La Fornarina

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JAVIER BARREIRO'
La Fornarina and the origins of the song in Spain
RESUMEN
La melodramática biografíaqde La Fornarina pone en el tapete u n buen número
cuestiones candentes en los tres primeros lustros del siglo xx: la configuración de un
nuevo género musical -la llamada canción unipersonal-, la ascensión social de la
mujer junto a sus dificultades por configurar una sexualidad libre, la miseria de las
capas populares españolas, las muchas caras de la prostitución, los cambios en la
sociabilidad, que alumbrarán nuevas formas de diversión y espectáculo en los ámbitos
urbanos y darán lugar al éxito arrollador de las varietés ... La Fornarina representó en el
imaginario de la España primisecular el primer mito erótico popular, al tiempo que se
constituía en imagen de la modernidad para muchos intelectuales que la aclamaron y
adoraron.
Palabras clave: Fornarina, canción, prostitución, varietés y modernidad.
ABSTRACT
The melodramatic biography of La Fornarina raises a large number of the burning
issues of the first fifteen years of the 20th century: the establishment of a new musical
genre -the so-called one-person song- the social ascent of women, together with their
di"cu1ties in establishing sexual freedom, the extreme poverty of the lower levels of
Spanish society, the various faces of prostitution, the changes in social life that would
give rice to new forms of entertainment and shows in urban setíings and would result in
vaudeville... In the Spanish imagination at the beginning of the century, La Fomarina
represented the first popular erotic myth, and an image of modernity for many intellectual people who acclaimed and adored her.
Kev words: Fornarina, song, prostitution, vaudeville and modernity.
uUMARI0:
- Eclosión de las varietés y de la canción unipersonal en España. - Antecedentes y
referentes. -El cuplé. -Primeros mmic-hall españoles: F3 público. -El ambiente. -Los
problemas con la autoridad. - La prostitución en el mundo del espectáculo: Sexo, lujo y
miseria. -Biografía de Consuelo Vello Cano (La Fornarina). -Mito y modernidad.
1 Profesor de literatura, conferenaante y articuiista muitipremiado. Dirigió la revista El Bosque y es
miembro de la Academia Porteña del Lunfardo y la Academia Nacional del Tango (BuenosAires).
M&sgallarda y gentil que la de Urbino
es esta diosa,frívola y coqueta;
- a l m a de chula en cuerpo de griseta
y ojos reidores de mirarfelino.
Sensual como las musas de Aretino
y como las mujeres del Profeta
en sus labios la alegre canzoneta
tiene un sabor galante y parisino.
Y en su rostro de nítida blancura
ella tiene la gracia venusina
que corona la mágica hermosura
de su admirable cabellera blonda,
y el plácido candor de Fornarina
y la mortal sonrisa de Giocconda
:,
J. Fernández del Viiiar, Nuevo Mundo no915,20-VÍII1911
consiguiente a una larga conspiración militar incubada durante meses, al que
los vencedores llamaron Movimiento Nacional, tantas veces anteponiéndole el
adjetivo «Glorioso». Efectivamente, a las once y treinta del 18 de julio de 1915
moría con treinta y un años Consuelo Vello Cano, uno de los mitos eróticos y
del cosmos del espectáculo en la España primisecular, seguramente, el mito
pionero de este mundo al que le sucederían otros a lo largo del siglo xx. Ella fue
la primera de las que hoy llamaríamos «famosas», cuyo arte trascendió las
tablas y se imbricó en el mundo de los intelectuales, del periodismo, también,
del chismorreo. Luego vinieron otras, que fueron tan míticas como lo fue ella:
Raque1 Meller, Imperio Argentina, Concha Piquer, Sara Montiel, Marisol...
pero Consuelo fue la pionera, el emblema de un oficio que entonces era nuevo
en España. El oficio de cantar a solas en un escenario.
Fuera del folklore, que no estará ni mucho menos ausente del género
vanetinesco, la canción popular española siempre había estado relacionada con
los escenarios teatrales. Desde Juan del Encina, el teatro popular español estuvo
sembrado de bailes y piezas cantables. Se entonaban estribillos, villancicos,
tonadillas y, después, las piezas que triunfaban en la zarzuela o en el género
chico pero no había artistas que se subieran a un escenario únicamente a
,16;2005,27-40
ORIGEN DE LA CANCI~NEN ESPANA
29
as, las que trajeron a España la canción. Las españolas habrían
de esperar a que llegara el siglo xx, con su disparada modernidad3para imitar1-c Luego, el flujo fue imparable.
El triunfo de las varietés4en los escenarios fini y primiseculares depara que,
aunque el propósito fundamental sea mostrar carne -y esa es una de las
razones por la que todas las artistas que canten o bailen sean del género
femenino-, las intérpretes comiencen a entonar ciertos cantables en el escenario. Ante la ausencia de tradición, las piezas que se interpretan provienen del
repertorio teatral: zarzuela, género chico o del reciente género ínfúno que en
esta primera década de siglo alcanzará su esplendor. Otras veces, se recurrirá a
traducciones de couplets franceses, canzonettas italianas o fragmentos de
eretas europeas convenientemente traducidas. La denominación «couplet»
ce fortuna y pasarán bastantes años hasta la espaiíolización de la palabra.
n la mayor parte de los elementos que se importan.
no argentino) más o menos picaresco que contenía cada una de las innumerables
obras líricas por entonces estrenadas sino que acometían lo que Cerge Calaün ha
imitadores, humoristas,
intas cinematográficas,
ASPAR*, 16;2005,27-40
Consuelo Vello -así consta en la partida de nacimiento, aunque algunas
veces su primer apellido se haya escrito con ü- había nacido el 27 de mayo de
1884 en un entresuelo del número 12 de la madrileña calle de Areneros (actual
Marqués de Urquijo). Su padre, Laureano Vello Aivarez, era un guardia civil,
natural de Destri (Orense) y su madre, Benita Cano Rodríguez, una lavandera
nacida en El Toboso (Toledo). Huelga decir que la niñez de Consuelo fue
paupérrima y que desde muy niña hubo de ayudar a su madre en el duro trabajo
de hacer la colada de ropas ajenas en las escuálidas riberas del Manzanares.
Consuelo, al contrario que otras artistas triunfadoras, nunca ocultó su pasado y
asumió su niñez de hambre y sabañones y su adolescencia como mercenaria a
cambio de su propio cuerpo. Así, a los catorce o quince años era cantonera en los
soportales de la plaza mayor. No sabemos -y quizá ya es demasiado tarde para
averiguarlo- si su virginidad fue vendida o arrebatada en uno de tantos
episodios, hoy tan penados por la ley, y entonces flor de cada día, unas veces,
por los degradados ambientes de la miseria7y otras, por la fuerza jerárquica de
las relaciones entre señoritos y criadas.
Tras sus escarceos como prostituta callejera, Consuelo fue acogida por una
casa de costura, que realmente encubría con ese marbete actividades non
sanctas. Allí pudo contactar con personajes de más alto nivel social y su ostentosa y modernísima belleza le permitió posar como modelo de pintores -por
ejemplo, posó desnuda para Alejandro Saint-Aubin- y, también, entrar (enero
de 1902) en el coro del Teatro de la Zarzuela por seis reales diarios. Cantidad
mínima pero que le abría una puerta al arte, que fue aprovechada por Consuelo
caterva de artistas que poblaban los innumeraeguían cuadrar sus ingresos:
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LAFoRNARINAY EL ORIGEN DE LA CANCI~NEN ESPAÑA
A Consuelo le salió bien la cosa y pronto fue contratada por el empresario
h&inuel de Izarduy, luego cuñado de Raque1Meller a través de su casamimto con
su hermana Tina, para un pequeño pero espectadar papel en el Salón Japonés.
En principio las varietés habían estado confinadas en los café-cantantes y en
teatruchos de tercera fila. Pero la moda y el despegue social y económico de
estos espectáculos depara que se abran coquetos salones en las vías más céntncas. La calle de Alcalá, que ya contaba con el Teatro Apolo y otros lugares de
esparcimiento, será la que recoja el mayor número de locales de esta especie.
Así el pionero Salón Actualidades, a la entrada derecha de la calie, junto al
Gran Hotel de París y, después y casi enfrente, se abrirá, el Cal611 Rouge, el
Salón Japonés y, al principio de la calle de la Montera el Salón Bleu, que tuvo
corta vida. En los vest3ulos se instalaban, además de carteles y fotografías de
las artistas, máquinas tragaperras en las que poder contemplar vistas de
paisajes, ciudades o señoritas. Las publícaciones más audaces eran vendidas a
la entrada y a la salida de estos locales por ambulantes que tenían más fácil la
escapatoria en caso de requisa.
En-la segunda mitad de la última década del siglo XIX aparecen las
primeras artistas españolas que cantan y muestran -lo más descaradamente
que se puede- su anatomía: Pilar Monterde, La Guerrero, que había triunfado
en París, La Czarina? La Chavala... El salón Rouge se inaugura el 1 de julio de
1899 en los bajos de Alcalá 7 con un espectáculo consistente en vistas cinematográficas, baile francés y español, audiciones de fotógrafo y guitarra y cancionistas como la señorita Galán. Como exculpatio non petita acusatio manifecta», la
empresa, según escribe El Imparcial (2-W-1899) «...se propone también no dar
motivo al menor recelo por parte de la autoridad gubernativa». El día 5 se
inauguraría el Salón Bleu «dedicado al género del café-concert hoy tan en
boga». Allí actuarán las señoritas Morroy y Mirka (coupletistas francesas),
Esmeralda del Monte (canciones españolas), las hermanas Moreno (baile
español) y el maestro Domínguez, que por cierto grabó numerosos cilindros
fonográficos, con sus cuentos (generalmente, historietas cómicas). Pocos días
más tarde, anuncia «foyer» de artistas. Es decir, tras el espectáculo, los espectadores pudientes podían alternar con las artistas y ponerse de acuerdo ya se
puede suponer en qué tipo de transacciones.
9 Indicativo del ambiente de muchos de los lugares en que se desenvolvía el cuplé puede ser un
suceso que tuvo la desdicha de protagonizar esta cupletista. En 1906 actuaba en el Edén Concert
de Barcelona. Trabajaban allí también las jóvenes bailarhas, Teresita y Maria Conesa, que 11e@
a ser la estrella de los escenarios mejicanos durante buena parte del siglo XX. La Czarina, más
vieja y viendo peligrar su condia6n de estrella, encizañó a su hermano, contra los dos hermanac
que le estaban arrebatando el favor de los espectadores. Dicho individuo, Benedicto González, un
personaje medio vago, medio chulo, medio inútil que pululaba por los locales donde su hermana
trabajaba, le sacaba los cuarbos y trapicheaba con lo que podia, el 27 de febrero apuñaló en un
palco y por las buenas a Teresita Conesa, que murió a resultas de la agresión
Como es natural, los personajes inquietos de la época: jóvenes periodistas,
bohemios, intelectuales y las entonces tan numerosas gentes de teatro se van a
precipitar a este tipo de espectáculos a los que todavía -tardarían poco más de
una década- no asisten mujeres. Muchas de las artistas alternan al viejarrón
pudiente que les otorga caprichos, a menudo vivienda o, en puridad, las
mantiene -«mantenida» fue una expresiva palabra de mucho uso- con el
joven periodista que las entretiene. «Entretenida»es otra palabra para designar
lo mismo.'O
Por estas y otras causas, entre las que no eran menores la presión de las
asociaciones y prensa conservadoras y «bienpensantes»,los locales cercanos a
lo que en otros lugares se llamó music-hall y aquí sicalipsis o género ínfimo,
tuvieron siempre sobre sí la espada de Damocles de la multa, el cierre o el
proceso. Así el gobernador civil de Madrid, Santiago de Liniers, a mediados de
octubre de 1899, decretó el cierre de los «salones de espectáculo que han venido
funcionando en Madrid» fundándose en razones de seguridad.
Sin embargo, un año después, el 1de octubre de 1900 y, siguiendo la moda,
tan art-nouveau, de las japoneserías, se abre en la calle de Alcalá, a un paso de
la de Sevilla, «la nueva sala de espectáculos a la francesa con el nombre dc
Teatro Japonés». Se agotaron las localidades ante la actuación de las cupletista:
francesas que se anunciaron y, lejos de agraviar a nadie, la gente se quejaba df
«empacho de moralidad»." Había que disimular pero, con unas peripecias J
otras, el Teatro Japonés lanzaría a estrellas como Pastora Imperio o Amali;
Molina, que cantarían allí en sus inicios y, poco más tarde a nuestra Fornarina
que debutó actuando como esclava mora en la «extravagancia lírica» compues
ta por el bailarín francés Balazy, El pachá Bum Bum. La actuación de Consuelo
se limitaba a salir sobre una bandeja llevada por unos sirvientes, en la que era
10 La revista Instantáneas incluye en su número 51, correspondiente al 23 de septiembre de1899 tres
Serafín Hermoso; rico por su
caricaturas de Cilla con textos que no pueden ser más explícitos: «lo
casa, calavera por afición, y tonto por naturaleza. Éste es el que paga. 2" La bella Mariquita;
cantante de couplets picantes y bailadora por todo lo alto. Ésta es la que cobra. 3" El N i o precioso; tocaor con mucho estilo cantaor super de cosas tristes. Éste es el que se lo gasta*.
11Los couplets, sobre todo en las obras más atrevidas del género chico, tenían muchas veces
contenido altamente picaresco, o político, lo que podía molestar aún más a las autoridades. El
propio Teatro de la Zarzuela fue cerrado el 11de enero de 1904por el ministro de la Gobernación
JoséSánchez Guerra, a raíz de los couplets con referencias a Nozaleda, que había sido nombrado
obispo de Valencia en contra del clamor popular. Los actores eran presionadospor los espectadores para que se saliesen del guión e interpretasen las coplas acerca del ultramontano padre
Nozaleda y las referidas a otros políticos. Todo ello en el contexto de las confrontacionespolíticoreligiosas tras el estreno de la galdosiana Electra. Así, el actor Gonzalito fue multado por el
gobernador, Conde de San Luis, con quinientaspesetas por interpretar los mencionados couplets
y fueron prohibidos terminantemente todos los que tuvieran carácter político. Temiendo que la
noticia provocara disturbios mayores, Sánchez Guerra ordenó al gobernador la clausura del
Teatro de la Zarzuela. Esa misma noche del 11de enero los guardias invadieron el escenario del
Teatro Cómico cuando se cantaban couplets políticos.
ofrecida como regalo a dicho personaje.I2 La escena fue una bomba y muchas
veces se ha repetido que la joven salía desnuda. No fue así. No hubo desnudos
en España hasta la II República, a no ser en fiestas privadas o espectáculos
clandestinos. Los cronistas -viendo lo que no ven, en un mundo en el que la
represión sexual es fiera- hablan a menudo de desnudez cuando se trata de
mallas o vestidos con transparencias. En este caso, la artista, a la que faltaba un
mes para cumplir los diecinueve años, salió con unas mallas blancas muy
ceñidas. Así consta en alguna de las fotografías del espectáculo que se publicaron. Pronto, el Salón Japonés hubo de cerrarse, en este caso por exigencias del
dueño de la finca, y Consuelo, tras diversos avatares en los que no faltaron
angustias económicas y presiones de sus cercanos para que volviera a sus
antiguas actividades, fue contratada en la primavera de 1903 para quince
funciones por el Teatro Nuevo Retiro de Barcelona. A su vuelta sería contratada para actuar en el madrileño teatro Romea.
A partir de aquí, comenzaron a proliferar admiradores y aspirantes al disfrute de sus favores. Uno de ellos, el periodista Javier Betegón, le propuso sustituir
el nombre de Rosa de Té, por el más exquisito de Fornarina,= como anticipando
la intensa relación que la cancionista mantendría con los medios intelectuales.
Su ascensión, a partir de ahora va a ser muy rápida, sobre todo a partir de su
conocimiento y relación con José Juan Cadenas. Antes, había interpretado otras
obras como La bodega del diablo, «caprichocómico-lírico bailable» estrenado el 5
de noviembre de 1903 en el que hacía el papel de Mefistófeles, en el que se
cantan cosa como ésta: c..allá va cosa flamenca;/el tango del conejito/que es de
intención picaresca: Tengo un conejito precioso y si tú lo quieres ver,/vente al
corral de m i casa/y allí te lo enseñaré./Tiene el pelito de seda/y produce
sensación,/si se la pasa la mano/por el lomo al picarón./Es muy alegrito/muy
chiquirritito,/y el tuno, jugando,/menea el rabito;/nunca se está quieto/el muy
picarón./iAy,... y qué cosas hace! ¡Bendito sea Dios!».
Por esta época, muy accidentada sentimentalmente aunque generalmente de
relaciones muy esporádicas, mantuvo relaciones con un oficial de alta cuna, lo
que dio lugar al equívoco rumor de sus amores reales. El rijoso, estirado y
absurdamente pagado de sí mismo, Alfonso MII tuvo relaciones con numero12 El pachá Bum Bum se convirti6 en un personaje casi folclórico de claros contenidos sexuales,
explíatos, tanto en su condici6n de musulmán poderoso y, como tal, disfrutador de un harén,
como en el nombre, que sugería brutales expansiones seminales. Con música adaptada de
Offenbadi, un capricho lírico con el titulo El p e r a l Bun-Bun se había estrenado en el madrileíío
Teatro de los Bufos en la ya lejana fecha del 8 de diciembre de 1868. Otras obras lúicas en las que
dicho general aparecía en su título se estrenaronen 1894 y 1933.
13 Como es sabido, el sobrenombre corresponde a la panadera que lleg6 a ser modelo y objeto de
amor del pintor Rafael de Urbino. En los años posteriores, muchas cupletistas adoptarían
nombres en relación con el arte: La Goya, La Giocconda, La Greco, La Goyita, La Zurbarán, Nena
Rubens, La Tizianito..
.
sas cupletistas, actrices y artistas del bel-canto como he dejado claro en algún
otro lugar14pero no con Consuelo Vello. A la que quedaba poco para enamorarse. En el recién inaugurado foyer del Romea conoció a Cadenas. Tras los
primeros encuentros tumultuosos, este apuesto y simpático periodista, traductor, autor de obras para la escena y hombre del mundo del espectáculo que
llegaría a presidente de la Sociedad General de Autores Españoles, decidió
adaptar para ella las letras más célebres del music-hall francés, con textos de
contenido picaresco aunque manteniéndose en unos límites que la hicieran
tolerable. Así la Fomarina se convirtió en un símbolo de libertad sexual, pero
también de finura, de modernidad europea pero con cierta delicadeza aunque
para los estratos sociales más atrasados siguiese siendo la viva imagen de
Satán. Cadenas, además, la tiñó de rubio y le contrató actuaciones, primero en
Lisboa, luego en París y, posteriormente, en otras capitales europeas. Todo
enfocado a que su amante fuera tomando ese barniz cosmopolita, liberal,
moderno, europeo, que sirviese de faro a ese país que, si por una parte, vislumbraba ansiosamente y con unas u otras dificultades, la modernidad y el
remonte de su decadencia de siglos, por otro seguía enfangado en todos los
barros y condicionantes de la tan presente España negra.
Cadenas lo consiguió y Consuelo fue una excelente discípula que se preocupó de cultivarse a través del estudio de idiomas, de la lectura y el contacto con
escritores, artistas y hombres del gran mundo?5Estimada por casi todos, por su
buen carácter, por su parte, la artista no abominó ni ocultó su pasado y siempre
supo valorar lo que tenía y lo que había dejado atrás. Engarzada entre dos
mundos: la miseria, la superstición, la degradación social de sus orígenes y el
brillo de la fama, las joyas y los halagos mundanos, fue una representante de
esa contradicción que era la contradicción de ese mundo de las varietés, que si,
anunciaba, por otro era depositario de esas rnise
prostitución o la represión sexual eran constantes.
;
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París, Berlín y Londres, ciudades en las que todavía no había actuado. Oficiaba,
pues, no sólo como instructor que la pulía, autor que la surtía de repertorio y
agente que le proporcionaba contratos sino también como propagandista o
manager artístico. El vivaz periodista quiso y consiguió que su creación
representase lo exquisito frente a la plebeyez de otras cupletistas.
Así va a ser tomada a partir de ahora en sus giras por España. Por otra
que se
parte, va a ser la primera cupletista que grabe discos con reg~laridad,'~
venderán no sólo en España sino en otros países europeos. Todavía las placas
para gramófono, que habían llegado a España en 1899 eran un objeto sólo al
alcance de pudientes pero que podían ser oídos por todos en lugares públicos
como salas de espectáculos, máquinas, salones de baile, casas de prostitución o
Sin embargo, no todos los públicos son iguales y algunos piden lo que ya
puesta a dar: el 5 de octubre de 1906, en el Circo Villar de
Murcia, se provoca un alboroto porque el público le solicita canciones indecorosas que ella no quiere cantar.
En 1907 vuelve Cadenas y viven juntos en el número 126 de la calle Hortaleza. Con ellos, la compañera inseparable de Consuelo, su amiga, ayudante y
modista, Nati. En los escenarios se ha puesto de moda la machicha, baile de
origen brasileño, que parece muy procaz porque uno de los bailarines, generalmente dos bailarhas, una detrás de la otra, acomete con su pelvis la popa de la
compañera. La versión francesa de la machicha es adaptada por Cadenas para
su novia con el nombre de «Aventuras de don Procopio en París», letra en
realidad, más cómica que picaresca. Pronto Cadenas es nombrado corresponsal
de ABC en la capital francesa y, a finales de septiembre, lleva a su protegida al
Apollo Théatre de París, en un espectáculo con Pastora Imperio y artistas de
diversos países y cobrando mil francos. Obtiene un gran éxito y el reconocimiento de los críticos, de modo que su sueldo es doblado. En la Ciudad Luz
conoce a Quinito Valverde, que le escribe un cuplé que se hizo tan famoso
como Clavelitos, nada que ver con la canción de tuna compuesta décadas
después por el maestro Monreal. De inmediato, el maestro Valverde comienza
a adaptarle -en realidad a copiar- canciones francesas con colaboración de
Cadenas. Entra también en contacto con el empresario Marinelli que le busca
contratos de dos mil francos para el Palais Soleil de Montecarlo, Folies Bergere
de Berlín, American Parkos Budarava de Budapest, Kursaal de Lucerna, Viena,
San Petersburgo, Copenhague, Suecia, Noruega... Son estos sus años de triunfo
internacional en los que llega a frecuentar los escenarios más prestigiosos como
el Olimpia parisino o el Alhambra de Londres.
17Registrb alrededor de 40 títulos. Entre los más conocidos: Cancibn del Rhin, Clavelitos, Don
Nicanor, El boulevard, El diávolo, Ei género ínfimo, Ei masaje, El ojo de cristal, El polichinela, El
último couplet, El sátiro del ABC, La machicha, La pequeña tonkinesa o Marieta.
ASPARHA,
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Casi tres años después, el 4 de junio de 1910 reaparece en el Teatro de la
Comedia, con presencia de Alfonso X m y convertida en reina del cuplé, título que
no le durará mucho. La Fornarina tiene enemigos envidiosos y rivales celosas. Su
pasado, lo que representa su arte, las nuevas formas de espectáculo que están
surgiendo no colaborarán en su favor. Por otra parte, su relación con Cadenas se
ha deteriorado. Celos y, tal vez, cansancio por parte de él. Celos y, tal vez, excesos
de exigencia por parte de ella. Prácticamente se separan y ella toma nuevos
amigos. Su salud, además, no es buena. Desde pequeña sufre de problemas y
fuertes dolores en sus órganos femeninos, según los cursis cronistas de la época,
por <<sus
juveniles ofrendas en el altar de Venus». Fuera como fuese, estos problemas, sobrevenidos por abortos en malas condiciones o manipulaciones nada
higiénicas, eran frecuentes en las de su oficio. Fueron abundantes las que no
podían tener hijos, por ejemplo Raque1 Meller, y algunas murieron por estas o
cercanas causas. No tardaría en llegarle a Consuelo su San Martín.
Entretanto, todavía es considerada la reina del cuplé y sus contratos son
golosos. Si oímos sus discos percibiremos una voz más bien desacompasada y
gritona pero tampoco sus contemporáneas son prirnadonnas. Ella ha traído la
canción francesa y su sprit, representa la finura y el cosmopolitismo del
espe~táculo'~
pero, sólo hasta cierto punto, porque también su imagen arrastra
el escándalo. Un país dividido entre monárquicos y republicanos, taurinos y
antitaurinos, francófilos y germanófilos (y de cada una de estas confrontaciones
podían sacarse subdivisiones opuestas, hasta el cansancio) toma también
partido ante apasionante tema de la sicalipsis en el género frívolo: a un lado,
obispos, gobernadores civiles, ligas de moralidad, asociaciones de padres de
familia, grupos católicos y gentes bien pensantes; al otro, fundamentalmente,
intelectuales y pueblo. Planteado así, el triunfo del primer bando habría de
parecer indiscutible, pero no lo fue. Como es natural, muchos de los bien
pensantes hacían exactamente lo contrario de lo que decían pensar y entre sus
filas se reclutaban gran parte de los amantes, mantenedores de las artistas. Por
otra parte, aunque las mujeres, por formación y también porque no podían
asistir como espectadoras a estas funciones, casi siempre estaban en contra de
as, la de artista era una salida natural de la miseria e incluso muchas burgueS preferían que sus maridos se divirtieran en los espectáculos y se solazasen
con sus queridas y a ellas las dejasen en paz. La solución estuvo en el adecentamiento de los espectáculos a los que se aludió al principio. La canción empezó a
reinar por sí misma y la parte sexual quedó reducida a cierto tipo de locales. La
yggq
18 Periquet, s9 Tp"hVeI-biógrafo,escribe: «...nunca
alabras
todas brotaron siempre con diáfana precisión. Su zesto, de armoniosa sencillez, no extremó jamás
la expresión. Su belfeza no fue académica ni c d e s c a , sino simplemente simpática. ~ d e & á sla
,
Fornarina siguió con admirable tenacidad una línea recta en arte, sin desviaciones al baile ni a la
declamación. Fue, pues, un modelo de equilibrio artktico» (1915:12).
LA PORNARINA
Y EL ORIGEN DE LA CANCI~NEN ESPARA
Fornarina tuvo tiempo de asistir a los principios de esa transformación y ella
quedaba, precisamente, entrambos extremos. Como había ocurrido en Murcia,
en otros lugares, como Málaga, le piden lo que no quiere dar. Hay nuevas
pitadas, insultos, descalificaciones de un lado y otro.
Por otra parte, su mal avanza y médicos y allegados le aconsejan operarse.
Incluso en septiembre de 1912 aprovecha sus actuaciones en Lucerna y Beríín
para que la reconozcan eminencias de la medicina alemana. El dictamen es
también la necesidad de intervenir cuanto antes para evitar problemas
mayores. Ella no se decide y, además, está de mal humor, con Cadenas en París
dedicado a la confección de operetas y cortejando a otras artistas como Manon.
Por su parte, Consuelo empieza a dar más cancha a sus admiradores de
siempre como el poeta Enrique de Mesa, sin duda su enamorado de más
constancia y fervor. Cadenas, enfadado, da orden a la Sociedad de Autores de
que no se le permita cantar sus canciones. Tras un encuentro en Vigo, rectifica
pero no acepta acompañarla a Nueva York, donde le ofrecen contrato. Mientras
sigue con sus actuaciones, un amigo le pone un piso en la madrileña calle
Castelló. Entonces regresa Cadenas, ella lo vuelve a preferir y se va a París con
él. Es la típica serie de idas, vueltas, reclamaciones y despechos. Cadenas,
probablemente la quiere a su manera y no desea perderla, pero no quiere una
vida en exclusiva. Ella quiere a José Juan pero cuando el desvío de este la lanza
hacia otros hombres, él aparece y ella sucumbe. Por otra parte, incluso en sus
épocas de mayor pasión hacia Cadenas, la fidelidad no era su fuerte.19
Finalmente, a la vuelta de París se va a vivir con su admirador a un escondido
hotelito de la calle Salas. Su desequilibrio emocional le ha hecho reñir con su
inseparable Nati y ahora se hace acompañar de su única hermana, la joven
Petrilla. Parece que ambos ex amantes asumen ya la situación y se entrevistan
para solventar cuestiones económicas.. .
El 16 de abril de 1915, ya pensando claramente en que iba a ser su última
temporada en los escenarios, vuelve al Teatro Apolo, donde había estado otras
veces y se encuentra con la frialdad del público. Cada vez se siente peor de sus
dolencias y, finalmente, habla con el doctor Recasens para operarse en otoño ya
que hacerlo con los calores podía propiciar la infección. El eminente doctor
Cospedal, en cambio, quería intervenirla rápidamente ya que un fibroma y
varios quistes malignos parecían cada vez más amenazantes. Finalmente, se
decide la operación que se lleva a cabo el 14 de julio Era demasiado tarde. A las
16 horas del día 17 de moría en el Sanatorio del Rosario de la Calle Príncipe de
Vergara. El diagnóstico: Ovariosalpingitis supurada, bilateral, miomas
uterinos, septicemias, después de operada por laparotomía abdominal.
19 V. a este respecto las páginas 145-152 de su biógrafo Periquet en las que comenta, con puntos de
vista inusitadamente modernos las peripecias eróticas de Consuelo Vello.
Consuelo en los últimos días se había reconciliado con su amiga Nati, a la
que solicitó que, si moría, perfumaran su cuerpo le pusieran medias negras
finas, aunque no zapatos, y diesen color a su rostro. Después, fue vestida con el
hábito de La Soledad. En la mesilla quedaba un libro: Las noches de Musset. Un
autor que, seguramente, le había descubierto José Juan Cadenas, al que la
familia no le permitió entrar cuando fue al sanatorio para visitarla.
Acompañada de una gran comitiva, en la que se incluían las gentes míseras
a las que siempre ayudó, fue enterrada en el cementerio de San Isidro, donde
puede verse su tumba, adornada con un ángel. Su madre había muerto, pero
vivían su padre y sus hermanos a los que legó su fortuna: doscientas cincuenta
mil pesetas en metálico y ciento veinticinco mil en joyas, cuando el sueldo de
un obrero no llegaba a dos mil pesetas al año.
La fundadora de la canción en España cantaba mediocremente no tenía
nociones de solfeo, ni oído ni memoria musical aunque su voz era de dicción
clara y segura en el registro medio. Era muy mala para bailar y cualquier tipo de
actividad que exigiera coordinación. Sin embargo, uno de sus números más
famosos fue «El polichinela», que cantaba accionando ella misma una marioneta, a la que llamabas TobíasZ0En cambio, era sensible, natural, ingeniosa pero
muy dada a la pereza. Consumió, como tantos de sus contemporáneos pertenecientes al gran mundo, éter y cigarrillo egipcios que, muy frecuentemente,
contenían haschisch o cocaína. Al contrario que otras colegas no tuvo pasión por
las grandes forhinas pero sí por poetas y artistas. Aunque tuvo un gran amor, le
gustaron los hombres y llegó a engañar a Cadenas, incluso antes de la ruptura.
No era manirrota ni gustaba de impresionar con joyas y grandes vestidos.
El personaje y el caso de la Fornarina, como sucede con el fenómeno del cuplé
en general, tan protagonista en una época clave de la historia de España, apenas ha
recibido atención por parte de los estudiosos. Historiadores y sociólogos han
pasado por encima de él, tal vez por lo problemático que resulta hacerse con
documentación a su respecto ya que, por su misma condición efímera, hemerotecas
y archivos han conservado muy pocos fondos en torno a ello. Sin embargo, una
figura como la de Consuelo Vello pone en el tapete un buen número de asuntos
interesantes, que aquí sólo se han sugerido: la estricta miseria de las capas populares españolas, la ascensión social de la mujer, las muchas caras de la prostitución, la
configuración de un género musical que alumbrará nuevas formas del espectáculo,
la sociabilidad y las diversiones en los ámbitos urbanos, las aspiraciones estéticas
populares, la vivencia del éxito frente a los fantasmas del pasado, las dificultades
de configuración de una sexualidad femenina, incluso entre quienes por su
condición económico-socialpodían permitírselo. En fin,una mina inexplotada
20 Uno de los números más famosos de las cupletistas de su tiempo fue «Toribio, saca la lengua».
La cantante utilizaba una pelota dibujada con rasgos humanos que, al presionarla, sacaba una
gran lengua roja. Las connotaciones eróticas de la acción propiciabanla excitación del pfiblico.
LA FORNARINAY EL ORIGEN DE LA C A N C I ~ NEN ESPAÑA
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Recibido el 30 de noviembre del 2005
Aceptado el 12 de diaembre del 2005
BIBLID [1132-8231(2005)16:27-43]
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