7 TENGO UNA PEQUEnA CANCIoN........................EN LA BOCA

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7 TENGO UNA PEQUEnA CANCIoN........................EN LA BOCA
(Según la tonadilla del “Martinillo”)
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7 LAVARSE LOS DIENTES ES MaS DIVERTIDO.....CON UNA CANCIoN
RECUERDA
PASO 1
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El espejo con cronómetro.
Pon la pasta de dientes en tu cepillo
y canta a todo volumen la canción
del cepillado de dientes.
2 minutos de cepillado.
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(primero ensaya bien la melodía del “Martinillo”)
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El dentista se gira. “¡Eh, hola!” -saluda. “¿Tú también quieres dar un paseo?”
Clara se dirige estupefacta hacia la silla. “Pero antes déjame un momento que
revise tu boca” –dice el dentista. “Primero vamos a
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ver si tu boquita no corre peligro.” Clara abre la boca
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impresionada. El dentista da golpecitos aquí y allá,
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un poco por toda su dentadura. “Aprobado” –exclama seriamente. “Agárrate. ¡Allá vamos!”
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“Hasta luego” –dice Carlos, mientras cierra la puerta del dentista. Clara se queda leyendo un libro en la sala de espera. Al principio, reina el silencio. De repente, se empieza a
oír un ruido espantoso: “Zzzzzzzz.” Suena horrible. Y enseguida vuelve a oírse de nuevo.
¿Pero qué pasa? ¿Qué oye Clara esta vez? ”¡Jajijijijajaja!” Ahora son las carcajadas
de alguien. ¡Qué malvado! El dentista se ríe de Carlos.
“¡Zzzzzzzz!” Clara se levanta de un salto. “¡Tengo que salvar a mi amigo!” –piensa con
decisión. Clara abre la puerta y... ahí está Carlos tumbado, desternillándose de risa,
mientras la enorme silla lo sube y baja. “¡Zzzzzzz, zzzzzz!”
ÚSAME CON FRECUENCIA Y AHORRARÁS MUCHO TRABAJO AL DENTISTA
Clara vuela arriba y abajo en la silla,
riendo a carcajadas. Cuando ya está
en el suelo, se lamenta: “Qué pena que
tengamos que esperar seis meses. ¡Esto
es más divertido que la feria!”
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EN MI BOC
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Estoy en el dentista. ¿Te has sentado alguna vez en la silla? ¿Y te pareció divertido? Quizás también te hayas fijado en
que el dentista tiene toda clase de herramientas.
Un espejito para que pueda ver tus dientes por detrás.
Y también martillitos y taladritos.
Además de un pequeño gancho con el
que elimina la suciedad rascando.
A veces, el dentista te dará una pastilla de colorines para que la muerdas. Las manchas de color que
aparezcan en tus dientes revelarán que no están del
todo limpios. Mi dentista ha dejado por ahí tirados un
montón de chismes diferentes y no encuentra nada.
¿Podrías señalar lo que necesita?
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“Mira Clara” –dice Carlos. “Tengo un diploma de los dientes limpios.” Carlos le enseña una bonita hoja
de papel y Clara la observa. “¿Qué es un diploma?” -pregunta. “Cuando eres muy bueno en algo, entonces recibes un diploma” –explica Carlos. “Como yo en el cepillado de dientes. Mira, mira.” Su nombre
aparece en el papel, junto a una foto de Didi, el hada del cepillado de dientes. “¿Vienes esta
tarde a comer algo rico?” –pregunta Carlos mientras dirige una mirada a Clara, que
asiente con la cabeza. “¡Pues hasta luego!” Carlos se despide y se va.
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9 EL DIPLOMA.....................................
Una vez en casa de Carlos, de golpe y porrazo, Clara saca el dibujo de su bolsa. “Yo
también tengo un diploma de los dientes
limpios.” -dice. Clara desenrolla el papel
y enseña el diploma que ha hecho ella
misma. Su mamá se muere de risa.
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Pues sí. Clara también quiere un diploma. Pero antes tiene
que lavarse bien los dientes. Como ya es la hora, Clara va a
casa de Carlos, “¿Qué llevas en la bolsa?” – le pregunta su
mamá. “Oh nada, una tontería” – responde Clara. “Es un
dibujo para Carlos.” “¡Qué amable por tu parte!” – le dice
su mamá, acariciándole la cabeza.
UANDO VOLVAMOS A
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Diploma muy especial. Un diploma que te has ganado de verdad. Te daré un
DIPLOMA DE LA BROMA. Porque cuando eres muy bueno en algo, recibes un
diploma. Y gastando bromas, realmente eres la mejor.
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9 EL DIPLOMA DE LOS DIENTES LIMPIOS!
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¡Guau! ¿Qué es lo que brilla tanto? ¿Será mi anillo el que da
esos destellos? O… ¿son tus dientes que resplandecen?
Ya veo. Tu calendario está casi completo.
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Con esa boca tan bonita, te mereces un auténtico diploma
de los dientes limpios y no un diploma de la broma como
Clara. ¿Se lo enseñarás al dentista? Así podrá firmarlo.
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Carlos tiene un diente suelto, que se mueve así y asá.
“Un poquito más y se caerá” –dice Carlos, orgulloso.
“Entonces lo pondré debajo de la almohada y recibiré un regalito de Blanca, el hada de los dientes.”
Clara y su abuela están sentadas en el banco y miran
el diente danzante de la boca de Carlos. Clara intenta mover sus dientes, pero están firmes como una
roca. “¿Crees que mis dientes también se caerán?”
–le pregunta a su abuelita. “Pues claro” –contesta.
“Naturalmente. Cuando seas mayor.” “¿Y tus dientes,
yaya?” –pregunta Clara. La abuelita se echa a reír.
“Yo tengo dientes embrujados.”
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Pero eso ya lo sabes tú, ¿no? La yaya puede sacarse los
dientes de la boca y meterlos en un vasito.” Esa noche,
en la cama, Clara no deja de pensar en el hada de los
dientes y en el diente suelto de Carlos. ¡Quiero un regalito ahora! ¡No cuando sea más mayor!
A Clara le sale el humo por la cabeza de tanto pensar
y de repente… salta de la cama. Con mucho cuidado,
entra de puntillas en la habitación de invitados, llega a
la mesilla de noche y vuelve a su habitación sin hacer
ningún ruido. “Hala… seguro que me los deja” –piensa
Clara y, en un abrir y cerrar de ojos, coloca la dentadura
de la abuelita debajo de la almohada. Durante toda la
noche, Clara sueña con hadas y regalitos maravillosos. Y
eso es gracias a los dientes embrujados de la yaya.
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¿Ya está? ¿Ya se te ha caído el primer diente? ¿Te
has acostumbrado a ese agujero que tienes ahora
en tu boca? Por suerte, eso no va a durar mucho.
En menos que canta un gallo, aparecerá un diente
grande como los de los mayores. Rápido, si colocas
tu diente de leche debajo de la almohada, quizás me
tumbaré a tu lado.
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INTRODUCCIoN
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sta parte del Libro de los dientes limpios se dirige a vosotros, los
padres. Con este manual, Difrax desea proporcionar información de
fondo a los padres sobre el cuidado de la boca de sus hijos. El objetivo
del libro es aconsejar, por lo que no contiene ninguna regla obligatoria.
Más bien pretende servir como guía de recomendaciones o proponer algunas
soluciones para los posibles problemas que la higiene dental de vuestro hijo
plantea.
Aconsejamos siempre a los padres que sigan su propia intuición. Como mamá
o papá, tú eres quien mejor conoce a tu hijo, y, además, no existen dos niños
iguales. Aprovecha la información del libro que creas que te será más útil.
¡Que disfrutes mucho con la lectura más limpia!
Este librito lo pueden leer todos los niños: donde aparece ‘él’ puede cambiarse
iNDICE
a ‘ella’.
48
nota preliminar 48
introducción 48
desarrollo dentario 50
cuidado de la boca 52
materiales 54
lo que debéis saber como padres (con plan por pasos) 55
hacer & no hacer (las mayores trampas) 59
el dentista 61
el chupete y el dedo
63
primeros auxilios para lesiones bucales
y otros problemas dentales 64
mitos 67
didi, el hada del cepillado de dientes
y blanca, el hada de los dientes 68
información y direcciones útiles
69
epílogo 70
El cuidado de la boca no empieza cuando nace el bebé.
Ahora bien, a partir del momento en el que brota el primer diente, ya
puedes empezar con lo más importante: el cepillado de dientes. Obviamente, hay que tener un poco de paciencia porque las encías todavía
pueden estar muy sensibles. Espera unos días. Para lavar los dientes
de una forma divertida a tu bebé, puedes utilizar un cepillo de dientes tradicional, o bien optar por uno de silicona digital. Cuanto antes
se acostumbre al procedimiento y a los materiales habituales, más
normal encontrará esta tarea.
49
tante que tú, como padre o madre, puedes aportar a las actividades
de higiene, es explicar bien a tu pequeño que cepillarse los dientes
es una tarea cotidiana totalmente normal. Y ya está. Porque, sea o no
divertido, hay que lavarse los dientes.
Para ayudarte, te ofrecemos un “Plan por pasos para enseñar a lavarse
los dientes”. Se trata de un recurso de ayuda que, junto a los calendarios y a las pegatinas de recompensa, hará que el cepillado de dientes
se convierta en una tarea divertida para tu hijo.
Cuando aparezcan las primeras muelas, cepilla los dientes dos veces
al día, si antes no lo hacías. Primero, por la mañana, durante el ritual
de vestirse – lo ideal es antes del desayuno. Así, los dientes del pequeño estarán limpios y preparados para neutralizar los ataques de ácido
que causa la comida. Si prefieres lavárselos después de desayunar,
espera media hora como mínimo. Los dientes necesitan esos minutos
para que, de forma natural, se restablezcan de la acción negativa de
los ácidos. [ver la explicación adicional de Martine] El segundo cepillado se realiza después de la última comida del día, con el fin de que,
durante la noche, los restos de comida no puedan agredir el esmalte
dental de tu hijo.
Los dientes de los niños son un tema serio y cuanto más conscientes
de ello sean los padres, mejor. Podemos hablar largo y tendido de este
asunto o bien resumirlo en pocas palabras: la mayoría de los niños no
tienen ningún interés en lavarse los dientes. Ni tampoco en cortarse
las uñas, limpiarse las orejas o lavarse el pelo. A veces, este desinterés
se debe a que los pequeños de la casa no saben bien qué sucede. Sea
cual sea la edad de tu hijo, explícale siempre lo que estás haciendo y
cuánto va a durar. Para ello, un buen recurso puede ser cantar con
él una canción o un estribillo sobre el cepillado de dientes y así, el
momento de lavarse los dientes se le pasará volando. Lo más impor-
martine van gemert
desarrollo dentario
¡hurra! ¡un puntito blanco!
¡ay! ¡eso duele!
50
La dentición comporta muchas molestias tanto para el bebé como
también un poco para sus padres. La señal más importante de
la salida de los dientes es que tu hijo quiere morder todo lo que
encuentra a su paso. La encía está tensa y morder puede atenuarle
el dolor momentáneamente. Lo mejor que puedes hacer es darle un
anillo de dentición, que previamente habrás puesto a enfriar en la
nevera. Seguro que por la noche le proporcionarás un gran alivio. Y
a ti también, porque, naturalmente, para la mayoría de padres las
noches en vela no son ninguna alegría. Además, cuando los dientes
están a punto de salir, los bebés pueden llorar con más frecuencia,
comer peor y mostrarse apáticos o, a veces, incluso tener fiebre.
y ahí está el número dos…
En estos casos, no puedes hacer nada. Sin embargo, es fundamental
En líneas generales, el orden de salida de los dientes y muelas es el
que tu hijo duerma bien. Los lloros o la fiebre pueden desvelarlo. Si
mismo. Primero aparecen los dos incisivos centrales inferiores y, a
así fuera, es recomendable darle un poco de paracetamol porque si
continuación, los dos incisivos centrales superiores (ver imagen).
el bebé no puede seguir su ritmo de sueño, fácilmente puede caer en
un círculo vicioso de agotamiento, más lloros y vuelta a empezar otra
A veces, hay variaciones en ese orden de salida y, además, el momento vez. Por lo tanto, hay que procurar intentar que duerma. A menudo,
de aparición de los dientes no es igual para todos los niños. Es decir, aparte de esas molestias, el brote de un diente o de una muela viene
si algunos bebés ya tienen dientes o muelas 3 o 4 meses antes de la
precedido o acompañado de un cambio en la defecación. Más deposimedia, otros han de esperar hasta 20 meses más. Este margen en el
ciones de lo habitual y el culito irritado exigen una higiene adecuada
período de dentición se considera como “normal”. Así pues, no te
y un cuidado suave.
preocupes si tu hijo de año y medio va creciendo contento y feliz pero También puedes recurrir a las gotitas especiales, sobre todo, homeosin dientes; ya que lo único que puedes hacer es esperar. Por regla
páticas, que pueden servir para aliviar el dolor de la dentición. Aungeneral, el proceso de la dentición de leche (que suele iniciarse hacia que su eficacia todavía no se haya comprobado de manera científica,
los 6 meses) finaliza hacia los 20 meses. Las últimas muelas, concreno significa que estas gotas no sirvan para
tamente los segundos molares de leche, suelen aparecer entre los
nada. ¡¡Quien no arriesga no gana!!
24 y 30 meses. En la primera visita de tu bebé al médico, los padres
reciben un “Libro de salud” para su hijo, donde también se describe
el desarrollo dentario de los niños. Una boca sana influye en la salud
general y el bienestar de tu hijo. Por esta razón, es importante que
tú, como padre o madre, insistas en que tus hijos se interesen por los
dientes y en la manera de mantenerlos sanos y comprobarás como
ese esfuerzo se verá del todo recompensado.
más fiesta: el primer diente que cambia
Normalmente, la aparición de un puntito blanco en la mandíbula
inferior de tu pequeño es el primer signo de que sus dientes están
a punto de aparecer. Se trata de un gran momento en la vida de tu
hijo y suele suceder hacia los seis meses. Ese puntito blanco cuenta
ya con una larga historia a sus espaldas, pues el desarrollo de los
dientes de leche comienza desde la sexta semana de embarazo. En
ese momento, se forman las primeras células (germen dentario), de
donde, más tarde, nacerán los dientes y muelas de leche. A partir del
octavo mes de embarazo, empieza a crecer el germen de la primera
muela definitiva.
51
En general, un diente que se mueve es señal de que tu hijo va a cambiar su dentadura. Es decir, los dientes de leche van a dejar paso a
los definitivos. En general, los primeros en cambiar son los incisivos
centrales inferiores, seguidos por los incisivos superiores. Las primeras muelas “adultas” nacen detrás de los últimos molares de leche.
Como ocurre con la dentición de leche, en la dentición definitiva el
orden y el período de salida también dependen de cada niño.
Normalmente, los niños tienen menos molestias en el cambio de
dientes que en su primera aparición cuando son bebés. El diente
que se mueve puede suponer a veces alguna incomodidad al comer
ciertos alimentos, pero en la mayoría de casos, el dolor no es grave. Si
tu hijo no acepta el cambio de dientes con facilidad o lo encuentra
incluso horrible, tenlo en cuenta en el momento del cepillado de
dientes. Por otra parte, la herencia desempeña un papel crucial en
el desarrollo dentario. ¿Tienes piezas (otro nombre para los dientes
y las muelas) en una mandíbula (demasiado) pequeña? Entonces
existen grandes posibilidades de que tus hijos lo hereden. Si algunos
de tus dientes o muelas no brotaron o tienes alguno de más, a tus
niños les espera lo mismo. No olvides informar a tu dentista sobre
estos detalles. Por supuesto, el odontólogo no puede hacer nada
para cambiarlo, pero, en todo caso, puede tranquilizarte y comentar
contigo las posibles consecuencias.
Sea cual sea el desarrollo de los dientes de tu hijo, como padre o
madre, debes atender sobre todo a su cuidado diario. ¡Así, habrá
beneficio seguro!
CUIDADO DE LA BOCA
cepillar el diente
52
A partir de la aparición del primer diente, ya puedes empezar con lo
más importante de la higiene bucal: el cepillado de los dientes.
Por supuesto, hay que tener un poco de paciencia, porque la encía
aún puede estar muy sensible. Espera unos días. En cuanto aparezca
el diente, las bacterias empezarán a adherirse al esmalte; éstas deben
eliminarse de forma regular, con el fin de impedir que tengan vía
libre para hacer agujeritos.
Para lavar los dientes de forma lúdica a tu bebé, puedes recurrir al
cepillo de dientes tradicional, o bien optar por uno de silicona digital.
Cuanto antes se acostumbre al procedimiento y materiales habituales, más normal encontrará esta tarea. En un primer período, la
forma de cepillar los dientes se parece a una especie de caricia, pero
no importa. En este estadio, en realidad se trata de que tanto tú
como tu hijo os habituéis a esta rutina cotidiana. Para esa dentadura
escasa, una vez al día es suficiente, aunque si son dos, mucho mejor.
El momento y lugar ideales (tu hijo tumbado en el cambiador o
sentado en el lavabo) quedan a tu elección. El uso de pasta de dientes
todavía no es necesario, pero, si se opta por ello, se recomienda utilizar pasta de dientes para bebés.
lavarse los dientes dos veces al día
Cuando se anuncian los primeros molares, cepíllale los dientes dos
veces al día, si no lo hacías antes. La primera vez durante el ritual de
vestirse (mañana) – lo ideal es antes del desayuno. Así, los dientes del
pequeño estarán limpios y preparados para neutralizar los ataques
de ácido que causa la comida. Si prefieres lavárselos después de
desayunar, espera media hora, como mínimo. Los dientes necesitan
esos minutos para que, de forma natural, se restablezcan de la acción
negativa de los ácidos. (ver cuadro). El segundo cepillado se realiza
después de la última comida del día, justo antes de dormir, con el fin
de que, durante la noche, los restos de comida no tengan ocasión de
agredir el esmalte dental de tu hijo. Como por la noche se produce
menos saliva, la defensa natural contra los ataques de ácido resulta
ser consciente
insuficiente. Por este motivo, debes evitar a toda costa ofrecer al niño
un biberón de leche o de zumo durante la noche. Desde el punto de
vista del desarrollo, una vez que tu hijo ya haya empezado a comer
sólido, las tomas nocturnas ya no serán necesarias, así que darle un
biberón para dormir tampoco es recomendable. Si tu pequeño se
despierta porque tiene sed, por supuesto, puedes darle de beber. Un
poquito de agua es lo mejor para calmar la sed.
ataques de ácido
La comida y la bebida se componen de azúcares e hidratos de carbono
que las bacterias de los dientes transforman en ácidos. Es lo que se
denomina ataque de ácido. Cada ataque de ácido deteriora la estructura del esmalte dental. La neutralización del ataque de ácido, por
efecto de la saliva, suele durar treinta minutos. Por ello, se aconseja
no lavarse los dientes inmediatamente después de comer, pues
sería como si lijaras tu esmalte “reblandecido”. Así pues, lo mejor es
esperar media hora.
Tras la neutralización del ataque de ácido, el esmalte recupera
su “dureza” en tres horas, aproximadamente. Se trata de ofrecer al
esmalte esa oportunidad. Cuando un niño come o bebe algo con
demasiada frecuencia, los ataques de ácido se suceden también muy
rápido y el esmalte de los dientes no dispone del tiempo necesario
para restablecerse. Entonces es cuando pueden aparecer caries.
53
Los dientes de los niños son un tema serio y cuanto más conscientes de ello sean los padres, mejor. Si conoces las consecuencias que
puede conllevar dejar un “inocente” biberón de leche o de zumo en
la cama, podrás optar conscientemente por otra alternativa, como un
biberón de agua. Lo mismo sucede con la comida. Lo ideal es comer
cinco veces al día: tres comidas y dos tentempiés. Cuando el niño sea
más mayor, puedes aumentar el número de comidas hasta siete, que
debería ser el máximo, tanto para los mayores como para los más
pequeños. Si estableces un número fijo de comidas al día, no sólo
mantienes el equilibrio del balance energético (adquirir el número
de calorías que consumes), sino que le ofreces a tus dientes la posibilidad de que se recuperen del ataque de ácido de forma natural entre
dos comidas. En efecto, cada trago o bocado que ingieres provoca un
‘atentado’ contra tus dientes, un ataque del que tus dientes pueden
salir victoriosos por sí mismos. Si comes y bebes durante todo el día,
tus dientes no tienen tiempo para restablecerse y, a la larga, aparecen
caries (ver: Ataques de ácido).
estribillo cada vez que se cepilla los dientes. Así, la higiene dental se
convertirá en una tarea clara y reconocible (ver Canciones y estribillos sobre el cepillado de dientes).
hacerlo uno mismo
A partir de los 3 o 4 años, a los niños les encanta lavarse los dientes
solos. Anímale, pero cepíllaselos tú también, sea antes o después.
Entre los 5 y 6 años, los niños se interesan por los cepillos especiales,
con lucecitas y/o ruidos. Si esto ayuda a que tu hijo siga interesándose por el cepillado de dientes, excelente. Verifica tan sólo que el
cepillo sea suficientemente suave y tenga el tamaño adecuado. El
hilo dental, los palillos interdentales y los enjuagues bucales todavía
no son necesarios. Es importante que cambies su cepillo de dientes
con regularidad. Si las cerdas están curvadas debido a los mordiscos
de tu hijo, ¡es el momento justo para comprar uno nuevo!
¿cómo cepillarse los dientes?
Cepillar los dientes parece fácil, pero cuando tienes que hacérselo
a tu propio hijo, la cosa se complica de forma insospechada y más
lo que se aprende de joven…
bien se convierte en un verdadero arte. El procedimiento es difícil de
El cuidado de la boca no empieza cuando nace el bebé, sino cuando
describir, pero vamos a hacerlo lo mejor posible:
aparece el primer diente. En principio, en los dos primeros años
Coloca el cepillo de dientes suavemente, un poquito inclinado en el
de vida de tu hijo no hay cambios. Primero, lávale los dientes una
borde de la encía, y realiza un movimiento ligero de frotación. No
vez al día con un cepillo suave y enseguida pasa a hacerlo dos veces.
de arriba a abajo, sino de atrás hacia adelante. Este movimiento de
Comienza utilizando una pasta de dientes para bebés y, según vaya
vaivén ha de repetirse para cada serie de cuatro dientes y, preferencreciendo, pásate a la infantil. En la mayoría de casos, la edad recotemente, siempre en un orden fijo. Por ejemplo: primero por la izquimendada aparece indicada en el tubo. Controla siempre este dato, ya erda arriba y abajo, luego por la derecha arriba y abajo. Para acorque puede variar de un fabricante a otro. También puedes hablar con darse, resulta práctico recurrir a la canción del Martinillo, versión
tu dentista sobre el uso del dentrífico más adecuado.
cepillado: Fuera, dentro, encima. Eso significa que primero cepillas
Por otro lado, elige una pasta infantil cuyo sabor sea lo más neutro
la cara externa de la serie de dientes (hacia tu mejilla), después la cara
posible. Los niños se habitúan rápido a los sabores dulces y si su den- interna (hacia tu lengua y paladar) y, finalmente, la cara superior
trífico es de este tipo, más adelante tendrá dificultades para utilizar o masticadora. Con todo eso, ya te has pasado 2 minutos en plena
los productos de higiene dental para adultos, que suelen tener un
acción. Por supuesto, para los más chiquitines, ese proceso puede ser
sabor a menta bastante pronunciado.
más corto (pero debe seguir siendo divertido).
Tal vez tu hijo encuentra divertido escuchar una misma canción o
MATERIALES
lo que debeis saber como padres
(con plan por pasos)
54
¿QUÉ NECESITAS DE TODOS MODOS?
En realidad, para garantizar una buena higiene dental, no necesitas
gran cosa. Para los bebés, un anillo de dentición es bastante práctico.
En el momento en el que tu hijo anuncia la salida de los primeros
dientes, coloca el anillo en la nevera. A tu chiquitín le gustará morderlo. También puedes comprar un cepillo dental para bebés. Cuanto
antes comprenda tu hijo para qué sirve el cepillo, mejor. Asimismo,
en esta primerísima etapa, puedes utilizar un cepillo digital para
hacer pequeños masajes a la encía y aliviar un poco el dolor. No
se recomienda utilizar cepillos eléctricos para los niños pequeños.
Sobre todo, porque normalmente hacen un ruido desagradable
y les puede causar miedo. Debes evitar que tu hijo – debido a ese
ruido adicional - sienta el cepillado de dientes como algo molesto o
temible. Además, lo importante es que el aprendizaje de la rutina del
cepillado se realice mediante un contacto sencillo y agradable, cosa
difícil cuando se utiliza un cepillo eléctrico. Lo importante es sentir
lo que estás haciendo. ¡Y tus manos son el mejor recurso! A los 5 o 6
años, el cepillo eléctrico puede convertirse en un aliado: a esa edad,
los niños quieren estímulos extra y todo lo que hace ruido o brilla les
encanta. Por supuesto, se trata de una opción personal. Si a tu hijo
no le interesan esos cepillos, no se los impongas. El hilo dental y los
palillos interdentales no son necesarios a esa edad. Utilízalos únicamente en el caso de que tu pequeño tenga un resto entre los dientes
que no se pueda eliminar con el simple cepillado.
¿Y QUÉ MÁS?
Naturalmente, necesitas una buena pasta dentífrica con flúor. A
partir de ahí, dependerá de tus propias preferencias. Para tu hijo,
lo único que importa es que el sabor sea lo más neutro posible y la
composición (contenido en flúor) sea adecuada para su edad. Así pues,
cuando tu hijo sea pequeñito, utiliza pasta de dientes para bebés y
cuando tenga entre 5 y 9 años, pásate a la pasta dentífrica infantil,
etcétera. Cada fabricante posee su propia nomenclatura, por lo que
es importante fijarse bien en la etiqueta y leer la composición. El uso
casero de complementos de flúor en pastillas o similar no es necesario a esa edad, así como tampoco el enjuague bucal. Ocasionalmente,
el dentista puede administrar un complemento de flúor en los controles a tu hijo, si considera que es propenso a las caries. Además, por
esa misma razón, el odontólogo puede creer conveniente empastar
las primeras muelas definitivas. De este modo, se aporta una protección extra contra la aparición de caries. Para fortalecer la concienciación de tu hijo de 5 o 6 años, puedes darle pastillas colorantes una vez.
Estas pastillas, que se eliminan tras el cepillado, muestran de forma
implacable si se ha lavado los dientes correctamente. En efecto, esas
pastillas tiñen de color rojo el lugar donde se alojan las bacterias (invisibles) que, a la larga, generan caries. ¡Normalmente, este resultado
de color rojo basta para despertar el interés por el cepillado durante
algunas semanas!
Un recurso de ayuda adicional puede ser el espejo con cronómetro,
que es fácil de agarrar y permite al niño mirar su boquita mientras se lava los dientes. En el marco del espejo hay lucecitas que se
encienden cada 2 minutos. Empieza limpiando la cara externa de los
dientes (arriba y abajo), continúa por la cara interna (arriba y abajo) y,
finalmente, la cara masticadora (arriba y abajo). Cepilla la superficie
durante 20 segundos, hasta que se encienda la lucecita siguiente. El
cepillo de dientes especial incluye un divertido sonajero que te dirá si
te has lavado bien los dientes o no. (Este juego está disponible en los
mejores establecimientos comerciales especializados en productos
infantiles y a través de www.difraxshop.com).
PUEDES COMER CHUCHERÍAS – PERO NO TODO EL DÍA
Se trata de limitar tus momentos de comidas: de 5 a 7 al día como
máximo. Si partimos de tres comidas principales, todavía queda
espacio para entre 2 y, como máximo, 4 tentempiés, que bien puedes
aprovechar para comerte una golosina... ¡o todas de golpe!, ya que
es mejor comer todas las golosinas de una vez que con una pausa
entre sí. Recuerda que los tentempiés salados tienen el mismo efecto
que las chucherías. Además, cualquier bebida que no sea agua se
55
considera como tentempié. Así, por ejemplo, si te tomas un zumo/
leche/té con una galleta/golosina o cualquier otra cosa, estarás concentrando 2 tentempiés en 1 solo momento, mientras que si tomas la
bebida primero y tardas media hora en comerte la galleta, se tratará
de 2 tentempiés, lo cual provoca ataques de ácido en 2 momentos.
Consulta de nuevo el cuadro de los ataques de ácido que figura en la
página 52.
A los niños mayores les gusta mascar chicle (sin azúcar). Éstos suelen
estar edulcorados con xilitol, que ejerce una leve acción protectora.
Esto no significa que sea bueno para tus dientes mascar chicle
durante todo el día. En primer lugar, mascar chicle no beneficia nada
a tus músculos masticatorios, sino todo lo contrario. Mascar xilitol
puede ser una alternativa puntual si tu hijo no tiene ocasión de
lavarse los dientes después de la comida, por ejemplo en el colegio...
¡Por supuesto, no debe convertirse en un sustituto del cepillo! Si tu
hijo tiene mal aliento, entre otras causas, puede deberse a bacterias que se hallan en la lengua durante mucho tiempo. Tal vez sea
conveniente utilizar un limpiador lingual, pero sé prudente porque
muchos niños lo encuentran sumamente desagradable, sobre todo
cuando se trata de limpiar el fondo de la boca. Pide siempre consejo a
tu dentista o higienista.
hay que lavarse los dientes
Podemos hablar largo y tendido de este asunto o bien resumirlo en
pocas palabras: la mayoría de los niños no muestran ningún interés
en lavarse los dientes. Ni tampoco en cortarse las uñas, limpiarse
las orejas o lavarse el pelo. A veces, ello se debe a que los pequeñines
no saben bien qué sucede. Sea cual sea la edad de tu hijo, explícale
siempre lo que estás haciendo y cuánto va a durar. Para ello, un buen
recurso es cantar una canción o un estribillo sobre el cepillado de
dientes y así, el momento de lavarse los dientes se le pasará volando.
Lo más importante que tú, como padre o madre, puedes aportar a
las actividades de higiene, es explicar bien a tu hijo que cepillarse los
dientes es una tarea cotidiana totalmente normal. Y ya está. Porque,
sea o no divertido, hay que lavarse los dientes.
educar es enseñar
Hay que lavarse los dientes. Y naturalmente, esto se aplica también
a los padres. De modo que da un buen ejemplo y lávate los dientes
mientras tu(s) hijo(s) esté(n) contigo. Así le(s) enseñas que se trata
de algo totalmente normal y que no hace ningún daño. Si ves que
tu pequeño se resiste cuando le cepillas los dientes, adáptate como
puedas. Por su bien, debes ser persistente. Esa oposición o resistencia suele estar relacionada con una fase determinada del desarrollo
e irá desapareciendo poco a poco. Si te rindes o abres las puertas
a negociaciones, tu hijo dominará rápidamente la situación y el
cepillado de dientes será más difícil. Los niños son muy avispados y
cazan al vuelo cualquier oportunidad de salirse con la suya. No hay
que darse por vencido y así, en un momento determinado, tu hijo
acabará admitiendo que no tiene sentido rebelarse y que resulta más
divertido cooperar. Como el cepillado de dientes ha de ser una de las
actividades habituales de la higiene diaria, no se recomienda recurrir
a las recompensas. Piensa que, cuando se lava las manos, no sueles
exagerar en elogios. ¡Ahora bien, lo que sí puedes hacer, por ejemplo,
es mantener un calendario especial del cepillado de dientes o decidir
una señal que le recuerde que aún tiene que lavarse los dientes o que
lo ha conseguido hacer perfectamente! Tranquilízate, ya que si man-
tienes la calma y le cepillas los dientes a tu hijo un par de veces al día
con toda suavidad, en una semana habrás creado un buen hábito.
Si tu hijo está en pleno aprendizaje, a continuación te ofrecemos
algunos consejos:
plan por pasos para enseñar a cepillarse los dientes
(edad +/- 3 años) Primer día



56





P or la mañana, examinar con atención el cepillo y la pasta de
dientes;
Poner un poquito (del tamaño de un guisante) de pasta de dientes
en el cepillo;
Deja que tu hijo se cepille la cara masticadora de cada serie de
cuatro dientes;
Limpiar la cara interna y externa de los dientes;
Al acabar, déjale beber un traguito de agua, no enjuagar;
Ordenar el cepillo de dientes, una vez limpio;
Repetir la misma operación por la noche;
DIENTE adhesivo: Por la mañana o por la noche, pegar un diente
en el calendario de los dientes limpios.
Segundo día
 Por la mañana, poner un poquito (del tamaño de un guisante) de
pasta de dientes en el cepillo;
 Deja que tu hijo se cepille la cara externa de cada serie de cuatro
dientes;
 Limpiar la cara interna y masticadora de los dientes;
 Al acabar, déjale beber un traguito de agua, no enjuagar;
 Ordenar el cepillo de dientes, una vez limpio;
 Repetir la misma operación por la noche;
 DIENTE adhesivo: Por la mañana o por la noche, pegar un diente
en el calendario de los dientes limpios.
Tercer día
 Por la mañana, poner un poquito (del tamaño de un guisante) de











pasta de dientes en el cepillo;
Deja que tu hijo se cepille la cara interna de cada serie de cuatro
dientes;
Limpiar la cara externa y masticadora de los dientes;
Al acabar, déjale beber un traguito de agua, no enjuagar;
Ordenar el cepillo de dientes, una vez limpio;
Repetir la misma operación por la noche;
DIENTE adhesivo: Por la mañana o por la noche, pegar un diente
en el calendario de los dientes limpios.
Cuarto día
 Por la mañana, poner un poquito (del tamaño de un guisante) de
pasta de dientes en el cepillo;
 Deja que tu hijo se cepille todos los dientes en series de cuatro,
una por una;
 Que se cepille según recita la canción del Martinillo versión
cepillado: fuera, dentro, encima. Es decir: primero la cara externa,
luego la interna y, finalmente, la cara masticadora de los dientes;
L
 impiar todo de nuevo;
 Al acabar, déjale beber un traguito de agua, no enjuagar;
 Ordenar el cepillo de dientes, una vez limpio;
 Repetir la misma operación por la noche;
 DIENTE adhesivo: Por la mañana o por la noche, pegar un diente
en el calendario de los dientes limpios.
Quinto día
 Por la mañana, poner un poquito (del tamaño de un guisante) de
pasta de dientes en el cepillo;
D
 eja que tu hijo se cepille todos los dientes en series de cuatro,
una por una, siguiendo el orden del estribillo de la canción del
cepillado;
 Controlar el tiempo, que debe durar como mínimo 2 minutos
(para ello, utiliza una canción o estribillo sobre el cepillado de
dientes);
57
L impiar todo de nuevo;
Al acabar, déjale beber un traguito de agua, no enjuagar;
Ordenar el cepillo de dientes, una vez limpio;
Repetir la misma operación por la noche;
DIENTE DE ORO adhesivo: Por la mañana o por la noche, pegar
un diente de oro en el calendario de los dientes limpios.
Sexto día
 Por la mañana, poner un poquito (del tamaño de un guisante) de
pasta de dientes en el cepillo;
D
 eja que tu hijo se cepille todos los dientes en series de cuatro,
una por una, siguiendo el orden del estribillo de la canción del
cepillado;
 Intenta que sea tu hijo quien controle el tiempo, que debe durar
como mínimo 2 minutos. Utiliza una canción o estribillo;
 Limpiar todo de nuevo;
 Al acabar, déjale beber un traguito de agua, no enjuagar;
 Ordenar el cepillo de dientes, una vez limpio;
 Repetir la misma operación por la noche;
 DIENTE adhesivo: Por la mañana o por la noche, pegar un diente
en el calendario de los dientes limpios.
Séptimo día: Diploma de los dientes limpios
 Por la mañana, poner un poquito (del tamaño de un guisante) de
pasta de dientes en el cepillo;
 Deja que tu hijo se cepille todos los dientes en series de cuatro,
una por una, siguiendo el orden del estribillo de la canción del
cepillado – como último repaso para la entrega del Diploma de esa
noche;
 Controlar el tiempo de manera conjunta, que debe durar como
mínimo 2 minutos. Utilizar de nuevo de una canción o estribillo;
 Limpiar todo de nuevo;
 Al acabar, déjale beber un traguito de agua, no enjuagar;
 Ordenar el cepillo de dientes, una vez limpio;
 Repetir la misma operación por la noche para la entrega del Di-
ploma de los dientes limpios;
 DIENTE adhesivo: Por la mañana o por la noche, pegar un diente
en el calendario de los dientes limpios. Repetir los pasos de este
último día hasta que se hayan pegado los 20 dientes de la mañana
y de la noche.
Y después, ¡fiesta en el lavabo: se ha ganado el Diploma de los dientes
limpios!
Al final del libro, encontrarás el diploma. La próxima vez que visites a
tu dentista, pídele que firme en el diploma…
Es recomendable que estés siempre junto a tu hijo mientras se lava
los dientes, hasta la edad de 9-10 años. Los niños tienen tendencia a
sobrevalorar su autonomía y, a veces, los adultos nos aprovechamos
de ello. No te dejes engañar por esa temprana ‘delegación de tareas’,
ya que a esa edad, el sistema motor y la meticulosidad de los pequeños dejan bastante que desear.
HACER Y NO HACER
LAS PEORES TRAMPAS
al compás de las canciones del cepillado de dientes
al compás (canciones)
(Según la melodía de “Don Melitón y sus gatos”)
Don Melitón tenía tres dientes,
Que los limpiaba justo al levantarse,
Y por la noche al irse a acostar.
Que vivan los dientes de Don Melitón.
(Según la melodía de la canción “Martinillo”)
Limpiar bien, limpiar bien,
De aquí a allá, de aquí a allá
Fuera, dentro, encima, fuera, dentro, encima,
Otra vez, otra vez.
Limpia los dientes, limpia los dientes,
De aquí a allá, así y asá,
Lava tus lindos dientes, lava tus lindos dientes,
Requetebién, requetebién.
Limpia los dientes, limpia los dientes,
De aquí a allá, así y asá,
Mira qué lindos dientes, mira qué lindos dientes,
Otra vez, y ya no más.
Cuatro dientitos
Tiene tu boca.
Cuatro dientitos,
Cepillas ahora.
58
(Según la melodía de la canción “Cucú”)
Cucú, cucú, cepilla tus dientes,
Cucú, cucú, con mucho esmero,
Cucú, cucú, arriba y abajo,
Cucú, cucú, con mucho salero,
Cucú, cucú, ¡después de comer!
(Según la melodía de la canción “Corro de la patata”)
Al corro de los dientes,
Acude toda la gente,
Con cepillo y con pasta,
Por la noche y la mañana.
Achupé, achupé,
¡¡¡¡¡Fuera, dentro, encima y ven!!!!!
¿Qué haces bien actualmente y qué podrías mejorar respecto al
cepillado de los dientes? A continuación, te ofrecemos una lista de
consejos prácticos para adquirir hábitos de alimentación sana.
No hacer:
Ofrecer a tu hijo zumo/limonada o refrescos durante todo el día.
¡Tampoco las versiones ecológicas o light!
59
Hacer:
Dar una o dos veces al día zumo o limonada. El resto del día, mejor
darle agua. Durante las comidas, opta por ofrecerle leche o agua.
Por qué: Cinco momentos de comida al día es una buena pauta, incluidas las bebidas. Tanto la limonada como el zumo son buenos, sin
embargo lo que no es muy sano es beberlos durante todo el día. Esta
recomendación es aplicable a los adultos, pero también a los niños.
Los dientes necesitan tiempo para restablecerse de los ataques de
ácido entre un momento y otro de comida/bebida. Cuantas menos
oportunidades tengan, más posibilidad habrá de que aparezcan caries. El agua es la mejor alternativa. Dale un buen ejemplo y no bebas
ningún refresco mientras comes; es mejor que coloques en la mesa
una gran jarra de agua. Ciertamente, las bebidas gaseosas hinchan el
estómago, pero no consiguen saciar la sed, por lo que ¡tu hijo se sentirá lleno antes de ponerse a comer! (Por lo tanto, los niños menores
de 4 años no deberían tomar refrescos). También es recomendable
dejar que tu pequeño se beba el vaso de un tirón. Cada trago de
limonada representa un nuevo ataque contra sus dientes, mientras
que si se la bebe de una vez, se evita ese riesgo. Finalmente, llévate
siempre una botella de agua para calmar la sed. ¿Tu hijo pasa el día
fuera de casa? Advierte en la escuela, en la guardería o a los abuelos
sobre el tema de la bebida. En definitiva, para preservar la salud de
los dientes del niño, es necesaria la colaboración de muchas personas.
momentos para comer y beber
(1) Desayuno: zumo natural y/o un vaso de leche
(2) Tentempié (por ejemplo: una rebanada de pan de especias y una
bebida)
(3) Comida: vaso de leche
(4) Tentempié (por ejemplo: una bebida y una galleta/golosina/
chips)
(5) Cena: vaso de leche o de agua y un producto lácteo para postre
No hacer:
Darle una pequeña chuchería con frecuencia.
Hacer:
Intercalar un momento fijo para la golosina, una vez al día.
Por qué: Para los dulces rige la misma norma que para el zumo/refresco: puede comer golosinas, pero no muchas y, por supuesto, no muy
a menudo. Los dientes han de poder recuperarse del ataque de ácido
que causa la ingestión de golosinas. Así pues, si permites a tu hijo
comer chucherías, es mejor que sea una vez al día, en lugar de darle
todo el día pequeñas cantidades. Por otra parte, no existe ninguna
golosina sana, por eso es muy importante limitar su consumo a una
vez al día. Si no guardas ninguna golosina en casa, no caerá en la
tentación. Procura evitar juntar la golosina con fruta o con cualquier
otro alimento que tu hijo se resista a comer, por ejemplo: “Cuando te
comas la manzana, te daré una chuchería’. Una golosina no debe ser
una recompensa por comer fruta. Obviamente, hay que comer fruta,
por lo que es preferible que se la ofrezcas en un momento preciso o
durante el desayuno (zumo) o la comida (manzana). De todos modos,
los pequeñines suelen tener un momento especial para la fruta.
No hacer:
Dejar que sea el niño quien decida lo que va a comer (limitándote a
su plato favorito, por ejemplo).
EL DENTISTA
el primer control semestral
Hacer:
Elabora platos lo más nutritivos y variados que puedas.
Por qué: Al ofrecer un plan de tres comidas y un número limitado de
tentempiés, estarás dando una estructura a tu hijo. Si las comidas
tienen un contenido nutritivo suficiente, tu pequeño pasará los
períodos entre comidas sin hambre, es decir, sin tener que recurrir a
una galleta o dar un bocado a cualquier cosa para llenar el estómago.
Existen numerosos consejos para una alimentación sana que no es
necesario enumerar aquí. Lo que no queremos dejar de advertir es
que hay que poner atención en el consumo de los productos llamados “light”. Tampoco éstos consiguen saciar del todo, por lo que tu
hijo tendrá hambre entre las comidas. Además, los efectos de los
edulcorantes sobre los niños todavía no se han investigado de forma
concluyente. Lo mejor es ofrecer a tu pequeño té o yogur sin azúcar y
dejar los edulcorantes en el cajón.
60
No hacer:
Considerar el cepillado de dientes como algo particular.
Hacer:
Incluir el cepillado de dientes en los demás rituales diarios.
Por qué: Por la mañana, antes de ir al colegio, te lavas la cara y te peinas; antes de comer, te lavas las manos… Cepillarse los dientes también pertenece a esa clase de tareas caseras. Cuanto antes hagas que
el cepillado de dientes forme parte de los rituales fijos de tu familia,
mejor. Ya verás que, a menudo, tu hijo será quien te recuerde que
has de lavarte los dientes o que te has olvidado de hacerlo. Elige un
momento para el cepillado de los dientes que resulte cómodo y natural para tu familia. Aunque no existe ningún patrón estándar, ese
momento deberá encajar en vuestras reglas caseras. Y ¿por qué no?,
un poco de humor nunca está de más: deja que tus hijos controlen
la calidad de tu cepillado (pueden meter un espejito en tu boca para
observarla) o ten preparada una canción o estribillo gracioso para el
ritual del cepillado de dientes.
61
silla? Entonces, por una vez, pásalo por alto. En todo caso, es mejor
Hasta hace poco, se aconsejaba llevar a los niños al dentista a partir
no utilizar la coerción. Puedes llevar a tu hijo al dentista para que
de dos años. No obstante, deberíamos realizar esa primera visita a
esté presente en tus propios controles. Sin embargo, si tuvieras que
una edad más temprana. En efecto, a los dos años, suele ocurrir que
eliminar el sarro, empastar una pieza o arrancar una muela, sería
ya exista un problema y cuando se acude al dentista, es demasiado
preferible que dejaras a tu hijo en casa. Aparte de que para tu hijo es
tarde. Por otra parte, a partir de los dos años, tu hijo puede compren- demasiado pronto, esos tratamientos que papá o mamá padecen (mader lo que se espera de él. Además, lo importante es que tú, como
teriales, instrumentos, ruido y, ocasionalmente, tu miedo) pueden
padre o madre, estés perfectamente informado sobre la higiene
impresionarle muchísimo.
bucodental, en particular de todo lo relacionado con el niño. Cuanto
antes conviertas la visita al dentista en algo sin importancia, mejor. de una manera lúdica
Consulta a tu dentista cuándo es el mejor momento para la primera Seguramente, a partir de los 3 o 4 años, tu hijo se sentará en la silla
del dentista sin ningún problema. Efectivamente, el niño sabe
visita a tu hijo.
perfectamente lo que va a pasar. Aunque puedes estar presente en la
servicio de información
visita, no es obligatorio. El dentista te indicará cuáles son las reglas
El dentista debería informar a las futuras madres sobre el desarrollo de su consulta y su modo de trabajo. Se desaconseja que seas tú quien
dentario de los niños. La experiencia enseña que las mujeres embate sientes en la silla del odontólogo con tu hijo en los brazos. Además
razadas tienen un gran interés sobre la salud y el bienestar de su hijo del hecho de que eso no facilitaría el trabajo del dentista, después
que todavía ha de nacer. Una vez el bebé nacido, la vida de los padres sería bastante difícil convencer al niño de que se sentara solo. Por lo
primerizos es a menudo tan agitada, que la valiosa información
tanto, es mejor que tu hijo se tumbe en la silla desde el principio. Si
sobre los dientes de los niños tiende a pasar a un segundo plano, en
en ese primer momento se utiliza una manera lúdica (mira cómo el
favor de otras informaciones que, en ese preciso momento, parecen
dentista sube y baja la silla), más tarde recogerás los frutos.
más importantes, como el sueño, los lloros, el paso de la leche materna al biberón, etcétera. Sin embargo, resulta imprescindible que los sólo la calma es buena compañera
padres sepan con antelación lo que pueden hacer para mantener los La visita al dentista debe desarrollarse bajo un clima de total calma
dientes de su hijo en perfecto estado. ¡Por término medio, el primer y confianza. Tanto tú, como padre o madre, como el propio dentista debéis tenerlo en cuenta. Así, el odontólogo trata de establecer
dientecito aparece alrededor de los 6 meses! Para obtener informacontacto con tu hijo poquito a poco y tú debes dejarle el espacio
ción más detallada, dirígete a tu dentista y al consultorio.
suficiente. La confianza del niño tan sólo aparecerá si el dentista se
la silla
aproxima de forma amigable. Esa confianza es absolutamente necePara los niños, el hecho de sentarse por primera vez en la silla del
saria para que tu hijo se someta a los controles y, en una fase postedentista es un auténtico hito. Al principio, es mejor que esta hazaña rior, a los tratamientos oportunos. Con miedo no se logra casi nada,
se realice de manera lúdica. Por supuesto, nadie espera que tus pey la cabina del dentista es una prueba de ello. Tú puedes transmitir
queñines se sometan estoicamente a las herramientas de exploración a tu hijo, con frecuencia de manera inconsciente, el sentimiento
y tratamiento del odontólogo. ¿Tu pequeño no quiere sentarse en la negativo o temeroso respecto al dentista. Los pequeños poseen una
EL CHUPETE Y EL DEDO
antena ultrasensible para captar lo que sientes y emanas. Por lo tanto,
tranquilízate antes de hablar con él. Procura que tu información sea
lo más objetiva posible y no le cuentes ningún cuento. Por ejemplo,
la frase: ‘El dentista va a hacer que tus dientes estén mejor’ sugiere
que los dientes de tu hijo están en mal estado… Eso es dar una información confusa, pues tu pequeño se siente bien.
Lo mejor es ceñirse a los hechos y decir: ‘El dentista va a mirar tus
dientes y muelas con un espejito’. Comentarios evocadores como
‘no te va a hacer daño’, ‘no has de tener ningún miedo’ o ‘el dentista
no hace nada’ representan una amenaza para el pequeño. Así que,
evítalos. A menudo, esas observaciones se relacionan con tus propias
experiencias negativas. Además, ten en cuenta de que si para ti no es
‘nada’ que el dentista te mire la boca con un espejito o te limpie los
dientes, para tu hijo puede tratarse de una toda una proeza.
62
un buen comienzo…
… es la mitad del trabajo. Un niño suele asociar el dentista con el
dolor o el miedo. Por lo tanto, el control semestral debe ser divertido
y didáctico. Tu hijo todavía tiene una mentalidad completamente
abierta. Prepárate bien y aparta el concepto de “angustia”. Si, con el
paso del tiempo, el niño siente un miedo que (ya) no sea lógico a su
edad, todavía estás a tiempo para corregirlo – esto es: nunca de forma
precipitada. En realidad, la visita al dentista debería compararse con
ir al peluquero. ¡Tu hijo también ha de acostumbrarse a esta rutina!
¡ninguna caries!
Nada mejor que disfrutar de unos buenos dientes. Dentista feliz,
niño feliz, padres felices. Si la (1ª) visita al dentista va bien, el niño se
merece algo. A todos los niños les gusta recibir un halago. Explicita
claramente lo que ha ido bien (‘has estado muy quietecito en la silla,
¡eres un fenómeno!’) o discute con tu hijo sobre algún detalle (‘oye,
¿has visto qué espejito tan bonito tenía el dentista? Así ha podido
ver bien todos tus dientes y muelas.’). Ahora bien, no le des ningún
movimiento de la boca
regalito a modo de recompensa por su buen comportamiento. Ello
se desviaría del objetivo de la visita (el control de los dientes debe ser
algo rutinario y normal), además de poder plantear algún problema
al odontólogo. En cambio, si la (1ª) visita al dentista no ha funcionado tan bien, no castigues a tu hijo. Intenta destacar los aspectos
positivos y hazle alguna alabanza (‘has entrado en la cabina muy
bien’, ‘te has sentado perfectamente en la silla’). Comenta con el
dentista cuál va ser la próxima etapa y, sobre todo, intenta no armar
mucho revuelo. Un comportamiento relajado, seguro y tolerante
siempre beneficiará a tu pequeño.
Los bebés, unos más que otros, tienen una necesidad imperiosa de
succionar. Para aquellos cuya necesidad de succión sea muy pronunciada, una solución puede ser un chupete. Entre las comidas, el bebé
se contenta con utilizar el chupete, pues su necesidad de succión se
ve satisfecha. Además, el chupete es un consuelo, de modo que en
momentos difíciles, el niño se tranquiliza y gana confianza. Ahora
bien, piensa que algún día deberá abandonar este comportamiento
adquirido. Al cumplir 1 año, la necesidad de succión de tu hijo habrá
desaparecido y, de hecho, el chupete será innecesario. Si tu hijo tiene
4 años o más y aún lo usa, es recomendable animarle a que lo deje.
el segundo semestre
¿Ya toca otra vez? Pues sí, el segundo control está a la vuelta de la
esquina. ¡Qué rápido pasa el tiempo y cuántos dientes y muelas han
salido! Escucha bien los consejos e indicaciones del dentista, pues
siempre prepara los controles siguientes y tú, como padre o madre,
eres quien se lo comunica al niño. Utiliza por ejemplo las mismas
palabras y nociones que el dentista y pregunta con confianza qué
va a ocurrir en el próximo control. El odontólogo y tú debéis actuar
como si fuerais un auténtico equipo.
ponte en el lugar de tu hijo
Repetimos: mirar con un espejito es mirar con un espejito. Si para ti
no es nada (no tienes caries y no has tenido que reparar tus dientes),
para tu hijo quizás el hecho de que alguien examine con un espejito
su boca signifique algo bien distinto. Intenta ponerte en su lugar. A
menudo, esto resulta algo más difícil a los padres que sienten miedo
ante el dentista. Da importancia a las experiencias de tu hijo con
el odontólogo y pon algún remedio a tu inseguridad. Si no logras
adquirir la entereza necesaria, delega a tu pareja o a los abuelos la
misión de llevar a tu hijo al dentista. Cargar de forma innecesaria a
tu hijo con tus propias angustias es una fuente segura de disgustos.
sú sú, el hada de los chupetes
63
Si antes de los 2 años tu hijo ‘se corta la coleta’ y abandona el chupete,
en general no habrá ningún perjuicio para su boca. Sin embargo, entre los 2 y los 4 años, se corren más riesgos y si el pequeño todavía usa
el chupete pasados los 4 años, pueden presentarse algunos cambios
en la posición de los dientes o perjudicar el crecimiento de la mandíbula. En ese caso, podrían aparecer secuelas visibles en los dientes
definitivos. Además, también es posible que surjan desórdenes en la
deglución y el habla.
Ten en cuenta que el chupete adquiere una función muy distinta
según la edad del pequeño. Si quieres ponerte manos a la obra,
puedes leer, por ejemplo, El Libro para dejar el chupete, de Difrax
(puedes descargarlo a través de www.difrax.com). Este librito describe en detalle un método para dejar el chupete de forma lúdica. Si
tu hijo presenta una necesidad poderosa de succión, opta siempre
por el chupete y no por “el dedo”. En la práctica, dejar de chuparse el
dedo resulta mucho más complicado. Por otra parte, requiere mucha
disciplina y ayuda de la parte de los abuelos, la guardería, la escuela o
los responsables de actividades extraescolares.
PRIMEROS AUXILIOS PARA LESIONES BUCALES
Y OTROS PROBLEMAS DENTALES
calma
Existe un mito que asegura que los niños pueden contraer fluorosis
si utilizan pasta dentífrica para adultos, lo cual no es cierto. Naturalmente, procura que tu hijo no ingiera demasiada pasta de dientes,
pues no es nada conveniente para él. Y tranquilízate: con el ritual
diario del cepillado de dientes, la posibilidad de tener fluorosis es del
todo insignificante.
choque fuerte puede provocar que el diente se tiña, en general, de
El riesgo de tener un accidente se encuentra en cada rincón de la casa. un tono grisáceo. Ese color no desaparecerá, pero en sí mismo no
Antes de que te des cuenta, tu hijo se habrá mordido el labio o la me- representa ningún daño. Puedes compararlo con un morado. Si por
jilla. Lo primero que has de hacer es mantener la calma siempre. Esto encima del diente surge un bulto o una marca blanca en la encía,
supone una gran ventaja para el pequeño. El miedo o el pánico de
acude al dentista. Seguramente, se tratará de una infección, por lo
un padre o madre se traduce en más pánico para el niño. Y, después, que el dentista tendrá que arrancar el diente.
¿qué es lo mejor que puedes hacer si…?
diente definitivo que se cae
labio mordido
64
¿Quién no lo conoce? Tu hijo tropieza y se cae golpeándose el labio;
resultado: un niño llorando a moco tendido y mucha sangre. Consuela a tu hijo y tranquilízalo. A continuación, limpia el labio con una
gasa o un paño húmedo. Verifica si el diente se ha roto y, en ese caso,
busca el trocito que se haya desprendido. Si no lo encontraras, llama
al dentista cuando la situación esté más calmada. No hay que eliminar la posibilidad de que haya quedado algún trozo de diente en el
labio. Examina el labio. Si hubiera un corte importante y no dejara
de sangrar, dirígete al Servicio de Urgencias, ya que tal vez conviene
hacer una sutura. En la mayoría de casos, la sangre brota de una
herida relativamente pequeña y el dolor desaparece con rapidez. Desgraciadamente, la mayor parte de las caídas son inevitables. Ahora
bien, si tu hijo va a hacer deporte, es conveniente que disponga de
un buen protector dental, sobre todo si practica actividades como
el hockey y el rugby, aunque también es útil para otros deportes de
contacto, como por ejemplo el judo.
diente de leche que se cae
Si el diente se ha caído a causa de un golpe, llama al dentista. Él te
preguntará si el diente se ha caído completamente, si se ha roto o
si se ha hundido. El estado de pánico no hará más que entorpecer
la labor del odontólogo. Resulta imposible pegar o volver a colocar
un diente de leche. Por lo tanto, antes de visitar al dentista con tu
hijo, espera que vuelva la calma. Después de la tranquilidad, lo más
importante es una buena higiene bucodental. Una caída/golpe o
Cuando, debido a una herida, se cae un diente definitivo, entonces nos encontramos ante otro caso. Si tu hijo tiene 6 años o más,
deberás acudir al dentista en seguida. Tratándose de un diente definitivo, si se cayera (o se rompiera), consérvalo (o el trocito desprendido) sumergido en leche. Alrededor del diente hay una membrana
extremadamente delicada. Si conservas el diente sumergido en leche,
la membrana se mantendrá prácticamente intacta, por lo que la
reposición tiene más probabilidad de éxito. Incluso se recomienda no
enjuagarlo. El dentista te dará las instrucciones necesarias sobre lo
que debes (y no debes) hacer.
65
amarillentos, tengan zonas quebradizas o sean sensibles al lavarlos o
al comer alimentos fríos o calientes. Puede tratarse de una alteración
en el desarrollo del esmalte. En ese caso, el esmalte es débil, poroso
o, en ocasiones, falta. Otras veces la causa es genética, aunque no
siempre es así. Un ejemplo frecuente es la hipomineralización: una
alteración del esmalte que se da sobre todo en los primeros molares
permanentes. Existen todas clases y medidas de alteraciones en el
dolor de muelas
desarrollo dentario. Tu dentista las detectará y comentará contigo
Normalmente, los niños no indican de modo evidente que tienen do- las posibles opciones de tratamiento, desde el simple no hacer nada,
lor de muelas. Sin embargo, si presentan señales inequívocas de que pasando por una corrección de tipo estético o reparar defectos imalgo no va bien, no descartes un posible un dolor de muelas. Presta
portantes, hasta la extracción (arrancar) de molares tan dañados que
mucha atención a tu hijo. Algunas de esas señales son, por ejemplo, originan una hipersensibilidad continua. Con frecuencia, tu dentista
si cambia su forma de comer (no se acaba alimentos que antes le
te enviará a un odontólogo infantil para llevar a cabo el tratamiento.
gustaban), si siente dolor cuando come, si le duele la boca con el frío Aunque no sufras de alteraciones de esmalte, si tu hijo sí las tiene,
y el calor, si se toca continuamente la mejilla, si se queja de dolor en estudia con tu dentista las medidas preventivas adicionales que
los oídos, si duerme mal, etc. Como padre o madre has de observar
puedes utilizar (por ejemplo, otro dentífrico o un tratamiento con
bien a tu hijo, pero también preguntar. Ante cualquier tipo de duda, flúor más frecuente).
ponte en contacto con el dentista.
erosión dental
encías inflamadas
llagas
No sólo te cepillas para mantener bonitos y frescos tus dientes, sino
también tus encías. Una higiene dental insuficiente puede comportar la inflamación de las encías. Y unas encías inflamadas son
sensibles y sangran con facilidad. En ese supuesto, el niño se negará
a limpiarse la zona inflamada, caso de que quiera lavarse los dientes.
Sin embargo, debes limpiarle bien los dientes, ya que de lo contrario
la inflamación seguirá presente y caerás en un círculo vicioso.
A menudo, los puntitos blancos y desagradables que aparecen en la
encía y en la cara interna de la mejilla hacen un daño terrible. A veces,
las llagas son hereditarias, y otras, son fruto de una falta de defensas.
Las llagas aparecen también cuando los niños son mayores. En el
mercado, existen soluciones medicinales específicas (de origen natural) para aplicar sobre las llagas dolorosas, disponibles en droguerías
y farmacias (Pyralvex Berna, Kamillosan). Ésta es una opción válida
contra las llagas de mayor tamaño que corren el riesgo de inflamarse.
Para las llagas pequeñitas, basta un enjuague de agua con sal. Y se
pasa enseguida.
fluorosis
Si tu hijo presenta manchas blancas o pardas en los dientes, puede deberse a un consumo excesivo de flúor. Los niños que hayan
ingerido agua potable fluorada, suministrada en algunos lugares
durante mucho tiempo, suelen contraer la fluorosis. En este caso, no
se puede hacer nada, sino corregirlo desde un punto de vista estético.
alteraciones en el desarrollo
Cabe la posibilidad de que, desde su salida, los dientes o muelas de
tu hijo no se presenten de manera uniforme. Así, tal vez sean algo
La erosión dental consiste en el desgaste o erosión del esmalte de tus
dientes y muelas, principalmente por la acción del ácido. Ese ácido
procede de tu alimentación, es decir, de lo
que comes y bebes. Un ejemplo es el ácido del
zumo de naranja. Se trata de un ácido muy
agresivo para nuestro esmalte. Para prevenir
la erosión dental, debes moderar el consumo
de bebidas ácidas como los zumos de fruta y las
bebidas energéticas o gaseosas. Rebájalas con agua
o toma un vaso de agua justo después para neutralizar su acción. Por otro lado, lo ideal sería que te
cepillaras los dientes media hora después de comer
y beber. De este modo, el esmalte se restablecerá
naturalmente del ataque de ácido y recuperará una
dureza suficiente para resistir los movimientos del
mitos
los dientes malos se heredan
cepillado. Si tu hijo vomita con frecuencia, mantente alerta, pues pu- tuirles y a los niños que cambian las muelas entre los 9 y 11 años, es
ede aparecer erosión dental. El ácido gástrico tiene el mismo efecto
evidente que no se les puede dejar con agujeritos desde los 5 años,
que el ácido de la fruta…
por ejemplo.
66
desgaste
para terminar: ¿cuándo activar la alarma?
Algunos niños rechinan los dientes o las muelas o ambos. Esto puede
venir provocado por nerviosismo o por una mala posición bucal
(cuando está cerrada). En este caso, poco puedes hacer, ya que a un
niño que duerme no se le puede corregir. Ahora bien, a partir de los
diez años, los niños aceptan dormir con una funda protectora.
Aunque de este modo no evitas que rechine, el daño se ve ligeramente reducido. Si tu hijo siente dolor a causa del desgaste, visita al
dentista. A pesar de que no implica dolor de dientes por definición, el
rechinar de dientes puede originar dolores de cabeza y de mandíbula.
Si tu hijo es un “rechinador” extremo, también puedes recurrir a la
ayuda de un psicólogo.
Un niño con dientes normales necesita poca asistencia médica. No
obstante, en determinadas situaciones, la ayuda del dentista, del
odontólogo infantil o del asistente social resulta imprescindible.
- Dolor de muelas agudo: Como hemos comentado anteriormente, los
niños no suelen saber llamarlo así y señalan la mandíbula, la garganta o la cabeza cuando sienten mucho dolor. El dolor de muelas
puede extenderse fácilmente a otras zonas, así que no te extrañes. En
todo caso, debes ir al dentista para descubrir el origen del dolor y
remediarlo.
- Traumatismo: Si tu hijo se ha caído o, por ejemplo, el balón le ha
golpeado en los dientes mientras estaba haciendo deporte, suele ser
recomendable ponerse en contacto con el dentista lo antes posible.
- Además, ponte alerta si los dientes de tu pequeñín tardan demasiado en salir. Normalmente, el pediatra de tu hijo ya seguirá su ritmo
de crecimiento, aunque no dudes en tomar la iniciativa.
- Pide asistencia si tu hijo se niega sistemáticamente a lavarse (o a
dejarse lavar) los dientes, a pesar de tus intentos persistentes. ¡Hay
que cuidarse los dientes –no lo dejes de lado!
caries
El terror de todos los padres: agujeritos en los dientes de sus hijos.
O dicho con una palabra más bonita: caries. Desgraciadamente,
TODOS LOS NIÑOS pueden tener caries. Para muchos padres, esto
es una revelación. El principio fundamental para tener una boca
sana es limpiarse bien los dientes y comer sano. Sin embargo, aún
respetándolo, pueden aparecer agujeritos. Por supuesto, si no te lavas
los dientes y comes muchos dulces, la caries llamará antes a tu puerta. Claro está, los agujeritos que aparezcan en los dientes de leche
han de tratarse. Dicho tratamiento puede consistir en una limpieza
bajo seguimiento profesional, en rellenar el agujerito o, si el orificio
fuera demasiado grande y el diente o muela presentara signos de
inflamación, en la extracción de la pieza.
Si tu propio dentista no tiene la costumbre de efectuar este tipo de
tratamientos en niños, te enviará a un odontólogo infantil. No es
cierto que esos tratamientos sean innecesarios porque se trata de
dientes de leche y ‘van a cambiar’ o ‘no duelen’. Los dientes y muelas
de leche son tan sensibles como las piezas adultas que van a susti-
Falso
Los dientes malos no se heredan, ¡pero los malos hábitos de higiene
dental sí!
Si tú no te lavas los dientes o lo haces sólo de vez en cuando, no
estarás dando un buen ejemplo a tus hijos. De este modo, habrá más
probabilidad de aparición de caries y de otros problemas dentarios.
Ahora bien, lo que sí es hereditario es la tendencia a tener caries. El
cepillado correcto y una alimentación sana garantizan que los niños
propensos a tener caries no las sufran más que los demás niños… Por
otra parte, los molares con huecos importantes pueden protegerse
de forma adicional empastándolos. En efecto, el empaste aporta una
capa protectora.
si tienes caries en los dientes de leche, también las
tendrás en los dientes definitivos
67
Falso
Las caries de los dientes definitivos tan sólo aparecen debido a un
cepillado insuficiente y a los malos hábitos alimenticios, como comer
muchas golosinas o beber demasiados refrescos. Ciertamente, un
agujerito en los dientes de leche que no se haya tratado generará una
inflamación que puede alterar el desarrollo de los dientes definitivos. Por este motivo, las caries que aparezcan en los dientes de leche
deberán someterse al tratamiento oportuno.
después de comer muchas golosinas, tienes que lavarte los dientes enseguida
Falso
Después de comer dulces (muchos o pocos), los dientes han de
resistir contra un ataque de ácido. De forma natural, son capaces
de recuperarse, pero necesitan algo de tiempo. El ácido fragiliza el
esmalte dental y si lo cepillas inmediatamente, es como si lo lijaras.
En consecuencia, después de comer chucherías, lo mejor es esperar
media hora antes de lavarte los dientes. De este modo, tu esmalte
habrá recuperado la dureza suficiente.
los antibióticos amarillean los dientes
Falso
Si en el desarrollo dentario hubiera alguna carencia, los dientes
serían amarillos. Sin embargo, no se ha demostrado que dicha carencia sea consecuencia de la ingestión frecuente de antibióticos. En
todo caso, nunca ha podido probarse una relación directa.
por mamar salen dientes de conejo
Falso
Éste es un auténtico mito, tan arraigado como falso. La lactancia no
perjudica en absoluto los dientes de tu hijo. Sin embargo, tanto dar
el pecho como el biberón durante la noche representan un mayor
riesgo para la aparición de caries. Efectivamente, las tomas de leche
por la noche ocasionan ataques de ácido contra los dientes. Como tu
si comes salado no tendrás caries
hijo se duerme de inmediato, no puedes tomar las medidas necesariFalso
as para una buena higiene bucal, con todas las consecuencias que ello
Las caries no sólo aparecen a causa de los dulces. Los alimentos sala- implica. Desde el punto de vista del cuidado de la boca, tan pronto
dos también provocan un ataque de ácido contra tus dientes. Además, como el niño tenga dientes, se recomienda cesar las tomas nocturnas.
un factor fundamental es la frecuencia con la que comes. Cinco
El desarrollo de la mayoría de bebés permite que, tras una toma tarmomentos al día para comer son suficientes para un niño pequeño. día, puedan dormir la noche entera a partir de la octava semana de
Esos cinco momentos se componen de 3 comidas y 2 tentempiés.
vida. Desde el punto de vista técnico del desarrollo, esto no significa
que tu bebé lo haga en la práctica. Por otra parte, la caries también
puede tener su origen en el biberón que los niños se llevan a la cama
DIDI, EL HADA DEL CEPILLADO DE
DIENTES
INFORMACIoN Y DIRECCIONES uTILES
Y EL HADA DE LOS DIENTES
con frecuencia, incluso cuando son mayores. Si tu hijo
familia lejana
tiene sed por la noche, un biberón de agua es una solución Didi, el hada del cepillado de dientes, puede ayudarte a convertir el
excelente. Así que no le des zumo o leche a la hora de acostarse.
cepillado de dientes en un ritual fijo para tu familia. Esta hada es
pariente lejana, muy lejana, lejanísima, de otra hada, el hada de los
el jarabe para la tos es malo para los dientes
dientes. El hada de los dientes tan sólo aparece por la noche, cuando
Verdadero y falso
has colocado debajo de la almohada el diente o muela que se te ha
Por definición, el jarabe para la tos no es perjudicial para los dientes, caído, y entonces, con pies de algodón, el hada se lo lleva y te deja
pero, a menudo, el momento en el que se ingiere sí. Si das ese jarabe un regalito en su lugar... Puedes recuperar esta tradición milenaria
tan dulzón a tu pequeño cuando ya está en pijama, listo para ir a
en tu propia familia. Eso es algo que debes decidir tú con tu pareja.
dormir, y se acuesta inmediatamente después, estarás brindándole al Ten en cuenta que las dos hadas y sus tareas respectivas han de estar
brebaje azucarado la ocasión de atacar sus dientes. Tomar jarabe para claramente diferenciadas. Los niños suelen tomarse todo al pie de la
la tos antes de lavarse los dientes es una solución, pero también lo es letra y pueden creer que las dos hadas existen de verdad. Explícale
optar por medicamentos sin azúcar.
entonces que puede acostarse tranquilo: la verdadera Didi, el hada
Por supuesto, siempre que tu hijo necesite medicación, consúltalo a
del cepillado de dientes, no hace nada a los invitados.
tu farmacéutico.
68
las radiografías perjudican a los niños
Falso
En cualquier caso, no más que a los adultos. Por fortuna,
existen unas prendas especiales (normalmente, un
delantal) que protegen contra la radiación tanto a pequeños como a mayores. A partir de los cinco años, tu
hijo posee bastante espacio en la boca para que se le
puedan realizar radiografías dentales. Si estás embarazada, no olvides comunicárselo a tu dentista
de antemano. En ese caso, el dentista podrá
aplicar las medidas de protección adecuadas.
información
www.odontologiapediatrica.com
www.seoii.com
www.sepeap.es
www.aeped.es
www.difrax.com
(P.ej. para descargar el libro, calendarios extra, etc.)
69
*
*Para*Dejar*El*Chupete
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Otros libros publicados en esta colección:
El Libro para dejar el chupete (ISBN: 978-90-8715-016-7)
El Libro de toma un bocado – Traga - Listo
(ISBN: 978-90-8715-020-4)
El Libro de los pantalones secos
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