LA POLÍTICA SOCIAL DEL ESTADO COSTARRICENSE¡Error! Marcador no definido. PROBLEMAS TEORICO-METODOLOGICOS. Jorge Mario Salazar1 1. El estudio de la problemática social El campo de la historia social y particularmente de las políticas sociales, ha estado descuidado en nuestro país, tanto en investigaciones, como en el debate dentro de las Ciencias Sociales; esto, quizás, por el predominio de la historia política y, recientemente, de la historia económica, en el quehacer historiográfico contemporáneo del país. Pero es necesario investigar, estudiar y debatir sobre la problemática social de América Latina y particularmente de Costa Rica; es decir, analizar la situación de nuestras sociedades con sus problemas, su desarrollo, sus contradicciones, etc., pero aplicando el concepto de la historia social de manera global, en el cual todos los hechos y fenómenos (económicos, políticos, etc.), son hechos sociales. Esto es importante porque la tendencia reciente de las Ciencias Sociales busca, entre otras cosas, la cientificidad frente al empirismo, el trabajo interdisciplinario frente al fragmentismo de disciplinas, y el compromiso social frente a la apatía e individualismo del científico social. También es importante la investigación y el debate académico y político de nuestra problemática social, porque los hechos históricos, más que acontecimientos aislados, son hechos sociales, que se explican en el contexto de las diferentes formaciones socioeconómicas, y que adquieren un carácter dinámico debido a las contradicciones sociales existentes. En este sentido es imperativo estudiar nuestra historia reciente, caracterizada por una agudización de la crisis económica, en el marco de un capitalismo dependiente y subdesarrollado, con serios efectos sociales y políticos, que la presentan como una crisis estructural. Por lo tanto, existe un importante e ineludible compromiso de las Ciencias Sociales, de difundir los resultados de las investigaciones y debates, que ayuden a nuestro pueblo a conocer mejor el desarrollo histórico-social 1 Ph. D. en Historia. Profesor de la Escuela de Historia y Geografía e Investigador del Centro de Investigaciones Históricas, Universidad de Costa Rica. www.ts.ucr.ac.cr 1 del país, y a comprender la naturaleza de las condiciones actuales. Esto es básico para que, por medio del estudio y de la organización, se luche por defender las conquistas sociales y políticas y, sobre todo, por cambiar las condiciones que obstaculizan el logro de una sociedad verdaderamente democrática. O sea, evolucionar de una "ideología de crisis", en la cual nos encontramos, a una "ideología de cambio", que es precisamente lo que quiere nuestro país. Ahora bien, estudiar la problemática social de nuestro país es muy amplio y complejo, pues abarca diferentes aspectos como: salud, vivienda, tierra, educación, condiciones laborales, alimentación, recreación, etc.; a la vez que atañe a diversos sectores sociales, instituciones, al Estado, a las organizaciones de trabajadores, al sector empresarial, etc. Todos estos aspectos considerados en conjunto, constituyen lo que lo que entendemos por un "sistema de seguridad social", en el cual inciden una serie de variables como: el sistema económico, el sistema educativo, lo jurídico, el marco ideológico, las relaciones obrero-patronales, la naturaleza del poder político, etc. En este sentido, esta investigación privilegia el análisis de las políticas de seguridad social, que se han implementado en nuestro país, de acuerdo con las coyunturas de crisis económica, según estudiaremos en los próximos capítulos. Es interesante que, a pesar de la trascendencia y actualidad del tema, poco se ha investigado y aún menos publicado, sobre las políticas sociales y laborales en Costa Rica y, en general, sobre la cuestión social. En realidad, la cuestión social ha sido vista, históricamente, como la existencia de una serie de problemas laborales derivados de las relaciones sociales de producción que, en el marco del desarrollo capitalista, han producido injusticia y marginación para los trabajadores. En el contexto contemporáneo de América Latina, la cuestión social, inicialmente planteada por las ideas socialistas y por la doctrina social de la Iglesia Católica, ante los serios efectos del desarrollo del liberalismo y del capitalismo industrial, ha sido incluida por los Estados, como parte de su agenda en las tibias políticas intervencionistas, en respuesta a las presiones de los sectores populares y a los efectos de las crisis económicas en la región. Esta cuestión social en nuestro país, generalmente ha sido estudiada separada del contexto económico y político, en sus diversas etapas históricas; o bien, ha sido analizada de manera fragmentada, según se trata del problema de salud, educación, trabajo, etc., lo cual ha limitado la comprensión real y global de esta problemática social. Nuestra investigación plantea el análisis de las políticas sociales en Costa Rica, en su etapa contemporánea, pero ubicadas en el www.ts.ucr.ac.cr 2 desarrollo del capitalismo costarricense y relacionadas con la naturaleza del poder político y la estructura de clases sociales del país. Esto nos parece fundamental en nuestro objeto central de estudio, porque la cuestión social es el resultado directo de una sociedad que, como la costarricense, no ha distribuido entre todos sus sectores sociales la riqueza producida, el poder de decisión política, ni el disfrute de la educación, la recreación, ni la cultura. Debido a que en Costa Rica los principales logros en materia social se refieren, sobre todo, a la previsión social y a la protección y regulación del trabajo y de la mano de obra, los pocos estudios que existen son relativos a estos aspectos. Así, por ejemplo, tenemos un pequeño estudio realizado por don Enrique Muñoz Fonseca, denominado: "El seguro social en Costa Rica" (San José, 1944); también, el estudio del Lic. Armando Arauz Aguilar y otros: "Apuntes sobre seguridad social costarricense (San José, 1957). Respecto al tema de del origen e inconstitucionalización de los seguros, en las primeras décadas del XX, es muy importante la investigación del Profesor Carlos Monge Alfaro: "Nuestra historia y los seguros" (San José, 1974); además de la investigación que hizo el Dr. Mark Rosenberg: "Las luchas por el seguro en Costa Rica" (San José, 1980), especialmente en la etapa de 1940 a 1970. Otro aspecto relativamente estudiado en nuestro país es sobre los movimientos sociales, sobre todo el movimiento obrero-sindical. Así, tenemos el estudio del Lic. Vladimir De la Cruz: "Las luchas sociales en Costa Rica" (San José, 1980), que comprende el desarrollo del movimiento obrero-sindical en la etapa de 1870-1930. También, está la investigación del Lic. Mario Oliva: "El movimiento artesano-obrero urbano costarricense, 1880 - 1914" (San José, 1984) y el estudio del Lic. Carlos Luis Fallas Monge: "El movimiento obrero en Costa Rica, 1880-1902" (San José, 1983). Véase, entonces, lo limitado de las investigaciones sobre la cuestión social en nuestro país, lo cual refleja la necesidad de profundizar el análisis histórico sobre esta problemática. En este sentido, la presente investigación busca caracterizar las políticas sociales y laborales que se han dado en nuestro país, en el contexto del desarrollo capitalista, de la naturaleza del Estado y de las contradicciones sociales existentes. Con ello se propone, a la vez, brindar un aporte a la historiografía contemporánea de Costa Rica, concretamente en el campo de la historia social y la historia del poder. 2. Problemas teóricos y metodológicos NO existe uniformidad respecto a los conceptos utilizados en materia social, por lo que generalmente encontramos designaciones disímiles y a menudo contradictorias sobre estos www.ts.ucr.ac.cr 3 aspectos, lo cual dificulta el estudio de la problemática social en nuestro país. En este sentido, nos interesa señalar algunos de los conceptos que se utilizan, para luego precisar el significado que le daremos en nuestro trabajo (1). Generalmente se usan conceptos como: cuestión social, problemática social, planificación social, políticas sociales, políticas sociales, previsión social, asistencia social, servicios sociales, programas sociales, instituciones sociales, seguridad social, etc.; pero a pesar de que todos atañen el campo social, no siempre el significado que se les asigna es el mismo. Concretamente, en materia social, se utilizan conceptos amplios y conceptos restringidos. Los conceptos amplios se refieren, por ejemplo, a: cuestión social, problemática social y seguridad social; en tanto que, dentro de los conceptos restringidos tenemos: previsión social, asistencia social, políticas sociales, servicios sociales, etc. Entonces, en el presente estudio utilizaremos tanto conceptos amplios como conceptos restringidos, porque la política social del Estado costarricense, en la etapa contemporánea, se ha orientado a políticas de seguridad social. Veamos primero algunos de estos conceptos, para luego comprender mejor esta problemática sobre la seguridad social en nuestro país, la cual es, en definitiva, objeto central de nuestro estudio. Un primer concepto es el de prevención social, que comprende aquellas instituciones públicas o privadas, mediante las cuales distintos sectores de la comunidad tratan de protegerse de los riesgos de invalidez, pérdida de capacidad de trabajo por edad avanzada y muerte prematura. También comprende las situaciones de urgencia creadas por enfermedades graves o los accidentes, cuyo costo extraordinario el trabajador no puede afrontar con sus recursos. La previsión social tiene un carácter contributivo, pues se otorga únicamente a los afiliados que han abonado sus aportes; asimismo, se diferencia del seguro privado por el hecho de ser obligatorio, de costearse con los aportes de terceros o del Estado y porque no siempre otorga beneficios estrictamente proporcionales a los aportes abonados por el afiliado. En realidad, una de las principales instituciones de previsión social la constituye el seguro social, que se financia con cotizaciones de los trabajadores, de patronos y del Estado. El seguro social generalmente administra riesgos a corto plazo, como las prestaciones por enfermedad, maternidad, accidentes de trabajo, asignaciones familiares y desempleo; así como riesgos a largo plazo, o sea, las prestaciones por vejez, invalidez, muerte e indemnizaciones a los deudos por fallecimiento de los asegurados directos; aunque también existen otras instituciones de previsión social, que administran regímenes de jubilaciones y pensiones de tipo www.ts.ucr.ac.cr 4 profesional (2). Según analizaremos en esta investigación, la previsión social ha sido, quizás, la más aplicada como política social del Estado costarricense, tanto a nivel de seguros sociales, como en los regímenes de jubilaciones y pensiones. Otro importante concepto restringido es el de asistencia social, que es un tipo de servicio que reconoce a los ciudadanos el derecho legal de obtener prestaciones a cargo de los fondos públicos, en ciertos casos de necesidad, cuya razón de ser no es imputable al interesado. En este servicio los pagos efectuados se destinan a personas de bajos ingresos, por lo que el Estado y las autoridades locales tienen a su cargo todo el costo. Aunque este tipo de asistencia generalmente ha sido absorbido por el seguro social, en algunos países se mantiene este servicio, a veces como forma complementaria de protección, a personas que todavía no están cubiertas por los seguros, o bien, que la protección que reciben es insuficiente (3) . Los servicios sociales, por su parte, son considerados como una extensión del régimen de seguridad social, pues contribuyen un conjunto de instituciones y de acciones que tienen por objeto completar las prestaciones individuales, en especies o en dinero, de la seguridad social y, en general, de la vida social. Entonces algunos de los servicios que se prestan, o que podrían prestarse son: orientación profesional, promoción educativa y de formación profesional, de empleo y colocación, de prevención y bienestar en el trabajo, de atención e integración de las personas ancianas y de préstamos monetarios; así como la participación en actividades culturales y recreativas, servicio para el desarrollo comunitario y una serie de servicios en favor de los niños (4). En nuestro país, aunque no han sido predominantes, si se han puesto en práctica programas de asistencia social y programas de servicios sociales, como forma de protección a la mano de obra y a ciertos sectores marginados del país, sobre todo en la etapa reciente del siglo XX, aunque, según se analiza en nuestro estudio, todavía falta mucho por realizar. Ahora bien, respecto a los conceptos amplios en materia social, ya definimos la problemática social y la cuestión social, por lo que ahora caracterizaremos la seguridad social, que es precisamente lo que más se ha aplicado en América Latina y, por tanto, en Costa Rica. Se puede afirmar que la seguridad social en cuanto al hombre es un derecho, en cuanto al Estado es una política, en cuanto a la ciencia jurídica ya es una disciplina, respecto a la filosofía es una expresión de justicia, en cuanto a la sociedad es un factor de solidaridad, respecto a la administración es un servicio público, relativo al desarrollo es un factor integrante de la política general y, en cuanto a la economía es un factor de redistribución de la riqueza (5). www.ts.ucr.ac.cr 5 La seguridad social abarca los derechos y postulados de la previsión social, los regímenes especiales que protegen al trabajador y su familia de contingencias como la enfermedad, el desempleo y los riesgos de trabajo; así como los beneficios de los seguros sociales, de la asistencia social y de los denominados servicios sociales. Es decir, la seguridad aparece como el conjunto de esfuerzos organizados por la sociedad, para mejorar en lo físico, moral y espiritual sus medios de vida; así como para prever y contrarrestar las consecuencias de los riesgos sociales a que se encuentran expuestos sus componentes. La seguridad social ha sido estudiada y conceptualizada por una serie de organizaciones internacionales, como la Organización de Naciones Unidas (O.N.U.), la Organización Internacional del Trabajo (O.I.T) y la Asociación Internacional de Seguridad Social. Estas organizaciones han definido los principios fundamentales de la seguridad social, le han dado el carácter de derecho del hombre, y han señalado la necesidad de su cumplimiento en los diferentes países. Por ejemplo, en la "Declaración Universal de los Derechos del Hombre", la Asamblea General de la O.N.U. (1948), reconoció la seguridad social como un derecho del hombre. Es decir, se estableció que toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales indispensables de su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad (6). A la vez, la declaración de la O.N.U. afirmó que toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar y, en especial, la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios. Igualmente afirmó el derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez, u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad. Luego de la declaración de la O.N.U., distintas conferencias y congresos regionales ratificaron el derecho a la seguridad social, a la vez que ampliaron sus principios, en una permanente lucha por su aplicación en América Latina (7). Esto es importante, porque se proclamó universalmente el derecho a la seguridad social, al igual que el derecho a la vida o a la libertad; con lo cual se superó el concepto de seguridad social para ciertos sectores de la sociedad; o bien como una simple concesión de las élites dominantes. Entonces, desde el punto de vista teórico-metodológico, nuestro trabajo se basa en la concepción explicada de www.ts.ucr.ac.cr 6 seguridad social, porque consideramos que corresponde a las típicas políticas sociales del Estado costarricense. Es decir, nuestro objeto central de estudio es el análisis de la seguridad social en Costa Rica, en los diferentes períodos de su historia contemporánea. Esto es así porque, en realidad, en nuestro país las luchas sociales han planteado, sobre todo, reivindicaciones laborales y sociales que corresponden a luchas por la seguridad social (previsión social, seguros sociales, asistencia social, protección contra riesgos del trabajo y de enfermedad, condiciones laborales, etc.). Por otro lado, las políticas sociales predominantes del Estado costarricense se han mantenido en los marcos de la seguridad social, porque no han superado el esquema reformista, que busca mantener las condiciones de seguridad social, y con ello garantizar la reproducción de las relaciones sociales capitalistas; a la vez que un relativo clima de estabilidad social e institucional. También, aunque la aplicación de los principios de seguridad social en nuestro país, refleja que se ha superado la etapa de las políticas sociales aisladas y de caridad pública, definitivamente no se ha llegado a constituir un verdadero sistema de seguridad social, que, según explicamos, abarque de manera integral las diferentes necesidades de las personas, como alimentación, salud, vivienda, empleo, educación, tierra, recreación, etc. Nuestra investigación se ubica en el campo de la historia del poder, pues estudia el desarrollo histórico de las políticas sociales en Costa Rica, concretamente las políticas de seguridad social, pero ligado al desarrollo económico capitalista y sus crisis, a la estructura de clases sociales, a las luchas populares del país, y a la naturaleza del Estado costarricense. Es decir, nuestro análisis teórico-metodológico está basado en la concepción de una historia social, global, dinámica y de contradicciones, en la que los hechos históricos se estudia como hechos sociales. Entonces, las políticas de seguridad social las ubicamos, para su mejor comprensión, en el desarrollo del capitalismo, en la naturaleza del poder político y en el desarrollo de las luchas sociales. Esto es fundamental porque la problemática social, particularmente la seguridad social, no puede estudiarse aislada del contexto económico, político y social. Así, nuestra propuesta metodológica plantea que todas estas políticas sociales son el resultado de una compleja interacción entre las exigencias del capitalismo contemporáneo, la situación de las contradicciones de clases y la estrategia política del Estado capitalista, particularmente en la etapa histórica del "Estado Benefactor", o del "Estado Reformista", posterior a la década de 1930. Por eso consideramos fundamental ubicar las políticas de seguridad social, dentro de las funciones y actividades del Estado www.ts.ucr.ac.cr 7 capitalista contemporáneo, que busca asegurar la reproducción general de las relaciones sociales de producción, y de mantener mecanismos de legitimación, que permitan un relativo clima de "armonía social". Por eso, parte del gasto público es destinado a contribuir a la reproducción de la fuerza de trabajo, mediante la provisión de servicios de consumo colectivo para la población económicamente activa y sus familiares. Entonces, en el análisis metodológico de este estudio, manejaremos estas tres variables: desarrollo del capitalismo, naturaleza del poder político y desarrollo de las luchas sociales, para explicar y comparar las políticas sociales que se han aplicado en Costa Rica, en los diferentes períodos históricos de su etapa contemporánea. Así podemos señalar un primer período, de 1870 a 1940, con predominio de un Estado Liberal oligárquico, un desarrollo capitalista dependiente y subdesarrollado; así como bajo un nivel en la organización y lucha de los sectores populares; por lo cual corresponde al origen de las políticas sociales en el país. Un segundo período, de la década de 1940 a 1970's, que corresponde al Estado reformista, a una etapa de expansión de nuestro capitalismo dependiente y a un significativo avance en la organización y luchas de los sectores populares. Por ello, en esta etapa se dio una expansión y consolidación de las políticas sociales, especialmente las de seguridad social. Finalmente, podemos señalar en nuestro estudio un tercer período, de mediados de la década de 1970 y lo que va de la década de 1980. Esta etapa, en general, refleja una crisis económica, el cuestionamiento del Estado reformista como solución ante la crisis, así como una agudización de las contradicciones sociales en el país, lo cual ha llevado a nuevas formas de organización y de lucha de los sectores populares. Esta etapa corresponde, entonces, a un debilitamiento en la aplicación de políticas sociales, debido a los límites estructurales que presenta nuestro capitalismo dependiente y endeudado; así como a la ausencia de decisiones políticas para enfrentar la crisis y atenuar los efectos sociales de la misma. En esta coyuntura de crisis actual, se enmarcan los proyectos político-electorales, que orientarán la política gubernamental en lo que resta de la presente década. Ahora bien, la gestación y ejecución de las políticas sociales en nuestro país, no ha sido un proceso mecánico ni ordenado; por el contrario, las políticas sociales se han venido conformando en una compleja interacción de factores. Desde el punto de vista económico, ha incidido la expansión capitalista, así como las coyunturas de crisis económicas. La naturaleza del poder político ha sido un factor clave, sobre todo, la composición social del Estado costarricense, el www.ts.ucr.ac.cr 8 contenido ideológico de los distintos partidos políticos que han tenido acceso al poder, la preocupación de las élites por prevenir la agudización de las luchas sociales, etc. Por otro lado, la naturaleza de los movimientos sociales ha incidido en la consecución de políticas sociales, especialmente por las presiones realizadas por grupos organizados, tanto a nivel obrero-sindical, como de sectores medios y campesinos, al calor de partidos políticos; o bien, de movimientos cooperativos, gremiales, etc. Así, nuestra investigación se ubica en el contexto de la historia social y de la historia del poder, con el claro objetivo de analizar, en los períodos históricos señalados, la evolución de las políticas de seguridad social en nuestro país. Esto implica demostrar como a una etapa de capitalismo dependiente, de Estado liberal, oligárquico y de bajo nivel de organización y de lucha social (1870-1940), corresponde al origen de las políticas sociales en nuestro país. También, demostrar como a un período de expansión capitalista, de Estado interventor y de significativo avance en la organización y luchas de los movimientos sociales (19401970's), corresponde a la expansión y consolidación de las políticas sociales, especialmente de seguridad social, en nuestro país. A la vez analizar como a una etapa de crisis económica, de agudización de las contradicciones sociales y de cuestionamiento del Estado reformista (1970-1980's), corresponde un período de debilitamiento en la aplicación de políticas sociales. En nuestra investigación hemos tenido varias limitaciones. En general, de nuestra propuesta metodológica para el análisis del tema central, el manejo de las variables económicas (desarrollo del capitalismo dependiente) y político (naturaleza del poder) no ha sido tan difícil. Sin embargo, en la variable social hemos encontrado limitaciones, porque no existen suficientes estudios sobre temas básicos como la estructura de clases sociales, la naturaleza y lucha de los movimientos sociales, etc.; por lo que la disponibilidad de fuentes ha sido poca. Por otro lado, debido a que nuestro período de estudio es amplio, el análisis de casos o de coyunturas concretas no se ha realizado como desearíamos. Sin embargo, consideramos que esta investigación, además de brindar un aporte a la historiografía contemporánea, ha de estimular nuevos estudios y debates, que apoyen o que cuestionen nuestra propuesta teórico-metodológica y nuestras ideas centrales sobre el caso de Costa Rica. Respecto a las fuentes, nuestra investigación se basa en fuentes primarias; por tanto, las secundarias solo se utilizan como apoyo para presentar el marco histórico general y como recomendaciones de lectura para algunos aspectos citados. Aunque las fuentes utilizadas aparecen al final, en la www.ts.ucr.ac.cr 9 bibliografía, interesa señalar las medulares de esta investigación. Así, tenemos los diferentes Informes Presidenciales, la Colección de Leyes y Decretos de la República de Costa Rica y las diferentes leyes que crearon instituciones públicas relativas a la seguridad social. Muy importantes han sido las Memorias de la Caja Costarricense de Seguro Social, las Actas de su Junta Directiva y varios documentos oficiales relativos a sus programas, vida institucional y realizaciones. Así mismo, básicas han sido las Memorias del Ministerio de Trabajo y Previsión Social y el Código de Trabajo que nos rige. También, fuentes primarias fundamentales en nuestro estudio han sido una serie de investigaciones y de publicaciones oficiales del Gobierno Central y de diferentes instituciones públicas del país, relativas a las políticas del Estado costarricense en cuanto al gasto público y a los efectos sociales de las crisis económicas. Muy valiosa ha sido la información obtenida de los periódicos del país, tanto de la primera mitad de este siglo, como de la etapa reciente; así como varias entrevistas realizadas a algunos funcionarios encargados de las políticas de seguridad social del Estado costarricense. Además, muy importante han sido una serie de fuentes primarias, relativas a documentos de los diferentes partidos políticos y organizaciones de los trabajadores; así como de congresos y conferencias sobre los problemas sociales, que reflejan la naturaleza del problema de la seguridad social en el país. 3. La seguridad social en América Latina Antes de entrar al análisis de la seguridad social en Costa Rica, nos parece necesario señalar algunas características sobre el rumbo de las políticas sociales en América Latina. Esto es importante para el análisis comparativo, pero también para demostrar que si bien Costa Rica refleja algunos rasgos propios, producto de su especificidad histórica, en general manifiesta las mismas tendencias en cuanto a políticas sociales. Esto resulta significativo, porque parte de la historiografía costarricense, avalada por estudiosos extranjeros, insiste en la tesis sobre la excepción del caso de nuestro país en el ámbito latinoamericano. Por tanto, para contribuir a este debate y aclarar algunos aspectos, nos proponemos ubicar a Costa Rica en el desarrollo histórico latinoamericano, para comprobar las semejanzas existentes y, particularmente, demostrar que en políticas sociales los períodos que manejamos para Costa Rica, corresponden a etapas similares en el resto de América Latina. Veamos. América Latina definió su emancipación política en las primeras décadas del siglo XIX y luego pasó a la etapa de www.ts.ucr.ac.cr 10 formación de los Estados nacionales, en la cual se manifestó la anarquía política, la que requirió prácticamente de dicho siglo para superarla y entrar en un relativo período de modernización y desarrollo económico. Pero la independencia política no estuvo acompañada de la economía, pues los nuevos Estados nacionales al incorporarse al mercado capitalista internacional, definieron su independencia comercial y financiera respecto a Inglaterra, la cual atravesaba por la fase del capitalismo industrial, y aprovechó muy bien las condiciones de América Latina para afianzar sus intereses en el área. Centroamérica reflejó una situación similar durante el siglo XIX, pues fue una difícil época en que el imperialismo retó a los nuevos Estados; continuaron los intereses extranjeros en la construcción de un canal interoceánico, y en general el Caribe fue motivo de competencia en la expansión neo-colonialista inglesa y norteamericana, además de la permanencia de los intereses coloniales españoles. También se dio un amplio proceso de construcción de obras de infraestructura, que correspondió a las políticas del liberalismo positivista en el poder; las economías se basaron en monocultivos dependientes del mercado capitalista internacional, predominantemente inglés, y el caudillismo militar, con pocas excepciones, dominó el panorama político. En el período de 1880 a 1930, que corresponde a la primera etapa de expansión del capitalismo norteamericano en América Latina, se dio en el área un relativo desarrollo, sin una amplia modernización, aunque si hubo cambios en la infraestructura por nuevas construcciones y se dio un aumento en las exportaciones. También se dio una relativa expansión del sistema educativo, llegaron nuevas ideas por el contacto externo y, como producto de las luchas sociales, surgieron agrupaciones sindicales y partidos políticos. El aumento poblacional y urbanístico y las nuevas formas de comunicación junto al intervencionismo económico y político norteamericano, produjeron actitudes nacionalistas; aunque, en definitiva, se mantuvieron los Estados liberal-oligárquicos, las sociedades clasistas y de privilegios y el modelo de economías agroexportadoras, con tendencias a la concentración latifundaria de la tierra. En Centroamérica en las primeras décadas del siglo XX, se amplió la vinculación de las economías al mercado mundial, especialmente en el monocultivo del café y del banano, por lo que estas economías fueron apéndices agrarias de las economías centrales. Así, la región dividida y dependiente de Estados Unidos, limitó sus posibilidades para un desarrollo económico autónomo, por lo que las oligarquías agro-exportadoras fueron hegemónicas en el plano interno, pero dependientes de los intereses extranjeros. www.ts.ucr.ac.cr 11 En el contexto de este desarrollo histórico de América Latina, en esta etapa anterior a 1930, no hubo políticas sociales ni de seguridad social en el área, porque el Estado liberal-oligárquico no se las planteó. Esto se explica porque el aparato del Estado era poco diferenciado, por tanto, inadecuado para realizar acciones gubernamentales consecuentes en el campo social; porque la cuestión social era encarada por la sociedad en términos asistenciales, y porque la ideología liberal, de alguna forma justificaba el retraimiento del Estado frente a nuevas funciones no reguladoras de actividades, y justificaba también, en el plano del mercado, la acción meramente individual y correctiva ante los "eventuales" desajustes generados por la economía (desempleo, accidentes de trabajo, etc.), o por la sociedad (el menor abandonado, la vejez, alcoholismo, etc.)(8). Así, en esta etapa previa a 1930, las aisladas y limitadas políticas sociales se dieron fuera del ámbito estatal o empresarial, por lo que se ubicaron en el ámbito de la sociedad civil, con instituciones salidas de acciones voluntarias como las "Cajas de Socorro Mutuo", o bien, instituciones de caridad religiosa o cívico-fraternal como los asilos, guarderías, reformatorios y hospitales. En las décadas de 1910 y 1920, aunque hubo presiones sociales y políticas para que el Estado interviniera, en realidad los logros sociales fueron pocos, pues todavía el Estado oligárquico mantenía su hegemonía, y no fue sino hasta la crisis capitalista de 1929-1930 en que empezó a variar esta actitud de no atender la cuestión social y laboral. En el caso de Costa Rica se dio una situación similar al resto de América Latina, pues durante el siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, se dio el origen y consolidación del Estado nacional en una clara naturaleza liberal-oligárquica; se vio la incorporación del país al nuevo mercado capitalista internacional, en una condición de economía monoproductora y monoexportadora; así como el surgimiento de diversas agrupaciones sindicales y políticas, producto de las contradicciones sociales de la época. En general, este período, al igual que en América Latina, prácticamente no hubo en Costa Rica políticas de seguridad social; sino más bien algunas acciones del ámbito de la sociedad civil, y pocas intervenciones del Estado en materia social, las cuales fueron aisladas y como respuestas a las presiones populares y a las crisis financieras de principios del Siglo XX. Esta problemática corresponde al primer período (1870-1940), que analizamos en el capítulo primero de nuestro estudio. A partir de 1930 América Latina entró en un nuevo estadio www.ts.ucr.ac.cr 12 de modernización, en el que se inició un relativo proceso de industrialización, se dio un significativo cambio demográfico por el aumento poblacional y hubo una importante tendencia a la urbanización; todo esto en el ámbito de un capitalismo dependiente y subdesarrollado, con un significativo incremento de las inversiones y actividades norteamericanas en el área. También, como consecuencia de estos cambios, se dio una relativa participación de los ascendentes sectores medios (9), los que propugnaron por políticas reformistas con intervencionismo estatal, con el fin de elevar su estatus social y participar en las decisiones políticas, lo cual fue un importante factor en el origen de los movimientos populistas en la primera mitad del siglo XX, y de los posteriores proyectos reformistas de la región. Sin embargo, ni las primeras revoluciones del siglo XX, ni los reformismos posteriores se decidieron a intentar un cambio histórico definitivo, que liquidara todo residuo de liberalismo; lo cual refleja una importante estabilidad de la estructura del poder en estas décadas de cambio, y la capacidad de las oligarquías agrarias y de los "nuevos ricos" para acomodarse entre ellos y mantener así estructuras elitistas, comprometidas con la clase dominante. Lo interesante es que la transición de Estados oligárquicos de base agraria hacia Estados en crisis económica, aunque no estimuló el intervencionismo estatal con algunas políticas sociales, reflejó una clara tendencia a fortalecer el Estado, por medio de gobiernos fuertes de corte militar, con el apoyo de los Estados Unidos, lo cual limitó las posibilidades de democratización de las sociedades latinoamericanas. La crisis de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y la crisis económica del capitalismo de 1929-1930, produjeron importantes efectos en América Latina, como el desempleo, debilidad del mundo empresarial, caída de las exportaciones, restricción en la llegada de empréstitos, etc., debido al carácter dependiente de las economías locales. Pero también demostró a los funcionarios públicos y a los grupos civiles que no bastaba con esfuerzos individuales, con la creencia en el liberalismo y con el remedio de la caridad para resolver las cuestiones sociales. Por eso la condición de crisis económica, junto con las presiones de los sectores más afectados, agrupaciones sindicales, partidos políticos, etc., hicieron que los Estados incorporaran la cuestión social en las agendas de la acción gubernamental. En realidad, las élites dominantes, con economías agroexportadoras, se habían acostumbrado a actuar bajo el supuesto de la existencia de una "reserva inagotable" de mano de obra, por eso lo que importaba era que hubiese un crecimiento vegetativo de la población. Pero al incorporar la cuestión social lo que hizo fue reconocer que había un mercado de www.ts.ucr.ac.cr 13 trabajo y que su libre regulación, de acuerdo con los principios del "laissez-faire", apenas aumentaba la situación de penuria de la masa de la población (10). Es decir, fue a partir del ángulo del trabajo que el Estado atacó el problema de las políticas sociales, pues lo que se dio fue una regulación de las condiciones de venta de la fuerza de trabajo; aunque luego se sumaron preocupaciones respecto a la preservación de la salud, alimentación adiestramiento, preservación de su uso, etc. Luego de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), Estados Unidos consolidó su condición de potencial mundial y líder del mundo capitalista, por lo que, al ampliar su esfera de acción sobre Europa Occidental, mantuvo su dominación sobre América Latina, cuyos países continuaron dependientes, tanto a nivel económico (comercial y financieramente), como en el aspecto cultural (tecnología, costumbres, etc.), además del control interno de las clases dominantes. También, siguiendo los postulados de la C.E.P.A.L. (Congreso Económico para América Latina), se agilizó la política de sustitución de importaciones, que respondía al "modelo de desarrollo hacia adentro", por lo que se implementaron políticas que buscaban la industrialización y la integración regional, las cuales correspondían muy bien con la etapa de expansión que experimentaba el capitalismo norteamericano, el cual, en definitiva, controló la integración y la industrialización. En fin, después de la Segunda Guerra Mundial, con el inicio de la industrialización y con el debate sobre las orientaciones centrales del desarrollo económico, hubo una redefinición del concepto de políticas sociales, debido a la diferenciación funcional del aparato estatal, con la creación de ministerios de trabajo, de previsión social, de salud pública, etc., y por la difusión de la "política de masas", por intermedio de los campos sociales de la administración. O sea, el "Estado Benefactor" o "Estado Reformista", asumió en el plano burocrático algunas de las funciones asistenciales que antes se mantenían al nivel de la sociedad civil; además que expandía el gasto público en las esferas sociales, por medio de la transferencia de servicios del sector privado al público, y luego por su ampliación gracias a nuevos instrumentos fiscales (11). Esto reflejó el paso a una "ideología intervencionista", con desarrollismo, industrialización inducida por la acción estatal y la modernización de la sociedad y del aparato estatal; a la vez que se continuó con la política de regulación de las relaciones de trabajo, por medio de leyes concretas al respecto. En la década de 1960, como reflejo de la dependencia económica y la influencia cultural respecto a Estados Unidos, las agencias internacionales de desarrollo (B.I.D, A.I.D., www.ts.ucr.ac.cr 14 Banco Mundial, etc.), sin aceptar las tesis estataldesarrollistas, incorporaron a su ideología y a sus prácticas, una visión diferente tanto de las políticas sociales, como de las políticas más aptas para enfrentarlas. Así, las agencias gubernamentales definieron la agenda de cuestiones sociales "legítimas", o sea, las que podrían y debían ser enfrentadas por los gobiernos con apoyo financiero externo; también definieron la forma mediante la cual se daría soporte a estas políticas, así como las esferas de actuación política. Véase, entonces, como esta nueva política consistió en desplazar el eje de la cuestión social de la línea de regulación de las relaciones de trabajo (salario mínimo, jubilación, sindicatos, etc.), hacia la línea de atención de las necesidades básicas del consumidor en general, como agua, habitación, educación, salud y previsión social. Esto planteaba la necesidad de reformas fiscales, para dotar al Estado de los recursos para financiar los ambiciosos proyectos sociales; pero también la necesidad de una activa política de endeudamiento externo, para realizar proyectos de contenido social (12). En el caso de Costa Rica se dio una situación parecida al resto de América Latina. Es decir, desde la década de 1930 hasta la década de 1960 inclusive, hubo un significativo cambio demográfico por el aumento poblacional, una importante tendencia a la urbanización y un incremento de las inversiones y actividades norteamericanas en el país. También, en la coyuntura de cambios por los efectos de las crisis económicas, hubo una importante participación de los ascendentes sectores medios, los que favorecieron el intervencionismo estatal en pro de políticas reformistas; aunque, en definitiva, predominó el Estado burgués, el caudillismo civil en la política y la concentración de la riqueza. Debido a los serios efectos de las crisis económicas, a las presiones sociales y a las luchas del movimiento sindical y de agrupaciones políticas, la cuestión social fue incorporada en la acción gubernamental del país, principalmente a través de la regulación de las condiciones de venta de la fuerza de trabajo y, posteriormente, con políticas dirigidas a la preservación de la fuerza de trabajo, como la salud, alimentación, adiestramiento, etc. De igual manera, durante las décadas de 1950 y 1960, sobre todo bajo el impulso del proyecto desarrollista social demócrata del Partido Liberación Nacional, en Costa Rica se implementaron políticas de intervención estatal, que buscaron la industrialización y la integración regional. También, se realizó la diferenciación funcional del aparato estatal, con la creación de ministerios como el de salud pública, de trabajo y de previsión social; se dio una expansión del plano burocrático con la descentralización administrativa, con la www.ts.ucr.ac.cr 15 creación de importantes instituciones; así como la expansión del gasto público en el campo social, sobre todo con la implementación de instrumentos fiscales y el endeudamiento externo. Al igual que el resto de América Latina, como resultado de los condicionamientos de las agencias internacionales y de la dependencia financiera respecto a los Estados Unidos, se dio una tendencia a la atención de las necesidades básicas, como el agua, salud, vivienda, educación, tierra y previsión social, lo cual se reflejó en la creación de algunas instituciones autónomas que atenderían dichos aspectos sociales. Luego de la Segunda Guerra Mundial, nuestro país experimentó una expansión capitalista, con una relativa permanencia de buenos precios del café en el mercado internacional; a la vez que no hubo en este período crisis económicas como las producidas por las guerras mundiales, o similar a la crisis actual. Esta etapa de expansión capitalista del país coincide con el segundo período de nuestro estudio, de fines de 1940 a finales de la década de 1970, en el cual se dio un proceso de expansión y consolidación de las políticas sociales, concretamente de seguridad social. Esta problemática, de acuerdo con nuestra propuesta metodológica, es lo que analizamos en los capítulos tercero, cuarto y quinto de la presente investigación. Además de que la expansión de la seguridad social en este período está directamente relacionada con el crecimiento económico del país, hay otros factores que incidieron. Es decir, este fenómeno de expansión de la seguridad social, a través del intervencionismo estatal, se dio porque a diferencia del resto, de Centroamérica, en Costa Rica no se presentó la contradicción entre una filosofía progresista y un Estado autoritario y militarista. También, debido a la coyuntura internacional (Revolución Cubana, política de Alianza para el Progreso, etc.), hubo condiciones para la expansión de las esferas de acción del Estado, con proyectos intervencionistas en materia social. Además, en estas décadas de 1950, 1960 y 1970, hubo un relativo nivel de organización y de luchas de los sectores populares, que presionaron por reformas sociales. Esto explica, en gran medida, la implementación de un proyecto reformista en estas décadas, sobre todo, de parte de los partidos políticos que tuvieron el control directo del poder político. Obviamente, este proyecto reformista de la burguesía nacional, lo que buscaba era modernizar el sistema capitalista y atenuar las contradicciones sociales existentes en el país. Ubicamos en este contexto, el proyecto reformista social demócrata (Figueres, Orlich y Oduber), el cual predominó en el control de las diferentes ramas del Estado, a partir de la década de 1950. También ubicamos en esta etapa, www.ts.ucr.ac.cr 16 el limitado intervencionismo de los partidos opuestos a Liberación Nacional (Ulate, Echandi y Trejos), que tuvieron acceso al poder político. A finales de la década de 1970 y lo que va de la presente década de 1980, América Latina ha experimentado una agudización de la crisis económica; crisis que no es coyuntural, sino más bien el resultado histórico de una relación de dependencia que ha generado subdesarrollo, explotación y limitaciones al desarrollo democrático. Esta crisis estructural que afecta a la región se agudiza actualmente ante el compromiso de una deuda externa agobiante e inducida por los grandes centros financieros mundiales, lo que acentuará la explotación y las contradicciones sociales. Históricamente nuestros países se han caracterizado por ser productores de materias primas y de monocultivos, cuyo destino final lo constituyen los mercados de las economías centrales, según fue definido por la división internacional del trabajo. Debido a esto, nuestras sociedades han tenido que soportar problemas muy serios como la desocupación, la concentración y mala distribución de la tierra, altas tasas de inflación, procesos industriales de crecimiento dependiente, problemas de salud en la población, escasas oportunidades de educación, regímenes políticos autoritarios, etc., todo lo cual ha limitado las posibilidades de intervención estatal y por ende, ha generado más problemas sociales. En términos concretos en el campo social, esta crisis económica ha producido un deterioro sistemático de los salarios reales, del desempleo y del su desempleo; el recorte de los gastos fiscales en salud, educación, vivienda, servicios básicos en los programas de nutrición y en los programas de apoyo a las organizaciones populares; la permanencia de bajos niveles de alfabetización, salud y nutrición, así como la marginación cultural de importantes grupos de la sociedad. Pero también ha producido limitaciones en los niveles de participación y toma de decisiones de los sectores más afectados por la crisis; a la vez restricciones a las libertades civiles y políticas, y a la permanencia de regímenes autoritarios y militarizados; todo, lo cual plantea la necesidad de redefinir un nuevo modelo de sociedad participativo, con un sistema político democrático y con una economía democrática, que tienda a la más justa distribución de la riqueza(13). Toda esta crisis económica afectó la definición de políticas sociales, pues aunque se generalizó la preocupación por la planeación en el campo social y se incluyó la dimensión social en las esferas de estudio de América Latina, la incorporación de la cuestión social se dio mediante la "racionalidad formal". O sea, la educación entre los medios y www.ts.ucr.ac.cr 17 fines, sin que se discutiese el fin en sí, el carácter del desarrollo económico y sin que se difundiese la idea de que la propia economía es social. Así, prevaleció la agenda establecida por las agencias gubernamentales para encarar los problemas sociales, y no fue posible, en el orden capitalista, desvincular las políticas sociales de la relación costobeneficio; ni fue posible evitar la contradicción entre una "filosofía progresista" con respecto a los problemas sociales, y Estados crecientemente autoritarios; por lo que se privilegiaron los intereses de las minorías y el papel del sector asalariado en la definición de políticas sociales fue muy restringido(14). En el caso de Centroamérica se ha dado en esta etapa un importante avance de la organización popular, lo que ha determinado un incremento en las presiones sobre el Estado en favor de políticas económicas y sociales, que favorezcan a sectores más amplios de la población, en aspectos como la tierra, vivienda, educación, salud, seguridad social, etc. Sin embargo, en una época de crisis como la que vive la región, se da una intensificación de las contradicciones entre las luchas sociales en pro de reivindicaciones democráticas y las medidas estatales para intentar controlar la inflación y mantener las condiciones requeridas por el capital para su continuada reproducción. Esto refleja la importante influencia que han tenido los distintos grupos de presión sobre el Estado, en favor de políticas sociales. Sobre todo, han incidido grupos organizados como el movimiento obrero-sindicalizado y los sectores medios, estos últimos favorecidos por la ampliación del sector público; los cuales han presionado para el establecimiento de políticas sociales. Este fenómeno de contradicciones sociales en la región, corresponde a una etapa de readaptación de las economías y sociedades locales a la nueva división internacional de trabajo y a la internacionalización de la producción capitalista. En este proceso las empresas, principalmente empresas multinacionales, y el Estado se interpenetran una vez más, lo cual limita la presencia del "Estado Benefactor" en la continuidad de políticas sociales. Así, el relativo proceso de expansión de la seguridad social, que en general venía experimentando América Latina en la décadas anteriores, se vio mediatizado por las crisis económicas, sobre todo porque las políticas de los Estados privilegian el control de la inflación, mantienen las condiciones para la reproducción del capital y siguen los requerimientos de los centros financieros internacionales, entre los cuales el pago de la deuda externa y la aplicación de medidas impopulares tienen orden prioritario. En el caso de Costa Rica, desde finales de 1970 y en lo que va de la década de 1980, se han manifestado www.ts.ucr.ac.cr 18 características a las señaladas para América Latina, aunque con algunas diferencias, producto estas de la especificidad histórica del país. Por su condición de economía dependiente, Costa Rica ha experimentado una agudización de la crisis económica que, al igual que el resto de América Latina, es el resultado de una relación histórica dependiente y subdesarrollante, la cual llega a un punto culminante debido a las presiones y requisitos que establecen los centros financieros mundiales, para el pago de la deuda externa y el ordenamiento fiscal interno, lo cual acentúa las contradicciones sociales en el país. Esta coyuntura de crisis económica corresponde al tercer período de nuestro estudio, de 1978 a 1985, en el cual nos interesa demostrar el proceso de debilitamiento en la aplicación de políticas sociales de parte del Estado costarricense. Es decir, a una etapa de crisis económica en nuestro desarrollo capitalista, corresponde una etapa de contracción en el proceso intervencionista que el Estado costarricense venía implantando en las últimas tres décadas. Por otro lado, como consecuencia de la coyuntura de crisis, se ha dado un significativo aumento en la organización y lucha de los trabajadores, los que han presionado de diversas maneras, en pro de soluciones a sus problemas fundamentales. Es interesante que, a pesar de los logros sociales de nuestro país en la segunda mitad de este siglo, la coyuntura actual de crisis económica ha agudizado las contradicciones sociales existentes. Esto se debe, sobre todo, a La permanencia de serios problemas sociales, entre los que sobresalen: la concentración de la tierra, la desigual distribución de la riqueza producida, la escasez de viviendas, el desempleo y subempleo; así como problemas de nutrición, deserción escolar, marginación educativa en las zonas rurales, deterioro sistemático de los salarios, corrupción administrativa, etc. Esto nos permite afirmar que las políticas de seguridad social han entrado en crisis, como efecto inmediato de la crisis económica de nuestro capitalismo dependiente y endeudado. O sea que, desde 1978 hasta la actualidad el aspecto social aunque prioritario, ha sido relegado a un segundo plano, porque no ha existido voluntad política de responder estructuralmente a la naturaleza de una crisis que no es simplemente coyuntural. Es decir, no ha existido un equilibrio entre la política económica y la política social en los últimos gobiernos. Esto se debe, fundamentalmente, a los límites estructurales que el proyecto reformista interventor de la burguesía nacional, ligado a los partidos Unidad y Liberación Nacional, ha encontrado en la situación de crisis económica. www.ts.ucr.ac.cr 19 Así, ante la alternativa de responder a las demandas sociales de los sectores más afectados por la crisis (obreros, sectores medios y campesinos), el Estado ha optado por implementar medidas de control de la inflación, por mantener las condiciones requeridas por el capital para su reproducción y cumplir las peticiones del Fondo Monetario Internacional. Entonces, toda esta problemática social y económica de Costa Rica en el período de 1978 a 1985, y las alternativas de solución son los tópicos centrales de estudio en los capítulos sexto y sétimo de nuestra investigación. En conclusión, esta problemática sobre las políticas sociales en Costa Rica, es el objeto central de nuestro estudio, el cual analizamos de manera comparativa en el contexto latinoamericano, basados en nuestra propuesta metodológica de relacionarlo con las variables del desarrollo capitalista, las estructuras del poder político y la naturaleza de los movimientos sociales. En realidad, es una tarea difícil, sobre todo por lo contemporáneo de la temática. Sin embargo, es fundamental investigar y debatir sobre el desarrollo histórico y social de Costa Rica, para conocer mejor nuestra realidad, y para tener conciencia de la necesidad de realizar cambios en el país, para transitar a una verdadera democracia. A pesar de las limitaciones que presenta esta investigación. creemos que nuestra propuesta metodológica, y las ideas centrales que analizamos en las próximas páginas, van a estimular otros estudios y un debate más dinámico sobre la realidad de nuestro país y, especialmente, sobre el modelo de sociedad que debemos construir. NOTAS (1) Al respecto consúltese: Francisco de Ferrari, Los principios de la seguridad social (Buenos Aires, Ediciones Depalma, 1972), y José Manuel Almansa Pastor, Derecho de la seguridad social (Madrid, Editorial Tecnos, 1973). (2) Julia Ester Elvir, Fundamentos para una estrategia de desarrollo de la previsión social en Honduras, 1982 1986, San José, Tesis de Maestría en Administración Pública, Universidad de Costa Rica, 1983, pp. 16-17. (3) Oficina Internacional del Ginebra, 1970, pp. 14-15. (4) Efrén Borrajo Bruz, "Los servicios sociales", Revista Iberoamericana de Seguridad Social, Madrid, Instituto Nacional de Previsión, Año 21, Nº 3, (mayo - junio de 1972), pp. 484-485. www.ts.ucr.ac.cr Trabajo, Seguridad Social, 20 (5) Enrique Mut Remolé, "La seguridad social en el derecho de Gentes", Revista Iberoamericana de Seguridad Social, Madrid, Instituto Nacional de Previsión, Año 25, Nº 1, (enero - febrero de 1976), p. 64. (6) Elvir, Óp. Cit., p. 3. (7) Por ejemplo: la "Declaración Contentiva de los Principios de la Seguridad Social Americana" (1960): la "Conferencia de los Estados Mienbros de la O.I.T." (Otawa, 1966); el V Congreso Ideroamericano de Seguridad Social" (Buenos Aires, 1972); el "VI Congreso Iberoamericano de Seguridad Social" (Panamá, 1976); y la "Conferencia Interamericana de Seguridad Social" (Santo Domingo, 1980). (8) Fernando Enrique Cardoso, "Las políticas sociales en la década de los años ochenta: ¿Nuevas opciones?", CEPAL, Materiales de Trabajo, Madrid, Gráficas Oviedo, 1984, p. 169. (9) Sobre este tema consúltese: Jorge Graciarena, Poder político y clases sociales en América Latina (Buenos Aires, 1972); L. Ratinoff, Los nuevos grupos urbanos: las clases medias (Buenos Aires, 1966), y J. Johnson, La transformación política de América Latina, Surgimiento de los sectores medios (Buenos Aires, 1961). (10) Cardoso, Óp. Cit., pp. 171-172. (11) Idid., pp. 172-173. (12) Ibíd., pp. 174-175. (13) CEDAL, Documento Final: Seminario Internacional sobre los efectos sociales de la crisis económica y las consecuencias para la política social, Santa Bárbara de Heredia, Costa Rica, 1984, pp. 1-3. (14) Cardoso, Óp. Cit., pp. 176-178. www.ts.ucr.ac.cr 21