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Núm. 191
TOMO QUINTO.
20 de octubre.
BOLETÍN
01: JSKDICIJSA, C I B Ü J U
Y FAB1IACIA.
Se publica toáoslos días 10 , 20 y 80 de cada mes: se suscribe en Madrid en las boticas: de Sanares, calle Ancha de san
Bernardo: de Sánchez, Puerta del Sol: de Códorniu , plazuela de santa Ana: de Llórente, calle del Caballero de Gracia: v de
Barrera, Puerta de Moros. E n las provincias se admiten susericiones en todas las administraciones de Correos de la península é
islas adyacentes, y ademasen las librerías siguientes.—Badajoz, Viuda de Carrillo: Burgos, Arnaiz: Cádiz, Horial: Logroño, Rniz:
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será para Madrid de 4 rs. vn. por cada mes, y para las provincias franco de porte 15 rs. por trimestre, no admitiéndose para
ellas susericiones por un término menor.
La Redacción se halla en la calle del Sacramento, N. 10, cuarto principal, adonde deberán dirijirse todos los comunicados y
reclamaciones francos de porte.
RESUMEN.
NECESIDAD DE RECTIFICAR EL LENGUAJE MEDICO. A r t . 4 . " Análisis^
de la frase "propiedades vitales."—TERAPÉUTICA ESPECIAL. Del
uso del zumo del cohombrillo silvestre en la curación de la ictericia,1
por D. Antonio García LITERATURA MEDICA. Opinión de algunos estrangeros sobre la española. Necesidad de mejorar la ins-
trucción de este ramo.—SOCIEDAD MEDICA GENERAL DE SOCORROS
MUTUOS
BIBLIOGRAFÍA MEDICA.—Surgical observation on tu-
mors ( observaciones quirúrgicas sobre los tumores ) por Mister
Warren, profesor de anatomía y cirujía en la universidad de Harward.—DICCIONARIO DE MEDICINA Y DE CIRUJÍA PRÁCTICA.—
AVISO.—VARIEDADES.
DE
car el lenguaje medico.
Art. 0 4." Análisis de la frase PROPIEDADES VITALES.
Todos los cuerpos y movimientos conocidos tienen
sus propiedades que los distinguen de los demás, porque
en este caso la palabra propiedad significa una diferen-
YABIEVABEi.
GALERÍA MEDICA. BOYER.
(Conclusión del artículo anterior) (1).
Lo que llevamos dicho acerca de Boyer puede dar una idea de
las opiniones y de la manera de ver de este ilustre cirujano. Era
uno de esos caracteres completos dotado de una firmeza que min»
ca se enfanga en el lodo por ningún lado: nadie puede decir me"
jor que él y en todos tiempos , que lo vio todo sin anteojo. H a biendo llegado á la fortuna por la senda mas estrecha, fue in-»
dulgente y bueno para con los demás, sin orgullo como sin p e dantería, modesto en estremo , lo que nada quitó no obstante á
su perseverancia , á aquella voluntad firme siempre superior á
los obstáculos que se oponian en tropel al comenzar su carrera. En
general sabia lo que quería , cosa mucho menos común de lo que
se cree. Bajo una apariencia bastante desabrida, se encontraba
.(1) Veáse el n.° 189 de este periódico artículo VARIEDADES.
cia , un modo de afectar los sentidos, un carácter esencial del objeto de que se trata. Las propiedades de esta
clase pueden ser de dos maneras , 6 esclusivas de un cuerpo , ó comunes á muchos : basta que no se estiendan á
todos en igual grado y de la misma manera, porque en-,
toncés dejarían de ser propiedades, pasando, digámoslo
así, á bienes comunes y no afectarían de modo alguno
nuestros sentidos.
Los colores, la gravedad, la sonoridad son propiedades comunes de muchos cuerpos', y al mismo tiempo hay
algunas , como la de producir ciertos fenómenos individuales •, que pertenecen esclusivamente á uno soló. Un
grupo de propiedades comunes , ó bien una sola particular y exclusiva, establecen las diferencias mutuas de los
seres.
Hemos dicho que si una propiedad estuviera repartida con igualdad entre todos los seres, no solamente sería
inútil para distinguirlos, sino que tampoco afectaría núestros sentidos y no podríamos conocerla. Lo cual es evidente , pues si todos los cuerpos fueran de un mismo color no tendríamos idea de los colores ; si estuviesen dotados de igual fuerza de gravedad, no habríamos llegado
á conocer esta fuerza ; si tados produjesen contínuamen»
te el mismo ruido, no sabríamos lo que era sonido, y discurriendo de esta manera, si toda la materia esterior
fuese homogénea' y dotada de igual grado de movimiento
oculto un entendimiento las mas veees perspicaz y desenvuelto,
tanto mas de notar, cuanto menos se esperaba; y á pesar de to~
do solo empleó para obtenerlo su propio mérito. Jamás se valió
de la intriga, ese signo funesto de la inferioridad intelectual; puede decirse que pagó á su fortuna con su trabajo en las vigilias,
con sus sudores, porque habia en él una probidad rigorosa \ un
fondo de rectitud y de bondad moral que es la Ibase de la virtud.
Con qué desden no hubiera él rechazado lejos de sí esas prácticas
casi habituales ya en nuestros días, de alabarse á sí mismo en
todas ocasiones , sin el menor rebozo , ni la mas mínima modestia : de escoger algunos discípulos que siguiendo la religión del
ipse-dixít, hacen siempre el elogio del maestro y de sus obras, ó
bien el haeerse anunciar en los diarios con el objeto de aumentar su
crédito con la clientela, &e. &e. Sencillo siempre en sus modales,
en su lenguage, Boyer miraba la afectación eon desprecio ; su
polítiea ni. era sagaz ni estudiada; era verdadera, porque sii razón
y su concienciase prestaban un apoyo mutuo. Amaba la calma, y
huía de las reuniones tumultuosas , parecido en esto á su maestro Desault, que habiendo dejado de ir á la academia de cirujía,
respondió á la crítica que se le hacía : ¿ Qué quieren ustedes? yo
soy como las sustancias salinas, que solo cristalizan en el reposo.
Por otra parte, nada mudó en Boyar cuando presentado por
Corvisart fue nombrado primer cirujano del emperador Napoleón.
Habiendo obtenido este alto honor, envidia de tantas personas, era
sorprendente verle en su vida privada y en sus costumbres ordinarias. Según un gran pintor del género humano: las facciones descubren la complexión y las costumbres ; mas el aire y
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p q i # : n u m e r o s o s que fueran nuestros sentidos, no hu-.
Dieramos llegado á formar idea alguna , ó solamente , si
noí-efa posible sustraernos á la continuidad de la acción
de los cuerpos, tendríamos la de una impresión indefinida. ,
Es pues necesario , para que haya propiedades, que <
estas se hallen repartidas entre los cuerpos en distintos •
grados, ó por mejor decir , las mismas propiedades no
son mas que, las.diferencias de los cuerpos en el modo de
afectar «nuestros sentiEos. De donde se infiere, que para
conocer una propiedad, es preciso que el cuerpo ó la cosa de que se trata afecte nuestros sentidos , que se halle
comprobada su existencia, no por inducciones y analojías,
sino 'por impresiones reales y directas. Sabemos positivamente, por inducciones que no nos dejan género alguno
de duda, que en ,el .ácido^ sulfúrico hay una porción de azu- •
fre combinado con el oxigeno, y sin embargo no pódeteos
conoeeT^porque no las vemos, las propiedades que tienen
dentro de la combinación,, las últimas moléculas del oxigenó y del azufre.
!,--••
De lo espuesto debemos concluir: 1.° Que todo objeto conocido tiene propiedades que indispensablemente
le acompañan: 2. ° que ningún objeto desconocido tiene
propiedades : 3 . ° q u e estas propiedades pueden pertenecer aun solo cuerpo, aunque mas comunmente se hallen
repartidas entre muchos en distintos grados.
'•; i,Haciendo aplicación dé estos principios que nos parecen'indudables á la existencia particular que se llama
vida, claro está que sus fenómenos , pues son conocidos,
deben tener algunas propiedades, y que el resultado in-;
mediato de sus causas , oculto á nuestra vista , no puede;tener ninguna, ó en otras palabras, que no faltan caracteres suficientes para distinguir á cada individuo, á.
cada fenómeno vital producido por un órgano, de todos
los demás objetos y movimientos; pero que no conocemos
mas carácter ó propiedad de la acción mutua que resulta
de las causas de la vida, sino el que dá origen á una serie particular de fenómenos.
Los. seres organizados y vivientes tienen muchas propiedades que los distinguen de los cuerpos inertes; entre
los vegetales y los animales existen diferencias bien conocidas: caracteres hay que separan á los animales en va.
rías especies y á las especies en individuos aislados: hállanse también propiedades que distinguen la estruetura y
movimiento de cada órgano;y últimamente pueden asignarse á cada tejido, á cada fibra ; pero en las últimas moléculas donde tiene la vida su primer origen, la organización , el movimiento, las causas impelentes, todo es des
modales designan los bienes de fortuna: el mas ó el menos de mil
libras de renta se encuentra escrito en el. Boyer fue ciertamente
una escepcion. Biea diferente de esos advenedizos, que arrastrados
por un faho oropel son los esclavos del que quiere sujetarlos á los
honores, ó que habiendo llenado de oro sus bolsillos se creen estimados porque son ricos , y no descomponen su egoística quietud,
sino para enriquecerse mas aun, Boyer se manejaba sin orgullo,
siu fausto ; pero sin una demasiada modestia , burlándose de los
que se paborieaban con sus títulos. Contaba riéndose, que cierto
doctor, habiendo comprado no sé que objeto, escribió su nombre
para que se lo llevasen á su casa. Apenas hubo llegado al cabo de
la calle, cuando volvió enardecido, sudoso y desalentado diciendo al
mercader : déme usted la pluma, rae olvidé de poner "caballero
de la legión de honor." Uno de los rasgos del carácter de Boyer
era ser á veces satírico y jovial; gustaba mucho del genero ane«
dáctieo. Hasta era una cosa bastante singular ver á este grave cirujano en su hospital levantadas las mangas , con un delantal clá*"
sico ., referir una anécdota picaresca, una expresión festiva, ó un
chiste, sin dejar por eso de ser querido y respetado: notábase que
esa manera de animar la conversación venia de una satisfacción
interior , fruto de una bondad, natural.
Sin embargo , como no hay hombre sin debilidades, como
todo grande suceso se debe justificar ante la razón y la verdad, no
se puede callar que Boyer fue acusado de ser inclinado á la avaricia , de ser demasiado especial en cirujía , y en fin de negar los
progresos de esta ciencia. Efectivamente, Boyer era hombre que
gustaba del dinero; ¿ conocéis por ventura en la actualidad á algu-
conocido y por lo mismo allí no pueden hacerse divisiones
encontrarse diferencias, ni establecerse propiedades. Indaguemos, pues, en adelante las propiedades de los seres
organizados , de los órganos y de las fibras vivientes , pero no nos fatiguemos en buscar propiedades de la vida.
De estaS manera hemos deducido á priori que no pueden establecerse varias propiedades de la vida, puesto que
es un movimiento desconocido é indivisible. Vamos ahora
á examinar las. que han admitido los. autores, para obtener
también á posíeriori la ir.isma consecuencia.
Si existieran propiedades vitales, no serian mas que
efectos propios é indispensables de toda parte viviente:
analicemos con arreglo á esta definición algunas de las admitidas hasta el dia.
Los.antiguos, sumamente pródigos en ésta clase de propiedades ó fuerzas, establecían una para cada fenómeno;
el estómago digeria por una facultad digestiva, los quilíferos absorvian por una propiedad absorvente ; y de esta
manera todos los efectos cuyas causas no podían penetrar,
y que por consiguiente eran indefinibles para ellos, dependían de otras tantas propiedades. Manifiesto es para
cualquier entendimiento un poco perspicaz que de esta
manera , en vez de esplicar los fenómenos, se consigue
únicamente espresarlos con diferentes voces, y perder en
el cambio, porque se toman dos palabras oscuras en vez
de una mas inteligible. Pero tal es la condición de la mayoría de los hombres , que contentan á menudo su curiosidad con esplicaciones de esta especie, y al parecer no
buscan la luz sino para que les guie á las tinieblas.
Sin detenrnos á combatir errores tan conocidos , pa:
saremos desde luego á una época mas próxima á nosotros,
cuando después de justamente olvidadas las fuerzas de
los antiguos, sé creyó necesario desenterrarlas , aunque
no con la misma profusión , para espresar efectos cuya
causa era desconocida , como si el ser desconocida una
causa no fuera sinónimo de ignorarse sus propiedades, ó
de no tener acción inmediata sobre los sentidos.
La tonicidad de Sthal, la incitabilidad de Brown, la
sensibilidad de Adelon, la contractibilidad de Brussais, y
la susceptibilidad de Boisseau, no son mas que otra palabra que se pone en lugar de vida ó movimiento propio
de los seres organizados. Siempre que no se admita mas
que una propiedad vital, se incurre en el defecto de los
antiguos de esplicar un fenómeno con una voz equivalente.
La irritabilidad de Haller es la función propia de la
fibra muscular ; la sensibilidad del mismo autor es una
parte de las funciones del sistema nervioso cerebral: nin-
no que no lo aprecie? Indudablemente sería esto, el mayor de
los prodigios. Lo que hay de positivo es que este gran cirujano lo
ganó siempre noblemente', y que lo gastó del mismo modo. Mas
de un rasgo de su vida atestigua su bondad , su generosidad, la
nobleza de su alma. ¿ Porqué admirarse si puso algunas veces en
alto precio su talento y su reputación ? ¿ No tenia razón para
ello ¿ ¿ No tenia derecho ? Pero los desgraciados encontraron
siempre en él al cirujano bienhechor, al hombre que supo, cuan,
do fue la ocasión, elevarse sobre las ideas terrenales délos inte-*
reses materiales. Por otra parte, muy sencillo en sus gustos , el.
mundo de las superfluidades necesarias jamás le sedujo, de don1»
de resulta , que exento de las necesidades del lujo , y como sin
pensarlo , Boyer adquirió poco á poco riquezas, y no se hizo por
ello ni mas orgulloso , ni mas fastuoso. Visto de cerca, se encon-»
traba que su persona valía tanto como su reputación. Yo añadiré
que esta conducta era tanto mas prudente cuanto consideraba á
la economía como un medio de ser independiente, condición mas
necesaria que lo que se cree, para conservar la hanradez (1). Ha(1) Hubo no obstante una época en que esta economía no era
posible. El ilustre Desault no dejo casi nada después de su muerte , que sucedió en 1.° de junio de 1795. Hubo una proposición
de Chenier á la Convención nacional fecha 1.° de messidor del
año I I I (19 de junio de 1795), en virtud de la cual se decretaron dos mil francos de pensión á la viuda de Desault. Díccse en
aquel acuerdo que este don era concedido " por los cuidados que
fguria de las dos propiedades acompaña siempre á la vid
y por consiguiente no pueden llamarse vitales.
•"''• Chaussier admite tí-es propiedades -vitales* sensibilir
dad> motilidad y caloricidad. La sensibilidad es la pro-,
piedad-por la cuail toda parte'que vive cambia su estado
actual S- conseouetóa ¡de una impresión: motilidad es la
facultad por la cuál continúa la fibra en el movimiento
recibido, y la caloricidad: consiste en el desarrollo ínter'
no de una porción de calórico , y en la resistencia de los'
árganos al equilibrio con la temperatura esterior.
i '•¿ Porqué separa CHaussier la sensibilidad de la motilidad j puesto que la primera no es mas qué la facultad
de recibir un impulso, y la< segunda la de seguir obedeciendo al impulso mismo? ¿Podría existir:iá motílidad
sino tuviera la fibra facultad de ser impelid*, ni podría
recibir la acción de una causa sin que siguiesen manifestándose los efectos de lamisma acción? ¿ No componen
ambas una propiedad única , que es la de sufrir un cambio con el impulso que sobreviene? Esta facultad mal dividida: en dos, comprende toda la idea de la vida sin esplicarla ,• porque en todos los cuerpos se cambia el estado
actual con un impulso apropiado, y continua este impulso
produciendo sus efectos después de recibido; Es necesario , para contraerá la vida la propiedad de que se trata,
marcari la dirección, cantidad y forma del movimiento
que toman las moléculas organizadas con la acción délos
agentes¡externos , y esto es cabalmente lo que se necesita para penetrar la esencia de la vida.
En cuanto ala caloricidad hay que considerar: 1.° la
impresión de calor que sé producen mutuamente los órganos vivientes : 2.° la creación del calórico : 3. ° la resistencia al equilibrio con la temperatura estérior. Las
partes viventes elevan ó deprimen la columna del termómetro , en lo cual nada hay de particular ni vital , y sí
%olo una propiedad variable de que participan todos los
cuerpos. La producción de calórico nó -está reservada á
la vida, pues se verifica en muchos fenómenos físicos, ni
es propia de todas las' moléculas , síno debida á la circulación y la influencia nerviosa. Por último , la resistencia
al equilibrio con la temperatura esteriores el producto
de funciones privativas de algunos órganos cuyo poder
no pasa de cierto punto.
Con igual razón que la propiedad de que tratamos, se
podrían admitir Atrás que consistiesen en el color, densidad, gravedad y demás caracteres de la materia, modificados según las diversas circunstancias de los cuerpos y
alterados por lo mismo con el movimiento vital. Pero,
como estas propiedades se suponen necesariamente en'todos los cuerpos, sería preciso manifestar el grado que al-
se dicho que Boyer tenia conocimientos poco estensos, que su cerebro estaba tan solamente limitado á las ideas de su profesion5 todo lo que es un absurdo Boyer no ignoraba nada de lo que se
sabia en la ciencia; la cirujía, cuyo campo es bastante vasto, esta •
ba toda bajo los ojos ; llegó hasta la cima de su arte, fue y es
todavia una autoridad para todos los que siguen la misma carrera ; se le cita casi como á un antiguo , ¿ qué mas se quiere ?
quizá le faltasen algunos conocimientos literarios bastante sutiles,
¿ pero con su inmenso talento para que los necesitaba ?
Su verdadero mérito consiste en haber conocido lo estenso, lo
vasto de la ciencia de curar; en haberse limitado a profundizar la
parte quirúrgica de la misma, y en no haberse dejado dominar de
esa vanidad tan común en el dia , que pretende abrazar todos los
ramos de una ciencia inagotable , olvidando el antiguo y bien probado principio, de que la división del trabajo es el mejor, el mas
seguro medio de llegar á la perfección.
Supo también comunicar su saber á sus oyentes , á sus lectores , y mas de un zángano supo aprovecharse de la miel de esta abeja , disfrazando su plagio bajo formas mas ó menos brillantes. A la verdad, la manera de operar de Boyer no tenia ese grado "de presteza que se considera como el s.umun de la perfección
del género; mas siempre que operaba, el tuto le parecia muy pre—
ese cirujano del hospicio de la Humanidad (hoy dia Hotel Dieu)
había prodigado á los conquistadores de la libertad en los días
14 de julio, y sobre todo 10 de agosto."
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¿'atizan, y las variaciones que sufren en los organizados
páía que pudieran por ellas distinguirse estos de los demás , lo cuales impracticable si han dfe comprenderse todtís los individuos , órganos y moléculas , expresando ¡las
verdaderas diferencias ó propiedades de la vida, y soló
tiene lugar en lá'ariátonlia y fisiología especiales.
' L a s cinco propiedades de Bichát ^desaparecen ante
una crítica severa. La^sensibilidad animal y la contractibilidad de la misma especie son funciones del sistema
ñeryipsb cerebral y de los músculos voluntarios: la contractibilidad orgánica sensible se presenta- solo en las fibras musculares independientes del cerebro, y por último,
la sensibilidad orgánica y la contractibilidad orgánica insensible son idénticas á la sensibilidad y motilidad de
Cháussier, y por consiguiente se reducen á una sola facultad ó fuerza qué en nada se distingue de la vida.
En fin, para no estendernós demasiado , concluiremos con el análisis de las cuatro propiedades que establece Dumas, á saber : sensibilidad, motilidad , fuerza de
asimilación y fuerza de resistencia vital. Las dos primeras son iguales á las que admite Chaussier y deben sufrir igual replica; la fuerza de resistencia vital es una
circunstancia indispensable de todo movimiento; resistir,
en tanto que se verifica, á los impulsos que tienden á cambiar su dirección ó á destruirle, es .una consecuencia forzosa de una acción , es la acción misma.
Vengamos ahora á la fuerza de asimilación que entre todas las que se han inventado es la mas ingeniosa y
al parecer la mas fundada. El movimiento vital ofrece el
fenómeno particular de admitir en su círculo sustancias
heterogéneas y de convertirlas en materia semejante á
la suya: este fenómeno es el que se ha atribuido á la fuerza asimilatriz. Pero en primer lugar, no solamente tienen
nuestros órganos la facultad de apropiarse materias estrañas, sino también la de desechar las que ya han servido á su formación: desasimilan unas partes para asimilar
otras, y restituyen las primeras á los elementos: debiera
pues designarse jésta facultad con el nombre de alterabilidad, porque , en efecto, la verdadera función común á
todos los órganos se reduce á alterar profundamente la
materia.
Mas ¿ en qué puede consistir esta alteración de la ma»
teria , sino en los movimientos que la impirime el organismo y en las combinaciones que la hace suifrir ? ¿ y acaso
no és propiedad de todos los cuerpos y movimientos el
alterar continuamente unos á otros con sui impresión mutua ? ¿ nó tenemos en la combustión y en otras alteraciones químicas cambios, trastornos y asimilaciones semejantes hasta cierto punto á las que resultan del ejercicio
ferible a 1 citó. Por lo demás no era hombre de tener el bisturí
constantemente abierto y suspendido sobre la cabeza de sus en~
termos ; mucho antes que Abernethy habia proclamado este principio , que en muchos casos una operación es la vergüenza del ci>"
rujano , porque su arte consiste en impedir que se haga necesaria,
y en curar al enfermo sin recurrir á este último estremo. No es tan fácil disculpar á Boyer del desdén que afectaba ha*"
cía los progresos recientes de la cirujía. No porque fuese semejante á esos individuos que envolviéndose en su saber de antaño per"
mañecen inmóviles al progreso de la ciencia , como los zoofitas á
la corriente del mar; Boyer admitía algunos progresos , algunos
métodos raros de adelantamiento , mas he aquí todo. Negaba la
realidad de otros progresos con una seguridad , con un tesón que
afligía viniendo de parte de un hombre de tan grande mérito; se
hubiera dicho que bajo muchos aspectos se habia detenido en la
cirujía de 1750. La Lithotritia sobretodo, ese gran descubrimiento que esparce tanto brillo sóbrela cirujía francesa, le parecía muy
poco digna de ser considerada; culpaba amargamente sus medios
y su objeto. En cuanto á las enfermedades urinarias , deciá él
chanceándose , " la vejiga es la botella de tinta " : he aquí su última palabra. jVIas ¡porqué desanimar á los que se esfuerzan en inventar nuevos métodos de curación , procedimientos operatorios
mas seguros , menos dolorosos, que repugnen poco á la humana
debilidad , y que se emplean sin causar incurables alteraciones
orgánicas ? Nada mejor en una ci encia como lai nuestra que ser
exeeptico, pero donde lo demasiado de una cualidad comienza', la
cualidad se acaba y toma otro no mbre.
dela : vida? Pues.si,el;alterar á los otros cuerpos con
quienes se ponen en relación , es. propiedad, inseparable
d^jlainateria en todos sus movimientos, preciso es que
designemos el modo de la alteración vital, lo que. no: podría, conseguirse fácilmente, para.que la.distingamos de
las demás alteraciones de todos los,movimientos y se pue-,
da establecer una .propiedad vitaLAdemas, no faltan •motivos para suponer que el cambio de las, sustancias no se.
verifica, en todas las moléculas vivientes, que son sin escepciott alguna cuantas comprende el¡,círculo de la .materia organizada , sino que se debe, con ^preferencia al influ>
jo dé, algunos órganos. ;,
.-. ' •'
i
;
, Por lo espuesto se vé que los que han reducido á una
las propiedades vitales no han hecho mas que inventar,.
en,vez de la palabra vi4a, otra equivalente , y que los que
han establecido muchas, 6 han trazado injustamente subdivisiones que deben refundirse en la misma idea, ó han
esprssado cualidades generales de la materia sin poder
añadir carácter alguno particular, 6 por último se han fija-.,
do .en fenómenos que, aunque producidos por la vida, no
la acompañan siempre, en cuyo caso no debieran haberse
detenido hastajoventar tantas propiedades como efectos
diferentes presenta el mundo orgánico , y asi hubieran logrado formar un índice copiosísimo de fisiología y patología.
No hay mas efectos propios y esclusivos de la vida,
que k dirección desconocida del movimiento de las moléculas orgánicas. Si acertáremos á distinguir las propiedades de este movimiento íntimo y de las moléculas que le
producen, habríamos adivinado la esencia de la vida.
: Sigúese que las propiedades vitales debían desterrarse
del lenguage.médico por s< r una frase yacía de sentido,
puesto que no conocemos ninguna propiedad inherente á
la.vida, y que, aun cuando nos propusiéramos designar
asi las funciones en cuyo análisis no pudiéramos adelantar, conseguiríamos solamente incurrir en un vano juego
de palabras, como nos sucede siempre que esplicamos las
sensaciones á beneficio de una sensibilidad, las contracciones de los músculos por la contractilidad, y otros fenómenos de'la misma manera.
La invención de las propiedades vitales no ha producido ningún resultado ventajoso, y sí por el contrario
los inconvenientes de imbuir en ideas erróneas , tanto que
no ha faltado quien las llegase á tener por cuerpos reales
y efectivos, creyendo que eran capaces , no solo de aumento y diminución, que estos bien pueden sufrirlos aun
consideradas como efectos, sino de correr de una parte á
otra, acumularse en un punto, con otras acciones semejan-
tes que solo pueden atribuirse á la materia. Una abstracion falsa produce el doble perjuicio de contentar á los
que discurren superficialmente dispensándoles de profundizar la esencia de las osas, y de dar lugar á qué la
mayoría de los hombres , que por su naturaleza tiende á
materializar :las ideas, la vaya revistiendo de propiedades y
formas fantásticas, hasta concederla existencia corpórea,
Tan infundado como la : esplicácion de los feriómenos normales por facultades ó fuerzas, que en último análisis se reducen á la sencilla esposicion de los hechos, es
por lo mismo el considerar las enfermedades como resultado inmediato de la alteración de dichas fuerzas. Si es r i dículo que diga un fisiólogo que la digestión consiste en
la propiedad: digestiva del estómago é intestinos, no lo es
menos que un médico atribuyala lentitud y dificultad de
la misma función á debilidad de dicha fuerza. Si un observador juicioso no^se satisface con aprender que las sensaciones consisten en la sensibilidad del sistema nervioso,
tampoco juzgará que esplica un dolor diciendo que es un
aumento de sensibilidad. En suma,, si en el lenguaje m é dico se admiten las propiedades vitales, aunque en obsequie de la-claridad y la esactitud convendría desecharlas,
deben usarse únicamente para espre^ar fenómenos conocidos, sin considerarlas como entidades ni valerse de ellas
para espliearse á si mismas, en cuyos defectos han incurrido con harta frecuencia los partidarios de la escuela fisio lógica , provocando una reacción, que ya por algunos, CO'
mo el célebre Rostan, se ha empezado á realizar con la
bandera de medicina orgánica que, como todas las reaceiones, pudiera ser fatal á sus mismos promovedores, conduciéndoles" demasiado lejos, hasta olvidar acaso el movimiento vital paracuidarse solo de las lesiones de estructura.
Sea lo que quiera de este defecto desgraciadamente muy común en los hombres célebres que han envejecido , Boyer conservó
mientras vivió el alto grado de reputación á que había llegado.
Desdé algún tiempo esta reputación era europea, y cuando estubo en España por orden de Napoleón para operar en la fístula
delato del mariscal Suehet, tuvo la satisfacción de ver que los
españoles instruidos sabían apreciar su mérito tan bien como sus
compatriotas. Finalmente, cuando los acontecimientos políticos le
hicieron perder el puesto elevado que habia ocupado, nada se n o tó en la conducta de este ilustre cirujano. Antes bien , satisfecho
de tener un poco mas de descanso , trabajó con ardor para termi«
nar su grande obra , verdadero monumento elevado á la gloria de
la cirujía del siglo X V I I I , vasta y fecunda sintesis en que todos los principios del arte están espuestos con tanto método como
"fidelidad. El que no haya oido á Boyer en su curso y en sus lecciones clínicas, paede formarse una idea Üe su saber por esta
obra. Todo lo que es hipotético , incierto , poco demostrado, está
severamente desterrado de ella; el resultado positivo de los hechos
por mucho tiempo observados, tal es su base principal : es la esposicion mas metódica de ios principios de la ciencia 'hecha con
ese inapreciable conocimiento de lo verdadero , la mas preciosa
joya de la inteligencia. No busquéis en ese libro la elegancia de
estilo de los Louis, de los Perci , de los Sabatier; mas encontraréis una simplicidad instructiva , un fondo de exquisito buen sentido , una sencillez de espresion , una claridad de ideas que gustan y cautivan : si es verdad que el estilo es el hombre mis— I
m o , como tanto se ha repetido dsspues de Buffon , el de Boyer
espresa muy bien lo que era, lo que pensaba. Es una imagen per-
fecta de su vida firme , igual, moderada , de esa vida de un hombre honrado que va siempre recta delante de él , sin cuidarse demasiado del que dirán. Jamas se desmintió en ninguna circunstancia ; jamás dio á conocer ese amor propio que padece, que se irrita , que está disgustado ; que tiende sin eesaí á producirse, á exaltarse , ni esa vanidad intempestiva que resalta en todas ocasiones,
y quiere que todos se humillen ante el sol de su gloria. Boyer tuvo
siempre modestia, es decir, el buen gusto, el triunfo y el aplauso.
Amenudo repetía este proverbio í " un adulador no es mas que un
embustero cumplido." Este sentimiento mismo de modestia estaba
grabado tan profundamente en su corazón, que prohibió en su testamento se hiciese sobre él ningún discurso ni elogio académico.
En efecto, su vida y sus obras atestiguan bastante en su favor.
Con su constitución robusta y su moderación," Boyer gozó
por mucho tiempo.de una completa salud; cuando la vejez llegó,
ataco con éxito las enfermedades ligeras que le afligieron. Mas
finalmente, atacado con vehemencia de una inflamación en los ríñones, de la que temió sucumbir , recurrió entonces á un medio
curativo contra el cual habia egercitado muchas veces su sátira;
se hizo aplicar una enorme cantidad de sanguijuelas ; tan cierto
es en general, que el hombre aun mas juicioso es un tejido
de contradicciones. Resultó de ahí una pérdida tan considerable
de sangre y de fue,zas , que el enfermo cayó en un collapsus que
no tardó en hacerse mortal. Asi pereció Boyer el 18 de noviembre de 1833. Dígase lo que se quiera de sus miras retrógradas,
de sus métodos atrasados , fue un grande, un verdadero cirujano ; y no olvidemos que muchos dotes , muchas cualidades están
ocultas bajo este titulo.
S. E . Y M.
M. N. S.
IJBBAPEÜTICA
DEL USO DEL ZUMO DEL COHOMBRILLO SILVESTRE
en la curación de la ictericia, por D. AntOnie García.
SEÑORES REDACTORES.—Muy señores míos: desde
que leí el nuevo remedio para curar la ictérica que el Dr.
Porri italiano hizo insertar en el número 68 del apreciable periódico que V. V. dirigen, y la manifestación que en
el 73 hizo D. José Mendoza y Rico sobre el mismo asun-
85
to, me decidí á propinarlo en cuantos casos de ictérica se
me presentasen, y lo recomendé igualmente á mis dos hi-;
jos que egercen la profesión. En efecto, al menor !e ocurrió hace dos meses uno en una señora de edad de 44
OtflNION DE' ALGUNOS E S T R A M E E R O S - S O B R E £ A . ES«
pañola. —Necesidad de m e j o r a r !,a i n s t r u c c i ó n d e este r a m o . ; • • ;
años¿ temperamento bilioso-nervioso que sin otros antecedentes que loa ataques histéricos que con frecuencia paCOMUNICADO.— Señores redactores. Al verla,' jn.VfUi¡
dece, se le presentó una ictericia consumada en menos de
tacion que ustedes, hacen en su apreeiable; periódico.; par&p
tres ¡semanas, inmediatamente le mandó el zumo de coque se faciliten al Sr. Chinchilla, datos para la: ,per,~,
hombrillo silvestre, ( cucurnís elaterium ) disuelto en leche.
feccion de la, obra que ha tomado á cargo suyo v le dan '
y sorbido por la nariz, que al momento hizo arrojar áustedes toda la importancia que se merecey que-le.SuC'Qrr.'
ía paciente abundancia ., de moco verdoso amarillento, y
responde por la noble y laudable empresa que tambie;ri7
quedó curada en ocho horas, sin mas: vestigios que hase han tomado de¡ilustrar los profesores; del reino., Sien,-.",
bérsele escoriado un poco la nariz y boca que cedió abe-,
tonque los que voy á presentar'no le sirvan .directamente;!,
neficio de sorber agua natural con frecuencia, y alguna
pero como pueden contribuir á que los demás profesores
debilidad que se disipó prontamente.
los den, me atrevo á rogar áustedes losinserten en su apj¡e,-;
Esté hecho me ha. confirmado en laidea que ya tenia
ciable Boletín para que se convenzan los médicos españflr,.
yo formada de que el-remedio esheróico.y asi resolví desles de la necesidad de la obra que se ajiüacia, pues; .de^lo]
de luego comunicarlo á V. V. para conocimiento de los
profesores que aun no hayan tenido ocasión de esperimen- ¡ contrario se esponen á que les, suceda lp que hace,cua|;r,O;;,
meses me paso á mi, de lo cual quiero que tengan noticia
tarlo. Mas hoy me ocurre el pensamiento de si el tifus con
todos los médicos.
,
,• , . :
síntomas de icterodes que acaba de presentarse en S. SeMe hallaba en Mompel'er y . frecuentaba la casa,de;
bastian y de que han dado V. V. noticia en el número
Mr. Leroux á la que concurrían también dos jóvenes mé-¡
186 pudiera acaso ser socorrido con este mismo remedio;
dicos, uno belga y el otro inglés. Se habló^un dia de; litey como es cuestión de suma importancia en el dia, no
ratura médica; cada uno habló de; la suya á su placer; pe-;.
me he detenido un momento en suplicar á V. V. se sirvan
ro al querer .yo pronunciarme, me interrumpieron con
estamparlo asi en su periódico, para que los facultativos
mil desprecios y con las espresiones,mas satíricas y desque asisten en aquella epidemia puedan si gustan ensavergonzadas. Esta disputa estaba muy próxima á termiyarlo , en el supuesto de que ningún-daño puede resultar
narse.,desgraciadamente, cuando tomando la palabra Mr,
de su aplicación , caso que no se consiga cortar en ocho,
N
Lerouk se dirijió á mi diciendo." Negar Sr. que la Espahoras aquel síntoma ictérico agudísimo .como se verifica
ña ha tenido y tiene genios eminentes, sería lo mismo,
con el crónico.
•
que negar ser hombres : pero esto no quita el que sean
Eilo es cierto que ,en estos tifos, ó llámense fiebre
ciertas varias de las cosas que acaban de decirse. Es preamarilla del vulgo, hay con frecuencia una ictérica que
ciso que os convenzáis de que la medicina se halla enterase desenvuelve en pocas horas y cuya curación decisiva
mente abandonada en vuestro pais, en lo que han influido
hasta ahora no se ha descubierto. ¿ Qué inconveniente
varias causas/'
pues podrá haber en ensayar el zumo de cohombrillo di" 1.a El gobierno no ha protegido ni la ciencia ni) os,
latado en leche y sorbido por la nariz cuya eficacia para
p
r
o
fesores."
•
•';:
;•'
las ictericias comunes es ya para mi un aforismo ? Tal
"2. a Los directores de la escuelageneral de.la ciencia
vez se diga que no se sabe como una revnlsion á la nariz
no han mirado ni por ella ni por los médicos: la reunión
puede hacer terminar en tari poco tiempo los síntomas
de las facultades los ha acabado de arruinar, y puede demas molestos de una afección del hígado; pero á esto pue- ,
cirse que desde entonces la ciencia y Los profesores han
de responderse que si no nos hubiéramos aprovechado de
ido de mal en peor. En muchas de las cátedras, se cololas máquinas hasta haber sabido como se efectúa el mocaron, no sabios, sino hombres de partiido de los cuales alvimiento , ó que es lo que la mano comunica á la palanca
gunos tenían que aprender de antemano la lección que
y está al cuerpo sobre que obra para moverlo; ó si en
habían de esplicar" (1).
la química hubiésemos de suspender las operaciones mas
"3. a Cuando un Español ha tratado de sobre salir, en
importantes hasta averiguar el como de las afinidades y
el instante se ha visto rodeado de un enjambre de críticos
conbinaciones maravillosas que se observan , jamas hamoscones, que no han parado hasta fastidiarle con sátiras
bríamos llegado á obtener los resultados que hacen hoy á
mordaces, que le aburrieron ó le hicieron abandonar la
la mecánica y á la química las mas influyentes en los adeempresa. En España no hay siquiera un diario de observalantamientos de las artes y en el provecho de la sociedad.
ciones, y un Boletin que solo habia, tuvo que suspenderse
Ademas, bien sabido es el lugar que tienen en la terapor el desamparo de los suscritores ( cosa muy ridicula
péutica los argumentos de analogía y los descubrimientos
y vergonzosa ). En España hay una desidia general por
de que les somos deudores desde la mas remota antigüela literatura médica: Solano de Luque no fue conocido en
dad; pues bieu ¿ Quien podrá negar las razones de analosu patria, hasta que los estrangeros le dieron á conocer.
gía que median entre la ictericia propiamente dicha, y el
No hav una cátedra siquiera de la historia de la ciencia
tifus icterodes de que se trata ? ¿ No dicen los profesoni de la vuestra : la que se dá en el colejio Real de Mares mismos que han observado el de S. Sebastian , que
drid en solo dos meses, no basta ni para entender el abeusaron los revulsivos á la piel con el mejor resultado?
cedario de la ciencia, y es una ridiculez que ha confirma,
Pues ¿ qué revulsivo mas eficaz mas activo, ni mas inocente que el cohombrillo ? Si estas razones pueden algo,
suplico á V. V . S . S. redactores, y ál<>» sabios profeso( 1 } Et contesto de Mr. Leroux parece estar copiado de nuestro español Salva. Este sabio y distinguido catalán discutió esres que están encargados de la inspección de aquella entos mismos puntos con la mayor energía y estension en su obra t i fermedad, se sirvan tomarlos en consideración por el bien
tulada " Ppensamientos sobre el arreglo de la enseñanza del arte de
de la humanidad que es el único motivo que impele hacer
curar " impreso en Mallorca año 1812, y publicados por el doctor
es
tas observaciones á su afectísimo suscritor Q. B. S M.
D Francisco Sanponts; el que guste podrá consultar dicha obra,
Marchena 20 de setiembre de 1838.
particularmente las páginas 66, 67 y 69, en Jas que hallará todo
ANTONIO
GARCÍA.
cuanto pueda desear para convencersede que los males que ahora nos
echa en cara Mr. Leroux hace veinte y seis años que los publicó
' un español verdaderamente sabio. Y luego dirán que los estrangevo« no leen nuestras obras, y que absolutamente desconocen núestra literatura médica.
, ( S . E . y. M )
86'
do en toda la Europa el concepto que se tenia formado de
la cultura médica española. Por todas estas razones no ha
habido ni hay en vuestro pais deseos de instruirse en este
ramo.; t o s médicos se ven abandonados y precisados á
buscarse su vivir dó las visitas, haciendo de este modo la
facultad un oficio, como lo hicieron los frailes de la relijion.!IEste es el cuadro de los médicos españoles , y antes
qüé"üos culpéis á los-estrangeros, registrad vuestro Feijó
y-effíel-encontrareis mayores datos."
';>-Corifieso que esta relación por desgracia nuestra es
vérdáde'ra en muchos puntos si bien exagerada en otros,
ysién'to que asi lo sea. Estos son los elojios y la reputaciórique tenemos: este papel representamos á el otro lado
de los Pirineos. ¡ Que fatalidad tan triste !
S:
El Sr. Morejon en quien teníamos cifradas nuestras
esperanzas, murió síia el gusto de dejarnos una producción
suya' en que podamos recrearnos. Los estrangeros también
la^es'peraban-.y se han llevado igual chasco. Si el gobierno yülejor diré, los directores de la enseñanza hubiesen
puesto una cátedra de historia médiea como hay en todas
las naciones cultas y celosas de su reputación , en el dia
de hoy habría muchos que se hubieran dedicado á este
ramo, y dado un dia de gloria á su nación.
- E l Sr. Chinchilla se ha comprometido á ello; pero
quiera Dios no se halle embarazado con las dificultades
que nosotros , cuando quisimos publicar la historia de los
hombres célebres de Valencia, la cual tuvimos que abandonar: y aprovecho esta ocasión para elogiar el artículo de
Arnaldo de Villanova, que con tanta generosidad nos re •
mitió y que llenó todos nuestros deseos. Debo añadir para
animarle que ya es bien conocido entre los estrangeros;
pues el mismo Leroiix me habló de él de UQ modo que
puede envanecerlo, á resultas de! famoso artículo del Garrotillo.
Asi, pues, ruego á ustedes en nombre de algunos profesores, que animen al gobierno á poner una cátedra esclusiva de la historia general y especialmente de la nuestra, ( 2 ) porque de lo contrario podremos quedarnos como
á la muerte del Sr. Morejon.
Suplico á ustedes se sirvan perdonarme esta importunidad pues la naturaleza del asunto me disculpa.
Soy dé ustedes su mas afectísimo servidor y compañero.
•DOMINGO RUIZ Y ESCRIBA.
SOCIEDAD MUDICA
DE SOCORROS MUTUOS.
CIRCULAR.— El Sr. D. Mariano Lorente , secretario
(1~) Hace tiempo que los amantes de las glorias médicas en
España lamentan esta falta. Creemos que el establecimiento de
una cátedra esclusiva para la historia de la ciencia en general, y
de la nuestra en particular, seria un bien ; pero ya que no está en
nuestra mano verificarlo así , nos limitaremos á invitar al señor
Chinchilla á que abra una academia particular (como las hay en
otros países, y aura de otros ramos en esta corte) en la cual se
dedique esclusivamente á esta materia.
Entonces los conocimientos sobre la historia médica , que al
presente están contenidos en un círculo tan estrecho,se propagarán, y no faltarán muchos que impuestos en ellos tratarán de dedicarse á este estudio tan interesante , como generalmente abandonado. Habrá también la doble ventaja , de que pudiendo asistir
á ella los alumnos desde el 4.° hasta el 7." año , cuando concluyan su carrera tendrán un conocimiento de la historia de la ciencia que han abrazado , y una noticia de los mejores autores que
han escrito'sobre loa diferentes ramos, á las cuales acudirán para
consultarlos.
Creemos que este medio es el único que insensiblemente po<
dia hacer que en pocos años, y á poca costa , cambiase la faz del!
la literatura médica en España, cuya falta es preciso confesar que
hemos tenido todos al salir de las escuelas.
S. E . Y M.
de actas de la Comisión Central, con fecha 24 de este
mes me comunica lo siguiente.
¡
"En virtud de que'todas las Juntas generales de pro*viñcia celebradas en Valencia en 20, en Zaragoza en 21
en Salamanca en 2 2 , en Valladolid en 24, en Barcelona
en 26 de Agosto anterior, y en Madrid en 11 de Setiem^;
bre actual, han aprobado unánimemente la propuesta:dé
la Comisión Central acerca de la variación del artículo 77
de los estatutos , adicionada y aprobada también por la
Junta de Apoderados en el dia 25 de julio último , y.circulada á las comisiones provinciales en SO del mismo; y
constando por lo que aparece del respectivo espediente
que en todo lo actuado en este asunto se ha observado
estrictamente lo prevenido en los, artículos 195 y 196 de
aquellos para las alteraciones de. las leyes fundamentalesde la sociedad: ha declarado la Central: que queda adoptada la siguiente variación al artículo; 77 de los estatutos,"
mandando que se observe y cumpla como parte integrante de ellos en el artículo á que se refiere-; y que se publique y circule: habiendo acordado al mismo tiempo que la
presente comunicación se inserte literal en ellibro de actas de cada una de las Comisiones provinciales y firmada
por todos los individuos de ellas, dando aviso de haberlo
asi ejecutado, para unirlo con todo el espediente á la co-'
pia formalmente autorizada de los estatutos que existe
custodiada en el archivo general de la sociedad.
Variación al articulo 77.
-
1.° No se incluirán en los dividendos los gastos hechos, ó que se hicieren en adelante con el objeto de organizar la sociedad , y que por tanto son de la clase de estraordinarios, debiéndose solventar del fondo general de
la sociedad.
2.° Se entenderán por gastos estraordinarios para el
efecto marcado en el artículo primero, todos cuantos se
hagan para comprar, abrir y preparar los libros, cuadernos , instrucciones, tablas y modelos necesarios para que
se organicen las Comisiones provinciales; los gastos de
impresiones, no siendo los de las esposiciones de la C o misión Central, y los de las cédulas de aviso; los que resulten de comprar arcas de tres llaves ; de abrir los sellos
para las Comisiones, y de conducir y empaquetar los
efectos que se les remitan; y por último la remuneración
de los escribientes empleados en el despacho de los trabajos precisos para la organización de la sociedad.
3.° La Comisión Central quedará encargada de presentar en las cuentas generales los gastos estraordinarios separados de los ordinarios, conformándose estrictamente con lo dispuesto en el artículo anterior, y no incluyendo en el dividendo mas que los segundos , después
que la Junta de Apoderados haya aprobado, no solo la
cuenta,'sino también la separación que se haya hecho de
sus partidas con aHreglo al mismo artículo.
Lo que traslado á V. V. de acuerdo de la Comisión
Central para los efectos espresados."
Dios guarde á V. V. muchos años Madrid 30 de setiembre de 1838.— JORB RAMÓN V I L L A L B A , secretario
general. — Señores de la comisión provincial de
Es copia.
JOSÉ RAMÓN VILLALBA.
MMPICA.
SURGICAL OBSERVATIONS ON TUMOURS (oBSERVACIOnes quirúrgicas sobre los tumores ) por Mister Warren, profesor
de anatomía y cirujía en la universidad de Harward. Un volú~
men en 8.° mayor de 607 pajinas con 16 láminas iluminadas.
En diciembre de 1837 se ha publicado en Boston,
(Estados-Unidos de América) la obra de que vamos á
dar conocimiento á nuestros lectores.
87
Su autor bien conocido en el mundo médico , acaba
de ser nombrado primer cirujano en el hospital general
de Massachussetz, y aunque su libro presenta algunas
repeticiones y se desentiende de algunos pantos, sin embargo estos lunares son recompensados ampliamente
con los conocimientos prácticos que encierra, é ideas
luminosas y poco comunes que emite. Considerada bajo estos puntos la obra que vamos á analizar , siempre se la debe tener como una monografía preciosa que
los clínicos pueden consultar con mucho provecho, y que
dará honor á su autor y á la cirujía Anglo-Americana.
Pasemos á su análisis.
Ei autor principia definiendo el tumor tomándole en
su acepción literal, desentendiéndose hasta cierto punto
del modo que tenían de considerarle los antiguos ( 1 ) , y
dice siguiendo á Hunter, que el tumor no es mas que un
cuerpo morbífico de naturaleza y consistencia diferente
de los tejidos que le rodean.
Dada esta definición del tumor, entra el autor en su
clasificación adoptando como base de ella la anatomía de
los tejidos , y no clasificándolos por su naturaleza como
hasta ahora se ha hecho. Divide la familia de los tumores en quince secciones, los epidermóideos , los dermóidéos, los del tejido celular , músculos, periostio, huesos,
glándulas linfáticas, glándulas secretorias, arterias y venas , nervios , membranas mucosas y serosas &c. &c. Cada una de estas secciones ofrece variedades mas ó menos
numerosas.
Este modo de clasificar los tumores es indudablemente muy metódico , pero tiene el inconveniente de las
repeticiones , pues las mismas especies y variedades de
tumores se pueden presentar á cada instante en los diferentes tejidos que se examinan.
Después de algunas pequeñas consideraciones sobre
la forma , naturaleza y causa de los tumores, el autor
entra en materia describiendo las vejetaciones epitlermóideas. Las verrugas , clavos, y la icthyosis cornea , ó las
excrescencias córneas que se llaman CUERNOS DE LA PIEL,
forman el objeto de la primera sección. Estos tumores r e sultan de una super-secreción de materias epidermóidea
ó cornea , por consiguiente son inorgánicos como la piel.
La icthyosis córnea es muy rara; Mr. Warren en su larga
práctica no ha- visto ninguna, y el que hace este análisis
ha visto un ejemplar magnífico de uno, que fue de un gallego , y se conserva oomo una rareza entre las preciosidades que en cierra "nuestro gabinete de historia natural
de esta corte: su eolor es ceniciento parduzco, de la longitud de dos pulgadas y media y ligeramente arqueado.
Sobre este punto se puede consultar, pues nada deja que
desear, una memoria escrita ex profeso á la academia de
cirujía de París, y un capítulo del tomo último de la
obra de Boyer, quien habla de una circunstancia que no
menciona Warren , y es que la piel de la base de cada
cuerno tiene una gran tendencia á hacerse cancerosa.
En seguida pasa el autor á hablar de los tumores
dermóideos que comprenden tres géneros: los lepóideos,
kelóideos , y eiloideos. La palabra lepóideos viene del
griego Cepos, corteza de árbol; designa bajo este nombre
una especie de pequeño tumor, parecido á una costra re-,
donda, escamosa , de color parduzco que se observa en
la nariz, frente, ó en algún otro punto de la cara
de algunas personas avanzadas en edad : esta costra se
cae espontáneamente dejando una úlcera cancerosa en la
superficie del dermis. La segunda denominación1 explica
un pequeño tumor rojo del tamaño de un guisante que
se presenta por lo general en la cara con una areola roja : indolente al principio, se hace doloroso con el tiempo , acompañándole una sensación de calor urente; de-
(1) Los antiguos definían el tumor con esta frase: quod tumet, tumor est, asi es que para ellos , las luxaciones , fracturas
<vc , no serian mas que tumores.
genera en cáncer con frecuencia, sobre todo on las personas ancianas. El autor denomina eiloideos á un tumor
particular del dermis, de volumen considerable, que ofre- .
ce en su superficie circunvoluciones como un intestino delgado henchido de aire que se coloca en círculos
concéntiicos. Este tumores muy raio;nd ha visto mas que
uno en el cuello da una negra , cuya lámina acompaña.
Esta figura presenta en la parte lateral derecha del,
cuello una masa censiderable formada de tres circunvO- ;
luciones, teniendo cada vuelta cuatro pulgadas de.estén*
sion : el mal existia hacía muchos años, y presentaba un
pedículo estrecho. Mr. Warren practicóla ablación 11er
vándose con el bisturí la parte correspondiente del dermis. La herida se cicatrizó, pero diez y,ocho meses dsspues , el tumor se reprodujo y la enferma,murió. Por lo
dicho se vé que estas tres especies de tumores no •, son .
mas que afecciones cancerosas de una forma particular.
Loa tumores de ¡a.membrana celular se reducen se-,
gun nuestro autor á los Steatomas , y bajo esta denomi-,
nación comprendé las lupias en .general.,-, los lipomas,¿-iy ,
lo? tumores fibrosos. Estos tumores nacen en el tegido
celular subcutáneo, ó en el que está debajo de los músculos. La particularidad que qíreeen estos tumores;, e,s.
que interiormente están formados de celdillas análogas
á las del tegido sobre el que están colocados.
'..'•.•
Las lupias ó steatomas sub-musculares son bastante
raras, el autor cita el egemplo de una que operó con feliz «xito en el pecho de un hombre que tenia cinco pulgadas de diámetro. Entre estos tumores Mr. Warren no
ha olvidado una variedad particular señalada por Dupuitren y descrita por otros : este es un tumor muy peque-*
ño , fibroso , superficial, del volumen de una abellana ó .
un guisante grande , que se observa frecuentemente á lo
largo del trayecto délos nervios de los miembros inferiores, y que va frecuentemente acompañados de dolores
atroces. Este tumor algunas veces apenas se percibe por
su pequenez,, y no obstante produce unos dolores tan-vivos, urentes y lancinantes, que determinan en toda la
economía consecuencias fatales, si no nos apresuramos
á extirparle. Según el autor rara vez hay recidivas ni degeneración cancerosa.
Sigue en la clasificación los tumores musculares., de
los cuales forma nuestro autor tres especies y muchas variedades: los melánicos benignos ó malignos, los carcinomatosos , y los fongóideos. El tumor melatiico benigno, ó
la melanosis muscular simple está circuido de un quiste.
La siguiente observación de un joven que cita nuestro
autor, dará una idea exacta de la especie de este tumor.
' Una joven de veinte años se presentó á,Mr. Warren
con un tumor del volúm en de un huevo de gallina en la
parte anterior del muslo. Sin causa conocida al parecer,
hace seis meses se la presentó este tumor; en el estado de
estension muscular estaba fijo y duro1, mas en el de flecxion el tumor era muy movible en el sentido lateral.Esta
prueba dice el autor le bastó para convencerle de que el
mal residía en la sustancia muscular : extirpó este tumor
haciendo una incisión en el músculo recto del muslo hacia su parte media : el dolor y la pérdida de sangre fueron muy grandes , pero la enferma curó. En el examen
de este tumor dice el autor parecía formado de una sustancia muscular dura y de un color negro. Presentaba en
su centro un núcleo huesoso de una pulgada de diámetro , y un fluido negro en un quiste igualmente negro.
También explica la patogenia de este tumor , diciendo que la enferma debió recibir un golpe en el muslo, la
sangre se extrasvasó formando un coágulo que fue circuido de un quiste : la sustancia muscular próxima se ha
infiltrado del mismo fluido negro que se ha ido endureciendo gradualmente.
Pasa en seguida Mr. Warren á hablar de ia melanosis muscular maligna, que no difiere como todos saben
de la melanosis simple, mas que por la noateria cancero»
sa que se ha mezclado en el tegido melámico.
88
__
"
A las veces es este principio melánico el que segregado accidentalmente infiltra los tumores escírrosos ó
cancerosos ya preexistentes, mientras que otras veces'
aunque son mas raros, sucede lo contrario.
Bajo el título de tumores carcinomatosos, el autor
comprende los cuerpos morbíficos duros que tienen tendencia á ulcerarse, y á coinquinar con el tiempo todo
el tejido; 6 lo que es lo mismo en otros términos es el
escirro que se convierte en cáncer ulcerado. Por el contrario los fongoides son unos tumores blandos desde su
origen , tienen una tendencia á dar sangre, y producen
al cabo de cierto tiempo la infección general: el tumor
encefaloideo, y el fungus hematode de los ingleses en tran en esta categoría. El autor cita muchos ejemplos.
Vienen los tumores de los tendones, siguiendo la clasificación indicada. Tres causas pueden producirlos ; el
reumatismo, la sífilis y ios esfuerzos musculares. El autor
no habla en este capítulo mas que de la hipertrofia tendinosa con induración. Esta hipertrofia llega á formar con
el tiempo un tumor mas ó menos voluminoso é incómodo
al rededor de ciertas articulaciones. Cita el hecho singular de un joven vigoroso que presentaba un tumor de la
longitud de cuatro pulgadas en los tendones del músculo
bíceps femoral de cada miembro y que le impedia mantenerse de pie, que terminó por curarse al cabo de un largo
tratamiento que consistió en el reposo absoluto, dieta, y
las fricciones y compresión de diferentes sustancias resolutivas; sin embargo M. Warren no dice nada de la hidropesía de los tendones ó mas bien de sus vainas , y de la
enfermedad que en estos últimos tiempos se ha denominado hinchazón crepitante de los tendones. Termina este
capítulo con la descripción del fungus non hematode.
Bajo este último nombre, Mr. Warren describe un tumor fungoso , de un tegido blanco y blando, que se divide fácilmente á la mas ligera presión, y que se encuentra
en su medio fibras tendinosas y musculares profundas.
Algunas veces se presenta bajo la forma de un tumor
blanco articular. Su naturaleza es maligna , se reproduce
después de hecha la estirpacion y se termina frecuentemente con la muerte. Esta especie de fungus tiene la particularidad de no tener tendencia á la hemorragia como
ios otros fungus en general.
Los tumores del periostio y de los huesos ocupan una
gran parte de la obra. El autor ha reunido muchas observaciones , sacadas de su propia práctica. Las exostosis
epifisarias, las exostosis paránquimatosas y las llamadas
exsostosis medulares por los ingleses ocnpan un lugar muy
distinguido según nuestro autor. Pasa en seguida al osteosarcoma que describe muy minuciosamente y que considera como una enfermedad cuyo origen tiene siempre
en el periostio, combatiendo la opinión que admite la
la degeneración osteosarcomatosa primitiva del parenquina huesoso.
Llegamos á los tumores de las glándulas: presenta un
museo muy considerable de especies y variedades.
Habla primero de los ganglios linfáticos y escribe
tres especies; los tumores escrofulosos , los escirrosos y
los fongoideos. Los desarrollos escirrosos de los ganglios
linfáticos son <> no susceptibles de degeneración cancerosa; de donde nacen dos variedades distintas. También
hace de los fongoideos subdivisiones importantes relativamente á la anatomía patológica. Cada variedad la acompaña con. diferentes observaciones prácticas muy curiosas.
Los tumores de las glándulas secretorias abrazan
muchas series; los de las mamilas , testículos y glándulas salibales presenta los primeros. Con este motivo hace
una reflexión muy curiosa é interesante y es que el carcinoma ( cáncer escirroso) es muy frecuente en la glándula mamaria, y muy raro en los testículos ; ai contrario
sucede con el tumor fungoso encefaloideo. Los tumores
de los demás órganos, especialmente los dé las mamilas, se
les debe considerar como muy sospechosos y que mere-
cen la mayor atención. Por lo que respecta á los tumores
de la glándula mamaria, nuestro autor adopta las ideas de
M. Astley Cooper apoyándolas en observaciones numerosas que le son propias.
Cita el caso de un tumor hydático de una mamila del
peso de trece libras; y de un lipoma de la misma región
que pesaba ocho.
Los tumores de las glándulas salivales comprenden no
solamente los de las parótidas, sino los de las sub-linguales y sub-maxilares: éstas últimas son mas frecuentemente afectadas que las otras.
La verdadera induración escirrosa de la glándula parótida es muy rara: frecuentemente se la ha confundido
con una enfermedad muy parecida de los ganglios linfáticos de esta misma región. Comienza , dice Mr; Wairen
por la porción mas profunda de la glándula, situada en«
tre la rama de la mandíbula y la apófisis mastoides : en
su principio es muy doloroso á causa de la dificultad extremada que experimenta el órgano á desenvolverse delante de las partes huesosas ; la glándula se presenta
siempre abajo y afuera, va acompañado de cefalalgia, disfagia, vértigos , y dificultad en la masticación.
^ El tumor no se ulcera sino al cabo de mucho tiempo,
pero produce frecuentemente la muerte por apoplexía
comprimiendo la vena yugular interna. Es digno de notarse que la cara externa de la glándula permanece ordinariamente sana, y que la arteria carótida es frecuentemente obliterada por la compresión del tumor &c, El autor dice, que ha practicado su extirpación varias veces
con éxito,
Las enfermedades del testículo siguen á las de las
glándulas precedentes ; y después coloca las de las mucosas. En esta última categoría habla del cáncer de los
labios , lengua, amígdalas, faringe, estómago, recto, vagina &c.
Los tumores del útero y pene los estudia y describe
á parte ; y concluye su recomendable obra con una descricion , acompañada de interesantes observaciones de
otras vegetaciones morbíficas que no ha podido colocar
ea la clasificación precedente.
S. E
Y.
M.
DICCIONARIO DE MEDICINA Y DE CIRUJIA PRACTICAS.
Entrega 7. a del tomo 2.°
Continúa abierta la suscricion en la librería de la viuda de Razóla y en las principales del reino, por entregas
de 32 páginas á 2 reales vn. para Madrid, y á 1\ para
las provincias.
"Vacante.
Se halla vacante el partido de Médico-Cirujano de las
villas de Albendea y S.Pedro de Palmiches , en la provincia de Cuenca , distante una legua entre sí: ambas
tienen 180 vecinos, y su dotación consiste en 200 fanegas de trigo cobradas por el ayuntamiento. Se admiten
solicitudes hasta el 15 de noviembre.
EB DIRECTOR y EDITOR
MADRID, IMPRENTA DE LA
Tipográfica—1838.
COMPAÑÍA
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