Empresarios y trabajadores CUESTIÓN DE calidad: una nueva Ley de Negociación Colectiva Hace tres años que la OIT hizo importantes recomendaciones al Uruguay respecto a la negociación colectiva entre trabajadores y empresarios. Ahora, en la misma semana, dos proyectos que atienden en forma diferente esas recomendaciones, plantean modificaciones a la Ley de Negociación Colectiva vigente. Uno desde el Poder Ejecutivo y el otro desde el ámbito académico. El autor del segundo, el especialista en Derecho Laboral, Nelson Larrañaga, resume para El Empresario los ejes de su propuesta. L a ley debe garantizar que los trabajadores que prefieren no hacer huelga, puedan ejercer su derecho a seguir trabajando y que las medidas sindicales, sean ocupaciones o piquetes de huelga, no impidan la entrada a la empresa a sus propios directivos. Ni una cosa ni la otra coartan el derecho de huelga y ambas serían positivas para el diálogo social. La negociación entre trabajadores y empresarios debe ser mucho más productiva, expresándose en estabilidad, mejora de las condiciones de trabajo y respeto de las leyes. Esa búsqueda de un diálogo de calidad, condición imprescindible para el crecimiento económico, el desarrollo social y la convivencia democrática, requiere un marco normativo coherente que, en Uruguay, no es equitativo y está desactualizado. Debemos cambiar cuanto antes la Ley de Negociación Colectiva y recoger las recomendaciones realizadas por el Comité de Libertad Sindical (CLS) de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), aprobadas por su Consejo de Administración hace tres años. Ese lapso es una enormidad en un contexto de mercados dinámicos y altamente competitivos. Diversidad de aportes Desde el análisis académico, buscando modificar la Ley 18.566, del 11 de setiembre de 2009, sobre el sistema de negociación colectiva, quien esto escribe ha puesto a consideración del Parlamento, el Poder Ejecutivo, las corporaciones gremiales y la propia OIT, un proyecto de Ley que levanta todas las cuestiones que plantea el organismo de Naciones Unidas. Coincidentemente, la misma semana, el Poder Ejecutivo publicó un proyecto de Ley que toma en cuenta algunas de las recomendaciones de OIT. Además, la visita de la delegación de la Cámara de Industrias a la sede del PIT-CNT y las declaraciones públicas al respecto de dirigentes sindicales y empresariales, pueden tomarse como señales de un ánimo adecuado para el diálogo tripartito. Es de esperar entonces que el Poder Legislativo y los restantes actores sociales procesen los diversos insumos disponibles y se promulgue una ley que otorgue garantías de civilidad. Esa cualidad es un estímulo a la inversión, que multiplica las oportunidades de una mejor calidad de vida para los uruguayos. Los puntos principales de nuestra propuesta • Los Consejos de Salarios deberán tener competencia exclusiva en la fijación de los salarios mínimos y su régimen de actualización. El resto de las condiciones de trabajo deberían negociarse directamente entre las partes, sin participación del gobierno. • En la negociación colectiva en la empresa, en caso que la organización sindical de la rama no tenga representatividad suficiente en la empresa, la negociación del convenio colectivo se realizará por representantes de los trabajadores electos en régimen de votación secreta. • El convenio colectivo se extingue al vencimiento del plazo pactado por las partes, no existiendo ningún tipo de ultra actividad. Nelson Larrañaga [email protected] • El ejercicio del derecho de huelga, la ocupación del lugar de trabajo y los piquetes de huelga deberán respetar la libertad de trabajo de los no huelguistas y el derecho de la dirección de la empresa a penetrar en sus instalaciones. El Estado, a través de los Ministerios de Trabajo e Interior, deberá coordinar un procedimiento que garantice efectivamente el ejercicio de esta libertad y derecho, mediante la desocupación del lugar de trabajo o la disolución de la aglomeración de personas, en su caso, en un plazo máximo de 24 horas. • El Estado garantiza la plena validez y eficacia de los convenios colectivos, y que por ello, no pueden ser desaplicados por ninguna autoridad administrativa o Poder del Estado, salvo que contengan renuncias expresas a los beneficios legales mínimos. • Los convenios colectivos deben cumplirse en forma obligatoria por las partes y de buena fe. La falta de cumplimiento del convenio colectivo puede dar lugar a la rescisión del mismo, con un preaviso de 15 días. • En caso que varias organizaciones se atribuyan legitimación para negociar, la más representativa se determinará en función del número de afiliados de cada una de ellas. • La mediación y conciliación voluntarias se suspenderán en caso que en el curso de este procedimiento, alguna de las partes haya adoptado una medida de fuerza, tales como ocupación, piquete o lock-out. • En caso de incumplimiento de la cláusula de paz, la parte afectada por el incumplimiento podrá dar por rescindido el convenio colectivo, con un preaviso de 15 días. n