtro permite ver en forma más clara su comportamiento al compararlas entre sí y con la serie inicial. En la Figura 1, se observa a las series iniciales de ODP e IOS en comparación con las componentes determinadas en ellas. a) ODP y componentes 15, 5, 3.3, 2.1, 1 y 1.3 años b) IOS y componentes 5, 15, 2.5 y 1.7 años Figura 1. Comparación de series iniciales ODP e IOS y sus componentes 93 Comisión Colombiana del Océano El comportamiento de la componente ~15 años de ODP (Fig. 1a), se presenta en fase con las oscilaciones de la ODP, lo cual permite decir que este ciclo es el que más influye en el comportamiento de la serie inicial. En cuanto a la componente de ~5 años, se puede observar, que su amplitud es menor que la de ~15 años, mostrando así menos influencia en las oscilaciones de la serie de ODP y además, en algunas épocas se encuentra en fase con las oscilaciones de la de ~15 años, y en otras en desfase. Estas dos componentes en conjunto forman el comportamiento de la serie inicial, sin tomar en cuenta las componentes que dan un menor aporte. El comportamiento oscilatorio de las componentes del IOS (Fig. 1b) muestra que, por ejemplo, durante la ocurrencia de El Niño 1982-83, todas las componentes extraídas tenían el mismo comportamiento, es decir, las componentes ~5, 15, 2.5 y 1.7 años se encontraban en la misma fase cuando las anomalías de IOS eran negativas. En El Niño 1997-98, también las posiciones de las componentes coincidían con las anomalías negativas, excepto la componente de ~15 años, la cual tenía una oscilación cercana a cero, impidiendo que el comportamiento anómalo de la serie IOS sea tan fuerte como en el caso anterior. Esto demuestra que el comportamiento de las componentes influye en el comportamiento total de una serie inicial. Así mismo se analizaron las oscilaciones de las componentes de E, buscando las relaciones espacio-temporales entre las series investigadas y entre sus componentes a través de correlación cruzada. Los resultados se presentan en la Tabla 2, donde el valor entre paréntesis muestra el rezago en meses y los signos “+” y “–“ determinan el adelanto o el retraso de la primera serie con respecto a la segunda. Tabla 2. Coeficientes de correlación entre las series estudiadas En la Tabla 2, los coeficientes de correlación entre las series iniciales presentan valores menores que 0.5, en cambio los coeficientes de correlación entre las componentes determinadas en cada serie presentan una mejor correlación. Entre las componentes de ~5 años se observan buenas correlaciones entre la IOS y las series de E con coeficientes desde -0.69 hasta -0.80, lo que muestra la predominancia de fenómenos con esta periodicidad en las series de las estaciones de la CPC. La componente de ~15 años muestra buena correlación sin rezagos entre y ODP (0.82) y entre e IOS (-0.95) lo que hace suponer que el fenómeno natural de periodicidad ~15 años influye en las series , ODP e IOS al mismo tiempo; con rezagos de 18 meses en y ODP (0.78) y con rezago de 10 meses en e IOS (-0.77). Se observa buena 94 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” correlación entre la ODP e IOS con un valor de -0.80 sin rezago. También se ve una influencia de los cuasi períodos de ~2 años en algunas series investigadas dadas por el buen coeficiente correlación entre ellas: la correlación entre y ODP es de 0.46 con un mes de retraso en ; e IOS con -0.78 al mismo tiempo; y ODP con una correlación de 0.82 con una tardanza en de dos meses; la correlación con el IOS es de -0.48 mostrando que primero afecta a y después de un mes aparece en IOS; entre y ODP la correlación es de 0.80 y ocurre al mismo tiempo; y la correlación de e IOS es de -0.50 siendo que el fenómeno con esta periodicidad primero se ve en y después de dos meses aparece en el IOS. Conclusiones Las correlaciones entre las componentes determinadas en cada serie presentan una mejor relación que entre las series iniciales. El IOS está representado con un mayor aporte por dos procesos, uno de periodicidad de ~5 años y otro de ~2-3 y el ODP por un proceso de periodicidad de ~15 años, los cuales muestran su influencia en los procesos termodinámicos de la CPC. Referencias Bibliográficas • EMERY W. J. y R. E. THOMSON. 2001. Data analysis methods in physical oceanography. Second and Revised Edition. Amsterdan, Netherlands. 638 p. • HERNÁNDEZ, D.; I. MÁLIKOV Y VILLEGAS, N. 2006. Relaciones espacio-temporales entre la temperatura superficial del mar de la Cuenca del Pacífico Colombiano y el ciclo El Niño Oscilación del Sur. VII Congreso Colombiano de Meteorología. CD. Bogotá, 5-7 Junio 2006. • HERNÁNDEZ, D.; I. MÁLIKOV Y VILLEGAS, N. 2008. Respuestas de las temperaturas superficial del mar y del aire de la Cuenca del Pacífico Colombiano producidas por El Niño Oscilación del Sur. Ingeniería de Recursos Naturales y Ambiente. EIDENAR. 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Tiene una consistencia lo suficientemente compacta para resistir las fuerzas hidrodinámicas y por lo tanto, está en la capacidad de conformar un hábitat duradero, estable y característicamente estructurado para albergar organismos adaptados a esta condición (Schuhmacher 1982, en Díaz et al. 2000). Si bien los arrecifes coralinos son los más citados en todo tipo de literatura, también existen arrecifes de algas calcáreas (rodófitas, Corallinaceae), de anélidos poliquetos (serpúlidos y sabeláridos), de gasterópodos (vermétidos), de crustáceos (Cirripedios o balanos) de conchas muertas y finalmente arrecifes fósiles. Los arrecifes, a pesar de su origen orgánico, llegan a constituir un conjunto de masas inorgánicas o rocas, en equilibrio dinámico entre su construcción y su destrucción. Estas construcciones son de gran importancia para el ecosistema marino. Al igual que hay organismos capaces de construir arrecifes, también existen muchos organismos capaces de destruir estas estructuras, tanto los arrecifes, como las rocas que quedan de ellos, material rocoso inorgánico y también material vegetal (madera). A estos organismos los denominamos bioerosionadores o biodeterioradores, dependiendo si destruyen arrecifes o rocas, los primeros y madera, los segundos. El medio marino es rico en ambos tipos de organismos 97 Comisión Colombiana del Océano y su conocimiento es clave, tanto para entender los balances que existen entre la bioconstrucción y la biodestrucción, como para comprender y prevenir los efectos de las actividades humanas sobre los ecosistemas en que los organismos destructores son fundamentales. El objetivo del presente documento es describir las principales formas de bioconstrucción y biodestrucción que existen en el mar, los mecanismos en que son realizados ambos procesos y los organismos que intervienen en ellos. La Bioconstrucción: Formación de arrecifes El depósito de carbonato de calcio por los organismos formadores de arrecifes, como los corales, es el principal factor que determina la formación de los arrecifes, pero muchos otros organismos participan y ayudan a su consolidación, particularmente algunos organismos como las algas calcáreas o los moluscos vermétidos que también liberan sustancias que permiten la consolidación formando un andamio complejo casi un pavimento. Los restos calcáreos de otros organismos (como equinodermos, moluscos, algas, vermes, etc.) y los sedimentos ayudan a llenar los espacios que hay entre las colonias coralinas y son consolidados por los biocementos (materiales calcáreos con materiales orgánicos) producidos por las algas rojas, constituyendo la masa dura, sólida y consistente que son los arrecifes. El proceso de formación de arrecifes consta de tres partes: El primer proceso se denomina Calcificación, es decir la producción de carbonato de calcio por los organismos. Se calcula que en los arrecifes del Caribe, la calcificación es realizada en un 20-35 % por corales, 10-23 % por algas coralinas, 2-40 % por algas verdes, 2-12 % por foraminíferos y 6-22 % por moluscos; el segundo proceso es la producción de fragmentos en el arrecife como consecuencia de la condiciones ambientales y de organismos que hacen abrasión y bioerosión (peces, erizos, esponjas, moluscos). La fragmentación puede ocurrir en grandes pedazos denominados bloques, que son formados por procesos catastróficos (ej.: huracanes, oleaje muy fuerte), en fragmentos esqueléticos pequeños formados por la acción del oleaje o de algunos peces y, finalmente sedimentos finos formados por abrasión y perforación química o mecánica de esqueletos coralinos por organismos bioerosionadores. El tercer proceso es la Cementación, que produce estructuras por procesos químicos disolución y precipitación o agentes biológicos como microorganismos e invertebrados (esponjas, foraminíferos, moluscos, equinodermos) y el principal agente cimentador que son las algas calcáreas. De acuerdo con los organismos que los producen, los principales tipos de arrecifes existentes son: Arrecifes coralinos: Éstos son los más abundantes, conocidos y notables. Están formados por Cnidarios scleractiniarios, conocidos como corales hermatípicos. Se encuentran en aguas tropicales claras, con temperaturas y salinidades altas (mayores a 25 ºC y entre 30 a 36 respectivamente). Viven en asociación con algas microscópicas (Zooxanthelas), y por tal razón se encuentran sólo en las profundidades donde alcanza a penetrar la cantidad de luz necesaria para que dichas algas puedan existir. Los arrecifes coralinos se forman en largos procesos que pueden durar centenas a miles de años. Después de la fijación de las larvas planctónicas (conocidas como plánulas) en un sustrato duro bien iluminado, con poca sedimentación, se forman colonias aisladas que empiezan a crecer hacia arriba y hacia los lados produciendo, gracias a los tres procesos mencionados anteriormente, fusión de las colonias y compactación que forma el andamio o pavimento coralino. De acuerdo con la forma y su origen, los arrecifes coralinos 98 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” pueden clasificarse en cuatro tipos (Díaz et al. 2000): de franja que crecen al lado del borde de la costa con una anchura hasta de 1 km, de barrera desarrollados paralelamente a la línea de la costa, están separados por una laguna amplia, atolones que tienen forma circular, se levantan desde aguas profundas oceánicas y encierran una laguna relativamente profunda y finalmente, los arrecifes de plataforma que se levantan de manera aislada sobre la plataforma continental. Pueden existir otros tipos menores de formaciones coralinas y también pueden existir desarrollos diversificados y estructuras que reúnen varios de los tipos citados anteriormente, que se denominan complejo arrecifal. Los arrecifes coralinos forman un ecosistema caracterizado por alta biodiversidad, y gran importancia ecológica y económica, sirviendo como fuente de bienes y servicios para las comunidades humanas que habitan cerca a ellos. En Colombia existen áreas coralinas en ambos océanos, pero son mucho más abundantes en el Caribe, donde existen 21 áreas coralinas, con 61 especies, que ocupan cerca de 3000 Km2 repartidas tanto el borde costero como en las áreas insulares de San Andrés, Providencia y Santa Catalina. En el Pacifico, sumando las 2 áreas que se encuentran bordeando la zona continental (donde existen unas muy pocas y pequeñas áreas coralinas), y las Islas de Gorgona y Malpelo, donde se encuentran las formaciones coralinas más desarrolladas, no se alcanzan a sumar más de 15 Km2 de extensión con 21 especies citadas y posiblemente, sólo 18 válidas o aceptadas (Zapata y Vargas 2001). Arrecifes de gusanos poliquetos Estos organismos que viven en tubos pueden llegar a reunir millones de individuos, dando lugar a arrecifes que pueden quedar expuestos al aire en la superficie del agua, durante la marea baja. Las especies más frecuentes en estos arrecifes son los gusanos tubícolas de las familias Sabellaridae (género Sabellaria), y Serpulidae (género: Ficopomatus). Estos arrecifes son frecuentes en las aguas europeas tanto en el Océano Atlántico, como en el Mar del Norte y el Mediterráneo. Han sido registrados también en zonas de América tanto Pacifico (México) como Atlántico (Argentina). No hay registro de estos arrecifes en Colombia aunque en algunas áreas se encuentran individuos del género en la base de acantilados y enclaves rocosos. Arrecifes de moluscos Se forman cuando algunos bivalvos, como los mejillones o las ostras, se concentran en algunos fondos marinos en colonias de alta densidad, que dan lugar a una rica comunidad de fauna y flora. Existen también algunas especies cuyos arrecifes pueden formar terrazas costeras en zonas de marea, como los vermétidos del género Dendropoma, muy abundantes en el mar Mediterráneo. Finalmente también puede haber arrecifes de conchas. Algunas de estas formaciones son muy antiguas. Todos estos arrecifes son habitantes de la zona intermareal (zona situada entre los límites superior e inferior de las mareas), aunque algunos de ellos pueden llegar a alcanzar mayores profundidades. Por ejemplo, algunos arrecifes de moluscos pueden estar a más de 20-30 metros por debajo del nivel del mar. Aunque no hay registros específicos de estos arrecifes en Colombia, se sabe que hay acumulaciones de ostras que modifican el fondo marino en algunas áreas (Ciénaga Grande de Santa Marta). Arrecifes de Crustáceos Algunos crustáceos que viven adheridos al sustrato, especialmente en zonas rocosas constituyen un hábitat de importancia para otras especies. Los más característicos de estos crustáceos son los cirrípedios, al que pertenecen los balanos. Existen agrupaciones importantes de balanos en ambas costas colombianas sin llegar a constituir verdaderos arrecifes. 99 Comisión Colombiana del Océano Arrecifes profundos Algunas especies de fondos abisales como algunos mejillones (Bathymodiolus) o balanos de aguas profundas (Megabalanus), que habitan asociadas a fuentes hidrotermales o a montañas submarinas también pueden formar arrecifes. No hay registros de estos arrecifes en los mares y océanos colombianos. Arrecifes fósiles Son arrecifes formados durante el último periodo interglaciar (hace 125.000 años), que en la actualidad constituyen terrazas marinas que no superan los 20 m de altura y un espesor entre 1 y 7 m. Están compuestos por fósiles de corales, principalmente masivos, o de conchas de moluscos, junto con otros organismos como algas y moluscos. En Colombia los principales arrecifes fósiles se encuentran en el Caribe, por ejemplo en la Isla de San Andrés (Prahl y Erhardt 1985). Todos los arrecifes se caracterizan por alcanzar alta biodiversidad como consecuencia de la estructura cavitaria protectora y la alta productividad biológica que permiten la reproducción y crecimiento juvenil de muchas especies, brindándole refugio y alimentación. En estas estructuras se encuentran numerosas especies de organismos sésiles (algas, esponjas, cnidarios, briozoos, hidrozoos, bivalvos) y móviles (crustáceos, gasterópodos, equinodermos y peces) y pueden llegar a tener un gran valor económico para multitud de comunidades costeras (Prahl 1988). Muchos de estos arrecifes están entre los ecosistemas más amenazados del mundo en los últimos años como consecuencia de procesos naturales o influidos indirectamente por acciones humanas como huracanes, tsunamis, exceso de exposición al aire durante mareas bajas extremas, altas temperaturas por el Fenómeno del Niño, enfermedades, plagas, y también por causa de procesos antropogénicos directos como la sedimentación y la contaminación originadas en fuentes terrestres, la utilización de artes de pesca no responsables y sin control como el arrastre de fondo y la pesca con dinamita, y el turismo mal aplicado. En el mar de Wadden, por ejemplo, han desaparecido los arrecifes de poliquetos y los de ostras se dan casi por extinguidos, algunos arrecifes de moluscos se están viendo amenazados por las especies exóticas. Por otro lado, el cambio climático está modificando la altura a la cual llega el agua durante las mareas altas ocasionado cambios en los organismos que habitan estas zonas como ocurre con la presencia de cirrípedos en muchas costas europeas. Sea cualquiera la naturaleza de los arrecifes: cumplen un papel muy importante en el mantenimiento de las estructura y productividad biológicas del mar y para las comunidades humanas y por lo tanto deben ser protegidos para mantener la biodiversidad y preservar la riqueza marina. Algunos autores incluyen como bioconstrucciones en sentido más amplio, los ambientes marinos construidos por organismos que, aunque no constituyan estructuras sólidas, (manglares, praderas de fanerógamas marinas o las alteraciones temporales del ambiente por algunos cangrejos que modifican lugares fangosos) permitiendo la existencia de poblaciones de otros organismos. Biodestrucción o Bioerosión: Un fenómeno de destrucción natural por seres vivos Al igual que hay organismos capaces de formar estructuras sólidas como parte de su actividad biológica, otros organismos destruyen el material formado. Estos organismos son los biodestructores, más conocidos como bioerosionadores. Muchos bioerosionadores pueden destruir 100 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” material de origen diferente al biológico. La palabra bioerosión significa la destrucción de material inorgánico por organismos vivientes. Los substratos calcáreos o de rocas son atacados permanentemente por muchos organismos abrasionadores y perforadores (cianobacterias, peces, moluscos, esponjas, crustáceos, equinodermos). El oleaje, los cambios mareales y las condiciones del agua ocasionan también presiones que complementan la acción de organismos, ocasionando el desprendimiento y transporte del material arrecifal (sea cual sea su origen) o rocoso, (generalmente sedimentario formado por procesos geológicos). Hay dos tipos de destructores básicos: Bioerosionadores (que pueden actuar sobre coral y rocas) y biodeterioradores (en madera). Bioerosión coralina Inmediatamente después de la muerte de los corales, son colonizados por microalgas filamentosas, generalmente cianobacterias de color verde claro, recubriéndolos totalmente y causando microperforaciones gracias a la acción química de sus metabolitos. Estos organismos son llamados epilíticos (que viven sobre el sustrato coralino). Algunos peces (peces loros, balístidos, tamboreros) y erizos (Diadema, Centrostephanus), devoran poco a poco el material algal arrastrando consigo una parte de la matriz calcárea y aumentando el grado de destrucción superficial iniciada con la acción microperforadora de las algas. Una vez que estos organismos realizan la abrasión superficial, los corales son taladrados por los organismos perforadores que hacen agujeros importantes en las bases de las colonias debilitándolos de manera importante. Existe toda una sucesión de organismos en el proceso, los primeros son crustáceos cirripedios y en la parte final actúan los moluscos del genero Lithophaga (Cantera et al. 2003; Londoño-Cruz et al. 2003). En la parte final del proceso, el esqueleto coralino se degrada poco a poco y va formando pedazos que se van liberando. Este material calcáreo es puesto nuevamente en suspensión y disolución en el agua circundante y puede ser re-asimilado por los corales vivientes para reconstruir el arrecife o puede formar las playas de arena gruesa y blanca tan deseadas por los turistas en ambientes cálidos tropicales. Este proceso bastante complejo de degradación puede entonces favorecer el crecimiento o la bioacreción de los corales vivientes. La bioerosión tiene mucha relación con las explosiones poblacionales de algunos de los organismos que se presentan en los arrecifes. A pesar de la imagen de ambiente armónico, bello y organizado que muchas personas tienen de los arrecifes coralinos, este ecosistema sufre procesos de descompensación muy importantes y todavía poco conocidos. Entre los organismos que causan bioerosión, los equinodermos presentan las más importantes explosiones. Un explosión poblacional con importantes efectos sobre la destrucción de esqueletos coralinos, es la de la estrella corona de espinas, Acanthaster planci, que se alimenta de corales vivientes y puede producir millones de huevos. A partir de densidades normales de 2 o 3 individuos por Km2 puede explotar hasta 14.000 ind/Km², descubriendo hectáreas de esqueletos coralinos y dejándolos pelados. Varias invasiones de esta especie, han ocurrido cerca de asentamientos humanos, causando alarma y aunque se conoce poco sobre las causas es muy probable que la explotación masiva de la concha tritón gigante Charonia tritonis, predador natural de la estrella rompa un equilibrio que favorezca el crecimiento poblacional de la estrella y en consecuencia, la destrucción masiva de los arrecifes. A. planci se ha registrado en Colombia en la Isla de Malpelo, pero han sido muy pocos individuos. En algunas épocas, en la isla de Gorgona, posiblemente con el calentamiento de las aguas, el blanqueamiento coralino y el 101 Comisión Colombiana del Océano exceso de exposición al aire durante mareas bajas extremas relacionadas con el fenómeno del Niño (Oscilación del Sur) que han ocasionado un crecimiento exagerado de algas filamentosas se presentó una invasión con abundancias inusuales de erizos que también hacen bioerosión, como Diadema y Centrostephanus ocasionando un aumento de la erosión superficial (Cantera et al. 2001). En el Caribe, el erizo Diadema antillarum se alimenta raspando las algas en la superficie de los corales y juega un importante papel en la bioerosión, En 1983, un agente patógeno provocó mortalidad en masa del erizo en toda la región, llegando a arrasar las poblaciones del erizo. Las consecuencias afectaron todo el ecosistema: las algas aumentaron en biomasa y se presentó un cambio en la composición de los predadores especializados (balistidos y otros peces) que se tuvieron que adaptar a otras presas y los herbívoros competidores aumentaron (cirujanos, peces loros). Bioerosión de acantilados y otros ecosistemas rocosos La mayor parte de los acantilados sedimentarios presentan una composición de rocas constituidas por antiguos lodos y limos (lodolitas y limolitas), con intercalaciones de rocas duras (areniscas, losas y conglomerados) que presentan una distribución en forma de capas de diferentes tipos de los sedimentos que los forman. Salvo algunas excepciones, las etapas de bioerosión y los procesos físicos que determinan la caída de las grandes masas rocosas que forman los acantilados, son parecidas a la erosión de arrecifes coralinos, existiendo una relación entre la capacidad perforadora de los organismos y las condiciones ambientales El proceso de destrucción de acantilados se inicia con la colonización por algas verdes (Clorofíceas) y rojas (Rodofíceas) que producen micro-bioerosión penetrando dentro de las rocas hasta una profundidad compatible con la necesidad de energía lumínica para su supervivencia. En las porciones bajas del acantilado donde el agua marina llega durante las mareas altas, estas algas son consumidas por organismos raspadores (moluscos gasterópodos y crustáceos) con subsecuente acción abrasiva sobre la superficie de la roca. Esta acción permite la fijación, posteriormente, de los organismos perforadores, especialmente moluscos de las familias Pholadidae y Petricolidae en la franja de rocas blandas y del género del mejillón Lithophaga en las rocas duras (Cantera et al. 1998). Las perforaciones realizadas por estos organismos debilitan la franja más baja del acantilado y por acción de las mareas y el oleaje, se va formando una caverna de abrasión. El proceso abrasivo se hace más fuerte, al ser canalizada el agua y la energía del oleaje en la base de la caverna de abrasión. Cuando las salientes por rocas caídas canalizan el agua en partes más elevadas que el borde superior de las cavernas, la repetición del choque de las olas sobre el mismo punto y su viaje sobre la pared rocosa a la misma altura va produciendo una “cortada” recta que forma grietas en el acantilado. Este efecto hace que el techo se desplome y la caverna se vaya agrandando. Cuando esta caverna de abrasión alcanza determinada profundidad y deja de existir un soporte para la pared superior del acantilado, ésta se desprende y se cae, desapareciendo temporalmente la caverna de abrasión. La pared desprendida queda expuesta, en su totalidad, sobre el suelo a la acción de la marea y por lo consiguiente a la degradación por el oleaje y al ataque permanente de los moluscos perforadores y de todos los otros grupos como crustáceos y sipuncúlidos que taladran las capas blandas de lodolita, hasta erosionarlas completamente dejando al descubierto las rocas duras. Estas acumulaciones de rocas juegan un papel ecológico muy importante, porque son nuevos substratos duros donde se fija una gran diversidad de organismos sésiles (octocorales, 102 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” esponjas, briozoarios y corales ahermatípicos). Además, debajo de estas piedras, se crean condiciones microclimáticas especiales y substratos de protección para una gran variedad de organismos (crustáceos, moluscos, equinodermos y a veces peces bentónicos). Una vez desprendida y alterada la pared del acantilado, se forma sobre la nueva pared otra zona de perforación, la cual se transforma lentamente en una caverna dg abrasión, iniciándose todo el proceso, que se repite continuamente y que termina por ocasionar una sensible alteración en la geomorfología costera del Pacífico colombiano. Muchas de las islas que se encuentran cerca al borde de la costa Pacífica como la Isla Palma, los Morros de Juan de Dios, la isla de Curichiche en la bahía de Málaga, la Isla Cangrejo en la bahía de Buenaventura y la Isla del Gallo en la Ensenada de Tumaco, muestran evidencias de que fueron separadas de la región continental por el proceso, quedando entre ellas y el continente una plataforma submarina de abrasión, donde todavía ocurren procesos erosivos. Biodeterioración de madera y materia vegetal Los principales sustratos orgánicos donde habitan los biodeterioradores son las maderas, principalmente troncos y raíces muertos de mangles u otras especies vegetales leñosas que se encuentran de los estuarios o bordes costeros. Estas especies contribuyen en la degradación de la madera como parte de sus actividades fisiológicas, realizando une acción ecológica directa e importante en la transformación de este material para que quede disponible de nuevo para formar parte de las redes tróficas del ambiente marino. Igualmente, algunos de estos organismos degradan la madera utilizada por el hombre en algunas construcciones como muelles, viviendas palafíticas y embarcaciones: lanchas y barcos, a tal punto que constituyen un importante problema económico al obligar a sacarlas del agua para cubrir los agujeros y galerías que dejan. El daño causado por estos organismos se conoce como popularmente “broma”. Los bivalvos biodeterioradores pueden realizar la degradación de la madera mediante la acción mecánica de estructuras morfológicas especializadas como en el género Teredo que posee un vértice dentado en la concha (Turner 1984) o por acción química como Bankia que secreta enzimas para ablandar el sustrato, facilitando la penetración lo que le permite perforar también otros sustratos duros (Popham and Dickson 1973). Todos los bivalvos biodeterioradores empiezan la excavación a continuación del asentamiento de la larva veliger y van agrandando y profundizando la cueva a medida que crecen (Turner 1984). Los moluscos bivalvos que actúan como biodeterioradores de madera son ampliamente conocidos como plagas de muelles, pilotes y otras estructuras civiles construidas en madera (Turner 1984). Muchas de sus especies utilizan la madera como alimento y presentan asociaciones simbióticas con microorganismos capaces de degradar celulosa en algo conocido desde hace ya bastante tiempo. Los bivalvos aprovechan algunos subproductos de la degradación de esta sustancia realizada por estos microorganismos para su nutrición. Los bivalvos biodeterioradores de madera pertenecen a dos familias Pholadidae (géneros: Barnea, Martesia, Xilophaga) y Teredinidae (géneros; Teredo, Bankia, Lyrodus, Psiloteredo. Sobre los bivalvos perforadores de madera se conoce poco en las costas colombianas y en el Pacifico Oriental Tropical. En el Pacifico colombiano específicamente existen solo los trabajos de Escallón y Cantera 1989, Cantera 1991, para bahía Málaga y Sandoval et al. 1995 para bahìa Buenaventura. 103 Comisión Colombiana del Océano 1 2 3 4 Fotos 1 y 2. Los arrecifes coralinos constituyen la más importante forma de bioconstrucción. Es un ecosistema fundamental en el medio ambiente marino tropical y su alta productividad y estructura cavitaria permite la existencia de una alta biodiversidad de peces e invertebrados. 104 Fotos 3 bioconstrucción del gusano poliqueto formador de arrecifes Ficopomatus. Foto 4: cangrejo Chasmagntahus que también se considera bioconstructor al modificar el sustrato lodoso y permitir la existencia de comunidades bentónicas marinas, sobre una aglomeración del poliqueto Ficopomatus, que además es considerado como especie invasora 5 6 7 8 Foto 5. Acumulación de tubos de poliquetos de la familia Sabellidae en acantilados el Pacifico colombiano. Foto 6. Algas calcáreas en áreas rocosas de la isla Malpelo. Algas de este grupo pueden formar arrecifes y cumplen un papel muy importante en la cementación de otros arrecifes como los coralinos. Foto 7. Cresta arrecifal constituida por algas rojas en arrecife del Brasil Foto 8. Arrecife de ostras en Florida “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” 9 10 11 12 Foto 9. Arrecife coralino de la isla de Gorgona expuesto al aire durante una marea baja extrema, presentando un exagerado crecimiento de algas verdes. Foto 10 Diadema mexicanum. Foto 11: Destrucción coralina por abrasión ocasionada por una alta abundancia del erizo Centrostephanus coronatus Foto 12. Abrasión superficial de colonias coralinas masivas como consecuencia de la acción de peces que hacen bioerosión, las marcas blancas son mordeduras de peces en las colonias. 13 14 15 16 Foto 13. Abrasión superficial por moluscos gasterópodos al alimentarse de algas o líquenes que crecen sobre la roca, se puede observar las huellas dejadas por la acción de la lapa Lottia mesoleuca. Foto 14. Cyrtopleura crucigera, molusco de la familia de los Pholadidae, organismo perforador de rocas blandas sedimentarias, Foto 15. Lithophaga molusco perforador de rocas duras, Foto 16. El fuerte oleaje que golpea algunos acantilados contribuye a la remoción del material después de la acción de los organismos. 105 Comisión Colombiana del Océano 17 18 19 20 Foto 17. Acantilado rocoso del Pacifico colombiano constituido por lodolitas y limolitas con rocas duras. La parte inferior es la región afectada por la acción de lo bioerosionadores. Foto 18. Caverna de abrasión formada en la parte inferior del acantilado rocoso, Foto 19. Desprendimiento de rocas del acantilado debido al peso al agrandarse la caverna de abrasión en la base del acantilado, Foto 20. Playa rocosa y formas geológicas resultantes del proceso de erosión. 21 22 Fotos 21 y 22. Trozos de madera perforados por la acción de moluscos biodeterioradores del género Teredo. Referencias bibliográficas • Cantera, J.R. 1991. Etude structurale des mangroves et des peuplements littoraux des deux baies du pacifique colombien (Málaga et Buenaventura). 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Es por ello que el preámbulo de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS, por su sigla en inglés), ha incluido como principio, hoy ampliamente admitido, que “los problemas de los espacios marinos están estrechamente relacionados entre sí y han de considerarse en su conjunto”. Si la cooperación entre todos los Estados en materia de océanos es imperativa, también es imperativa la organización de esa cooperación en instituciones internacionales que sirvan de foro a los Estados para tratar problemas comunes, atender a las especificidades de todos, para canalizar esfuerzos y recursos humanos, técnicos, financieros y científicos, como también para servir de centros de intercambio de información. La celebración de los cuarenta años de la Comisión Colombiana del Océano (CCO), que coincide con otra próxima celebración, la de los cincuenta años de la Comisión Oceanográfica Intergubernamental (COI), órgano de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), invitan a una reflexión, aunque sea breve, sobe el rol de esas dos instituciones, tan estrechamente vinculadas en lo que se refiere a la investigación científica marina. 108 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” La investigación científica marina: marco general Con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial, la investigación científica marina ha realizado avances sorprendentes, facilitados en parte por las potencialidades abiertas por los desarrollos tecnológicos para la exploración de los fondos oceánicos. Desde los desarrollos de la escafandra por Cousteau y Gagnan, hasta la exploración al sitio del naufragio del Titanic y el descenso a las grandes profundidades de la Fosa Mariana en el Océano Pacífico, la investigación marina ha abierto amplios horizontes para la ciencia, en particular en lo que respecta tratamientos para el alzahimer, algunas formas de cáncer y otras enfermedades, lo mismo que para la comprensión de un problema civilizacional, como es el cambio climático. Para la ciencia, los océanos son, por sobre todo, espacios de diversidad genética y bioquímica que constituyen un mundo por explorar: nuevos invertebrados, nuevos organismos planctónicos, nuevos microorganismos, nuevas bacterias sobre todo en los sedimentos, nuevas formas de vida, asombrosas, como el fitoplancton, son periódicamente clasificadas en las escalas de la taxonomía. Los espacios marinos contienen decenas de millones de especies y 20.000 sustancias, gran parte de ellas aún desconocidas, haciendo de los mares, en algún grado, una especie de reserva farmacéutica, lo cual explica que la investigación científica marina presente también complejos problemas jurídicos, principalmente en materia de patentes, con evidentes incidencias para la industria farmacéutica. Pero si los horizontes para la ciencia son amplios en lo que respecta la diversidad de los océanos, el conocimiento sobre los procesos de calentamiento global del planeta constituye prioridad inmediata para los científicos. Los mares, como se sabe, son pieza vertebral del proceso climático del planeta, transportando masas de calor hacia el hemisferio norte y devolviendo, a través de los cinturones oceánicos, considerados como uno de los grandes descubrimientos científicos del siglo XX, masas de frio hacia los mares calientes. La investigación científica en diversas disciplinas, ecología, economía, geografía, ciencias de la cultura, derecho, política, han puesto de presente los servicios prestados por los ecosistemas oceánicos en abastecimiento (alimentos, agua, combustibles, materiales y recursos energéticos); regulación del clima, de las enfermedades, inundaciones, purificación del agua; y la contribución cultural (estética, diversión) y las interrelaciones que se producen, tanto entre los Estados como entre los individuos y las empresas, en la utilización de esos servicios. El economista Robert Costanza y un grupo de investigadores, en 1997, estimaron en 33.000 millardos de dólares la totalidad de los servicios prestados a la humanidad, al año, por los ecosistemas del planeta, entre los cuales, los mares ocupan un sitio de privilegio, habida cuenta de la extensión del planeta cubierta por los océanos. El Informe de Nicholas Stern, presentado en 2006 al gobierno británico, ha estimado en 5.500 millardos de euros lo que podría costar a la economía mundial, en los próximos años, el calentamiento global del planeta. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, por su parte, ha calculado en un monto que va entre 200.000 y 900.000 dólares por kilómetro cuadrado, según las regiones, los servicios prestados a la humanidad por manglares y arrecifes coralinos. La investigación científica marina ha contribuido eficazmente a documentar la comprensión de las alteraciones de las temperaturas del planeta, realidad discutida y debatida en los años 90 por algunos científicos, pero hoy admitida por los gobiernos, sobre la cual existe conciencia, en 109 Comisión Colombiana del Océano consolidación, en las opiniones públicas de los países. Las respuestas a los desafíos que presenta el cambio climático constituyen una prioridad de la investigación científica marina y una preocupación mayor de las organizaciones internacionales con competencias en esa materia. El marco jurídico internacional para la investigación científica marina está contenido en la Parte XIII de UNCLOS. Ese marco jurídico es hoy ampliamente aceptado en el mundo. Aunque Colombia y unos pocos países no han ratificado ese instrumento jurídico internacional, muchas de sus normas rigen por vía del derecho consuetudinario y de la práctica de los Estados, constatación que debe convocar, en nuestro país, a una reflexión actualizada sobre la necesidad de ratificar la Convención sobre el Derecho del Mar, determinando con claridad cuáles son las normas que perjudicarían a Colombia, en caso de que las hubiere. La Parte XIII de UNCLOS establece, entre sus disposiciones generales, que todos los Estados, cualquiera sea su situación geográfica, como también las organizaciones internacionales, tienen derecho a efectuar investigaciones científicas marinas, en conformidad con los derechos y deberes de otros Estados, según lo dispuesto en la misma Convención. Tanto los Estados como las organizaciones internacionales, deben fomentar y facilitar la realización de la investigación científica marina. La misma Convención establece los principios generales que rigen la realización de investigación científica marina, a saber: la investigación científica marina se realizará exclusivamente con fines pacíficos y siguiendo métodos y medios científicos adecuados que sean compatibles con la misma Convención. Señala además la Convención que la investigación científica marina no podrá interferir injustificadamente con otros usos del mar y será debidamente respetada, debiendo también respetar todos los reglamentos pertinentes adoptados de conformidad con la Convención, incluyendo obviamente los reglamentos destinados a la protección y preservación del medio marino. Finalmente, la Convención establece entre sus disposiciones generales, que las actividades de investigación científica marina no podrán servir como fundamento jurídico para reclamaciones o reivindicaciones sobre parte alguna del medio marino o sus recursos. Se observa pues que UNCLOS establece un sabio equilibrio entre, por una parte, el derecho de los Estados y de las organizaciones internacionales a realizar investigación científica marina y, por otra parte, el derecho de los Estados ribereños a adoptar reglamentos para la práctica de esa investigación, que en ningún caso, podrán ser contrarios a las normas contenidas en la misma Convención. Las reglas establecidas por UNCLOS para regir la investigación científica marina carecerían de eficacia sin instituciones que sirvan de foro para su implementación, como es la Comisión Oceanográfica Internacional y su correspondiente en nuestro país, la Comisión Colombiana del Océano. La cooperación científica a través de la Comisión Oceanográfica Internacional – COI A pesar del impacto de la globalización, que ha contribuido a relativizar el concepto de soberanía política, el Estado-Nación continúa siendo pieza fundamental en el tablero de las 110 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” relaciones internacionales. Sin embargo, las organizaciones internacionales han alcanzado influencia y preeminencia, al favor de la intensificación de las interdependencias entre los Estados y los pueblos y en la medida en que tales organizaciones contribuyen eficazmente a las posibilidades internacionales de cooperación y unidad para realizar objetivos comunes. En materia de mares y océanos, la Organización Marítima Internacional, en Londres, es la organización del sistema de Naciones Unidas con competencias en materia de seguridad en los océanos. A ella se suma el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), en particular con el Programa de Mares Regionales. En una segunda esfera, otras organizaciones del sistema ejercen competencias indirectas sobre los mares y la gente del mar, como la FAO, en materia de pesca y acuicultura y la OIT en materia de trabajo en mar y seguridad laboral. En una perspectiva más amplia, puede afirmarse que todas las agencias del sistema de Naciones Unidas, en el ejercicio de sus competencias, tienen relación, directa o indirecta, con los problemas de los espacios oceánicos. La Comisión Oceanográfica Internacional, como ya se indicó, fue creada por la UNESCO, mediante Resolución 2.31 de 1.960, con el fin de promover la cooperación internacional y coordinar programas de investigación, desarrollo sostenible, protección del medio marino, desarrollar capacidades de los Estados para mejorar la gestión y los procesos de toma de decisiones y asistir a los países en desarrollo para fortalecer sus instituciones con el fin de alcanzar su propia sostenibilidad en ciencias del mar. La COI tiene su sede en la UNESCO en París, donde se reunió por primera vez en 1961, con 40 Estados. En la actualidad tiene 136 Estados miembros, entre los cuales, obviamente, se encuentra Colombia, con una activa participación. Está conformada por una Asamblea, un Consejo Ejecutivo y un Secretariado en el cual, actualmente, tiene representación el Capitán Julián Reyna, Secretario Ejecutivo de la Comisión Colombiana del Océano. En 1961, la COI creó el Sistema Internacional de Intercambio de Datos e Información (The International Oceanographic Data and Information Exchange-IODE). La COI contribuye actualmente a mejorar las previsiones de la oceanografía operacional y el clima, apoyando las disposiciones creadas por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, a través de The Global Ocean Observing System (GOOS), que es el componente oceánico de The Global Ocean Observing System (GCOS). Además, colabora con el PNUMA en la conformación de un proceso de informes globales de evaluación del estado del medio marino. La COI ha adoptado una Estrategia de Mediano Plazo 2008-2013 y está ejecutando actualmente su Estrategia Bienal 2008-2009. Con ocasión de la entrada en vigor de UNCLOS el 16 de Noviembre de 1994, la COI convocó en 1996 un Grupo de Trabajo para analizar los efectos de la Convención respecto de la COI y de la investigación científica marina. De ese Grupo de Trabajo surgieron las bases para la creación, mediante la Resolución XIX-19 de 1997 adoptada por la COI, del Órgano Consejero de Expertos en Derecho del Mar, más conocido como ABELOS, sigla en inglés de Advisory Body of Experts of the Law of the Sea, que tiene por objeto aportar conocimientos a la COI sobre el rol de la Comisión en relación con UNCLOS y la implementación de normas relativas a la investigación científica marina y a la transferencia de tecnología marina. ABELOS es un órgano intergubernamental conformado por dos expertos designados por cada Estado miembro de la COI: un experto en derecho internacional del mar y un exper- 111 Comisión Colombiana del Océano to en ciencias del mar u oceanografía, que realizan reuniones periódicas sobre problemas específicos. ABELOS ha trabajado en la práctica de los Estados miembros de la COI en la aplicación de la Parte XIII de UNCLOS sobre investigación científica marina y de la Parte XIV sobre transferencia de tecnología marina; Criterios y Guías sobre transferencia de tecnología marina; Procedimientos para la aplicación del artículo 247 de UNCLOS sobre proyectos de investigación científica marina realizados por organizaciones internacionales o bajo sus auspicios; y un Marco Legal, conforme con UNCLOS, aplicable a la recolección de datos oceanográficos. Por su función de órgano subsidiario de asesoría, ABELOS adopta recomendaciones que son discutidas en la Asamblea General de la COI. Sin embargo, en tratándose de materias oceánicas y complejas, ABELOS ha venido tomando una importancia reciente, con la participación nutrida de expertos de muchos países, en particular de países en desarrollo. Para sus programas y proyectos, la COI tiene en Colombia, en la Comisión Colombiana del Océano, el Punto Focal Técnico Nacional. La Comisión Colombiana del Océano, que sucedió a la Comisión Colombiana de Oceanografía, tiene entre sus funciones, asignadas por Decreto 347 de 2001, proponer al Gobierno Nacional la Política Nacional del Océano y de los Espacios Costeros, adoptada recientemente, como también la asesoría al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología en la definición de prioridades de investigación y desarrollo tecnológico en nuestro país. La Comisión Colombiana del Océano, en sus cuarenta años de existencia, ha prestado invaluables servicios al país, en la adopción de la Política Nacional del Océano y de los Espacios Costeros y en el trabajo dedicado y eficaz en materia de contaminación marina, fenómenos naturales, cultura marítima, zona costera y relaciones internacionales en estrecha cooperación con la COI pero atendiendo a las especificidades de Colombia. Además, la CCO desarrolló recientemente el área de cambio climático entre sus trabajos de investigación científica marina. El Programa Argos de investigación científica marina La comprensión y la predicción de los cambios que operan tanto en la atmosfera como en los océanos han pasado a ser una prioridad científica en el mundo, para encausar la acción de los gobiernos y de la comunidad internacional, en materia de cambio climático. Los océanos ejercen una influencia fundamental en el clima y en las temperaturas del planeta, las cuales pueden sufrir alteraciones producidas por las corrientes oceánicas y el calor contenido y transportado por ellas a través de los grandes cinturones oceánicos. Argos, cuyo nombre se inspira del personaje de la mitología griega que poseía cien ojos, de los cuales la mitad permanecían siempre abiertos, ha sido concebido como un sistema único de observación in situ para monitorear el transporte y acumulación del calor y la salinidad de los océanos, la circulación oceánica y los cambios globales drásticos en los océanos, lo mismo que la comprensión de la capacidad oceánica para absorber los gases C02. El Programa Argos es desarrollado mediante el despliegue en los océanos del globo de varios cientos de flotantes de alta tecnología, con dispositivos para comunicación satelital, con capacidad de desplazamiento horizontal y vertical, cuya instalación requiere necesariamente 112 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” de la cooperación de todos los Estados, del respeto a normas de derecho internacional del mar, lo mismo que coordinación y gestión internacionales. De alguna pertinencia para el presente análisis, conviene señalar que la Unión Europea ha diseñado EURO-ARGO, una nueva estructura para la investigación científica marina europea, como contribución a la observación de los océanos globales, coordinado por el IFREMER (Instituto Francés para la Investigación en el Mar), del cual forman parte organizaciones y consorcios de 12 países: Francia, Alemania, Reino Unido, Países Bajos, España, Italia, Irlanda, Noruega, Portugal, Grecia, Polonia y Bulgaria). El Programa Argos, junto con otra información satelital adicional, es parte esencial del Programa Kopernikus de Servicios Marinos de la Unión Europea (Kopernikus Marine Core Service) para la información sistemática de referencia sobre el estado de los principales mares europeos y del océano en general. Además de lo anterior, el Programa Argos puede tener utilizaciones prácticas en otros campos, de interés para el sector industrial mar adentro. El marco jurídico internacional actual es insuficiente para enfrentar los desafíos que a todos los países presentan los desarrollos científicos requeridos por el sistema Argos y que, en consecuencia, es necesaria la implementación de un nuevo régimen jurídico para los flotantes y los deslizantes marinos en los cuales se apoya ese sistema. Para contextualizar en Colombia los trabajos del Grupo ABE-LOS sobre el Programa Argos, se debe tener presente que no se trata de desarrollar un conjunto de normas jurídicas internacionales aisladas para permitir el desarrollo de dicho programa, sino de la consolidación de un régimen internacional para los océanos que complemente el ya existente derivado de la Parte XIII de la Convención y que incluye, como componentes, consensos científicos y diplomáticos, principios generales, organizaciones internacionales globales y regionales, procedimientos de toma de decisiones y mecanismos de cumplimiento e implementación. Por ahora la solución propuesta por ABELOS en la sesión de Marzo-Abril de 2009, para la instalación de flotantes Argos en la ZEE está en los acuerdos bilaterales a ser adoptados entre los Estados instalador y receptor, que deberán seguir de cerca la filosofía de UNCLOS en materia de investigación científica marina. De esa práctica de los Estados saldrán las normas que conformarán un régimen internacional en la materia. La solución no deja de presentar algunos inconvenientes. Los Estados costeros están atentos a responder a los problemas y soluciones jurídicas que se presentarán en el futuro. Conclusión Frente al enorme potencial que ofrecen los océanos para la ciencia, ha sonado la hora para incrementar esfuerzos para la investigación por parte de los Estados, individualmente considerados y también en el contexto internacional, para asumir los desafíos científicos que representa esa “última frontera”, que permitan ampliar nuestro conocimiento de los mares, la explotación sostenible de nuevos recursos y la protección del medio ambiente marino, cada vez más amenazado. Para Colombia, país megadiverso, esa necesidad es aún más acuciante, en la medida en que, como algunas hipótesis científicas lo sustentan, la riqueza biológica de los espacios emergidos o ‘terrestres’, se extiende también a sus espacios marinos. 113 Comisión Colombiana del Océano Para Colombia, como para los países en desarrollo, la participación de la CCO en los proyectos de la COI se ha convertido en condición indispensable para el desarrollo de la investigación científica marina en materia de mares y océanos. El Programa Argos y la comprensión de la implementación práctica de ese programa, ofrecen una oportunidad única para continuar avanzando en esa dirección. La CCO tiene ante sí una parte alta responsabilidad en el avance de la investigación científica marina en Colombia, en particular en la comprensión del fenómeno del cambio climático y las formas de enfrentarlo, que no pueden ser deslindadas de la cooperación internacional. Mucho ha sido realizado en el pasado, pero hay mucho por realizar, como mensaje de optimismo hacia el futuro. En estos días de celebración, no queda más que desearle otros cuarenta años de trabajos y realizaciones en bien del mar y el océano de Colombia, que al final, son uno sólo en el planeta. De esa comprensión surge con claridad la necesidad de la cooperación internacional en materia de mares y océanos y en materia de investigación científica marina. 114 Cooperación en Meteorología y Oceanografía Edgard Cabrera E ste artículo resume el estado actual de la cooperación entre oceanógrafos y meteorólogos para observar el medio ambiente marino y para transformar estas observaciones en productos útiles con beneficios sociales y económicos, tangibles e inmediatos. Se describe el trabajo adelantado a través de la Comisión Técnica Mixta de Oceanografía y Meteorología Marina (CMOMM) de la OMM y de la COI – UNESCO, que ofrece el mecanismo internacional e intergubernamental de coordinación, regulación y gestión para un sistema operativo de observación, gestión de datos y servicios oceanográficos y de meteorología marina. Se presenta igualmente, el estado actual del Información de Seguridad Marítima (ISM) mediante la coordinación de la Organización Marítima Internacional (OMI) y de la Organización Hidrográfica Internacional (OHI). Desafíos para la observación del medio ambiente marino Los océanos son extensos y abarcan el 70 por ciento de la superficie terrestre y la mayor parte de esta superficie, fuera de las rutas marítimas y allende de las zonas costeras. Para que los datos sean útiles para la predicción meteorológica y oceánica, deben ser transmitidos, en tiempo real, a los centros de datos especializados, lo que implica desafíos adicionales para establecer las comunicaciones de satélites necesarias. En las últimas décadas, los satélites que observan los océanos han mejorado nuestra capacidad de observación de manera global y 115 Comisión Colombiana del Océano simultánea— de la temperatura de la superficie del mar, el color del océano, y la estimación de la vida marina en la superficie. Un inconveniente de las observaciones por satélite es la poca penetración de la radiación electromagnética en los océanos, lo que hace que el océano sub-superficial sea invisible desde el espacio. En algunas aplicaciones de predicción meteorológica y climatológica los datos de sub-superficie son críticos. Estos desafíos observacionales han forzado a los científicos y responsables de las observaciones marinas y oceánicas a desarrollar soluciones creativas para observar los océanos. Muchos de los datos in situ de la superficie marina y del océano superior son recogidos por buques de observación voluntaria, con gran frecuencia buques mercantes dotados con instrumentos meteorológicos y oceanográficos que transmiten sus datos varias veces al día mediante comunicaciones por satélite (www.jcommops.org/sot/) Otro tipo de tecnología innovadora para observar el océano subsuperficial, desplegada mundialmente en los últimos años, son los flotadores perfiladores de Argo (www.argo.jcommops. org). Estos flotadores tienen una altura aproximada de un metro y están cuidadosamente lastrados para tener la misma densidad que el agua en su profundidad de estacionamiento, generalmente 2.000 m o la mitad de la profundidad media del océano. Se quedan en esta profundidad de estacionamiento durante 10 días, subiendo luego hacia la superficie. En el camino hacia la superficie, miden la temperatura y la salinidad y, una vez en la superficie, transmite los datos vía satélite antes de volver a su profundidad de estacionamiento. Estos datos están disponibles para todo el mundo en el Sistema Mundial de Telecomunicaciones (SMT) de la OMM y a través de un centro de datos dedicado. En la actualidad (Mayo, 2009), más de 3.000 flotadores se encuentran operativos de acuerdo con un cubrimiento global en una red de observación diseñada de 3o (300 km). En muchas partes del océano mundial, en muy pocos años, Argo ya ha suministrado más información sobre la estructura de la temperatura y la salinidad del océano que la que se encuentra disponible en toda la base de datos histórica. Fuente:JCOMM, Ocenography and Marine Meteorology. http://www.jcommops.org/sot Grafico cubrimiento Argo / Buques de Observación 116 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” Foto Perfilador Argo Figura 1 cubrimiento Argo Y figura 2, estadística cubrimiento Cooperación formal en el ámbito internacional Los Servicios y sociedades meteorológicas tienen una larga trayectoria que se remonta al siglo XIX, cuando estudios relacionados a la variabilidad del tiempo y del clima fomentaron el interés por mejorar la meteorología y las ciencias afines. Las agencias oceanográficas son mas recientes, haciendo su aparición después de la Segunda Guerra Mundial, a menudo por motivos de seguridad nacional. En muchos países, la responsabilidad de las observaciones y de las predicciones del océano recae en el Servicio Meteorológico Nacional. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) y la Comisión Oceanográfica Intergubernamental (COI) de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) unieron sus fuerzas en 1999 creando la Comisión Técnica Mixta de Oceanografía y Meteorología Marina (CMOMM) de la OMM y la COI. El objetivo de la Comisión es coordinar y gestionar un sistema mundial completamente integrado de observación, gestión de datos y servicios marinos, construido a base de esfuerzos nacionales. Cómo transformar las observaciones en productos útiles La transformación de las observaciones oceánicas y marinas en herramientas de ayuda a la decisión y de información, requiere de infraestructura y de modelos que transformen los datos brutos, y de pericia humana que interprete los resultados. En los últimos años, han empezado a dar frutos los numerosos esfuerzos realizados para crear modelos operativos de predicción oceánica. El Experimento Mundial de Asimilación de Datos Oceánicos (GODAE), www.bom.gov.au/bmrc/ocean/GODAE/, es un proyecto piloto, que finalizo en 2008 y que contribuyó a coordinar una infraestructura común de toma y difusión de datos a partir de la cual se han emprendido un gran número de esfuerzos nacionales y regionales. Estos productos 117 Comisión Colombiana del Océano de predicción oceánica están disponibles de manera gratuita. Los productos pueden utilizarse en diversos tipos de aplicaciones, que van desde las predicciones y las simulaciones de derrames de petróleo a la predicción de localizaciones de frentes oceánicos para la industria pesquera, y a la predicción de corrientes oceánicas para la programación de rutas optimas para navegación o para la investigación científica. Los sistemas de predicción acoplados de atmósfera y océano están empezando a surgir de los centros de investigación para su uso operativo. Figura 3. GODAE Fuente:Experimento Mundial de Asimilación de Datos Oceánicos (GODAE) http://www.godae.org/Observational-data.html Figura 3 : Gráfico GODAE El conocimiento del contenido térmico del océano superior ha mejorado las predicciones de la intensidad de los ciclones tropicales, por ejemplo. La OMM ha lanzado un programa internacional de investigación, el THORPEX (www.wmo.int/thorpex/), que se centra en la predicción a largo plazo de situaciones de tiempo adverso y los beneficios sociales y económicos consiguientes. A medida que se desarrolle el programa, los meteorólogos y los oceanógrafos incrementarán las interacciones de su trabajo. También se han llevado a cabo esfuerzos concretos para transformar las predicciones climatológicas estaciónales de magnitudes físicas en información útil para sectores económicos y sociales particulares. Muchos son esfuerzos nacionales o regionales. Un ejemplo, en el que la OMM y la COI, entre otras agencias, ya están cooperando, es un centro regional dedicado a la aplicación de 118 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” predicciones de El Niño: el Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno de El Niño (CIIFEN, www.ciifen-int.org), con sede en Guayaquil, en Ecuador, aunado al fortalecimiento del Grupo Mixto COI/OMM/CPPS para las Investigaciones del Niño Oscilación del Sur y sus Impactos, cuyos términos de referencia fueron revisados en el año 2007 (www. cpps-int.org). El sustento de las personas que viven en la costa occidental de Sudamérica y las economías de sus países están inextricablemente unidos a los cambios en las condiciones oceánicas y en la precipitación ocasionados por la oscilación acoplada entre el océano y la atmósfera del Pacífico tropical de El Niño. Los investigadores del Centro están creando modelos y herramientas que tienen aplicación directa en la agricultura y las pesquerías y en la reducción de desastres. Estos esfuerzos se basan en una gran infraestructura existente de observaciones en el Pacífico tropical, y sobre el mismo, y de sistemas de gestión de datos y predicción del acoplamiento océano-atmósfera que se aplican en un ámbito con beneficios sociales y económicos tangibles e inmediatos. Caso Práctico: Información para la seguridad marítima (ISM) Los fenómenos meteorológicos y marítimos peligrosos (vientos fuertes, mar fuerte, visibilidad restringida, etc.), así como otras amenazas que pueden verse afectadas por el tiempo o por las condiciones del mar (por ejemplo, objetos peligrosos flotando o sumergidos, tales como contenedores perdidos) suponen un riesgo para la seguridad de todas las embarcaciones independientemente de su tipo. El servicio de Información de Seguridad Marítima (ISM) para navegantes La legislación y convenios actuales relativos a la navegación segura, la salvaguardia de las vidas humanas, el transporte de mercancías peligrosas y las operaciones de deslastre tienen su origen en el Convenio Internacional sobre la Seguridad de la Vida Humana en el Mar (SOLAS), una consecuencia del hundimiento del Titanic en el año 1912. Actualmente, SOLAS contiene una serie de normativas fundamentales relacionadas con los servicios meteorológicos, las cuales suponen algunas obligaciones para los gobiernos contratantes. En concreto, estas normativas hacen referencia a los siguientes puntos: • Alertar a los barcos de fuertes vientos, tormentas y tormentas tropicales; • Emitir dos veces al día y por radio boletines meteorológicos que se ajusten al tráfico marítimo; • Facilitar que los barcos seleccionados estén equipados con instrumentos calibrados y efectuar observaciones meteorológicas; • Facilitar la recepción y la transmisión de mensajes meteorológicos; • Ajustarse a las normas y recomendaciones técnicas efectuadas por la Organización Meteorológica Mundial. Estas normativas son una manifestación concreta de la interdependencia existente entre la meteorología y la comunidad marítima, así como un compromiso sólido por parte de los 119 Comisión Colombiana del Océano Servicios Meteorológicos Nacionales en los países marítimos de cara a que éstos contribuyan en la medida de lo posible a la seguridad de la vida y de los bienes en el mar. El Sistema Mundial de Socorro y Seguridad Marítimos (SMSSM) La creación del Sistema Internacional de Satélites Marítimos (INMARSAT) en el año 1982 por parte de la OMI anunció el inicio de una nueva era en las telecomunicaciones marítimas y consecuentemente de un sistema nuevo de seguridad marítima, incorporado en el SOLAS, cuyas modificaciones entraron en vigor en 1992 y su aplicación plena debería haberse producido el 1 de febrero de 1999. Durante los años 80, la OMM, trabajando estrechamente con la OMI, la Organización Hidrográfica Internacional (OHI) desarrolló un nuevo sistema de radiodifusión marítima de la OMM para el SMSSM. Este sistema se adoptó con carácter provisional en 1989 y en su formato definitivo en 1993, y ahora forma parte integrante de las normativas técnicas de la OMM. Según este sistema, las áreas océanicas del mundo están divididos en una red de metáreas, idénticas a las naváreas de la OHI, en cada una de las cuales deberá garantizarse la radiodifusión, por parte de un Servicio Meteorológico Nacional concreto y a través del sistema INMARSAT, de alertas meteorológicas y pronósticos de cara al tráfico marítimo con arreglo a un programa de radiodifusión publicado. En el año 2003 se desarrolló una nueva página web por parte del Servicio Meteorológico Francés Météo France, que muestra los pronósticos y alertas de la totalidad de las 16 metáreas originales http://weather.gmdss.org . Recientemente (2008), la OMI y la OMM acordaron el desarrollo de cinco nuevas metáreas en aguas del Ártico. Fuente: Global Maritime Distress and Safety System. http://weather.gmdss.org Figura 4 Metareas 120 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” La difusión de alertas y predicciones meteorológicas forman parte integrante del sistema SMSSM, cuyas comunicaciones permiten la recepción automática de todas las informaciones meteorológicas y de navegación mediante comunicaciones satelitales a través del sistema INMARSAT, radiotelefonía y radiotélex (NAVTEX). Las predicciones programadas regularmente de carácter meteorológico, sobre el estado de la mar y en relación con el hielo, junto con las alertas de ciclones tropicales, fuertes vientos, tormentas u otros peligros, se transmiten a los buques a través de los sistemas de radiodifusión INMARSAT y NAVTEX. Actualmente, las alertas meteorológicas y las informaciones de pronóstico suelen presentarse en formato texto; no obstante, los avances tecnológicos en el sistema electrónico de presentación de cartas de navegación, desarrollado bajo los auspicios de la OHI con la intención de mostrar los riesgos para la navegación a bordo, en formato de carta de navegación electrónica, permitirán que la información de las alertas meteorológicas e informaciones relacionadas con el hielo marino sean presentadas en este formato. Este enfoque también facilitará la sustitución de la transmisión tradicional de las cartas de navegación meteorológicas por las nuevas formas de difusión y presentación digital gráfica. Las publicaciones Manual de Servicios Meteorológicos Marinos (OMM, n.° 558) y Guía de los Servicios Meteorológicos Marinos (OMM, n.° 471) recogen, entre ambas, la normativa y recomendaciones de la OMM al respecto. ¿Qué sucede con las embarcaciones no sujetas al convenio SOLAS? En el caso de las embarcaciones no sujetas al convenio SOLAS, que podría decirse son las más vulnerables a las condiciones meteorológicas y oceánicas imperantes, puede que la legislación local y los servicios que reciben de los organismos meteorológicos nacionales o similares sean suficientes y puede que no. Los mensajes ISM que se preparan para las grandes embarcaciones sujetas al convenio SOLAS no suelen ser apropiados para las embarcaciones ligeras y frágiles. Los gobiernos nacionales deben tener presente también, que es probable que tengan que proporcionar datos ISM locales a barcos extranjeros no sujetos al convenio SOLAS. Asimismo se debería preparar material formativo para los navegantes a fin de garantizar que, en la medida de lo posible, conozcan a qué riesgos se exponen y también que sepan cómo recibir las alertas y las previsiones de estos riesgos. Futuro de la cooperación Oceanográfica y Meteorológica La tercera sesión de la Comisión Técnica Mixta de Oceanografía y Meteorología Marina (CMOMM) de la OMM y la COI, se llevara a cabo en Marrakech, Marruecos del 4-11 Noviembre, 2009 y se presentará a consideración de sus miembros, cinco esferas temáticas como programa de trabajo durante el periodo 2010-2013: • Sistemas y servicios de predicción para la meteorología marina, incluyendo los peligros marinos costeros y aspectos sobre la adaptación al cambio climático en zonas costeras; • Marco de gestión de la calidad de la meteorología marina, incluyendo el catálogo sobre mejores prácticas y normas, así como el desarrollo de un sistema de gestión de la calidad para la provisión de servicios de meteorología oceánica para la navegación internacional, en colaboración con organizaciones internacionales que representan a la comunidad de 121 Comisión Colombiana del Océano usuarios, tales como la OMI y la Organización Hidrográfica Internacional (OHI); • Mantenimiento a largo plazo y una implementación mejorada de sistemas de observación de los océanos y de teledetección; • Modernización de las actividades de gestión de datos sobre meteorología marina, incluida la interoperabilidad entre los sistemas de gestión de datos oceánicos y el Sistema de información de la OMM y su interoperabilidad con el Sistema de Información Oceanográfica IODE; • Transferencia de tecnología y el apoyo a la ejecución, con especial atención a los Países menos adelantados y los Pequeños Estados Insulares. Referencias • OMI, 1992: SOLAS Edición consolidada. Publicación OMI-110E y modificaciones posteriores de 1992, 1994, … • OMM, 2005: Manual de Servicios Meteorológicos Marinos (anexo VI a las normativas técnicas de la OMM. OMM, Nº 551. • OMM, 2007: Pagina web; programa marino: http://www.wmo.int/pages/themes/oceans/ index_en.html • SAVINA, H., 2004: Página web para la seguridad en el mar: http://weather.gmdss.org. Boletín de la OMM, 55 (2), 96-103, Abril 2006. 122 Autores Editorial Francisco Santos Calderón Vicepresidente de la República Presidente de la Comisión Colombiana del Océano ..................................................................................................................................... Saludo del Comandante de la Armada Nacional Almirante Guillermo Enrique Barrera Hurtado Comandante de la Armada Nacional ..................................................................................................................................... 40 años de la Comisión Colombiana del Océano Capitán de Navío Julián Augusto Reyna Moreno Secretario Ejecutivo Comisión Colombiana del Océano ..................................................................................................................................... La Institucionalidad y la Politica Frente a las Areas Marinas y Costeras Dirección de Ecosistemas, Viceministerio de Ambiente Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial ..................................................................................................................................... La Gestión Ambiental Marina y Costera en Colombia: Un reto institucional C.N. Francisco A. Arias-Isaza Director General INVEMAR. [email protected] Paula Cristina Sierra-Correa Coordinadora Unidad de Zonas Costeras, Programa SINAM, [email protected] ..................................................................................................................................... 123 Comisión Colombiana del Océano Políticas públicas y otros asuntos claves para la gestión integrada de la zona costera colombiana: un análisis temporal de metas y desafíos Arenas-Granados Profesor-Investigador. Coordinador Adjunto Red Iberoamericana de Manejo Costero Integrado -IBERMAR-. Grupo Gestión Integrada de Áreas Litorales. Centro Andaluz Superior de Estudios Marinos -CASEM-. Universidad de Cádiz. Web: www.gestioncostera.es. Email: [email protected]. Dirección Postal: Apdo. no 40. 11510 Puerto Real (Cádiz), España. ..................................................................................................................................... Sector portuario Colombiano Actividades y Tráfico Portuario Grupo Asuntos Portuarios Ministerio de Transporte ..................................................................................................................................... La pesca en Colombia un recurso en permanente riesgo Subgerencia de Pesca y Acuicultura Instituto Colombiano Agropecuario- ICA ..................................................................................................................................... La Comisión Colombiana del Océano y el Desarrollo Nacional Jaime Sánchez Cortes M.Sc. ..................................................................................................................................... Mapeo tridimensional de las Costas Colombianas Contralmirante Jairo Javier Peña Gómez Director General Marítima Alvaro Martínez Sanabria Ingeniero Catastral y Geodesta, Especialista en Sistemas de Información Geográfica. División de Litorales y Áreas Marinas, Dirección General Marítima. Email: [email protected] ..................................................................................................................................... Cartografiando Los Litorales Colombianos Álvaro Martínez Sanabria Dirección General Marítima ..................................................................................................................................... 124 “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” Ingeniería de puertos y costas en Colombia Andrés Fernando Osorio Arias Profesor Universidad Nacional de Colombia Grupo de Investigación en Oceanografía e Ingeniería Costera - OCEANICOS web: http://oceanicos.unalmed.edu.co http://www.docentes.unal.edu.co/afosorioar *email: [email protected] ..................................................................................................................................... La oceanografía biológica en Colombia, un crucero por zarpar Andrés Franco Herrera, Ph.D. ..................................................................................................................................... Evaluación de la peligrosidad de la inundación de las zonas costeras colombianas debido a la acción de dinámicas marinas Mauricio González Grupo de Ingeniería Oceanográfica y de Costas, Instituto de Hidráulica Ambiental de Cantabria, IH Cantabria, Universidad de Cantabria. E.T.S.I. Caminos, Canales y Puertos, Avd. Los Castros s/n. 39005 Santander, Spain. E-mail: [email protected] Luis Otero Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas - C I O H. Barrio Bosque, Sector Manzanillo Escuela Naval, Cartagena – Colombia. Dirección General Marítima. E-mail: [email protected] Pablo Agudelo AQUA&TERRA Consultores Asociados S.A. Calle 7 sur #42 – 70, Ed. Forum La Francia - Of. 1403. Medellín. Raúl Medina Grupo de Ingeniería Oceanográfica y de Costas, Instituto de Hidráulica Ambiental de Cantabria, IH Cantabria, Universidad de Cantabria. E.T.S.I. Caminos, Canales y Puertos, Avd. Los Castros s/n. 39005 Santander, Spain. E-mail: [email protected] Fernando Méndez Grupo de Ingeniería Oceanográfica y de Costas, Instituto de Hidráulica Ambiental de Cantabria, IH Cantabria, Universidad de Cantabria. E.T.S.I. Caminos, Canales y Puertos, Avd. Los Castros s/n. 39005 Santander, Spain. E-mail: [email protected] ..................................................................................................................................... Peligrosidad debido a tsunamis en el litoral Pacífico colombiano (Bahía de Tumaco) y análisis de una alternativa para mitigar su impacto Luis Otero Dirección General Marítima. Ministerio de Defensa Nacional, Armada Nacional. Av. 125 Comisión Colombiana del Océano El Dorado CAN, Bogota, Colombia. E-mail: [email protected] Mauricio González Grupo de Ingeniería Oceanográfica y de Costas, Instituto de Hidráulica Ambiental de Cantabria, IH Cantabria, Universidad de Cantabria. E.T.S.I. Caminos, Canales y Puertos, Avd. Los Castros s/n. 39005 Santander, Spain. E-mail: [email protected]; [email protected] Iñigo Losada Grupo de Ingeniería Oceanográfica y de Costas, Instituto de Hidráulica Ambiental de Cantabria, IH Cantabria, Universidad de Cantabria. E.T.S.I. Caminos, Canales y Puertos, Avd. Los Castros s/n. 39005 Santander, Spain. E-mail: [email protected]; [email protected] ..................................................................................................................................... Influencia del índice de oscilación del sur y de la oscilación decadal del Pacífico en la estabilidad termohalina de las aguas superficiales de la cuenca del Pacífico colombiano Rodríguez Ángela; Villegas Nancy y Málikov Igor Grupo de Investigación CENIT. Departamento de Geociencias. Facultad de Ciencias. Universidad Nacional de Colombia. Ciudad Universitaria. Edificio Manuel Ancízar. Oficina 203. Bogotá D.C. Colombia. Tel: 3165000 Ext. 16523. e-mail: nlvillegasb@ unal.edu.co ..................................................................................................................................... Bioconstrucción y Biodestrucción en el mar Jaime Ricardo Cantera Kintz Profesor de Biología Marina, Decano de la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas, Universidad del Valle ..................................................................................................................................... La investigación científica marina y el Programa Argos Antonio J. Rengifo Lozano ..................................................................................................................................... Cooperación en meteorología y oceanografía Edgard Cabrera Jefe División Meteorología Marina y Asuntos Oceánicos de la Organización Meteorológica Mundial. 7 Bis Avenue de la Paix. CP 2300 Ginebra, CH1211. Suiza 126 Comisión Colombiana del Océano “40 años comprometida con los Mares y Costas del País” Libertad y Orden Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial República de Colombia Dirección General de Ecosistemas • Diciembre de 2009