POSICIONAMIENTO: GEMFE ANTE LA DESUNGULACIÓN FELINA

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POSICIONAMIENTO: GEMFE ANTE LA DESUNGULACIÓN FELINA
A menudo los propietarios de gatos
acuden a las consultas veterinarias con la
queja de que su animal les ha estropeado
tal o cual mueble, o bien con el temor de
que puedan arañar a algún miembro de la
familia, reclamando del profesional la
extirpación de las uñas (oniquectomía).
Por muy obvio que parezca, si el gato nace
con uñas… es por algo. Las uñas le sirven para rascarse, para jugar y para agarrar a sus presas.
Son sus anclajes para estirarse, sus armas para defenderse y su medio para burlar a sus
adversarios mediante escalada en pared vertical. No es de extrañar que quiera mantener este
regalo de la Naturaleza en perfecto estado, y para ello, tiene que cuidarlas a diario.
Dentro de las actividades normales que el gato realiza para delimitar su territorio está el
rascado de superficies verticales. Cuando se estresa, también utiliza el rascado como medio de
liberar su ansiedad. Por tanto al eliminar las uñas le privamos de un relajante natural además
de impedirle caminar correctamente, ya que los ángulos de las articulaciones se modifican.
La oniquectomía está prohibida en numerosos países europeos, aunque se sigue practicando
con demasiada frecuencia en Estados Unidos y Canadá. En España, concretamente en
Cataluña, desde el año 2003, existe ya la prohibición expresa de realizar esta operación (Ley
22/2003 de 4 de Julio, de Protección a los Animales). AVEPA ha suscrito la Convención para la
Protección de los Animales de Compañía en la que sólo se admite la posibilidad de realizar este
procedimiento en caso de que la eutanasia sea la única alternativa al mismo, o cuando haya
razones médicas de importancia que lo hagan necesario.
Los miembros de GEMFE, como veterinarios y amantes de los gatos, ante la controversia y
opiniones enfrentadas que suscita este tema hemos revisado las evidencias disponibles y
extraído las siguientes conclusiones:
-El marcaje mediante rascado forma parte del comportamiento normal del gato, lo que
debería ser conocido y aceptado por el propietario, a
ser posible antes de que el gato entre a formar parte
de la familia. En algunos casos puede ser preferible
aconsejar no adoptar un gato como mascota.
-Con una buena educación del gato y el propietario
se puede evitar en gran manera el daño al mobiliario
y a las personas. El veterinario puede y debe
informar y asesorar al dueño, resolviendo las dudas
que se planteen. Todo gatito que entre por la puerta
de la clínica por primera vez debe salir con la
información al respecto y si es posible, con su primer
rascador para casa.
Los rascadores son la principal herramienta para conseguir que el sofá no salga dañado. Hay
muchos tipos en el mercado y cada gato puede tener sus preferencias… El material más
empleado es la cuerda de pita, pero también se usan el cartón y la moqueta.
Lo más importante es que se puedan colocar en posición vertical, que puedan anclarse al suelo
o cuenten con una sólida base que impida que se mueva y que tengan una altura mínima de 70
cm, para que el gato pueda estirarse completamente al hacer sus ejercicios.
El sitio donde se instala es muy importante; de nada servirá el mejor rascador del mundo si
está colocado en una habitación en la que el gato no entra.
Lo mejor es tener varios, distribuidos por la casa, y si el gato ya ha empezado a rascar en
determinadas zonas, colocarlos cerca de ellas e ir aproximándolos. También es útil frotar un
poco de hierba gatera para hacerlos más atractivos.
Además, para evitar tentaciones, una solución fácil y tremendamente efectiva es cubrir los
sofás con mantas o telas recias.
-Cortar las uñas desde pequeños a los gatitos les acostumbra a la manipulación de las patas, lo
que reduce en gran manera el estrés cuando se realiza siendo adultos.
-Existen en el mercado fundas de goma que son fáciles de poner y duran entre 1 mes y 1.5
meses, y permiten al gato desarrollar todo su comportamiento de rascado sin comprometer la
integridad del mobiliario.
-Pueden usarse tácticas disuasorias, como colocar objetos que se caigan fácilmente haciendo
ruido cuando el gato se disponga a arañar, sin necesidad de asociar la experiencia
desagradable con el propietario.
-La oniquectomía se considera una mutilación, ya que extirpa nada menos que 10 falanges. Es
un proceso quirúrgico muy doloroso, en el que se espera que se presenten complicaciones en
más del 50% de los casos:

en el postoperatorio, dolor muy intenso y hemorragia

entre las complicaciones tardías: recrecimiento de la uña, fístulas, neuropraxia o
parálisis radial, infecciones, dehiscencia, necrosis tisular (por vendajes mal colocados),
cojera persistente, cambios en la estación (pasa de digitígrado a palmígrado)

en caso de generar dolor crónico, éste suele ser neuropático por lo que su tratamiento
es diferente y la respuesta al mismo es pobre en la mayoría de los casos.
Por todo lo cual, y dado que no reporta ningún beneficio al animal, GEMFE no apoya la
desungulación como procedimiento quirúrgico de rutina.
Sin embargo tampoco hay evidencia científica de que, realizada en las condiciones adecuadas,
conlleve siempre trastornos severos al animal; es decir, un gato desungulado en edad
temprana mediante un procedimiento quirúrgico correcto, con una analgesia y cuidados
postoperatorios adecuados, y mantenido estrictamente en interior, puede vivir una vida
tranquila y feliz. Por lo tanto podría efectuarse en casos particulares en los que los beneficios
superen al daño.
Supuestos en que resultaría aceptable la
oniquectomía
-En caso de que algún miembro de la familia
se encuentre inmunodeprimido y se deba
minimizar el riesgo de zoonosis como la
enfermedad por arañazo de gato.
-En caso de que algún miembro de la familia sufra una discapacidad psíquica, en que el gato
sea un animal muy querido pero se deseen evitar accidentes.
-En caso de gatos agresivos en los que, tras haber realizado todos los tratamientos médicos y
modificaciones de ambiente recomendadas por el veterinario, la única alternativa sea la
eutanasia.
En los casos en los que, conjuntamente con la familia, se decide efectuar la intervención,
recomendamos por parte del veterinario seguir estas directrices:
-Operar únicamente las extremidades delanteras (con las traseras no se producen daños
significativos a muebles ni a personas)
-No realizar la técnica conocida como “tendonectomía”, que conlleva serias complicaciones
como crecimiento exagerado de las garras y problemas de ambulación, sino la de
oniquectomía o extirpación de la tercera falange.
-Es obligatorio y no opcional el uso apropiado de analgesia intra y postoperatoria.
Los gatos que se han sometido a desungulación deben ser mantenidos como gatos de interior
durante el resto de sus vidas. Si tienen acceso al exterior, debe ser en entorno controlado y
protegido para evitar peleas con otros animales, ya que se encontrarán siempre en
inferioridad de condiciones frente a ellos.
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