diario oficial m avisos de madrid

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Ibrtes 15 !• mayo im ISSS
Náaero 560.
8USGBIGION,
«USGBIGION.
Madrid:
8 reales al mes.
DIARIO OFICIAL M
CaUo del Príncipe,
núm. 14.
AVISOS DE MADRID
San Isidro Labrador, patrón de Madrid.—Cuarenta horas en la iglesia parroquial
SECCIÓN OFICIAL.
ORDEN DE LA PLAZA.
del 14 de mayo de 1855.
Servicio para el 15.
. "arada.—Los cuerpos de la guarnición y Milicia Nacional.
(«fe de dia.—Primer comandante
^^¡ipitandel regimiento infantería del
''í"cipe don Alejandro Berbiela.
Visita de hospital. Artillería de
niontaña.
Habiéndose encargado del cantón
uluitar del Rio de esta capital el co•"oneldon Rafael Muñoz, nombrado
par* este destino por real orden de 28
Y^l anterior, se avisa piuiiconocíinienjo de quien corresponda; y cuyo gefe
Habita calle del Arenal, núm. ü ,
^lí^to principal izquierda.
JíT-R'
L
2
*i lixcmo. señor capitán general de
Castilla la Nueva, en 11 del actual
™e dice lo que copio.
.„*2''den general del H de mayo de
loas en Madrid.—Habiendo sidodesiinados en virtud de real orden de 16
ral 1 ^ último á esta capitanía geneAÁ'
^"'ente coronel, comandante
aei cuerpo de E. M. del ejército, don
íiusebio Ruiz, y el comandante graauado capitán del mismo don Antonio luero y Madrid, este último en
reemplazo del de igual clase don Joa4uin Blake y ((rbaneja, que ha pasa"0 al depósito de la guerra, se hace
•«ber de orden de S. E.en k general
e este dia para conocimiento de las
Clases militares del distrito.»
, Lo que se hace saber en la orden
"e este dia con igual objeto.
El brigadier gobernador interino,
_
SERRANO.
Secretaria del gobierno militar.
El capitán de infantería de reemPiazo don Vicente Alvarez, doña Ma^'ade los Dolores Guerra y Muñoz y
^ofia María de la Encarnación Fernandez y Romero, se presentarán en
®s'a dependencia para enterarles de
'^"os documentos que les incumben.
•~-0. O. de S. S., Juan Rubio.
^^íado mayor de la plaza.—Fiscal
I.n« ' j
militar.
•onorandose la habitación que ocupa en esta el capitán retirado, don
ornas Labayen, que perteneció al
¿^l'miento infantería de Córdoba, se
jj. a por medio de este anuncio en el
,'ario oficial de Avisos, para que tan
«^0 como llcRue á su noticia S3
resoné con el liscal que suscribe, en
i¿r ^'i'resuelos de la antigua casa de
^ r e o s y iinhitacion contigua á la seetaria del Gobierno Militar de esta
L^^'.eon objeto de prestar una del»t!*='0"- Madrid 13 de mayo de
-^^^CJjL''^'^"* militar, José Rubio.
^ftSS¡DENCL\ DElTcÓNSEJO DE
„ ^
MINISTROS.
^ ; M. la reina (Q. D. G.) y su au" * real familia, continúan sin no-
FOLLETÍN.
i35
i-i mm immi
POR
EUGENIO SUE.
EPILOGO.
Señora, hay un gentío inmenso en
''rededores del Elíseo...
¿por que no hace el batidor sePar^V esos grupos? añadió brúsca•^ttite
g„ --Es inconcebible que se oponn "**• ^^ P ^ ^ ^^^ coche del rey...
jj •^'^erida amiga mía, dijo el príncipe
5y''-"iiiUano, esa multitud es muy
j^j^'pacta y seria muy imprudente el
gj^i^T atravesarla en este instante...
gQ^'^incs un poco; todo se reduce á
tarí^' Pn palacio un poco mas
Pase-Walter
"i"'"^'"' ^*J* y ^^ orden de que
«íiop° la princesa con doble mal hujj^ . es mdigno tenerse que parar
L'^ausa de la plebe.
seti_??"erdl, como buen cortesano,
aRua»i"^*'' "^"^ '^ portezuela y, sin
<^rr^- '"»^' '*1'<^ ligeramente del
^ " a j e al suelo.
*b^a»^^*^''^''^' q'"^"^^ raía» que
rji. ^* Y^ la complacencia del geneel L r , ® *^^ ^ él lo que debe hacer
"*iidor.
** co abuso de él, anadió la princetUi * .amargura, tú has abusado de
paciencia esta noche...
4VWé quieres decir?
Provincias:
12 reales al mes^
Galle del Pñnotp«,
Aúm. 14.
deSanAndreSí
Los individuos que á continuación
se espresan, se presentarán á la referida comisión, sita en las casas consistoriales el dia 16 del corriente, de
una á tres de la tarde, para ser alistados ó alegar exención caso de
tenerla.
D. Manuel Tomás Segur^i, id., id., I D. ManuelJCuadriello, id., id., piso
tercero.
cuarto.
I
D. Antonio Prudenza, calle de VerD. Antonio Sánchez, Pavía, 2, prinD. Juan CuadricUo, id., id., id.
gara, número 6, piso principal.
cipal.
D. José Esteban, id., id., id.
D. José Rodríguez, id., id., seD. Segundo Ruiz Belin, id., id., enD. Cándido Campo, id., id., id.
gundo.
tresuelo.
D. Francisco Montero, id., id., terD. Valeriano Ramírez, id., id.,
D.Francisco dePauIaRuiz, id.,id., cero.
^
tienda.
segundo derecha.
D. Modesto Oñoro, id., id., id."
D. Juan Sainz Fada, id., id., bajo.
D. Francisco Cerda, id., 10, seD. Antonio Larra, id., id., tercero
D. RoFcndo Rivas, id., id., id.
gundo.
Ídem.
D. Jofé López Cano, id., 8, quinto,
D. Nicolás Galo de Lema, id., id.,
D. José Larra, id., id., id.
D. JuanAnchet, id , id., principal
Ídem.
^ . * ^
D.
Juan
Fernandez,
plazuela
de
la
D. Guillermo Nagal, id., id., id.
D. Carlos Galo de Lema, id., id.,
Armería,
1.
bajo.
D. Antonio López, id., id., id.
tercero.
D, José Eí!fBand<^,id.. ¡d-, id-.
D. Antolin Fernandez de Villa, id.,
D. Vicente Contreras, id., id., bajo
D.
Francisco
Beindo,
id.,
id
,
id.
ídem, tercero.
interior.
D.
José
Murna,
id.,
id.,
id.
D. Juan Vázquez Parra, id., id.
D. José Jouve, id., id., id.
D. Tiburcio Via, id., id., principal
piso cuarto déreclia.
1). Antonio Luenia, plaza de la
interior.
D. Joaquin María Coronado, id.
Armería, 1. bajo.
D.
José
Prida
Valdés,
id.,
id.,
se10, tercero, id.
D. José Platas, id., 5, piso cuarto.
gundo derecha.
D. Santiago León Arroza.
D. Felipe Patino, id., id., id.
D.
Roque
Meneudez,
id.,
id.,entreD. José Francisco Fandenes, id. id.
J|D. Luis Albarez, id., id., id.
suelo.
piso cuarto.
D. Luís López, id., id., bajo.
D.
Juan
Antonio
Castaños,
id.,
id.,
D. Andrés Garcia Sidra, id., id
D. Carlos Billar, calle Mayor, 118,
segundo.
botica.
segundo.
D.
Juan
Orejón,
id.,
id.,
id.
D. AntonioRedondoGarcia id., id.
D. Francisco Crespo, id., id., id.
D Ángel Menendez, id., id., terpiso cuarto derecha.
D. Rafael López, id., id., tienda.
cero.
D. Manuel Menendez, id., id., terD. Emilio López, id., id., id.
D.
Domingo
Gómez
Fuente,
id.,
id.,
cero izquierda.
D. Vicente Sarto, id., id , id.
principal.
D. Santiago Cáceres, id., 12, seD. José Esquilón y Barbero, id., id.
D. José Maria Martínez, id.,id., id.
gundo, id.
Ídem.
D. Juan Narredo, id., id., bajo.
D. Andrés López, id., id., bajo.
D. Prudencio Menendez, id., id.,
D. Tomas Andrés y Andreí, id., id.,
D, Andrés León, id., id., id.
entresuelo.
ídem.
D.RafaelSanRoman,id., id.,prinD. Agustín Fernandez, id., id.,
D. Antonio Sainz López, id., id..
cipal.
patio.
Ídem.
D. Ángel Sol, id., 14, bajo.
D. José Moretón, id., id., bajo.
D. Augusto Malmet, id., id., seD. Manuel Caldeiro, id., id., id.
D. Juan Villamíl, Mayor, 127, ter- gundo.
D. Manuel Caldeiro (2.°), id., id. id. cero derecha.
a D. Bernardo Garcia, id., id., id.
D. Antonio Arias, id. id., tienda.
Sr. marqués de Ormenar, San QuinD. José Garcia, id., id., id.
D. José Fernandez, id., id., id.
tín, 4, principal.
D. FranciscoPlímargall, id.,id. id.
D. Jacobo de Lara, id., 16, prinD Enrique Boner, id., id., id.
D. Francí«co Pérez, id., id., id.
cipal.
D. Agustín Prol, id., 4, tercero.
Excmo. Sr. duque de Ábranles,
D. Juan Camarina, id., id., tienda.
D. Rufino Garcia Nogueira, id., id. Ídem, 120, principal.
D. Benigno María Ibarra, Lepaulo, ídem izquierda.
D. Pedro José Llaarado, id., id., id.
2, entresuelo.
D. Rafael Nuñez, id., id., id.
D. León Diez, id., id., id.
D. Ramón Vallejo, id., id., tercero.
D. Rafael González del Valle, id.,
D. Ramón Pintado, id., id., id.
D. Luis Claudio Gómez, id., id., pi- 6, segundo interior.
D. Ensebio Martínez, id., id., id.
so cuarto.
D. José Fernandez, id., id., id.
D. Camilo Lomas, id., id., id.
D. Miguel Agustín Príncipe, id.
D! Isidoro Cordón, id., id., id.
D. Carlos Azeña, id., id., id.
idern, principal.
D. Ramón Méndez, id 127, bajo.
1). Francisco Garcia, id., id., id.
D. Julián Príncipe, id., id., id.
D. Carlos Pérez, id., id,, entreD. Marcelino Peña, id., id., id.
D. Gabriel Muñoz Sobrino, id., 4,
D. Antonio Domínguez, id., id., suelo.
bajo.
D. Valentín Alvarez, id., id., prinídem.
b . Tomás Izquierdo, id., id., porD. Francisco Soto, id., id., tercero. cipal.
tería.
D. Manuel Carnero y Aparicio, id..
D. José Pérez, id., id-, id.
D. Manuel María Sánchez, id., id.,
ü. Alvaro Pérez, id., id., piso Ídem, segundo.
sotabanco, número 3.
D. Cayetano Rodríguez de Llano,
cuarto.
D. Manuel Vorcus y Briza, id., id.,
ídem, id., id.
D.
Antonio
Rodríguez
Crallo,
id.,
piso cuarto.
D. Joaquin Rodríguez de Llano,
D. Lorenzo Azcona, id., id., se- ídem, sotabanco.
ídem, id., id.
D.
J»sé
Notario,
id.,
id.,
id.
gundo
D. Ramón Rodríguez de Llano, id.,
D. Alonso deNavaGr mon, id., id.,
D. Pedro de la Puente, id., o, id. segundo.
id , id.
D. Miguel Avellana, id id., bajo
D. Atanasio Rodríguez de Llano,
ü. Tomás González, id., id., piso Ídem,
derecha.
id., id.
quinto.
D. Francisco Carbajal, id., id. piD. José de Marcos, id., id., id.
so cuarto.
D. Francisco Ramírez, id., id , id.
D. Antonio Suarez, id., id., seD. Vicente García Quijada, id., 8, gundo.
D. Silvestre Garcia, id., id., boarpiso cuarto.
dilla.
1). Juan García Bellas, id., id., id.
D. Luis Maria de la Torre, id., id.,
D. Pablo Maria Sacz, id., id prinD. José Gamarra, San Quintín, 10,
bajo.
cípal.
tercero.
D. Vicente Varó, id., id tercero
D. Benito Am.nrtoy, id., id., id.
D. José Murías, Factor, 4, prinderecha.
D. Vicente Okendo, id., id., id.
cipal.
D. José Sonda Arganda, id., ¡d.
D. Eugenio Donoso Corles, id., id.,
D. Juan José González, id., id., enbajo izquierda.
' entresuelo.
tresuelo.
' iíí D. Francisco González, id., ídem.
Ídem.
D. CristóbaltRíeFgo, id., id., bajo.
D. Juan Franco, id., id., id.
D. Gabriel López, id., 6, id. H-^n
D. Manuel Alonso, id., id., segundo.
D. Antonio Fernandez, id., id., entresuelo.
,
^ D . Julián Samaniego, id., id., principal.
D. Juan Gil, id., 8, ba'o.
D. Eustasio del Rey, id. 10, cuarto*
D. Antonio Villalba, id., id., segundo. a|»P'
D. Martin Platel, id., id., id.
D. Juan Zazo de Larez, id., idera,
principal.
D. José Villar y Salcedo, id., 14,
Ídem.
B . Manuel {Gante, id., id., segundo.
D.'Juan Martínez, id., id., tercero.
D.f Antonio Marqués, id., id.
D. Santos González, id., id., bajo.
D. Felipe Vegas y la Cámara, id.,
ídem, id.
D. Jacinto Garcia, id., id., principal.
D. Andrés Orejas, id. id., segundo.
D. Juan Francisco de las Herrerías, id., 16, id.
D. José Antonio Gutiérrez, id., id.,
boardilla.
D. Feliz Millan, id.. 7, cerrajería.
D. Lesmes Hernando, id., id., id.
D. Víctor Romero, id., id., id.
D. José Montero, id., id., bajo.
D. Pedro López, id., id-, id.
D. Ambrosio Casas, id., id., derecha.
D. Ramón Pérez, id., id., id.
D. José Allende, id., id., id.
D. Pedro Guardado, id., id., id.
D. Antonio Santa Maria, id. ídem,
ídem.
D. Pedro Francisco, id., id., id.
D. Juan García, id., id., id.
D. Martin López, Factor, 7, principal interior.
D. Lucas Villar, id., id., id.
D. Manuel Montero, id. id. bajo.
D. Antonio Lezo, id., 9, entresuelo
derecho.
D. José Arranz, id., id., id.
D. Alejo del Peral, id., id., segundo izquierda.
D. CarlosFeijóo, id., id., id.
D. Juan Manuel Pérez, id., id., id.
D. Andrés Méndez, id., id., id.
D. Domingo Rodríguez, Plazade
Oriente, 4, principal.
D. Tomás de Ancos, id., id., bajo.
D. Ángel Morales, id., id., cuarto.
D. Ramón Valencia, id., id., tercero derecha.
ü. Jo«é Acel)cdo, id , id., cuarto.
D. l.*ídio Acebedo, id., id-, id.
D. Andrés Abelmo, id., 10, Iwiio.
D. Gregorio Ramos, id., id., id.
D. Sebastian del Olmo, id., id., piso cuarto.
D. José Ramos ^ueipo, id., id.,
tercero.
.—Esta noche, á la vista de todo el
mundo, se ha portado Vd. bien ligeramente delante de la joven Fitz Clarence... y yo...
—Vamos, respondió el principe encogiéndose de hombros, volvemos á
los celos...
—Cuida Vd. mucho de justificarlos, caballero... yo creía que la edad
calmaría sus pasiones, y que los escándalos de que la villa Farnesia fue
vergonzoso teatro antes de nuestro
enlace, no se repetirían... y veo que
me he engañado.
Aquellas reprensiones llamaron inopinadamente á la memoria del principe los recuerdos de la bella condesa
de Villetaneuse y se sonrió con una
satisfacción secreta, pensando en
aquella brillante conquista de su juventud. Iba, sin embargo, á tratar de
apaciguar á su esposa cuando oyó
crecientes rumores que salían del centro de los grupos, y á la luzrogiza
de las hachas que tenían los lacayos, de pié á la trasera del coche,
vio el principe á la muchedumbre,
contigua al cuerpo de guardia, agitarse al rededor de una camilla, llevada
[)or dos mujeres, y ([ue cubierta con
una sábana ensangrentada, dibujaba
unas formas humanas... y cerca do
aquella especie de camilla caminaba
Fortun ea traje de miliciano.^
Carlos Maximiliano no reconoció al
platero y se conmovió vivamente á
vista de aquella escena, que pasó delante de él como una fúnebre visión
iluminada por el resplandor délas
hachaSí
Aquellos resplandores llamaron la
atención de Fortun hacia la carroza
del principe... le reconoce... y se lanza pálido, terrible... á través de la
multitud... y abriendo bruscamente
la portezuela coje convulsivamente á
Cár:os Maximiliano por un brazo, gritando con amenazadora voz:
—De rodillas... caballero... de ro-
dillas.. delante de todo moribundo se
arrodilla uno... y esa que pasa es una
víctima de V. A.
—Insolente! dijo Carlos Maximiliano confundido y absorto, no reconociendo todavía bajo su uniforme al
platero, y volviéndose al fondo del
carruaje al lado de la princesa, lleno
de terror é indignación. Qué es lo
que quieres? quién eres?
—Soy Fortun Sauval, señor: la mujer que allí llevan bajo el ensangrentado paño, y muere de un navajazo...
ef Aurelia de Villetaneuse... la mu
jer que V. A. ha seducido!
—Gran Dios! murmuró el príncipe, desvanecido y asustado: ella!...
asesinada!... oh... eso es horrible!
—Venid, señor... respondió el platero, con temblorosa voz... y no pudiendo dominarse, tiró violentamente del príncipe, dicíéndole:
Venid á presenciar la agonía de la
mujer que habéis perdido!... venid á
pedir perdón, á Dios y á los hombres,
del mal que habéis hecho!...
Carlos Maximiliano, herido de una
especie de vértigo y bajo el peso del
horror y de los remordimientos, se
precipitó del coche á pesar de los
atronadores gritos de la princesa, y
siguió raaquina'mente á Fortun, atravesando en pocos pasos la embobada
muchedumbre, que presenciaba aquella escena, tan rápida como vehemente, y entró en al cuerpo de guardia en que el doctor Pascal se apresuraba ya en suministrar los primeros auxilios á Mad. de Villetaneuse,
colocada desde cortos instantes sobre
un catre.
Las sales y una cucharada de ethcr
reanimaron por un momento á Aurelia moribunda, y medio abrió los
ojos en ocasión en que Fortun y Carlos Maximiliano entraban en el cuerpo
de guardia, cerrando en seguida la
puerta para (jue no so precipitase la
multitud.
por tan justas y enormes palabras,
dichas en medio de un silencio profundo, no se atrevió, no [)udo responder, á pesar del orgullo de su raza soberana. Sin embargo, iba á balbucear alguna justificación, cuando
la puerta del cuerpo de guardia se
abrió, y entró pi-ecípitadamente el
general W^alter, diciendo:
—Señores, no está aquí S. A.?
Y reparando en el principe, se adelantó vivamente á el y añadió:
—Señor, la señora princesa meenvía cerca de V. A.
—Oh! si, ven... Walter... ven...
esclamó Carlos Maximiliano azorado
y saliendo seguido del general. Hay
una justicia eu él cielo!...
Los restos de Aurelia de Villetaneuse fueron trasladados á casa de'
Fortun Sauval, donde Mariana cerró
piadosamente los párpados de su hermana, y ella misma la amortajó.
Angelo Grimaldi espió sus crímenes en un patíbulo, y Mad. Bayeul
fué condenada á reclusión perpetua.
Mr, Joufroy, murió lenta y dulcemente sin recobrar la razón.
Miguel, consocio de Fortun Sauval,
llegó á ser tan grande artista conlo stt
maestro, vivió dichoso al lado de su
mujer y de Catalina cuya heroica rehabilitación admiró mas cada vez. El
señor Laurencio vivió todavía bastante, y la tía Prudencia no dejó de hacer
rabiar á su marido Roussel y de rodearle de los cuidados mas puros y
entrañables.
Mariana y Fortun compartieron la
felicidad de sus amigos, y el tiempo,
ese inexorable compensador, aquietó
y pocoá poco borró las dolorosas
impresiones que, por la muerte de
Aurelia de Villetaneuse, entristecían
los días de los que la sobrevivieron.
' vedad en su importante salud, en el
real sitio de Aranjuei.
Gobierno de la provincia de Madrid.
Según los partes sanitarios dados
en las últimas 24 horas por los señores profesores de la ciencia de curar
y que están de manifiesto en estas oficinas para satisfacción del que quiera examinarlos, resulta lo íiguiente:
MADRID.
Invadidos del cólera-morbo. . 22
Muertos de los anteriormente
invadidos
7
Id. de los invadidos en estedia
4
El estado de salud pública en los
demás pueblos de la provincia no
ofrece novedad alguna, scfiiin los
partes recibidos de los señores alcaldes.
Madrid á las doce de la noche del
13 de mayo de 18So.—Luis Sagasti.
QUINTAS.
Distrito del Congreso.
El jueves próximo 17 del corriente y hora de las nueve en punto de su
mañana, he acordado se termine definitivamente el acto del juicio de
exenciones y declaración de soldados:
al efecto se previene que todo individuo comprendido en la adjunta lista
se presente á deducir las exenciones
de que se crean asistidos, en la inteligencia que el que no compareciese
le parará el perjuicio á que dé lugar
su morosidad.
4 Venancio Pérez.
6 Pedro García y Soriano.
10 José Granda.
12 Joaquín Ugarte.
14 Pedro Labarrera.
29 Bautista Mombuela.
42 Ignacio García Caballero.
43 lídro Rodríguez.
47 Manuel Pérez.
S9 Antonio Pérez.
62 Pedro Nuñez.
63 Julián Montalvo.
76 Celedonio ^García.
77 José Antonio Sular.
80 José Garcia.
96 Ramón Mares.
101 Ramón Fernandez.
1P,9 FrantíisopOto.
114 Andrés Garcia Sierra.
118 Francisco Garcia.
129 Francisco Canoa.
131 Pedro ürcar.
Madrid 14 de maj'o de 1833.—El
alcalde constitucional, presidente,
L-.IÍS de Emlrambasaguas.
3
Ayuntamiento conslilucional de
Madrid.
COMISIÓN DE MILICIA NACIONAL.
Nombres y apellidos.
El principe se creyó juguete de un
sueño horroroso, cuaudo vio sobre
aquel indecente colchón, y en un
cuerpo de guardia, tendida y espirante, y con el. pscho traspasado, á
aquella mujer tan radiante en otro
tiempo de belleza y juventud, y que
ahora permanecía petrificada y con
la mirada fija.
Fortun se arrodilló al lado de Aurelia, y los demás milicianos, repartidos por el cuarto, guardaron el ma«
melancólico silencio.
Las tres mujeres que habían conducido á la condesa lloraban, y el
doctor Pascal, moviendo tristemente
la cabjza, consultando aun otra vez
el pulso de la victima, parecía reniuiciar á toda esperanza.
Mad. de Villetaneuse reconoció en
seguida á Fortun y después á Carlos
Maximiliano y llevó sus débiles manos
á la írente, como si despertase de un
sueño: sus hundidos ojos empañados par la proximidad de la muerte
se abrieron del todo... y sus labios
cárdenos se agitaron imperceptibles,
sin articular una sola palabra. Después, por un esfuerzo supremo murmuró estas palabras entrecortadas
por los frecuentes ahogos de la respiración en la última hora.
—Fortun... no esperaba morir átu
lado... mi amigo de la niñez... perdóname... ruega á Mariana... á mi tía...
á mi padre si ha recobrado la razón.... que rae perdonen
También... yo...
Aur-ilia tuvo que interrumpirse por
un instante; hizo entonces un movimiento para volver su lánguida cabeza hacia el principe que de pie y con
el rostro entre sus manos, sollozaba;
pero no pudo dirigirle mas que una
espirante mirada, y añadió con voz
cada vez mas debilitada y oprimida:
—Maximihano... me habéis... abandonado... cruelmente... y... esc abandono... tal vez ha... causado... mi
desgracia!... yo... os... per... dono...
Y sintiendo que su vista se ofuscaba y la embargaba el frió de la muerte balbuceó:
—Fortun.... tu mano.... ah!
yo... su...
Tales fueron las últimas palabras
inteligibles de la condesa: echó hacia atrás la cabeza y sus dedos se
crisparon. Sin embargo, aun pronunció el nombre de Angelo... y después
exhaló su alma entre los brazos de
Fortun Sauval, que dando desgarrares gritos no sabia separarse del cadáver.
Horrorizado el príncipe le temblaban las rodillas, y pudiendo apenas
contenerse parecía clavado cerca del
lecho fúnebre...
El doctor Pascal se adelantó lentamente, y apoyando una mano sobre
el brazo de su alteza serenísima, le
dijo en voz baja y grave, señalándole
con un gesto á las tres mujeres compañeras de la condesa:
—Señor... ya veis á esas tres desgraciadas: el abandono, la miseria y
tal vez el hambre, las han sumergido en el fango mas horrible en que
pueda arrastrarse criatura humana...
Madama de Villetaneuse cayó de desgracia en desgracia en ese mismo
fango... era la compañera de esas
mujeres... y en la tasca en que vivia
es donde-ha sido asesinada...
—Oh! basta... basta... caballero...
Murmuró Carlos Maximiliano confundido: basta... porjjjedad... basta...
—No, una vez siqiuera oiréis en
vuestra vida la verdad, señor... V. A,
ha empleado medios infames para seducir á Mad. de Villetaneuse... y después la ha abandonado cruelmente...
V. A. es una de las causas principales
de su desgracia... y merece el odio y
el desprecio de todo hombre de bien:
salid, señor, salid... porqde nos inspiráis horror!....
Anonadado su alteza seveuisima
mm
FIN.
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