Gona Gorriak Personajes (En orden de aparición) Maiñaxi: criada principal de la casa Karmele: sobrina de Maiñaxi y su ayudante en las labores domésticas Bartolomé Goyeneche: inspector de policía José Luis Ramírez “Ratman”: ayudante del inspector Goyeneche Mikaela Sistiaga: la protagonista de esta historia Lady Dorothy: hermana de Mikaela, ex vedette casada con un noble inglés Teresa Mitxelena: hija de Mikaela y viuda de Fernando Maeztu Kattalin Mitxelena: la benjamina de la familia Ursula: personaje circense con grandes poderes paranormales. Fernando Maeztu: el muerto Rumpelstiltskin: el hombre de Madrid Los personajes y hechos que aparecen en esta obra son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera casualidad. PRIMER ACTO LA MUERTE Donostia – San Sebastián Marzo de 1966 2 ( Maiñaxi y Karmele extienden un mantel blanco sobre la mesa del comedor. Ambas visten uniforme de servicio doméstico. Comentan la llegada de la señora Dorotea mientras se preparan para el trajín de la mañana) MAIÑAXI: Karmele, segi gora eta hasi zaitez Fernando jaunaren bulegoa garbitzen. Nik mahaia jantziko dut, gosaria prest utzi eta ondoren lagunduko dizut logelekin. KARMELE: Ez al dira jaiki oraindik ? MAIÑAXI: Gosaltzera behintzat ez da inor azaldu . Bart goizaldera arte gelditu direla uste dut . KARMELE: Afalostea luzatu egin zen orduan? MAIÑAXI: Bai. Ni hamabiak aldera oheratu nintzen eta hementxe gelditu ziren kontu kontari. Ah! Esan al dizut etxeko andrearen ahizpak perfume goxo bat ekarri didala Ingalaterratik? KARMELE: Zeinek , Dorotea andreak? Atzo ikusi nuen Bilbotik iritsi zirenean. Benetan ederra iruditu zitzaidan , distintzio handikoa. MAIÑAXI : Dorotea betidanik izan da emakume dotorea . Gaztetan Donostiako gizon guztiak txora-txora eginda zituen. Artista famosa izan zen gerra aurretik , Biarritzen abesten zuen, kasinoan. Gero, gerra ostean, Ingalaterrara ezkondu zen eta orduz geroz noizbehinka baino ez da etortzen. KARMELE: Palazio batean bizi dela entzun dut. (hasperen eginez) Ayyyy… Gustura joango nintzateke palazio batera neskame . MAIÑAXI: Isilik egon zaitez. Nola joango zara ba Ingalaterrara, hitz erdik ere ez dakizu eta ingelesez? KARMELE: Ba ikasi egingo nuke. MAIÑAXI: Ikasi? Eskolan horrenbeste urte eta kredoa ere ez duzu eta ikasi. Eskerrak amak hona bidali zintuen, horrela behintzat ofizio bat ikasiko duzu. Ala, segizu gora eta hasi hautsa kentzen. KARMELE: Gorantz abiatuko naiz ba…. ( Karmele se dirige hacia la salida del escenario) MAIÑAXI: Eta kontuz leihoak irekitzean, gogotik ari du eta euria! (Karmele sale del escenario. Maiñaxi canturrea mientras pone la mesa. De repente un grito la paraliza) 3 KARMELE: Ahhhhhhhhh!!!!!!!!!!!!! Ahhhhhhhhh!!! Tia Maiñaxiiiiiiiii!!!!!!!!! Tia Maiñaxiiiiiiii!!! Etorriiiiiiii!!! Fernando jauna!!!!!! Ahhhhhhhh!!!! xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx Ding Dong (llaman a la puerta) (Karmele abre la puerta. Entran dos hombres vestidos con gabardinas y sombreros. Dan un paso adelante y enseñan la placa). INSPECTOR: Buenas tardes. Soy el inspector de policía Bartolomé Goyeneche y éste es mi ayudante José Luis Ramírez. Nos gustaría hablar con el señor de la casa. ¿Podría informarle de nuestra presencia? KARMELE: Aquí no hay ningún “señor de la casa”. Había uno pero lo mataron ayer. En esta casa mandan las mujeres. INSPECTOR: Pues en ese caso, nos gustaría hablar con la “señora de la casa”. KARMELE: Esperen aquí, por favor. Y no mojen la alfombra con los paraguas. ( El inspector y su ayudante depositan los paraguas en el paragüeros y Karmele sale del escenario. Aprovechan la espera para comentar el caso.) INSPECTOR: ¿Ha leído el informe preliminar? RAMÍREZ: Sí señor. INSPECTOR: ¿Y? ¿Algo que comentar? RAMÍREZ: En mi opinión Fernando Maeztu ha sido asesinado por alguien de su entorno más próximo. Y me aventuraría a decir que probablemente por una mujer. INSPECTOR: Explíquese un poco mejor. RAMÍREZ: (leyendo las notas de su cuaderno) A ver… el susodicho ha aparecido muerto en su despacho, es decir, en su propia casa, y no hay indicios de que hayan forzado ni puertas ni ventanas. Por tanto, podemos deducir que el asesino fue invitado a entrar, o bien, es alguien que vive en esta casa. INSPECTOR: Es sorprendente lo que ha aprendido estos últimos meses, Ramírez. Está haciendo grandes progresos. ¿Y por qué piensa que Maeztu ha sido asesinado por una mujer? RAMÍREZ: Según el informe forense, ha muerto envenenado. Y ya sabe lo que se dice sobre el veneno y las mujeres: en un gran número de casos de muerte por envenenamiento el autor del crimen suele ser del género femenino. 4 INSPECTOR: Admito que es una hipótesis bastante bien formulada pero no deja de ser una posibilidad entre cien. Le aconsejo que abra bien los ojos y no pierda detalle de lo que se hable aquí. Quiero que anote todo lo que le parezca relevante y que no descarte ninguna pista sin haberlo consultado previamente conmigo. ¿Alguna otra cosa que quiera comentarme? RAMÍREZ: Lo de las cartas del Tarot. INSPECTOR: Sí, a mí también me tienen intrigado. Es evidente que el asesino las dejó por algún motivo. Puede que sean una especie de tarjeta de visita o que el asesino las haya dejado para dar un aviso a terceras personas. O puede, incluso, que haya querido decirnos algo a nosotros. RAMÍREZ: ¿Se refiere a un mensaje secreto? INSPECTOR: Sí, algo así. Estoy convencido de que esas cartas tienen un significado oculto. RAMÍREZ: Señor, necesitamos contactar con alguien que sepa leer las cartas del Tarot. INSPECTOR: ¡Ja! Como si fuera fácil. ¿De dónde sacamos a un buen tarotista? La mayoría son unos farsantes y unos timadores. RAMÍREZ: ¡Ya sé de dónde! Del circo Maravilla. INSPECTOR: ¿Del circo Maravilla? ¿De qué cojones me está hablando? RAMÍREZ: Ayer estuve en el circo con mi sobrino Carlitos y, casualidades de la vida, vimos un espectáculo de magia realmente extraordinario. El Maestro Dadis nos dejó a todos con la boca abierta. Créame que ese hombre tiene poderes sobrenaturales. Durante la función de ayer movió objetos con el poder de su mente y se comunicó con el espíritu de Isabel la Católica. Estoy seguro de que él podría ayudarnos con el Tarot. INSPECTOR: ¿Cómo ha dicho que se llamaba? RAMÍREZ: Maestro Dadis. INSPECTOR: No sé, no sé…Eso de Maestro Dadis me suena a Maestro Estafa, pero bueno… por ahora, es lo único que tenemos. (Karmele y Mikaela entran en escena desde la entrada de la derecha. Karmele se acerca a la puerta mientras Mikaela se sienta en una de las butacas del salón. Su porte refleja un carácter fuerte y severo. Viste de luto y tiene la cara limpia, sin maquillaje, con el pelo recogido en un moño. En el salón hay dos butacas y un sofá tresillo. Una mesita en el centro y varios muebles en el fondo: una radio, un revistero, un mueble bar…) 5 KARMELE: Pueden pasar. Doña Mikaela les espera en el salón. Los abrigos, por favor. INSPECTOR y RAMÍREZ (mientras se desvisten): Gracias. MIKAELA: (se levanta y con un gesto de mano les invita a sentarse) Buenas tardes. Soy Mikaela Sistiaga, viuda de Mitxelana. ¿En qué puedo ayudarles? INSPECTOR: Buenas tardes señora, somos el inspector Bartolomé Goyeneche y el agente de policía José Luis Ramírez. Estamos investigando el asesinato de Fernando Maeztu y nos gustaría hacerle unas preguntas para esclarecer ciertas cuestiones. Ya sé que éste es un momento muy difícil y comprendo su dolor pero es necesario que nos ayude en la investigación. Cuanta más información tengamos, antes resolveremos el caso y antes atraparemos al asesino del señor Maeztu. MIKAELA: Como bien ha dicho, inspector, estamos destrozadas por la trágica muerte de mi yerno pero tanto yo como mis hijas intentaremos ayudarles en lo posible. INSPECTOR: Gracias señora… Entiendo por sus palabras que el señor Maeztu estaba casado con una de sus hijas. MIKAELA: Sí, con mi hija mayor, con Teresa. INSPECTOR: ¿Y se encuentra su hija Teresa en casa? MIKAELA: (dirigiéndose a la sirvienta) Karmele, esaiozu Teresari egongelara jaisteko. INSPECTOR: Doña Mikaela, antes de empezar con las preguntas rutinarias quiero que me responda a una cuestión que nos inquieta mucho. ¿Tenía su yerno algún tipo de vínculo con grupos de cultos paganos? MIKAELA: No, que yo sepa. Y me extrañaría muchísimo. Fernando no era precisamente un hombre espiritual. Todo lo contrario, yo diría que era un hombre bastante racional y pragmático, incluso un poco materialista. ¿Por qué lo pregunta, por lo de las cartas del Tarot? INSPECTOR: Sí. MIKAELA: Mi abuela echaba las cartas y mi madre también. Yo nunca he tenido interés por el Tarot ni he aprendido a interpretar las cartas pero reconozco las figuras de la baraja. Puedo decirle con total seguridad qué tres cartas dejaron junto al cuerpo de Fernando: “La Muerte”, “La Torre” y “La Suma Sacerdotisa”. INSPECTOR: (sacando de una bolsita las tres cartas) Tiene buena memoria. Aquí están las tres: “La Muerte”, “La Torre” y “La Suma Sacerdotisa”… 6 (Pone las cartas, en fila, encima de la mesita que hay en el centro del salón. Entran en escena Karmele, Teresa y Kattalin. Estas dos avanzan hacia el centro del salón y se paran esperando el saludo de los policías. Su juventud contrasta con el color negro de su vestimenta. Teresa casi no puede levantar la mirada, se la ve agotada y profundamente triste. Kattalin desprende alegría y vitalidad, tiene una mirada traviesa y aunque vista de luto, lleva el pelo suelto y los labios rojos. El inspector y Ramírez se levantan de sus asientos y saludan con gran corrección. Rectifico, el inspector saluda con gran corrección porque Ramírez no consigue articular palabra. La belleza de Kattalin lo ha dejado fuera de juego ) INSPECTOR: Señoras, lamentamos mucho su pérdida. TERESA y KATTALIN: Gracias. INSPECTOR: Ramírez, salude a las señoras. RAMÍREZ: Ehhhhhh…(con cara de bobo y media sonrisa en su boca) KATTALIN: (pícara) A Ramírez le ha comido la lengua el gato. RAMÍREZ: (sigue sin aterrizar) Jo jo jo…(en tono infantil y mimosote) Los gatos no me gustan. Son malos con los ratoncitos. INSPECTOR: ¡¡Ramírez!! ¡Pero qué sarta de tonterías está diciendo! Creo que ha llegado la hora de que vaya al circo a por el Maestro Dadis. RAMÍREZ: (avergonzado) Disculpen, no sé qué me ha pasado. Será mejor que salga a por el Maestro Dadis. Volveré enseguida. (Karmele le trae el abrigo) KARMELE: (con retintín) Se le olvida el paraguas, Ramírez. RAMÍREZ: Ah sí, el paraguas. Gracias. (Ramírez sale del escenario. El inspector intenta disculparlo y retoma el hilo de la investigación). INSPECTOR: Señoras, lo siento muchísimo. Este comportamiento no es propio de Ramírez. Parecía estar hipnotizado. MIKAELA: No se preocupe inspector .Ya lo dijo Emile Zola: “La juventud es inmoderada en sus deseos”. INSPECTOR: En fin, esperemos que se le haya pasado la tontería. MIKAELA: (se levanta y presenta a sus hijas) Éstas son mis hijas Teresa y Kattalin. Fernando era el marido de Teresa. 7 INSPECTOR: Mi más sentido pésame. TERESA: Gracias inspector. (Teresa y Kattalin toman asiento) INSPECTOR: Teresa, voy a hacerle un par de preguntas un tanto incómodas. Quiero que me responda con total sinceridad. ¿De acuerdo? TERESA: Adelante. INSPECTOR: Sabe si su marido tenía problemas con alguien. Me refiero a problemas serios: amenazas, chantajes, deudas… TERESA: No que yo sepa. Fernando no acostumbraba a hablar de sus negocios ni de sus problemas en el banco y la verdad es que yo tampoco le preguntaba. Solía llegar a casa tan cansado que me daba pena importunarlo con preguntas sobre el trabajo. Procuraba que la cena fuera agradable y distendida y que él se olvidara de los problemas de la oficina. No sé, supongo que trataba de ser una buena esposa. (con voz temblorosa) ¿Cómo iba a imaginar que pudiera pasar algo así! INSPECTOR: Tranquila, lo entiendo perfectamente. Debo hacerle otra pregunta y no quiero que se sienta ofendida, por favor. ¿Mantenía su marido relaciones íntimas con alguna otra mujer? TERESA: No, no lo creo. Nos casamos hace cinco meses. No ha tenido tiempo para buscarse una querida. Además, Fernando y yo nos queríamos muchísimo. INSPECTOR: Así que se casaron este otoño. TERESA: Sí, nos casamos en octubre. Tras la boda nos instalamos en una preciosa casa de la calle Churruca pero tuvimos que mudarnos temporalmente aquí porque en nuestra casa había goteras. Y ahora que ya casi han terminado las obras, no sé cómo voy a poder vivir, yo sola, en esa casa tan grande y tan vacía. INSPECTOR: Entiendo…Entonces, durante estos últimos meses han vivido aquí con su madre y con su hermana Kattalin. TERESA: Sí. Y con Maiñaxi, que es como de la familia, y con su sobrina, Karmele, que vino para echarle una mano. Estos meses al haber más gente en casa pues también ha habido más trabajo. INSPECTOR: (apuntando en su bloc) O sea que anoche durmieron en esta casa: Doña Mikaela, Teresa, Kattalin, Maiñaxi y Karmele. Y el difunto señor Maeztu, por supuesto. KATTALIN: Y la tía Dorothy, que llegó ayer de Inglaterra. 8 INSPECTOR: ¿Quién es la tía Dorothy? DOROTEA: (entrando en el escenario) Dorotea Sistiaga, hermana de Mikaela y tía de estas dos encantadoras criaturas. ¿Y usted es? (Dorotea viste de luto pero lleva unos zapatos rojos que combinan con un foulard de plumas al cuello. Está maquillada y arreglada. El pelo recogido. Tiene un aire extravagante en su manera de hablar y de comportarse) INSPECTOR: El inspector de policía Bartolomé Goyeneche. DOROTEA: Encantada de conocerlo inspector Goyeneche. INSPECTOR: Igualmente, señora Dorotea. ¿Así que usted es hermana de Doña Mikaela? DOROTEA: Desde el mismo día en que nací. Últimamente no nos vemos mucho porque yo vivo en Inglaterra pero adoro a mi hermana y no podía faltar a su fiesta de cumpleaños. INSPECTOR: ¿Fiesta de cumpleaños? MIKAELA: Este fin de semana cumplo 55 años. Había organizado una pequeña fiesta para celebrarlo pero como supondrá en esta casa no va a haber fiestas en una larga temporada. Dorotea llegó ayer por la tarde con la idea de quedarse unos días. INSPECTOR: Ajam… ¿Y ha dicho que vive en Inglaterra? DOROTEA: Sí… (recordando) desde 1946. Conocí a mi marido en Francia, durante la segunda guerra mundial, en los últimos días de la ocupación nazi. Mi marido vino con las tropas aliadas. Era tan apuesto y educado, tan guapo. Yo no tenía ni idea de inglés pero él chapurreaba algo de francés y la verdad es que nos entendimos a las mil maravillas. Cuando supe que era un hombre muy rico y que debía regresar a Inglaterra tuve que enfrentarme a uno de los mayores dilemas de mi vida: dejar mi carrera o dejar a mi amor. Y opté por dejar mi carrera. INSPECTOR: Si no es indiscreción… ¿Cómo hizo fortuna su marido? DOROTEA: Mi marido es hijo del conde de Locksley y yo soy Lady Dorothy, señora de los bosques de Sherwood y madre de dos hijos que más que alegrías me dan disgustos. ¡Con esos cortes de pelo tan horribles! No quiero ni imaginar las fiestas que harán en la casa de Londres. Hace dos semanas llamaron a mi marido para que fuera a pagar la fianza de nuestro hijo mayor. Lo habían detenido por posesión de drogas. ¡Bochornoso! ¡Realmente bochornoso! La culpa es de un amigo suyo que es un drogadicto y está todo el día en la luna. Imagínese se llama Keith Moon. MIKAELA: Igual es un lunático. Quién sabe. 9 DOROTEA: ¡Oh my God! No me digas esas cosas Mikaela que bastante preocupada estoy ya. INSPECTOR: (a Dorotea) ¿Y a qué se dedicaba usted antes de casarse? DOROTEA: ¿No ha oído hablar del “ángel de los rizos de oro”? INSPECTOR: Pues no. Lo lamento, pero no. DOROTEA: Yo era una estrella, una diva de música, el ritmo y la melodía. Comencé actuando en los teatros y cabarets de San Sebastian y de Bilbao y llegué a actuar en Barcelona y en el Olympia de París. Cuando estalló la guerra decidí instalarme al otro lado de la frontera y durante los siguientes años canté en el casino de Biarritz. ¿Te acuerdas Mikaela de aquellas noches de puros y champán? Creo que si cerrara los ojos aún podría oír aquella bonita música… (empieza a tararear) KATTALIN: Egin ezazu dantza izeba! Aspaldian ez duzula dantzarik egiten. DOROTEA: Ez iezadazu bi aldiz esan…(se mueve ligera al son de la música). BAILE (Baila unos pasos de Charleston y cuando termina todos la aplauden) TERESA: Oso ondo izeba! DOROTEA: Ez da lehen bezala, orain berehala nekatzen naiz eta hankek ez dute lehengo arintasunik. Baina oraindik ere badaukat erritmo pixka bat eh! KATTALIN: Noski baietz, ederki egin duzu dantza. INSPECTOR: Reconozco que es usted una gran bailarina. Me habría gustado verla en su época de esplendor cuando era una rutilante estrella del Music Hall europeo. MIKAELA: Inspector, no sabe lo que dice…Hombres más grandes que usted cayeron ante los encantos de Dorotea. No sé qué les daba, pero todos, sin excepción, se volvían locos por ella. Hasta hubo uno que se suicido para llamar su atención. DOROTEA: No se suicidó. Quiso hacerlo pero no lo consiguió. La cuestión es que decidió tirarse de la Torre Eiffel pero aquel día los ascensores no funcionaban y tuvo que subir hasta arriba andando. 1665 escalones. Para cuando subió habían cerrado la azotea y tuvo que bajar otra vez los 1665 escalones. Terminó tan cansado que desistió de sus planes suicidas. MIKAELA: A sí, ahora lo recuerdo. ¿Aquel hombre no era cojo? 10 DOROTEA: Sí, lo hirieron en la guerra y sufría terribles dolores en sus piernas. TERESA: Qué historia tan triste. Creo que voy a llorar. KATTALIN: No es una historia triste, es romántica. DOROTEA: Llora, Teresa, llora… Estamos para consolarte. Ding Dong (llaman a la puerta) (Karmele hace pasar al ayudante Ramírez y a la Mujer Barbuda. Recoge sus abrigos y los paraguas. La conversación del salón es interrumpida por la entrada de Ramírez y la Mujer Barbuda. Fuera sigue lloviendo. ) RAMÍREZ: Buenas tardes señoras. INSPECTOR: ¡Joderrrr!, !Qué susto! KATTALIN: ¡Dios mío! ¡Es hirsuta! RAMÍREZ: No, se equivoca usted, señorita. Es bá-va-ra, de Bavaria. INSPECTOR: ¡Ramírez, por Dios! ¡Déjese de majaderías! ¿Me quiere explicar quién es esta mujer? RAMÍREZ: Es la Mujer Barbuda, señor. INSPECTOR: No me diga… ¡Y yo que pensaba que era caperucita roja! (enfadado) Me refiero a ¡qué hace esta mujer aquí! ¿No había ido usted a por el Maestro Dadis? RAMÍREZ: Así es pero el Maestro Dadis no ha podido acompañarme y ha enviado a Ursula en su lugar. URSULA: Buenas tardes. Buenas tardes. (Una a una se acerca a todas las personas que hay en el salón y estrecha sus manos. Su forma de dar la mano es enérgica y un poco brusca.) MIKAELA: Siéntese por favor, Ursula. ¿Le apetece tomar algo? ¿Un café? ¿Unas pastitas? URSULA: Ummmmmm (se lo piensa) Coñac. Gracias. MIKAELA: (mirando a su hermana) Dorotea… DOROTEA: (acercándose al mueble bar) Ok, me encargo yo de poner las copas. ¿Les apetece algo a los señores? ¿Tal vez un Dry Martini? ¿O un Manhattan? 11 RAMÍREZ: ¿En serio que sabe preparar esos coctails? DOROTEA: Por supuesto, darling. No hay nadie en toda Inglaterra que sepa hacer unos coctails tan ricos como los míos. No es casualidad que la Reina Madre me invite a todas sus fiestas. RAMÍREZ: En ese caso tomaré uno, con el permiso del inspector. INSPECTOR: Ramírez, recuerde que estamos trabajando. No me gustaría tener que hacer de niñera. RAMÍREZ: No se preocupe, inspector, soy uno de esos hombres que sabe beber sin emborracharse. DOROTEA: Prepararé unos cuantos para todos… Ok? TERESA: Maiñaxi, nik mantzanila bat hartuko dut. Estomagoko tristura pixka bat daukat… MAIÑAXI: Anisik nahi al duzu kamomila goxatzeko? TERESA: Ez, azukrea eta kitto. Eskerrik asko. INSPECTOR: Entonces, Ramírez, dice que esta mujer sabe leer las cartas del Tarot. RAMÍREZ: No sólo sabe leer las cartas sino que además es médium TERESA: ¿Médium? ¿Quiere decir que puede comunicarse con los muertos? RAMÍREZ: Así es señora. Ursula no se expresa muy bien en nuestro idioma pero por lo que le he entendido puede comunicarse… con “los otros”. TERESA: ¿Con los otros? RAMÍREZ: Sí, con los difuntos. TERESA: Pues si puede hablar con los difuntos ¿podrá comunicarse con mi marido no? RAMÍREZ: Supongo que sí. Podríamos intentarlo. INSPECTOR: Ramírez, esto no me gusta nada. Le advierto que si lo de la pitonisa no sale bien va a estar en el turno de noche hasta que le salgan canas. ¿Lo ha entendido bien? RAMÍREZ: Sí señor. Si me permiten les haré un resumen de su vida para que vean que Ursula no es una estafadora sino una mujer con grandes poderes paranormales. 12 Nació en Bavaria, en Alemania, pero según me ha dicho no recuerda casi nada de su infancia. Siendo pequeña se perdió en el bosque y casualmente la encontraron unos gitanos. TERESA: ¡Unos gitanos! ¡Qué horror! ¿Y qué le pasó? ¿Le hicieron daño? Seguro que la raptaron para venderla. RAMÍREZ: No sea impaciente, señora, déjeme contar toda la historia. Cuando la encontraron estaba sucia y desnutrida y el vello cubría su rostro. Parecía salida del mismísimo Infierno. Asustados, pensaron abandonarla a su suerte pero la anciana Lucía salió en su defensa diciendo que aquella niña no era un ser demoníaco sino una criatura nacida de la unión de un oso y de una mujer. La llamaron Ursula y la criaron como si fuera una más de la familia. (Maiñaxi entra con una bandeja de pastas y la manzanilla. El inspector se abalanza sobre la bandeja y discretamente se lleva un par de pastas a la boca) KATTALIN: Pues podrían haberla llamado Gretel. Ya que la encontraron perdida en el bosque. A mí me parece un nombre más bonito, la verdad. Pobre mujer, con esa barba… y qué vida. RAMÍREZ: (a Kattalin) Ayyyyy si supiera usted lo dura que es la vida. Ha tenido la suerte de haber vivido entre algodones y tiene un alma cándida que no ve maldad en los demás, pero tanto el inspector como yo hemos lidiado con todo tipo de malhechores y le aseguro que fuera de estas puertas suceden cosas terribles. INSPECTOR: Ramírez le recuerdo que dentro de estas puertas también suceden cosas horribles y que ésa es la razón por la que hemos venido a esta casa. RAMÍREZ: Tiene razón, señor. Termino de contar la historia de Ursula. La anciana Lucía le transmitió todos sus saberes y Ursula aprendió a leer el Tarot y a comunicarse con los muertos. Hace unos años empezó a trabajar en el circo Maravilla y allí conoció al Maestro Dadis. URSULA: Este hombre pequeño ha hablado mucho y bien. Vosotros conocéis mi vida, es hora de que yo conocer vuestras vidas. Para hablar con muerrrtos necesito silencio y concentración. (Se sienta frente de las cartas que hay sobre la mesa del salón. Las mira, las toca. Cierra los ojos y empieza a tambalearse hacia delante y hacia atrás. Se balancea mientras pronuncia unas extrañas palabras. Silencio total en el salón. Fuera, se oye el estruendo de los truenos. La tormenta se acerca) URSULA: Puedo sentir la presencia de un muerto… un hombre joven. Y los latidos de los que estamos vivos. Diez corazones latiendo juntos… tun tun… tuntun (se pone la mano en el corazón) 13 RAMÍREZ: Pues o ese muerto está muy vivo o me temo, Ursula, que las matemáticas no son lo suyo. Si cuenta usted, otra vez, se dará cuenta de que en esta casa estamos nueve personas, y no diez. URSULA: (enfadada) ¡He dicho diez corazones! RAMÍREZ: Señora, no se da cuenta de que eso es imposible. Aquí estamos los que estamos y somos nueve.. Mire, cuente conmigo: uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho y nueve. ¿Entiende lo que le digo? URSULA: ¡¡¡Diez corazones!!! RAMÍREZ: Otra vez con lo mismo… KATTALIN: Puede que confunda el número nueve con el número diez, como no entiende muy bien el idioma. MIKAELA: Ursula tiene razón. En esta sala hay diez corazones: Teresa está embarazada. KATTALIN: ¿Qué?? ¡Embarazada! Baina ama… baina… baina… nolatan ez didazue ezer esan! Ezin dut sinetsi. Ezin dut sinetsi! (mirando a Dorotea y a su madre) Izebak ba al zekien? MIKAELA: Atzo gauean esan nion. Kattalin, gero hitz egingo dugu honetaz, orain ez da honi buruz hitz egiteko une egokiena. KATTALIN: Teresa, zergaitik ez didazu ezer esan? Zergaitik naiz, beti, etxe honetako kontuak ezagutzen azkena? Inoiz ez didazue ezer esaten.Ez dakit konturatu zareten baina dagoeneko ez naiz ume txiki bat! TERESA: Amaren urtebetetze festan esan nahi genizuen. Fernandoren familia ere etortzekoa zenez guztioi batera esatea erabaki genuen.Sorpresa atsegina izan behar zen,ez sorpresa makabro bat.Eta begira nazazu orain,haurdun eta alargun. Ez dakit zer egin behar dudan! (empieza a llorar) (Kattalin se acerca y abraza a su hermana Teresa.) INSPECTOR: (se aclara la garganta) Lo siento muchísimo Teresa. Si en algún momento quiere retirarse a descansar, puede hacerlo. TERESA: Gracias inspector. Por ahora estoy bien. ( Ursula se levanta, se acerca y pone sus manos sobre el vientre de Teresa) URSULA: Va a ser una niña con un corazón fuerte y sano. Vamos a continuar… 14 (Vuelve a sentarse. Cierra los ojos y comienza a concentrarse. De repente estalla un trueno ensordecedor. Se apagan las luces. Las chicas gritan. Ramírez aprovecha la ocasión para abrazar a Kattalin.) MIKAELA: Maiñaxi, Karmele, piztu itzazue kandelak mesedez! (Maiñaxi y Karmele encienden unas velas y alumbran el salón. Ursula sigue entrando en trance. Su expresión comienza a cambiar. Da un poco de miedo) URSULA: Veo la muerte que se acerca….viene de lejos…de otros tiempos. Veo unos soldados con uniformes antiguos y unas mujeres llorando…¡Gritan, gritan, lloran! Naide las escucha…naide las ayuda….Ahora veo oscuridad, die dünkelheit …una noche…unas mujeres en círculo. Todo es negro, negro y en sus ojos dolor, tristeza……ira. Hombres muertos, töte männer, viudas vivas. Rojo, rojo, roooot como la sangre de mis tripas. Gon…Gon…Gonnn No sé, qué significa…no no sé…… MIKAELA: (se levanta) ¡Basta ya! Es suficiente. Basta ya de esta farsa. Inspector, le aseguro que no estoy nada contenta con sus métodos de investigación tan poco ortodoxos. Mientras nosotros estamos, aquí, perdiendo el tiempo, el asesino de mi yerno sigue suelto y por ahora no tienen ni idea de quién es ni dónde está. Si usted no cambia de actitud, me veré obligada a hablar con sus superiores. INSPECTOR: Lo siento muchísimo Doña Mikaela. Tiene toda la razón del mundo. Ramírez, por el amor de Dios, llévese a la mujer barbuda de vuelta al circo. RAMÍREZ: Ursula, acompáñeme por favor. (Ursula se levanta y se pone cara a cara con Mikaela. De repente se agacha y de un tirón le sube un poco la falda. Mikaela se aparta rápidamente. ) URSULA: Röte unterröck (en alemán enagua roja) MIKAELA: Por Dios, llévensela. ¡Está loca! (Ramírez la agarra y se la lleva hacia la puerta de la salida. Se cierra el telón) SEGUNDO ACTO LA TORRE *Noticiario de la radio mientras se abre el telón y hasta que empiezan a hablar.* 15 (Mikaela, Dorotea, Teresa y Kattalin están sentadas en el salón. Mikaela lee un libro, Dorotea y Kattalin miran unas fotos y Teresa hace ganchillo.(El inspector Goyeneche entra en escena. Su expresión indica excitación. Parece que su olfato de sabueso ha dado con un buen hueso. Trae una cajita en las manos) INSPECTOR: (según entra) Señoras, ya he terminado de examinar el despacho del señor Maeztu. KATTALIN: ¿Y? ¿Ha encontrado alguna pista? INSPECTOR: A ver… vamos a ir por partes… Mis primeras impresiones corroboran la teoría del envenenamiento. He encontrado esta cajita de bombones de licor (muestra la cajita) sobre el escritorio del señor Maeztu. Estoy casi convencido de que los bombones contienen algún tipo de veneno mortal. TERESA: ¿Veneno? INSPECTOR: Sí, veneno. DOROTEA: ¿Y por qué piensa que los bombones están envenenados? INSPECTOR: Porque de los seis bombones que contenía la cajita tan sólo falta uno. KATTALIN: ¿Y? INSPECTOR: ¿No les extraña que Fernando abriera esta deliciosa cajita y tan sólo cogiera un bombón? Una cajita de dulces de licor es una gran tentación. TERESA: A mí sí me parece extraño, inspector. Cualquier persona que conociera a mi marido sabe que Fernando era extremadamente goloso. Y además los bombones de licor eran sus favoritos. INSPECTOR: Pues más a mi favor, Teresa. Su marido no comió más bombones porque tras comer el primero su corazón dejó de latir y murió en el acto. TERESA: Dios mío. Puede que tenga razón… INSPECTOR: Señoras, vamos a hacer lo siguiente. Voy a intentar reconstruir la noche de ayer y quiero que me ayuden a atar cabos y a elaborar una narración cronológica de los hechos. Bien… según he entendido, anoche cenaron todas juntas y durante la sobremesa Teresa y Fernando se retiraron a sus aposentos. TERESA: Sí, es así. Ayer me sentía un poco indispuesta y como el médico me ha aconsejado reposo decidí cenar ligero y acostarme pronto. Fernando me dijo que se quedaría un rato trabajando, me dio un beso de buenas noches y se 16 encerró en su despacho. Me dormí enseguida y hoy me he despertado con los gritos de Karmele. INSPECTOR: Entonces… mientras usted dormía en su habitación y Doña Mikaela, Lady Dorothy y la joven Kattalin charlaban en el salón, su marido estaba trabajando en el despacho. TERESA: Sí, correcto. INSPECTOR: De acuerdo. Vamos a intentar imaginar qué sucedió en el despacho del señor Maeztu. Probablemente entró, se sentó a trabajar y vio entonces la cajita de bombones. Abrió la cajita y cogió un bombón. MIKAELA: Continúe, inspector, continúe… Su hipótesis parece razonable. INSPECTOR: Continúo entonces… Seguramente el veneno actuó al instante y Maeztu no tuvo tiempo de pedir auxilio. Esta claro que lo intentó puesto que su cuerpo ha sido encontrado a un par de pasos de la puerta, pero no lo consiguió. Se desplomó antes de llegar a la puerta y murió en el suelo. TERESA: Por favor, inspector… No siga, no puedo con esto. ¡Es demasiado doloroso! No puedo más, por favor… ¿De dónde sacaría Fernando esos bombones del infierno? ¡No entiendo cómo llegaron a esta casa! INSPECTOR: (Abre la cajita y saca una tarjeta. Leyendo) Los envió un tal Rumpelstiltskin. Dentro de la cajita he encontrado esta tarjeta (muestra la tarjeta). Dice así: “Por el éxito en nuestra nueva empresa ” y firma Rumpelstiltskin. KATTALIN: ¿Rumpel qué? INSPECTOR: (leyendo otra vez y tratando de vocalizar) Rumpelstiltskin. DOROTEA: No vuelva a repetir el nombre no vaya a ser que se nos aparezca ese asqueroso enano saltarín (hace un gesto de asco). ¡Uujjjj! INSPECTOR: ¡Claro! Ya decía yo que el nombre se me hacía familiar. Es un duende, un personaje de cuento. DOROTEA: Of course, inspector. ¿Acaso no ha leído los cuentos de los hermanos Grimm? Es una lectura muy recomendable. INSPECTOR: Sí, sí… ahora que lo ha mencionado empiezo a recordar el cuento. Es algo así como que una joven tiene que convertir un montón de paja en oro y el duende la ayuda con la condición de que cuando sea madre le entregue su primer hijo. Cuando nace el niño la mujer se arrepiente y el duende le propone un nuevo contrato, una especie de apuesta: si ella adivina su nombre, no se llevará a su hijo. Y finalmente ella lo adivina. 17 MIKAELA: Lo que hay que adivinar ahora es quién se esconde detrás de esa misteriosa identidad. Es evidente que Fernando y él se conocían y que tenían algún negocio entre manos pero no tenemos ninguna pista que pueda revelarnos su verdadera identidad. INSPECTOR: Sabemos que el paquete se envió desde Madrid. TERESA: ¿A sí? Y cómo lo sabe. INSPECTOR: Registrando el despacho de Maeztu he mirado en la papelera y he encontrado el envoltorio del paquete. Lleva matasellos de Madrid. MIKAELA: ¿De Madrid? Ayer por la mañana llegó un paquete de Madrid. Lo recogí yo misma. Como Maiñaxi y Karmele estaban atareadas preparando la habitación de Dorotea, salí yo a por el correo. Entre las cartas había una paquetito para Fernando. Supuse que sería algo del trabajo y se lo di a Karmele. INSPECTOR: Karmele, ¿le ha entregado el paquete al señor Maeztu? KARMELE: Iba a hacerlo pero como ayer no pasó por casa en todo el día pues se lo dejé en el escritorio. Cuando regresó de Bilbao con la señora Dorotea le di el recado. Eso es todo, yo no sé nada más. INSPECTOR: Entiendo… TERESA: Inspector, se me ocurre que tal vez los compañeros de trabajo de Fernando sí saben quién es Rumpelstiltskin. INSPECTOR: Me temo, Teresa, que su marido estaba metido en algún negocio turbio. No creo que sus compañeros del banco supieran nada al respecto. TERESA: ¿Y por qué dice eso? Fernando nunca haría algo que fuera ilegal o que pudiera ponernos en peligro. INSPECTOR: Entre los papeles del señor Maeztu he encontrado este documento (le da la hoja a Teresa). Fíjese en el encabezamiento. TERESA: Para Rumpelstiltskin… INSPECTOR: Es una lista. Nombres y apellidos de doce hombres. Arriba del todo se lee la palabra Basilea y justo al lado aparecen los números: 1, 7, 9 y 5. Quiero que miren bien los nombres de la lista. (Mikaela, Dorotea y Kattalin rodean a Teresa y miran juntas el documento que les ha entregado el Inspector.) TERESA: Lo siento inspector, los nombres se me hacen muy familiares pero es que son nombres y apellidos muy comunes. No sé qué decirle. 18 MIKAELA: Yo tampoco conozco a ninguno de los hombres de la lista. DOROTEA: Ídem. KATTALIN: Ni yo. TERESA: ¿Y por qué piensa que los nombres de esta lista están relacionados con los negocios “turbios” de mi marido? No veo la conexión. INSPECTOR: Como sabrán Basilea es una ciudad de Suiza. Y todo aquel que tiene dinero negro, tiene alguna cuenta secreta en Suiza. He estado dándole vueltas al asunto y he llegado a la conclusión de que su marido y el misterioso hombre de Madrid tenían algún negocio ilegal. Sospecho que algo salió mal… y Rumpelstiltskin decidió matar al señor Maeztu. MIKAELA: Ya… bien pensado. Pero y quién dejó las cartas del Tarot junto al cadáver de Fernando. ¿Llegaron volando desde Madrid? En esta historia hay algo que no termina de cuadrar. INSPECTOR: Tiene razón Doña Mikaela, tendré que seguir indagando. Pero mi instinto me dice que la muerte de Fernando está relacionada con los nombres de esta lista. No sé…tal vez sean clientes suyos o personas a las que ha blanqueado dinero… No sé, no sé… Necesito hacer un par de llamadas. ¿Podría usar su teléfono? MIKAELA: Por supuesto, inspector. Adelante, está en su casa. (El inspector se acerca al teléfono. Lo descuelga y marca) INSPECTOR: Mercedes, soy yo, Goyeneche. Oiga tiene que hacerme un favor… Sí, sí, ya sé que es tarde… Sííí ya sé que tiene esposo e hijos… pero es que es necesario que haga unas llamadas antes de irse… De acuerdo podrá librar estas horas… Escúcheme, tiene que llamar a todos los bancos de Basilea y preguntar si hay algún apartado de correos con estos números: 1,7,9 y 5. Y si le responden que sí, pregunten a nombre de quién... ¿Lo ha entendido?... Sííí tiene que llamar a Basilea… Pues no sé, intente hablar en francés… Que dónde está Basilea… ¿Acaso no ha estudiado historia? ¿No le suena el Tratado de Paz de Basilea? Sí, el de la Guerra de Rosellón… ¡Espere un segundo! (se le enciende la bombilla) …el Tratado de Basilea…¡¡Señoras!! (gritando hacia el salón) ¿Sabe alguna de ustedes en qué año se firmó el Tratado de Basilea? El de la Guerra de la Convención. KATTALIN: Yo sí lo sé. Lo estudiamos el año pasado en clase de Historia. Se firmó en 1795. INSPECTOR: 1795…1, 7, 9 y 5. ¡¡DIOSSSS! (vuelve a hablar por teléfono) Mercedes olvídese de lo que le he dicho. Puede irse a casa. Gracias. Buenas noches. 19 INSPECTOR: Señoras, tengo que ir al Archivo Histórico. Necesito husmear algunos libros. A todo esto, ¿mi ayudante no ha vuelto aún? MIKAELA: No. INSPECTOR: Han dado las ocho y todavía no ha vuelto del circo. ¿Dónde leches se habrá metido? Ding Dong (llaman a la puerta) INSPECTOR: Será Ramírez… Cogeré el abrigo para salir de aquí lo más rápido posible. Quiero llegar al archivo antes de que cierren las puertas. KARMELE: ¡Aaaahh! ¿Quién es usted? Si da un solo paso más llamaré a la policía. RAMIREZ: No se asuste, soy yo, Ramírez. ¿No me reconoce? Soy el ayudante del inspector Goyeneche. KARMELE: ¿Ramírez? ¿Y por qué viene disfrazado? ¿Acaso va a una fiesta? RAMIREZ: No voy a ninguna fiesta y no vengo disfrazado. Déjeme entrar… KARMELE: De acuerdo, le dejaré entrar pero parece un espantapájaros. (Ramírez entra al salón. Apenas se le reconoce, parece un auténtico superhéroe de cómic. Lleva antifaz y capa y una gran “R” sobre el pectoral. Ha oscurecido, y con la noche el ayudante Ramírez se ha transformado en Ratman!) RAMÍREZ: ¡Buenas noches! Ya estoy de vuelta. (A su entrada todos se quedan petrificados. Lo miran atónitos, con los ojos como platos. Hay un silencio total. El inspector cierra y abre los ojos una y otra vez. Se frota los ojos. No da crédito a lo que ve. Finalmente reacciona) INSPECTOR: ¡Por el amor de Dios Ramírez! ¿Es que se ha vuelto completamente loco? ¡Quiere hacer el favor de quitarse ese absurdo disfraz! RAMÍREZ: No es un disfraz, señor. Es mi traje de superhéroe. Cuando cae la noche dejo de ser el ayudante Ramírez y me convierto en Ratman. ¡Es mi alter ego! INSPECTOR: ¡Pero qué chorrada es ésa! Ramírez, se lo ordeno: ¡quítese ese disfraz ahora mismo! RAMÍREZ: No puedo, señor. Si me quitara el traje me quedaría completamente desnudo y no me parece lo más apropiado teniendo en cuenta que hay señoras delante. Además, necesito mis super poderes para combatir las injusticias y el mal. 20 (El inspector se acerca a Ramírez y lo zarandea) INSPECTOR: Ramírez, nos vamos ¡ahora mismo! No había pasado tanta vergüenza en toda mi vida. (Dirigiéndose a las señoras) INSPECTOR: Señoras, lamento muchísimo este patético espectáculo. Les aseguro que Ramírez será destituido del caso y que recibirá la correspondiente amonestación. RAMÍREZ: Espere inspector, por favor. Antes de irnos debo hacer algo. (Ramírez se acerca a Kattalin. La chica se levanta rápidamente y asustada se resguarda detrás de la butaca de Mikaela) RAMÍREZ: Kattalin, escúcheme por favor. No se asuste. No le voy a hacer ningún daño. Tan sólo quiero darle una cosa. (Kattalin sale de detrás de la butaca y camina hacia el centro del escenario. Ramírez se le acerca y extiende sus manos para que Kattalin vea que no lleva ningún arma u objeto peligroso.) RAMÍREZ: (arrodillándose delante de ella) Me voy a poner de rodillas para que se sienta más tranquila. ¿De acuerdo? No le voy a hacer ningún daño, tan sólo quiero darle esto. (saca de su cinturón un extraño aparato ) Es el RatLlamador. Si alguna vez se encuentra en peligro y necesita mi ayuda, enciéndalo y dirija el foco de luz hacia el cielo. (Ratman enciende el Rat-Llamador y enfoca la luz hacia el fondo del escenario. En la pared se proyecta la silueta de una rata gigante) RAMÍREZ: ¿Ha visto cómo funciona? KATTALIN: Sí, lo he visto. RAMÍREZ: Esté donde esté, Kattalin, si enciende el Rat-Llamador sabré que necesita mi ayuda y acudiré veloz a su rescate. ¿Me ha entendido bien? KATTALIN: Sí, sí… Le he entendido bien. RAMÍREZ: De acuerdo. Eso era todo lo que le quería decir. Ahora puedo irme tranquilo. (Ramírez se levanta y le da el Rat-Llamador a Kattalin. La agarra de las manos) RAMÍREZ: Kattalin, quiero que sepa que desde el mismo instante en que la he visto, he sabido que es usted la mujer con la que quiero pasar el resto de mi 21 vida. Y si usted acepta ser mi esposa, seré el hombre más feliz sobre la faz de la tierra. (Kattalin está emocionada, le tiemblan las piernas y no puede articular palabra. En un momento de arrebato se echa a los brazos de Ratman y se dan un beso de película) MIKAELA: Kattalin! Jaingoikoaren izenean! (Mikaela los aparta. Se separan rápidamente)) Inspector, ha abusado de mi confianza y pienso pedir explicaciones a sus superiores. Esto no va a quedar así. Como me llamo Mikaela Sistiaga que esto no va a quedar así. ¡Y llévese ya de una vez a este payaso! (El inspector, iracundo, da dos zancadas y agarra con fuerza a Ramírez) INSPECTOR: Lo siento mucho señoras. RAMÍREZ: (mientras caminan hacia la puerta) Kattalin, te quieroooooooooo. (El inspector y Ramírez salen del escenario. Las señoras toman asiento. Están alteradas por los recientes acontecimientos.) TERESA: Txoratu egin al zara? Zer egiten duzu arlote horri begira? MIKAELA: Lotsagarria izan da Kattalin.Zure ahizparen senarra hil berria da eta zu, hemen, guztion aurrean beste artaburu horri muxu ematen.Hori al da errespetua? KATTALIN: Pentsatu gabe atera zait! Eta muxuek,gainera, ez diote inori kalterik egiten,Ez da ezer txarra,ez da bekatua!. MIKAELA: Kattalin, hobe duzu gazte hori burutik kentzea. Zuk ez al zenuen, gainera, azafata izan nahi? Beti bidaiatu egin nahi duzula esaten, hizkuntzak ikasi behar dituzula…eta orain zer? Aurrean jartzen zaizun lehenengo txotxoloarekin maitemindu! Eskerrak hurrengoa agertu artekoa izango den…Hori bakarrik falta zitzaigun Francoren polizia bat etxean. KATTALIN: (se levanta alterada y empieza a gritar) Utz iezadazue bakean, nik nahi dudana egingo dut eta berarekin ezkondu nahi badut ba hala egingo dut! DOROTEA: Bai, eta zure bizitza izorratuko duzu bere galtzontziloak garbitzen. KATTALIN: (Gesticula mucho con las manos) Begitan hartu duzue! Ez diozue aukera txiki bat ere eman. MIKAELA: Zuentzako onena nahi dut, besterik ez. . KATTALIN: Esan iezadazu ama, txarrik egin al digu Ramirezek? Gizon atsegina izan da, oso edukatua, eta bihotz onekoa dirudi. Bera gertu daukadanean, gainera, babestuta sentitzen naiz. 22 MIKAELA: Kattalin, gazteegia zara zenbait gauzaz ohartzeko. Ezkontza ez da tontokeria, bizitza osorako hartzen den erabakia da.Ondo pentsatu inorekin ezkondu baino lehen. KATTALIN: Zuretzako beti izango naiz gazteegia. Ez al zara konturatzen nire erabakiak nik hartu behar ditudala, nire bizitza nik bizi behar dudala.Ez dut zure onespenik behar ! TERESA: Ez iezaiozu horrela hitz egin amari. KATTALIN: arghhhhhhhh!! ( se desespera) Etxe hau itogarria da! Beti sekretuekin eta “ulertuko duzu handiagoa zarenean” eta… “oraindik gazteegia zara” eta….(mirando a su madre) Esango al didazu noiz hitz egin behar dugun bi pertsona helduk bezala? MIKAELA: Kattalin nahikoa da gaurkoz. Hau izango da ziurrenik elkarrekin egingo dugun azken afaria eta ez dut sesiorik eta iskanbilarik nahi. Kattalin faborez…utz dezagun eztabaida beste baterako. Gaur bakean afaldu nahi dut. KATTALIN: ZergaItik diozu hau izango dela elkarrekin egingo dugun azken afaria? (mirando a su tía Dorotea) Izeba, hain laster joatekoa al zara ba? DOROTEA: Ez maitia, denboraldi baterako etorri naiz. Zuekin geldituko naiz umea jaio arte behintzat. KATTALIN: Umea jaio arte? Hainbeste denbora? Zer ari da gertatzen hemen? Teresa? Ama? TERESA: Nik ez dakit ezer ez, Kattalin. Ama? Beldurtzen ari naiz… MIKAELA: Kattalin, ni naiz joatekoa eta ez oso leku atseginera gainera. Teresa… TERESA: (nerviosa) Bai ama? MIKAELA: (mira directamente a su hija) Teresa…(respira)….nik hil nuen Fernando. TERESA: Zeeeeeeeeerrrrrr???? (Teresa se desmaya. Se cierra el telón) III ACTO La Suma Sacerdotisa (Se abre el telón. Mikaela está sentada en su escritorio. Con los codos apoyados en la mesa, sujeta la cabeza con las manos y hace un gesto de 23 negación. Entra Dorotea. Mikaela levanta la mirada. Su expresión es de preocupación y tristeza.) MIKAELA: Zer moduz dago Teresa? DOROTEA: Medikuak lasaigarri bat eman dio. Orain pixka bat hobeto baina negar eta negar besterik ez du egiten. Logelan dago Kattalinekin. MIKAELA: Ez du nirekin hitz egin nahi. Entzun ere ez dit egin nahi. DOROTEA: Lasai egon zaitez Mikaela. MIKAELA: Ez dit sekula barkatuko. Bere senarra hil dut, jaiotzear dagoen haur horren aita hil dut. Ez dit barkatuko. . DOROTEA: Gertatutakoa jakiten duenean, ulertuko du zergatik hil duzun Fernando. MIKAELA: Min eta tristura guzti honek ez dio batere onik egingo. (preocupada) Ez badu umea galtzen… DOROTEA: Mikaela, Teresa ondo egongo da. Pentsa ezazu zeure buruarengan. Oraindik denboraz gabiltza. Gaur gauean mugaz bestalde egon gaitezke eta bihar Ingalaterran. MIKAELA: Ez, Dorotea, pentsatu bezala egingo ditugu gauzak. Esaiezu Gona Gorriei Teresa izango dela nire ondorengoa. Arduratsua da eta bihotz onekoa, Gona Gorri ona izango da. Zuk lagundu beharko diozu lehenengo batzarretara. Konta iezaiozu gure familiaren historia eta zer betebehar izango dituen. Ongi ezagutu behar ditu, zin egin baino lehen. DOROTEA – Mikaela, gaixo zaude. Kartzelan urtebete ere ez duzu iraungo, datorren udaberrirako hilda egongo zara. Hori al da nahi duzuna? Hausnartu ezazu zure erabakia mesedez. Alde egin dezagun oraintxe bertan. Ingalaterran sendagile onak daude eta nire etxean erregina bat baino hobeto biziko zara. MIKAELA- Hitz egin dugu honi buruz, badakizu ezin dudala hori egin. Hasitakoa bukatu behar dut. Guztion onerako izango da. DOROTEA- (apretando los dientes) Fernando madarikatu hori. MIKAELA- Bai, suge gorriak baino okerragoa zen. . (Tocan la puerta. Entra Maiñaxi) MAIÑAXI- Mikaela, inspektorea egongelan dago. Zer esango diot? MIKAELA- Etor dadila hona. 24 MAIÑAXI- Ondo da. MIKAELA- Maiñaxi! Joan baino lehen eskerrak eman nahi dizkizut horrenbeste urteetako laguntzarengatik. (Se abrazan) MIKAELA- Zaindu itzazu nire alabak orain arte egin duzun bezala. MAIÑAXI- (sollozando) Mikaela, badakizu nireak izango balira bezala zainduko ditudala. Ez zaitez arduratu.. MIKAELA- Esaiozu inspektoreari etortzeko. (Maiñaxi sale del despacho.) MIKAELA- (dirigiéndose a Dorotea) Gona Gorrien ehiza hasten bada, har itzazu Teresa eta Kattalin eta alde egin ezazue agudo hemendik. Etxean neuzkan dokumentu, pasaporte, argazki eta eskutitz guztiak ezkutaleku onera eraman ditut baina hemen gelditzea arriskutsua izan daiteke. DOROTEA- Eta pasaporte faltsuren bat behar badugu? MIKAELA- Gona Gorrien gordelekura joan eta Agedarekin hitz egin. Berak badaki non ezkutatu ditudan dokumentu guztiak. Ez gara baina okerrenean jarriko. Inspektoreak gizaseme ona dirudi, ez gaitu salatuko.. DOROTEA- Jainkoak entzun zaitzala. (Se cogen las manos) DOROTEA- Mikaela, bisita egun guztietan joango naiz kartzelara. MIKAELA- Badakit, Dorotea, badakit… DOROTEA- Eta zure bi alabak nirekin etorriko dira. Hori nire kontu. MIKAELA- Ama hemen balego hobeto sentituko nintzateke. Hark beti jakiten zuen zer egin. DOROTEA- Egin behar zenuena egin duzu Mikaela. MIKAELA- (rompe a llorar) Doroteaaaaaaa!!! (Las dos hermanas se abrazan con fuerza. Saben que se están despidiendo. En ese mismo instante tocan la puerta. Mikaela se limpia las lágrimas y respira hondo. Entran Maiñaxi y el inspector) 25 MIKAELA- (dirigiéndose a Dorotea y Maiñaxi) Utz gaitzazue bakarrik. (Dorotea y Maiñaxi abandonan el despacho de Mikaela y el inspector camina hacia el centro de la estancia). INSPECTOR- Buenas noches Doña Mikaela MIKAELA- Buenas noches, inspector. (se suena con un pañuelo y se limpia un poco la cara) ¿Ha tenido éxito en sus pesquisas? INSPECTOR – No todo el que me habría gustado pero la visita al archivo no ha sido en vano. He conseguido identificar a 5 de los 12 hombres que aparecen en la lista de Fernando. De los otros 7 no he encontrado ni rastro. MIKAELA- Hable inspector, soy toda oídos. INSPECTOR- (Saca la lista de nombres de su bolsillo y desdobla la hoja. Leyendo los nombres en voz alta). Juan José Vicente Mitxelena, alcalde de San Sebastian; José Fernando de Etxabe Asu y Romero diputado general de Guipuzcoa, su cuñado Joaquín María Berroeta Zarauz y Aldamar, diputado de distrito, José Hilarión Maiz, ex diputado, Francisco Javier Leizaur, diputado y tesorero. (Vuelve a doblar la hoja y la guarda en su bolsillo) Estos hombres representaron a las Juntas Generales de Guipuzcoa durante las negociaciones con los franceses. MIKAELA – ¿Las negociaciones con los franceses? INSPECTOR- Sí. Cuando los franceses cruzaron el Bidasoa, la plaza de San Sebastian se rindió sin ofrecer resistencia. Las Juntas Generales de Guipuzcoa, reunidas en Getaria, acordaron proclamarse independientes de la corona española y negociar una posible anexión a la república francesa. MIKAELA- Qué interesante inspector, me está dando toda una lección de historia. INSPECTOR –¿ De verdad Doña Mikaela? Tengo la impresión de que usted ya conocía la existencia de estas negociaciones. MIKAELA- No le entiendo. INSPECTOR- Después de salir del archivo, dirigiéndome ya hacia mi casa, he empezado a repasar la jornada de hoy: los datos concernientes al caso, lo que hemos estado hablando durante esta tarde, el embrollo de la Convención y los franceses…y de repente me han venido a la cabeza las palabras de Úrsula: “ soldados de uniformes antiguos”, “hombres muertos”, “mujeres vivas”.(le mira a Mikaela) Y he recordado lo nerviosa que se ha puesto usted. (Mikaela sigue sin decir nada, la mirada al frente, ni siquiera parpadea) 26 INSPECTOR: En ese mismo instante he comprendido que las respuestas a mis preguntas están aquí, en esta casa, y he vuelto para que me cuente todo lo que sabe. (Saca un pitillera de su bolsillo y se enciende un cigarro ) Doña Mikaela, tarde o temprano descubriré la verdad, es cuestión de tiempo… (Mikaela sigue en la misma posición, con porte firme y la mirada . Rompe su silencio y empieza a hablar) MIKAELA- Cuando terminó la guerra de la Convención, Francia y España sellaron la paz en Basilea. Carlos IV nombró a Godoy Príncipe de la Paz y a los más de 40 guipuzcoanos, autoridades civiles y militares, que osaron traicionarle, se les hizo un consejo de guerra en Pamplona. INSPECTOR- (con sarcasmo) Qué interesante, Doña Mikaela. Me está dando toda una lección de historia. (Se gira hacia el inspector y le responde en un tono seco) MIKAELA – No sea insolente. Cállese y escuche con atención. INSPECTOR- De acuerdo, señora. Soy todo oídos. (sonrisa de capullo de oreja a oreja) MIKAELA – Mitxelena, Etxabe - Romero, Berroeta – Aldamar, Maiz y Leizaur fueron encausados y juzgados. Los otros siete hombres de la lista corrieron peor suerte. Fueron asesinados. INSPECTOR- ¿Asesinados? ¿Quiere decir que fueron condenados a muerte? MIKAELA- Quiero decir que fueron asesinados. Como bien ha dicho cuando las tropas de la Convención entraron en Guipuzcoa, Mitxelena y sus hombres se sentaron a negociar con los franceses. Lo que usted no sabe es que, a su vez, otra delegación de las Juntas se reunió en secreto con una camarilla del Rey capitaneada por Godoy. INSPECTOR- Entiendo, o sea que mientras unos negociaban con los franceses, los otros se reunían con los emisarios del Rey. MIKAELA- Esta reunión tuvo lugar en un monasterio, en el más absoluto de los secretos. Tras largas horas debatiendo y negociando llegaron a un acuerdo: los municipios de Guipuzcoa lucharían contra los franceses siempre y cuando los Borbones respetasen los fueros de aquellas tierras. (Mikaela abre el cajón de su escritorio y saca una carpeta. La abre y le entrega un documento al inspector) MIKAELA – Pero las negociaciones con los franceses fracasaron y todo se fue al traste. Godoy se arrepintió de sus promesas y ordenó buscar y destruir las actas de aquella reunión. Decidido a no dejar ni rastro, envío a sus esbirros a que silenciaran a los siete guipuzcoanos que habían sido testigos de aquel 27 encuentro. Los mataron en sus propias casas, delante de sus mujeres y de sus hijos. INSPECTOR – “Hombres Muertos”, “Mujeres Vivas”… MIKAELA- El documento que le he entregado es una copia de una de las actas originales. INSPECTOR – (observa con atención el documento que tiene entre sus manos) Esto es fascinante, Doña Mikaela, fascinante…Todo un hallazgo histórico. MIKAELA – Aquellas mujeres vieron cómo asesinaban a sus maridos y no pudieron hacer nada. Ni siquiera pudieron denunciarlo, sabían perfectamente que nadie las iba a escuchar. Se quedaron solas, en una situación de total marginación y con muchas bocas que alimentar. Se sintieron tan desamparadas que buscaron consuelo las unas en las otras y se ayudaron mutuamente. Ahí empezó nuestra historia. INSPECTOR - ¿Nuestra historia? ¿Por qué dice “nuestra”? ¿Es acaso descendiente de alguna de aquellas mujeres? MIKAELA- Sí. La madre de mi tatarabuela fue una de las fundadoras de la Hermandad. Desde entonces las mujeres de mi familia hemos sido Gona Gorriak. INSPECTOR- Insisto Doña Mikaela, estoy fascinado con lo que me está contando.¡Una organización secreta de mujeres, aquí, en nuestra ciudad, en San Sebastian! Es increíble, increíble…Nunca lo habría imaginado. Y cómo ha dicho que se llaman. MIKAELA – Gona Gorriak. INSPECTOR – Gona Gorriak… Faldas Rojas…La verdad es que es un nombre muy de aquella época, una especie de versión femenina de los Sans Culottes. MIKAELA – A diferencia de los Sans Culottes, Inspector, las Gona Gorri nunca hemos tenido pretensiones revolucionarias. Es más, como grupo no nos hemos identificado con ninguna religión ni ideología política. Nuestra labor ha consistido en ayudar a otras mujeres que han necesitado nuestra protección y asistencia. INSPECTOR – O sea que son feministas y rojas… MIKAELA – El color rojo de nuestras faldas nada tiene que ver con el comunismo ni con las ideas políticas de izquierda. INSPECTOR - ¿A no? 28 MIKAELA- No. Gona Gorriak hace referencia a la “azpiko gona” o enagua roja que vestían las mujeres de esta organización. INSPECTOR – (perplejo) ¡¿Vestían enaguas rojas?! Me resulta una imagen desconcertante: viudas con enaguas rojas. No me diga que no tiene un tinte de erotismo sombrío. MIKAELA- Las primeras Gona Gorri empezaron a reunirse, una vez al mes, las noches de luna nueva. Salían a hurtadillas de sus casas y protegidas por la oscuridad se escurrían por las calles de la ciudad hasta llegar a su escondite. (Se acerca al baúl que hay a la derecha de su despacho. Abre el baúl y saca una larga capa negra. La abre y se la pone sobre los hombros.) En aquella época siempre había soldados en las calles de San Sebastian y salir a esas horas era muy arriesgado. Piense que ninguna mujer decente pisaba la calle a partir de las 10. Las únicas mujeres que podían salir de noche sin despertar sospechas eran las matronas que ayudaban en los partos y las prostitutas. INSPECTOR – ¡Qué ingeniosas! Se hacían pasar por prostitutas para engañar a los soldados. MIKAELA – Así es. Hasta hace unos años, las rameras no solían llevar ropa interior. Las señoritas de compañía, sin embargo, vestían lencería fina. Estas prostitutas eran intocables para los soldados rasos. Eran las meretrices de los hombres que tenían mucho dinero y poder. Si un soldado paraba a alguna de estas mujeres, subían un poco la falda, dejaban entrever que llevaban enagua roja y continuaban andando sin dar explicación alguna. (Se pone la capucha de la capa. Bajan las luces del escenario. Niebla. Camina de un lado del escenario al otro. La para un soldado de uniforme francés) SOLDADO – Arretez – vous! Ou allez comme ca madame? (Mikaela se para frente al solado, sube un poco la falda y le enseña la enagua roja. El soldado sonríe y la deja pasar) MIKAELA- Con el paso de los años la enagua roja se convirtió en seña de identidad de aquellas mujeres y en nombre de la Hermandad. INSPECTOR – Y Fernando descubrió la existencia de las Faldas Rojas y la chantajeó. ¿No es así? MIKAELA – No, no me hizo chantaje, quiso denunciarnos a las autoridades de Madrid. Aún no me explico cómo descubrió nuestro secreto. Le aseguro, inspector, que siempre he sido muy cuidadosa, ni mis propias hijas saben de la existencia de las Gona Gorri. Pero, sí, parece que en algún momento no fui lo suficientemente cautelosa porque lo cierto es que Fernando nos descubrió. Me di cuenta de esto una noche que tuvimos reunión, cuando al volver a casa, me lo encontré esperándome en el salón. 29 (Bajan las luces. Se oye el ruido de unas llaves abriendo la puerta y Mikaela representa la entrada en su casa. En la parte derecha del escenario hay una butaca, posicionada de espaldas a Mikaela. Sentado un hombre. Comienza a hablar sin que se le vea la cara) FERNANDO – Buenas noches Mikaela, un poco tarde para regresar del Bingo, no? MIKAELA- (sobresaltada y titubeante) Sí, ehhh, ya sabes nos hemos puesto a jugar y se me ha ido el santo al cielo. La verdad es que es muy tarde, casi la una de la madrugada. Pensaba que estaríais todos dormidos. FERNANDO – (se levanta y da unos pasos hacia Mikaela ) He estado trabajando hasta hace un rato. He bajado a fumar un purito antes de acostarme. MIKAELA- Trabajas demasiado Fernando. Teresa está preocupada. FERNANDO – Estoy esperando un ascenso. Si me lo ofrecen, Teresa no tendrá que preocuparse de nada más y yo no tendré que trabajar tantas horas. Podremos vivir holgadamente. Tan sólo necesito un golpe de suerte. ( sonrisa maliciosa). MIKAELA- No siempre es bueno tentar a la suerte, Fernando. Buenas noches. FERNANDO – Buenas noches Mikaela. ( Fernando abandona el escenario por la derecha. Luz en el escenario. Mikaela se dirige hacia el Inspector.) MIKAELA – Según subía las escaleras noté mi corazón acelerado. Los latidos me retumbaban en las sienes. No podía oír, no podía pensar. Sentía que me faltaba el aire. Respiré intentado calmarme (respira hondo) una y otra vez, una y otra vez…y entré rápidamente en mi despacho. Todo estaba en su sitio pero mi intuición me decía que alguien había estado fisgando entre mis cosas. (Abre una pequeña Biblia y le muestra al inspector una hoja de laurel) Y lo supe, con certeza, cuando encontré esta hoja de laurel en el suelo. Me la regaló mi abuela hace más de 20 años y desde entonces la he guardado en la Biblia. INSPECTOR- (cogiendo la hoja de laurel) Laurus Nobilis. MIKAELA –No sé cómo expresar lo que sentí en aquel momento. Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Mis peores temores se habían hecho realidad. ¡Y además tenía al enemigo en mi propia casa! Aquella noche no pude dormir y al día siguiente me levanté decidida a averiguar qué había descubierto Fernando y cuáles eran sus propósitos. INSPECTOR – Empiezo a comprender lo que sucedió pero y… ¿Rumpelstiltskin? ¿Quién es ese hombre y qué relación tenía con ustedes? 30 MIKAELA – Todo a su tiempo, inspector, todo a su tiempo….Durante los siguientes días no sucedió nada extraño pero el lunes de la semana pasada Fernando recibió una llamada de Madrid. Nos disponíamos a cenar cuando Karmele le dio el aviso y Fernando, muy nervioso, se excusó y se levantó de la mesa. Nada más salir él, corrí detrás. Como habrá comprobado nuestros despachos están puerta con puerta. Pegué la oreja a la pared y comprobé que seguían hablando. Descolgué el teléfono con sumo cuidado y escuché con atención. (Descuelga el teléfono y escucha la conversación entre Fernando y Rumpel. Audio: se reproduce la grabación de la conversación. ) FERNANDO – Tengo información que le puede interesar RUMPEL – ¿Qué clase de información? FERNANDO – Información de la buena. En otoño estará de cacería con el Generalísimo, créame. RUMPEL – A ver Maeztu concrete. FERNANDO – Una organización secreta en las Vascongadas. RUMPEL –¿ Una organización secreta? ¿No se estará refiriendo a ETA no? FERNANDO – No, no, no tiene nada que ver con eso. RUMPEL – Ajam….¿Comunistas? FERNANDO- Tampoco, señor… RUMPEL – ¿Masones? FERNANDO - Se trata de una organización secreta de mujeres. RUMPEL- Dios mío…¿¡Sufragistas!? FERNANDO – No señor, no son sufragistas…Escúcheme, este tema es demasiado serio para hablarlo por teléfono. Sería conveniente que nos reuniéramos en su siguiente visita a San Sebastian y que lo habláramos en persona. Tengo entendido que va a venir a la fiesta de despedida de nuestro director. RUMPEL – Sí, así es. FERNANDO – Sería una buena ocasión para conocernos un poco mejor y hablar de negocios. Ahora que se jubila el jefe necesitarán buenos candidatos a la dirección y yo tengo un curriculum intachable. Si le parece, le enviaré unos 31 documentos con información sobre esta organización y cuando venga a San Sebastian ya hablaremos de lo divino y de lo profano. RUMPEL – De acuerdo Maeztu, envíeme esos documentos y ya veré qué puedo hacer por usted. ¡Ah! Y no los envíe a mi nombre. Para todo lo relacionado con este asunto mi nombre en clave será Rumpelstiltskin. FERNANDO - ¿Rumpel qué? RUMPEL – Rumpelstiltskin MIKAELA - Me quedé helada. Fernando estaba dispuesto a traicionar a su familia con tal de ascender en su trabajo. Era de locos, una auténtica atrocidad. Me dirigí a su despacho y le pedí que no hiciera tal cosa, que pensara en Teresa y en el hijo que esperaban. Le rogué por las muchas familias que iba a poner en peligro. Pero él no quiso oírme. Insistía en que a nosotras no nos pasaría nada, que nos indultarían, que no me preocupara. Le supliqué pero él no quiso entrar en razón. Y yo tuve que tomar la decisión más difícil de toda mi vida, matarlo. INSPECTOR – ¡¿Lo mató usted?! ¡Pero como pudo hacer algo así! ¡Era el marido de su hija! MIKAELA- ¡Dígame, que podía haber hecho! ¡Que habría hecho usted! Aquel malnacido quería que yo traicionara a la que había sido mi familia, a mis hermanas, a unas buenas mujeres que nunca han hecho daño a nadie. No podía permitirlo. No tuve otra opción. INSPECTOR – Siempre hay otra opción Doña Mikaela. No me diga que no tuvo alternativa. MIKAELA – Sé que lo que hice no tiene perdón, inspector. He matado a una persona, le he quitado la vida que le dio Dios y pagaré por mi pecado. No me importa ir a la cárcel, estoy muy enferma y sé que mi cuerpo no aguantará otro invierno. Moriré entre rejas. Tan sólo quiero ver nacer a mi nieta y rezo para que Teresa me perdone algún día. (El inspector toma asiento. Está abatido.) INSPECTOR - Me ha dejado fuera de juego Doña Mikaela. No me esperaba esto. Sabía que escondía algún secreto pero no pensaba que fuera una asesina. Puede que esté perdiendo mi olfato de sabueso…Habría jurado que el veneno estaba en los bombones, que era Rumpelstiltskin el hombre que estaba tras la muerte de Fernando. MIKAELA – Y así es, inspector, el veneno estaba en los bombones. INSPECTOR – ¡Pero los bombones los enviaron desde Madrid! Vi el matasellos en el envoltorio. 32 MIKAELA – Cuando decidí matar a Fernando, llamé a nuestra prima de Madrid. Le pedí que comprara dos cajas de bombones, una un poco más grande que la otra y que las enviara por correo a nombre de Fernando. También le dije que escribiera escogiera una tarjeta de felicitación y que escribiera la dedicatoria que le iba a dictar: “Por el éxito en nuestra nueva empresa” ” firmado Rumpelstiltskin. (Timbre. Mikaela abre la puerta. Es el cartero. Mikaela coge los dos paquetes y la correspondencia. Se acerca rápidamente a su escritorio. Abre la caja más pequeña, saca los bombones y con una jeringuilla introduce el veneno en uno de los bombones.) MIKAELA – Abrí la caja más pequeña e inyecté el veneno en los bombones. Luego abrí el paquete grande, extendí el envoltorio encima del escritorio y recorte los bordes. Usé ese mismo papel para envolver de nuevo el paquete pequeño. Quedó perfecto y Fernando mordió el anzuelo. INSPECTOR – ¿Perfecto? Puso en peligro a toda su familia. ¿Es que no se da cuenta? Imagínese que habría pasado si Fernando les hubiera ofrecido esos bombones a Kattalin o a Teresa, o a las empleadas del servicio.. MIKAELA- Kattalin siempre está a dieta y Teresa no comería bombones de licor estando embarazada. Y lo de Karmele y Maiñaxi era altamente improbable. Fernando no les daba ni los buenos días, como para darles sus bombones favoritos. INSPECTOR – Veo que había pensado en todo. Es una mujer inteligente. MIKAELA: Gracias inspector, la verdad es que todo ha salido según lo previsto. Aunque debo admitir que creía que tardarían un poco más en resolver el caso. Un par de días más. Lo suficiente para que pudiera acompañar a mi hija en el entierro de su marido. Pero, claro, no contaba con que fueran a dar con la única pitonisa de verdad en cientos de kilómetros a la redonda. Eso es como encontrar una aguja en un pajar. INSPECTOR – ¿Así que usted contaba con que la iba a descubrir y no ha hecho nada para evitarlo? MIKAELA – Podría haberme fugado a Inglaterra. Incluso podría haber matado a Fernando sin dejar una sola pista, ni cartas, ni bombones, ni Rumpelstiltskin, ni la lista con los nombres…pero yo quería que me descubrieran. INSPECTOR- ¿ Para expiar sus pecados? MIKAELA- No para proteger a las Gona Gorri. INSPECTOR – No la entiendo Doña Mikaela. Soy inspector de policía y me acaba de revelar la existencia de una asociación clandestina. No me parece que ésa sea una forma de proteger a las Gona Gorri. 33 MIKAELA – Inspector Goyeneche, su presencia en esta casa no es casual. INSPECTOR – ¿Qué está insinuando Doña Mikaela? MIKAELA – Que no ha sido casualidad que le hayan adjudicado este caso, a usted. INSPECTOR - ¿Pero por qué a mí? MIKAELA – Porque nos debe un favor. INSPECTOR – ¿Qué les debo un favor? ¿Yo? Usted se ha vuelto completamente loca. (Mikaela coge un álbum de fotos y le enseña al inspector una de las fotos.) INSPECTOR – (mira la foto con atención) Son usted y Lady Dorothy con un niño pequeño. Están muy jóvenes en esta foto. MIKAELA – ¿Y no reconoce al niño de la foto? INSPECTOR – Pues no... MIKAELA – Es usted el día que cumplió un añito. INSPECTOR - ¿Yo? ¿Cómo voy a ser yo? ¿Y qué hago con ustedes? MIKAELA – Conocí a su madre hace muuuchos años... Recuerdo que Dorotea empezaba a hacer sus pinitos en los escenarios y yo solía acompañar a mi madre a las reuniones de las Gona Gorri. En una de aquellas reuniones se habló de que una mujer había dado a luz a un pequeño varón pero que no lo quería y que se necesitaban voluntarias para cuidarlo mientras se encontrara un hogar para el pequeño. INSPECTOR – ¿Ese niño era yo? MIKAELA – Sí. Siento ser yo la que le cuente esto…debería habérselo contado su madre pero la situación es la que es…Inspector, su madre fue violada y se quedó embarazada muy joven. Intentó abortar pero el embarazo ya estaba muy avanzado y el brebaje le provocó un parto difícil y muy doloroso. Llegó al hospital con hemorragias y fuertes dolores y casi murió en el parto. Usted nació antes de tiempo. Fue un milagro que sobreviviera. Era tan frágil, tan pequeño…Una de las enfermeras que asistió al doctor en el parto era miembro de las Gona Gorri. Le impresionó tanto la desolación de su madre que en la siguiente reunión de la Hermandad comentó el caso y decidieron ayudarla. INSPECTOR – ( negando con la cabeza) No es verdad, me está mintiendo. No puede ser verdad… 34 MIKAELA – Le cambié los pañales durante muchos días y no me dejó dormir durante muchas noches. Aún así le cogimos mucho cariño. Era un niño encantador, un angelito. Durante aquel año su madre conoció al que sería su padre: un joven notario que tenía una pequeña consultoría y que empezaba a hacer carrera. Se enamoraron y a él no le importó que su futura esposa no pudiera tener hijos. Decidieron que adoptarían un niño y así, un buen día, su madre regresó a por usted y se lo llevó a su nuevo hogar. INSPECTOR – (aturdido) Doña Mikaela, no sé qué decir…No sé si me está mintiendo o si me han mentido durante toda mi vida. MIKAELA – Hable con su madre. Le he contado la verdad y nada más que la verdad. Nosotras le ayudamos cuando usted necesitó nuestra ayuda, y ahora le pido que nos ayude usted a nosotras. INSPECTOR – No puedo dejarla libre. ¡Ha matado a un hombre! MIKAELA – No ha entendido nada. No quiero que me deje libre. Lo que quiero es que me detenga. No ve que si la investigación sigue abierta va a saltar la liebre en Madrid. Diga que perdí la cabeza, que tuve un brote psicótico, que la enfermedad me nubla el juicio… pero, por favor, ponga punto final a esta investigación. Inspector, le estoy pidiendo su colaboración. Usted está dentro y nosotras fuera, tiene acceso a información privilegiada. Si en los próximos días ordenan investigar la existencia de una organización secreta de mujeres debe alertarnos con la máxima presura, de lo contrario estaremos en grave peligro. ¡Será nuestro fin!. INSPECTOR - Doña Mikaela, es la persona más manipuladora que he conocido. Astuta como un zorro. Ha jugado conmigo desde el mismo instante en que he pisado esta casa. Me ha llevado por donde usted ha querido y ahora me ha puesto entre la espada y la pared. Lamento mucho tener que ser yo quien la detenga pero debo cumplir con mi deber. (saca unas esposas) Dese la vuelta. (Mikaela se da la vuelta y estira los brazos hacia atrás, entregando sus manos al policía) INSPECTOR – Mikaela Sistiaga queda detenida por el asesinato de Fernando Maeztu. (El inspector da un pequeño empujoncito a Mikaela y empiezan a caminar) MIKAELA – Ah, inspector….Una última cuestión. INSPECTOR – Adelante. MIKAELA – Ese ayudante suyo…el tal Ramírez…¿es buen chaval? INSPECTOR – Es un poco fantasioso pero es buen hombre. ¿Por qué lo pregunta? 35 MIKAELA – Porque creo que a mi hija Kattalin le gusta de verdad. Ya sé que parece imposible, yo tampoco lo entiendo, pero lo he visto en sus ojos. Está enamorada. INSPECTOR - ¿Y qué va a hacer usted? MIKAELA – No lo sé…ya lo pensaré mañana. (Salen del escenario. Se cierra el telón) FIN 36