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SITUACIÓN DE LA NIÑEZ EN PANAMÁ
Miguel Cuéllar
Avances y Desafíos
Panamá es un país que ha hecho grandes avances en la primera década de
este nuevo siglo. Así por ejemplo su Índice de Desarrollo Humano es
considerado entre los más altos de América Latina. En educación ha logrado la
meta de universalizar la educación primaria no obstante, la inclusión y calidad
continúan siendo una materia pendiente. El acceso de su población a los
servicios de salud, agua potable y saneamiento como promedio nacional es
elevada, particularmente en las zonas urbanas.
Existe, sin embargo, un déficit significativo en la provisión de los servicios
mencionados en las áreas rurales y particularmente en las zonas indígenas, en
cuanto a la población por grupo de edades los niños y niñas menores de cinco
años son los menos favorecidos toda vez que 1 de cada dos es pobre.
Economía y Desigualdades
El Producto Interno Bruto (PBI), desde el año 2003, ha crecido sostenidamente
hasta alcanzar su nivel mas alto en el 2007, cuando registro una tasa de 11.5 %
la mas alta de la región de América Latina. En el 2008 como resultado del
aumento de los precios del petróleo y de la crisis financiera el PIB cayó a 9.2%.
El empleo, durante el mismo período, ha registrado un aumento promedio anual
en la población ocupada de 45,000 personas, diminuyendo la tasa de desempleo
a 5.8% en el año 2008, la cifra más baja en los últimos 30 años. Según la última
Encuesta de Niveles de Vida, la pobreza disminuyó, entre los años 2003 y 2008,
de un 36.8% de la población a un 32.4%; en tanto que la pobreza extrema se
redujo de 16.6% a 14.2%.
El crecimiento económico ha permitido al gobierno de disponer de mayores
ingresos y así vemos que el presupuesto se incrementó desde 5,600 millones de
Balboas en el año 2003 hasta 9,763 millones en el año 2009.
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Es importante destacar que la economía esta altamente concentrada en el
sector servicios (76% del PIB), vinculados y concentrados en su gran mayoría al
área metropolitana, del mismo modo la centralización de las instituciones del
gobierno en el nivel nacional, no promueven una mejor distribución del ingreso
nacional resultando un modelo exitoso en lo económico pero generador de
grandes disparidades y exclusiones en lo regional y social.
De acuerdo a los datos de la Encuesta de Niveles de Vida del 2008, se estima
que la pobreza disminuyó entre 2003 y 2008, de 36.8% a 32.4%; en tanto que la
pobreza extrema se redujo de 16.6% a 14.2%.
Si miramos mas en detalle estas cifras encontramos que la población mas
desfavorecida es la rural e indígena, esta última, con niveles de pobreza del 96%
y pobreza extrema de 84% al año 2008. Otro sector excluido es la niñez toda
vez que 1 de cada 2 niños y niñas menores de cinco años vive en situación de
pobreza.
La falta de oportunidades en las áreas rurales e indígenas es la causa de un
fuerte proceso migratorio interno del campo hacia las ciudades y así vemos que
el 64% del total de la población vive en áreas urbanas mientras que el 30% vive
en áreas rurales y el 6% en áreas indígenas. Aunque la población indígena
representa el 10% del total de la población casi un 4% de la misma ha migrado
hacia áreas rurales o urbanas en busca de mejores oportunidades de vida.
Población y bono demográfico
Para el año 2009 el total de la población panameña se estimó en 3, 450,349
personas, 49.6% mujeres y 50.3% hombres. Las tasas de fecundidad,
natalidad y mortalidad, han disminuido en los últimos años y de mantenerse esta
tendencia en los próximos cincuenta años, la población se concentrará en los
grupos de la población, conocidos como económicamente activa (15-64 años).
Esta transición de la concentración de la población de grupos de edades
menores hacia edades del grupo de población económicamente activa, se
conoce como el bono demográfico. Este fenómeno impone un doble reto en la
política pública, del lado de la política social es imperativo invertir en la
formación del capital humano, o sea, invertir mas en las políticas de salud,
educación y protección, especialmente de la niñez y la adolescencia para que
luego en su edad productiva puedan acceder a empleos productivos. Y por el
lado de la política económica significa que se deben generar las fuentes de
empleo.
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La Situación de la Niñez
En términos generales la situación de la niñez y la adolescencia se caracterizan
por un alto nivel de disparidad entre las poblaciones urbanas y las rurales e
indígenas. En el 2008 la desnutrición crónica en niños menores de 5 años en el
área urbana era de 10.5% y en la indígena de 62.0 %; la mortalidad infantil
(2007) a nivel nacional 14.7% en la Comarca Ngäbe Buglé 27.2 %, por citar
algunos ejemplos.
De acuerdo al Tercer Informe de Panamá de los Objetivos de Desarrollo del
Milenio, el país ha logrado alcanzar la universalización de la educación primaria,
no obstante mejorar su calidad continúa siendo un reto. El país ha registrado
avances en erradicar la pobreza y el hambre, disminuir la mortalidad infantil y
materna, en el combate al VIH SIDA, malaria y otras enfermedades, en
promover la igualdad de género y en fomentar una asociación mundial para el
desarrollo, pero aún requiere realizar importantes esfuerzos para alcanzar las
metas de estos objetivos.
Los desafíos que enfrenta el país hacia el futuro se refieren fundamentalmente al
tema de la equidad de su población en el acceso a la riqueza nacional y a la
igualdad de oportunidades para todos, independientemente de su etnia, sexo,
edad y condición socio-económica. Es evidente que la población indígena acusa
mayor vulnerabilidad en todos los indicadores sociales, económicos y de
derechos humanos.
La modernización del Estado reviste la mayor relevancia. Dos son las
estrategias principales a trabajar, por una parte la lucha contra la corrupción a
todos los niveles y no solamente en el sector público sino también en el sector
privado y en la vida diaria de los ciudadanos. Por otro lado el tema de la
descentralización administrativa, política y económica del Estado, que permita
una redistribución del poder y de los recursos entre toda la población del
territorio nacional. La expedición reciente de la Ley de Descentralización camina
en esa dirección, pero implementarla requerirá un esfuerzo coordinado del poder
central y de las provincias y los gobiernos locales, incluyendo a las poblaciones
indígenas, las mujeres y los niños y adolescentes.
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