1 AMOR Y SEXUALIDAD Hemos recomenzado a apreciar el cuerpo. Nuestro cuerpo no es una acémila, pero no debe ser tampoco un muñeco mimado. Por medio de nuestro cuerpo estamos cerca los unos de los otros, nos encontramos en la alegría y en la amistad. Sin cuerpo no estamos en ningún lugar. Es una suerte que la sexualidad haya sido obligada a salir de la estancia oscura del secreto. La sexualidad es un aspecto profundamente humano y de gran valor para la plenitud humana. La sexualidad es una fuerza maravillosa. La sexualidad no es un fin para la vida, y por sí sola no pone al "resguardo". La sexualidad verdaderamente humana se llena de significado y de alegría sólo en un clima de verdadero amor, en el que las manos no son tentáculos sino símbolos de dulzura y de ternura, en el que el cuerpo es un cuerpo dotado de alma, libre de angustias y presiones, un puerto luminoso, una morada colmada de paz que ofrece una profunda intimidad. En el sexo la libertad absoluta existe sin amor, porque la libertad absoluta es siempre la libertad del más fuerte, la jungla del egoísmo más brutal, donde no cuentan los deseos y sentimientos del otro. La pornografía no conoce el amor, porque no tiene en cuenta al hombre: No se encuentra por ninguna parte una "cabeza" o un "corazón"; tan sólo cuerpos desnudos en una exposición vulgar de frustraciones y de "mezquindad". Los maníacos del sexo 2 están frustrados en amor; ésto explica por qué son insaciables y a veces agresivos y peligrosos. RIMAS DE BÉCQUER : Asomaba a sus ojos una lágrima (Rima XXX) Asomaba a sus ojos una lágrima y a mi labio una frase de perdón; habló el orgullo y se enjugó su llanto, y la frase en mis labios expiró. Yo voy por un camino, ella por otro; pero al pensar en nuestro mutuo amor, yo digo aún: “¿Por qué callé aquel día?” y ella dirá: “¿Por qué no lloré yo?” ¿Qué es poesía?... dices, mientras clavas…(Rima XXI) -Qué es poesía- dices mientras clavas En mi pupila tu pupila azul. ¿Qué es poesía? y ¿tú me lo preguntas? Poesía... eres tú. Pasaba arrolladora en su hermosura (RimaXXXII) Pasaba arrolladora en su hermosura, y el paso le dejé; ni aun a mirarla me volví, y no obstante algo a mi oído murmuró: “ésa es”. ¿Quién reunió la tarde a la mañana? Lo ignoro: sólo sé que en una breve noche de verano se unieron los crepúsculos, y… “fue”. Tú eras el huracán, y yo la alta…(Rima XLI) Tú eras el huracán, y yo la alta torre que desafía su poder: ¡tenías que romperte o que arrancarme!... ¡No pudo ser! 3 Tú eras el Océano, y yo la enhiesta roca que firma aguarda su vaivén: ¡tenías que romperte o que arrancarme!... ¡No pudo ser! Hermosa tú, yo altivo; acostumbrados uno a arrollar, el otro a no ceder; la senda estrecha, inevitable el choque… ¡No pudo ser! Hoy la tierra y los cielos me sonríen (Rima XVII) Hoy la tierra y los cielos me sonríen; hoy llega al fondo de mi alma el sol; hoy la he visto… la he visto y me ha mirado… ¡Hoy creo en Dios!