~iax · IH-n. D DELFINO CARRO MUÑOZ TLAXCALA 2012 EL&fá" LOS TLA CALTECAS DELFINO CARRO MUÑOZ CONSEJO NACIONAL PARA LA CULTURA Y LAS ARTES GOBIERNO DEL ESTADO DE TLAXCALA INSTITUTO TLAXCALTECA DE LA CULTURA MARIANO GONZÁLEZ ZARUR Gobernador Constitucional del Estado de Tlaxcala WILLEBALDO HERRERA TÉLLEZ Director del Instituto Tlaxcalteca de la Cultura Luz ESTELA HERNÁNDEZ TÉLLEZ Coordinadora de Patrimonio Cultural y Programas del Instituto Tlaxcalteca de la Cultura Este libro se editó con el apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y del Instituto Tlaxcalteca de la Cultura, a través del Programa de Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico de Tlaxcala, emisión 2012. EL ~/JlfÚ DE LOS TLAXCA LTECAS Primera edición, Febrero de 201 2 © I N STITU TO TLAXCALTECA DE LA CULTURA Av. Juárez No. 62 Centro, Tlaxcala, Tlax. C.P. 90000 Núm. de registro: 03-2011 -09071 0430500-01 Las ilustraciones corresponden a: El lienzo de Tlaxcala, A rqueología mexicana No. 91, l a ciudad virreinal de Tlaxcala y Tlaxcala Mo nografía Estatal. La Ilustración de la portada corresponde a El Lienzo de Tlaxcala (Tlaxcallan 29) Diseño editorial: Ana Lucinda Torres Calderón Prohibida la reproducción total o parcial de la presente obra. Impreso y hecho en México A Inés CONTENIDO Introducción ............................................................................................... 9 LOS AZTECAS l. Nace la leyenda ........ ................................................................... 13 2. Mexi .... .......................................................................................... 14 3. La migración ............. .................................................................. 16 4. La ceremonia del Fuego Nuevo .............................................. 19 5. La fundación ............................................................................... 20 6. Los tlatoanis (de 1376 a 1521) ................................................ 22 7. Más cultura mexica ................................................................... 48 · LOS TLAXCALTECAS 8. Sus orígenes ...................... .......................................................... 58 9. La peregrinación .......................................... .............................. 59 10. Los tecuhtlis de los cuatro señoríos ...................................... 61 11. Los señores que recibieron a Cortés .................................... . 65 12. Rasgos culturales ....................................................................... 66 UNA TEMÁTICA OBLIGADA 13. Las guerras floridas ................................................................... 76 14. Tlahuicole .................... ................................................................ 78 15. Los tributos al imperio azteca ................................................ 80 16. El bloqueo a los tlaxcaltecas .............................................. ..... 82 17. Xicohténcatl Axayacatzin ........................................................ 84 18. Tres batallas significativas ....................................................... 87 19. La polémica alianza ................................................................... 92 20. Otras alianzas ............................................................................. 94 EL U:.y/1[,~ DE LOS TLAXCALTECAS Aztlán; Moctezuma, Motecuhzoma; Texcoco, Tezcoco; Xicotencatl, Xicohténcatl. Y con respecto a los momentos de los eventos, algunos autores defienden sus propios criterios; sin embargo, para ciertos analistas, las fechas no son tan relevantes. Pues bien, con las breves pero indispensables páginas del último capítulo -en los tres anteriores se comparan dos culturas- se pretende borrar una huella, lavar una mancha y rescatar el honor y el patriotismo de los tlaxcaltecas ya que muchos vecinos iletrados se han empeñado en empañar. DELFINO CARRO 10 MuÑoz LOS AZTECAS l. Nace la leyenda 2. Mexi 3. La migración 4. Las ceremonias del Fuego Nuevo 5. La fundación 6. Los tlatoanis (de 1376 a 1521) 7. Más cultura mexica "Yo os iré sirviendo de guía, yo os mostraré el camino''. (Huitzilopochtli) 11 LOS AZTECAS l. NACE LA LEYENDA De todas las leyendas mexicanas, antiguas y contemporáneas, sobresalen dos: de la primera se cuenta que hace más de diez siglos, en Tula Hidalgo -cuna de los toltecas-, floreció una civilización cuyo guía era un dios blanco y rubio. En ese mítico lugar nació "La leyenda de Quetzalcóatl''. La segunda leyenda significativa se titula: "El Amor de los Volcanes": -Iztaccíhuatl-Popocatépetl-; al respecto, el peruano José Santos Chocano, conocido como El Cantor de América, al quedar maravillado de los majestuosos guardianes de la Ciudad de los Palacios, escribió el bello poema épico "El Idilio de los Volcanes''. También existe otra leyenda; la más interesante, la más polémica, la que le ha dado el nombre a la nación mexicana; esa epopeya se relaciona con el origen de un pueblo llamado Aztlán. Ahora bien, después de haber consultado varias fuentes históricas, es menester hacer un brevísimo resumen: De Aztlán, Lugar de las Garzas, algunos autores pregonan que dicho pueblo queda al noroeste de Mesoamérica, otros lo ubican en el sur de los Estados Unidos; no falta quien asegura que vivieron en un lago del occidente de México. Sobre el mismo caso, la revista Los Mexicas INAH - SEP, argumenta: Los mexicas eran originarios de Aztlán, una isla situada en una laguna, en donde vivían como tributarios de los aztlanecas 13 EL u:.y~IV DE LOS TLAX C ALTE C AS dueños de la tierra. En la laguna pescaban, cazaban aves acuáticas y recolectaban animalillos y otras especies lacus.tres -por lo que se llamaron atlacachichimecas-. Con ellos se alimentaban y pagaban el tributo a sus señores. Como los aztlanecos exigían demasiado tributo, los sacerdotes dirigentes de los mexicas decidieron abandonar con su pueblo esa tierra y buscar un sitio mejor para establecerse. También, el citado cuaderno del México Prehispánico, señala todavía: "Aztlán se localiza probablemente en el actual Estado de Nayarit''. Y para confirmar el lugar, el geógrafo Antonio García Cubas aporta otros datos: Aztatlán - actualmente se llama Mexcaltitlán-, la capital de Áztlan fue localizada en el siglo XIX, en una isla de una laguna costera del estado de Nayarit. Áztlan era uno de los cuatro señoríos chimalhuacanos del occidente del país. 2.MEXI El aztecólogo, escritor y periodista oaxaqueño Rafael Antonio Rosales, Miembro de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística y de otras instituciones culturales, descubrió e interpretó el Jeroglífico Azteca de México; además, divulgó el verdadero significado del nombre que los aztecas dieron a nuestro país; también publicó un 1 A. LOS AZTECAS estudio completo acerca de la vida y la obra de Mexi. De este personaje legendario se anotan algunos datos biográficos: Mexi nació el 27 de noviembre del año de 1039. Fernando Alvarado Tezozómoc, en su Crónica Mexicáyotl, dice que fue hijo de un rey de Áztlan cuyo nombre era Moctezuma al igual que dos posteriores tlatoanis de Tenochtitlan. Mexi es un nombre propio, se pronuncia Meshi y es apócope de Mexíctin. Esta deidad tuvo dos nombres; el primero, Huitzilton o Huitziton, "Colibrí Pequeño" o "Colibrillo"; años después, por ser zurdo "opochtli" y por demostrarle a su gente que era un guerrero valiente, lo llamaron Huitzilopochtli "Colibrí Zurdo"; el segundo nombre fue Mexictli de Metl, nombre náhuatl del agave y Xictli, centro u ombligo y quiere decir "Centro u ombligo de maguey''. Para algunos especialistas en la materia, no es bien visto el significado de esta última expresión. En la investigación que realiza Antonio Rosales, cita que Mexi fue un hombre real, un extraordinario ser humano, un personaje de carne y hueso, un caudillo que guió a su pueblo por más de medio siglo en busca de lugares acogedores y a su muerte, los aztecas lo veneraron como a su Dios. Una crónica sostiene que murió en 1116 a la edad de 77 años de edad -en Cohuatépec, hoy Coatepec-. Otro códice aclara que falleció en Culhuacán al pie del Cerro de la Estrella, actualmente Distrito Federal. IS EL U:Jlft,I[/ D E L OS TLAXCALTECAS Un documento del siglo XVI, atribuido a Fray Andrés de Olmos, asegura que después de su muerte, sus ropas y sus huesos fueron venerados por los aztecas. La tradición oral comenta que en 1521 sus restos óseos fueron arrojados al Pantitlán -un remolino que había en el lago de Texcoco- para que no lo mancillaran los conquistadores. En una conferencia editada con motivo del aniversario del natalicio de Mexi, el aztecólogo Rosales recuerda que a la muerte del héroe, los mexicas adoptaron el nombre de Mexítin -plural de Mexi-, palabra náhuatl que se traduce como "Mexicanos''. Finalmente, cuando los aztecas llegaron al islote señalado por su dios Huitzilopochtli-Mexi, lo llamaron Mexíhco, "Lugar de los Mexitin'; o sea, México -vocablo castellanizado- es el "Lugar de los Mexicanos''. 3. LA MIGRACIÓN La revista Arqueología Mexicana número trece página quince, anota: "1113. Los mexicas salen de Aztlán" Este dato coincide con el primer Fuego Nuevo realizado en 1165; consecuentemente, ésta sería la fecha más probable del inicio de su aventura. El Códice Boturini o Tira de la Peregrinación que se halla en la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia de la Ciudad de México, refiere que los aztecas 16 LOS AZTECAS salieron de Aztlán en el año 1 tecpatl {1116 d. c.) de la cronología mexica. En relación al momento en el que iniciaron su éxodo, ciertos cronistas mencionan distintas fechas; por ejemplo, en la página siete de la obra Mexi a la letra dice: Las fuentes más auténticas de nuestra historia informan que la partida de los aztecas, de Áztlan hacia su histórico destino, fue el año de Ce Técpatl-Uno Pedernal, correspondiente a nuestro 1064. Independientemente de los diferentes criterios, se sabe que cuando se separaron, los aztecas cruzaron la laguna en canoas. Una vez más, el citado cuaderno Los Mexicas del Museo Nacional de Antropología, señala: Iban conducidos por cuatro sacerdotes: tres hombres y una mujer, que se llamaban teomamas porque cargaban en la espalda la imagen del dios de la tribu: Huitzilopochtli. Los sacerdotes que salieron de Aztlán al frente del grupo eran: Tezcacóatl, Iztacmixcoatzin, Apanécatl y la mujer Chimalma. Durante su recorrido que duró más de dos siglos; conocieron muchos pueblos, tuvieron encuentros bélicos con otras tribus, pasaron hambres, sufrieron persecuciones, celebraron Fuegos Nuevos y realizaron sacrificios a sus dioses. 17 EL f!:,S:J~~ DE LO S TLAXCALTECAS A continuación se anexa un cuadro tomado de la revista Arqueología Mexicana número ochenta y uno, en donde se detalla su largo peregrinaje: .......... El último sitio en el que habitaron se llamó Tizapán -lugar de las víboras venenosas-. Este paraje estaba 18 LOS AZ T ECAS deshabitado y fue donado por Coxcoxtli señor de Culhuacán con el fin de que las serpientes los acabaran. Tiempo después, por un sacrificio humano cometido por los alojados, dicho rey ordenó su expulsión y nuevamente huyeron guiados por su dios tutelar. 4. LAS CEREMONIAS DEL FUEGO NUEVO En cuanto a la celebración del Fuego Nuevo, algunos manuscritos han ofrecido información detallada y confiable, pero en cuanto a las fechas de estos acontecimientos, los especialistas no han unificado criterios; defienden sus propias versiones. Y para que a su paso por determinados lugares los mexicas iniciaran el ritual del Fuego Nuevo, primero se organizaban: un grupo construía un teocalli, otro buscaba el copal para la ofrenda, un tercero salía en busca de prisioneros para sacrificarlos; por la noche, sacaban lumbre de un palo seco frotándolo con otro palo delgado y cuando ya estaba hecha, abrían las entrañas del cautivo, le arrancaban el corazón y lo lanzaban al fuego. Y concluían danzando y cantándole a Huitzilopochtli. Además, hay que recordar que como ya computaban el tiempo en base al calendario mesoamericano, esas ceremonias las establecían cada cincuenta y dos años y simbolizaban el final de un ciclo; es decir, para ellos se daba la "atadura de los años" -Toxiuhmolpilli-. 19 EL t:-0:.J/lt,tV D E LOS T L AXCALTEC A S La siguiente cronología puede estar sujeta a polémicas; sin embargo, debe considerarse: El primer Fuego Nuevo se realizó en Coatepec en el año de 1165, el segundo en Apazco 1217, el tercero en Tecpayocan 1269, el cuarto en Chapultepec 1321, el quinto en 1373, el sexto en 1425, y el séptimo en 1477 (aseguran que estos tres últimos se llevaron a cabo en Tenochtitlan). La revista Arqueología Mexicana número trece Edición Especial, describe que la última ceremonia se practicó en el año de 1507. El historiador George G. Vaillant en su obre La civilización Azteca (FCE) da a conocer otros datos: tres ceremonias del Fuego Nuevo se hicieron en 1403, 1455y1507; fechas que no coinciden con las anteriores porque alteran el ciclo y siembran dudas entre los investigadores. 5. LA FUNDACIÓN Un poco de literatura no le hace daño a nadie: Pobrecitos los mexicas, salen de una isla llamada Aztlán, cruzan la laguna en canoas, llegan a tierra y después de dosciento ~ años de andar de aquí para allá, arriban a otra laguna denominada Metztliapan, "el canal de la luna" propiedad d( Azcapotzalco y ahí se llevan la gran sorpresa. Pero: ¿Cuáles fueron las causas que obligaron a los me· xicas salir en desbandada del último poblado en el qw tranquilamente habitaban? Sobre este asunto, el Docto1 20 LOS AZTECAS León-Portilla nos recuerda un acontecimiento lamentable: Después de varios años de permanecer en Culhuacán, hacia 1323, los aztecas, cumplieron un designio siniestro de Huitzilopochtli. Sacrificaron a la hija de Achitómetl, nuevo señor de Culhuacán, para convertirla en su diosa Yaocíhuatl, "mujer guerrera'; su protectora, esta vez paradójicamente de origen tolteca. Tal sacrificio sangriento provocó la justa ira de los culhuacanos, que expulsaron a los aztecas de Tizapán y los forzaron a huir hacia el interior del lago. Por otra parte, según la tradición, fue el 18 de julio de 1325 cuando en el interior del lago - de Texcoco- observaron un islote y en él a un águila parada en un nopal devorando una serpiente. Finalmente, en ese lugar señalado por Huitzilopochtli, fundaron México-Tenochtitlan: México en honor a su dios Mexi y Tenochtitlan por su jefe Ténoch -quien según las fuentes murió en 1363-. Las siguientes estrofas, pertenecientes a viejos textos indígenas, fueron tomadas del libro Los Antiguos Mexicanos del erudito Miguel León-Portilla; en ellas, se habla poéticamente de su asentamiento: En el año 2-casa (1325), llegaron los mexicas, en medio de los cañaverales, en medio de los tulares 21 EL U:.Jlft,11/D E LOS TLAXCALTECAS vinieron a poner término, con grandes trabajos vinieron a merecer tierras. En el dicho año 2-Casa, llegaron a Tenochtitlan. Allí donde crecía, el nopal sobre la piedra encima del cual se erguía el águila: estaba devorando (una serpiente). 6.- LOS TLATOANIS (de 1376 a 1521) A partir de 1325 y antes de 1376 -cincuenta años más o menos-, los aztecas carecían de un jefe supremo, los representantes del numeroso grupo eran los ancianos, los sacerdotes y Ténoch. En seguida se presenta una breve biografía de cada uno de los once gobernantes que tuvieron los mexicas; y de paso, se indica entre paréntesis el tiempo o período que estuvieron en funciones. ACAMAPICHTLI "Manojo de Cañas" (1376-1396). Este personaje, hijo del mexica Opochtli y de la princesa colhúa Atotoztli, fue el primer Huey Tlatoani -gran señor- de los aztecas. Sucede que, para borrar viejos agravios que los mexicas les hicieron a los culhuacanos en el reciente pasado, los sacerdotes le pidieron a Naúhyotl, nuevo señor 22 LOS A ZTEC AS de Culhuacán que los gobernara su hijo el príncipe Acamapichtli, descendiente de los toltecas. Los siguientes versos, tomados de la Crónica Mexicáyotl confirman dicha petición: ¡Oh señor, oh nieto nuestro oh rey...! Venimos a pedirte humildemente para tu ciudad de Tenochtitlan, queremos llevarnos a tu siervo, tu recuerdo, tu hijo y vástago, nuestro collar, nuestra pluma de quetzal, el llamado ltzpapálotl Acamapichtli. Nos lo concederás, en nuestro hijo mexicano, también sabemos que es nieto de los culhuacanos. El ha de cuidar la pequeña ciudad de México-Tenochtitlan ... En otra estrofa, el soberano Naúhyotl, después de consultar el caso con los ancianos y con su pueblo, dio una respuesta favorable a los demandantes: Que gobierne Acamapichtli a la gente del pueblo, a los que son siervos de Tloque Nahuaque (el Dueño del cercado y del junto), 23 EL u:y~/V DE LOS TLAXCALTECA S que es Yohualli Ehécatl, el que es noche y viento, de Yoatzin, Tezcatlipoca, y del sacerdote Huitzilopochtli. .. Durante su mandato que fue de 21 años, emprendió, con el apoyo de su gente, varias tareas: modernizó su comunidad; las casas fueron de piedra y edificó un nuevo templo a Huitzilopochtli; en ese lapso se hicieron más populares pero seguían pagándoles tributos a los tepanecas de Azcapotzalco, dueños del islote en donde sus antepasados se instalaron. Al mismo tiempo, los jóvenes se ejercitaban en el arte de la guerra y peleaban al servicio de los tepanecas. Se dice también que en esos años sometieron a varios pueblos del sur de México y de Morelos -Xochimilco, Mízquic, Tláhuac, Tenayuca, Cuauhnáhuac-. Y por último, cuentan que fue un buen gobernante y falleció en 1396. "Pluma de Colibrí" (1396-1415). Este segundo señor de México-Tenochtitlan fue hijo de Acamapichtli. Su casamiento con una de las hijas de Tezozómoc, rey de Azcapotzalco, les trajo beneficios a su pueblo: disminuyeron los impuestos que pagaban, hicieron alianzas políticas y les permitieron la construcción de un acueducto de Chapultepec a Tenochtitlan -con frecuencia les faltaba agua-. Por las relaciones que tuvieron con otros vecinos a través de matrimonios, consiguieron algunos productos: HUITZILÍHUITL 24 LOS AZTECAS algodón y diversos alimentos. En esa época se preocupó por la instrucción de su gente; aparecieron dos escuelas: en el Calmecac se impartía educación superior para nobles, sacerdotes y se enseñaban las artes y las ciencias; el Telpuchcalli era un centro para educar a los adolescentes y a las personas de la clase inferior. Aseguran las crónicas que este tlatoani murió sacrificado en Culhuacán en 1415. "Escudo Humeante" (1415-1427). Fue hijo de Huitzilíhuitl y de Ayauhchihuatl, fue el nieto preferido de Tezozómoc y pasó a ser el tercer gobernante de los mexicas. Las obras más relevantes que promovió durante una década de gobierno, son: logró la suspensión total de los impuestos que les pagaban a los tepanecas, gestionó el permiso para reforzar el acueducto de Chapultepec, construyó -con el esfuerzo de sus hombres- un puente que unió a la pequeña isla con tierra firme. Le ayudaron a Tezozómoc y sometieron a Huexotzinco, a varios pueblos del valle de Toluca y en 1418 a Texcoco. Sin embargo, continuamente se vieron amenazados por los tepanecas; tanto que, Maxtlatzin, el "Tirano Maxtla'; hijo de Tezozómoc y señor de Coyoacán, planeaba, a toda costa, destruirlos y ejecutar a su líder. Acerca de la muerte de Chimalpopoca, existen tres versiones: Maxtla lo mandó a eliminar, él mismo lo asesinó o se suicidó en 1427. CHIMALPOPOCA 25 EL ITZCÓATL U'!.J/ft/Ú DE LOS TLAXCALT EC A S "Serpiente de Obsidiana" (1428-1440). Este cuarto soberano, hijo de Acamapichtli y de una hermosa esclava de Azcapotzalco, estuvo trece años al frente de los aztecas, en esa etapa, alcanzó notables beneficios. Antes de concretar una síntesis, se debe precisar que desde 1325 hasta 1427, las tierras que ocuparon los protegidos de Huitzilopochtli pertenecían a Tezozómoc; consecuentemente, los tres primeros gobernantes: Acamapichtli, Huitzilíhuitl y Chimalpopoca, vivieron bajo el dominio de Azcapotzalco. La primera preocupación del nuevo rey consistió en preparar a sus guerreros para hacerles frente a los tepanecas, más tarde cambió de opinión, le propuso a su pueblo rendirse al usurpador. Entonces aparece en escena Tlacaélel - este iluminado del Dador de Vida fue vástago de Huitzilíhuitl y de una hija de Tezozómoc; además, fue sobrino de Itzcóatl y hermano de Motecuhzoma Ilhuicamina- y muy decidido tomó la palabra para decirles: ¿Qué es esto, mexicanos? ¿Qué hacéis? Vosotros estáis sin juicio: aguardad, estaos quedos, dejadnos tomar acuerdos sobre este negocio; ¿tanta cobardía ha de haber que nos habemos de ir a entretejer con los de Azcapotzalco? Y llegándose al Rey, le dijo: Señor, ¿qué es esto? ¿Cómo permites tal cosa? Hablad a este pueblo; búsquese un medio para nuestra defensa y honor, y no nos ofrezcamos así tan afrentosamente entre nuestros enemigos. 26 LOS AZTECAS Es de suponerse que la intervención de Tlacaélel, pariente del soberano, influyó en el grupo; por lo tanto, conmovido y apenado, el rey ltzcóatl, intervino motivado: ¿Todavía determináis de iros a Azcapotzalco? Cosa de gran bajeza me parece: yo quiero dar un corte que sea a nuestro honor y no con tanta deshonra como vosotros hacéis. Aquí estáis todos los señores y principales, tíos, hermanos y sobrinos míos, todos de valor y estima:¿ quién de vosotros será osado a ir ante el rey de Azcapotzalco a saber de la determinación suya y de su gente? Si están ya de aquel parecer de destruirnos sin poderse revocar, si no tienen lástima de vernos en este aprieto y aflicción; aquí estáis; levántese uno de nosotros y vaya. ¡Perded, mexicanos el temor! El único que se entrevistó con el rey de Azcapotzalco para negociar la paz fue Tlacaélel; no logró persuadido. En seguida, los mexicas prepararon sus armas. Uno de los apoyos que vino a reforzarlos fue la infantería de Nezahualcóyotl. Este poeta de Texcoco tenía una cuenta pendiente con los tepanecas. Ellos habían asesinado a su padre; en consecuencia, Itzcóal, Tlacaélel, Nezahualcóyotl y Motecuhzoma Ilhuicamina, al frente de aguerrida tropa, en el año !-Pedernal (1428) -según la Crónica Mexicáyotl-, atacaron Azcapotzalco, destruyeron la ciudad, acabaron con la gente y, el terrible Maxtlatzin, tuvo que huir. Posteriormente se repartieron los productos de esa guerra. También se debe subrayar que los tlaxcaltecas y 27 EL u:.y~¡(/ D E L OS T LA XCA L TEC A S los huexotzincas apoyaron a loso tenochcas para vencer al ejército de Maxtla. A continuación se anota lo más relevante que logró Itzcóatl para su pueblo: Mandó construir templos a Cihuacóatl "Mujer Serpiente" a Huitzilopochtli y organizó la jerarquía religiosa. Ordenó que se quemaran los códices pictóricos e históricos "por no estar al alcance de los plebeyos''. Solicitó doncellas al gobernante de Cuitláhuac p que bailaran y cantaran en sus casas de placer. Obligó a 105 xochimilcas a trazar y hacer la Calzada del Sur para que se les facilitara sus expediciones bélicas. Fortaleció las alianzas con Nezahualcóyotl y con los tepanecas de Tlacopan -a propósito del soberano de Texcoco, dicen que le sacó el corazón a Maxtla en venganza por la muerte de su padre Ixtlilxóchitl-. Conquistó los pueblos que se situaban alrededor de la laguna - Valle de Anáhuac-: Azcapotzalco, Mízquic, Cuitláhuac, Xochimilco, Chalco, Coyoacán, Cuauhtitlán, Tlaltelolco, Tlacopan y otros. Los textos aclaran que sus conquistas llegaron a Chiapas y parte de Guatemala. En esa época surge lo que algunos historiadores han llamado El siglo del Esplendor. Y de Tlacaélel, que ayudó determinantemente en el progreso de los aztecas, puede decirse que: Siendo miembro de la nobleza no quiso ser gobernante; su función sólo fue la de primer ministro y la de consejero supremo. Fue un reformador porque dictó las bases para la creación de la civilización azteca e influyó en la expansión del comercio 28 L O S AZT EC AS y de muchas acciones bélicas. Y sugirió, a través de los sacrificios, preservar la vida del Astro Rey. Su influencia en el imperio fue política, social, histórica, religiosa y, se sabe, por buenas fuentes, que el rey Itzcóatl siempre escuchaba sus recomendaciones. o "Flechador del Cielo" (1440-1468). Este quinto emperador de Tenochtitlan, descendiente de Huitzilíhuitl y hermano de Tlacaélel, estuvo 29 años en el poder. En este espacio se describirá lo más relevante de su obra: Empezó por ratificar como primer ministro a Tlacaélel -a este sabio mexica se debe la creación de la Triple Alianza, la institución de las Guerras Floridas y sus consejos al imperio se acataban sin discusión alguna-. Pidió grabar su imagen en una enorme roca de Chapultepec. Fortaleció sus ejércitos y siguió saqueando varios pueblos del Valle. Diseñó, con el apoyo de la gente de Nezahualcóyotl, un sistema de diques para proteger su islote y tuvieran agua de manantiales. Mandó construir el primer acueducto con el propósito de abastecer de agua potable a la ciudad. Este sistema empezó a funcionar a partir de 1466 y llevaba el líquido hasta lo que hoy conocemos como el Templo Mayor. Surgieron, en ese tiempo, poetas, filósofos y demostraron conocimientos muy avanzados sobre las leyes y las ciencias. El códice Telleriano-Remensis asegura que en el año de 1447 la región experimentó hambruna que duró varios años y, por esa causa, suspendieron temporalmente sus MOTECUHZOMA I ILHUICAMINA 29 E L ft,S:Jlfl,t[, D E L O S TLA X C ALTE C AS conquistas pero aumentaron los sacrificios al dios, de la lluvia. Ordenó la edificación de palacios para los nobles y nuevos templos para sus dioses. Se construyó el Templo Mayor y con trabajadores de los pueblos vecinos -sin previo pago-, levantaron una mansión moderna para él. En esa época, a los infantes se les enseñaba el manejo de las armas. El adulterio, la embriaguez, la mentira, el robo y la homosexualidad se castigaban duramente; sin embargo, se aceptaba la prostitución, pero las mujeres eran de los pueblos conquistados. Invadieron muchos pueblos de Morelos, Puebla, Hidalgo, Veracruz, Guerrero, Oaxaca, Chiapas; consecuentemente, se expandió el imperio y, lo más importante de todo, exigió más tributos a los pueblos oprimidos. Este polémico gobernante murió a finas de octubre de 1469. AXAYÁCATL "Cara de Agua" (1469-1481). Acerca del Sexto Tlatoani de los mexicas, George C. Valliant asegura que "Axayácatl sucedió a su padre Moctezuma 1 en 1469''. La Enciclopedia México a través de los siglos, Tomo 11, textualmente reza: "Dejó Motecuhzoma, según Chimalpain, varias hijas, y sólo un hijo llamado Iquahuacátzin. Una de sus hijas se llamaba Atotoztli, y fue madre de tres Tecuhtli: Axayácatl, Tizoc y Ahuizotl''. Se dice, además, que Axayácatl fue nieto de Itzcóatl, el cuarto soberano. Sucede pues que después de la muerte de Motecuhzoma I, nuevamente los nobles le ofrecieron el trono a Tlacaélel pero no aceptó. Más tarde y en presencia de lo~ LOS AZTECAS señores de Texcoco y Tacuba -aliados de los aztecas-, el consejero del imperio sugirió que el nuevo emperador de México-Tenochtitlan fuera Axayácatl. Al tomar el mando, el emperador nombró a Tlacaélel Supremo General de los Ejércitos. Y siguió sometiendo a otros pueblos; empezó por Tlaltelolco -este lugar estaba situado en un islote al norte de Tenochtitlan y era famoso por su mercado, considerado el más grande de Mesoamérica. El pretexto fue familiar; sucede que la hermana de Axayácatl, casada con el señor de Tlaltelolco se quejó de infidelidad y malos tratos de su esposo. En esa lucha no hubo resistencia, el ejército azteca era superior y sus adversarios terminaron pagando impuestos. Sus dominios crecieron cuando sometieron a los matlatzincas, a los otomíes del valle de Toluca y a otros 35 pueblos. Mas cuando quisieron conquistar a los tarascos de Michoacán -no se imaginaban que se enfrentarían a una tropa aguerrida y numerosa-, por primera vez experimentaron una sangrienta derrota cerca de Tajimaroa. En los tiempos del soberano se empezó a labrar el monolito conocido como Calendario Azteca o Piedra del Sol; su finalidad, representar la grandeza mexica. Una noticia que conmovió a toda la región se dio en 1472; en ese año finalizó la existencia del querido y respetado rey de Texcoco -el poeta Nezahualcóyotl-. También se sabe que la vida de Tlacaélel -consejero de tres reyes: Itzcóatl, Motecuhzoma l, Axayácatl; reformador 31 EL U:.111(,,/V D E L OS TLAX C ALTECAS y conquistador de muchos pueblos mesoamericanosfinalizó entre los años de 1475y1480. Y por último, cuando en 1481 falleció Axayácatl, los nobles invitaron a los señores de los pueblos vecinos -esa ocasión los tlaxcaltecas fueron convocados-. Lo ataviaron con ricos ropajes y en presencia de la nobleza y el pueblo, lo incineraron. TÍzoc (Tizotl ''Agujerado con esmeraldas") (1481-1486). Fue hijo de Axayácatl y nieto de Izcóatl. El mandato de este séptimo emperador duró seis años. En seguida se sintetizan sus obras más relevantes: Empezó por reconstruir y ampliar el templo de Huitzilopochtli y el templo de Tláloc.También labraron en su honor el gran vaso de águila de Tízoc. En esa época celebraban las fiestas del Dios del Fuego; por lo tanto, cada cuatro años había sacrificios humanos. Mandó labrar la Piedra de los Sacrificios para quemar los corazones de los prisioneros -actualmente existe el monolito que lleva su nombre-. En la campaña que emprendió en contra de Metztitlan Hidalgo fue derrotado. Asociado con Nezahualpilli, hijo de Nezahualcóyotl; Tízoc se adjudicó algunas tierras de Tuxpan, Veracruz; la revista Arqueología Mexicana, número trece informa que el tlatoani sometió a 14 aldeas; según el Códice Mendocino, controló cinco poblados: Matlatzinco, Atezcahuacán, Yancuitlán, Tonalliymoquetzáyan y Ehecatlihuapéchan. Sobre su muerte, el historiador Fray Diego Durán, explica: 32 L OS A Z T EC AS Viéndolo los de su corte tan para poco, ni deseoso de engrandecer y ensanchar la gloria mexicana, creen que le ayudaron con algún bocado, de lo cual murió muy mozo y de poca edad. Murió el año de 1486 .. . Al decir de algunos cronistas, Tízoc fue un cobarde en las batallas, un hombre tímido y por esa razón murió envenenado. En México a través de los siglos, Tomo II p. 321, se dice todo lo contrario; no fue un cobarde y posiblemente no murió envenenado. "Perro Acuático" Mensajero y ayudante de Tláloc (1486-1502). Este octavo gobernante de los mexicanos fue hermano de Axayácatl y de Tízoc "y le pusieron al nuevo rey la corona de oro con turquesas llamada Xiuhtzolli" el 13 de abril del año 7 tochtli 1486; según el cálculo que hizo Sigüenza. Lo conocieron como El León del Anáhuac, su nombre causaba temor en todo Mesoamérica; se distinguió por astuto, despiadado, lujurioso y vengativo con sus enemigos. A él se debe el embellecimiento de su ciudad y la edificación de más palacios y teocallis. Cuando se terminó de construir el Templo Mayor que sus antepasados habían iniciado, invitó a los señores de los pueblos circunvecinos a la inauguración; en esa ocasión se sacrificaron 20,000 prisioneros a los dioses. Para iniciar la consagración tuvieron que formar cuatro filas de cinco kilómetros de largo aproximadamente y al momento, AHUÍZOTL 33 EL eó:.y~t[,- DE LOS TLAXCALTECAS Ahuízotl y Nezahualpilli -su aliado más cercano- se dieron a la tarea de arrancarle el corazón a las víctimas; una vez cansados, los sacerdotes siguieron con la sangrienta maniobra; dicen que la mortandad duró cuatro días. Las crónicas también aseguran que con sus indomables guerreros, Ahuízotl sometió a los de Huitzotla, pueblo huasteco, al istmo de Tehuantepec, al pueblo de Acapulco, al Soconusco y parte de Guatemala. A fin de cuentas, fueron más de 45 aldeas subyugadas. El Códice Ramírez hace un comentario en relación a sus conquistas. El siguiente fragmento fue tomado del libro Los Antiguos Mexicanos de León-Portilla: Fue este rey tan valeroso que extendió su reino hasta la provincia de Guatemala, que hay de esta ciudad de distancia trescientas leguas, no contentándose, hasta los últimos términos de la tierra que cae al mar del sur. Para cerrar esta página de la historia, se dice que los aztecas fueron unos guerreros desalmados en los combates y explotadores sin conciencia. La corte asegura que por las dolencias que frecuentemente sufría por un golpe que recibió en la cabeza por salvarse de una inundación, Ahuízotl murió en el año de 1502. Otra versión sostiene que fue asesinado. o XOCOYOTZIN "Señor Enojado" o "Nuestro Señor Airado" (1502-1520). Para hablar de la MOTECUHZOMA II 34 L O S AZTECAS sorprendente vida y la vasta obra de este noveno tlatoani, se necesitaría escribir un tratado. Sin embargo, una breve sinopsis le daría al lector una idea general del mandato de este atormentado emperador azteca. Fue hijo de Axayácatl, sobrino de Ahuízotl, nieto de Motecuhzoma 1 o Ilhuicamina y se le dio el nombre de Xocoyotzin -el joven- para diferenciarlo de su abuelo. Tenía 34 años cuando tomó el poder, esa ocasión recibió de Nezahualpilli la mitra de turquesa -sombrero alto y puntiagudo, signo de dignidad-. En la revista Arqueología Mexicana número noventa y ocho se hace una descripción de la imagen de este gobernante: Era aquel rey y señor de mediana estatura, delicado en el cuerpo, la cabeza grande y las narices algo retornadas, crespo, asaz, astuto, sagaz y prudente, sabio, experto, áspero en el hablar, muy determinado. Otros historiadores dicen que era déspota, tímido, respetado y exageradamente religioso, ya que siempre se dedicaba a la meditación en el templo de Huitzilopochtli. De su labor realizada durante 18 años para el bienestar de su imperio, se presenta la siguiente síntesis: Ordenó despedir a los servidores y nobles de Ahuízotl y los sustituyó por gente joven con educación recibida en el calmécac; quería que desempeñaran los puestos más importantes . .~ .e; EL u:.y~~ D E LO S TL A XC AL TECAS Mandó construir un adoratorio dentro del templo de Huitzilopochtli al que nombró Coateocalli "Casa de los diversos Dioses''. Con los tributos que pagaban los pueblos sometidos, logró más lujos y más bienestar para su gente. En 1504 sugirió la construcción de un teocalli en honor de Cintéotl "Dios del Maíz" para combatir el hambre que padecieron varios años a consecuencias de una plaga de ratones que se comían las cosechas. En el año de 1507 realizó la última celebración del Fuego Nuevo en honor de Huitzilopochtli -Dios de la Guerra- y según el Códice Telleriano-Remensis, en esa fecha Motecuhzoma y Nezahualpilli sacrificaron 20 víctimas. Asimismo, mandó hacer un monumento para conmemorar la Guerra Sagrada, enormes esculturas y vasijas colosales. Decidió que su imagen se plasmara en una piedra de Chapultepec. Además, dicen los biógrafos de este soberano que fue un reformador, le dio mucha fama a su imperio y proyectó la cultura azteca en todas las provincias a su mando. Cuando recibió el cargo, los aztecas dominaban más de 350 ciudades. Se sabe que destacó como un militar indómito. Luchó en contra de los tlaxcaltecas y los huexotzincas y los resultados no lo favorecieron. Se afirma que no descuidó las Guerras Floridas. Sometió a otras aldeas independientes y se pregona que en cierta ocasión le ofrecieron al Dios de la Guerra doce mil cautivos de Oaxaca. 36 LOS AZTECAS Los códices y los libros describen una serie de señales que lo atormentaron durante los últimos años de su existencia; de igual modo, aseguran que fue el soberano más supersticioso que tuvo Tenochtitlan. En seguida se resumen ocho presagios que atormentaron al emperador: Se comenta que dos años antes de la llegada de los españoles (1517), apareció un cometa en el cielo y su esplendor duró un año. Los sacerdotes le dijeron que era una señal de desdichas y la destrucción de su reino. Para los mexicas y otros pueblos, el acontecimiento fue motivo de temor, dolor, calamidades y sacrificios. 'También sucedió que se incendió un templo de Huitzilopochtli sin que nadie hiciera fuego . Sostienen que en esos tiempos cayó un rayo en el teocalli de Xicchtecuhtli y lo quemó. Y sin haber nubes, descendió agua. Para sus consejeros fueron malas señales. Pregonan, además, que siendo de día, aparecieron varios cometas; lucían grandes colas y causaron alboroto, gritería y alaridos entre las gentes. Dicen, otros testigos, que sin que hubiera viento se alteró la laguna mexicana -hervía y espumeaba- y; al momento, el agua se levantó e inundó a la mitad de las viviendas de México. Aseguran que por las noches se oía un lamento de mujer que lloraba y decía: ¡Oh, hijos míos! ¡Nos vamos a perder! ¡Oh, hijos míos! ¿A dónde los llevaré a esconder? 37 EL e-.S:.ylft,t[,, D E LOS T LAX C AL TECAS También se cuenta que los mexicas cazaron un ave parda parecida a una grulla. En la cabeza tenía una diadema y en su centro llevaba un espejo. En él se veía el cielo y las estrellas. El emperador vio gentes marchando encima de animales parecidos a los venados. Se sabe, finalmente, que dos hombres aparecieron unidos en un solo cuerpo o dos cabezas en otro cuerpo. Se los llevaron al soberano y al entrar al palacio desaparecieron. Sus consejeros pronosticaron que vendrían muchos hombres a invadirlos. Que se acercaba el fin del mundo. Y para sorpresa de muchos, el jueves 21 de abril de 1519 llegaron varias embarcaciones a San Juan de Ulúa. Tres días después se presentaron varios emisarios del emperador azteca. Les dieron a los desconocidos la bienvenida en su nombre y muchos regalos: alimentos, ropa de algodón, joyas doradas, dos grandes ruedas, una de oro y la otra de plata, cascabeles amarillos, rodelas, figuras de sus dioses y bastantes piedras de colores: Quisieron persuadidos para que no avanzaran hacia Tenochtitlan pero con esos presentes les despertaron la codicia. Asimismo, supieron por labios del Cacique Gordo de Cempoala de la existencia de florecientes provincias y de una poderosa ciudad más allá de los volcanes. Aquellos aventureros atravesaron muchos pueblos tuvieron varios contratiempos, hicieron algunas alianza: y; por fin, el 8 de noviembre de 1519, Motecuhzoma Xo coyotzin recibió a Hernán Cortés y a su numerosa tropa 38 L OS AZTECAS En la crónica de Bernal Díaz del Castillo, Capitán del conquistador, hace un retrato del tlatoani: Lucía un rico atavío, su capa finísima estaba tejida con hilos de oro y plata, sus sandalias tenían suelas de oro y encima de ellas brillaba valiosa pedrería. También describe la emoción que experimentaron al conocer la gran metrópoli. Más tarde los visitantes fueron alojados en el palacio de Axayácatl. En seguida cometieron una serie de atropellos; tomaron preso al emperador y se apoderaron de sus tesoros. Existen dos versiones acerca de su muerte acaecida el 27 de junio de 1520 -tenía 53 años-. La primera, los hombres de Cortés lo obligaron para que subiera a la azotea de su palacio y tranquilizara a su pueblo enardecido; al resistirse, un soldado español le hundió la espada en su pecho. La segunda, cuando apareció ante sus vasallos para tratar de calmarlos por presiones de sus captores, una gran piedra le partió la frente. Todavía se divulga que los peninsulares arrojaron su cadáver a la orilla del lago. Fue el soberano que logró el esplendor de su reino -llegó a controlar parte de Michoacán, el bajío, la huasteca por el norte y hasta lindar con las tierras mayas por el sur-, también le tocó vivir la invasión de los castellanos. "Águila sobre el agua" (1520-4 meses) Según Sahagún: la Malinche -intérprete CUITLÁHUAC CUAUHTLAHUAC 39 EL U:J~/V DE LOS TLAXCALTECAS de Hernán Cortés- pronunció con desdén y con burla el nombre de este hombre intrépido y lo llamó Cuitláhuac "Excremento Seco''. En consecuencia, la historia lo registra con ese apodo. Fue hijo de Axayácatl y hermano de Motecuhzoma 11. Era gobernante de Iztapalapa. Después de la muerte de Xocoyotzin y como parte de la ceremonia de su investidura como tlatoani realizada el 7 de septiembre de 1520, se casó con su sobrina Tecuichpo Ixquixóchitl -la princesa tenía 10 años-, hija de Motecuhzoma y de Teotlaco de Tlacopan. Luego de ser electo Décimo Emperador, ordenó que todos los españoles y sus aliados que habían sido prisioneros fueran sacrificados al Dios de la Guerra. El historiador y educador colimense Gregario Torres Quintero, autor de La Patria Mexicana, en el tema 34 titulado: "Regreso de Cortés, Cuitláhuac y la Noche Triste"; refiere algunos sucesos que dan una i'dea de la valentía y el amor que este penúltimo emperador sentía por su raza: Cortés llegó a México con su ejército victorioso -después de haber derrotado a Pánfilo de Narváez en Cempoala-, y pudo entrar en el cuartel sin ser molestado. La ciudad, no obstante, estaba amenazada; nadie acudía a llevar víveres a los blancos, como antes acostumbraban, y ni siquiera los mercados estaban abiertos. Cortés dijo a Motecuhzoma que mandase abrir el mercado. El rey le respondió que estando preso no podía hacerlo, pero 40 LOS AZTECAS le recomendó que soltara a alguno de los señores principales que tenía cautivos, para que lo hiciera. En vista de eso, Cortés soltó a Cuitláhuac, que era hermano de Motecuhzoma. Pero Cuitláhuac, así que se vió libre, en vez de cumplir la orden recibida, reunió a los mexicanos y atacó el cuartel con innumerable cantidad de guerreros. Salieron los españoles a pelear, haciendo uso de su artillería. Las balas de los cañones abrían surcos en las compactas filas de los asaltantes; pero luego se cerraban éstas como las olas de un mar. El combate no cesó hasta que vino la noche. Al tercer día de lucha fue tal el peligro, que Cortés quiso que Motecuhzoma saliera a la azotea, como la primera vez, a calmar a los combatientes. -No aprovechará mi salida -dijo tristemente el preso-, pues tengo entendido que ya han alzado otro emperador. En efecto, su hermano Cuitláhuac aparecía dando órdenes a los escuadrones. En seguida se presenta otro fragmento de Torres Quin- tero en el que Cuitláhuac aparece como estratega principal en los combates que libraron los mexicas con los españoles y adeptos. La lucha continúo más encarnizada que nunca durante el resto del día y otros tres más. Ya no había víveres en el cuartel. La desmoralización cundió en el ejército y muchos soldados y capitanes fueron a rogar a Cortés abandonara la ciudad. 41 EL U:.Jlfl,/V DE LOS TLAXCALTECAS La salida quedó resuelta para aquella misma noche (30 de junio de 1520). Era una noche lluviosa. Pero antes de la hora, Cortés mandó matar a todos los presos que tenía, entre los cuales estaban Cacama y Totoquihuatzin, reyes de Texcoco y de Tacuba. También ordenó dieran de puñaladas a Motecuhzoma. ¡En esa noche perecieron los reyes de la triple alianza! En seguida amontonóse todo el oro que se había recogido; cargáronse con él algunos caballos; pero todavía quedaba mucho. Entonces recibieron los soldados permiso para tomar todo el que quisieran. Hubo quien cargara su caballo, prefiriendo irse a pie, y otros se llenaron los bolsillos hasta sentirse abrumados por el peso del codiciado metal. Cerca de la media noche comenzó la salida en medio del mayor silencio, dirigiéndose todos hacia la calzada de Tacuba, por ser la más corta. Ya habían entrado en ella, cuando una mujer, que salió con un ocote ardiendo, advirtió la fuga de los castellanos y se puso a gritar. A los gritos despertó el centinela de un templo vecino y se puso a sonar el tambor de guerra. El ruido se propagó rápidamente a toda la ciudad, y de entre las tinieblas brotaron millares de guerreros que acometieron reciamente a la columna fugitiva. Cuitláhuac extendió sus tropas por uno y otro lado de la calzada, en canoas, desde las cuales disparaban sus armas, encontrando seguro blanco. El mayor desorden se introdujo en la filas españolas; nadie pensó en mandar, ni nadie pensó en obedecer; la 42 LOS A ZTECAS obscuridad era profunda, y los que pretendían huir caían al agua, ahogándose, especialmente los que iban más cargados de oro, pues debido a él se hundían más pronto. - ¡Que me ahogo! ¡Que me llevan! ¡Socorro! - eran los gritos que se podían percibir en medio de aquella espantosa confusión. Algunos pudieron continuar adelante, entre ellos don Hernando, que, cansado y afligido, llegó a Popotla, y allí se sentó al pie de un ahuehuete. Era el amanecer. Al ver pasar los sangrientos restos de su ejército, y al pensar en el inmenso desastre de aquella noche, se conmovió fuertemente su alma y no-pudo contener las lágrimas. ¡Habían muerto 600 españoles y más de 80 caballos; y se habían perdido el oro, la artillería, la pólvora y los bagajes! Fue tan profunda la impresión de aquella terrible derrota, que la jornada fue apellidada por los mismos españoles la Noche Triste. Después de enfrentarse a los conquistadores sin el éxito deseado y de ser soberano de los aztecas durante cuatros meses, Cuitláhuac muere el 25 de noviembre de 1520 -tenía 44 años- víctima de la viruela traída a estas tierras por un negro que venía en la expedición de Pánfilo Narváez. ''Águila que desciende" (1520-13 de agosto de 1521). Fue hijo de Ahuízotl, sobrino de Motecuhzoma 11 y fue el último emperador azteca. El doctor Héctor Pérez CUAUHTÉMOC 43 EL u:y~/VDE LOS TLAXCALTECAS Martínez ubica su nacimiento entre 1496 y 1502. También presenta, al final de su obra Cuauhtémoc, una cronología del héroe más estimado por los mexicas y por los mexicanos. A continuación se anotan algunas fechas relativas a los acontecimientos más relevantes durante 1521: Del 25 al 29 de enero Cuauhtémoc sube al trono y se casa con Tecuichpo, el 26 de mayo los españoles y sus aliados inician el sitio de Tenochtitlan y destruyen el acueducto de Chapultepec para dejar sin agua a los aztecas, el 1 de junio se apoderan del fuerte Xoloc, el 9 del mismo mes destruyen el templo de Tezcatlipoca; al día siguiente -10 de junio-, Cortés y sus hombres toman por asalto al Templo Mayor. El 16 de junio destruyen con saña el palacio de Axayácatl, el 27 de julio los invasores se adjudican el mercado y el templo mayor de Tlaltelolco, el 12 de agosto es prisionero Cuauhtémoc y por fin, después de 80 días de resistencia, el 13 de agosto de 1521 los españoles se adueña del imperio más poderoso de Mesoamérica, el imperio mexica. Más adelante se incluye un fragmento de la obra del historiador y biógrafo Pérez Martínez. En él manifiesta el coraje que invadió al joven Cuauhtémoc cuando Motecuhzoma Xocoyotzin apareció en su balcón y les dijo a sus vasallos que no estaba preso, que vivía con los visitantes por su voluntad y que se retiraran para que sus amigos pudieran salir de la ciudad, entonces: 44 LOS A ZTEC A S De la multitud una voz emergió definitiva: -¿Qué dice ese bellaco de Moctezuma, mujer de los españoles, que tal puede llamarse, pues con ánimo mujeril se entregó a ellos de puro miedo y asegurándose nos ha puesto a todos en este trabajo? ¡No le queremos obedecer porque ya no es nuestro rey, y como a vil hombre le hemos de dar el castigo y pago! El dueño de esa voz alzó también el brazo y disparó una flecha; los caudillos siguieron su ejemplo. Un toldo de fle chas, de gritos y de piedras se hizo sobre Moctezuma. Brazo y voz eran de Cuauhtémoc. Otro suceso conmovedor para los derrotados indígenas y para los invasores fue la expresión de Cuauhtémoc después de ser perseguido y atrapado por los arcabuceros y los ballesteros de Juan García Olguín: -¡No tiren -dijo-, que soy el señor de México y destas tierras, y lo que te ruego es que no me lleves a mi mujer ni a mis hijos, ni a ninguna cosa de los que aquí traigo, sino que me tomes a mí y me lleves a Malinche! Y visto por los caudillos que estaban en tierra firme o iban en las canoas, soltaron lágrimas y gritaban: - ¡Ay! ¡Ahí va el joven señor Cuauhtemoctzin! ¡Va a someterse a los dioses, a los españoles! Trajeron al señor a las azoteas de la casa de Aztuatzin, donde le esperaba Malinche. Los españoles mostrábanse asombrados. Le colocaron frente a la casa, le cogían las 45 EL U:J~/VDE LOS TLAXCALTECAS manos. El hijo de Ahuízotl se adelantó al capitán y con palabra dura y el rostro impasible, dijo: - Señor: he cumplido con lo que estaba obligado en defensa de mi ciudad y mis vasallos, y no puedo más. Y pues vengo por fuerza y preso ante tu persona y poder, has de mi lo que te plazca ... Con rápido ademán, que Malinche no pudo impedir, el señor arrebató del cinto del capitán un puñal y volviéndolo por la empuñadura a don Hernando, agregó: - ... ¡Toma luego este puñal y mátame con él! El capitán le acarició el cabello, le hizo sentarse junto a él, bajo las colgaduras rojas, y dijo que dispararan los cañones sin apuntar a nadie. Por sobre las casas y las cabezas de la gente, las balas pasaban sin herir e iban a perderse en el lago. Malinche preguntó por los demás: ¿Dónde estaba Tecuichpo y Tetlepanquetzin? Por voz de doña Marina, dijo Cuauhtémoc que todos se habían quedado en la canoa, y les hicieron venir. También para ellos tuvo el capitán palabras de halago. Y los dioses callaron, y los poetas pregonaron la tragedia con tristes estrofas y, de las lujosas mansiones y de los sagrados oratorios sólo quedaron los escombros; por lo tanto, parte de la nobleza y casi todos los aguerridos mexicas habitaron el Mictlan. En esos terribles días, tampoco se salvaron ancianos, mujeres e inocentes niños. Por otra parte, León-Portilla, en pocas palabras, describe el desenlace: A." LOS AZTECAS El sino fatal se había cumplido. Para el mundo náhuatl había llegado el final de esa "quinta edad o Sol en que se vive''. Los tesoros de oro y plata, las obras de jade, los libros de pinturas, los plumajes de quetzal, los palacios y templos y, en una palabra, todas sus "flores y cantos" habían sido arrebatados o destruidos para siempre. Una de las acciones más infames que se le atribuyen a Cortés fue permitir que les quemaran los pies con aceite al último Emperador Azteca, a Tetlepanquetzin, Señor de Tlacopan "y a otro caudillo cuyo nombre olvidó la historia" -el verdugo fue un tal Julián de Alderete-. Querían saber dónde estaban los demás tesoros de Motecuhzoma; no lograron su propósito. Posteriormente, el conquistador y su numerosa tropa decidieron ir a las Hibueras -Honduras-; y de paso, se llevaron a varios prisioneros mexicas. Cerca del pueblo de Itzancanac, en plena selva y al sospechar una rebelión indígena, el jefe de la expedición ordenó ahorcar y decapitar a Cuauhtémoc. Ese día también fue ajusticiado Tetlepanquetzin. Las crónicas señalan el 28 de febrero de 1525, fecha del homicidio del ''Águila que desciende''. EL U:.Jlft,tV D E LOS TLA XCALTEC AS 7. MAS CULTURA MEXICA La guerra sagrada A través de sangrientas guerras, los mexicas conquistaron 38 provincias. Ese poderoso ejército sometió a bastantes aldeas de Mesoamérica. Fueron varios los motivos por los que peleaban: el económico, recibir tributos de los pueblos dominados; el religioso, capturar a sus adversarios para sacrificarlos en honor de sus dioses y para entrenarse frecuentemente en las artes marciales. A Motecuhzoma Xocoyotzin se debe la construcción de un monumento para conmemorar la guerra sagrada. También "debemos tomar en cuenta que para los mexicas la guerra no era una actividad destructiva; sino que, mediante ella se nutría al Sol y a la Tierra, además de que se propiciaba la regeneración de la vida''. La religión (sus dioses) Desde que los aztecas salieron de su isla para buscar mejores horizontes, los acompañaba Huitzilopochtli -su dios principal-. Con el tiempo fueron apareciendo más deidades: Tonatiuh, dios del Sol; Tláloc, dios de la lluvia; Ehécatl, dios del viento; Xippe Totec, señor de la renovación de la tierra; Tezcatlipoca, dios que daba y quitaba la riqueza; Xiuhtecuhtli, señor de la sequía; Coatlicue, señora de la Falda de Serpiente, madre de los dioses, diosa de la tierra, de la vida y de la muerte; Xilonen, diosa del maíz tierno; 48 LOS AZTECAS Coyolxauhqui, diosa de la luna; Tlaltecuhtli, diosa de la tierra. Tenían dioses de la medicina, de la guerra, del inframundo, de la cacería, de la embriaguez. En Arqueología Mexicana número noventa y uno, Guilhem Olivier realiza un estudio del politeísmo azteca, su artículo se titula: Los "2000 dioses" de los mexicas. Su alimentación En sus inicios los aztecas vivían de la caza y de la pesca. Atrapaban, para alimentarse: patos, codornices, pavos silvestres; conejos, venados y una gran variedad de mamíferos; de la laguna que los rodeaba sacaban con redes rústicas y lanzas puntiagudas, nutritivos pescados. Muchos años después y estando en tierra firme, practicaron la agricultura; consumían productos que ellos mismos cultivaban: maíz, frijol, ayocote, calabaza, camote y recolectaban frutos del campo y del bosque. Posteriormente descubrieron el pulque y fumaban tabaco; asimismo y como un ritual religioso y social, llegaron a comer carne humana. La medicina La herbolaria es universal. Las plantas medicinales van y vienen por los cinco continentes para curar los males de la humanidad: "La investigación en materia de medicina (ticiotl), junto con la curación y prevención de enfermedades (cocolli o 49 El U:.111[,tl/ DE LOS TLAX C ALTE C A S cocollalilia), era primordial para la sociedad prehispánica. Equiparable, quizá, al lugar que tenía la medicina europea; no obstante, la cantidad y efectividad de los preparados conocidos por los antiguos mexicanos exhibía una riqueza excepcional. La base de su medicina fue herbal:' Los aztecas utilizaron el árnica, la flor de tila, la hierbabuena, la manzanilla, la sávila, la valeriana, las hojas y las semillas del eucalipto, del alcanfor y muchas más. Elí de Gortari, al hablar de la "medicina milenaria" proporciona más información sobre este asunto; he aquí otro fragmento de su investigación: Los remedios eran preparados con las cortezas de los árboles, sus raíces, troncos, hojas, flores, frutos y semillas. Aprovecharon las plantas que crecían en sus dominios, e incluso mandaban traer especies lejanas que eran cultivadas en sus jardines botánicos; en ellos se enseñaba el uso y preparación de las plantas, y cuando un remedio resultaba eficiente lo hacían de conocimiento general, para que cada familia y grupo pudiera utilizarlo. En cada casa se destinaban un espacio para un pequeño huerto de hierbas medicinales. Los médicos indígenas eran capaces de elaborar con tales ingredientes extractos medicinales, lavatorios, gargarismos, polvos, emplastes, ventosas e incluso píldoras. En los casos en que el mal persistía, efectuaban intervenciones quirúrgicas. En este campo destacan sus avances en cuanto a la extirpación de tumores, reducción de fractura s 50 LO AZTECAS luxaciones, amputaciones y suturas, utilizando un tipo de anestesia parcial. La lengua náhuatl Las regiones en donde se habló y actualmente se habla esta maravillosa lengua "de sonidos suaves y melodiosos'; de prefijos y sufijos agradables, son: El Estado de México, Puebla, Veracruz, Guerrero, Hidalgo, Tlaxcala, Morelos, Oaxaca, Michoacán, Jalisco, Durango, San Luis Potosí y el D.F. Esta forma de comunicación oral está emparentada con algunas lenguas del norte de México y del sureste de los Estados Unidos; además, contribuyó con una infinidad de vocablos -habría que revisar, por mencionar un caso, el diccionario de Rémi Simeón- que han enriquecido a la lengua española. También fue la forma de expresión poética de Xicohténcatl el Viejo, de Tecayehuatzin, de Axayácatl, de Nezahualcóyotl por citar a cuatro grandes de las letras. Bellos ejemplos se localizan en la poesía, en los cantos aztecas y en los discursos nahuas. Los siguientes dos fragmentos relacionados con las pláticas -consejos- que los padres les hacían a sus hijos fueron tomados del Libro VI, capítulo 21 localizados en la obra de Fray Bernardino de Sahagún; el primero, con elegantes metáforas, se anexa tal y como se halla en su construcción nativa; el segundo, es una traducción al castellano hecha por el autor quien toma en cuenta las exigencias sintácticas que nuestro idioma requiere: 51 EL eó:.111(,,/V DE LO S TLAX C AL T E CAS "Los pequeñitos mueren: jades, turquesas, joyas mueren: no van al lugar de espantos: allí está el aire cortante y helado: sitio de los muertos. Van a la casa del sol, la casa del Señor de nuestra vida: viven junto al Árbol de nuestra vida: chupan miel en las flores del sol: viven en el Árbol de nuestra vida: en él chupan miel:' "Los niños que mueren en su tierna edad, que son como unas piedras preciosas; éstos no van a los lugares de espanto del infierno, sino van a la casa del dios que se llama Tonacatecuhtli, que vive en los vergeles que se llaman Tonacacuauhtitlan, donde hay todas maneras de árboles y flores y frutos, y andan allí como zinzones, que son avecitas pequeñas de diversos colores que andan chupando las flores de los árboles" (o. c. 1956, 11, p. 144). El comercio Las actividades comerciales de los aztecas, después de establecerse en Tenochtitlan, se llevaron a cabo, principalmente, del Valle de México hacia el sureste del país. Algunos de los lugares con los que intercambiaban sus productos -además de recibir los tributos de las provincias sometidas-, fueron: Tochtepec, Xicalango, Mérida, Acalan, Xoconochco, Bahía de Chetumal, Golfo de Honduras y otros tianguis de Centroamérica. De manera que, a los mexicas nunca les faltó ni alimentación ni materiales indispensables para el bienestar de la nobleza y de su pueblo. 52 LOS AZTECAS Clases sociales La civilización azteca estuvo formada por tres clases sociales: el Primer Grupo lo formaban los nobles, los sacerdotes y los guerreros; ellos controlaban el Estado, la religión, la guerra y los tributos. El segundo grupo lo integraban los comerciantes, los artistas y los artesanos; a éstos no se les permitía tener algunos bienes y no pagaban tributos. El tercero, el más numerosos, lo representaban los tributarios, los campesinos, los cargadores o tlameme y los esclavos o tlacotin. Sus creencias Todas las culturas de la humanidad han tenido sus propias religiones, sus mitologías; algunos ejemplos los encontramos en los egipcios, los griegos, los mayas, los aztecas; al respecto, éstos últimos tenían muy arraigadas sus creencias. El cuaderno rojo número 4 publicado por el Museo Nacional de Antropología, en pocas palabras nos dice mucho acerca de este caso: Los mexicas creían que habían existido cuatro eras anteriores a aquella en que vivían. Los llamaban Sol de Tigre, Sol de Viento, Sol de Lluvia (de fuego ), y Sol de Agua. En ellas vivieron hombres distintos y al Sol lo encarnó diferente dios: Tezcatlipoca, Quetzalcóatl, Tláloc y Chalchiuhtlicue, respectivamente. Cada humanidad se había destruido por una catástrofe: los hombres del primer Sol fueron comidos por tigres, los del segundo llevados por vientos, los del tercero murieron 53 EL (/S:.Jlft,tVDE LOS TLAXCALTECAS quemados y los del cuarto desaparecieron ahogados. De cada humanidad se salvó una pareja que engendró a los hombres de la siguiente Era. Testimonio de esta creencia son las cuatro caras de la piedra llamadas de los soles, que tienen esculpidos los jeroglíficos de los nombres de los soles. También creían, los protegidos de Huitzilopochtli, que vivían en la quinta era; bajo el amparo del Quinto Sol "4 movimiento''. Este segundo párrafo, no menos importante que al anterior, fue tomado del citado ejemplar y concluye con interesante información: Al destruirse el cuarto Sol. Desapareció la humanidad entera por lo que los hombres tuvieron que ser nuevamente creados por los dioses en la quinta era. Quetzalcóatl rescató los huesos de aquéllos y los vivificó con su sangre, y los demás dioses impulsaron al Sol con su autosacrificio. Este Sol sellamó de Movimiento y fue encarnado por Tonatiuh al que los hombres ofrendaban los corazones de los sacrificados para corresponder al sacrificio de sus creadores. Creían que esta era terminaría con fuertes sismos, de donde viene su nombre y su jeroglífico está representado en la parte central del "Calendario Azteca''. Su escritura La comunicación escrita de los aztecas era a base de pictogramas -significaba lo que representaba- e ideogra· mas -sus significados eran más complejos-; es decir 54 LO S A ZTEC A S empleaban signos jeroglíficos. En ocasiones estos dibujos indicaban sonidos vocales. Una de las funciones de los tlahcuilos era hacer libros, su tarea consistía en diseñar códices para preservar su cultura. Los códices mexicas son: el Borbónico, el Tonalámatl de Aubin, el Magliabecchiano y la Tira de la Peregrinación. Fueron varios los materiales que utilizaron esos pintores pára elaborar sus rollos o tiras: la piel curtida de animales -venados-, el amate o papel indígena tomado de la corteza de los árboles, los pinceles de pelo de conejo y las pinturas de origen mineral. Los temas que trataban esos manuscritos prehispánicos, eran: literarios, cómputos de su calendario sagrado, rituales religiosos, matrículas de los tributos recibidos, linderos de sus tierras, mapas y, contaban basándose en el número 20. Las bellas artes Los mexicas fueron grandes arquitectos, sus monumentos religiosos, construidos con un solo basamento, servían para realizar sacrificios y adorar a sus deidades. Eran verdaderos escultores. Vale la pena visitar la Sala de la Cultura Mexica, correspondiente al Museo Nacional de Antropología. Las pinturas que plasmaron en códices y en edificios eran de un atractivo incomparable. De los colores de su preferencia sobresalían el verde esmeralda, el azul turquesa, el rojo, el amarillo, el blanco y el negro. De sus instrumentos musicales utilizados en sus festejos y en SS EL U:Jlft,/V DE LOS TLAXCALTECAS sus rituales, destacan: el teponaztli de madera, las flautas de barro, los silbatos, las sonajas y los caracoles marinos. De sus poetas, cuyas gratísimas estrofas se conservan a la fecha, brillan: Tochihuitzin, Axayáctl, Macuilxochitzin y Temilotzin. A la danza también le dieron su importancia. Los danzantes, luciendo elegantes indumentarias, tenían una misión delicada: divertir a su pueblo, deleitar a la nobleza y venerar a sus dioses. 56 LOS TLAXCALTECAS 8. 9. 10. 11. 12. Sus orígenes La peregrinación Los tecuhtlis de los cuatro señoríos Los señores que recibieron a Cortés Rasgos culturales "... dizque les decía [su dios], no alumbrará el sol, no amanecerá, no estaremos aquí. Vayámonos al oriente" "... y subieron a la cima del cerro, . al así llamado Texcalticpac" (Origen de la nación tlaxcalteca) 57 EL U:.!;111(,,/V DE LOS TLAXCALTECAS 8. SUS ORÍGENES Hablar del origen de los tlaxcaltecas es caer en el terreno de las leyendas. A la fecha, los cronistas no han unificado criterios para esclarecer el enigma. La Historia Tolteca Chichimeca o Anales de Cuauhtinchan -fuente confiable de información- habla de un mítico paraje llamado Chicomóztoc "lugar de las siete cuevas''. Ahí habitaron siete grupos étnicos; Malpantlacas, Texcaltecas, Cuauhtlinchantlacas, Totomihuaques, Zacatecas, Acolchichimecas y los Tzauctecas. Por otra parte, el Códice Ramírez asegura que "las siete cuevas están representadas por siete círculos y en cada uno de ellos se ve un grupo de indios, hombres y mujeres"; las siete tribus son: Xuchimilcas, Chalcas, Tepanecas, Culhuas, Tlalhuicas, Tlaxcaltecas y Mexicanos. Además, el Códice Vaticano presenta el dibujo de las siete cuevas del citado lugar. Acerca del factible lugar donde se ubica Chicomóztoc, La historia Tolteca Chichimeca, nuevamente afirma: "En la actualidad, en la Sierra Negra, el Kowatépetl es concebido como una montaña de siete cuevas, de las cuales salieron, en tiempos míticos, los antepasados de los nahuas de la región''. Otro cronista sostiene que Chicomóztoc está situado, probablemente, al Oeste o Noroeste de Tollan (Tula, Hidalgo). Alguien.más que no quiso profundizar en el caso y 58 LOS TLAXCA L TEC A S para salir del paso, argumenta: Chicomóztoc se encuentra situada en alguna parte de Mesoamérica. 9. LA PEREGRINACIÓN Los investigadores han asegurado que los primeros pobladores que llegaron a esta provincia fueron los olmecasxicalancas y se establecieron en lo que hoy es Nativitas, Xochitécatl, Xiloxochitla, Texoloc y Tenanyecac. Ya se mencionó que los teochichimecas o tlaxcaltecas habitaron una de las siete cuevas de Chicomóztoc. En el caso de los aztecas que vivieron en ese mismo lugar, una versión asegura que cuando iniciaron su viaje hacia el Valle de México, Huitzilopochtli les dio la orden de salida. En relación a los tlaxcaltecas, se dice que al emprender su peregrinaje los acompañaba y los protegía su dios Camaxtli; también los guiaba un guerrero llamado Ce Tecpatl Oconenetl. Los Historiadores agregan a otros dirigentes: Mixcóhuatl, Hueytlapatli, Pántzin y Cocótzin. Asimismo, señalan los códices que el primer sitio en el que se instalaron temporalmente en el año de 1208 fue Poyahutlán, ubicado en unos llanos cerca del lago de Texcoco y de Chimalhuacán pero se sabe que en 1350 fueron expulsados del poblado por Quinatzin. Debe señalarse que en sus andanzas la tribu experimentó pobrezas y contratiempos y para subsistir se volvieron 59 EL &S:.Jlft,/V DE LOS TLAXCALTECAS cazadores, recolectores de frutas silvestres y en ocasiones tuvieron que enfrentar a sus enemigos. Sobre estos caminantes, el volumen 1v capítulo 11 p. 63 de la Enciclopedia México a través de los siglos, afirma: "Muñoz Camargo, el cronista tlaxcalteca, nos da una confusa cronología india de estos sucesos, que procuraremos aclarar" -y no lo han aclarado del todo-. Sin embargo, la Historia de Tlaxcala de Muñoz Camargo presenta una relación de nombres de lugares que en su éxodo, los peregrinos fueron pasando antes de llegar a su meta - Al Ing. D. Alberto Escalona Ramos se le atribuye la descripción de la ruta que siguieron los tlaxcaltecas desde el valle de Poyahutlán hasta la cumbre de Texcalticpac-. Al mismo tiempo, en ese volumen se anexa el mapa que confirma la siguiente lista: Acolhuacán. Tianguismanalco. · Huexotla. Pedregal de los frailes. Tequisguinahuac. Cal pan. Coatlinchán. Nealtican. Cuauhtlalpan. Huejotzingo. :..=::.==~~ Coatepec Chalco. Acuautla. TeP,eyeca".::c:: . ======:.=;;; Texmelucan. Chalco. --..::::::==:;::::::~ Tlalmanalco. Amecameca. Tenanyecac. Xochitécatl. Ozumba. Cacaxtla. -=====;:=::;:::::;:: ===--=========:=:;.;;:; Chimalhuacán. Xiloxochitla. Atlauhtla. Yancuitlalpan. 60 LOS Tecomaxuco. Ecatzingo. Achichipilco. Texcala Ocoxaltepec. Tetela del Volcán. Zaculpan de Amilpas. Cohuecan. Huaquechula. Tochimilco. Atlixco. TLAXCALTEC A S Mixco. Xocoyucan. Ixtacuixtla. Xilotepec. Tetlatlahuca. Hue alcalco. Texococ. Contla. Texcaltig>ac. Tlaxcallan. Tlaxcala de los Xicohtencatl. 10. LOS TECUHTLIS DE LOS CUATRO SEÑORÍOS Ya los cronistas: Muñoz Camargo, Alfredo Chavero, Antonio Peñafiel, Luis Nava y otros; han tratado en sus obras el asunto de los señoríos y las fechas de sus fundaciones. Ahora bien, antes de entrar en materia, primero se debe hacer el siguiente recordatorio en relación a las cuatro cabeceras: De Texcalticpac "despeñadero" (Tepeticpac, Texcalla, Tlaxcalla o Tlaxcala), se pregona que este primer señorío fue fundado en 1380 por un grupo de teochichimecas que se establecieron en la cima del Cuautzi; un agradable cerro desde donde se contempla el Matlalcueye, el hermoso valle y las arboledas que adornan las riberas por donde se deslizan las tranquilas aguas del Zahuapan. 61 EL U:.J~tl/ D E LO S TLAXCALTECAS Ocotelulco, el segundo señorío, nació de una fracción del anterior, lo fundaron en 1385 en una hospitalaria loma menos alta que la primera y situada al sureste de Tepeticpac. Se dice que fue un "lugar de tlateles ó templos del ocotal, ó árbol del ocote''. Tizatlán, el tercer señorío, histórico y singular, fue habitado por primera vez en 1392 por nuevo grupo de teochichimecas. En el centro de esa cabecera los primeros pobladores construyeron escalinatas, levantaron un adoratorio y pintaron en muros, parte de su historia. Quiahuiztlán, el cuarto señorío, fue fundado por otro grupo emprendedor en 1396. Camaxtli también fue venerado por esos teochichimecas y fue representado por ídolos de piedra y de barro -cabe aclarar que en la región también hubo señoríos menores-. En seguida se agrega un párrafo de la obra de Peñafiel, en él se describen las divisas y las armas principales de esos señoríos: Los nombres de los cuatro barrios ó cabeceras de Tlaxcala eran expresados por sus cuatro enseñas de combate, pintadas sobre el signo tecpan, ó palacio, residencia de la señoría. Tepecticpac era figurada por un pájaro, con un abanico de plumas verdes á guisa de cola, en el Lienzo de Tlaxcala; pero sus armas y divisa, según Muñoz Camargo, eran un lobo feroz con arco y flechas en una mano, parado sobre unas peñas. LOS TLAXCALTEC AS Ocotelulco, por medio de una grande ave amarilla con las puntas de las alas, hombros y cola verdes de preciosas plumas de quetzal y dos ó tres ojos de oro, sobre los hombros, y otro en la raíz de la cola: esta bandera era el gran distintivo guerrero de los tlaxcaltecas, cubría el cuerpo del portaestandarte; esa garza ó pájaro se llamaba Quetzaltototl. Tizatlán llevaba por distintivo una garza blanca. Quiahuitztlán o Tlalpitzahuacán, tenía por glifo y por enseña en las batallas un enorme abanico de plumas rojas llamado cuetzalpatzactli. Tlaxcala esta expresado en el "Lienzo" de este nombre por medio de jeroglífico compuesto de una tortilla, que es el pan nacional, entre dos manos, sobre un cerro, que expresa lugar habitado. Después de presentar lo más notable de los cuatro pueblos, es preciso dar a conocer los nombres de los señores que fundaron esta provincia y los nombres de los señores que presenciaron la llegada de Cortés y su gente: 1ª, Cabecera de Tepeticpac 1er Señor de este señorío, Culhuatecuhtli-Cuanez. 2° Tecallihuehue. 3° Teiztlacahuatzin. 4° Umacatzin. 5° Tlehuexolotzin. ·.~ 63 EL u:y~t[/ D E LO S TLAX C ALTE C AS 2ª, Ocotelulco 1cr Señor Teyohualminqui-Chichimeca, tecuhtli, después con el nombr de Cuicuizcatl-techichimecatl. 2° Tlailotlac-tetzpantzin. 3° Acatentehua. 4º Tlacomihua. 5° Xipincotlitzin-Cuitlizcatl. 6° Tlepapalotzin. 7° Maxichcatzin-Tianquiztlatohuatzin. >:< 3ª, Tizatlán 1º Xayacamachán, el fundador. 2° Zozocyaotequihua. 3° Aztahua-tlacaz-calli. 4° Xicoténcatl el viejo."~ 4ª, Quíahuíztlán ó Tlapítzahuacán 1c r Señor Mixquitl. 2° Timaltecuhtli. 3° Tozcoyahua-tecuhtli. 4° Cohoatzin-tecuhtli. 5° Quetzalhuitzin. 6° Zacaucatzin. 7° Iyaltzinteohua-tecuhtli. 8° Citlalpopocatzin. ~.~ 64 L OS TLAXC A LT .E C A S ll. LOS SEÑORES QUE RECIBIERON A CORTÉS Los historiadores de Tlaxcala pregonan con agrado los nombres de los señores que gobernaban tranquilamente días antes del arribo de gente ambiciosa, extraña y belicosa. A continuación se presentan a estos cuatro comandantes de hombres: "Guajolotito de fuego''. Antes de ser aceptados y después de tres combates librados con los europeos, este gobernante "buscaba términos medios''. Deliberaban acerca del recibimiento de un ejército desconocido. TLEHUEXOLOTZIN "El que con la mano orina agüita" -el más joven de los cuatro-. Era el jefe del ejército y "opinó por recibir a los extranjeros porque eran enemigos de Moteczuma, y ofrecían ayudar a los tlaxcaltecas contra los mexicas''. MAXIXCATZIN "El d~l labio grueso o labio de jicote''. Por su edad y por estar casi ciego -cumplía más de noventa años- no tenía mando en la tropa; sin embargo, contradijo a Maxixcatzin, "exponiendo los peligros de recibir a esos hombres extraños que parecían monstruos, y recordando el deber de morir por la patria y por los dioses''. XICOHTÉNCATL EL VIEJO 65 EL U:.ylf(;~ DE LOS TLAXCALTECAS "Estrellita que arroja humito''. A fin de cuentas, este cuarto señor apoyó la decisión de lamayoría. Y aceptaron la llegada de los españoles. CITLALPOPOCATZIN Otro detalle relevante que no debe pasar inadvertido lo explica la Lámina Octava del Lienzo de Chavero. La pintura se refiere al bautizo de los tecuhtlis tlaxcaltecas. En esa ocasión el capellán Juan Díaz ofició el acto -Fray Bartolomé de Olmedo no intervino por estar enfermo-. Cortés aparece sentado en una silla y en su mano derecha presenta un crucifijo, arriba se observa la imagen de una virgen colgada en la pared, atrás está doña Marina y un soldado; al otro lado, tres muchachos indígenas y tres capitanes de don Hernando presencian el mandamiento, uno de ellos detiene una vela encendida mientras los cuatro señores de Tlaxcala esperan arrodillados. Los padrinos fueron: Hernán Cortés, Pedro de Alvarado, Gonzalo de Sandoval y Cristóbal de Olid. A Xicohténcatl el Viejo lo llamaron Vicente; a Maxixcatzin, Lorenzo; a Citlalpopocatzin, Bartolomé y a Tlehuexolotzin, Gonzalo. 12. RASGOS CULTURALES Los detalles de la guerra Este es un tema obligado ya que los teochichimecas, descendientes de las tribus nahautlacas, fueron guerreros por 66 LOS TLAXCALTECAS naturaleza. También se sabe que después de abandonar una de las siete cuevas en busca de mejores horizontes, los consentidos del Dador de la vida atravesaron desiertos, ríos, montes; padecieron hambres y, sobre todo, antes de arribar a su destino, tuvieron que combatir con otros pueblos: los poyahutlecas, los aztecas, los huexotzincas. Un dato digno de mención se suscitó en el año 1455; Nezahualcóyotl y Xicohténcatl -en ese tiempo eran muy jóvenes-, siendo jefes de sus señoríos, pactaron las memorables guerras floridas. Antes de los encuentros bélicos, los contendientes preparaban trajes nuevos y vistosos: en sus tocados lucían plumerías de colores y, en el caso de los capitanes, sus divisas -banderas. que llevaban al combate- eran blancas y rojas . Un grupo selecto, durante los encuentros, tocaba teponaztlis, flautas , caracoles y bocinas que acompañaban a exagerada gritería. Y sus armas eran: rodelas, arcos, flechas, hondas y lanzas, principalmente. La religión No nada más la religión mexica fue exclusiva de los mexicanos, la influencia de sus dioses llegó más allá de las provincias conquistadas. Los teochichimecas, por vivir cerca de ese imperio, fueron atraídos por sus cultos y terminaron adorando a las divinidades de sus poderosos vecinos. Al mismo tiempo, los tlaxcaltecas tenían otros dioses: De los ríos, de los campos, de las fuentes , del viento, del día, de la noche, de los montes, del sol, de la luna, de la 67 EL U:Jllf,,~ DE LOS TLAXCALTECAS cacería. Esas imágenes que en ocasiones enterraban en los campos o colocaban en sus altares eran de madera, barro, mármol, cristal, turquesa, amatista -pocas veces de jade "chalchihuitl" -. Los rituales de los teochichimecas en cuanto a devoción se refiere, eran muy parecidos a los de los aztecas. Asesinaban a los niños recién nacidos para ofrendarlos en los templos o sacrificaban a los prisioneros para presentarlos a sus dioses. Pero, en forma particular, los tlaxcaltecas veneraban a: Xochiquetzalli "flor preciosa'; diosa del amor, de las flores y de las artes; Matlalcueye "Diosa de las hechicerías y de las adivinas"; Xochitecacíhuatl "Diosa de la mezquindad y de la avaricia"; Toci "Nuestra abuela"; Tezcatlipoca "Espejo humeante"; Tláloc "Dios de la lluvia"; Camaxtli -su protector principal- "Dios de la cacería"; el mismo Xipe Totec (Teotloquenahuaque, también fue honrado en estas regiones). Las fiestas Según Fray Diego Durán, cada año, el seis de octubre, los lugareños organizaban una gran fiesta en honor de Xochiquetzalli: La figura de esta diosa Xochiquetzalli era de palo; en la cual estaba figurada una figura de mujer moza, con una coleta de hombre cercenada por la frente y por junto a los hombros. Tenía unos zarcillos de oro, y en las narices un joyel de oro 68 LOS TLAXCAL T ECAS colgado, que le caía sobre la boca. Tenía en la cabeza una guirnalda de cuero colorado; tejida una trenza de la cual a los lados salían unos plumajes redondos muy galanos, verdes, a manera de cuernos . Tenía una camisa azul, muy labrada de flores tejidas, y plumería, con unas naguas de muchos colores. En ambas manos tenía dos rosas labradas de plumas, con muchas estampitas de oro, como pinjantes, por todas ellas y tenía los brazos abiertos, como mujer que bailaba. El mismo religioso comenta que los indígenas adornaban su altar con rosas perfumadas y en seguida varias doncellas, estrenando ropajes alusivos, bailaban y cantaban como parte del ritual. Otros cronistas reseñan una fiesta que los vecinos le hacían a Camaxtli. Muñoz Camargo anota en su libro una referencia importante acerca de este personaje. Antonio Peñafiel, en su historia, lo describe imponente: La figura del ídolo era de palo, y representaba un indio de buena estatura, de ancha frente, negra ó enmascarada, corona de plumas en la cabeza, larga cabellera con una red envuelta; las narices atravesadas por una piedra delgada llamada beril; en los brazos llevaba brazaletes de plata á manera de ataduras, con tres flechas encajadas en ellos, un brazalete para cada brazo; una piel de conejo en el pecho; en la mano derecha una red ó esportilla donde cargaba la comida que llevaba al monte cuando iba á cazar, en la izquierda un arco y flechas , en la cintura un galano braguero y zapatos en los 69 EL eó~lft,/VDE LOS TLAXCALTECA S pies. Todo el cuerpo tenía rayado de arriba abajo de rayas blancas con la tierra llamada tiza ó tizatl, nombre que da el suyo á Tizatlán, del color blanco de la tierra formada de infusorios fósiles . Igualmente se cuenta que a un joven lo vestían como a su dios; después, él y algunos cazadores emigraban con sus armas. Los que traían alguna presa recibían reconocimientos y regalos; en seguida, asaban la carne y todos participaban del banquete. Más tarde, danzaban frenéticos, gritaban entusiasmados y por último, los sacerdotes sacrificaban prisioneros al Creador. Por otra parte, cuando fallecía algún tecuhtli o alguna persona principal, después de la ceremonia, preparaban grandes fiestas que duraban muchos días. El comercio En el tianguis de Ocotelulco, uno de los más importantes de la región por los variados productos que se ofrecían diariamente, los tlaxcaltecas realizaban el trueque o la compraventa de los comestibles más indispensables, tales como: maíz, frijol, calabaza y se alimentaban de la caza, de la pesca, de la recolección de frutos y hasta los Xoloitzcuintlis -perros sin pelo- se tragaban. De igual modo, los pochtecas -comerciantes-, con la ayuda de los esclavos que hacían el papel de tamemes -cargadores-, llevaban a distintas provincias: semillas, legumbres, utensilios y, de paso, traían de aquellos 70 LOS TLAXCALTECAS poblados -Cempoala, Coatzacoalcos, Tabasco y de los Tuxtlas-: cera, mantas, miel y variados alimentos para cubrir sus necesidades o para revenderlos en la concurrida plaza. También se sabe que en ese mercado se vendían esclavas y esclavos jóvenes con diferentes fines. Tanto fue el prestigio del citado centro comercial que los aztecas lo envidiaban a pesar de que tenían uno cerca, el popular tianquiztli de Tlaltelolco. La educación Platicar sobre la educación de los indígenas de la región, es volver a evocar dos escuelas principales de Mesoamérica: el Calmecac y el Telpochcalli. La influencia de estas instituciones llegó a la mayor parte de provincias controladas por los mexicas. En relación a los cuatro señoríos, la enseñanza de los niños empezaba desde el hogar; en tanto que, los Temachtiani -los que hacen que los otros sepan algo- y los Tlamatini -los maestros, los sabios-, en sus respectivos plateles se responsabilizaban de los aprendizajes. En el Huehuetlahtolli -se habla a través de la palabra y el discurso- brilla la exhortación que los padres hacían a sus hijos en relación a las costumbres, modales, ritos, casamientos, religión, guerra. Lo mismo sucede con las madres, éstas tenían la obligación de darles una serie de recomendaciones y consejos a sus hijas. La educación física para los jóvenes se ejercitaba en las escuelas populares citadas con anterioridad y en los 71 E L f!,S:.Jlft,1(,- DE LOS TLAXCALTECAS diferentes barrios o calpulli correspondientes a la República de Tlaxcallan. La administración En relación a este asunto, se sabe que cada tecuhtli administraba libremente a su pueblo. "El jefe de la cabecera tenía el mando supremo de su estado"; es decir, el gobierno interior era independiente. Sólo en el caso de la impartición de justicia, los cuatro señores de Tlaxcala deliberaban para sancionar severamente: la embriaguez y la mentira, el adulterio, el robo, el homicidio y; la falta de respeto a los padres, casi siempre se castigaba con la muerte o el destierro. La República estaba organizada en: Barrios, cada uno tenía su representante; Feudos, en ellos se hacían contratos mediante los cuales los señores daban temporalmente a sus vasallos una fracción de tierra a cambio de fidelidad y un modesto tributo y; Mayorazgos, los padres estaban obligados a dar posesión de algunos bienes a favor de sus hijos mayores. Mas cuando tenían que defender su territorio por alguna invasión -éstas eran frecuentes-, los señores nombraban a un jefe de los ejércitos. Las clases sociales Antes de la presencia de los europeos -1519-, esta provincia estaba constituida por tres grupos principales, tres clases sociales: El primero lo integraban los tecuhtlis, los sacerdotes y los guerreros, su función era adminis72 LOS TLAXCALTECAS trar los señoríos. El segundo lo formaban los comerciantes, los artistas y los artesanos; éstos no gozaban de privilegios como la clase dominante. El tercero lo representaban los campesinos -los peones labraban la tierra y pagaban en especie a los señores-, los vasallos y los siervos. Fray Toribio de Benavente, Motolinia, consideraba "gente común" a los plebeyos. Las bellas artes Durante la época prehispánica, los tlaxcaltecas también cultivaron las bellas artes: Acerca de la arquitectura, construyeron un palacio en Texcalticpac; además, los indígenas edificaron sus teocallis para realizar sus ritos. Sobre la escultura se cuenta que modelaban a sus dioses con diferentes materiales. No nada más en los cuatro señoríos y en Xochitécatl se trabajaba la cerámica -platos, vasos, ollas, vasijas-, en otros señoríos menores se practicaba la alfarería. En relación a la pintura, tenemos dos ejemplos: los murales de Cacaxtla y la Pintura del Mural Sur del Altar Oriente del Templo de Tizatlán. Los instrumentos para interpretar la más hermosa de las bellas artes, la música, eran: el teponaztli, el huehuetl, la flauta de barro, los silbatos; éstos eran prioritarios para ejercitar la danza. En cuanto a la poesía náhuatl, hubo cinco poetas representativos, cuatro de Tizatlán y uno de Ocotelulco: Xayacamachan, Xicohténcatl el Viejo, Motenehuatzin, Camaxochitzin y Cuitlixcatl. 73 UNA TEMÁTICA OBLIGADA 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. Las guerras floridas Tlahuicole Los tributos al imperio azteca El bloqueo a los tlaxcaltecas Xicohténcatl Axayacatzin Tres batallas significativas La polémica alianza Otras alianzas Tú, comandante de hombres, tú, hechura preciosa, pintura a la manera tolteca, con oro y plata,... (Canto de Xicohténcatl) EL u :y /f(/I[/ D E L o s· T L A X e A LT E eAs 13. LAS GUERRAS FLORIDAS Cuentan las crónicas "y así será cuando lo dicen ellas" que en el año de 1455 tres señoríos de la región de los lagos: México-Tenochtitlan representado por Motecuhzoma Ilhicamina y Tlacaélel; Texcoco, cuyo dirigente era Nezahualcóyotl; y Tlacopan, gobernado por Totoquihuatzin -triple Alianza-; celebraron un pacto con los señoríos de Tlaxcala, Huexotzinco y Cholula -otra Triple Alianza- aconsejados por Xicohténcatl de Tizatlán. Y consistía en instituir las guerras floridas o sagradas conocidas con el nombre de Xochiyaóyotl. Su finalidad era capturar prisioneros para sacrificarlos a sus dioses; por supuesto, estas incursiones no ponían en juego a ningún territorio, sólo tenían propósitos religiosos y decidieron que se realizaran en terrenos neutrales; estos lugares eran Cuauhtepec y Ocelotepec (algunos historiadores se atreven a decir que estaban ubicados al N.W. de Tlaxcala, al norte de Españita. El siguiente párrafo tomado del Lienzo de Tlaxcala de Alfredo Chavero, confirma y enriquece más el texto anterior: Es conveniente explicar el origen del antagonismo entre la señoría de Tlaxcalla y los señoríos del Anahuac, y especialmente el de México que entonces era el preponderante. Los pueblos del Anahuac, y principalmente los mexicas, habían llegado á un grado de fanatismo inconcebible; y su religión los obligaba á sacrificar gran número de hombres 76 U N A TEMÁT I CA O B L IG AD A á sus ídolos, en las continuas fiestas que celebraban. Como las víctimas debían de ser precisamente prisioneros de guerra, quisieron independientemente de los que hacían en sus conquistas, tener siempre y á la mano una cantidad segura de cautivos. Para esto, Nezahualcoyotl y Moteczuma Ilhuicamina, desde mediados del siglo XV, celebraron un pacto con los señoríos de Tlaxcalla y Huexotzinco, para salir á campaña periódicamente, y tener así prisioneros de guerra. Aunque en esas campañas no había vencedores ni vencidos, ni tenían por objeto la conquista, por lo cual no modificaban las fronteras , acostumbráronse los tlaxcaltecas á ver como contrarios y enemigos á los mexicas; y por razón natural nació y fué creciendo entre ellos odio de raza y nacionalidad. Esas contiendas han sido comentadas por varios cronistas y elogiadas por algunos poetas prehispánicos. En la presente estrofa épica, Xicohténcatl el Viejo manifiesta sus experiencias en esas batallas: La guerra florida, la flor del escudo, han abierto su corola. Están haciendo estrépito llueven las flores bien olientes ... 77 EL U:.yllf.,/V D E L OS TLAX C ALTECAS 14. TLAHUICOLE Tlahuicole "El de la divisa de barro" (¿1497-1519?). Se dice que "siempre traía por divisa una asa de jarro, el cual era de barro cocido y torcido como una asa''. Y bien, este relato que podría confundirse con las leyendas de gladiadores romanos o persas; éste, es un relato real para orgullo de los tlaxcaltecas. Sus biógrafos lo describen así: fue de baja estatura, de anchas espaldas y una fuerza excepcional; aseguran también que era un héroe valiente y su macana que blandía con facilidad, un hombre común y corriente apenas si la levantaba; además, cuentan que cuando sus adversarios escuchaban su nombre, huían de inmediato. Se sabe que en el año de 1517, en una de las guerras sagradas, cayó accidentalmente en un pantano y ahí fue hecho prisionero por los huexotzincas. Lo encerraron en una jaula de madera y lo llevaron a Tenochtitlan para entregarlo a Motecuhzoma Xocoyotzin. Informado de su valor, el emperador le concedió la libertad; no quiso regresar a su tierra. Más tarde lo nombró capitán de su ejército y le ordenó conquistar algunos pueblos de Michoacán -los tarascos estaban gobernados por Cazonci "zapato viejo" - . Las provincias invadidas por él y los mexicas fueron: Tlaximalocan, Maravatío, Acámbaro, Ocuario y Tzinapécuaro. De esas incursiones regresaron con plata y cobre. Y se ganó fama de hombre esforzado y recibió del tlatoani honores y regalos. 7R UNA TEM Á TI C A OBLIGADA Nuevamente le ofreció su liberación; no la aceptó porque para él, "era afrentoso presentarse a sus compatriotas después de haber sido prisionero y, además, según las leyes de la República, la suerte de un prisionero era morir sacrificado''. En consecuencia, le dijo a Motecuhzoma que sólo deseaba morir. Ocho días antes le hicieron grandes fiestas y banquetes, lo vistieron con solemnidad y después de vivir tres años entre los mexicas, lo llevaron al sacrificio gladiatorio; fue atado a una piedra grande y circular perforada en el centro -temalacatl-, le dieron su macana, su escudo y en el primer asalto asesinó a ocho guerreros, luego hirió a veinte antes de ser abatido; en seguida lo llevaron ante Huitzilopochtli, le sacaron el corazón, se le ofrecieron al demonio como parte del ritual y por último, lo hicieron rodar por las escalinatas del Templo Mayor. Los escultores, los pintores y los poetas, a través de sus obras, han honrado su memoria. El arqueólogo e historiador Manuel Orozco y Berra, en pocas palabras, da su versión acerca de la valentía y la lealtad de Tlahuicole: Era éste un célebre capitan de los tercios otomíes, al servicio de la república (Tlaxcala), atlético forzudo, de indomable valor; su macuáhuitl no podía ser manejado por un hombre común; nada resistía a su poderoso empuje, y su sola presencia en la batalla auyentaba a sus contrarios. 7Q EL e-0:1/1(//V DE LOS TLAXCALTECAS 15. LOS TRIBUTOS AL IMPERIO AZTECA Durante el periodo de 1376 a 1428, siendo tlatoanis Acamapixtli y Huitzilíhuitl -primeros señores mexicas-, tuvieron que pagarles tributos a los tepanecas de Azcapotzalco por ocupar el islote en donde se instalaron a partir de 1325. Años después, Chimalpopoca -tercer emperador azteca-, a través de varias gestiones, dejó de aportar contribuciones al tirano Maxtla, hijo de Tezozómoc. Y fue de 1428 a 1520 - "desarrollo del imperio azteca"-, antes de la llegada de los españoles, cuando seis gobernantes se dedicaron, entre otras actividades, a invadir provincias pertenecientes a Mesoamérica. En la revista Arqueología Mexicana número trece Edición Especial, el historiador Felipe Solís Olguín anexa mapas de la República Mexicana; en ellos específica las regio nes conquistadas por ltzcóatl, Motecuhzoma 1 o Ilhuicamina, Axayácatl, Tízoc, Ahuízotl y Motecuhzoma 11 o Xocoyotzin. Por otra parte, debe señalarse que sin excepción alguna, todas las provincias ocupadas por los aztecas estaban obligadas a pagar tributos y los tamemes y los recaudadores, concentraban diariamente una exagerada cantidad de bienes; su destino, el palacio. El tributo lo utilizaban para: solventar las necesidades alimenticias del pueblo y la nobleza, mantener y pagar el servicio de los administradores, organizar sus fiestas 80 U NA TE M Á TI C A OB L IGADA religiosas, cubrir los gastos de las frecuentes guerras y para asegurar el bienestar y la riqueza del emperador. A propósito, en la época del noveno gobernante -Motecuhzoma Xocoyotzin-, Tenochtitlan recibía tributo de 38 grandes provincias; es decir, controlaban a más de 400 pueblos. A la vez, en la Matrícula de Tributos, documento que se conserva en el Museo Nacional de Antropología de México, se mencionan una serie de productos entregados al tlatoani por los pueblos de los alrededores de la ciudad capital. Actualmente existen fuentes de información acerca de tan importante asunto; Las revistas Arqueología Mexicana, el Códice Mendoza, los escritos de Muñoz Camargo. El cronista español Fray Diego de Durán, en su Historia de las Indias de Nueva España e Islas de Tierra Firme, habla "de los tributos y riquezas que entraban en México de las provincias y ciudades que, por vía de guerra, habían sujetado''. Al momento muchos de los productos que con frecuencia llegaban a la metrópoli: Grandes reservas de oro en polvo, piedras preciosas, cascabeles de cobre, hilos de cuentas verdes -chalchihuitl-, joyas, cristales, ídolos de dioses; mantas de algodón, paños labrados, camisas y enaguas de mujer, miles de vestidos, trajes para guerreros, grandes cantidades de plumas, pieles; leones, tigres, pumas, gatos enjaulados, topos, comadrejas, águilas, gavilanes, garzas, pájaros de muchos colores, tortugas, caracoles, culebras, alacranes, arañas; maíz, frijol pepitas de calabaza, chía, cacao, 81 EL U!.Ylft,/V DE LOS TLAXCALTECAS aguacates, piñas, pláta~os, gran_variedad de frutas, panales, miel, plantas medicinales; incienso para purificar sus templos, piedras labradas, máscaras, jícaras, cal, maderas, sillas, petates, carbón, pinturas, conchas de mar, perlas; muchachas y muchachos para su servicio y bastantes esclavos para que construyeran sus edificios y sus templos. 16. EL BLOQUEO A LOS TLAXCALTECAS Se sabe que muchos años antes de la invasión española, "Tlaxcala tuvo una enor.me importancia por su expansión, comercio, riqueza y organización política''. Esto ocasionó que por envidia -desde tiempos de Itzcóatl-, los mexicas tuvieran cercada por más de sesenta años a la República de Tlaxcala; por lo tanto, les prohibieron a los pueblos dominados que les negaron sal, cacao, algodón, oro, plata y plumería para adornar sus armas y sus estandartes. En consecuencia, los caciques de Tlaxcala, hostilizados en sus comercios, comisionaron a sus embajadores para que les preguntaran a los señores del poderoso imperio el motivo del bloqueo y la amistad que ellos no habían provocado. Según Muñoz Camargo, los aztecas comentaron lo siguiente: 82 UNA TEMÁTI C A OBLIGADA Que el gran señor de México era señor universal de todo el mundo, y que todos los nacidos eran sus vasallos, y que todos los había de reducir á sí para que los reconociesen por señor, y que los que no quisiesen reconocerle por tal y darle la obediencia por bien, que los había de destruir, y asolar sus ciudades y provincias hasta los cimientos, y poblarlas de otras nuevas gentes: por tanto que procurasen de tenerle por señor y de sujetarsele, pagándole tributo y además, como las otras provincias y reinos hacían; y que si por bien no lo hacían, que verían sobre ellos el castigo. Los emisiarios escucharon sorprendidos los argumentos de los príncipes mexicas. Y anota el autor citado que al momento respondieron: Señores muy poderosos: Tlaxcala no os debe vasallaje, ni desde que salieron de las siete curva, jamás reconocieron con tributo ni pecho á ningún Rey ni Príncipe del mundo, porque siempre los tlaxcaltecas han conservado su libertad, y como no acostumbrados á esto, no os querrán obedecer, porque antes morirán que tal cosa suceda, como ésta consentir. Entendemos que eso que les pedís procurarán pediros á vosotros, y sobre ello derramarán más sangre que derramaron en la guerra de Poyauhtlán, que fueron aquellos de donde proceden los tlaxcaltecas. Por tanto, nosotros nos volvemos con la respuesta que nos habeís dado. 83 EL U:Jll[,/V DE LOS TLAXCALTECAS Posteriormente regresaron a Tlaxcala para informarles a los tecuhtlis lo sucedido. Esa respuesta influyó para que sus ejércitos estuvieran prevenidos ante otra probable agresión. 17. XICOHTÉNCATL AXAYACATZIN Xicohténcatl Axayacatzin "El mozo" (N.?-mayo de 1521). Este héroe tlaxcalteca fue hijo de Xicohténcatl el Viejo, señor de la cabecera de Tizatlán. Algunos autores afirman que su nombre debe ser Axayacatzin Xicohténcatl. A la llegada de los españoles fue nombrado Capitán General de los Ejércitos Tlaxcaltecas. Varias son las cualidades y las hazañas que se le atribuyen en tiempos de la invasión: Sobresalió por rebelde y patriota. Fue el único que se negó al paso de los foras teros por Tlaxcala. Salió a detenerlos al frente de veinte mil hombres. Jamás estuvo de acuerdo con las alianzas. Defendió, hasta el último momento, la soberanía de su patria. Fue un caudillo incomprendido por su gente. Se decepcionó porque primero lo mandaron a combatir extranjeros y después los caciques le dan órdenes para suspender los ataques. A fin de cuentas, su pueblo fue invadido por los conquistadores. El párrafo siguiente, tomado de Muñoz Camargo -su Historia de Tlaxcala ha sido fuente de consulta para cronista de actuales épocas-, refleja la preocupación de 84 UN A TEMÁT I CA O B L IG ADA Axayacatzin al insistir que no se les permitiera cruzar a los advenedizos; por otra parte, se entiende la insistencia de Maxixcatzin al sugerir que se les recibiera pacíficamente: En este tiempo vinieron embajadores Mexicanos "de parte de aquella República" con muy grandes "partidos y" promesas á los cuatro Señores "de Tlaxcala" como atrás dejamos referido, proponiéndoles que fuesen contra los españoles y los matasen, y no tomasen su amistad; en lo cual quiso venir "y condescender" un Cacique llamado Axayacatzin Xicotencatl, hijo mayor de Xicotencatl el viejo, á quien había dado el gobierno de su cabecera su padre, señalándole por su capitán general. Este, pues, venía en consentimiento de que los nuestros muriesen é los acabasen de matar; y siendo de contrario parecer Maxixcatzin, recibió grande enojo, y ansí con grande ira y alteración lo maltrató de palabra, diciéndole palabras de grande injuria llamándole cobarde, mujer y afeminado, "imputándolo de" traidor, alevoso, y le dió de rempujones, echándolo por unas gradas abajo ... Lo de menos sería abundar en detalles acerca de la muerte del capitan tlaxcalteca. El Dr. Antonio Peñafiel en el capítulo xv de su obra La Ciudad Virreinal de Tlaxcala presenta, sobre este asesinato, una información completa. Sucede que antes de la toma de Tenochtitlan por los conquistadores y sus numerosos aliados, Axayacatzin, que 85 E L u :J lft,/[,, D E. L os T L A X e A LT E e A s había sido asignado a Pedro de Alvarado, se regresó a su Patria. Se sabe que fueron varias las razones: un español descalabró a su primo Piltectetl y Cortés no castigó al agresor, el desprecio y el mal trato que les demostraban a los indios, la necesidad de estar con su familia. En relación al final del héroe, Muñoz Camargo, agrega: *Habiendo pasado esto, viendo el rigor del tiempo y la guerra trabada con los Mexicanos, conociéndolos por hombres falsos y de poca fidelidad, no se les admitió su demanda ni crédito de lo que pedían, y antes la mayor parte de la gente y estado de la República* siguió la opinión de Maxixcatzin, y este Axayacatzin Xicontecatl murio ajusticiado, pues lo mandó ahorcar Cortés por consentimiento de la República de Tlaxcalla, estando en Tetzcuco sobre la guerra de México, por ocasión de haberse tornado de la guerra como atrás dejamos recontado. Es preciso señalar que Cuauhtémoc, el último emperador azteca, Tetlepanquetzin señor de Tlacopan y Coanacotzin rey de Acolhuacan, fueron ahorcados por órdenes del conquistador. Y Xicohténcatl Axayacatzin, que en su tiempo fue general en Jefe de los Ejércitos Tlaxcaltecas, corrió la misma suerte que los anteriores. Fue ahorcado en Texcoco en el mes de mayo de 1521 por indicaciones del asesino Hernán Cortés. 86 UNA TEMÁT I CA OBL I GADA 18. TRES BATALLAS SIGNIFICATIVAS Para reseñar tres encuentros que. libraron los indígenas tlaxcaltecas y la tropa de Hernán Cortés, primero habría que señalar someramente las rutas que siguieron un montón de navegantes que salieron a buscar fortuna. Diego Velázquez de Cuéllar fue un aventurero español. Conquistó Cuba en 1511. Siendo gobernador de la isla organizó tres expediciones por las orillas del sureste de México. Su propósito principal fue buscar oro, plata y piedras preciosas entre los nativos. La primera expedición La primera empresa estuvo a cargo del capitán Francisco Hernández de Córdoba. Este navegante y sus marinos salieron de Santiago de Cuba el 8 de febrero de 1517 en tres embarcaciones. Al empezar a costear pasaron a un lado del puerto de Carenas. En Cabo Catoche desembarcaron, vieron a muchos indios, en ese lugar tomaron a dos de ellos -Julián y Melchor- que en lo sucesivo les servirían como guías e intérpretes. Hernández de Córdoba fue herido en Champotón por los lugareños; además, ahí murieron cincuenta soldados españoles. Surcaron cerca de Campeche y se sabe que llegaron hasta la Florida. De regreso le llevaron a Diego de Velázquez ídolos de barro, oro y algunas joyas. Días después de su llegada, el piloto de las naves murió a consecuencias de las lesiones que sufrió en Champotón. 87 EL U:JM,,/V DE LOS TLAXCALTECAS La segunda expedición Juan de Grijalva fue otro marinero español. Diego Velázquez lo comisionó para llevar a cabo la segunda expedición. Salieron de Santiago de Cuba el 8 de abril de 1518. Los acompañaban los dos intérpretes capturados. Su misión era descubrir nuevas tierras y aumentar la riqueza del gobernador -le fascinaba el oro y la plata-. Después de muchos días de navegar las cuatro naves pasaron cerca de Isla Mujeres, desembarcaron en la Isla de Cozumel, en Champotón fueron agredidos, exploraron otro lugar llamado Boca de Términos, siguieron por el Río Tabasco hoy río Grijalva-, atravesaron el Río Coatzacoalcos y el Río Papaloapan, les agradó la Isla Blanca por sus blancas viviendas y la Isla Verde por su abundante vegetación, en la Isla de los Sacrificios hallaron cinco cadáveres mutilados, conocieron las hermosas playas de san Juan de Ulúa y, se sabe que, avanzaron por los litorales de Tuxpan e incursionaron por el Río Pánuco. Al retornar le dieron al Jefe Supremo: oro, plata, alhaja, ropa, algodón y platicaron sus experiencias por esos lugares. De la segunda aventura, también fue informado el Rey de España. La tercera expedición La ambición de Diego Velázquez no tenía límites; por lo tanto, financió la tercera expedición. Hernán Cortés, siendo un hombre pequeño por su estatura pero astuto, ambicioso y cruel, fue responsable de la dichosa empresa; 88 UNA TEMÁTICA OBL IGADA su objetivo, explorar otros pueblos y buscar más oro y plata para satisfacer a su insatisfecho compadre. Salieron el 1 de febrero de 1519 once naves, varios capitanes y bastantes subordinados. Los mapas de León-Portilla y Hugh Thomas registran la siguiente ruta: dejaron atrás al puerto de Santiago de Cuba. Arribaron al puerto La Fernandina. En la Isla de Cozumel se les unió Jerónimo de Aguilar, un español que sería su primero intérprete -conocía la lengua maya-. A un lado quedó Isla Mujeres y Yucatán. Atracaron en Champotón y Campeche. En Centla les obsequiaron veinte mujeres. Con ellas iba Malinalli Tenépatl, esa joven inteligente tenía veintiún años y la bautizaron con el nombre de Marina, también se le conoció como Malintzin y fue la segunda intérprete -dominaba la lengua maya y la lengua náhuatl-. Después de muchos días se acercaron al Río Jamapa. En Chalchicueycan desmbarcaron para buscar alimentos. Descendieron en la Isla de los Sacrificios. En la Isla se San Juan de Ulúa, embajadores aztecas les llevaron regalos. Hicieron escala en La Antigua. En Cempoala, el Cacique Gordo les dio la bienvenida, alimentos y ocho mujeres. Pasearon en Quiahuiztlan y en la Villa Rica de la Vera Cruz, entre otras actividades, Hernán Cortés fundó el Primer Ayuntamiento de América y el cabildo lo nombró Justicia Mayor y Capitán General. Más tarde, el 16 de agosto de 1519, salieron de Cempoala rumbo a Tenochtitlan. En su insistente travesía, la tropa conocio Jalapa, Coatepec, Xicochimalco, Ixhuatlan -al sur brillaba el 89 El. U:.!;,f~tt- D E LOS T l. AXCA l.T EC A S Citlaltepetl (Pico de Orizaba)-, Altotonga -dejaron atrás al Poyauhtectl (Cofre de Perote)-, Xalacingo, Teziutlan, Tlatlauquitépec, Zautla, lztaquimaxtitlan -a un lado quedó el pueblo de Ocotepec y el Lago Salado- y Atotonilco. La primera batalla Mientras varios pueblos -Cempoala, Xicochimalco, Teziutlan, Iztaquimaxtitlan- habían recibido pacíficamente a los extranjeros, los tlaxcaltecas se preparaban para negarles el paso. Y fue una mañana del mes de agosto cuan:lo el tropel invadió el territorio. Cortés había mandado ::on anterioridad a sus mensajeros para pedirles permiso 1 los caciques, y no llegaban. Atravesaron una muralla de Jiedra. En el acto, un grupo de cempoaltecas que buscaba ilimentos en los alrededores tuvo un encuentro con quin:e nativos armados. La Primera Batalla se realizó el 31de agosto de 1519 en m pequeño poblado llamado Tecoatzinco -Tecoac-. Al :rente de los escuadrones estaba Xicohténcatl Axayacatzin uciendo su divisa blanca y roja y en su estandarte aparecía ma garza blanca. Los contrarios eran capitaneados por -Iernán Cortés y apoyados por mil quinientos aliados. Las armas de los tlaxcaltecas eran macanas, rodelas, ar:os, flechas, lanzas, y hondas; los forasteros contaban con :añones, escopetas, ballestas, espadas, lanzas y su caballe- ía. Y al grito de ¡Santiago y a ellos ... ! los españoles rompieon el silencio. En ese primer combate muchos indígenas >erdieron la vida; en cuanto a los castellanos, se cuenta que 90 UNA TEMÁT I CA OBL I GA D A quince quedaron heridos, Pedro de Morón fue asesinado y a su caballo le cortaron el pescuezo. Después de varios asaltos que duraron hasta ocultarse el sol, ambos bandos se retiraron a curar sus heridos y a celebrar la victoria. La segunda batalla Los tlaxcaltecas tuvieron que enterrar a sus muertos, curar a sus heridos y realizar más sacrificios a Camaxtli; además, prepararon sus armas para el siguiente abordaje. En el caso de los contrincantes, se la pasaron reponiéndose y alimentándose; aparte de alistar a la caballería y a la artillería para no ser sorprendidos. Al mismo tiempo, Cortés insistía en la licencia para atravesar la comarca; esa vez, tampoco hubo respuesta favorable. Sobre el particular, ciertos cronistas aseguran que la segunda batalla se inició el 5 de septiembre en el cerro de Tzompantzinco. Y, al frente de cuatro mil guerreros, Xicohténcatl iniciaba la cuestión. La vistosa indumentaria y la gritería de los confederados desconcertaron a sus enemigos y, al momento, los entrometidos recibieron una lluvia de piedras y flechas. En esa ocasión, las macanas y las rodelas también se lucieron. A medio combate, el ejercito del hijo de Chichimecatecutli y el de Tlehuexolotzin desertaron por un regaño que Xicohténcatl les hizo. Sin embargo, siguieron peleando y después de varias horas, el triunfo fue para los extranjeros. Más tarde, los embajadores del emperador 91 EL U:.16[,t[,, DE LOS TLAXCALT E CAS azteca -testigos de los acontecimientos-, regresaron a su pueblo para rendir su informe. La tercera Batalla No hay mucho que decir acerca de la tercera batalla, sólo que se realizó en esos trágicos días de septiembre. Los tlaxcaltecas planearon el último intento para detenerlos, decidieron atacarlos por la noche. Creían que los jinetes eran hijos del sol y sólo de día eran invencibles. Antes del encuentro, Cortés ordenó a sus soldados que les pusieran cascabeles a las patas de los caballos. El extraño ruido que hacían en la contienda y el daño que una vez más ocasionaron los cañones, los hicieron retroceder. Finalmente, la caballería y la infantería se impusieron; en :onsecuencia, la victoria fue para los españoles. 19. LA POLÉMICA ALIANZA Después de recibir a los embajadores de Cortés -mientras )(icohténcatl no lejos de ahí los combatía-, los señores se :eunieron para deliberar. Los siguientes fragmentos que ran entre comillas pertenecen a las Láminas: Primera, :::uarta y Quinta del Lienzo de Tlaxcala: "Maxixcatzin opinó por recibir á los extranjeros, porque eran enemigos de Moteczuma, y ofrecían ayudar a los tlaxcaltecas contra los mexicas''. 92 UNA TE M ÁT I CA O BLIGADA "El anciano Xicotencatl lo contradijo, exponiendo los peligros de recibir a esos hombres extraños que parecían monstruos, y recordando el deber de morir por la patria y por los dioses''. "Tlehuexolotzin buscaba términos medios, y nada se decidía''. Mas cuando supieron que su ejercito había sido derrotado por tercera ocasión, le mandaron a decir al capitán que suspendiera los ataques. Más tarde Xicohténcatl y Cortés se reunieron: "Sentolo Cortés a su lado, y después de darse por agraviado porque de guerra lo habían recibido, aceptó la paz''. "La noticia causó gran contento en Tlaxcalla; levantáronse enramadas, hízose suntuosa danza de todos los guerreros y fiestas á los dioses con sacrificios de esclavos''. Y "Vinieron á él los cuatro señores para invitarlo á que pasase á Tlaxcalla''. El único que no estuvo de acuerdo con la decisión de los tecuhtlis fue el joven Xicohténcatl. "Pero aquí se ve nada más á tres señores que lo reciben, y sabemos que eran cuatro los de Tlaxcalla. Esto se explica fácilmente: Xicotencatl era ciego ó poco ménos; y por datos que encontramos en Ixtlilxochitl, debía tener en aquella sazón unos noventa años ó más, pues ya en el año 1455, aunque mancebo, era uno de los jefes guerreros de la señoría y con él concertó Nezahualcoyotl lá·guerra sagrada. El primer jefe tiene una manta blanca adornada con correas rojas de cuero; los tres .sus correas blancas y 93 E L U~~lt/ DE LOS TLAXCALTECAS rojas en la cabeza, y su tecpílotl ó penacho de plumas; y presentan ramos de flores á Cortés''. Cabe señalar que el 23 de septiembre de 1519 los castellanos y sus amigos entraron a Tlaxcala. Este enorme :ontingente hizo su arribo al palacio de Xicohténcatl. Los invasores estuvieron hospedados más de veinte días; ~ n ese tiempo les dieron alimentos, obsequios y doncellas. Posteriormente, el 12 de octubre de 1519 los visitantes sa.ieron rumbo a Cholula. Antes de despedirse, "los caciques ie Tlaxcala dieron a Cortés un consejo espeluznante: si li)faban una batalla contra los mexicas, debían matarlos a :odos ... que no quedasen con las vidas, al mancebo porque 10 tome armas, al viejo porque n·o dé consejos''. Y bien, en el momento en que los caciques les pro>orcionaron bastantes guerrreros y muchos tamemes, se ormalizaba un compromiso, se formalizaba la polémica llianza. 20. OTRAS ALIANZAS 'ara saber los nombres de los pueblos que se solidarizaron Cortés durante su recorrido de Cuba a Tenochtitlan, es rienester sintetizar los acontecimientos: Las primeras alleas los recibieron pacíficamente. Los de Centla perdieron .n combate, después los aceptaron -y mientras el tiempo vanzaba llegaban embajadores de México con regalos, ro y piedras preciosas para pedirles a los desconocidos 94 UNA TEMÁT I CA O B L I GADA que no siguieran-. En las demás provincias rumbo a la Villa Rica no se presentaron incidentes. En Cempoala los hospedaron y los trataron con afecto; en ese lugar lograron adeptos. De los pueblos del Totonacapan en adelante fueron recibidos amistosamente; pero, al querer pasar por Tlaxcala, hubo enfrentamientos. A fin de cuentas los admitieron y logró Cortés, para alcanzar su objetivo, un enorme ejército. Pasaron muchos meses y el 26 de mayo de 1521, los forasteros iniciaron el sitio de Tenochtitlan. Empezaron por destruir el acueducto de Chapultepec, invadieron Ixtapalapa, utilizaron bergantines para navegar en lqs canales, asaltaron con éxito el fuerte de Xoloc, destruyeron el templo de Tezcatlipoca, se aproximaron al templo mayor, ·acabaron con el palacio de Axayácatl, ocuparon Tlacopan y Tlaltelolco, arrasaron con el mercado y el templo mayor. Al enterarse de tanta destrucción, muchas provincias se solidarizaron a Cortés para evitar que les prendieran fuego a sus ciudades y les hicieran daño a sus gentes. Se presentaba el momento de traicionar a los aztecas, de librarse del yugo y de los tributos, Dejaron solo al último emperador azteca. Antes de adueñarse de la ciudad más poderosa de Mesoamérica, Cortés ya comandaba un imponente ejército. Algunos pueblos que se aliaron a los españoles fueron: Texcoco, Chalco, Mixquic, Xochimilco, Huexotla, Acolhaucan, Cuauhnahuac, Coatlinchan, Otumba, Tizapán, Nautla, Colhuacan, Tlacopan y otros que vivían en 95 EL e.s:.y~~ DE LOS TL AX CALTECAS los alrededores de los cuatro lagos -Chalco, Xochimilco, Texcoco y Xaltocan-. Ye PALIUHQUE MEXICA "Con esto, ó en este tiempo, se acabaron los mexicanos" 96 EL ESTIGMA DE LOS TLAXCALTECAS 21. 22. 23. 24. A unos pasos del final Los detractores Los defensores Para lavar una mancha "Por este motivo es general costumbre acusar a los tlaxcaltecas de traidores" Alfredo Chavero 97 EL e,s:Jll(,~ DE LOS TLAXCALTECAS 21. A UNOS PASOS DEL FINAL Al concluir los tres capítulos anteriores, poco a poco se va cerrando el telón. Por lo tanto, los temas 22 y 23 ocupan la parte vital del cuarto y último capítulo y del ensayo en general. Se pretende, pues, borrar para siempre el agravio de que son objeto los tlaxcaltecas en relación a la decisión que tomaron hace quinientos años al arribo de los conquistadores. 22. LOS DETRACTORES Elena Garro (1920) En ocasiones, la vida de un autor es interesante; pero, es más relevante su obra. Algunos títulos atribuidos a la escritora poblana, son: La semana de colores, Andamos huyendo Lola, Un hogar sólido -en él publica seis piezas en un acto-, Los recuerdos del porvenir (novela 1963). Su cuento representativo engalana las antologías mexicanas. De este relato se presenta un breve análisis literario: Título de la obra: La culpa es de los tlaxcaltecas. Nombre del autor: Elena Garro Nacionalidad: Mexicana. Época en que fue escrita la obra: Contemporánea. Género Literario: Narrativo. 98 EL EST IGMA D E LOS TLAXCALTECAS Forma Literaria: Prosa. Personajes principales: Laura y Nacha (la cocinera) Personajes secundarios: Margarita, Josefina, Pablo, un indio. Argumento: El cuento se inicia con un diálogo entre la se- ñora Laura y la cocinera Nachita. Se menciona un incidente automovilístico cuando viajan a Guanajuato. Se deja entrever la infidelidad -traición- de Laura hacia su marido. En una parte del contenido se habla de la Conquista de México. El desenlace no es trágico, tampoco feliz. Comentario personal: En la narración se repite dos veces: La culpa es de los tlaxcaltecas. Además, se menciona catorce veces la palabra traición. Concluyendo: Elena Garro, a través de su personaje principal, con sutileza considera traidores a los tlaxcaltecas. Benito Juárez De los grandes protagonistas de la libertad en el Continente Americano, tenemos a: Jorge Washington -estadounidense-, independizador de su pueblo; José Martí -cubano-, apóstol de la independencia de su Patria; Simón Bolívar -venezolano-, fue proclamado Libertador de América en octubre de 1813; José de San Martín-argentino-, es el emancipador de Chile y Perú; y Benito Juárez -mexicano-, es el Benemérito de las Américas. Juárez nació el 21 de marzo de 1806 en San Pablo Guelatao, Oaxaca. A la edad de 3 años quedó huérfano. A los 12 se trasladó a Oaxaca -en ese tiempo aprendió hablar 99 EL e.J:J/r(/t[,, DE LOS TLAX CA LTE CAS la lengua de Cervantes, antes dominaba el zapoteco-. En 1827 se graduó de bachiller. En el Seminario Pontificio de la Santa Cruz estudió Gramática Latina, Filosofía, Artes y Teología. En el Instituto del Estado estudió Derecho y se recibió de Abogado. A la edad de 37 años se casó con Margarita Maza - ella tenía 17-. Desempeñó varios cargos políticos: Regidor del ayuntamiento de su estado, Diputado Local en 1833, Secretario de Gobierno, Diputado al Congreso de la Unión en 1846, Gobernador de Oaxaca en 1848 -tenía cuarenta y dos años de edad-, Magistrado del Tribunal Superior de Justicia, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en 1857. Lo nombraron Vicepresidente de la República y, posteriormente, Presidente de México. El país triunfó ante la Intervención Francesa el 5 de mayo de 1862; en esa ocasión: "Las armas nacionales se cubrieron de gloria''. Combatió a los conservadores y a los imperialistas. Dictó las Leyes de Reforma en 1859. El 19 de junio de 1867 ordenó el fusilamiento de Maximiliano. Escribió el libro: Apuntes para mis hijos. A él se debe la frase inmortal: "Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz''. Para los mexicanos es un héroe legendario, el máximo ejemplo de patriotismo. Murió en el año de 1872. Se le ha llamado: fuárez, El Impasible. Enrique González Martínez le rinde honores en su poema: 100 EL ESTIGMA D E LOS TLAXCAL T ECA S }UÁREZ "Sin que lo manche la mundana escoria, se eleva altivo, inquebrantable y fuerte ..." El siguiente fragmento fue tomado de los Escritos Juaristas {Tomo I), seleccionados por Jorge L. Tamayo, México, 1980: Aquella antigua Grecia, que se cubrió de gloria triunfando de las legiones numerosas del soberbio Jerjes, después se cubrió de ignominia sucumbiendo a las inferiores fuerzas de Filipo; porque en una época sus hijos estaban animados del amor de su Patria, y en la otra sólo buscaban sus mejoras personales. Roma, que en los bellos días de su República se había hecho la señora del universo y el modelo del valor y de las demás virtudes sociales, se vio después humillada a los pies de sus emperadores, y al fin destrozada por las armas de la barbarie; porque entonces cada cual de sus hijos procuraba sus propias comodidades, y cada cual se abandonaba a la más vergonzosa apatía. México, poblada de mil naciones guerreras y por la misma naturaleza defendida, recibió la ley de un puñado de aventureros; porque los viles tlaxcaltecas prefirieron una rastrera venganza al honor nacional, y prestaron su funesta alianza al invasor de Castilla, quien también los subyugó en premio de su perfidia y egoísmo criminal. España, a pesar de la distancia de su metrópoli, nos dominó desde entonces; porque el patriotismo mexicano quedó sepultado con el cuerpo de Cuauhtémoc, 101 EL U:Jlft,,/V DE LOS TLAXCALTECAS y ya nadie pensó sino en sí mismo, y cada uno se contentó con besar humilde la mano que lo oprimía. Si en aquel período de funesta memoria, nuestros antepasados hubieran tenido desprendimiento; si hubieran sacrificado su aparente reposo, sus engañosas comodidades y su misma vida al bien de la Nación, nuestra esclavitud no hubiera sido tan prolongada: tiempo ha que hubiera variado nuestra condición, y ya no lucharíamos hoy con las viciosas costumbres de nuestros conquistadores. Pero el egoísmo causó nuestra desgracia, causó la de los griegos y de los romanos y causará la de aquellas sociedades donde reine este vicio fatal. "En este mundo tan profano, quien muere limpio, no ha sido humano" En la lucha libre En el comentario del libro "Tlaxcala en la Conquista de México" (el mito de la traición) de Lucila Toulet Abasolo - octubre del 2010-, el cronista Mario Ríos presenta al auditorio su investigación; en un fragmento, manifiesta: "La lucha libre, espectáculo profesional, es tal vez uno de los ámbitos más alejado del quehacer de las historiadoras . Recientemente, en la ciudad de México, el luchador Alberto del Río, micrófono en mano, en el centro del cuadrilátero, llamó a los mexicanos -chilangos-: "Tlaxcaltecas traidores" por apoyar a su oponente "Rey Místico''. Un enmas102 EL EST IG MA D E LOS TLAXCALTECAS carado al que burlonamente llamó "chicanito" por venir de allende la frontera norte y según Alberto del Río, por usurparle sus derechos de representación mexicana en el campeonato internacional. Para gusto del público afrentado, llegó el Undertaker, luchador "gringo" de gran fama y lo puso en su lugar''. En las escuelas no rmales Otros casos similares se viven en las escuelas normales del país -en los internados-, lugares en donde se preparan a los futuros docentes de la educación primaria. El siguiente diálogo se dio en una de las aulas de la Escuela Normal de Tenería: El primer día de clases, el maestro Manuel le pregunta a su alumno: -Y tú, jovencito, ¿De dónde vienes? -De Tlaxcala, profesor -Entonces eres traidor- Aclaró el mentor. Al momento, brotaron risas y burlas por parte de sus compañeros. Desacreditado el aspirante a educador, contestó: -Sí maestro. En lo sucesivo, algunos estudiantes y el titular de la clase, lo tildaban de traidor. EL U:.J~I[, DE LOS TLAXCALTECAS 23. LOS DEFENSORES Pablo Escalante Gonzalbo En el libro "nueva historia mínima de méxico" editado por el Colegio de México y la Secretaría de Educación Pública (biblioteca para la actualización de maestro), Pablo Escalante Gonzalbo -Doctor en historia por la Universidad Nacional Autónoma de México e investigador de la UNAM- publica un interesante trabajo que titula El México Antiguo. De esas páginas se selecciona una parte del epílogo: Los totonacos vieron en Cortés un aliado aceptable para sacudirse el dominio mexica, y sería un disparate reprocharles esa alianza, pues no tenían modo de saber, por ejemplo, que después vendrían la viruela, la tosferina y el tifo, y que sus ciudades quedarían desiertas y sus milpas y huertas se convertirían con el paso del tiempo en pastizales. Los tlaxcaltecas cesaron su resistencia inicial y optaron por aliarse a los españoles porque les pareció que esa alianza garantizaría, precisamente, la integridad de su territorio; ellos no debían lealtad alguna a los mexicas, más bien todo lo contrario, eran sus enemigos. Desde el arribo de Cortés a Yucatán hasta la conclusión del sitio de Tlatelolco con la captura de Cuauhtémoc, hubo muchos señoríos que, tras ser derrotados en combate o después de haber celebrado un acuerdo con Cortés, se sumaron a sus filas. La conquista de Tenochtitlan fue una victoria de los tlaxcaltecas, de los tetzcocanos, de los totonacos y de muchos otros grupos indígenas: fue la última 104 EL EST I GMA D E LO S TL AX C AL TEC AS guerra del México prehispánico, dirigida sin embargo por un pequeño ejército que no pertenecía a esa historia. Emmanuel Carballo Este poeta, cuentista, historiador, ensayista, maestro y crítico literario; nació en Jalisco en el año de 1929. Y es el 29 de marzo del 2006 cuando el ameritado escritor da a conocer en la revista La Voz Invitada el artículo que llama "Tlaxcaltecas y Españoles''. En ese texto asegura que en lugar de considerar traidores a los tlaxcaltecas, se les debe reconocer como patriotas: Con cierto éxito intentamos clausurar una costumbre nefasta: la conspiración del silencio. Ya no es tan fácil dar muerte civil al adversario, ni omitir sus méritos. Tampoco inflamos figuras famélicas hasta convertirlas en globos cautivos. Hoy, para poner un ejemplo histórico, conviven civilizadamente Lorenzo de Zavala y Lucas Alamán con el doctor Mora y Carlos María de Bustamante. En el panteón consagrado a los héroes reposan sin dirigirse injurias mutuas Benito Juárez y Miguel Miramón. Uno y otro fueron buenos mexicanos que soñaron para el país (cada uno a su manera) el mejor de los sueños posibles. Al aplicar esta idea a los tlaxcaltecas de siglo xvr se debe borrar de mentes y libros una palabra: traidores y sustituirla por otra, patriotas a su peculiar estilo. Guerreros formidables, los tlaxcaltecas conservaron su independencia frente a los JOS EL U:.111[,/VDE LOS TLAXCALTECAS mexicas, aunque tuvieran que prescindir en la comida diaria de la sal y el azúcar. A la llegada de los españoles, y tras fugaces escarceos guerreros, acordaron dos convenios con los conquistadores para defenderse de sus tradicionales enemigos: el de la paz y el de la ayuda militar. Consumada la conquista, a la cual los tlaxcaltecas cooperaron en forma concluyente, éstos, siempre en compañía de los españoles, comenzaron sus tareas fundacionales: lo mismo dejaron su semilla en el norte (hasta territorios meridionales de Estados Unidos) que en el sur, más allá de Chiapas, hasta llegar a lo que hoy en Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua. En numerosas ciudades del país todavía subsisten, en las zonas deprimidas, los barrios tlaxcaltecas. lagdalena Briones siguiente párrafo -el lector habrá de disculpar la exten5n- corresponde al título: "Los traidores" (A la ciudadaa). Es claro, importante, bien investigado; fue publicado miércoles 8 de agosto del 2007 y corresponde a la pluma ! la historiadora Magdalena Briones. Por supuesto que comulgamos con sus ideas y sugerios que los maestros borren de las mentes de sus alum>s, con hechos históricos, esa gran mentira: No sé ahora, pero la escuela enseñaba y comúnmente se aceptaba que los tlaxcaltecas habían sido traidores a México. En primer lugar, México-nación no existía. Había múltiples señoríos desde antes de la llegada de los mexicas y su EL EST I GMA D E LO S T LAX CALTEC AS consolidación hegemónica sobre los demás ... "desde finales del siglo xv el asedio del imperio azteca sobre los tlaxcaltecas y otro pueblos vecinos fue un aumento y se agudizó aún más durante el reinado de Moctezuma II, quien terminó de cerrar el cerco que oprimía a estos pueblos, privándolos del comercio y consumo de artículos de primera necesidad, como por ejemplo, la sal. Esto dio motivo a enfrentamientos armados que generaron, además de la pérdida de muchas vidas, un rencor que fue ahondando con el transcurso del tiempo: (L.T. Abasolo "Tlaxcala en la Conquista de México") . A la llegada de los españoles, muchos pueblos se aliaron con ellos, algunos por miedo, otros por conveniencia, pero los más, por liberarse de la tiranía que representaban funcionarios y guerreros aztecas; sin olvidar que flotaba en el inconsciente colectivo de aquellos pueblos: el esperado retorno de Quetzalcóatl, los misteriosos aconteceres en tierra y firmamento antecesores de desgracia y objetivamente, la sorpresa y el terror de las "casas flotantes'; los brazos que escupían fuego y la unidad centáurica de los conquistadores. Véase aunque sea una diferencia de lecturas: entre los conquistadores se dudaba si los naturales de estas tierras tenían alma; entre los indígenas se dudaba si los recién llegados serían dioses. A pesar de todo, los tlaxcaltecas sostuvieron los más encarnizados combates con los españoles. Las guerras entre tlaxcaltecas y mexicas se iniciaron más o menos un siglo antes de la conquista de México, cuando Tlaxcala tuvo una enorme importancia por su expansión, comercio, riqueza y organización política y militar. Eran li- EL u:y;n,~ DE LOS TLAXCALTECAS bres y jamás estuvieron dispuestos a perder su libertad subsumiéndose a los aztecas; pero derrotados por los españoles "enemigos de los mexicas" no dudaron en aliarse con ellos y castigar a su más implacable enemigo. Sin estos fieles aliados y excelentes guerreros, a Cortés le hubiera sido imposible su triunfo, al cual contribuyó también la neutralidad de Moctezuma Zocoyotzin y sus miedos mágico-teocráticos. lel Congreso Mexicano de Historia. l C. Antonio Pompa y Pompa, Secretario del Consejo Per1anente de la Revista Raudal; el 26 de junio de 1961 le dige un documento al Sr. Lic. Germán Georgge Hernández, residente de la Asociación de Tlaxcaltecas Xicohténcatl )n sede en Oriente 63 No. 342 en la colonia Villa de Cor!s de la ciudad de México para comunicarle los acuerdos a is que llegaron los participantes al Congreso Mexicano de iistoria realizado en la ciudad de Jalapa. A continuación, ~ presenta la mayor parte del contenido: Muy distinguido señor Presidente: En relación con su atenta comunicación del 17 de noviembre próximo pasado, contestada hasta esta fecha por motivos de trámite y acuerdo en reunión de Consejo, le manifiesto: Que puesta a discusión la moción del Dr. Andrés Angulo Ramírez y Lic. Germán Georgge Hernández acerca de la opinión histórica que en justicia debe darse a la participación del pueblo y autoridades tlaxcaltecas en la conquista 108 E L EST I GMA DE LOS TLAX CA LTEC A S de Anáhuac y territorio aledaños, la Asamblea discutió suficientemente el punto y aclaró: 1- Que el pueblo y gobierno tlaxcaltecas constituían unidad absolutamente independiente de cualquier otro pueblo y muy particularmente del pueblo y autoridades mexicas, con quienes no tenían pacto ni alianza política, religiosa o militar. ll- Que la alianza que los cuatro señores tlaxcaltecas hi- cieron en representación de sus cuatro señoríos con el conquistador Hernán Cortés, la llevaron a cabo en uso de sus propios derechos, como pudieron hacerlo con cualesquiera otro pueblo o grupo militar en defensa de un enemigo común. lll- Que la nobleza del pueblo tlaxcalteca manifiesta en la colonización del territorio de la Nueva España le enaltece por su calidad de miras y grandes servicios a la organización de la nueva nacionalidad de un pueblo que entraña la unidad de Oriente y Occidente. IV- Que la misión colonizadora del tlaxcalteca es reconocida por múltiples testimonios históricos y por estudiosos de esta obra que se proyectó desde la región norteña de los Texas, los grandes territorios de la Nueva España y al sur hasta las regiones del Ecuador y V- Que por consiguiente, cualquier apreciación que supon ga falta de lealtad o traición en la actitud de alianza entre el pueblo tlaxcalteca y los conquistadores españoles, es carente en absoluto de fundamento histórico. 109 EL U:J~tV DE LO S TLAXCALTECAS .lfonso Junco l historiador Alfonso Junco, miembro distinguido de la .cademia de la Lengua; el 25 de marzo de 1969 publica n el periódico El Sol de Tlaxcala un artículo que nombra: ~ o que fue y lo que no fue Cuauhtémoc''. En seguida se resenta un brevísimo fragmento: "Por eso, nada tenían de traidores, como quiere una inepcia acreditada, los tlaxcaltecas y otros muchísimos indios que se unieron a Cortés para luchar contra sus tiranizadores los aztecas. Veían la ocasión de libertarse de sus opresores: la tomaban. Eran, dentro de los límites de su minúscula patria respectiva, patriotas''. 24. PARA LAVAR UNA MANCHA .as conquistas de las provincias mesoamericanas empezaon con los siguientes emperadores: Izcóatl (1428-1440), llotecuhzoma 1 o Ilhuicamina (1440-1469), Axayácatl 1469-1481), Tízoc (1481-1486), Ahuízotl (1486-1502) y 11.otecuhzoma 11 o Xocoyotzin (1502-1520). En la revista Arqueología Mexicana número ~rece se obervan seis mapas y los pueblos conquistados por ellos. A ropósito, los señoríos independientes -que los mexicas no pudieron someter-, fueron: Metztitlan, Tlaxcala, :holula, Teotitlán del Camino y Yopitzinco (se dice que ambién: Tototepec y Coatlicamac) . . 1 11n EL EST IGMA DE LOS TLAXCALTECAS En el siguiente fragmento, tomado de la Enciclopedia México a través de los siglos, Libro Quinto, Capítulo vu, p. 359; se confirma la valentía de los tlaxcaltecas: "Torquemada da una relación por la cual resulta que Motecuhzoma hizo primero pelear por su cuenta á los de Cholóllan y Huexotzinco contra Tlaxcalla, y que después mandó en su auxilio á su hermano Tlacahuépan, quien fue derrotado y muerto por los tlaxcaltecas, y que para vengar su muerte envió a sus mejores guerreros, los cuales volvieron maltrechos a México''. Muñoz Camargo asegura que los tlaxcaltecas estuvieron sitiados por los aztecas de 1455 -fecha en que se iniciaron las guerras floridas- a 1515 (60 años). Además, les prohibieron a sus tributarios que les vendieran productos de primera necesidad. También les ordenaron a otros pueblos que acabaran con ellos -no pudieron-. Mientras Motecuhzoma les mandaba regalos a los castellanos al desembarcar en tierras americanas -San Juan de Ulúa, la Villa Rica de la Vera Cruz ... - para persuadirlos y no avanzaran a Culúa; los tlaxcaltecas les negaron el paso; tuvieron que librar sangrientos combates con ellos. Después, decidieron recibirlos amistosamente. Durante la época que gobernó Motecuhzoma II o Xocoyotzin -19 años-, no existía división política en México; 111 EL (-0:1/1(/¡[/ DE LOS TLAX C ALTECAS ran señoríos, provincias, territorios. Este soberano que ecibió a los españoles sin enfrentarlos -controlaba 38 rovincias, 400 pueblos aproximadamente- jamás pudo ometer a los tlaxcaltecas. Así como Cuauhtémoc y otros soberanos demostraron mor por su imperio, Tlaxcala también fue cuna de homres leales y valientes a su Patria. Tenemos dos ejemplos: 'lahuicole y Xicohténcatl el Joven. Debe aclararse que la República de Tlaxcala no cometió :aición a nadie. En su comentario el Doctor en Historia lugh Thomas favorece a esta provincia: Se nos muestra a Tlaxcala como una "federación" libre, pero empobrecida por el embargo económico decretado en su contra por los mexicas, y en permanente estado de alerta, debido a las famosas "guerras floridas" que libraban ambos Estados. Acosados y hostigados durante más de un siglo por sus poderosos vecinos, no es extraño que los dirigentes tlaxcaltecas se aliaran a un etéreo rey de una invisible España, que por boca del melifluo Cortés les prometía la liberación que tanto ansiaban, pero que nunca alcanzarían. Con su breve pero significativo comentario, Antonio eñafiel interviene para llegar al final de esta propuesta: 11 2 EL ESTIGMA DE LOS TLAXCALTECAS "No era sólo Tlaxcala la que preparaba la venganza contra la tiranía de los mexica, eran todos los pueblos que habían dado su contingente de sangre para las aras del dios de la guerra, Huitzilopochtli: los sacrificios humanos realizaron la caída del imperio de Moctezuma II, más todavía que el genio y la audacia de D. Hernando Cortés. 113 GLOSARIO CALMECAC. Es el nombre de los institutos de educación superior, o especializada, para los sacerdotes y los nobles. En estos estable- CALPULLI. cimientos se enseñaban las artes y ciencias conocidas de los iniciados. En la casa grande. Templo bajo el cual se integra un grupo social conformado por parientes, aliados, amigos y vecinos (barrio). El calpulli se rige internamente por un consejo de ancianos. Sus funciones principales son la distribución del trabajo comunal. .. DEFENSOR. DESCRIPCIÓN . Adj. Que defiende. (Sinón. Campeón, paladín, mantenedor, defendedor.) Que defiende a un acusado. "Forma literaria metódica, objetiva o extrapersonal, que consiste en presentar a una persona, un lugar, un objeto, un fenómeno, como si se fotografiara o pintara, con palabras''. "Puede ser de: paisaje, cronografía, topografía, retrato, etopeya, autorretrato o carácter. D ET RACTOR. Adj. y s. (lat. Detractor). Maldiciente, infamador. 114 GLOSARIO ENTRONIZAR. Colocar en el trono. Ensalzar, celebrar mucho a uno. EPOPEYA. Especie narrativa. Poema de gran extensión que relata hechos extraordinarios de héroes, guerreros, personajes famosos; reales o imaginarios. La epopeya ESTIGMA . HUEHUETLATOLLI. puede ser mitológica, histórica, alegórica, religiosa .. . Marca, cicatriz, señal, huella (Estigmatizar: marcar, señalar, infamar, censurar). Plática de los viejos. Se llama así a la instrucción oral que daban en las escuelas a los niños y jóvenes, y en la que se contenía todo lo referente a ritos, costumbres, modales ... LEYENDA. Especie narrativa . Composición breve MEXI. (MEXITLI) . en verso o en prosa, que relata un hecho imaginario, pero íntimamente relacionado con la historia, las tradiciones, las costumbres y lugares de un pueblo. La leyenda es de origen popular. Nombre dado al dios Huitzilopochtli, de donde proviene, según algunos autores, el nombre de México. MITO. Relato de los tiempos fabulosos y heroicos. MITOLOGÍA . Estudio de las divinidades de un pueblo. 115 EL u:y~IÚ NARRACIÓN. RESUMEN SINOPSIS. SÍNTESIS. TECUTLI TELPUCHCALLI. DE LOS TLAXCALTECAS "Forma metódica que consiste en presentar hechos, acontecimientos, circunstancias ... Como la novela, el cuento, la leyenda''. En el resumen se extraen palabras textuales del autor, no hay originalidad por parte de lector que investiga. Es una suma, un resumen. En la síntesis se redacta imprimiendo un sello personal, un estilo original por parte del investigador. Noble, hidalgo, señor, alto personaje, primer magistrado de una ciudad; noble anciano. Casa de los adolescentes. Es la institución de educación para la gente de la clase inferior. Había en cada demarcación, o barrio (calpulli), y en algunos casos aun varias de TÉNOCH estas casas. Hijo de Ilancueitl y de lztacmixcoatl (Especie de nopal que crece principalmente TENOCHTITLAN. en los intersticios de las rocas). Formado por tetl (piedra) y nochtli, nopal. "En o entre nopales''. Capital del imperio TEOCHICHIMECA. TLAHTOQUE. azteca. Tribu nómada, considerada por algunos autores, como la tribu tlaxcalteca. ]efe, gran señor. 116 GLOSARIO TLATOANI. TRAICIÓN. El que habla bien, gran señor, rey, viejo soberano. Delito del que quebranta la fidelidad o lealtad. 11 7 BIBLIOGRAFÍA ARIAS, )uAN DE Dios; RivA PALACIO, VICENTE; CHAVERO, ALFREDO (et al). México a través de los siglos (tomo segundo). 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BLOQUE 7 NÚM . 115 !).: Literatura :ióN: 55 llO: El estigma DE LOS TLAXCALTECAS ;IFICACIÓN: 01 ÜBRAS DEL AUTOR Poesía Cuando caigan las hojas Unos lirios en la senda Veinte poemas de ausencia Cofre de diamantes Zafiros verdes como rubíes En espera del éxtasis Unas obsidianas blancas y otras guindas Como en las obras de teatro Canciones para cantar en otoño Estas últimas notas de guitarra Cien sonetos en flor para Tlaxcala Novela Cuando caigan las hojas Yo voy soñando esmeraldas Hombres de Tierra La Doncella de Tlaxcallan Prosa Los últimos pasos de un vagabundo A ese rosal lo marchitó la niebla Teatro Enviado número dos Cuento Un arcón de cuentos viejos Didáctico La poesía Náhuatl en Tlaxcala PREMIO PRESEA MIGUEL N. LIRA 2006 .... "A pesar de incertidumbres y vacilaciones, los gobernantes tlaxcaltecas, y entre ellos muy especialmente Xicohténcatl de Tizatlan y Maxixcatzin de Ocotelulco, encontraron al fin en la presencia de los hombres de Castilla un medio para hacer frente al pueblo azteca. Como lo indica el historiador tlaxcalteca Muñoz Camargo, tras mucho deliberar y después de ver cómo tan fácilmente habían sido vencidos los guerreros otomíes de Tecoac, decidieron recibir y acoger a los forasteros en son de paz" MIGUEL LEON -PORTILLA Xicohténcatl, el longevo señor tlaxcalteca cantor de la guerra florida y testigo d e la grandeza y la ruina de la nación azteca. (Lienzo de Tlaxcala, lámina I. r ll TLAXCALA MI? MI? MI? MI? GOllEllNO DEL ESTADO 2011 . 2016