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Edicion N° 38
Intifada, Palestina, Orientalismo: del rostro de Shalit a los números palestinos
Octubre 2011
El movimiento BDS: una mirada contextual de los
logros a lo largo de los últimos seis años
Por Douglas Smith *
El movimiento BDS, o boicot, desinversión y sanciones, es una estrategia de lucha y solidaridad liderada por
activistas palestinos basada en la exitosa campaña sudafricana que fue uno de los factores más esenciales que
provocó la caída del sistema de apartheid en Sudáfrica en 1994. Por su parte, los logros que se produjeron a
través de diferentes campañas en varios rincones del mundo, incluyendo América Latina, siguen a un ritmo
particularmente rápido en comparación de las décadas de BDS en Sudáfrica y, por lo tanto, merecen ser
estudiados en sus diversos contextos para medir la viabilidad de su implementación y reflexionar sobre otras
posibilidades que pueden ser realizadas en Chile, junto con los países vecinos que tienen importantes vínculos
económicos y culturales.
En julio de 2005, el primer aniversario de la “histórica Opinión Asesora de la Corte Internacional de Justicia (CIJ)
que encontró que el Muro de Israel construido sobre territorio palestino es ilegal” – un muro que rodea la
Cisjordania en casi su totalidad negándose a los palestinos su libertad de movimiento, empobreciendo la
población (véase el muro en Belén que limita con los edificios efectivamente cubriendo la entrada a diversas
tiendas y oficinas y robando hectáreas de tierra agrícola al otro lado) y consecuentemente agravando la
colonización israelí (varias partes importantes de tierra palestina quedaron del lado israelí, como Jerusalén) –
más de 170 organizaciones de la sociedad civil palestina firmaron una declaración que fue lanzada con tres
demandas claras al Estado israelí; 1. La finalización de su ocupación y colonización de todas las tierras árabes y
el desmantelamiento del Muro; 2. El reconocimiento de los derechos fundamentales de los ciudadanos
árabe-palestinos de Israel para una igualdad completa; y 3. Respetando, protegiendo y promoviendo los
derechos de los palestinos refugiados a retornar a sus casas y propiedades como lo estipuló la resolución 1941.
Activistas palestinos, segregados por la ocupación de la Cisjordania y la franja de Gaza, en exilio forzado y como
ciudadanos de segunda clase dentro del Estado sionista, se pusieron de acuerdo en que hacía falta una
estrategia encabezada por un liderazgo palestino que ofreciera un espacio de participación para las variadas
entidades (organizaciones, colectivos, partidos, asociaciones, etcétera) que ya estaban trabajando en solidaridad
con su lucha a través del mundo sin poder hacer mucho más que la educación popular y manifestación pública.
En el fondo, la idea principal era crear un marco en el que se pudiera aislar y presionar al Estado de Israel y
cambiar las condiciones en las que el apartheid Israelí pueda seguir existiendo y profundizándose, sobre todo, en
el caso de los activistas que ya estaban trabajando en solidaridad, para que ellos pudiera pasar de una etapa de
crear conciencia a una de acción.
Entre la eficacia y la flojera: el boicot a productos israelíes
Hasta el momento, el boicot en el sector comercial ha sido, a la vez, lo más ventajoso y lo más difícil en términos
organizacionales. Primero que todo, escoger qué boicotear ha sido el tema de varios debates en las
organizaciones de solidaridad con palestina. Interesantemente, el boicot a los productos era unos de los
aspectos menores en la lucha contra el apartheid en Sudáfrica, pero unos de los más destacados en la campaña
palestina hoy en día.
Por una parte, el boicot comercial ha sido unos de los más confusos por la dificultad de determinar qué boicotear
y qué no. Al principio de la campaña mundial, muchas organizaciones decían que había que buscar productos
con código de barra que empezara por 729, el prefijo Israelí. Pero no funcionó por varias razones, tales como el
hecho de que si el producto de una compañía israelí ha sido elaborado fuera de Israel (como el hummus Sabra
que se elabora en EEUU por una empresa filial de Strauss-Elite, basado en Israel) lleva otra código, y que varios
productos con este código de barra vienen de empresas palestinas dentro de Israel y de la propia Cisjordania.
Además, uno de los aspectos más importantes (y a menudo menos entendidos) de BDS es entender que la meta
principal del boicot no es intentar cambiar los patrones de consumo individual (si sucede está muy bien, yo, por
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mi parte trato de evitar muchos productos por razones de ética y consciencia) sino armar campañas que
mantengan y aumenten la presión contra la política de apartheid Israelí. Como dijo Naomi Klein en la revista The
Nation, “El boicot no es dogma, sino una táctica”2.
Por otra parte, el boicot comercial ha sido muy fructífero en dos respectos: 1. En lugares de alta presencia de
productos israelíes (que no son muchos), ha tenido un impacto al nivel económico de la exportación y 2. Debido
a la facilidad de involucrarse en dicha acción de boicot, ha logrado conseguir una participación significativa en
ciertos lugares.
En Europa, cuyas tiendas tienen muchos productos cotidianos israelíes, sobre todo alimentos, los activistas en
Francia y Bélgica han podido llamar la atención realizado una serie de flash mobs en la que los miembros del
grupo allanaron ciertas tiendas separada pero simultáneamente para luego ponerse instantáneamente a hacer un
anuncio, a menudo en forma musical o teatral3. Estas tácticas han tenido tanto impacto que fueron realizadas
sucesivamente en varias partes del mundo, sobre todo en Norteamérica.
Sin embargo, esta realidad es un poco distinta a la de las Américas, donde la mayoría de los productos israelíes
son cosméticos y otros productos relativamente caros de especialidad. Esto, no obstante, no les ha impedido a
ciertas organizaciones de solidaridad política realizar acciones que tienen un impacto importante a nivel
simbólico, que, en este momento, puede ser lo más importante. Code Pink, un “movimiento popular iniciado por
mujeres por paz y justicia que trabaja para terminar las guerras y ocupaciones financiadas por EEUU”, tenía una
campaña en el marco de BDS contra Ahava, una marca cosmética que se fabrica en un asentamiento en la
Cisjordania ocupada y que usa la sal y los minerales del mar muerto, a los que los mismos palestinos no tienen
acceso, y que se vende en muchos países del mundo etiquetados como “hecho en Israel” (y no el territorio del
supuesto Estado palestino). Una marca muy parecida, Maim, que se vende en casi todo los malls chilenos ya ha
sido un blanco importante en la campaña BDS en Argentina4. Así, Code Pink realizó un conjunto de acciones
creativas, principalmente frente a las tiendas por departamentos para educar al público sobre estos productos
esencialmente coloniales y, por consecuencia, convocar a los clientes que entraban a que los boicotearan.
Tal vez, uno de los mejores aspectos de la campaña contra Ahava llamada Stolen Beauty (belleza robada)6 sea
que Code Pink creó una base de datos que estuvo disponible para que otros grupos la usaran. Así fue el caso
en Montreal, cuando el colectivo Tadamon!, en el que he participado, decidió llamar al boicot de Ahava que se
vendía en The Bay/La Baie, una de las tiendas por departamentos más grandes de Canadá. La campaña fue un
éxito en términos de educación y presión. Junto con otros grupos políticos de la ciudad, dos acciones públicas
fueron realizadas en la calle, la más grande en el día de Halloween cuando el colectivo llamó al público para
desenmascarar el apartheid6,7, que culminó en la participación amplia por parte de otros grupos e individuos
presionando suficientemente a la tienda para que lo reiteran, temporalmente por lo menos8.
“No tocaré en Sun City”… ni en Tel Aviv tampoco
Es muy posible que en el sector artístico, los activistas en Chile puedan contribuir de manera más significativa
que los demás sectores, debido a la rica tradición de participación artística en la política y activismo por la justica
social, desde la Unidad Popular, durante la dictadura, hasta el movimiento estudiantil hoy en día. Unos de los
aspectos más importantes de BDS es, como dice Omar Barghouthi del Palestinian Campaign for the Academic
and Cultrural Boicot of Israel (La campaña palestina por el boicot académico y cultural a Israel, o PACBI), “BDS
no es una fórmula de “talla única”, es decir, está íntimamente vinculado al contexto en el que las diferentes
campañas se realizan”9.
Históricamente, el boicot cultural fue muy impactante en Sudáfrica cuando numerosos artistas, algunos de ellos
muy famosos, se negaron a tocar en dicho país mientras hubiera un llamado del pueblo sudafricano a que
boicotearan el régimen de apartheid. Esto culminó en una canción lanzada por una serie de artistas que formaron
un conjunto llamado Artists United Against Apartheid (Artistas Unidos contra el Apartheid) que realizó un video
musical de la canción “Sun City” cuyas letras se enfocaron en el resort sudafricano Sun City que invitaba a
muchos artistas para entretener a sus clientes, una canción que declaraba “Yo, yo, yo, no tocaré en Sun City”. En
el video aparecieron varios artistas conocidos, de Bruce Springstein a Rubén Blades10.
Inspiradas de esta historia, nacieron varias tentativas de hoy en día, como la serie de conciertos llamada Artistas
contra el Apartheid, producida en Montreal por el colectivo Tadamon! desde 2007. La idea detrás de la serie era
reunir artistas en un espacio de solidaridad con Palestina, específicamente con el boicot, en el que varios
miembros de las diversas comunidades artísticas (mayoritariamente músicos y poetas) y activistas podrían
reunirse a compartir algunas veces al año.
Hoy en día, tras 16 conciertos, de lo que empezó como eventos culturales, se produjeron varios avances
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relacionados con esos encuentros. En dos ocasiones, el colectivo logró traer artistas desde Palestina – los
raperos Dam, y la rapera Shadia Mansour – para tocar en el escenario con artistas locales. Y también, en
febrero 2010, después de más de un año de reuniones, mails y llamados con miembros de la comunidad artística
de Montreal, el colectivo lanzó una carta pública de 500 artistas apoyando la campaña BDS incluyendo a algunos
artistas muy importantes de la cultura quebequense y a varios artistas latinoamericanos y chilenos residiendo en
la metrópoli11.
Posteriormente a este esfuerzo en Montreal, otras acciones parecidas han emergido, como una carta irlandesa
firmado por más de 200 artistas que declararon su apoyo y solidaridad con el boicot a nivel nacional12. Esas
acciones han servido también para que los artistas y trabajadores mismos expliquen a otros artistas y a la
comunidad por qué deben cancelar un concierto o exposición en Israel, o protestar cuando viene un artista en
nombre del gobierno israelí para normalizar y blanquear la entidad que están representando.
Descolonizando la universidad, paso por paso
Las acciones de BDS que se han realizado en las instituciones académicas, tanto hoy en día como durante la
campaña con el régimen en Sudáfrica, tienen dos caras, una como boicot institucional, y la otra como la D del
acrónimo.
La desinversión ha sido, tal vez, lo más significativo. Lo que significa es lograr que una universidad desinvierta
sus fondos de su portafolio financiero de las empresas que mantienen vínculos con el Estado o la opresión
continua contra los palestinos. Lo difícil de la desinversión como táctica en la universidad (porque se puede llevar
a cabo en otras instituciones) es que en la mayoría del mundo, las universidades no tienen un portafolio de
inversión, sino son subvencionadas por el Estado y/o con los aranceles (o cuota de matrícula en otro países)
pagados por los estudiantes y sus familias.
Sin embargo, en lugares donde sí se aplica, como casi exclusivamente en Norteamérica, ha sido muy importante,
pese al apoyo y colaboración crucial entre países como EEUU a Israel; experiencia que merece atención desde
afuera, sobre todo en un mundo que está adoptando cada vez más el modelo económico norteamericano y por
las posibilidades de apoyo entre los movimientos estudiantiles en diferentes países.
Hasta el momento, una campaña estudiantil logró a hacer que su universidad desinvirtiera del apartheid israelí.
En 2009 el Students for Justice in Palestine (Estudiantes por la justica en Palestina), anunció que el Hampshire
College en EEUU desinvirtió de las seis empresas vinculadas con la ocupación en los territorios ocupadas que
habían identificado a lo largo de una larga campaña de investigación y acción política en su campus13. Sin
embargo, ha habido otras tentativas que siguen llamando a la desinversión con fervor, como lo de la universidad
Carelton en Ottawa14 y otras que no triunfaron al nivel material pero que sí desafiaron el orden establecido
respecto a la normalización institucional con Israel, como lo que sucedió en Berkeley en 201015.
Con respecto al boicot académico, éste suele ser más difícil, en términos de articulación, pero mucho más
aplicable en varias partes, inclusive Latinoamérica. Primero que todo, el boicot académico significa boicotear todo
tipo de relación con instituciones israelíes, ya sean los programas de intercambio o las conferencias y charlas. Es
importante subrayar, y esto es lo que dificulta el boicot académico al nivel discursivo, que no se trata, de ninguna
forma, del boicot a individuos sólo porque son israelíes. Como PACBI lo explica claramente, sólo se debe
boicotear a los individuos que están representando oficialmente, o que están subvencionados por las
instituciones israelíes16.
El boicot académico, fuera de Palestina y ciertos países vecinos, debutó cuando, en 2007, el University and
College Union (sindicato universitario y colegial) en el Reino Unido aprobó una resolución afirmando su
participación en el boicot a las instituciones israelíes17. Desde entonces, el sindicato ha vuelto a aprobar la
resolución numerosas vez hasta hoy en día18. Por otra parte, al nivel de los programas interuniversitarios, hubo
también un gran logro cuando la Universidad de Johannesburgo, tras una larga campaña de meses de
investigación y organización,consiguió el apoyo de varios activistas que lucharon contra el apartheid en su propio
país. Obviamente, era más fácil convencer a un público sudafricano de los motivos de boicotear a un régimen de
discriminación y colonización, pero no se puede descartar la importancia de tener este vínculo solidario entre las
dos luchas19.
Y otras campañas siguen llamando al boicot académico, aunque no ha habido mucha actividad al respecto,
aparte de la realización de actividades de la Semana contra el Apartheid Israelí (la cual tiene como objetivo, entre
otras cosas, informar y facilitar BDS) en Bogotá, Caracas, Ciudad de México y Puebla20. En Montreal, un grupo
de estudiantes y profesores ha lanzado un informe sobre los vínculos institucionales que tienen las Universidades
McGill y Concordia titulado “Estructuras de Opresión” donde se esboza su argumento de por qué esas dos
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universidades deben cortar los vínculos institucionales con la universidad israelí Technion, debido a su
participación en el diseño de tecnologías usadas en la ocupación, así como a la opresión de estudiantes
palestinos que estudian en ésta 21, 22.
De resoluciones a la acción: el caso sindical
El caso de Canadá y Quebec, la provincia semi-autónoma y oficialmente francoparlante de Canadá, es uno de
los más adelantados al nivel sindical. Muy tempranamente, varios sindicatos aprobaron resoluciones que
declararon un boicot a Israel, tales como el Sindicato Canadiense de Trabajadores del Correo, el Consejo Central
de Montreal de la Confederación Sindical Nacional de Quebec (CCMM-CSN) y la Federación Nacional de
Profesores de Colegio de Quebec (FNEEQ). Sin embargo, los activistas supieron que, a pesar de todas las
infinitas horas de reuniones con representantes sindicales, llevar a cabo esas resoluciones iba a requerir todo un
nuevo esfuerzo para hacer que éstas se manifestaran en acciones. No es por falta de solidaridad por parte de los
sindicatos, sino por una dificultad de priorizar la cuestión del boicot en su agenda ya suficientemente colmada de
asuntos importantes. Para fomentar la participación sindical, los miembros de los sindicatos fueron invitados a un
congreso nacional de BDS en octubre 2010 en el que participaron miles de personas, no sólo de Canadá sino de
EEUU, Europa, Palestina y Sudáfrica (estaba un representante del sindicato sudafricano COSATU, que luchaba
contra el apartheid en su país y que recientemente aprobó una resolución el solidaridad con la campaña BDS), lo
cual logró, por una parte, construir enlaces más concretos de coordinación entre los activistas trabajando en el
boicot y los sindicalistas23. Sin embargo, sigue siendo un trabajo en progreso con mucho más potencial por
desarrollar.
América Latina y la complicidad gubernamental
En términos de la “S” de BDS, en América Latina, la situación suele ser bastante agridulce. Este bloque
geográfico es, a la vez, lo más avanzado, debido a la ola de gobiernos socialdemócratas y socialistas que
adquirieron el poder político en oposición a la política imperial que gobernó varios países de los sesenta hasta los
ochenta a través de varias dictaduras militares. Es decir, en los últimos años, ha habido un movimiento oscilante
de acercamiento y aislamiento a Israel, y contradicciones entre la retórica y la acción.
En 1973, Cuba fue el primer país latinoamericano que cortó relaciones con Israel en protesta a la guerra que
llevaba a cabo con sus vecinos árabes. Más de 30 años más tarde, al estallar la guerra israelí contra la población
civil de Gaza de diciembre 2008 a enero 2009, dos países con líderes de la nueva ola izquierdista (en términos
electorales) – Venezuela y Bolivia – también aplicaron sanciones diplomáticas al Estado sionista, con Nicaragua
haciendo posteriormente lo mismo por causa del ataque israelí contra la Flotilla de la Libertad que dejó a nueve
activistas sin vida en mayo 201024, 25.
No obstante, en diciembre 2007, líderes de Uruguay, Paraguay, Argentina y Brasil, los países de Mercosur (El
Mercado Común del Sur) estaban firmando con el viceprimer ministro israelí el primer acuerdo de la unión
económica con una entidad externa26. Este acuerdo, sobre todo en países que se han pronunciado en
solidaridad con la lucha de liberación palestina como Brasil (aunque sí haya disensión en el parlamento27),
capacita a Israel a seguir llevando a cabo su colonización y opresión sin que haya consecuencias concretas, sino
al revés. En 2011, el OLP pidió al Mercosur que boicotearan a Israel y en respuesta varios políticos de los países
componentes de la unión económica han declarado su solidaridad con la resolución por la autodeterminación de
Palestina, pero el tratado sigue vigente de todas maneras28.
Asimismo, poco después el gobierno chileno se puso a la tarea de establecer un tratado de libre comercio con
Israel que complementara el del Mercosur, que al momento actual está en sus últimas etapas de realización29.
Considerando que Chile tiene, a la vez, la comunidad de origen palestino más grande de las Américas y una
tendencia más neoliberal que la de sus vecinos, luchar contra este tratado será decisivo en el futuro de BDS en
la región.
Obviamente, queda mucho más por discutir y analizar, como por ejemplo el papel de los deportes, tanto en la
campaña contra el apartheid en Sudáfrica, como en la actualidad en que muchos fans a través del mundo han
protestado contra la representación estatal de Israel en partidos internacionales, como los hinchas en Irlanda en
201030. Sólo espero haber podido brindar un análisis, basado en mi propia experiencia e investigación, que se
preste a la reflexión de dichas acciones de solidaridad en un contexto latinoamericano y chileno, las cuales tienen
un rol importante en la lucha de la liberación y autodeterminación del pueblo palestino en su diversa totalidad.
Notas
1.http://www.bdsmovement.net/call#Spanish:
www.hojaderuta.org
2.http://www.naomiklein.org/articles/2009/01/israel-boycott-divest-sanction
3.http://www.youtube.com/watch?v=5HARLIoq_kM
4.http://boicot-desinvercion-sanciones.blogspot.com/2011/03/boicot-productos-israelies-en-argentina.html
5.http://www.codepink4peace.org/section.php?id=415
6.http://www.tadamon.ca/post/5142
7.http://www.youtube.com/watch?v=rKEGt2rbj_c
8.http://rabble.ca/news/2011/01/bay-drops-ahava-victory-boycott-divestment-and-sanctions-movement-canada
9.http://www.bdsmovement.net/2008/the-boycott-and-palestinian-groups-210#.TpX-2L-yyws
10.http://www.conexionhiphop.com/artists-united-against-apartheid/sun-city-video_c861308fc.html
11.http://www.tadamon.ca/post/5824
12.http://www.ipsc.ie/archives/pledge/
13.http://www.bdsmovement.net/2009/hampshire-college-becomes-first-college-in-u-s-to-divest-from-israeli-occup
ation-301#.TpXGjb-yywt
14.http://mondoweiss.net/2011/04/carleton-divestment-campaign-pushes-forward-despite-administration-stonewal
ling.html
15.http://electronicintifada.net/content/berkeley-moral-victory-despite-divestment-vote-loss/8809#.TpXGir-yywu
16.http://www.pacbi.org/etemplate.php?id=1108
17.http://www.guardian.co.uk/uk/2007/may/31/highereducation.israel?INTCMP=ILCNETTXT3487
18.http://www.ucu.org.uk/circ/html/UCU350.html
19.http://www.pacbi.org/etemplate.php?id=1660
20.http://apartheidweek.org/es/frontpage
21.http://www.tadamon.ca/post/8105
22.http://www.kabobfest.com/2011/05/mcgill-and-concordia-must-boycott-technion.html
23.http://rabble.ca/news/2010/10/boycott-divestment-and-sanctions-against-israel-promoted-montreal-conference
24.http://english.aljazeera.net/news/americas/2009/01/200911415461671162.html
25.http://www.ynetnews.com/articles/0,7340,L-3897773,00.html
26.http://afp.google.com/article/ALeqM5hc_oDt6sCbfniDX9H03X2ImTa5ag
27.http://english.pnn.ps/index.php?option=com_content&task=view&id=6930
28.http://www.elpais.com.uy/110330/pnacio-556697/politica/olp-pide-al-mercosur-un-boicot-a-israel/
29.http://bilaterals.org/spip.php?article19785
30.http://www.usacbi.org/2010/08/pro-palestine-activists-to-protest-at-ireland-v-israel-women%E2%80%99s-footb
all-game-in-bray/
* Douglas Smith es estudiante de magíster en Estudios Hispánicos en Concordia University, investigador y
activista, basado en Montreal, Canadá y Santiago, Chile.
www.hojaderuta.org
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