Deuda de Argentina

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EVOLUCIÓN DE LA DEUDA EXTERNA ARGENTINA
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Deuda Externa: El peso de la deuda externa en la economía argentina
ÍNDICE
ANTECEDENTES DE LA ECONOMÍA ARGENTINA
EL ORIGEN: COYUNTURA INTERNACIONAL Y REFORMAS NEOLIBERALES (1970-1975)
LA DICTADURA MILITAR DE VIDELA Y EL AVANCE NEOLIBERAL (1976-1983)
Descripción del proceso inicial de endeudamiento: El sector privado y la ilegitimidad
EL GOBIERNO RADICAL (1983-1989)
EL GOBIERNO MENEMISTA Y LA REFORMAS ESTRUCTURALES (1989-2000)
El plan de Convertibilidad y el segundo default
EL PAPEL DE LOS ORGANISMOS MULTILATERALES EN GENERAL Y DEL FMI EN CONCRETO
UN RESUMEN DE LA ECONOMÍA ARGENTINA EN 3 GRÁFICOS
BIBLIOGRAFÍA
PÁG
3
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7
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13
15
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“(…) el problema de la deuda externa no se limita a una cuestión meramente financiera sino que se relaciona
estrechamente con las características que ha asumido el capitalismo argentino a partir de la última dictadura militar
2
y de las pautas que han tendido a consolidarse durante la década pasada [década de los 90]” La deuda externa
argentina; Kulfas,M. y Schorr,M.; pp. 11
ANTECEDENTES DE LA ECONOMÍA ARGENTINA
Argentina es un país de industrialización tardía, cuyo inicio se puede datar a finales del S. XIX con el
tendido de las primeras líneas ferroviarias. Sin embargo, debido a las ventajas comparativas naturales,
este proceso irá tomando forma hasta 1930 en base a un modelo agro-exportador (e importador de
bienes industrializados) y con alta concentración geográfica. La crisis del 29 planteó la necesidad de
desarrollar la industria nacional para abastecer al mercado local, y de ese modo producir lo que antes se
importaba (modelo de sustitución de importaciones o modelo ISI).
Superada la crisis y, con un mercado cautivo, se obtuvo un gran volumen de inversión extranjera
directa (IED), mayoritariamente de EE.UU. y Alemania, orientadas principalmente a las ramas
metalúrgicas, químicas y textil. Este hecho, provocó que los capitales se reorientaran desde el sector
agroexportador hacia la industria.
Durante la segunda guerra mundial (1939-1945) se profundizó en el modelo ISI, animado en gran parte
por el colapso del mercado mundial y posibilitando la exportación de productos manufactureros. Sin
embargo, al acabar la segunda gran guerra, el crecimiento industrial se paralizó y las exportaciones
industriales decrecieron. Como respuesta, Perón, aprovechando los créditos que el país había
acumulado por la venta de alimentos a Gran Bretaña, nacionalizó empresas de capital extranjero, en
los sectores del ferrocarril, de teléfonos, puertos y otras empresas de servicios, gran parte de las cuáles
eran deficitarias.
Según Daniel Casaburi con el gobierno de Perón el Estado comenzó a desempeñar un papel más
intervencionista en la economía del país, con el fin de proteger la industria que se había empezado a
desarrollar en el transcurso de la guerra.
El lado oscuro de este modelo, se generaba en la balanza de pagos. Esa protección que se otorgó a la
industria fue en detrimento del sector agrícola, ya que las medidas tributarias y cambiarias adoptadas
permitieron un traspaso de recursos desde el sector agropecuario hacia el industrial, hecho que
perjudicó las exportaciones tradicionales del país generando un déficit comercial. Esto generaba una
escasez de divisas que, agravado por una escasez de
crédito internacional, provocaba efectos sobre la
oferta industrial, la cual se veía incapaz de acceder a
la renovación de equipos y maquinarias modernas,
provenientes del exterior.
Fuente: Casaburi, Daniel, Políticas Comerciales e Industriales
de la Argentina desde la década de 1960, CEPAL Naciones
Unidas, Julio de 1998, Pág. 7.
Como única salida a este círculo vicioso, se optó por
atraer IED. Sin embargo sus éxitos fueron modestos,
aunque se empezó a vislumbrar un rezago de la
industria agro-alimentaria.
Durante el gobierno de Frondizi (1958-1962), se dio
una vuelta a esta opción, y se promovieron sectores
en los cuales estaban interesados los capitales
extranjeros (automotor, tractor y petroquímica),
otorgándoles ventajas de repatriación de capitales.
Los principios del modelo ISI se seguían
manteniendo (aranceles elevados, prohibición de
importar ciertos bienes, etc) y con los incentivos
otorgados a la IED, se obtuvieron enormes avances
en la industrialización en los sectores más dinámicos
durante la década de los 60. (Ver cuadro derecho)
Sin embargo, esto creo una fuerte dependencia del capital extranjero en el proceso de industrialización
generando e incentivando cada vez una mayor concentración de capitales. Además, estas empresas no
3
Deuda Externa: El peso de la deuda externa en la economía argentina
eran eficientes, sino que impugnaban a las ventajas especiales prometidas por el estado. Con esto, el
crecimiento industrial comenzó a tocar techo a finales de los años 70, cuando las empresas industriales
comenzaban a trabajar al borde de su capacidad.
Así pues, Argentina a través de la IED, había hecho frente a su balanza comercial deteriorada. Al entrar
en los 70, la entrada de IED se paralizó con lo que el estado argentino, se encontraba en un déficit de
divisas continuo, lo que obligaba a continuas devaluaciones del peso. Estas devaluaciones generaban un
efecto inflacionista generado por el encarecimiento de los insumos importados y el aumento de la
demanda externa de productos agrícolas
EL ORIGEN: COYUNTURA INTERNACIONAL Y REFORMAS NEOLIBERALES (1970-1975)
Hasta la década de los 70, el mundo desarrollado estaba gozando de una época de prosperidad nunca
vista. Sin embargo, en ésta década el modelo fordista se colapso. Esta situación se agravó en 1973 con
la crisis del Yom Kippur, lo que empeoró las perspectivas de occidente al mismo tiempo que generaba
un importante montante de capital ocioso (petrodólares). Este aumento de la oferta de capital, generó
una reducción de los tipos de interés hasta niveles nunca vistos. Por otra parte, la lucha contra la
inflación en Argentina, generó unos tipos de interés más altos que en el mercado internacional.
Este panorama junto el hambre con las ganas de comer. Mientras los países ricos observaban en
Argentina una posibilidad de invertir su capital a tasas de interés superiores a la obtenida en los países
desarrollados, las empresas Argentinas vislumbraron una oferta de capital a precios bajos y plazos largos
de los que podían sacar tajada. Por otro lado, la ruptura del pacto de Bretton Woods unilateralmente
por parte de EE.UU. aumentó aún más esa sobreoferta de dólares en el mercado internacional, pero
también inicio un sistema de tipo de cambios flotante, lo que permitía la especulación con divisas.
De esta forma, el ansia por obtener altas tasas de rendimientos en los capitales, supuso una
financiarización de la economía global, desligando completamente la economía real (productiva) de la
economía financiera.
En este marco, la sociedad argentina estaba muy agitada. Luchas entre facciones de distintos partidos,
ilegalización de movimientos políticos, censura a la libertad de expresión, terrorismo, terrorismo de
estado, … incluso se llegó a ver la mano de los EE.UU. en la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A),
grupo paramilitar encubierto por el estado Argentino para combatir a los Montoneros (Izquierda
peronista), y todo ello en un régimen “democrático”.
Este fue el marco bajo el cual las ideas del cambio neoliberal fueron cogiendo fuerza y, así el 3 de junio
de 1975, con Celestino Rodrigo como ministro de hacienda, se llevo a cabo lo que se conoce como el
“Rodrigazo”. Este plan fue el inicio del abandono del modelo ISI por el modelo capitalista global. El
“Rodrigazo”, consistía en un ataque frontal a la inflación en base a tres pilares:
1. Devaluación del 100%
2. Ajuste de las tarifas públicas en un 180%
3. Subidas máximas salariales del 38%
Este plan, lejos de frenar el proceso inflacionista, generó una contundente respuesta de los sindicatos a
través de huelgas multitudinarias, lo que no hizo sino aumentar el problema de la inflación. Tal fue el
desastre provocado, que Celestino Rodrigo sólo duró 48 días en el cargo.
Por último, ante el anunciado golpe militar, Isabel Perón a través de su ministro de economía Emilio
Mondelli, llevó a cabo un plan económico del gusto de los militares, es decir, que cubría los grandes
proyectos de los monopolios trasnacionales. Este modelo se basaba en 4 pilares:
1. Mayor apertura a la Inversión extranjera
2. Privatizaciones masivas
3. Reducciones del gasto estatal
4. Modificación de la legislación laboral para abaratar los costes laborales
Sin embargo, este proyecto fue rechazado por la masa popular (que veía recortados sus derechos) y por
los empresarios (que preferían que el programa fuese llevado a cabo por un gobierno militar que
acallara a la masa).
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Así pues, tenemos todos los elementos claves para entender el desarrollo del problema de la deuda:
 Inestabilidad económica
 Inestabilidad social
 Zona de influencia norteamericana
 Proyectos neoliberales
 Créditos baratos
 Oligarquía de los grandes grupos trasnacionales
 Financiarización de la economía
En cuanto a la deuda, durante este período no se pronunció en exceso, debido en gran parte a la
regularización existente en el mercado financiero y la política económica todavía existente en Argentina.
Esto se puede apreciar en el hecho de que la deuda apenas aumento un 7% de media anual, situándose
sólo a 3 puntos por encima del crecimiento medio anual del PIB.
Evolución del PIB y de la Deuda (1971-1975)
18,00%
16,00%
Tasass de crecimiento del PIB y de la deuda
14,00%
Tasa de crecimiento anual de la deuda
12,00%
Tasa de crecimiento anual del PIB
10,00%
8,00%
6,49%
6,10%
6,00%
4,85%
4,00%
3,12%
2,00%
0,00%
0,00%
0,00%
1971
1972
1973
1974
1975
-0,88%
-2,00%
Fuente: Elaboración propia. Datos de Maddidon y Oxford Latin American Economic History Database
LA DICTADURA MILITAR DE VIDELA Y EL AVANCE NEOLIBERAL (1976-1983)
El 24 de Marzo de 1976, el general Videla (irónicamente puesto en el cargo por su independencia
política) culmina un golpe de estado e instaurando un gobierno militar caracterizado por las prácticas
económicas liberales y la represión.
Su ministro de economía, José Alfredo de la Hoz, fue el principal percusor del modelo neoliberal y de la
ruptura total con el modelo ISI (y de su desmantelamiento). Sus principales objetivos eran la derrota de
la inflación, el crecimiento económico y una distribución del ingreso “razonable”. Ninguno de estos
objetivos se alcanzó.
Sin embargo, las ambiciones de de la Hoz, pasaban por una apertura de la economía argentina a través
de la disminución de la protección arancelaria y de una reforma financiera que dejaba el control del
sistema en manos de las entidades financieras. La reducción arancelaria, estaba motivada por un intento
de reducir los precios a través de la competencia internacional. Sin embargo, paralelamente se había
adoptado un modelo en el que la fijación del tipo de cambio era establecido por el gobierno y cuyas
cotizaciones futuras eran avisadas con 30 días de antelación. Además el tipo de cambio fijado, tendía a
sobrevaluar cada vez más el tipo de cambio ya que las devaluaciones generadas no conseguían corregir
el efecto de la inflación. De esta forma, al reducir los aranceles, la producción extranjera se apoderó de
la demanda argentina generando en 1980 un déficit record. Además, estas reducciones de aranceles
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Deuda Externa: El peso de la deuda externa en la economía argentina
tenían ciertas excepciones que protegían a los grandes grupos nacionales y trasnacionales, haciendo
patente el poder político que estos grupos tenían.
Estos hechos, a pesar de causar graves problemas en la economía argentina, no fueron los detonantes
del problema de la economía argentina. La desregularización y descentralización del sistema financiero
desde el gobierno hacia las entidades bancarias, unido a la abundancia de liquidez en el mundo
desarrollado, generó una ardua competencia entre las entidades que, sin medir riesgos ni exigir
garantías privadas y con el estado como garante del tipo de cambio, llevo a elevar los tipos de interés a
un hasta un nivel inaudito. Incluso con las altas tasas de inflación, el interés de paridad descubierto (una
vez corregido por la tasa de inflación) resultaba positivo.
Evolución del PIB y de la Deuda (1976-1982)
40,00%
35,00%
35,00%
Tasa de crecimiento anual de la deuda
Tasa de crecimiento anual del PIB
Tasass de crecimiento del PIB y de la deuda
30,00%
25,93%
25,00%
22,86%
22,22%
20,00%
18,60%
18,18%
15,38%
15,00%
10,00%
7,15%
6,04%
5,00%
1,42%
-0,25%
0,00%
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
-3,15%
-5,00%
-4,40%
-5,74%
-10,00%
Fuente: Elaboración propia. Datos de Maddidon y Oxford Latin American Economic History Database
Esto generaba la posibilidad de llevar a cabo un arbitraje financiero aprovechando el diferencial
existente de tipos. Esta forma de especulación fue la llamada bicicleta financiera, tuvo dos grandes
impactos sobre la economía Argentina. En primer lugar, la existencia de este mecanismo, genera que la
deuda no pase a ser productiva en la economía real, al incentivar la especulación. La segunda fue una
tremenda fuga de capitales, puesto que los pesos, una vez recogidos los beneficios, eran convertidos en
dólares y repatriados a su país de origen.
Pongamos por caso una empresa Argentina que decide endeudarse por un dólar:
Tipo de cambio actual
Tipo de cambio + 30
Interés argentino a 30 días
Interés extranjero a 30 días
Dólares
1
1
Pesos
200
210
Tasa de cambio*
200
210
15%
3%
(*) Nota: El tipo de cambio está expresado como TC=Pesos/$, es
decir, el valor de una divisa o moneda extranjera expresada en
unidades de moneda nacional. Esta definición sigue la convención
anglosajona. En Europa la relación es la inversa.
Momento 0
Me endeudo en un dólar +1 $
Obtengo 200 pesos
+200 Pesos
Los invierto en Argentina -200 Pesos
Un mes después
Cobro el plazo
+230 Pesos
los convierto en dólares +1,09 $
Devuelvo el préstamo y
los intereses
-1,03 $
Ganancias netas
+0,07 $
Elaboración propia
Descripción del proceso inicial de endeudamiento: El sector privado y la ilegitimidad
Entre 1976 y 1982, la deuda externa Argentina pasó de 7.875 a 43.674 millones de dólares corrientes.
Sin embargo, en un primer momento, la demanda de crédito externo no se incrementó de modo
6
significativo. Ello sólo ocurriría cuando el tipo de cambio disminuyó y, con él, el costo en términos reales
de los tomadores de préstamos del exterior.
El endeudamiento del sector público cumplió la función de garante del tipo de cambio a partir de 1979.
La deuda del sector público tuvo su eje en un estado que funcionó como proveedor de divisas para
intervenir en el mercado cambiario para hacer cumplir la denominada “tablita de tipo de cambio”. Entre
fines de ese año y fines de 1981, mientras la deuda casi se duplica, las reservas se redujeron a una
tercera parte, sin que el gobierno lograra establecer controles en el mercado cambiario o redujera el
ritmo de su endeudamiento externo. No parece aventurado, por lo tanto, relacionar el endeudamiento
del Estado con la fuga de capitales.
A partir de 1981, con la crisis financiera mundial, se produjo un alza en los tipos de interés
internacionales, contrayendo el flujo financiero internacional y reorientándose de sur a norte. Así pues,
el gobierno ante el aumento de las salidas netas de divisas, no podía hacer cumplir la “tablita de
cambios”. De esta manera, el presidente del Banco central, Domingo Cavallo, desarrollo un mecanismo
de seguro de cambio por el cual se volvía a asegurar el tipo de cambio, si bien el mecanismo implicaba,
ya no una intermediación en el mercado cambiario, sino un subsidio por el cual era el pueblo argentino
el que pagaba la diferencia entre el valor de mercado del dólar y su precio establecido por ley. Se
comienza la estatalización de la deuda suponiendo un montante de unos 5.000 millones de dólares
absorbiendo el “default” (suspensión de pagos) de la economía argentina.
Otro punto crucial supone el analizar el uso de este endeudamiento. El hecho de que durante este
período se obtenga superávit en la balanza comercial, impide pensar que la deuda se origine como
respuesta a una mayor necesidad de financiamiento de las importaciones.
Por otra parte, la deuda generada tampoco parece compensarse con una mayor formación bruta de
capital, puesto que a partir de 1977, la inversión no deja de decrecer a tasas cada vez mayores, hasta el
punto de resultar negativa en 1982.
Por tanto, si la deuda no se utilizó para financiar el consumo de importaciones ni para la acumulación de
capital, ¿para qué fue utilizada?. Según una reciente estimación del Banco Mundial, entre 1976 y 1982
Argentina habría pagado alrededor de 14 mil millones de dólares en concepto de intereses. El conflicto
fronterizo con Chile (Conflicto de Beagle) que casi llega al enfrentamiento militar a fines de 1978,
impulsó la compra acelerada de equipo bélico en el exterior, valorado por el BM en 10 mil millones de
dólares. En cuanto a la fuga de capitales, su monto cifrarse en 28.884 millones de dólares.
De este modo, Alfredo Eric Calcagno estima que el 44 por ciento de los fondos recibidos en préstamo
del exterior se destinó a financiar la exportación de capitales, el 33 por ciento al pago de intereses de la
misma deuda y el 23 por ciento restante a compra de armamentos y equipos militares.
Por otra parte, es necesario tener en cuenta la política de las empresas públicas y la administración para
financiar sus gastos corrientes a través de deuda pública, que ni siquiera el alza de las tasas de interés en
el mercado internacional desde fines de 1979 desalentó.
Cómo se ha podido observar, la deuda externa en esta época, esta incentivada principalmente por los
motivos especulativos de los agentes privados. Esto no sólo pasó en la crisis de los 80, sino que en la de
los 90, el esquema se repite. El siguiente gráfico representa la proporción de deuda pública sobre el
conjunto de deuda externa de la economía argentina en el período 1965-2004. Se puede apreciar cómo
la participación del gobierno en las obligaciones totales declina entre 1978 y 1980, para posteriormente,
debido a la estatalización parcial de la deuda, incrementarse de forma notoria. Algo similar se puede
observar a partir de la segunda crisis del “default” a partir de 1991. Por tanto, la pregunta fundamental
seria: ¿se puede hacer pagar a todo un pueblo por la codicia de unos pocos aunque el gobierno haya
asumido el papel de garante?
7
Deuda Externa: El peso de la deuda externa en la economía argentina
Fuente: La deuda argentina; Historia, default y reestructuración
Primero, no debemos olvidar que esta época fue comandada por un directorio militar que, a través de
un golpe de estado, de la represión y del genocidio, usurpó el gobierno civil. Además, ciertas
investigaciones muestran que si bien, el número de deudores supera los 10.000, se estima que sólo 30
grupos económicos de capital nacional han contraído deudas con el exterior por 7.139 millones de
dólares, lo que representa el 33.6 por ciento de la deuda privada total. Un grado tan significativo de
concentración de la deuda contradice la idea generalizada de una deuda privada está dispersa entre
miles de pequeños tomadores de crédito, por lo que se podría pedir responsabilidades privadas. Por
otra parte, quedaría la existencia de obligaciones ficticias que ya han sido saldadas con depósitos del
deudor en el extranjero o que constituyen "autopréstamos": transferencias de fondos de los propios
deudores colocados en bancos del exterior. El monto de esos autopréstamos ascendería al 50 por ciento
de la deuda privada que después ha sido tomada a su cargo por el estado.
Antonio López (Clarín, Suplemento Económico, 6 de abril de 1986), un especialista argentino señala
cuatro condiciones esenciales para que pueda considerarse jurídicamente legítima una deuda externa:
1) la causa de la obligación debe estar fehacientemente demostrada mediante la acreditación de
la importación, el ingreso y la negociación de divisas en el mercado de cambios o los otros
extremos que se invoquen como origen de la misma
2) no basta que la deuda esté expresada en moneda extranjera sino que es necesario que el
acreedor esté efectivamente domiciliado en el exterior, sin encubrir fondos pertenecientes a
residentes en el país
3) que no se hayan efectuado directa o indirectamente pagos parciales o totales
4) que no existan indicios que hagan presumir convivencia entre el deudor argentino y el acreedor
extranjero para violar las tres primeras condiciones. Cualquiera de los cuatro criterios bastaría
para determinar la ilegitimidad de los "autopréstamos".
Analizando cada uno de estos puntos y en base a lo anteriormente descrito, prácticamente la totalidad
de la deuda externa, al menos durante este período, sería ilegítima.
EL GOBIERNO RADICAL (1983-1989)
8
Evolución del PIB y de la Deuda (1983-1989)
12,00%
10,77%
10,34%
Tasa de crecimiento anual de la deuda
10,00%
Tasa de crecimiento anual del PIB
Tasass de crecimiento del PIB y de la deuda
8,00%
7,32%
6,25%
6,00%
4,44%
4,00%
4,00%
3,53%
3,85%
2,58%
2,03%
2,00%
0,00%
0,00%
1983
1984
1985
1986
-2,00%
1987
1988
1989
-1,89%
-4,00%
-6,00%
-6,21%
-6,61%
-8,00%
Fuente: Elaboración propia. Datos de Maddidon y Oxford Latin American Economic History Database
Como se ha dicho anteriormente, el flujo financiero había cambiado. Los países desarrollados a raíz de
la crisis financiera de 1981 pasaron a ser demandantes netos de capital, lo que hacía para captar
recursos, los países menos desarrollados tuvieran que hacer frente a unas altas tasas de interés y a una
prima de riesgo muy elevada. Al problema de la deuda y a los aumentos de los intereses acumulados, se
sumaba el déficit fiscal, una economía estancada y en desmantelamiento productivo (fruto de la
financiarización de la economía y de la ruptura total con el modelo ISI). Esto llevó a que se optase por
refinanciamientos de la deuda, para lo que era necesaria la intervención del FMI, el cual ponía como
contrapartida una aún mayor apertura al exterior.
Bernardo Grinspun fue el primer ministro de economía del gobierno radical e intentó, al comienzo de su
gestión, una renegociación de la deuda externa argentina, manteniendo una posición dura hacia los
acreedores, y haciendo referencia a la necesidad de sanear la deuda pública. En opinión del ministro, la
deuda no representaba una carga difícil de afrontar con el crecimiento del país, aunque si consideraba
que lo eran sus intereses.
La estrategia de Grinspun de negociar directamente con los acreedores (sin pasar antes por el FMI)
supeditando el pago de la deuda al crecimiento del país, no pudo llevarse a cabo debido a la negativa de
los acreedores a negociar con el país, si este no llegaba a un acuerdo previo con el FMI (que implicaba el
acatamiento de las reglas neoliberales).
La inexistencia de acuerdo con los acreedores y la proximidad del vencimiento de las obligaciones
internacionales hicieron que la situación del país comenzara a empeorar a los ojos de los analistas
internacionales, aumentando su presión a fin de que el país no cayera en incumplimiento de sus
obligaciones. Esa presión tuvo sus frutos: el país tuvo que suscribir un acuerdo de ayuda financiera, por
intermedio del Tesoro de los Estados Unidos, para evitar la suspensión de pagos con los acreedores
(bancos internacionales), el cual se realizó bajo el compromiso del país de iniciar negociaciones con el
FMI, a finales de marzo de 1984.
Las medidas planteadas por Grinspun iban en contra de la corriente neoliberal que se estaba
imponiendo en casi toda América Latina, y de las propuestas de los organismos multilaterales de
9
Deuda Externa: El peso de la deuda externa en la economía argentina
crédito, cómo si Grispun asumiese que el modelo ISI seguía vigente, intentando volver a cambiar el
esquema económico alejándose del dogma neoliberal. Sin embargo el contexto había cambiado y el país
ya no se hallaba dentro de un modelo de desarrollo basado en la industrialización por sustitución de
importaciones, por lo que el mercado interno, ya no era el motor que permitiría dinamizar la economía.
La agudización de la crisis económica y social precipitó entonces la renuncia de Grinspun
El nuevo equipo económico asumió en Febrero de 1985, y a causa de la galopante inflación debió
apresurarse a preparar un plan económico. Este plan se conoció como “Plan Austral” y contó
inicialmente con el apoyo del director ejecutivo del FMI, del presidente de la Reserva Federal de los
Estados Unidos, de los acreedores externos y de gran parte de la sociedad argentina.
Las medidas más importantes del Plan Austral, fueron:





El congelamiento de todos los precios privados, de los sueldos y de las tarifas del sector
público.
El incremento de las retenciones a las exportaciones y los aranceles a las importaciones; la
creación de impuestos transitorios, y la reducción del plazo de recaudación del impuesto al
valor agregado, todo con el propósito de reducir el déficit fiscal.
El compromiso del Banco Central a no emitir dinero.
La regulación de las tasas de interés, para hacerlas compatibles con la tasa de inflación
esperada por el gobierno.
El reemplazo del peso argentino por el Austral.
El Plan Austral tuvo un éxito económico inmediato en el corto plazo, ya que pudo frenar la escalada de
precios, permitiendo una recuperación de la actividad económica y también de la producción industrial
hacia 1986, lo cual posibilitó al gobierno la obtención de un superávit en las cuentas fiscales. Este nuevo
enfoque, supuso una reintroducción del estado en la vida económica.
Pero al poco tiempo de iniciada su implementación comenzó a evidenciarse de nuevo un incremento
generalizado en el nivel de precios al no haber detenido el gobierno la emisión monetaria y con la
contracción de ingresos en el sector rural debido a la caída de los precios internacionales, lo que generó
una nueva contracción de los ingresos fiscales y con ello un empeoramiento de las cuentas nacionales
argentinas. Con esto llegamos a 1988, momento en que la suspensión de pagos pasa a ser de facto. El
gobierno argentino no podía hacer frente a los intereses de su deuda. Fue la excusa esgrimida por los
acreedores externos, mayoritariamente bancos transnacionales en ese entonces, representados por el
FMI, para ganar posición en la puja por la orientación de la política económica y los beneficios que de
ella se derivan. Hasta dicho momento el privilegio parecía estar detentado por los grupos económicos
locales más que por las corporaciones transnacionales, incluidos los bancos.
Durante esta época, el crecimiento de la deuda se contiene, pudiendo achacar la mayoría de este
crecimiento al pago de los intereses de la deuda acumulada. Desde el inicio del gobierno radical, se dio a
entender que la deuda no debía incrementarse más, debido a las importantes cargas financieras que
genera en un contexto actual en el que los tipos internacionales sufrieron un alto crecimiento. De esta
forma se pasó de una tasa media de crecimiento de la deuda de casi el 30% anual durante la dictadura
militar (1976-1982) a una tasa media de crecimiento sensiblemente más baja del 6,3% anual durante el
período radical. Así pues, parece existir un férreo interés por estabilizar el nivel de endeudamiento. Sin
embargo, el mal comportamiento de la economía real, unido a las fallidas reuniones de renegociación
de la deuda, generó un continuo aumento del peso de la deuda sobre el PIB, pasando de un 55% a un
100%.
EL GOBIERNO MENEMISTA Y LA REFORMAS ESTRUCTURALES (1989-2000)
10
Evolución del PIB y de la Deuda (1989-2000)
25,00%
23,47%
20,00%
Tasass de crecimiento del PIB y de la deuda
Tasa de crecimiento anual de la deuda
Tasa de crecimiento anual del PIB
14,67%
15,00%
13,28%
11,71%
10,00%
10,00%
9,22%
8,90%
8,30%
8,00%
5,80%
4,62%
5,00%
4,41%
4,90%
4,40%
4,08%
4,55%
0,07%
0,00%
1990
1991
1992
1993
1994
1995
-3,10%
-5,00%
1996
1997
1998
1999
2000
-0,80%
-3,40%
-4,84%
-6,25%
-10,00%
Fuente: Elaboración propia. Datos de Maddidon y Oxford Latin American Economic History Database
Durante este período, encontramos en el problema de la deuda externa una trayectoria circular.
Efectivamente en 1990, Argentina se situaba todavía en una suspensión de pagos con un nuevo
programa económico, mientras que en el 2001 la situación era idéntica. Entre tanto, muchas soluciones
se plantearon pero pocos fueron los resultados apreciados.
Empezando por el principio, el recién nombrado ministro de economía, Antonio Erman González, llevó a
cabo el trabajo sucio a través del plan BONEX. Este plan consistía en transformar de manera unilateral
los depósitos superiores a un millón de australes en títulos de la deuda externa. Se estima que este plan
llevó a cabo un canje por valor de 4.500 millones de dólares. Sin embargo esto tuvo dos grandes
efectos: Una reducción de la base monetaria en alrededor del 60% y un traspaso de capital de los
pequeños ahorristas hacia el capital concentrado. Esta última parte se deriva de que los pequeños
ahorristas, al verse despojados de su liquidez y para hacer frente a sus gastos corrientes, debieron
vender sus BONos EXternos (BONEX) bajo la par, situación aprovechada por los grandes capitales. La
contracción de la base monetaria, genero una intensa reducción del consumo lo que generó un éxito en
la lucha inflacionista.
Esto, obviamente, le costó el cargo al ministro, pero el trabajo más sucio ya estaba hecho. Como
sucesor, fue nombrado Domingo Cavallo
(precursor de la primera gran estatalización
de la deuda en 1981). Cavallo volvió a poner
el acento en las soluciones neoliberales
(privatizaciones, desregularización, apertura
económica y liberalización de los flujos
financieros). Estas ideas liberales, no eran
sino el reflejo del ideario del Consenso de
Washington, ideario que debían aplicar los
países deudores para poder sumarse al Plan
Brady (formalizado en 1992) y que no
disgustaban para nada ni al presidente del
11
Deuda Externa: El peso de la deuda externa en la economía argentina
gobierno, ni al ministro de economía, ni a la oligarquía financiera argentina. Este plan, que afecto a más
de la mitad de la deuda pública, no consistía sino en titularizar en bonos la deuda externa, alargando su
plazo y (en algunas ocasiones) realizando una “quita” del 35%. Estos bonos a su vez, podían ser
intercambiados en el mercado financiero secundario y contaban con un aval de garantía por parte de la
Reserva Federal. Así pues, la normalización y el reconocimiento de la deuda a través del Plan Brady, fue
la herramienta mediante la cual los bancos comerciales se deshicieron de la incobrable deuda vieja ya
amortizada, y a cambio recibieron títulos públicos, bonos y obligaciones garantizados.
Estas operaciones, permitieron a Argentina (y a todo el continente latinoamericano en general) volver a
integrarse de nuevo en el mercado financiero mundial, debido a la reestructuración de la deuda que
mejoraba la imagen internacional. Sin embargo, no deja de resultar curioso que dicha reestructuración
facilitada por las grandes potencias económicas y por los bancos comerciales, se produjese en un
momento en que, al igual que ocurrió en la década de los 70, el mercado financiero estaba inundado de
liquidez.
Paralelamente a esta renegociación de la deuda, se llevó a cabo operaciones de privatización de
empresas estatales bajo el paraguas de sanear las cuentas nacionales. Las privatizaciones funcionaron
como punto de conexión entre los acreedores externos y los grupos económicos internos, ya que para
los primeros era no sólo una forma de capitalizar parte de la deuda vieja, sino también de participar
junto a los segundos en la obtención de empresas a bajos precios y con enormes posibilidades de
obtener rentas monopolísticas. En estas operaciones, se habilitó el canje de títulos de deuda por
paquetes accionariales de las empresas públicas. Con estas medidas se rescataron 15 mil millones de
dólares. Sin embargo, es preciso el apuntar, que estas privatizaciones se realizaron a valores muy
subvaluados1. Así pues, durante el período 1990 a 1993, el importe de la deuda oscila cercano a 65 mil
millones de dólares, pudiendo achacar los aumentos de la deuda a costo financiero del acuerdo Brady.
Sin embargo, aún teniendo en cuenta este costo, el PIB creció a tasas superiores en todo momento, con
lo que la carga de la deuda no dejo de decrecer. Ahora bien, las buenas señales se acaban aquí.
El plan Brady generó una menor carga de los intereses (alrededor del 50% se renegocio a un tipo
semifijo que oscilaba entre el 4% y el 6%), lo que alentó a un endeudamiento público sin precedentes
aumentando la colocación de títulos y con ello la carga que representaban los intereses. La evolución de
la carga de los intereses, se puede apreciar en el siguiente gráfico:
Fuente: La deuda externa argentina; Diagnóstico y lineamientos propositivos para su reestructuración
1
Las dos empresas telefónicas fueron adquiridas por 297 millones de dólares, mientras que poco tiempo
después fueron enajenadas por un valor de 1.370 millones de dólares generando una plusvalía cercana
al 400% en un breve lapso de tiempo. [Abeles, Forcinto y Schorr; 2001]
12
Pero no sólo el sector público vio aumentar considerablemente su endeudamiento a raíz del
acuerdo Brady. Tal y como se ha expresado en el apartado sobre la crisis de la deuda en la
década de los 80, en los 90, se vuelve a repetir el mismo patrón en el que el aumento de la
deuda está íntimamente ligado al sector privado. Así se puede observar en el siguiente
cuadro, la participación de la deuda de los distintos sectores. Un hecho muy destacable es que
el sector privado no financiero, en un lapso de tiempo de 10 años, multiplica su deuda por 10,
exactamente la deuda contraída por este sector sufre una variación a lo largo de todo el
período de un 1029%. Sin embargo, esto no implica que el sector público se halla endeudado
de forma responsable, cuando su deuda se ha más que duplicado, materializándose en los
años 1994 y 1995 con las tasas de crecimiento de la deuda más altas del período (14,67% y
23,47% respectivamente).
Fuente: Vulnerabilidad externa y dependencia de la economía argentina
El plan de Convertibilidad y el segundo default
Sin embargo, si se había corregido el problema heredado de la dictadura militar, y se estaba incluso
saneando las cuentas públicas a través de privatizaciones, ¿Cómo fue que el sector público continuase
en la senda de la autodestrucción?. La respuesta pasa por marzo de 1991, cuando se sancionó la Ley de
Convertibilidad. Esta ley implicaba una paridad fija de un peso, un dólar. Esto generaba una masiva
necesidad de reservas para poder mantener la base monetaria, sin embargo el proceso de apertura
generó un incremento de las importaciones, lo que causaba un déficit crónico de la balanza por cuenta
corriente, que sólo se controlaban en
momentos de recesión al frenarse las
importaciones (crisis del Tequila de
1994, crisis del 2000-2001). De esta
manera, para garantizar la paridad, el
estado argentino debía completar las
entradas de capital privadas con
endeudamiento público, de forma que
la cuenta de capital compensase el saldo
negativo de la balanza por cuenta
corriente. Así pues, en el cuadro anexo,
se puede ver que a partir de 1993
cuando el proceso de privatización
declinó, la brecha entre el déficit
comercial y el superávit de capital se
incrementó, por lo que el estado tuvo
que recurrir de forma considerable al
Fuente: Vulnerabilidad externa y dependencia de la economía argentina
endeudamiento externo.
Tras esto, podemos observar cierta lógica y legitimidad de la deuda pública argentina, sin embargo,
cómo se ha expuesto anteriormente, el sector más dinámico en este nuevo proceso de endeudamiento
13
Deuda Externa: El peso de la deuda externa en la economía argentina
fue el sector privado al igual que pasó durante los 80. Nuevamente encontramos un endeudamiento
altamente concentrado en el que, según ciertas investigaciones [Basualdo, Lozano y Schorr; 2002],
prácticamente el 100% de la deuda privada adquirida durante el decenio de los 90 puede ser atribuido a
80 grandes firmas. Según estos estudios, este endeudamiento fue utilizado para:



Financiar inversiones asociadas a las empresas privatizadas
Compra de terceras empresas para establecer regímenes monopolísticos
Regreso de la bicicleta financiera
En diciembre de 1999, el Dr. De la Rúa asumió la titularidad del poder ejecutivo. Su ministro de
economía, José Luís Machinea, le resumió la situación económica de Argentina con dos datos: El déficit
fiscal se situaba en 10.000 millones de dólares y la carga de intereses a la que se debía hacer frente era
de 12.000 millones. Tras varios intentos de solventar la situación y tras dos ministros de economía, el
ministerio volvió a caer en manos de Domingo Cavallo, el cual consiguió llevar a cabo un ajuste fiscal
extremo, como a fin de mes utilizar la recaudación fiscal para pagar intereses de la deuda y,
posteriormente, llevar a cabo las obligaciones sociales, lo que no hacía sino repercutir negativamente
sobre la demanda agregada y profundizar en la situación de recesión. El FMI y otros tantos organismos
intervinieron otorgando una ayuda financiera de 39.700 millones de dólares, pero ni aún así se impidió
que, ante el fantasma del “default” el 2 de noviembre del 2001 se anunciara un canje obligatorio de la
deuda pública al igual que hizo Antonio Erman González en 1990, por un importe de 51.000 millones
durante el tramo nacional. En este tramo, los bancos habían colocado en el Sector Público Argentino
grandes proporciones de los fondos obtenidos del Sector Privado (entre Títulos y Préstamos al Sector).
Al surgir las crecientes posibilidades del default argentino, se alimentaron los temores de los ahorristas
de no poder recuperar su dinero si así lo deseasen. Se comenzó a desconfiar de la capacidad de los
Bancos de devolver todos los depósitos (con los rendimientos pactados y en la moneda original). Al
generalizarse ese "rumor" se dieron todas las circunstancias para que se presentara una retirad masiva
de efectivo, que a su vez, agravaba más el problema del sector financiero. De esta forma, Cavallo
implementó el denominado corralito, que suponía la eliminación de la retirada libre de los depósitos
bancarios, lo que suponía el fin de la convertibilidad.
La oleada de fuga de capitales (que se refleja en el saldo del sector privado de la cuenta financiera con
un importe de -5.000 millones), unido a la paralización de la economía llevaron inevitablemente al
default. La devaluación necesaria que continuó este proceso, no creo sino un duro proceso de ajuste
que acabó por machacar la economía argentina. En síntesis, la caótica salida de la convertibilidad ha
generado un panorama incierto que permite concluir que el peso de la deuda externa sobre la economía
se ha incrementado sustancialmente, revelando a día de hoy, una absoluta inviavilidad de hacer frente
al pago de la deuda bajo las condiciones actuales.
Fuente: Vulnerabilidad externa y dependencia de la economía argentina
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EL PAPEL DE LOS ORGANISMOS MULTILATERALES EN GENERAL Y DEL FMI EN CONCRETO
Los organismos multilaterales y el Fondo Monetario Internacional de forma destacada, tienen en su
haber el monopolio de la gestión de la deuda externa y de los recursos que pueden calmar las
convulsiones económicas de los países menos desarrollados. Sin embargo, sus objetivos parecen ser
otros distintos a la cooperación y ayuda, para ser portavoces y defensores del orden neoliberal mundial.
Las críticas sobre el FMI se centran en que sus medidas (ajuste fiscal, devaluación de las monedas
domésticas, incremento en las tasas de interés, liberalización comercial y de la cuenta capital,
desregulación financiera, etc.), cuya aplicación es condición necesaria para la otorgación de ayudas, en
vez de contribuir a la resolución de las crisis, agravan su situación, puesto que suponen grandes
reformas estructurales en breves lapsos de tiempo e incluso estas reformas pueden ser innecesarias o
extremadamente costosas.
Sus defensores abogan, que la necesidad de aplicación de estas medidas está sostenida por el círculo
virtuoso de la integración económica mundial. Sin embargo, Argentina representa el caso
diametralmente opuesto. La intervención del FMI, especialmente intensa durante el gobierno
Menemista (1989-1999) y el de la Alianza (2000-2002), generó el recortes fiscales acompañados de
aumentos impositivos y de congelamientos y reducciones de los salarios del sector público (el cual
repercutía negativamente sobre los salarios del sector privado a través del efecto demostración”),
redujo drásticamente la demanda de los hogares impactando directamente sobre la actividad
económica en general y la productiva en particular. Estas medidas, observadas fríamente, únicamente
parecen efectivas para generar un superávit fiscal con el que pueda hacerse frente al pago de la deuda,
por lo que no es de extrañar que muchos autores entiendan al FMI como defensor de los intereses del
mundo desarrollado. Por su parte la CEPAL en consonancia con la historia reciente Argentina, afirma que
las ayudas del FMI llegan únicamente cuando los desajustes de la balanza de pagos son ya ostensibles y
de difícil resolución. Una crítica más completa llega de manos de la UNCTAD, que esgrime que, puesto
que las líneas de financiamiento son limitadas, las ayudas a los países en crisis se encuentran muy
influidas por la aprobación de los países miembros en los que, debido a la organización de este
organismo en base a las aportaciones, están muy sobrerrepresentados los países centrales. También
pone el acento en que la concesión de ayudas están supeditadas a la pérdida de la soberanía nacional en
cuestión de política económica y que todo esto está más enfocado a que los países acreedores puedan
recuperar sus inversiones frente a lo que sería la ayuda para solventar la crisis.
La pérdida de soberanía no es algo ajeno al propio FMI, desde el Consenso de Washington quedó más
que claro que sólo apoyarían a aquellos países que siguiesen su dogma, sin importar que fuesen las
medidas más adecuadas o no. De esta forma en Setiembre del 2003 Jeremy Clift redactor de Finanzas &
Desarrollo del FMI, escribe “El Consenso de Washington contribuyó a cubrir la necesidad de un marco
de política económica que sustituyera a las desacreditadas estrategias de planificación centralizada y
sustitución de importaciones”.
Por otra parte, dejando de lado los apartados financieros, Stiglitz (2002a, 2002b, 2002c) apunta que los
países que más rápido lograron sobreponerse a la crisis fueron los países que, como Malasia, aplicaron
medidas opuestas a las recomendadas por el FMI.
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Deuda Externa: El peso de la deuda externa en la economía argentina
UN RESUMEN DE LA ECONOMÍA ARGENTINA EN 3 GRÁFICOS
Fuente: La deuda argentina; Historia, default y reestructuración
Fuente: La deuda argentina; Historia, default y reestructuración
Fuente: La deuda argentina; Historia, default y reestructuración
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BIBLIOGRAFÍA
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argentino”.
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Kulfas,M. y Schorr, M., 2003, “La deuda externa Argentina: Diagnóstico y lineamientos propositivos para su
reestructuración”, Fundación OSDE-CIEPP.
Saborido, J., 2009,”Crisis y dilema de la economía argentina (1975-2008)”, en Ayer, 73.
Ramos, L., 2004, ¿Cómo es posible que uno de los países más ricos del mundo esté al borde de la quiebra?, Working
Paper, Observatorio de la deuda en la globalización, Cátedra UNESCO a la Univeristat Politècnica de Catalunya.
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Historia argentina: colección de videos educativos. N°13: “El Final del los Principios”, Director: Felipe Pigna , Diana
Producciones.
Julio Gambina et al., Vulnerabilidad externa y dependencia de la economía argentina, pp. 97-123
Mario Damill et al., La deuda argentina: Historia, default y reestructuración, Desarrollo económico, vol 45, Nº 178, Julio
Septiembre de 2005, pp. 187-233
Pablo Rieznik: La deuda eterna: el "Plan Brady" o la pequeña historia de una gran entrega, Historia, en Razón y
Revolución, Nº. 2, primavera de 1996.
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