Los conflictos de intereses en la Empresa Familiar

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Los conflictos de intereses en la Empresa Familiar
Estudios demuestran que el 90% de las Empresas Familiares tiene conflictos de intereses, que si no
logran manejarse adecuadamente, ponen en riesgo la estabilidad de la empresa y la familia.
Opinión de Gonzalo Gómez-Betancourt.
Los conflictos de intereses en las empresas familiares son de tal magnitud, que incluso muchos
han traspasado las fronteras de sus compañías para convertirse en conflictos de dominio público y
amplia divulgación. Entre los casos más sonados que finalmente lograron superarse están los de la
empresa familiar Leonisa, o el de la familia Belmon, que luego de un conflicto de intereses entre
los hermanos, se dividió en dos firmas que hoy son competencia, Yambal y Avon.
El origen de los conflictos de intereses se da principalmente porque el sentido de la propiedad ha
tenido varias interpretaciones con el paso de los años. En este orden de ideas, si analizamos los
diferentes tipos de propietarios, sin importar aspectos sociales y culturales, hay una clara
tendencia de todos a enseñarles a los hijos el valor de la independencia.
Especialmente para los emprendedores que han pasado por un camino lleno de dificultades para
lograr el crecimiento empresarial, la independencia ha sido un factor importante para crear
negocios y sobrepasar todos los obstáculos. Este tipo de personas, consideran como un gran valor
lograr que sus hijos sean independientes porque de esta manera podrán sobrevivir y surgir como
empresarios.
Para este padre-fundador de empresa familiar, si el hijo logra crear sus propias empresas y ser
independiente, ese hijo tendrá la capacidad de manejar el negocio familiar, en este punto es
donde se puede presentar el primer conflicto, pues al hijo lograr tanta independencia, puede que
ya no le interese el negocio familiar.
Un caso empresarial para reflexionar
Uno de los casos que muestran el surgimiento de esa independencia necesaria en las generaciones
que se están formando para asumir la riqueza de sus mentores, se vio en una empresa floricultora;
donde el fundador ya entrado en años, les comenta a sus hijos que va a vender la empresa para
disfrutar su riqueza con su esposa con lo cual, él va a permitirle a sus hijos tomar caminos para que
aprendan a ser independientes. Ante esta situación, los hijos menores de 40 y 45 años se oponen a
su decisión de vender la empresa, pues se sienten dueños de ella. Mientras lo hijos menores
peleaban, el hermano mayor monta una compañía de cascarilla de arroz con los antiguos
empleados y se comienza a generar un gran conflicto entre todos los miembros de la familia, pues
otro hermano se contagia de la idea del hermano mayor de montar empresas con ideas o recursos
del negocio familiar.
Hasta este punto se puede apreciar cómo se creó un sentimiento de independencia necesario para
asumir y mantener una propiedad, sin embargo, paralelo a este proceso se crearon conflictos de
interés por querer desarrollar cada uno su propia empresa con recursos de la organización del
padre, en donde el interés puede llegar a ser tan grande que no importa quedar como
competencia directa entre los mismos miembros de la familia, es por esto que hay que resaltar el
valor de la independencia sin confundirlo con el individualismo.
El caso anterior nos deja claro que la propiedad era parte de toda la familia, por ende cualquier
inversión nueva debe ser parte de todos. Un empresario familiar, puede fomentar el
emprendimiento en los hijos para que ellos entiendan el valor de la propiedad, de los negocios y
de la independencia, pero también es muy importante enseñarles, que a pesar de que logren crear
negocios y concretarlos, estos negocios siguen siendo por y para la familia.
Es necesario ser muy estrictos con los hijos cuando hay negocios vinculados. Debe quedar claro
que si ellos tienen negocios por fuera de la familia, no pueden utilizar los recursos de la empresa,
pues pueden crearse conflictos de intereses. En caso tal que se comiencen a crear este tipo de
problemas, es necesario resolverlos, con la participación de la Junta Directiva y la Asamblea
General, o también evaluar la situación regulando el vínculo familiar existente para poder
resolverlo de manera objetiva.
Por último, siempre evitará conflictos, resaltar que el sentido de la propiedad debe ir más allá de
la sensación de que es algo que se posee, más bien cultivar la idea que la propiedad es algo que se
debe desarrollar, crecer, mantener, disfrutar y entregar a las siguientes generaciones.
Ph.D. Director Área Family Business-Inalde, Universidad de La Sabana
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