COKBIflOiES DSlgaaíPCIOi AL IIDMIRISTR910IIII' Mftlrld, un mss... 1 50 cts^ ProTinoUs, hi:jiise« tre. i » Países de ia Unión Poatal, un aüo.. GO > Aeia 7 América.. • 70 » StáBtero raelto, 5 eéstR. t<eB atrasado, 2 5 >'. R« M dsTuelTen IM ortarinaltf "La t'siTiipssÉiifa üSttr" PAGO ADELANTADO M«di*¡d 3 0 de IMayo de 1900. ¡MIENTEN! Debátese en estos momentos con el calor y el apasionamiento propio de nuestro temperamento, sobre si hubiera sido preferible ó no que los de la Unión Nacional hubiesen podido ser recibidos por S. M., y se alegran unos del hecho que aprueban en absoluto y lo sienten otros, juzgándolo como u n error profundo. Nosotros no vamos á tratar de esta cuestión, sobre la cual no alcanzamos á comprender cómo se habla y se escribe tanto. E s sobre otro punto sobre el que hoy, indignados, vamos á fijar nuestra atención, porque, en lo referente á la regia audiencia, creemos que el más vulgar de los sentidos proclama á voz en grito la imposibilidad de que el jefe de u n Estado escuche desde el sitial donde ejerce su elevado cargo u n ruego amenazador, una imposición cínica, la voz de unos ciudadanos que, colocados ya Juera de la ley, intentan convertirse en norma de las prerrogativas que la Constitución confiere á la más alta dignidad, al más elevado poder de la Nación. ¿A dónde hemos llegado? ¿En qué estado de indisciplina social vivimos? ¿Qaó espectáculo más ridículo y más denigrante no hubiésemos dado ante el extranjero SI la casualidad ó la habilidad de los hombres palatinos no hubiese oportunamente puesto coto á los desvarios, al atrevimiento, al descaro de eaosparaisistas, almas en Eena del mostrador y la trastienda, de la odega y el zaguán? No; la osadía de esos mercaderes llegando al paroxismo de la descortesía al imponer plazo para ser recibidos en el r e gio Alcázar, demandaba que consciente ó inconscientemente u n trallazo d e alta educación y de sensatez, entre atenciones y finura, cruzase el rostro de los que engreídos, envalentonados, ensoberbecidos, figúranse ya que están en posesión de la confianza y la representación del país. Y sobre esto último es sobre lo que hoy precisamente queremos levantar, desde este sitio, nuestra protesta enérgica, viril, concreta. Los desequilibrados horteras, en el documento que h a n escrito solicitando audiencia de S. M., han hecho constar, abrogándose derechos que no tienen, denif;rando entidades colectivas ó individuaes y faltando á sabiendas á la verdad, que <su opinión es la opinión unánime del país». . Y eso es inexacto, eso es falso, eso es indigno y despreciable. Eso no lo ha h e cho aún ningún político, por corroída que haya tenido su conciencia y por audaz que haya sido su conducta. La opinión unánime del país oficialmente sólo las Cortes la expresan: extraoficialmente no pueden significarla más que Una agrupación de representaciones de todas las fuerzas vivas, de todos los organismos, todas las clases, todas las colectividades de la Nación. ¿Quién es la Unión Nacional, quiénes son esos mantequeros, esos ultramarinos, esos carniceros y bodegueros que en su seno bullen para abrogarse ante el Trono ni ante nadie la representación del país? ¡Jamás nuestra pobre Nación pudo pensar en llegar á menos! ¡Jamás pudieron •líos soñar en alcanzar tal honra! Y suefioB son y de sueños no pasan. Los hombres serios, los hombres sensatos, los hombres que lealmente anhelan la reconstitución de su Patria, cuando desquiciada hállase al borde de u n abismo, ni proceden de ese modo, n i se valen de esos medios; que vestirse con ropa ajena, pasando por lo que no se es, ha parecido siempre conducta propia ó de u n ^ e n t e cato ó de u n malvado, Llámense esos paraisistas por su nombre; digan que representan la manteca, el jamón, el tocino, la grasa ó el madapolán; ero no tengan de auevo el descaro de ecir que ellos son el país y que como ellos piensa el país, porque parte de ese país somos nosotros y, por fortuna nuestra, n i somos lo que ellos, n i pensamos como ellos. Ahora juzgue la opinión si tenemos ó no derecho y razón para decirles á esos mercaderes que... ¡mienten! S El Siíijlaiislmes CABALLERIA.-OFICIALES SUBALTERNOS Sin haber excedente alguno en la escala de primeros tenientes de Gaballerfa, es tal la influencia que sobre ella ejerce el que existe en todas las escalas superiores, que oon dificultad habrá ninguna otra en el Ejército en que el movimiento de ascensos ofrezca menos aliciente y estímulo á los jóvenes oficiales. En uno de los últimos números de LA CORRESPONDENCIA MILITAR, y adelantándose á este estudio que ya preparábamos para continuar la serie de loa que ya hace tiempo venimos desarrollando, se ha publicado un magistral artículo sobre ia situación verdaderamente tristísima de la escala de primeros tenientes de Caballería; artículo escrito concienzudamente y que nos releva de hacer muchas consideraciones que nos sugería la realidad. Nos limitaremos, pues, á hacer constar con la lógica inflexible de los números la situación exacta de la citada escala. Figuran en ella en la actualidad 500 primeros tfcüiynte^; las plantillas exigen 612; luego en vez de exctídtjute, lo que tiene es falta de personal. La antigüedad en que ahora radica el ascenso de primeros tenientes á capitanea es la de 1889; esto es, de once años; de esta antigüedad hay 38; y como en todo este año, según demostramos al hablar de los capitanes, no pueden ascender más que 8, y en 1901,13, y en 1902,11, ó sean 32 en total, resulta que en 1903 todavía habrá primeros tenientes de esta antigüedad y qne llevai^án en su empleo catorce años; en 1903 y 1904 ascenderán oon catorce alioa; en 1905, oon trme; %tk 1906, oon dooe; en 1907, oon trece; «n 1908, Húm. 6.804--llño XXIV también con trece, como en 1909 y en 1910, desde cuya fecha aún se aumentará la antigüedad para el ascenso. Como todas las vacantes que se produzcan en esta escala han de darse al ascenso de los segundos tenientes, éstos no experimentarán tanto retraso como los primeros, aunque cuentan con un excedente de más de 80, cuya amortización influirá principalmente sobre la Academia del Arma, que no debe dar ingreso más que al 50 por 100 de las vacantes que resulten. El total de vacantes en los primeros tenientes de Caballería durante el período de once años que sirve de base á nuestro estudio será, por todos conceptos, de 284, y como no hay más que 202 segundos tenientes, éstos habrán ascendido t idos antes de dicho plazo en la siguiente proporción: En 1908,13 con tres años de antigüedad. En 1901,18 con cuadro años. En 1902, 16 con cinco años. En 1903,17 con seis años. En 1904, 22 con siete años. En 1905, 24 con ocho años. En 1906, 22 con nueve años. En 1907,17 con ocho años. En 1908,28 con nueve años. En 1909, 42 con diez años. En 1910, 63 con diez años. De estas 282 vacantes que se producen por ascenso más 20 que corresponden á la defunción, en la escala de segundos tenientes, ó sean en t jtal 302, se amortizarán 80 y quedarán 222 para los alumnos de la Academia en los citados once años. No son, en verdad, muy consoladoras las cifras que dejamos apuntadas. Ricardo Donoso Oontósm O.^.ZKTI'.^k.Xl. Moficias oficiales Se autoriza al general de división de la sección de reserva del Estado Mayor general, don Ramón Noboa, para que fije su residencia en esta corte. •% Se concede empleo de segundo teniente de la reserva gratuita á D. Emilio Salazar y Oran, vecino de La Laguna (Tenerife). Por Real orden, fecha 28, se dispone quede suprimida la plaza de director del parque dó la Seo de Urgel, que será desempeñada por el jefe del destacamento de Artillería, pasando el comandante que ejercía aquel cargo á aumentar la plantilla del taller de precisión y Laboratorio de Artillería que se compondrá oon esta variación, mientras rija el presupuesto vigente, de un coronel, dos comandantes y dos capitanes; debiendo en el primer proyecto de presupuesto que se forme, quedar en definitiva, constituida con un coronel, un teniente coronel y dos capitanea. Se concede un premio de 250 pesetas para el concurso que ha de celebrar la Sociedad Colombófila Española el día 17 de Junio próximo. Los miim mmi ii Ui&eros Oportunamente dijimos que el señor ministro de la Q-uerra se proponía estudiar el problema relativo á la digna clase de maestros armeros, y hoy ratificamos esta impresión firmemente persuadidos de que el general Azcárraga ha de hacer cuanto sea posible para satisfacer las aspiraciones de aquéllos, lo mismo en lo que se refiere al uniforme que en lo que afecta ai Reglamento. Hoy nos proponemos tratar este asunto, en una de las diferentes fases que presenta, con el único y exclusivo propósito de 3ue la justicia quede en el lugar que de erecho la corresponde. Nos referimos á los maestros armeros de Carabineros, que se hallan en situación insostenible por hallarse en peores condiciones que los demás del Ejército, sin que exista causa alguna que justifique esa diferencia lamentable que ocasiona á los interesados perjuicios de importancia, lo mismo en sus haberes que en sn porvwúrí I»0:E»XJXJ-A.I1. Cuarta plan» Beclamo» Kotiola» Ex.trBuJ«ro, SO A*IA ptM. Un** 0<75 • • J'SS > > p o r IW» mOa. 0FICIlliS:Rmi46,PRAL PAOO ADELANTADO dos y dedicó justos elogios á tan loable iniciativa, prometiendo á la vez estudiar el asunto, con objeto de si era posible r e solverlo ventajosamente para todos. L a Comisión salió m u y satisfecha de la amabilidad y buenos deseos del general Azcárraga. E l ministro de la Guerra ha transmitido el ofrecimiento de los comisionados á los capitanes generales de cada región, para q ue emitan su informe acerca de la mayor 6 menor conveniencia de utilizar los servicios de los profesores de instrucción primaria. Y como todavía no se han recibido las opiniones que se han solicitado solíi^e l a materia, nada se ha decidido en lo que se reüore á ese punto, á pesar de lo dicho en contrario por algunos colegas. ACADEMIASJILITARES BOCETOS ]VOTAS L E G R A S Produce verdadera tristeza leer la Prensa de hoy; causa verdadera amargura enterarse de hechos y de cosas que pugnan con la idea que todos debemos 'defender enalteciéndola, después de dijundirla con el estruendoso aplauso del convencido: me refiero á la instrucción, constante enemiga en nuestra tierra y en todas las tierras del mundo de la ignorancia imperante. Gajo un periódico y leo... ¿Qué? Notas negras, muy negras, amargas, tristonas como un día de Diciembre con su cielo gris, con su lluvia helada, con su aspecto sombrío y melancólico... ¡Es muy bonito! Un homicidio: el B a i trago asestó una puñalada al Tomate; aquél ingresa en el Modelo; éste pasa al Hospital agonizando. ¡Es muy consolador! Un hombre que no se ha enterado en su ignorancia de los efectos del eclipse, se vuelve loco al observar que el sol palidece sin que ninguna nube le oculte, y el desdichado, en el paroxismo del terror, se arroja á un, estaruiue y muere, ¡Es muy edificante! Obreros quepodrian aumentar su ilustración viendo lo que no lian visto y estudiando lo que aquí les será imposible estudiar, rechazan los medios que les facilitan los gobernantes con ese fin, y aplauden la idea pero no la secundan: Se escapa una vaca— y esto si que se presta á reflexiones curiosas,—recorre varias calles y no mata á nadie ni ocasiona ningún conflicto; ipero el animal pierde un ojo durante la lidia, según frase gráfica del repórter... Notas negras, amargas notas que demuestran que el progreso avanza, pero que no se detiene en España para hacer sentir los efectos de la civilización. ¡Lo que más urge para regenerarnos! ¡Lo que más se necesita para engrandecernos! ncia ITAR "B ÍJI'Ü'ÍISA íi>k ir, oírrj-^píBáeECi» y gte"M. apartada de Carrwt a," 120 Llamé á la puerta del... y me contestó un divé: —Esta puerta no se abre á quien no sabe queré. Esta desigualdad tieqe fácil arreglo, y estamos seguros de que'el señor ministro de la Guerra acometer4:<Je frente esta sencilla empresa resplvié|i<iola en la forma que aconsejan la justicia y la lógica. Bastará, al efecto, que se les conceda á los maestros armeros los beneficios del Reglamento aprobado por Real orden de 23 de J u n i o de 1892, cuya aplicación al Cuerpo que nos referimos está terminante en su art. 3. No existe razón alguna para que los maestros armeros de Carabineros sean los únicos que estén segregados del Ejército, prestando como prestan inmejorables servicios en dicho Instituto y siendo éste u n Cuerpo militar. "' Urge, pues, que se vea el medio más adecuado de corregir esa anomalía que pugna con la justicia y con la razón; y para conseguirlo no dudamos que bastar'án estas indicaciones, teniendo en cuenta la rectitud y el amor á la justicia del digno general Azcárraga. ' 1—a—»"<^-^^—^ CLASES '- .••••. PASIVAS Los individuos de Clases pasivas que tienen consignado el pago de sus haberes en la pagaduría de la Dirección, pueden presentarse á percibir la mensualidad corriente, desde las doce de la mañana á cuatro de la tarde, en los días y por el orden que á continuación se expresan: Día 1.° de Junio de 1900.—Montepío militar, letras M á la Q.—Montepío civil, de la R á la Z, de la Península.—Capitanes de las nóminas provisionales de Vltramar. Día 2,—Montepío militar, de la R á la Z.—Jubilados de la Península.—Plana mayor de jefes, tenient( s, Marina y tropa, que percibían sus haberes en las nóminas provisionales de Ultramar. Día 4.—Tenientes y alféreces.—Marina.—Tropa.—Cesantes.— Exclaustrados.- Secuestros.— Remuneratorias de la Península.—Montepío militar y Montepío civil de las nóminas provisionales de Ultramar.—Cesantes y jubilados de la misma procedencia. Día 5.—Coroneles. — Tenientes coroneles.— comandantes.—Plana mayor de jefes.—Capitanes.-Montepío civil, de la A á la D, de la Península. Día 6.—Montepío militar de la A á la E.— Montepío civil, de la E á la Ll, de la Península.— Coroneles y tenientes coroneles de las nóminas provisionales de Ultramar. Día 7.—Montepío militar, de la F a l a L l . Montepío civil, de la M á la Q, de la Península. Comandantes de las nóminas provisionales de Ultramar. Nota. En los días 8 y 9 se verificará el pago de las nóminas de haberes de altas, supervivencias, residentes en el extranjero y todas las nóminas sin distinción, y el 11 las de retenciones. l)ESDE_PARÍ8 (POR TILCQRAro) I40S franceses en África. París 30. Se anuncia para muy en breve el envío de tropas á Argelia, para sustituir á las que h a n marchado á la frontera meridional. Nota, c o I e c t l T a . París 30. Telegrafían de Pekín, que ya está r e dactada la nota colectiva que los representantes de las potencias europeas dirigen al Tsung-Li-Tamen con motivo de los actos vandálicos realizados por los boxers. E n Costa d e Oro. París 30. Despachos de Acera, comunican el r e sultado de u n combate librado en Ooumassie en el que han muerto tres oficiales ingleses y han sido heridos u n capitán y cien soldados indígenas. liocomotora» á África. Paria 30. E l Gobierno inglés ha encargado á las grandes fábricas americanas BO locomotoras con destino al Sur de África. Nuevo ministro de la Guerra. París 30. Se asegura que mañana publicará el cielo Diario Oficial los decretos aceptando la dimisión de ministro de la Guerra del general Gallifet y nombrando para sustituirle al general André. Komo-n/ana. MEULLA Al leer hace días un bonito estudio de un distinguido compañero sobre el caso probable de la invasión de Galicia por la frontera portuguesa, vi por una vez más el deplorable estado de defensa en que se encuentran nuestras costas y fronteras. Si es de consecuencias funestas, en caso de guerra, el que una línea divisoria entre dos naciones, ó sea una frontera, esté desprovista de campos atrincherados, fuertes, etc., y otras obras de fortificación que, unido á los elementos naturales del terreno puedan servir para contrarrestar cualquier invasión del territorio nacional, es, por todos conceptos, más difícil de defender una piiia»«i&««ds en UIM OCMBÍ, aislada y^ sin más recursos que los propios. Las defensas de una frontera, si esta es un terreno accidentado y que se presta á loa trabajos da fortificación de campaña, unido á que el país sea favorable, puede bien defenderse; ejemplo, tenemos las célebres líneas de Torres Yedras, ideadas por lord Wellington para contener el avance de las águilas napoleónicas en Portugal. Una plaza de guerra, situada en la costa, aislada, sin elementos de defensa, que no tiene más medios de subsistencia ni más víasde comunicación que por mar, ¿cuánto más difícil no será de defender, en el caso de ser bloqueada, que cualquier frontera? Tal es nuestra plaza de Melilla, situada, oomo sabemos, al Norte de Marruecos, cuyas obras de fortificación no han sufrido más que ligeras modificaciones desde que se construyeron, y todas obedecen á sistemas antiguos, ineficaces á la Artillería moderna de los buques de combate. No sucede lo mismo con los exteriores de la plaza, ó sea los destinados á repeler cualquier agresión de los moros fronterizos. Forman esta primera línea, á más de los fuertes que ya existían antes de los sucesos de 1893, los de Alfonso XIII, María Cristina y Purísima Concepción (llamado también Sidi-Guariach, por estar situado cerca de la mezquita de este nombre), que entre todos son más que suficientes para tener á raya á los riff-^flos. Ojalá las obras de fortificación de la plaza estuvieran en el mismo estado, oon relación á un ataque por mar. Ya que hemos empezado á fortificar y artillar las pocas posesionea que nos quedan, urge atender á Melilla, la más desprovista de estos elementos entre todas lis de África. Las islas Canarias han aumentado su guarnición de las tres Armas, mas fuerzas de Ingenieros, y empiezan á ponerlas en condiciones de defensa. Ceuta es una plaza fuerte de primer orden, y continuamente se completa su ya p^oderosa artillería moderna de costa. Es sensible que siendo Melilla de una importancia tan grande como Ceuta, no esté á la altura de ésta. Melilla, por su situación geográfica, es una base importantísima para impedir una invasión del territorio marroquí por la parte Este de la Argelia francesa; y oomo es natural, en oaso de que esto sucediera, más de una nación de las que ambicionan poseer territorios pondrían la vista sobre nuestra indefensa plaza, para que le sirviese de apoyo en sus aspiraciones. Urge, pues, ponerla en condiciones de defensa llevando á cabo el proyecto hecho ya hace tiempo por nuestros Ingenieros, haciendo baterías y montando cañones que respondan á los adelautos de la ciencia militar moderna. Lüís DE MARTÍN PINILLOS. Los maestros de primera enseñanza en el Ejército Una Comisión de maestros do primera enseñanza ha visitado al señor ministro de la Guerra, con objeto de ofrecerle sus servicios en lo que atañe á la instrucción de los soldados. Propusieron dichos señores al general Azcárraga que desempeñarían las plazas de profesores en los cuarteles gratuitamente hasta gue con arreglo al crédito que se concediera para atender dicho servicio se les asignase el haber que se considerara oportuno. E l señor ministro de la Guerra agradeció mucho las inmejorables intenciones y el desprendimiento de los profesores cita- Han sido aprobados los aspirantes sigaientes en los ejercicios que se expresan: Infantepla. Día 2^.—Primer ejercido: D. Andrés Vicente Gallo, D. Justo Fernández de Pablos,D. Manuel Gay Basterrechea, D. Félix Latre Lamaroa, don Carlos Aymat Ortíz, D. Joaquín Serralta Cabezas, D. Emilio Salas Fernández, D. Guillermo Homar Reynes, D. Ángel Fernández Castellón D. Agustín Fernández Ohicarro y D. Antonia García Rodríguez. Segundo ejercicio: D. Miguel Ortíz Rivero, don Carlos Corral y Tomé, D. Ángel Carnevero Barbadillo, D. Joaquín Pórtela de la Llera y don Adolfo Contreras Aranda. Tercer ejercicio: D. José Martínez Román, don Armando Gómez Pérez, D. Rafael Romero Galabert y D. Antonio Abolacio Martínez. Día 28.—Segundo ejercicio: D. Andrés Vicente, D. Justo Fernández, D. Manuel Gay, D. Carlos Aymat y D. Emilio Salas. 2 ercer ejercicio: T>.huiaM.Aa Pompeón y don Emiliano González Días. Día 29.—Primer ejercicio: D. Ramón Tarazona, D. Ricardo García, D. José Pascual, D. Jaime Alberte, D. Ernesto Martos, D. José Maclas, D. Trinitario Bsltrán, D. Servando Gallo, don Enrique Rosado, D. Francisco López, D. Ramón Salto, D. Eduardo Caballero, D. Jenaro Lluena y D. Luis Mariscal. Segundo ejercicio: D. Santiago Romero, don Antonio Tapia, D. Ramón Fuente, D. Octavio Martín y D. Rafael Martínez. Caballería. Día 29.—Primer eierci«o;D. Manuel Castro Barrios, D. Pedro Alfaro y Alfaro, D. Mariano Gómez de las Cortinas, D. Pedro Bayona García, D. Francisco Terrer y ügarte, D. Enrique García Villaláji y D. Antonio Navarro Miró. Segundo ejercicio: No ha habido ningún señor aspirante aprobado en este ejercicio. Tercer ejercicio: D. Joaquín Lópe¿ y Abad. Ingeniemos» Día 2H.—Segundo ejercicio: D. José María Onbillo. Día 29.—Primfr ejercicio: D. Mariano Aguilar, D. Francisco L. Baitrago, D. José Sáiz y D. José Gómez Barreda. Segundo ejercicio: D. José González, D. Joaquín Valenzuela, D. Antonio Márquez y D. Lttis Jiménez. Tercer ejercido-' D. Román Gautier y D. José Oremades. Administración Militar. Día 28,—Segundo ejertieio: D. Félix MoTOBO Núftez, D. Enrique Barraca Rniz, D. Francisco Gómez Castellana, D. Fulgencio Ballesta Roca, D. Manuel Corazón García y D. Marcelo Casiro Laorden. Día 29. Primer ejercicio: D. Francisco Villanueya Berastegui, D. Juan Mateos Ramos, don Julio Vela y Vica, D. Ángel Rodríguez Alonso, D. Gabino Abasoal Domínguez, D. Luis Panadero Sastre, D. Julio Reque Val, D. Baldomaro Armijo García, D. José Sanz de la Garza, don Pío Aquine Guerrero, D. Bruno Alegría Oorral, D. Federico Gamarasa Echurte, D. Miguel ¡Fernández Dalgado, D. Fernando Portero y Gasek y D. Francisco Mutaner Ordinos. Segundo ejerdeio: D. Manuel Banlnz Zamboray, D. Francisco Farinos Nogueral, D. Aiolfo Meléndez Cadalso y D. Teodoro Calvo Neguaruela. Tercer ejercido: D. Juan Guijarro del Olmo y D. Enrique Menéndez Cadalso, EN SU" PLANA U 6UERRÍ EN E l J ü y U p i G I Sociedad de Socorras Mutuos do Infantería Relación de l o s s e ñ o r e s s o c i o s quo han fallecido en l a s f e c h a s que s e indieaní Primer teniente de la Escala activa D. Luis Oset Revira, 4 de Octubre de 1895; capitanes ídem id.: D. Inocencio Ballinas Sánchez, 7 de Noviembre de 1899, y D, Antonio Marzal Alemany, 7 id. id.; capitán retirado D. Santiago de la Torre Bustillo, 9 id. id.; primar teniente de la Escala activa D. Ángel Jiménez López, 14 ídem ídem; general de brigada D. Enrique López luana, 15 id. id.; capitán retirado D, Bernardino Beinas Marín, 15 id. id.; coronel retirado D. Pascual Fernández Cuevas, 16 id. id.; primer teniente de la Escala de reserva D. Leandro Mateo Moreno, 20 id. id.; capitán retirado D. Rafael Martínez Rodríguez, 21 id. id ; general de brigada D. Julio Maclas Casado, 24 id. Id.; capitán de la Escala activa D. Ángel Vázquez Fernández, 25 ídem id.; comandante retirado D. Pedro Gutiérrez Castañeda, 28 id. id.; capitán de la Escala activa D. José Sebastián Sancho, 29 id. Id.; teniente coronel de la Escala activa D. Anselmo Navarro Janovas, 3 de Diciembre id.; comandante id. id. D. Manuel Pavía Soto, 4 id. id.; capitán retirado D. Francisco Vivanco Ondovilla, 5 ídem ídem; segundo teniente de la Escala de reserva D. Jiísé Castillo Duran, G id. id.; teniente coronel d) la Escala activa D. Juan Casero Albandea, 6 ídem id.; capitán id. id. D. Natalio Díaz González, 6 id. id.; teniente coronel D. Francisco Romeo Pallas, 8 id. id.; comandante de la Escala ítctiva O. Francisco Gómez Estrada, 9 id. id. Estado numérico de señorea socios: Tenientes generales, 2; generales de división, 12; ídem de brigada, 44; coroneles, 234; tenientes coroneles, 533; comandantes, 1.423; capitanes, 2.108; primeros tenientes, 1.271; segundos ídem, 605; módicos, 3; capellanes, 13; músicos mayores, 35; total, 6.283. Quedan pendientes de publicación, hoy fecha, 110 defunciones, de las cuales corresponden 53 á señores socios retirados. La primer defunción para publicar corresponde al día 10 de Didesi- bre de 1899 y la última al 20 del presento vam