Opinión LAS COMPETENCIAS BÁSICAS, A DEBATE Por Francisco Javier Carrascal, secretario estatal de organización La idea del trabajo educativo por competencias viene de antiguo. A nuestro sistema llegaron a través del mundo de la Formación Profesional, que ya cuenta con una cierta trayectoria en este modelo. Fue a partir de los años noventa cuando adquirieron auge los modelos educativos basados en competencias, como medio eficaz para dar respuesta a las demandas sociales. E SE planteamiento basado en competencias, con su sesgo empresarial, llegó a la educación a través de la vía europea, como puede verse en los acuerdos de Lisboa: El Consejo Europeo de Lisboa de 2000 invitó a los estados miembros, y a la Comisión, a que definieran «las nuevas destrezas básicas del aprendizaje a lo largo de la vida», enumerando como tales: las tecnologías de la información, las lenguas extranjeras, la cultura tecnológica, el espíritu empresarial y las destrezas sociales. 18 Con la Ley Orgánica de Educación de 2006 se ha incorporado a nuestro sistema educativo el concepto de “competencia básica”. La integración de las mismas al currículo va a permitir orientar las enseñanzas hacia aquellos aprendizajes que se consideran imprescindibles. Es decir, hacia aquellas competencias que debe haber desarrollado un joven al finalizar la enseñanza obligatoria para poder lograr su realización personal y su desarrollo como persona en sociedad. La LOE pretende afrontar el reto de las competencias en consonancia con las intenciones educativas que anhela la Unión Europea. Prueba de ello es que el término “competencia básica” aparece mencionado en el texto legal en más de veinte ocasiones. Así, a modo de ejemplo: En el preámbulo: «Especial interés reviste la inclusión de las competencias básicas entre los componentes del currículo, por cuanto debe permitir caracterizar de manera precisa la formación que deben recibir los estudiantes». También se expone: «Una de las novedades de la Ley consiste en la realización de una evaluación de diagnóstico de las Opinión competencias básicas alcanzadas por el alumnado al finalizar el segundo ciclo de esta etapa, que tendrá carácter formativo y orientador (…). En el currículo: El artículo 6 define el currículo como: «A los efectos de lo dispuesto en esta Ley, se entiende por currículo el conjunto de objetivos, competencias básicas, contenidos, métodos pedagógicos y criterios de evaluación de cada una de las enseñanzas reguladas en la presente Ley». Sin un replanteamiento serio de la finalidad de la educación, habría que reflexionar sobre la eficacia de este modelo En los principios pedagógicos: Artículo 26, punto 2. «En esta etapa se prestará una atención especial a la adquisición y el desarrollo de las competencias básicas y se fomentará la correcta expresión oral y escrita y el uso de las matemáticas». En la evaluación y promoción: tradicional de enseñanza basado en la adquisición de conocimientos en un concepto moderno de aprendizaje basado en la capacidad de resolver situaciones a lo largo de la vida. Se intenta pasar de una sociedad del saber a una sociedad del saber hacer. Sin embargo, si no se da un cambio en lo fundamental del sistema educativo y sin un replanteamiento serio de la finalidad de la educación, habría que reflexionar sobre la eficacia de este modelo. Nuestro sistema educativo se encuentra inmerso en una crisis –basta con leer los sucesivos y diversos informes internacionales y nacionales sobre el mismo–, de la que difícilmente se podrá salir aplicando los mismos procedimientos y técnicas que llevaron a ella. Si persistimos en el camino que generó esta crisis educativa, se agravará aún más, introduzcamos o no las competencias básicas. Las competencias básicas, por sí mismas, no suponen cambios sustanciales en la práctica, pues se trata de un elemento más añadido a un currículo que no presenta apenas cambios respecto a lo que ya había. Por otra parte, resulta difícil discernir entre los términos competencia, capacidad u objetivos generales. Estos objetivos generales se identifican a veces con las capacidades y los objetivos del sistema educativo con las competencias, lo que dificulta aún más su comprensión, su desarrollo y su incorporación al trabajo de los centros educativos. En el artículo 20 se dice: «El alumnado accederá al ciclo educativo o etapa siguiente siempre que se considere que ha alcanzado las competencias básicas correspondientes y el adecuado grado de madurez (…) En el supuesto de que un alumno no haya alcanzado las competencias básicas, podrá permanecer un curso más en el mismo ciclo». Las competencias básicas no suponen cambios sustanciales en la práctica, pues se trata de un elemento más añadido a un currículo Según el artículo 21: «…al finalizar el segundo ciclo de la Educación Primaria todos los centros realizarán una evaluación de diagnóstico de las competencias básicas alcanzadas por sus alumnos». Según el artículo 29: «…al finalizar el segundo curso de la Educación Secundaria Obligatoria todos los centros realizarán una evaluación de diagnóstico de las competencias básicas alcanzadas por sus alumnos». La importancia dada a unas determinadas competencias o la forma en que se han definido u organizado los currículos a partir de ellas ha sido muy variada en el contexto de la Unión Europea y hay una gran falta de uniformidad en los contenidos de las reformas emprendidas en los países de la Unión. La inclusión de las competencias básicas en todos los niveles educativos pretende transformar el concepto El concepto de competencias en educación es algo con unos límites muy difusos, por lo que puede traducirse en la práctica en una aplicación diferente en cada centro educativo. Si no se concreta y define más y mejor el trabajo global en torno a las competencias podría quedar esta reforma en una posibilidad para que de forma voluntariosa y aislada sea aprovechada por algún centro o profesor concreto. Y si esto sucediera así, si las competencias alteran los fines hacia “el éxito personal” y quedan relacionadas con la resolución de diferentes situaciones, ¿no tendrán mejores opciones los grupos sociales con “más posibilidades”? La finalidad de las competencias básicas debería ser la formación integral de todos los ámbitos de la persona y hacer que el conocimiento suponga un cambio y una transformación como persona para contribuir a la mejora de nuestra sociedad. 19 Opinión SE HAN DESPEJADO INCERTIDUMBRES Por Jenaro Iglesias, secretario estatal de acción sindical Después de las elecciones, los programas de los partidos se transforman en documento válido para prospectivas. Se acabaron las elucubraciones y debemos conocer las intenciones de la Administración que es nuestro interlocutor en la negociación. 1. Nuevo modelo de formación inicial docente. ¿De verdad se exigirá formación didáctica y pedagógica a los docentes para ejercer la docencia? 2. Nuevo acuerdo con el profesorado en el marco del Estatuto Docente. Esperemos que el equipo del MEC encargado de negociar tenga voluntad de llegar a consensos. 3. Planes de formación permanente ajustados a las nuevas necesidades. Ofrecen centros de referencia, intercambio de experiencias, formación en centros… Nada que no esté ensayado y fracasado. N O tiene excesiva importancia qué personas dirijan el Ministerio de Educación, lo que verdaderamente importa es qué políticas de personal y educativas, en nuestro caso como sindicato representativo del sector, piensan llevar a cabo. Nuestra prioridad sindical es conseguir un Estatuto Docente que desarrolle el Estatuto Básico del Empleado Público, en nuestro sector y que permita armonizar las condiciones laborales de los cuerpos docentes estatales, en el marco de unas competencias sobre Educación transferidas, tema que exige negociaciones difíciles entre Estado, Autonomías y Sindicatos, con intereses a menudo divergentes. Del programa electoral del PSOE se deduce que la política educativa, como no podría ser de otra manera, va a consistir en el desarrollo de la LOE, con pocas novedades sobre lo sabido: En Infantil, reducción de ratios; en Primaria, atención individualizada; en la ESO, todo para evitar el fracaso (refuerzos, diversificaciones, acompañamiento…); en Formación Profesional, pasarelas encubiertas entre niveles; del Bachillerato nada dice… Buenas intenciones y palabras. 20 Nuestro mayor interés se centra en las medidas concretas que se proponen para los docentes: No tiene excesiva importancia qué personas dirijan el Ministerio de Educación, lo que verdaderamente importa es qué políticas piensan llevar a cabo 4. Campañas para aumentar la consideración social del profesorado. “No des consejos a quien necesite dinero…” Reconocen que “para avanzar en los diversos aspectos señalados es imprescindible la participación activa del profesorado” y nada dicen, real o concreto, de cómo motivar esa participación y aunque manifiestan “compromiso de seguir incrementando la inversión en educación hasta alcanzar la media de inversión de la Unión Europea” no señalan ningún plazo. De la lectura del programa electoral debemos concluir: más de lo mismo. Deberemos luchar sindicalmente con el apoyo de los docentes, si queremos que cambien a mejor nuestras condiciones laborales y retributivas. Nada nos será otorgado sin esfuerzo sindical compartido. Opinión LOS CONTENIDOS QUE NOS SEPARAN Por Carmen Guaita, secretaria estatal de comunicación Las enormes diferencias de contenido entre los libros de texto de las comunidades autónomas, que han analizado algunos estudios recientes, ponen de manifiesto el incumplimiento de los porcentajes de contenidos educativos comunes preceptivos para todo el Estado. T ODOS los niños y jóvenes de las democracias occidentales tienen derecho a emplear la lengua oficial común, acceder a la totalidad del patrimonio cultural de su país y conocer las instituciones del Estado. Si no se respetan esos derechos, se generan desigualdades que afectan a la capacidad lingüística, el acceso a la cultura y las futuras opciones profesionales. Sin embargo, desde que las comunidades autónomas asumieron las competencias educativas, parece como si nos hubiéramos empeñado en dar prioridad a las características que diferencian a unos españoles de otros en lugar de valorar aquellas –muchas más– que nos unen. Según un estudio publicado recientemente por el periódico El Mundo, en el que colaboró ANPE, los libros de texto contienen diferencias muy sustanciales en las distintas comunidades autónomas. A veces, una misma editorial, en la misma materia del mismo curso, cuenta las cosas de distinta forma según dónde vivan los destinatarios del texto. Lo curioso es que legalmente puede hacerlo. La LOE establece los porcentajes de contenidos básicos en los horarios de las materias, pero no en los textos. Algunos libros llegan a presentar una visión muy sesgada de la historia, la literatura y la ciencia de nuestro país. Hemos tenido acceso, por ejemplo, a un libro de Historia de 1º de Bachillerato, destinado a los alumnos del País Vasco, que considera el festival de cine de San Sebastián como el acontecimiento más relevante del año 1978, en el que se aprobó la Constitución Española. También hemos comprobado de primera mano las dificultades prácticas del bilingüismo cuando el Conocimiento del Medio se estudia obligatoriamente en la lengua vernácula de una comunidad: un niño gallego de ocho años que se lastima una rodilla en el Zoo de Madrid, no sabe explicar en castellano al médico que le atiende dónde le duele. Son sólo dos ejemplos pero son graves. Las diferencias artificiales atentan contra la finalidad real de la educación, que es formar ciudadanos libres, seguros de protagonizar su propia historia y la de su país. En cierto sentido, nos alienan, porque nos hacen sentirnos ajenos a lo que en realidad es el proyecto común de todos. Ahora que empezamos un nuevo tramo del camino, es buen momento para recordar estas verdades y proclamarlas en voz alta. Es imperativo que el Gobierno de España, en uso de sus legítimas competencias, garantice una formación común de los alumnos, Algunos libros llegan a presentar una visión muy sesgada de la historia, la literatura y la ciencia de nuestro país coordine las actuaciones de las administraciones autonómicas y vertebre el sistema educativo. Desde ANPE siempre hemos considerado prioritario un Pacto de Estado por la Educación que garantice la cohesión del sistema, para hacer efectiva la igualdad de todos los españoles consagrada por nuestra Constitución. La educación determina el futuro y por eso es un asunto de Estado, no de partidos y menos aún de intereses grupales. Debemos exigir que en estos próximos años impere el sentido común porque el desafío de conseguir una educación excelente nos afecta a todos; es común también. 21 Opinión SISTEMA EDUCATIVO Y MUNDO LABORAL Por Narciso Simón Galindo, presidente de ANPE Andalucía En una situación económica caracterizada por elevadas tasas de desempleo, sobre todo entre la población juvenil, adquiere particular importancia el análisis detallado de los factores que pueden contribuir a mejorar las posibilidades de acceso a un mercado laboral sujeto a dura competencia. transformación tecnológica que está modificando, con no menor rapidez, las calidades exigidas a los candidatos a un puesto de trabajo. En este sentido, es muy significativo que los empresarios acusen con frecuencia a la Universidad de mantenerse alejada y un tanto ajena a las necesidades concretas del mundo laboral. E S unánimemente compartida la opinión de que unos estudios sólidos, sean universitarios o de formación profesional, confieren a quienes los poseen mejores oportunidades de colocación. De hecho, la adquisición de un título o de un diploma se está convirtiendo cada vez más acusadamente en el listón mínimo que es preciso superar para aspirar a un puesto de trabajo. Con todo, tras esta ecuación, al parecer tan simple, que equipara los estudios a las posibilidades de empleo, se esconden realidades más complejas. Se parte en efecto, del supuesto de que los estudios o la formación profesional proporcionan una adecuada preparación para el desempeño de una actividad. Esta creencia se apoya, a su vez, en el nuevo supuesto de admitir que cuando se inicia la carrera o la formación profesional se conocen ya de antemano y se van adquiriendo las aptitudes y competencias requeridas por los puestos de trabajo existentes al finalizar los estudios. Es decir, se supone un conocimiento del mercado laboral a varios años de distancia. Y esto dista mucho de ser evidente. 22 Los esquemas productivos de la moderna sociedad industrial se hallan inmersos en un proceso de rápida La celeridad con que se producen las innovaciones en el proceso productivo exige, por tanto, como primera condición para la eficacia del sistema educativo, grandes dosis de flexibilidad y adaptabilidad. En vez de preparar para unas profesiones específicas a lo largo de varios años con el riesgo de que al finalizar los estudios se hayan modificado sustancialmente las cualidades exigidas para su desempeño, parece preferible idear esquemas de aprendizaje que doten a los jóvenes de unas pautas de comportamiento, unos conocimientos básicos, un espíritu de iniciativa y una agilidad mental que les capaciten para asimilar, sin excesivas dificultades, los nuevos cambios. Sería necesario, por tanto, analizar la conveniencia de implantar cursos teóricos más cortos, combinados con períodos de aprendizaje práctico en las empresas. En segundo lugar, no puede considerarse ya acabada, de una vez por siempre, la formación para el ejercicio de una profesión con la adquisición del correspondiente diploma. Es necesario mantenerse a la altura de las nuevas conquistas tecnológicas, mediante un constante esfuerzo de adaptación y renovación. Esta es la meta que se persigue con la «educación permanente». La acertada combinación de una formación profesional amplia y flexible con jornadas laborales a tiempo parcial y el complemento de cursillos de formación, muy a menudo dentro del horario laboral, ha permitido a varios países europeos, como Dinamarca y Alemania Occidental, combatir con excelentes resultados el problema del paro juvenil. Opinión Con esta misma idea de combatir el paro se está registrando en EE.UU. un cambio paulatino de la práctica pasiva de conceder subsidios de desempleo a la más activa de destinar los créditos a la subvención de cursos de formación con jornadas laborales parciales durante el año escolar y jornada completa, y pagada durante el verano. En esta línea de acción no parece que los recientes acuerdos y documentos para la promoción del empleo, elaborados y firmados por los sindicatos, los empresarios y las fuerzas políticas españolas, hayan concedido la suficiente atención al análisis de las posibilidades de estrategias alternativas destinando, por ejemplo, una parte de los gastos al desarrollo de la formación y la creación de empleo, en vez de pagar simplemente subsidios a los parados. Aparte su importancia como factor determinante del éxito de la reconversión de nuestro sistema productivo, la formación profesional y su prolongación bajo la forma de educación permanente tiene un contenido socioeconómico que merece ser subrayado. Ha existido tradicionalmente, y sigue existiendo, en numerosos sectores de la sociedad española, un cierto desprestigio de la titulación técnica, considerándola, en todo caso, como un peldaño inferior al de los grandes universitarios. En épocas pasadas esta situación de inferioridad se traducía en unos menores ingresos salariales. Pero también en este campo el mercado es el juez más realista e inapelable. Si el sistema educativo proporciona titulados superiores y el sistema productivo requiere especialistas de grado medio, la lógica consecuencia es que las retribuciones salariales de estos últimos crecerán a mayor ritmo que las de los primeros y que se registren incluso altas tasas de titulados universitarios en paro. Esta es, de hecho, la situación en varios países del área occidental. Según se afirma en el informe Markman, de orientación sindicalista, la mejora de la enseñanza profesional y las necesidades prácticas de las empresas han logrado formar una fuerza laboral de alta calificación, con niveles salariales que La combinación de una formación profesional amplia y flexible con jornadas laborales a tiempo parcial ha permitido a varios países europeos combatir con excelentes resultados el problema del paro juvenil están destruyendo los antiguos «privilegios» de las carreras universitarias. En definitiva, la formación profesional, además de proporcionar un aceptable enriquecimiento cultural, constituye un excelente medio de promoción social que permite luchar contra las desigualdades de partida, superando la incidencia negativa de un origen familiar modesto, de la carencia de recursos económicos o, simplemente, de una errónea elección de carrera en la juventud. Opinión LA IMPORTANCIA DE LA EDUCACIÓN DE CERO A TRES AÑOS Por Pilar Fernández Merino y Eva Domínguez Laguna, maestras de Educación Infantil Todos conocemos la importancia de los aprendizajes realizados en los primeros años de una persona y cómo estos son cruciales para el desarrollo de su personalidad. De ahí la relevancia de una proyección acertada de la etapa de 0-3 años, pues no es lo mismo considerarla como educativa, asistencial o educativo-asistencial. A CTUALMENTE, la LOE considera la Educación Infantil como etapa educativa con identidad propia compuesta por dos ciclos, el primero de 0-3 años y el segundo de 3-6 años. Comprobamos –en el articulado de la Ley– que ambos ciclos contribuyen el desarrollo integral de los niños de 0 a 6 años, y por ello debemos incidir en la importancia que tiene la prevención y la compensación de desigualdades en estas edades. El problema surge cuando se garantiza por parte del Ministerio de Educación y Ciencia la escolarización universal, voluntaria y gratuita de los niños en este segundo ciclo, pero no en el primer ciclo. Mientras tanto el primer ciclo sigue siendo desarrollado por convenios con diputaciones, ayuntamientos y por iniciativas privadas. Esto, a nuestro modo de ver, tiene las siguientes consecuencias: 24 – La etapa “de 0-3 años”, que es educativa, pierde parte de esta intención transformándose en asistencial. – La compensación de desigualdades, que debería comenzar cuanto antes contando con los equipos necesarios de atención temprana con los cuales cuenta el segundo ciclo, no es así atendida. – No se favorece la “coordinación de los proyectos educativos de etapa” entre los centros que impartan el primer ciclo con aquellos que impartan el segundo ciclo de Educación Infantil. – No es posible la coordinación entre todos los profesionales que intervienen en Educación Infantil, indispensable para asegurar la coherencia y continuidad de la enseñanza y de los aprendizajes. En ANPE creemos que la defensa de la escuela pública, y en concreto de esta etapa educativa, comienza por garantizar el derecho de escolarización de los niños y niñas en un centro público, lo que permite su continuidad en la red pública. Por lo que es urgente y necesario: – La creación de de más centros que atiendan el primer ciclo y que permitan el aumento de plazas de carácter público. – El descenso de la ratio en estas edades. – La dotación del personal necesario par atender correctamente las necesidades de esta etapa. – Corregir las disfunciones antes apuntadas, que son los errores que sostiene el actual modelo educativo. Estas son algunas de las razones que nos llevan a exigir que las Consejerías de Educación y Ciencia asuman las competencias del primer ciclo de Educación Infantil, de 0-3 años. 23 DE ABRIL, DÍA DEL LIBRO L A celebración, el 23 de Abril, de “El Día del Libro”, puede enlazarse con el Aniversario, que se celebra este año, de la Declaración Universal de los Derechos Humanos”, cuyo artículo nº 19 dice así: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.” El 23 de Abril se conmemora el fallecimiento de tres importantes escritores: el español Miguel de Cervantes, el inglés William Shakespeare y el cronista Inca Garcilaso de la Vega, todos ocurridos en 1616. En España el “Día del Libro” se celebra desde 1930, y en ese día el rey Juan Carlos I hace entrega del Premio Cervantes a escritores de lengua castellana. En 1964 quedó instituido oficialmente como “Día del Libro” para todos los países de Lengua castellana y portuguesa. En 1993 la Unión Europea lo proclamó cómo “Día Europeo del Libro” y en 1995 la UNESCO lo fijó para la celebración del “Día Mundial del Libro”. También se instalan puestos callejeros de libros, se realizan descuentos especiales y en Cataluña, que celebra la Diada de Sant Jordi, se acompaña de una rosa. Piedad Benavente, secretaria estatal de ANPE ANPE SE UNE DESDE ESTAS LÍNEAS A TODAS LAS ACTIVIDADES QUE SE ESTÁN REALIZANDO EN LOS CENTROS EDUCATIVOS PARA CONMEMORAR EL DÍA DEL LIBRO.