ejército REVISTA DE LAS ARMAS Y SERVICIOS MADRID, NOVIEMBRE 1970 - AÑO XXXI - NUM. 370 “Depósito 1egal” M. 1633-1958. Director. El General Jefe del Servicio de Publicaciones del E. M. C. General de Brigada de Infantería, Diplomado de E. M., Excmo. Sr. D. Luis Cano Portal JEFE DE COLABORACIONES Coronel de Infantería, Ilmo. Sr. D. Eduardo Gotarredona López CONSEJO CONSULTIVO DE COLABORACIONES General General General Coronel Coronel Coronel Coronel de División, Excmo. Sr. D. Enrique Gallego Velasco. de División, Excmo. Sr. D. Gaspar Salcedo Ortega. de División, Excmo. Sr. D. Narciso Ariza García. de Intendencia, Ilmo. Sr. D. José Rey de Pablo-Blanco. de Art.a del Sv. de E. M., Ilmo. Sr. D. Fernando Soteras Casamayor. de Infantería del Sv. de E. M., Ilmo. Sr. D. Luis Sáez Larrumbe. de Infantería del Sv. de E. M., Ilmo. Sr. D. Sergio Gómez Alba. Y por los Jefes que designen como representantes los Centros de Instrucción y ense ñanza siguientes: Escuela Superior del Ejército y todas las Escuelas de Aplicación del Ejército. PUBLICACION MENSUAL Redacción y Administración: Alcalá, 18, 4.° MADRID (14) Teléfono 222 52 54 :-: Correspondencia Apartado de Correos 317 PRECIOS DE ADQUISICIO.N Para militares en suscripción colectiva por intermedio de los cuerpos Para militares en suscripción particular (por semestres adelantados) Para el público en general, por suscripción nual400 Para el extranjero, en suscripción anual700 Número suelto35 20ptas. ejem. 135 Correspondencia para trabajos técnicos, al Coronel Jefe de Coloboraciones Correspondencia para suscripciones, al Administrador Las ideas contenidas en los trabajos de esta Revista representan únicamente la opinión del respectivo firmante, y no la doctrina de los Organismos oficiales, y, por tanto, los ar tículos que se publiquen con la firma de su autor solamente reflejan las opiniones e ideas personales del mismo. De los artículos no firmados, se hace responsable la Dirección del Servicio. Ejército - Revista de las Armas Noviembre 1970 - y sumario Servicios año XXXI número 370 - Nuestra portada Política Exterior: Calidoscopio internacional Temas Generales: Arte rupestre en la provincia de Segovia La Legión 1936 Hacia las relaciones públicas en el Ejército Temas profesionales: La precipicitación radiactiva procedente de explosiones nucleares Influencia de la rotación terrestre en las trayectorias. Efecto Coriolis Guerra subversiva. Problemas de táctica y logística Sanitaria informaciones diversas: “La responsabilidad del subordinado militar en la ejecución de órdenes notoriamen te antijurídicas o constituti vas de delito” Los principales sistemas de armas tierra-aire De la ayuda Naval Americana a España Carta a un joven amigo España hacia el Mercado Común La Intendencia francesa La democratización del Ejército en el pensamiento de Mao-Tse-Tung Desarrollo española de la actividad Información bibliográfica GeneralSalcedo Comandante de ArtilleFrancisco ría, Gozalo Quintanilla Teniente Coronel de In fantería, Gárate Córdoba 10 Capitán de Caballería, Pitarch José Bartolomé 19 Carlos Lorenzo Becco, Capitán de Artillería 5 26 Enrique Alvarez del Canto, Teniente Coronel Artillería de Coronel Médico, Ervigio Escudero Sáiz Julio Catalán Chillerón, Licenciado en Derecho Coronel Orrand. (Tra ducción de la Redacción de “Ejército”.) CarlosBarcón, del Cuer General po Administra tivo de la Armada José Corts Grau Por el Gral. Gallego Velasco RicardoSalazar Andú jar, Capitán de Intenden cia, del Centro Técnico de Intendencia Capitán de Ingenieros, diplamo de Estado MaRamón yor, Martín-Ci fuentes y Miró Coronel de Intendencia M. José Rey de PabloBlanco 31 35 43 45 51 54 55 64 68 7 CAUDOSCOPIO INT[RNAC1 Por Son tantos los sucesos internacionales—alguno de ellos de índole criminal—acaecidos durante el mes de octubre, al que los poetas llaman, ignoro el porqué, el mes de las añoranzas, que de mencionar los todos y cada uno, nuestro comentario interna cional quedaría reducido—en razón a lo limitado de su espacio—a una mera y larga enumeración de to dos ellos, sin apostillas o juicios más o menos per sonales, acerca de sus causas y efectos, que en opi nión del comentarista viene a ser algo así como el aderezo de las noticias que sin ellos se sirven cru das. Por esta razón he pensado, de acuerdo con el Di rector de la Revista EJERCITO, que por esta vez al menos, es preferible escoger los mejores platos del menú informativo internacional, y entre ellos los que tienen relación con nuestra Patria, seleccionan do así para presentarla a nuestros lectores una car ta de noticias calientes y sabrosas, pero repito, de la cocina española. Entonces: la primera noticia en orden cronoló gico y también por su importancia que podemos re gistrar; ha sido la llegada a Madrid, el día 2 del pasado mes de octubre, del Presidente de los Esta dos Unidos de Norteamérica, Míster Nixon, el cual cerraba con su visita a la capital de España, el corto pero intenso periplo mediterráneo que ha sido mo tivo de su viaje a Europa, y cuyas etapas anteriores fueron Roma, capital de Italia, Nápoles, como Sede del Mando Suboccidental de la O. T. A. N.; y Bel grado y Zagreb, ciudades ambas de Yugoslavia. Al gunos maliciosos comentarias atribuyenron en su día al señor Nixon el doble objetivo que el dicho popular adjudica a aquel ciudadano que fue por atún en ocasión de ver al duque (en este caso el duque es el Mediterráneo y el atún tiene algo que ver con las próximas elecciones Norteamericanas). El recibimiento que el pueblo de Madrid, en nom bre del de España, tributó al ilustre inquilino de la Casa Blanca, al que acompañaba el Generalísimo Franco, ha sido caluroso y entusiasta. En el corto lapso de veinticuatro horas que el Presidente Nor teamericano estuvo en Madrid celebró entrevistas, la primera de ellas de alto nivel con el Generalí simo Franco, visitó al Príncipe de España y recibió posteriormente al Vicepresidente del Gobierno, Al mirante Carrero y a nuestro Ministro de Asuntos Exteriores, señor López Bravo. Con esta visita a España y con las entrevistas ce lebradas, el Presidente Nixon ratificaba oficial y personalmente el Tratado de Amistad y Cooperación entre España y Norteamérica, recientemente firma do por los Ministros de Asuntos Exteriores de am bos países, al mismo tiempo que ponía de mani fiesto de una manera explícita el papel importante que en la Geo-política y Geo-estrategia Norteameri cana juega nuestra Patria dada la situación privile el General SALCEDO guiada que ocupa en Europa y en el Mediterráneo, Mar que fue cuna de la civilización occidental y que, mientras dure la actual situación internacional en Europa y en el Mediterráneo, será guardado ce losamente por la Sexta Flota Norteamericana, amén de por los Ejércitos—en sus tres dimensiones—de los países ribereños de este Mar y amigos de Nor teamérica, para impedir a toda costa que, como pa rece desear el bloque Oriental, pudiera convertirse en su tumba. A fuer de sincero, este comentarista debe reco nocer que la visita del Presidente Nixon a España, no ha tenido excesivo eco en la prensa europea e internacional—salvo, naturalmente, en la de Es paña y Norteamérica—como se sabe siempre dis puesta a hablar de nuestra Patria cuando las cosas no marchan bien y muda y silenciosa, cuando las noticias que tienen que dar acerca de nuestro país son gratas o aceptables. Pero, como diría un castizo madrileño de los muchos que recibió con aplausos a Míster Nixon, se trata: «de celos mal reprimidos». Durante este mes de octubre la Organización de las Naciones Unidas en su ya tradicional reunión de otoño, ha celebrado el 25 aniversario de su fun dación, que tuvo lugar el 24 de este mes del año de 1945. Para esta ceremonia se han trasladado a su sede, en Nueva York, numerosos Jefes de Estado de Gobierno y Ministros de Asuntos Exteriores de los 127 países que actualmente pertenecen a la’ O. N. U., que todavía no es mundial ni universal, porque son varios los países que no pertenecen a ella, destacando entre ellos la China Continental, cuya población supera la cuarta parte de la del Mun do. En sus sucesivas intervenciones en la Asamblea General Extraordinaria, la mayor parte de los re presentantes nacionales—por no decir todos—de las Potencias medianas y pequeñas, entre ellos el de’ España, precedidos por el propio Secretario General de las Naciones Unidas Utahn, se han lamentado de’ la impotencia—que el derecho al veto de los gran des hizo congénita—que esta Organización ha veni do poniendo de manifiesto a lo largo de sus veinti cinco años de vida, al no poder resolver las gra ves amenazas para la Paz y sus complejos y peligro sos problemas que en este lapso ha vivido el mun do. Todos o la mayor parte de los oradores, han insistido en la necesidad de reformar la Carta y sus procedimientos, si es que se quiere que en el futuro su intervención sea más decisiva y resolutoria (1). (1) Un simple recuento, no exhaustivo de lo sucedido en el mundo durante estos últimos veinticinco años, nos permite anotar en el debe de la pretendida y prometida paz mundial: trece conflictos bélicos—enel contexto in ternacional—; un número no menor de guerras inter o nacionales; amén de una serie de intervenciones—armadas o no—, pero nunca pacifistas, en la política interna de una serie de Naciones, realizadas directamente o por medios de elementos no determinados, pero siempre adje 3 Quizás los únicos que no se han referido a la im potencia de la O. N. U. han sido los representantes de los dos supergrandes, la U. R. S. S. y los Esta dos Unidos de Norteamérica. El primero en interve nir fue el Ministro de Asuntos Exteriores de la U. R. S. S., señor Gromiko, ya que a última hora el Jefe de Gobierno, señor Kosigin, decidió no asis tir a estas ceremonias. Dado el tono y las palabras enérgicas que el orador ruso utilizó, para criticar vívasnente a los Estados Unidos y a su política, se llegó a temer que la U. R. S. S. se disponía a des tapar de nuevo la caja ‘de la guerra fría. Parece que no ha sido así. Por su parte el señor Nixon pronun ció un discurso en el que pedía a Moscú que se de cidiera de una vez para siempre, a seguir conjunta mente con su país el camino de una cooperación pri vilegiada, única forma, a su entender, de mantener la paz. En esta ocasión el Presidente Norteamerica no ha hablado sin ambajes, afirmando que por en cima de la O. N. U. las dos únicas Naciones capa ces de mantener la paz o desencadenar la guerra to tal son las dos superpotencias nucleares. Como es natural esta declaración no ha caído bien entre las medianas y pequeñas potencias, y por esta vez no parece que el Presidente Nixon ha sabido elegir con oportunidad el momento de hacer su declaración y el auditorio al que ésta iba dirigida. Por otra parte, y en opinión del comentarista, el Presidente Norteamericano—seguramente con pre meditación y pleno conocimiento de causa—ha elu dido tratar de la China comunista que, si hoy por hoy, no es supergrande en el orden nuclear, está claro que lo ha de ser en la decena de los años 70. Entiendo que el planteamiento bipolar está ya re basado y sobre él no se puede edificar la ecuación geopolítica del futuro. En estas sesiones conmemorativas España y sus representantes han jugado un papel especialmente importante, dado que en este lapso le ha corres pondido a nuestra Patria el puesto de Presidente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Gracias a la habilidad y a la pericia de nuestros re presentantes, señores López Bravo y Pinies, y a la posición sin compromisos que España ocupa en el cánevas de la política internacional, ha sido posible que por primera vez en la historia ‘de la O. N. U. su Consejo de Seguridad haya celebrado una reunión extraordinaria a nivel de Ministros de Asuntos Ex teriores, cosa que por cierto ha reconocido el señor Uthan. Durante este mes de octubre la Marina Española ha efectuado maniobras conjuntas con las de Por tugal y de Francia, estrechando así en el contexto castrense, nuestras buenas relaciones políticas. A la última de estas maniobras ha asistido S. A. Real el Príncipe de España, que a continuación de ellas ha sido huésped en París del Presidente, señor Pom pidou, y del Gobierno Francés. El 12 de octubre fue la Fiesta de la Hispanidad. Día en que las Naciones de estirpe hispana se unen y congregan para celebrar sus orígenes y últiniamen te también para designar sus objetivos comunes. tivados con colaboradores oficiales u oficiosos de las dos superpotencias. 4 Pocos días después y con ocasión de inaugurar el Monumento que Madrid dedica a Simón Bolívar, se ha celebrado un homenaje al Libertador de la Amé rica Hispana, al que han asistido delegaciones ofi ciales de los seis países bolivarianos—Venezuela, Co lombia, Perú, Ecuador, Panamá y Bolivia—. De esta manera España y los países sudamericanos no sólo se ponen de acuerdo en todo aquello que les une y les es común, sino que celebran conjunta y ju bilosamente aquello que antaño les desunió. Y ya que de América se trata, terminaremos nues tro comentario haciendo una rápida y sucinta re lación de los sucesos más importantes que en ella han acaecido durante el mes de octubre. En Boli via es destituido el General Ovando por el General Rogelio Miranda, el cual a su vez es depuesto por el General Torres—presidente revolucionario—que se ha hecho cargo del Gobierno a los tres años justos de la muerte del Che Guevara. En Canadá los sepa ratistas de Quebec detienen y matan al Ministro se ñor Laborde y secuentran al mismo tiempo al Jefe de la Misión Británica Comercial en Montreal, mís ter James Cross. En Estados Unidos los movimien tos raciales se agudizan, culminando con el poco cordial recibimiento que en el Estado de California dedicaron al Presidente Nixon un millar de pacifis tas. En Chile es elegido Presidente el Doctor Allen de, y es asesinado el General Jefe del Ejército Chi leno, sefior Schneider. En Ecuador es secuestrado el General en Jefe del Ejército del Aire de este país, señor Rohou Sandoval. En Bolivia la Central Obrera declara un huelga indefinida en Santa Cruz. En Co lombia es secuestrado el líder campesino Urbano Pérez. En la República Argentina son continuas las huelgas con las que el Peronismo demuestra su opo sición al Gobierno, mientras que en el Brasil se pro ducen roces entre el Gobierno y la Jerarquía Ecle siástica. Como se ve ya no se trata sólo de los países sud americanos, es América entera la que ha entrado en convulsión durante este mes de octubre, en el que han fallecido: En Francia el ex Presidente francés señor Eduardo Daladier, último superviviente del Pacto de Münich que él y Mr. Chamberlain firmaron junto con Hitler en el año 1938 y el cual, según al gunos, fue la causa de la segunda Guerra Mundial. En Polonia muere el señor Adam Rapachi, autor del plan de neutralización de la Europa Central, que nunca fue llevado a cabo; y en México muere el ex Presidente General Lázaro Cárdenas, que tan de cidido apoyo prestó, durante los años 1939 y 1940, al Gobierno español rojo en el exilio. El día 1 de este mes de octubre la China co munista de Mao-Tse-Tung celebró el XXI aniversario del establecimiento de su régimen. Doce días des pués Canadá reconocía oficialmente al régimen co munista, rompiendo sus relaciones diplomáticas con Taipeh. En este mes y en sus primeros días, quizá para ce lebrar el XXV aniversario de la O. N. U., los Es tados Unidos y la U. R. 5. 5. produjeron dos explo siones nucleares megatónicas. Pocos días después Moscú y Washington registraban el eco de una gran explosión atómica producida en China, que con este aldabonazo, se dispone a entrar—con permiso o sin él—en el Club Nuclear. Arte rupestre en la Provincia de Segovia Comandante de Artillería, FRANCISCO GO ZALO QUINTANILLA Son abundantísimas las muestras de ARTE RUPESTRE en la Península en tres de sus modalidades, grabados, pinturas e insculturas. Las hasta ahora descubiertas, están localiza das en las regiones que bordean la Meseta Central, siendo muy escasas en el centro. Con todas estas manifestaciones, los espe cialistas suelen hacer cuatro grandes grupos que corresponden a los distintos estilos y épo cas de las sucesivas razas y pueblos que, en el transcurso de muchos milenios, se sucedie ron como habitantes de nuestro suelo: mente, en las paredes y techos de las caver nas. El núcleo principal está localizado en las regiones Cantábrica y Pirenaica, desde Astu rias a Cataluña; destacándose en Asturias las cuevas de Pindal, Buxu, San Román de Car damo, Tito Bustillo (en Ribadesella), etc.; en Santander, las de Altamira, Pasiega, Castillo y otras más; la de Santimamiñe, en Vizcaya; Barcina, Atapuerca y Ojo de Guareña en Bur gos. Ramificaciones de este grupo llegan a otras zonas; Saelices (Guadalajara), Pileta (Málaga) y provincias levantinas. CANTABRICO LEVANTINO Pertenecen a este grupo, pinturas y graba dos de estilo naturalista, con representaciones de animales y alguna figura humana con dis fraces zoomorfos, están realizadas, general- Pinturas estilizadas, menos naturalistas que las anteriores, realizadas en refugios al aire libre, donde se mezclan las representaciones de animales con numerosas figuras humanas Figuri 4 ESTIONfSLOC4L/ZÁD4’ IRTE CÁNTÁ8RICO IRTE LEVÁNTINO IRTE E$4’UEM4T/CO /NSCUITURIJ’ G411E664 ,IRTE RUPESTREEN 14 PROV/NC/A DE SEGOVIA POS/BIES INFLUENCIAS ..i- •e.e4 ) Ea el Paleo/it/co Ea el Neohtxx, En tiewYpos h,s’/óricos 5 J’UPE1’PON/B1(Át MM 1. 1/200.000 730 720 110 ZON4$’PR/NC/PILES en escenas de caza y guerra en actitudes de gran movilidad. Se encuentran localizadas en las provincias de Castellón (Vailtorta), Valencia (Parpalló), Murcia (Cantos de Visera), Alme ría y en las más interiores de Lérida (Coguli), Teruel (Calapatá), Albacete (Alpera y Mina teda). ARTE ., ESQUEMATICO Pertenecen a este grupo las numerosas pin turas esquemáticas, realizadas en refugios al aire libre, la mayoría, algunas en las piedras de los megalitos, representan tanto la figura humana como las de animales extremadamen te esquematizadas y tanto las escenas como las figuras aisladas, al contrario del grupo ante rior, carecen de movilidad, son rígidas. Ocupa el grupo una gran extensión, todo el S. de la Península, llegando por el N. a las provincias de Ciudad Real, Albacete y Mur cia, Extremadura y centro de Portugal, Sala- 6 manca (Las Batuecas) en que las pinturas son muy abundantes. En este grupo se pueden in cluir la mayor parte de las de Segovia, objeto del artículo, aunque no se trata de pinturas, sino de grabados muy semejantes a las inscul turas gallegas. 5 —... • • —.4 ‘• Figura B 9 1 INSCULTURAS GALLEGAS En toda Galicia y N. de Portugal, se en cuentran, grabados en las rocas, unos bajorelieves esquemáticos de figuras humanas y de animales, una muestra la encontramos en la Roca del Polvorín, cerca de La Coruña. Los límites de estos grupos no están bien definidos, hay inscrustaciones de unos en otros, haciendo difícil enmarcarlos por sepa rado, como se ve en el mapa (fig. A), en el cual se aprecia el gran claro que hay en el centro. Dar a conocer la existencia en el centro del claro, de muestras de ARTE RUPESTRE, e interesar a los técnicos en su estudio, es mi propósito. Se trata de unos bajorrelieves, de poca pro fundidad, hechos posiblemente con instrumen tos de piedra puntiagudos, golpeando repetida mente toda la superficie de la figura, quedan do, en la roca, un vaciado de bordes poco de- 7 finidos. Observadas, las figuras, desde unos pocos metros, dan la impresión de ser pintu ras. Están realizadas sobre las partes lisas de las rocas pizarrosas, en las rocas calizas tam bién existen, pero son más difíciles de apre ciar, todas están al aire libre. Situados en el centro de la provincia de Se govia, en tres zonas principales y otras secun darias que comprenden varios términos muni cipales, Armuña, Carbonero el Mayor, Yan guas de Eresma, Bernardos, Migueláflez,Do- ± * 3’ n LrifA mingo García, Ochando, y otros. Ver super ponible al M. M. 1. 1/200.000. La mayor parte son representaciones de la figura humana, en distintos grados de esque matización, aisladas en unos casos y forman do escenas en otros. Las escenas son de caza y guerra, algunas tan abigarradas que es casi imposible su interpretación. No faltan las representaciones de animales, équidos en gran número, cérvidos, cánidos y aves; todos ellos, con excepción del caballo de II la fig. B, de fauna actual. Los cánidos, unas veces parecen acompañar al hombre en la caza y otras ser el objeto de ella. Los équidos, ca ballos y mulos, con su jinete la mayoría. Hay otras figuras y signos de aspecto geo métrico, cruces, cuadros, círculos, grupos de puntos, escaleras, etc. En las láminas, presento una pequeña mues tra para dar idea de la gran variedad de for mas y estilos, sin tener en cuenta el tamaño, que oscila entre los cinco y treinta centíme tros. En el cerro de San Isidro, término de Do mingo García, destaca un gran caballo de las estepas (fauna desaparecida), estilo naturalis ta, grabado por puntos profundos y separados que marcan sólo el contorno, de poco más de un metro, la grupa queda oculta por el mus go. Pudiera ser magdaleniense, por su seme janza con los de Altamira, Buxu y otros de esa época (fig,. B). En el mismo lugar se encuentran gran can tidad de figuras, en distintos grados de esque matización, distinta pátina y muchas de ellas superpuestas, con lo que pueden ser cataloga das como pertenecientes a distintas épocas, desde el Neolítico hasta tiempos históricos (Lámina 1). No faltan añadidos muy recientes, que en algunos casos deterioran los grabados más antiguos. De las mismas características y épocas exis ten en el término de Ochando, en ambas ori has del Arroyo Bausa (Lámina II). En el lecho del arroyo, en una roca plana y bastante pu lida (Foto 1), se aprecia una mezcla de signos y figuras que, vistos a distancia, dan impre Sión de ser una inscripción alfabética. Al estar parcialmente cubierta por el suelo actual, el estudio de la estratigrafía, pudiera dar la fecha aproximada de los grabados. La tercera zona comprende las dos márge nes del río Eresma, en una longitud de 15 kilómetros y anchura variable. Los grabados están más dispersos, son de las mismas carac terísticas que los de las zonas anteriores, al gunos parecen estelas que marcan enterra mientos próximos. Con el fin de interesar más a los aficiona dos, diré que, en la primera zona, muy cerca de los grabados, se encuentran tumbas antro pomorfas; al sur de la última zona, en una meseta de bordes rocosos, llamada Tormejón (término de Armuña), hay cuevas naturales (sin explorar) en cuyas inmediaciones se re piten los grabados y a pocos metros de la en trada de la principal, hay una como inscrip ción alfabética y muestra de haber sido ha bitada desde la Prehistoria. En lo alto de la meseta debió estar situada una ciudad ibérica de cierta importancia, a juzgar por la abun dancia de cerámica decorada, estilo ibérico, es parcida en pequeños fragmentos por toda la meseta y sus laderas. La relación de estas manifestaciones de arte con todos los grupos anteriores parece induda ble; el estudio de las mismas podría aclarar en parte el camino que siguieron las distintas culturas en su expansión. Con los conocimientos de simple aficionado, no soy quién para juzgar de la importancia de estos descubrimientos, por lo cual dejo a otros más capeces la tarea de hacerlo. OBRAS CONSULTADAS Historia de España, de don Antonio Ballesteros Beretta. Segunda edición, reimpresión de 1953. Sal vat Editores, 5. A. El hombre prehistórico y los orígenes de la hu manidad, de Hugo Obermaier y Antonio García Billido. Segunda edición, 1941. «Revista de Occiden te>). Madrid. a Legión 1 Teniente Coronel CORDOBA, (Continuación, del artículo del mismo autor de Infantería, del Servicio Histórico GARATE Militar. ballero, cuando el 13 de agosto sucumbía el ((El alma de 1a Legión», pubricad0 en el núme portaguión con un ¡viva la muerte!, y sólo al ro 369 de nuestra Revista, el pasado octubre.) fin, en el último intento, reuniendo los esca sos restos, pasó la brecha el capitán y un cabo, desangrándose, y aquel parte estoico, embe bido en “espíritu de la muerte”: “Atravesé la EL ASALTO A BADAJOZ brecha. Tengo 14 hombres. No necesito re fuerzos”. Yagüe, al revistarlos más tarde, diría: Si de la Legión de Marruecos fueron los “Caballeros legionarios de la 16. Compañía, momentos iniciales de nuestra Guerra de Li ¡qué pocos habéis quedado y qué orgulloso me beración en aquella tarde del 17 de julio, cuan siento de vosotros! do, encarnando el filosófico pelotón de Spen Pocos días después, el 17 de agosto., la Segun gler, otro pelotón legionario respondió al grito da Bandera pasaba por Valladolid para ir a de guerra del teniente Latorre, también fue Somosierra. Allí, en Valladolid la revistaba el de puro estilo marroquí el asalto a la Puerta de general Mola y su secretario, José María Iri la Trinidad en Badajoz, cayendo pelotón a pe barren, un joven abogado, que había oído mu lotón la 16. Compañía del capitán Pérez Ca- cho de la Legión, pero nunca hasta entonces lo vio a los legionarios, nos dejó esta estampa de su desfile ante el general: Pasó primero la tronada de los tam bores, las cornetas dibujando ringorran gos de oro en el aire, la bandera, el car nero de largos toisones. Luego una riada impetuosa de banderines alzados al pa sar, de soldados de rostros duros, fero ches, que dan un grito seco como una descarga y tuercen el cuello en el ¡vista a la derecha!, con garbo eléctrico de una gallardía insolente. Trajes pardos, cue llos abiertos, brazos tatuados, paso re suelto. Así una sección, y otra, y otra... Tan aprisa, que no da tiempo a ver los granada de mano el Hospital de Carabanchel, rostros ni a admirar el esfuerzo de los pabellón por pabellón, la Cuarta y Quinta asal que portan sobre sus hombros los recios tan a la bayoneta la Casa de Campo y se en trípodes, las pesadísimas ametralladoras. durece la lucha por Madrid. La Legión pasa como un alud verdoso y sus hombres levantan el brazo hasta la oreja con enérgico brío. Dura Legión Las minas de la Universitaria. de caras foscas que sonríen a su propia calavera agujereada de balazos... El Hospital Clínico ocupado por la Cuarta Detrás de las secciones trotan chicue los, hijos de legionarios, y a zancadas de Bandera el 18 de noviembre, sólo en parte, es escenario de lucha hasta fin de mes y cuesta pantorrilla al aire la cantinera, renegri da y feroz como una loba. Se les adivina a la Bandera 250 bajas. El 1 de diciembre se el cuchillo apretado en los dientes, arro produce la primera voladura y quedan sepul jando al correr la serpentina de las bom tados 39 defensores. La 10.a Compañía llega a las 98 bajas. Legionarios de otras unidades bas en la locura del asalto. Cuando terminan de pasar me quedo acuden al fuego y ocupan las ruinas de cada uno de los siete pisos. El 13 de enero hace ex unos minutos entontencido. ¿Qué ha si plosión la gran mina. En el bloque central han do esto? A mí me queda la sensación de quedado 30 hombres entre escombros. Pistola que he visto pasar un huracán. en mano surge de ellos el alférez Menacho, Las Banderas Primera y Quinta combaten herido en la boca, con 14 legionarios, heridos en Oropesa, con brigadas rojas de nombres so también, y gritando: “A mí la Legión!” hace frente a los asaltantes. Cuando el 17 de enero noros: “Brigada de la Victoria”, “La Brigada se produce la tercera voladura hay que ins Fantasma”, de las Columnas de Mangada y Riquelme. En Talavera de la Reina hay tres talar un puesto de socorro en la rotonda por combates diarios frente a muchos miles de mi la impaciencia de los heridos para reintegrarse licianos. En Maqueda, la Quinta Bandera en a sus puestos. El padre Huidobro va a dar la desde fuera a varios que han que cuentra una nueva guerra ante nidos de ce absolución mento y carros de combate rusos. Con ella va dado enterrados vivos y en el camino caen los el capitán Tiede, el que fue ayudante de Franco dos legionarios que le acompañan. La Novena Bandera dejó bajo los escombros en Marruecos y surge la caza del carro; ¿quién sería el primer legionario que lanzó contra 54 muertos y 253 heridos durante su perma ellos la botella de gasolina? Las 17 y 18 Com nencia en el Hospital Clínico y su nombre pañías ocupan en Toledo el cementerio y la quedó unido para siempre a la defensa. Entró plaza de Toros, entran cuerpo a cuerpo en el en turno la Primera Bandera que en Toledo Colegio de Huérfanos, el Hospital de Afuera, había quedado reducida a un tercio de su en los Maristas, pero sobre todo se hace épica fuerza y el 27 de agosto soportó numerosas la lucha en la Puerta del Cambrón, con su pa voladuras que destruyeron casi por completo el hospital. Era el día de las doce minas. sillo de la muerte defendido por un infran La Sexta Bandera tuvo el 23 de noviembre queable fuego ametrallador. El 10 de noviembre, la Octava Bandera tie del 36 el día más duro de combate hasta en ne cien bajas en los combates de Basurero, lue tonces. Hubo momentos en que los legionarios go la Primera Bandera ocupa a golpes de no contaban más que con el cuchillo-bayoneta 11 para defender las ruinas de un edificio total mente destruido. Así consiguen la Laureada colectiva la 6. Banderas. Así va la guerra diezmando las Banderas, con golpes de cien y doscientas bajas en una quincena, en una semana o en un día. Así se reproducen los episodios heroicos como el del alférez Nacarino en la Cuesta de las Perdices, rodeado por todas partes, metiéndose entre el enemigo a la desesperada, o el legionario An gel García que, con otros cuatro o cinco, se meten entre los asaltantes, siempre muy su periores, y rompe varios cercos sucesivos y los legionarios han de ayudar al enemigo a enterrar sus cadáveres porque no se soporta el hedor. El socorro a Oviedo. En Asturias actúa la Tercera Bandera, que ha acudido desde Toledo. Lucha a lo largo del pasillo de socorro a Oviedo, estrecho como una manga de treinta kilómetros de longitud y pierde el ochenta por ciento de sus efectivos con las ametralladoras avanzando en las gue rrillas, dominada por todas partes, en el bos que, con lluvias y continuos contraataques, al gunos a la bayoneta, luego en la defensa de Oviedo, durante los ataques de febrero, llegan a quedar sólo cuatro oficiales con el coman dante y el ayudante y su compañía se refuerza con soldados voluntarios de Oviedo. La Segunda Bandera actúa en la conquista de Irún el 2 de septiembre de 1936, luchando caserío por caserío y ocupando el monte de Los olivares del Jarama. San Marcial en un golpe de mano y Behovia en una lucha a la bayoneta por filas sucesi vas. Luego se encuadra en la Columna Móvil Luego la batalla del Jarama.Después del de Aragón y acude motorizada allí donde el asalto al puente de Pindoque, la Primera Ban peligro la reclama, multiplicándose en carre dera corre a entrar en línea tras la caballería, ras de heroísmo. El 15 de septiembre se hace iniciando la ocupación de posiciones. La Quin famosa combatiendo en el manicomio de Hues ta Bandera entra a la bayoneta en los olivares ca; el día 20 en la ermita de Santa Quiteria, de Morata y Escuela de Radio, con 194 bajas, después en Celadas y en Caudé. Por dos veces cuando su compañía de ametralladoras no pue sufre sabotaje el tren que transporta a los le de usar las máquinas por la proximidad del gionarios y más de un vagón salta en astillas enemigo y los sirvientes tiran con los fusiles con muertos y heridos. Cuando los ataques de los caídos y el humo denso obliga a abrir la enemigos a Fuentes de Ebro, acuden al com torreta de los carros y los combatientes se bate la Primera y Segunda Banderas. Al llegar mezclan y confunden. La Séptima Bandera la Trece ya se defiende la Cuarta en Zuera y tiene 126 bajas en Vaciamadrid el 17 de febre la Quince tiene 78 bajas en su bautismo de ro. La defensa es toda una epopeya con episo fuego en Aragón. dios aislados como el del sargento Hidalgo que, La Sexta Bandera defiende Toledo desde la en una salida a la bayoneta, se queda solo en tre un grupo enemigo y luego persigue a los carros y continúa luchando, herido en las dos piernas. Los olivares de Nevares, de Marcial Lalanda, de Arganda, se hacen letra de ro mance heroico, los embudos de explosiones que sirven de pozos son batidos desde la copa de los olivos y los legionarios recurren a lan zar sus granadas Laffitte sin cinta de seguri dad, porque éstas se enredan en los árboles y las granadas, colgando de ellas, caen sobre quienes la lanzan. En el Pingarrón, el 17 y 18 de febrero, los legionarios se protegen con los muertos, entre fango y sangre, defendiéndose hasta el último cartucho y la última granada y queda un alférez al mando de la Sexta Ban dera. En el olivar de su ladera, el padre Ca ballero va a atender a dos heridos de la Dé cima Bandera, cuya retirada es imposible por el fuego enemigo, cae herido junto a ellos des pués de atenderlos y no quiere dejarse eva cuar hasta que se cumple el objetivo. 12 posición número 7, una posición clave y se premia su heroísmo con la Cruz Laureada de San Fernando. Allí soporta tres ataques ene migos en 10 de mayo de 1937 y siete más al día siguiente, triturada de metralla, invadida por masas de carros y oleadas de infantería, que muchas veces llegan a diez metros de las trincheras cuando los carros ya las han pa sado. Allí gana su Laureada el alférez Provi sional Juan José Orozco. El cementerio de Belchite. La ofensiva de Belchite es una maniobra de diversión de los rojos, que quieren descon gestionar el frente Norte, pero los de Aragón se bastan a sí mismos. También antes que na die acude la Primera Bandera que está cerca y se distingue su médico Ginés, atendiendo a los heridos, estándolo él también, en lo más avanzado de la guerrilla. El 11 de octubre de 1937, la Segunda y Cuarta Banderas comba ten en el cementerio de Fuentes de Ebro y dos días después, la Trece defiende el pue La batalla de Brunete. blo, atacado con más de cincuenta carros ru A Brunete acudió inmediatamente la Pri sos que llevan encima siete u ocho granaderos mera Bandera. El 6 de julio de 1937 se enfren cada uno, cuando éstos se apean, ya dentro de taba con unos 7.000 enemigos con lujo de ma las calles, los legionarios les impiden desple terial y carros, en campo abierto, rebasadas las gar y mantienen la línea, líneas nacionales. Completamente aislada se organizó a la defensiva y la lucha fue cons La batalla de Teruel. tante y brutal, sin pausa, día y noche, Recha En la batalla de Teruel intervienen ya gran zan a los carros el teniente alumno Rodríguez Santiago y el sargento Vaz, a costa de su vida número de Banderas. En la Tercera hay un 2. y el sargento López Romero entabla una caza cabo, Nazarino, de la 15.a Compañía que, el muy personal y audaz con otro de ellos, yendo 30 de diciembre, agotadas sus municiones, lu tranquilamente por más granadas cuando se cha a puñetazos y puntapiés, con el fusil en le han acabado las que lleva. En el incendio bandolera, mientras en otros puntos, por la del castillo de Villafranca son baja buen nú proximidad del enemigo, los fusiles ametralla mero de los legionarios de la 30,a 31a Com dores se disparan al brazo. Así el cuerpo a pañías y se distinguen todos de tal modo que cuerpo llega a ser tan brutal que los rojos en el parte no se puede citar a nadie en es preguntan quiénes son aquella especie de de pecial. La Primera Bandera lucha entre las monios inconcecibles, que avanzan sin reparar tumbas del cementerio de Brunete dos días en el fuego que les rodea, y cae prisionero un seguidos. Han intervenido la Octava y la Tre jefe de Brigada y otro de Estado Mayor. En ce Banderas, pero la Primera es la que más la Trece Bandera, el comandante Carreño lu cha pistola en mano, sangrando del pecho, hassoporta el peso de la batalla. 13 ta que la hemorragia le priva del conocimien El ataque de Lérida, el 3 de abril de 1938, to. Entonces, el capitán Serra, que va en van es otro de los episodios típicamente legiona guardia con su compañía, reúne a los que rios. Al conquistar la ciudad cae muerto al quedan, les hace dejar la impedimenta y avan frente de la Sexta Bandera, su jefe, Lorenzo za con ellos, sustituyendo al jefe, hasta caer Ramírez, de quien dijo Yagüe que con él per herido también. día España uno de sus mejores comandantes, En los altos de Caudé, el capitán Maciá Se un perfecto oficial de la Legión. Sus hombres rrano, desaloja las trincheras enemigas con su defienden luego el Castillo contrataacado cada 57•a Compañía y los carros rusos se le echan noche por los rojos con tesón incansable. encima, cuando se soportan 13 grados bajo cero, la temperatura más baja desde hacía mu cho tiempo. En Celadas, la Cuarta Bandera Hasta Levante. presenta repetidos episodios de uno contra Con la Tercera Bandera lucha en Levante muchos, en gestas individuales de estilo clá sico y tiene 117 bajas. La Quinta, en el paso el alférez Zarandona, que con su sección bate del Alfambra, lleva en vanguardia un alférez a un batallón rojo por las alturas de Jorces provisional, Jesús Andújar, que es el primero y luego se infiltra hacia el vértice Pefíarroya en terreno adversario, rodeado de nieve y de en atravesar el río, las alambradas y las trin cheras enemigas, mientras que algunos legio enemigos, en un golpe de mano de audacia narios mueren congelados y al día siguiente típicamente legionaria. Hoy es teniente coro asalta la posición número 11 estableciendo la nel, Medalla Militar y sacerdote misionero en cabeza de puente con su unidad. La Séptima la selva ecuatoriana. Por aquel verano de 1938 Bandera combate en el cementerio viejo y la acudía la Dieciséis Bandera a la defensa de Trece en Cerro Gordo. La Sexta Bandera se Tremp; la Quince luchaba en Peñas de Aholo distingue una vez más junto a las otras cinco y con ella se distingue el comandante Ramí que intervienen en la batalla. Su compañía de rez de Cartagena en Baladreros, donde sufre franceses “Juana de Arco” conquista Las Lo- 172 bajas. Allí gana la Laureada el comandan sillas el 6 de febrero de 1938, afianzando una te Montero, a quien se había dado el mando cabeza de puente que poco después quedaba de la Bandera por su incansable empeño en solicitarlo, pese a pertenecer al Cuerpo de In aislada por la nieve. válidos. En el Valle de Bielsa, a 2.000 y 3.000 metros de altitud, combaten la Quince y Die ciséis Banderas en la hostilidad del clima, la La campaña de Aragón. geografía y un enemigo obstinado. En el avance por Castellón, la Quinta Ban En la campaña de Aragón, la 16. Compa ñía de la Cuarta Bandera gana la Laureada dera asalta el castillo de Onda al modo me colectiva al pasar el Ebro por Quinto, en una dieval, con pértigas y cuerdas, realizando una arriesgada operación nocturna, en pontones de las más raras hazañas. La Tercera Ban con las palas de los remos entrapadas para dera se encuentra en Campos de Arenoso, extremar el sigilo. Sorprenden al enemigo y cerca del Mijares, con una Brigada roja en desde el primer momento la lucha es cuerpo marcha, a la que ataca por sorpresa, cuerpo a cuerpo en condiciones desfavorables por a cuerpo, pese a su inferioridad. Un coman el terreno, la inferioridad numérica y de ma dante enemigo combate contra dos legiona terial. Por tres veces se lanzan al asalto. Des rios, abatiéndolos, y el teniente Vidarte, ya de las trincheras les gritan: “Si vosotros sois famoso, esgrime contra él una bayoneta y lo legionarios, nosotros somos de la FAI!” Las ensarta en un golpe mortal. avanzadas rojas se repliegan a la posición de resistencia en la Casa de los Catalanes y allí se suceden los ataques y contrataques du La batalla del Ebro. rante toda la noche. Sólo en un último esfuer La batalla del Ebro atrae al teatro de ope zo, reuniendo los pocos legionarios que que daban de la Compañía, reducida a menos del raciones a catorce Banderas de las dieciocho cuarenta por ciento de su gente, se ocupó el que ya existen. Quedan en el frente de Ma objetivo final, hazaña que costó la vida al drid la Octava, Novena, Décima y Doce. El capitán don Mariano Navarro y cerca de dos 24 de julio de 1938 acude a Gandesa la Die cientas bajas a la Cuarta Bandera, mandada ciséis Bandera; el día 25, la Cuarta y la Ter por el comandante Iniesta. Con ello se cons cera. Esta tiene menos de 300 hombres, y tituía una importante cabeza de puente sobre defiende con ellos unos pequeños parapetos de piedra que en un día ha logrado improvi el Ebro. 14 sar. En plena noche del 26 de julio se su ceden dieciséis asaltos rojos, los legionarios defienden el terreno palmo a palmo y varias veces se produce la mezcla y la confusi6n de modo que no se distinguen legionarios y mi licianos. El día 27 los legionarios enardeci dos piden nuevos ataques al grito de “lOtro toro!”. Más tarde, defendiendo el cemente rio de Villalba, se acaban las municiones cuan do llegan los carros enemigos y el municio namiento de vanguardia se realiza a costa de muchas bajas, cuando parecía imposible. La Sexta Bandera consigue defender Puig de Aliaga, pero sufre unas trescientas bajas en aquellos combates. Es una de las más du ras defensas de la historia de la Legión, porque continuamente entran en combate nue vos batallones enemigos. La Dieciséis Bande ra ataca en la Sierra de Pabdols el 15 de agos to de 1938; la cota 666 está dominada y el contraataque enemigo la deja en una cuarta parte de sus efectivos que ya eran escasos. Han caído 222 hombres. Sólo quedan un ofi cial, cuatro sargentos y 110 legionarios, con. tando los numerosos heridos que no quieren evacuarse. La Tercera Bandera sostiene combates en carnizados al sur del cementerio de Villalba, pero también se producen los heroísmos per sonales. El teniente Del Rosal, compañero en prestigio de Vidarte, resulta muerto en un duelo de fusil, a unos cincuenta metros, con un oficial rojo que también muere entonces. El 9 de septiembre actúan en “La Aguja”, por la Sierra de Lavail de la Torre, la Sépti ma y Cuarta Banderas. Con la 11.a Compañía el alférez Cantalapiedra atraviesa la zona ba tida por ametralladoras y carros, asalta la posión y la fortifica, sin atender al fuego denso que recibe por ambos flancos. También está batido por los costados el alférez Mazzoli, de la Cuarta Bandera. A punto de asaltar la posición, pese a ello, observa un contraata que a las fuerzas de su flanco, con carros, artillería y morteros. Parte de su fuerza acu de al fuego, como manda su Credo, y Mazzo Ii, en pie, anima al grupo que reserva consigo para hacer un cambio de frente que beneficie a la situación común, cayendo muerto por el disparo del cañón de un carro enemigo. La epopeya legionaria del Ebro está aún por escribir. Terminaré con episodios de la Quinta Bandera: El 10 de septiembre, cuando un sargento y un cabo llegan solos a las po siciones del objetivo, metidos literalmente en tre estallidos de la propia artillería. Con la primer guerrilla avanza el médico, hasta el punto de que va a caer prisionero, obsesio nado por atender a los heridos. Allí tiene la Bandera más de 300 bajas. El 19 de septiem bre, en el ataque a la Venta de Camposines, gana la Laureada el alférez Borghesse de Bor bón. Ha cogido un fusil ametrallador al ene migo al asaltar en cabeza la posición; con él protege el asalto de su Compañía y luego otra vez es el primero en pasar las alambradas del segundo objetivo, donde se defiende junto a unas cajas de granadas de mano, donde mue re luchando personalmente. El balance de la Liberación. De nuevo interviene el grueso de las Ban deras en la campaña de Cataluña, explotación del éxito del Ebro, donde el tormento de la sed multiplicó los padecimientos de la gue rra, esa dureza de la que el legionario nunca se quejaría por prescripción expresa de su Cre do, como tampoco del frío de Teruel. Des plegaron las Banderas en la ofensiva final, en 16 de marzo de 1939, y desfilaron desafian tes, engalanadas, en el desfile de la Victoria, junto a sus camaradas de lucha, los de los Cuerpos marroquíes de choque y los de los soldados de reemplazo, émulos tantas veces de la Legión, como los falangistas y requetés de unidades laureadas. Por las dieciocho Banderas de la Legión pasaron entonces varias plantillas de seiscien tos hombres cada una, porque varias veces se repusieron al completo. Extranjeros hubo pocos en ellas. Pero simbólicamente fueron muy expresivos los “Viriatos” portugueses, la Compañía francesa “luana de Arco” y la “Ban dera Católica Irlandesa”, de breve actuación en las operaciones. Sus acciones de guerra en estas campañas de la Liberación fueron 3.042. En ella se con- 15 en Uad Caraim, en Tagragra, en Bugadir y en Bugacifen. La Cuarta, en la posición N., en Edchera y en Saguía el Hamra. La Trece, en Edchera. Y allí hubo también hechos heroicos, pre miados con dos Laureadas individuales en la Trece Bandera. El brigada don Federico Fa drique Castromonte, el 13 de enero de 1958, sacrificó su vida por salvar a sus hombres, lo mismo que el legionario Juan Maderal Olea Las bajas fueron estas: ga, el otro laureado. Era un avance de la se gunda Compañía, flanqueado por la primera, cuya tercera sección iba al mando del briga Bajas de la Legión en la Guerra da Fadrique. Atacó un enemigo tres veces de Liberación superior emboscado en la orilla del lecho seco de la Saguía el Hamra y trató de envolver la sección por el frente y el flanco. La sección Desapa Muertos Heridos recidos Total frenó al enemigo, se mantuvo a la defensiva y fue perdiendo gente. Fadrique, herido, se 24 Jefes 6 18 negó a curarse. Dispuso el repliegue, en vista 145 1 186 Capitanes 40 de las bajas sufridas en un ataque cuerpo a Oficiales subal cuerpo. Con dos nuevas heridas continuó en 1.119 ternos 335 779 5 su puesto, dirigiendo el fuego de los suyos 1.231 9 1.643 Suboficiales 403 para proteger la evacuación. Disparaba por sí 2 10 12 CASE mismo con fusil ametrallador, con pistola y 34.439 Tropa 6.859 26.789 761 granadas. Al fin le alcanzó un tiro en la ca beza que le causó la muerte. Había estado 37.423 disparando con cuatro heridas, una de ellas Totales 7.675 28.972 776 en el estómago. Con él murió el legionario Maderal, proveedor del fusil ametrallador, úni co que le acompañó cuando había ordenado La última campaña. replegarse incluso a los dos cabos, que has ta el último momento le acompañaban. De En la campaña de Rusia no participó nin los 31 hombres de la sección habían muerto guna unidad de la Legión porque sólo actua veinte, incluyendo al jefe de la sección y a ba una unidad de voluntarios formando la los tres de los pelotones. “División Azul”, pero el espíritu legionario Las bajas de la campaña fueron estas: brillaba en muchos aspectos y actitudes, in fundido por los numerosos jefes y oficiales que se habían formado en las filas de la Legión, Bajas de la Legión en la campaña durante cualquiera de las dos guerras, o en de Ifni-Sahara ambas. Basta señalar que los oficiales eran seleccionados por sus jefes entre los abundan tes voluntarios y que el general Muñoz Gran Desapa des eligió para mandar sus regimientos a los Muertos Heridos recidos Total coroneles legionarios Esparza, Pimentel y Vier nam, llevando como segundo jefe al laureado Oficiales 13 5 8 coronel Rodrigo. Es un índice expresivo. 9 Suboficiales 6 3 123 44 74 5 Volvieron a la lucha las Banderas de la Le Tropa gión en la campaña de Ifni y Sahara. En ellas actuaron, con el ardor de siempre, con su es 55 85 5 145 Totales píritu y su Credo legionario, la Cuarta, la Sex ta y la Trece Banderas. Su historia está por escribir y pronto se leerá en el segundo tomo, próximo a publi Cincuenta años después. carse, de “La Legión Española”. Fueron 56 La Legión vive en paz, en esa paz esforza acciones de guerra las que contaron con su intervención entre el 27 de noviembre de 1957 da, impulsiva, activa, de su continuo entre y el 19 de abril de 1958: La Sexta Bandera namiento, manteniendo tenso y ágil el cuer cedieron seis Laureadas colectivas a las Ban deras Primera, Cuarta, Once y Quince, y dos a la Sexta. Las Medallas Militares colectivas fueron 22, de las cuales correspondieron cua tro a la Primera Bandera y reunieron tres cada una: la Segunda, Cuarta y Quinta Ban deras. Alcanzaron la Laureada individual 21 de los componentes de la Legión y sumaron 146 las Medallas Militares. — . . . . . . . . . — . . . . 16 . . — . . — ... po, más tenso y más ágil aún el espíritu, por que cada día se repiten “los espíritus” de su Credo y se practican sus virtudes del honor, el compañerismo y el sacrificio. El sacrificio está expresado en la estadística de sangre que refleja la suma de sus bajas a lo largo de las cuatro campañas: Bajas de Ja Legión desde 1920 a 1938 Muertos Campaña de Ma rruecos Revolución de Asturias . Guerra de Libe ración Campaña de If ni-Sahara Totales . ... Heridos Desapa recidos 8.381 2.000 6.096 10 38 7.675 28.972 776 37.423 55 85 5 145 9.740 295 Total 59 — 35.191 1.076 46.008 Otros datos estadísticos elocuentes son los 6.000 mutilados que ha tenido la Legión en sus cincuenta años de historia. Pero sobre to do sus acciones de guerra: Acciones de guerra de la Legión 1920-1938 Campaña de Marruecos Revolución de Asturias Guerra de Liberación Campaña de Ifni-Sahara . . . . . 899 . . . — . . . . 3.042 56 En esas acciones de guerra, y en otras in advertidas estadísticamente, hubo héroes can tados en romances, héroes oficiales, reconoci dos en disposiciones ministeriales, con las má ximas recompensas, y hubo otros, muchos más, y acaso no menos heroicos ignorados, desconocidos para todos menos para aquellos compañeros por quienes ofrendaron su vida y que no pudieron hacerles la justicia de de clarar su mérito porque ellos cayeron tam bién, anónimos en la misma acción, poco tiempo después. Pero hemos de atenernos al reconocimiento oficial para dar una idea, sim ple índice, de un heroísmo que no admite peso ni medida con patrones humanos, pero que al menos nos puede hacer reflexionar: Recompensas de la Legión 1920-1938 Individuales Laureada s de San Fernando Medallas Militares147 22 Colectivas 6 22 . Monumento al General Millán Astray, fundador de la Legión, mente inaugurado en La Coruña, su tierra natal reciente 17 Las Bodas de Oro con la muerte. Cincuenta años después, aquellos viejos le gionarios que un día fueron inspiración de Milán Astray, y los otros, los de “La Le gión 1936”, recibían los máximos honores en un homenaje nacional presidido por el Prín cipe de España, con la adhesión y la emo ción íntima del Caudillo, su primer lugarte niente, hermano de guerra del Fundador. Era el homenaje a unos hombres fieros y senti mentales curtidos por el sol y la nieve, ator mentados por la sed y desgarrados por las heridas, pero con el ideal más encendido de entregar a la Patria una vida que acaso em pezó mal y se regeneraba cauterizada al duro fuego del Credo Legionario, cumplido limpia mente hasta hacerles indiscutible su título de caballero. En esas Bodas de Oro con la muer te, entre la calígine del sol africano, parecían oírse unos versos, tan sólo en susurro nebli noso también, como un espejismo lírico del desierto: .al que ha desafiado, ceñido el acero y el [arma en la mano, los soles del rojo verano, las nieves y vientos del gélido invierno, la noche, la escarcha y el odio y la muerte, por ser por la Patria inmortal, saludan con voces de bronce las trompas de guerra que tocan la marcha {triun fa!... En la mente de muchos estaban los rojos rayos de Igueriben y Cudia Tahar, los de Bru nete y el Ebro, los helados muertos de Te ruel y los miembros amputados por congela ción. Los traía a la memoria ese vago recuer do de una marcha triunfal rubeniana, que lle gaba al oído del alma como un rumor de olas nacidas al otro lado del Océano. NUEVAS NORMAS DE COLABORAC ION EJERCITO considera colaboradores a todos los Oficiales de las Armas y Servicios, cualquiera que sea su Escala y Situación, como Tribuna donde pueden exponer sus tra bajos y estudios. También admitiremos aquellos otros de escritores civiles, que por su tema y des arrollo se consideren de interés a los fines de nuestra Revista. La Redacción, que acusará siempre recibo de los trabajos que se le envíen, se re serva plenamente el derecho de su publicación, así como suprimir o corregir cuanto de ella estime equivocado, inoportuno u ocioso. Por los trabajos publicados en «Ejército» recibirán sus autores una remuneración de mil a dos mil pesetas, según el mérito que en ellos aprecie la Redacción. RECOMENDACIONES A NUESTROS COLABORADORES Los trabajos deben venir escritos a máquina, en cuartillas de 15 renglones, CON DO BLE ESPACIO entre ellos. Aunque no es indispensable acompañar ilustraciones, conviene hacerlo, sobre todo si son raras y desconocidas. Los dibujos necesarios para la correcta interpretación del texto son indispensables, bastando que estén ejecutados, aunque sea en lápiz, pues la Revista se encarga de dibujarlo bien. Admitimos fotos, composiciones y dibujos en negro o en color, que no vengan acom pañando trabajos literarios y que por su carácter sean adecuados para la publicación. Las fotos tienen que ser buenas, porque en otro caso no sirven para ser reproducidas. Pagamos siempre esta colaboración, según acuerdo con el autor. Toda colaboración en cuya preparación hayan sido consultadas otras obras o tra bajos, deben ser citados detalladamente y acompafiar al final nota completa de la bi bliografía consultada. En las traducciones es indispensable citar el nombre completo del autor y la pu blicación de donde han sido tomadas. No se pueden publicar traducciones de libros. Solicitamos la colaboración de la Oficialidad para «Guión», Revista ilustrada de los Mandos subalternos del Ejército. Su tirada hace de esta Revista una tribuna resonante donde el Oficial puede ampliar su labor diaria de instrucción y educación de los Sub oficiales. Por esta razón, la Redacción de «Ejército» se reserva también el derecho de publicación de aquellos que reciba en esta Revista y considere la conveniencia de su publicación para difusión y conocimiento de los Mandos Subalternos en «Guión», sien do en este caso, remuerados conforme a las normas que se insertan en esta última. 18 Hacía las relaciones pOblicas en elEjércit Capitán de Caballería JOSE PITARCH BARTOLOME, Técnico en Relaciones Públicas, Vicesecretario del Capítulo de Levante del Centro Español de R. P. I En anterior comentario, aparecido en el número 366 de esta revista, hicimos una “pre sentación” de las Relaciones Públicas, dirigi da a quienes no tuvieran una idea clara de la esencia y alcances de este fenómeno de carácter universal, seguida de una breve ini ciación al estudio de las R. P. dentro del es pecífico campo castrense. Así, decíamos que las R. P. eran una fun ción tendente a mantener e incrementar el prestigio o “nombre” de una empresa, enti dad, institución o persona física por medio de la comunicación con el público en ambos sentidos, informándole leal y verazmente y concediendo todo su valor a la opinión públi ca; que eran distintas a la Publicidad; que requerían personal preparado y especializado; que funcionaban internamente a base del tra bajo en equipo del personal de R. P., planifi cando “campañas”; que gozaban ya de ma yoría de edad en numerosos países, con re- 1 J traso de España en este terreno, y que otro tanto ocurría en cuanto a las R. P. en las Fuerzas Armadas, las cuales tenían más que contrastada, en muchos Ejércitos extranjeros, su importancia y horizonte. El propósito de las presentes líneas estriba, como continuación lógica, en la profundiza ción del tema “R. P. en el Ejército”, alenta dos en el empeño, ante todo, por los que han juzgado de interés aquél; mas también espo leados, en segunda instancia, por los que se han encogido de hombros. Esta última pos tura, en efecto, nos ratifica en la creencia de que las R. P. son aún algo incomprendido, por desconocido, para muchos—lo cual viene a ser como no saber las inmensas posibilida des de la cibernética o de los electrogramas de partes vitales del cuerpo humano—y que, por lo mismo, precisan divulgación insistente al objeto de eliminar el retraso en este cam po respecto a los países de Occidente. A la- 19 mentar, desde luego, la modestia en persona lidad y recursos de quien esto escribe, como impedimento congénito al intento. En España, por supuesto, no existe doctri na de R. P. para las Fuerzas Armadas, y aún escasea en los otros campos del relacionismo. En consecuencia, lo que aquí se expone es, muy a grandes rasgos, una teoría de las R. P. castrenses, elaborada, según nuestro criterio, como resultante de dos factores: la idiosin cracia y características socio-culturales, histó ricas y atávicas de nuestro particular y com plejo país; y la experiencia de R. P. en las Fuerzas Armadas de numerosas naciones, par ticularmente las americanas, poseyendo casi todas ellás Departamentos militares de R. P. (Como simple dato, digamos que la primera Oficina militar de R. P. en las Fuerzas Armadas estadounidenses data de 1907. Y, ya que citamos a este país, añadiremos que sus ór ganos de R. P. castrenses han depurado la nominación hasta llamarse Departamentos u Oficinas de “Información”, lo que nos ofrece una idea de su cometido cara al público y su no carácter propagandístico.) Permítasenos, por fin, desde aquí, felicitar a la Asociación Paraguaya de Profesionales de R. P.. en la persona de su presidente, el Capitán de Navío don Héctor Oxilia, Jefe del Departamento de R. P. de la Armada de su país, por la Ponencia presentada en la últi ma Conferencia Interamericana de R. P. por la Delegación paraguaya acerca de las “R. P. en las Fuerzas Armadas”, cuya copia fue en viada a quien abajo firma por el doctor Oxi ha, habiendo servido, en parte, de platafor ma a este comentario. Organizaremos estas reflexiones estudiando por separado, y sucesivamente, las Relaciones con los públicos externos al Ejército y las “Relaciones Humanas” o R. P. de la Institu ción con sus componentes o público interno; precediendo a ambas, se esbozan unas consi ‘deraciones generales válidas para dichas dos vertientes del relacionismo castrense. equivalen al principio civil según el cual la actuación de las R. P. en las empresas es a nivel de gerencia), se deduce que cada esca lón de los mandos superiores—a estudiar has ta qué nivel más bajo—deberá tener su Ofi cina de R. P. y cada uno de los tres Ejérci tos (Tierra, Mar y Aire) su Departamento de R. P. Si hubiese un Ministerio conjunto de Defensa, otro tanto; mientras no exista, hará falta un organismo coordinador para las R. P. de todas las Fuerzas Armadas. 4. Como se infiere, a su vez, de los tres números precedentes, la función de R. P. pue de encajarse dentro, de los, cometidos del Es tado Mayor, a condición de que se organice una sección especial con este fin, cuyo per sonal sea especialista ‘o técnico en R. P., sin que parezca condición indispensable (aunque siempre fuera mejor) estar diplomado en E. M. para pertenecer a la misma. Sí será necesario que dicho personal sea destinado para tal co metido específico y único, no siendo intercam biable con otras actividades. Desde luego, los órganos de R. P. estarán incluidos en los Cuarteles Generales, pudien do tener una independencia de funcionamien to, enlace e intercambio, con otros organis mos del C. G., similares a los de una Jefa tura del Servicio A. B. Q. 5. La información de R. P. debe tener ac ceso inmediato al mando, para poder hacer frente a cualquier contingencia, con la má xima rapidez. 6. Es preciso crear, dentro de las Fuerzas Armadas, ambiente de Relaciones Públicas; hacer conocer a sus componentes lo que ellas son y pueden; infundirles respeto a la opi nión pública y enseñarles a valorar Ja misma. (Estas pueden ser ya misiones de los propios órganos de R. P.) 7. Es muy necesario el apoyo moral de los altos mandos, por lo que les resulta de espe cial aplicación el apartado anterior. 8. Siendo pilar esencial de las Relaciones Públicas la comunicación en ambas direccio nes empresa-público, habrá que cuidar con atención sus canales, de modo a conseguir fluidez comunicativa hacia fuera y dentro del CONSIDERACIONES DE TIPO Ejército e incluso establecer unos conductos GENERAL regulares y flexibles para que nunca deje de haber este intercambio. 1. La función de R. P. es, fundamental mente, asesora del mando y a éste compete, 9. El éxito de cualquier plan o progra pues, la responsabilidad de las R. P. ma depende, en última instancia, de su eje 2. También es una función ejecutiva en cución. Las R. P. no escapan a esta regla; cuanto, mediante el trabajo en equipo y la por tanto, para lograr sus objetivos, precisan, planificación, transforma en programa de ac a más de las condiciones morales citadas en ciones o “cómpaña” una idea, orden o direc 6 y 7, el apoyo de recursos materiales de diversa índole y la eliminación de plantea tiva del mando. 3. De los dos apartados anteriores (que mientos económicos austeros. .20 10. El hombre de R. P. militar no tendrá autoridad sino sobre los miembros de su pro pia Oficina. 11. Es precisa una rigurosa selección del personal de R. P. y que sea cuantitativamente suficiente. Podrá haber civiles entre el mis mo, aunque nunca deberán ser mayoría, por peligro de distanciamiento de la problemática castrense. Por otra parte, habrá que lograr la continuidad en sus funciones de dicho per sonal, con permanencia mínima en el desti no superior a la que normalmente se exige. 12. El relacionista militar deberá poseer la titulación civil correspondiente; tener una mínima formación cultural en gran número de materias, particularmente en las relacio nadas con los medios de comunicación y si cología individual y colectiva; estar «up to date” en todo momento respecto a las últi mas conquistas técnicas humanas y a los acon tecimientos mundiales de toda índole; y ha brá de reunir aceptables condiciones perso nales. 13. Los relacionistas militares deben con currir a las Conferencias, Asambleas, etc., de R. P. que se celebren en el país, como medio de intercambio y ósmosis con el sector civil de la sociedad, así como al objeto de la con tinua actualización y perfeccionamiento de la doctrina de R. P. castrense. Otro tanto debe decirse respecto a las re- uniones internacionales referentes a las R. P. dentro de las Fuerzas Armadas. 14. Las tareas de R. P. exigen un escalo namiento que, prácticamente, llega a todos los peldaños del mando; con lo que se subraya la importancia de la asimilación universal del fenómeno relacionista entre los componentes del Ejército. 15. Finalmente, las R. P. son necesarias tanto en paz como en guerra. En ambas si tuaciones tienen una importante misión que cumplir. Con ser más importantes, quizá, en el segundo caso, gozan de más implicaciones y sutileza en tiempo de paz. RELACIONES PUBLICAS EXTERNAS 1. Hay que distinguir dos sectores exter nos, con los cuales se relaciona el Ejército: el constituido por la totalidad de la nación, cuyo estudio y formulación de programas será objeto, lógicamente, de los Organos más ele vados de R. P., y el integrado por el elemen to civil cercano o vecino a las entidades mi litares, o público local, de la incumbencia de las Oficinas de R. P. de los diferentes mandos. 2. El primero de dichos públicos—el na ciona1—ve influida su opinión, principalmen te, por lo que oye y lee acerca de las Fuer- 21 zas Armadas; el segundo, sobre todo, las juz ga por lo que ve y oye. tenta conservar sus privilegios a la sombra del poder, como un excelente “modus vivendi”. 5.6. Que las Fuerzas Armadas son, sobre 3. Las R. P. de los tres Ejércitos deben todo, una organización burocrática y adminis estar coordinadas de forma que no se susci ten jamás problemas entre ellos, según ya se trativa. 5.7. Que el militar es un neurótico del mencionó antes. Precisamente, el prevenir y mando. resolver las diferencias que puedan surgir en 5.8. Que la sicología y la estructuración tre los respectivos Ministerios militares, es militar son opuestas y perseguidoras del in una de las misiones características de las R. P. tento individual, de la realización de la per sonalidad humana, a la que ahogan. 4. Las R. P. externas deben fomentar y 5.9. Que el mando reposa en la fuerza. convencer de las siguientes ideas: 4.1. El militar es, simplemente, y por en 6. Consecuentemente, a los apartados 4 y 5 cima de toda otra consideración, el ciudada se deducen una serie de puntos que, seguida no armado al servicio de la nación, de las mente, se exponen: leyes y del Estado. Los militares representan al pueblo y de 6.1. Es misión fundamental de las R. P. él nutren sus filas, teniendo en el mismo ori externas el ayudar a conseguir la integración gen y sustancia. 4.2. La Defensa nacional incumbe a to dos y cada uno de los grupos en que se articula el país, así como a cada ciudadano. Solamente es la responsabilidad inmediata la que queda delegada en las Fuerzas Armadas. 4.3. Las incomprensiones entre militares y civiles derivan, principalmente, del mutuo desconocimiento y de la falta de comunica ción entre ambos sectores. 4.4. El desarrollo integral está directamen te vinculado a la Defensa nacional. 4.5. Todas las actuaciones del Ejército, dentro y hacia fuera, son (salvo el humano margen de imperfección o error) estrictamen te con arreglo a Derecho; es decir, siempre con base en las Leyes y Reglamentos. 4.6. Las Fuerzas Armadas son conscien tes, colectivamente y en cada uno de sus miembros, de su responsabilidad respecto a la nación y a sus componentes. 5. Las R. P. externas deben combatir has ta destruir las siguientes ideas: 5.1. Que el presupuesto dedicado a las Fuerzas Armadas es “dinero tirado”. 5.2. Que el Ejército sólo tiene razón de ser en caso de guerra. 5.3. Que las ‘Fuerzas Armadas son un gru. po de presión o que lucha por situarse en el poder. 5.4. Que las Fuerzas Armadas son un “sec tor aparte” del resto de la nación. (Por el contrario, habrá que hacer ver cómo sólo constituye un sector desde el punto de vista de la división del trabajo en grupos sociales, al igual que los médicos o abogados.) 5.5. Que, con la excusa del eventual peli gro exterior y la seguridad interna, no cons tituyen sino un grupo bien situado, que in 22 total de las Fuerzas Armadas con el pueblo, enseñando a quienes lo ignoran el sentimien to de lo que es Patria y consiguiendo la sim patía, aceptación y confianza de la nación. 6.2. Para el cumplimiento de sus fines, las R. P. elaboran y modifican, con sentido de la continuidad y por medio del trabajo en equipo, programas o planes de R. P. 6.3. El trabajo de R. P. debe descansar sobre dos pilares fundamentales: la lealtad hacia el público, con información siempre ve raz, y la oportunidad en la información y en la actuación, todo ello a fin de lograr que nos conozcan mejor, acreditando una hones tidad pública y privada. 6.4. Un medio que se revela muy útil para el mejor entendimiento por el militar de la mentalidad civil, y viceversa, es el trato del militar con sus familiares y amigos que no lo son. Esta mutua relación debe ser sopesa da y ponderada por las R. P. 6.5. En la ejecución de sus programas, y en particular al informar el país de las acti vidades de las Fuerzas Armadas, habrá que cuidar no se traspasen los límites de lo que constituye la seguridad nacional. 6.6. Procedimiento indirecto, pero muy eficaz, de prestigiar a las Fuerzas Armadas propias es el resaltar la gran labor realizada en algunas naciones por sus Ejércitos respec tivos, en las que constituyen herramienta im portantísima para el mejoramiento del país en diversos órdenes y factor decisivo para cimentar el futuro; destruyendo, al propio tiempo, la leyenda negra que pueda pesar so bre esos Ejércitos. 6.7. Con respecto a los detractores de la Institución, las R. P. deberán tratar de per suadir, encaminada a convencerles, mientras que lo fueran de buena fe; pero si de mala, entonces desenmascararles. 6.8. Es preciso tener en cuenta que suele existir un antagonismo popular respecto a los grandes negocios, empresas o grupos, particu larmente cuando los mismos, apreciablemen te, ejercen un poder o mando. Si a ello se añade la postura de través frecuente en el español frente al sentimiento de autoridad, ha brá que cuidar no se exacerben estas actitu des, sino apaciguarlas. 6.9. Como, a menudo, el público no co noce la misión del Ejército en la paz, hay que llenar este vacío, haciéndole comprender, de una parte, el significado de la célebre fra se “si vis pacem para bellum”, y, de otra, lle vando a su conocimiento la enorme labor edu cativa, social de preparación y estudio que la Institución realiza y a la que, por su impor tancia y trascendencia, te apartado. dedicamos el siguien LA ACCION CIVICA Bajo este nombre se conocen aquellas ac tividades que ejecutan las Fuerzas Armadas como contribución al desarrollo cultural, so cial y económico del país en tiempo de paz, sin detrimento de su misión fundamental y específica. Los profesionales de la milicia conocemos bien todas estas realizaciones, pero no así, muchas veces, el resto del país. A llenar tal hueco vienen también las Relaciones Públicas. Esta acción se lleva a cabo en muchos paí ses y entre ellos destacan las naciones herma nas de Sudamérica, hasta el punto de que la VI Conferencia de Ejércitos Americanos, ce lebrada en Lima el año 1965, con asistencia de las más altas autoridades militares de 18 paí ses, exhortó a éstos a “Incrementar la parti cipación de las Fuerzas Armadas en los pro gramas cívicos y de desarrollo nacional”, como abjetivo irrenunciable. En dichas naciones, en efecto, el Ejército construye carreteras y aeró dromos, tiende teléfonos e instala todo tipo de transmisiones, lleva la luz y el agua a los más apartados rincones, levanta escuelas, contri buye decisivamente a la salud nacional, etc., etcétera. En España, afortunadamente, gozamos de un nivel que hace innecesarias la mayor de tales tareas, pero no ocurre así con otras, de todos conocidas, que llevan actualmente a cabo nuestras Fuerzas Armadas. Entre ellas, la lucha contra el analfabetismo, la Formación Profesional, la defensa del patrimonio forestal contra los incendios, etc., etc. Pero no es mi sión de este trabajo el referirlas, sino subrayar cómo la ejecución de las mismas con hones tidad, oportunidad y modestia prestigia gran-. demente al Ejército siempre que se ejecuten en conjunción armónica con los Organismos civiles, sin usurpación de funciones, y siempre que lleguen, sin deformación, al conocimiento de todos los ciudadanos. RELACIONES PUBLICAS INTERNAS 1. Consideramos como primera misión de las R. P, Internas o Relaciones Humanas el “remachar” entre los componentes del Ejército todos los extremos citados en las R. P. Exter nas; y, especialmente—en una primera fase de 23 la ser la tua concepción de que los intelectuales suelen siempre peligrosos extremistas y agentes de subversión, como paso previo para la mu comprensión entre ambos sectores. 6. La experiencia ha demostrado la utili dad de promover el espíritu de cuerpo, como aglutinante eficaz del personal militar, siem pre que, al mismo tiempo que se le promueve, se le encauce. 7. La relación con los civiles que trabajan en establecimientos militares se revela de es pecial interés y casi trasciende al campo de las Relaciones Externas. En buena parte, se rán mensajeros cara al resto de la nación, y siempre críticos, de los modos de actuar, espíritu y honestidad de los cuadros profesio nales. Ja eventual implantación, dentro de la Institu ción, de las R. P.—, el convencer de su bon dad y eficacia a los reacios y desconocedores, insistiendo en especial sobre aquellas ideas que, tanto a priori como empíricamente, se consideren de mayor dificultad para su asimi lación por los miembros del Ejército. 2. Misión fundamental de las Relaciones Humanas es también el informar al público de dentro de los modos de actuación internos, de los programas en ejecución, etc., dentro de los límites que permiten la seguridad y la je rarquización. 8. Respecto a los que ingresan en las Fuer zas Armadas, debe procurarse que la transi ción no sea muy brusca; informarles de por qué y para qué son necesarios sus servicios; convencerles de que no es un tiempo perdido en sus vidas, un paréntesis estéril. 9. En el mismo sentido, hay que tener muy en cuenta a los familiares de los soldados. Tam bién, tener presente que éstos les transmiten sus impresiones. Finalmente, considerar que no es difícil captar su simpatía, pero igual lo contrario. De la atención que se dedique a cuanto se atañe en este apartado y en el an terior, depende, en gran parte, el prestigio del Ejército entre la población rural del país y buena parte de la urbana. 3. Las R. P. deben inculcar al personal mi litar la necesidad de la autocrítica, sincera y profunda, en aras del perfeccionamiento en 10. En la planificación de la política de R. ‘P. Internas, hay que considerar por se todo sentido. Otra forma de crítica es, natural mente, incompatible con la disciplina, pero es parado, y al propio tiempo coordinar, los di posible, en cambio, disponer de canales—no ferentes campos constituidos por oficiales, solamente formales, sino sobre todo, reales— suboficiales y tropa, con formación y mentali dad diferentes. para hacer llegar a los superiores las sugeren cias constructivas de todo tipo, siendo éste uno de los puntos que más influye en la co 11. No debe olvidarse, igualmente, planifi hesión interna de las Fuerzas Armadas. car una política de R. P. dirigida a los mi litares retirados, a veces un poco olvidados. 4. Hay que convencer a todo el cuerpo so (Este punto es otro de los que incumben a ambas vertientes del relacionismo, interna y cial castrense de la necesidad de la comunica ción, dentro de los límites de la seguridad na externa.) cional, con el elemento civil, así como de la bondad y eficacia de la Acción Cívica; puntos que se subrayan de entre los ya citados en las R. P. externas, Hasta aquí, la somera exposición de un es bozo de doctrina para las Relaciones Públicas 5. En analogía con la necesidad de elimi castrenses en España; plasmada, además, muy nar la idea del militar como neurótico del esquemáticamente, entre otras razones por mando, se hace preciso destruir entre nosotros menoscabar la impresión de aridez siempre 24 aneja a cualquier formulación teorética. Sin embargo, cada uno de los puntos o apartados en que hemos articulado, según costumbre en la explicación militar, todas estas ideas ofrece campo abierto para digresión y desarrollo ca paces de llenar páginas. La puesta en prácti ca, sobre todo, o traslado al terreno de la apli cación pragmática y casuística, de Ja normativa expuesta ha sido motivo de publicaciones en teras referidas al tema. Tal faceta es, claro, más amena y, como en cualquier materia, la que en definitiva im porta. Ha habido, por otra parte, muchos que se han convertido en excelentes relacionistas sin estudios ni conocimiento previo de la teo ría de R. P. Mas ello no es sino similar a lo acontecido con la Publicidad o el Marketing antes de que se concretasen en disciplinas sis tematizas a nivel científico, adquiriendo enti dad tal—y demostrando encerrar tantas posi bilidades—que el Estado llegó, como en el caso de aquélla, a trasladar bajo su control la actividad publicitaria: enseñanza oficial, pro mulgación de un Estatuto especial, etc., etc. De todo esto—que ya había ocurrido antes, igualmente, con Ja Prensa—pronto le ha de lle gar el turno, a su vez, a las R. P. La nueva Ley de Educación, sin ir más lejos, prevé el pase a la Universidad de la enseñanza de R. P. Pero, en resumen, lo que señalamos es cómo, una vez finiquitada la “etapa heroica” del relacionismo, establecido su aprendizaje a nivel superior y compendiado en sistema teó rico-científico su trasunto, se habrá liquidado la fase del amateurismo y de la formación como “hombre de R. P.” solamente a base de experiencia, de manera que los futuros profe sionales poseerán todo el rigor y solidez que confieren varios años de estudios serios y pro fundos a escala universitaria. Otras disquisiciones cabría añadir, conse cuencia de que las R. P. sean arte al tiempo que ciencia—y, por tanto, imposibles de ajus tar a moldes estrictos—, así como debidas a la propia dinámica, siempre en evolución, de la actividad que contempla el relacionismo, que no es otra sino la propia conducta huma na en una de sus muchas facetas. En esto, les ocurre a las R. P. lo que a la Economía, so bre la que tan difícil resulta dogmatizar y cu yos patrones se ven embestidos continuamente por los avances y descubrimientos en todos los campos, a los que debe amoldarse al tiempo que le permiten perfeccionarse. Así, actualmente, muchas empresas civiles han cambiado la denominación de “Human Relations” (Relaciones Humanas) por “Employ Relations” (Relaciones de Empleo) y es fre cuente también oírlas llamar “Relaciones In dustriales”. Del mismo modo, hay quien pien sa que todo lo relativo a R. P. Internas es de la sola incumbencia del Departamento de Per sonal, olvidando que malamente podrá la em presa ofrecer buena imagen hacia afuera si las aguas marchan revueltas en su interior. El resumen quizá se encontrara en la coordina ción del Departamento de R. P. con los de más, sin perjuicio de la labor de aquél a nivel de gerencia. De igual manera, podríamos aún continuar con otras muchas ponderaciones, las cuales, bien que comiencen a escapar del marco, vo luntariamente restringido, del intento que guía al presente comentario, son, sin duda, muy ilustrativas de la esencia del fenómeno relacio nista y habrían de ser tenidas en cuenta cara a su aplicación al Ejército. Mas habiendo ya expuesto—repetimos, sin exhaustividad—lo que a las Fuerzas Armadas concierne, cerra mos, sin ulteriores posdatas ni más barroquis mos, las presentes líneas. 25 LAPHECIPITACION RADIACTIVA PROCEDENTE DE EXPLOSIONES NUCLEA CARLOS LORENZO BECCO, Capitán Artillería, Ingeniero Industrial. de Si bien la duración de una explosión nu (escisión) o fusión del material activo se rea clear es brevísima, sus efectos radiactivos se liza en menos de una millonésima de segundo; extienden largamente en el tiempo. La fisión la bola de fuego que se origina, en cuyo inte rior la temperatura es de millones de grados y la presión cientos de miles de atmósferas, se disipa en menos de un minuto, mientras asciende a velocidad superior a 100 metros por segundo a la vez que se expansiona y en fría, dando lugar primeramente a una nube de color rojizo (debido a vapores nitrosos) que aún sigue subi.endo con velocidad decreciente y que, al continuar el enfriamiento, se torna blanca por la condensación del vapor de agua. El tiempo de un minuto marca el límite o divisoria entre la radiactividad “inicial” y la “residual”. Precisamente de esta radiactividad residual, originada por los productos activos formados en la explosión, vamos a dar algunas ideas a continuación. Productos originados en las explosiones cleares ¡iii- Dintinguiremos según el tipo de proceso nu clear: a) b) c) Fisión; Fusión; Fisión-fusión-fisión (FFF), y según la posición: A) B) C) D) En el aire; En la superficie: terrestre o marina; Subterránea, y Submarina. a) En la fisión los núcleos atómicos del ma terial fisible (uranio 235 o plutonio 239) se es cinden o rompen aproximadamente por la mi tad; se ha podido comprobar que esta esci sión tiene lugar de unas 40 formas distintas, originándose por tanto 80 tipos distintos de 26 núcleos (cada tipo de núcleo con un número definido de protones y neutrones se demomina núclido), cuyos pesos atómicos varían alrede dor de la mitad del de los núcleos originales, es decir, de 120 (por lo general entre 80 y 160). La mayoría de estos productos de la fisión son inestables, es decir, radiactivos, desinte grándose espontáneamente a su vez por la emi Sión en la mayor parte de los casos de una partícula beta (electrón) y no siempre (apro ximadamente el 50 por 100) de un fotón gam ma radiación gamma). Hay unos pocos casos en que sólo se emite radiación gamma, sin ra diación beta. Los productos iniciales de la fisión, sus “descendientes”, los descendientes de los des cendientes, etc. forman “familias”, que por término medio abarcan tres generaciones has ta llegar a tipos de núcleos estables, es decir, no radiactivos. En conjunto se obtienen final mente unos 200 núclidos distintos que son isó topos de aproximadamente 35 elementos quí micos. Por otro lado, no todo el material fisible se escinde ya que el rendimiento de una arma nuclear nunca es del 100 por 100, por lo que a los productos originados en la explosión hay que añadir el uranio o plutonio no desintegra do (90 a 95 por 100 del inicial). Por cierto que ambos elementos ofrecen la particularidad de que su radiactividad consiste precisamente en la emisión de partículas alfa, Se conoce perfectamente la cantidad de ura nio o plutonio que ha de fisionarse por cada kilotón de trilita (TNTI) equivalente. Para ello se ha tomado como base (algo arbitrariamen te) el que un kilotón (1.000 Tm.) d.c trilita (1) produce una energía de mil millones de kilo calorías, lo cual equivale a definir el kilotón con esta última equivalencia y el megatón co mo un billón de kilocalorías, Puesto que en la desintegración de un kilogramo de uranio o plutonio se producen 18 mil millones de kilo calorías (bajo diversas formas de energía), o sea, 18 kilotones, resulta que la fisión de 56 gramos produce una energía equivalente a un kilotón. La enormemente compleja mezcla de pro ductos radiactivos (cambiante continuamen te con el tiempo), incluidos algunos proceden tes de la estructura metálica propia del arma (1) Aclaremos de paso que el ton americano equivale a 907 kilogramos ó 0,907 toneladas mé tricas; no debe confundise con el ton inglés, que equivale a 1.016 kilogramos; el primero, también denominado short ton, comprende 2.000 libras, mientras que el segundo (long ton) comprende 2.240 libras. o, como luego veremos, de la tierra o el agua (cuya radiactividad es inducida por las radiacio nes iniciales) está, repetimos, en continua evolu ción debido a las sucesivas transformaciones. Aunque es muy difícil conocer con detalles este proceso, se ha comprobado que la radiactivi dad global sigue aproximadamente una ley sencilla (ley de Way-Wigner): k Radiactividad (en curios) = 1,2 Generalmente, se toma como base de refe rencia la actividad existente una hora después de la explosión. El coeficiente k es entonces ese mismo valor (k1) de referencia y el tiem po t viene expresado en horas. La actividad total de radiación gamma a la hora de haber ocurrido una explosión de un kilotón es de 300 megacurios (300.000.000 de curios). A las siete horas será: 300 300 = 71,2 = 30 megacurios. 10 Como regla práctica se puede establecer que a tiempos (contados desde el momento de la explosión) 7 veces superiores, coresponden actividades 10 veces inferiores. b) El proceso nuclear de fusión (del ver bo fusionar) consiste en la unión de 2 núcleos de hidrógeno pesado (isótopo del hidrógeno normal, que pu.ede s.er deuterio o tritio según el peso molecular sea 2 ó 3) para formar un núcleo de helio (esta es la razón de la denomi nación de bombas de hidrógeno o bombas H). Dicha reacción nuclear produce una gran can tidad de energía un kilotón por cada 17 gra mos de deuterio fusionado; el rendimiento re ferido al peso es pues 3 veces superior al de la fisión de urani.o o plutonio. El único producto radiactivo que aparece en un proceso puro de fusión es el tritio (2); de bido a ello y al mejor rendimiento, las bom bas de hidrógeno son mucho más “limpias” (es decir, producen menos contaminación ra diactiva) que las de fisión. Para que se inicie la reacción nuclear de fu sión es necesario obtener previamente una tem peratura de millones de grados (de aquí la de nominación también empleada de procesos termonucleares), que solamente puede ser pro (2) Se producen 10 megacurios de tritio por cada megatón termonuclear. Este núcleo tiene un pe ríodo de semidesintegración de doce años y pro duce sólo radiación beta. 27 porcionada por un “detonador” que sea a su vez una bomba de fisión, por lo que entre los productos radiactivos originados hay que in cluir los de fisión de uranió o plutonio, así co mo la cantidad no desintegrada de estos mis mos. Dado que la energía liberada en los pro cesos de fusión o termonucleares es del orden de megatones, la proporción de los productos de fisión es muy pequeña. (millonésima de curio). La actividad de un me gacurio es, pues, equivalente a una tonelada de radio. Influencia de la posición y energía de la explo Sión La posición de una explosión nuclear con res pecto a la superficie viene definida por el ra c) En la escala de potencia de las armas dio de la bola de fuego, cuyo valor máximo nucleares, que empieza en las bombas de fi depende de la energía E, expresada en kilo Sión (potencia del orden de kilotones) y sigue tones según la siguiente fórmula: con las de fusión (varios megatones de poten cia), se llega a las armas de fisión-fusión-fisión R = 54 E°’ (FFF) las que como su denominación indica constan de un detonador de fisión, un elemen Por ejemplo: si E = 20 kilotones, R = 180 ms to de fusión (hidrógeno pesado) y nuevamente y si E = 1 megatón, R = 870 ms. otro elemento de fisión que envuelve al con junto anterior; este último elemento ofrece la A) Se denomina explosiones en el aire particularidad de ser de uranio 238, mucho aquellas en que la bola de fuego no toca la su más barato que el uranio 235 por ser el com perficie, basta pues que, por ejemplo, la altura ponente principal del uranio natural, constitui de explosión de una bomba de 20 kilotones sea do como se sabe por 99,3 por 100 del primero superior a 180 metros. Las dos armas de esta y 0,7 por 100 del segundo. El uranio 238 es que hicieron explosión sobre Hiroshi capaz de ‘escindirse con los neutrones rápidos energía ma y Nagasaki en la segunda Guerra Mundial que surgen en las explosiones nucleares, cosa actuaron a una altura sobre ‘el suelo de 550 me que no hace el uranio 235, proporcionando un tros. método muy económico de obtener bombas de En las explosiones en el aire los productos gran potencia sin límite (20 y hasta 50 mega radiactivos, muy finamente divididos, suben a tones). gran altura y su precipitación sobre la superfi Se puede suponer que una gran parte de la cie tiene lugar muy lentamente, como veremos energía producida por este tipo de bombas más adelante. La peligrosidad de esta precipi (probablemente 50 por 100 o más) es debido al tación es muy pequeña. proceso de fisión, por lo que la cantidad de B) En las explosiones que tienen lugar en productos radiactivos originados será enorme la superficie o tan próximas a ella que la bola dado que se trata de megatones. Así, una bom ba de 20 megatones, por ejemplo, en cuya ex de fuego la toca, debido al intenso calor, se va plosión el 50 por 100 de la energía sea debi porizan grandes cantidades de materiales. Si se da a fisión producirá según ya hemos visto trata de superficie terrestre se calcula que una bomba de un megatón es capaz de vaporizar en a): 20.000 toneladas de tierra y rocas en el su puesto de que sólo el 5 por 100 de su energía 0,5 x 20.000 x 50 = 500.000 gr. 500 kg. se invierta en ello. Además, las fuertes corrien tes de aire originadas cooperan a añadir más de productos de fisión. La única diferencia con las bombas de sim materiales a la nube “nuclear” que se forma. ple fisión consiste en que en este caso la frac La composición de esta nube dependerá de la ción de uranio 238 que no se desintegra, rio es naturaleza del suelo. Esta ingente cantidad de materiales arrastra radiactiva. en su precipitación hacia la superficie los pro La actividad gamma total de estos produc ductos radiactivos, produciendo una conside tos de fisión a la hora de haber hecho explo sión la citada bomba de 20 megatones es de rable contaminación local, además de otra de índole mundial mucho más atenuada. En las explosiones s’obre la superficie ma ¡ 3.000.000 megacurios!! rina los efectos son aún más acusados, com Para hacerse idea de esta cifra basta tener probándose que una bomba de un megatón es presente que en los primeros tiempos se defi capaz de vaporizar 100.000 toneladas de agua. Tanto en las explosiones terrestres como en nía el curio como la actividad de un gramo de radio, siendo una unidad usual el microcurio las marinas, además de los productos radiacti 28 vos provenientes de la explosión, se forman otros debido a actuar la radiación sobre ciertos elementos presentes en el suelo o en el agua, por ejemplo, el sodio (presente en el agua de mar y en el suelo), el manganeso, el aluminio y sobre todo el silicio, constituyente principal de los terrenos. C) En las explosiones subterráneas, si la profundidad de la explosión no es suficiente mente grande se produce la rotura de la su perficie, y entonces la cantidad de materiales contaminados lanzados a la atmósfera es enor me. Una bomba de un megatón que haga ex plosión en terreno de consistencia normal, a una profundidad de 15 metros levanta 10 mi llones de toneladas de materiales, formando un cráter de medio kilómetro de diámetro y 60 metros de profundidad. D) Con respecto a las explosiones subma rinas cabe hacer consideraciones similares al apartado anterior. La precipitación tiene lugar en forma de llu via intensamente radiactiva, que comienza in mediatamente de producida la explosión. La contaminación del agua disminuye rápidamen te debido a la difusión y precipitación de los residuos hacia el fondo del mar. siendo d el diámetro en micras (milésimas de milímetro). Se puede considerar que la precipitación lo cal está formada por partículas de diámetro superior a 75 micras, las cuales descenderán se gún la fórmula anterior con una velocidad su perior a 1.500 m/hora. Si suponemos que, por ejemplo, la máxima altura alcanzada por los productos radiactivos (cresta de la nube nuclear) es de 15 kilómetros y la velocidad efectiva del viento 20 km/hora, el tiempo teórico (despreciando ciertas correc ciones) de caída será de diez horas y la distan cia horizontal recorrida 10 x 20 = 200 km. (3). Los reconocimientos radiactivos realizados sobre el terreno por personal especializado, do tado de aparatos detectores, permiten localizar el contorno topográfico de la precipitación ra diactiva local, cuyo límite externo se puede fijar en la línea de isointensidad 10 roentgen/ hora (valor referido a una hora después de la explosión); a las veinticuatro horas la in tensidad de esta línea se habrá reducido apro ximadamente a 0,2 roentgen/hora. Una perso na situada al descubierto fuera de este contor no, a partir de las veinticuatro horas de la ex plosión, recibirá una dosis máxima de: 3,5 roentgenen el primer día. 8 en la primera semana. el primer mes. La precipitación o caída sobre la superficie 12en de los productos radiactivos originados en las 26hasta tiempo infinito. explosiones nucleares tiene lugar en dos formas que denominaremos precipitación “local” y Estas dosis son perfectamente soportables. precipitación “mundial”. La precipitación mundial está formada por La precipitación local está formada por las partículas de tamaño inferior a 25 micras, que partículas que llegan al suelo como máximo en permanecen suspendidas en la atmósfera du las primeras veinticuatro horas; su dispersión rante un tiempo que va desde varios días a va sobre la superficie depende de la altura a que rios años, antes de depositarse sobre la super hayan subido los productos de la explosión, ficie terrestre. Es interesante distinguir según de la velocidad del viento y de las dimensiones que los productos radiactivos hayan subido a de las partículas. Generalmente se puede afir la estratosfera o se hayan quedado en la tro mar que en las explosiones superficiales o cer posfera. En este último caso la permanencia en ca de la superficie (únicos casos en que tiene esta parte de la atmósfera es de pocas semanas importancia la precipitación local) los produc o meses, dispersándose sobre la superficie si tos suben hasta la estratosfera a partir de los guiendo una rutura de Oeste a Este, dando una 100 6 200 kilotones, tanto más alto cuanto vuelta completa a la Tierra en uno o dos me mayor sea la energía explosiva. Para energías ses. inferiores, estos productos no llegan a salir de la troposfera (capa inferior de la atmósfera que (3) En las ((Orientaciones sobre la protección de llega hasta 10 6 15 kilómetros de altura). las Unidades nuclear)) (EMC 1961), se pue La velocidad de caída de las partículas es de encontrar enunguerra procedimiento simplificado para función de su tamaño. Suponiéndolas esféricas predecir la trayectoria de la precipitación radiac y de densidad 2,6 (correspondiente a terreno tiva (págs. 116 y ss.), basado en la división de la arenoso), esta velocidad sigue la ley de Stokes, atmósfera en capas de 1.800 metros (distancia teó rica recorrida en una hora por partículas de diáme valiendo en una atmósfera normal: tro ligeramente superior a 75 micras, en atmósfera La precipitación radiactiva “ y = 0,27 d2 metros/hora normal), corrigiéndose el efecto de la densidad riable de las capas mediante unos factores. va 29 Si los productos han subido a la estratosfe ra (caso de explosiones de gran energía, como ya hemos visto, o bien de explosiones muy al tas en el aire) las partículas finas permanecen allí durante años, perdiendo gran parte de su radiactividad; se calcula que cada año cae a la superficie sólo el 10 por 100 de estas par tículas. Mientras tanto permanece un verdade ro “almacén” de radiactividad en la estratosfe ra, cuyas cantidades y actividad se conocen hoy día perfectamente, con el detalle de sus com ponentes. tiene un período de semidesintegración de treinta años (es decir, su radiactividad propia se reduce a la mitad en treinta años) y empie za a aparecer entre los productos de fisión al cabo de un año, aproximadamente. Se acumula especialmente en los tejidos musculares, que resultan dañados por su radiactividad gam ma; su tiempo de semipermanencia en el cuerpo humano (concepto similar al de período de semidesintegración) es de ciento cuarenta días. Por cada megatón de fisión nuclear se produce 0,1.6 megacurio de cesio 137. El estroncio 90 (emisor beta) es mucho más peligroso; tiene un período de semidesintegra ción de veintiocho años y empieza a aparecer Efectos inmediatos y diferidos a los varios años de haberse producido la fi Los efectos sobre el ser humano de la preci Sión nuclear; por cada megatón de fisión se pitación radiactiva pueden ser de carácter in produce 0,1 megacurio de estroncio 90. Este mediato debido a dosis masivas de radiactivi núclido se acumula en los hu.esos, principal dad, los cuales se delatan a los pocos días, mente de los niños y jóvenes; su tiempo de o bien de carácter diferido (apareciendo al ca semipermanencia en el esqueleto es de diez bo de años), ya sean producidos por la preci años, produciendo necrosis, cáncer y leucemia. pitación local, o por la mundial con dosis mu La vía de penetración en el cuerpo humano es cho menores, pero continuadas. Los principales a través de las verduras y leche de vaca; el productos responsables de los efectos diferidos contenido máximo admisible en huesos es sólo son el cesio 137 y el estroncio 90; el primero de 0,1 microcurio. 30 Influencia de la rotación terrestre en las trayectorias. EFECTO CORIOLIS ENRIQUE ALVAREZ DEL CANTO, Teniente Coronel de Artillería GENERALIDADES Se sabe que cada objeto que se mueve en el hemisferio Norte tiene la tendencia a derivar hacia la derecha de la dirección de su movi miento, ya se trate de vehículos en contacto con la superficie terrestre, como de aeronaves. En el hemisfero Sur, se verifica el mismo fenó F19_1 Ve/ocidddesde rotc,ii, a,orox»zadas depon/os d/tedec/or tiel Eje’ ferres/re. -. meno, pero tendiendo a derivar hacia la izquier da de su dirección inicial. Estas tendencias a movimientos laterales, o derivaciones, se de ben a la rotación de la Tierra, y toman el nom bre de efecto Coriolis, de su descubridor, el matemático y físico francés G. G. Coriolis. También se sabe que el aire, compuesto de partículas móviles, en el movimiento de tras lación de sus masas, también tiende a den varse hacia la derecha en el hemisferio Norte y a la izquierda en el Sur. El efecto de Coriolis es proporcional a la velocidad del objeto. No existe este efecto en el Ecuador, pero desde éste a los Polos va cre ciendo constantemente, por lo que también es proporcional a la latitud en que se encuentra el objeto. Los pilotos de buques o aeronaves introdu cen en sus rutas una corrección general que depende de su velocidad y de la latitud en que navegan. En el Ecuador, dicha corrección es despreciable, pero cerca de los Polos han de introducirla si quieren alcanzar su punto de destino. El efecto de Coriolis ejerce una influencia muy marcada en la trayectoria de los misiles porque éstos vuelan a velocidades mucho ma yores que las aeronaves normales. Esta influen cia es mayor cuando se trata de los de gran al cance, ya que su trayectoria está más tiempo sometida a dicho efecto. Si un misil no guiado se lanzara desde La Coruña hacia Valencia a una velocidad de 965 kilómetros-hora, sin in troducir en su trayectoria la corrección nece saria, caería muchos kilómetros a la derecha del blanco. En los misiles guiados, su sistema de guía compensa generalmente el efecto Coriolis, ya que aparecerá, en los radares seguidores o sis tema empleado, una señal de error en la ruta, que hará que se le envíen las correcciones ne cesarias para volverlos a la trayectoria co rrecta. Los cañones de largo alcance introducen an tes del disparo correcciones por este efecto, ya que, una vez que el proyectil ha salido de la ? f,. 2- Error e,, el /rnzamitita boca de la pieza, no es posible modificar su trayectoria como en los misiles guiados. El cañón Berta alemán en la primera Guerra Mun dial, al bombardear París a unos 115 kilómetros de distancia, con una duración de trayecto de tres minutos, antes de corregirlo por este efecto, sufrió una desviación de casi un kilómetro y medio. Se ve que en los misiles balísticos es ne cesario introducir la corrección, en la fase en que están propulsados y segón el sistema de guía empleado. Este efecto parece contradecirse con la pri mera ley del movimiento de Newton, que esta blece que un objeto se mueve en línea recta y con una velocidad constante a menos que sea afectado por una fuerza exterior. Realmente, el efecto de Coriolis confirma esta ley. Un objeto parece seguir una ruta curvada porque el obser vador tampoco está inmóvil, sino que se ve arrastrado por la rotación de la Tierra y esta rotación hace que se vea el objeto moverse hacia un lado. El efecto de Colioris se define como una aceleración lateral aparente originada por una fuerza también aparente. Esta fuerza aparente es causada por la impo sibilidad de desviación de un objeto móvil que marcha en línea recta, para seguir el movimien to de la Tierra. La intensidad y dirección del •efecto Coriolis no depende de la dirección del movimiento, si un objeto vuela alrededor de la Tierra hacia el Norte o hacia el Este (u otra di rección) la fuerza siempre tenderá a moverlo hacia la derecha si su ruta. está en el hemisfe rio Norte. 32 en //‘rea ,ycfa FUERZAS CORIOLIS EN VUELOS NORTE-SUR El efecto de esta fuerza puede verse conside rando las diferentes velocidades de los puntos de la Tierra situados a diferentes latitudes. Aun que todos los puntos tienen la misma velocidad angular (una revolución en 24 horas), no tienen la misma velocidad lineal (en kilómetros por hora). La velocidad lineal de un punto alrededor de un eje de rotación dependerá de la velocidad angular y de la distancia del punto al eje de rotación (el eje de rotación de la Tierra sigue la línea que une sus polos). Un punto en el Ecua dor se traslada a 1.680 kilómetros por hora (fig. 1-A), mientras que cualquier punto situado entre éste y los polos, lo hace a velocidades me nores, y exactamente en el Polo, es sólo un pun to de rotación con velocidad igual a cero. La diferencia de velocidad lineal de un punto se muestra en la fig. 1-B. La mano representa un punto en el eje de rotación y la bola está si tuada a cierta distancia—r-—-deleje. Si se aumen ta la distancia—r—por medio de la cuerda, y se mantiene la misma velocidad angular en r. p. m., la bola se moverá a una velocidad li neal mayor, puesto que lo hace en un círculo mayor y en el mismo período de tiempo. Si se cambia la longitud—r-----dela cuerda, es decir, se cambia la latitud de la bola hacia el Norte o hacia el Sur, se puede comparar este hecho con las distintas velocidades a los puntos de la Tie rra de latitud diferente, que se mueven a distin este último, cuya cinta se mueve más despacio (figura 2). A causa de la diferencia de velocidad lineal entre el punto de lanzamiento y el blanco, la traza de la trayectoria del misil está a la de recha de la dirección inicial. En este caso no se hizo corrección por efecto Coriolis. FUERZAS CORIOLIS EN VUELOS ESTE-OESTE [/9. 3- Ei’ror eo /ryec/or/ causd por io ,>,frodtx’i la COrr9CV/0f7 (coi’,W’&) tas velocidades lineales, pero todos los puntos situados en la misma latitud tienen la misma velocidad. Supóngase (fig,. 2) que las cintas móviles se mueven a diferentes velocidades, la del hombre que lleva el guante se desplaza a una velocidad de 225 metros-segundo, y la del que arroja la bola lo hace a 275 metros-segundo. Si este ill timo tira la bola sobre el primero, falla y obser va que se le fue a la derecha, debido a que él se traslada 50 metros-segundo más rápidamente que el del guante, y éste aprecia qu.e la bola se mueve formando un arco que se abre y se se para. Para un observador en reposo, aparecería la bola moviéndose en línea recta (sin conside rar la gravedad terrestre ni la resistencia del aire). Si se sustituye la bola por un misil y se su pone que el cambio entre las velocidades de las cintas es equivalente al cambio de latitudes del mismo en su vuelo, existirá una diferencia ma yor entre las velocidades, y por tanto mayor el error, a medida que se separan los puntos de lanzamiento y caída, y más aún en los polos. En la fig. 1-A se ve que la velocidad lineal a 45° de latitud es de 1.188 kilómetros-hora, que naturalmente no es la mitad de los 1.680 (840 kilómetros-hora), siendo los cambios de velo cidad mayores cerca de los polos. Al lanzar el misil hacia el Norte, desde un punto cercano al Ecuador (fig.. 3), el lugar de lanzamiento puede compararse, por analogía, al del lanzador de la bola, que se mueve más rá pidamente que el encargado de recogerla, y el misil, ya más cerca del polo Norte, representa El efecto de Coriolis en esta dirección se basa en la diferencia entre la fuerza centrífuga del objetivo moviéndose y la similar correspondien te a un punto en la superficie de la Tierra. Como la fuerza centrífuga depende de la velocidad li neal, la ejercida sobre una partícula en el Ecua dor es mucho mayor que en los polos (fig. 4) y siempre es perpendicular a su eje de rotación. Se sabe que un objeto en reposo sobre la su perficie de la Tierra está sometido a la acción de fuerzas que se equilibran. Supóngase que es una bola metálica; las fuerzas principales que actúan se muestran en la fig. 5 (A). La atrac ción de la gravedad verdadera se ejerce hacia el centro de la masa de la Tierra. La dirección de la gravedad aparente (GA) que es el vector suma de la atracción de la masa y de la fuerza centrífuga, no se dirige hacia el centro de la masa terrestre, pero es perpendicular a la su perficie, puesto que la Tierra es más bien un elipsoide que una esfera perfecta. Cuando la resultante de la fuerza de la gra vedad aparente es perpendicular a la superficie de la Tierra, no existe fuerza que tire hacia abajo de la bola, ya que ésta se está moviendo a la misma velocidad que la Tierra en esa lati POLO IJORTE fi,9. 4 la fuerza cei’fr,fuga variál ve/o c/Q’cp’c’ /,»ea/ de u,, pc/mt g/J? dlP6’(kQ1ÇG* la Ti’ra. Ja de la Tierra de la misma latitud, y como se ha dicho, esto cambiará la fuerza centrífuga y la BOLA dirección de la gravedad aparente. Cuando se cambia ésta, una componente de la fuerza em pujará al misil hacia el Norte o hacia el Sur, de pendiendo esto del hemisferio en que esté vo lando. La fuerza de Coriolis actuará sobre cualquier objeto móvil, en todas las latitudes, excepto en el Ecuador donde su valor es cero, independien temente de la dirección de la horizontal sobre la que se mueve el objeto. Debido a que los vehículos espaciales pueden volar a cientos de kilómetros por encima de la Tierra (fig. 6), el radio de rotación—r’—será mayor que el—r—de un punto situado en la su perficie. La circunferencia descrita por un ve hículo espacial cuando vuele a grandes alturas alrededor de la Tierra, será mayor que si yo (c lase cercano a ella, y como resultado, tendrá que volar más rápido para recorrer una distan cia dada entre dos puntos de la superficie terres tre que si lo hiciera a pequeña altura. Si se moviera paralelamente a la superficie. manteniendo constante su altura, la fuerza cen trífuga sería mayor que si estuviese moviéndo se a la misma velocidad angular muy cerca del B suelo. El efecto producido sería mayor en el f4. 5- fue,zó’sra/es y epate/l/eS Ecuador, donde la altura es perpendicular al eje so6re un cuerpo /m7ds-?X de rotación de la Tierra (fig. 6) y habrá de tener se en cuenta por la gran influencia que ejerce tud. En este caso, el término hacia abajo no sobre las trayectorias de los vehículos espa quiere decir que sea dirigiéndose al centro de la ciales. masa terrestre, sino hacia el Escuador, hacia el BIBLIOGRAFIA Sur. En la fig. 5 (B) los vectores—fc y fc’—repre Extensión Course Institute USA E. Air Uni sentan las fuerzas producidas por el movimiento relativo de la bola con relación a la Tierra y por versity. McDonald. Scientific Americam (USA). el movimiento de la misma Tierra, respectiva mente. Si la bola rueda hacia el Este, a una ve locidad mayor que la de la Tierra, la gravedad POLO aparente resultante ejercerá su acción en una di NORTE rección que no será exactamente perpendicular a la superficie de la Tierra. Es decir, que ahora dicha resultante ejercerá su acción hacia abajo, tendiendo a empujarle hacia el Ecuador, que en EJE DE este caso sería hacia la derecha de la bola, en ROTACION movimiento. Si la bola se mueve hacia el Oeste, la fuerza centrífuga se reducirá. Otra vez la dirección de la fuerza de la gravedad aparente no será per pendicular a la superficie de la Tierra y la bola será empujada hacia el Norte, o sea, hacia la derecha también. Mientras mayor es la veloci dad, mayor será la diferencia entre las fuerzas centrífugas y mayor también su movimiento la f,. 6- /iif/ueoc,a de/auizientr, Q€’/Pat*o teral. de ro/acÁ,» 806re una aeronave Un misil, moviéndose de Este a Oeste, puede en veje/o. volar a mayor o menor velocidad que un punto - 34 GUERRA SUBVERSIVA Problemas defáctico y logística sanitaria Coronel Médico, ERVIGIO ESCUDERO SAIZ, de la Escuela de Aplicación de Sanidad Militar. Consideraciones Generales El interés por conocer estos problemas viene determinado por los siguientes hechos: A) El número de guerras subversivas a par tir de la Segunda Guerra Mundial ha sido ma yor que el de guerras convencionales, recordando en tal sentido las guerras subversivas de Yu goslavia, Argelia, Indochina, Malaya, Cuba, Congo, territorios portugueses de Ultramar, las del Vietcong en el Vietnam, así como también y con manifestación de aspectos parciales, los actos de terrorismo, secuestros, etc., que se es tán perpetrando actualmente en diversas nacio nes de nuestro planeta. B) Es presumible que en un futuro, este tipo de guerra acompañe a la guerra convencional o clásica si ésta llega a producirse, y también en el caso de guerra de disuasión, represalia, ter monuclear o, si se quiere por armas ABQ. No hace mucho hemos leído cómo los países del Este disponen en su potencial bélico de un 30 por 100 de armas químicas. C) Nuestros Mandos, que valoran en su ver dadera dimensión esta modalidad de guerra, la han incluido en los Apuntes provisionales para un proyecto de doctrina de las F. A. S., publi cado por el CESEDEN y, por otro lado, en la Escuela Superior del Ejército se han dado du rante el Curso actual (1969-1970) por prestigio sos generales y personalidades civiles conferen cias sobre la misma, a más de los numerosos trabajos publicados al respecto, nacionales y ex tranjeros. Las dificultades de orden doctrinal y la re glamentación que en todos los aspectos tiene esta guerra, y muy concretamente en el sanitario, explican el hecho de que nuestro Reglamento del Servicio de Sanidad en Campaña del año 1969 no tenga ningún capítulo dedicado a ella, aunque sí en estudio. Todos los reglamentos en los momentos ac tuales han de tener carácter provisional, por ser susceptibles de modificaciones en plazos breves de tiempo, como consecuencia de los nuevos agentes bélicos que vienen a enriquecer constan temente el arte militar, determinando modifica ciones en la organización táctica y logística de las Fuerzas Armadas, que es preciso reflejarlos en ello actualizándolos. D) Esta clase de guerra está en íntima rela. ción con la psicológica, siendo su base más im portante, y sobre la que también se está am pliando cada día sus doctrinas y métodos de acción. De una manera general, los problemas táctico y logístico pueden ser esbozados en dos ver tientes 1.a Cuando las operaciones de fuerzas irre gulares (entiéndese subversivas) se realiza en zo nas geográficas donde actúan fuerzas regulares empeñadas en operaciones convencionales u otras. 2. Cuando las acciones de estas fuerzas irregulades actúan en zonas geográficas en que las fuerzas regulares no se encuentren implica das en acciones de guerra. En ambos supuestos, los problemas tácticologísticos sanitarios han de proyectarse, bien a la organización y acciones de la subversión, o bien a la organización y acciones de las fuer zas regulares que luchan contra aquéllas. En este trabajo tratamos sólo del primer pun to, dejando para otro el estudio de los referidos problemas a las fuerzas regulares que actúan contra las fuerzas subversivas, y que en la orga nización actual de nuestro Ejército corresponde a las Fuerzas de la Defensa Operativa del Te rritorio (D. O. T.) y Fuerzas de Orden Público. 35 CUADRO1 Medicina ?reventiva e Higiene primeros Asistencia Médica Logística Sanitaria auxilios y tratamiento Clasi±’icación extremas urgencias Asistencias Medico Cirugíainicial (i) Quirurgica Cirugía inicial reparadora Tratamiento bajas ABQ jratamiento mddico (Terrestre Evacuaciones THe1ic60teo5 . Aviones Fluvial y Marítima Aerea ( Abastecimiento Material Sani tario l’arque Sanidad (Centro Logístico) Dep6sitos avanzados T.O. (Centro Logístico) Unidades de abaste— Grupos de cimiento material Sanidad sanitario y fama— Compabie. ceutico Sanidad tiCo [ Y Unidades Armas y Logística _____ _____ Servicios (1) Empleamos la terminologia universal Queremos destacar antes de hacer el estudio de los problemas sanitarios, los éxitos consegui dos por las fuerzas subversivas de los partisanos yugoeslavos, gracias al buen apoyo sanitario que tuvieron, llegando a prestar los auxilios a los enfermos y heridos con gran eficacia, haciéndolo posible la buena organización del Servicio, ya que negaron a contar con formaciones quirúrgi cas en las zonas geográficas donde actuaban, y que estaban convenientemente escondidas o ca mufladas, recibiendo también el apoyo de los elementos sanitarios civiles que tan importante es conseguir. El grado de organización y fun cionamiento de ese Servicio de Sanidad viene citándose como modelo en guerra subversiva, sin desconocer que en otras guerras también el Servicio de Sanidad ha sido eficiente. En otro orden de ideas es preciso indicar cómo se cuida la organización de los Servicios de Sanidad en las Fuerzas Especiales para la subversión, y así podemos citar las unidades de Fuerzas Especiales que tienen las Fuerzas Ar madas de la nación americana en el Vietnam, destinadas a las acciones de guerra subversiva (1967). El sostén médico en éstas es cuidado en todos sus aspectos y para conseguir la adecuada preparación se llevan a cabo ejercicios constan tes en campaña, con una duración que en al guno de los casos ha sido de 40 días, tiempo que permite la preparación especial exigida. Vamos a recordar en un cuadro cuáles son las misiones de logística sanitaria en general, porque así nos será más fácil el conocer las particularidades propias en guerra subversiva. 36 ORGANIZACION Y MISIONES DEL SERVICIO DE SANIDAD Estimamos que debe hacerse la clasificación siguiente: A) Cuando las guerrillas se organizan en am biente de clandestinidad. a) Al iniciarse cleos subversivos. b) Cuando las han adquirido gran zadas en pequeñas la formación de los nú fuerzas de la subversión desarrollo y están organi o grandes unidades. B) Cuando se organizan en ambiente favo rable: con reclutamiento de los factores huma nos y otros medios que han de integrar las uni dades de la subversión. A) Con relación al apartado a), y prescin ciendo de las motivaciones políticas sociológicas y económicas, etc., que dan origen a la creación de los primeros núcleos humanos, que han de constituir los Organos de Mando y que son los que van a preparar el clima apropiado a tra vés de una adecuada acción psicológica, con una bien planificada red de información, huel gas, atentados, sabotajes, etc., con el fin de con seguir reclutar adictos activos que se sumen a los primeros incrementando el número de gue rrilleros. Ya desde este primer momento hay que con seguir y encontrar en el ámbito civil los apoyos necesarios para la acción subversiva. Creemos que en esta fase habrá de conseguirse que por ello ha de conseguir a través de la apli cación de sus preceptos, conservar a los guerri lleros en perfecto estado psicofísico, evitando a su vez bajas por enfermedades transmisibles, y para ello estableçerá las medidas de inmuniza ciones y vacunaciones, teniendo en cuenta las enfermedades endémicas que existan en las zo nas geográficas donde actúan. Por cuanto se refiere a la alimentación, dadas las especiales características en que ésta tiene que realizarse, establecerá las normas conve nientes para evitar la presentación de avitami nosis y otros estados carenciales. Las medidas de higiene individual serán establecidas para que puedan efectuarse en forma más adecuada. Dada la facilidad de disponer de los insectici das de contacto, se tendrá el stohk preciso para aplicar las desinsectaciones periódicas del per sonal. Quimioprofilaxis. Medios, potabilización individual de agua. Asesorará también sobre el equipo de los gue rrilleros para hacer frente a los factores adver sos, climatológicos, etc., que puedan condicio narlos. Hay dos facetas muy singulares que deben tener presentes los médicos de la fuerza subver siva: Una, el conocimiento de las característi cas psicológicas de la personalidad humana, así como sus perturbaciones psicopatológicas, sin olvidar conocimientos de orden psiquiátrico, ya que por las modalidades de vida pueden apa recer alteraciones de muy diverso orden. Se dice que con bastante frecuencia los guerrilleros pro penden a desfallecimientos psíquicos y menta les, y que si éstos se producen en determinadas personalidades esquizoides o de psiquismo dé bil, van a determinar unas veces actitudes nega tivas, otras a perpetrar atrocidades y brutalida des, e incluso a deserciones que en nada favo recen a la acción subversiva. Una profilaxis psi cológica y eficiente, y un tratamiento adecuado de los trastornos psicológicos y enfermedades psiquiátricas, si éstas llegan a producirse, serán un quehacer de los Servicios sanitarios. II ideal sería tener un perfil lo más completo posible de la constitución psicofísica de los gue rrilleros (no desconocemos la dificultad que esto entraña) para hacer el despistage precoz y situar-. los en puestos y misiones adecuadas. Otra: Importantísima del Servicio de Sani dad de las fuerzas subversivas, al igual que lo es en fuerzas regulares, es la referida a la prepa ración tanto de los mandos como de los efec tivos de una adecuada instrucción sanitaria. MEDICINA PREVENTIVA E HIGIENE Insistimos una vez más que la preparación Esta es en todo tipo de guerra de una impor médica en las fuerzas regulares, tanto en las na tancia capital, al fin y al cabo se trata de una ciones del bloque Oeste como del Este o de los colectividad que tiene un “habitat” especial y no alineados, y al igual que en las subversivas, la integración del personal sanitario, tanto de médicos como auxiliares de ellos, y hay que su poner que no será difícil su incorporación, y que lo harán por convicciones políticas, socioló gicas, etc., que es fácil en esta profesión, como ha quedado demostrado en las diversas guerras subversivas. El personal sanitario surgido de forma es pontánea, por simpatías ideológicas, tendrá gran personalidad, dotes de mando, de organización y al igual que los Jefes guerrilleros deben ser grandes psicólogos con facilidad de persuasión, etcétera. Esta llegada precoz a las fuerzas de la sub versión proporcionará grandes beneficios en cuanto a la asistencia sanitaria que sea precisa, pero más importante que la faceta asistencial, será la de colaborar con los mandos en la plani ficación de lo que debe ser el Servicio de Sa nidad, atendiendo a los factores geográficos, climatológicos, número de guerrilleros, acciones, etcétera, etc., y también cumplirán la de estable cer los contactos precisos con elementos sanita rios de la población civil, privados e incluso si son propicios los paraestatales y estatales, para de esta forma tener en todo momento prevista la conveniente asistencia médico-quirúrgica de las bajas que se produzcan en unas formaciones hospitalarias adecuadas, como complemento de las que se instalen en la zona de acción de los guerrilleros. Conviene subrayar que todo el personal sani tario debe estar identificado con la caracterís tica esencial de la profesión médica, como es la humanitaria, para que así y en todo momento considere tanto al adicto como al adversario como un ser humano al que se le deben aplicar los preceptos de una asistencia médica adecuada sin discriminación. Debe tener la obligación incluso hacer llegar al Mando los principios deontológicos apunta dos, y hacerles saber que los actos inhumanos en definitiva no hacen más que engendrar odio y crear factores negativos a la acción subversiva. Con estas ideas, y a medida que los elemen tos subversivos vayan aumentando la planifica ción del Servicio de Sanidad en las guerrillas se irá haciendo más difícil, y habrá de actuar con visión clara de las misiones de logística sanita ria que vimos en el cuadro número 1 con sus matices específicos. 37 CUADRO ORGAflIZA.ClOrl 9d9 CIPO DE GUERR%LLA GM1[ITO OMI5Ot1ADO COMANDAMT4 — poLmEol DLR&IMIEri1tJ JDE PLAriA DE MA’1OP DRUPO 5NtTSPO BATALLOfl 1 JEE D 2OUTCO 1 BATLLCt1 22JDFECOMISOMADO BATALLON 1 1 COMPAñ JPSE L - PEbOTON (i) DE CDHPAflA 2C DD DEDTOP POLV0001 PE LOTOnl 5ArTA2 (i) 38 rio SE OECA LA ORSAMIZACIOD 1 MODOS 11 es conseguir que todo combatiente sea un so corrista, por consecuencia quedan comprendidos como hemos dicho, los mandos y guerrilleros. Las acciones que las fuerzas subversivas ejer cen en pequeños grupos, nocturnidad, etc., al no poder contar con personal médico que asista en ellas a las bajas, el poder auxiliarse a uno mismo o al compañero es de una importancia capital. La preparación de socorrista es fácil, ya que las unidades de guerrilleros se encuentran con bastante frecuencia en fases inactivas, en gru pos pequeños, aunque no será factible disponer de medios audiovisuales tan valiosos en este tipo de enseñanza. ASISTENCIA MEDICO-QUIRURGICA A LAS BAJAS a prueba para no violar o dejar al descubierto los propósitos, y ello ha de ser factor negativo para la asistencia a las bajas, y por eso se ali viará la misión si previamente han recibido la instrucción sanitaria a que antes hemos aludido. D) LAS UNIDADES GUERRILLERAS ACTUAN DE UNA MANERA OFENSIVA.— (En realidad en guerra convencional también este tipo de acciones es la dominante.) En ge neral son actos de sabotaje, emboscadas, etc., y ello obligará a un apoyo sanitario o confiar en el que también puedan prestarse los propios gue rrilleros con el fin de evitar que las bajas cai gan en poder de las fuerzas regulares. Las características apuntadas son por sí de mostrativas de las muchas dificultades que han de tener las misiones del Servicio de Sanidad, por ello debo significar la imperiosa necesidad de contar con los apoyos convenientes sanita rios dentro de la población civil. El funcionamiento del Servicio de Sanidad, el despliegue de los órganos ejecutivos de que se ¿CUAL DEBE SER EL ESCALONAMIEN disponga, guardará, como en guerra convencio TO DEL SERVICIO DE SANIDAD EN GUE nal, estrecha relación con los factores tácticos RRA SUBVERSIVA PARA LA ASISTENCIA que son la base de las acciones, y entre los que MEDICO-QUIRURGICA A LAS BAJAS? debemos citar: A) CLANDESTINIDAD.—La acción sub versiva debe realizarse en el más absoluto se creto, tanto en las fases activas como en los períodos de inactividad. Ello obliga a que el Servicio de Sanidad se despliegue, instalándose en los accidentes del terreno, cuevas, grutas, etcétera. La dotación de las formaciones sanitarias po drá llegar, como ya sucedió en la guerra sub versiva de los partisanos yugoeslavos, a tener formaciones quirúrgicas en la zona de acción de los guerrilleros. B) FACTOR DE DISPERSION Y DIS CONTINUIDAD EN LAS ACCIONES.—Esto nos hace recordar las características tácticas en guerra convencional, cuando éstas se desarrollan en terrenos montañosos, si bien haya algunas diferencias esenciales que vienen dadas, por nocturnidad, acciones de pequeños grupos, me nor número de órganos del Servicio de Sanidad, más escondidos o camuflados, etc. C) FACTOR DE INSEGURIDAD.—En guerra subversiva este factor es interesante, ya que no podrá disponerse de una conveniente y completa organización de enlace, transmisiones, etcétera, como en una guerra convencional, y es aquí donde la pericia de los comandos se pone Si volvemos a tener en cuenta lo expresado en el cuadro número 1, vemos que en guerra convencional, recogida de bajas y primeros auxi lios corresponde al primer escalón funcional del Servicio, Clasificación y tratamiento de las ex tremas urgencias al segundo. En guerra subversiva estos dos escalones que dan integrados en cuanto a sus funciones en uno solo, bajo la siguiente denominación: recogida, primeros auxilios y clasificación. Para lograrlo habrá que establecer y dispersar los equipos de asistencia médica, dotarlos de medios técni cos adecuados y asignarles zonas de responsabi lidad. En todo momento ha de mantenerse el contacto con el Mando, y de otra parte adies trar convenientemente a estos equipos para que pu.edan sobrevivir, al igual que se hace con las fuerzas irregulares que ejecutan las acciones sub versivas. Hasta aquí hemos visto los factores negati vos para el buen funcionamiento del Servicio de Sanidad, e interesa destacar los que podemos considerar como positivos, y que vienen dados por la categoría de las bajas que en las acciones subversivas se producen (se puede emplear tam bién otros términos que vienen a tener el mis mo significado y que es denominado en algunos Servicios de Sanidad de fuerzas regulares, como son: codificación, selección o catalogación de 39 (0 o 4 o E .• ______u 4 .110 If— y Aix (Ii •‘.‘i o u u o o o .1 • 1 00 ‘° II __ ou: 4 N cx ou u L. u o o o -j o u -J 4 o u o co N 4 0 cx o o o 1- u 00 aL ff 44 —4 u1 u. a1o N t 4U u•) 11 14 0 a u 11 0> u 04 40 1 bajas). En general los agentes productores en es ta guerra lo son en mayoría por armas ligeras, lo que les da una menor gravedad y hace más posible una conveniente asistencia técnica a ni vel de este escalón. La actuación de los pelotones sanitarios si tuados a distintos niveles de la organización sub versiva, como se expresa en los cuadros núme ro 2 y 3, habrá de comprender las terapéuticas de profilaxis antishock y profilaxis de la infec ción, teniendo presente que por las especiales ca racterísticas de las acciones, las bajas no podrán situarse en los períodos de tiempo ideales en las formaciones sanitarias de tratamiento. Habrá que pensar también en el mayor núme ro de bajas que por enfermedad puedan produ cirse con relación a guerra convencional, y al fin de prestarles el adecuado tratamiento, será preciso instalar enfermerías a nivel de Batallón o a nivel Regimental, convenientemente situa das y dotadas. EVACUACION DE LAS BAJAS Al igual que en guerra convencional constitu ye el problema más importante y difícil de lo gística sanitaria, debiendo destacarse que ella ha de hacerse frecuentemente durante la no che; sobre itinerarios que estén bien vigilados por los elementos propios, que no podrán ser en ocasiones las carreteras más importantes. Por sufrir retrasos en la evacuación será tarea del personal asignado a los medios de evacua ción la de su capacitación para practicar las me didas apropiadas de reanimación en ruta. Los medios de evacuación que se dispongan estarán muy dispersos y camuflados para no ser vistos por el enemigo. Su número será lo más re ducido posible, y el determinar los que. se pre cisan constituirá un problema, ya que no se dis pone como en guerra convencional con unos porcentajes de bajas conocidos, que son los con dicionantes del número de medios de evacua ción, y será necesario en cada momento el ha cer el estudio de ellos. La evacuación será tanto más fácil cuanto me jores vías de comunicación existan dentro de la zona de acción y mayor sea el dominio de ellas por las fuerzas subversivas. Debemos hacer constar que a más de los me dios terrestres de evacuación, cuando las fuer zas de la subversión han adquirido una organi zación hasta constituir una Gran Unidad, podrá disponerse de helicópteros que cumplan estos fi nes. Los medios fluviales pueden ser también utilizados y en general serán improvisados. ¿DONDE SE SITUARAN LAS BAJAS A QUE NOS HEMOS REFERIDO? Por lo que se refiere a las quirúrgicas y se gún la categoría de ellas, podrán, en su mayor parte, ser situadas en las formaciones quirúrgi cas de que se disponga en la zona geográfica donde actúan las fuerzas subversivas, asistencia que viene simplificada por poder disponer a más del personal y del material quirúrgico, el de cura perfectamente esterilizado y colocado en sacos de plástico que permiten conservarlos en buenas condiciones. En los casos de que por tratarse de lesiones en zonas cavitarias (craneal, torácica, vientre, grandes shockados, grandes vasos, etc.) se con sidere que no pueden ser convenientemente atendidas, se situarán en las formaciones sanita rias con que se cuente dentro de la población civil y que nos ofrezcan toda garantía de segu ridad y técnica adecuadas. En la planificación del Servicio de Sanidad en relación con estas formaciones sanitarias de la población civil, debe contarse, a ser posible, con el mayor número de hospitales, clínicas, dispensarios, gabinetes médicos, etc., con ob jeto de saber su rendimiento y la facilidad de llegar a ellos. En todo momento los guerrilleros heridos si tuados en estas formaciones sanitarias amigas habrá de contarse de que vayan desprovistos de elementos que los identifiquen, y a ser posible con falsas piezas de identidad. Es fundamental una vigilancia sobre estos establecimientos sa nitarios, ro vacilando en sancionar toda falta o traición del personal. Las bajas por enfermedad, dadas las eficaces armas que la terapéutica actual nos proporciona, en su mayoría podrán ser atendidas en las en fermerías que se instalen, pero en el caso de que algunas de ellas se considere conveniente su hos pitalización en las formaciones sanitarias que ya antes mencionamos de la población civil, se rán evacuadas con las mismas precauciones se fialadas para las quirúrgicas. ABASTECIMIENTO Y SUMINISTRO DE MATERIAL SANITARIO Y FARMACEU TICO Este será planificado por el Jefa de •Sanidad con arreglo a tres escalones fundamentales A) Los centros civiles amigos, pueden ser también militares, que apoyen a la subversión (Instituciones Sanitarias, Comercios, Parques, et cétera). 41 B) Depósitos de reserva móviles convenien temente distribuidos, de donde partirán por dis tintas vías el suministro hacia las unidades sub versivas, Compañía, Batallón, Regimiento. C) La dotación siempre al completo, pero de pequeño volumen en las distintas unidades. Debe destacarse la simplificación de los trá mites administrativos para estas acciones de abastecimiento, pero bajo una vigilancia muy ri gurosa en el empleo del material sanitario y far macéutico, así como de la conservación conve niente de los stock. Si se compara esta organización con la seña lada en el cuadro número 1, ta ven las diferen ciar que afectan más que a los centros de apro visionamiento, al despliegue de los órganos de distribución y dotaciones de las unidades gue rrilleras, y creemos que basta para tener una idea exacta dal problema, el reflexionar ligera mente sobre las dos modalidades de despliegue logístico cii el abastecimiento sanitario. COORDINACION DEL SERVICIO A. Los Jefes médicos de guerrillas ejercen su misión no sometida a preceptos reglamentario, las instrucciones en notas escritas deberán redu cirse al mínimo, por lo cual tienen menos docu mentos que normalmente, para que dada la clan destinidad en que se lleva su actuación, haga posible desplazarse con facilidad sin dejar nin gún documento orientador a las fuerzas que lu chan contra la subversión. El conocimiento de la Propuesta de Empleo del Servicio de Sanidad (segunda parte de la Or den de Operaciones) que es obligado para todo Jefe de Sanidad de una Gran Unidad en guerra convencional, en guerra subversiva no será for mulada, pero sí deberá, conocerla y tenerla pre sente en la asignación de misiones y despliegues de los órganos del Servicio propios de las accio nes subversivas. B. Organización y misiones del Servicio de Sanidad cuando se organizan en ambiente fa vorable: En esta situación el Servicio de Sani dad actúa sin agobios de ninguna clase, y se podrán ir cumpliendo con precisión las misio nes propias del Servicio de Sanidad. Destacamos en primer término la de selec ción, esta se realizará teniendo presente las ca racterísticas psicofísicas que este tipo de fuer zas exige, y que se refieren tanto a los Mandos como a los soldados. La dotación de personal y de medios se es tablecerá con arreglo al número de unidades que integran estas fuerzas especiales, y según las :espia1es características de las acciones tác tico-logísticas sanitarias. La instrucción sanita ria de todo el personal podrá hacerse con la pre cisión debida, llevándose a efecto, incluso con ejercicios en el campo, tal y como lo realizan las fuerzas especiales para guerra subversiva, que tiene el Ejército americano en el Vietnam. BIBLIOGRAFIA l.° Apuntes Provisionales para un Proyecto de Doctrina de las Fuerzas Armadas (CESEDEN). 2.° Sostén Médico en la Fuerzas de Guerri llas, Revista Military Medicine. 3.° El Servicio de Sanidad del Ejército, Doc tor Gillyboeuf. 4.° Documento iniormativo del E. M. C. 118. ©U2U©J MIQef(ecz’*64r o] “La responsabilidad del subordinado Militar en la ejecución de órdenes notoriamente antijuridicas ó,constitutivas de delito” JULIO CATALAN CHILLERON, Licenciado en Derecho. Es interesante reflexionar que vivimos envuel tos en un mundo de imposiciones, mandatos y prohibiciones de todo género, así en el aspecto económico, jurídico, político o social. Dado que el hombre no es perfecto podemos vernos impli cados fácilmente en actuaciones criminales de otros de los que podemos ser de una forma más o menos consciente cómplices o meros ejecuto res. Ello puede ocurrir en el estamento militar como en el llamado civil. Pero adquiere especial relieve el caso en cuanto a lo militar atañe. Vamos a tratar de enmarcar el problema des de un aspecto estrictamente jurídico sin perder de vista que la realidad es la base sobre la que tiene que construirse el Derecho, el punto de partida para toda teoría ya sea sobre esta ma teria como sobre cualquier otra que pudiera lle var el calificativo de pragmática y no de simple elucubración. Ante todo hay que decir que las órdenes mi litares no se dan a capricho, sino en virtud de Ley. Se trata de atribuciones legales concedidas a los cuadros de mando del Ejército, que no pue den ser rebasadas o de lo contrario habrá una reacción contra el agresor del precepto estable cido. Por supuesto, las leyes y reglamentos admiten una interpretación; las circulares quedan exclui das porque no forman parte del bloque legisla tivo, no pueden reconocer, crear o extinguir de rechos, aunque en la práctica pueden darse ca sos de extralimitación. Pero esta interpretación ha de ser adecuada y cualquier persona de coe ficiente mental normal sabe si una determinada interpretación es abusiva o extensiva a casos que nunca fueron contemplados por el legisla dor. Puede haber excepciones. Precisamente en los casos oscuros es donde deben jugar su papel las circulares igual el interpretativo o indicativo. El artículo 8, número 12 del Código Penal Co mún declara exento de responsabilidad criminal al que obra en virtud de obediciencia debida. Según criterio jurisprudencial del más Alto Tri bunal de la Nación está amparado en esta exi mente el que obra en la creencia fundada de que lo ordenado era justo, pero no aquél que supo del vicio o injusticia notorios de la orden. Esto es lo que ocurre en el plano de la jerarquía civil. Todos los tratadistas se paran a contemplar de un modo especial el problema de la obedien cia debida en Derecho Militar. ¿Tiene una na turaleza distinta la orden dada por un jefe ci vil (privado o público) de la que un Oficial da a su inmediato inferior para su rápido y per fecto cumplimiento? Lo primero que se nos ocurre es que la distin ción radica en la rigidez de la subordinación mi litar. Por decirlo de una manera plástica el jefe civil solamente ordena y no siempre, sino que a veces solicita o pide simplemente en todo lo que excede de sus estrictos derechos reconoci dos por el estatuto profesional o contrato de trabajo correspondiente. Mientras que el jefe mi litar, entendido en sentido amplio, no sólo OR DENA sino que MANDA. No sólo emite una simple declaración de voluntad, sino también una manifestación de voluntad. Todas sus deci siones legítimas se traducen en auténticos man damientos con una efectividad ejecutoria y ejecu tiva fulminantes. Y ello porque así lo han que rido las leyes constitutivas del Ejército revelan do uno de sus caracteres esenciales. El Ejército, 43 no lo olvidemos, es ante todo fuerza que se dis tribuye de manera desigual entre todos sus com ponentes. Ello es así porque así está escrito, y pretender explicarlo con razones profundas y metajurídicas sería preguntarse por las razones que el Creador ha tenido para hacer a los hom bres desiguales, lo cual ni siquiera vamos a in tentar. El Código de Justicia Militar en su artícu lo 185, circunstancia 12 dice: está exento de responsabilidad criminal “el que obra en vir tud de obediencia debida. Esta eximente la to marán o no en cuenta los tribunales, según las circunstancias de cada caso y teniendo presente si tratándose de un hecho penado en este Códi go se prestó obediencia con malicia o sin ella”. Es decir, que se deja una gran amplitud al Tri bunal para apreciar la eximente. Se trata del problema de interpretación a que aludíamos al principio. La ambigua redacción de esta circunstancia del artículo 185 del Códi go de Justicia Militar tomada del antiguo Có digo de la Marina de Guerra exige una inme diata puntualización, máxime teniendo en cuen ta la importancia de esta eximente en relación con la jerarquía y disciplina militares y de que no es preciso esperar a una acción de guerra para que el problema se presente. Las opiniones de los autores de Derecho no son unánimes y a veces resultan contradictorias. Cabría esperar de lege ferenda una nueva redacción del texto legal sobre esta circunstancia al objeto de con seguir una claridad sin lugar a dudas en tal punto. Como regla general cabe sentar la exención total de responsabilidad al subordinado mili tar por hechos ejecutados en cumplimiento de órdenes de sus superiores, ya sean éstas delicti vas, contravencionales o simplemente improce dentes. Sin embargo, el Tribunal aliado de Nü renberg consideró que en los crímenes atroces no era justificativo el haberlos realizado bajo orden y mandato militar, esto sólo podría cons tituir una atenuamente según el Estatuto del citado Tribunal. En igual sentido se pronunció el Acuerdo de Londres de 1945. Rittler (citado por Cuello Calón) es contrario a tales ideas y refiriéndose a un caso que puede presentarse en Derecho internacional militar dice textualmen te (1): “es conforme a Derecho aquella conduc ta que está de acuerdo con el Derecho del Es tado al que pertenece el agente en el momento del hecho. Conforme a la actual estructura po lítica del mundo que se funda en la soberanía del Estado particular, sólo aquel Derecho es norma y medida para la conducta del indivi duo”. Es interesante esta opinión autorizada porque los ejércitos en guerra suelen operar fue ra de su propio territorio nacional y pueden sur gir dudas de cuál ordenamiento será el aplicable para un tribunal internacional que tuviera que conocer de responsabilidades postbélicas por crímenes de guerra o contra la Humanidad. Visto todo lo expuesto podemos llegar a unas simples conclusiones como resumen caracterís tico: — — — Plantearse el problema cuando la orden sea de cierta trascendencia y no en las ru tinarias, por lo menos en aquellas en las que la posibilidad de vulneración de la norma jurídica sea mínima. No dejar nunca de cumplir el objetivo bajo pretexto de que la orden es mera mente ilegal. Para no caer de lleno en la tesis maquia vélica hay que proclamar la no exención de responsabilidad en el subordinado que cumpla una orden cuando ésta infrinja de una manera clara y rotuda no sólo la ley positiva, sino aquellos principios de la Ley Natural y Eterna que son conocidos aun por las inteligencias menos cultivadas sal vo aquellos casos patológicos de locura moral, esto es, de aquellos que tienen una ceguera total y absoluta para la distinción entre el bien y el mal, lo cual debe ser puesto de manifiesto mediante un dicta men psiquiátrico-forense. Estas conclusiones no atentan en absoluto contra la obediencia instantánea a que todo subordinado militar está obligado, pues están pensadas con vistas a un examen de la cuestión debatida ex post facto, puesto bajo ningún pre texto se admitirá que un superior discuta su or den con un inferior en grado. Creo, por otra parte, que para evitar mal entendidos que irían en perjuicio de la buena fama del Ejército y de sus normas es preciso declarar de vez en cuan do que aunque rígidas y estrictas no por eso de jan de tener su fundamento en la Ley Natural y Eterna grabada por Dios en la conciencia de todos los hombres. BIBLIOGRAFIA CONSULTADA Derecho Penal, de Cuello Calón; Código Pe (1) Dar Kampf gegen das politische Verbrechen en Schweizerische Zeitschrift für Strafrecht, 1949, nal Común, texto revisado de 1963, y Código de Justicia Militar. página 148. 14 Los principales sistemas de armas tierra aire - Coronel ORRAND, publicado en “L’Armée”, revista del ejército de tierra francés, en noviem bre de 1969. (Traducción de la Redacción de “Ejército”.) Este artículo es un estudio de los sistemas de armas tierra-aire, desde el punto de vista de su empleo, dando por supuesto, de antemano, que el lector ya conoce las características técni cas de dichos materiales, y no vamos a tratar en él del armamento mar-aire. Los sistemas de armas tierra-aire, se caracte rizan, esencialmente, por una gran rapidez de reacción y por la precisión de su tiro. Su nú mero se multiplica gracias a los avances de la técnica, que va aumentando su eficacia con gas tos mínimos. Se dividen en dos grupos princi pales que, en realidad, son dos generaciones, sucesivas, surgidas de cada uno de los dos úl timos conflictos mundiales. En los años 1914-18, apareció el cañón de D.C.A., que padeció el handicap del obús de trayectoria rígida contra aviones en vuelo libre. Le sucede el cohete dirigido tierra-aire, que es el resultado de los espectaculares progresos rea lizados en cohetes y electrónica a partir de 1939. La superioridad del misil sobre el cañón estri ba en que en lugar de dirigirse ciegamente so bre una predicción del avión en vuelo (de acuer do con un cálculo de tiro previo al disparo), el cohete es guiado en toda su trayectoria hacia el blanco y consigue interceptarlo, cualesquiera que sean las evoluciones del blanco móvil. Esta diferencia esencial ha constituido el tér mino de comparación entre las armas de tiro tierra-aire y los misiles, ya cuando éstos comen zaron a ser empleados. La aviación, la artillería tierra-tierra y tierraaire, la infantería, los blindados, los ingenieros, etcétera, participan en las maniobras aeroterres tres. De su acción conjunta y coordinada depen de el resultado del combate y es imposible valo rar por separado la eficacia de cada una de es tas armas, dada la diversidad de sus cometidos. A lo sumo cabría preguntar cuál de ellas tendría el principal papel a representar, dentro de un marco geográfico, estratégico, táctico y opera cional. Lo mismo sucede con los diferentes sis temas de armas tierra-aire capaces de intenve nir en una situación determinada. La lucha an tiaérea sólo puede realizarse por un conjunto de medios cuyas características de movilidad, alcance, altitud, rapidez de reacción, factor de carga y velocidad de proyectil, se combinen para lograr el resultado que se persiga. Sería difícil establecer una comparación en orden de la efi cacia entre estas diferentes clases de materiales o evaluar la protección ofrecida por cada uno solo de ellos. Por otra parte, un estudio comparativo sólo podría establecerse entre sistemas de armas ca paces de cumplir una determinada misión en idénticas circunstancias geográficas, frente a un enemigo aéreo bien definido y con un armamen to A. A. fijado de antemano en cuanto a la clase, número y emplazamiento de sus mate riales. Después de haber definido sumariamente el peligro aéreo y los actuales principios de la lu cha antiaérea en el curso de los próximos diez años haremos un balance conciso de los princi pales sistemas de armas tierra-aire, proyectados para cumplir una misión idéntica en un deter minado teatro de operaciones. LA AMENAZA AEREA Las posibilidades de los misiles y cohetes tie rra-tierra, mar-tierra o aire-tierra, las de los aviones con o sin piloto y las de los helicópte ros, son muy diferentes unas de otras, por lo cual, es indispensable definir las características de cada uno de estos ingenios, antes de hacer comparaciones entre los sistemas de armas un tiaéreas, susceptible de prevalecer en un fu turo próximo. Los misiles y los cohetes No parece que en la década del 70 vayan a sufrir modificaciones esenciales las concepcio nes operacionales basadas en el empleo de ar mas de destrucción masiva. Por lo tanto, se fo mentará el desarrollo de los misiles y cohetes tierra-tierra, con preferencia al de los vectores pilotados. 45 Evolución técnica.—Estos materiales, cuyo al cance varía entre los 10 y los 10.000 kilómetros, se caracterizan por su precisión cada vez ma yor, debida a los sistemas de guiado o de es tabilización, cada ve mejor fabricados; por su posibilidad cada vez mayor de localizar los ob jetivos y su capacidad de penetración a baja al tura, siempre en aumento. Su número crecerá en la misma medida que aumente la necesidad de poder desencadenar ataques masivos en todo momento y en todos los escalones —estratégico y táctico—a, tratando de asegurar la superviven cia del mayor número posible de rampas de lanzamiento, en caso de respuesta o de iniciativa adversaria. El estado actual de evolución de los misiles y cohetes tierra-tierra, permite estimar que el peligro más serio para un ejército son y serán, durante algún tiempo todavía, los misiles y los cohetes con alcances alrededor de los 300 kiló metros, con flecha de unos 60 kilómetros y du ración de trayectoria de trescientos segundos, aproximadamente. Estas armas, por la potencia de su ojivá, representan un riesgo mortal para tropas de maniobra. Al mismo tiempo, los mi siles estratégicos constituyen una amenaza para la retaguardia próxima y lejana. Con estos sistemas de armas puede dispararse una gama completa de cargas nucleares, cu yas potencias, dependiendo de la precisión del tiro y del efecto buscado, se extienden desde un kilotón hasta varios megatones. Exigencias estratégicas y tácticas. Sin em bargo, el empleo de tales armas, combinado eventualmente con las clásicas, sólo es conce bible a nivel de guerra nuclear, que abarca des de algún disparo de amenaza hasta el paroxismo atómico. De otra parte, está comprobado que un sis tema ofensivo eficaz, estratégico o táctico, ha de emplear lo mismo aviones que misiles. En efecto: una fuerza mixta obligará al agresor a tratar de limitar los daños de la respuesta ene miga y a defenderse simultáneamente contra aviones y misiles, sin poder prescindir ni con fiar únicamente en unos o en otros. El elevado costo de esta doble defensa es un argumento a favor de la disuasión. Será preciso después calcular el número de aviones que alcanzarán su objetivo, teniendo en cuenta los cuatro fac tores principales que determinan las posibilida des de éxito de un sistema: la alerta, la super vivencia, la seguridad y el poder de penetración. Finalmente, también habrá que tener en cuenta la eventualidad de escalada en conflictos limita dos, que excluyan el empleo NBC sustituyéndo 46 lo por los vectores tierra-tierra. Las guerras de Corea y del Vietnam han enseñado que siguen siendo posibles los conflictos a nivel clásico, con empleo de aeronaves tácticas y estratégicas de capacidad NBC, aun cuando los contendien tes sean Estados uno de los cuales sea potencia nuclear. En cuanto a la guerra árabe-israelí de 1967, constituye el prototipo de la guerra clási ca, rica en enseñanzas operacionales. Por este motivo, la “amenaza de los misiles” exclusivamente nucleares, se completará y pro longará con la amenaza de aeronaves cuyo ar mamento puede ser indistintamente nuclear o clásico. Las aeronaves El material de aviación tiene un período de gestación aproximado de diez años, cinco de los cuales transcurren en los gabinetes de estudio antes de convertirse en prototipo. Una vez pues tos en servicio, su vida media es equivalente, pudiendo consisderárseles periclitados o cadu cados al cabo de diez años de su entrada en ser vicio. Por lo tanto, la amenaza a tener en cuenta en los próximos diez años, está constituida por los aviones recientemente puestos en servicio y por los que están en vías de estudio o iniciada su fabricación. Sobre esta materia se posee bas tante información, toda vez que todos los paí ses desarrollados realizan sus progresos técnicos casi simultáneamente. Esta amenaza la constituyen los aviones de intercepción, estratégicos, tácticos y de transpor te, así como los helicópteros. Los aviones de intercepción.—Cada vez más perfeccionados y aumentando continuamente su precio, existe la tendencia de limitar su empleo a la vigilancia de los cielos, en cuya misión su rendimiento mejora de continuo, por lo que las otras misiones defensivas serán asumidas pro gresivamente por los misiles tierra-aire de me diano y de largo alcance, cuyo número y calidad aumentan sin cesar. Los aviones estratégicos.—Medios y pesados van sustituyéndose en sus misiones de represa lia por los misiles balísticos tierra-tierra de me dio y largo alcance. Podrían ser empleados en el futuro con fines tácticos, como los B-52 en el Vietnam. Los aviones tácticos destinados únicamente a empleo ofensivo, de reconocimiento y de trans porte, conservan sus misiones tradicionales. El período de transición que marca el “giro de los ingenios” o cambio de material, parece que va a ser mayor de lo que en principio se previó, pero de todos modos el avión seguirá siendo el responsable de muchas misiones que el misil es incapaz de realizar, tales como el ataque a objetivos inesperados, vigilancia de los cielos, reconocimiento, transporte, etc. Para ampliar la capacidad de despegue y de aterrizaje a cortas distancias (STOL) e incluso en vertical (VTOL), los aviones tácticos de caza y de bombardeo y los transportes ligeros y me dianos, se beneficiarán de un despliegue más avanzado y, sobre todo, con mayor dispersión, así como con radios de acción y capacidad de transporte sensiblemente mayores en vuelo sub sónico, y sus acciones podrán ejercerse más profundamente en el campo adversario. Gracias a los radares de detección de obstácu los reforzados por pilotos automáticos, los avio nes biplaza pueden actualmente sobrepasar los 1.000 Km/h, y eludir o evitar obstáculos, descu biertos, a menos de 200 metros de distancia. Así, la aptitud “todo tiempo” libera progresi vamente a los aparatos de su dependencia de las condiciones meteorológicas para atacar o reco nocer cualquier objetivo fijo o de dimensiones suficiente, al mismo tiempo que gana en rapidez el aprovechamiento de la transmisión de infor mes y su explotación. Sin embargo, el empleo de sistemas de vuelo elaborados con central de inercia Doppler y de “recalage” (?) y el reco nocimiento en todo tiempo por radar de antena lateral, siguen excluyendo todavía la posibilidad de identificar objetivos pequeños, aislados o muy móviles, característicos de los teatros de opera ciones que, por lo tanto, continúan siendo poco vulnerables de noche o con malas condiciones de visibilidad. Hay que tener también en cuenta que la pro pulsión y la geometría variable proporcionan en la actualidad velocidades del orden Mach 3 a 15.000 m.; pero en las bajas alturas la velocidad de penetración no excederá de Mach 1 y el ata que se realizará probablemente en vuelo subsó nico. Por último, los progresos de la miñiaturiza ción de materiales ‘electrónicos, permitirá equi par a los aviones de caza con material de con tramedidas completísimo, y de ellos dependerá la ‘eficacia de nuestro material tierra-aire, aun con malas condiciones atmosféricas, cualesquie ra que sean los otros perfeccionamientos de que se les dote. Los helicópteros.—Constituyen un excelente medio de combate, capaz de intervenir en todas las fases de la batalla; sus principales ventajas son su movilidad, su rapidez, su autonomía, po- sibilidad de vuelo estacionario y capacidad para el transporte. Además, la vulnerabilidad de estos complejos y costosos aparatos no es mayor que la de los otros sistemas de armamento, según está de mostrado su empleo intensivo en la guerra del Vietnam. Cuando lleguen a alcanzar los 350 6 500 ki lómetros/hora, lo que se espera conseguir en el actual decenio, con propulsor auxiliar de trasla ción, podrán ser equipados con tres tipos de ar mamento: — Ametralladora de gran consumo de dis paros y gran velocidad inicial, con alcance hasta 600 m. Lanzagranadas con proyectil de metralla contra personal, de unos 1.200 m. de al cance máximo. Misiles capaces de alcanzar sus objetivos a 5 km. en menos de 12 segundos. La amenaza aérea se caracteriza, ante todo, por su diversidad o variedad, puesto que alcanza desde el misil intercontinental hasta el helicóp tero. Es, además, permanente, ya que siempre será posible el ataque por sorpresa, con un período de alerta extremadamente corto que, con los medios usuales de detección, no se podrá con trolar al atacante en velocidades supersónicas y a grandes alturas, cuando prácticamente no haya tiempo para organizar la defensa A. A. Esta movilidad confiere a su amenaza un ca rácter de ubicuidad, pues todos los objetivos po drán ser atacados, si no simultáneamente, sí a intervalos mínimos de tiempo y con intensidad variable, según la clase y número de vectores susceptibles de ser empleados. DOCTRINA DE EMPLEO DE LOS DIFE RENTES SISTEMAS DE ARMAS TIERRAAIRE La disuasión, a medias y grandes alturas La defensa A. A. asume la misión de com batir al enemigo en el ámbito nacional o en el interaliado. Para cumplir estos fines, dispone de sus pro pios medios y, eventualmente, de la artillería A. A. de las fuerzas terrestres, cuyo empleo se coordina con el de las eronaves del Ejército del Aire. Gracias a sus centros de detección y control, descubre al adversario lejano por encima del ho rizonte radar y a la mayor brevedad posible 47 lanza sus misiles anti-misil. cazas supersónicos y tierra-aire, de gran alcance. Este conjunto, de gran eficacia, disuade al ene migo de volar a grandes y medias alturas y le obliga a aproxiinarse a la tierra para buscar su seguridad a menor altura. Ventajas en las bajas alturas por el mayor nú mero de erinas defensivas de armas tierra-aire actuales, la intervención si multánea de la defensa aérea y terrestre, podrán interferirse mutuamente, dando como resultado un menor rendimiento por culpa de las accio nes restrictivas de seguridad que impondría su acción simultánea. Una defensa A. A. moderna consiste en la vi gilancia general de un amplio espacio por en cima de las bajas altitudes, capaz de asegurar una protección eficaz sobre determinadas zonas. La total cobertura de un territorio, ni siquiera la del teatro de operaciones en su totalidad, es imposible. La zona de acción de un Cuerpo de batalla será el lugar del preferente empleo a fondo de la defensa A. A. Fuera de ella, la defensa A. A. procurará impedir la penetración del adversa rio, mientras que la artillería A. A. asegurará la libertad de acción de las fuerzas terrestres pro pias frente al enemigo en vuelo, destruyéndolo o, al menos, neutralizándolo. Para cumplir esta misión, las unidades A. A. actuarán conjunta mente para cubrir, lo mejor posible, las zonas de acción de las Gs. Us., dando preferencia a las zonas o lugares en que las necesidades del combate así lo requieran. Queda totalmente excluida la posibilidad de que un solo sistema de armas tome a su cargo esta protección de conjunto e incluso realizar él solo una protección eficaz, por lo cual sólo pueden establecerse comparaciones entre siste mas tierra-aire capaces de efectuar una misma misión en un dispositivo de lucha A. A., ya sea estática o dinámica. Los diferentes sistemas de armas tierra-aire exigen un techo mínimo de intervención, limi tado esencialmente por los efectos de pantalla, lo que originará retrasos en la reacción, tanto más cortos cuanto menores sean las distancias de detección. En una acción determinada, el armamento para bajas alturas compieta la eficacia del ma terial para alturas superiores, tomando a su cargo, en cada compartimento del terreno, a las aeronaves que busquen la protección volando a poca altura. A medida que el enemigo se aproxima a la tierra, irá entrando en el radio de acción de ar mas cada vez más numerosas, desde los misiles y cohetes tierra-aire, hasta los cañones y ame tralladoras de la D. C. A. e incluso de otros ar mamentos de tiro terrestre. Como estas últimas armas tienen débil alcance y del corto plazo dis ponible entre la detección del objetivo y el tiro, su eficacia dependerá de su número. De todos modos, su existencia obligará a los aviones enemigos a buscar la seguridad pene trando en las zonas de tiro, en vuelo rasante y a máxima velocidad, lo que unido a su vulne SISTEMAS DE ARMAS TIERRA-AIRE EN rabilidad hará disminuir sus posibilidades de ESTUDIO O EX;PERIMENTACION observación y de asalto. En principio, los sistemas de misiles fueron estudiados para responder a todas las exigen Reparto de misiones cias de la defensa, frente a la eventualidad de la amenaza que acabamos de considerar, ante la Dada la poca eficacia de los interceptores en cual el cañón se estimaba ya anticuado. Las en detección y ataques a baja altura, se deberá señanzas de los conflictos de Corea, árabe-israelí asignar a las armas A. A., siempre que se dis y vietnamita y las múltiples servidumbres a que ponga de un número suficiente de ellas, la mi están sujetos los misiles, han demostrado que, sión de lucha defensiva contra el enemigo en lejos de excluirse el uno al otro, el cañón y el vuelo. Con ello se podrán utilizar los demás me misil se complementan mutuamente en el dis dios aéreos en misiones ofensivas de intercep positivo geiural de la defensa. ción lejana, de reconocimiento y de asalto, ex La aparición en 1914 de los aviones milita cluyendo la cobertura de la zona. res trajo consigo la del primer cañón A. A. que Este reparto de misiones está tanto más jus se perfeccionó rápidamente en el curso de la tificado cuanto que los medios aéreos y A. A. G. M. II. En 1945 la eficacia de este arma era disponibles nunca serán suficientes para ase ya dieciséis veces superior a la de los primeros guras una defensa total del territorio, pero per modelos de 1918, y la D. C. A., a su vez, dos mitirán, al menos, proteger los puntos sensibles veces más ¡eficaz que los aviones de caza, en en algunas zonas. cuanto a protección A. A. Pero el Cañón A. A. Además, dado el gran alcance de los sistemas de gran calibre ha llegado al límite de sus posi 48 bilidades. Su alcance eficaz es inferior a la al tura a que operan las aeronaves modernas y su movilidad continúa siendo insuficiente. Más aún, la hipótesis fundamental de la D. C. A., base del tiro A. A., no permite ya la suficiente apro ximación de los parámetros de un objetivo mo derno (1). El cañón ha sido progresivamente desplazado, en la década del 60, por el misil tierra-aire, des arrollado sobre los primeros cohetes inventados por los técnicos alemanes durante la G. M. II. Este sistema de armas, con cabeza nuclear o clásica, ha alcanzado tal eficacia, que el avión, que •en 1945 necesitaba para ser abatido 230 disparos de varias baterías, tiene en la actuali dad un 96 por 100 de posibilidades de ser al canzado por sólo dos misiles “Hawk”, dispara dos por una misma rampa de lanzamiento. Esto ha hecho que los raids masivos de bombarderos en formación compacta hayan quedado anticua dos. Igualmente, los vuelos de reconocimiento y de ataque a media y gran altura, ofrecen de masiados riesgos, dada la imposibilidad de cal cular actualmente las pérdidas que una misión cualquiera puede causar. Por ello, el atacante sólo puede escapar de los misiles volando debajo de la zona detectada por el radar. Actuando a poca altura con dos o cua tro aparatos que surjan de múltiples direcciones y con distintos métodos de ataque, para impe dir que el adversario pueda concentrar su tiro A. A. y procurará aprovechar la noche o las condiciones atmosféricas desfavorables, para eludir las defensas de tierra. Una defensa sólida necesita disponer, por tan to, además de una verdadera disuasión para al turas grandes y medias, de sistemas lo sufi cientemente eficaces para poder destruir al ene migo aéreo también a poca altura. Interdicción a cotas altas y medias A altas y medias cotas, las armas apropiadas para la defensa son los misiles antimisiles y tie rra-aire y los aviones de intercepción. Los misiles antimisi1es.—Los misiles tierratierra son muy caros y la eficacia de su empleo en masa está aún muy discutida. Sólo los ame ricanos y los rusos han efectuado experiencias con este material. (1) En esta hipótesis simplificadora se admi te que, durante la trayectoria del proyectil, el desplazamiento del objetivo se sigue con pará metros idénticos a los que, antes inmediatamente de la salida del proyectil, sirvieron para calcular la corrección del tiro. El sistema soviético se compone del cohete Galosh (código OTAN), cuya trayectoria es oblicua, característica probablemente muy im portante y tiene un techo límite de 100 millas. Su cabeza magatónica haría inoperantes a dis tancia a las armas del enemigo, mediante el efecto de choque o de ionización de los cir cuitos. El Anti Ballistic Missile (ABM) americano, Nike X, accionado por un sistema radar muy complejo, procede de los misiles tierra-aire. Está compuesto de dos misiles. El Spartan, que pue de interceptar los cuerpos de reentrada hasta una distancia oblicua de 650 kilómetros y una altura de 520 kilómetros y el Sprint, que es ca paz de interceptar bajo un techo de 30.000 metros, a una distancia máxima de 40 kiló metros. El Nike X parece ser muy eficaz contra el misil intercontinental disparado a 10.000 kiló metros de su objetivo, a velocidad de 8 kilóme tros/segundo en una trayectoria cuya flecha de 2.000 kilómetros permite la localización del ene migo a mitad de trayecto, con un cuarto de hora de antelación al impacto. Cón su carga megató nica, el Spartan tiene posibilidades de éxito, in cluso fuera de la atmósfera terrestre. El misil a 3.000 kilómetros, lanzado desde un submarino o desde un silo subterráneo, tiene una trayectoria lo bastante baja para asegurarse una relativa inmunidad en las zonas muertas del radar. En óptimas condiciones, el Sprint, cuyas reacciones son muy rápidas, dispondría de 3 ó 4 minutos para reaccionar. En un combate a alturas inferiores a los 30 kilómetros presentaría, además, el enorme ries go de hacer explosionar una potente carga nu clear, porque la radiación térmica de una ex plosión a gran altura dentro de la atmósfera, tendría efecto muy superior a la o.nda de choque de una explosión baja. En ese caso, a la defensa se le presentaría un dilema: contraatacar, en cuyo caso la explosión nuclear se realizaría en las peores condiciones, o renunciar a la inter cepción, con todas las consecuencias que esta decisión acarrearía. Arma de doble filo, el Sprint sería precisa mente el causante de los destrozos que con él se trata de impedir, a no ser que se construyan refugios en número suficiente y convenientemen te repartidos. Por último, señalaremos que el ataque ma sivo con misiles antibalísticos, es posible y se ha iniciado ya su estudio. Ya en 1962-63, en el transcurso de unas ma niobras americanas con misiles no armados, so lamente el 71 por 100 de las tentativas de in tercepción dio resultado favorable. Desde esa 49 :5: /44 1. Gálosh .5 (u:R.S.S.). 2. Ni/ce (US 3. Ni/ce (U.5L4.). 4. flawk (U.S.A.). 5. Redeye (U.S.A1) fecha, no parece que haya mejorado mucho su precisión. Además, el blindaje y las contramedidas pue den entorpercer las investigaciones. La cabeza del misil ofensivo está revestida de una materia que absorbe las detecciones electromagnéticas y retarda así la acción del radar. Además, las añagazas constituidas por glo bos, antenas o simples trozos o virutas metáli cas liberados con la ojiva nuclear, producirán ecos radioeléctricos que complicarán la detec ción a distancia. Finalmente, las cargas múltiples o la trayec toria variable de los misiles ofensivos podrá sa turar por su número o sorprender desprevenidas a las redes A. B. M. Así, los Minuteman III y Poseidon, van dotados de una decena de bom bas lanzadas en racimos e incidiría brutalmente sobre el objetivo. Por todas estas razones, subrayan algunos so bre: la necesidad de construir refugios atómi cos muy costosos, antes de establecer una defensa antimisil, que resultaría todavía más onerosa; — la permeabilidad de toda defensa antimi sil contra un ataque masivo; la inutilidad de establecer una defensa an timisil si ésta va a producir automática mente, como consecuencia, el aumento de las fuerzas estratégicas del adversario. Fieles a la teoría de que la mejor defensa es el ataque, se preconiza el empleo de los A. B. M. para la protección de las áreas de tiro nucleares, a fin de conservar una capacidad de respuesta, más bien que emplazar estas armas y sus pues tos de abastecimiento en las zonas pobladas, que cada vez son más difíciles de preservar. Los misiles tierra-aire y los aviones de inter cepción.—Al parecer, hasta la mitad del pró ximo decenio, la defensa A. A. a grandes altu ras se enfrentará, principalmente, con los avio nes contra los cuales interceptores y misiles tie nen gran eficacia en esta zona del espacio aéreo. Este cometido esencial está ya encomendado a ios sistemas armas tierra-aire de un alcance suficiente. (Continuará.) DelaAyuda Naval Americana aEspalla CARLOS BARCON, del Cuerpo General Ad ministrativo de la Armada. • LA ENTREGA A NUESTRA MARINA DE GUERRA, DE CINCO DESTRUC TORES, DOS SUBMARINOS, CUATRO DRAGAMINAS, TRES BUQUES DE DESEMBARCO, UN BUQUE DE TRANSPORTE, UN PETROLERO Y HELICOPTEROS ANTISUBMARINOS clase “Guppy 1-A y II-A”; cuatro dragaminas oceánicos de la clase “Agressive”; dos buques de desembarco, clase “Chelan” County”; un transporte de municiones-auxliar, clase “Wran geil”, un petrolero del tipo “Cimarrón”, y heli cópteros antisubmarinos. Nuevas unidades que engrosarán nuestra Fuer za Naval, mientras no entran en servicio todas las unidades en construcción actualmente en: La noticia ya ha sido dada. La relación de la nuestrás factorías de la Empresa Nacional Ba ayuda militar americana a nuestro país ha sido zán, que nos permitirán disponer de unos me determinada. Concretándonos a la ayuda naval dios adecuados para la defensa de nuestros in norteamericana, esta nación entregará a nuestra tereses. Armada los siguientes buques: cinco destructo Como complemento a Ja escueta noticia sobre res de diferentes clases; dos submarinos de la esta entrega, damos una breve descripción de- 51 Tipo - de destructores americanos, entre los cuales están los que se entreguen a nuestra Marina. Todos ellos con plataforma. estas unidades navales que en fecha próxima principal: dos turbinas engranadas; potencia se incorporarán a la Marina de Guerra española. de 60.000 H. P., a dos hélices, cuatro calderas y da una velocidad de 35 nudos. Su dotación está compuesta por 249 hombres, de éstos 14 DESTRUCTORES oficiales. Los DD “Lloyd Thomas” fueron construidos Los cinco destructores pertenecerán a una de las clases de los “English”, “Sumner”, “La en los famosos astilleros americanos de Beth lehem (San Francisco), siendo botados en 1945 Valette” y “Lloyd Thomas”. Los DD del tipo “English” fueron botados y y entregados a la Armada en 1947. Sus carac entregados a la Marina USA en 1944. Sus ca teríticas: 3.500 toneladas de desplazamiento to racterísticas principales son: Desplazamientoto tal; Eslora, 119 metros; Manga, 12,4 metros; tal, 3.320 toneladas; Eslora, 114,8 metros!; Puntal, 5,8 metros; Artillería: 4 cañones de Manga, 12,4 metros; Puntal, 5,8 metros; Arma 127 milímetros; Armas antisubmarinas: cargas mento: 6 cañones de 127 milímetros, 4 de 76 de profundidad, dos montajes triples de torpe milímetros, siendo ambos de torres dobles. Ar dos; Máquinas principales: dos turbinas en mas submarinas: cargas de profundidad y dos granadas; Potencia, 60.000 H. P. a dos hélices; montajes triples de lanza-torpedos; máquinas cuatro calderas y da una velocidad de 34 nudos. principales: 2 turbinas engranadas con 60.000 Su dotación la componen 265 hombres, de ellos H. P. a dos hélices; 4 calderas; siendo su velo 15 oficiales. cidad de 34 millas. Su dotación está compuesta Este tipo de DD fueron modernizadospor el por 274 hombres (14 oficiales y 260 entre sub Programa ASW en los años 1949-50,siendo cla sificados como DD de caza (DDK) y posterior oficiales y marinería). El DD de los tipo “Allen M Sumner” fueron mente como DD de Escolta (DDE), en 1950. botados sobre los años 1944-45.Tienen las mis mas características que los descritos anterior SUBMARINOS mente. Los destructores tipo “La Valette” fueron Actualmente tenemos en nuestros astillerosde lanzados entre los años 1942-44. Tienen un des la E. N. Bazán, de Cartagena, algunos subma plazamiento de 3.050 toneladas; Eslora, 114,7 metros; Manga, 11,9 metros; Puntal, 5,5 me rinos del tipo “Daphne”, en construcción, con tros; siendo su armamento principal de cinco licencia francesa. La entrega de los submarinos que se hará a cañones de 127 milímetros, 6 de 40 milíme tros a/a, en montajes dobles. Dispone de arma- nuestro país, corresponde a los del tipo GUP meato antisubmarino, cargas de profundidad y PY XX 1-A y II-A. Las siglas GUPPY signifi dos montajes triples lanza-torpedos. Máquina can: Greater Underwater Propulsión Program 52 ma (Programa y Modernización de Grandes Submarinos de Propulsión), los cuales están ba sados en los submarinos alemanes del tipo XXI que fueron producidos masivamente en los años 1944-45. Estos submarinos alemanes, tipo XXI, incluyen entre sus características “snorkel” y ba terías eléctricas de una capacidad mayor de la hasta entonces conocida. Sus características prin cipales son: Desplazamiento total sumergido, 2.445 toneladas; Eslora, 93,2 metros; Manga, 8,2 metros; Puntal, 5,2 metros; Armamento principal: diez tubos lanza-torpedos de 533 mi límetros. Máquina: tres motores Diesel con 4.800 H. P. y dos motores eléctricos con 5.400 H. P. a dos hélices. Velocidad en superficie, 18 nudos; sumergidos, 15. Su dotación la compo nen 84 hombres, aproximadamente. DRAGAMINAS OCEANICOS Cuatro dragaminas oceánicos de la clase AGRESSIVE engrosarán las filas de nuestras Escuadrillas de Dragaminas de la clase A, B y modernizados. Los que nos entreguen pertene cerán al tipo AGILE. Fueron entregados en los años 1952-56. Sus características: Eslora, 55 metros; Manga, 12 metros; Puntal; 4,5 metros; Artillería: un cañón de 40 milímetros a/a y dos ametralladoras, también antiaéreas. Máquina principal: cuatro motores Diesel “Packard”, a dos hélices de paso variable; Potencia, 2.280 H. P. y velocidad, 15,5 nudos. Su dotación la Tipo de helicópteros «HUEYCOBRA» componen 75 hombres. Estos dragaminas tie nen su casco de madera y todo su equipo es antimagnético; sus motores están hechos con aceros de aleación antimagnética. Han sido mo dernizados, habiéndose cambiado el equipo pro pulsor, montándoles cuatro motores Diesel “Waukesha”, aparte de otras instalaciones, en tre las que son de destacar el moderno equipo SONAR, para buscar minas, y el armamento. Como su nombre indica, el desplazamiento y características de estos barcos, les permite ope rar en alta mar, alejados de sus bases. BUQUES DE DESEMBARCO Tres buques de desembarco, tipo “Chelan County”, pasarán a nuestra Marina. Estos bar cos son de la serie 511-1152, siendo sus carac terísticas: Desplazamiento total, 4.080 tonela das; Eslora, 105,3 metros; manga, 16,6 metros; Puntal, 4,6 metros; Armamento principal: ocho cañones de 40 milímetros a/a en montajes do bles. Su máquina principal es de dos motores Diesel “General Motors”, a dos hélices. Tiene una potencia de 1.700 H. P. Una velocidad de 11,6 nudos y su dotación la forman 119 hom bres. Barcos de esta serie han sido modernizados, mejorando las instalaciones de carga, escotillas y en algunos se ha dispuesto una plataforma para helicópteros. antisubmarino, Guerra. que serán entregados a nuestra Marina de .53 BUQUE DE TRANSPORTE RRON, estimándose que el petrolero PLUTON, de 7.550 toneladas de desplazamiento, causará A nuestros Transportes de Ataque y de Gue baja, en la lista general de buques. rra, les .va a salir un compañero. Se trata de un El petrolero que se entregará a nuestra flota Transporte d Municiones-Auxiliar, de la clase es del mismo tipo que el CIMARRON AO-22, “WrangelP’ (Ex-Midnight) AE-12, del 1944, y que fue cedido a Portugal en octubre de 1968. construidos en los astilleros de North Carolina Sus dimensiones son: Desplazamiento total, SB Co. Wilmington. 25.525 toneladas; Eslora, 214,6 metros; Man Sus características principales son: Desplaza ga, 25 metros; Puntal, 10,5 metros; siendo su miento total,. 15.295 toneladas; Eslora, 153 me armamento de un cañón de 127 milímetros, tros; Manga, 21 metros; Puntal, 9,3 metros; cuatro de 76 milímetros. Máquina principal: Artillería: cuatro cañones de 76 milímetros a/a; turbinas engranadas a dos hélices; potencia to Máquina principal: turbinas engranadas; Po tal, 13.500 H. P., cuatro calderas, velocidad 18 tencia, 6.000 H. P. con dos calderas y 16,4 nu nudos y su dotación la forman 64 hombres. dos de velocidad. Su dotación la componen 267 hombres. Algunos de estos transportes fueron equipados con una plataforma en popa para he AERONAUTICA NAVAL licópteros. No podía faltar la aeronáutica naval. Se en tregaron tres aviones antisubmarinos P-3, PETROLERO DE 25.525 TN. ORION, para el Ejército del Aire, cuatro heli cópteros H-3D, antisubmarinos y cuatro heli Y ya por último, a los petroleros de nuestra cópteros HUEYCOBRA, con cohetes de aire y Marina se les unirá uno de la clase CIMA- superficie. Carta a un joven amigo JOSE CORTS GRAU. (Artículo publicado en el diario valenciano “Las Provincias”, el 16 de agosto de 1970.) Con toda la comprensión de que aún soy capaz—es duro que el esfuerzo por comprender hayamos de hacerlo únicamente nosotros—qui siera, amigo mío, hablarte de algo muy noble y delicado. Bien sabe Dios que no intento for zar tu conciencia: trato tan sólo de aliviar la mía de un silencio que resultaría culpable, y de ponerte en guardia frente a ideas que pueden pa receros grandes hallazgos, que en muchos de vosotros responden a una generosidad y a un idealismo vírgenes de experiencia, pero que, tal como circulan por ciertos corrillos, rio pasan de trasnochado resentimiento que algunos viejos, cobardes para esgrimirlo ellos, intentan inocu lároslo a vosotros. Quizá ésta podría formar parte de una pro yectada colección de cartas póstumas. Porque a veces el desaliento me ahoga las palabras cuan do más urg.en; porque, tras aguardar la ocasión de hablar sin herir, la prudencia o la pusilani 54 midad me retrae porque la acritud con que al guna vez zanjo las discusiones es pura efusión desarbolada, pienso en esas cartas que podría escribir buenamente, aunque no me decido. Si escuchar a los vivos ya es difícil y desusado, ¿qué será leer a los muertos? Pero vamos a nuestro tema. Me llegan desde donde menos podía imaginar —porque no acabo de comprender la ingrati tud—los más extraños comentarios, insinuacio nes, reticencias prefabricadas, murmuraciones y calumnias, que apuntan sin discriminación al guna, unas veces al pacifismo en general, otras a tal o cual guerra concreta, otras a la violencia, otras al militarismo, otras lisa y llanamente al Ejército. ¿No crees que conviene poner orden en todo esto? De pacifismo ando tan bien como podáis andar vosotros. De repug nancia a la violencia y a la agresividad, bastan te mejor, a juzgar por lo que veo y oigo en este mundo nuestro donde parece cundir un mato nismo larvado. De espíritu militar, muy al mar gen, porque mi vida tomó otros rumbos y por que—más por apocamiento que por magnanimi dad seguramente—tiendo a ceder el terreno en vez de mantenerlo o revindicarlo. Pero precisamente porque mi vida y mi voca ción de hombre civil me la salvaron los milita res, y porque en más de un trance comprobé que el mero hecho de desfilar ellos a banderas des plegadas devolvía la tranquilidad a las gentes de bien, y porque no me merecen menos con fianza los centros de formación militar que los de formación civil, ni hallé más caballerosidad en el sector civil que en el militar, por todo eso y mucho más te digo que estáis confundiendo demasiadas cosas en vuestros coloquios, vos otros y vuestros improvisados mentores. Podéis recoger todos los chistes y anécdotas que queráis en torno a la disciplina militar; ¿qué disciplina, ni qué institución no ofrece ese blanco? ¿Ni cuál resistirá mejor la embestida? Y en todo caso, no es desde la indisciplina caó tica ni desde la utopía ingenua desde donde ha brá que hacer la crítica, sino desde un patrio tismo claro de cabeza y de corazón. Sólo gracias al Ejército se puede renegar del Ejército sin que nos vayamos a pique, como gracias al médico que nos mantiene vivos podemos reírnos de la medicina, o como nos permitimos desdeñar hoy la llamada del cura, sabedores de que ese cura acudirá mañana solícito a nuestra perentoria llamada. Fallos, incongruencias, abusos: ¿dónde vais a ir, que no los encontréis? ¿Acaso necesitamos alejarnos mucho de nosotros, cada cual, para en contrarlos? ¿Exceso de simbolismo? Ni la me tafísica puede pasarse sin él. Para saber que la bandera es un trozo de tela basta tener ojos, por averiados que estén. Para sentir que es infi nitamente más, se necesita eso que les falta a quienes tratan de abriros los ojos secándoos el alma. Más que vuestra crítica, que no dejará de te ner su parte aprovechable, duele el tono y el poso que en ella dejáis. Una cosa es abominar de la guerra y anhelar la paz, y otra la ineludi ble, la tremenda responsabilidad de no dejar in defenso a un pueblo. Tú, de momento, procura ser pacífico, pregúntate si a tu paso siembras paz o guerra, concordia o discordia, y piensa que, por ahora, gracias a quienes velan con las armas por la paz, podemos nosotros profesar nuestro pacifismo... El pacifismo que también ellos, créeme, profesan y mantienen cuando ciertos pacifistas no les obligan a guardarlo pa ra mejor ocasión. España hacia el Mercado Común Por el Gral. GALLEGO VELASCO Ahora que nuestra nación ha conseguido un Tratado preferencial con el Mercado Común europeo, que entró en vigor el primero de oc tubre, conviene recordar los antecedentes que desde hace más de veinte años condujeron a la creación de la Comunidad Económica Europea o Mercado Común, mediante el llamado Trata do de Roma, firmado entre Francia, Italia y Alemania, con los tres países del BENELUX (Bélgica, Holanda y Luxemburgo). En mayo de 1950, se iniciaron las primeras negociaciones con el llamado Plan Schuman, tendentes al desmantelamiento de las grandes instalaciones industriales alemanas en la Cuen ca del Ruhr con el previo control de las indus trias carboníferas y siderúrgicas incluidas en el denominado “pool del carbón y del acero”, que de este modo quedaban sometidas a un ré gimen determinado y a una autoridad única. La inicial idea del desmantelamiento surgida al terminar la segunda guerra mundial con la derrota alemana, fue después suavizada por la intervención y control de la gran industria ger mana para precaverse del posible resurgimiento de una nueva Alemania. El procedimiento o sis tema adoptado por las potencias vencedoras, estaba fundado en la igualdad de derechos de los países aliados, evitando toda discrimina ción. El citado plan del político francés Schuman, condujo a la firma en París, el 18 de abril de 1951, del Tratado creador de la “Comunidad 55 del Carbón y del Acero”, entre los seis países europeos antes indicados (C. E. C. A.). Dicho Tratado, preveía la constitución de un Consejo de Ministros de los Estados miembros, una Asamblea parlamentaria y una Corte de Justicia común. A este primer paso de integración económi ca, siguió el intento de crear una Comunidad Europea de Defensa (C. E. D.), verdadera inte gración de las fuerzas armadas de los países de esa pequeña Europa, dotada de un Ejército Europeo, en el que por inspiración de Norte américa, deberían quedar también integrados los futuros efectivos militares de una nueva Ale mania, mediante su rearme visiblemente con trolado por las potencias vencedoras. Dicho proyecto—quizá un poco prematuro, dada la reciente terminación de la guerra- fue bruscamente rechazado por Francia en la sesión del 30 de agosto de 1954, de su Asamblea Na cional, en que los entonces partidarios del Ge neral De Gaulle, unieron sus votos al de los comunistas. Fracasado el intento del encuadramiento de Alemania en una organización defensiva de la Europa Occidental, se recurrió a una alterna tiva que no rozaba tanto con las susceptibili dades de algunos países celosos de su soberanía e independencia de sus Ejércitos, naciendo la denominada “Unión Europea Occidental” por el Tratado firmado el 23 de octubre de 1954 y en el que se incluía a la Gran Bretaña, contra peso indispensable de la República Federal Ale mana, pero las suspicacias inglesas la hicieron retirarse pronto de las negociaciones, que ini ciadas por los países del Benelux en 1955 con dujeron al cabo del tiempo a la firma en Roma, el 25 de marzo de 1957, del Tratado que creó la “Comunidad Económica Europea” de una parte, y del “Euratom” de otra (empleo de la energía atómica para fines pacíficos). Pero la integración europea no debe ser sólo de índole económica y de mercados e intercam bios comerciales, engendrados en los Tratados de París y de Roma, sino de una plena federa ción política, inspirada por los gandes paladi 56 nes europeos de aquella época, los democris tianos De Gasperi (italiano), Schuman (francés) y Adenauer (alemán), partidarios de la unión en lo exterior y de la defensa de los derechos humanos en el interior, dentro del amplio con cepto del pensamiento cristiano sobre el Esta do. Con ello se trataba de vencer o superar las tensiones nacionalistas, en beneficio de una su pernacionalidad. Tal es la raíz política del Mer cado Común o Comunidad Económica Europea (C. E. E.) nacida en el Tratado de Roma. La realidad fue algo distinta, pues desapare cidos dos de los estadistas citados y a pesar de los intentos esbozados en el plan Fouchet, se presentó la oposición de Holanda, deseosa de la participación inglesa a todo intento de inte gración política. Lo que no pudieron lograr entonces los seis países firmantes del Tratado de 1957 se consi guió, al menos, entre los dos principales de la Comunidad, gracias a los esfuerzos del general De Gaulle y del canciller Adenauer, mediante el Tratado de Cooperación franco-alemán de 23 de enero de 1963, que simbolizó la reconci liación de las dos naciones francesa y alemana, sin la que toda tentativa de unión europea, apa recía como muy difícil, si no imposible de con seguir. Ha sido, por tanto, sólo en el terreno econó mico donde los seis países miembros de la Co munidad Económica o Mercado Común han he cho verdaderos progresos desde su creación en 1957 hasta nuestros días, y uno de los más des tacables acontecimientos ha de ser este primer contacto de España con la Comunidad, al con certarse el Tratado preferencial, en un claro pro ceso de vinculación económica con los países del Mercado Común. La adhesión o participa ción económica llevará consigo, al cabo del tiempo, a una completa integración de índole política que sea la base de una futura integra ción europea de más amplio contenido polí tico, como meta final y ponderada para la creación de los Estados Unidos de Europa o Federación Europea de naciones. La Intendencia Francesa RICARDO SALAZAR ANDUJAR, Capitán de Intendencia, del Centro Técnico de Intendencia. Diplomado en la Escuela Superior de Intenden cia de París. En estos tiempos en que la idea de europeis mo gana terreno en todas las mentes y nuestra Nación camina con paso firme hacia su inte gración con el resto del continente, considero que es de suma importancia el que nuestra mentalidad se abra, ensanchando su campo vi sual, de forma que pueda familiarizarnos con costumbres e ideas diferentes, sin que exista el peligro de la pérdida de nuestra propia perso nalidad, ni la oposción a ultranza. Elio comporta una evolución, que en su pri mer estadio impone el perfecto conocimiento de los usos, costumbres, instituciones, etc., de los países a los cuales pretendemos acercarnos. Francia ocupa el primer puesto en este interés, ya que es el camino natural de España hacia Europa y con la cual se han estrechado los la zos de amistad, especialmente entre nuestros res pectivos Ejércitos. Por todo lo dicho, creo que será interesante para nosotros saber algo sobre su Ejército. En este caso y por ser lo que mejor conozco voy a tratar de una de sus partes constitutivas, el Ser vicio de Intendencia. LA ACCION DE PROVEER En primer lugar tenemos: LA ORDENACION DE PAGOS, que aunque técnica administrativa, la incluyo aquí por ser en esencia un aspecto del acto de proveer, en este caso dinero. Los beneficiarios, a los que se provee de fon. dos para hacer frente a sus gastos son: — Hay que destacar como particularidades de esta misión el que son ordenadores todos los Intendentes, siendo los Directores Regionales Ordenadores Secundarios que efectúan el repar to de créditos entre los Intendentes Jefes de Servicios, los cuales reciben el nombre de Orde nadores Subdelegados y son los que expiden los libramientos a favor de los Servicios y Cuerpos que de ellos dependen. SUMINISTRO DE ARTICULOS, TOS Y MATERIALES. — 1. el Servicio de Intendencia; los Cuerpos, y cualquier otro servicio no ordenador. MISIONES: EFEC Además del dinero, el Intendente tiene que En la Intendencia francesa existe una duali hacer llegar a los Cuerpos otros medios mate dad de funciones, difícil de delimitar, entre las que corresponden al Cuerpo, como servicio ad riales encuadrados en las distintas ramas del ministrativo, y las propias de los Intendentes. Servicio: Ello nos obliga al hablar de misiones, a consi SUBSISTENCIAS. derar las unas englobadas por las otras y exami nar las de los Intendentes, que como pertene Que debe obtener y distribuir: cientes al servicio tendrán a su cargo las fun los víveres; ciones que se derivan de la misión de éste, ade el tabaco; más de las suyas propias. pienso para el ganado; Para su estudio las relacionaremos a los pun material de cocina y de comedor norma tos esenciales siguientes: lizado; combustible y material para la calefacción la acción de proveer; y alumbrado, la administración pura, y y medios frigoríficos y de acondiciona la instrucción de especialistas ajenos a In miento de aire. tendencia. — — — — — — — 57 Además debe asegurar el funcionamiento del Economato del Ejército. VESTUARIO, CAMPAMENTO, ACUAR TELAMIENTO Y MOBILIARIO. — Debe obtener o hacer confeccionar y distri buir las prendas y efectos de vestuario, así como los materiales de campamento, acuartelamiento y mobiliario, este último de todas las dependen cias militares. En esta rama se incluye también la prestación de servicios, como lavandería, limpieza en seco de prendas y colchonería. LA ADMINISTRACION — — Control de los derechos que estas colec tividades pueden alegar. Verificación de sus cuentas, excepto de los materiales suministrados por otros Ser vicios, y Vigilancia administrativa por delegación del comandante General de la Región. En el segundo aspecto tiene las siguientes: — 58 — — — — — Participación en el servicio de pensiones militares (de retiro, de invalidez), los In tendentes locales verifican y cierran los expedientes de demanda de pensión. Son comisarios representantes del Go bierno en los tribunales que juzgan la in validez. De la liquidación y reglamentación se encarga un organismo único para los tres Ejércitos, en el cual Intendencia está re presentada. Participación en el Servicio de Requisicio nes, como Consejero, preparando la legis lación y liquidando las prestaciones de bidas. Reglamentación y pago de los sueldos. Gestión administrativa de los transportes cuando no se utilizan medios militares. Presencia en las juntas de adquisiciones y enajenaciones (función interventora). Participación a título de experto en las di ferentes comisiones que lo requieren. Control en tiempo de guerra de los servi cios de: Correos y Tesorería. Mediación con la Hacienda pública en re lación con la venta de propiedades del Es tado o la vigilancia de las presas y con tribuciones de guerra. Participación al funcionamiento de la Jus ticia Militar como Comisarios del Go bierno. Consejero económico del Mando. Notario militar, encargado de dar auten ticidad a los actos que interesan al Ejército o a aquellos que lo integran. Así proceden: al sellado notarial; a realizar los contratos de enganche y reenganche en nombre del Estado, y elevación de actas de autencidad. — Dirección de la administración exterior (abarca el abastecimiento al Cuerpo de los medios necesarios, tanto financieros co mo materiales). Control de la administración interior del Cuerpo (empleo de los medios puestos a su disposición). Realizado por medio de: — — PURA. Hemos de distinguir dos aspectos: La Administración de los Cuerpos, conside rando también como tales otros organismos: Escuelas, Centros Moviliz.adores, •etc., y la ad ministración externa. En el primero el Intendente tiene las misio nesde: — • — Tienen también capacidad para certificar defunciones, nacimientos y efectuar matri monios, en tiempo de guerra o circunstan cias especiales. LA INSTRUCCION DEL PERSONAL AJE NO A INTENDENCIA. Al no existir en los Cuerpos personal de In tendencia que se encargue de las tareas admi nistrativas, éstas son desempeñadas por el propio personal de la Unidad, que previamente recibe una formación técnico-contable por parte de Servicio. Así Intendencia tiene a su cargo: — — — — La formación de Secretarios y Suboficia les Contables de los Cuerpos. La formación y perfeccionamiento de los Mayores, Auxiliares de mayoría y Ofi ciales de cocina. La formación de cocineros militares. La instrucción dé los Oficiales de Com. plemento de las Armas que para movili zación han sido afectados a empleos ad ministrativos. Y la formación de los Suboficiales ge rentes de casinos militares y restauran tes de Oficiales o Suboficiales. MINISTERIO DE DEFENSA SECCION TIERRA C.D. Es D.P.M.E.T. - --.------ SERVICIOSCOMUNES SANIDAD CO M BUSTI ELES o O) o ‘o o o 01 o. o E M.E .T. M.de As. ALE T. F.T.A.A. R. E. F. T.1. de Las As (Infant., ABC, Tren, Art Técnicas (Persona de Reservo) e Jnfant. de Marina). D T.A.) Gv Ss Intendencia ngenieros Ss. especiaLes Organismos (D. CI) Materiot y Transmisiones RecLutamiento y Estadística. 5. T.A.I.ET. de enseEanzo GRÁFICO NS O T. INTENDENCIA. SECCION DISEÑOSY PIANTILLAJE 59 Igualmente forma al personal civil para el reza, por lo que supone un nivel de selección ascenso a la categoría de Secretarios Admi elevado. nistrativos (equivalente a Jefe de Negociado) Los candidatos que han obtenido plaza rea y en algunas especialidades administrativas. lizan unos estudios de dos años en la Escuela Superior de Intendencia, órgano de enseñanza Militar superior, radicada junto con las Escue II. PERSONAL las de E. M., de Guerra, de Guerra Naval y Aérea e Instituto de Altos Estudios de la De El Cuerpo de Intedencia está formado por fensa Nacional, entre los añejos muros, car dos categorías de personal: el de dirección, gados de historia de “l’Ecole Militaire”, en el integrado por los Intedentes Militares y el de corazón de París. gestión o ejecución constituido por los Oficia El ascenso entre los diferentes empleos se les de Administración, Oficiales del Cuadro realiza por elección, salvo para el de Inten Especial, Suboficiales de Administración y la dente Militar de clase, al que pasa auto Tropa. máticamente a los dos años de Intendente Mi litar Adjunto. Los Intendentes Generales ocupan los pues EL CUERPO DE DIRECCION tos de Directores Regionales, de Inspector del Servicio y de Jefes de los servicios centrales Se articula en las siguientes categorías: (5. C. E. R. S. y S. C. E. R. y.). Los Intendentes Militares de todas clases Intendente Militar Adjunto. ocupan los puestos de dirección en los diferen Intendente Militar de clase. tes servicios. Generalmente son designados, Intendente Militar de 2.a clase. para ocupar los de más importancia, los más Intendente Militar de 1.a clase. antiguos y de empleo más elevado, pero no Intendente General de 2a clase. siempre ocurre así, como ya tenemos dicho, Intendente General de 1a clase. ya que todos los destinos son por elección Equivalentes a los empleos de Capitán Ge sin que haya petición previa por parte del in neral de División en orden ascendente. teresado. Sin embargo, no es esta clasificación por re Normalmente los Intendentes no están es gla general la que determina la amplitud de pecializados, pudiendo ocupar indistintamente sus atribuciones, ya que la ley de 1882 precisa cualquier clase de destinos; sin embargo, es textualmente que: “LA F1JNCION ES LA necesario un cierto tecnicismo en las ramas QUE DA A LOS MIEMBROS DE INTEN técnicas del Servicio, Subsistencias y Vestua DENCIA MILITAR, CUALQUIERA QUE rio. SEA SU GRADO, TODA AUTORIDAD PA Por ello algunos reciben una formación téc RA EL EJERCICIO DE LAS MISIONES QUE nica complementaria en Centros de Enseñan LE SON CONFIADAS”. za civiles, como el Instituto Textil de Fran Así podemos encontrar al frente de un orga cia, en París, la Escuela de Ingenieros Textiles nismo a un Intendente más moderno que el de Lille, la Escuela de Tenería de Lyon, las de un órgano dependiente de él. Escuelas del Frío y de Molinería en París, re La misma ley determina que los Intendentes cibiendo el diploma técnico correspondiente. del grado de adjunto, en tiempo de paz, sean Además, otros Intendentes reciben una for empleados sólo en trabajos de despacho, auxi mación militar superior complementaria, en la liando al Jefe del Servicio, no reconociéndo Escuela de E. M. (los Intendentes adjuntos), les la facultad ordenadora de pagos, ni pu en la Escuela Superior de Guerra (los Inten diendo en ninguna circunstancia ocupar el dentes de 3. y 2. clase) o en el Instituto de puesto de Jefe de Servicios. Altos Estudios de la Defensa Nacional (los Los Intendentes Militares Adjuntos se re Intendentes de 1•a clase). clutan por concurso-oposición entre los capi El diploma de estudios administrativos su tanes de las diferentes Armas y Cuerpos (in cluidos los capitanes de Administración), que periores les da derecho a la prima de califica ción en su tarifa máxima, cifrada en 20 por reúnan determinadas condiciones. En la actua lidad estas condiciones son: Mínimo de un ciento del sueldo. año de antigüedad. en el empleo, edad mínima Esto, junto con la posibilidad de una mejor de treinta años y dos años de las carreras de carrera por la rapidez en el ascenso, superior Derecho o Ciencias Económicas. a la de las Armas, constituye el principal mo Este concurso-oposición es de bastante du tivo de atracción para los candidatos. — — — — — — 60 ORGANÍZACION DEL SERVICIO DE INTENDENCIA MIN(STRCH Lj ENET 1 o () ______ _______ EÇ R jERSTRANS E DC — 1 JTCOICNES OM.Á - ± L SUELDO - O SHV t ______ _____ _____1 Sj T J -.--- r—- ) IC.GRALF de 1 E&ICN 1 -J o De1egocn Enanciero - — Dependenc)c técnico (1) (2 3) Impcntodo en ESTRA5URGOImpLontado en BERLN. Serv reqono(eSde empleo reservode. GRAF(CO N5 2 C. T INTENDENCIA. - SECCION DISEÑOSY PIANTILLAJE 61 LOS OFICIALES DE ADMINISTRACION — Los Jefes de Unidades de Tropa. Mandos de los Centros de Instrucción. Se dividen en tres especialidades: — — — Administración. Subsistencia. Vestuario. Al alcanzar el empleo de Capitán se les pre sentan dos salidas que les permiten mejorar en su carrera, si reúnen condiciones para ello: El ingreso en la Escuela Superior de In No obstante, para evitar desigualdades en el tendencia, y ascenso figuran en un solo escalafón, pudien El pase a la “Sección Intendencia” del do a veces ocupar destinos que no corres Cuadro Especial. ponden a: su especialidad. El orden jerárquico va de Alférez a Tte. Co ronel. LOS OFICIALES DE LA SECCION DE IN El reclútamiento se realiza: TENDENCIA DEL CUADRO ESPECIAL — — — — — Por los 4/5 entre los suboficiales de todas las Armas y Servicios que, reuniendo ciertas condiciones de edad, antigüedad y de estudios (se le exigen ciertos diplo mas), hayan obtenido plaza en el llama do “Concurso único de Servicios”. El programa de dicho concurso es del nivel del bachillerato. Por 1/5 entre los Brigadas y Subteniente de Administración que reúnan condicio nes de edad y de competencia. Y a veces entre los Oficiales de com plemento, que reúnan también ciertas condiciones de edad y antigüedad. Después del concurso, siguen sus estudios en la Escuela Militar de Administración de Montpellier, donde realizan durante once me ses un curso común, que les procura la forma ción general, al término del cual son nombra dos alféreces. A continuación, durante cuatro meses, re ciben la formación correspondiente a la es pecialidad que han elegido. A lo largo de su carrera aquellos Oficiales que presentan aptitudes particulares son en viados a diversas escuelas o establecimientos técnicos civiles, donde reciben una especiali zación más completa. Los destinos que pueden ocupar son de los siguientes tipos: — — — De ejecución: Jefe de Sección en una Intendencia, o Jefe de Negociado en una Subdirección de la D. C De gestión: Llevan cuentas de caudales, de efectos o de explotación. De mando: Como — 62 son: El Subdirector de la Escuela Militar de Administración. La existencia de este Cuadro Especial obe dece a una política de mejora de la condición militar. En relación con otras carreras civiles, la ca rrera militar ofrece ciertos inconvenientes por la existencia de un gran número de Oficiales, por la lentitud en el ascenso y la imposibilidad para muchos de llegar a los empleos superiores que ofrecen la satisfacción de mando, un suel do y un retiro convenientes, así como una du ración normal de los servicios activos. Para paliar en lo posible dichos inconvenien tes se da todos los años, a los Oficiales que por la edad tienen un dudoso porvenir dentro de su Arma, la posibilidad de pasar a esta espe cie de escala, que les permite alcanzar un gra do más alto en la jerarquía militar, por elevarles la edad de retiro, si bien en lo sucesivo no ocuparán más que los puestos de adminis tración o burocráticos en su Arma o Cuerpo respectivo. III. ORGANIZACION La organización del Servicio de Intendencia está basada en los principios de: — — — Unidad de Mando. División del trabajo, y Capacidad de adaptación. La Unidad de Mando, realizada por la Di rección Central del Conjuiito del Servicio y por los Directores Regionales por lo que res pecta a sus órganos constitutivos. La División del trabajo, no sólo por la sepa ración de las funciones de dirección y efecu ción, sino también por la repartición de las distintas misiones entre los órganos especiali zados de cada servicio. En cuanto a la capacidad de adaptación, está siempre en disposición de aceptar las re formas periódicas que le impone la evolución del Ejército. En primer lugar hemos de situar al Servi cio de Intendencia dentro del marco general de la organización del Ministerio de Defensa, lo que nos permitirá establecer cuáles son sus relaciones externas. Para ello utilizaremos el gráfico núm. 1 (1). Representa el organigrama de la Sección Tierra del Ministerio de Defensa, más algunos organismos que comparte con los otros ejér citos. De él se deduce que existen, por lo que res pecta a la Dirección Central de Intendencia, dos tipos de dependencias, una del Jefe de E. M. del E. T., en cuanto se refiere al empleo y funcionamiento del Servicio, y otra directa del Ministro, de carácter financiero. En consecuencia, toda orden del Jefe del E. M. al Director Central que tenga inciden cia financiera debe ser forzosamente comuni cada por escrito y éste debe dar cuenta direc tamente al Ministro de todas las circunstan cias que puedan alterar el ejercicio de la dele gación consentida. El Director Central es responsable, en el plano técnico, ante el Jefe de E. M. de la eje cución de sus decisiones. Gráfico núm. 2 En la cumbre del servicio encontramos dos categorías de órganos: — Los órganos de la administración cen tral, constituidos por la Dirección Cen tral de Intendencia y los Servicios Centrales que de ella dependen, y La Inspección del Servicio de Inten dencia. Es importante hacer la distinción entre los dos; en efecto, la D. C. 1., con sus servicios (1) Ver cuadro explicativo de siglas. centrales, dirige y administra, mientras que la Inspección no es más que un órgano a dispo sición del Director Central, que le permite es tar informado sobre el funcionamiento del Ser vicio para poder así informar al Jefe del E. M. del E. T. y al Ministro. (1) Cuadro explicativo de siglas. C. G. E. S. ControlGeneral de los Tres Ejércitos. D. P. M. E. T. Dirección del personal Mi litar del Ejército de Tie rra. J. E. M. Es. = Jefe del Estado Mayor de los Tres Ejércitos. J. E. M. E. T = Jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra. E. M. E. T. Estado Mayor del Ejército de Tierra. M. de As. = Mandos de Armas. A. L. E. T. = Aviación Ligera del Ejército de Tierra. F. T. A. A. = Fuerzas Terrestres Antiaé reas. R. E. = Reservas Estratégicas. E. T. 1. = Fuerzas Terrestres de inter vención. Is. Inspecciones. D. T. A. 1. DirecciónTécnica de las Ar mas y la Instrucción. Ds. Ss. = Direcciones de Servicios. S. T. A. 1. E. T.= Servicio de Tratamiento Automático de la Informa ción del Ejército de Tie. rra. F. F. A. = Fuerzas Francesas en Ale mania. G. L. =Grupo Logístico. C. M. 1. = Compañía Mixta de Inten dencia. C. 1. G. L. = Compañía de Intendencia de Grupo Logístico. Parque Mixto de Vestuario P. M. y. S. y Subsistencias. 63 La democratización del Ejército en el pensamiento de Mao Tse Tung Capitán de Ingenieros, diplomado de Estado Mayor, RAMON MARTIN-CIFUENTES Y MIRO, del E. M. C. Introducción de mercenario y feudal tenga”, son palabras de Mao-Tse-Tung. Se abren, así, a nuestra consideración una serie de interrogantes. ¿Qué Si hay una institución refractaria a la demo cracia, ésta es—sin duda—la de las Fuerzas alcance tienen estas palabras de Mao? ¿Se Armadas; y ello cualquiera que sea el país o trata sólo de una afirmación hecha con fines la época histórica considerada. Naturalmente propagandísticos u oculta, por el contrario, que una afirmación así exige una cierta expli algo más profundo? ¿En qué se traduce en cación. Ante todo, ¿de qué clase de democra la práctica esta aseveración? ¿Se refiere a la cia estamos hablando? Vaya por delante que formación política de sus componentes o a no sugerimos, en modo alguno, que el Ejército la conducta que entre sí deben observar? como institución—u otra rama cualquiera de A intentar responder a estos y parecidos in las Fuerzas Armadas—sea más o menos par terrogantes van encaminadas las líneas si tidario de los sistemas de gobierno absolutos guientes. Adelantemos que, a falta de otros o dictatoriales—como opuestos a los democrá datos, nos dedicaremos sobre todo a comenticos—en lo que atañe a la dirección de la cosa pública de su respectivo país; tampoco pretendemos dar a la palabra democracia el simple sentido de una cierta bonhomía en lo referente al trato del superior con el inferior. Nos referimos a que el Ejército, como tal, constituye una institución altamente jerarqui zada en la cual las órdenes se desgranan de arriba hacia abajo, sin que haya apenas par ticipación del inferior en la gestación de las decisiones del superior; en la que no existe intervención de la mayoría para adoptar un acuerdo; en la que—en suma—no hay demo cracia porque en el gobierno de ella el su perior manda y el inferior obedece, simple mente. Si democracia es la participación del pueblo en el gobierno—no importa ahora a través de qué medios, más o menos perfec tos—no creemos sea difícil de aceptar por to dos que, efectivamente, el Ejército no es “de mocrático”; su “pueblo”—sus inferiores—, y en especial la gran masa de los soldados, no interviene en la dirección del mismo. Y una panorámica a lo largo de la Historia, contem plando naciones y períodos diferentes, no ha ría más que confirmar tal aserto. Mas he aquí que hoy surge un pretendido ejemplo de lo contrario: el Ejército popular de la Chifia roja. “La democracia es necesa ria al Ejército para destruir en él todo lo que .64 tar el pensamiento de Mao contenido en la obra que hoy constituye el “best-seller” chi no: el “Libro de los •guardias rojos”, donde se recogen pensamientos seleccionados del di rigente comunista chino. Como, por otro lado, también de este libro han bebido su inspiración los actuales movi mientos subversivos que por el mundo bro tan, sus Ejércitos “democráticos y populares” quieren ser un reflejo de lo que el chino sea. La actualidad del tema se acentúa así nota blemente. El Ejército, instrumento hacer la Revolución. del pueblo para De la lectura atenta de los pensamientos de Mao contenidos en tal libro (1), se pue den deducir algunas conclusiones bastante definidas acerca de la forma en que él entien de la democratización del Ejército. Mas qui zá sea necesario resaltar antes de nada que Mao vio en el Ejército un instrumento, y nada más que eso, indispensable para la difusión de la idea comunista a lo largo y a lo ancho de un país que iba siendo rescatado del do minio japonés y conquistado, después, al Kuo mintang de Chang-Kai-Check. Y para que el Ejército cumpliera tal misión con eficacia, de bía estar profundamente formado en el as pecto político; perfectamente imbuido de su papel difusor de una idea. No olvidemos que aquel libro contiene gran profusión de máxi mas, ideas y pensamientos surgidos con mo tivo de tales luchas; que incluye citas de mo mentos muy diversos de la vida china y que muchas de estas ideas sólo pueden ser ade cuadamente valoradas en íntima conexión con la circunstancia histórica en que se formu laron. “La línea de conducta a seguir en nuestra labor en el Ejército trata de conseguir un alto grado de unidad política”. “En el co mienzo de los programas de instrucción in teresa dar primacía al aspecto político, em peñándose sobre todo en mejorar las relacio nes entre oficiales y soldados, reforzar la uni dad interna y utilizar el extremo ardor de 105 cuadros y la masa de los combatientes; después se podrá actuar sin dificultad y con mejores resultados en la instrucción y con solidamiento de enseñanzas en el plano mi litar”. Estas, y otras parecidas, son las ex presiones a través de las cuales Mao subraya (1) Citazioni del Presidente Mao-Tse-Tung. Ji guardie rosse. Feltrinelli, Editore Mi lano, 1967. libro delle la importancia de esta identidad de pensa miento; la trascendencia de la formación doc trinal de sus hombres. Y ni que decir tiene que tal formación ideológica es la marxistaleninista, de conformidad con cuyos dieta dos los soldados adquieren conciencia revo lucionaria para llevar a cabo la guerra. No es nuestro propósito entrar ahora en la formación ideológica del soldado chino, pero consideramos indispensable convencer al lector del alto grado de formación ideológi ca comunista que para aquél se propugna, por que este estar impregnado de marxismo es lo que puede explicar algunas de las prácticas “democráticas” que a continuación examina remos, ya que ellas—en gran parte—son la consecuencia de la estructura jerárquica del comunismo y de su praxis. Las tres democracias. Para que un Ejército sea “popular”, en él deben coexistir tres tipos de democracia: la política, la militar y la económica (1). La primera se apoya en la idea básica de que oficiales y soldados son iguales políticamente hablando; o, dicho de otro modo, que cualquier combatiente revolucionario—cual quiera que sea su graduación—tiene derecho a opinar sobre los grandes problemas del par tido, del país y del Ejército, pues todos tie nen iguales obligaciones e idénticos deberes políticos. El exponente más notable de esta forma de entender la democracia política lo constituye, posiblemente, la práctica de la au tocrítica—de clara significación marxista—que se realiza en asamblea mixta de oficiales y sol dados, para comunicarse mutuamente sus in suficiencias y errores; y corregirlos después, claro está. La finalidad de esta práctica no se reduce a subsanar los desaciertos tan sólo; trata de fomentar la unidad entre los diver sos estamentos del Ejército desarrollando la cortesía en el trato mutuo, y fomentando la preocupación recíproca por protegerse, ayu darse y facilitarse, unos a otros, la respectiva labor. Las reglas de oro de la autocrítica —“a condición de no ser un elemento hos til”—, y siguiendo a Mao siempre, a quien pertenece el entrecomillado anterior, son: “no callar nada de lo que se sabe” y “nadie es culpable por haber hablado”. Todos tienen, pues, el derecho de opinar, aunque se equi voquen; y todos el deber de prestar atención. Naturalmente que su práctica exigirá un “fair (1) Según el «Curso de Subversión de la Aca demia Superior político-militar de Nanquim». 65 play” algo difícil de asegurar a priori; difi cultad que ya apunta Mao, por otra parte, cuando afirma que “ciertos compañeros que trabajan en el Ejército se han dejado conta minar de una cierta arrogancia, se compor tan de modo intolerable hacia el combatien te, la población, el Gobierno y el Partido. In culpan a los compañeros de lo que va mal; ven sus éxitos pero no sus defectos...” (1). Los oficiales, por tanto, tienen que oír con frecuencia las críticas y opiniones de los sol dados con respecto a ellos. Deben, asimismo, escuchar pacientemente las opiniones de los soldados acerca de los puntos más diversos; y aceptarlas, si fueran correctas. Si no lo son, tienen que esclarecer adecuadamente el asun to debatido. Como consecuencia de tal pro ceder, el respeto a la dignidad del soldado se cultiva al máximo; la práctica “feudal” del castigo corporal y de la injuria es abolida. En el trato del superior con el inferior debe utilizarse el método democrático de la per suasión, sin recurrir al autoritarismo o a la coacción. “La coacción puede someter, no convencer”—advierte Mao en su discurso a la Conferencia del Partido comunista chino, al hablar acerca de la labor de Propaganda—. Y añade, “este método tal vez pueda aplicarse al enemigo, pero no al amigo o al camarada”. Por otro lado, oficiales y soldados pasan a gozar de igual trato; las formalidades y cere monias inútiles son suprimidas. Los soldados, por su parte, pueden reunirse y expresarse li bremente. La democracia económica se traduce en que oficiales y soldados deben participar conjun tamente en la gestión administrativa de su Unidad. Las cuentas son hechas a la luz del día y la administración interna puede ser con trolada por cualquiera que lo desee y en todo instante. Los representantes elegidos por los soldados tienen el derecho de ocuparse de la compra de los artículos de primera necesidad y del aprovisionamiento alimenticio, siempre como asesores del Jefe de la Unidad y sin sustraerse de su mando. La democracia en el plano militar existe (1) En la filosofía marxista, y más concreta mente dentro de su teoría del conocimiento, la práctica—praxis—confirma la veracidad de una teo ría (la acción como criterio de la verdad), a la vez que actúa como correctivo de conocimientos falsos. Si la teoría es errada, sus fallos se reve larán inevitablemente en la esfera de la acción. De ahí la transcendencia de la autocrítica. Por otro lado, la teoría, a su vez, condiciona la acción por que el hombre actúa de acuerdo con su filosofía: de aquí la extrema importancia que se atribuye a la pureza ideológica y a la adoctrinación teóri ca. La teoría y la acción forman, pues, una unidad. 66 “cuando todos los oficiales y soldados expre san sus opiniones para encontrar así la mejor solución para resolver el combate” (1). Deben realizarse reuniones siempre que pueda ha cerse, y los soldados—bajo la dirección de su comandante—son estimulados a discutir para encontrar el mejor modo de atacar las po siciones enemigas; de conquistarlas; de cum plir su misión, en suma. Se trata de fomen tar, como siempre, la unidad entre las filas del Ejército y de desarrollar la iniciativa. También en el período de instrucción la democracia aparece por cuanto se propugna que el método a seguir es el de la enseñanza recíproca entre oficiales y soldados, que de ben transmitirse mutuamente sus conocimien tos y experiencias. No perdamos de vista, sin embargo, que esta idea se expresa en una época en que engrosaban las filas del Ejérci to rojo gran número de combatientes experi mentados ya en la lucha en curso contra el Japón. La práctica en sí, no obstante, sigue siendo válida. También los soldados deben instruirse entre ellos. A título informativo indicaremos que los puntos de atención pre ferente son el tiro individual, el ataque a la bayoneta y con granadas de mano, el com bate nocturno, etc., y que sólo en un segundo orden de preferencia se atiende al nivel tác tico de la Unidad como un todo. Aunque no es nuestro propósito entrar aho ra en el análisis de las dos jerarquías parale las—la politica y la militar—que a todo lo largo y lo ancho de la orgánica aparecen, no queremos cerrar este párrafo sin recordar su existencia y la consiguiente yuxtaposición de escalones de mando que originan: el órgano político y el cuartel general en el seno de una gran Unidad, o el comandante y el comisa rio político en una pequeña, son ejemplos de lo que decimos. Comandante y comisario po lítico son, ambos, jefes de la Unidad militar y los dos, solidariamente, responsables por ellas. Al mismo tiempo, además, recordemos que son los Comités—de los diferentes esca lones—los encargados de adoptar las decisio nes importantes, aunque en operaciones—y cuando las circunstancias así lo exijan—el jefe responsable puede adoptar las más urgentes. Hacemos mención a vuela pluma de esta or ganización y conducta para resaltar que el proceder colegial—una forma más de demo cracia—es aplicable al Ejército a la hora de conducirlo. “Antes de dar órdenes, consultar a los mandos inferiores”, advierte Mao. (1) Curso citado anteriormente de Nanquim. de la Academia A modo de conclusiones. Una pregunta que salta ya inmediatamen te a la consideración de cualquiera, tras l.a lectura de lo que llevamos expuesto, sería, ¿y la disciplina?, ¿cómo es posible mantener la, al menos en su concepción tradicional, des pués de un proceder como el apuntado? La respuesta nos la da Mao cuando afirma que la democracia interna del partido debe ser vir para reforzar la disciplina en el Ejército y no para abolirla. No caer en el “ultrademo cratismo”—señala Mao—que “nacido de la in disciplina individualista destruiría y disgrega ría todo”. “Todos los oficiales y soldados de nuestro Ejército deben reforzar el espíritu de disciplina y seguir resueltamente las órdenes, aplicar nuestra política, poner en práctica las tres grandes reglas de disciplina y las ocho recomendaciones (1), realizar la unidad entre el Ejército y el pueblo, entre el Ejército y el Gobierno, entre oficiales y soldados y, en ge neral, la unidad de todo el Ejército; no será tolerada ninguna infracción a la disciplina”. (Manifiesto del Ejército popular chino de li beración, octubre de 1947.) Cómo se pueda conseguir esto en la realidad, es algo que ve mos factible si admitimos que la formación ideológica del combatiente resulta tan profun da que se convierta en el cruzado de una idea, más que en el mercenario de una causa. Pos tura o situación ésta que, por otra parte, no es nueva ni mucho menos en la Historia. Esta disciplina—disciplina consciente, pues— estará basada más en el convencimiento que en otra cosa. En el respeto y preocupación de los superiores por los inferiores y viceversa; en compartir día a día, oficiales y soldados, sus alegrías y penas. Disciplina que no pue de ser otra cosa que la manifestación clara de la fuerza con que se vive una idea; y que (1) Las reglas aludidas son: — — obedecer las órdenes recibidas, en to dos nuestros actos; no robar los bienes del pueblo; devolver todo el botín a la autoridad. Las ocho recomendaciones son: — hablar educadamente; pagar honradamente lo que se compra; — devolver todo lo que se toma prestado; — pagar o sustituir lo deteriorado; —— no injuriar a la gente; — no dañar las cosechas; — no tomar libertades con las mujeres; no maltratar a los prisioneros. (De la Instrucción del Mando Supremo del Ejér cito popular de liberación. Octubre de 1947.) - “,, _1 .-i, • - -‘ :‘ -n’”’’ Ii, siempre será, en el Ejército, el reflejo de la intensidad con que tal idea política—el mar xismo—impregna la vida toda de China. La “participación” del inferior en el “go bierno” de la Unidad a que pertenece se ex tiende, por tanto, a diferentes campos: ins trucción, régimen interior, administración e, incluso, dirección de las operaciones. Cual sea el valor real de esta intervención es di fícil de precisar por nosotros, En cualquier caso, siempre será algo más cabal que el mero obedecer, El alcance de esta participación, de esta democratización del Ejército, quizá sea me nor de lo que en un principio pudimos dar a entender, pues no existe verdaderamente en el gobierno, en la dirección del Ejército o de sus operaciones una voluntad democrá tica de la mayoría que, sin más, se impone al resto de sus componentes. Esta hipótesis, por otra parte, sería descabellada. Pero hay un indudable cuidado por acrecentar la co munión entre cuadros y soldados a fin de que todos constituyan un bloque consciente y adecuadamente mentalizado para llevar ade lante una tarea común, que se ha hecho acep tar a cada uno de los componentes del Ejér 67 cito como necesaria, como indispensable. Na turalmente que la experiencia se integra más en el campo de la adoctrinación comunista de los hombres que en la propia dinámina del Ejército como tal organización; es la idea comunista que se difunde y llega a todas las Unidades haciendo que sus componentes, como ya señalamos, se vuelvan apóstoles de una idea. Sólo así pueden explicarse algunas de las prácticas señaladas. La eventual rebe lión del Ejército ante esta primacía de la formación política fue ya prevista por Mao, cuando señala los peligros de lo que él llama “mentalidad militarista”. Despreciar la labor política en el Ejército supone para Mao rea lizar un trabajo de “mera conservación de la efectividad militar de las Unidades”. Desarrollo Bibliografía consultada: — Citazioni del Presidente Mao-Tse-Tung, Ii li delle guardia rosse. Feltrinelli Editore; Milano, 1967. Guerrilhas e Revoluçóes. Coronel Gabriel .Bon net; Editora Civilizaçáo brasileira; Río de Janeiro, 1963. China, hoje. Cadernos D. Quixote, núm. 15; Lisboa, 1969. Vietnam. Mary McCarthy; Seix y Barral; Bar celona, 1968. Em cima da hora. Suzanne Labin. Distribui dora Record de Serviços de imprensa; Río de Janeiro, 1964. O Exercito na guerra subversiva. (Reglamen to del Ejército portugués.) Lisboa, 1966. Documentos varios del curso de Estado Ma yor del Ejército portugués. bro — — — — — — de la actividad española Breve resumen de noticias recogidas durante el mes pasado en distintas publicaciones. Coronel de Intendencia. JOSE M.a REY DE PABLO- BLANCO. 1. La economía del trasvase Tajo-Segura. II. La Cóncentración parcelaria. Producción y consumo de cemento. “ IV. El campo se mecaniza. y. La RENFE en 1969. - LA ECONOMIA DEL TRASVASE TAJO-SEGURA La inversión de 6.500 millones de pesetas, ci frada para la realización del trasvase TajoSegura, representa una gran economicidad res pecto a la alternativa de una planta potabiliza dora de agua de mar apuntada como solución para remediar la falta de agua del sureste es pañol, empresa esta última que supondría un presupuesto de 50.000 millones, de pesetas y la entrada en servicio de la planta en 1990, según datos recogidos de un estudio económico sobre el proyecto elaborado en los últimos meses por un grupo de especialistas en cuestiones técnicosocio-económicas. Muy en lineas generales, el problema plantea do en orden al desequilibrio hidráulico de Es paña responde a estos datos: de los 332 mil hectómetros. cúbicos de agua que en forma de lluvia caen al año en España, el 30 por 100 de ella, es decir, 97.Q0Q hectómetros cúbicos, van a parar a los ríos, y de ellos un 74 por 100 se vierte en el Atlántico y sólo un 26 por 100 va a 68 parar al Mediterráneo. Sin embargo, del agua que desemboca en el Mediterráneo, un 18 por 100 corresponde a la cuenca del Ebro y sólo un 8 por 100 se distribuye en las cuencas de Le vante. No obstante, la vertiente mediterránea, exceptuada la cuenca del Ebro, alberga hoy el 31 por 100 de la población de la Península. Si el litoral mediterráneo es el más escaso en recursos hidrográficos—según el informe a que hacemos referencia—, la cuenca del Segura es, dentro de este litoral, la más deficitaria. Dicha cuenca se ha señalado, desde siempre, por dos características contradictorias: los extraordina rios rendimientos económicos que el riego de su tierra lleva consigo y las grandes dificultades que se plantean para onseguir el agua que deman da la elevada productividad de los regadíos de la cuenca. El desarrollo completo del Plan llevará a unas producciones finales brutas de 9.700 millones de pesetas la agraria, 376 la de abastecimientos y 772 la hidroeléctrica, a las que corresponden unos beneficios agrarios de 5.550 millones de pesetas anuales, de abastecimientos 365 millo nes, e hidroeléctricos de 316 millones. De la construcción de. este proyecto de tras vase Tajo-Segura se seguirán beneficios indirec tos, beneficios generales y beneficios imponde rables. Entre los beneficios indirectos, el estudio se ñala: incremento de beneficios anuales del co mercio e industria nacional en las operaciones que originan las nuevas producciones o el in cremento de las existentes, bien se consuman interiormente o se exporten; incremento de be neficios anuales de las empresas productoras de bienes y servicios para la producción, que serán necesarios en las zonas transformadas, como resultado de la realización del plan e incremen tos de beneficios en las empresas suministrado ras de bienes y servicios de consumo, derivado por una mayor demanda de ellos, al amparo de la elevación del nivel de vida que genera esta realización. Los beneficios generales presentan una valo ración más precisa que los indirectos: incremen to de contribuciones e impuestos directos, de bido a la nueva actividad económica de la zona transformada por el plan, y que permitirían atender necesidades generales del país, así co mo de la comarca o municipio de la zona afec tada por la transformación. Por su parte, los beneficios imponderables más destacados son los siguientes: seguridad en las producciones agrícolas sin grandes oscila ciones debidas a anomalías pluviométricas; ma yor rendimiento productivo en terrenos de buena calidad, actualmente limitados por falta de llu vias; posibilidad de realizar un programa de mejora técnica, así como profesional, en la zona; disminución del paro encubierto; aumen to de ocupación al amparo del desarrollo indus trial que genera la nueva producción; incre mento considerable de puestos de trabajo, trans formación de un número de puestos agrícolas no calificados; desarrollo de una amplia red de pequeñas industrias mecánicas; aumento de las disponibilidades de agua potable, con su re percusión higiénica; desarrollo de vías de comu nicación; reducción de empleo de divisas en la importación de productos alimenticios; contri bución acusada enla mejora dietética del país al amparo de producciones tan importantes como frutas, hortalizas y carnes; efecto multi plicador en la actividad económica nacional y, contribución clara en la nivelación económica de las diversas regiones del país. LA CONCENTRACION PARCELARIA La concentración parcelaria en España tiene amplia resonancia por ser notorio su fuerte ritmo de avance que ha situado a nuestro país, en cuanto a superficie total concentrada, por de lante de cualquier otro de Europa occidental, donde se viene trabajando, con el mismo fin, desde el pasado siglo. Con frecuencia se registra la llegada de Dele gaciones extranjeras para estudiar sobre el te rreno el funcionamiento de dicho servicio espa ñol. Concretándonos a la concentración parcelaria podemos presentar a la consideración general un balance que justifica la expectación del mundo exterior que también tiene necesidad de modif i car sus estructuras agrícolas. Desde 1954, en que prácticamente dio comienzo aquélla, quedó con cluida, al terminar el año 1969, 2.555.350hectá reas. En la última anualidad citada la super ficie concentrada ha sido de 350.221, ligeramente superior a la prevista en el II Plan de Des arrollo, que fija la de 350.000 por año. Y según referencias que hemos conseguido al respecto, los proyectos para 1970 se refieren a unas 462.000, cifra que podría ser válida también para 1971, última anualidad de la vigencia del II Plan ci tado. Por ser ello factible, consideramos que al terminar el año 1971 el total de superficie con centrada será de unos 3.400.000 hectáreas, casi el 50 por 100 de los ocho millones que en prin cipio se consideraron como necesitadas de con centración. La evolución de esos trabajos queda reflejada en el gráfico estadístico que se inserta a con tinuación: N11e3 de 40-0 — 00 1 1 1 1 11 11 11 12 11 - 200 — / 1.00 z / - - - - — — — — — — — — — — — — i k1oe L954 ¶5 — 6 57 — 56 = — 59 0 = 61 62 63 6 6 66 67 63 6) Si desglosamos, por años, las zonas y la su perficie concentrada, tenemos el siguiente cua dro: Años 1954 1955 1956 1957 1958 1959 1960 1961 1962 1963 1964 1965 1966 1967 1968 1969 TOTALES Número Superficie de zonas Has 3 7 6 18 36 57 60 65 95 129 176 248 255 296 276 241 1.968 7.961 12.265 10.642 21.753 50.524 71.150 89.429 101.144 144.193 206.452 301.944 351.171 403.869 363.965 350.221 2.555.350 Hay que consignar que, también en 1969, fue ron promulgados 251 decretos declarando de utilidad pública la concentración parcelaria en igual número de zonas, con una superficie total de 421.350 hectáreas. Como en años anteriores, la región más im portante en las actividades de Concentración Parcelaria ha seguido siendo la de Castilla la Vieja-León. Dentro de la total actuación del servicio durante 1969, el 69,4 por 100de la su perficie total concentrada en toda España co rresponde a dicho espacio castellano-leonés, que figura con 243.249 hectáreas. Le sigue Castilla la Nueva, con 63.890; Albacete y Valencia, con 16.590; Galicia, con 8.380; Logroño y Nava rra, con 6.404; Vascongadas, con 4.743; Ara gón, con 4.580; Asturias-Santander, con 1.945; y Andalucía, con 440. PRODIJCCION Y CONSUMO DE CEMENTO El consumo de cemento es en España muy fuerte y aún lo será más en el futuro. Concu rren en nuestro país diversas circunstancias que obligan a incrementar el consumo del indicado producto, pues, además de lo que absorben deter minadas actividades comunes a todos los paí ses, como la edificación en general y la cons trucción de viviendas, nuestras peculiares con diciones de suelo y clima obligan a la ejecu ción de grandes obras hidráulicas (presas, con- 70 ducciones para riegos, etc.) que son verdaderas “devoradoras de cemento”. De otro lado están las necesidades, también muy fuertes, dé los puertos marítimos y las también importantes referidas a aeropuertos. Existe, por económico tanto, una yrelación estrechadeentre el desarrollo los consumos ce mento. No queremos alejarnos demasiado en nuestro análisis de la industria del cemento porque los años anteriores a 1960 pertenecen a un pasado ya histórico y con muy escasa influencia sobre la situación actual. Si algún influjo queda es de alguna aislada fábrica mal utillada y en trance de renovarse rápidamente, o cerrar. Todavía en 1963, es decir, con anterioridad al 1 Plan de Desarrollo, la producción de las ce menterías nacionales era sólo de 7,15 millones de toneladas. Hasta 1965, las cifras crecieron con cierta parsimonia; pero, a partir de enton ces, el incremento adquirió una mayor celeridad. En 1968 se llegaba a los 14,90 millones de to neladas y en 1969 se alcanzaron los 16,20 mi llones. Ha una previsión: antes de que termine el II Plan de Desarrollo (en 1971) se deben al canzar los 20 millones de toneladas. Hasta 1963, y sin duda en los anteriores, la producción, aunque baja, bastaba para satisfacer las necesidades del mercado. Pero ya en 1964, el consumo comenzó a despegarse con fuerza de la producción, siendo necesario llenar el hueco con fuertes importaciones. En 1965, año en el que el consumo fue de 11,8 millones de toneladas, fue necesario com prar en el exterior, con el consiguiente gasto de divisas muy cerca de dos millones de toneladas del indicado producto. A partir de esta fecha y a pesar de que las necesidades del mercado se incrementaron con gran rapidez, llegando a 13,70 millones de toneladas en 1967 y a 16,21 millones en 1969, las importaciones decrecie ron en razón del ya señalado desarrollo de las producciones. Pero en realidad, y como vemos en el cuadro adjunto, la autosuficiencia no se ha logrado hasta 1969. Se importaron en dicho año poco más de 100.000 toneladas de cemen to, casi en su totalidad referidas a cementos es peciales todavía no obtenidos en nuestro país en suficiente cantidad. De todos modos, cabe afirmar que el cemento ha sido literalmente barrido de nuestras listas de adquisiciones en los mercados extranjeros y se espera que tal situación se convierta en normal, dado que no existe escasez de materia prima que limite estas obtenciones, y de otro la maquina ria de las cementerías se fabrica ya en muy elevado porcentaje por nuestra propia indus tria de bienes de equipo. t EVOLUCION DE LA PRODUCCION Y CONSUMO DE CEMENTO MILLONES A ños DE TONELADAS Consumo porhabitante Producción Importación 1963 7,15 0,29 7,44 266 1964 8,11 1,17 9,28 393 1965 9,84 1,96 11,80 400 1966 11,81 1,12 12,93 417 1967 13,10 0,60 13,70 423 1968 14,90 0,30 14,93 461 1969 16,20 0,10 16,21 506 En relación con las importaciones del pro ducto que nos ocupa, debemos señalar que no existe un verdadero mercado mundial del ce mento, dado que la inmensa mayoría de los países tienden a producir lo que necesitan. El hecho parece obedecer no sólo a que se trata de un producto de bajo coste en relación con su peso y que, por tanto, eleva fuertemente su precio con los transportes, sino también por que el cemento es fácilmente deteriorable, so bre todo en los viajes por mar, que es el medio más barato para transportarle. Precisamente la apuntada circunstancia de costo bajo relativo y gran peso influye incluso en la radicación de las cementerías en el terri torio nacional, ya que se erigen en todas las re giones con el fin de que el producto no tenga que realizar grandes viajes para llegar a los centros de consumo. En los siete años que van de 1963 a 1969 la producción española d.c cemento pasó de 7,15 a 16,20 millones de toneladas, registrando, por consiguiente, más que una duplicación. El con sumo experimentó una trayectoria casi parale la, pero fue necesario recurir a fuertes importa ciones, que culminaron en 1965. A partir de en tonces comienzan a descender las compras en el exterior y hoy nos encontramos en una situa ción de absoluto equilibrio. Se ha alcanzado la autosuficiencia del ce mento, pero es necesario que esta posición, conconseguida sin duda con esfuerzo y merced a una buena proporción de empresarios dinámi cos, no se pierda. Para ello se hace preciso con tinuar con la implantación de nuevas fábricas y con la ampliación de las que ya existen. Para este año de 1970 se estima que el consumo ha de ascender a 18,84 millones de toneladas, y Consumo KG. para 1972 se espera que llegue a los 22,34 millo nes. Para el indicado año, el consumo de cemento por habitante será del orden de los 700 kilogra mos. En 1969 quedó en 506 kilos, y en 1963 era sólo de 266 kilogramos. Así, en el curso de una década, el consumo de cemento por habi tan.te quedará, prácticamente, multiplicado por tres. Las perspectivas de la industria son, por con siguiente, de continuada expansión. Durante los cuatro años de este II Plan de Desarrollo que ahora transcurre, las inversiones de la industria cementera serán superiores a los 11.000 millo nes de pesetas. EL CAMPO SE MECANIZA El parque de tractores inscritos a finales de 19:69 ha experimentado un incremento del 12,5 por 100 en relación con los matriculados en 1968. El valor absoluto de este incremento, que se cifra en 26.701 tractores, es superior al pre visto por el II Plan de Desarrollo Económico y Social. En total, el parque de tractores as ciende a 240.000 a finales de 1969. En valor ab soluto, el aumento más importante se registró en ambas Castillas, con un total de 6.847 trac tores, ligeramente inferior al registrado en el año pasado. El parque de cosechadoras se eleva a finales de 1969 a 30.000 unidades, lo que representa un incremento anual de 3.470 respecto a 1968. Al igual que sucedió en el año 1968, en el pre sente año son Castilla la Vieja y Castilla la Nueva las regiones en donde se matriculó el ma yor número de cosechadoras, alrededor del 50 por 100 del total de este año. 71 Estos aumentos son satisfactorios y revelan el trabajo de estas grandes máquinas, los agri que el agricultor está convencido que no hay cultores han podido conocer más de setenta má otra solución que mecanizarse, aunque esto no quinas de diferentes tipos. Tales demostraciones tuvieron lugar en To quiera decir que todo el mundo tenga que te ner tractores. Los parques de maquinaria coo rrijo.s-Barciense (Toledo), a sólo un centenar de perativos serían buena solución, y ya existe kilómetros de Madrid, y en Córdoba. algo de esto. Porque puede darse luego el ex tremo contrario de infrautilización de la maqui LA RENFE EN 1969 naria existente. En los momentos actuales, con Mucho se ha hablado de la crisis del ferro esos 240.000 tractores, frente a 19.981.000 hec táreas de superficie productiva labrada, repre carril. En las últimas décadas se han dedicado senta un tractor por cada 83 hectáreas de dicha muchas páginas a este problema de carácter mundial. El interés que ha suscitado el ferroca superficie labrada. rril ha sido tanto en el sector público, que tiene La Dirección General de Agricultura viene grandes intereses en este medio de transporte, organizando desd:e hace unos años concursos y como por el sector privado. Las razones de cri demostraciones de mecanización, que este año sis se centran en la fantástica competencia que van a llegar a su máxima expresión con 20 de durante estas décadas han presentado los de mostracion.es, que cada vez despiertan mayor in más medios de transporte (carretera, aire, ríos y terés en el agricultor: sobre remolacha, viñedo, canales navegables) al ferrocarril, tanto en el riegos por aspersión, transporte agrícola, veza transporte de mercancías como en el de pasa forraje, patata, frutales, maíz forrajero, aceitu jeros. na, etcétera. Afortunadamente, para el ferrocarril y para La progresiva mecanización de nuestra agri el sistema de transporte, parece ser que la crisis cultura hace cada día más necesario difundir está despertando al ferrocarril. La competencia entre los medios agrícolas toda la variedad de va a estar en el mercado y cada día más fuerte. elementos mecánicos que la moderna técnica y Ya se perciben manifestaciones claras de que la industria han diseñado para tal fin. el ferrocarril está dispuesto a presentar batalla Base fundamental en el desarrollo de todo para atacar las causas intrínsecas de la crisis cultivo es la preparación previa del terreno so citada. El ferrocarril se ha decidido al fin a to bre el que éste se va a realizar. Es imprescin mar ventaja de los nuevos adelantos técnicos. dible dedicar las máximas atenciones el levan El despertar del ferrocarril es prometedor y tamiento e incorporación de los rastrojos, así se espera que vuelva a colocarse este centenario como a las labores posteriores que completan medio de transporte en el rango que le corres el ciclo de barbecho preparatorio de la siembra. ponde, para bien del sistema de transporte y de Sin embargo, no hay una labor única adaptada a sus usuarios. todos los fines. Las circunstancias de estación, En el plan decenal de modernización de la clima y tipo de suelo determinan unas labores Renfe, 1964-1973, se preveía para 1968 un trá muy diferentes, incluso dentro de un mismo cul fico de viajeros de 11.100 millones (viajeros tivo. Conocidos estos factores, es fundamental kilómetro), arrancando en 1963 de 10.090 mi elegir un apero adecuado que pueda cumplir los llones de viajeros-kilómetro. Sin embargo, aque fines que le exigimos y para ello es necesario lla cifra quedó ampliamente rebasada, y se lle un conocimiento de las máquinas dedicadas al gó a los 11.835 millones de kilómetros-viajero. laboreo y de su funcionamiento y características. En el plan, se aspiraba para 1969 alcanzar Teniendo en cuenta lo que antecede, la Di 12.210 millones de kilómetros-viajero. En 1969 rección General de Agricultura ha organizado se llegó a los 12.710 millones. las 1 y II Demostraciones Internacionales de Es decir, que se va convirtiendo en realidad Laboreo Mecanizado, que permite a los agricul el comentario que precede a estas cifras. tores, técnicos y constructores comprobar las ca Pero hemos de resaltar que una de las obras racterísticas, adecuación y rendimientos de las más importantes realizadas en los últimos años máquinas, aperos y utensilios disponibles actual ha sido precisámente la del ferrocarril Madridmente para tal fin. Burgos. Consideren ustedes que la construcción de este Intervinieron en estas demostraciones los úl timos modelos de tractores, desde aquellos de ferrocarril comenzó en junio de 1928, figuran pequeña potencia para trabajos complementarios do entre las líneas incluidas en el plan preferente y superficiales hasta los enormes tractores que de urgente construcción de ferrocarriles, apro se necesitan para arrastrar los subsoladores o los bado •por real Decreto-Ley de 5 de marzo de 1926. En 1968, 18 de julio, Su Excelencia el arados de desfonde. Al margen de la novedad que puede constituir Jefe del Estado inauguró la nueva línea de 276 72 kilómetros. Cuarenta años después de iniciarse las obras. La traza del ferrocarril es una gran variante de la línea Madrid-Irún, que produce un acor tamiento de importancia entre sus estaciones ter minales, y por sus características técnicas es uno de los mejores ferrocarriles españoles y se pue de afirmar que el más seguro de Europa. Otra de las importantes realizaciones ha sido el servicio de Talgo entre Madrid y París y el de Barcelona-Ginebra. El primero pone la ca pital de Francia a pocas horas de la de España. Y esto ha sido posible por la instalación de cambio automático de separación de ruedas para los trenes de esta clase en Port-Bou. La mayor preocupación, sin embargo, ha sido en todo momento la vía, la seguridad del via jero. Durante el pasado año 1969 fueron renovados 530 kilómetros de vía, en su mayoría con carril de 54 kilogramos por metro lineal, y traviesas de hormigón. Respecto a las obras de refuerzo y sustitu ción de puentes, resaltan las realizadas en las líneas de Linares-Almería (Arroyo Bedmar), Mérida a Sevilla (río Guadiana), La EncinaValencia (río Júcar), puente de Vimalopo, Los Arcos y Barbacena, de la línea Alicante-Murcia; río Seco, de Burriana; puente del Mar, Chinchi lla y paso inferior de Tortosa, de la línea Valen cia-Tarrago.na. Fueron saneados numerosos tú neles de la línea Zamora-La Coruña, Betanzos El Ferrol y Palencia-La Coruña. Se construyeron nuevos puentes entre Mont melo y Breda para la instalación de doble vía. Otras mejoras del pasado año son: Extensión de la reserva electrónica de plazas y venta de billetes a las capitales de Madrid, Barcelona, Valencia y Zaragoza, e inclusión en el sistema de 112 trenes. La reestructuración del tráfico de detalle, con cierre al mínimo de mil estaciones y modifica ción de servicios de otras 200. Estudio y pro gramación del tráfico de “containers” e inicia ción de esta modalidad de transporte en la ex portación de naranjas. Para obras en las vías fueron adquiridas las siguientes máquinas: siete tractores y 42 re molques especiales para la formación de trenes de trabajo; un grupo de desguarnecedora-criba dora-machacadora de balasto; diez bateadoras niveladoras-ripadoras de vía; siete perfiladoras de balasto y siete compáctadoras de balasto. En relación con el plan general de moderni zación y mejora de estaciones, durante el año 1969 se mejoraron 97 edificios de estaciones y se modernizaron treinta estaciones. Respecto al material motor y remolcado, se incorporaron al servicio nacional del ferrocarril: tres locomotoras diesel para maniobras de 400 caballos, 16 locomotoras diesel de 850 caballos, seis locomotoras diesel de línea de 1.970 caba llos y otras 10 de 2.180 caballos, también die sel; dos de Talgo de 3.000 caballos; dos de línea de 4.000 caballos; 15 locomotoras bitensión de 3.000 kilovatios y siete coches motores ferrobús s/400. Respecto al material remolcado, fue incor porado el siguiente: Treinta y seis remolques unidades de tren, 36 remolques de Talgo, 44 de Tálgo de ancho variable, 25 coches de viajeros de segunda cla se, 500 cerrados de dos ejes, 295 plataformas de bogies, 185 de cuatro ejes, 150 vagones tolva bogies y 68 vagones tolva de cuatro ejes. La seguridad del viajero es la mayor preocu pación en el servicio ferroviario. Entre las ins talaciones de seguridad consignemos los siguien tes enclavamientos mecánicos con señalización luminosa en: Diez estaciones de la línea Palazuelo-As torga, cinco estaciones de la línea Madrid-Va lencia de Alcántara, dos de la de Venta de Ba ños-Santander, cuatro de Bobadilla-Málaga, una en la de Madrid-Irún, diez en la de MadridBarcelona y una en la de Barcelona-Port-Bou. Respecto a enclavamientos eléctricos: siete estaciones en la línea Madrid-Barcelona, una de las de Córdoba-Málaga, cuatro de los enlaces de Madrid, el triángulo de bifurcación de los enlaces de Zaragoza, estación de Pueblo Nuevo y enlace paseo de Gracia-Sagrera, de los enla ces de Barcelona, cuatro estaciones de la línea Tudela Veguín-Lugo de Llanera. Consignemos finalmente el bloque manual en los trayectos de Fuente Piedra-Málaga, AlarTorrelavega, Baídes-Arcos y la instalación de C. T. C. en la de Tudela Vegufn-Lugo de Lla nera. Durante el año pasado quedaron electrifica dos los 33,3 kilómetros de la segunda vía de Miranda-Vitoria; y finalizaron las de las sub estaciones de Cobetoría, Pajares, Plánolas y el telemando de las subestaciones de Medina del Campo, Venta de Baños, Avila y Segovia. Anotaremos como otras realizaciones la de 16,4 kilómetros terminados de infraestructura y superestructura y puestos en servicio. En enla ces ferroviarios, 26,2 kilómetros de infraestruc tura y superestructura y en servicio también; 12 kilómetros de vía con electrificación total mente terminada; otros 12 con los enclavamien tos terminados. 73 Información bibliográfica cieron afectos a la sombra imaginaria de la República. La técnica de narrador de Carr es brillan La misteriosa España de siempre se ha vuel te, atractiva y no cansa nunca, aun ante la to enormemente atractiva a partir de 1936. exposición oscura o desordenada. Historiadores, políticos y periodistas se acer can a ella y tratan, en ocasiones, de compren derla con rigor. Pero si para nosotros mis KENNETH MUNSON. Bombarderos 1939-45, mos muchas cosas propias son casi un enig y Cazas 1939-45.San Martín, 1969, 146 y ma, no debe extrañarnos que a los extraños 149 páginas, numerosas láminas en color. les resulte más difícil aún aquí el juicio exacto. Meterse de lleno en la Historia de Espa Hacia mitad de los años “treinta” de este siglo ña, aun parcelada a su época contemporánea, comienza el ascenso vertiginoso de la curva no es cosa sencilla. Tanto se ha escrito, ade aeronáutica en el mundo. La Luftwaffe ad más, sobre nosotros que resulta enojosamen quiere creciente potencia y los demás países te laborioso hacer una buena selección de comprenden, con más o menos rapidez, que fuentes. Ahora bien, uno de los problemas no pueden quedarse atrás. La Segunda Gue más peliagudos para el extranjero que “hace” rra Mundial continuaría de modo frenético historia española es saber separar el polvo de este proceso, que ya no se interrumpiría. la paja bibliográfica, pues el término medio El profesor Kenneth Munson ha cataloga que se obtiene aceptando por igual a unos y do de modo perfecto los más característicos otros rara vez garantiza el acierto. Raymond Carr arranca de aquel año de aviones de bombardeo y caza de la gran con Una serie admirable de láminas 1808, en el que indudablemente se dejó atrás flagración. en color y una reseña muy apretada permi un pasado, seguro si se quiere, pero inútil ya, ten al lector tener una visión panorámica de para adentrarse en el futuro preñado de in lo que fueron los bombarderos y los cazas terrogaciones, dado el contraste entre nuestro viejo modo de ser y los aires nuevos que ba desde 1936 a 1945. RAYMOND CARR. España 1808-1939.Ariel, Barcelona 1969, 734 pág., fotografías. tían el mundo. Como preámbulo, Carr estudia la estructu ra económica del “antiguo régimen”. Como colofón, el autor nos presenta, acabada ya nuestra guerra de 1936, cara a un futuro lleno de peligros por dentro y por fuera. Este rápido estudio de la Guerra de Libe ración, condensado en un epílogo, pone a flor de piel las virtudes y los defectos del libro. Aciertos indudables__»el entusiasmo fue lo más característico de la vida en los primeros días de la guerra civil”—junto a claros erro res, derivados casi siempre de la aceptación como veraz de una fuente apasionada. Así, al acatar las palabras del “internacionalista” Gustav Regler, cuando afirma que la esencia del Madrid de los días siguientes al Alzamien to era, nada menos, que “una confianza fre nética en la libertad”. Los tópicos abundan, y al efecto señalare mos el de llamar “revolución de los genera les” a dicho Alzamiento, cuando ya se sabe bien que fueron bastantes menos los genera les que se sublevaron que los que permane 74 JOSE MANUEL MART1INEZ BANDE. La invasión de Aragón y el desembarco en Mallorca. Servicio Histórico Militar y Edi torial San Martín, Madrid 1970, 320 pági nas, gráficos y fotos. Aquí está el escenario de Levante en nues tra guerra. “Como en tiempos de la Recon quista—dice el autor de ese libro—el pedazo de territorio situado al este del meridiano que pasa, aproximadamente, por Zaragoza repre sentó un gigantesco campo de batalla, aisla do en cierto modo del resto de España.” En este escenario van a tener lugar dos acontecimientos capitales: uno será breve, la invasión de Mallorca; otro no se interrum pirá desde el 19 de julio, la lucha en los cam pos aragoneses. La fuerza expansiva de am bos episodios radicará en Valencia, y más to davía, en Cataluña. De allí saldrán las colum nas innumerables que, animadas de una total seguridad en la próxima victoria, tratarán de ocupar fácilmente Mallorca, Zaragoza, Hues ca, Teruel y hasta la Rioja y Navarra. Frente a esa fuerza se alzarán la sobriedad de me dios, la serenidad en resistir, el heroísmo: Siétamo, Huesca, Belchite (que ya vislumbra su futuro trágico destino), Porto Cristo... Y detrás, la lucha en la retaguardia, entre anarcosindicalistas y marxistas. Lucha enco nada, igualmente trágica y que culminará en los “sucesos de mayo” de Barcelona. Tanto como el escenario del frente atrae de este li bro la visión de la retaguardia roja, principal mente la barcelonesa, lección eterna de po lítica, e incluso de política revolucionaria. INGRESO ENACADEMIAS MILITARES Y ESCUELA NAVAL TEMU DE hEOMETIfl llflfi[ITICU YREPK[EIITIICIO DE EllffCIllE Por el Teniente Coronel de Artillería, Antonio HERNÁNDEZ LOPEZ que responde al Programa que sobre dichas materias está actualmente en vigor para el ingreso en los citados Centros. Este texto ha sido oficialmente incluido entre los recomendados para contestar al referido Programa de Ingreso, según órdenes insertas en: B. D. D. B. O. del E. núm. 13 de 16 de enero de 1967. D. del M. del Ejército núm. 14 de 18 de enero de 1967. O. del M. de Marina núm. 14 de 17 de enero de 1967. O. del M. del Aire núm. 7 de 17 de enero de 1967. 190 páginas 125 ptas. Precio: Pedidos a Ediciones EJERCITO. Alcalá, 18, 4.°. Madrid (14) 75