Los recargos tributarios no son (tan) automáticos En su reciente

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Los recargos tributarios no son (tan) automáticos
En su reciente sentencia de 12 de diciembre de 2011, la Audiencia Nacional ha
vetado la automatización en la aplicación de los recargos por las regularizaciones voluntarias de los contribuyentes, toda vez que pueden infringir el principio
de proporcionalidad y la buena fe de los contribuyentes ante la Administración.
En efecto, la normativa tributaria prevé la posibilidad de que los obligados
tributarios adecuen voluntariamente su situación fiscal a la Ley, eximiendo de la
imposición de sanciones, pero aplicando, en su lugar, los llamados recargos por
declaración extemporánea sin requerimiento previo.
En aplicación del literal de la Ley, la Administración aplica y defiende que dichos
recargos tienen carácter automático, es decir, la mera presentación de una
complementaria supone la exigencia del recargo con independencia de las
razones que hayan llevado a esta rectificación favorable a Hacienda.
La Audiencia Nacional, en cambio, siguiendo la estela de algunos pronunciamientos judiciales aislados, insiste en que la Administración debe analizar la
motivación del contribuyente en el momento de la regularización voluntaria.
Sostiene que los recargos deben entenderse como instrumentos para motivar al
obligado
tributario
a
regularizar
su
situación,
pero
en
ningún
caso
un
impedimento a la misma.
En el caso analizado, una Inspección tributaria de IVA —que había finalizado con
una rectificación en relación con el momento de imputación de cuotas aunque
sin sanción—, llevó al contribuyente a la corrección voluntaria de los ejercicios
siguientes en los que se producía la misma irregularidad.
Debido a la periodificación en el IVA, en algunos trimestres regularizados por el
contribuyente resultaba un mayor IVA a compensar, en algunos mayor IVA a
devolver y solo en uno de los periodos resultaba un ingreso a favor de Hacienda.
Con ello “automáticamente” la Administración impuso un recargo por declaración
extemporánea del 20% sobre dicha cuota.
La Audiencia Nacional reconoce la buena fe del contribuyente que regulariza su
situación tributaria, ahorrando recursos a la AEAT, y declara la improcedencia de
los citados recargos, toda vez que adolecen de la más esencial proporcionalidad.
Ello es así, toda vez que en ese supuesto, habría sido más beneficioso para el
contribuyente
esperar
a
la
actuación
de
la
Inspección,
que
regularizar
voluntariamente su situación, viendo incrementada su deuda con el recargo.
Se confirma por lo tanto, la necesidad de eliminar los automatismos en la
aplicación de la normativa tributaria, que en muchas ocasiones se produce ya
sea por la necesidad de recaudación, o por la aplicación excesiva de aplicaciones
informáticas, y con ello sitúa el principio de proporcionalidad como vara para
medir la procedencia de los recargos por extemporaneidad.
Una buena noticia para los contribuyentes en momentos de crisis.
Nuria Nicolau y Santiago Pons-Quintana
Abogados del Departamento Contencioso Tributario
de Cuatrecasas, Gonçalves Pereira.
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