¿fío XXI Fundador: P. Granadino. DE UA QUERfRA DIVAGACIONES SEIIFILOSÓFICilS Dichosa edad y tiempos dichosos aquellos... No crean mis lectores q u e con tal introito haya de referirme á las remotas edades cantadas por el esforzado caballero manchego en su famoso discurso á los c a b r e r o s . Vuelan mis recuerdos hacia aquellos tiempos y aquella edad e» q u e , con la alegre estudiantina, irrumpía por los claustros de la Universidad central. Cerca de treinta años van corridos q u e , juntos á los veinte de mi despreocupada mocedad, me acercan á la cincuentena. Vivos están en mi memoria, apesar del tiempo transcurrido, los rasgos de aquellos respetables varones que nos adoctrinaban en los principios fundamentales encarnados en las hermosas palabras: ley, justicia y d e r e c h o , y q u e ora desentrañaban ante nuestras jóvenes inteligencias el íntimo sentido de las instituciones jurídicas, ora nos entretenían explicándonos el ritualismo de nuestros códigos. E r a patrón obligado en aquellas sabias enseñanzas, distinguir en el estudio de cada institución su concepto filosófico, es decir, lo fundamental, lo estable, lo p e r m a n e n t e , lo derivado de su propia naturaleza, lo que, por tanto, no ofrecía variación alguna en el rodar de los tiempos, de las distintas manifestaciones ó formas q u e iba revistiendo en el curso de la historia bajo el influjo de las ideas, sentimientos y necesidades d e cada época, hasta llegar á la forma actual de su evolución, al derecho positivo hoy vigente, á las normas obligatorias en el presente m o m e n t o histórico. A veces se daba el caso de q u e una de aquellas instituciones, por su carácter mixto ó complejo, caía en la jurisdicción de dos respetables maestros, y no era poco frecuente el caso de que ambos, al enfrascarse en lo q u e llamábamos estudio filosófico, llegaran, pqr razonamientos tan sutiles como rigurosos, á encontrar en aquello que constituía lo inmutable, notas características diversas, cuando no contradictorias. E m p e c é á escamarme un tanto de los filósofos, y al cabo de algún tiempo, ¡ i r r e v e r e n t e es decirlo!, llegué á considerar la filosofía con excesiva soltura y confianza. Cuando llegaba el caso, recitaba con bastante corrección unos cuantos lugares comunes, exornados con la terminología corriente en las aulas, y así iba saliendo del paso con singular fortuna. E n tal disposición d e espíritu llegué á los estudios del doctorado, d o n d e h u b e de toparme nada menos que con la Filosofía del derecho; es decir, toda una asignatura destinada á desentrañar lo que era fundamental, p e r m a n e n t e , inconmovible, roqueño, en las instituciones jurídicas, y q u e para mi inteligencia antifilosófica aparecía tan inconsistente como la movible gelatina. Por fortuna, el profesor, un hombre muy sabio, debía estar convencido de que el chocolate no se ha hecho para las muías de colleras, ni las exquisiteces filosóficas para cerebros con m e n o s circunvoluciones que un queso de Villalón, y empezaba así su discurso: ^El objeto q u e me p r o p o n g o con mis explicaciones, más bien meditaciones, no es la exposición d e un programa determinado y formado a priori, sino el de guiar á quienes me escuchen para q u e lleguen á formar por sí mismos el concepto del d e r e cho. (Un poco me extrañó haber pasado cinco años charlando sobre motivos de una cosa de la q u e , por lo visto, no tenía yo formado ni siquiera un c o n c e p to.) El que quiera, pues, discurrir, dialogar conmigo, como los discípulos de Platón con su maestro, q u e se q u e d e ; los q u e sólo aspiren á conseguir la aprobación en la asignatura, cumplirán con contestar á las preguntas contenidas en este programa q u e tengo el honor de regalarles. Advierto q u e , enemigo resuelto de los e x á m e n e s , no he de ser yo quien les interrogue en aquel acto: un estimado c o m p a ñ e r o me r e e m plaza en aquella enojosa misión, incompatible con mis convicciones pedagógicas. Cada cual p u e d e contestar con arreglo á sus ideas y peculiar criterio. 590 M A D R I D CncNTfNOo (Aunque la cosa no era muy filosóñca—la filosofía es lo invariable y p e r m a n e n t e y debiera ser igual para todos—me pareció m u y razonable, y aquel señor m e r e s u l t ó muy simpático.) No es, pues, obligatoria la asistencia. Q u e d e n sólo quienes sientan vocación decidida por la honda labor fílosóñca. » Parecióme feo declarar en el acto mi inadaptación ñlosófíca, y, apesar del sol hermoso q u e rutilaba en la calle con esplendores otoñales, seguí en mi banqueta. T r a s del r e p a r t o de p r o g r a m a s , continuó el m a e s t r o su discurso q u e , poco á poco, fué tomando aires misteriosos y profundos, aspectos de t a n t e o ante la lóbrega profundidad de lo desconocido. Avanzando en su disertación, ora luminosa, ora hermética, llegó á un p u n t o en que dedujo que al cabo de los tres primeros meses filosóficos estaríamos ya en disposición de determinar cuantos capítulos debía comp r e n d e r la introducción al estudio de la fílosolía del derecho. No p u d e contener mi descortés i m p u l s o . «Ya me dirás en Navidad cuántos capítulos habéis acordado asignar á esa introducción»—dije p o r lo bajo al comp a ñ e r o q u e , sentado á mi diestra, escuchaba absorto al maestro, y aprovechando un m o m e n t o en q u e el filósofo cerraba los ojos y oprimía la frente con sus manos para condensar su pensamiento, m e deslicé del aula... ¡Perdón!, maestro Giner... Y transcurrió el otoño, y pasó el invierno con sus nieves cano, y llegó la ñorida primavera... y llegó mi examen de filosofía, de la q u e , ¡ay!, no había vuelto á acordarme, ni aun para pedir informes sobre el núm e r o de aquellos famosos c a p í t u l o s . . . Estaba limpio, como se dice en el argot estudiantil; p e r o era proverbial la ionhomie de aquel tribunal exc e l e n t e , en el q u e no entraba el maestro. El examen era casi una pura fórmula, y, coa el impudor de la inocencia juvenil, resolví afrontar aquella prueba, necesaria para llegar á cubrir la testa con la borla roja. L a víspera, ya en la cama, eché un vistazo al programa. No era, en verdad, i m p o n e n t e : la propiedad, la familia, el delito, la pena, el E s t a d o , las relaciones contractuales,.., el d e r e c h o en general y cada una d e sus ramas é instituciones, estudiados, claro es, en su a s p e c t o filosófico. E n una palabra, retazos, q u e antes m e habían suministrado los profesores de d e r e c h o civil, mercantil, político, e t c . D e todo ello tenía los antecedentes necesarios para poder colocar loa socorridos tópicos, q u e tantas veces me habían sacado d e atrancos s e m e j a n t e s . . . E s decir, de todo no. Había en aquel completo cajón de sastre t r e s ó cuatro lecciones referentes al Derecho internacional, disciplina á la q u e no me había asomado. Mientras cursaba la licenciatura, figuraba en el doctorado; al llegar al doctorado, una de nuestras frecuentes reformas en la organización de estudios la había trasladado á la licenciatura, Gracias á este salto á la torera, mi ignorancia en las arduas cuestiones internacionales era completa. ¿Pero había de ser mi s u e r t e tan despiadada q u e llevara mi mano hacia el n ú m e r o fatal de una de aquellas lecciones?... Pues, sí señor, lo fué, y vivo, claro, nítido, está aún en mi memoria el trance difícil en que hubo de colocarme mi desaprensión y osadía. «¿Existe un d e r e c h o internacional positivo?»—rezaba e s c u e t a m e n t e una de las- preguntas q u e me enderezaron. Mi contestación negativa fué acompañada p o r un gesto de e x t r a ñ e z a de D. G u m e r s i n d o Azcárate, q u e sustituía al maestro Giner en la función examinadora. —Sí, señor, agregué tímidamente; lo q u e caracteriza al d e r e c h o es la nota coactiva. El derecho es un n o m b r e vano, una sombra fugitiva sin tribunales que sentencien, sin guardia civil q u e preste el apoyo de su brazo. —Pobre concepto d e l d e r e c h o — e x c l a m ó tristemente D. Gumersindo. - ¿Y loa tratados internacionales, no son un d e r e c h o positivo, p o r cuanto constituyen un conjunto de normas obligatorias, á las que los pueblos se atienen? —(íObligatorias/*—interpuse, sin poderlo remediar.— ¿Quién será el encargado de exigir tal obligación? Cierto q u e en el régimen d e relaciones pacíficas, q u e es el normal e n t r e los pueblos, se atienen éstos á sus pactos y estipulaciones; mas si uno de ellos cree v e r en peligro su vida ó simplemente sus intereses, y se siente fuerte, adiós convenios y adiós tratados, Salus pápnlisuprema lex ÍJ/ÍI, — agregué e s c u d á n d o m e en los clásicos—apotegma q u e no es solo r o m a n o , sino d e todos los tiempos. Ha sido en los nuestros, cuando dijo Bismai k, un señor q u e debía e n t e n d e r algo de estas cosas: «AUírdonde la salvación de Prusia está en riesgo, yo no reconozco leyes». Los tratados internacionales—hube de agregar, adelantándome cerca d e treinta años al canciller Bethman-Holweg (ya ven ustedes q u e no soy modesto), —son papeles mojados en los trances s u p r e m o s de los pueblos. — E s e e s la negación del d e r e c h o internacional— replicó severo D. Gumersindo.—¿A d ó n d e iríamos á parar si admitiéramos semejantes principios? —No ¡riamos á parar á ninguna parte—interpuse con notoria irrespetuosidad, viendo perdido mi pleito,—Seguiríamos en la situación actual, en la q u e se ha encontrado la humanidad d u r a n t e todo el curso de la historia, resolviendo p o r la violencia las cuestiones más vitales, —Eso es proclamar el imperio de la violencia, admitir el principio b á r b a r o d e q u e la forcé primé le droit, y c r e e r que el único factor digno de tomarse en consideración en las relaciones internacionales es la fuerza bruta. E s o exigiría d e s c o n o c e r el progreso o p e r a d o p o r la civilización en el sentimiento d e humanidad que hoy anima á todos los pueblos c u l t o s . Eso es r e t r o g r a d a r al estado d e naturaleza, en el que los h o m b r e s resolvían sus diferencias por la fuerza de MADEID CIENTÍFICO su brazo.—Todo este chaparrón, aunque en más elocuente forma, y con mejor aliño, hubo de soltarme el examinador; pero me había lanzado y no podía retroceder. Yo, que no había saludado un tratado de derecho internacional, pero que he sido aficionado á enterarme de todo lo que no me interesa, había entretenido algunos ratos de ocio con la lectura de los magistrales estudios de «Arte é Historia militar> del Capitán Banús, hoy General de nuestro ejército, y recordaba párrafos enteros de aquel magistral trabajo, en muchos de los cuales resplandecía el fácil gracejo del ilustre General. Pertrechado con aquellas armas bélicas ¡en un examen del doctorado de Derecho! hice frente al temible ideólogo. —No es que á mi me parezca bueno ni malo el procedimiento. Lo único que me he permitido afirmar es que, desde qne Caín mató á su hermano con lo primero que hallara á mano, la humanidad ha resuelto en esta forma sus diferencias, y es de creer que lo mismo siga ocurriendo en el porvenir. La historia de los pueblos es un tejido de matanzas y no se vislumbra razón alguna fundamental para que en lo sucesivo sea el mundo una Arcadia feliz. —De eso á establecer que es propio de la naturaleza humana el matar y el destruir, que la conciencia humana es un mito, que no nos diferenciamos de las fieras — el homo homini lupus — no hay más que un paso... —Que por desgracia la realidad nos obliga á salvar en el terreno del derecho internacional. Es ley general de la materia la lucha, el movimiento, el choque, y el hombre, aun cuando le llamemos rey de la creación, es un compuesto en el que la parte material uo puede sustraerse á las leyes generales que rigen el mundo físico. Ha sido un filósofo nada guerrero, Hegel, quien ha dicho: «En la naturaleza todo es contradicción y lucha, y no podría coucebirse un ser, desde el obscuro insecto que se arrastra por la superficie de la tierra, hasta las grandes masas que flotan en el espacio, que pudiera existir sin la presencia de elementos, tendencias y fuerzas opuestas». El ser humano, sometido á esta dura ley de contradicción, está inexorablemente condenado á la lucha. Constituida la humanidad en nacionalidades, también en estas superiores entidades jurídicas surgen antagonismos que, en el caso de aparecer como inconciliables, se resuelven por la guerra. -¿Pretendería usted justificar la guerra? Ese es un criterio antijurídico, opuesto al derecho de los pueblos, propio tan solo de un bárbaro caudillo. Es absurdo pretender buscar á la guerra un fundamento filosófico, y la civilización la rechaza. —El derecho de los pueblos—me permití insinuar—no es tan absoluto como á primera vista pudiera creerse. Ocurre á este concepto lo que á otros muchos, modificados á compás de la evolución producida en los sentimientos dominantes y de los avances del análisis científico. Entre el concepto absoluto de la propiedad en el derecho quiritario, que consi- 591 deraba autorizado al propietario hasta para abusar de las cosas de su pertenencia, y el que hoy domina, con sus mil limitaciones impuestas en beneficio de la comunidad, hay un abismo. Algo parecido ocurre al derecho de los pueblos, derecho que no es ni ha sido nunca absoluto, sino que ha estado limitado, condicionado, por el interés de la comunidad de los mismos pueblos, de la Humanidad, en suma. Si apelamos á una gran síntesis, podremos clasificar los pueblos, desde el punto de vista de su cultura, en tres grupos: pueblos salvajes, en estado de naturaleza, con vida misérrima; pueblos semicultivados, en los que ya se reflejan las artes de la civilización; pueblos cultivados, creadores de estas artes productoras del bienestar y el progreso. Es el grado de cultura de cada pueblo quien determina su derecho á vivir su vida autónoma. El derecho de los pueblos del primer grupo á persistir en su estado de naturaleza, es tan insostenible frente á los del último grupo, como el del dueño que mantuviera yermos extensos y fértiles campos, mientras sus vecinos murieran de hambre por falta de alimentos. Los pueblos salvajes, frente á los pueblos cultos, no tienen, en realidad, derechos, sino deberes: deberes de sumisión, de docilidad, de obediencia. Como aquéllos, aferrados á sus hábitos ancestrales, no han de someterse de buen grado; fuerza es intimidarlos, imponerse por la violencia, para hacerles gozar las ventajas de la civilización, que debe ser patrimonio y derecho común de todos loa humanos. La guerra, en tal concepto, es civilizadora, y el medio único, ó por lo menos el más rápido, de hacer entrar en la órbita del derecho á pueblos que viven una vida completamente antijurídica. ¿Repugnaremos estas guerras en nombre del derecho? Sería tanto como pedir en nombre del derecho la supresión de los órganos auxiliares de! mismo, de los que con su fuerza coactiva le dan virtualidad y eficacia. Si estos pueblos salvajes no tienen derecho á seguir en su vida feroz, la fuerza de la lógica conduce á considerar como un derecho precario la vida autónoma de los pueblos semicultivados. Tienen estos ya un barniz de civilización: viven en urbes enlazadas por caminos, toman prestados algunos atributos de la civilización: locomotoras, telégrafo, máquinas eléctricas, etc., pero su cultura es incompleta. Acaso hayan formado el concepto de que la esencia de la civilización radica en el elemento moral de la vida humana y se distingan por la suavidad de las costumbres. Pero la civilización y la cultura moderna es algo más complejo y positivo. La cultura moderna, se caracteriza por el cultivo de la ciencia, que, al escudriñar los secretos de la naturaleza y poner al servicio del hombre las ingentes energías naturales, aumenta su fuerza hasta el infinito y le hace más apto para ejercer la obra de dominación que Dios le asignó sobre la t i e rra. Esta cultura materialista, que tiende al dominio sobre la rebelde materia, con el fin próximo de dar alimento á todos los humanos, de vigorizar su ser fisin co, para que dentro de él surja potente la voluntad 592 MADRID y la conciencia, logrando así una finalidad moral r e mota; esta cultura, c r e a d o r a de fuerza y energía, es la reguladora del d e r e c h o d e los pueblos. El pueblo q u e con mayor ahinco se haya dedicado al cultivo de la Ciencia, el q u e descifre los arcanos de la materia, el q u e s u b y u g u e las energías naturales, el q u e más avance en la lectura del libio de Dios, ese será el p u e b l o elegido, el único en quien se dará el d e r e c h o en toda su plenitud, el dueño del m u n d o . A quienes se resistan á colaborar en su obra les i m p o n d r á el yugo civilizador, p o r q u e tendrá la fuerza, sin la cual el d e r e c h o es un fantasma,—Así, poco más ó menos, dije. Claro es q u e semejantes enormidades, que no tenían nada de filosóficas, merecieron la debida repulsa de parte del bueoísimo D . Gumersindo, quien, tras b r e v e refereucia al arbitraje y á los trabajos en p r o de la paz de diversas Ligas y Congresos, de todo lo cual estaba muy enterado, dio por terminado mi belicoso e x a m e n . La benignidad del Tribunal, no desmentida en aquella ocasión, me salvó de una catástrofe. E n estos días, e r q u e la «barbarie c¡entífica> decide los destinos de E u r o p a en los campos de batalla, me h e acordado muchas veces de mi desastroso e x a m e n , de D. G u m e r s i n d o y del general Banús. ¿Será, acaso, q u e la dulzura y la bondad no sean más que manifestaciones e x t e r n a s de la debilidad y la impotencia? ¿O será la cultura, como afirmaba yo, siguiendo las inspiraciones del general, algo h o m b r u n o y masculino? A mi memoria acuden unas palabras del Brand de Ibsen: cQueréis grandes cosas, p e r o carecéis de energía; al v e r o s débiles, pedís el éxito á la dulzura y á la bondad.» jAh!, también r e c u e r d o q u e hace un par d e años interrogaba el distinguido cronista, Juan Pujol, al Sr. Azcárate sobre la posibilidad del ataque de Alemania á Francia, á t r a v é s del territorio belga; el ilustre repúblico afirmaba categóricamente la absoluta imposibilidad de la agresión, p o r q u e Bélgica, decía, era un país neutral y su neutralidad se hallaba al amparo de los tratados. ¿Han visto ustedes algo más intolerable é irrespetuoso q u e la guerra? FEDERICO DE LA FUENTE. D E LA G U E R R A NAVAL EL TOR^PEDO El Pathfinder p r i m e r o , el Hogue, el Aboukir y el Cressy d e s p u é s , el Hawke últimamente; más de cuarenta mil toneladas de la marina británica lanzadas al fondo del abismo p o r t o r p e d o s alemanes en estos p r ó d r o m o s de la lucha naval. A ellos hay que agregar 5I crucero r u s o Pallada, destruido p o r un t o r p e d o alemán y el barco alemán Hela, echado á p i q u e por CIENTÍFICO el t o r p e d o d e un navio inglés, Los soberbios dreadnoilghts, con su i m p o n e n t e artillería, no han jugado hasta ahora el más insignificante papel. ¿Será acaso que el silencioso t o r p e d o resulte superior en potencia ofensiva á los cañonea más gigantescos con su horrísono estampido.' La mayoría de los técnicos, acaso algo influida por la tradición, seducida tal vez p o r la grandeza apocalíptica de la franca lucha naval, resuelta p o r el fulgu. r a n t e d e t o n a r d e innúmeros proyectiles, se inclinaba hacia las grandes unidades de combate, hacia los imponentes megaterios d e los m a r e s , y cada año salían de los astilleros monstruos destructores de mayor tonelaje. Al dreadnought sucedía el superdreadnought;\:t».& este sería preciso empezar á discurrir algún tipo superior, el ullrasuperdreadnought...S\tmpre en busca del mayor cañón, del mayor alcance, del m a y o r peso, de la mayor velocidad de penetración de los proyectiles que hicieran inútiles las más espesas corazas. Se decía —aunque esto no fuera c o m p l e t a m e n t e exacto—, que la guerra ruso-japonesa había demostrado la superioridad del cañón sobre el t o r p e d o y aun se reforzaba el argumento con la destrucción de nuestros barcos eu Santiago de Cuba y en Cavile por la artillería norteamericana. Dejando á un lado la destrucción de nuestras llamadas escuadras, p u e s de lucha tan desigual, que casi no p u e d e llamarse lucha sino estéril sacrificio, no cabe deducir lecciones de ninguna clase para el combate naval, y contrayendonos á la citada guerra ruso-japonesa, no p u e d e llegarse p o r su sola consideración al menosprecio del torpedo. Sesenta y un « / / t o n e l a d a s , e n t r e barcos rusos y japoneses, fueron averiadas p o r el fuego d e la artillería; cincuenta y tres mil, fueron alcanzadas p o r los torpedos. En h o n o r d e la verdad, será preciso advertir q u e ciertos barcos, antes de sucumbir bajo la acción de los torpedos, habían sido más ó menos averiados por el fuego de la artillería, a u n q u e también p u e d e afirmarse q u e alguno d e ellos, como el Suvaroff, existiría aún hoy si no hubiese tenido q u e sufrir el a t a q u e final de los torpedos. No es, p u e s , e x t r a ñ o q u e , aun entre las más altas autoridades en materia naval se iniciara poco ha un movimiento cada vez más acentuado en favor de los elementos ofensivos submarinos. A fines de 1912, M. Bertin, m i e m b r o del Instituto y antiguo director d e ingeniería naval francesa, publicaba un artículo, «Navires trop grandes» en el q u e afirmaba q u e el golpe mortal para el barco no era el del cañón, sino el del torpedo. El Contralmirante Bacón, q u e colaboró en la creación del sistema Dreadnought y que ejerce la inspección del servicio de las armas submarinas en Inglaterra, indicaba la instificiencia de las medidas adoptadas contra los torpedos, arma que cada vez seperfeccio?ia md~. R e c i e n t e m e n t e , otra notoria personalidad de la escuadra británica, P e r c y Scott, también antes ferviente partidario de las grandes unidades, declaraba sin r o d e o s que en la futura lucha naval los sumergibles y submarinos estaban llamados á desempeñar papel MADRID CIENTÍFIOO p r e p o n d e r a n t e . Alemania, según acreditan los hechos, perfeccionaba con el mayor esmero estos elementos de c o m b a t e . Llevemos, pues, la atención hacia ellos. Breve es aún la historia del torpedo. Apenas ha empleado más de c u a r e n t a años en llegar á sus actuales alcances, en tanto q u e el cañón necesitó más de un siglo de sucesivos perfeccionamientos. A u n q u e data su invención de 1864, no a p a r e c e en el c o m b a t e naval hasta 1877, d u r a n t e la guerra turco-rusa. E r a p r e ciso entonces, para hacerle explotar contra el casco del navio enemigo, conducirlo hasta él al e x t r e m o d e una pica ó mango; de esta manera hundieron en Braila un barco turco los oficiales rusos Tchestakoff y Dubasseff. El 21 de Agosto de 1884, dos t o r p e d e r o s franceses y una canoa portatorpedos, atacaron en la misma forma y averiaron g r a v e m e n t e á dos navios chinos en las orillas del Min, operación realizada por los oficiales Latour, Douzans y Boué de L a p e y r é r e , almirante hoy e s t e último de la escuadra fianco-inglesa q u e opera eti el Adriático. El 16 de F e b r e r o d e 1885, el capitán d e fragata Gourdon y el subteniente D u b o c , q u e tripulaban dos canoas p o r t a t o r p e d o s , echaban á pique dos fragatas chinas en Sheipoo. Llevaban aquellos torpedos 15 kilogramos de explosivo. E r a cantidad suficiente contra los navios chinos; pero, cuando bajo la línea de flotación se hicieron los cascos más resistentes, fué preciso a u m e n t a r la carga explosiva para poder destrozarlos. Al aparecer el cañón antitorpedero, como resultaba cada vez más difícil aproximarse sin ser visto, fué preciso que el torpedo marchase por sí mismo á llevar la d e s t r u c ción. Se convirtió en automóvil y fué un v e r d a d e r o submarino autónomo, en miniatura, con su maquinaria, sus hélices y sus timones verticales y horizontales. Su forma es la de un huso muy alargado, cuya parte cónica anterior constituye lo que se llama el «cono de carga» y contiene el explosivo, cuya parte central, cilindrica, es un recipiente de aire comprimido, fuente de la energía, y cuya p a r t e posterior, en cono aún más alargado que el de delante, lleva toda la maquinaria. Su peso y dimensiones van, sin cesar, creciendo. Desde un d i á m e t r o de 331 milímetros llegan, por crecimientos sucesivos, hasta 533 milímetros; d e s d e un peso de m e n o s de 300 kilogramos hasta el de 900. ¿Cuáles son las razones de este rápido desarrollo? E n p r i m e r lugar, el propósito de lograr la máxima destrucción por el aumento de peso del explosivo. De los 15 kilogramos de carga exploxiva se pasa, desde 1885, á 40 kilogramos, carga empleada por los t o r p e dos japoneses lanzados contra los rusos; con el calibre 450 milímetros, empleado en Francia desde 189a, llega á 93 kilogramos; en los torpedos alemanes, de calibre 500, pasa de 100 kilogramos, y con los calibres de 533 milímetros, empleados en Inglaterra, Italia y los Estados Unidos, alcanza la cifra de 113 á lao kilogramos. Advirtamos además q u e el explosivo emplead o solía ser el algodón-pólvora húmedo; pero que sus 593 efectos destructores acaso se hayan a u m e n t a d o en la actual contienda con el emplee del fulmicotón sólido, la melinita, la cresylita, la trilita ó algún otro explosivo e m i n e n t e m e n t e r o m p e d o r . La segunda razón del desarrollo de los torpedos reside en la necesidad de acrecer la potencia de la máquina motora, ¿Razón de este aumento? El aumentar la velocidad del proyectil y el alcance del mismo. El manantial de la energía empleada hasta el presente ha sido el aire comprimido; cuanto más grande sea la presión del aire e n c e r r a d o en el recipiente, tanto mayor será la potencia d e la máquina empleada. Así como en la utilización de la energía hidráulica se procura a u m e n t a r la altura del salto todo lo posible, tendióse en el t o r p e d o á forzar todo lo posible el salto de aire que constituye su fuerza propulsora; de 100 kilogramos de presión por centímetro cuadrado, pasóse bien pronto á 150 ó 200 kilogramos. Aun construido el t o r p e d o con acero especial muy resistente, se va á parar á espesores considerables y, por consiguiente, á grandes pesos; así, un recipiente que no contenga más q u e 300 litros d e aire á 150 kilogramos de presión pesará 300 kilogramos por sí solo. Se ve que el d e s e o de aumentar más y más la potencia de la máquina, mediante la elevación d é l a presión, hubiera conducido á pesos impracticables; la utilización del recaldeo, en combinación con la presión, ha permitido acrecer las velocidades de recorrido y las distancias de combate, sin rebasar espesores y pesos posibles. Veamos cómo. Sabido es que al expansionarse el aire experimenta una disminución en la temperatura; es ésta tan considerable, cuando la descompresión es muy enérgica como en el t o r p e d o (paso de 150 ó 200 atmósferas á una atmósfera), q u e tiende á producirse hielo en su i n t e r i o r . E s t e rápido enfriamiento producirá inevitablemente un descenso en la presión del aire, m o t o r . Si, por el contrario, en el momento del escape del aire logramos impedir el enfriamiento del mismo y aun lo recalentamos, haciendo que su temperatura se eleve á 300°, habremos acrecido e n o r m e m e n t e su fuerza expansiva. Bastará para ello inyectar en el aire q u e se expansiona un combustible apropiado—alcohol etílico, bencina, el mismo petróleo ó aun la «termita>, mezcla íntima de aluminio y de óxido de hierro finam e n t e pulverizados—y producir su inflamación p o r la acción de un cebo percutiente en el m o m e n t o de lanzar el t o r p e d o . Otra dificultad va á presentarse en la práctica. E s a elevada temperatura p u e d e dañar al buen funcionamiento d e la máquina: dilataciones bruscas y desiguales, descomposición del engrase, arañazos en las superficies sujetas á roce, accidentes q u e p u e d e n perturbar la marcha del motor y aun d e t e n e r l o , con riesgo acaso para los q u e lanzaron el mortífero proyectil; he aquí sus consecuencias p r o b a b l e s . E s preciso, pues, quitar alguna b r u s q u e d a d á este recaldeo, sin aminorar su importancia, introducir en la inflamación algo que actúe como resorte térmico, q u e absorba par- 594 MADBID CIENTÍFICO te de ese calor excesivo, sio perjuicio de devolverlo en momento oportuno, y ese resorte térmico no es otro que el agua. Con el combustible que arde se inyecta agua, que se vaporiza, y al vaporizarse absorbe todo el calor excesivo que dañaría al buen luncionamiento de la máquina; ahora bien, poco más lejos, al expansionarse el aire y enfriarse bruscamente, el vapor se condensará devolviendo todo el calor absorbido en la vaporización, y contrarrestando así el enfriamiento del aire. Suavizado, por decirlo así, el recaldeo, podemos utilizarlo, y aun sobrepasar límites antes irrebasables, con notable aumento en la potencia. El motor asi constituido es una especial combinación de máquina de vapor y de máquina de aire comprimido. Logrado el aumento de potencia del motor, y con él mayores velocidades y alcances, se trata de utilizarlo. En definitiva, lo que con él se desea es hacer blanco, alcanzar al barco enemigo por debajo de la coraza. Para ello, es preciso que su marcha se realice sin salir de un plano horizontal, siempre á la misma profundidad, y que su trayectoria sea perfectamente rectilínea. Timones respectivamente horizontales y verticales, son los encargados de procurar ambos efectos. El proyectil, pequeño submarino COJKO antes dijimos, marcha solo, sometido á la acción de las olas, remolinos y corrientes, que tienden á turbar su horizontalidad y su trayectoria rectilínea. Precísase, pues, la maniobra automática de ambos timones. Realízase ésta por medio de reguladores que actúan sobre uno y otro timón. Fúndase el regulador que actúa sobre el timón horizontal en el empleo de un tambólo hidrostático» que se traslada bajo la influencia de una variación en la profundidad y de un «péndulo hidrostático» que se inclina quedando en posición vertical cuando el torpedo tiene tendencia á encabritarse ó á bucear. L o verdaderamente ingenioso es el regulador del timón vertical, destinado á mantener la trayectoria completamente rectilínea. E s un sencillo giróscopo. Si se mantiene en la mano el trompo-giróscopo que tanto divierte á los niños y se intenta inclinarlo en el espacio, se encuentra una resistencia considerable opuesta al movimiento intentado, y tanto más grande cuanto mayor es la velocidad del movimiento rotatorio del juguete. Proviene esta resistencia de que el aparato propende á conservar, durante toda la duración de la rotación, el eje alrededor del cual se inició el movimiento. Vengamos ya á nuestro torpedo. Si se enfila éste en la dirección deseada y ponemos en marcha el aparato giroscópico al tiempo del lanzamiento, el proyectil, una vez dentro del agua, marchará sin separarse de la trayectoria rectilínea que le marcamos con nuestra puntería. Al surgir una causa cualquiera que tienda á desviarlo de su camino, la resistencia opuesta por el giróscopo á este cambio de itinerario repercutirá en seguida sobre el timón vertical y la veleidad esbozada quedará inmediatamente corregida. Será su acción tanto más pronta cuanto más rápida sea la rotación giroscópica, la cual dependerá á su vez del valor de la potencia mecánica acumulada en el proyectil. Claro es que, á medida que el proyectil avanza disminuye la potencia de su motor, y con ella la sensibilidad de esta regulación. D e todos modos, con torpedos de 45 centímetros hay la seguridad de una trayectoria rectilínea lo menos durante 3.000 metros. Compréndese por lo dicho que el torpedo ha logrado alcanzar en su breve vida condiciones de perfeccionamiento que le constituyen en elemento ofensivo considerable. El único reproche fundamental que sus adversarios le oponen estriba en su escasa velocidad. ^•Qaé son, en efecto, sus 20 metros por segundo, en relación con los 840 metros que en el mismo tiempo recorre el proyectil lanzado por el cañón? Aquella escasa velocidad, poco mayor que la del navio atacado, constituye, como fácilmente se comprende, grave dificultad para hacer blanco á distancia algo considerable; mas las consideraciones que esta fase de la cuestión nos sugiere no caben ya en este artículo. Dejémoslas para otro número, con algunas indicaciones sobre el cañón submarino, que acaso hayan empleado los submarinos germánicos en sus últimos ataques. La Prensa alemana. Asi como en números anteriora hemos recogido de la Prensa francesa artículos y escritos que revelan el estado de alma de aquel pueblo, hoy recogemos un editorial del Berliner LokcU-Auteiger, que también revela el estado de ánimo germano, tocante á sus parientes los ingleses. «El hermano de allende el canal por cuyas venas corre sangre que, según las enseñanzas de la historia, es sangre germánica, nuestra propia sangre, se ha unido á los cobardes organizadores del regicidio del Newa y á los franceses, ofuscados por el delirio del desquite; se ha unido para sacar provecho y hacer negocio á costa nuestra en esta hora de prueba para Alemania. Inglaterra, sacando á relucir su alma de mercader, no quiere dejar escapar la ocasión de aparecer como tercero en la alianza con locos y descamisados y cebar su codicia en el águila germánica. La sangre de e s e pueblo no es la nuestra, no, ¡y mil veces nol ¡La Historia se ha equivocado! Y si hubo un tiempo en que sangre germánica y sangre inglesa brotaron, fraternalmente unidas, de la misma fuente, una de ellas se ha cambiado en el curso de los siglos. La voz de nuestra sangre germánica nos grita que nada tenemos de común con el espíritu que impera hoy en Inglaterra. Nosotros los alemanes nos hemos conservado puros de la mezquindad de sentimientos, en la que se vislumbra la ruin envidia del mercachifle. Nosotros no nos hemos manchado con una política que carece de valor para obrar cuando no se ataca en pandilla á un pueblo solo. Numerosos casos prueban MADRID CiRNTinoo elocuentemente que Alemania ha sido siempre fiel á los principios de su ética, que le ordenan atacar abierta y francamente al enemigo. Durante estos cuarenta y cuatro años de póz, Francia, paralizada por complicaciones interiores y exteriores, ha estado más de una vez en nuestro poder y nosotros no hemos desenvainado nuestra espada: ¡la espada alemana no ataca sino á un adversario libre! Y Rusia también estuvo á nuestra merced cuando cayó vencida, después de haber estado atada largo tiempo á los campos de batalla de la Manchuria. Nosotros permanecimos tranquilos obedeciendo á los impulsos del espíritu germánico que no permite la lucha con el prisionero ni con el herido. • ¡Así obran los alemanes! Y aunque seamos también comerciantes, lo mismo que aquellos que hoy nos arrojan el guante, no traficamos con nuestra moralSomos imperiales mercaderes, mas no nos unimos á los haraposos y los Jocos para ir á recoger botín de bandoleros. Nuestra sangre germánica no tiene ya nada de común con el hermano allende el canal. Desde hace años, millones de alemanes estaban tácitamente convencidos de esta verdad. Lo que pasa lo pregona ante el mundo entero. Jamás el alma alemana se hubiera avenido á hacer alianza con la sórdida barbarie del Este. Jamás una nación que ha colocado siempre los ideales intelectuales y morales en más alta estima que los intereses materiales, hubiera podido unirse al salvajismo, para'destruir los baluartes que protegen á Europa contra las hordas moscovitas y la aislan de tendencias morales, cuya miseria y bajeza se han manifestado en estos días en toda su odiosa desnudez. No. No hemos perdido un hermano. El de allende el canal se ha vanagloriado indebidamente de un parentesco que no ha existido. Nosotros lo rechazamos, no tenemos con él nada de común. ¡No perderemos nuestro ánimo y combatiremos llenos de fe! Confiando únicamente en nuestra propia fuerza. A nuestra mesa se había sentado un tuno jactándose de ser nuestro pariente. Que se aleje de nosotros. De sobra sabemos hoy que todas sus zalamerías, principalmente en los últimos tiempos, no eran más que la máscara para encubrir su falsía, para ocultar la intriga maquinada contra nosotros mientras nos estrechaba efusivamente la mano, como si fuera nuestro hermano y nuestro mejor amigo. Lo repetimos, no hemos perdido ningún amigo. Hemos aprendido, sí, á confiar únicamente en nosotros mismos; sabemos ahora que no tenemos más amigos que nuestra propia fuerza y la espada ec nuestras manos. Y sabemos también que en la sagrada tribulación del momento no habrá un solo hombre en todo el.Imperio que no corra presuroso á empuñar las armas y á sacrificar su haber y su vida en esta guerra nacional. Cesaron las luchas políticas, no hay más partidos; el estandarte guerrero tremola sobre nosotros y bajo tos colores negro, blanco y rojo toda 595 la sangre germánica se ha unido llena de fe y de voluntad. Esta voluntad engendrará heroicos hechos que han de iluminar gloriosamente en lo futuro nuestro espíritu germánico. Un poeta ha dicho: «El hombre más fuerte es el que permanece solitario.» Y nosotros estamos solos. Alemania en armas desde el Rhiu hasta el Danubio, y alrededor nuestro un mundo de enemigos. Pero esta «spiendid isolation», este espléndido aislamiento, será maravillosa fuente de fuerzas no sospechadas antes. No tememos i nuestros enemigos, no tememos á Inglaterra. Tenemos la convicción de vencer, porque eternamente, desde que el mundo existe y una Suprema sabiduría dirige los destinos humanos, la honradez y la lealtad han triunfado sobre las intrigas de los traidores, de las frías combinaciones de los miserables. Llevamos al combate el convencimiento de la sagrada justicia de nuestra causa. Este convencimiento nos dará fuerzas superiores á las humanas y con estas fuerzas venceremos.» EL PROYECTO DE SEGUNDA ESCUADRA Dice El Universo respecto al proyecto de nuestra segunda escuadra, que <no se desiste de la construcción de grandes acorazados, pero sí se aplaza su inclusión en el proyecto, por estimarse que no ha llegado la hora de fijar el tipo del acorazado futuro, hasta tanto que puedan tenerse en cuenta las enseñanzas que se desprendan de la lucha naval que está empeñada entre varias naciones, pues su resultado obligará, seguramente, á variar las características defensivas ú ofensivas para el porvenir.» Figuran en el proyecto cuatro cruceros rápidos de 5 á 6.000 toneladas, con un andar de 28 á 29 millas, dotados todos ellos de adelantos de los buques extranjeros más modernos. La parte más interesante y de más novedad del proyecto es la que se refiere á la construcción de 28 ó 30 submarinos, y aunque tampoco se precisa el tipo, no es aventurado decir que serán de 500 á 600 toneladas. Como complemento de esta nueva defensa, figura en el proyecto la construcción de buques pequeños que sirvan para prácticas, vigilancia del litoral y portaminas, que como se ha visto recientemente, son también indispensables en toda flota moderna. Se construirán seis cazatorpederos y tres cañoneros. Se destinarán para la habilitación de puertos militares y adquisición de minas flotantes nueve millones de pesetas. El proyecto ascenderá á unos 230 millones de pesetas, y supondrá, por tanto, una economía de más de 100 millonea, en relación con el que se retira. La base económica del proyecto consistirá en que las 596 M A D M D ClKNTfFIOO Cortes respeten la misma consignación anual de 36 millonea que viene figurando en los Presupuestos, con lo cual el proyecto quedará completamente realizado dentro de seis años. El general Miranda no incluye en el Presupuesto para el año próximo nuevos aumentos de gastos, ni tampoco en las plantillas, en atención á los acuerdos del Gobierno. Únicamente incluirá un pequeño aumento, necesario para atender al armamento de nuevos buque», aparte del de los acorazados España y Alfonso XIII, que ya lo tienen. El artillado de las plazas fuertes y puertos corresponde al ramo de Guerra, que ya tiene preparados los proyectos. Ahora está redactando el general Miranda un proyecto de decreto, que someterá á la aprobación del Consejo de Ministros, sobre reorganización de los cuerpos subalternos de contramaestres, condestables y maquinistas. Echegaray ante la guerra presente. Un reilactor del periódico El Debate, lia ¡do uuo de est'js días á visitar á nuestro querido y admirado D. José, celebrando non él una bien aprovechada entrevista. Nuestros lectores, que con tanto Interés vienen siguiendo la publicación de los Recuerdot, del glorioso ingeniero y dramaturgo que hoy tiene á su cargo la Cátedra de Física Matemática de la Universidad, han de ver sin duda, con gusto, que reproduzcamos lo que Kchegaray acaba /ie decir con relación á los problemas del momento presínte. He aquí, pues, cómo refiere la entrevista el redactor del periódico citado, que firma Curro Vargas: «El insigne autor de El Gran Galeota nos habla con juvenil brío y prodigiosa lucidez de ¡deas... A sus ojos azules, donde hierve la vida del corazón y del cerebro, se asoma el poeta... Son unos ojos de veinte años que contrastan con aquellos surcos en la piel color de pergamino y con aquella cabeza venerable, sin un solo cabello... En el perfil huesoso y afilado se destaca como un copo de nieve la perilla. Sobre los labios descoloridos y resecos, el bigote semeja una cinta blanca. Nosotros escuchamos con cierto recogimiento al viejecito soñador y sabio. Su nombre glorioso para las letras españolas va unido á los recuerdos más lejanos de nuestra niñez. Este viejecito encorvado, de pequeña estatura, de modesto porte, tiene un nimbo de glorias pretéritas que aún lo acarician y lo agigantan en el anochecido de la vida y en las horas crueles de la renunciación... — Yo no vengo, maestro, á hablarle de política, dícele «Curro Vargas»; la política es cosa, si no despreciable, menguada al menos. ¿Le gusta á usted la política?... El admirado autor de En el seno de la muerte, el magnifico calderoniano de inagotable verso hidalgo, me responde: —No; no me ha gustado nunca la política, salvo en el aspecto pasional y sentimental... En ella hay también lucha, choque de ideas, chispazos de belleza... De todos modos, ¡no sabe usted cuánto celebro que no tengamos que ocuparnos de política!... —De la Patria hablaremos si á usted le parece... De la nentralidad como salvaguardia de nuestro país y como garantía de su independencia... --¡Me place el tema! Y voy á decirle en síntesis lo que yo pienso y lo que yo siento acerca de este asunto. He aquí mis palabras, que le agradeceré transcriba us- ted textualmente en su crónica: «D. José Echegaray es un fanático de la neutralidad.^ Tan necesaria la considero, tan de sentido común, tan propia de las circunstancias, «qué no admito ni la posibilidad de que se altere, ¡cuanto menos de discutir sus ventajas ó sus desventajas!» Dicho esto, huelga que yo exprese mi adhesión á esa Liga patriótica para mantener la neutralidad. ¡Sería una redundancia! ¿No le parece á usted? —En efecto, lo sería, por lo cual sólo me resta tomar nota de ese voto valiosísimo, por ser de usted... — Valioso, no, sincero. ¡Difíciles horas atravesamos!... y á mi juicio, el Presidente del Consejo ha sabido colocarse á la altura de las circunstancias. Defendiendo y manteniendo la neutralidad, no cabe duda que interpreta fielmente los deseos unánimes de la opinión, y se ideiiliñca con un anhelo del alma española. — Doblemos la hoja, si á usted le parece... ¿Qué opina usted, maestro, de la literatura nuestra actual?... Don José se transfigura. En sus pupilas relampaguea la añoranza... Sus dedos, acartonados y sarmentosos, acarician un instante su frente marfileña, noble frente de hidalgo y de artista. — Nuestra literatura vive un mon e n l o d e transición, atraviesa esa crisis verdaderamente universal... En la Ciencia, esa crisis revolucionaria es mucho más honda. ¡Es admirable! Estamos en el dintel de un mundo nuevo... Y no porque las teorías se derrumben con estrépito ante la piqueta de una crítica negativa, sino por el osado avance de la Ciencia, desbrozando el camino del misterio y poniendo en su vanguardia las más estúpidas hipótesis sobre la base experimental... ¡Revolución, sí, y grande; del centro á la periferia, de las raíces á las hojas!... Ya no es el átomo, por ejemplo, una última división de la materia. Es ¡todo un mundo, donde hay electricidad positiva y negativa, reacciones completas y funciones múltiples! Ya es un sabio, alemán por cierto, el rector de la Universidad de Berlín, el que lanza al mundo de la Ciencia esta afirmación, con todos los honores de una teoría: «La velocidad tiene límite. No puede exceder nunca á la velocidad de la luz.» ¿Qué ley, con raíganibre más sólida en el campo científico recuerda usted, que la ley de «la atracción universal»?... Pues la Ciencia moderna nos dice que «no hay tal atracción», «que se trata de corrientes equilibrantes, de energías irradiadas por los astros». ¡Hermoso amanecer era este en la noche de tantas centurias! ¡La guerra... qué lástima, qué deplorable salto atrás, qué nube maldita de horrores y tragedias, ensombreciendo el espléndido sol del progreso humano!... La palabra cálida del sabio viejecito, tiene ecos dulces de llanto espiritual, cuando refiriéndose á esas grandes figuras de la Ciencia, á esos colosos de la investigación, que ahora han tomado la pluma para defender la... guerra, nos dice: —¡Qué inexplicables contradicciones de las inteligencias-cumbres!... Mejor dicho. ¡Qué inmutable y avasalladora tiranía ejerce el corazón!... Y el anciano poeta nos alarga una mano temblona, mano que le abrió las puertas de oro de la inmortalidad, y que hoy parece bendecir...» Rogamos á nuestros abonados que toda clase de giros, y lo m i s m o los ingresos en las sucursal e s del B a n c o d e E s p a ñ a , l o h a g a n á "Revista MADRID CIENTÍFICO,,, y n o á n o m b r e de persona determinada. MADRID CIRNTIFIOO La Prensa y la guerra* Entre sabios. N<) dan paz á la pluma. Nu pueden sustraerse al ambiente bélico. Al inauifiesto d é l o s sabios alemanes contestan acremente las Academias francesas. No faltan tampoco covps á corps individuales. Odwald, el eminente profesor de química en la Universidad de Leipzig, es uno de los «bárbaros sabios»—denominación francesa— más maltratados en la ocasión presente. Una serie de conferencÍHs que ha dado en Suecia, para explorar la opinión de sus vecinos de ultra-Báltico sobre una futura federación germánico-escandinava, ha tenido la virtud de excitar la bilis francesa. Para que nuestros lectores vean hasta dónde llega el encono, traducimos las siguientes lindezas que desde el sesudo Temps le dirigen. Después de recordarle lo mucho que se le ha elogiado y considerado en Francia, dicenle asi: «Gusta hoy el señor profesor Ostwald de olvidar todo esto y firmar un documento en el que Francia es injuriada, insultados los aliados, y los belgas, nuestros heroicos amigos, son calificados de «bandido8>. No insistamos. Este acto es evidentemente el efecto de una mentalidad especial que M. Oslwaid tiene el triste privilegio de compartir con las más elevadas personalidades de la jerarquía universitaria del otro lado del Rín. Pero he aquí una nueva gestión por la que M. Oatwald se sobrepasa á sí mismo y se destaca sobre todos sus colegas de las universidades germái\icas. liste químico efervescente es pródigo en conferencias y, desde lo alto de las cátedras y escabeles á que se empina, va repitiendo que la ciencia (su ciencia principalmente) pone entre las manos de los soldados del Kaiser las más horribles herramientas... Perito en el manejo de las materias explosivas ó inflamables, acaso haya encontrado en su laboratorio M. Oslwaid la fórmula de las bombas de petróleo, de las teas incendiarias y de las granadas de múltiples colietes que han incendiado científicamente la biblioteca de Lovania y la catedral de Reims. Si de ello se vanagloria, buena pro le haga. Lo que hay es, que este ilustre doctoren ciencias mortíferas se engaña burdamente cuando pretende defender por este medio la «cultura europea». ¡Es un colmo! Y no menos admirable es el señor profesor de Leipzig, cuando anuncia, para el día siguiente de la guerra, el «advenimiento de una confederación europea á cuya cabeza figure Alemania! M. Ostwald se las echa de filósofo, se entra por los campos de la metafísica, y afirma, en uno de sus prefacios, la pretensión de elevarse hasta la comprensión del «desarrollo progresivo de los conceptos>. Digamos sencillamente que no ha estudiado bastante los principios elementales de la moral.» Los franceses no han caído en la cuenta de la deplorable extructura moral del sabio alemán hasta que éste se ha lanzado á pronunciar sus soflamas patrióticas. Hasta hace poco, las más acreditadas publicaciones francesas Iniscaban la colaboración del inmoral y bárbaro teutón y sus principales obras se encuentran traducidas al francés. La protesta yanki. De Mariano de Cavia: «Entre las filípicas y catilinarias que «desde el helado hasta el ardiente Polo» se lanzan contra Alemania por sus procedimientos guerrero», sobresalen—claro está que dejando á un lado las de franceses, ingleses y rusos—las que vienen de la sentimental Yanquilandia, 597 emporio, como es sabido, de la buena fe internacional; mas esos improperios—por fundados y razonados que sean—están muy lejos de impresionarnos y convencernos viniendo de ciertos labios y ciertas péñolas. Amado Teótimo, por muy desmemoriado que fueres, como buen español, vuelve la vista dieciséis años atrás y no podrás menos de reconocer que no es el cazo quien tiene mejor derecho para increpar á la sartén, ni el cocodrilo el más autorizado para verter lágrimas ante los estragos que hace el tigre. Ha sido preciso que sonaran estas trágicas horas en el consabido «reloj de los tiempos> para que nuestro inefable amigo el tío Sam se acordase de que es descendiente directo de aquellos austeros puritanos que llevaron fe, esperanza y energía á las nacientes colonias de Nueva Inglaterra. La inicua farsa ejecutada con el «Maine>, para justificar hipócritamente y efectuar despiadadamente el despojo colonial de España, nunca se nos debe apartar de la memoria. A nosotros nos corresponde ahora y para siempre aquel «remember» de que abusó con tan grosera injusticia el tío Sam, con toda la voraz y cosmopolita caterva que le sigue. Dice el vulgo que «agua pasada no muele molino», y hay también algunos españoles—más cursilones que renegados—para los cuales estos ejemplares recuerdos son de vana y ridicula patriotería. Diga el congrio lo que quiera. Estas advertencias y remembranzas no van con esos murénidos de tierra adentro; pero tú, amado Teótimo, ingenuo y honrado, siquier desmemoriado, debes tenerlos presentes para no dejarte conmover ni excitar por las iracundas soflamas que ahora llegan desde Yanquilandia contra los procedimientos guerreros de los germanos. Notabilísimas cosas acaba de escribir «Teddy> contra el Kaiser, por las frioleras ocurridas en Bélgica; pero el «rough rider> de 1898 ya no se acuerda de que se metió en Cuba, con las más piadosas intenciones, y, sobre poco más ó menos, con el mismo derecho que lian tenido las huestes germánicas para violar y devastar el territorio belga. Contesten, contesten á esos notabilísimos alegatos Puerto Rico, oprimido sin piedad. California y Tejas, robadas á la nación de que formaban parte y los «Pieles Rojas», exterminados con metódica crueldad, mientras los hombres de las razas indígenas de Méjico llegaban á ocupar el poder, merced á una secular protección y conservación, por obra y gracia de la Madre España,,,» Consumo de municiones en las guerras modernas. Refiriéndose á la guerra d é l a Mandchuria, la Revista Técnica de Infantería consigna que, según datos oficiales, cada fusil, lo mismo del Japón que de Rusia, consumió diariamente en dicha guerra, y por término medio, 250 cartuchos, cifra que llegó á 400 en la batalla de Schaho y á 367 en la de Mukden. La Artillería rusa de tiro rápido, disparó 238 tiros por pieza en la batalla de Tachichao; 240 en la de Liaoyang; 361 en la de Schaho; 480 en la de Mukden. Este exorbitante consumo se lia repetido en la guerra de los Balkanes, Y para que se comprenda su gran diferencia con el que se hacía en las guerras anteriores, bastará consignar, por lo que respecta á la Infantería, que los prusianos dispararon 20 tiros por fusil en la batalla de Leipzig (1813) y 28 tiros en las batallas de Trautenao y Nachol (1866); y en la guerra franco-alemana dispararon los alemanes 56 tiros por fusil, desde Agosto de 1870 hasta Febrero de 1871. La Artillería prusiana, en la guerra de los aliados contra Napoleón, disparó por término medio 70 tiros por pieza; y en la 598 M A D E I D CIENTÍFICO franco-alemana de 1870 i871, rara fué la pieza que llegó á 2 0 0 disparos. La Artillería alemana, en la batalla de Woi-th, hizo 40 disparos por pieza; 53 en Saint Privat; 88 en Rezonville, y 37 en Sedán. Las suscripciones patrióticas. En el periódico El Mundo liallsmos este comentario: «En todas las naciones beligerantes se han promoFÍ' do suscripciones patrióticas en favor de los soldados, como aquella de infeliz recordación, abierta en España cuando nuestros Ejércitos de niar y tierra luchaban en Cuba y Filipinas contra yanquis y filibusteros. Creíamos nosotros entonces que esto de las suscripciones patrióticas para el auxilio de los soldados era cosa genuinamente española. Cosa propia de un paí« pobre, cuyo miserable erario no basta á proveer todas las necesidades tutelares de su grey. La guerra actual nos ha sacado de este profundo error. Inglaterra, la omnipotente, Alemania, la munífice, Francia, la opulenta, apelan también al socorrido sistema español. Tros millones de libras lleva recaudados Inglaterra. Siete millones y medio de marcos ha juntado Deutschlandia. Y en cuanto á nuestros desventurados vecinos del Pirineo, ellos sabrán los millones que va acostarles el «tricotí del soldado,que caen sobre los que ya llevan gastados en socorrer heridos y adquirir vendas, hilas, algodones y tafetanes. £1 Estado es el mismo en todas partes, con ligeras variantes. Aquí es posible que tuviéramos que iniciar una suscripción para comprar pólvora, si nos viéramos metidos en el tremendo zafarrancho europeo. En Francia, la administración carecía de prendas de abrigo. En Inglaterra, la división naval que fué al socorro de Amberes llevaba las bayonetas pendientes d e s ú s buenos hilos bramantes, como los chicos que juegan á la guerra en la ronda de Valencia. En Alemania no falta pieza á ningún soldado. Pero en cambio, parece que faltan el tabaco, la cerveza y los percebes... A todo acudirán los cuantiosos rendimientos de las suscripciones abiertas en esos países. Aquí miramos con cierta envidia los crecidos resultados que están dando. Nosotros á duras penas pasamos del millón.» En defensa propia. Con este mismo epígrafe, El Noticiero Bilbaíno dice así: «Ingleses y franceses han pretendido que España salga de la neutralidad para ayudarles en su contienda con Alemania. Y sin embargo, ni ingleses ni franceses cuidan de alcanzar nuestras simpatías. Por el contrario, parece que hacen lo posible por alejarlas. En Francia se ha decretado una moratoria que origina gravísimos perjuicios al comercio español. Acogidos á la moratoria no pagan los franceses las facturas. Et: cambio, cobran puntualmente cuanto envían á España y eri algunos casos exigen el importe por adelantado. Por lo que se refiere á Inglaterra, no se comprende su proceder con respecto á España, si no tiene interés preconcebido en perjudicarnos. ¿Cabe declarar contrabando de guerra al mineral de hierro español y no hacer esa declaración para el mineral de hierro sueco? Eso es tanto como prohibir la exportación de nuestro mineral, paralizar la explotacióo minera, dejar sin trabajo á miles de obreros y disminuir los ingresos de la nación española atacando á una de nuestras principales fuentes de riqueza en beneficio de la sueca. Desde que se inició Ja guerra un solo buque ha transportado mineral de hierro de Vizcaya á Alemania y no llegarán á una docena los que lo ban transportado durante el año. No es ese, por consiguiente, el peligro grande que los ingleses tratan de hacer creer que existe. El Gobierno español tiene el deber de mirar por los intereses españoles. A la moratoria francesa debe responder con una disposición de reciprocidad que ponga eu salvo los intereses españoles, y en cuanto á la acción del gobierno inglés, lo procedente sería favorecer la extracción de los carbones nacionales y recargar los impuestos á los carbones extranjeros. Y aún iríamos más allá en ese camino. Dispondríamos la nacionalización de las minas en forma que forzosamente fueran españoles ios dueños y los explotadores y las compañías actuaran en España para todas las fases de sus negocios.» L a c o n m e m o r a c i ó n d e Trafalgar. Comentando la forma en que se ha solemnizado en Londres el aniversario del célebre combate naval, JEl • Imparcial escribe: «La alianza franco-inglesa ha impreso este año un singular carácter á la tradicional conmemoración británica. La base del grandioso monumento, símbolo del moderno poder naval inglés, desaparecía bajo un monte de flores. La más bella corona, la de mayor tamaño, la suspendida en preeminente sitio, mostraba un lazo tricolor con la inscripción siguiente: «Homenaje y respeto á los valientes marinos franceses que cayeron luchando en Trafalgar el 21 de Octubre de 1805, compatriotas de loa que hoy son nuestros hermanos de armas.» Esa noticia de la lógica y natural afirmación de confraternidad entre dos pueblos que combaten juntos, llega al suelo español como una ráfaga de viento melancólico. Las aguas de aquel cabo de Trafalgar, que vio triunfar y vio morir á Nelson, fueron la tumba de nuestra grandeza. Allí se alzó el poder inmenso de esa Inglaterra siempre afortunada, nuestra enemiga entonces y enemiga de Francia; nuestra aliada después contra Napoleón; la «hermana de armas:» de los franceses de hoy. Allí nos llevó á caer la imprudencia fatal del almirante Villeneuve. Allí murió la flor de nuestros hombres; allí se hundió, para siempre tal vez, todo lo que era y valia nuestra flota. Sólo la división francesa de vanguardia resultó ¡lesa del combale. Francia, vencida, siguió con Napoleón su camino adelante. España pasó al triste lugar de nación de segundo orden. Ingleses y franceses se abrazan hoy bajo las bander a s unidas en la inmensa extensión de Trafalgar-Square. Es natural. ¿Por qué se ha de rememorar á Churruca y Gravina? Homenaje y respeto á la memoria del almirante Villeneuve. Valemos poco; somos poco en el mundo. La Historia, desde el pie de la estatua deNelson, nos ha hecho un gesto irónico.» Enseñanzas para España. De Dionisio Pérez, en Mundo Gráfico: «Es indudable que las causas de la guerra y sus inci'^ dencias, aun con las desacertadas y apasionadas propagandas de nuestra prensa progresista ó carlista, están transformando muchas ideas en el pueblo español; pero es indudable también que esta renovación uo alcanza á nuestros políticos. Antes al contrario; en el espíritu de todos los partidos y en el ambiente que los rodea y en el lenguaje que hablan y en su acción, por escasa y tibia que sea, se advierte un lamentable retroceso que, por un lado nos acerca al arbitrarismo de Romero Robledo y por otro nos lleva hasta los últimos tiempos de Fernando Vil, en que los propios políticos no padecen mayor afán que matar el espíritu público, hacer perder 599 MADRID CIENTÍFICO toda esperanza á la opinión y deshonrar un régimen que al cabo de u " siglo no ha logrado encarnar en el alma española. La vida nacional está hoy dirigida por una hábil confabulación de grandes y pequeños intereses, que la nación tardará mucho tiempo en descubrir. Los que con mayor ó menor autoridad personal, pudiéramos ó quisiéramos ir contra ella no tendríamos periódicos donde escribir y, descentrados, desadaptados, sin tribuna y sin público, pataleariamos nuestras ¡ras de verdaderos patriotas en el más absurdo ridiculo. Esta realidad no puede modificarla una guerra exterior; antes al contrario, ofreciendo á la opinión pública un nuevo motivo de distracción, se consigue de ella una mayor indiferencia hacia su propia vida. Es demasiado pe<lir á un cerebro español que piense en Joselito y Belmonte, y en los cipayos que van á llegar, y en el general Pan... Seguimos viviendo en medio de un ambiente de indiferencia social, de resignación como la del pueblo de Felipe IV, mendigo en los caminos reales, murmurador cobarde en las gradas de SHU Felipe, aventurero en las Indias, ladrón en Sierra Morena, sopista en ¡as aulas ignaras de Alcalá y Salamanca... ¡Y esto cuando Europa se destroza, cuando vemos á Fenicia resucitando en las orillas del Támesis, cuando advertimos cómo el tesón, la cultura crean un pueblo fuerte, y no la audacia ni la inconsecuencia, en el centro de Europa, y cómo los pueblos sin disciplina espiritual tienen que verse defendidos por los negros del Senegal, por los semietiopes de la India, por los aventureros voluntarios del Canadá y de Australia, y quién sabe si mañana por los amarillos del Japón y por los botentotes africanof^! No ha acabado la guerra europea y todavía España recibirá de ella tremeuilas lecciones. Pero ninguna podría ser tan cruel como ésta de la general perturbación de ideas que padecemos, que hace de nuestro vivir un carnaval de pensamientos. No echamos de menos á Cisneros, ni á Carlos III, ni á Floridablanca, ni á Campomanes, ni á Jovellanos; no pedimos acatamiento para la fe, para el tesón, para la consecuencia, que son virtudes cívicas que templan el alma de los pueblos, sino que preconizamos la audacia aventurera y la inconsecuencia desvergonzada, como si todavía nos quedaran tesoros de las Indias que devorar, territorios que perder y novelas picarescas que escribir.» No está todo en los morteros de 42. He aquí lo que en tal respecto escribe el Diario la Marina, de Madrid: de «Se ha buscado la causa de la rápida conquista de las plazas belgas, sobre todo de Amberes, y se ha creído hallarla en el empleo de ¡os potentes morteros de 42 centímetros, lo cual es un error manifiesto. Esas piezas monstruosas han influido muy poco en el éxito germánico, y si en la ciudad del Esca¡da hubiese existido un verdadero espíritu de resistencia, como han tenido los defensores de Przemysl, su defensa se hubiera prolongado mucho tiempo, retrasando ei p¡an del E s tado Mayor tudesco. ^ Escritos de nuestros competentes artilleros y una simple visita al Museo del Arma, pueden coiivencer á todos de que los morteros gigantescos no constituyen una novedad, puesto que han llegado á construirse hasta de 35 pulgadas inglesas (89 centímetros), y lo que fué posible en épocas en que la metalurgia no disponía de los medios que hoy tiene, claro es que ahora es perfectamente hacedero. Mas tales piezas fueron siempre abandonadas, porque sus efectos no compensaban las dificultades de su transporte, carga y municionamiento. Desde este punto de vista fué negada su existencia por la mayoría de nuestros técnicos cuando se recibieron las primeras noticias de su empleo en Lieja, no porque se considerase imposible fundir ahora bloques metálicos que se obtenían iiace más de un siglo. Sin morteros de 42 y con sólo el material de artiüería ordinario, los alemanes hubiesen sido dueños de Bélgica, porque su admirable espíritu ofensivo, basado en la educación de su Ejército, no haüó en ¡os belgas un dique eficaz ni tampoco lo presentaron sus aliados y protectores, que llegaron tarde y con elementos insuficientes. Sería curioso ver la recíproca, esto es, á loa anglofranceses sitiando una plaza alemana con morteros de ese calibre, y es seguro que los resultados no serían los mismos. Ahora se anuncia la aparición de explosivos formidables conducidos por naves aéreas desconocidas y cuyos efectos destructores serán inmensos. No negamos que algo de esto ha de aparecer en un ataque por los aires hacia el territorio inglés, que no tardará en ser emprendido; pero no busquemos por ese lado e¡ motivo de la victoria de Alemania. Esta hará frente con éxito á sus adversarios, porque ha sabido preparar de antemano á su Alto mando y á sus elementos auxiliares para la misión que habían de llevar á cabo. No despreciemos el efecto de lo» modernos inventos bélicos; pero no apoyemos en su existencia ¡oque tiene causas más hondas y más eficaces. Esos mismos inventos no son otra cosa que la consecuencia de las aptitudes de un pueblo laborioso, aplicadas á un fin preparado con el mayor ¡ujo de previsiones posible. De igual modo han podido proceder los otros, porque los adelantos de la química y de la metalurgia están á la disposición de todos para utilizarlos y perfeccionarlos.» Los periódicos y la guerra. Dice el Sr. Urgoiti en Nuevo Mundo: «Una repercusión inmediata de la guerra ha sido la disminución repentiiia é importante de los anuncios en los periódicos diarios y revistas semanales de todo el mundo. Hasta tal punto y con tal generalidad se ha producido el hecho, que en Inglaterra, donde se busca á todo trance 1» expansión del comercio y de la industria, á fin de sustituir en los mercados mundiales á los productos-de procedencia alemana, se ha celebrado hace pocas semanas un importante meeting, sin más objeto que tratar de remediar la grave crisis de la publicidad. En la reunión se han pronunciado diversos discursos, y uno de los oradores expresó gráficamente que en los momentos actuales el industrial y comerciante que disminuye sus presupuestos de publicidad, obra con igual insania que el maquinista de una locomotora que cesa de echar carbón al hogar cuando necesita más vapor. Esto bajo un aspecto. Para las empresas periodísticas el caso es más grave, pues coincide con el encarecimiento del papel y la dificultad de los cobros. Hoy día el público recibe en forma de diario ó semanario un artículo, cuyo precio intrínseco es superior al que paga por él. La aparente paradoja queda explicada con el anuncio. Los impresos por publicidad, no solamente cubren la diferencia entre el costo del periódico y su precio de venta, sino que dan á la empresa ó propietario el beneficio del negocio. ¿Y quién paga el anuncio? La contestación gedeónica sería: «El anunciante). Ahondando más hay dos respuestas. Una de ellas es: <E1 lector del p e r i ó d i c o . ¿Cómo? Sugestionado por la lectura del reclamo, acude á comprar lo que se le ofrece, y allí, al adquirir el artículo, paga no soiamente su precio normal, sino el recargo 600 MADRID CIENTÍFICO que el comerciante se ve obligado á soportar por costo (le la publicidad. J^n apariencia, la contestación no tiene vuelta de hoja. Pues la tiene, y dn lugar á la segunda respuesta, que es la verdadera: «¿Quién paga el anuncio?» «El que no anuncia»; y va el cronista á razonarlo. Es un hecho notorio—y para comprobarlo basta considerar las enormes sumas que se gastan en publicidad — que el que anuncia lo hace poique ello aumenta el volumen de sus negocios. Este incremento le permite reducir considerablemente sus gastos generales permanentes, como son los de interés del capital, alquileres, personal directivo, impuestos, etc., etc. Al disminuir por ello el precio de costo, puede, con igual beneficio, reducir el precio de venta por bnjo del establecido por cualquier competidor, y esta reducción, si se trata de un articulo bueno (único supuesto en el que el anuncio llega á ser eficaz), aumenta ya en progresión rápida el radio de acción del producto y acelera su difusión. ¿A costa de quién tiene que hacer esta difusión? Pues únicamente á costa del competidor que no anuncia. La crisis de los periódicos no es una expresión vana. Leemos que el New York Herald, <{vte publica una edición en París v habitnalraente tenía un precio de 15 céntimos, lo ha subido á 25 para reducir su pérdida de 5.000 francos diarios. , La importancia de esta cifra demuestra que en ella tiene más parte que el aumento de precio del papel, la falta de ingresos por publicidad.» De Maeztu, en Nuevo Mundo: «La Prensa, en tiempos dé guerra, no puede ya ser un órgano de información, sino de apostolado, de profecía, do predicación. Por medio de la Prensa tratan los Gobiernos de convencer á las masas militares de que su causa es justa y de que es realizable. Estos dos fines no coinciden exactamente. Cuando la guerra es de conquista, de agresión, de Imperio, el Gobierno tratará, sobre todo, de convencer á los soldados de que la victoria es fácil, y esto es lo que hacen los periódicos de Alemania, Austria, Inglaterra, y aun Rusia, aunque de la Prensa rusa no pueda yo hablar más que por referencias. Cuando la guerra es de defensa, de independencia, de nacionalidad, el Gobierno no necesita disimular tanto las dificultades de la campaña, y lo que procura sobre todo, es encender el odio al enemigo, para lo cual deacribe minuciosamente su orgullo para con los extraños, sn crueldad, su rapacidad, su falta de respeto hacia los ancianos y las mujeres. Y esto es lo que hace, en efecto, la Prensa de Francia, de Bélgica (en Amberes) y de Servia. En otros tiempos, cuando los lectores de periódicos constituían solamente la parte aristocrática de la población y los soldados procedían en su totalidad de las masas analfabetas, era posible cierta libertad de la Prensa, ya que al elemento gobernante le convenía una información imparcial, para saber á qué atenerse, y podía contar en todo caso con la obediencia pasiva de los soldados. Pero ahora los lectores de periódicos son los soldados mismos, y no se puede contar ya con su obediencia pasiva, sino que hay que conquistar su disciplina activa, ganando su corazón y su cerebro. Ello es causa de que la Prensa, en tiempo de guerra, tenga que trocarse en función del Gobierno.» Lo que dice un inglés. El escritor inglés Mr. H. Brailsford dirige una carta al Daily News protestando de los relatos fantásticos de la prensa británica respecto á las supuestas crueldades germanas, relatos que, segijn Brailsford, llevan el sello inequívoco d é l a mentira. Dice Brailsford: <Üu oficial inglés, cuyo nombre no se cita, pretende haber visto con sus propios ojos, desde una distancia de 300 yardas, un acto de barbarie alemán. El hecho tuvo lugar, al decir del periódico inglés, en las trincheras, durante una lucha encarnizada que duró todo el día. Podría uno acaso creer que los alemanes hacen semejantes atrocidades cuando están en la completa seguridad, después de una victoria; pero el hombre que nos quiere hacer creer que un oficial tiene humor para violar á una muchacha y después mutilarla, y todo esto en el centro del fuego, en plena batalla, á 300 yardas de las líneas del enemigo, este hombre nos cuenta una cosa que es sencillamente imposible. (El Tintes, en su número del 10 de Septiembre, lainbiéii ha acogido la mentira á que se refiere la protesta del Sr. Brailsford.) Hace dos meses todavía que cualquier director de un periódico inglés á quien se le hubiera exigido publicar una historia de alemanes que matan á bayonetazos á los niños, hubiera mandado someter al solicitante á un examen de sus facultades mentales. Habrá quien diga que la destrucción de Lovaina y Aersliot son hechos indiscutibles. Ruego al lector observe que nosotros mismos, obrando bajo los impulsos de una aparente necesidad militar, hemos reducido á cenizas todos los caseríos y mucha? ciudades en el Transvaal y en el Estado libre. En mi opinión, el empleo de medidas tan duras no es prueba de un salvajismo especial en los alemanes, sino una demostración de la crueldad, en general, de las guerras.» Ei factor humano. De La Época: <E1 carácter principal de esta guerra es la lucha anglo-alemana, es la disputa de la hegemonía, es el pleito de Roma y Cartago, que se estorban en el mundo. Por eso Inglaterra advierte ya cómo los submarinos alemanes hacen blanco en sus gramles unidades; cómo avanzan con empeño las tropas germanas hacia las costas del Mar del Norte y cómo el conde Zeppelin lanza un reto á la Gran Bretaña, de visitarla pronto con sn escuadrilla aérea. La nota característica y saliente de esta cnntienda es el empleo del aparato volador y del aparato sumergible. Cuando se nos había predicado constantemente en los tiempos últimos que el valor no se necesitaba, que el soldado era un autómata al servicio de las máquinas bélicas, llega la realidad y nos prueba irrecusablemenlH que hoy es más esencial el factor moral «hombre» que lo era en las propias luchas medioevales. En las guerras antiguas, de lucha cuerpo á cuerpo, el choque del acero removía los sedimentos de ira en el corazón humano. La vista del adversario, de la sangre, despertaban el ciego instinto de conservaciíjn y armaban el brazo de coraje. Hoy no; hoy el hombre necesita dominar sus nervios, combatir coa el enemigo invisible, aguantar una muerte en la pasividad. Y en medio de este valor, que por ser sereno es má^ grairde, se destaca el de esos candidatos á muerte segura, que se lanzan por los aires ó se sumergen en el mar, arrostrando la m u e r t e . Nunca pudo aplicarse con más exactitud que en la guerra presente, aquella espartana definición que dio el general Almirante del valor: «Es no tener miedo á la muerte»; y nunca tampoco pudo verse más exaí^tamente comprobada aquella otra frase del geueral Burguete: cE! arte de vencer es el de organizar el valor.» El dominio del hombre es lo más fundamental para la victoria. Por eso no basta con tener buenas máquinas de guerra, ni excelente organización etr el papel. 601 MADRID CIENTÍFICO Antes que eso, y por encima de eso, se necesita tener hombres. Y allí está la sfrave preocupación británica en la contienda presente. Velnglaterra que Alemania no sólo tiene Marina y Ejército, sino que posee marinos y soldados.» Enseñanzas de la guerra. Murallas y llindajes. — Uno de los más reputados escritores militares, el coronel Repington, considerado en Inglaterra como una de las mayores autoridades en cuanto concierne al arle de la guerra, ha dicho recientemente en el Times que <el último lugar donde un soldado desea ahora colocar un cañón, es un fuerte.» La ohservación no puede ser más justa. Los famosos cBrummer» alemanes han hecho pasar á la historia la castramentación clásica. Ahora resulla que los franceses, con su fácil talento, que corre parejas con su imprevisión, habían adivinado la ineficacia de los espesos muros y de las resistentHS corazas. Le TempS reproduce las siguientes palabras del general Langlois, escritas hace algún tiempo, y q\>e contienen las bases de lo que debieran ser las modernas fortalezas: «Es preciso comprender—dice el citado general franc é s - , que la fuerza de resistencia reside mucho más, actualmente, eir la invigibüidad y en la extensióa de las superficies presentadas por obras numerosas y relativamente dét)iles, que en la acumulación de hormigones y corazas: éstos encontrarán siempre un artificio que dé buena cuenta de ellos; no tendrán nunca más que un valor transitorio de corla duración. »No está lejos el tiempo en que se comprenderá que es preferible sustituir los fuertes hormigonados y acorazados por grandes obras que ofrezcar. largas lineas de perfil ligero, mútuaniente en profundidad, bien protegidos por grandes superficies de defensas accesorias, apoyadas á retaguardia por un grao número d e b o c a s de fuego disimuladas. Hay en este particular una evolución muy clara que se desconoce cuando se reclaman millones para hormigones y corazas.> Fjas palabras del general Langlois son de asombrosa clarividencia. Y no cabe alegar para excusar la confianza de franceses y belgas en sus clásicas fortalezas el desconocimiento de los medios ofensivos alemanes; verdad es que nadie conocía la estructura del famoso mortero de 42, pero había, y no de ahora, barruntos ciertos de la existencia de estas grandes [liezas. En ui. estudio sobre las enseñanzas de la guerra ruso-japonesa, publicado en 1907 1908 en la Revue du genie militaire, se afirmaba ya que Alemania poseía morteros de 30 cm., que otro país había llegado al calibre 45 y que los alemanes hablaban de un nuevo gran mortero. Por razones que acaso se conozcan más adelante, nadie, en Bélgica ni en Francia, había tomado en cuenta tan saludables advertencias. Cerrazón en el horizonte. De Actualidad Financiera: «Parece que es absolutamente cierto que con las naciones contendientes no nos unen compromisos escritos de ningún género; pero aparte de que pudieran existir orales, la índole de nuestras relaciones con Inglaterra es tal, que si nos pidiese un auxilio de 200.000 hombres nos habría de poner en un grave conflicto. Porque el non possumus basado en la falta de armamento, vestuario y municiones, no nos valdría desde el momento que Inglaterra lo suministraría todo y lo pagaría todo. La negativa injustificada, sin causa, podría tal vez producir un rompimiento; y en ese caso bastarían unos barcos dé guerra ingleses en Gibraltar para que todo el ejército de África tuviera que rendirse, porqué lo recibe todo do la Península. El acceder habría de traer grandes complicaciones también. Primero, porque la pública opinión en España está muy dividida en lo que al resultado de la contienda se refiere, y mientras la Bolsa, la Banca, la burguesía adinerada y los partidos extremos son francamente franceses, los carlistas, los neos, los clericales, la aristocracia rancia y una gran parte de los palatinos son francamente alemanes. Hay otro factor casi de mayor importancia, que es el ejército.La oficialidad unánimemente simpatiza con Alemania, y es natural: si nosotros fuéramos oficiales desearíamos el triunfo completo de Alemania, porque sería la consagración del militarismo como base de la Constitución del Estado. Por eso se han recordado ya las dimisiones del 72, y se ha comentado la frase de ir d batirse en clase de cipnyos. Como se ve, el problema es de una magnitud aterradora, y justifica por completo la pública ansiedad. La solución estará en que Inglaterra no solicite nuestra ayuda, pero esto no habrá que esperarlo más que en el caso de que el desarrollo de la guerra no sea contrario á los aliados. Porque es evidente que jamás se ha presenciado una contienda más envenenada. Esa es una guerra de exterminio. Ya no sólo se pelea en los campos de batalla, sino que la lucha es tan enconada ó más en las Cancillerías. Mientras AlemHiiia hace lo imposible porque Turquía se declare á su favor, Inglaterra obliga á Portugal á movilizarse y ofrece á Italia dejarle las manos libres en el Adriático si interviene en el conflicto contra Austria, Claro está que ni los Estados balkánicos ni Grecia permanecerán impasibles si Turquía interviene, y que, por otra parte, si nuestra ayuda material, por las razones antes expuestas, no habría de ser muy provechosa á Inglaterra, es evidente que en el terreno moral nuestra intervención la tendría muy grande, y prueba de ello la labor de prensa que está realizando la Embajada de Alemania en Madrid. Y quien á fines de Junio hubiera pensado que todo esto se iba á realizar en tres ó cuatro meses y lo hubiera dicho, habría sido alojado inmediatamente en una habitación do San Baudilio de Llobregat.» Las inquietudes de Inglaterra. Desde Calais comunican áAB C: «El esfuerzo alemán en el Norte de Francia, más quo contra la República, va dirigido contra Inglaterra. Contra la Gran Bretaña se encaminan las legiones del Kaiser quo operan en Flandes occidental, y cuyo objetivo de marcha hacia adelante es la posesión de Calais y Dunkerque. Los ingleses, hasta ahora, no se habían puesto al alcance de la venganza alemana; se consideraban tranquilos y á salvo de graves daños en sus islas, porque el mar era una barrera al odio que despertara en el imperio germano la conducta británica. Al comenzar la guerra, la Gran Bretaña puso sus huestes en las regiones de la costa francesa y en las de la costa belga. Estos territorios eran los que la generosa Albión —como ahora la llaman los franceses, después de haberla calificado de pérfida —quería librar de la invasión, porque preveía el peligro de la ofensiva alemana. Desde estas costas, Alemania podía asestar golpes terribles, causar graves daños, perturbar la tranquilidad inglesa, con lo que el programa que se habían trazado los subditos de Jorge V sería alterado en su perjuicio. ¿Cuál era este programa? Exponer en la guerra lo menos posible y obtener mayores ganancias que nadie. Con el envío de unos millares de soldados mercenario.s y coloniales, Inglaterra afirmaba su participación en la lucha, al mismo tiempo que defendía las regiones del litoral francés. Su mayor eficacia- para su propio inte- 602 MADRID CIENTÍFICO rea primero, y para e! interés común después—estaba en el mar, gracias á la poderosa escuadra de que dispone. Segura de que la escuadra alemana, inferior en número, no saldría riel Báltico para defender en todos los mares sus barcos mercantes, empezó la caza, la destrucción, el aniquilamiento de la Marina de comercio alemana. Y este gran éxito, con poco gasto y menos sacrificio: ¡un poco de carbón quemado! La guerra así era un juego, un deporte, y la ü r a n Bretaña habría pecado de tonta si no hubiese aprovechado la ocasión que se le brindaba para realizar un sueño tantas veces acariciado—la destrucción de la supremacía comercial alemana—á costa de tan pocos sacrificios. Pero ahora se encuentra Inglaterra con algo que no esperaba. Creía la Gran Bretaña que el objetivo alemán sería París, y que ante él, el Estado Mayor del Kaiser olvidaría á las islas británicas. Los ingleses debieron razonar asi: cTodos los esfuerzos de los alemanes irán contra París, y, entretanto, nosotros seguimos nuestra tarea, fácil y divertida, de apresar ó hundir barcos mercantes alemanes. Colocamos nuestras divisiones en el Norte de Francia para defender los puertos de Calais, Dunkerque, Boulogne. pretextando la ayuda á las fuerzas de la República. Mientras éstas y los alemanes se despedazan en el Este y en la región de Champaírne, por ocupar y defendender París, respectivamente. ¿Que los alemanes son vencedores? Francia desaparecerá como gran potencia. Alemania, aun triunfante, tardará muchos años en reconstruir una marina mercante como la que hemos destrozado. Y mientras la construye de nuevo, malo ha de ser que no podamos azuzarle otra nación. ¿Que Alemania es vencida? Miel sobre hojuelas; Alemania desaparecerá hasta como nación, y Francia siempre nos quedará sometida, porque la haremos comprender que no habría obtenido el triunfo sin nuestra ayuda.» A decir verdad, el plan no estaba mal combinado. ¡Siempre se pudieran hacer las guerras tan cómodamente!... Mas, como digo anteriormente, las esperanzas inglesas empiezan á defraudarse. Amberes está ya en poder de los alemanes, y ese es el comienzo del fracaso del plan inglés. Los soldados del Kaiser se acercan á la costa que la Gran Bretaña quería defender á todo trance. Después de Amberes, Inglaterra ve con estupor y con miedo que el Estado Mayor del Kaiser abando::a el objetivo de París para antes ir á ocupar Calais y Dutikerque, en cuyos puertos quieren plantar sn bandera frente á las costas británicas. Y entonces, ¡adiós tranquilidad inglesa! ¡Adiós esperanzas de pocos sacificios y grandes ganancias! ¡Adiós programa de espera, mientras franceses y alemanes se despedazan! La perspicacia inglesa esta vez se ha pasado de lista; los alemanes no se han dejado seducir por el cabo dorado de París, y antes quieren dar un zarpazo á la potencia inglesa, que creyó obtener un gran botín sin graves riesgos.» Las nuevas escuadras. Al estallar la guerra tenían en construcción las naciones beligerantes los siguientes acorazados y cruceros de combate: Inglaterra. —Catorce superdreadnought, con un tonelaje total de 344.380 toneladas, de los cuales seis fueron botados en 1913, que acaso estén ya en situación de prestar servicio. A estos 14 hay que agregar los dos que Turquía tenía encargados, y que al estallar la guerra fueron retenidos por Inglaterra. Francia, además del France y del P a r í s , que ya deben estar navegando, tiene en construcción ocho superdreadnought, con un desplazamiento total de 193.681 toneladas. Tres fueron botados al agua en 1913, y se activa su terminación para que se incorporen á la escuadra. Rusia debe tener ya prestando servicio en el Báltico cuatro grandes acorazados de 23.000 toneladas, cuyo armamento estaba terminado el mes de Julio, cuando en la rada de Cronstad se celebró la revista naval en honor de Poiiicaré. En los astilleros de San Petersburgo se construyen actualmente cuatro grandes cruceros, y en los astilleros de Nicolaieft, en el Mar Negro, tres acorazados, de los cuales dos ya han sido botados. Rusia podrá incorporar á su escuadra antes de fin de año seis de los once superdreadnought que está construyendo. Alemania debe haber incorporado ya á su escuadra cuatro acorazados de 26 575 toneladas que estaban casi terminados. En construcción tiene otros tres de 29.000 toneladas; pero están muy retrasados. También construye actualmente cuatro cruceros, de los cuales dos estarán en disposición de combatir en muy breve plazo. Austria incorporará, antes de que termine el año, dos acorazados á su escuadra. Al romperse las hostilidades estaban ya prestando servicio dos recién construidos, y se hacían los últimos ensayos del Print Eugen. En resumen: los aliados reforzarán sus escuadras antes de fin de año con 17 acorazados, y Alemania y Austria con seis. Por tierra, más que por mar. De El Imparcial: «Para el enorme poder naval de Inglaterra no significará nada media docena de barcos, mas significati mucho, sin embargo, esos siniestros para el espíritu del pueblo inglés. Tarda en llegar la hora de un combale glorioso en que á costa de grandes pérdidas triunfe el más hábil y el más fuerte. Los ingleses saben que esta primacía no puede hoy disputársela nadie, y el resultado de una batalla naval no les preocupa. Pero ahora ven burlada la superioridad por un adversario que no lucha, y temen que esta situación se prolongue indefi- y rudamente, lo que equivaldría á convertir la guerra en un conflicto continental, para el que Inglaterra tiene escasamente los recursos de una nación de segundo ó tercer orden. En el continente, Inglaterra podría ser una gran potencia. No lo es hoy. Aguardando uno, dos, tres años, es seguro que movilizaría un millón, dos, tres millones de hombres, y hasta es posible que hiciera de ellos admirables soldados y que improvisara lo más difícil: la oficialidaii. Pero ¿y mientras tanto? Alemania ha prescindido de su marina. Ha sacrificado sus colonias, que una á una acabarán por rendirse todas. Ha desistido de asomarse al mar del Norte, como no sea para las sorpresas encomendadas al cauteloso ministerio de los submarinos. Ha renunciado también á combatir en el Báltico. De este modo Inglaterra, país marítimo, ve que su gran enemiga no muestra m a s q u e la arboladura, y el casco es invuluerablí!, porque se halla al abrigo del continente. Muy difícil va á ser llegarla al corazón. En cuanto al bloqueo, arma formidable, capaz de acabar con la vida comercial de un pueblo, acaso no opinen ya lo mismo los aliados que en el momento de emprender la guerra. ¿Es un heclio el bloqueo? Teniendo libre el Báltico y propicia la amistad de Holanda, Dinamarca, Suecia y Noruega, ¿podrá decirse que Alemania esté incomunicada con el mundo? El interés es un estímulo tan poderoso que fuerza todos los bloqueos. Pero si esto no era bastante, Austria no ha perdido hasta ahora la puerta abierta de Rumania. El bloqueo es, por MADRID CIENTÍPICO consiguiente, muy relativo. Podría decirse cou frase gráfica que ahoga, pero no mata, y en esta guerra á IiHierte es preciso emplear procedimientos decisivos. Por estas razones y por el avance de los alemanes hacia los puertos del cana! de la Mancha, Inglaterra irá viendo que cada día le toca más de cerca esta guerra, empezada con cierto ademán caballeresco, no exento de displicencia. Es una guerra en !a que se lo juega iodo, y, á nuestro juicio —mientras los hechos no demuestren otra cosa,—se lo juega en tierra. En tierra, en tierra francesa y en tierra belga es donde han de contener los aliados el empuje de Alemania.» La ruina de Europa. Dice Gómez Carrillo en El Liheral: «Cuatro Estados europeos serán los únicos que lograrán salvarse de la ruina: en e\ Norte, Suecia y Noruega; en el Sur, España y Portugal. Los demás, aun no siendo beligerantes, tienen que movilizar sus tropas y comienzan ya á notar las consecuencias materiales del conflicto.» Esto lo dice un eminente economista francés, M. Paoul Louis. Y luego, calculando lo que ha de pasar si la guerra dura más de seis meses, asegura que jamás se habrá visto en ninguna época de la Historia una miseria mayor en Europa. Son terribles las cifras actuales. Los 87.000.000 de francos que forman el presupuesto de entradas diarias de las seis grandes potencias europeas en tiempos ordinarios, no bastarían ahora ni para pagar la tercera parte de lo que los ejércitos cuestan cada veinticuatro horas. Según la estadística del coronel Henke, un año de guerra costaría: A Alemania, 14.000.000.000. A Francia, 14.000.000.000. A Rusia, 19.000.000.000. A Austria, 9.000.000.000. Lo que firma un total de 56.000 millones de francos, sin contar á Inglaterra. AViora bien; por más sacrificios que los beligerantes quieran hacer, resulta imposible que logren reunir todo ese dinero. Los más ricos Estados, como Francia é Inglaterra, disponen de reservas de oro y plata que pueden, en tiempos ordinarios, llegar á cinco ó seis mil millones. Pero eso no d u r a r á sino cuatro meses, aproximadamente. En seguida será necesario comentar á buscar nuevos recursos. «¿Cómo harán estos grandes países—pregunta Paoul Louis—, cuando en tiempos normales se ven en graves dificultades para encontrar unos centenares de millones? No hay que olvidar, por otra parte, que cuando calculamos que los productos ordinarios son de 87 millones diarios para las seis grandes potencias juntas, nos referimos á las épocas ordinarias. Ahora los productos de las contribuciones han disminuido ya en proporciones considerables, y cada día disminuirán más. En cuanto á los empréstitos, interiores ó extenores, de pocos socorros serán. ¿Quién va á prestar, puesto que los países que, en general, son los que tienen que pedir prestado? De Octubre de 1870 á Febrero de 1871, la Delegación francesa no pudo conseguir sino374.000.000. Para un lapso de tiempo igual, Francia necesita ahora 4.500,000.000, por lo menos.» La guerra naval. Del cronista de La Correspondencia: «El otoño es fatal para los marinos. Y eu esas aguas del Norte de Europa, donde ahora se vigilan dos escuadras formidables, los duros temporales de Poniente 603 pondrán á prueba la pericia y resistencia de ingleses y germanos. Los primeros, especialmente, obligados á sostener sus espíritus en constante y dolorosa tensión, teniendo que navegar frente á coatas inhospitalarias, refugio de rivales siempre en acecho, nido de esos «niños azules» — que así llaman los alemanes á sus submarinos, —que se lian inipuesto la misión de debilitar poco á poco, tras embestidas audaces, la potencia enorme de la Marina inglesa, habrán de recurrir á las reservas de energía sobrehumana que duermen en sus almas templadas como el acero, para que su patria no peligre... Los marinos de Garmania, tranquilos en sus puertos de guerra, descansan y esperan. Saldrán cuando lo crean oportuno. Los de Inglaterra, que no pueden elegir momento, que ven en cada hora del día y de la noche la decisiva y crítica, deben estar sípuipre apercibibi)S, dispuestos al choque espantoso. ¡Y cómo anhelarán que llegue el instante supremo! ¡Cun qué rabia fría, implacable, condensación terrible de meses de angustia, se arrojarán sobre la flota alemana, si la descubren,arrogante,desafiadora, salir del Elba y del Wesser, decidida á la destrucción ó á la victori»! ¿Dónde tiene Inglaterra sus dreadnoughts, es decir, la base y sustentación de su incontrastable poderío marítimo? Seguí amenté que no cruzarán incautos de Plymouth á Christiansund, paseando sus arrogancias sobre unos mares por cuyo fondo navegan adversarios invisibles. De fijo que permanecerán, dispuestos á zarpar, pero inmóviles, en las bahías de Escocia, en Rosyth, por ejemplo, defendidos contra los torpedos traidores por tupidas y resistentes redes metálicas y por lineas de obstáculos de forzamiento imposible, mientras sus tripulaciones vigilan las ei\tradas por donde forzosamente atacaría el enemigo.» Los buques en corso alemanes. Publica Le Journal un artículo acerca de los daños causados por los buques de guerra alemanes en los Océanos, no obstante la vigilancia de Inglaterra. Estos buques son los siguientes: Cruceros armados.—«Scharnhorst», 11.420 toneladas, construido en 1908, 650 tripulantes; iGneisenau», 11.420,1908,650. Cruceros de cc»ttfca<e.-«Goebeni, 22 600 toneladas, construido en 1911. Creceros ¿tueros.-«Dresden»,3.544 toneladas, construído en 1908, 348 tripulantes; «Karlsruhe», 4.850, 1913, 373; «Koenigsberg», 3.3Ó0, 1907. 295; «Nuremberg», 3 350, 1908, 295; «Emben», 3.544. 1909,320; «Leipzig»; 3.200, 1906, 296; «Geiei », 1.597, 1896, 165; «Breslau», 4.500, 1911, 165 A continuación van los sitios donde han sido vistos por última vez los buques alemanes; En el Atlántico.-^^ «Dresden», el 26 de Agosto én las costas de Santa María la Grande. El «Karlsrube», el 18 de Agosto, á 180° Este de las Barbadas. En el Pacífico.—K\ «Emden», el 28 de Septiembre en la batiía de Bengala. El «Koenigsberg», el 6 de Agosto en las costas de Sosotra. El «Leipzig», el I* de Octubre cerca de Callao (Perú). El «Scharnhorst», el 22 de Septiembre en Palisti. El «Gneisenau», el 22 de Septiembre eu Papiete. El «Ge ier», el 1.** de Octubre en las Carolinas, En los Dardanelos,—El «Goeben» y el «Bi-esiau». 604 MADRID CIENTÍFICO EL INGENIERO Las matemáticas y el íflgeniero. Hace liempo que se discute en sus iiiúlliplea aspectos esta interesante cue.itión de la importancia du las matemáticas en la preparación de los ingenieros y del papel que han de desempeñar también en el estudio de las ciencias propias de la especialidad y en el ejercicio de la carrera. Nuestros lectores recordarán, sin 'luda, ¡aa brillaníe.s conferencias dadas sobre este asuirto en el Instituto de Ingenieros civiles por varios distinguidos miembros de aquella Asociación y publicadas en MADRID CIENTÍFICO. Por la importancii* del asunto, publicamos boy también ios cueslioiiarioa redactados por la Comisión internacional creada en el IV Congreso internacional de matemáticos celebrado en Roma en 1908 y encargada de proceder al examen comparado de los planes de estudio y métodos de enseñanza de las matemáticas en las distintas naciones. Dicbos cuestionarios son los que ban servido de base á los informes presentados y disentidos en la última conferencia verificada en París y de cuyos resultados liaremos cuenta en otro número de esta Revista. Insertamos también á continuación alguiios párrafos del interesante discurso pronunciado en la sesión de •ipertura de dictia conferencia por M. O'agne, ingeniero-jefe de puentes y calzadas y profesor de la Escuela Politécnica y de la de Ingenieros, sobre el tema El papel de lus matemdticns en Ins ciencias del ingeniero. He aquí los cuestionarios que el Comité central envió pira su contestación á los miembros de la conferencia residentes en las diversas naciones: CUBSTIONARIO PARA LA SUBCOMISIÓN A , SOBRE I.A INTRODUCCIÓN DR LAS PRIMERAS NOCIONES DE CÁLCULO DIFERENCIAL É INTEGRAL EN LAS ESCUELAS MEDIAS. Observaciones preliminares. 1. —El Comité central redacta este cuestionario para recoger informaciones sobre las materias y método de exposición de este importante capítulo del plan de estudios de la enseñanza media, y advierte una vez más, que no tiene preferencia por ninguna tendencia determinada, pues lo que ante todo se propone es contribuir .1 que se conozcan los distintos puntos de vista y los resultados obtenidos. 2.—Consideramos como escuelas medías los establecimientos de enseñanza secundaria superior designados con los nombres de liceos, gimnasios clásicos ó reales, etcétera ó establecimientos similares de los diversos países. Sería conveniente tener también informes sobre lo que en este particular se hace en las Escuelas normales. I.—¿En qué proporción han sido introducidas las nociones de cálculo diferencial é integral en las escuelas medias de vuestro país? Deseamos que se nos informe especialmente sobre \'is siguientes puntos: a) ¿Se limita el cálculo diferencial á las funciones de una variable, ó se estudian también las funciones de Varias variables? b) ¿A qué funciones se aplica el cálculo diferencial? c) ¿Se estudia cálculo integral? En caso afirmativo: ¿Con arreglo á q n é programa? d) ¿Se expone el teorema de Tayloi? e) ¿Se integran ecuaciones diferenciales simples? ¿Cuáles? II.—¿Qué grado de rigor se emplea en la ititrodticción de los conceptos fundamentales y en las demontr aciones'^ a) ¿No se hace más que una introducción geométrica al cálculo diferencial, sin adoptar de un modo expreso la noción de límite, ó se utiliza esta noción? Eu caso afirmativo, ¿se demuestran con todo rigor ó se dan como evidentes teoremas tales como lim. — = ? a lun. a b) ¿S) hace uso de las diferenciales? En caso afirmativo, ¿se presenta el cálculo diferencial como una especie de cálculo aproximativo, ó se calcula con infinitamente pequeños como con magnitudes que existen realmente? c) ¿Se tiene ó no en cuenta el resto en el teorema de Tiiylor? d) ¿S) indica la existencia de funciones no derivables? e) La noción de número irracional, ¿se presenta bajo una forma rigurosa, ó se menciona sólo ocasionalmente, por ejemplo, al tratar del cálculo de radicales? III.—¿Cuáles son las consideraciones metódicas seguidas en la introducción al cálculo diferencial é integral'í a) Dicha introducción, ¿está ya preparada en las clases precedentes por un estudio apropiado de las funciones simples y de su representación gráfica, de modo que estas nuevas materias no constituyan un suplemento al programa, sino un capítulo que se refiere á algo ya visto anteriormente? 6) ¿Se emplea la notación diferencial de Leibnitz ó se representa las derivadas é integrales de otro modo? c) ¿Empieza la exposición por el cálculo diferencial ó por el cálculo integral, ó se estudian simultáneamente aml)os? d) La integral, ¿es presentada como límite de una suma (integral definida) ó como función primitiva (integral indefinida)? Si se opera de ambos modos, ¿en qué orden y en qué lugar se exponen estas dos nociones? e) ¿Se hace uso de manual? ¿Cuáles son las obras características que se tienen en cuenta?(Indicación completa del tílnlo, editor y edición.) IV.—¿Qué aplicaciones se hacen del cálculo diferencial é integral en este primer grado? Ciertas cuestiones de Análisis, Geometría ó Física que utilizan la noción de límite y que por su importancia estaban ya parcial ó totalmente introducidas en la enseñanza, ¿'<e relacionan ahora directamente con el estudio del cálculo diferencial é integral, para poderlas exponer más brevemente? Señalamos, sobre todo, Jos puntos siguentes: a) La teoría de máximos y mínimos. h) Si se estudia la serie de Taylor, ¿qué funciones se desarrollan en serie entera? c) Si se tiene en cuenta el resto en la serie de Taylor, ¿se hace, uso de las series enteras para la interpolación, para la extrapolación ó para el cálculo de errores? d) Si se estudia el cálculo integral, ¿se aplica al cálculo de las áreas (por ejemplo, de la parábola, de la elipse) y al cálculo de volúmenes? «) ¿Para qué conceptos fundamentales de la meca- MADBID CIEMTIFICO nica (velocidad, aceleración, trabajo, momento de inercin, etc.) se hace uso del cálculo diferencial é integral? f) Igualmente en Física, y en particular en la óptica (curvas, envolventes, etc.) y en la Electrodinámica (líneas de fuerza, etc.) V.—La introducción del cálculo diferencial é integral, ¿ha producido reducción en el plnn de esludios suprimiendo otras téoríasV ¿Cudlei? Vl.—¿Cudhs son los resultados obtenidos por la introducción del cálculo diferencial é integral? ¿Se ha reconocido ésta como una reforma necesaria? ¿Qué oposición y qué aprobación ha encontrado? En particular, ¿qué opinan lus profesores ile Matemáticas y de Física? Añádase cualquier otro punto importante relacionado con la misma cuestión y no mencionado en este cuestionario. C U E S T I O N A R I O D E LA SUBCOMISIÓN B , R E S P E C T O Á LA P R E - PARACIÓN MATEMÁTICA DE LOS INGENIEROS. I. - Generalidades. ¿Cómo está organizada en Ja enseñanza superior la preparación para las carreras de ingenieros? ¿Se da antes de ingresaren las Escuelas superiores una enseñanza particular, como las matemáticas en Francia? ¿Hay establecimientos especiales (Escuelas técnicas superiores) para la instrucción de los estudiantes de ingeniero, ó no hay más que subdivisiones en las Universidades, ó ambas cosas simultáneamente? Parte de la preparación y, en particular, la preparación matemática, ¿se hace en común con otros estudiantes, por ejemplo, los de Ciencias matemátio»s ó iiatnrnies? 11.—Naturalesa de la enseñanza. La enseñanza matemática, ¿se dirige á una preparación general y es idéntica para los estudiantes de las distintas especialidades técnicas, ó hay separación, según esas distintas especialidades y hay al mismo tiempo una adaptación de la enseñanza á las necesidades particulares de cada categoría? III.— Régimen escolar. ¿Cuánto tiempo se deslina á la preparación matemática de los alumnos de ingeniero? ¿Hay cursos y trabajos prácticos bien definidos por programa detallado y asistencia obligatoria y comprobada, ó la enseñanza tiene por base una libertad universitaria que en ciertos limites permite á los profesores elegir las materias y los métodos y á los alumnos los cursos y la participúción más ó menos efectiva en la enseñanza? ¿Cómo se hacen los exámenes? Vi.—Materias y métodos. ¿Hasta dónde se llega en la enseñanza de las matemáticas á los alumnos de ingeniero? (Hasta qué límites, por ejemplo, se trata de las ecuaciones diferenciales.) ¿Qué grado de rigor se emplea en las definiciones y demostraciones? ¿Se emplean modelos ó aparatos en la enseñanza? ¿Se utilizan los nuevos métodos de aproximación? ¿Se completa la preparación para ciertas categorías, por ejemplo: para los electricistas con cursos de Matemáticas superiores? ¿Se estudia separadamente la Geometría analítica y él análisis superior, ó reunidas en un gran curso único, que comprende todo el cálculo eu las Matemáticas superiores? ¿Para qué cuestiones y con qué importancia se emplean los métodos gráficos en la enseñanza matemática? ¿Qué extensión se da á la Geometría descriptiva? ¿Hay un curso especial de Mecánica analítica, ó se enseña la mecánica á los futuros ingenieros en forma de mecánica aplicada? ¿Qué relaciones tienen la Topografía y la Geodesia con las matemáticas? V. - Libros. ¿Cuáles son ios libros de texto usados? (Indicación completa del título, editor y edición.) 605 VI. - Personal docente. Los profesores encargados de los cursos de Metemáticas, ¿proceden de la carrera de Ciencias matemáticas? ¿Son matemáticos puros ó tienen conocimientos en una ó varias ramas de la ciencia aplicada? ¿Son ingenieros autodidácticos, que no teniendo más conocimientos matemáticos que los que recibieron en su carrera, han completado por sí mismos su instrucción? Yll.—Complementos. Añádase cualquier cuestión interesante no consignada en este niealioiiario. VlU.—Ebtadistica. Consígnense cifras de cursos, alumnos, establecimientos, etc., en el año último. PÁRRAFOS DEL DISCURSO DE M. OcAGNE. «Examinemos ahora con un poco más detenimiento, y á la luz de algunos ejemplos, de qué diversas maneras sirven las matemáticas á la técnica. »Por de pronto, es preciso consignar que la teoría matemática ha sugerido en ocasiones el descubrimiento de hechos experimentales de inmediata aplicación técnica. Basta recordar á este objeto la génesis de las ondas hertzianas, nacidas de la necesidad de someter á la comprobación experimental la teoría absolutamente matemática de las ondas electromagnéticas descubiertas por el maravilloso genio de Maxvell. La teoría matemática permitió igualmente á Green descubrir varias leyes de la electrostática anteriormente á la época en que Faraday las puso en claro por la vía experimental. »En un orden de ideas en correlación, quizá, más estrecha con lo que generalmente se enliende por técnica, ¿podrá negarse la repercusión que el desarrollo de la termodinámica tuvo en los perfeccionamientos realizados en la construcción y empleo industrial de las máquinas térmicas? ¿Y puede llegarse á la plena comprensión de principios tan delicados como los de la termodinámica sin una intensa educación matemática? »Pero, aun allí donde las comprobaciones experimentales se han adelantado á las deducciones de la teoría, ¿no encontramos muchas cuestiones sobre las cuales permanecen estacionarios nuestros conocimientos durante mucho tiempo, hasta qcie el empuje ejercido sobre ellos por la teoría matemática los hace progresar bruscamente? Ejemplos de esto fon las pacientes investigaciones de Boussinesq, continuación de las de Barré de de Saint Venaut en los dominios de la elasticidad y de la hidrodinámica. Característico es, á este respecto, el problema de la propagación de las ondas liquidas en los tubos elásticos, al cual ha consagrado recientemente M. Boulanger un estudio magistral. Mucho tiempo estuvo indecisa la solución de este problema por falta de una base matemática suficiente. Y es de un interés capital para el Ingeniero liidráulico, porque leda la clave del fenómeno llamado golpes de ariete, de gran importancia, como es sabido, en las grandes conducciones de alimentación de las fábricas hidroeléctricas por las complicaciones que origina para la regulación de las turbinas. Pues bien; ahora se sabe que esta cuestión se relaciona con el estudio de una integral discontinua de una ecuación con derivadas parciales de segundo orden, del tipo hiperbólico, y la discusión de esta cuestión á la luz de esta teoría matemática, ha producido en el terreno experimental, y consiguientemente en el de las aplicaciones, inducciones muy fecundas. • La teoría de los explosivos no ha podido igualmente Ser desarrollada por d'Hugoniot, Chapman y Jouguet hasta que se ha apoyado en la nocién puramente analítica de las ondas del choque, debida á Riemanu. >E1 dominio de la electrotécnica es extraordinariamente fecundo en ejemplos, en los que se vé cómo 606 MADRID CIENTÍFICO -ciertas caestionen técnicas se aclaran por la luz que sobre eJIas proyectan las matemálicas superiores. Ejemplo de esto es la explicación dada en 1911 por M. Boucherot de los enormes aumentos de intensidad comprobados en los cortos circuitos de los alternadores, du donde ha deducido las precauciones que hay que tomar para limitar dichos aumentos de intensidad. La solución depende de ecuaciones diferenciales lineales, cuyos coeticieotes son funciones sinusoidales del tiempo en el caso de alternadores monofásicos, ecuaciones cuya integración no ha podido ser obtenida más que por aproximaciones. En el caso de los sistemas polifásicos un cambio de variables convierte á los coeficientes en constantes. >Otros ejemplos encontraríamos en el efecto Kelvin (Skineffect) en los conductores de corrientes alternas, relacionado con la integración de ecuación de derivadas parciales. (Cuestión de gran interés práctico, porque interviene en el cálculo de la resistencia aparente de los railes para la tracción monofásica.) Y otros en las aplicaciones que en los estudios de electrotécnica están adquiriendo la: cantidades imaginarias que los matemácos puros estudiaron in abstracto, sin sospechar siquiera que habían de relacionarse más tarde con los fenómenos eléctricos. >I)el desarrollo de las teorías matemáticas de la elasticidad y de la hidrodinámica vendrá igualmente el desarrollo de las ciencias técnicas llamadas Resistencia de materiales é Hidráulica, estacionadas, por decirlo así, mientras no se han apoyado más que en las matemáticas elementales. }La lentitud con que se desenvuelve la teoría de la aviación, estriba, sin duda, en que el camino que recorre está erizado de obstáculos por nuestra incapacidad para resolver los problemas generales del movimiento de un sólido en el seno de un fluido. Algunos casos sencillos han sido abordados por Helmholtz y Kirchhoff y otros más complejos por Greeiihill, Levi-Civita y Villal, en los que se ha visto que ofrecen aplicaciones muy delicadas y muy difíciles de dos cuestiones de alto análisis, la de las representaciones conformes y la do las funciones elípticas. Esto permite suponer á qué nivel de las ciencias matemáticas se encontrarán las nociones que intervienen en los casos generales. Pero hay que esperar que también en esta importante materia los progresos de la teoría, apoyados, como es consiguiente, por resultados experimentales, acabarán por descorrer los velos que nos ocultan todavía el misterio de estos fenómenos extraordinariamente complicados. sEu diversas ocasiones he señalado las intuiciones á que puede conducirnos la teoría matemática, aunque no nos permita alcanzar el fin extremo perseguido por la técnica. Pero, aun limitada á esto, no es despreciable el papel de esta teoría, ya que por ella, y si es preciso con algunas hipótesis simplificativas, realizamos lo que yo llamaría un análisis cualHaíivo de los fenómenos que interesan al técnico, á falta del aitáUsis cuantitativo, que sería el que respondería plenamente á sus necesidades. Claro que el Ingeniero no se contentará siempre con esto. Necesita, en fin de cuentas, para fijar todos los elementos de un proyecto, llegar á una decisión firme, y, si la teoría es impotente para dictársela, recurrirá á los datos de la experiencia, recogidos independientemente de toda teoría a priori. ¿Y va á termiuHr aquí el papel de las matemáticas? Creo lo contrario: que cada vez va adquiriendo mayor importancia. »Cierto que algunos Ingenieros ocupados solamente en esa práctica diaria y corriente, creen tener suficiente con algunos conocimientos de matemáticas elementales. No opino como ellos. Esas fórmulas, pura y simplemente empíricas, que tanto abundan en los manuales usados por los ingenieros, sin ninguna indicación, ni de su origen, ni de los límites entre los cuales se pueden considerar aplicables, impiden, en muchos casos, comprender bien los hechos experimentales que con ellas se pretende expresar. Son un escándalo en el dominio de las ciencias técnicas. Y no es su mayor defecto 8u falla absoluta de verdadera significación. Con frecuencia so" un verdadero peligro, pues, como ha dicho el gran ingeniero y constructor italiano Luigi, «muíchos graves fracasos ocurridos durante la realización »de ciertas construcciones, hay que achacarlos, ante »todo, á la insiificiencia de las fórmulas empleadas.» >Es preciso repetir que muchas de estas fórmulas empíricas, obtenidas por simples tanteos sin el apoyo de ninguna consideración teórica, pueden estar desprovistas totalmente de valor en casos que se aparter. aunque sea poco de aquellos que las originaron, y su empleo entonces conduce á conclusiones completamente erróneas. »Las matemáticas pueden intervenir útilmente para fijar el modo racional de expresión analítica á que conviene recurrir para adaptar los resultados de la experiencia á la previsión de ciertos hechos del dominio de la técnica. La determinación de los valores numéricos que debe adoptarse para los coeficientes será lo único que haya que pedir al émpirisran. Citaré como ejemplo el notable estudio publicado por M. Jean Resal, ingeniero de puentes y calzadas, sobre el cálculo de los muros de cemento armado, que es un modelo digno de imitación, del empleo de la teoría matemática para el establecimiento racional de fórmulas con coeficientes empíricos, donde la teoría, por sí sola, no puede llegar al punto en que sus resultados serían inmediatamente utiíizables en la práctica. >M. Jean Resal, una autoridad en la construcción reconocida por todos, es de los qae hacen la guerra á esas fórmulas cdesprovistas de todo fundamento y »8Ín relación ninguna con la verdad», según él di'-e. Protesta sobre todo contra la tendencia de referir toda representación preferentemente á la forma parabólica, ya que á veces las necesidades lógicas imponen otras, como ocurre con la variación del peso de los puentes metálicos, según su longitud que, como él ha indicado, debe adoptar necesariamente una forma hiperbólica. »Por mi parte me peTmito formular esta pregunta: el ingeniero, hombre de progreso, ¿puede, en verdad, resignarse á no avanzar más que por tanteos, sin pretender penetrar el sentido de los fenómenos que se presentan en los sistemas materiales sobre que opera? >Sí, como dice M. Marbec, el ingeniero no puede limitarse á pensar sin obrar, como el matemático puro encerrado en su torre de marfil, tampoco debe obrar sin comprender.» OISPOSICIOHES OFICIJILES Demarcación de zonas no registrables para explotación minera. La atribución al E s t a d o de la facultad d e reservarse ciertos criaderos minerales, fué asunto de un proyecto d e ley p r e s e n t a d o á las Cortes en i." d e Julio último. Habiéndose i n t e r r u m p i d o luego las sesiones sin q u e d a r aprobado, el Ministro de F o m e n t o , durante el interregno parlamentario, se ha anticipado á la acción legislativa, dictando un Real Decreto. MADRID Se declara en dicho Decreto, q u e lleva la fecha de i.° de O c t u b r e , que aun cuando la legislación vigente consigna libertad absoluta para solicitar toda clase de terrenos francos, sin necesidad de q u e exista mineral descubierto, no podrán entenderse como tales los que denuncie el Instituto Geológico, para efectuar investigaciones de primordial interés para la nación. E n t r e estas materias se indican preferentemente las sales potásicas, los nitratos, los fosfatos, los p e t r ó leos, los azufres, las hullas y en general, las substancias minerales que pueden servir como abonos agrícolas ó como materia prima para la fabricación de los mismos, así como aquellas que se considere indispensables á la defensa del territorio ó al desarrollo económico de la agricultura nacional. Al Instituto Geológico corresponderá señalar los terrenos ó zonas q u e conviene iiacer objeto de la expresada reserva ó exclusión de registro y para la mejor realización de ese cometido se organizarán, bajo su dirección, secciones auxiliares de investigación en los distritos mineros, pudiendo formar p a r t e d e ellas cuantos Ingenieros de Minas españoles hayan ayudado con trabajos geológicos mineros ó hidráulicos al Instituto Geológico, ó sean a u t o r e s de Memorias por él aprobadas ó publicadas. L a reserva de t e r r e n o s en favor del Estado, será de tres cUses: provisional, para el estudio de los mismos; temporal, cuando se haya de p r o c e d e r á la investigación,y definitiva, sise resuelve e m p r e n d e r el aprovechamiento. La provisional puede ser dispuesta por el Instituto Geológico. Y d e s p u é s , previo informe del Consejo de Minería, el Ministro de F o m e n t o resolverá si se ha de elevar á temporal ó si debe desistirse de la investigación, declarando franco y registrable el t e r r e n o . En el p r i m e r caso, puesta en conocimiento de la Jefatura de Minas respectiva la toma de consideración d e un t e r r e n o ó criadero, se fijará exactamente el p e r í m e t r o y clasificación de la zona reservada y la duración que por de p r o n t o se señala á dicha exclusión. Si las investigaciones ejecutadas llegan á poner al descubierto la riqueza perseguida ó d e m u e s t r a n ind u b i t a d a m e n t e su existencia, podrá convertirse en definitiva la reserva á favor del Estado de todo ó parte del t e r r e n o exceptuado t e m p o r a l m e n t e . El E s t a d o podrá enagenar, arrendar ó explotar por su cuenta los criaderos minerales q u e se r e s e r v e , en las condiciones que disponga la ley de Minas, ó en su defecto una ley especial para cada caso; pero, de mediar un adjudicatario, se le impondrá la obligación de explotar el criadero, siempre q u e causas justificadas no lo impidan, y, asimismo, la intervención del Estado en cuanto á la producción y venta de los p r o d u c tos, la prohibición d e e x p o r t a r éstos y, en fin, si se trata de substancias que en d e t e r m i n a d a s circunstancias puedan ser indipensnbles á la defensa nacional, la obligación d e aprovisionar p r e f e r e n t e m e n t e los dep a r t a m e n t o s ó servicios nacionales que necesiten di- CIENTÍFICO 607 chas substancias, dando este empleo á toda la producción, si fuese preciso. P o r expresa consignación en el texto de este mismo decreto, se aplican por de pronto sus disposiciones á la zona de Cataluña en que se denunciaron yacimientos de sales potásicas, declarándose q u e el estudio efectuado por el Instituto Geológico en las provincias de Barcelona y Lérida, reúne todos los requisitos iu' dicados para motivar una reserva temporal de terrenos, reserva ó exclusión de registro q u e abarcará la superficie comprendida d e n t r o del p e r í m e t r o poligonal rectilíneo d e t e r m i n a d o por cada una de las Casas Consistoriales de Balaguer, Tárrega, Igualada, Manresa, Vich, Berga é Isona; p e r o se respetan ó exceptúan de lo dicho los terrenos q u e , habiendo sido solicitados con anterioridad á la publicación de este decreto en la Gaceta (que fué el día 2 de O c t u b r e último), puedan ser concedidos con arreglo á las disposiciones vigentes. L a referida exclusión temporal durará dos años, sin perjuicio de las ampliaciones ó reducciones á q u e haya lugar, con arreglo á lo q u e en el texto de este d e c r e t o y en el de 28 de Junio de 1910 se dispone. En su virtud, las Jefaturas de Minas de los distritos de Barcelona y Lérida dejarán de tramitar las solicitudes de registros de sales potásicas q u e se pudieran p r e s e n t a r , al advertir q u e el punto de partida ó los terrenos comprendidos en la designación están incluidos en el p e r í m e t r o q u e se reserva el Estado, y asimismo suspenderán la tramitación, cuando en el curso de ella se comprobase q u e la designación se internaba d e n t r o del perímetro expresado, limitando en todo caso la concesión á la p a r t e que pudiera quedar p o r fuera de dicha p e r í m e t r o . Asimismo habrán de s u s p e n d e r la tramitación de concesiones mineras solicitadas mencionando otra clase de mineral, siempre q u e se comprobase la existencia industrial de sales potásicas en los terrenos de que se tratase. El Reglamento de Teléfonos. El nuevo Reglamento del servicio telefónico ha sido aprobado por disposición ministerial de fecha 20 de Junio, y su publicación en la Gaceta se ha hecho en el n ú m e r o del día 11 de Julio, pero conteniéndose en el texto q u e dicho n ú m e r o de la O a « / a insertó algunos e r r o r e s de copia de cierta importancia, conviene hacer notar q u e se ha publicado la rectificación de los mismos en el n u m e r o de la Gaceta correspondiente al 17 d e O c t u b r e , al cual deberá, p o r tanto, acudirse para conocer el t e x t o efectivo de los artículos del R e glamento equivocados en la primera inserción. Los artículos á q u e se refiere la rectificación y que ha habido que reproducir ó completar, subsanando los e r r o r e s padecidos, son el 34,47, i i o , 125 y 128. t < a i g a s e « n a a i i e a l c l a n a a n t * á toa l a a t o v e a 7 s u s a v l p t o n a s , eocoo s e B a l a d o l a v o v , q u a a l t a n al n o m b v a da ) a a D t t l D C I B ) l T Í p i c o a u a n d o b a g a n padldos á nuestpos a n u n a l a n t a s . 608 MADEÍD CIENTÍFICO INFORMACIÓN La protección á las industrias metalúrgicas. Abierta información por la Junta de Iniciativas para el estudio de ios medios de fomentar las industrias metalúrgicas, he aquí las conclusiones de la Cámara de Industria de Madrid: 1.a Que se vea el medio de que por la Compañía de los Caminos de hierro del Norte de España se tarifique el transporte del lingote de hierro y de los hierros laminados desde los centros productores de Vizcaya, Asturias y Santander, al mismo tipo por tonelada-kilómetro que estén tarifados para el transporte entre Barcelona y Madrid. 2." Que se reduzca la cuota de contribución industrial impuesta á la fuerza motriz, subordinándola al valor de la máquina motora, ó á su consumo anual de energía, y que se establezca y actúe la Junta de contribución industrial y de comercio, de que se habla en el artículo 16 del proyecto de ley de 10 de Diciembre de 1912, presentado á las Cortes por el Sr. Navarro Reverter. 3.^ Que se vea la manera de alentar la implantación de itidustrias nuevas en Madrid, eximiéndolas de toda tributación durante los primeros años, y además recabando la cooperación del Municipio para que, por la creación de zonas industríales, ó de la forma que considere más conveniente, se faciliten terrenos, eximiendo á las instalaciones de todo lin>>je de arbitrios y gabelas municipales; y 4." Que se procure á todo trance simplificar y reformar los preceptos por que se rige la Administración del Estado. Por su parte, la Sociedad de Altos Hornos de Vizcaya, en el informe que ha enviado, después de razonado preámbulo, dice considerar imprescindible lo siguiente: 1.° El mantenimiento de los derechos señalados en el vigente arancel como margen mínimo de protección á Jos artículos siderúrgico». 2." La continuidad en la tendencia iniciada de reservar á la producción nacional la fabricación de los artículos exigidos para los servicios y obras del Estado, provincias y municipios, y asimismo para los trabajos á cargo de empresas concesionarias. 3.0 La realización con urgencia de los proyectos de obras pendientes de ejecución, y preferentemente la subasta de los 46 kilómetros de puentes que faltan por habilitar en carreteras y caminos tiacionales, la aprobación de los planes de ampliación de la esckiadra y la realización del de ferrocarriles secundarios, mediante la adopción, si fuere preciso, de bases de mayor estímulo para los concesionarios. 4 ° Supresión de impuestos que ahora gravan la exportación de hierros y aceros, extendiendo á estos productos la exención concedida en ley de 29 de Diciembre de Í910 á vinos, aceites, cereales y frutas, y 5.0 Establecimiento de un régimen equivalente por sus efectos al de los drawhacks por virtud del cual se contrarresten los recargos que impiden á la fabricación española competir en otros mercados con la de los demás países; en definitiva, una prima de exportación que se gradúe en relación con el combustible y primeras materias objeto de recargos, que se hubieran empleado para la fabricación. Escuelas militares de aeronáutica.—Se ha crea do en Portugal una Escuela de Aeronáutica militar que comprende los servicios de aviación y aerostación, con los siguientes fines: instruir el personal de pilotos y mecánicos; conservar y reparar el material; estudiar las cuestiones relativas al servicio aeronáutico y elaborar los reglamentos y proponer Jas modificaciones á él con- cernientes. La Escuela dependerá de la «Inspección del servicio aeronáutico militar», y tendrá afecta una sección de la Marina, destinada especialmente á la instrucción y al servicio de hidroplanos. La Escuela será dolada de un campo de aviación, de hangars y de depósitos y máquinas para el entretenimiento y reparación del material. También en la República Argentina se ha establecido una Escuela de Aerostación y Aviación militar, con el material y los elementos ofrecidos por el Aero-Club Argentino; los Oficiales que deseen entrar en dicha Escuela, han de asistir á un curso prepaj-atorio en el AeroClub. Se están ultimando los reglamentos por los que se ha de regir el nuevo centro de enseñanza. L o s n u e v o s I n g e n i e r o s d e C a m i n o s . — 4 2 son los que han terminado sus estudios en la Escuela de Ingenieros de Caminos en el último curso, y se ha hecho su clasificación ó numeración como sigue: 1, D. Juan Lázaro Urra. 2, D. Enrique Godel Llopis. 3, D. Mariano Fernández Toral. 4, D. Ramón Burillo Anger. 5, D. Ramón Serret y Mirete. 6, D. Antonio Artiles Gutiérrez. 7, D. José Burguera Dolz. 8, D. Joaquín García Marín. 9, D. Rafael de Cos y Díaz. 10, D. José González Lacasa. 11, D. Manuel Benítez Ramírez. 12, D. Manuel Espárrago Fernández. 13, D. Luis Terán Galindo. 14, D. Vicente R. Lozano García. 15, D. Francisco Pinto Gómez. 16, D.Juan Menéndez Campillo. 17, D. Antonio Golom Alcalde. 18, D. Emilio Belda Soriano. 19, D. Luis Sánchez Guerra y Sáinz. 20, D. Ángel Elul Navarro. 21, D. Mariano La Hoz Saldaña. 22, D. José Yáñez Arroyo. 23, D. Manuel Román Lillo. 24, D. A. Martín Montalvo Gurrea. 25, D. Francisco C h e c a T o r a l . 26, D. José Roselló Martí. 27, O. Antonio Fertiández Navarrete. 28, D. Emilio Alonso Tejedor. 29, D. Juan Cervantes Pardo. 30, D. Ricardo Aguilera Cappa. 31, D. P. Ansorena y Sáenz de Jubedo. 32, D. Enrique Gómez Jiménez. Si. D. Marcelino Ahijón Godíii. 34, D. Rafael Enamorado Alvarez. 36, D. Francisco Fernández Fristchi. 36, D. Joaquín Gallego ü r r u e l a . 37, D. Carlos Robledo Munier. 38, D. Francisco Jara Herrera. 39, D. Mariano Moreno Rodríguez. 40, D. Pedro Uhagón y de la Mora. 41, D. Pablo Bueno López. 42, U. Juan del Río González. Damos á todos ellos nuestra enhorabuena. Los Almacenes de Depósito de Cartagena.Constituida en Cartagena la nueva entidad, de cuya fundación dimos noticia en nuestro último número, cuyo título de Sociedad Franco-Efpnñola vemos en algunos colegas converlirse en Banco Español de Almacenes de Depósito, lo importante ahora es consignar que, con una ú otra denominación la Empresa, el referido servicio ha empezado á realizarse y que aun cuando se había dicho que para las partidas que se depositaseo de menos de 1.000 toneladas se señalaría una tarifa algo M A D R I D CiBNTfFico más alta que la que indicábamos, ha quedado, sin embargo, rigiendo e! precio de una peseta por tonelada y mes para el plomo dulce y 1,26 para el argentífero «cualquiera que sea la cantidad.» S o c i e d a d «David». —Para dedicarse á la fabricación y venta de automóviles, se ha constituido en Barcelona la Sociedad Anónima «David», con un capital social de 65.000 pesetas, dividido en 130 acciones al portador de 500 pesetas. El d i v i d e n d o d e R i o R i n t o . - L a Compañía minera de Río Tinto ha acordado el reparto del dividendo reglamentario de dos chelines seis peniques, para el primer semestre de 1914, sobre las acciones preferentes de 5 libras, á interés fijo de 5 por 100; pero ningún reparto se ha acordado para las ordinarias. La causa de la suspensión del dividendo provisional de dichas acciones es el gran descenso de productos ocasionado por la guerra, puesto que la Compañía tenia un importante mercado en Alemania, de cobre, piritas ferrocobrizas y piritas de azufre. En el informe, el Consejo de Administración prevé una rápida reprise de la prosperidad, tan pronto se restablezcan los mercados. Paquetes postales entre España é Italia.-La Dirección general de Gorreoíi ha acordado el servicio directo de paquetes postales entre las dos naciones, en forma ampliada. También lia sido ampliado el referido servicio de paquetes postales entre Italia y Portugal, en tránsito por esta nación, siendo la entrada y salida de estas expediciones ert territorio español por Barcelona y Badajoz. Las percepciones con destino á Italia y países para los cuales esta nación sirve de intermediaria, son á los precios siguientes: A Argelia, 3 pesetas; á Egipto, 2,75; á Grecia, 2,76; á Italia, 1,75; á Malta, 2,50, y á India Noerlandesa, 4,25. Empresa que reduce su capital.—La Compañía Naviera Vascongada ha acordado la reducción de su capital en la cantidad de 625.000 pesetas, que devuelve á los accionistas. De este modo el capital de dicha Sociedad queda fijado en 2.500.000 pesetas, repartiéndose en 12.500 acciones de 200 pesetas. L a C o m p a ñ í a d e África y el f e r r o c a r r i l T á n ger-Fez.—Por acuerdo de la Comisión de socios fundadores, la «Compañía General Española de África» está convocada para la celebración de Junta general el día 14 de Noviembre, con el fin de someter á la aprobación de los accionistas el contrato de concesión del ferrocarril de Tánger á Fez y dar cuenta del estado de los asuntos sociales. Experiencias sobre conservación de postes t e l e g r á f i c o s . — E n los talleres de creosotación que los Sres. Samsot y Golorons poseen en Aranjuez, se verificaron el mes pasado diferentes pruebas de este nuevo compuesto químico que sus inventores los Jefes de Telégrafos D. Ildefonso de Lasheras y D. José Camino han intitulado «creosotita», aplicable á la conservación de los postes telegráficos, telefónicos y de transporte de fuerza eléctrica, como también de las traviesas de las vías férreas. Según nuestro estimado colega La Energía Eléctrica, los Sres. Camino y Lasheras (este último, además de telegrafista. Doctor en Farmacia) han logrado obtener una composición, que aplicada superficialmente á los postes ó traviesas, previamente inyectados de sulfato de cobre, los preserva de sus enemigos, los hace imper- 609 meables y perfectamente aisladores y les asegura una larga vida. El coste del nuevo antiséptico es, además, según parece, poco eleVHdo. L o c a l p a r a la E s c u e l a d e M o n t e s . — P o r Real decreto de 23 Octubre se ha aprobado que el Estado tome en arrendamiento, para la instalación en Madrid de la Escuela de Ingenieros de Montes, el piso principal con sus accesorios y el segundo derecha de la casa r-úm. 4 de la calle del Rey Francisco y 22 y 24 de la del Tutor, propiedad de D. Agustín Díaz Agero, Conde de Malladas, por el precio de 24-500 pesetas anuales, haciéndose el contrato por cinco años, plazo que será prorrogable por ¡a tácita, mientras lo estimen conveniente las partes contratantes, con la condición de dar el aviso para la finalización del arriendo con un año de antelación, cualquiera de las partes á que conviniere poner fin á aquél. La g r a n j a a g r í c o l a d e M e l i l l a . - Es muy satisfactoria la impresión que de una visita hecha recientemente á la granja agrícola de Melilla, ha obtenido nuestro colega Él Telegrama del Rif. El personal encargado de dicho Centro está formado por el Ingeniero director Sr. Cremades, el Ayudante D. Mariano Sánchez Olmedo, el Preparador químico D. Emilio Fernández Espino y un Capataz, teniendo á sus órdenes un número de obreros variable en las distintas épocas del año; ahora son 28, pero 15 es, acaso, el término medio. Se dispone de 20 hectáreas, de las que son 16 de secano y cuatro de regadío. En la parte alta funciona un motor de viento para elevación de agua y otro de gasolina, dando un rendimiento de 30.000 litros por hora. Se han hecho ensayos de cultivo de diversas variedades de patata y de loja híspida (habichuelas); asimismo se ha iniciado un cultivo que puede ser de gran importancia, que es el del algodón, y, en fin, el de distintas cebadas y el de la viña americana. El vivero de árboles, sito á orillas del río Oro, comprende 6-000 pies frutales y 12.000 de sombra. Es asombroso el rápido desarrollo que presentan algunas catalpas, liriodendros, palmeras y plátanos. En cambio, no se dan bien el castaño de Indias, el haya y el olmo. El vivero facilitará el año que viene pies gratis á quien los desee. Los aparatos que posee la granja son, en general, de construcción americana, alguno de ellos con reformas del Sr. Cremades, con la colaboración de una casa de Vitoria, habiendo también trilladoras de fabricaciÓJ) española. La E x p o s i c i ó n d e S a n Francisco.—El Presidente de la Exposición Universal de Panamá y el Pacifico ha promulgado una proclama en que protesta contra la sospecha de que, á causa de la guerra europea, hubiera de aplazarse la celebración de aquélla. «Se han propalado—dice —noticias y comentarios sobre el tema de que la guerra europea perjudicaría seriamente la Exposición y constitui'ia un obstáculo para su éxito comercial, educativo y financiero. Nada de esto ha de suceder. »La Exposición Universal de Panamá y el Pacífico se abrirá el día fijado—el 20 de Febrero de 1915 y se hallará completamente lista al abrir sus puertas. Actualmente se halla terminada en sus cuatro quintos y lo que falta está ya dispuesto para su inmediato montaje, í P o r lo que hace referencia á la participación de los estados locales, parece que los efectos de la guerra europea han resultado más bier. ventajosos. Todos se sienten ahora más estimulados á exponer, comprendiendo los más importantes fabricantes americanos que la guerra creará más fácil y mayor mercado para sus 610 MADRID productos en Centro y Sur América y en el Oriente. :>For lo que toca á los visitantes, ñnalmente, todos los expertos aseguran que, aun cuando la situación actual continuara durante todo el año entrante de 1915, no existe nada que pueda influir seriamente Nobre la voluntad y el deseo del pueblo americano y sobre el pueblo de la América latina y el de la América del Sur, para decidirlos á no visitar la Exposición. Por el contrario, algunos opinan, y así es de esperar, que, con motivo de la guerra de Europa, los visitantes afluirán en mayor número.» Sin inconveniente nos hacemos eco de tales propósitos y esperanzas, pero no por hablar de la Exposición proyectada por los yanquis hemos de olvidar un momento que donde es especial compromiso moral de España la asistencia es en la Exposición que se prepara en el Estado de Panamá, que no ha de confundirse con esa de California, designada con esa anfibológica deriominacióti de «Exposición de Panamá y el Pacífico>, por la ocasión de su convocación. Construcción d e un transatlántico e n Cádiz. El dia 28 del pasado se veriñcó la colocación de la quilla en la factoría de Matagorda, al primero de los transatlánticos de la serie de 10 que se propone construir la Compañía Transatlántica. Construirá estos vapores la Sociedad Española de Construcciones navales, según deseo del Marqués de Comillas, asegurando asi trabajo para veinte años á miles de obreros de la región gaditana, pues el total del tonelaje asciende á 100.000. Los asistentes visitaron los talleres, donde trabajan 1.500 operarios, celebrándose después un banquete, presidido por el Barón de Satrústegui, en representación de la Transatlántica, y por el Conde de Zubiría, Presidente de la Sociedad Española de Construcciones navales. El nuevo vapor, que será de acero, tendrá las siguientes características principales: Eslora entre perpendiculares, 85,34 metros. Manga, 12,19 metros. Puntal á la cubierta principal, 5,94 metros. Desplazamiento aproximado, 3.000 toneladas. Tonelaje de registo aproximado, 3.100 toneladas. Fuerza de máquina, aproximada, 2.000 caballos indicados. El presupuesto de construcción de este buque se estima en 2.600.000 pesetas. El s i s t e m a m é t r i c o e n Inglaterra. — Hace observar nuestro colega la Revista Minera, que otra vez se está suscitando en Inglaterra la cuestión del sistema métrico decimal de pesas y medidas. Se alega por algunos que este sistema es el que se halla establecido en los mercados neutralas, donde hasta ahora ha desarrollado Alemania un vasto comercio, y con este motivo The Decimal Association, de Londres, está propagando que, si los esfuerzos que se hacen en la (iíran Bretaña para apoderarse del comercio mencionado, ha de tener éxito, preciso será que los fabricantes y exportadores británicos adapten sus métodos á los de la pretendida clientela. The Decimal Association se propone facilitar y distribuir informes y datos, dar conferencias, y en suma, aprovechar la conyuntura para ver si se consigue algo en lo concerniente á la implantación del sistema métrico decimal en el Reino Unido. La verdad es que hasta ahora los partidarios de la reforma, lo mismo en el Reino Unido que en los Estados Unidos, no han logrado constituir más que un pequeño grupo, íurmado ciertamente por personas ilustradas y llenas de razón, pero á las cuales, si bien se las respeta y aun se las oye, no se las hace maldito caso. Sería curioso que la guerra, que tan hondos trastor- CIRNTIPICO nos ocasiona, resultase eñcaz para iniciar la reforma métrica en los países anglo-sajones, reforma hasta ahora repudiada y que en un siglo largo no ha dado un paso siquiera. Sociedad Ibérica de productos nitrogenados. Bsjo este nombre se ha constituido en Barcelona una nuevH Sociedad anónima mercantil, con un capital social de un millón de pesetas, representado por dos mil acciones al portador de 500 pesetas una. Su objeto es dedicarse á la fabricación y venta de f Calcium Cyanamide» y de toda clase, de abonos ó p r o . ductos químicos y sus derivados. Son otorgantes de la escritura D. Roberto Farjón y Farjón y D. Víctor Ríu Ribera, ambos en nombre propio y en representación, respectivamente, de la Sociedad Comercial de Carburos Metálicos, du Barcelona, y de la Societé de Produits Azotes, de París. Dirección general de Correos y Telégrafos.— Construcción y explotación de un Centro telefónico urbano en Cáceres. Para el 10 de Noviembre. El pliego de condiciones con todos los detalles en la Gacela de 11 de Octubre. —Construcción y explotación de un Centro telefónico urbano en Puigcerdá (Gerona). Para el 11 de Noviembre. El pliego de condiciones con todos los detalles en la Gaceta de 11 de Octubre. Caducidad de peticiones de tranvías.—Han quedado caducadas las dos peticiones siguientes: la concesión del tranvía de Linares al puente de Beas por Baeza, Ubeda y Villacarrillo y la del tranvía de Almería á Berja, de las cuales era peticionario D. José de Roda, quien queda apartado y desistido de dichas concesiones. Aguas.—Se ha concedido á D. Manuel Soriano la concesión de 6.000 litros de agua por segundo del rio Júcar, en el sitio denominado Las Majadas (Cuenca), co[i destino á fuerza motriz. — Ha sido autorizado el Ayuntamiento de Huelva para tomar aguas del arroyo de Castaño, en término municipal de Beas, con destino al abastecimiento de dicha ciudad. — Se ha concedido á D. Germán Fernández el aprovechamiento de 500 litros de agua por segundo del rio Castro, en el punto denominado Sobredo, término de Castro Caldelas (Orense), con destino á usos industriaB a n c o d e España.—El Consejo de gobierno ha acordado reducir á 4 V2 P""" 100 el interés de las operaciones de descuento; á 5 por 100 el de los préstamos y créditos con garantía de efectos públicos, de valores comerciales é industriales y de mercancías y á 5 '/a P"*" 100 el de los créditos personales. Madrid 26 de Octubre de 1914-.—El Secretario general, Gabriel Miranda. P u e r t o d e A l i c a n t e . - A d q u i s i c i ó n por concurso de tres grúas eléctricas de pórtico móvil, con destino á los servicios de dicho puerto. Para el 28 de Diciembre. El pliego de condición con todos los detalles en la Gacela de 22 de Octubre. Dirección general de Obras públicas.-Su- hastas.—Obras del trozo l . ° d e la carretera de Calasparra á Mala (Murcia); tipo, 123.867,83 pesetas. Para el 21 de Noviembre. {Gaceta 24 de Octubre.) La pedrería.—De El Economista: fTodo el comercio de artículos de lujo está influido por la guerra de una manera desastrosa. MADRID Como tipo y ejemplo de este comercio de lujo, puede citarse el de pedrería. El mercado está deshecho, no hay cotizaciones. Se a»be sólo que antes de la guerra el quilate de brillante bueno en piedras gruesas se pagaba de 700 á 800 francos en el mercado de Amberes. Pero después de los tres meses que van de guerra, no se sabe lo que ha bajado, á cómo se puede pagar. América no compra; Europa, tampoco. Mushos ricos se han visto precisados á vender algunas de BUS joyas en loa países en guerra y en los neutrales, viéndose accidentalmente faltos de dinero, ya en sus viajes, ya por no poder hacer efectivas cartas de crédito, ya por no tener ingresos para pagar sus gastos normales. Y la abundancia de esas ventas ha hecho que los joyeros y prestamistas las adquirieran á precios bajos. Pero sus stocks han aumentado y se van quedando con ellos y faltos de dinero para adquirir más. Como no saben el tiempo que habrán de conservar ese capital improductivo, ni cuándo se r e h a r á el mercado, ni los tipos nuevos que al resucitar ofrecerá, tienen que proceder con una gran cautela, dejando un margen grande de ganancia ó de pérdida ó parar en sus operaciones. Asi en Madrid, el Monte de Piedad ha restringido el crédito sobre alhajas, y no da en préstamo más de una cuarta parte del valor que hace unos meses se hubiera fijado á las joyas. Las casas de préstamos no loa hacen sobre papeletas del Monte. En cuanto á las perlas, aún la depreciación es mayor. Antes de la guerra, las finas de buen Oriente y grandes, alcanzaban precio muy alto. Se daba por ellas mucho, por la gran demanda y escasez de lo que venia, siendo la joya man á la moda, más distinguida y buscada. Hoy han bajado de precio en proporción enorme, más difícil de fijar que la de los brillantes. Y si la guerra sigue mucho tiempo, no saben los expertos á dónde se llegará.i C a n a l d e I s a b e l II. —Suministro de 350 toneladas de cemento porlland artificial para las obras del embalse de Puentes Viejas; tipo, 24.500 pesetas. P a r a el 10 de Noviembre (Gac. 24 de Octubre). CnsurÍPioo 611 ñores Calderón, Castel y Alas Pumariño; el Jefe del negociado central, Sr. Parames; el hijo del Ministro, D. José María; el secretario particular del Ministro señor Alvarez y los report-irs que hacen la información en aquel ministerio. * Se anuncia que el Banco de España cuenta ya con dos corresponsales importantes en Nueva York y otro en Rom», para facilitar el intercambio con tos Estados Unidos é Italia, como deseaban la induíitria y el comercio. Con ello y con las Agencias eslablecidfis en Londres y Paris, que admiten entregas de fondos á pagar en Madrid, puede irse normalizando el reembolso de las mercancías que se exporten y los pagos que haya que hacer en el extranjero. *• * Ha fallecido en Madrid el distinguido Ingeniero industrial D. Jorge Ortuño Berte, que se Rallaba al servicio de la Compañía Arrendataria de Tabacos, y que por sus excelentes prendas de carácter y talento, gozaba de general estimación, por lo cual su muerte ha sido muy sentida. Muy de veras acompañamos en su dolor á la familia del finado Ingeniero y muy especialmente á su hermano el Director general de Correos D. Emilio Ortuño, nuestro querido amigo. «* En la Gaceta del 15 de Octubre se han publicado los programas de las asignaturas del segundo curso de la carrera de Peritos Agrícolas, programas formados sobre los propuestos por las Juntas de Profesores de las Escuelas en que se cursa dicha carrera, habiéndose realizado su unificación por la Junta Consultiva Agronómica. Respondiendo el Sr. Ugarte á insinuaciones hechas en un periódico alusivas á la supresión do la Escuela Nacional de Aviación, ha dicho que no abriga tales propósitos, pues sólo tiene el proyecto de variar el concepto de Escuela de Aviación por el de Escuela Industrial de Aviación, cuyo objeto principal de estudio será la construcción de aparatos y sus accesorios. Ayuntamiento de Salamanca.—Construcción de un edificio para Laboratorio Químico Municipal y Casa de Socorro; tipo 60.383,88 pesetas. Para el 3 de Noviembre (Groe. 24 de Octubre.) Ayuntamiento de Aranda de Duero (Burgos). Suministro de fluido eléctrico con destino al alumbrado público de dicha villa. Para el 6 de Diciembre. El pliego de condiciones con todos los detalles en la Gaceta de 27 de Octubre. La Cámara de Comercio de Madrid acordó en su última sesión ordinaria la elevación dp una instancia al Ministro de Fomento, pidiendo el aumento de la plantilla del Cuerpo de Interventores del Estado con arreglo al desarrollo del tráfico y á la extensión de la red ferroviaria, y solicitar al mismo tiempo la separación en las Divisiones de ferrocarriles de los seivicioe técnicos de los administrativos, haciendo que éstos pasen á la Dirección de Comercio, por considerar q u e se traía de un servicio esencialmente mercantil. Ayuntamiento de Igualada.—Suministro de luz por fluido eléctrico para el alumbrado público de dicha ciudad, durante el plazo de diez años; tipo, 11.000 pesetas anuales. Se señalará oportunamente el día de su celebración. {Gac- 29 de Octubre.) NOTICIAS En el Restautanl Inglés se celebró días pasados el primer aniversario de la entrada del Sr. Ugarte en el Ministerio de Fomento, concurriendo los Directores generales de Obras públicas, Agricultura y Comercio, se- Una^Comisión de Delineantes de Obras públicas ha visitado al Ministro de Fomento y al Director general Sr. Calderón, para presentarles una petición referente á la plantilla de dicho Cuerpo. El proyecto formulado por la Comisión establece 148 plazas, ascendiendo su importe á 501.500 pesetas anuales, resultando que al compararlo con las 129 plazas existentes, cuyo importe es de 327.000 pesetas, el aumento de presupuesto os de pesetas 171.000. Las Compañías del ferrocarril de M. Z. A. y del Norte, tienen en estudio la supresión de varios pasos á ni. MADBID CIBNTÍFIOO 612 vel en sus lineas, accediendo á las gestione» del Real Automóvil Club de Cataluña. E l día 10 de Noviembre darán comienzo los ejercicios de oposición á la cátedra de Mecánica general y aplicada de la Escuela Industrial de Bejar. Se verificarán en el Instituto del Cardenal Cisneros, empezando á las cuatro da la t a r d e . El tribunal de dichas oposiciones lo preside el Sr. Floros Posada. Según en una revista de Barcelona leemos, la Mancomunidad catalana ha propuesto al Estado, que ai él 86 encarga de la construcción de todos los puentes de que carece la carretera internacional de Madrid á Francia por la Junquera, desde Barcelona á la frontera, la Mancomunidad se comprometería á coastruir todos los puentes que faltan en ia carretera internacional, de Barcelona á Ribas. *** Ha quedado instalado, funcionando con toda normalidad y excelente resultado, el sistema «Hughes DuplexSantano» entre Santa Cruz de Tenerife y la estación de Las Palmas. Por el Ministerio de Hacienda se ha otorgado cesión del servicio y explotación del Depósito de Cádiz, á la Junta de Obras de dicho puerto, mente autorizada para ello por el Ministerio mento. la confranco previade Fo- setas 300.000, al presupuesto vigente del Ministerio de Fomento, para obras de explanación y fábrica del ferrocarril estratégico de Puertollano á La Carolina. MOVIMIENTO D E P H R S O l v a L OBRAS PUBLICAS lííGEN/fiROí.—Defunción: D. Enrique de Domingo, Destinos: D. Juan A. Lügarde, de Arrecife (Canarias) á Las Palmas; D. Felipe Rivero F e r r e r , de la División del Jiicar á Valencia. SOBRESTANTES.—Supernumerario: V). Emiliano Orliz. MINAS INGENIEROS. — X>es¿ÍM0S.' D. Francisco Gómez Rojas ha sido nombrado Profesor auxiliar de la Escuela. MONTES INGENIEROS.— D. José Gómez Redondo, D. Florentino Azpeitia y Florez y D. Jesús ügarte y Laiseca, ingresados, al Distrito de Ciudad Real y Badajoz, primera división y distrito de Cuenca, respectivamente; D. Julio Rodríguez Torres, reingresado, á Granada; D. José Gómez Redondo á las órdenes del Director general, sin dej a r de pertenecer á Ciudad Real. AYUDANTES.—Destinos'- D. Rafael Samaniego, á Zamora; D. José R. Saavedra, á las órdenes del Director general, sin dejar de pertenecer á Cádiz; D. Eloy Barajas, de Ávila á Castellór. (Tarragona). AGRICULTURA Ha sido desestimado en recurso de alzada, presentado por D. José Sánchez Mora, en nombre de la Compañía de Rio Tinto, contra ia declaración de utilidad pública de la ocupación de ciertos terrenos de aquélla para construir el ramal de ferrocarril de Nerva al de Minas de Castillo de las Guardas á Minas de Peña del Hierro. En consideración á peticiones de respetables Sociedades industriales, interesando el aplazamiento del plazo de presentación de proposiciones para la adquisición por el Instituto Geológico, de un tren de sondeo, se ha ampliado el plazo por treinta días, á contar del 19 de Octubre, fecha de la inserción de ese acuerdo en la Gaceta. * • * Han sido aprobadas con carácter provisional, las tarifas de arbitrios del puerto de Ribadesella (Oviedo). Ha sido autorizado el Ministro de Fomento para realizar por Administración las obras del pantano del Corcobado, sobre el río Muía (Murcia), cuyo presupuesto por dicho sistema asciende á 1.119.520,01 pesetas. Por Real orden de Fomento ha sido ampliada á tres millones de pesetas la cantidad de dos, asignada por la de 5 de Enero último para los distintos conceptos del servicio de caminos vecinales que en la misma se especifican. ' •** La Gaceta de 21 del actual publica el proyecto de tarifa de fletes presentado por la Compañía í'ransatlántíca. Ha sido concedido un crédito extraordinario de pe- INGENIEROS. - DfiAÍínos: D.Domingo Pitera, que pasó del Catastro á Fomento, á la Granja de Badajoz. Ascensos: á Oficiales primeros, D. Andrés Buissan y D. Juan de la Cruz Soler. Ingreso: D. Antonio García Pedraza. Reingreso: D. Francisco de la Puerta Ibáñez. Oficial segundo. Anuncios BREVES T r a d u c c i o n e s t é c n i c a s del inglés y francés. Informarán en esta Redacción. Manual del Sobrestante d e Obras Públicas, por A. SüNiER y C. DE ORDUSA, Profesores de la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. Obra ajustada al programa para el ingreso en el Cuerpo de Sobrestantes de Obras Públicas. Agotada la primera edición det tomo 3 . " de esta obra (carreteras y ferrocarriles) , en los primeros días de este mes ha aparecido una segunda edición. Los pedidos á la Escuela de Caminos, al Sr. Habilitado de la misma. PATENTES DE INVENCIÓN EN ESPAÑA V EXTRANieBO nianuel de ^rjona.—jltochaf 122.—Madrid. FRENTE AL MINISTERIO DR FOMENTO CQADRID 5 NOVIECDBRB 1914 Imprenta Alemana, Fuencarral, 137.—Madrid.