Cultura LanzaDigital, Miércoles 23 de Julio de 2014 Lluis Pasqual cautiva con una propuesta depurada y musical del clásico de Lope de Vega que triunfa en el Hospital de San Juan Caballero de Olmedo esencial - 23/07/2014 Julia Yébenes Almagro La programación habitual de ‘El Caballero de Olmedo’ en el Festival de Almagro no ha sido óbice para que el montaje ideado por Lluis Pasqual sobre este referente del teatro clásico español se revele como un refrescante espectáculo en las calurosas noches del ciclo. La segunda obra que acoge el Hospital de San Juan en la programación encajera está recogiendo desde el día 18 ovaciones al depurado trabajo del director del Teatro Lliure, en colaboración de La Kompanyia y la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC), a tenor de una diestra interpretación del verso del joven elenco. Como en la mejor crónica de una muerte anunciada, el entorno de un tablao flamenco, con una veintena de sillas, y el sol, la tierra y la luna como testigos de excepción, acogen la inexorable acción del destino, al que ni la intervención más sagrada puede derrocar. “Esta noche le mataron / al caballero, / la gala de Medina, / la flor de Olmedo” es la copla popular sobre el que Lope monta unos preciosos sonetos en torno al amor puro, que domina toda la obra, aunque la traición y la venganza mortal llegan de manera inocente. De hecho, contrasta la atmósfera cómica y contemporánea de la escenografía en los dos primeros actos frente al trágico desenlace del tercero. La transición entre la vida y la muerte del caballero de Olmedo es mucho más abrupto en el fondo que en las amables formas de la escenificación. La propuesta está montada sobre los textos del autor del Siglo de Oro, tras una acertada purga de los versos que dejan el relato en lo esencial, y sobre el que los actores hacen un gran trabajo de interpretación y de dicción. Envolvente música La música resulta envolvente por el aire flamenco de toda la partitura, donde la percusión de la mano de Pepe Motos y Antonio Sánchez, además de Jordi Collet y el cuerpo artístico, pautan la tensión del montaje y provocan la complicidad emocional en el amor y la censura contra violencia. Un sinuoso tango interpretado con letra del poema clásico por David Verdaguer y una bulería anuncian la espesa noche, veloz como un sueño, las sombras premonitoras que alumbran el final, el paso de la luz a la oscuridad. “Sombras le avisaron/ que no saliese,/ y le aconsejaron/que no se fuese/el caballero,/ la gala de Medina,/la flor de Olmedo”. En la condensación de la obra (dura 77 minutos) todo es esencia como la interpretación vertebral de Rosa María Sardá que además de su personaje de alcahueta en Fabia, es el hilo conductor intraescena con mensajes dirigidos al público en clave de humor para instarles a apagar los dispositivos móviles (en el inicio), para anunciar el paso de los actos o para ‘descargar’ la tensión dramática de los momentos claves de la acción. Destacan los papeles protagonistas de la mano de Mima Riera (Doña Inés) y Javier Beltrán (Don Alonso), por la lírica de su amor sobre el escenario. @LanzaDigital - Entidad Pública Empresarial Diario Lanza [email protected] Ronda del Carmen s/n - 13002 Ciudad Real Tfno: 926 274690 - Fax: 926 274746