Clase Magistral 1: “La Revolución Industrial” La revolución industrial: Se empezó a discutir si la revolución industrial se podía llamar revolución, era un proceso de 100 años. Para algunos se tenía que llamar revolución porque tuvo un gran cambio social. La revolución como fenómeno económico: Evolución de la economía PUNTO DE PARTIDA Sociedad de base agrícola Producción comunitaria Bajos niveles de productividad Baja producción de excedentes Bajos niveles del consumo – predominio del autoabastecimiento Poca vinculación a través del mercado Casta de nobles (aristocracia) que se aseguran una renta por mecanismos extraeconómicos, la comunidad produce los bienes y el señor le extrae parte de la producción, después de que termine el proceso productivo. Cuando había hambre, la gente se moría, no había comida en ningún lado. PUNTO DE LLEGADA (sociedad capitalista) Sociedad base fabril - urbana. Cada vez más personas viven en las ciudades. Producción individual - privada (empresarios) Altos niveles de productividad (gran desarrollo tecnológico) Alta producción de excedentes Altos niveles de consumo Penetración del mercado. Las personas que viven en la ciudad no pueden producir su propio alimento, por eso tienen que ir al mercado a comprar sus alimentos. Relaciones sociales asalariadas. Es un sujeto libre. Permite la posibilidad de elegir. Efecto de la crisis del S. XVII Toda crisis purga a una sociedad, cambia roles, cambia lugares. Ultima gran crisis del sistema feudal, libera las trabas económicas para llegar al liberalismo. Fuerte caía demográfica. Parecido al siglo XIV. Agricultura: abandono de zonas de labranza, lleva al aumento de la ganadería porque necesita menos mano de obra. Aumento de la ganadería = más forrajes y fertilidad del suelo. Los europeos incluyen a la carne en su dieta. La fertilidad del suelo se empieza a notar en zonas de Europa que al combinar ganadería, con forrajes y agricultura, mejora todas las producciones. Vacas más gordas, más productividad, y el forraje mejora los suelos. Esto lleva a la sub-ocupación rural. Sub-ocupación rural = aumento del trabajo protoindustrial (tarea que hacen los campesinos en los tiempos muertos, los comerciantes le traen materia prima a ellos y les devuelven la manufactura ya hecha) = aumento del capital mercantil (empresarios comerciantes aumentan su capital) El auge del siglo XVIII: gran aumento demográfico por el aumento de la protoindustralización: se desliga el crecimiento económico de los medios tradicionales de subsistencia. Los campesinos pueden tener un ingreso extra por los trabajos manufacturero. Entonces los campesinos tienen más hijos. Otros factores que los explican: caída de la mortalidad (nuevos conocimientos científicos que permite controlar la expansión de ciertas plagas) y aumento de la natalidad (en algunas regiones). Los campesinos pueden aumentar el número de hijos sin extenderse en las tierras. Mejoran la productividad de las tierras que ya tenían. Efectos de la Crisis del Siglo XVII Incorporación de la ganadería, cambian la dieta, es posible porque hay una transformación de las relaciones sociales de la producción. Puedo incorporar una mejora tecnóloga porque aparecen zonas privadas. Agricultura: abandono de zonas de labranza. Aumentan los rindes, pueden elegir las semillas, eso va a ir cambiando la dieta europea y va a resolver el problema del sistema feudal de los recursos y población. La población aumenta demasiado y los recursos no pueden, por el sistema feudal. Hay una agricultura intensiva que incorpora más mano de obra, más tecnología. Los más mínimos avances de tecnología hacen grandes diferencias. Aumento de los cercamientos, Francia e Inglaterra privatizan las tierras, los campesinos con relación feudal son expulsados de las tierras, pasan a convertirse en asalariados, de nuevos empresarios capitalistas. Guerra al barbecho (se deja descansar un tercio de la tierra, tenían miedo que se salinicen las tierras) y rotación de cultivo, la solución al miedo. Las pequeñas diferencias van a hacer grandes diferencias con la producción global de Europa. El auge del siglo XVIII Los nuevos sistemas de producción, mejoran la producción de alimentos per cápita. Los europeos están produciendo más de lo que necesitan para comer, sería imposible sin la propiedad privada, sin la disolución de la aldea. Factores que promueven la revolución industrial. Porque sucede en Inglaterra y no en otros lados como en China. Hay ciertas características que hacían que Inglaterra estuviera más preparada: 1. La preparación de movimiento de mercancías sin restricciones. No tiene aduanas internas, tienen un mercado nacional. Era un país mucho más mercantilizado, un solo país un solo mercado 2. Aumento creciente de la demanda. La demanda fue tanto externa como interna. La interna fue dada por la gran dimensión que tenían dos o tres ciudades que tenía Inglaterra, y la externa por el sistema colonial que tenía por ejemplo en Inglaterra. 3. Control del comercio mundial, el control de las rutas marítimas comerciales. Puede hacer llegar dos navíos por año a las colonias. Población mundial: hay un aumento de la natalidad. Red de contenidos: sintetiza una idea que tiene Hobsbawn. VER CUADRO: Para la expansión de las manufacturas es necesaria la expansión de los mercados internos y mercados coloniales. No solo la expansión tiene que ver con el aumento de la demanda. Aumento de la cantidad de hogares conectado por el mercado. Desarrollo de un comercio triangular (ÁfricaEuropa-América). Inglaterra se impone a Francia en el mar. Ingleses ganan en términos económicos, comerciales. Los ingleses controlan la provisión de materias primas. Hay el desarrollo de un nuevo sistema colonial, hay que ir, apropiarse de las materias primas pero también crear un mercado. Son mercados en donde saca un producto, y casi sin modificarlo, y lo vende al doble en otro lugar. Son mercados para vender su manufactura. Hay relaciones políticas y relaciones desiguales. Los franceses destruyen el sistema artesanal de tejido de los indios. Distintas regiones del mundo se terminaron metiendo al único sistema económico mundial. Globalización: colección de diferentes regiones del mundo en un mismo sistema económico mundial, están conectados a través de diferentes nexos, proveedor de tecnología, mano de obra, manufacturas, materia prima, etc. Dimensión social de la revolución industrial: Desde mediados a finas del XIX, tenían una visión oscura de la revolución industrial, tanto conservadores como socialistas. La gente moría por enfermedades profesionales, aparece la idea de que los niños haya sido una parte fundamental del proceso es muy cuestionada. Lo que cambia es la percepción de la sociedad. Pasada la guerra mundial, aparecen autores, cuando el ciclo económico mejora, que empiezan a cuestionar esta idea, especialmente desde lo cuantitativo. Con la aparición de los economistas, empieza a haber el uso de cálculos estadísticos, cuanto era la canasta de una familia, y cuanto era el salario, para saber si la revolución le aporto o no al trabajador. Hobsbawn, hay que ver fuentes cualitativas, que le pasaba a la gente. La primera mitad del XIX está lleno de propuestas, y se quejan es por algo. Es posible de que ganen más plata, pero su calidad de vida era menor (malas condiciones de trabajo, mas cantidad de horas), los valores que traían los trabajadores estaban relacionados con la naturaleza, la fiesta, el ocio, y la nueva sociedad no tenían estos valores. Hay un choque moral. Los trabajadores trabajaban poco, y ahora los hacen trabajar mucho. Más allá del ingreso las personas sufrieron mucho por el cambio, fueron la parte de la sociedad que más tuvieron que cambiar. T.S.Ashton (1961) Muchos de los problemas de las condiciones de vida tienen que ver con los problemas de las posguerra napoleónica El poder de compra crece entre 1790-1830: el costo de vida sube un 11% el salario un 43% Mirada romántica sobre las condiciones de vida en el XVIII La industrialización es “inocente”: provee cantidad y calidad de bienes que mejoran la calidad de vida. Hobsbawm: Si bien se puede demostrar el aumento del consumo de Té-tabaco-azúcar, hay menos consumo de carne y pan. Deben utilizarse otros indicadores como desempleo: Salud, mortalidad y consumo. Afirma que entre 1790 y mediados de los años 1840 el nivel de vida había descendido E.P.Thompson: década del sesenta: defensa del método cualitativo. Las estadísticas no dan cuenta de cambios en los valores como las costumbres tradicionales, la justicia, la independencia, la seguridad o la economía familiar. M1 KRIEDTE, Peter “Feudalismo Tardío y Capital Mercantil” El auge del Siglo XVIII: La crisis del siglo XVII fue seguida en el siglo XVIII por una nueva fase de expansión. El auge se dio gracias a la eliminación de las tensiones en la estructura productiva y a la superación de las consecuencias de la guerra. LA POBLACIÓN: DE LA CRISIS AL CRECIMIENTO: En el siglo XVIII el crecimiento que se inició culminó en la explosión demográfica que acompaño a la industrialización. Alemania se recupero con lentitud de las pérdidas de población que había sufrido en la guerra de los Treinta Años. Francia siguió siendo el Estado más populoso. En la segunda mitad del Siglo XVIII el crecimiento de la población se aceleró en general en todas las regiones. Las causas de la expansión demográfica fueron la decreciente tasa de mortalidad, los progresos de la medicina (especialmente la vacunación), la crisis de hambre se debilitaron y la esperanza de vida aumento. Pero también hay que aclarar que la edad de casamiento se había elevado y el control de natalidad se propagó. La diferente situación coyuntural no es suficiente para explicar que la población creciera en unas regiones más deprisa que en otras. Hay factores que solo existen en las regiones en cuestión: la protoindustrialización y la orientación capitalista de la economía. La protoindustrialización se convirtió en una de las fuerzas motrices fundamentales del crecimiento de la población. Esta posibilidad de ganarse el sustento hilando y tejiendo ha aliviado enormemente a los matrimonios, ante reducidos a las labores agrícolas. La edad del matrimonio disminuyó, el número de nacimientos por matrimonios aumentó, en las sociedades protoindustrializadas. La protoindustrialización desligó el crecimiento de la población de los vínculos tradicionales. El paso de la reserva señorial al gran dominio explotado directamente por el propietario estimuló el crecimiento de la población. La explotación directa del dominio por el propio señor, en cambio, se basaba en la fuerza del trabajo libre. También fue preciso crear una serie de pequeños empleos para cubrir la necesidad de trabajo asalariado. LA AGRICULTURA: ¿EXPANSIÓN O REVOLUCIÓN? Desde la década del treinta hasta la última década del siglo XVIII los precios de los cereales subieron, como consecuencia entró en movimiento la renta de la tierra. Las rentas de las tierras no cercadas subieron entre un 40/50% y los arrendatarios se duplicaron y triplicaron. La creciente capacidad adquisitiva de los cereales en relación a los productos manufacturados y a los salarios, hizo posible que la agricultura progresara, respecto a la superficie útil y cultivada y también respecto al empleo de trabajo y capital. La superficie útil y de cultivo se expandió, mediante el aprovechamiento de terrenos pantanosos, se desecaron lagunas, se emprendió la tala de reservas de bosques y con la construcción de diques. También se fomentó esto proporcionando beneficios impositivos a la ampliación de la superficie útil agrícola. Las tensiones sociales surgieron cuando se desmontaban terrenos que eran bienes comunales. Se produjo un boom de enclosures. Esto se inició por razones financieras, los grandes propietarios rurales podían pedir más plata por arrendar un terreno cercado que uno no cercado. Los terrenos comunales se encontraron por primera vez en peligro, como consecuencia se aceleró el proceso de desertificación. Como consecuencia del aumento de los precios agrícolas los campos de pastoreo se convirtieron en campos de labranza, la ganadería dejó paso a la agricultura. Se aplicaron nuevas tecnologías como el cultivo perfeccionado por hojas trienales. También se aplicó el sistema de rotación de cultivos y pastos. Solo a fines del XVIII se convirtió en el sistema de explotación dominante. La forma más intensiva de agricultura se fue afianzando con el continente de modo sólo paulatino. Los primero intentos de rotación de cosechas se había producido en los Países Bajos. Cuando los precios de los cereales comenzaron a subir nuevamente en la segunda mitad del siglo, la rotación de cosechas ya se había afianzado. El movimiento de cercados creó las condiciones para que se practicara la rotación de cosechas también en aquellos lugares en los que la mezcla de campos y cultivo unificado habían impedido hasta entonces su adopción. Los cercados no sólo contribuyeron a extender la superficie útil y de cultivo sino también a intensificar la producción agraria. La ganadería dependía de la coyuntura de los productos del cultivo cerealero, la ganadería estaba al servicio de la agricultura. Algunos procesos que afectaron la agricultura, favorecieron sin embargo también a la ganadería. El cultivo perfeccionado por hojas trienales, el sistema de alternancia de cultivos y a la rotación de cultivos aumentó la acumulación de forraje para el ganado. La existencia de ganado aumentó, lo que a su vez tuvo consecuencias positivas para la agricultura, pues sin abono natural no podía pensarse en una elevación importante de la producción. A finales del siglo XVIII sólo el 15% aproximadamente de la superficie agrícola útil quedaba en poder de campesinos. Paralelamente al declive del campesinado disminuyó el número de pequeños arrendatarios. Sólo las unidades más grandes podían explotarse eficientemente. Las clases sociales que estaban por debajo de los campesinos fueron rebajadas a la categoría de simples trabajadores asalariados. Los señores trataron de ampliar sus dominios sobre todo a costa de las tierras comunales, las dulas fueron divididas, los bosques cerrados y el derecho de pastoreo anulado. Generalmente estos subarrendaban los campos a los campesinos. El paso al arrendamiento podía considerarse como modernización de las relaciones de producción agrícola. El arrendamiento era un instrumento para elevar la tasa de explotación de las masas campesinas. En Europa centro-oriental y oriental aumento la necesidad de fuerza de trabajo en los latifundios. Para no elevar las rentas en trabajo y provocar de esa manera la ruina de las explotaciones campesinas, se tornó necesario completar el trabajo servil con trabajo asalariado, y posteriormente reemplazarlo por él. En la mayoría de los casos la nobleza rural tampoco estaba dispuesta a renunciar el trabajo servil. En un primer momento Prusia se limitó a realizar reformas en los dominios estatales. A partir de 1899 se transformaron las prestaciones personales en pagos monetarios y se mejoró el derecho de propiedad de los campesinos del dominio. La abolición de las prestaciones personales afectó en primer lugar a la propiedad de la nobleza. En Polonia la renta en trabajo se transformó en gran parte en renta monetaria en los latifundios. En Mecklemburgo muchas parcelas de campesinos fueron anexadas. El equilibrio económico interno del domino señorial resultaba como consecuencia de ello cada vez menos afectado por la anexión de las tierras de los campesinos. En Rusia el alza de los precios de los cereales movió a la nobleza a ampliar sus dominios. En el desarrollo del proceso de expansión se formó una división interregional del trabajo. En Europa centro-oriental las reservas señoriales predominaban en las llanuras fértiles, mientras que la producción manufacturera se dirigía a las zonas montañosas para encontrarse allí con menos condiciones restrictivas. EL CAPITALISMO HACIA EL CAPITALISMO INDUSTRIAL: La economía manufacturera se encontraba en el siglo XVIII en una situación diferente a la de la economía agraria. En el siglo XVII habían sido afectados por fuertes crisis estructurales. El estado ya había comenzado en el siglo XVII a proteger el mercado interno contra la competencia extranjera por medio de altas barreras aduaneras. Se fomentaban las manufacturas, también se desarrollaba infraestructura material, mediante una red de caminos, una fiebre de construcción de canales, creación de ferrocarriles. Lo que diferenciaba a Inglaterra del continente y era que la construcción de los canales era realizada por el capital privado. El mercantilismo de la Europa continental intervino directamente en el proceso económico. El objetivo del intervencionismo mercantilista era respaldar la posición económica exterior del país en cuestión por medio del desarrollo económico interno y empalmar con los países del noroeste de Europa. La instalación de manufacturas fue en el continente objeto de especial preocupación de la política industrial y de fomento manufacturero de los estados. A los gobiernos les parecía especialmente importante apoyar la empresa centralizada, las manufacturas permitía alcanzar el nivel de producción de los países rivales. El paquete de medidas individuales fueron: reclutamiento de trabajadores y empresario fuera de las fronteras nacionales, ayudas directas e indirectas del Estado, privilegios comerciales y monopolios de venta. En los lugares donde el orden social feudal estaba aún intacto, el fomento estatal del desarrollo manufacturero tenía desde un comienzo pocas probabilidades de éxito. La expansión de la demanda en los mercados internos y externos era la premisa para la ampliación de la producción manufacturera de mercancías. La demanda de bienes de consumo masivo aumentaba a medida que lo hacía la población. Los salarios reales descendían a causa del aumento del precio de los productos alimenticios y a su vez elevaba la porción del ingreso campesino que podía sumarse a la demanda de productos manufacturados. Gracias a la incipiente comercialización de la agricultura, al proceso de la protoindustrialización y al desproporcionado crecimiento de las grandes ciudades, el número de hogares que dependía del mercado aumentaba de manera extraordinariamente rápida. A causa de las mejoras agrícolas perderían violencia las crisis de sub consumo de las manufacturas. La función que cumplía la demanda externa en el proceso de crecimiento tuvo una importancia considerable en conjunción con una demanda interna siempre creciente. Inglaterra consiguió conquistar el dominio marítimo, desalojar a sus competidores en el mundo subdesarrollado y colonial y construirse una posición monopolística en el mercado mundial. Propuso una política cuyo objetivo era ampliar sus esferas de actividad en la lucha con los demás capitales mercantiles con la finalidad de aumentar su acumulación. Las guerras comerciales y la acumulación de capital comercial se unieron en una estrecha simbiosis. Surgió un sistema capitalista cuya base era el sometimiento de la periferia a las necesidades de reproducción de las metrópolis. Se desarrolló el comercio triangular entre Europa, África y América. El nervio vital de este sistema de la economía mundial era el comercio de esclavos (provenían de África) que brindaba la fuerza del trabajo necesitada para llevar a cabo un sistema intensivo de trabajo. Para Inglaterra, el comercio directo con América del Norte ganó importancia respecto del comercio triangular. Las importaciones a Inglaterra provenientes de las Indias Occidentales eran tres veces mayores que las provenientes de América del Norte. América del Norte se había convertido en el mayor mercado de exportación inglés en el mercado de ultramar. El comercio de España y Portugal con sus colonias americanas recibió un nuevo impulso gracias a la poderosa expansión de la producción americana de plata brasileña de oro. El auge de la economía brasileña y sobre todo el boom de oro desempeñaron un papel clave en el aumento de las exportaciones inglesas a Portugal. El comercio portugués de ultramar se reanimó después de 1780. En Barcelona gracias al comercio con las colonias progresó la acumulación del capital comercial. Se restableció la dependencia de Portugal respecto de Inglaterra. Para las grandes sociedades agrarias asiáticas el comercio con Europa tenía sólo una importancia marginal la colonización fue el paso decisivo hacia la integración de Asia en el sistema capitalista mundial. La balanza comercial de Asia siguió siendo negativa para Europa en el siglo XVIII, aunque la relación entre importaciones y exportaciones mejoró sensiblemente a favor de la última. Las exportaciones inglesas de plata a Asia disminuyeron, pero las exportaciones de mercancías aumentaron. La composición de las importaciones provenientes de Asia se alteró nuevamente. La proporción de té y café en las ventas de Holanda en Ámsterdam se elevó mientras que la de productos y materias primas textiles descendió. Con el fabuloso crecimiento del comercio de té se produjeron desplazamientos dentro de la región comercial asiática. El mundo subdesarrollado y colonial tenía importancia para Europa desde diversos puntos de vista: 1. En cuanto lugar de origen de las importaciones, sino más bien como objetos del comercio de reexportación de las metrópolis europeas. Los beneficios en el negocio de reexportaciones y en las industrias de transformación unidas a aquél eran extraordinariamente altos. Con el comercio de reexportación surgió una densa red comercial que, no sólo unía América y Asia con Europa sino también Asia con América. Esta red comercial y las instituciones de crédito unidas a ella eran plurifuncionales. 2. Lugar de destino de las exportaciones. 3. Instancia de acumulación, el intercambio desigual, el comercio de esclavos, hicieron una contribución esencial a la acumulación de capital comercial. Los excedentes abrían al capital comercia la posibilidad de continuar su ciclo a escala ampliada. El mundo de ultramar fue integrado en un sistema de intercambio cuyas leyes eran determinadas por las metrópolis europeas. El sometimiento de la periferia a las exigencias reproductivas de las metrópolis no careció de importancia para la revolución del aparato productivo manufacturero en Europa, pero llevó el estancamiento y el retraso al mundo subdesarrollado y colonial. La economía política de la dependencia no solo se afianzó sino que entró en un nuevo estadio, determinó en lo sucesivo las relaciones entre las metrópolis europeas y la periferia no europea. La dinámica con que se desarrolló el sistema capitalista mundial del XVIII puede inferirse del crecimiento del comercio exterior de las economías nacionales europeas. El comercio exterior inglés aumentó. Las reexportaciones siguieron mejorando su posición pero ya no eran el factor dinámico que todo lo determinada. Su fabuloso crecimiento se debió en primer lugar a la demanda del mundo subdesarrollado y colonial y de América del Norte. El comercio exterior de Inglaterra había entrado en una nueva fase. La exportación de los productos de las manufacturas, que se hallaban en rápida expansión, y de la demanda que éstos encontraban, sobre todo en América. El comercio exterior francés aumentó aún más rápidamente que el inglés. Francia alcanzó tasas altas de crecimiento en la primera mitad del siglo y bajas, en cambio, en la segunda. El entrelazamiento de Francia con el mundo subdesarrollado y colonial aumentó tanto en el XVIII que se ha hablado de una colonización de su comercio exterior. El comercio exterior francés se encontraba en vísperas de la revolución en una fase que Inglaterra ya había superado hacía mucho tiempo. Solo gracias al comercio colonial las exportaciones textiles pudieron mantener su valor absoluto en comparación con 1750, aunque no su valor relativo. En la segunda mitad del siglo XVII se había formado un sistema internacional de pagos multilateral. El sistema bancario satisfacía en general las exigencias del comercio, pero sólo dentro de marcos limitados de la manufactura. Los bancos estatales, habían asumido entre tanto el liderazgo mientras que los bancos privados, siguieron siento imprescindibles junto a los bancos estatales y de las ciudades. En el curso del XVIII surgieron bancos provinciales que estaban relacionados con los bancos privados de Londres. Los bancos funcionaban como recolectores de ahorros que de otro modo hubieran quedado improductivos y facilitaban así la formación de capital en el comercio y la industria. Ponían a disposición de la creciente industria un capital circulante a corto plazo. Los bancos contribuían indirectamente a la industrialización financiando el comercio. Los mercados de capital llegaban mucho más allá del ámbito controlado por los bancos. La deuda del Estado se convirtió en la base sobre la que descansaba todo el sistema financiero de Londres. Ofrecía posibilidades de inversión que brindaban una gran ciudad. Más de un tercio de los gastos del estado durante los tiempos de guerra fueron costeados con ayuda de empréstitos. Este mercado de capital en poderosa expansión era alimentado por las ganancias que se hacían en el comercio, sobre todo en el de ultramar. La acumulación del capital comercial aparece como condición necesaria pero no como condición suficiente de la industrialización capitalista. El capital comercial le proporcionaba a la incipiente industria el capital circulante que necesitaba. Las proporciones entre capital fijo y circulante se fueron alterando con lentitud a favor del primero. El capital comercial había creado en el mundo subdesarrollado y colonial los mercados cuya demanda contribuyó a poner en marcha en Inglaterra el proceso de industrialización. El capital mercantil surgió del sistema del comercio mundial exigido por él. Las manufacturas respondieron al aumento de la demanda en los mercados internos y externos con una elevación de su producción. La declinación de las tasas de crecimiento de las ramas tradicionales de las manufacturas textiles inglesas, debe considerarse ya como una consecuencia del ascenso de la industria algodonera. La minería y la manufactura del hierro no participaron menos que la factura textil del auge económico general. La manufactura británica del hierro, que después de un periodo de crecimiento lento era ya desde 1760 muy superior a la francesa. A causa de esta ventaja técnica le fue posible a la manufactura inglesa superar en los próximos años a la francesa que se mantenía estacionaria. El crecimiento de las manufacturas se produjo al principio de los marcos tradicionales. La protoindustrialización continuó y alcanzó su máximo punto. La mayoría de las aldeas de campesinos se transformaron en aldeas de tejedores (protoindustrialización). Las regiones manufactureras preferentemente rurales y preferentemente urbanas tenían en común el hecho de carecer organización gremial. Las manufacturas urbanas de exportación no podían con frecuencia sostener la competencia de las manufacturas rurales y se debilitaban continuamente. En otras partes, se formó una alianza dinámica entre las manufacturas urbanas y rurales basada en una división del trabajo que permitió que las ciudades participaran en el desarrollo protoindustrial. La subocupación en el campo siguió aumentando a causa del aumento de la población. El capital comercial no tenía con frecuencia más alternativa que aprovechar la mano de obra desocupada en el campo, sino quería que se paralizara el proceso de acumulación en el que se encontraba. En los lugares donde la protoindustrialización había logrado afirmarse se iniciaba un proceso acumulativo. El específico modo de reacción generativa de los pequeños productores manufactureros tenía por consecuencia la ruptura del anterior sistema de equilibrio demoeconómico y su sustitución por un sistema demo-económico de alta presión. El nuevo modelo de población se convirtió en una verdadera fuerza motriz interna de la protoindustrialización. La manufactura europea del lino se convirtió en el transcurso de la protoindustrialización en un componente integral del sistema económico atlántico. La protoindustria era una industria a domicilio. Su núcleo estaba construido por la economía doméstica de los pequeños productores manufactureros, organizada familiarmente y dedicada a la producción de mercado. Su producción se basaba en la colaboración de todos los miembros del hogar. Sus esfuerzos estaban orientados al valor de uso y no al valor de cambio. Cuando la subsistencia familiar no estaba asegurada, tenía que aumentar sus esfuerzos hasta el límite del auto explotación. Las relaciones de producción que se formaron tenían en cuenta el hecho de que las economías domésticas que realizaban una tarea industrial sólo excepcionalmente podían vender directamente al consumidor las mercancías que producían. El capital circulante necesario para salvar el lapso que va entre la producción y la venta, esta función fue asumida por el capital comercial. La economía doméstica protoindustrial perdía su autonomía formal cuando el capital comercial conseguía por medio de la concesión de créditos someter a su dominio el suministro de las materias primas, reuniéndolas en empresas de trabajo a domicilio. El proceso de producción no era ya independiente sino que estaba integrado en el de circulación. El comerciante tenía la posibilidad de entrar en la esfera de producción como comprador de las materias primas y organizador del proceso de producción y elevarse así de la categoría de empresario de industria domiciliaria. Los dispersos centros de producción de la protoindustria tenían con frecuencia su complemento en establecimientos centralizados para los que se ha generalizado el nombre de manufacturas (procesos de acabado). El número de obreros que trabajan en los talleres centralizados era muy pequeño en comparación con los que hacían en la industria doméstica. La proporción de capital invertido en ese tipo de talleres no era in general lo suficientemente alta para provocar por su importancia la predominancia del proceso de producción. El capital circulante dominaba claramente en relación con el capital fijo. La versatilidad del capital comercial seguía siendo para estos empresarios el criterio decisivo de sus inversiones. El progreso que trajo la manufactura no fue el resultado de la introducción de métodos de fabricación mediante máquinas sino el de una nueva organización del proceso de producción. Con su concentración espacial se volvieron más posibles la fragmentación y unificación sistemática del trabajo y con ellas a veces una elevación sustancial de la productividad. La significación de la manufactura consistió en que era un importante eslabón en la transición de la producción industrial doméstica a la fabril. Las manufacturas desempeñaron un gran papel en el proceso de industrialización. Los establecimientos centralizados no se limitaban al ámbito estrecho de las manufacturas, sino también estaban en la minería, la metalurgia. Bajo la presión de la demanda en los mercados interiores y exteriores, las contradicciones internas del sistema protoindustrial se agudizaron tanto que pusieron cada vez más en cuestión su dominabilidad. La tendencia a la economía doméstica protoindustrial de reducir la producción en las épocas de auge (ya que al aumentar el ingreso por unidad, ganaban lo mismo trabajando menos) se convirtió en un factor que impulsó más allá de sí al sistema protoindustrial La reducción de la producción fue compensada en empleo de la fuerza de trabajo adicional. Pero cuanto más se extendían mas prono tenía que llegar el punto en que subieran los costos marginales por unidad. Al empresario se le hacía más difícil controlar a los productores a domicilio. La baja elasticidad de la oferta de hilo amenazaba con volver imposible el aumento del output más allá de un determinado límite. La única alternativa que prometía una salida de la crisis del sistema protoindustrial era la mecanización del proceso de producción en conjunción con su centralización. La primera rama que la puso en práctica fue la del algodón, fue la pionera en la primera fase de la revolución industrial. Con esto se solucionaba el problema del control del proceso de producción. El carbón vegetal se volvió más escaso, los costos marginales subieron peor se superó gracias al reemplazo del carbón por coque. La fuente primaria de energía de la industrialización fue el carbón, su convertidor de energía la máquina de vapor. La máquina tenía otros usos. El efecto de la creciente demanda hizo necesario reemplazar a recursos relativamente escasos como el trabajo por otros que fueran más abundantes como el capital, el carbón, las máquinas. Se tuvo que sustituir el modo de producción protoindustrial por el modo de producción industrial fabril. La industria de algodón estaba cuando se comenzó con una nueva formación social y remitía a un contexto internacional: 1. Su reexportación había hecho surgir una red comercias que se podía utilizar en cualquier momento. 2. La materia prima que elaboraba la industria paso a producirse en plantaciones esclavistas. 3. La industria encontró durante el XIX en el mundo subdesarrollado los mercados que le permitieron su expansión. CRECIMIENTO DEMOGRÁFICO, COYUNTURA Y SOCIEDAD: La crisis precedente había creado las condiciones para un nuevo auge económico en la medida en que su transcurso se había ampliado el margen de reproducción de la economía campesina. La población aumento. La agricultura y las manufacturas elevaron sus cifras de producción. Creció el volumen del comercio. Nuevas tensiones aparecieron en la relación entre oferta y demanda. La producción agraria no se mantuvo al nivel del crecimiento demográfico, por lo que los precios aumentaron especialmente los alimenticios. Pero para explicar la inflación hay que remitirse al sector de bienes del proceso económico global. La creciente demanda solo podía satisfacerse con precios crecientes ya que los costos marginales subían a causa de la ley de rendimientos decrecientes de la tierra. El crecimiento de la población se desprendió de este contexto global y comenzó a superar la capacidad de rendimiento de las economías nacionales europeas. La renta de la tierra subió como consecuencia de la mayor capacidad adquisitiva de los productos agrícolas. La tasa de cargas feudales disminuyó. Los ingresos salariales evolucionaron de modo contrario a los agrarios. La capacidad de los productores agrícolas aumentaba, la de los salarios disminuía. La subida de la renta de la tierra tenía su correspondencia en una reducción de los salarios. Así continuó a caída del salario real. Los salarios nominales pudieron mantenerse en la mayoría de los casos e incluso a veces aumentar, pero el exceso de oferta de mano de obra causado por el crecimiento demográfico condenaba al fracaso todo intento de adecuarlos al creciente costo de vida. Los grupos sociales que disponían de ingresos más altos fueron mucho menos afectados por la subida de precios agrarios. Así se puso en marcha una redistribución del producto social. Esto a su vez aumentaba la demanda, entonces aumentaban los preciso. Esto genero que a la sustitución de carne por los cereales le siguió la de estos por la papa. Esto fue compensado por los procesos de protoindustrialización, comercialización de la agricultura y el crecimiento demográfico hacían más dependientes del mercado a una parte cada vez mayor de la población. Los tres factores tuvieron efectos en las sociedades. La estructura tradicional de la sociedad amenazaba con ser arrolladas por el acelerado crecimiento de las capas inferiores. El crecimiento era necesario para el desarrollo de nuevas formas de producción social, eran el lugar de localización de las manufacturas. Los pequeños manufactureros dependían por lo tanto para asegurar su existencia de un medio exógeno ajeno a la tierra, el dinero. De la gran masa de productores agrarios y de los pequeños productores manufactureros de la industria doméstica surgieron los obreros de las manufacturas. Se destruyeron formas de vida y modelos de comportamientos tradicionales. Se les impusieron una disciplina de tiempo y trabajo incompatibles con el carácter de su vida anterior. Las condiciones de vida de este proletariado eran desastrosas. Estaban indefensos ante los avatares de la vida. La miseria empeoraba cuando el estado iba quitando los mecanismos de seguridad. El estado ya no veía en la pobreza un objeto de la beneficencia social sino algo sobre lo que debía ejercer su poder correccional. La nueva economía política del mercado libre estaba arruinando a la clase pobre. La economía moral de la multitud se solidificó en los levantamientos por hambres que no cesaron de ocurrir en el XVIII y cuyo contenido central era la fijación de precios (el pan) La población manufacturera desarrollo sus propias formas de acción, se destruían instrumentos y medios de producción. Todos estos levantamientos fueron sofocados con violencia por el Estado. El surgimiento del proletariado era la consecuencia de la política de valorización y acumulación de una clase de capitalistas protoindustriales e industriales en formación. La burguesía solo se desprendió de su ambiente estamento-feudal cuando abandono la esfera de la circulación y entro en la de la producción. Los sistemas sociales de valores y normas tendían a favorecer una actividad económica dirigida fundamentalmente a la ganancia. Inglaterra era sin duda el país que más se había distanciado del sistema estamentario. Cuanto más avanzado estuviera un país en este proceso de transformación, tanto más se realizaba la estructura tradicional de valores y normas y se ponía en cuestión la adscripción estamentaria de posiciones sociales. M2 RULE, John “Clase Obrera e Industrialización” Introducción: perspectivas y problemas En el periodo que va de 1750 a 1850 el tema central es la gran discontinuidad de los tiempos modernos, la revolución industrial. Si se estudia el periodo previo se hablara de la revolución agrícola, aunque algunos la niegan como compañía directa de la revolución industrial. La misma estaba acompañada por una revolución del trasporte y por un aumento sostenido de la población, es decir la revolución demográfica. Esto trajo un aumento en la mano de obra. Estas revoluciones trabajaron juntas para dejar atrás al aumento de la población, gracias al aumento de la producción de bienes y servicios. Aumentó la producción nacional disponible para la población de forma rápida y sostenida, y el mismo se dio más en el sector minero e industrial que en la agricultura. Para la mayoría la esencia de la revolución reside en el avance de la industria a través de la tecnología y por su reorganización en el modo de producción. La imagen de las fábricas iba de la mano con el humo y el vapor. Empezó a existir el sistema de producción fabril que con el tiempo adquiriría el dominio de la producción industrial de la nación y a absorber la mayor cantidad de mano de obra. La revolución industrial es una historia de resistencia, sufrimiento y adaptación. Algunos autores suponen que la idea de revolución industrial es engañosa, y plantean que la modificación de la economía empieza antes de los años que delimitan a la revolución. Empieza con el desarrollo del capitalismo y la creciente fuerza de trabajo asalariada. Las revoluciones tienen causas sin las cuales no serian posibles. Muchos aceptan que la suerte del obrero durante la revolución industrial estaba predeterminada por los cambios sociales, lo que destruía su posibilidad de iniciativa y decisión sobre su vida. La idea simplista de que esta fue una edad de oro fue descalificada. El crecimiento de la producción realizada por los trabajadores manuales acompañó el nacimiento y el desarrollo del sistema fabril y creó y aumentó el número de aquel desarrollo. Los tejedores manuales obreros fueron tan característicos de una fase de la revolución industrial como lo fue el nuevo proletariado fabril. Aunque no se trasformaran desde el punto de vista tecnológico muchos oficios manuales se reestructuraron a nivel organizativo. La extensión del sistema reventadero y la aparición del sistema de fábrica formaron parte de la explotación del trabajo que permitía el taller del mundo. Dimensiones políticas: la revolución francesa Los trastornos revolucionarios franceses también son parte del cuadro revolucionario, tanto porque fomentó y alimentó al radicalismo como porque las guerras contra Francia tuvieron gran impacto en el país. Inglaterra estuvo implicada en una larga guerra con niveles de participación muy altos. Había un constante temor a invasión e inseguridad y aunque algunos sectores se vieron beneficiados, el desbaratamiento por el cierre de los mercados de ultramar hundió tareas industriales, en el desempleo y la miseria. Aumento el precio de los alimentos, lo que produjo una crisis de subsistencia. La inflación en los precios y salarios distorsionó el mercado de bienes y salarios y se generó una deflación post-guerra. Se produjo la movilización de los hombres aptos para el servicio. El nuevo radicalismo profesaba la ideología de un enemigo y reclutaba a sus seguidores entre una población más peligrosa. El gobierno inglés respondía con una política de represión a la amenaza de revolución. Se unían la explotación económica y la represión política. El trauma de la revolución francesa llevo al gobierno a mirar a la mayoría de la población de forma distinta. Las clases pobres ya no eran pasivas y se las veía siempre descontentas. La política era ahora el arte de mantener la disciplina. La revolución francesa había cambiando la forma de pensar de las clases dominantes y la industrial de las trabajadoras. Los cambios que formaron la revolución industrial no los produjo una fuerza natural si no que fueron producto del capitalismo industrial. Cuando los gobiernos aseguraron sus medidas, lo convirtieron en oficial y aseguraron su éxito. Apareció el laissez-faire tanto en la política como en la economía. Había una lucha entre trabajo y capital, las clases elevadas dividieron su mundo en esas dos categorías y afirmaron que la lucha era entre tradición e iniciativa. Para que triunfase la moderna industria capitalista, se debían eliminar las trabas al comercio. El parlamento afirmó la derrota del obrero cuando se revocaron clausulas referentes a la fijación de salarios y la educación del Elizabethean Statue of Artificers. El laissez-faire estaba por encima de la voluntad obrera. Algunos plantean que esto ya se estaba llevando a cabo y que en el momento de la reivindicación solo quedaba el esqueleto del proteccionismo que era mal visto. Los artesanos lucharon contra el capitalismo triunfante del laissez-faire y querían el regreso de la antigua economía social. Los fracasos de algunos de ellos señalaron el fin de una época en la que los sectores oprimidos de las clases artesanas esperaban conseguir una reparación proveniente del parlamento. El gobierno post guerra elimino el habeas corpus, actuó a través de espías y policías y censuró la prensa. La población obrera tuvo que hacer frente a dolorosos cambios en un atmosfera de hostilidad sostenida por el gobierno. La fuerza de trabajo: cambios en la estructura y escala Si la idea de revolución industrial tiene alguna validez, es una expresión abreviada del cambio en la mano de obra, es decir, un trasvase desde la agricultura a la industria. El cambio fue rápido en el siglo XIX y gradual en el XVIII. De a poco la industrial y el comercio fueron requiriendo más trabajadores que la agricultura. El declive continuo de la agricultura la absorbió de forma creciente el sector terciario. La mayoría de los que trabajaban en la industria no lo hacían en las fábricas, aunque el número iba creciendo. Esta experiencia de trabajar formando parte de una fuerza de trabajo extensa fue creciente a lo largo del siglo XIX. En las técnicas de extracción de carbón no se produjo ninguna revolución tecnológica y el gran aumento de la demanda se tuvo que enfrentar aumentando la mano de obra. El sistema de fábrica fue dominante primero en la industria de paños de lana y algodón. El advenimiento del telar mecánico redujo el número de tejedores manuales. La producción lanera cambio su procedimiento de forma más lenta. La presencia del tejido con telar manual significaba que los trabajadores masculinos empleados a jornada completa tenían todavía un predominio marginal. La cuchillería y el tejido de medias y encajes en un comienzo estaban fuera del sistema de fábricas. Hubo un crecimiento en el empleo debido a la persistencia de la producción artesanal en pequeña escala. En la producción de clavos la pequeña fundición fue predominante. Empezaron a aparecer grandes empresas que se dedicaban a la producción de hierro, fundidos y vaciados. En resumen hasta mediados del siglo XIX la industria de bienes de consumo se hacía en pequeña escala y sin mecanizar. En los oficios de la construcción dominaban los pequeños patronos. Se daba el trabajo directo, la subcontratación hecha a varios menestrales y el trabajo por cuenta propia. La industria alfarera era una excepción parcial a la norma de la producción manual de bienes de consumo. La imprenta tuvo un desarrollo muy rápido y sus talleres eran en su mayoría pequeños. Los astilleros se encontraban entre las empresas de mayor tamaño, en particular los navales. La mayoría de los obreros eran artesanos de la madera. Cuando la construcción de barcos se transformó se dio lugar a un nuevo tipo de obreros. La importancia del ferrocarril empezó a influir en el personal de explotación y el ferroviario era el más conocido representante de un nuevo tipo de obrero: la clase obrera uniforme. El empleo en las fábricas no era el característico. El trabajador británico clásico no era encargado de una maquina en una fabrica sino que todavía era un artesano tradicional. El problema reside en la forma en que el término tradicional transmite una imagen de producción artesanal inmutable. No es verdad que el nivel de cualificación, la posibilidad de participar de la dignidad del oficio, el control sobre el proceso de trabajo ni la intensidad y remuneración del mismo permanezcan inalteradas simplemente porque persistan los modos de producción manuales. El capitalismo mercantil es una transformación estructural de sus oficios tan importante y seria en sus implicaciones y de un carácter tan claramente explotador como fue el sistema de fábrica. La revolución industrial no fue solo la aparición de nuevas máquinas sino las nuevas demandas de trabajo manual penoso. El trabajo de las mujeres y los niños El empleo de la mujer y los niños fue habitual e importante. El porcentaje de población ocupada que ellos representaban había sido constante hasta el declive del empleo de mujeres casadas y de la escolarización de los niños. En su mayor parte eran mano de obra industrial oculta porque su trabajo se hacía en casa y como parte de la unidad de producción familiar más que como trabajo asalariado por separado, aunque no todo. Algunos oficios según el sistema putting-out absorbían el trabajo femenino disponible en la casa y daban lugar a modos de producción y organización adecuados a ese fin. Algunos oficios eran específicamente femeninos y recibían remuneraciones muy bajas. Hay poca evidencia que dice que la revolución industrial aumento la participación de las mujeres en el trabajo asalariado. En la población trabajadora se esperaba que la mujer trabajara tanto en la industria como en la agricultura. La industrialización aumentó y cambió la naturaleza del empleo. Los cambios en la agricultura redujeron el empleo femenino y lo hicieron más estacional. Principalmente estaban en sectores de la economía industrial pero se las excluía de los oficios artesanales realizados en talleres. La exclusión se formalizó legalmente con la Ley de Minas. Gran parte del trabajo que realizaban era de tiempo parcial, no oficial, oculto en la casa o en la ocupación del esposo. Predominaban en la ocupación textil, el servicio doméstico y la industria del vestido. La agricultura inglesa era incapaz de incorporar a las mujeres y de brindarles trabajo suficiente. En la industria pesada había pocas mujeres. El trabajo en las minas quedó prohibido, ya que eran mucho más importantes como trabajadoras en la superficie.las oportunidades de trabajo en la superficie no aumentaron a corto plazo. Los defensores de la industrialización señalaron que el trabajo infantil era un ingreso esencial para la economía, antes de las fábricas. La discusión era de qué forma y con qué intensidad debían trabajar. A menudo su labor también quedaba oculta dentro de la unidad productiva doméstica. Solo tenían empleo de forma fortuita e intermitente. La opinión pública aprobaba del trabajo de los niños, pensaban que los chicos debían trabajar y que la industria en su conjunto no ofrecía suficiente empleo para los niños. La valorización mayor de la educación fue la causa del declive del empleo infantil. Sin embargo la asistencia no estaba asignada con año específicos y duraba poco tiempo. La legislación de las fábricas tuvo un efecto insignificante y se aplico de forma selectiva y para abusos concretos. Al aumentar la tasa de natalidad, la tasa de niños empleados aumenta. Urbanización En la Europa del siglo XIX existía una conexión entre urbanización e industrialización. La mano de obra que trabajaba en la industria se concentraba de forma creciente en las ciudades Gran Bretaña era la nación en la que la mayor parte de la población era urbana y no rural. En Manchester ocurrió, mas allá de que el surgimiento de la ciudad fabril se atraso por la dependencia de las primeras fabricas con la fuerza motor del agua. Cuando aparecieron las maquinas que usaban vapor, las ciudades textiles crecieron muy rápido. Las ciudades crecían tanto por crecimiento natural como por inmigración. Entre las ciudades que crecieron con mayor rapidez, estaban las que tenían una industria especializada. Hubo un crecimiento más generalizado en el tamaño de los centros urbanos industriales. Este cambio tuvo un impacto laboral y no laboral en la población obrera inglesa que debió adaptarse a las formas de vida urbanas. Los problemas de los nuevos modos de producción y de la vida urbana no se pueden separar. Proletarización: el aumento del trabajo asalariado El proletariado industrial es creación del capitalismo industrial y del sistema de fábrica. El trabajo en una economía industrial proviene mayoritariamente del trabajo de los proletarios que no tiene otra fuente de ingreso. El trabajador manufacturero vivía inmerso en una relación patriarcal con su patrón y no en la relación del proletario respecto del suyo. Hay dos condiciones de la explotación del trabajo por parte del capital: a- La expropiación del producto: obrero no posee materiales ni productos que son resultado de su trabajo, si no que vende la fuerza de trabajo. b- Expropiación de la naturaleza: el obrero pierde todo control sobre el proceso de trabajo y produce bajo la supervisión de los ritmos de la industria moderna. La proximidad urbana del trabajo y la vivienda es una precondición necesaria para el surgimiento de un proletariado consiente capaz de llevar a cabo una acción de clase a gran escala. Inglaterra tenía una población dependiente de un salario (proletarios) y una forma de mercado de trabajo adecuada a estos. El trabajo asalariado era una norma. Dos tercios de la población considerada como dependiente de un salario dejan poco espacio para un cambio sustancial. Los proletarios eran dependientes de quien reunía y comercializaba el fruto de su trabajo. El desarrollo del sindicalismo refleja la separación de intereses entre trabajo y capital. Los artesanos no podían ofrecer una conciencia proletaria plena dado que la tradición los ligaba al mundo que estaban dejando más allá de que fueran trabajadores y los generadores de los movimientos trabajadores. Algunos autores niegan la realidad de una conciencia de clase. Había una gran diferencia entre los miembros de dicha clase en términos de bienestar material, posición social entre otros, por lo que no hay una única clase obrera. En la formación de la clase obrera intervinieron muchas ramas de conciencia que provenían de distintos niveles de explotación y grados de esperanza. El sindicalismo es anterior a la industrialización y al sistema de fábricas. Los mismos fueron irrelevantes para la experiencia del grueso de la fuerza de trabajo. Algunos lo defienden y plantean que el sindicalismo fue más importante de lo que aparentan las estadísticas porque hicieron una labor formatica en el desarrollo e un discurso del trabajo y de la conciencia. Para muchos obreros fue fundamental, una experiencia y una respuesta colectiva de su trabajo. Los trabajadores l absorbieron y adaptaron métodos. El impacto sobre la población trabajadora de la transformación social y económica que ocurre en este periodo recae en la cultura como un todo, no solo en condiciones de trabajo o bienestar material. Se aprobaba el cambio y se resistía al mismo. T1 THOMPSON “La Formación Histórica de la Clase Obrera” (Notas de Clase) Thompson: formación de la clase obrera, hay que tener en cuenta, que es una clase, como se va conformando, quienes la forman. Texto de Thompson: Historiador marxista, que se separa de lo clásico. Empieza a analizar las clases que hasta ese momento no tenían demasiada voz. Se dan cuenta de que forman una clase. Hay conciencia de clase y que son una clase. Definición de clase: formación de la clase obrera. Algo que se va a formando a partir de un proceso, que tiene que ver con cuestiones políticas y culturales además de económicas. Hay que buscar las cosas que hacen que se va formando en el mismo proceso histórico. Van a ser artesanos que llegan a la fábrica. Buscar la idea de clase, a partir de que elementos. Como afecta lo político además de lo económico. Siglo XIX: Revolución industrial (aspecto económico) y la Revolución Francesa (aspectos ideológicos, políticos). Se van a ir consolidando los cambios que irrumpieron en los dos procesos anteriores. Thompson no hay que olvidarse de lo político. También se habla de las consecuencias sociales de la revolución. dos tipos de cambios totalmente opuestos en los niveles de vida, un punto de vista es cuantitativo (los salarios aumentaron, entonces el nivel de vida también) y el otro es cualitativo (cambian del campo a la ciudad, trabaja más, entonces quizás el nivel de vida no mejoró) Thompson: La clase no se generó espontáneamente. La frase del ejercicio tiene un significado en sí misma, y tiene un significado historiográfico, partir de esta frase el autor se separa de lo que se venía diciendo sobre la clase obrera hasta ese momento. La idea de la “formación “de la clase obrera, tiene que ver como el percibe la clase en sí. La idea de la formación se debe a un proceso activo de formación de la que la misma clase tiene que ver con la condición como la tradición (cultura, lenguaje, que ya traía esta clase), opresión. El núcleo de la clase obrera, son los artesanos y sobre ellos se posa la revolución industrial y la opresión. La clase no es una estructura, es un fenómeno histórico. “la clase la hacen los hombres mientras viven su propia historia”. Nos definimos en determinada forma en una contraposición al otro. Para la clase obrera la oposición también se va constituyendo, la clase obrera. No es solo una clase económica. La clase no es una relación económica, sino que tiene que ver también con una historia política y cultural, esto lo difiere del marxismo más duro. La formación de la clase, los obreros forman parte de su formación, además de la participación de la máquina. La experiencia (está determinada por las relaciones de producción en la que los hombres nacen, y hay una experiencia de la opresión política) La conciencia es la forma en la que se expresan esas experiencias, en términos culturales, de ideas, valores, costumbres. No es algo que este determinado sino que también se va construyendo dependiendo de las experiencias que se va teniendo. Por lo tanto no está determinado por la fábrica y máquina de vapor, por eso Thompson rechaza esa ecuación. La fábrica no produce el movimiento obrero. Los que forman el movimiento obrero, no son los obreros fabriles, sino que son artesanos que ya tienen una tradición, y sobre ellos se colocan los obreros. Tampoco se piensa una influencia externa para la creación de la clase obrera. No hay una revolución que los forma, ya estaban los artesanos. Las condiciones de producción no fueron impuestos sobre una masa que no sabe nada sino que fue puesto sobre “el ingles libre por nacimiento”. Libertad respecto a la dominación extranjera, con respecto al absolutismo, igualdad ante la ley, inmunidad del domicilio, cierta libertad de pensamiento, participación delegada en la libertad, derecho a la oposición parlamentaria, libertad de negociar, viajar y vender su propio trabajo. Esto reflejaba un consenso moral. Por muy indefinida que sea la idea de consenso moral, el ingles no estaba dispuesto a ser mandado. El ingles miedo no era tanto democrático sino más bien anti-absolutista. Los cambios que llevan a la industrialización colaboran a la formación tanto como la opresión. Thompson habla sobre 1780 y 1732 (acá ya hay una clase obrera con conciencia) En términos económicos está explicado. El testimonio del tejedor da una idea de cuáles fueron los cambios. El “nosotros y el “ellos”, estos cambios son los que se percibieron como trágicos. La opresión política, o contrarrevolución política, se refiere a que hay un mayor control, hay un movimiento de la burguesía hacia “el partido del orden (Hobsbawn)”. La ideología tiende a hacerse contrarrevolucionaria. La ideología se frena a través de leyes, “Combination acts”, prohíben las asociaciones, limita el movimiento de las masas. El obrero está sometido a dos relaciones cada vez más intolerables para el Ingles libre por nacimiento, la explotación económica y la opresión política. Las consecuencias de la revolución industrial, catastróficas (generó una tragedia en la vida de los trabajadores, miran los aspectos cualitativos), positivas (mejora el nivel de vida, miran los aspectos cuantitativos, los salarios subieron). Thompson encuentra una línea media entre las posiciones, las protestas o los temas que provocaron la mayor intensidad de sentimiento de cambio trágico fueron aquellos en los que estaban en litigio valores tradicionales, etc., más que los asuntos de sólo “pan y mantequilla”. (Pág. 212) Ambas posturas simplifican las cuestiones, la población puede consumir más bienes, tener un salario mayor, pero puede no ser feliz, pasa a ser un instrumento. Thompson dice que se había vivido una pequeña mejora (en los salarios) pero se vive como catastrófica, esta experiencia es la base sobre la cual salió la base política y cultural de la clase obrera. T1 THOMPSON “La Formación Histórica de la Clase Obrera” (Resumen) Prefacio La formación es un proceso activo que se refiere tanto a la acción como al acondicionamiento. Por clase, entiende un fenómeno histórico que unifica una serie de sucesos dispares y aparentemente desconectados. Se trata de un fenómeno histórico, algo que tiene lugar de hecho en las relaciones humanas. La conciencia de clase es la forma en que se expresan estas experiencias en términos culturales: tradiciones, sistemas de valores, ideas y formas institucionales. Nunca surge exactamente de la misma forma. La clase es una relación: el problema es cómo este individuo llego a tener ese “papel social” y cómo la organización social determinada llegó a existir. La clase la definen los hombres mientras viven su propia historia y, al fin y al cabo, esta es su única definición. Para comprender a la clase debemos verla como una formación social y cultural que surge de procesos que solo pueden estudiarse mientras se resuelven por sí mismos a lo largo de un período histórico considerable. Al seleccionar los temas a tratar, el autor es consciente de que escribe en contra de ortodoxias dominantes. Argumenta que éstas tienden a oscurecer la acción de los obreros y que interpretan la historia bajo la luz de las preocupaciones posteriores y no como de hecho ocurrieron. Teniendo en cuenta que la clase es una formación tanto cultural como económica, ha sido cauteloso en cuanto a generalizar más allá de la experiencia inglesa. Explotación La fábrica aparecía como un símbolo de energías que estaban destruyendo el mismo curso de la naturaleza, significaban una doble amenaza para el orden establecido. En primer lugar, la de los propietarios de la riqueza nacional. En segundo lugar, la amenaza de la población obrera industrial. Entre 1850 y 1790, la fábrica de algodón se correspondía con la forma de la sociedad. Marx trata sobre las nuevas relaciones sociales y de producción. No sólo era el propietario de la fábrica lo que les parecía nuevo a los contemporáneos, sino también la población obrera que se había establecido en las fábricas y alrededor de ellas. Se veía a los instrumentos físicos de la producción dando lugar a nuevas relaciones sociales, instituciones y formas culturales. Al mismo tiempo, la agitación popular parece confirmar la imagen: la crisis ludista, la crisis revolucionaria y el cartismo. Los fenómenos de 1790 se potencian para 1815. La fábrica de algodoneros aparece no ya como el agente de la Revolución industrial, sino también de la social; produce no sólo las mercancías, sino también el propio “Movimiento Obrero”. La reconstrucción visual de la Revolución industrial es la sombría fábrica satánica, una imagen dramática. El algodón fue la industria puntera de la Revolución industrial, y la fábrica de algodón sirvió de modelo básico para el sistema fabril. Sin embargo, no deberíamos dar por sentada cualquier correspondencia automática entre la dinámica del crecimiento económico y la dinámica de la vida social o cultural. Los trabajadores industriales, lejos de ser los “primogénitos” de la Revolución industrial, eran los recién llegados. Muchas de sus ideas y formas de organización habían sido ya adoptadas por los trabajadores a domicilio, estos habían ascendido el jacobinismo, el ludismo y el cartismo. El vasto mundo de Londres radical, entre 1815 y 1850, no sacó su fuerza de las principales industrias pesadas, sino de la multitud de oficios y ocupaciones menores. Las clases trabajadoras agrupaban muchos rangos no comparables. Todos podrían ser considerados por sus “superiores” como pertenecientes a las “clases bajas”. El hecho destacable del período comprendido entre 1790 y 1830 es la formación de la clase obrera. Esto se revela, primero, en el desarrollo de la conciencia de clase; la conciencia de una identidad de intereses a la vez entre todos esos grupos diversos de población trabajadora y contra los intereses de otras clases. Y, en segundo lugar, en el desarrollo de las formas correspondientes de organización política y laboral. Hacia 1832, había instituciones obreras sólidamente arraigadas, tradiciones intelectuales obreras, pautas obreras de comportamiento colectivo y una concepción obrera de la sensibilidad. La formación de la clase obrera es un hecho de historia política y cultural tanto como económica. Las relaciones de producción cambiantes y las condiciones de trabajo de la Revolución industrial fueron impuestas sobre el inglés libre por nacimiento (el artesano). En lugar de contemplar esa visión clásica “catastrófica”, hoy se dirige la atención hacia la tasa de crecimiento económico. En general, se sugiere, que la situación del obrero industrial en 1840 era mejor que la del trabajador a domicilio de 1790, entonces la Revolución industrial no sería ya una época de catástrofe o grave conflicto y opresión, sino de mejora. Lo que se ha perdido es un sentido de todo el proceso: el contexto político y social global del período. Los “Hammond” nos aproximaron al contexto político en el que tuvo lugar la Revolución industrial. No habrían olvidado ni por un momento, que también fue una guerra contra el jacobinismo. La historia de Inglaterra en la época que se trata aparece como una historia de guerra civil. En toda esta época hay tres grandes influencias que actúan simultáneamente: El tremendo crecimiento demográfico. Los aspectos tecnológicos de la Revolución industrial. La contra-revolución política de 1792 a 1832. La aristocracia y los fabricantes hicieron causa común. El ancien régime inglés recobró su vigor. La aristocracia estaba interesada en reprimir las “conspiraciones” jacobinas del pueblo, los fabricantes estaban interesados en frustrar sus “conspiraciones” para aumentar los salarios. De ese modo, los obreros se vieron abocados al apartheid político y social durante las guerras con una conciencia creciente de la propia identidad y unas aspiraciones más amplias; con un aumento demográfico; y con unas formas de explotación económica más intensas y transparentes. En la agricultura, entre 1760 y 1820 se produce la generalización de enclosures, los cuales contribuyen a la pérdida de derechos comunales. En las industrias domésticas, desde 1800 se da paso a los patronos más grandes y los trabajadores se convirtieron en asalariados con empleo precario. Estos también son los años del empleo de niños y mujeres clandestinamente. Todo contribuía a la transparencia del proceso de explotación y a la cohesión social y cultural de los explotados. El pueblo estaba sometido, a la vez, a una intensificación de dos tipos: la de explotación económica y la de opresión política. En este tiempo, se desarrolló un cambio en la naturaleza e intensidad de la explotación. Los patronos eran un grupo de hombres surgidos de la industria del algodón, que no tenían educación ni preparación. Pero para contrarrestar esta apariencia educan a sus familias. Por su parte, se observaba una mayor distancia entre el amo y el hilandero. Estos patronos son ignorantes, orgullos y tiránicos. Como contracara, los obreros son hombres instruidos y sin pretensiones, dóciles y tratables. Luego del empleo de máquinas y la construcción de grandes fábricas, comienzan las disputas entre obreros y patronos con respecto a la pulcritud del trabajo. De esta forma, se observaban las injusticias que los obreros sentían como cambios en el carácter de la explotación capitalista: ascenso de una clase de patronos sin la autoridad tradicional ni obligaciones; creciente distancia entre el patrono y el hombre; empeoramiento de la condición del trabajador (pérdida de independencia); parcialidad de la ley; descomposición de la economía tradicional; condiciones de trabajo. Los temas que provocaron la mayor intensidad de sentimiento fueron aquellos en los que estaban en litigio valores como las costumbres tradicionales, “justicia”, “independencia”, seguridad o economía, más que los simples temas de “pan y mantequilla”. La relación de explotación es más que la suma de injusticias y antagonismos mutuos. Esta relación es despersonalizada, no se admiten obligaciones durables de reciprocidad. El trabajador se ha convertido en un “instrumento”, o una entrada entre las demás partidas del coste. El proceso de industrialización debe acarrear sufrimiento y la destrucción de las formas de vida más antiguas y apreciadas. La fuerte inversión a largo plazo se hizo a costas del consumo cotidiano. Una de las críticas a la ortodoxia académica es la fragmentación del proceso histórico completo. Pero los empiristas pueden volver a juntar de nuevo todos los estudios fragmentarios, construyendo un modelo del proceso histórico compuesto de una multiplicidad de elementos inevitables entrelazados. La forma en que aquel hecho se desarrolla tenía que ver con un complejo particular de relaciones humanas: ley, propiedad, poder. Detrás de este ciclo de comercio hay una estructura de relaciones sociales, que fomenta algunas clases de expropiación y proscribe otras, que legitima algunos tipos de conflictos e inhibe otros; una estructura bárbara y efímera. En 1817, los tejedores propusieron una teoría del subconsumo de las crisis capitalistas. Oponían a la retórica del libre mercado, el lenguaje del “nuevo orden moral”. Mientras la experiencia de explotación intensificada era constante, las causas de las penurias afectaban a la población obrera a través de la refracción de un sistema particular de propiedad y de poder que distribuía las ganancias y las pérdidas con una gran parcialidad. Surge en esos años una controversia acerca del nivel de vida. Al respecto diferentes autores exponen sus puntos de vista. Clapham sostiene que la versión de que todo empeoró para el obrero tardó en morir, se debía tener en cuenta las estadísticas. Hammond, critica esas estadísticas y su respuesta se desvió hacia las discusiones de valor (felicidad). Entonces, la explicación al descontento “se debe buscar fuera de las condiciones estrictamente económicas”. Tanto Hobsbawn como Ashton coinciden en que los salarios reales disminuyeron durante las guerras napoleónicas y sus consecuencias inmediatas. Ashton sugería la existencia de dos grupos dentro de la clase obrera: “una amplia clase situada muy por encima del nivel de vida de la mera subsistencia” y “ masas de trabajadores no cualificados o poco cualificados cuyos ingresos quedaban casi por completo absorbidos con el pago de las escuetas necesidades de subsistencia”. En el período 1790-1830 hay muy pocas mejoras. Los salarios reales aumentaron entre 1832 y 1834 (estallido de actividad de las trade unions); los años 1837-1842 son de depresión (destrucción de las trade unions). La marcha de los acontecimientos empieza a cambiar con el boom del ferrocarril en 1843. Sin embargo, la quiebra del mismo condujo a los años de depresión de 18471848. Para ese entonces, el nivel de vida se mantenía en el límite de la subsistencia. La controversia se divide en dos partes: está la auténtica dificultad de construir series de salarios, de precios e índices estadísticos a partir de los abundantes pero desiguales datos. De un estándar de vida pasamos a un modo de vida. La primera es una medición de cantidades, la segunda una descripción de calidades. Los índices revelan un aumento del consumo per cápita, por consiguiente la clase obrera era más feliz, mientras que los historiadores sociales respondían: “las fuentes literarias demuestran que el pueblo no era feliz, por consiguiente su nivel de vida debió empeorar”. Es perfectamente posible que los promedios estadísticos y las experiencias humanas vayan en direcciones opuestas. La población puede consumir más bienes y a la vez ser menos feliz y menos libre. A lo largo del período 1790-1840, hubo una pequeña mejora en la media del nivel de vida material. A lo largo del mismo período hubo una explotación intensificada, una mayor inseguridad y una miseria humana creciente. En conclusión, la mayor parte de la población estaba “acomodada” pero había sufrido esa pequeña mejora como una experiencia catastrófica. De esa experiencia, surgió la conciencia de clase obrera.