MTTXI 1 c RECIO DE LA svscRiciON.—.iiannn: por números WUM. l o . sueltos á 2 rs.; tros meses 'Krs.; seis meses \1 rs.; un año 80 rs. REVISTA DE LA SEMANA. ilnras penas podría alcanzar crédito hace I ros semanas, la noticia comunicada desdo W a s hington estos dias. Allí leñemos al presidente de la república de los Estados-Unidos, al popular O a n t , al , - hombre que ha sido *vadoul primor puesto de su nación, al inquilino que "•rara con mejor pie en la Casa Blanca, bonitamente ^frotado en la cámara representativa á los quince las de desempeño de tan honorífica magistratura, en '«cuestión del estatuto ó ley llamada Tenure Office, • ° ar gumento esplicaremos en breves palabras ¡í ^estros lectores. Hasta la anterior presidencia de A n ?s. Johoson, si no la libre facultad de nombrar los "Ustros, que debían obtener la ratificación del senacari • J r e s ' ' ' e n t e t e n ' a ' a l ' e s e P a r i l r ' 0 S a s u antojo y por 1° ' > o r ^ i a ^ e r v '°l a ( l° Johnson esta ley, votada j, n i Os r e presentantes, cuando, sin más ni más, plantó ca ej * "e al minislro de la guerra Stantou, se le formó «nnV0ceso í 110 todos recuerdan, y del cual salió a b cien ' 5 ° r U n s " ' ° v o t o ; e s l a ' ) a ' n o obstante, eh la conn0 la de todos, que aquella ley se derogaría tan l u e m v me Derai° presidente que gozase de la g e nerai Co°1 'n anzas e otro cort > y a quien no fuese necesario atar tan 7 ? ' corl e a hac°' 'i°ra el general Grant, á quien no le i la l tall ley, l d á susl mm " cc ''l a gracia nii menos se acomoda nlos fipst. militares do mando, y desde luego manínado S i l ' i e s o ° ( l e ' í u c l a s ( ' a l e e n arte anter . P ? P l "' s s ' I 1 0 '° ('°.i;l ( ' o m o a l o s r t ro , i °s presidentes el poder do separar á los niinisíectou •Cfnce.(le P l ( l e suspenderlos. Pero llega ol p r o a la cámara de los diputados y se le vuelve la MADRID 11 DE ABRIL DE 1869. PROVINCIAS.—Tres meses 28 rs.; seismesesoO rs.; -fr-/-. T T I T 1 un año 96 rs.—GIBA , PIERIO RICO Y EXTRANJERO, A i S Ü un año 7 pesos.—AMÉRICA Y ASIA, 10 á 15 pesos. criada respondona, siendo desechado el estatuto por noventa y nueve contra setenta votos. ¿Qué ha hecho nuestro hombre para que los republicanos se unan á los demócratas en esta oposición significativa? I.o cierto es que sufrir un desaire tal y empezar las hostilidades entre enngreso y presidente á las primeras de cambio, no es cosa de gusto ni de buen agüero. Verdaderamente la política se rige, como el corazón de las coquelas, por leyes que aun no han tenido su Newton que las esplique, y puede aplicarse á sus hombres lo que dijo un moralista: X.1I1 ' ante sí. Esta grave cuestión de la política napoleónica se agita casualmenle hoy en la prensa extranjera con motivo de la obra sarcástica del célebre Mr. Ollívier. El Times ha consagrado diferentes artículos á este asunto, y , con no menos profundidad que el decano de la prensa inglesa , le trata el Saturday Itevicw, augurando un solemne fiasco á sus planes de fundación de dinastía, y llegando hasta á declarar, que una vez desaparecido de la escena del mundo, nadie se volverá á acordar de él. ¡Es posible que nacía quede de tanta grandeza! Pocos lo creerán condenado á este silencio del olvido, Que quien se juzga mas alto, porque cuando la historia no le contase para nada en Está mas cerca del lodo; la corriente de las grandes ideas, ni Francia tuviese Y el que cree tenerlo todo, que agradecerle el haber elevado la conciencia m o Está de todo mas falto. ral del pueblo, que tantos años lia dirigido en todos Díganlo sino las veleidades, caprichos, sonrisas, e n - sus movimientos desde los mas trascendentales hasta trecejos, gracias y desgracias que muestra el rostro de los mas pueriles; por lo menos, ahí eslá la historia a r la fortuna á los candidatos al vacante trono, escepto quitectónica ó monumental de París, que une su nomdon Fernando, que á pesar de los ensueños consentidos bre á obras de arte duraderas, y ahí están los colosales sobre la boda del hidalgo pueblo hispano con la valerosa ! proyectos y empresas de la industria con la. ciencia Dulcinea Lusitania, de cuyo consorcio saldrá la cria : combinada, á que se liga el recuerdo de quien ha h e robusta de la Iberia, fica firme en su resolución de cor- cho llamar su residencia el Paraíso de los inventores, responder frió y desdeñoso, tal vez aleccionado por la , pues no hay calculista, proyectista, ingeniero, indusesperiencia en la vanidad de las humanas pompas. De i trial, ni artista que no haya encontrado siempre á Luis presumir es que su negativa no se parezca al noli epis- ' Napoleón dispuesto á coadyuvar á su pensamiento, con coparc; sino que real y verdaderamente haya salido de ; tal de que tuviese sombra de realizable. Lo que podrán su ensayo de gobernación hastiado de mantos y coro- i decir los rigorosos, es que si los edificios se han magnas; por donde se colige lo mucho que han mudado nificado , los inquilinos se han empequeñecido, porlos tiempos, y que ya no piensan los hombres sesudos que no vive el hombre de solo el desarrollo del mundo ó del buen sentido , como el buen Sancho, que decia material. ser el negocio de gobernar cosa de comerse tras él los P e r o , en suma, el bien ó el mal que del emperador dedos. se diga, no empece, como dicen las leyes de Parlida, En efeclo, óigase á Mr. Thiers en el famoso discurso para que se cumpla esta máxima altísima, q u e , en que acaba de pronunciar en la Cámara francesa, en versos populares, ha sabido propagar nuestro popular donde se atrevió á decir, y nadie dirá, que sin conoci- poeta Ruiz Aguilera en la siguiente redondilla: miento de causa, que Luis Felipe cayó por el deseo de «Al que es bueno le sucede apoderarse de todas las facultades de los ministros y Lo que á la uva en el lagar: gobernar en vez do reinar. ¿Quién había de decir que Mientras mas fuerte lo pisan, el rey más constitucionalizado de la época moderna, Mas jugo su virtud dá.» vendría á ser convertido en déspota, lir.ino y dictador, por su ministro Tbiers? Parece que el ministro de Justicia, Mr. Baroche, Prosupónose que el emperador, si tiene en algo la acaba de presentar una memoria estadística de la c r i ciencia y experiencia del autor del Consulado y el Im- minalidad en Francia, en el año anterior, en laque perio, se habrá estremecido en su sillón imperial, pues- confiesa, que los crímenes aumentan visiblemente: to que lleva diez y siete años gobernando por sí y bien q u e , como buen francés, sale de la dificultad d i - 114 EL MUSEO UNIVERSAL. que mirando por el interés de su patria han ele~" ciendo, que esto se debe á la mayor y mas exquisita ; LA ARQUITECTURA Y LA SOCIEDAD. do monumentos á costa de nuestro abandono, pn, 1 vigilancia de la policía, y de ningún modo á que el mirado con aparente desdén por habernos ( corazón ó la cabeza de'sus compatriotas estén mas J (CONTINUACIÓN ) sobre el lecho de las conquistas. contaminados: afirmación que á sus ojos no debilitan los ! En todos los diversos pensamientos sobre el ai,,, terribles secretos divulgados recientemente en los tri- i IV. ve siempre que el hombre se procura imágenes der? bunales de Marsella. No hay como formar una opinión, El cuadro de la grandeza y de la virtud de los anti- poso que le conduzcan á la virtud, que en todas lasf y si los hechos l¡i contradicen, replicar como aquel guos está preocupando ahora poderosamente el ánimo ferentes civilizaciones ha procurado seguir comon historiador: Tanto peor para los hechos. Y ya que, en esla materia entendemos, pasamos sin de estos hombres , mas impresionables que los hijos consuelo en las turbulencias del alma , educándolas esfuerzo á Inglaterra, en donde también se dilucida la de otras regiones donde la sociedad ha sitio precipitada tísticamenle para que se obtenga ese privilegio con ti cuestión de penas y delitos. Allí, el emponzoñador de en el abismo de un deseo desmesurado de profano maravilloso efecto del refinamiento y levantado mi, la,moral pública no es la novela, ni el teatro, ni las bienestar. ¿Se dirá, acaso, que las ideas romancescas de las bellas arles. Debemos lamentarnos de que nL costumbres de la clase media, sino el diablo de las bebi- de esta filosofía no pueden tener cabida en una socie- tras se llegaba antes á ese resultado por medio de I que se une solamente para procurarse una nueva templos y catedrales, estas hoy dia nos representa» das espirituosas, que tantos templos ó taverns tiene dad sensual? Pero ciertas ideas penetran á pesar el silencio del desierto por el abandono en que vace? abiertos para el culto de sus numerosos adoradores. felicidad la obstinada resistencia de las repúblicas, y obran in- ! como si se hubieran declarado inútiles, y nos pronos! Un magistrado lia dicho estos días desde su sillón, que de sensiblemente inclinándonos á la vida contemplativa, que lo que antes se buscaba en el templo , ahon la causa de todos los crímenes en Inglaterra es la em- que es la que produce los sentimientos elevados que tican se lia de conseguir por medio del bienestar doméstico briaguez, y que en dejando de fabricar bebidas alcohó- pueden redundar en beneficio de los ciudadanos, con- haciendo de la casa particular el templo de la salur licas, podían quemarse los códigos y cerrarse los Iri- solidando la virtud. el de la amistad y de todos los virtuosos placeres ¿ bunales, por ser los ingleses, e» frió, unos verdaderos ( ' La poesía italiana hizo que por medio de su gran in- esta vida, pues esta es la marcha que llevan las creen, benditos. cías del moderno movimiento social. En EspañaneceNo lo están ahora ciertamente Ma/.zini. Menotti y térprete el Petrarca, que conocía el espíritu humano sita la arquitectura una nueva forma que no se puede de una manera poco común, condujese á las generaotros ardientes italianos, aunque su ardor no sea efecir á buscar en ninguna otra nación, sino que el artista to de cosa tan fea como la embriague/,, sino de la oca- ciones que le siguieron, al siglo de oro en arles, cien- la ha de encontrar por medio de los recursos del artei cias y letras, que él sacó del estallo de barbarie donde sión mas alta y de la pasión mas noble que pueda inssu buen criterio. Estos sólo pueden hallarse pormedjj pirar á los hombres, que es el sentimiento de patria y vacian sepultadas desde muchos siglos, salvando del del dibujo, como fundamento de todas las bellas artes polvo y del olvido los mejores ejemplos de la antigüelibertad. La situación de Italia da á muchos motivos de Por él renació la afición al estudio de las bellas porque guiado el artista por la inteligencia, saca demc! recelo, y á otros de esperanza en que las ideas republi- dad. artes y letras, él inspiró el buen gusto, como un ciu- chas cosas un juicio universal semejante á una forma,y canas vayan tomando ascendiente sobre el que llaman dadano de la antigua Roma, y los mas célebres sobe- una verdadera ¡dea de todas las cosas de la naturaleza viejo y estéril credo del constitucionalismo. ranos de su siglo le dispensaron su amistad, como á Con esta facultad, el arte puede ser creador, perfeccioNo "obstante , noticias recibidas de Florencia están hombre propagador de la virtud. Hasta en el amor dio nando lo creado, representando, no sólo la verdad, sin» contestes en declarar, que la relación de los desórde- lecciones de virtuoso y casto sentimiento, en la ma- también lo verosímil de lo venidero, y lo posible, puenes en Italia ocurridos, ha sido grandemente exagera- nera tierna y elegante con que cantaba las gracias en de sobreponerse á la misma naturaleza por medio dt una belleza original. Los verdaderos modelos de la da, y que Mazzíni ha rehusado toda complicidad en es- alabanza de'su querida Laura. naturaleza, variadamente combinados y acomodándotos hechos , aconsejando á sus secuaces que perma- | La estoica filosofía inglesa busca las deliciosas senlos con el auxilio de la meditación, de la inteligencia, nezcan tranquilos. La verdad en su lugar; y esta es, saciones que por los sentidos se comunican al corazón, y recursos felices de la imaginación, son realizables que tanto el famoso triunviro, como el fogoso Garibaldi haciendo una ciencia hasta de las cosas mas sagradas, por el mecanismo artificioso de la mano y por todos no están para íiestas por su edad avanzada. Si no salen así es que son susceptibles de conocer la felicidad, mas los otros medios, por los cuales el hombre se industria en Italia dignos sucesores de estos dos grandes caudillos, bien pueden las cosas tomar muy distinto rumbo bien sabiendo admirar materialmente los fenómenos á poner en práctica, para multiplicar y estender las fadel que ardientemente desean los jóvenes republi- de la creación en sus mas sublimes producciones, que : cuitados fisicas. La cúpula de San Pedro de Roma,no entrando en otros exámenes. El aspecto de la natura- se hizo con teorías científicas, sino que su ejecución canos. de su país, ha despertado en ellos una melancolía fue debida á la observación práctica del artista con los Como quiera que, ya sea por la entrada de la prima- leza les inclina á procurarse los placeres de la soledad, recursos de la esperiencia, por el estudio que Miguel vera, ó porque las ideas, chocando unas con otras, con que modo que del terreno mas ingrato de Europa, han Ángel hizo en la trazada en Santa María de las Flores la velocidad que hoy lo verifican, producen calor en los de hecho el mas risueño por medio del arte de la jardinecerebros, y de estos pasa á la sangre y de la sangre á ría. Este arte, verdaderamente mágico, imprime sobre por Bruneleschi. los miembros; ó porque se necesita, cada vez mas á nuestra alma un admirable sentimiento de dulce calma El dibujo es la espresion del artista , es el sustanmenudo, una gran función de pólvora; ó porque eslé inclinándonos á la virtud. Ellos reúnen al reino vegecercano el tiempo de una liquidación, reorganización ó tal el reino animal, necesitando grandes estufas para tivo del idioma del arte, es un ramo de humana genrifacimento de la manera de ser política de las nacio- conservar la vida á las plantas exóticas, grandes paja- tileza y cultura, y por consiguiente el cultivo de esta: nes continentales, la verdad es, que á casi la mayor reras para las aves de todas especies y de todos los parte será siempre, y en todos tiempos, el que haya parte cobija y cuadra la hoy común expresión de esto paises del mundo que procuran reunir, de modo que elevado el arte arquitectónico al mas alto grado de perva mal. Probablemente, después de tantos temores, este gusto puede considerarse como la piedra filosofal fección, asi como su abandono ha sido la causa de vertodo se arreglará pour le mieux, como generalmente de un pueblo que tiende á procurarse el bienestar dan- lo reducido á las consecuencias del capricho clmvacasucede; porque propio es de la diplomacia hablar de do un nuevo desarrollo al campo de la arquitectura. Esta 110 casi de barbarie, y si en la época presente se líamecontinuo de desaires y cortesías, de desvíos y alianzas, ingeniosísima reunión del arte con la naturaleza, nue- !; canizado, no nos lamentemos de carecer de la cousideracion que merece dicha carrera, que no se cultiva de guerras y de paces entre gobiernos y pueblos, como vamente encontrada por los ingleses, nos revela la in- con la sublimidad y erudición necesaria para sacar ilf de médicos y letrados hablar de enfermos y litigios, clinación de este pueblo á los románticos delirios de la historia los pueblos, su forma y aplicación realil'uede ser, contrayéndonos á España, que atravesemos un paraíso terrenal, manifestándonos al mismo tiempo zable por eldecultivo del dibujo; pues ni con las bellas .sin novedad, y con el pulso en caja, todo el período sus creencias religiosas protestantes. Así es, que nada partes de muchos cuerpos reunidas en uno solo, ni con constituyente , y que tengamos hasta un rey pintipara- nos debe admirar que al artista Hirschefeld, pintor fa- los medios de geométricas proporciones se consigue li do y como hecho de encargo, que es lo que actualmen- moso de la naturaleza, lo consideren como uno de los belleza, dádiva siilo de los que bien organizados lainlo preocupa el ánimo de los tutores de la cosa pú- genios mas grandes y benélicos de su país. vocan por medio del arle del buen diseño. Para conblica. firmar esla opinión del estado actual de esta carreL:i lilosofía caballeresca de España, dio origen á la En esta esperanza, que es el tesoro de los necesitara, diremos aquí lo que oportunamente leemos en un dos, volveremos los ojos á otros asuntos mas placente- rivalidad europea ó casi universal, con sus hechos de autor que dice: «Cuanto mas inferior es una idea, tanto armas en defensa de una religión la mas santa , ilustre ros y pacíficos. Y ninguno lo es tanto como el anuncio mas sometida está á las exigencias de la simetría,}' que acaba de hacer la Liga internacional y permanen- y gloriosa; la mas noble entre todas. Ahora debemos cuanto mas simétrica, es tanto mas esclava, resultando ilustrarla sin separarnos de sus tradiciones, ni tomar te de la paz, establecida en París, Rué Roquepine, núotros pueblos nuevos tipos pura embellecerla, sino la gravedad en vez de conseguir la belleza. La antigüfmero 18, y cuyo secretario es Mr. FedericoPassy, ofre- de que se debe ennoblecer con el aspecto que la pertenece dad dice á los siglos por medio de los efectos del arle. ciendo el premio de cinco mil francos al autor del me- el cual es el austero, de cuya severidad y filosofía, si nos el estado de creencias mas ó menos verdadero. Asi jor ensayo sobre el tema; El crimen de la guerra, de- separamos, perderá toda su fuerza moral basta borrar- nosotros decimos al ver los monumentos árabes," nuncia á la humanidad. Como esta junta de los amigos se totalmente la sublime tradición de nuestros antepa- Erlem no ha sido mentira; al ver los griegos, el sende la paz es ¡esencialmente internacional, excusado es sados, perdiendo un triunfo que tanto tienden á eclip- sualismo no ha sido mentira; al ver los romanos, el<^j1 minio del mundo por la fuerza no lia sido mentira;» advertir á nuestros escritores que quieran presentarse sar las demás naciones. ver el Duomo, ó sea la catedral de Orvieto, la relig»" al concurso, que cada cual puede hacer dicho trabajo en La España tiene en ciencias y en artes un tipo clásico cristiana, es y será siempre una verdad triunfante sosu idioma propio. El premio será adjudicado en 1." de especial que la hace única entre todas las otras civilizabre todas las demás. Al ver los resultados de la culi»' julio de 1870, y bien merece la pena de ensayarse en ciones; lipo al que no podrán llegar las otras naciones, 1.LII materia, ya que no sea por el lucro, per V oiiorc. cual es el que dejaron los árabes y que se abandonó ra de este arte en el siglo presente no sabríamos <F NICOLÁS DÍAZ BENJI.MEA. con las influencias de las sociedades que se sucedie- decir sino que cuando la arquitectura nada dice, *' ron, y que en la época presente, aprovechándose de porque los hombres que la conciben han degenerad" sus luces, podria producir el renacimiento de una ori- hasta el punió de necesitar una nueva intervención* ginalidad propia y con grandes ventajas sobre todas las i Dios en su índole para volverlos á la pureza gue W" En los juegos florales de Toiosa (Francia), se han que desde aquel tiempo observamos que han aparecido, adjudicado á Aquiles Paysant, la gran violeta, por su empleando para esto el estudio analítico y las lecciones perdido.» El genio no se compra, ni se vende, ni se roba,"' poema Le Chéne, y rosas á cada uno de los escrito- de la esperiencia. Santa, gloriosa y sublime es nuestra res concurrentes expresados á continuación : Ga- filosofía, que nos ha conducido á la victoria, creando se conquista; es un don del cielo, instinto divino<F briel Legriffe, por su idilio, Rose au Iiois; Julio grandes hechos históricos. La España' ha triunfado llega en un momento inesperado, por cuya razón"^ Guiherl, por su elegía, A des Énfants; Augusto llus- siempre del poder de las fuertes naciones que intenta- conviene invocarlo: su propiedad es la perfección-jj^ sell, por su apólogo, La parade, y su fábula, Le Loup ron subyugarla; triunfó del grande poder romano, triunfó obras de los mas de los arquitectos son considera* eID el les Oiseaux. En la composición en prosa, cuyo igualmente del árabe pagano, se hizo independíenle del escelentes, pero no nacidas del genio, como porej pío un Bramante, un Brunelesco, un Biionarroti;^ tema era el Elogio del padre Lacordaire, concurrieron universal conquistador mirando con generoso desden á <liez y ocho autores, cíe los cuales dos han sido pre- los que le usurparon la adquisición de un nuevo mundo, Paladio, un Sansovino, pero el pórtico del palacio ""T ximo, en liorna, el del Peruzzi, en Siena; la capü'* ej 1 miados. obtenido con lanía gloria. Sin embargo, ¡se desdeñan los peregrinos y la puerta • del • • palio de San Mig --¡.ruel, ' los monumentos que puedan atestiguar tantas grande- cohimnato del Perault, el del líernini en el Valic»?"' ! S dj los testimonios testimonios qque que llaman llaman la l ' la Sania Justina on Pádua, el Caprarrola del B")0J r dde los La Sociedad Estadística Internacional, celebrará su zas! ¡Se dejan pperder 1 con peligro de ~ ' ' lo, etc., etc., y casi todas las obras (pie se produje^ sétima reunión en La Haya, el 3 de setiembre próxi- atención de las generaciones venideras, jno. El príncipe de üranje ha aceptado el cargo de f|ii(! la rivalidad , como lo procura siempre, pueda os- ! en toda la Europa sólo con el servil uso del clasiciS" curecer nuestras tradiciones; dejamos que se adelan- . griego, carecen del feliz estudio que conduce al D'v> . presidente honorario y asistirá á las sesiones. | ten otras naciones, y que nos superen tal vez con parliculam aura:. ^ ¡ la apariencia de hechos que no les pertenecen. Los I Partiendo de este principio diremos que en cUa" EL MUSEO UNIVERSAL. 115 •fluenciade la sociedad actual sobre el genio, no >por los cuatro lados; su trage es una ropa talar ele hilo empleaba el tiempo en ejercicios propios para el desar'llta * ' aI irtista de nuestros días un porvenir en quepo- j bordada de oro y purpura: rodean la litera guardias rollo de sus fuerzas físicas y el aniquilamiento de las 'ller , ' 'rollar los conceptos de su imaginación; atén- armados, y muchos de ellos llevan ramas de árboles gracias de su sexo. Por una contradicion singular, las • .5amisma sociedad, estudíela, contémplela como en las que se ven perchados pájaros de diferentes cla- débiles mujeres que en Atenas ejercían tanto imperio espectador sin tomar parte en la escena, que ses que con sus cantos le distraen y regocijan. Su pa- sobre los mas nobles y sabios hijos de aquel pueblo, im Vrpphmará al arquitecto y elegirá á aquel que en ¡ lacio se eleva sobre columnas de oro circundadas de podían mostrarse en público adornadas de costosas jo, distribución de sus edificios sepa darles, en el deco- ¡ vides del mismo metal, con pájaros de plata entre su yas, al paso que en Esparta sólo se permitía su uso á i v en su elegancia, el carácter ele las creencias, follaje. La murada del rey está abierta á lodo el mundo, esta clase de mujeres, pues á las honorables matrona-; •i s usos, costumbres, tendencias é instintos mu- : y mientras le adornan la cabellera, da audiencia á los y doncellas todo género de adorno les era prohibido. embajadores y administra la justicia publica. Cuando No sólo hallamos en las memorias de los primitivos lle H°otra parte que en arquitectura guarda relación le descalzan las sandalias, le ungen los pies con los tiempos del mundo antiguo veslígios de la pasión del mas delicados perfumes.» hombre por las joyas, y ele su admiración por las pielas ciencias exactas y naturales , tiene su base en f"economía y en la distribución, que proceden ele la El mismo autor en la descripción de la corte en el dras preciosas: en las tradiciones de tiempos muy re•aricia dd capitalista y del propietario; ele modo que campo de Darío, nos da testimonio del gusto délos motos de la América del Sur, en los vestigios antiguo-; "l arte en (>st:l esfera, l ' sl:l 0I1 razón inversa de la persas por las piedras preciosas, de la cantidad de ellas de Méjico y del Perú, y aun en las ruinas ¡le ciudadellorecientes un día, que la perseverancia de los viajero; conciencia y <le la pericia. que poseían y del uso á que las destinaban:'—• lJ1 DOMINGO \NZA. «La caballería, armada á la usanza de doce naciones modernos han sacado á luz de entre los escombros ddiferentes, marchaba en un sólo cuerpo seguida de las florestas primitivas, se ha encontrado la evidencia detropas llamadas por los persas «los inmortales.» El nú- que aquel gusto dominó también en el hemisferio ocj mero de todos ellos asciende á diez mil hombres, y su cidental. En efecto, el estudio de las piedras preciosas ; magnificencia era superior ala de todas las milicias de nos conduce á establecer la analogía consignada por alJOYAS Y ALHAJAS. las demás naciones bárbaras. Llevaban collares de oro gunos sabios entre las estinguidas razas ele la América y vestidos tejidos de oro, chaquetillas con manga guar- elel Sur y los judíos del tiempo ele Salomón, y á probar la hipótesis que atribuye á ambas el mismo origen. En necidas de pedrería. PELAS Pl! DKAS PRECIOSAS EN I.V ANTIGÜEDAD. ambas las insignias dé la soberanía y del poder, eran A corla distancia seguia el primo del rey á la cabeza casi las mismas, y ambas usaban de las piedras preciopuédannos algunos vestigios del gusto por las pie-j de quince mil hombres, vestidos más de mujeres que sas con igual predilección, como'símbolos y termine-; dras preciosas en la mas remota antigüedad, y aunque de hombres, y con un aparato mas notable por la exu- de comparación. El siguiente estrado de una obra n<> berancia del lujo que por su aspecto guerrero. Detrás no puede determinarse con seguridad el punto donde todavía (1), muestra la semejanza de si:s se descubrid"011, ni las naciones ó individuos que las de éstos venían los Dariforos conduciendo el manto publicada usaron primitivamente, convienen muchas circunstan- real y precediendo al rey que les seguia en un carro, costumbres y ritos en este particular. cias en designar á la India como su pais originario. ! como elevado sobre un trono. Los costados de este «El ephod, el racional, la mitra, el cinturon y hábiAllí tienen asiento todo lujo, todas las raras y bellas carro mostraban en bajo-relieves de oro y plata las efi- tos pontificales de los hebreos, eran de la misma forma producciones de la naturaleza á que el hombre conce- gies de varios dioses, y sobre su yugo, tachonado de que los ornamentos de los pontífices mejicanos, y como de mayor estima; todo cuanto puede lisonjear los sen- piedras preciosas, se elevaban de un codo de altura las ellos, ricamente bordados y adornados de pedrería. tidos y halagar la vanidad, así como toda riqueza en de Niño y Belo, entre las cuales una sagrada águila de »Además de los numerosos dibujos y esculturas que plantas, llores, perfumes, anímales, pájaros, insectos, oro estendia sus alas en actitud de lanzarse al espacio. representan los antiguos ornamentos pontificales de los piedras preciosas y perlas. Los países mas ricos y fér- Todo este aparato, sin embargo, no era nada compa- mejicanos, semejantes en un todo á los que se preceptiles del mundo se hallan en Asia: el Asia Menor; las rado con la suntuosidad del rey. Vestía una túnica de túan páralos sacerdotes hebreos en el capítulo XXVül provincias del imperio de la Nueva Persia, elesde el Ti- púrpura bajo la cual caia en undosos pliegues su ro- del Éxodo, nos encontramos de nuevo con estas vestigris al Indo, el Norte del Indostan con las dos penín- paje recamado de oro, en el que se veian representa- mentas bordadas de piedras preciosas y perlas, en el sulas á ambos lados del Ganges, Tibet y la China pro- dos dos gabilancs en el acto de lanzarse á la pelea. De manuscrito de Bodleian en las antiguas pinturas mejipiamente dicha. su cinturon de oro, semejante al que usan las mujeres, canas, en la Biblioteca de Dresden , en la de Oxford, Désele tiempo inmemorial se han hallado los dia- pendía un alfange, cuya funda estaba engastada de y en la colección Mendoza. «Las insignias del poder eran las mismas en amlias mantes y las piedras preciosas en estas regiones favo- piedras preciosas ton artística y primorosamente monrecidas por la naturaleza. En la mitología de los indos- tadas que parecían como cuajadas en una pieza. Lleva- naciones, y consistían en corona, brazaletes, cetro, ba en la cabeza la tiara azul entrelazada de blanco, que sandalias y manto real. limes, las piedras preciosas representan un gran papel y figuran en sus tradiciones sagradas, en sus poemas es la corona real, llamada Cydaris por los persas. Diez »La corona real de los mejicanos y hebreos tenia mil piqueros con picas de plata adornadas de oro sey en sus leyendas. Vischnou está representado por un nías semejanza con la mitra sacerdotal que con la coguian al carro real. A cada lado de éste marchaban joven ele color azul radiante de luz. En una de sus rona de los soberanos de Occidente. El copilli y lo< cuatro manos tiene una concha, en otra una flor del como doscientos de sus parientes mas cercanos, y brazaletes americanos, están representados en la planlulo, en la tercera una clava, y en la cuarta un anillo, treinta mil peones formaban la vanguardia de su ejér- cha t>7 de la colección Mendoza. En otros varios Suiarsirn, que con las piedras preciosas que brillan cito.» Lib. III, cap. III. dibujos hallamos todos los diferentes artículos de la ni su pecho difunde un resplandor que ilumina todo Entre los regalos presentados á Alejandro por el sá- vestidura real y ornamentos de los antiguos pontífices i'l Yaíkonta ó templo sagrado. La descripción de la trapa Ursines, había carros incrustados de oro y plata, (soberanos de Ánahuac), tales como la diadema, ceciudad de Ayodhya (1), en el poema Ramayana, da piedras preciosas, vasos de oro de gran tamaño y pri- tro, manto, brazaletes, cinturon, sandalias, todo ricauna idea del lujo, esplendor y alto grado de civiliza- . morosamente trabajados, ropas de púrpura de Tiro, y mente bordado de oro y tachonado de piedras preción de aquella remota edad, cuando estaba llena de ' cuatro mil talentos en moneda. ciosas. comerciantes y artesanos de todas clases, y se encon«Los sellos pendientes de los brazos, y el racional, El antiguo bello sexo de Egipto hace cuarenta siglos traban allí en gran abundancia el oro, piedras precio- era tan apasionado por las joyas, como pueden serlo hoy son enteramente de origen hebreo, y se usaron del sas y otras ricas producciones, y todos usaban magní- (lia las mujeres del harem del virey. Las joyas halladas mismo modo entre los monarcas mejicanos. Esto -¡e ficos trages, brazaletes y costosos collares. en los sarcófagos atestiguan que las mujeres de aque- ! espresa con toda claridad en las Escrituras. La época á que se refiere el poema, correspomlc á llos remotos tiempos se adornaban con diademas de j » 1' las atarán como por señal (sello) en tu muno 'los mil años antes de Jesucristo, cuando la India cayó perlas, collares de cuatro vueltas de piedras preciosas (brazo), y estarán y se moverán entre tus ojos. Don— tajo la dominación de conquistadores de una raza mas y gargantillas de oro: llevaban además brazaletes y aros teronomio, VI. !t. > j Asentad estas mis palabras en vuestros eorazona:, civilizada que habitaba las elevadas montañas que ro- de oro con adornos de ámbar y pendientes de tres wanel Norte de la India. Ouizá pudiéramos tachar de caídas. Los hombres llevaban los dedos cargados de y en vuestras almas, y tcncdlus pendientes por señcl (sello) en vuestras manos, (brazos) y ponedlas entre hiperbólico al autor del poema indio por los recarga- anillos. dos colores con que pinta la riqueza ele aquel pais, si Isaías nos da noticia de que el ajuar de las jóvenes x-ueslros ojos. Deut., XI, 18. «Esta era también costumbre mejicana, como sabeM los halláramos comprobados por una descripción hebreas era tan abundante como puedo serlo el de •lie nos queda de un grave historiador de aquel paraí- cualquiera de sus bellas descendientes del siglo XIX: mos por testimonio de Cortés, Bernal Diaz, Sahagun, so terrenal. «Los pájaros, allí, dice Quinto Curcio, el profeta las amenaza con la pérdida de sus «calzados, Torquemada y otros, así como por las antiguas pintu"prenden á hablar con facilidad; los elefantes son mii- y las lunetas, y los collares, y los joyeles, y los braza- ras en papel maguey y los restos de efigies plásticas. jores que los de África, y su fuerza corre parejas con letes , y los bonetillos, y los partidores de pelo, y el Los ornamentos imperiales de Motezuma, diferían mey 13 magnitud del cuerpo ; los lechos de los ríos son de atavío de las piernas, y las gargantillas, y los pomitos poco de los de Moquilucix. Los Incas del Perú hacían liro ! y las aguas se deslizan en ellos suavemente como do olor, y los zarcillos, y los anillos, y las piedras pre- uso también de los Quipos, el Pscheut omnipotente de ^temieran remover las preciosas arenas; el mar arroja ciosas que cuelgan de su frente, y las ropas de remuda, los Faraones de Egipto, como insignias sagradas de la 1 I su orilla abundantes perlas y preciosas piedras, y lié y las manteletas, y las gasas, y ías agujas, y los espe- dignidad real.» *tui eie dónde procede la gran riqueza de aquellos ha— jos, y los lienzos delicados, y las cintas y los vestidos «Existen sellos y anillos mejicanos con la constela'"antes, especialmente desde que comunicaron su sun- de verano,» donde se ve-que las joyas y piedras pre- ción Piscis grabada en piedras linas. Los antiguos me1 á los estranjeros, porque nada de cuanto mas ciosas entraban con gran profusión. jicanos, como los hebreos, esperaban la venida del urna el mar y la tierra cria, tendría valor alguMesías, el «Quebrantador do la Serpiente,» cuyo adveEl Antiguo Testamento consigna también el gusto s l°» i el lujo no tendiera sus manos ávidas de reci- de los fenicios por las piedras preciosas. La magnifi- nimiento debía ocurrir durante la conjunción de Júpicencia de los tirios señores, exigía en su atavío nada ter y Saturno en Piscis, signo protector de la Siria y la I *"í, como en todas partes, la imaginación del hom- menos que nueve piedras, un sardio, un topacio, un Palestina. «Según la cosmografía de los Quiches, el segundo ( J Participa de las condiciones del clima y situación diamante, un berito, un ónix, un jaspe, un zafiro, una rey de aquella poderosa nación americana, se llamaba I país: los habitantes usan trages de hilo, largos hasta esmeralda y un carbunclo. . P'es, sandalias y turbantes: los que se distinguen Casi no es preciso decir que en Esparta las joyas «cocao'ib,» que quiere decir, magnífico ornamento. Su jLc su)sanacimiento ó riqueza, llevan aretes de piedras no merecían grande aprecio como en nación donde las riqueza en joyas era inmensa. «Otro antiguo rey de los Quiches, se llamaba «cuvaL !j ss>y brazaletes de oro ; cuidándose mucho las leyes de Licurgo proscribían todo refinamiento en las Dad ^ íl(tacn e n S n m estima una cabeza ador- artes, eran un crimen el lujo y la elegancia, y cuyos tepech» ó siete signos. «Noli» indicaba uno de los na con esmero : déjanse crecer el pelo de la barba habitantes que se alimentaban con el negro gigote tra- signos del antiguo Zodiaco, y era emblema de la razón, ^Píamente dicha, y se afeitan el resto de ella. El lujo dicional desconocían la comodidad del lecho, dormían la inteligencia, la sabiduría y la prudencia. El rey Yudef'ciars° v e s ' que ellos llaman magnificencia, escede al sobre cañas en viviendas de madera toscamente cons- cum-Noh-Cuvatepech llevaba este signo grabado en las naciones. Cuando el rey aparece en públi- truidas, y no se mudaban los vestidos en ninguna es- un smaragdus ó esmeralda, como el mas precioso adorCo p ,|,lee' | Pr Preceden algunos camareros que con incensarios tación. Pero los diferentes estados de la Grecia dife- no y mas propio símbolo ele su rango. ... Plata van perfumando el ambiente; llévanle en una rian mucho entre si en instituciones, leyes, costum«Votan—el corazón del cielo,—era simbólicamente "leri> guarnecida con guirnaldas ele perlas que cuelgan bres, gustos y opiniones; los atenienses eran tan representado en sus principales templos por una enorcivilizados, «legantes, suntuosos y amables cuanto in- me esmeralda tallada en la forma de una alada serpíente. Su nombre en el cielo era «chalchiluclitl,» que '">' S*•f'"t;'' •'" I a provincia del rnismn nombro en la India supe- civiles, ásperos y descuidados los lacedemonios. Las ele |j V~ ''alia su descripción en el Hamayana, poema de la rnnquisla ,bellas atenienses, cuyo único estudio y ambición conkibdjr't ' ' ) : ' r l ! ama, á i|iiien el diablo le arróllalo su mujer. Kl Ma- | sistían en el arte de'agradar y fascinar, se pasaban al (I) Zcrrisene Hhdtcrans drin linche den Amenraiisclien Vi\ol''Seia \n? 5 ' ' " a l l | a y a n a son las dos mas graneles epopeyas de la an«itiia; poemas cjuc han alcanzado hasla nueslros lienipos. 1 tocador la mitad del día. La espartana al contrario, vñllter—Cc-cliiclitc. YCHI Tito Visino. i KL MUSEO UNIVERSA1. 116 si«nifwih nreciosi piedra del sufrimi.'iilo v la abne- ! destruvó muchos preciosos objetos tallad ¡s en esme- i .»!.os conquistadores asiros que s;iqu-arun el t ^ . : i™ ' raídas.'piedr.is consagradas á Volan; pues tceron redi¡- ¡ p!o de Salomón, hallaron en L-1 un inmenso botiD .T »fa'esmeralda era una piedra tan sagrada entre los I cidos á polvo que se dispersó á los cuatro vientos como joyas y vasos de oro y plata, isr ebt' s com e Ure los ndíos americanos: la piedra restos de execrables ritos paganos. «Los templos de Mepeo y del Perú, especúlente,, Í H O ^ X M e -vahan pendientes de sus bra>U los »I.os antiguos amer.canos del Sur, entre ,.tras ,,1,-en- de \erachocba-Pachaeamac en i.mpofrecerán^ on ices lo ambas naciones. v en su «ran.le anillo .las . llevaban á su deidad oro, plata. .ovas . perlas y cebo a los devastadores soldados de P.zarro. del dedo'índice de la mano derecha era una esmeralda, otras cosas preciosas, lo cu d.era laminen costumbre { (Se coninmar,;. «El celo supersticioso de los primeros misioneros. : entre los hebreos. (Kx.odo. XXX\ ). •• ' • T \ . LA CRIPTA (EL SEPULCRO) EN LA IGLESIA I»E SAN NICOLÁS, EN BARÍ. Pocos santos han tenido un culto mas k'onorahnente extendido en las naciones de Kuropa que el glorioso San Nicolás de Barí, nombre que se encuentra en lodos los martirologios y desde el siglo IX en lodos los calendarios de la cristiandad, asi como en las monedas y sellos de varias ciudades. Nuestro grabado représenla el sepulcro y el aliar construidos en el siglo XI, en Hari, al glorioso San Nicolás, arz.'ibispo de Myra, según la profecía queso dice que hizo, ai pasar por esta ciudad en su peregrinación á Roma, de que allí descansarian sus huesos. La iglesia del Sepulcro, ó Basílica antigua, sobre la cual se edilicó otra suntuosa, llamada la Iglesia Alta, consisle en una lirga nave, cuya bóveda está sostenida por tres filas de columnas con capiteles de distintos órdenes. En el centro y sobre el sepulcro del Santo, rodeado de una verja, se baila el altar dedicado á su memoria, que es de plata maciza y en sus cnalro Indos, están representados en relieve los arruínenlos de sus milagros mas famosos. En el aliar hay una abertura para que los líeles puedan ver el santo cuerpo. S°BJ| dicho altar se halla la estatua que le representa cons • ornamentos episcopales, también de plata maci*perfectamente dorada, mientras que su verdadero^ trato, dádiva del Czar de Servia, Urosch, se g uar con otras reliquias en la tesorería de la iglesia. Este templo es además famoso por haber pr en él en 10!>8 Pedro de Amiens, escitando a tianos n la primera cruzada. Allí también líoheniídido de Tárenlo las armas de los guerrero^1 le ayudaron á conquistar la Anlioquía, y allí, final"),. te, se celebró por ciento óchenla y cinco obispos» EL MUSEO UNIVERSAL. de 1 I'arl:.menlo español, eir.iiü;:das por los extranjeros. Celestino Uló/.aga contaba apenas "26 años cuando fue arrebatado violentamente á la patria y ú si, familia, ven estos cinco lustros había terminado con aprovechamiento, honra y reputación entre su>maestros y condiscípulos una carrera literaria que le calificaba para aspirar ¡i un distinguido puesto, cual lo mereció apenas el sufragio universal, conquista de la revolución de Setiembre, fue puesto en nuestra patria en ejercicio, siendo elegido diputado en la mas alta ocasión que pueden ver los pueblos en su historia política, coifio es la formación de Curtes Constituyentes. Sus compañeros le- eligieron para el señalado y honrosísimo cargo de primer secretario de la Asamblea, en donde halló coyuntura jfara hacer oir su elocuente palabra; y cuando todo sonreía al joven heredero y perpetuador del lustre defina familia en la pulílicade Kspafia distinguida: cuando todo parecía allanarle la senda de los triunfos y honores, un tin triste, violento y no atendido, cortó en llur su lozana exis'eneia como tallo vigoroso al recio empuje de huracán violento, hundiendo en el sepulcro el orgullo de su familia, el encanto de sus amigos, y la esperanza de la patria . que «la patria también vive de esperanzas y las pierde cuando pierde ciudadanos como don Celestino Olóznaa. el concilio llamado %,^importantísimo en la l.is" *• de nuestra religión, tí* de esta Cripta, o ¿'su, Pi ' Sepulcro, se construisa Iglesia Alta, con- tíaonUSS-y^»*1?8.. cl c '° ca „ psliín el hospicio y .lemas míe mandó levantar el a r z o Elh P¡>™ Imbitacion .!.- l.<> Verdetes' y acomodamiento ,1,. ; S mil P ^ g r i n o s . porque este m U halos sidoensílanos, s.empre muy lay San T pln t rve los y San l i rensílanos, a d o por los «,I cómo s'e ve por el gran n u «¿n do puehlos y ciudades de í ° e , patrono, especialícenle en La", donde la devoción aS.n N .cá kva on delirio . No hay ..MI eeto, una sola morada grande o neaueña,pn toda la extensión del i r i o . o n q u e n o s e vea colga,1a la estampa .le i>an fíenlas el Jhaumaturtio. D, CELESTINO D>: OLOZAC.A. Nuestros lectores no habrán poiliio olvidar, en medio de la muchedumbre de sucesos que hoy se disputan la atención pública, el que puso fin á los .lias del infortunado joven, cuyo retrato en este número ofrecemos, é inesperado término á las esperanzas de su inconsolable familia, que en él cifraba la satisfacción de las mas nobles y levantadas aspiraciones que puede abrigar el corazón de un padre. El gobierno de la nación , como dijo en su sentido como elocuente DO>' CELtSTINO DK OLÓZAGA. elogio el digno presidente de laCórtes, todas las ilustraciones civiles y militaros, todas las clases de Madrid, el pueblo lias prendas, y (jue en edad tan temprana, mostraba entero se asoció al dolor que esperimentaban sus com- estar destinado a perpetu ir la gloria de un nombre pañeros por la pérdida de un ¡oven dotado de tan lie- que es ya sinónimo de glorias nacionales, de glorias Nuestro ilustrado coloboradur. señor don Florencio Moreno Codino, que actualmente se halla en París, nos ha remitido la amena epístola, que á continuación insertamos y que creemos verán con gusln nuestros le;'t ires. prometiéndonos que no será la úlli- ACONTECIMIENTOS DE JERÜZ.—LAS AUTORIDADES RECOGIENDO LOS CADÁVERES. 118 EL MUSEO UNIVERSAL. ina con que favorezca las columnas de EL MUSEO este tor Hugo ha sabido estudiar á los hombres y las cosas l VI. distinguido cuanto castizo escritor, mientras perma- en su justo valor, señalando el remedio al lado del mal; j y con esa valentía propia de toda conciencia elevada nezca en la capital del vecino imperio. ha atacado todo abuso, toda injusticia, toda llaga so- | Mis lectores encontrarán fría y pálida esta resé?, la gran ciudad ; fria como la temperatura que ,,'•'' cial.» CORRESPONDENCIA DE PARÍS. «Su recompensa lia sido su popularidad; esa aureola, páiida como este cielo en donde el sol de la prima!"'' 1 que no sólo se concede al talento, sino al genio cuando es una metáfora. París se envuelve en pieles, sea* '' París 2 de abril. marcha de consuno con l:i honradez , con la inllexibi- ma á las chimeneas, contempla los árboles de los ''" dilles y paseos tan desnudos de hojas como en e| lidad de principios, con la virtud.» 1. Yo he tenido ocasión de hojear la última producción gor del invierno y únicamente las valerosas d<j«!!' Paris, pueblo compuesto de todos los pueblos del del autor de Nuestra Señora de París, que según mi ; del boulevard, desafian al tiempo, sentadas á lairm m '< inundo, no presenta carácter propio, ni en sus solem- pobre crilerío, es el gran esfuerzo de una gran iniagi- | tas de los cales. nidades religiosas, ni en sus populares tiestas. Viendo nación, liase motejado á Víctor Hugo de que, en sus Cuando rompa sus cadenas esta tardía natural»,, pasar los coches, abiertos los establecimientos públicos últimas obras, había profusión de detalles; y el eminen- ' cuando comiencen á florecer las primeras l¡|as „* y las mesas de las fondas y calos cubiertas de manja- te escritor, para probrar que no hay género que no revolar las primeras mariposas, animaré quizá miim^ res, no de vigilia, me causaba estrañeza creer que me domine y que su genio no reconoce valla, ha produci- i ginacion, helada al presente, con el primer rayo4 hallaba en el dia de Jueces Santo, dia celebrado con do una novela altamente dramática, en que sin faltar i so!, haciéndome la ilusión de que es el sol de la 'áf tanta solemnidad y con tan religioso colorido en todas en nada á la historia, antes por el contrarío, podiendo FLOBENCIO MORENO GODINO. ¡ las poblaciones de España. servir de crónica de un reinado, el interés y las sitúa- \ No obstante esta indiferencia exterior, los principa- ciónos se suceden y cada frase es un detalle. j les templos de la ciudad, estaban llenos de gente, Pero dejemos hablar al mismo Víctor Hugo, copian- ¡ atraída sin duda por la devoción y por la filarmonía, do algunas líneas de una carta que desde Bruselas esACONTECIMIENTOS DE JEREZ. pues en la mayor parle de ellos se han cantado las me- cribía el ti de octubre á uno de sus amigos: jores composiciones de música religiosa de los grandes «El libro De orden del rey es á un tiempo drama é LAS AUTORIDADES RECOGIENDO LOS CADÁVERES. maestros franceses y estranjeros. historia: en él verán una Inglaterra inesperada. La époLa moda, reina absoluta de este pueblo, aun en los ca es el momento tan extraordinario que va de IO<S(i En el número anterior dimos un episodio de. la luclm dias en que s° celebl*n los tremendos misterios do la á 170o; esto es, la preparación del siglo XVIII en Fran- habida en las calles de esta populosa ciudad de AndaPasión, me obliga á decir cuatro palabras referentes al cia; el tiempo de la reina Ana de que se habla tanto y lucía. Concluido el combale , se practicó un reconocipaseo á Longchamps, tan famoso en el mundo ele- se conoce tan poco. miento en las cuevas y sótanos de las casas , con ellij gante. Seguro estoy de que en él habrá revelaciones hasta de recoger y dar sepultura á los cadáveres en di» Era costumbre en la época del reinado de Luis XVI, para la misma Inglaterra. Macaulay, bien mirado, sólo abandonados. Nuestro grabado, según croquis remití, asistirá los obcios de Tinieblas y Stabat mater cantados es un historiador superficial; por mi parte be tratado do de Jerez, representa fielmente esta triste escena. por los coros de la ópera en ej templo de la abadía de de investigar mas á fondo.» Longchamps, situada en la orilla derecha del Sena. La abadía no existe, pero la romería convertida en paseo, se V. verifica todos los años, inaugurándose en él las modas de primavera. Esta costumbre va decayendo, y en el ÁLBUM POÉTICO. París es un pueblo impresionable como una mujer último Viernes Sanio, el espacio que media entre el nerviosa, pero sus emociones son pasajeras: el aconteArco de Triunfo y la gran cascada, ofrecía poca ani- cimiento de hoy le hace olvidarse por completo de los ORO-GRAFIA. mación. Como hasta ahora la primavera es aquí me- sucesos de ayer. Dias pasados no se hablaba mas que lafórica, la moda no lia podido anunciar sus fallos; mas de la explosión del almacén de productos químicos de no obstante , se puede prever que los colores verde, Mr. Fontaine, situado en la plaza de la Soborna. cereza, amarillo y el nacarado sobre todos, impondrán Como supongo que la prensa de Madrid se habrá ocuPidan , pidan todos, la ley en el próximo verano. pado de ella, sólo hablaré de pasada de esta espantosa grandes y pequeños, catástrofe. pidan gollerías; II. Mr. Fontaine ha inventado una especie de pólvora yo pido, dinero. Los teatros han dado, durante estos dias, algunas fulminante, cuya composición está basada en el picranovedades, entre las cuales, dos únicamente han sobre- to de potasa y el ácido pícrico y que constituye una Bueno es ser monarca, nadado. En el de la Porte de Saint Martin, Victoria- materia que tiene una considerable fuerza balística, gobernar un reino, no Sardón ha obtenido un gran triunfo, en un drama diez veces superior á la pólvora común. El incendio habitar palacios, titulado ¡Patria!, lleno de situaciones, algunas de bro- de 23 kilogramos de esta nueva materia, ha propromulgar decretos, cha, escrito con valentía y en el cual los caracteres to- ducido una gran explosión, de cuyas resultas ha medio escuchar elogios, cados con brillante, aunque no verdadero colorido, han rolado el almacén donde se encerraba este producto recoger incienso; impresionado al público parisiense. de destrucción, causando entre otras víctimas, la muerpero el ser monarca No obstante el incuestionable mérito de esta obra te de un hijo del inventor. Se dice que el mariscal Niel, tiene muchos peros. dramática, debo advertir á mis compatriotas traducto- ministro de la tiñería, había salido del edificio, moSiempre los vasallos mentos antes de acaecer el siniestro. res, que, basado su argumento en las guerras de Flanandan descontentos, des durante la dominación del duque de Alba y de los y en templar has gaitas Hay en este suceso algo de providencial; el inventor españoles, estos no quedan muy bien parados con los es el primero que ha esperimentado el invento. vaso todo el tiempo. lajos de pluma del autor francés, y que lo que se Duermen con zozobra, Pues bien, la población de París, se ha olvidado de aplaude en París, pudiera muy bien ser silbado en Es- la plaza de la Soborna, de los cristales rotos, de los comen con recelo , paña. hablan con medida, escombros todavía humeantes, de los heridos y de los viven sin cimiento. En el teatro de los Bouffes Parisiens se ha estrena- muertos; y después de haberse ocupado momentáneaEs verdad que en cambio do La Diva, ópera escrita por Mehicliec y Halevy con mente de los embajadores japoneses (de los que no me van con grande arreo, música de Ol'fenbacli. El libro es flojo y vulgar , y sin ocuparé, por miedo de ser correo cojo) en la actualimanto de tres colas, los graciosos motivos del autor de la Gran Duquesa dad sólo piensa y habla do un nuevo é interesante persu corona y cetro realzados por la t/raciosa ejecución de mademoiselle sonaje. y otras zarandajas: Schneider, la obra se hubiera hundido en el panteón En todos los sitios públicos y periódicos se oyen estas ¿qué viene á ser ello? del olvido. mismas frases: nada entre dos platos, ¿Ha visto usted al Nabab? III. yo al oro me atengo. ¿Es cierto que es tan elegante como Mario y tan rico En los círculos españoles se habla de la fortuna de como Hotchschild? Pidan, pidan todos, i¡na linda joven compatriota, bija de una actriz muy ¿Es verdad que lleva botones de perlas en el chalegrandes y pequeños, conocida en Madrid y á quien la suerte se ha empeña- co y clavos de rubíes en los zapatos? pidan gollerías; do en proteger. Enamorado de ella el hijo de un rico yo pido, dinero. Verdaderamente el personaje en cuestión es dignocomerciante de Burdeos, anuncia á su padre su reso- de la sensación que produce. Buena es la nobleza lución de unirse á la que adora. Este viene á París Es un potentado de la India oriental, que viaja por de primo cartello; apresuradamente, á fin de oponerse al enlace que él recreo. En París se sabia de antemano su venida y pasearse inflado, suponía desventajoso, pero al ver á la encantadora hija todo el mundo soñaba con caballos árabes ó persas, cadarse tratamiento, de España, &e abrasa en el mismo fuego que su here- mellos, palanquines y hasta elefantes; pero el Nabab y ser marqués ó conde, dero y sólo acierta á decirle: cásate con ella, pues lo su séquito se han apeado de cuatro coches de alquiler tener mil abuelos, mismo haria yo. en la puerta del Gran Hotel. lacayos, escudos... ¡hojarasca y viento! .\o termina aquí la historia. Tal sencillez ha desilusionado un tanto; pero desEntre mayordomos, Un joven inglés, notablemente rico, concibe en las pués, todo el mundo se ha hecho cargo de que los pajes, escuderos, frías profundidades de su corazón, una pasión violenta cuadrúpedros orientales, podrían asustar á los niños y administradores, hacia la irresistible sirena , y también la ofrece su causar desperfectos en los frágiles kioskos del bouamigóles, deudos, levard. mano. el caudal se comen; Ambos pretendientes son á cual mas aceptables; se Como aseguran que el nabab es inmensamente rico, solo queda el cuero ignora cuál de los dos se llevará la palma. todas las mujeres ligeras (no sé si en París las hay, ni ile la ejecutoria, si el calificativo es castellano) se han propuesto cateIV. y el hidalgo, en cueros. quizarle ; mas supongo que trabajarán en vano, porque Vaya, ¡linda caña Se anuncian varias publicaciones literarias, pero las su alteza el nabab Murntazamul-Moock-Mohsum-Ood- i de pescar! me atengo nías importantes y de las que mas se habla son dos li- Ddw-Lah-Fureed— Ooujah-Sgud-Munour-Ah-Kan- ! á mi Juan Dorado, bros: uno humorístico, escrito en verso, por Mr. Luis lihadoor-Nusrutynug, pues la friolera de todos estos ¡ no me mamo el dedo: de Veíllot; y el otro una novela de Víctor Hugo, á la cual nombres tiene, está casado con tres mujeres legítima- j ! su autor dio primero el título de L'honme i/ui ri, sus- mente, y posee además diez concubinas. Pidan, pidan todos, tituyéndole luego, no sé por qué, con el de De orare Se cuenta que el nabab esperimenló en la noche del j grandes y pequeños, du 'fíoi'. sábado pasado, un gran asombro, viendo lo que nunca i pidan gollerías; lié aquí un párrafo del prospecto (no publicado aun) bahía visto : caer nieve. Este señor, sin duda lia vivido I yo pido, dinero. de la casa editorial que va á dar á la prensa la última siempre lejos del llimalaya. j Bueno es ser un sabio, obra del célebre poeta francés. j Su primera compra en París lia sido la de un pa- i entre tantos lerdos: «Ora poeta, ora historiador, moralista ófilósofo,Víc- raguas. y escribir libróles ' EL MUSEO UNIVERSAL. y apuntar consejos, conversar despacio, mesurado y recio. Verse, á cada instituíe comparado á Hornero, papiniano, Minos, Tales i\v Mileto; pero el ser un sabio tiene niuclios peros. Da poco reposo, quila mucho sueño, dá poca ganancia, hace pronto viejos, deja alguna gloria, más se lleva el polo. Sean otros sabios, pequen por discretos, corran Iras la fama, yo tras el dinero. Que me llamen tonto se me importa un bledo; yo soy Juan Dorado y ¡i mi Juan me atengo. Pidan, pidan todos, grandes y pequeños, pulan gollerías; yo pido, dinero. Bueno es ser ministro, hombre de gobierno, pues, que, al fin, no falla donde hincar el dedo. Bueno es ser letrado, cirujano, médico, músico, danzante, preste Juan, guerrero. Pleitos para el uno, para el otro enfermos, músicas y danzas, fajas y capelos, juro que no falten mientras haya necios; pero, mucho ó poco, punto más ó ménus, todos sus trabajos tienen, que detesto. Yo, por mi fortuna, soy un gran mostrenco, que la vida paso (le la mesa al lecho, y hasta el levantarme ya me causa tedio. Con que asi, renuncio armas, borlas, cetro, pompa y vanidades, líense de los cuernos, llévenselo todo, déjenme el dinero; • y si, por acaso, una vez me pierdo, liúsqiiemecl que quiera dentro de un talego, dando á peluconas amorosos besos, y feliz cantando con pial ¡no acento; Pidan, pidan todos, gratules y pequeños, pidan gollerías; yo pido, dinero. 119 este alarde vegetativo, musgo y obas silvestres; ni una imaginables en el momento mismo en que las violetas 11 or mas. anuncian que la tierra va á cubrirse, de tlores? En otros puntos he notado la misma asociación del continuará.I criptógamo con las margaritas y violetas, autorizándoX. 1. me á pensar, que si el helécho fue la primera flor salvaje, contemporánea de los grandes monstruos silurianos, encontrada como ellos en estado de petrificación, !: bajo los estribos de las montañas volcánicas, la margarita fue la segunda llor y la viólela la tercera; pero con HEROÍSMO DE MADRE. un progreso visible en la confección de unas y de otras. Parece que estas llores de las épocas prodigiosas fueron creadas para la primera mujer, por el soplo de EPISODIO H1STOK1CO. Dios, y yo supongo que Eva, cual si fueran oráculos, (CONTINUACIÓN.) preguntó á sus hojas una por una los secretos del porvenir. Semejante situación era demasiado falsa y peligrosa II. para una joven sola y bella, aun contando con la entereza de carácter que adornaba á Blanca; y bien pronto Hay en el mundo de las II res una pobre criatura el amor vino á demostrárselo. Emilio, el aturdido estudiante de derecho, el alegredesdeñada y entregada al desprecio de los jardineros: joven que disfrutaba todo género de favores de la foresta llor se llama girasol 6 tornasol. El misterio que rodea su forma no es motivo de sor- tuna, y tenia un inmenso partido entre las damas y los presa. Si no hubiese sobre la tierra mas que un sólo hombres de la mas culta sociedad, vio un dia á Blan(alio de la innumerable familia de tornasoles, se harían ca. Prendió la llama; y con el ímpetu de su misma joviajes de esploracion para verlos, y las academias de vialidad, se propuso hacerse amar de la hermosa huérCiencias propondrían premios en su honor. Pero hay fana, sin darse cuenta de lo que«enlia hacia ella, sin demasiados en el mundo. La naturaleza ha cometido otro propósito que el de correr una aventura. la falla de prodigar el tornasol hasta las zonas donde el Grande resistencia encontró hasta lograr hacerse sol brilla sólo por su ausencia y por esta flor. En todas oir de la niña; lo cual le empeñó mas en la contienda. partes brota : se acomoda á todos los terrenos, nace Y en la primera conversación que aquella le concesin que se siembre, nace sin cultivo, como la ortiga y dió, un domingo después de misa, al ver el tesoro de el cardo. Si los jardineros la dejaran oslenderse cubri- modestia y de candor que la distinguían, tuvo la ocurría los campos y la tierra seria un jardin de tornasoles. rencia de fingirse un simple obrero, un oficial de, Esla fior tiene gracia, belleza, esplendor y forma es- platero que ganaba jornal suficiente para vivir con alférica: no niega su origen, puesto que sigue con la mi- gún desahogo ; su estratagema le dio la victorfa. El rada al sol, en su viaje aéreo y se destaca de la tierra amor hizo lo demás. Lo que para Emilio habia comenzado por un pasacon su pensamiento continuo dirigido hacia el cielo. Su aclit il es noble y magesluosa : se eleva mucho mas tiempo, llegó muy luego á pasión exagerada; á térmique sus compañeras, como si buscase un observatorio nos de que preocupándose ya con la idea de llegar á astronómico, regocija los ojos; brilla en torno de las llamarse un dia esposo de Bianea, meditaba los medios cabanas, alegra el jardin del pobre, y á pesar de todas de hacer soportar a su familia aquel golpe, puesto que sus virtudes, de todas sus cualidades', no goza de nin- tratándose de un joven opulento, heredero de un título guna consideración social; no es flor de la buena so- de los mas conocidos y nobles de Andalucía, el asunto ciedad: está escluida de los salones y de los ramilletes era para meditarlo mucho. aristocráticos, porque, es preciso decirlo, las tlores ¡Cuan agena estaba la inocente Blanca de la realidad tienen también su destino invariable. El tornasol es de sus amorosas relaciones! Profundamente enamorada contemporáneo de los criptógamos y de las violetas. de las brillantes cualidades del simpático Emilio, su Desde que el primer rayo de un sol tibio cayó sobre la ciega pasión le habia impedido reconocer en la distintierra inhabitada, la llor del sol ha debido nacer, hija ción de sus modales y cultura de su lenguaje al joven primogénita del astro del día, como el capricho mas aristócrata, á la personificación del peligro que habia admirable de su centelleo luminoso. ¡No merecía, pues, evitado siempre. el desden con que la abruma nuestra indifencia! ¡Ay! Bien pronto, sin embargo, recibió el desengaño ¿Xo tendrá nadie la dicha de rehabitarla, de darla cruel que laceró su alma. un rango honroso en la Sociedad lloral? l"na preocuUna larde de verano en que Blanca, llamada repenpación antigua la rechaza, y su antigüedad misma no tinamente por la modista á quien servia, para encarpuede hacer nada en su favor. garla unas labores urgentes, salia de la tienda á las seis, Cuando el primer hombre salió de las manos de Dios, vio pasar por delante de la acera un lujoso carruaje su mirada se volvió sin duda hacia el astro brillante, conduciendo en dirección al Prado á dos hermosas daque era rey de su Paraíso. ¡Qué admiración debió cau- mas y á un esbelto joven que alegremente conversaba sar al joven Adain ver el sol radiante, levantado sobre con ellas. Era Emilio, que pasó por su lado arrebatado la montaña recorrer el azul del infinito!... Después de- á su vista en la veloz carretela. La pobre niña necesitó de toda su energía para no dar bió dirigir sus miradas en torno suyo, y ver una llor, imagen del sol, una llor animada, que parecía com- en tierra con su cuerpo. —Kopuesla un tanto de la partir con el hombre la admiración hacia el sol y se- emoción, desapercibida para los concurrentes, se languirle en su inmenso eclipse. Aquel fue el dia de triun- zó resuelta á un carruaje de alquiler y se hizo conducir fo del pobre tornasol, porque sirvió de presente, el al paseo del Prado. En efecto: en el de la Castellana adquirió la certiprimero que Adam ofreció á Eva, no habiendo podido dumbre de su desgracia. Vio á Emilio ir y volver en la ofrecerla el sol!... ZAID. Pasaron los siglos: la civilización comenzó inmedia- elegante carretela con aquellas damas ; le vio saludar y tamente después de la caída de nuestro padre y el tor- cruzar palabras y sonrisas y agudos chistes con lo mas nasol cayó en desgracia en los jardines de la Mesopo- principal de los paseantes... Desde aquel momento Emilio no consiguió volver á tatnia. ¡Desde entonces no se ha levantado!... ver á Blanca. U S FLORES MISTERIOSAS. i Tres meses después vino al mundo la preciosa niña III. que mi primo Luis habia visto en la cuna en casa de I. Si las cosas del mundo estuviesen mejor arregladas la joven; pero ya ésta habia cerrado para siempre sus Paciencia, de acuerdo con el Génesis, ha dividido en el primer día del año se contaría desde el 20 de marzo, puertas y su corazón á Emilio, que en vano intentó ™ épocas los seis días de la creación, y lia probado cuando la primavera nos dá su primera sonrisa, y hace lograr el placer de conocer á su hija, de quien basta el itesi¡ nlon ¡ os irrecusables, archivados en los museos revivir la tierra, tras el horror de los inviernos mor- nombre de pila ignoraba. Asi las cosas , terminaremos esta precisa digresión, losiles, que la vida vegetal se ha manifestado pro- tales. El calendario comete, pues, una falta enorme al hacer su debut, y se pone en desacuerdo con el sol, el poniendo al lector al corriente de los sucesos que ha«pivamente en nuestro globo antes que la vida hu, | a> Y que el helécho por ejemplo, en proporciones astro de la verdad, según Virgilio:-—¿Solcm] quis di- bían provocado la repentina marcha de nuestro ena'OsaieS) de 25 á 30 metros dé altura, ha cubierto con cere falsum?.—Nos obliga á correr las calles el prime- j morado joven. Hemos dicho que desde que Blanca conoció la verhojas el suelo todavía caliente del planeta mucho ro de enero, cuando la muerte está en el aire en forma <u s u e de nieve, cuando nuestros Jabios helados por el in- j (ladera posición social de Emilio, dominada por el ter* í nacieran las flores. itiüi V"'a V0Ke''1' hacia sus ensayos preparando el vierno no pueden dar caricias á los seres amados. Dicen ror que le inspiraba el recuerdo de las desgracias de es una moda pagana, reminiscencia de Jano. ¡Bella sus padres, y á la vez indignada contra su amante por ^^filamentoso, donde el soplo del Eterno iba á que razón para los cristianos del ¡Norte! Se comprende que: haberle ocultado su nombre y gerarquia, se operó una e inb|l'ar d germen de una creación encantadora y '. en Roma, siete siglos antes de Jesucristo, se celebrase reacción en todo su ser, por la cual decidió no consenp Balsamada, que habia de bermorsear el Edén del el primero de enero en honor del dios de las dos caras, ' tir jamás en volver á ver á Emilio. Este por su parte, «"guso) sterrestre. porque nuestro planeta tenia entonces mas calor y en ' agotó cuantos recursos le sugería su pasión para perHU °" ervado que la naturaleza abandonada á sí misel clima de Roma no babia invierno. Se recorrían enten • ^?niplíice ilen dar, según la calidad del suelo, una tonces las calles de las Siete, Colínas con un sencillo 1 suadir á Blanca de la rectitud de sus pensamientos; lianf y nlc^r c''"s ll(! ' creación primitiva haciendo brotar clámyde y la cabeza desnuda, y nadie se constipaba pero constantemente rechazados sus intentos, sus esen i ° la mus sencilla forma. Asi he visto ni adquiría fluxiones de pecho al decir á sus amigos. critos y promesas, cayó en un abatimiento y melanco«rec r ;iC s !" s i l r a s " I:|S sombrías délos sitios solitarios ! «Salud y buen año.» Pero es una vertiera locura imi- lía que trasformó completamente su carácter, haciendo joven el hombre frío é indiferente á quien | a .. . "ís¡nios heléchos, como si anunciar quisiesen j tar en el Norte, en el siglo XIX , esa antigua costum- j del alegre retratado. ?á si s ''''' m u l l t l " vegetal antes de la época adámica, ¡ bre del ardiente clima romano, lis hasta una impiedad. dejo todo consuelo á sus tormentos habia logrado ¡as ^ar °mbra crecer también con una gracia ingenua, ¡ ¿No seria mas razonable, y mas higiénico , visitarse tanPor sólo, á fuerza de dádivas y regalos, que el viejo b| an 8arilas de los prados y las violetas, las unas an entre sí las familias y los amigos, cuando el sol de mar— y , de la casa le, diese periódicamente noticias de. n ll p COm COmo de ai , ' zo aconseja las visitas y desearse todas las prosperidades portero t °'' " Kn ' l'l'll ii llas las otras otras de hojas hojas dde amatista, 'adñ i Blanca y de su preciosa hija. Una de esas noticias fue co las l estrellas l del d cielo. i É derredor dd dde ess como Éu EL MUSEO UNIVERSAL 1-20 CONTRASTES. —Levante usted la cabeza. —Cuando digo que no puedo! —Ya se conoce que aquí es pobre el ayuntamiento. — Es inútil que se estiro, no llega usted ;i la talla. —Vo:o ¡í nií...! no ser soldado! ¡También es mucha desgracia! la que oblijió á Emilio á emprender su precipitólo viaje á Madrid. Al regresar de la montería, mi primo Luis había también recibido un misterioso aviso del suceso. La tierna I'uríla había desaparecido del lado de Planea ; y ésta reducida ¡í estrema desesperación anle. aquel infortunio , se Hallaba enferma y en peligro de sucumbir. AJEDREZ. ¿Qué hnbia ocurrido? ¿C'uién podia ser el autor del rapto de la inocente criatura? Esto es lo que Emilio corrió á averiguar á la córic. Pocos dias después regresaba yo también á Madrid, acompañado de Luis. íSe(O'il:r,ur.rn.) C SOLUCIÓN DEL PROBLEMA NÚM. 1 2 2 . tilancos. Nitros. DOX F . BOEf.lt. NEGROS. Si Dios quiere ¡i todos aires llueve. BlUNET. . PROBLEMA NL'M. 123. ROR SOLUCIÓN PEÍ, CERCGI ÍFICO DEL NÚMERO ANTERIOR' I.' 1 2 T II 2." D t l> jaq. :).'c t p ó D í.' T jaq. mate Mxxsto Unwcxm 1.a P 4 D 2.a R t I) (A) 3. a R t C ADVERTENCIA, (A) 2. a 3." T 7 T -í.a D jaq. mate. 2. a R 3 D 3. a Libre. La dirección de EL MUSEO UNIVERSAL da las mas cu111" plidas y expresivas gracias á los señores suscritores jj* tienen la bondad de remitir trabajos científicos)'''•*! rarios para su inserción en sus columnas, y tiene» SOLUCIONES EXACTAS. honor de manifestarles, que con el mayor gusto'™ publicando dichos trabajos por orden- ¡le- j>r.elaC'°D. Señores E. Castro, H. Sierra, M. Sauz, mientras llega el momento en que, dado mayor d e ^ 1 L. Luna, E. Cañedo, S. L u x a n , R . Cañe- rollo, como su entendido editor se propone, á este' manario, pueda'satisfacer al buen deseo y lina voli*" do, M. Fernandez, A. López, M. Silva, tad de sus favorecedores. La dirección no puede "> nos de ver con agradecimiento el apoyo y estimulo <P G. Domínguez, M. Zafra, J. Rey, S. Losa- le prestan los señores colaboradores y suscrito'^ quienes pueden estar seguros de que, la demora da, P. Redondo, B. Lalorre, A. Rojo, 1). •lar á la estampa sus interesantes trabajos, recon«_ por causa la ya mencionada, y en manera algunaPr Canseco, L. Pérez, T. Rubio, J. Lorenzo, juzga su mérito. • .No puede obligarse esta dirección á devolver lo5 ° de Madrid —A. Calvez, de Sevilla, 1). Zaginales que no se inserten. mora, de Barcelona.—Casino de Sanlúcar. BLANCOS, LUS BLANCOS DAS MATE EN CIUTRO JÜC.4PAÍ. SOLIX10N EXACTA H E L I'RÜIILEMA M ,M. ( 2 1 . ABELARDO DE C A R L O S T E D I T O R . ADMINISTRACIÓN, Sr. D. <J. Ángel, de Barcelona. CALLE DE B A I L E N , N Ú M , 4.—MAD&1 ' IMPRENTA DE GASPAR T RÍUG. _^-