MEMORIA DESCRIPTIVA (…)La Acción Conservativa no significa la Inmovilidad o conversión en museo de todos los objetos a conservar, bajo una campana de cristal, imposibles de ser tocados solo para ser contemplados. La idea de un Proyecto de Conservación no es el mantenimiento del degrado o el culto fetichista del monumento en ruinas. Por el contrario el objetivo de la Conservación Moderna es claro pero no por ello fácilmente alcanzable, se necesita para su abordaje un gran compromiso intelectual en la búsqueda de coherencia de todo el proceso proyectual. La cultura conservativa posee un objetivo primario que es garantizar todo lo posible, la permanencia en el tiempo del material o materiales auténticos que dan sentido a la Obra, evitando en lo posible, la sustitución integral y limitando las transformaciones a aquellas realmente necesarias para brindarle continuidad al bien cultural.(…)” (Cesare Pfeiffer) Consideraciones previas El Teatro Colón es considerado uno de los mejores teatros líricos y sinfónicos a nivel mundial por su calidad acústica, constituye un emblema de la excelencia arquitectónica del Siglo XIX, y es símbolo de la reconocida capacidad de sus artistas, técnicos y artesanos por la interpretación y la producción de sus espectáculos. Este extraordinario engranaje constituye un equipamiento cultural de renombre internacional, y representa lo mejor que los argentinos somos y podemos hacer. Los más prestigiosos músicos, cantantes, regisseurs, bailarines y escenógrafos se han dado cita en este magnífico e imponente monumento. Por su relieve arquitectónico y trascendencia artística, fue declarado Monumento Histórico Nacional por el Poder Ejecutivo en el año 1989. La evolución histórica del edificio El teatro que hoy conocemos es producto de tres grandes intervenciones básicas. El edificio original requirió dieciocho años para su construcción, desde 1890 hasta 1908. fue proyectado y construído con las aportaciones de sus tres arquitectos intervinientes, el Arq. Francisco Tamburini, proseguido por su discípulo el Arq. Víctor Meano y el Arq. e Ing. Jules Dormal, contaba hacia 1908, el año de su inauguración, con una superficie cubierta de 35.000m2. La primer modernización y ampliación tuvo lugar en 1938, creciendo bajo la plaza lateral sobre la calle Viamonte, agregándole talleres de escenografía y conectándolos mediante un túnel con el escenario. Años más tarde se le incorpora al piso del escenario un disco giratorio. Entre los años 1968 y 1972, el Arq. Mario Roberto Álvarez emprende una segunda y ambiciosa ampliación, alcanzando una superficie total de 58.000m2. En este caso se extendieron los subsuelos bajo la plaza lateral, y la calle Cerrito alojando salas de ensayo, más talleres de producción, depósitos y áreas administrativas. En el edificio histórico se agregó una nueva confitería y sectores de servicios e instalaciones a nivel de las terrazas Se modificaron las instalaciones, las escaleras de servicio, los camarines y áreas de apoyo y se introdujo aire acondicionado en la Sala. Monumento y contexto. Entre el cambio y la permanencia La nuestra es una cultura urbana. Ese superobjeto que es la ciudad, nos plantea simultaneidad y sucesión. Es el ámbito donde se desenvuelve la vida de sus 1 habitantes, pensionados por la contraposición entre el cambio y la permanencia, manteniendo unidos por el tiempo, manifestaciones diferentes y hasta de naturaleza contradictoria. El fenómeno urbano y sus componentes son resultado de un proceso dinámico y de aceleración creciente, de una historia acumulativa que se apoya en la preexistencia, resignificándola con cada nueva aportación constructiva. Si en este punto reconocemos que un valor diferencial entre ciudades a escala global lo constituye la propia e intransferible identidad, la cuestión que se plantea es de naturaleza conceptual ¿que objeto, función, circunstancia, atributo o condición debe permanecer? y que cosa o situación debe cambiarse, modificarse adaptarse o ser reemplazada por una resolución técnica o funcional, cultural o social superadora.? No hay respuestas fundamentalistas, cerradas, e incuestionables frente a problemáticas e interrogantes que conforman el núcleo esencial identificatorio de nuestra sociedad. Tal vez la conservación respetuosa y el reuso inteligente y sensible de los bienes culturales contribuya aportando a la restitución de aquellos equilibrios que hoy se ven comprometidos, entre las estructuras espaciales urbanas y el colectivo social; especialmente si se consideran las solicitaciones y características propias de las ciudades contemporáneas globalizadas, amenazadas por el anonimato y la falta de sentido de pertenencia. Ética, Complejidad, y patrimonio El concepto de preservación patrimonial incorpora de un modo ineludible la problemática y el debate ético. Las preguntas que surgen son el que, el porque, que, el como y el cuando de nuestras actuaciones sobre los bienes culturales. Frente al derroche y dilapidación de nuestros recursos ambientales, naturales y culturales, se percibe en núcleos cada vez más amplios de nuestra sociedad, una actitud de mayor conciencia acerca de la necesidad de encara acciones concretas en favor de estos fenómenos y manifestaciones que tenemos circunstancialmente a cargo. Hoy no puede pensarse la realidad de un modo reductivo, simplificado y disyuntivo. Los modos de pensar y abordar problemáticas cada vez más amplias y complejas de nuestro tiempo, se están reconfigurando. La multiplicidad de tramas de significado que vinculan al medio físico con la identidad cultural de la sociedad que lo habita, alude a esta complejidad. El rescate de los testimonios culturales heredados no puede sustraerse a este nuevo paradigma. Como dice Vattimo, no subsisten hechos objetivos sino interpretaciones; no existe una filología de la cual extraer un restauro científico único, cierto y objetivo. Las Cartas de Restauro, los documentos emanados de los organismos locales e internacionales abocados a la tutela y conservación de los bienes culturales son eso, marcos conceptuales, andamiajes que orientan pero no resuelven los problemas de la práctica concreta de la intervención de recuperación y puesta en valor del patrimonio. De allí que es necesario plantear cuestiones valorativas en relación a las decisiones que se adopten, estableciendo consensos y abordajes plurales e interdisciplinarios, para obtener una matriz ética que no resuelva ni cierre la indeterminación o la duda pero que acote el margen de error. Se deben reconocer e interpretar esas leyes de generación del monumento aún las expresadas de un modo tácito o implícito. Se trata de hacer hablar al edificio a rescatar, a partir del conocimiento específico y su aproximación crítico-interpretativa El contrapunto restauración/ conservación La restauración conservativa Otro de los conceptos que fueron evolucionando positivamente, proviene de la resolución de la añeja discusión entre Restauración vs. Conservación. Hoy ya no 2 parece acertada una contraposición entre recuperación de la imagen vs. el valor documental del patrimonio histórico . La restauración ha pasado a ser un capítulo de la conservación. Se perfila en la teoría y en la praxis, el predominio de la conservación por sobre la restauración de los bienes a su condición original, postura que no contemplaba en su momento, aquellos signos positivos que el paso del tiempo impregna en la materia. Para producir intervenciones contemporáneas sobre lo construído, no sólo es necesario conservar, restaurar o consolidar las superficies sino también tomar en cuenta la estructura física del material a tratar, su soporte -es decir su sistema constructivo-, para lo cual es preciso reestablecer previamente el equilibrio del código técnico-expresivo original y el resultado que ha dado a lo largo del tiempo. Siguiendo esta línea, actualmente en la teoría de la conservación se ha establecido un nuevo e importante concepto que habla de aplicar la noción de insustituibilidad de un objeto que testimonia y expresa el legado histórico de una cultura material anterior. Además, entender la relación indisoluble que existe entre materia y significado en una obra de arquitectura, implica comprender el sentido que le infirieron a la obra sus autores. Lo que debe ser preponderante es el juicio de los autores del proyecto y de quienes tomaron las decisiones en la instancia ejecutiva. Y no el juicio, el gusto o la subjetividad de quien restaura. Ese conocimiento comprensión y respeto, posibilita acceder al abordaje criterioso de las acciones a seguir, dando un marco de menor indeterminación o riesgo para preservar la autenticidad de estos materiales y del conjunto de la obra. Esta situación no exime de adoptar decisiones de ajuste, resolver encrucijadas, interpretar resultados de laboratorios y pruebas, y decidir acera de la factibilidad y ponderar la sostenibilidad de las decisiones y acciones adoptadas. La restauración conservativa en este sentido no implica el embalsamado o la museificación del monumento. La cultura conservacionista en relación al patrimonio construido, posee un objetivo primario que es garantizar en todo lo posible, la permanencia en el tiempo del material o materiales auténticos que dan sentido a la obra, evitando en lo posible, la sustitución integral, y limitando las transformaciones a aquellas realmente necesarias para brindarle continuidad al bien cultural, pero siempre respetando el carácter utilitario de la arquitectura, es decir, las exigencias vitales que expresa y aloja. Es menester tomar conciencia y saber reconocer que el devenir del tiempo sobre la obra no constituye necesariamente una pérdida ni representa inexorablemente un factor negativo. Antes bien, los signos del tiempo sobre la materia aportan valor, pero es necesario resolver en cada proyecto de recuperación de bienes culturales el conflicto entre permanencia y cambio y más específicamente la tensión polar entre conservación y restauración valen tanto los aspectos testimoniales o históricos como la conservación de la imagen y su dimensión estética. El proyecto crítico y valorativo es el que resuelve o bien la recuperación de la unidad proyectual inicial del monumento o mantiene de un modo ponderado las diferentes modificaciones y aportaciones que agregaron valor de cada momento de la vida del edificio. Estas afirmaciones se relacionan concretamente con el tema de esta intervención. En el caso del Teatro Colón, no sólo estamos ante un "monumento histórico" y artístico. El Colón es un edificio vivo, una ciudad de la música, la actuación, la escenografía y la educación, una gran celebración de la excelencia y esplendor de la vida cultural, uno de los oasis en medio de la ciudad que embellecen y enriquecen lo urbano, y uno de 3 nuestros nexos más vigorosos con la cultura universal, con el arte y con el mundo. Pero desde el punto de vista de la preservación del patrimonio cultural, otro de los puntos de mayor interés consiste en el hecho de que el estado de conservación general del edificio -y en especial de la parte original- es encomiable, al punto que se puede destacar que mantuvo en buenas condiciones la mayor parte de sus rasgos formales y materiales originales, por no haber sufrido modificaciones significativas en su envolvente o en sus interiores, a pesar de las importantes ampliaciones del año 1938 y más recientemente, las del período 1968-1972. Estas criteriosas adecuaciones, que implicaron crecimientos en superficie y complejidad, inteligentemente no comprometieron el carácter unitario y monumental del edificio. Esta unidad no alterada del monumento conforma un valor determinante que signó y orientó las decisiones proyectuales de la intervención realizada A estos valores, se suma felizmente el hecho de que el complejo edilicio, imaginado cuando todavía la zona de su emplazamiento no era un sector calificado sino en plena renovación urbana, ve hoy reforzada su prestancia por su privilegiada ubicación en un entorno urbano como el de Plaza Lavalle. El teatro Nacional Cervantes, la Escuela Roca, la Sinagoga de la calle Libertad, el Palacio de Tribunales y la sombra del obelisco, hito central de la identidad capitalina, son todos elementos que conforman un enclave de fuerte carácter y valor ambiental, cultural y social. También en esta escala es indispensable garantizar el equilibrio entre la conservación de la estructura espacial urbana, y su rehabilitación y adecuación a nuevas y exigentes condiciones de uso La cultura proyectual Nuestro abordaje de la recuperación patrimonial es proyectual. Resuelve los temas en el marco de la cultura del proyecto, que es fundamentalmente una aproximación metodológica integral. El proyecto alude a la resolución de los problemas desde una orientación e interpretación general, que alimenta y orienta las resoluciones parciales o de detalle. El proyecto es el área de compatibilización entre necesidades y recursos en un contexto determinado. La restauración desde esta óptica, deja de ser la disciplina que se encarga de los acabados históricos y su restauración y puesta en valor. Todo el monumento, entendido como complejo indivisible tiene valor patrimonial. los ornamentos y las instalaciones, las fachadas y la estructura, la imagen y la materia, el uso y el significado, el presente, el pasado y el futuro del bien, su relación con el contexto y su dimensión simbólica. Y el proyecto no puede pensarse consecuentemente como sumatoria de soluciones aisladas que luego conforman la unidad por amontonamiento decisional. Es indispensable contar con criterios generales de cómo encara el proyecto para luego si, desagregar e implementar la tarea proyectual y ejecutiva por áreas rubros y especialidades. A partir de la evaluación de los antecedentes histórico-documentales y de la evolución constructiva del conjunto, de su reconocimiento material, funcional y constructivo y de registro del estado de situación del bien, se formuló una evaluación a modo de dictamen de los rasgos característicos y esenciales del monumento, y de su estado de situación. El objetivo final no residía solo en la conservación sino en la adecuación a un nuevo ciclo de vida del edificio, resolviendo problemas de desequilibrio físico u operacional pero siendo rigurosos en el cuidado y tutela de aquellos valores esenciales del monumento. No solo no se debían perder sino recuperar y si era posible acrecentar sus condiciones y valores culturales más representativos. En un enfoque integral y complejo de la conservación y recuperación patrimonial, se consideran todas las vertientes y dimensiones de la acción conservativa, que incluyen no solo los bienes muebles o inmuebles, sino que considera el patrimonio intangible, el recurso humano, el conocimiento y experiencia de gerenciadores, profesionales, técnicos, artesanos y trabajadores especializados, que exhibieron además del valor 4 agregado de trayectorias reconocidas, un inédito compromiso afectivo y responsable para con el teatro Colón. Así fue pensado y llevado a la práctica la recuperación y puesta en valor del teatro, en todas sus fases y en sus diferentes etapas. En la primera parte de la intervención hubo un énfasis mayor en los temas proyectuales y de investigación, y en la etapa ultima se puso especial énfasis en los temas de gestión y coordinación técnica, pero durante todo el desarrollo del emprendimiento de rescate se buscó tener una mirada compleja e integral de todas y cada una de las variables que intervienen en un proyecto tan vasto y multifacético. La cultura material Un campo creativo e importante en casos como el del Teatro Colón es también el del uso de técnicas constructivas, patrimoniales en si mismas, ya que refieren a oficios artesanales que se pasaban como herencia entre las generaciones y se aprendían desde temprana edad como discípulos de maestros artesanos. Expresan formas de trabajar y costumbres que, en general, se van perdiendo durante la segunda mitad del siglo XX. En el teatro Colón existen estos casos de técnicas únicas: los estucos símil mármol, por ejemplo. Sobre un basamento de mármol o granito natural, según el ámbito, se desarrolla una amplia superficie de estuco símil mármol, de color ocre, realizado por artesanos de la época. Estos reconocidos estucos copian la delicada veta del mármol, sorprendiendo el efecto y la calidad ambiental que generan extensas superficies de este revestimiento que en brillo y textura se confunden con el mármol auténtico y en ocasiones logran, por el virtuosismo de sus artesanos, superar en belleza y presencia al material que imitan. Ejecutar esta terminación hoy en día es un gran desafío técnico Los itinerarios de la cultura material tradicional se han hecho borrosos y muy pocos conocen la vieja técnica. Los materiales y sus formulaciones. Intervenir sobre materiales de este tipo, requiere de una investigación previa muy cuidadosa, no sólo teórica sino especialmente de campo y de laboratorio. Y la obra demanda, normalmente, la utilización de técnicas contemporáneas sustitutas pero que no sean destructivas del material, que no alteren el brillo o la textura originales, y que garanticen la reversibilidad la reaplicabilidad y la compatibilidad de la operación para su eventual renovación o mejora en el futuro. Existen algunos descubrimientos propios del desarrollo de una obra de restauración, como el deslumbrante mecanismo de nivelación de la platea considerando la época de su construcción, para conformar un recinto único con la sala y la escena para eventos festivos. Esta nivelación pudo realizarse lo que permitió recuperar una condición mecánica y de idoneidad técnica de alto valor testimonial. Ola más modesta constatación de la carbonilla utilizada como contrapiso por debajo de las teselas de roble de Eslabonia del piso del salón dorado, que posibilita regular el exceso de humedad de la madera y absorber cualquier filtración en el encuentro de los solados históricos con los umbrales de las carpinterías de balcones o terrazas. El teatro nunca deja de sorprender a quienes se acercan a el con respeto, cariño, curiosidad científica y método. La obra fue un ámbito de investigación, interpretación y fuente de conocimiento del edificio Premisas de la intervención de restauración puesta en valor y actualización tecnológica Hacia en año 2001 el monumento debía inexorablemente ser recuperado, restaurado, recalificado urbanamente y adecuado tecnológicamente. 5 El plan de obras comenzadas en el año 2002, Master Plan, fue ampliado en 2008 por el actual Gobierno de la ciudad, quien extendió los alcances al 100% de la superficie del edificio, formulando el denominado Plan de Obras Teatro Colón. La obra aquí presentada es el resultado de un plan integral de rescate, que se extendió durante ocho años y acaba de ser reinaugurado con motivo de la conmemoración del bicentenario de nuestra patria. Se trazaron en su momento las premisas básicas que orientaron las acciones: la recuperación integral del teatro en sus aspectos institucionales y en sus recursos físicos, la conservación de la calidad acústica de la sala como prioridad absoluta, la restauración conservativa para el resto del edificio, incluyendo las fachadas y las cubiertas planas e inclinadas, consolidación estructural frente al descubrimiento de patologías y vicios ocultos y por último la actualización tecnológica no solo garantizando la seguridad y la protección contra incendio de personas y bienes, sino incorporando prestaciones a la altura de los mejores teatros del mundo, y sobre todo acordes a la extraordinaria calidad de sus producciones artísticas. Objetivos Dentro de este marco surgieron los siguientes objetivos: • • • • • • Jerarquizar el Teatro en su entorno urbanístico. Mejorar y favorecer las condiciones de trabajo de los artistas y empleados. Mejorar las condiciones de trabajo de los técnicos de producción escénica. Mejorar y actualizar los servicios para el público. Situar al edificio en condiciones de seguridad bajo normas y en cumplimiento con los códigos vigentes. Elaboración de una documentación completa de registro de intervenciones y conforme a obra, con manuales de uso y mantenimiento. Estado de conservación Eran pocas las personas que tenían una visión de conjunto acerca del gravísimo estado de riesgo en que se hallaba el teatro hacia el año 2001. El edificio presentaba al comienzo de las obras, serias limitaciones a sus posibilidades de funcionamiento pleno, en condiciones de alto riesgo tanto para las personas, el edificio y su entorno. La envolvente edilicia tanto en cubiertas como en fachadas presentaba una situación de un acentuado deterioro, con obsolescencia de las condiciones mínimas de aislación y resguardo del patrimonio contenido, y con un compromiso estético y de decaimiento de su imagen, que era fiel reflejo de su situación y estado de conservación. Las adaptaciones a nuevos usos restaron valor, y se contaba con una dotación de espacios y servicios e instalaciones insuficientes y obsoletas para la demanda social de nuestro tiempo y las exigencias tecnológicas de un organismo de la significación del teatro Colón y su condición del equipamiento cultural más relevante de nuestro país. El entorno presenta carencias y desajustes del entorno urbano, Inseguridad, contaminación, vandalismo, actitudes y comportamientos antisociales. La Plaza Lavalle se encuentra en una condición de degrado y no establece una relación armónica y articulada con los monumentos que la rodean Las condiciones medioambientales y la falta de una política integral de manejo del edificio generó problemas de desajustes funcionales y severas patologías constructivas, estructurales, de instalaciones y de seguridad de bienes y usuarios: • Deterioros e inadecuaciones que afectan a la seguridad del entorno, la integridad 6 • • • • • • • material y figurativa del monumento y del patrimonio contenido. Deterioros y riesgos producidos por humedades ascendentes y descendentes comprometiendo terminaciones y acabados, en particular el aparato ornamental, los estucos. Deterioros en los dispositivos constructivos, estructurales y de instalaciones producidos por las humedades y filtraciones principalmente de fachadas y cubiertas. Incremento de las cargas deteriorantes del medio ambientales. Temperaturas, contaminación, patinas biológicas. Consecuencias degradantes internas y externas producto de los movimientos estructurales y la obsolescencia de aislaciones y dispositivos de protección. Humedades ascendentes agravadas por tratamientos impropios. Desajustes y riesgos para bienes y personas producidos por la interferencia o inadecuación de usos de instalaciones o estructuras. Desajustes derivados de la obsolescencia e inadecuación, obsolescencia y/o condición contaminante de las instalaciones. Ocultación, deterioro o pérdida de decoraciones, ornamentos y acabados históricos. Falta de un plan de conservación y mantenimiento de las valiosas terminaciones y revestimientos. Aspectos visuales, funcionales, de operación y/o tecnológicos, que devalúan tanto el monumento como sus contenidos. Falta de planes y presupuesto para la realización periódica de un adecuado mantenimiento preventivo y correctivo del monumento. Metodología El encuadre metodológico es inseparable de los aspectos doctrinarios y normativos, pero ambos extremos estuvieron siempre subordinados a la propia naturaleza características y exigencias del caso. Dentro de la obra de Restauración y Adecuación Tecnológica del Teatro Colón, las obras específicas de recuperación del lenguaje expresivo original, se ejecutaron siguiendo los criterios de intervención conservativa. El valor intrínseco, la complejidad, diversidad y riqueza material de todos y cada uno de los elementos compositivos del sistema ornamental, significó un desafío que exigió al extremo un compromiso ético y técnico en cada uno de los profesionales convocados a participar de esta experiencia única. La restauración se fundamentó en la recuperación y salvaguarda de aquellos materiales , dispositivos constructivos artefactos y equipamiento que poseían valor cultural y material por su autenticidad en especial en los espacios de Sala, Foyer, Salón Dorado y Confiterías Históricas,.Se incorporó la problemática de la recuperación del patrimonio contenido: los bienes muebles, incluyendo el equipamiento, las obras pictóricas y esculturas, con os mismos criterios y métodos que para la recuperación del edificio. Se promovió el rescate de los ambientes más representativos, devolviéndoles la legibilidad y expresividad a sus materiales originales, liberándolos de suciedad, recubrimientos impropios y resguardándolos, procurando así una transmisión apropiada del mensaje original. Exceptuando los marouflages y los vitrales que por ser de autor cuentan con un valor histórico-artístico, el interés del resto de los elementos compositivos está vinculado a la nobleza de sus materiales, al virtuosismo manifiesto de los anónimos ejecutores y al talentote de Jules Dormal para componer un lenguaje ornamental integrado, armonizando formas dimensiones, colores texturas y acabados Cumpliendo con el objetivo de la metodología establecida para abordar esta obra de restauración, se determinaron cuatro fases secuenciales, reconocimiento e indagación 7 previa del código técnico–expresivo, registro y diagnóstico del estado de conservación, proyecto de intervención y ejecución. En la fase de desarrollo del proyecto se llevaron a cabo pruebas pilotos de intervención en subsistemas críticos en Sala, Foyer y Salón Dorado. En el curso de cada una de las fases, se propició la lectura integrada del edificio. Esta mirada favoreció la inclusión de todos los componentes en la etapa de análisis, vinculándolos entre sí, permitiendo establecer las causas y efectos del degrado y, al momento de fijar criterios para las tareas específicas de recuperación, contemplar especial cuidado en los tratamientos impidiendo que algunos dispositivos se destaquen por sobre otros. 1- La fase de Reconocimiento e Indagación comprendió los siguientes pasos. a- reconocimiento de la lógica proyectual y de recorrido, b- reconocimiento del sistema constructivo original y su evolución histórica (planos de arquitectura y cateos). c- valoración d- reconocimiento del código técnico-expresivo del sistema ornamental. (sist. constructivo, materiales de terminación) e- reconocimiento de los materiales auténticos (estratigrafías, catas y estudios de laboratorio de composición físico-química, documentación histórica, filología). 2- La fase de Relevamiento y Diagnóstico del Estado de Conservación, contempló los siguientes pasos a- Registro de las patologías, degrado y desajustes b- Ensayos de laboratorio para reconocer la naturaleza química del degrado. c- Elaboración de mapeos del degrado d- Causas y efectos, diagnóstico. 3- Los tratamientos de Intervención de Restauro Conservativo incluyeron particularmente las siguientes tareas a- Limpieza general y específica b- Consolidación constructiva y material c- Tareas de readhesión y de colmatación de fisuras d- Tareas de reintegración e- Tratamientos de protección Una vez reconocida y dimensionada la totalidad del sistema ornamental de Sala, Foyer, Salón Dorado y Confiterías Históricas, se lo fragmentó en subsistemas según la materialidad, complejidad formal y ubicación. Esta tarea permitió sistematizar el trabajo, organizando las indagaciones, los registros, la intervención propiamente dicha y posterior seguimiento y control de la ejecución. La Conservación como paradigma, toma conciencia de la importancia física de los bienes. Desde esta mirada reconoce en la materialidad de la obra construida, un documento histórico, investigando la compleja vinculación entre la materia la técnica de aplicación. Documentación de relevamiento y registro Se implementó en el desarrollo del proyecto ejecutivo un sistema de notación del elemento contemporáneo a reponer o incorporar, a fin de no falsear el valor documental del monumento. Los sondeos y ensayos a realizarse fueron no destructivos en los sectores a intervenir. Se desarrollaron pruebas de diagnóstico actuando sobre áreas y elementos actualmente degradados. Se efectuaron registros gráficos y fotográficos de la situación existente en el área a intervenir así como se documentó regularmente el avance de las tareas en cada uno 8 de los rubros, y la situación conforme a obra a la terminación de la misma. El sistema de registro documental como parte de la metodología seleccionada, fue necesariamente integral, exhaustivo y preciso. Las Fichas y Planos de Mapeos del Degrado constituyeron el sistema de documentación predominante de la obra de restauración del Teatro Colón. Las fichas se dividieron en cinco grupos vinculados a las diferentes etapas que cumplimentaron la obra, Reconocimiento Material y Constructivo, Estado de Conservación, Pruebas de Intervención, Tratamientos de Intervención y Seguimiento de Intervención. Las fichas correspondientes a la etapa de seguimiento, no solo debían de expresar con fidelidad lo ejecutado, describir y ubicar las tareas correctivas, sino también registrar los vicios ocultos o discrepancias producto de intervenciones anteriores que obligaron a un ajuste de los tratamientos ya aprobados. La documentación generada en la obra de Restauración del Teatro Colón, no solo significó un mero ejercicio de registro, sino que pretendió facilitar a futuro el monitoreo de los tratamientos ejecutados. Si en el tiempo, la evolución de algunas de estas acciones no resultase adecuada, las fichas permitirán identificar los materiales y técnicas utilizados, los antecedentes, reconocer las causas de la alteración y propiciar nuevos tratamientos correctivos. Esta información será vital para una futura Conservación Preventiva y Mantenimiento apropiado, garantizando la sostenibilidad de las acciones presentes en el tiempo. Este ha sido un emprendimiento en la época de la globalización y la utilización del las herramientas informáticas. Muchos de los objetivos cubiertos habrían demandado mucho más tiempo y esfuerzo o inclusive podrían no haberse alcanzado sin esta posibilidad Se llevó a cabo una exhaustiva reconstrucción de la documentación grafica de registro de la condición inicial del teatro, se investigó acerca de la evolución que al largo de la historia tuvo el teatro, y se registraron todas y cada una de las actuaciones que se realizaron durante el desarrollo de las obras. Esto tiene un valor extraordinario a los efectos de acceder a la cultura de la sostenibilidad de las intervenciones. Le queda al teatro una documentación de altísimo valor instrumental, como registro de las intervenciones en todas sus áreas y subsistemas, los acabados históricos la renovación de sus instalaciones. Permite el monitoreo y control constante a partir de las condiciones iniciales y los datos de que tareas se llevaron a cabo: quien y cuando las ejecutó, con que línea de insumos o materiales, cuales los alcances, extensión y profundidad de la acción, etc. Ante cualquier dificultad o comportamiento inadecuado de alguno de los subsistemas ornamentales, estructurales o de instalaciones tratados o renovados, permite actuar con rapidez y seguridad sin perder tiempo con costosas pruebas o sondeos ni dañar al edificio, contando con la información de base para operar de un modo racional y respetuoso de la integridad del monumento. ….”El restauro es la ejecución de un proyecto de arquitectura que se aplica a una preexistencia, comprende todas las operaciones técnicas idóneas para conservar la consistencia material, reducir los factores intrínsecos y extrínsecos de degrado, para arribar a buen término como instrumento que satisfaga las necesidades, con las modificaciones estrictamente necesarias, utilizando los estudios previos y de proyecto como herramientas que incrementen el conocimiento. “Arq. Amedeo Bellini Politécnico de Milán 9 Principios Criterios de actuación Para todas las consideraciones conceptuales, metodológicas, previsiones y especificaciones, se respetaron las normas actualizadas y recomendaciones generales fijadas por los organismos internacionales para la conservación y puesta en valor del patrimonio arquitectónico y monumental. La obra de restauración conservativa del Teatro Colón, en el inicio del siglo XXI, planteó, sin dudas, un desafío no habitual en nuestro medio, por la significación cultural, la escala y el carácter arquitectónico del monumento. Las prestaciones funcionales iniciales fueron mutando desde el núcleo fundacional de 1908, pasando por las ampliaciones y modificaciones de zonificación o configuración y tratamiento de los recintos. La reprogramación de nuevos usos permitió la adecuación el teatro a nuevos requerimientos planteados por diferentes administraciones, en general dentro del marco del respeto a la integridad de las características esenciales que le otorgan identidad al monumento. No se buscó un regodeo hedonista acerca de la puesta en valor de sus méritos históricos para nuestro deleite, sino que este tipo de acciones nos enfrenta también al perentorio debate acerca una revalorización critica de nuestro presente cultural y como transformarlo en catapulta de mejoramiento social y desarrollo económico. Buenos Aires y sus industrias culturales compiten en un mapa de nodos y redes a escala planetaria, donde el turismo y los paisajes culturales de las ciudades y metrópolis buscan obtener el mejor rédito de sus capacidades instaladas y sus rasgos diferenciales. El marco teórico conceptual y metodológico lo aportan los documentos cartas y contribuciones teóricas de aquello que conforma la doctrina internacionalmente reconocida y actualizada de conservación y restauración del patrimonio. No obstante, es importante señalar que las normativas señalan un marco que unido a la casuística aplicada al propio monumento, por valiosa que sea no puede resolver los complejos problemas que el proyecto inexorablemente debe plantear. No existen metodologías y cuerpos normativos que resuelvan los conflictos y las tensiones emergentes de las divergencias entre conservación y seguridad, entre restauración de la imagen y respeto por el valor documental, entre recuperar la patina y limpiar un acabado, entre respetar la esencia y el valor histórico del patrimonio y su necesaria adecuación si queremos que siga siendo útil y se mantenga vivo. No existen sistemas de navegación que determinan con precisión los modos de abordaje de los problemas. No hay sistemas cerrados y unívocos que resuelvan ninguna cuestión aquí planteada de un modo automático, de modo tal que la cuestión valorativa pasa a ser esencial en este contexto de cuestionamientos profundos a los esquemas deterministas propios del positivismo, que presuponían que la sola investigación filológica resolvía científicamente los dilemas y las opciones. Puede ser tan violento que la permanencia y conservación del monumento sea a expensas de incumplir las exigencias vitales básicas de uso, como resulta intrusivo reemplazar o alterar las modificaciones que la propia historia produjo en la materialidad del bien. Criterios de intervención generales y específicos El Teatro Colón tiene características unitarias. Es uno de los escasos ejemplos a nivel mundial donde tanto su envolvente edilicia original como sus interiores se conservan sin haber sufrido alteraciones significativas. a pesar de las importantes ampliaciones del año 1938 y mas recientemente, las del período 1968-1972. Estas criteriosas 10 adecuaciones y crecimientos, no comprometieron el carácter unitario y monumental del edificio, reforzado por su privilegiado emplazamiento en un entorno urbano de fuerte carácter y valor ambiental. La captación visual de sus interiores y el recorrido a través de los itinerarios posibles permite percibir nuevamente esta característica unitaria, que proviene de la armónica relación entre forma, espacio, uso y materialidad. De las reflexiones anteriores se desprenden consecuencias directas vinculadas a la pertinencia de las acciones posibles en las tareas de rescate. Se lee a toda la obra como una "unidad compleja", donde cada uno de los componentes (sistemas y subsistemas) no actúa por sí solo sino que siempre forma parte de un todo de mayor complejidad que lo incluye y le da su sentido. Siguiendo este criterio, al momento de proceder con las tareas tendientes a la recuperación de cada una de estas partes integrantes del conjunto, la visión intentó ser siempre totalizadora. En ese sentido se tuvo un especial cuidado con las intervenciones puntuales evitando que unas se destaquen sobre las otras comprometiendo así el sentido de unidad. Este es una enumeración de los criterios de intervención derivados de las reflexiones expuestas acerca de la disciplina de la recuperación patrimonial y de las características y condicionantes del caso • Reconocimiento y valoración mediante estudios rigurosos de carácter histórico - documental, estético y técnico • El patrimonio vivo no se fosiliza, se modifica sin perder su esencial identidad • Abordaje integral e interdisciplinario. Complejidad y sistemas complejos adaptativos • Conservación del todo y sus partes del continente y del contenido; respeto por los sucesivos estratos históricos • Mínima intervención, compatible con el cumplimiento de los cometidos del proyecto • Máxima documentación. Valor instrumental para garantizar la sustentabilidad de la intervención • Destacar los aportes de los autores del proyecto original por sobre la obra de restauración • Criterio de autenticidad, señalando con sutileza la diferencia entre lo original y lo agregado • Respeto por las pátinas y señales que el buen uso y el tiempo imprimen en la materia • Recuperación de la mayor cantidad de materiales y técnicas constructivas originales • La posibilidad de la reversibilidad y la reaplicabilidad de técnicas y aplicaciones Compatibilidad entre técnicas y materiales primarios y agregados 11 • Recuperar la iluminación natural como elemento definidor de las características de la estructura espacial del monumento, tan rica en matices, valores plásticos y sentidos propios. Evitar las distorsiones de la iluminación artificial impropia, contradictoria del sistema arquitectónico heredado. Subrayar mediante la iluminación los aspectos, valores y características intrínsecas del monumento Una parte significativa de las obras fue ejecutada a teatro abierto y comprendió la restauración y adecuación tecnológica del edificio histórico, incluyendo el tratamiento de su envolvente edilicia y la rehabilitación y puesta en valor de sus espacios más representativos, así como la renovación y modernización de la caja escénica y la adaptación de los sectores de apoyo. Se aportaron nuevas facilidades y mejoras a los músicos y operarios, reordenando y sistematizando todas las instalaciones y equipamientos de seguridad de bienes y personas, adecuando el monumento a las más exigentes normativas internacionales en la materia. Estas intervenciones además de ser indispensables resolvieron de un modo integral una de las problemáticas centrales de la recuperación monumental contemporánea: la incorporación de nuevas tecnologías, equipos e instalaciones sin comprometer los méritos patrimoniales del bien Esta cuestión es particularmente significativa en un conjunto edilicio como este caso, donde su condición de espacio para el uso público y la amplitud temática de su programa de usos, las exigencias y complejidades de las instalaciones. En primer término se definieron las intervenciones necesarias tanto para la conservación integral del monumento histórico como para la adecuación física y tecnológica del edificio a las modalidades contemporáneas de producción de espectáculos de ópera, de ballet y de concierto, con la consiguiente adecuación de los espacios que sirven a los artistas, a la producción y a la administración del complejo. Para formular el programa de necesidades, se trabajó permanentemente con la Dirección del Teatro, con los técnicos de las diferentes secciones y con los artistas designados por la Dirección como interlocutores. Fue necesario el retiro de construcciones parásitas, divisiones o alteraciones carentes de valor o que incluso alteraban la lógica espacial de algunos recintos, como las subdivisiones que desvirtuaban la estructura funcional y tipológica de los foyeres laterales de acceso, hoy recuperados. En esos casos no se dudó en retirar eso elementos por ser considerados en la instancia valorativa, carentes de todo valor y que eventualmente planteaban además condiciones de riesgo de incendio o comprometían la estabilidad constructiva. Las modificaciones o crecimientos de carácter utilitario sin valor arquitectónico, que contradicen al sistema arquitectónico inicial y a sus claras leyes de generación, no deben ser confundidas con estratos históricos sino como intervenciones intrusitas y de degrado, error de interpretación equivalente a confundir la valiosa pátina del tiempo con suciedad y material polutivo que impregna y daña las complejas y frágiles estructuras materiales del monumento. Se retiraron añadidos y cerramientos como el del palco bajo del proscenio, que desnaturalizaban la condición espacial de la sala y producían alteraciones acústicas en el foso de la orquesta. En todas las acciones para el tratamiento de los acabados históricos, se estableció como criterio básico la intención de mantener y conservar los materiales originales a la vista, respetando el código técnico-expresivo y la imagen buscada por los autores del proyecto y su materialización. Todos los subsistemas, considerados desde el punto de vista formal y así como sus 12 dispositivos constructivos y estructurales, forman parte indisoluble del mismo, y son considerados testimonios físicos de un altísimo valor patrimonial y bajo ninguna circunstancia pueden verse afectados por la ejecución de los trabajos. La pérdida o el daño en todo o en parte de estos bienes culturales constituirían una situación irreparable en razón del carácter documental de los recintos donde se ejecutará la obra prevista. Cualquier modificación o reemplazo de elementos originales afectaría de un modo irreversible la autenticidad del monumento. Reducir el Valor patrimonial de un edificio a lo objetual es vulnerar la indisoluble vinculación entre sujeto y objeto, entre el ciudadano y su ciudad, entre el habitante y sus monumentos públicos. Entre comunidad y espacio publico. El proyecto planteó y logro rescatar la integridad de los espacios protagónicos del edificio, foyer salón dorado, sala y caja escénica. No existen riesgos de rupturas de la percepción completa del monumento, en particular sus más representativos espacios interiores. El teatro recuperó la percepción de la integralidad de sus emblemáticos espacios interiores y la rica y compleja organización secuencial de los recorridos, desde la comprensión y el respeto a las decisiones iniciales de los autores del proyecto. Cada recinto fue recuperando su código cromático inicial, y donde fue técnicamente posible, el mismo acabado histórico original retirando las distorsiones que provoca el material polutivo o las aplicaciones de recubrimientos y colores impropios. Valen como ejemplo el retiro de los ambulatorios del gris verdoso “color consorcio” como cariñosamente fue designado entre los restauradores, o el color violeta intenso que recubría los palcos. La conservación de la superficies decorativas de la sala, soporte de un magnifico aparato ornamental, fue respetuosamente conservada, reintegrando solo pequeños fragmentos faltantes en aquellos elementos que lo requerían, a efectos de recuperar la legibilidad de los motivos. Actualización tecnológica Uno de los grandes desafíos del proyecto residía en la compatibilización entre las exigencias de la restauración y puesta en valor del teatro y su actualización tecnológica. Esto requirió de la actuación coordinada y permanente de la Unidad de Proyecto, del equipo técnico, de las diferentes asesorías y las unidades de planificación, programación dirección y ejecución de los trabajos a cargo de la empresa gerenciadora y de las empresas contratistas. • Se planteó en la primera fase de los trabajos el relevamiento y la documentación de las distribuciones de agua, desagües, gas, incendio, aire acondicionado y electricidad • Ampliación de potencia eléctrica, Grupo electrógeno. Actualización de la subestación transformadora • Retiro y reemplazo de todos los subsistemas de redes, cables antiguos, tableros en estado de obsolescencia y con condiciones de riesgo para el edificio, los usuarios y operadores • Se renovaron complemente las instalaciones eléctricas y la renovación de los sistemas de dimmers • Instalación del sistema de detección de incendio audio evacuación, señalización y protecciones pasivas, compatibilizándolas con el valor patrimonial del monumento 13 • El proyecto separó los riesgos, segmentando conceptualmente el edificio en tres grandes áreas, en función de sus características materiales y condiciones de uso • Se adecuaron los medios de evacuación para todos los niveles y para cada sector • Reutilización y adecuación de los tallos existentes de cañerías contra incendio integradas al nuevo sistema de bombeo del teatro • Planes de contingencia de Obra con incorporación de sistemas de detección de iluminación y señalización de emergencia, de extinción y rede de bocas de incendio, para cubrir los riesgo en las diferentes etapas de la obra • Instalación del nuevo sistema de audio, video telefonía datos e instalaciones, para adecuarlos a nuevos usos utilizando plenos existentes • Colocación de sistemas de aire acondicionado mediante fancoils en Salas Especiales • Adecuación de guardarropas incorporado sistemas motorizados con control y búsqueda informática • Reparación y puesta a punto de los mecanismos de descenso de luminarias en Sala y Salón Dorado para su correcto mantenimiento e instalación de pasarelas para facilitar el acceso a los dispositivos de instalaciones y monitoreo de las estructuras y los desagües pluviales • Se renovaron completamente instalaciones eléctricas, sanitarias y aire acondicionado. Se modificaron los recorridos de las instalaciones generando pisoductos, separando los plenos de aire de las instalaciones eléctricas, neutralizando esa riesgosa condición • La reforma escenotécnica incluyó la renovación del piso del escenario, nivelación del foso de orquesta con respecto al mismo • Se construyó una nueva plataforma montacargas con acceso sobre la vereda de Cerrito • La iluminación escénica se modernizó incorporando la última tecnología disponible • En las salas de máquinas se colocaron tres nuevas enfriadoras de agua, dos nuevas calderas y una gran sala de bombas de distribución de agua para los sistemas de climatización La interdisciplina Como modalidad de trabajo para resolver la multidimensionalidad de la extensa problemática planteada, se trabajó desde el inicio dentro de un cuerpo interdisciplinario que nucleó a profesionales especializados en diferentes campos y disciplinas con experiencia previa en obras de características, complejidad y escalas similares. Por tratarse de la intervención del Teatro Colón, su trascendencia como equipamiento cultural internacionalmente reconocido, posibilitó también el intercambio constante de consultas y discusiones con consultores y visitantes extranjeros. Esto supuso una extensa fase inicial de compatibilización de las premisas teóricas conceptuales y 14 modos de abordaje vinculadas a la problemática de la recuperación de la arquitectura monumental, articulada con otras visiones provenientes del mundo de la producción, la investigación, el ámbito del proyecto contemporáneo, la dirección supervisión y ejecución de las obras y la gestión tanto pública como privada. Esta necesidad de compatibilizar miradas y trayectorias diferentes, lejos de implicar una dificultad, fue unas de las riquezas y aportaciones de este estimulante desafío individual y grupal. La multidisciplina, que evolucionó rápidamente en interdisciplina, con inevitables consecuencias metodológicas, generó un cuerpo de procedimientos y de interconsultas sistemáticas o informales según el caso, pero que enriquecieron la densidad, pertinencia e interacción proyectual y productiva a lo largo de las tareas de rescate del monumento. Las interacciones entre el gerenciamiento y las aportaciones de los técnicos y profesionales posibilitó construir canales e interfases desde una mirada integradora, donde la exigencia de la calidad en un monumento de esta escala y complejidad, se integró con la necesidad de organizar y producir controlando los costos y en los plazos requeridos. La clave para resolver las divergencias residió en los valores compartidos, anteponiendo la recuperación integral del teatro Colón por sobre cualquier visión sectorial. Conclusiones No hay mejor actuación conservativa que aquella que permite mantener al edificio funcionando. De allí los riesgos del enfoque fundamentalista de la conservación museística, que antepone las razones estéticas o “culturales” a la adecuación a nuevas condiciones de uso y confort. Tampoco ayuda la confusión entre la obra de arte que nace para ser observada y la obra de arquitectura, donde el uso, la forma y la materialidad deben constituir una unidad indisoluble. La condición útil de una obra de arquitectura no puede ser la variable de ajuste de las exigencias estéticas. El desafío y la complejidad reside en poder integrar y resolver estas solicitaciones divergentes, en particular si integramos la dimensión representativa y simbólica y cultural en el sentido más amplio del término, como uno de los cometidos del monumento. En definitiva, la única forma de mantener vivo el monumento, es conservando sus rasgos esenciales en su aporte a la transición a un nuevo ciclo de vida. La adaptación a los requerimientos funcionales de un teatro de hoy debe tener en cuenta que el gran desafío es lanzarlo al futuro a través de la intervención. Pero sólo hasta la próxima intervención, con la humildad suficiente como para saber que somos un paso en la vida del edificio-monumento, y que por esa razón es que toda intervención debe procurar ser reversible, auque sepamos de las dificultades técnicas y conceptuales que esta condición presupone. En el desarrollo del proyecto, la situación inicial fue exhaustivamente documentada antes de realizarla para permitir correcciones a la luz de nuevas y más evolucionadas teorías, técnicas y requerimientos. Debemos pensar que todo lo realizado en esta intervención será parte de la historia del edificio, de su paso por el siglo XXI, y entender que el proceso de recuperación no tiene fecha de inicio sino que es un continuo desde la primera intervención hacia el futuro. 15 Una intervención adecuada, en estos casos, necesita ser ambiciosa y abarcante, pero no debe entender la recuperación del edificio como una operación única y excepcional. La presente restauración conservativa es apenas una etapa presente de una permanente tutela, incluyendo las acciones pertinentes de conservación preventiva. A la luz del extraordinario esfuerzo de rescate del monumento, la conservación continua y la prevención deben ser las claves de una gestión responsable de administración y manejo de este monumento único. El fenómeno del Teatro Colón, con su fuerte potencial simbólico, fue en definitiva quien indujo la mística, este clima de pasión iluminada por la razón, suscitando en los que tuvieron el privilegio de participar, actitudes comprometidas e inspiradas, como símbolo de que, con metas convocantes, los argentinos podemos, aún en condiciones conflictivas y de grandes limitaciones, unirnos para producir instancias de valor, demostrando que las utopías, lejos de ser una fuente de frustraciones, son el medio para generar cambios reales en línea con los intereses comunes, imponiéndose a las recurrentes lógicas incrédulas y desesperanzada de nuestro tiempo. 16