INFORME ACERCA DEL GRUPO DE TRABAJO SOBRE

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INTERNO (Sólo para miembros de AI)Indice AI: IOR 41/45/93
Distr: SC/CC/PG/CO
-------------------------Amnistía Internacional
Secretariado Internacional
1 Easton Street
Londres WC1X 8DJ
Reino Unido
A:Todas las Secciones
Coordinadores de Campañas
Coordinadores OIG
Grupos de abogados
De:Oficina Jurídica y de Relaciones con Organizaciones
Intergubernamentales
Departamento de Investigación de América
Fecha:Diciembre de 1993
INFORME ACERCA DEL GRUPO DE TRABAJO SOBRE
POBLACIONES INDÍGENAS, DE LAS NACIONES
UNIDAS,
SESIÓN 11ª
(Ginebra, 19-30 de julio de 1993)
Resumen
Adjunto se encuentra un documento EXTERNO sobre la undécima
sesión del Grupo de Trabajo sobre Poblaciones Indígenas, de las
Naciones Unidas. Este Grupo de Trabajo es uno de los organismos
auxiliares establecidos por la Subcomisión de Prevención de
Discriminaciones y Protección a las Minorías, de las Naciones
Unidas. Se reune anualmente durante dos semanas, antes de la
sesión plenaria de la Subcomisión, a la que informa de sus
conclusiones. El Grupo de Trabajo tiene la misión de revisar y
analizar los progresos realizados en la promoción y protección de
los
derechos
humanos
y
libertades
fundamentales
de
las
poblaciones indígenas.
Amnistía Internacional tiene condición de entidad consultiva del
Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas y asiste con
regularidad a las sesiones de la Subcomisión. Sin embargo, el
Grupo de Trabajo sobre las Poblaciones Indígenas es una excepción
dentro del sistema de las Naciones Unidas, ya que permite que las
organizaciones no gubernamentales que tienen condición de entidad
consultiva con el Consejo Económico y Social asistan a sus
sesiones e informen al Grupo; también permite la asistencia y
participación de otras organizaciones no gubernamentales, de
representantes de poblaciones indígenas, incluidas las que
pudieran haber sido objeto de violaciones de derechos humanos, y
de especialistas independientes.
Palabras clave
COMUNIDADES INDIGENAS1 / ONU / REUNIONES INTERNACIONALES / INSTRUMENTOS DE DERECHOS
HUMANOS /
EXTERNO (para distribución general)
INFORME DEL GRUPO DE TRABAJO SOBRE
POBLACIONES INDÍGENAS, DE LAS NACIONES
UNIDAS,
SESIÓN 11ª
(Ginebra, 19-30 de julio de 1993)
Índice
I.CONSTITUCIÓN, MANDATO, METODOS DE TRABAJO Y REQUISITOS PARA LA
ASISTENCIA AL GRUPO DE TRABAJO 1
II.ASISTENCIA A LA 11ª SESION DE 1993 DEL GRUPO DE TRABAJO
1
III.ASISTENCIA DE AMNISTIA INTERNACIONAL AL GRUPO DE TRABAJO
2
IV.PROGRAMA DE LA 11ª SESION DEL GRUPO DE TRABAJO3
1. Actividades de tipo normativo: Debate sobre el proyecto de
Declaración de los Derechos de las Poblaciones Indígenas
2. Análisis de las novedades7
3. Estudio de Tratados, Convenios y otros Acuerdos Constructivos
entre Gobiernos y Poblaciones Indígenas
4. Estudio sobre la
Poblaciones Indígenas
Propiedad
Cultural
e
Intelectual
de
5. Año Internacional de las Poblaciones Indígenas del Mundo
6. La Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos
7. Papel del Grupo de Trabajo en el futuro
8. Otras reuniones
9. Conclusiones y recomendaciones
V.APÉNDICES
las
A. Proyecto de Declaración del Grupo de Trabajo de las Naciones
Unidas sobre Poblaciones Indígenas. Enmiendas
B. Programa de Acción del Documento Final de la Conferencia
Mundial sobre Derechos Humanos (Viena, junio de 1993)
EXTERNO (para distribución general)
INFORME DEL GRUPO DE TRABAJO SOBRE
POBLACIONES INDÍGENAS, DE LAS NACIONES
UNIDAS, SESIÓN 11ª
(Ginebra, 19-30 de julio de 1993)
I. CONSTITUCIÓN, MANDATO, MÉTODOS DE TRABAJO Y REQUISITOS PARA LA
ASISTENCIA AL GRUPO DE TRABAJO
La constitución, mandato, métodos de trabajo y requisitos para la
asistencia al Grupo de Trabajo se ha explicado detalladamente en
informes anteriores, por ejemplo en los de las sesiones del Grupo
en 1991 y 1992, a las que remitimos a los lectores (Véase IOR
41/12/91 y IOR 41/03/93/s)
II. ASISTENCIA A LA 11ª SESIÓN DE 1993 DEL GRUPO DE TRABAJO
Una vez más se reunieron en la sesión del Grupo más de 600
personas
que
representaban
organizaciones
indígenas,
organizaciones no gubernamentales con condición de entidad
consultiva de las Naciones Unidas, otros grupos y organizaciones,
así como investigadores independientes, expertos en derechos
humanos y activistas de derechos humanos. Una novedad interesante
este año ha sido la asistencia de representantes de las
poblaciones de lo que fueron las regiones árticas soviéticas.
El número de observadores que representaban a Estados miembros de
la Naciones Unidas descendió ligeramente este año frente al
anterior (de 42 a 35). Estuvieron representados Argentina,
Australia, Bangladesh, Bhután, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile,
Colombia, Costa Rica, Chipre, Dinamarca, Ecuador, El Salvador,
Finlandia,
Alemania,
Grecia,
Guatemala,
Honduras,
India,
Indonesia, Japón1, México, Myanmar, Nueva Zelanda, Nicaragua,
Noruega, Panamá, Perú, Filipinas, Federación Rusa, Suecia, Reino
Unido e Irlanda del Norte y los Estados Unidos de América.
1La postura de Japón con respecto a las poblaciones indígenas ha experimentado cambios
interesantes en los últimos años. Anteriormente, la política oficial había sido
mantener que Japón era una sociedad "armoniosa racialmente", pero en 1991, Japón
reconoció que los ainu conservaban su propia lengua y cultura, al mismo tiempo que los
libros de texto japoneses ya no sostenían la inexistencia de minorías en el país.
Aunque Japón fue uno de los países que hicieron intervenciones orales en las ceremonias
de apertura del Año de las Poblaciones Indígenas, en cuyo momento reconoció que las
actividades de las Naciones Unidas también concernían a los ainu, hasta este momento
había rehusado considerar a los ainu como población indígena. Las intervenciones de los
representantes de los Ainu durante las deliberaciones del Grupo de Trabajo también
fueron interesantes. Llamaron la atención del Grupo sobre lo que describieron como las
"encrucijadas" a las que había llegado Japón por posibles controles del gobierno sobre
compañías privadas cuya política pudiera repercutir sobre las poblaciones indígenas,
así como por políticas relacionadas con los efectos de su ayuda para el desarrollo
-tanto bilateral como a través del Banco del Desarrollo Asiático- sobre las poblaciones
indígenas y otras, tanto en Japón como fuera de ese país.
También asistieron observadores en nombre de Suiza y la Santa
Sede, que no son Estados miembros, y en representación de los
departamentos
de
las
Naciones
Unidas
e
instituciones
especializadas que indicamos a continuación: Departamento de
Información Pública, Organización Internacional del Trabajo (OIT)
y Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura (UNESCO). El Consejo Nórdico de Ministros y
la Comisión de Población Aborigen y de las islas del Estrecho de
Torres, de Australia, también enviaron observadores.
III. ASISTENCIA DE AMNISTÍA INTERNACIONAL AL GRUPO DE TRABAJO
La delegación de AI en el Grupo de Trabajo estaba formada por un
miembro del Departamento de Investigación de América, responsable
de la preparación y coordinación del programa especial de AI de
1992 sobre violaciones de derechos humanos contra la población
indígena de América, y un miembro del Grupo de Coordinación
constituido por AI del Canadá (Sección anglófona) para llevar a
cabo este trabajo de la Sección sobre las poblaciones indígenas.
Como en años anteriores, la delegación debía garantizar la
amplitud de las deliberaciones del Grupo y la presentación al
mismo de la intervención de AI2. La intervención de AI y su
presencia en la sesión del Grupo de Trabajo tenía la intención de
subrayar, en el contexto de 1993, Año Internacional de las
Poblaciones Indígenas del Mundo, el compromiso permanente de AI
con la protección de aquellos derechos de las poblaciones
indígenas relacionados con la organización. También como en años
anteriores, la intervención de AI fue muy apreciada por los
asistentes a la sesión, así como su trabajo relacionado con las
poblaciones indígenas. La demanda de la versión impresa de la
intervención de AI fue impresionante, y varias delegaciones
pidieron ser fotografiadas recibiendo la copia a manos de la
delegación después de que se publicara. Al igual que otras veces,
varias delegaciones mencionaron el material reciente de AI en su
propia presentación. Este año, tras la publicación en el mes de
febrero del documento de AI sobre cuestiones de justicia aborigen
en Australia (Australia: El sistema judicial volcado contra los
aborígenes, ASA 12/01/93/s), la delegación destacó especialmente
que los delegados aborígenes australianos hicieron repetidas
referencias a los resultados del estudio de AI. También resultó
digno de mención el que, al parecer, por primera vez, el informe
del Grupo de Trabajo mencionara específicamente y resumiera la
intervención de AI: "El representante de Amnistía Internacional
hizo referencia a su informe de 1992, la primera publicación
centrada únicamente en las poblaciones indígenas. Se llamó la
atención sobre las violaciones de derechos humanos, que
comprendían el uso discriminatorio de la pena de muerte contra
2Esta declaración de AI aparece, junto con las declaraciones de AI a la Subcomisión de
1993, en IOR 41\33\93.
los indígenas y la discriminación en el sistema de justicia penal
de
muchos
países,
muertes
bajo
custodia
y
ejecuciones
extrajudiciales en los conflictos por la tierra o los recursos.
Las poblaciones indígenas se encontraban a menudo entre la espada
y la pared cuando había conflictos internos"3 [Párrafo 95, pág 24
E/CN.4/Sub.2/1993/29).
Al igual que otras veces, la delegación de AI también trató de
establecer el mayor número de contactos posible con la extensa
representación
de
organizaciones
no
gubernamentales
e
intergubernamentales, con objeto de ayudar al Secretariado a
determinar cuál podría ser la contribución de AI.
3Este párrafo ha sido traducido por EDAI por no disponer de la tradución oficial.
IV. PROGRAMA DE LA 11ª SESION DEL GRUPO DE TRABAJO
El programa
puntos:
del
Grupo
de
Trabajo
comprendía
los
siguientes
- Debate general
- Evolución de las normas relativas a los derechos de las
poblaciones indígenas
- Revisión de los cambios relacionados con la promoción y
protección de los derechos humanos y libertades fundamentales de
las poblaciones indígenas
- Estudio de tratados, acuerdos y otros acuerdos constructivos
entre gobiernos y poblaciones indígenas
- Estudio de la propiedad cultural e intelectual de las
poblaciones indígenas
- Año Internacional de las Poblaciones Indígenas del Mundo
- Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos
- Papel del Grupo de Trabajo en el futuro
- Otros asuntos
- Conclusiones y recomendaciones
Sin embargo, es importante destacar que, desde el comienzo, la
mayor parte de las deliberaciones del Grupo de Trabajo en su 11ª
sesión fueron dedicadas a actividades de tipo normativo, es
decir, al estudio del proyecto de Declaración de los Derechos de
las Poblaciones Indígenas. En total, el Grupo celebró 16
reuniones públicas. Nueve de ellas estuvieron relacionadas con
actividades de tipo normativo; cinco con la revisión de los
progresos realizados4; sólo una con los continuos, complejos y
detallados estudios que el Relator Especial del Grupo ha estado
llevando
a
cabo
sobre
tratados,
convenios
y
acuerdos
constructivos y su Presidenta sobre la propiedad cultural e
intelectual de las poblaciones indígenas; y una para abarcar
todos los restantes puntos del programa relativos al Año
Internacional de las Poblaciones Indígenas del Mundo, de las
Naciones Unidas, la Conferencia Mundial de las Naciones Unidas
sobre Derechos Humanos, el todavía no resuelto papel del Grupo de
Trabajo y otros asuntos. (Además de la sesión pública, el Grupo
de Trabajo también celebró sesiones privadas para completar su
informe y adoptar las recomendaciones contenidas en él. Estas
sesiones privadas se celebraron durante el Grupo de Trabajo y
durante y después de la sesión de la Subcomisión de Prevención de
Discriminaciones y Protección a las Minorías que, como de
costumbre, tuvo lugar al finalizar el Grupo de Trabajo. Aunque la
celebración de estas reuniones es una práctica corriente, este
año las comunidades indígenas fueron especialmente críticas ante
4Es en este punto del orden del día, la revisión de los progresos realizados, en el que
los delegados exponen su preocupación por los derechos humanos, y en el que tiene lugar
la intervención de AI. También es en este punto en el que los gobiernos pueden rebatir
las acusaciones realizadas contra ellos, o presentar su propio punto de vista sobre las
iniciativas gubernamentales relativas a las poblaciones indígenas.
su exclusión de estas reuniones, por motivos que se explican más
adelante).
1. Actividades de tipo normativo: Debate sobre el Proyecto de
Declaración de los Derechos de las Poblaciones Indígenas
El Grupo de Trabajo, constituido en 1982, ha estado trabajando
desde 1985 en el borrador de una declaración sobre los derechos
de las poblaciones indígenas. Ha habido decepción en algunos
círculos al pensar que la OIT era capaz mientras tanto de
finalizar su propio Convenio 169 sobre los Derechos de las
Poblaciones Indígenas y Tribales (1989)5, y especialmente porque
el Grupo no había sido capaz de finalizar un proyecto a tiempo
para 1992, año en el que el 500 aniversario de la llegada de los
europeos a la región que hoy llamamos América había enfocado la
atención mundial en los problemas y asuntos de las poblaciones
indígenas. Otros representantes indígenas, sin embargo, se han
opuesto en los últimos años a que el Grupo de Trabajo finalice el
proyecto por diversas razones. Para que sea adoptado por las
Naciones Unidas como un instrumento de pleno derecho, el proyecto
de Declaración tendría que ser estudiado y aprobado por la
totalidad de la Subcomisión de Prevención de Discriminaciones y
Protección a las Minorías, la Comisión de Derechos Humanos, el
Consejo Económico y Social y la Asamblea General. Como, según los
acuerdos
actuales,
las
poblaciones
indígenas
no
estarían
representadas
en
ninguno
de
estos
organismos,
muchos
representantes indígenas temen que ninguna Declaración que emerja
al final de este proceso refleje sus puntos de vista y
preocupaciones. Piensan que todavía queda mucho trabajo por hacer
explicando
las
preocupaciones
indígenas
tanto
a
los
representantes gubernamentales como al público internacional, a
través del Grupo y por otros medios, antes de que pueda esperarse
una acogida favorable del proyecto de Declaración por parte de
dichos organismos. También se han mostrado firmes en que no se
debe considerar de ningún modo que cualquier proyecto de
Declaración que provenga del Grupo sin que haya sido examinado de
nuevo por sus comunidades -y especialmente por sus mayores- tiene
el respaldo de las poblaciones indígenas. Por último, muchos de
los que se oponen a que se finalice el proyecto de Declaración se
sienten preocupados porque si el Grupo de Trabajo lo lleva a
término, los gobiernos que no aprueban la existencia del Grupo
pueden valerse de ello para sostener que ya ha cumplido su
misión, y procurar terminar con él o incluso paralizar su
trabajo, que ya se ha visto seriamente comprometido por la
crónica escasez de fondos asignados a la operación. Dadas las
limitaciones que tienen, muchos grupos indígenas valoran el papel
que desempeña el Grupo de Trabajo como foro para la discusión de
asuntos indígenas, y no desean correr ningún riesgo de que pueda
finalizar su mandato.
5El Convenio de la OIT ha sido ratificado por Bolivia, Colombia, Costa Rica, Noruega y
México. Según el representante de la OIT en el Grupo de Trabajo, los gobiernos de
Argentina, Fiyi y Paraguay han indicado que también están estudiando su ratificación.
Muchos, pero no todos, de los que se oponen a la terminación del
proyecto de Declaración en la 11ª sesión del Grupo son del
"Norte", especialmente de Norteamérica, en tanto que muchos
grupos del Sur, especialmente de América Central y América del
Sur, consideran que incluso un proyecto imperfecto puede
desempeñar un papel en la protección de los derechos humanos de
los indígenas en dicha parte del mundo. La tensión entre las dos
diferentes perspectivas disminuyó en esta sesión del Grupo de
Trabajo, ya que la Comisión de Derechos Humanos, en su resolución
1993/31, y la Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre
Derechos Humanos, que tuvo lugar en Viena en el mes de junio,
solicitaron al Grupo de Trabajo que terminara su proyecto de
Declaración. Así, tanto algunos miembros del Grupo de Trabajo,
especialmente su presidenta, Erica-Irene Daes, de Grecia, como
varios gobiernos, se mostraron resueltos a asegurar que este año
el Grupo de Trabajo remitiría un texto final6. La cuestión fue
entonces
hasta
qué
punto
dicho
proyecto
reflejaría
las
perspectivas que las poblaciones indígenas han reintroducido
incansablemente en las versiones que el Grupo de Trabajo ha
propuesto
repetidamente
tras
las
sesiones
privadas
de
reelaboración, versiones que intentan reflejar en mayor grado las
perspectivas gubernamentales, y que por tanto los gobiernos deben
estar más dispuestos a aceptar.
Como en todas las deliberaciones que tuvieron lugar a lo largo de
los años, la sesión de 1993 del Grupo de Trabajo tuvo que
enfrentarse con diferencias de opinión en una serie de asuntos
importantes que giraban en torno a las siguientes cuestiones: si
la Declaración debe orientarse a exponer derechos en vez de metas
y objetivos o "aspiraciones"; si los derechos de los indígenas
son inherentes, "concedidos" o reconocidos; si los derechos en
cuestión deben ser de aplicación universal o si deben definirse y
protegerse derechos específicos o prácticas y costumbres de
poblaciones indígenas, incluso cuando pueden entrar en conflicto
con los derechos de otros, incluidas personas de comunidades
indígenas, como mujeres y niños; con qué amplitud deben definirse
los derechos expuestos, y si deben abarcar derechos colectivos o
individuales; si deben exponerse los derechos y protecciones en
general o si se deben exponer uno por uno y detalladamente todos
los derechos que hay que proteger; si se deben reflejar los
diferentes contextos sociales e históricos de las diferentes
6De hecho, algunos representantes indígenas opinaron que la Declaración iba "sobre
ruedas", evocando algunos momentos amargos de las etapas finales del 169 Convenio de la
OIT, cuando muchos representantes indígenas dijeron que se les había excluido
prácticamente del proceso de redacción. El rencor que obviamente sentían muchos por el
procedimiento seguido por la OIT volvió a renacer con fuerza cuando pareció que el
Grupo de Trabajo iba a seguir con tácticas similares, y se manifestó en lo que parecían
ser movimientos concertados previamente por varios de los representantes indígenas para
bloquear cualquier esfuerzo de la OIT para introducir la mención a su propio Convenio o
a sus actividades en las deliberaciones del Grupo. Además, muchos representantes
indígenas dejaron claro que no se consideraban obligados por el Convenio de la OIT, ya
que se habían sentido excluidos de las etapas finales de la redacción del mismo, ni
tampoco por ningún proyecto presentado por el Grupo de Trabajo sin su aceptación.
poblaciones indígenas para que sus derechos sean protegidos en
consecuencia; si la Declaración debe incluir una definición de
las poblaciones indígenas; si puede y debe contener un mecanismo
de ejecución; si se deben incluir los derechos de los
trabajadores indígenas o de los indígenas presos; si y cómo deben
protegerse en la Declaración los derechos y reclamaciones sobre
tierras y los derechos y reclamaciones sobre otros recursos de
las poblaciones indígenas y cómo debe hacerse; con qué amplitud
deben protegerse los derechos de propiedad intelectual y
cultural; si la Declaración debe abarcar la protección contra
otros que no sean los agentes gubernamentales; hasta qué punto y
cómo se puede compensar o indemnizar a las poblaciones indígenas
por la pérdida de tierras y otros recursos, o por abusos contra
ellas; y si se pueden incluir, en vista de la oposición
gubernamental
general,
temas
como
genocidio,
etnocidio,
desarrollo, servicio militar obligatorio, conflicto armado,
adopción, crianza y atención de la salud.
Sin embargo, en 1993, al igual que anteriormente, los temas
"candentes" fueron los de autodeterminación, y si los derechos
protegidos pueden ser "universales" -como los sancionados por la
Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos, de las Naciones
Unidas, y de acuerdo con las normativas de los derechos humanos
reconocidas internacionalmente -o si en dicha formulación se
presentarían el derecho y los derechos reconocidos en la
Declaración,
sin
sentido
en
muchos
casos,
ya
que
el
reconocimiento de las estructuras institucionales y diferentes
costumbres jurídicas, tradiciones, procedimientos y prácticas de
las poblaciones indígenas sólo sería posible si estuvieran "de
acuerdo" con las normas no indígenas.
El debate sobre estos temas no fue nada fácil debido a la
manifiesta
diferencia
entre
los
objetivos
personales
y
profesionales de los diferentes miembros del Grupo de Trabajo. La
presión del tiempo también fue un problema, ya que el Grupo de
Trabajo luchó para poder llevar a cabo su sobrecargado programa
con unos recursos mínimos -totalmente insuficientes en algunos
casos como, por ejemplo, la falta de intérpretes y el no poder
disponer de documentos imprescindibles en las lenguas básicas de
las Naciones Unidas - e incluso con ninguno en absoluto.
Sin embargo, aunque se resalten las presiones y obstáculos
concretos que se oponen a la terminación del proyecto de
Declaración en el periodo de sesiones de 1993, es difícil
concebir una fórmula -tanto si está expresada en términos de
autodeterminación, como está definida actualmente por las leyes
internacionales, o en los de las alternativas a menudo sugeridas
de autogobierno o autonomía- que pueda ser aceptada por las
poblaciones indígenas que, en algunos casos, insisten en una
independencia completa, así como por los gobiernos interesados en
mantener la existencia del estado-nación. También resulta difícil
creer que un organismo de las Naciones Unidas pueda aprobar con
éxito el texto de un nuevo instrumento internacional en el que no
aparecen referencias a la compatibilidad con otras normas
aprobadas internacionalmente para la protección de los derechos
humanos, ni que las más de 600 personas de variada procedencia
presentes en el Grupo de Trabajo (algunas de ellas por primera
vez), aceptaran finalmente un proyecto de Declaración sancionado
por un organismo intergubernamental como las Naciones Unidas.
En la reunión, tras mucho redactar y volver a redactar, el Grupo
de Trabajo acabó con una total falta de claridad en cuanto al
punto en que se encontraba la Declaración, y sobre si pasaría a
la Subcomisión. Al final, tras las sesiones privadas que
mantuvieron los miembros del Grupo de Trabajo después de que la
11ª sesión hubiera finalizado oficialmente, pasó a la Subcomisión
un proyecto de Declaración que no gustó a nadie. Los
representantes
indígenas
pensaban
que
sus
auténticas
preocupaciones habían quedado suavizadas irremediablemente, y que
muchos "derechos" incluidos sencillamente eran los mismos que ya
estaban reconocidos o protegidos en otros sitios; mientras que
muchos
representantes
de
gobiernos
y
organizaciones
intergubernamentales pensaban que el proyecto, tal como aparece
ahora, tiene una redacción tan escueta y poco realista que la
apoyarían muy pocos gobiernos. La verdad es que ni siquiera el
Grupo de Trabajo se mantenía unido después del proyecto remitido
a la Subcomisión. Un apéndice de su informe incluye no sólo el
proyecto presentado sino las observaciones de un eminente miembro
del Grupo, en las que expresa su desacuerdo con elementos clave
del mismo (Véase Apéndice A).
Al final, el proyecto ni siquiera fue discutido por la
Subcomisión. La falta de fondos para contratar traductores para
las sesiones de la tarde, que hubieran sido necesarios para que
la Subcomisión completara su programa, fue una de las razones
aducidas para omitir la discusión de este asunto en la
Subcomisión de 1993, a pesar de ser el Año de las Poblaciones
Indígenas del Mundo. En la resolución, titulada "Proyecto de
Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las
Poblaciones Indígenas", la Subcomisión decidió posponer el
análisis del proyecto hasta la sesión de 1994 y transmitirla a
las
organizaciones
de
poblaciones
indígenas,
gobiernos
y
organizaciones no gubernamentales tan pronto como se terminara la
"revisión técnica" del proyecto7. La Subcomisión también decidió
someter el proyecto -si fuera posible- a la Comisión de Derechos
7En cierto modo esto puede considerarse como un aspecto positivo, ya que los
representantes indígenas en el Grupo de Trabajo querían consultar a sus comunidades
sobre el proyecto de Declaración. Sin embargo, dado que la resolución de la Subcomisión
también especifica que "no se aceptarán nuevas enmiendas al texto revisado técnicamente
durante los futuros procedimientos normativos del Grupo de Trabajo", resulta difícil
ver exactamente cómo se puede ahora someter el proyecto de Declaración a las
comunidades indígenas, a menos que se consiga alguna fórmula para permitir que las
poblaciones indígenas participen o estén representadas adecuadamente en el proyectado
estudio de la Subcomisión, en 1994, del proyecto de Declaración.
Humanos en su periodo de sesiones de 1995.
La adopción de esta resolución por la Subcomisión sólo fue
posible tras un largo debate, ya que se habían presentado dos
proyectos sobre el mismo asunto: uno por Miguel Alfonso Martínez,
Relator Especial de la Subcomisión -en el cual la Subcomisión
solicitaba que el Grupo de Trabajo aprobara formalmente el texto
en su próxima sesión de 1994 y lo presentara más tarde a la
Subcomisión para su estudio- y otro por
Erica-Irene A. Daes,
Relatora-Presidenta del Grupo de Trabajo, que deseaba que la
Subcomisión aprobara el proyecto de Declaración en su sesión de
1994. El antagonismo entre los planteamientos del Sr. Martínez y
la Sra. Daes sólo se pudo suavizar tras las consultas celebradas
a puerta cerrada en el último minuto.
El observador de Brasil tomó la palabra para expresar su
preocupación por las disposiciones del proyecto de Declaración
relativas al derecho de autodeterminación, por planteamiento
implícito en el proyecto de que las comunidades indígenas son
sujeto de las leyes internacionales, y por las definiciones de
los conceptos de tierra, territorios y recursos que aparecen en
el proyecto. Estas preocupaciones fueron compartidas por el
observador de Canadá, que esperaba una explicación más clara de
las relaciones entre autodeterminación, autogobierno y autonomía
y las situaciones ya existentes.
En su alocución a la Subcomisión, la Sra. Rigoberta Menchú,
Premio Nobel de la Paz, dijo que el proyecto de declaración
perdería
mucha
validez
si
no
incluía
los
conceptos
de
autodeterminación como una condición para la existencia física y
cultural de las poblaciones indígenas, y el derecho a sus tierras
ancestrales. También hizo énfasis en la importancia decisiva de
que los representantes de las poblaciones indígenas participaran
en las futuras discusiones del proyecto en la Comisión de
Derechos Humanos y la Asamblea General. Solicitó una década
internacional de las poblaciones indígenas, que podría ir a
continuación del Año Internacional.
2. Revisión de novedades
Como ya se ha explicado anteriormente, los representantes
indígenas exponen los asuntos específicos que interesan a sus
comunidades en este punto del programa. En muchos casos se trata
de violaciones de derechos humanos de interés para AI, como
ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas y torturas,
entre ellas la violación y el hostigamiento sexual de indígenas,
así como la discriminación en los sistemas judiciales que tiene
como resultado una alta proporción de indígenas entre la
población reclusa del país. AI y otras organizaciones no
gubernamentales también hacen sus intervenciones en este punto
del programa, y algunos gobiernos aprovechan la ocasión para
rebatir las acusaciones que se les hacen o para hacer públicos
los pasos que dicen haber dado para mejorar la situación de las
poblaciones indígenas que habitan dentro de sus fronteras desde
la última reunión del Grupo.
Canadá, por ejemplo, hizo referencia a dos decretos que se habían
aprobado relativos al territorio de Nunavut, que estipulan que
los residentes en la zona, indígenas (incluidos los inuit y los
pueblos indios) y no indígenas, tengan su propio gobierno
público, su consejo de ministros, su asamblea legislativa, su
administración pública y su audiencia territorial. Australia
llamó la atención sobre la decisión del Tribunal Supremo
australiano en el caso llamado Título Nativo (Native Title), por
la cual el Tribunal Supremo rechazaba de una vez por todas la
"ficción legal" de terra nullius, la idea de que Australia era
una tierra de nadie antes del asentamiento de los europeos.
Australia también informó que en respuesta al informe del último
año de la Comisión Real de Investigación sobre Muertes de
Aborígenes Bajo Custodia, el gobierno había asignado unos fondos
adicionales por un período de más de cinco años para estudiar las
causas que llevaban a la elevada proporción de aborígenes en
prisión e, implícitamente, de la elevada proporción de muertes
bajo custodia. (Sin embargo, en la intervención australiana no se
abordaron directamente problemas como el de la responsabilidad
oficial por las muertes en sí mismas)8.
En total, se dirigieron al grupo unos 126 oradores sobre este
punto en el periodo de sesiones de 1993. Los temas expuestos
reflejaban los abordados en el proyecto de Declaración y entraban
dentro de las categorías principales siguientes: derecho de
autodeterminación y participación política; derecho a la vida, a
vivir en paz y a la protección contra el genocidio; protección en
caso de conflicto armado; derecho a la práctica de tradiciones
culturales, religión y lengua; derecho a la educación y a
establecer sus propios medios de comunicación; derecho a mantener
sistemas políticos, económicos y sociales indígenas y a
desarrollar las propias estrategias para el desarrollo de las
poblaciones indígenas; derecho a tierras y territorios; a la
protección del medio ambiente; a la propiedad cultural e
intelectual; a los recursos naturales y al cumplimiento de
8Para aquellos que duden del valor del Grupo de Trabajo como foro para el intercambio
de puntos de vista entre representantes indígenas y gubernamentales sin un auténtico
poder de decisión, mediación, resolución de conflictos o poder de ejecución, puede
resultar instructivo observar el evidente azoramiento de los gobiernos (como, por
ejemplo, los escandinavos) cuando son criticados por las poblaciones indígenas en este
punto del programa. Debido en parte a que algunos gobiernos se consideran y desean que
se les considere "liberales" en muchos aspectos -y, por supuesto, en éste-, pero
indudablemente también porque la injusticia de gran parte de lo sucedido con las
poblaciones indígenas está bastante clara para los diplomáticos presentes, muchos
gobiernos desean que se les considere receptivos a las demandas de los indígenas. Sin
embargo les parece que hay algunos temas -como el de la autodeterminación, explicado
anteriormente, o el de la completa desmilitarización de las tierras indígenas,
especialmente de las que lindan con las fronteras nacionales- sobre los que los
gobiernos sencillamente no pueden aceptar las posiciones a las que se adhieren los
representantes indígenas más "radicales".
tratados y otros acuerdos legales. Se expresaron varias
preocupaciones por la especial repercusión que podrían tener la
militarización de tierras indígenas, el desarrollo, el turismo,
el control de drogas, las explotaciones mineras, y los proyectos
de destrucción de residuos nucleares en tierras indígenas o cerca
de ellas en mujeres, niños y ancianos indígenas.9
Una de las intervenciones que más atrajo la atención fue la de un
representante del pueblo Mohawk que habló de los continuos casos
judiciales contra los Mohawks implicados en la confrontación con
las fuerzas de seguridad canadienses en Oka, en 1990; su
intervención fue la única que filmó la televisión suiza. El
interés particular que mostraron los medios de comunicación por
la intervención Mohawk está sin duda relacionado con el papel
esencial que han desempeñado los asuntos indígenas en las
negociaciones sobre el futuro del Canadá.
3. Estudio de Tratados, Convenios y otros Acuerdos Implícitos
entre Gobiernos y Poblaciones Indígenas
Miguel Alfonso Martínez, Relator Especial de la Subcomisión sobre
este tema, presentó al Grupo de Trabajo una introducción al
primer informe sobre la labor realizada. (E/CN.4/Sub.2/1992/32).
Una de las principales conclusiones hasta el momento había sido
que en los primeros encuentros que tuvieron lugar entre
poblaciones indígenas y otras civilizaciones, la tendencia
general había sido considerar a las poblaciones indígenas como
sujetos de las leyes internacionales. La opinión de que las
relaciones entre Estado nación y poblaciones indígenas eran
asuntos de jurisdicción interna había sido posterior.
9Un nuevo asunto de interés, aunque no es uno sobre los que AI tomaría postura,
presentado por varios oradores indígenas, fue el Proyecto sobre Diversidad del Genoma
Humano, orientado a tomar muestras de sangre, cabello y tejidos de poblaciones
indígenas para registrar y examinar las estructuras genéticas. Se expresó el temor de
que el proyecto pueda tener algún objetivo relacionado con la ingeniería genética, que
los resultados puedan utilizarse en perjuicio de las tierras indígenas y otros
derechos, y que las muestras se habían tomado sin que se hubiera proporcionado
información alguna a las poblaciones indígenas o se les hubiera consultado.
En la discusión resultante del trabajo del Relator hasta aquí,
los representantes indígenas le pidieron que centrara más la
atención en América Latina, que examinara con más detenimiento el
papel que había desempeñado la Santa Sede en la elaboración del
tratado en América, que organizara un seminario de las Naciones
Unidas sobre el uso de tratados modernos para la promoción de los
derechos de las poblaciones indígenas, y que estableciera un
registro de los tratados relativos a las poblaciones indígenas.
El Relator prometió presentar al Grupo de Trabajo su segundo
informe sobre el estado de los trabajos en su 12ª sesión de 1994.
4. Estudio sobre la
Poblaciones Indígenas
Propiedad
Cultural
e
Intelectual
de
las
Este estudio (E/CN.4/Sub.2/1993/28) ha sido llevado a cabo por la
Sra. Daes, Presidenta del Grupo de Trabajo. La primera vez que
las Naciones Unidas reconocieron el etnocidio o genocidio
cultural fue en la Conferencia de la UNESCO de expertos en
etnocidio y etnodesarrollo, celebrada en Costa Rica en 1981, en
la que se afirmaba el derecho de las poblaciones indígenas a
conservar y desarrollar su herencia cultural. A partir de 1982,
el Grupo de Trabajo había sido un foro excepcional en el que las
poblaciones indígenas podían expresar sus propios puntos de vista
sobre estos asuntos, que estaban estrechamente relacionados con
la preservación de los derechos más básicos de las poblaciones
indígenas. Entre los temas que les interesaban estaban el
reconocimiento individual de toda composición musical, proverbio,
escultura, trabajo artístico, descubrimiento médico, mejora de la
tecnología de caza o pesca, y el desarrollo de los mecanismos
para la protección internacional de los derechos culturales e
intelectuales de las poblaciones indígenas, incluidas las
patentes de las variedades de plantas indígenas. La Sra. Daes
esperó que su propio estudio proporcionara una base para la
normalización
y
adopción
de
medidas
institucionales
que
detuvieran las violaciones de los derechos culturales e
intelectuales de las poblaciones indígenas.
5. Año Internacional de las Poblaciones Indígenas del Mundo
1993 había sido declarado por la Naciones Unidas el Año
Internacional de las Poblaciones Indígenas del Mundo pero, desde
el principio, estaba clara la poca prioridad y los escasos
recursos que las Naciones Unidas y los gobiernos miembros le iban
a dedicar, y este ha resultado ser el caso10. De hecho, en su
10Según informes, se dijo que la falta de un compromiso serio de las Naciones Unidas
con al Año Internacional fue una de las razones principales por las que la Embajadora
de Buena Voluntad para el Año designada especialmente por las Naciones Unidas, la
Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú, considerara renunciar a su cargo poco antes de
la apertura de la 11ª sesión del Grupo. Al final convino en seguir en el cargo con la
condición de que su mandato estuviera mejor definido y de que se le asignara un papel
más relevante en las misiones de las Naciones Unidas para las que solicitaran su
participación.
intervención de apertura, la Presidenta del Grupo expresó su
pesar porque la aportación económica para dicho Año había sido
menor que la de que cualquier año o celebración principal de las
Naciones Unidas. Se había sentido especialmente decepcionada por
la falta de resultados visibles, a pesar del interés manifestado
por muchos organismos internacionales por el desarrollo de
programas para apoyar el autodesarrollo de las poblaciones
indígenas, especialmente en materia de medio ambiente. La Reunión
de Asuntos Técnicos, que se había reunido varias veces en el
pasado para planificar el Año, había celebrado en Ginebra en el
mes de julio una sesión más (con escasa participación) antes de
la reunión del Grupo de Trabajo. En esta sesión se aprobaron una
serie de recomendaciones orientadas a las acciones que se
llevarían a cabo a lo largo de lo que quedaba del Año. En la
reunión se solicitaron especialmente unos recursos adecuados y un
proyecto con la participación plena de las poblaciones indígenas,
pero la persistente escasez de contribuciones a los Fondos
Voluntarios establecidos para financiar el año y la falta de
apoyo de los gobiernos a las actividades planeadas por las
poblaciones indígenas no hacían prever un resultado mejor en lo
que quedaba de Año.
6. La Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos
Además de instar al Grupo de Trabajo a que finalizara el proyecto
de Declaración de los derechos de los indígenas, en el Programa
de Acción que aparece en el Documento Final de la Conferencia
Mundial sobre Derechos Humanos (la "Declaración de Viena", véase
Apéndice B) se recomendaba a la Asamblea General, entre otras
cosas: que apoyara la aportación de asistencia técnica de las
Naciones Unidas a las poblaciones indígenas en el campo de los
derechos
humanos
mediante
un
Programa
de
Servicios
de
Asesoramiento, de las Naciones Unidas; que solicitara que la
Comisión de Derechos Humanos estudiara cómo se podría renovar y
actualizar el mandato del Grupo de Trabajo; que apoyara la
solicitud de los pueblos indígenas para que se proclamara una
década internacional de los pueblos indígenas del mundo, que
comenzaría en enero de 1994; y que recomendara -en el primer
reconocimiento oficial hecho por cualquier organismo de las
Naciones Unidas de la aspiración de las poblaciones indígenas a
ocupar formalmente un lugar en la toma de decisiones de las
Naciones Unidas- que en el marco de dicha década se estableciera
un foro permanente para las poblaciones indígenas dentro de las
Naciones Unidas.
En general, el Grupo de Trabajo recibió favorablemente las
exhortaciones de la Declaración de Viena con respecto a las
poblaciones indígenas y, para satisfacer la aspiración de las
poblaciones indígenas de tener un lugar oficial dentro del
sistema de las Naciones Unidas, la Presidenta Daes solicitó al
Subsecretario General para los Derechos Humanos, de las Naciones
Unidas, que estableciera en el más breve plazo posible la, al
parecer, ya prevista unidad para las poblaciones indígenas dentro
del
Centro
para
los
Derechos
Humanos.
Entre
tanto,
un
representante indígena expresaba su pesar porque, a pesar de
todos los esfuerzos del Presidente del Grupo de Trabajo, en la
Declaración de Viena no se había utilizado el término de
"indigenous peoples" sino el de "indigenous people"11, 12.
7. Papel del Grupo de Trabajo en el futuro
Es la primera vez que este punto aparece específicamente en el
programa del Grupo de Trabajo, pero algunos miembros del Grupo
han señalado que esto no debe interpretarse como un temor de que
el Grupo se disuelva. Fue constituido por el ECOSOC en 1982 sin
que se estableciera un límite de tiempo a su trabajo, de modo que
el llamamiento de la Conferencia Mundial para que se renovara y
actualizara el mandato del Grupo no debe interpretarse como una
sugerencia de que el Grupo necesita una renovación del mandato,
sino como una aprobación al mantenimiento y ampliación de su
papel de cara a la normalización en materia de revisión de los
progresos relacionados con la promoción y protección de los
derechos
humanos
y
las
libertades
fundamentales
de
las
poblaciones indígenas.
En la discusión que siguió hubo un gran apoyo a la idea de un
foro permanente para los asuntos indígenas dentro de las Naciones
Unidas, pero no quedó claro si esto debía ser además del Grupo de
Trabajo o si el Grupo debía servir de foro, ni si el foro debía
estar constituido por representantes de las poblaciones indígenas
y los gobiernos o por las poblaciones indígenas únicamente13.
11Varios instrumentos de las Naciones Unidas proclaman que los "pueblos" tienen derecho
a la autodeterminación. Por esta razón, los pueblos indígenas aprueban el uso del
término "pueblos" ya que opinan que ello implica que también ellos tienen dicho
derecho. Los gobiernos suelen oponerse al uso de "pueblos" por la misma razón. El
Convenio 169 de la OIT trata de "resolver" esta controversia con la utilización del
término "poblaciones" pero incluyendo una rectificación, por la cual se especifica que
el uso de la polémica "s" "no deberá interpretarse en el sentido de que tenga
implicación alguna en los que atañe a los derechos que pueda conferirse a dicho
términoen el derecho internacional". Muchas poblaciones indígenas no se han mostrado
satisfechas con esta fórmula, considerando que la rectificación niega una de sus
principales peticiones con respecto a sus derechos. Otros debates relacionados con la
terminología provienen de que algunos gobiernos rehúsan utilizar el término "pueblos
indígenas" o "indígenas", prefiriendo en su lugar utilizar términos como "minorías" o
"grupos aislados". En algunos casos, los propios representantes en el Grupo de Trabajo
prefieren otros términos como, por ejemplo, "poblaciones tribales" (A su vez, los
gobiernos sostienen que los representantes de estos grupos están expresando una
preocupación, de forma inadecuada, por unos asuntos completamente diferentes de los que
corresponden al Grupo de Trabajo sobre Poblaciones Indígenas.
12En la versión española del Documento Final de la Conferencia Mundial el término
utilizado es "poblaciones indígenas".
13De hecho, algunos eminentes representantes indígenas que asistieron este año al Grupo
de Trabajo tienen tan poca fe en las Naciones Unidas y en el Grupo de Trabajo que están
hablando de crear una única organización de poblaciones indígenas como alternativa a
las Naciones Unidas, en la que realmente puedan trabajar para conseguir sus objetivos y
cooperar como naciones indígenas, en lugar de intentar trabajar mediante un organismo
que reconoce algunas naciones, pero no la suya propia.
8. Otras reuniones
Desde la última reunión del Grupo de Trabajo, se han celebrado
dos reuniones como continuación de la Conferencia de las Naciones
Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, de 1992. El
Comité Preparatorio de la Conferencia Internacional sobre
Poblaciones
y
Desarrollo
acordó
incluir
algunas
partes
específicas sobre las poblaciones indígenas en su resumen para el
acto final de la conferencia, que se celebrará en el Cairo en
septiembre de 1994. La Comisión de Desarrollo Sostenible de las
Naciones
Unidas
había
aprobado,
entre
otras
cosas,
la
recomendación efectuada por la Conferencia sobre el Medio
Ambiente y el Desarrollo de que las Naciones Unidas organicen
consultas anuales oficiales con las poblaciones indígenas para
garantizar que las actividades operativas de las Naciones Unidas
tienen en cuenta sus derechos y perspectivas a nivel global.
También desde la última reunión del Grupo, Alfonso Martínez,
Relator Especial sobre tratados, convenios y otros acuerdos
implícitos del Grupo de Trabajo, se ha visto imposibilitado para
asistir a una reunión en Alaska con representantes de las
poblaciones indígenas debido a los retrasos en la obtención del
visado. La Sra. Daes, Presidenta del Grupo, visitó Australia en
junio de 1993 por asuntos relacionados con los aborígenes de
dicho país.
En septiembre de 1992, la Audiencia Mundial del Uranio, celebrada
en Austria, estudió las repercusiones de la industria nuclear
sobre las poblaciones indígenas y sus tierras ya que enormes
cantidades de todos los recursos mundiales de uranio están
localizadas y se extraen en territorios de poblaciones indígenas.
Esos territorios también se explotan a menudo para probar
armamento y para almacenar substancias nucleares.
En junio de 1993 se celebró en Nueva Zelanda la Primera
Conferencia Internacional sobre los Derechos de Propiedad
Cultural e Intelectual de las Poblaciones Indígenas, que tuvo
como fruto la Declaración de Maatatua sobre los Derechos
Culturales e Intelectuales de las Poblaciones Indígenas, y en
julio se celebró en Australia la Segunda Conferencia Mundial de
la Juventud Indígena.
Entre las próximas reuniones anunciadas en el Grupo de Trabajo
están una consulta con las poblaciones indígenas árticas
patrocinada conjuntamente por el Centro de las Naciones Unidas
para los Derechos Humanos y la OIT, que tendrá lugar en Siberia
en septiembre de 1993, y la tercera Conferencia Mundial de
Poblaciones Indígenas: Educación, que se celebrará en Australia
en Diciembre de 1993.
9. Conclusiones y Recomendaciones
El Grupo de Trabajo sacó varias conclusiones e hizo una serie de
recomendaciones,
agrupadas
en
las
siguientes
categorías:
actividades de tipo normativo; revisión de los cambios;
seminarios y reuniones; estudios e informes; Año Internacional de
las Poblaciones Indígenas del Mundo y otros asuntos. Varios de
ellos ya se han mencionado en este informe. Entre las
conclusiones y recomendaciones que puerden ser importantes para
AI están las siguientes:
Con respecto al proyecto de Declaración, en el informe de la 11ª
sesión del Grupo de Trabajo (E/CN.4/sub.2/1993/29) se manifestaba
que se había llegado a un texto final para presentarlo al periodo
de sesiones de 1993 de la Subcomisión, pero se hacía la
recomendación de que la Subcomisión no lo estudiara hasta su 46ª
periodo de sesiones, en 1994. El Grupo de Trabajo también
solicitó, ya que la población indígena había insistido en que era
necesario, que el texto del proyecto circulara entre las
poblaciones indígenas (así como entre los gobiernos y las
organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales), y que
se tomaran medidas especiales que permitieran la participación
plena y eficaz de las poblaciones indígenas -y no como entidades
consultivas- en el estudio del proyecto de Declaración de la
Subcomisión y otros altos organismos de las Naciones Unidas. Sin
embargo, el efecto de estas disposiciones parece estar -al menos,
potencialmente- anulado por la decisión de que el texto que va a
circular sea un texto final, y que no se volvería a discutir el
texto en el Grupo de Trabajo. Por último, el hecho de que todas
estas decisiones tuvieran lugar de forma manifiesta después de
que terminara el Grupo de Trabajo con el fin de que los
representantes indígenas y otros abandonaran Ginebra sin saber
cuáles iban a ser los pasos siguientes con respecto al proyecto
de Declaración, y de que la Subcomisión no dedicara tiempo a la
discusión del proyecto de Declaración u otros asuntos indígenas
en 1993, el Año de las Poblaciones Indígenas del Mundo aumentó
aún más la amarga decepción por muchos grupos indígenas por la
Declaración y por la totalidad del proceso con el que había
"finalizado".
Como en años anteriores, el Grupo recomendó a la Subcomisión que
su informe anual estuviera más disponible volviéndolo a imprimir
como publicación de las Naciones Unidas, y que las Naciones
Unidas prepararan un informe anual sobre la situación de las
poblaciones indígenas del mundo en colaboración con las
poblaciones
indígenas
y
los
organismos
pertinentes
e
instituciones especializadas de la Organización.
El Grupo se mostró especialmente satisfecho con la proposición de
la Conferencia de Viena de proclamar una década de las
poblaciones indígenas, de crear un foro permanente de las
Naciones Unidas para las poblaciones indígenas, y de que el
programa de asesoría de las Naciones Unidas -así como los
programas pertinentes de asistencia técnica de las Naciones
Unidas- proporcione información y formación directamente a las
comunidades y organizaciones indígenas.
Recomendó que las Naciones Unidas organizaran seminarios sobre
los nuevos tratados y acuerdos con las poblaciones indígenas y
sobre las reclamaciones y derechos de tierras indígenas, así como
un grupo de trabajo para promover el diálogo constructivo sobre
la aplicación de las recomendaciones hechas en el informe de la
Presidenta sobre la propiedad cultural e intelectual de las
poblaciones indígenas.
No sorprendió que el Grupo apelara una vez más a que se
continuaran
e
incrementaran
las
contribuciones
al
Fondo
Voluntario de las Naciones Unidas para las Poblaciones Indígenas,
ya que las contribuciones del fondo han ayudado tradicionalmente
a los representantes indígenas a asistir a las sesiones del Grupo
de Trabajo. También solicitó que se constituyera un departamento
o unidad independiente para las poblaciones indígenas, a fin de
tener una unión permanente entre las poblaciones indígenas y
todos los programas y organismos pertinentes de las Naciones
Unidas, y que Rigoberta Menchú, Embajadora de Buena Voluntad de
las Naciones Unidas, estuviera permanentemente en relación con
dicho departamento en calidad de Representante Permanente del
Secretario General, si ella así lo deseaba.
V. APÉNDICES
A. Proyecto de Declaración del Grupo de Trabajo de las Naciones
Unidas sobre Poblaciones Indígenas y Enmiendas
B. Programa de Acción del Documento
Mundial sobre Derechos Humanos
Final
de
la
Conferencia
APÉNDICE B: Programa de Acción: Documento Final de la Conferencia
Mundial de Derechos Humanos: Puntos relacionados con las
Poblaciones Indígenas.
Poblaciones indígenas
28. La Conferencia Mundial de Derechos Humanos pide al Grupo de
Trabajo sobre Poblaciones Indígenas de la subcomisión de
Prevención de Discriminaciones y Protección a las Minorías que,
en su 11º periodo de sesiones, complete el proyecto de
declaración sobre los derechos de las poblaciones indígenas.
29. La Conferencia Mundial de Derechos Humanos recomienda que la
Comisión de Derechos Humanos examine la posibilidad de renovar y
actualizar el mandato del Grupo de Trabajo sobre Poblaciones
Indígenas una vez completado el proyecto de declaración sobre los
derechos de las poblaciones indígenas.
30. La Conferencia Mundial de Derechos Humanos recomienda también
que los programas de servicios de asesoramiento y aseistencia
técnica
del
sistema
de
las
Naciones
Unidas
respondan
positivamente a las peticiones de asistencia de los Estados que
redunden en beneficio directo de las poblaciones indígenas. La
Conferencia recomienda además que se pongan a disposición del
Centro de Derechos Humanos recursos de personal y financieros
suficientes como parte del fortalecimiento de las actividades del
Centro conforme a lo previsto en en presente documento.
31. La Conferencia Mundial de Derechos Humanos recomienda a la
Asamblea General que proclame un decenio internacional de las
poblaciones indígenas en todos los aspectos de la sociedad, en
particular en las cuestiones que les interesen.
32. La Conferencia Mundial de Derechos Humanos recomienda a la
Asamblea General que proclame un decenio internacional de las
poblaciones indígenas del mundo que comience en enero de 1994 y
comprensa programas orientados a la acción y definidos de comuún
acuerdo con las poblaciones indígenas. Debe establecerse con este
fin un fondo fiduciario voluntario. En el marco de dicho decenio
deberá considerarse la creación de un foro permanente para las
poblaciones indígenas en el sistema de las Naciones Unidas.
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