Sesión solemne de la Conferencia de San Vicente de Paul de

Anuncio
SE810N SOLEMNE
DE LA CONFERENCIA
DE ~AN VI~ENTE DE PAUL
DE
SOGAMOSO,
CELEBRADA EL 17 DE AGOSTO DE 1879 .
•
BOGOTA .
IM.PRENTA DE ECHEVEllniA IIERllANoa.
187!) .
LA PRESENTE PUBLICACION tiene por objeto
conservar el recuerdo de lo pasado entre las personas
que estuvieron presentes, imponer a las ausentes i
estiInular el sentimiento de todos los corazones caritativos a coadyuvar los esfl.l.erzos de una asociacion
benéfica en la conservacion de los laudables fines que
se J>ropone.
EL
<li& 5 de agosto se fij6 en distintos lugares públicos el
siguiente aviso:
.. EJERCICIOS ESPlRITUALES 1 JUBILEO DE 40 HORAS.
TE1IDR!N LUGAR E1I L1 IGLESIA lJE SOGA MaSO, DESDE EL DIA 8 Dll AGOSTO,
Se invita a todos los fieles de dentro i fuera de la ciudad a
que concurran a ellos.
Sogamoso, 5 de agosto de 1879."
Ademas de este aviso, los señores doctores Juan N. Rueda,
Severo González i Adolfo Perea dirijieron una atenta esquela a
cada una de las personas principales, con el objeto de hacerles
individualmente la misma invitacion, la cual fué correspondida
como era de esperarse de una poblacion tan piadosa como es, i tan
entusiasta por el lucimiento de las funciones relijiosas. No nos
proponemos dar cuenta de éstas en especial, pero no dejaremos de
espresar de paso que los benéficos resultados de ellas son incalcu.
lables; i que los obreros que han tomado parte en estas fiestas del
espíritu, en donde el hombre se rejenera por la contemplacion de
SUB altos destinos, deben estar satisfechos,
-6-
"No solo de pan vive el hombre," dijo Jesus en el desierto
al demonio que quiso hacerlo caer en tentacioD, "sino de toda palabra que sale dt:lla boca de Dios."
Esta palabra, proÍerida por los dignos misioneros que han
'risitado a Sogamoso, dará vida i aliento a esta importante poblacion para marchar por el sendero del bien; i por consiguiente le
atraerá su prosperidad i enwandecimiento, siempre que recoja i
guarde con esmero esa palabra Íecunda.
El 17 tuvo lugar la fiesta relijiosa en honor de San Vicente
de Paúl, transferida para ese dia desde que se tuvo noticia de la
venida de los sacerdotes misioneros. El señor doctor Rueda pronunció un brillante paIiejirico del &lIIlto, llamam10 priotllilrmente la atencion a la mas benéfica de sus obras: la i:nstií1loiob d~ las
Hermanas de la Caridad.
A la hura señala<la tuvo lhgm' ~a ses'ion Bolefuttl! de la Conferencia, en uno de los corredores del edificio del Hospital, decorado
al eÍecto, ante una numerosa i lucida concurrencia. Alli se veian
los retratos del finado señor don José jrnrm C'~till.o V4rgas i: ele BU
viuda la señora doña RaÍaela Lasprilla, a quien se decrrc& la. sesion.
Despues de la. Memoria !pi!" lftyó. IU Vir:El¡)rflllri'l~~eñor
I
MEMORIA
DEL VICEPRESlDEN'I'E DE LA COmIlSNCI! DE SAN VICENTE DE PAUL, DE SOGAMOSO,
LEIDA
EN
LA
SESION
DEL
17 DE
AGOST O
DE
1879.
Atenciones indeclinables i premiosas han obligado al señor
TeIDÍstocles A-vella, Presidente de la Conferencia, a separarse accidentalmente de este lugar, circunstancia que nos priva de su
presencia en esta ocasion, en que haciendo yo sus veces, presento
este informe, que será breve i acaso deficiente.
Constituida nuestra Comerencia en uso del precioso derecho
de asociacion, adoptó los reglamentos que juzgó couvenientes, i
:fué reconocida como entidad jurídica por el Gobierno del Estado,
con facultad de rejirse por sus estatutos. Ella no tiene carácter
relijioso, ni se estableció en virtud de leyes civiles especiales: se
propone solamente ejercer la beneficencia, dando alimento, abrigo
i medicinas a los emermos pobres i recojiendo a los niños desampamdoR para proporcionarles instruccion moral i el aprendizaje de
algun arte u oficio que les procUl'e la subsistencia i los haga miembros útiles a la sociedad.
Los reCUl'SOB con que cuenta i de que ha dispuesto para llevar
a efecto sus propósitos, son las donaciones i limosnas de aquellas
personas caritativas que tengan a bien confiarle su administracion
a la Oomerencia, porque ésta ha querido siempre tener independencin. en sus procedimientos, así como la tiene una compañia de
comercio, de minas, ele asegurod o de cualCJ.uiera otta especie. No
por esto (luiere sustraerse de <lar a conocer al público sus actos, i
mucho mén08 la cuenta de los rondos que recibe; al contrario, en
observancia de una de las disposiciones elel reglamento, ha tenido
el cuidado de Mcerlo calla ailo, i aun ha p11 blicndo por la imprenta ,arias Memorias. Hasta hoi los rondo s que maneja, son los que
la señora Rafaela Lasprilla de Castillo le confió, segun la escritura
pública respectiva, i ha percibido tambien varias limosnas.
-8Se asegura que el Gobierno del Estado i el de la Union han
votado algunas sumas en ausillo del Hospital; pero el Consejo
Directi vo se ha abstenido de aceptarlas porque segun el Código
de Beneficencia que rije en el Estado, el Hospital pasaria a ser
estableoimiento público i la administracion de sus caudales corresponderia a la autoridad pública, desde el momento en que se recibiese el ausillo decrstado. Si éste se acepta, habrá que reformar
los estatutos i devolver previamente a la señora Lasprilla la suma
que entregó, o el valor que la representa, segun la condicion impuesta por la señora. En el edificio que ocupamos actualmente, se
ha mvertido una. gran parte de esa suma, como se verá por la
cuenta que sigue:
Desde 1874, en que !!le empez6, hasta junio de
18'7'7. . . . . . . . . •
• 4,872-15
En los dos a.ños posteriores . . "
695-20
Total.
• 5,567-35
Para. estos gastos se han destinado ~
El legado de la. señora Casiana. Nieto.
El de la. señora. Mercedes Nosa. • .
Donaciones varias • . . • • . .
Legado de la señora Juana. Chaparro.
Gastado por el señor Manuel
Al-chila en los ci·
mientos de la Capilla (sin inoluir otros posteriores). •
Del oapital entregado por 1& sellora Rafaela Las-
r.
prilla . . • • • - • • • • • • •
50 ••
36 ..
424-8f)
20 ..
124-50
4,9U ••
Suma igual. • • •• 5,56'l-8a
Capital recibido de
la I8!Iora Lasprilla. •
Invertido en el edüicio. • • • •
En gastos comuu.es, l'Gintegr&bl.
CapiW pte¡lte. • • ,
.1o,ll~
-9En la Memoria presentada el afio de 1875, se anunci6 que
resnltaria auualtnente un déficit en los gastos comuues ele $ 294-40,
que no poul'ia cubrirse sino con limosnas; i como éstas han sielo
mui escasas, el resultado ha confirmado el cálculo, pues se han invertido del capital en gastos comunes, durante cuatro años, seiscientos cincuenta i seis pesos.
El Bazar nada ha producido, así como tampoco la escitacion
hecho. el año de 1877, para que todos los que pudieran dar alguna
limosna anual o mensualmente, se alistasen en la Conferencia
como socios contrihuyentes.
El resultado jeneral de las cuentas ele la Tesorería en el año
vencido en 30 ele junio último, es como sigue:
INGRESOS.
Existencia en 1.0 de julio de 1878.
Principales recaudados
Intereses recaudados.
Dep6sitos. .
Limosnas varias .
SUilla.
18-20
_2,170 .•
299-45
20 ..
24-85
$ 2,532-50
EGRESOS.
Capitales impuestos a corto plazo.
Invertido en el edificio. _
Gastos comunes en el Hospital, para alimentos, medicinas, sirvientes, &.'. .
. . . .,
Existencia en 30 ele junio de 1870 .
Suma igual.
629-20
691-20
119-95 •
2,040-35
492-15
$ 2,532-50
Constantemente se han recibielo enfermos en el Hospital, i no
habiendo sino diez camas, no puede admitil'se mayor número; sinembargo, en algunas épocas se han acomodado hasta dieziseis a un
tiempo.
-10-
Desde que se abri6 el Hospital hasta el 19 del ~ mee,
han sido asistidos 18'1. número que se descompone aeí!
Muertos. . .
. i'1
Dados de alta.
. lil3
En el Hospital.
'1 18'1
En el período contado desde el 1'1 de julio de 18'18 hasta el
12 del actual, se ha dado asistencia. a 40 enfermos, que se diviqen así:
Muertos. . .
• 9
Dados de alta.
. 24
En el Hospital
• 't 40
La direccion de la casa ha estado a cargo de la respetable señorita Paula Olarte, cuya virtud, dEisinteres i abnegacion merecen
el mas cumplido elojio.
La Conferencia ha perdido a tres de sus mas distinguidos
miembros, los señores don 'vicente G6mez Maz, don Severo lUyes
i el señor dador Cayetáno Camargo, quien como Sindieo prestó
importantes servicios a la asociacion.
El señor doctor Crist6bal Camargo, médico del Hospital, des·
empeñ6 sus funciones con la acuciosidad i desinteres con que
siempre ha servido a los pobres, ha ta el mes de setiembre de
1878. Desde ent6nces lo ha reemplazado el señor Anacleto Hol·
guin. Ninguno de ellos ha recibido sueldo o remuneracion pecu·
niaria.
La direccion de los trabajos para ~tlnuat l~ dsttuccion
de1 edificio del Hospital, Be ha encomendado al 88IIor- :r.Ijtmcio
• Arohila, quien desempeña grat.úitamente este 8nCSlp.
1l\Wftio
llU&il lluvias, durante el afio en curso, han impedido el adelanto i
terminacion de la obra.
Se proyecta un contrdo .coD
¡¡~ _4P.(MI~
para que vengan a dirijir el Establecimiento i aeduc!&r:alan• • dssampllil'oo.08. La escasez.u ~401!tap~~~~1l...
!lOS
obliga a escitar a las pereonas
~:==I;I=I
~d.n~wh~~~'''~~''••~~
DISOURSO
DEL..
SEÑOR
DOOTOR
JUAN
NEPOMUCENO
RUEDA.
Señqra :- * Consecuente con la indicacion que me hicisteis
por escrito en di118 pasados, de que naiera a Sogamoso para arre·
glar conmigo un negocio en beneficio del Hospital, he veru.do i me
he pnesto a vuestras órdenes.
Hoi celeuramos el sétimo ani,-el'sario ele la nmclacion del
Hospi.tal de Sogamoso a cargo ele la Sociedatl de San Vicente de
Paúl, i uos con:;ratulamos de que, a pesar ele obstáculos casi insu·
perables, él haya continuado su marcha, lenta es ,-erdad, pero se·
gura i feliz.
Yuestro noble i jeneroso esposo, haciendo un uso atinado de
las ri({nezas con que le dotó la Providencia i que adquirió, ya por
la herencia de sus padres, ya con su trabajo i economías, pues era
versado con blento en bs negociaciones, dejó en beneficio elel
HosLJital (le ~ogamoso una suma de dinero, que podemos llamar
consitlerahle, en atencion a los tiempos que alcanzamos, i os dej6
e1llflder para que si no habia. Hospital dispusiérais de esta suma
en lJeucncio de los pobl'es como 08 pareciera mejor.
El sacenlote que cErljia cntónees esta numerosa grei tuvo
notioia elellegaelo hecho por yuestro e poso en favor de Sogamoso, i reuni6 elnúsmo clia a unos cuantos vecinos notables i piaLlosos en la casacural, para que fOl'ma1'lln la Socieuacl ele San Vicente de Paúl ; i e¡;¡os señores, interesaLlos en el porvenir ele Sogamoso,
1'i6 constituyeron en Sociedad, adoptaron un regl:tmento, toma.ron
una casa, rennieron unos enfermos, se hicieron l'ecouocer por el
Góbierno elel Estallo como per~ona juríLlica, capnz de adquirir
bienes, i qneLl6 fundado el Hospital.
.Antes de esto no ]0 habia, ni nadie había, ren~at1o sériamente
en fllllelarlo, porque la falta de fonelos era un argumento concluyente_ V 08, aeñora, pudísteis disponer a vuestro Ilrbitrio de la es• El orador se. diriji6 particularment-e a la señora doña. Rn.faela LRsprilla de Oastillo.
-12-
presada suma i no 10 hici"teis: escuc11ásteis con benevolencia las
reflexiones que os hizo el señor Cura de ese tiempo, para que
diéseis la limosna sin gastar el capital, atendiendo con los réditos
a las necesidades de los pobres de una manera permanente, de
modo que el beneficio alcanzara para los pobres de todos los tiem·
pos .... Aceptásteis estas indicaciones i el Hospital adquirió reno
tas: he aquí vuestra obra, señora; la obra que os inmortaliza i que
es el mejor timbre de vuestra gloria.
Los trabajos comenzaron, i ántes de dos años los pobres tu·
vip,ron casa donde alojarse, alivio en sus dolencias, pan í abrigo.
Por una desgracia lamentable, la obra se ha suspendido, i no se
ha podido verificar la traída de las Hermanas de la Caridad, para
llevar este Establecimiento a la cumbre de la perfeccion; pues
segun el plano i las ideas que bullian entónces en las intelijencias,
él debe comprender no solo los hospitales o enfermerías de uno i
otro sexo, sino las escuelas primarias, las industriales i el asilo
para los inválidos. Sí sus dimensiones materiales son costosas, sus
proporciones morales son inmensas; si sus rentas son exiguas i
precarias en demasía, su fin es grande, noble i elevado.
i Por qué así ?-Porque este Establecimiento tiene por objeto
remediar las necesidades de los desgraciados de Sogamoso, redi·
mirlos de la miseria, darles educacion moral i cultivarles el enten·
dimieuto con las ciencias i las artes, arrancarlos del abismo del
ricio a que están destinados por la desgracia de haber naoido
pobres, i conducirlos por la senda de la virtud a los altos destino~
que Dios ha señalado al hombre. Esto es romper las cadenas del
infortunio, quitar a la corrupcion sus presas i sus esclavos al de·
monio: cs formar de séres inútilil~ personas de provecho en todas
las capas sociales: es formar hombres honrados, mujeres pudoro.
sas, padres de familia ejemplares i ciudadanos capazes del conoci·
miento de todos sus deberes, entre éstos el de honrar el lugar de
su nacimiento i dar a la Patria dias de gloria i de ventura.
Tal es i debe ser la obra del Hospital de Sogamoso; obra. la.
mas grande; la mas importante, la mas útil de cuantas se puedan
intentar en esta bella i fecunda tierra. Es mas importante que la
reconstruccion del templo parroquial, porque éste, aunque de gusto
antiguo, sirve mui bien para todas las funciones que el catolicismo
acostumbra; es preferible el Hospital a la construccion de acue·
-1S-
duetos, puentes, caminos, calzadas i camellones, porque todo esto
existe aunque con imperfeccion suma. Pero la obra de la reden·
cion para los desgraciados, de la civilizacion para las masal! del
pueblo, la obra de la educaciOll moral, apénas está en iniciativa; i
ésta es la de ma,yor magnitud, porque es la obra para el porverill',
la que le prepara a este pueblo el camino para marchar impertUl'bable al término de su positiva grandeza i alcanzar la felicidad
que merecen los pueblos que, como Sogamoso, han tomado en sus
manos la ejida de la fe i la bandera de la libertad.
Mas, para realizar esta obra tan trascendental, esta obra
grandiosa i digna de toda alabanza, es indispensable traer a las
Hermanas de la Caridad; porque, al ménos por ahora, solo ellas
tienen la consagracion, la abnegacion i el tiempo bastantes para
dirijir un Establecimiento de esta cluse, por estar educadas para
ello i sel' ésta su jenerosa, esclusiva i habitual profesion. Sabidos
son de todos los servicios que este importante Instituto ha hecho a
la humanidad: su fame. ha llegado hasta los confines del mundo
para que haya necesidad de referirlos aqui.
Creo que vos, señora, i todos los habitantes de este lugar tienen sobre esto ideas formadas: creo i lo espero así de todos los
habitantes de Sogamoso, que tomarán interes decidido en que
vengan las Hermanas de la Caridad: creo que no habrá uno solo,
que teniendo cariño por este lugar, como lo tengo yo, no haga esfuerzos para que esta empresa se realice. La indolencia que hasta
cierto punto ha caracterizado a los hijos de Iraca, ha detenido a
Sogamoso en su próspera marcha, como la indolencia de los concurrentes a la Piscina detuvo la curacion del paralítico durante
cuarenta años; pero de hoi en adelante no mas inercia! no mas
indolencia! i todos debemos protestar contra ese mamsmo que
mata toda idea i enerva todo progreso.
Sogamoso, por su posicion topográfica, por la fertiliJad de su
suelo, la riqueza de sus dehesas i de sus crias, está llamado a ser
uno de los pueblos mas importantes de Colombia. Desde su oríjen
ha tenido cierta grandeza propia que no se le puede disputar: SUB
tradiciorl.es así lo enseñan. SogamoBo tenia el templo del sol, lugar
de adoracion de todo el imperio ue los Muiscas; mansion del
Sumo Sacerdote, i Museo de las antigüedades indicativas de la cTvilizacion de los Chibchas. Era este lugar como la Roma de las
-utribus que acá en el corazon del Nuevo MllJldo tenian ideaa lID
tanto aventajadas con respecto a la Divinidad. 1 esa imporlJaCia
ha debido crecer de dio. en dio. si la rivalidad de otros pueblQl. i
algunos defectos de sus hijos no lo hubieran detenido en 8ll marcha majestuosa. Que venga la buena educacion moral a COl'l!6jir
esos defectos, i Sogamoso seguirá con raudo vuelo hasta Ueg¡q- al
cenit de su prosperidad, i entónces como el asilo del dia difu.'údi·
rá los rayos de su civilizacion i de su progreso por todos los ángulos del Estado, cuyo engrandecimiento todos esperamos.
Yo sé, señora, que vos i vuestra honorable familia, poaeeis títulos nobiliarios que otorgaron a vuestros mayores los rey~ de
Castilla, i que proceden del Castillo de Pedroso, en dond.e¡ U~ d.4
los mas remotos ascendientes de la familia peleó con herEUsmo cü,
fendiendo los derechos españoles qajo el poder del rei Ali>'t!M i
mas es,tos titulos, por elevados que sean, no se pueden ~mpaJ'IUI
con el título que os da, Dios en la Escritura Sagrada cua.ndG d\ee:
"Bienaventurado el que entiende sobre el necesitado i el }l()btel
en el dia malo lo librará el Señor." Aquellos títulos pas~~
su pristina gloria desde los primeros albores de la República,
porque eran humanos; mas éste DO pasará jamas pVll'que é8 di;vi.,
no, i lle\Tará vuestro nombre i vuestra fama a todas láS j~
nes, porque siempre habrá pobres que necesiten d.e vuestra obra
misel'Ícordiosa.
La caridad, señora, es la mas escelsa de todas las 1'iftu.cl~ i
por ella conoce el hombre que ha sido trasladado de l¡,Dl1l811Je,a
la vida, porque ama a sus hermanos: en esto Jllismo se .eQIl(\fl$la
caridad de Dios para con los hombres, porq1l4l 1Ilt &D1Qr lo 1leotó
hasta dar su vida por ellos, segun el P41l84mi..1l~ del ~
amado. 1 como término de este r~, dicte el !EvanjeliafA
"El que tuviere riquezas de este mundQ i 1f'iere a u ~jiatQ~
necesidad i le cerrare sus en~&iIas, ACÓDlo. eet4lA ~ jeJ,Dios
en él ~ el que no ama eil~ en muel'te i eJ¡~~81IoJ1_It • • :PiM~.
IDO es homicida. mjos mios, no._~de:I*_.,I__ •
sino de obra i de vardad."
.a.__
He- aquí COll(_ _o :en·ea1iItGlIIUII..
Bm$~ll\IDnjW: ~JP' . l. . . .~.
lfIa_IIIM_iIiiII~,.Q_
-15-
moral, remediar sus necesidades i darles alguna protesíon honesta
para bien suyo i pro,echo de la sociedad.
Para esto es preciso protestar contra el egoismo estéril e in·
fecundo que no hace el bien, contra la indolencia que mata todos
los estímulos i arruina todas las empresas; pero esta protesta debe
ser elocuente i sonora, una protesta eficaz, en que prescindiendo
de las palabras, se escriba con los hechos en el libro de la miseri.
cOl·aia. Esto es, señoraicÍJ:cuustantes en jeneral que me escuchais,
esto es protestar contra ese egoismo que degrada í envilece. Pero
cómo i cuándo 1 Pues abrienclo, no mañana, que para muchos
puede sel· tarde, sino hoi, aJ¿01'a mismo, uua suscricion voluntaria
en que cada uno dé u ofrezca dar en beneficio de los pobres algo,
segun sus recursos i su piedad; pero de modo que no haya uno
solo que no se suscriba .... 1 no lo habrá! porque este pueblo es
tan jeneroso como libre, tan complaciente como altivo.
IDtimamente, señora, la Sociedad de San Vicente de Paúl,
convencida del interes que os anima por el progreso del Hospital,
i porque vengan las Hermanas de la Caridad a encargarse de la
direccion i proteccion de los desgraciados en los diferentes ramos
de la beneficencia, i confiada en que no os olvidareis en nrngun
tiempo de esta obra, que es >nestra i que lleva vuesh'o nombre i
el de vuestro esposo, tuvo a bien consagraros la ovacion de esta
Sesion solemne i colocar vuestro retrato en una de las salas del
edificio, como una muestra de su gratitud, i como un recuerdo 11
la posteridad, que no dudo os dignareis aceptar.
DISCURSO
DEL.
SEÑOR
FL.ORENOIO
BRIOEÑO.
Señoras i caballeros ;-En esta vez me ha tocauo el honor de
ser designado por la Conferencia de San Vicente para que, con
motivo de la presente solemnidad, le dirija la palabra sobre algu.
na de las materias que mejor mmonicen con el espu'itu de su ins·
titucion. En la incapaádad en que me hallo, por falta de aptitu.
des, que no de voluntn.d, de dejar satisfechos los deseos de la res.
petable Corporacion, he buscado, como es natural, la. manera. de
-16-
correspomler a sus miras; i en verdad que me la brinda muí
oportunamente el interes actual de la casa de caridad que dirije,
interes tan íntimamente relacionado con los mas altos intereses
sociales de dsta poblacion, que de suyo bastará, espero, a suplir
lo que no alcanzan mis aptitudes. Por otra parte, el informe breve,
pero esacto, que acaba de leer el señor Vice-pl'esidente, nos ha
impuesto en la marcha que hasta hoi ha seguido dicho Estableci·
miento, en las dificultades con que ha tropezado, en los trabajos
que ha emprendido, en la inversion de sus fondos, en el móvil
constante, como tambien en el resultado de sus tendencias benéfi·
cas, en su situacion pasada como en su presente estado económico;
en fin, nos ha narrado su corla existencia, i conviniendo todo esto
admirablemente a mi propósito, trataré de desprender de tan in·
teresante historia, en relacion con aquellos intereses sociales, las
consiueraciones de poco mérito, pero de mucha verdad, con que
me propongo distraer vuestra atencion.
En otra ocasion solemne i en este mismo lngar, al inaugurar
los primeros trabajos de esta fábrica con la solemnidad de un gran
concurso, decia yo que semejante espectáculo no era simplemer¡te
una fiesta sino una victoria: el triunfo de los principios evanjéli·
cos sobre el egoísmo i la rutina. Efectivamente, allí iniciaba el di·
vino precepto de la caridad cristiana una inmensa reforma, que
abria el surco del tiempo venidero para que depositásemos en él
las heces del corazon i las lágrimas de los que padecen. Pero en·
tónces contábamos por mucho con la ilustrada cooperacion de 10B
vivos para secundar la última voluntad de los que ya elormian en
el seno de la muerte. Como obra de beneficencia elel señor José
María Castillo, el Hospital de San José es un alto ejemplo; mas
por desgracia la accion que debia secundarlo despues de creado
con las donaciones de aquel benefactor, quedó reducida a los es·
fuerzos constantes, pero aislados, de una Corporll.cion escasa de
personal que en vano ha tratado de superar todas las dificultaues
para dar ensanche fecundo a sus propósitos, en medio de la honda
ujitacion de las pasiones i de este egoismo, que Cl'eiamos un tllIlto
estirpado, pero que a cada 11aso se nos 0110ne ciego i amenazador
en nuestro camino. As!, pues, este Hospital se halla establecido,
porque su nmdador lo dotó de medios propios de existencia. Sin·
embargo, aun permanece como lID problema de adelanto i de cin·
lizacion planteado por el señor Castillo desde su tumba.
-17-
Bastante es ya, sin duda, haber abierto un asilo donde los
hnérfanos i los mas desheredados hijos del pueblo encuentren una
cruz i un lecho para estinguir en paz las últimas pulsaciones de
su afanosa existencia; empero este solo hecho tiene un sentido
moral tan estenso que halaga hasta las mas indeterminadas esperanzas de ese mismo pneblo, que al sentirse a cada hora oprimido
por uua especie de demonio invisible a quien no conoce ni aclivina, i cuyas terribles fascinaciones le hacen comprender al vicio
como tilla necesidad i al crímen como una pTedestinacion, alcauza
a persuadirse tambien de que el oríjen de todos sus males está en
la esterilidad de su intelijencia, causa inmediata de sus errores i de
sus desgracias_ El 61'1'01', ha dicho Mallebranche, es el padl'e de la
miseria ¡¿¡¿mana; pero, señores, como el error procede naturalmente de la ignorancia, hai sobrada Tazan para declucir que de
todos los servicios que la caridad ilustrada puede pr~tar al pueblo
desvalido, no hai uno mas grande ni de mas trascendentales consecuencias para la sociedad como el de cultivar i dirijir en consonancia con los verdaderos intereses de ésta, sus facultades morales
e intelectuales; es decir, desarrollar en sus hijos los sentimientos
de homudez, de (lignidad, de esa independencia que da el trabajo
intelijente, de ese bienestar que ofrece el ahorro previsor, haciéndoles comprender, en fin, que cada ¡¿no de los miemoros de la' sociedad d60e traer a ella sus propios medios de existencict, segun la
frase consagrada; i que el único centro de dicha i de reposo en el
mundo de las almas es la 'virtud, hija de Dios, como lo es el sol
para nuestro sistema planetario en la inmen idad ele los espacios_
La mas sana filosofía en el atento exámen de la Historia no ba
encontrado una fuerza que mas eficazmente actúe sobre ese oculto
resorte elel desarrollo social, como la de la :fraternidad cristiana;
porque solo ella establece un vínculo real entre los hombres, como
que está fundado en la conciencia, i porque solo eUa bace efectivos los del'echos del pueblo, a la vez que le ilustra sobre BUS propios deberes, cuya combinaciou justa, equitativa i práctica es la
verdadera espresion del progreso.
La accion de la caridad, siempre santa i amable, es altamente
civilizadora i sublime cuando se ejerce en la educacion de los
hu{>riauos, en la moralizacion de las costumhres i en la enseilanzn.
de la lei moral como fundamento de la asociacion humana: es en
,
2
-18-
ese ministerio que se ele~a hasta la grandeza de los destinos del
hombre que el Hijo de Dios promulgó desde lo alto de la cruz.
i Ai de los que ven el mal i consienten en él, menospreciando el
deber que tienen de evitarlo! i Ai de los pueblos donde no se
ejerce así la caridad, i donde los jemidos de la inocencia sacrifica.da al vicio i los lamentos del desamparo se pierden entre el bulli·
cio i la alegría de los placeres! Valiéndome ele una espresion de
Lamenais, ese pu,eblo, selnejalllte a la cásccwa que deja el [rano en
la eI'a despues de trillado, no tardaría en desaparecer podrido en el
jango, si ántes /w lo baT'7'iese 1ma de esas (p'al1cles plaga8 que Díos
envía al m1tndo parct purificarlo !
Este Hospital, lo repito, permanece como un problema de
adelanto planteado por el señor Castillo desde su tumba, En él
está fincado el porvenir social de Sogamoso, i la circunstancia de
hallarse establecido arguye uua inmeusa obligacion pam sus habitantes: para la sociedad culta, porque es la que natumlmeute debe
fomentarlo, como qu\em que eu estas clases es donde residen
siempre los sentimiento:;; levantados que engrandecen i peIfeccionan las poblaciones; para el pueblo, porque eu él está representado 10 mas personal que el pueblo tiene, sus dolores, la. mas viva
de sus aspi.raciones¡ luz para el espú'itu, la mas ardiente de sus
esperanzas, el cielo.
¿ Permaneceremos impasibles ante esta iniciativa de la idea
cristiana? Paréceme que no, Harto presumimos de cultos: sinembargo, es preciso patentizar este concepto con nuestrag acciones.
Ya que existe este asilo, debemos apoyarlo en ór<1en a las ruirns
que su existencia indica, haciendo entrar en el tlesem"ol \"Ímiento
de la nllestl'a ese elemento de progreso, la. cnl'i<latl, que ht~ sillo a.
la vez jenerac10m i reguladora. de la ej"ilizacion 1ll0del'l1a; la cm'idad, que enseña. i que cura, que l'(:'jeuera el cuerpo i da la. paz al
corazon, que inicia la.~ ~1.1ma8 en la. v(:'nln<1 i b~ guia en el camino
de la vida; pue, solo eRto hure reinnr la justicia i el cumplimiento
del deber, comliciones necesru'ia'l del prol,rresn, objeto i mim constante de la civilizacion,
Pero i ni! en medio del wrtijinollo tUIllultu ele nuestra!'; pasiones; en medio <.le la postrarion de los ánimos por el egoi><mo i
del tles\TÍo de las iutelijellcias pm' el errOl'; en medio de las doctrinas <1 ue nos deHpojan ele tOllo j(lenl i dejan n la l'/lzon fria e im·
-19-
potente en un mundo destruido; en mellio de esta idolatría del
placer que torna árido i mudo el corazon, la fe que pudiera conm·
nicarnos bastante enerjía para llevar a cabo tan grandes, tan fe·
cundas reformas, la re, señores, ha huido al cielo, como el Amor
en la rálJUla de Psiquis, cuando la duda sujil'i6 a la pasion el deseo
de verlo i de p:1lparlo. Aquí hemos erijido un templo cuyo culto
práctico es descouocido entre nosotros, que vivimos olvidados de
la lei de Cristo: somos incapaces ele ejercer la caridad. Este temo
plo reclama imperiosamente sus verdaderos ministros, las Herma·
na de la Caridad, esos sacerdotes de la misericorcl ia ante los cuales
inclina el siglo su sien atormentada por us grandes dolores, i de
cuya aureob divina implora en todas partes un rayo que serene
sus tormentas.
N nestra sociedad cristiana, tan estenuada por los escesos i las
congojas, tan ratigada con la lucha de las creencias i de las opio
niones, ha olvi.dado que la caridad es una lei ele mutuo amor, que
a la vez que hace solidarios a los hombres en el cumplimiento de
sus deberes, que purifica el corazon i ele\' a el pensamiento, desa·
nolla tambien toclas las ruerzas que Dios ha concedido a la orga·
nizacion social para que allí alcance el hom hre, pOI' la perfeccion
de su espíritu, los inmortales premios de su destino. Inútilmente
clama entre la multitud de las calles públicas, exhibiendo las le·
pras del cuerpo, las Dagas del alma, que se propagan por todas
partes cnlJriendo con las galas del buen tono su asquel'05a corrup·
cion. Inútilmente llama en los corazones emlJotados por el deleite,
endurecidos por el orgullo: rechazada dondequiera, ha venido a
quedar casi fuera del mundo model'llo, como la Paciencia que tan
sentimentalmente describe Shakespeare, sentada sobre un sepulcro
i contemplando el cielo. Solo existe la eUJ'ic1acl en el seno de esa
institucion desde donde vivifica un mundo que agoniza i se des·
ploma; i por consiguiente solo de allí podemos esperar las irupor.
tantísima~ reformas que tan vivamente deseamos yer cumplitlas
en este Hospital.
La re i el amor de Dios hicieron que el señor Castillo dejara
un capital a los pobres: la re i el amor a la humanidad han im·
pulsado tambien a su esposa a dar un paso mas para terminal' la
obra, e~tI'echando así con un lazo de infinitas aRpiraciones la pero
petua unian de d08 almas en el seno riel tiempo i ele la eteruidad.
-20-
A nosotros toca secundarla i realizarla. Para los creyentes
hai una fuerza misteriosa en el corazon que a ello nos impulsa invenciblemente: algo como el espíritu de Dios. Para los demas
están <.1e por medio los intereses de la humanidad, que aquí hablan
mui alto en nombre de la civilizacion i del progreso. Porque, señores, segun sus historiadores la ci\-ilizacion no es sino un hecho
inmenso i complicado que lo constituye el doble desarrollo de la
sociedad i del indinduo ; mas no pudiendo vel'rnCar8e ese flesarro)10 sino por las relaciones ele los hombres, i sienclo éstas mas perfectas miéntras mas puros son los principios morales que las presiden, resulta que la obra de la caridad que purifica i esta,blece
esas relaciones sobre la base nobilísima ele la fratel'llidad i del
deber, responde perfectamente a las vastas tendencias de la civilizacion, cuyo objeto aunque desnaturalizado forma' hoi el único
culto de los entendimientos. El progreso humano es tambien un
hecho, i un hecho que se miele por el aumento gradual de los conocimieutos realizado ,socialmente en las ciencias i en las artes, individualmente en la perfeccion de las facultades morales e intelectuales elel hombre, i por consiguiente la caridad que ele ciende
a las tinieblas en que se ajita el espí.ritu elel pueblo para llenarlo
ele lnz i vigorizar sus facultades, es un poderoso ajente del progreso i de la misma manera responde perfectamente a las mas
altas aspil'aiones de la época,
Por último, si son los intereses morales de la socieclad como
prendidos eu la civilizacion los que deben arrastrar nuestra ,o·
luntad en esta causa, tenc1etl In, nsta en torno vuestro i vereis
cuántos moti,os de alta trascendencia mortalmente social se lmen
a los ele conmiseracion para que apelemos decÍllielameute <t la efi.
casísimn, accion ele las IIel'lnanl1~ de la Carielad_ COllsi<.1erall esas
altas clases que, ébria~ de ,oluptuosidalles i de locmas, eucubren
con la esplelllli(lez tle SUR refinamientos i con el. n,rtifieio de sus
sOlll'isas i lisonjas, el oculto dolor de UD mal que esprÍme sobre su
corazou la esencia venenosa de las doctrinas de la duda, que hoi
le brilllla en copa de aromas la negacion <.1e todo, erijiJa en una
necesi<1ad del progreso presente i consideraela como una nlijion
del pol'venir. Fi,jaos en el pueblo que, siempre cruzando sombría...
mente eu la Historia, alza su ,oz; ora pn.ra pedir justicia, podero·
sa i formitlable como ln del furor contenido de los volcanes; ora
-21-
para implorar remedios i consuelos, lastimera i jemebunda como
el alariuo desgarrador del ave siniestra que se cieme sobre los ce·
menterios. Aquellas i éste son una misma desgraciada muchedum·
bre; la sociedad!. . . Un gran mendigo, como la llamó el señor
Manuel Marroquin en Uila ocasiono Sí, un mendigo que pasa ante
nosotro llevando en el corazon todas las ll'l!S de las pasiones con
toda la hiel del dolor, i en los labios todos los acentos del infortu·
nio para gritamos a cada paso con esa voz que "ibra en los aires
como una bendicion o como una amenaza del cielo: Una limosna
poI' amor' de ])i08!
¿ Quién tiene acopiado bastante cauelal de amor puro para
dar la lilnosna que pide i necesita ese grande, ese soberbio, ese
fastuoso mendigo? i Quién tieT'.e bastante uncion para abrirle en
un momento las piscinas de la etel'lla misericordia con esas l)ala.
bras sautmcantes que no pronuncian sino los !lnjeles i retumban
perpetuamente en los cielos? i Quién tiene bastante fuerza para
contener la imponderable carrera de ese mónstruo apocalíptico en
pos del cual somos arrastrados hácia un destino tan terriLle como
desconocido?
Solo la caridad, solo esa virtud que un Dios espirante legó a
los hombres; porque solo a ella le concedió toda la fuerza con que
su labio omnipotente ató los mUlillas en las incalmables profundi·
dades del infinito, para que uniese las almas, las rejenerase i las
dirijiese por las In minosas sendas elel bien. En presencia de la in·
mensa miseria social que nos rodea, las Hermanas de la Caridacl
se presentM como uno de los mas eficaces remedios. En el catálo·
go de las brillantes i hermosas conquistas que ha hecho el jenio
moderno, no hai nada que pueda compal'al'se cou los trabajos es·
traordinarios, pero desconocidos ele esta institucioll; porque nin·
guna de esas maravillas del arte, ninguuo de esos prodijios de la
inu ustl'ia, ninguno de esos esfuerzos increibles de la inLelijencia
que han sorprendido a la naturaleza para sobrepujarla en el es·
plendoroso encumbramiento de la ciencia, pesan tanto en la mano
del Señor como una sola cOlwcrsion al bien por el amor, como un!!.
de esas plegarias del arrei)entilll.iento que despiertan esas hijas
del consuelo en los abismos del dolor i que suben al cielo sobre
las místicas alas del ánjel de la muerte, Ellas, que conocen las
graves dolencias de este inmenso i quebrantado organismo, se di·
-22-
rijen principalmente a ilustrar los entendimientos, a dar al corazon
por norma la leí moral j, sobre todo, a dotar al desvalido de un
precioso instrumento de riqueza i bienestar; el trabajo, el trabajo
útil, es decir, el uso constante de sus :facultades dentro de] circulo
de la produccion i en cumplimiento de un designio providencial,
que preside la existencia sucesiva de la humanidad. Esto entraña
la gran cnesnon económica que conmueve al mundo moderno; he
aquí el ideal a que tiende la ciencia, busc:mdo una :fórmula estricta de los derechos que los concilie a touos en completa armonía
con todos los deberes, i que nunca po(há encontrar en el cáos ele
abstracciones filosóficas siu fundamento relijioso, porque solo nace
de la razon de Dios establecida en las leyes elel 6relen moral.
Así, pues, si existen entre nosotros sentimientos de amor cristiano o de verdadero progreso, es necesaJ'Ío resoh-er ya este problema que el señor Castillo encomenu6 a los que le sucedian, C0nfiando, sin duda, en que eran dignos de comprenderlo i de~arro­
liarlo. Mas como nosotros no podemos ilil'ijir el Hospital con tal
éxito, nada mas oportuno, nada mas conveniente, nada mas hon·
roso pal;a esta poblacion que entregárselo a las Hermanas (le In,
Caridad; i de esta manera es, como en mi opiuion, se e trechan i
confunden los graneles intereses sociales de Sogamoso con el interes actual ele dicho Establecimiento.
Abramos una suscricion para ayudar a cubrir los gastos que
demanda la empresa; porque e ta es la obra ele todos para todos,
i no dudemos que ella marcará. para esta pohlarion una medida
mui alta de ci\-ilizacion i de cultura entre laR poblaciones del Estado.
Señores: no es ya un mendigo, no un sl\r desgraeiado, eR la
sociedad la (lur nos pide 7IIW l¡nw.,nil pOi' alllo!' de Dios. "\.partaos por un lOnmeuto de \-u('stn)~ pbctlrel'l i negocios; su~trD.ea
por un illstautC' el cornZUl1 a la iufluencia (le e~os afedo. (lue lo
calcinan, que lo ell(lul'ecen, que nos p¡'l'slltlden ele que 1011 únicos
nnes de nllcstJ':1 exi,tencia se reducen n tan (lesola(lorD.R pasiones
ele un dia; apllrtall~ (le todo, i RO]O, en t'l ,ilencio delllllllll, (l('s.
ciemla Ctlllll uno haRta las pl'oÍlJudi.lmles de Sil l'él' donde uua luz
mistE'riosa uo" re\'ela la mira(lu de Dios fijll allí, como presente en
todas partes, i en la soledad rle u<],uel sautuario pregúntese si
nada debe a los dewa,; ~i el Criador ]r hn eln-il\(lo 8 eilte mundo
-23-
para que, engolIándose en las mas tenebrosas ajitaciones del cora·
zon, pase sobre él como la tempestad que surca la árida faz del
oceauo; si realmente piensa que el pobre no tiene derecho a nada
ni lo une vínculo ninguno con él; si no cree en el sentimiento, en
€l amor, en la felicidad; si es mentira la verdad i una ficcion el
deber. Considere luego e o que llama su dicha; esos goces, esas
amargas alegría~, esas comodida.ues, esas ambiciones, esas glorias,
esos bienes de fol1;nna. Recorra con ellos todo el camino de la
vida, i cuando haya llegauo a las puertas de la eternidad diga
¿ qué hará con todas esas nada.s?
Dichosos ent6nces los que hayan sabido gozarlas con la sabio
duría del Evanjelio, dichosos los que hayan sabido camhiar esos
caudales por la lUoneel<t corriente del cielo, dichosos lo que hayan
dejado caer algunas lágrimas en el tenebl'Oso abismo ele los doJo.
res humanos; porque en aquella hora sin término la omnipotente
voz que hace leYlmtar de sus sepulcros a los muertos, convertirá
tambien esas lágrinlas dentro del seno ele la muerte en elichas
etemas e incomunicables.
He concluido.
DISCURSO
DEL
SEÑOR
ANACLETO
HOLCUIN.
Señores :-Despues de lo dicho acerca de la caridad, esa viro
tud por medio de la cual se conquista el cielo, nada puedo ni debo
yo decir para inclinar a los que me escucban a practicarla. Ade·
mas de mi in uficiencia para ello, creo inútil insistir en la demos·
tracion de su excelencia., i juzgo que los corazones de todos se
ballan penetrados de la necesidad ele ejercerla continuamente i de
c¡¡antas maneras sea po~ilJle.
Desde que el mal vino a la tierra, todas las obras buenas
tienen contradicciones: por esta lei jeneral no La podido estar
exenta de ellas la construccion de este edificio, destinado al asilo
de los indijentes i al alivio de sus dolores; ni tampoco ba dejado
ele tenerlas el establecimiento en su parte formal por diferentes
moti\'os. Mas no siempre el jenio elel mal pre\Talece, i segun lo
-24-
que ha pasaUo en estos dias podemos contar en lo sucesivo con
un apoyo de iumenso valor, i con que se realizará la aspiracio~
que ha de complementar i establecer sobre bases inquebrantables
el Hospital al venir las Hermanas de la Caridad a encargarse de
su direcciono
Lleno mi corazon de júbilo al considerar realizado este pensamiento de consecuencias tan trascendentales, tengo que limitarme, a nombre de la Conferencia de San Vicente de Paúl i a
nombre de los pobres, a tributar las mas rendidas gracias a todos
los benefactores <lel Hospital i a los que ban tomado interes en
su prosperidad i engrandecimiento. Mas no sé por dónde empezar.
Al Padre ele las luces, al Dios ele inmensa majestad, que
mueve los COl'llzones i les inspira sentimientos nobles i jenerosos,
sea ante todo el honor i la gloria.
En seguida no lmedo ménos que tributar un homenaje de
profunda gratitud e inclinarme reverente ante la memoria de
aquel caballero cristiano, a quien consideramos como fundador de
este Hospital, el señor JosÉ MA:atA CASTILLO V ÁRGAS, quien
quiso destinar todos sn bienes para que con ellos se ejerciese la
beneficencia. Sí, continuamente recordamos i jamas debemos
olvidar la nobilísima accion de aquel varon jeneroso para bendecirla i ensalzarla. El Señor de todo lo creado, que mira las intenciones <le todos i recompensa debi<lamente las obras de misericordia, hahrá concedido el jn to galardon que corre ponde a la
que él ejecutó; pero tambien es justo que nosotros consagremos
nlgun monumeuto a su m~moria i que, por lo ménos, se lleve a
efecto lo Jeterminado en otra ocasion: adornar uno de los saIones de este Hospitnl' que lleva el nombre de "Hospital de San
José," con el retrato de su benefactor.
Empero, si al señor Castillo le con:esponde este homenaje,
mucho mas lo merece su digna viuda, la sefíora dofia. RAF......
LAsPRILLA, encargada de oumplir la voluntud de &q.\1eL .s¡ res:
petando la de ella con ideramos 'Como fundador a n ~ ..
poso, es ella quien lo ha funda.do hoateJWlo' i :vQi a ~
por qué.
Dispuso en su testamento el se.ilor 0astilJ.0
todo¡s eus bienes a los hOilp~.d.e ~ ~f!"&, 1'I
!4e ,hallaban establecidoi j i _
-20-
esposa para hacer la distribucion entre los pobl'es que a bien
Cuando falleci6 el testn<lor no se habia fundado la So·
ciedad de San Yicente de Paúl en este lngar, que mand6 establecer el Ho. pital, contando con los ausilios de las personas
caritativas. Ko tenia, pues, derecho el establecimiento para recihu' la parte asignada, i la señora Lasprilla concilianao la dispo icion testamental con la buena voluntad que la anÍlnaba en
favor de Sogamo o, no tuvo inconveniente en entregar a la Conferencia tle San Yicente de Paúl una parte de lo que libremente
podia distribuir para que e aclmini trase en beneficio ele los
pobres que viniesen al lIospital, reservándose la facultad de retirar los fondos entregallo siempre que estm"'iesen mal administradoR, o cuando alguna otra persona o entidad pretendiese
derecho a su aclmil1istrncion. A ella pertenece, pues, la mayor
parte de nuestra gl'atitllll i la de todos aquellos que con esa cantidad han sido ¡)u~-¡liado , ya por razon de sus enfermedades, ya
por la oCllpacinn que han recibido los obreros empleados en la
con tl'llccion tlel edificio, ya por el nlor de los materiales inVC.l·tillos en él, ya por otros moth-os que seria prolijo enumerar.
A ella nucstrus homenajes, porque ha tenido mas consideraciones i ha usarlo de Jl1!l.yor prudencia con los encal'gados de la
admini,tracioll tle los fundos de que me ocupo, que muchas personas 'pIe, sin detenerse 11 examinar las cuentas respectivas, han
lanzatlo conceptos agresiyos e injuriosos contra el Consejo Di·
recti\'U de la Confereneiu, i con su yocinglería han hecho estampar
en un ducumento público, suscrito por un alto funcionario, las
siguienteR palabras:
"Do~ establecimientos de hospitalidad e~"'i. ten en los distritos
de Sogamoso i Paipa, pero entiendo que ninguna clase de servicio
le prestan a la sociedad desvalida, segun el número de mendigos
i enfermos que cruzan diariamente las mismas poblaciones.
" Soi de opinion que el Gobierno dicte providencias eficaces
para qne estos establecÍlnientos presten los servicios que quisieron
8US fundadores, pues por hoi solo se dice que los capitales clonados
8010 sirven para empresas eSIJeculativas, ganando un interes
exiguo."
Estas palabras fueron acojiclas por el Secretario jeneral i
eonsigoadf!S en su "Informe al Presidente del Estado." Si hago
tune~e.
-26-
meucion de ellas no me propongo ahora reflltal'la~, sino hacer
patente la muestra de cordUJ'a que manifestó la 1'p¡ica persona
que tenia derecho a examinar si habia o no razon para decirlas.
La. señora Lasprilla tuvo la fina atencion de dirijir a la Sociedad
administradora una nota en que espl'esaba el deseo de saber cómo
se habían manejado los londos que ella le habia confiado: asa·
tisfacer ese deseo se habia anticipado ya el Consejo Directivo
desde que llegó a su conocimiento aqueDo que por lo bajo se pro·
palaba, nombrando una comision que le presenta e las cuentas i le
diera cuántos informes solicitase. Deseml)eñac1o el encargo por la
comision, la 'señora Lasprilla quedó satisIecha, como hubiera que·
dado cualquiera persona que con ánimo despreocupado solicitara
los informes del caso, o se fijara en los que cada año se han dado
públicamente.
Si me he detenido en estu mas ele lo que hubiera querido, es
porque importa desvanecer la calumnia ante la sociedall, que
puede retraerse ele dar proteccion al Hospital; pues por lo
demas, la conciencia de ' sus administradores ha permanecido tralJ'
quila, como la de quien sabe cumplir leahnente con su deber.
A la señora Rafaela Lasprilla hemos debido dar un pequeño
testimonio de nuestra gratitud, adornando con su retrato el recinto
en donde nos hallamos i dedicándole esta sesion, tanto 1)01' las
razones dichas, como porque a ella se deberá en gran parte la
venida ele las Hermanas ele la Caridad a clirijil' el Hospital i a en·
señar a las niñas pobres, i aun a las que no lo sean, si sus pam'es
lo quisieren; i porque una vez que ella ha consentido en que
se invierta, si es necesario, todo el capital cedido a la Conferencia
en la terminaciou de e te edificio, no hui duda que continuará
favoreciendo con su proteccion el Hospital cuantlo carezca de
recursos. La lójica de los hechos me obliga a SaClll" esta consecuen·
cia, i creo que no me equi\'ocaré en mi raciocinio.
Al señor eloctor Rueda i a sus honorables compañeros que
con su presencia nos han honrado, i nos han auxiliado con la eficacia de su elocuente voz, elebemoR nuestro tributo de adrniracion
i ele gratitud. El primero, cuando Iué pastor de esta grei, em'
prendió la construccion del edificio con la actividad que lo carac·
teriza, i no ,-aeilo en creer que la mayor pena que sufrió con BU
separacion de este lugar, filé la de dejar Ilpénas empezada estilo
-27-
ob1'll. Acurdándose de ella i deseando su conelu ion i el compl~
mento que nece"ita, ha 8acrificado ahora u tiempo i su reposo
para venir a tInde impulso i pl'oteccion, ya por si mismo, ya por
medio de su~ dignos cumpañeros, ya solicitando el apoyo del
Ilustrísimo cenor .Arzobigpo, quien en el afio pasado vi itó el
lIo~pitul, i con la elocuencia de su palabra se empeñó en persuadir
a lus vecinO!; de i:'\ogamo o para que au;\,'Üiaran el establecimiento.
El señol' ([oetur Aujel, actual Cura ele Sogamoso, es tambien
aCl'eetlor a nuetm grutitutl por sus continuas recomendaciones,
su simpatía e illtl'l'eS por e~ta obra, en curo fa,' or inició una
suscriciou i ba hecho cuanto ba estado a su alcance.
El eñor Manuel J. Archila, a "irtud de un voto hecho en
circunstancias aflictiva., determinó levantara su costa la capilla
del Hospital, uedicada a Nue~tra Señora, en su adyocacion de los
Dolóres: esta accion merece igualmente nuestra eterna gratitud,
porque él pudo mui bien cumplir el voto haciendo edificar en
utra pa¡te la cnpilla, i e8te es uu auxilio de bastante significacion.
El efior 13eruan]inu Gneyara hizo un legado allIo~pital; i
si aun no ~e ha recibj¡lo la cantidad que legó, ha depenuido de
los lllucbuR ol,stáculuR que se presentan para terminar los jnicios
tlp sucesiou. A propósito de esta uemora recordaré ahora lo que
dije eu otra uca~ioll, PO este mislllo local:
"El (IlIt! e~peJ'Ua la hom de la muerte para disponer que
ot1'OS en bU nomhre den limosua, manifiesta poca fuerza de voluntad pura durla, o que desconfía de la Prondencia: el m6rito
ctú en el Hac1'ifieio, i In satisfacciou ele hacer el bien es mas completa cuand" Re presencia elresnltat1o."
No por eHto reprUf~ho la conducta del señor Guevara, ni la
de aquellus fllle bigan 811 ejemplo: tenc1l'áll sus motivos para proceder así; pero no por esto deja de ser verdadera mi asercioll.
j Cuántos tienen, tal YCZ, huenas intenciones Ud disponer que se
hagnn obl'3s de eari(lad COI1 toclos o algunos de AUS bienes, i sin
embargo la muerte IOi! f\ol'l'rellll , 'lncllnlHlo ¡.¡in efecto esas bnenas
intenciones; i en lugar de lll\ber atesol'!ulo con tiempo sus rifluezn.q en el ci(·lo, laR dejnu ell la ticrm porque su curnzon estaba
ap"gado a ellas I Penlouac1, ~e¡¡01'e8, eRta tI igresiun.
}] ~pñor FllljeIlci" Archiln, cIIenrgauo actualmente, ~in remuneracion algllntl, de la rlir<,<'('ioll de 10F! trahajoR para continuar el
-18edificio, bien merece que le agradezcamos cordialmente.eJ Ilacri·
flcio que esta labor le impone.
En jeneral todos aquellos que con sus limosnas han auxiliado
el Hospital, i cuyos nombres seria largo enumerar, son dignos de
nuestro reconocimiento, i pedimos para ellos las endiciones del
cielo; pero aun me falta hacer mencion i encomiar los sacrificios
de algunas personas que han servido al Hospital en su parte
formal
La señorita Paula Olarte, encargada de su direccion desde el
año de 1875, se ha dedicado enteramente al cuidado de los en·
fermos con ejemplar abnegacion: seria poco cuanto pudiera yo
decir para- elojiar su conducta; pero que presencie cualquiera
persona, por un dia no mas, sus ocupaciones, cuando tiene que
asistir enfermos de gravedad, i contemple el mérito de su Boori·
flcio en años enteros, para que decida si haria lo mismo que ella.
Por atender al restablecimiento de su salud quebrantada, i por
sustraerse a las amarguras que la maledicencia le ha ocasionado
no pocas veces, ha renunciado el puesto que ocupa; pero no habiendo encontrado quien la reemplace, no se ha separado por
temor de que se cierre el Hospital i deje de prestar el auxilio que
en 'él encuentran los necesitados. 1 e to lo ha hecho a pesar de la
ingratitud de muchus de aquellos a quienes prodiga sus cuidados,
i a pesar de que ella ha consumido una parte de la pequeña suma
que recibe en remuneracion de BU trabajo, para algunos gastos
urjentes, segun la cuenta que ha pasado. Que se fije cualliuiera.
en las obligaciones que ella desempeña i piense si lo ejecutarla
por la suma de sesenta i cuatro pesos &nuMes. Las compasivlS
Hermanas del Sagrado COJ'8ZOn de Jeáus le tienen asignado, en
considei'lLCion a BU servicio, un muilio tIe dos pesos cuarenta
centaYOB PO» mes, que Dios les pagam taq¡bien, i que n~
agradecemos.
Elsellor doctor Cristóbal Oamargo, m4flieo del ~
I!8JIVÍdo el destino gratuitamente, i si en los 1iltia01l' . . . :ira
dejado de prestar sus importantes senicloa, ha dépIil
•
o'batáeu,los insuperables JIlIIS DQ..e su
....
Ramon R6jas tambien ha pNlllidlhll . <\DOlllj~aen-4l4t ,II.~.
.......
COJIIQ
Diádico i oirujaae
_ ~_.,_~
__. _ ' ". .
-29-
En el temor de cansar demasiado la atencion de mis oyentes,
no me estiendo mas en elojiaJ: hasta donde es ju to las acciones
de calla cual. POI' naturaleza me repugna dirijir e pl'e iones laudatorias por las acciones comunes; pero en esta \'ez, que son
obra de misericonlia, lre faltan las palabras que nece ito para
en~alzarlas i aplaudirlas ilignamente. Adema , perderian pru-te de
su mérito, i yo quiero que tollos recibau la recompeusa de Aquel
que dijo:
"Bienn:,enturados los misericordiosos porque ellos alcanzarán
misericordia. "
Sogruuoso, 17 de agosto ele 1879.
DISCURSO
DEL
SEÑOR
CRISTOBAL
CAMAROO.
Señores :
No Yengo a hablar en nombre de la Conferencia ele San Vicente de Paúl: los iliscul'sOS reglamentarios para llenar el grandioso o1,jeto de la presente sesion, han sido pronunciados por
miemTJros mui distillguillos i justrunente autorizaclos de la Corporn.cion. Caballeros cristiano~, in~piraclos en las sublimes l'ejiones
de la literatura; obreros de la caritlad, enardecidos en los arcanos
del amor di \' ino; oradores enseñados a conmover a su auditorio
con el fuego de su injelJio, han llenado su deber: yo bien sé que
despues de ellos no puedo ser sino un hablador estéril; 'Pero,
lJara hOlll'a mia, miembro ue la misma Conferencia e interesado
en el bien de los pobres, me atrevo a dirijiI'oM la palabra en cumplimiento de un deseo de mi alma, i para coadyuvar el aliento
sagrado de los que me han precedido. Luciré corno el carbon al
lado del diamante, pero habré depositado algo tambien en este
concurso de la caridad.
La sociedad humaun está dividida en clases de diferentes
coniliciones: los acaudalauoB anastran una cadena de rosas que
perfuma sus uÍaS; viven debajo de techos que remedan el fondo
de los cielos; respiran las emanaciones del bálsamo i las esencias
-.-
de las mas aromosas 1l0res; visten trajes deslnmbrantea; cuyos
colores eBceden a los mas vivoé de la naturaleza; pisan pavimentos alfombrados de seda; i, en una palabra, disfrutan de los
cortejos del mas refinado sibaritismo: los de la clase média
gozan, aunque en menor escala, de las sensualidach!s del rico holgazan, sin probar nunca el vaso amargo que apura la muchedumbre desamparada; i ésta, señores, que se compone de un
número incontable de séres, es la que merece vuestra atencion.
Parece fácil describirla, porque careciendo de todo lo qa~ da vida,
no debiera tener mas existencia que la de una absoluta negacioD,
i no es así: ella vive largos dias en un continuo i angustioso tormento, aun cuando los elementos de la muerte se hacinan en su
propio coI'azon, el cual agoniza siempre i parece que no muere
jamas.
.Pensad en la mañana del que despierta sin pan i sin abrigo:
ved cómo clava sus ojos en la tierra, que hnmedece con escasas
lágrimas; i sin que ésta haya absorbido ese rocío de su corazon,
los levanta al cielo par~ hallarlo inalterable ante su hambre i
desnudez. Empieza a caminar, i OQmo la habitacion del rico e
encuentra a tanta distancia de la caOZll. del pobre, se desalienta
pero llega al fin: golpea paso, se llena de mcertidlUn
:de
miedo, dobla sus rodillas descarnadas sobre una baldosa, descubre
su cabeza coronada con las espinas de los mas punzantes dolores;
con sus labios resecos, escamosos i lívidos, reza la oracion del
ánjel de la humildad, hace una súplica i recibe un peduo de pan :
otras veces lo despide, menesteroso como lleg6, una voz que la
cólera i la codicia hermanadas tienen siempre en la boca del que
se eNe mui grande, porque mira a sus flan*as a un hambriento
que le pide que comer.
Pobres W la tierra' vagad pot 4as anchuras del JtilUld(;
pidiendo en el oombre Dios con qué..fItalitener vu,,*- ui. . . .a,
apesal'&da por todas las am~ _ la viii,,! 1 .. tosJ~MlIW
08 oprimen con su deadeb, acordaos e qll$ elI. el ...,
medida para el baldon o la misericordia I
Si el sol calienta i .brua, el
(¡(e¡r.tJlt 'b l. . . . .
mada . 18 sombl!e. deinlll~t.Sl1__
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aqueDÁ iDeoinodiclad.,
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..tre del di&, 110 haBa _lq~"~.
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como lo~ arenale~ del desierto. Si el temporal es frio, el deo tiene
la e~tufa i el 'YE'stido que le abriga, i a.í no siente atel~miento en
su cuerpo; ]1<'\,o el pohre no tiene siquiera, como el ave nocturna
o como la bestia del bosque, plumon o piel vellosa que le procuren calu\'; i ell\-itlia elltónces, como el ayaro la riqueza ajena, las
basllra~ (letiechas de un mula<1ar. Si el dja acaba i se esconde la
luz del cielo, el rico tiene antorcha i hace brotar torrentes de luz
artificial para \-ers~ iluminado i contem pIar sus tesoros, único elemento de tan corta dicha; i el pobre, fatigado por la tarea ele las
humillacione., no duerme sino agoniza entre los senos de una
noche tenebrosa, para ver que un nue"o dia amanece i en él ha
de ~oportar los mismos quebrantos del anterior. Pero si la muerte,
ese ajente aterrador ele la justicia dh-ina, a~alta al rico i penetra
nena ,le miedo en sus palacios, i se fatiga para despojarlo de
tantas grandezas i empujarlo hácia un destino incierto, no deja
de 'omeir a la cabecera del pobre resignado, mostrándole el cielo
como el único galanlon de su martirio.
Señoras: e:;tas dos existencias parecen una desarmonía en la
creacion, i no es aRí. GPara qué habl~a pue to Dios tanta dulzura en vnestros labios, tan graude amor en vuestros corazones, si
no fuera porque hai séres que solos no escanciarian jamas las heces
del amargo cáliz (¡ue apuran? ¿ Por qué sois jenerosas i nobles,
sino pur'lue llaÍ lIluchos semejantes nlestros que perecen de hambre, confl1J1(lül().~ en b clase de las bestias? ¿ 1 por qué, despues
¡le alllar con (h>lirio a lus yuestros, ~entiH reho~ar yuestras almas
en teWl1ras indefinidas, sino porque hai I1luchoti hombres que no
han Renti<lu la sombra ni el perfume de esa planta que engalana
108 jardines del cielo, i (lue llamamos amor! Pue~ hien, señOl'as, a.
cumplir nlestra bl'ilhmte misiun, no apjaudo tregua en las labores
de vuestra caridad!
i Qué hagais de la vida <lel pobre siu hogar, sin pan i sin
a1)J'ign, 1111a "i<la de alivio i de consuelos!
i Que para cada llaga tengais una DlI:·<licinn, para cada hué1'
fano un pe('ho <le madres i para caUll tles(licha una felicidad!
i Tenetl presente (lue el alaridu del <lne llora, acompañado de
la "oz del <l'lC cunsuela, es el cOJ1(:iertu ,le> los eielos !
i Id, señoras, al Íomlu de lus miserias humanas !L convertir el
infiel'lll> dt' la de~olaciun i de la ignorancia en ('1 templo de la
eS]lrl'llnzu i de la luz!
-19i La dulZtll'a de vuestras miradas,
acentos i la efusion consoladora de vuestras áImaa, ap8gar4n el
fuego que devora al miserable i hareis de BU alma ~ fatigo un
soplo de Dios!
¡ El éter purísimo de los cielos se empafia· si vuestros eorazones no palpitaran condolidos a la voz del h1lérfano que os
pide pan!
i Amad a estos a quienes Dios ama tanto 1
:me A
Si fuera justo repeler al desgraciado, la union . .
su compañera la mujer daría motivo para blasfemar e la Diviaidad.
creadora, que haciéndonos nacer a todos de un alijen comun, n08
obligó por este medio .. que hiciésemos comunes nuestros placeres
i nuestros dolores.
1 si prestamos atenoion a las impresiones de nlléstra ~
comprenderemos que ella no goza de véras sino en las Qhras de 1&
compasion i de la caridad.
i No. desmayeis, señorallj porque -rnestroEl trajes hay!m dé
rozarse con los harapos '; o porque 6*08 oidos, aoostum'braruJa
a la navidad de la vida exe,. de pesar, hayan de ~
sollozos i jemidos; o porque vuestras manos de rosa ~ chI
apoyarse en una frente quemada por la flebte de la ~ ~
empapada: con los sudores de la. agonia 1 ¡ No désmayeis, digo;
este sacrificio que hace la parte mortal de v-ue8liro . , es ti
triunfo obtenido por la sublimidad del espfritu cristiano, que luí
que el Dios de las altur,.a abra con BU diestra sobe1'all& los ta~
náculos de su misericordia para p1"6Illial'lOB aquí DlÍSJI10 i behdiga
ademas en provecho vuestro las ldgrimas de gratitud vertida&¡ par
aquellos a quienes haceis bien 1
Para terminar, os invito a que ele'Clíws un himno'de
ciones, de 1I8COn0cimieJlto i de veneracion a los ~ a .1'Il
Burera, Archila, Guevara. i demas _LefIIlCtoPó·' d9'W ..que ad~ por esto 8ualttllmbl18
inmortales.
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