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EL NACIONALISMO VASCO EN LEKEITIO
Por: Koldo San Sebastián
La Fundación Sabino-Arana acaba de publicar un cuaderno
titulado "Nacionalismo vasco en Lekeitio", una primera aproximación
a un tema que, en estos días adquiere plenitud: la vigencia y la
presencia del PNV en muchos rincones del país. Lekeitio es un
pueblo patriota, por convencimiento e historia. Y no solo Lekeitio.
La relación de los Arana-Goiri, Sabino y Luís, fundadores del
nacionalismo vasco, con Lekeitio venía de antiguo. Su hermana
Francisca estaba casada con el médico titular de la Villa. En 1881,
estando estudiando en el Colegio de los Jesuitas de Orduña,
Sabino cae enfermo. Para reponerse, acompañado de su hermano
Luís y de su madre, pasan una temporada en casa de Francisca.
Tenía dieciséis años y, a su regreso de este pueblo costero,
comienza a aprender euskera.
Conocida era, asimismo, la afición de ambos a la caza.
Después de una jornada cinegética, se quedaban en la villa para
comer, la mayor parte de las veces en el considerado en aquellos
años como uno de los templos de la gastronomía local, "donde
Santi". A la tertulia que seguía al banquete, se le suman gentes de
la localidad, como Lucio de Etxebarria, Manuel de Ordorika o el
patrón del restaurante, Santiago de Mendiguren, bisabuelo del
actual presidente de la Organización Municipal y tatarabuelo de mis
hijos.
En 1894, cuando se funda el Euzkaldun Batzokija, Sabino
Arana-Goiri contrata a dos lekeitianos, Zakari de Etxebarria,
consejero, y José Mari de Lizarralde, botones, tío éste de las
hermanas Iturrarán. Este fue miembro de las poxpoliñas en tiempos
de la República y de la Junta Municipal en la Transición.
El 30 de noviembre de 1895, dos representantes de los
patriotas lekeitiarras acuden a una reunión en Txantxarramendi que
había sido convocada por los hermanos Arana-Goiri. Al año
siguiente, Lucio de Etxebarria, fabricante de conservas, es
nombrado responsable de la distribución de propaganda en Lekeitio
y alrededores.
En 1898, se produce el ingreso de los euskalerriacos, los
liberal-fueristas de Sota en el PNV. A este grupo, pertenecen
algunas de las familias de abolengo en la Villa: los Adán de Yarza,
los Ibáñez de Aldecoa, los Algorta,... En aquellos días, Mario Adán
de Yarza controlaba la vida político-electoral del distrito de Markina
al que pertenece Lekeitio y, gracias a él, en 1899, eran elegidos los
primeros concejales nacionalistas. En una carta de Sabino a Ramón
de la Sota se confirma el apoyo del primero a Adán de Yarza.
Tras la muerte de Sabino, Ángel de Zabala Ozamiz-Tremoya
Kondaño, da un impulso definitivo a la organización. En Lekeitio, el
número de patriotas era suficiente y el contar con un local propio se
hacía esencial. En 1905, se inaugura el primer batzoki. En 1931,
Lekeitio dedicaba una de sus calles a Sabino de Arana-Goiri.
En junio de 1908, Mario Adán de Yarza, socio del batzoki de
Lekeitio, fue elegido miembro del Bizkai Buru Batzar, pero su
candidatura fue finalmente rechazada porque, en aquel momento,
no estaba afiliado al PNV.
A partir de 1913, comienza a distribuirse el diario "Euzkadi" en
Lekeitio. Esta es una de las localidades donde, proporcionalmente,
el diario nacionalista tenía un mayor número de suscriptores.
Además, el periódico se vendía a viva voz por las calles. "Euzkadi"
llegó a vender más ejemplares que "La Gaceta del Norte", "El
Liberal" y "El Pueblo Vasco" juntos.
La pugna política era intensa en aquellos días. En la década
de los 20, el PNV era la primera fuerza local. Los carlistas solían
cantar:
En Lekeitio hay un batzoki,
en el batzoki hay una cuadra
y en la cuadra hay unos burros
que se llaman bizkaitarras.
La historia del nacionalismo vasco en el periodo republicano
es intensa. En 1930, un grupo, encabezado por Adán de Yarza, se
escinde para integrarse en ANV. Las tensiones se reproducen
asimismo entre el grupo de mendigoizales (Jagi-ja-gi), seguidores
de Eli Gallastegi, y la dirección del Partido. Su jefe era José de
Leturia que combatió en la guerra civil como sargento en uno de los
dos batallones de Jagi-Jagi. Su hijo Dámaso ha sido uno de los
dirigentes locales del PNV y concejal, mientras que sus nietas se
encuentran entre las militantes más activas de Euzko Gaztedi.
La participación de los jeldikes lequeitianos en los primeros
Aberri Egunak está plagada de anécdotas. La víspera del Día de la
Patria de 1932, un grupo de jóvenes, entre quienes se encontraba
Rufo Atxurra encendieron una hoguera en Gardata, siguiendo la
tradición foral. En el Aberri Eguna de Pamplona (celebrado en junio
de 1935), Pedro de Urkidi, considerado como uno de los dantzaris
más grandes, bailó la kaxarranka en el centro del coso de la Plaza
de Toros. Sin embargo, perdió el equilibrio y cayó a la arena. Con
un salto prodigioso saltó de nuevo a la caja para seguir bailando.
Los espectadores, pensado que la caída y el salto formaban parte
de la danza, tributaron al dantzari una ovación de lujo ante la
indignación de sus paisanos que trataban de explicar a la gente que
aquello no era una hazaña, más bien lo contrario.
La afición de los jelkides lekeitianos a dar espectáculo en las
concentraciones del PNV ha sido una constante a lo largo de la
historia. En 1978, bajo un sol de justicia, representaron la boda
vasca en el Alderdi Eguna de Olarizu, Alejandro Zarragoitia, un
patriota excepcional, portó durante todo el día el pesado estandarte
de la Organización Municipal de Lekeitio.
En 1935, era elegido miembro del Bizkai Buru Batzar una de
las figuras señeras del nacionalismo lekeitiarra: Carlos Solano Adán
de Yarza, socio del batzoki de Lekeitio y miembro de la Junta
Municipal y concejal de Mendexa. Su entrega a la causa fue
absoluta. Su coche y su chófer, Jáuregui, estaban a disposición, por
ejemplo, de aquellos lekeitianos enfermos que debían ir a Bilbao.
Al estallar la guerra civil, los lekeitianos se ponen a
disposición del Partido. En el parque de la localidad, comienzan a
hacer instrucción algunos jóvenes dirigidos por un "veraneante",
Raimundo de Gamboa. Gamboa, uno de los grandes olvidados de
la historia el nacionalismo vizcaíno, fue capturado en el "Galerna",
junto a Aitzol, y pasado por las armas.
En los primeros días de agosto de 1936, dos grupos de
jóvenes lekeitianos, a las órdenes de Hilario de Erkiaga y Emilio de
Txakartegi, salieron hacia el Gorbea, cuando aún no se habían
constituido los batallones de Euzko Gudarostea. Hilario Erkiaga es,
sin duda, otra de las grandes personalidades del abertzalismo
lekeitiarra. Oficial en la guerra (fue capitán del Simón Bolívar),
miembro activo de la Resistencia antifranquista (fue jefe del sector
de Lekeitio de Euzko Naia), combatió, como soldado de 2.a clase en
la liberación de Burdeos como miembro del Batallón Gernika) y fue
entrenado en operaciones especiales en cercanías de París (en el
Batallón Gernika, también estuvo, como cabo 2.a Teodoro
Anakabe), posteriormente, navegó en el "Pan York" llevando
refugiados judíos a Israel.
La fuerza del nacionalismo vasco en Lekeitio se puede medir
en el número de oficiales de milicias (Euzko Gudarostea). Junto al
ya citado y los mencionados en el libro, Zarraonaindia, Zumaran y
Santos Erkiaga, los dos comandantes del Batallón Itxasalde, Víctor
Erkiaga (que, en 1936, residía en Bilbao) y Andrés Ordorika
(intendente).
El papel de los marinos de Lekeitio en la guerra civil ha sido
intensa. Hablemos de algunos nacionalistas. Antonio de Zinkunegi y
Atxurra, Antonio Selebre, era un piloto de la Marina Mercante que
mandaba el arrastrero Goizeko Izarra, habilitado como dragaminas.
Falleció junto a toda su tripulación cuando una mina hizo estallar el
barco. Era el marido de doña Marcelina la Maestra, una mujer
extraordinaria que enseñó las primeras letras a varias generaciones
de lequeitianos. Ambrus de Sarasola perdió la vida combatiendo en
Matxitxako como primer oficial del bou Nabarra, José de Ordorika
Ruiz de Asúa, hermano del comandante intendente del Itxas-alde,
siendo capitán del Neptuno, fue el primero que, acogiéndose a las
normas del Gobierno vasco, cruzó el Atlántico con la ikurriña izada
en proa. Luego, mandó el célebre yate Vita, en el que se llevaron
fondos de la República a México. José de Ordorika fue, en varias
ocasiones, presidente de la Junta Extraterritorial del PNV en
México. También fue presidente de esta Junta otro marino
lekeitiarra, Antón de Ertze Garamendi, asimismo oficial del Vita. El
hermano de este último, Rafael, falleció a causa de las
emanaciones de gas cuando, como tripulante del yate Alabon,
participaba en la evacuación de Santoña.
Horas después de la destrucción de Gernika, entre las ruinas
humeantes, Esteban de Urkiaga Lauaxeta, "sacaba" de Bedarona a
Balbina Bengoetxea y a sus hijos Imanol, Jokin y Nile, su ahijada.
Era la esposa del capitán Ordorika, con el que el poeta mantenía
una entrañable amistad.
El 28 de abril de 1937, una columna de requetés mandada por
el ondarrés Arriola, se aproximaba a Lekeitio por la carretera de
Ondarroa. En el Eskalope, esperaban niños, mujeres y ancianos.
De pronto, se oye el ruido de una moto: "¡ya vienen!". Pero, no eran
ellos. Eran los motoristas de la "Policía Ertzaña" que estaban
escoltando a los fugitivos. Se oían los cantos de los carlistas... pero,
los ertzainas no arrancaron sus potentes máquinas hasta que
comprobaron que todo estaba en orden. Un grupo de requetés
asaltó el batzoki colocando la bandera con la cruz de San Andrés.
Comenzaba la ignominia y... la resistencia.
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