Cap. 1 En la ciudad hay un barrio, en él un edificio. Callado. Dentro de ese edificio hay una escalera, al final de ella una azotea y en esa azotea, toda la ciudad. El antiguo edifício, abandonado por las ganas y los años, recicla en sus cristales rotos retales de instantes pasados. Nunca había reparado en su presencia hasta una tarde, en la que paseando guiada por el único impulso de mis pies, me encontré ante su puerta. También allí encontré a un anciano, que debía haber visto pasar los mismos años que la fábrica, y que a juzgar por su aspecto también flotaba en un tiempo detenido. Leía un libro, que por lo que pude adivinar en su tapa, versaba sobre física cuántica. Lejos de sorprenderse por la compañía, cuando reparó en mi presencia, comenzó a leerme en voz alta el fragmento que en ese momento le ocupaba: (...) Técnicamente la belleza es un número cuántico que tienen ciertas partículas elementales. La belleza es efímera y las partículas bellas viven del orden de una mil-millonésima de segundo. Cuando el universo contaba con una fracción muy pequeña de segundo tras el Big Bang, se formó la materia bella para desaparecer rápidamente como conseguencia de un proceso de desintegración, Tras la fugaz existencia de una partícula bella, suele aparecer una partícula encantada. A su vez las partículas encantadas tambien viven brevísimamente pero dando lugar con bastante probabilidad a otro tipo: la extrañeza. Las partículas extrañas siguen siendo inestables, desintegrándose no tan rápidamente pero dando lugar, esta vez sí, a materia ordinaria tal y como la conocemos. (...) -Te estaba esperando, concluyó el señor. -¿A mi?, Debe estar equivocado, no lo conozco. (En mi cabeza continuaba resonando la lectura. Belleza. Encanto. Extrañeza). -No a ti en concreto, esperaba a alguien a quien revelar mi lugar. La mayor parte del tiempo las personas pasan tan rápido por este rincón que ni reparan en su existencia. Sin tan siquiera darse cuenta de que el escondite de lo que bucan puede ser este. Sígueme, me gustaría enseñarte algo. Para cuando pude darme cuenta, el anciano había desaprecido. un rio me ato el d Da bor ré e la mov . y ndo mu uno r Br tou La Había una puerta abierta, intuí que el extraño señor había salido por ella. Me adentré en su búsqueda. Al otro lado encontré una escalera, y a mi nuevo amigo, que ya ascendía por el segundo tramo. Era esta una escalera hecha de palabras, que por acumulación de frases, nos elevaba hacia un destino que aún no podía distinguir. Cuando logré alcanzar a mi guía, comencé a vislumbrar la puerta hacia la que supuse nos dirigíamos. Llegamos a una azotea es te n me el o ra ara ism y t s p o m do la ue "N rosa ; y sean jo de s o po vid fal , ba ón sgo i a o l s y r o to nd ro es rdie a e los c , e p ági os z." tr s añ tri s lo Bea rge de L Bo J. ra tu c e a it ic qu mús r r a a ue a. La un lad nha e es nge hop co Sc A. . os , os os l j y o s as o l tr el es tr nu es de as l a r e tu tr l n a e la no a mi a os c m i io v d Vi me a m to á “El Aleph” La azotea tenía dos niveles. El inferior era una suerte de caleidoscopio que me envolvió, haciéndome confundir el arriba y el abajo, el dentro y el fuera, el aquí o el allí. Donde toda la ciudad se reflejaba y desde el que yo me proyectaba a todos sus rincones. Un Aleph, leí un buen día, lo que otro mejor día Borges escribió. Un punto del espacio en el que confluyen todos los espacios, y de la misma e indisoluble manera, todos los tiempos. Pues bien, es lo que vi, o mejor diría lo que intuí. Esa estancia me indujo a un estado de plenitud, que solo fue superado en el momento en que subí al nivel superior, como si de la salida de la caverna de los reflejos de Platón se tratase, sentí que observaba todo desde el punto central, me sentí a la vez grande y diminuta, parte de un todo que observaba desde fuera. Una vez arriba reparé en la presencia de una especie de teclado, que recordándome al de un órgano, difería mucho de este. En ese instante fugaz, y todos los instantes en él contenidos, fui feliz. M.C. Escher “…vi una pequeña esfera tornasolada, de casi intolerable fulgor. Al principio la creí giratoria; luego comprendí que ese movimiento era una ilusión producida por los vertiginosos espectáculos que encerraba. El diámetro del Aleph sería de dos o tres centímetros, pero el espacio cósmico estaba ahí, sin disminución de tamaño. Cada cosa (la luna del espejo, digamos) era infinitas cosas, porque yo claramente la veía desde todos los puntos del universo. Vi el populoso mar, vi el alba y la tarde, vi las muchedumbres de América, vi una plateada telaraña en el centro de una negra pirámide, vi un laberinto roto (era Londres), vi interminables ojos inmediatos escrutándose en mí como en un espejo, vi todos los espejos del planeta…” El Aleph. J.L. Borges Memoria Cap. 2 “Escalera” “A ar rq El te ui l or a s te ló de s cos ctu mo ra op gi na ar os ca nd pre ló de qu ic d o e pa gic y it io e l ra as m mú y si la ec nes cua ca n [ ús li os e .. ic ci en ca s tur re ón en si a sim da m l .]. a s e d , m o mi p e d u so te c d el ult per les s ia ca n n m a e a da sa de ane a e [ bas te in o rr l id n . ad u , la . o a n ot una ll s s ade el .] a e a o ra n u s o ” de y ces y rd La e a i el pr on la n la ec es , i s ase Prólogo “Silencio” “Del encanto y la extrañeza” ETSASevilla n=1 “La caja de sueños” N Por la noche, al llegar a casa, cansada tras la experiencia, me fuí directamente a la cama. Lo que después de ese momento sucedió, hasta hoy no he podido discernir si fue realidad o sueño. Volví a aquel edificio, esta vez no había rastro del anciano. Me costó decidir cual de las puertas era la que esa misma mañana había atravesado, subí una escalera que también se me antojó diferente, ya no levitaba sobre afirmaciones y pablabras, se lebantaba sobre pesadas piedras cuyo peso pude sentir arrastrándome hacia las entrañas de la tierra. Espejo Cóncavo (1) Aire Ondas Energía D i Luz Espacio Sonido Tiempo B r (2) r i i Arquitectura Cuando llegué arriba mis sospechas se confirmaron; el Aleph había desaparecido. No había ni rastro de los espejos, La luz se había ido, también el sonido. La ciudad volvía a callar, Lo que sigue es un intento de re-componer la realidad/sueño que creí vivir. N (3) F= Foco C O= Centro de curvatura reflexión. 1) Todo rayo que incide paralelo al eje principal se refleja pasando por el foco. 2) Todo rayo que incide pasando por el foco se refleja paralelo al eje principal. 3) Todo rayo que incide por el centro de curvatura se refleja sobre el mismo. La caja de sonido La caja de luz. En estos momentos soy brillante. Siento que resplandezco, la gruesa capa que suele separar mi interior de la realidad, queda convertida en apenas una fina piel sensible capaz de catalizar hasta el más vago de los estímulos, capaz de distorsionar y retorcer cada pedacito de realidad hasta convertirlo en belleza. Son lapsos de tiempo cortos, a veces instantes. Cuando consigo que permanezcan un poco más siento ser capaz de volar, de contemplar todo el universo que me rodea. Me siento parte del más ínfimo átomo y a la vez irremediablemente fuera de contexto, emocionada espectadora que disfruta de una ópera milimétricamente des-sincronizada. “Arquitectura y música son artes cosmológicas [...]. Ellas preparan el camino, ordenando el caos mediante una lógica de cualidades basada en oposiciones simples [...] La arquitectura opera en el orden de las simultaneidades y la música en el de las sucesiones, y en su desarrollo y apreciación, cada una de ellas se remite a la otra”. Esquema de funcionamiento Órgano tubular. Tubo más grande de aproximadamente 3 m (5) Soy un caleidoscopio, un pequeño caleidoscopio capaz de distorsionar la realidad y convertirla en un sublime baile de luces y colores, capaz de arrancar la belleza de un instante y dejar sin aliento al espectador que contempla embelesado mi interior. Pero no es más que eso, un instante. Durante la mayor parte del tiempo muestro al mundo mi coraza, un exterior amable que esconde tras un sinfín de espejos y cristales su afilada esencia. Caos Eje F r A (Del lat. reflexĭo, -ōnis). 1. f. Acción y efecto de reflexionar. 2. f. Advertencia o consejo con que alguien intenta persuadir o convencer a otra persona. 3. f. Fís. Acción y efecto de reflejar o reflejarse. Música O Tubo más pequeño de aproximadamente 20 cm (1) Captador de viento/generador de aire (2) El aire llena los fuelles, donde se le da la presión adecuada. (3) Mediante un conducto se canaliza el aire a una sección llamada secreto (4) Cuando el organista interpreta una pieza, selecciona un registro que le dé la “voz” adecuada al instrumento y presiona manuales y pedales. (5) Mediante un mecanismo mecánico que incluye finos cables y varillas, el aire sale del secreto, pasa por los tubos y se produce el sonido El orden dentro del caos (3) (3) Me ca ni sm Me o ca de ni sm re o gi (2) st de ro s to no s (1) (4) Croquis Cap. 3 “Del encanto y la extrañeza” ETSASevilla n=2 “De cómo afinar el instrumento” E. 1:75 Planos Cap. 4 “Del encanto y la extrañeza” ETSASevilla n=3 Capítulo 5 “Del encanto y la extrañeza” o “De cómo atrapar un sueño” Encontrar el orden dentro del caos, la música subyacente al ruído, y al silencio. A la hora de construir una maqueta del espacio soñado, no he encontrado mejor material que el del sonido. No he encontrado lenguaje más cercano que el de la música con la que creí formar parte del todo. En su relación con la arquitectura, en el mismo juego de llenos y vacíos, tensiones y distensiones, es a escala temporal, lo que espacialmente podría asimilarse al espacio que soñé. Al fin y al cabo en el Aleph, no encontré diferencia entre el espacio y el tiempo. De esta forma, he tratado de extender y congelar, a escala temporal 100:1, lo que fue un instante. El fin vuelve a encontrar al comienzo. : Maqueta : “Del encanto y la extrañeza” ETSASevilla n=4