proyecto de ley - Senado de la Nacion

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Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección General de Publicaciones
(S-0408/09)
PROYECTO DE LEY
El Senado y la Cámara de Diputados,...
Artículo 1º: Sustitúyese el Título XII del Código Penal por el siguiente:
“Delitos contra la administración pública y el orden socioeconómico”
Modifícase el inciso 1) apartado a) del artículo 278 del Código Penal,
que quedará redactado de la siguiente manera:
Será reprimido con prisión de dos a diez años y multa de dos a diez
veces del monto de la operación el que convirtiere, transfiriere,
administrare, vendiere, gravare o aplicare de cualquier otro modo
dinero u otra clase de bienes provenientes de un delito, aunque
hubiere participado en él, con la consecuencia posible de que los
bienes originarios o los subrogantes adquieran la apariencia de un
origen lícito y siempre que su valor supere la suma de cincuenta mil
pesos ($ 50.000), sea en un solo acto o por la reiteración de hechos
diversos vinculados entre sí;
Artículo 2°: Comuníquese al Poder Ejecutivo.
Sonia Escudero
FUNDAMENTOS
Sr. Presidente
El presente proyecto de ley, tiene por objeto modificar sustancialmente
el delito de lavado de activos, regulado en el artículo 278 de nuestro
Código Penal.
El tratamiento del lavado de activos como especie del encubrimiento
parte de la base de que el bien jurídico afectado es sólo la
“administración de justicia”, en tanto se trata de conductas que
entorpecen la acción policial y judicial destinada al esclarecimiento de
delitos y castigo de sus responsables.
El delito de lavado de activos, desde esta perspectiva, excluye como
sujeto activo del delito al autor o cómplice del delito generador de los
bienes, toda vez que el ocultamiento de estos no sería sino un hecho
posterior copenado ya previsto en la sanción de aquel delito
generador.
Entiendo que esta concepción del delito de lavado debería ser
modificada, por otra que tenga en cuenta primordialmente la
afectación del bien jurídico dañado por el lavado de activos: el orden
económico, por afectar esta conducta la libre competencia y la
estabilidad y solidez del sistema financiero, en un marco transnacional.
Es por ello que se propone la sustitución del Título XI del Código
Penal, que hoy está redactado de la siguiente manera: “Delitos contra
la administración pública”, por el siguiente: “Delitos contra la
administración pública y el orden socioeconómico”, entendiendo que el
delito de lavado de activos no afecta meramente a la administración de
justicia sino, ante todo, el orden socioeconómico.
Conviene recordar aquí, el trabajo titulado “El delito de lavado de
activos como delito autónomo. Análisis de las consecuencias de la
autonomía del delito de lavado de activos: el autor del hecho previo
como autor del lavado de dinero y la acreditación del crimen previo a
partir de la prueba indiciaria” de la CICAD-OEA, elaborado por Ricardo
Pinto y Ophelie Chevalier, en el que se mencionan, como efectos
económicos del lavado de dinero: la posibilidad de dañar o amenazar
con perjudicar las operaciones económicas de los países; la
corrupción del sistema financiero; la reducción de la confianza del
público en el sistema financiero internacional; y, la reducción de la tasa
de crecimiento de la economía mundial.
De este modo puede sancionarse, como sujeto activo de la conducta,
incluso al autor o cómplice del delito previo; circunstancia que
permitiría -como plus- evitar un modo de fortalecimiento de la
criminalidad compleja, cual es el del autolavado por parte de las
organizaciones criminales.
En efecto, puede sostenerse que el autor del delito generador de
fondos que, a su vez, blanquea esos fondos comete dos delitos (en
concurso material), dado que se trata de dos conductas que afectan
bienes jurídicos diferentes cuya agresión merece, correlativamente, un
distinto disvalor. Carecería de sentido, y adolecería de arbitrariedad,
considerar que el delito de lavado de activos en resguardo del orden
económico, no puede incluir al autor del delito previo y sí al que no
haya participado.
Se ha señalado que la autonomía del delito de lavado de dinero no es
un problema exclusivamente dogmático, político-criminal o sistemático.
Es ante todo un problema de técnica legislativa y de eficacia procesal.
La jurisprudencia de nuestro país reconoce un solo caso de condena
por la utilización de la figura del lavado de activos (fundamentado en el
delito derogado de la Ley 23.737), excepto que creamos que ese fue
el único caso realmente acontecido o que la conducta de quien lava
dinero no merezca sanción, debemos entender que es hora de
replantear la tipicidad de esta figura.
Por lo demás, la Convención de las Naciones Unidas contra la
Delincuencia Organizada Transnacional (Palermo, 2000) establece, en
su artículo 6° (“Penalización del blanqueo del producto del delito”), que
“Cada Estado Parte adoptará, de conformidad con los principios
fundamentales de su derecho interno, las medidas legislativas y de
otra índole que sean necesarias para tipificar como delito, cuando se
cometan intencionalmente: a) i) La conversión o la transferencia de
bienes, a sabiendas de que esos bienes son producto del delito, con el
propósito de ocultar o disimular el origen ilícito de los bienes o ayudar
a cualquier persona involucrada en la comisión del delito determinante
a eludir las consecuencias jurídicas de sus actos”, con lo cual la
Convención deja bien en claro que se debe propender no sólo a la
punición de la ayuda al delincuente (encubrimiento) sino también la
mera simulación u ocultación del origen ilícito de los bienes, sea que
con ello el autos favorezca a otros o aun se favorezca a sí mismo
(autolavado);
Por todo ello es que presento este proyecto, solicitando a mis pares su
acompañamiento en el tratamiento y aprobación.
Sonia Escudero.
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