Caracteres fisiográficos de España Por FRANCISCO VÁZQUEZ MAURE Instituto G e o g r á f i c o y Catastral. Madrid. E n un mapa de escala pequeña aparece en el extremo suroeste de Europa un abigarrado manchón de tierras elevadas que es la Península Ibérica. Examinando con lupa cartográfica, es decir, en mapas topográficos, este relieve, se observa que su complejidad sigue existiendo en el detalle y que su aspecto es brusco y áspero en todo el territorio. Lo mismo observa el viajero atento que acaba de recorrer el apacible paisaje de las tierras centroeuropeas, cuando topa con la esquina de muralla pirenaica en Irún y ya no deja de percibir, más cerca o más lejos, la inquieta topografía de este país, hasta llegar, en el final de su v i a j e de travesía, a las dunas del coto Doñana. Los viejos geógrafos españoles, después de haber estudiado relieves tan abruptos como el asturiano o el alicantino, sentían sensación de tedio ante el de las provincias centrales y no vacilaban en hablar de las "interminables llanuras" de la meseta; sin embargo, el relieve de estas uniformes regiones es vivo en su mayor parte y, en todo caso, no es comparable con la apacible uniformidad de las llanuras centroeuropeas. Así, pues, e l carácter de tierra alta de la Península, único en el relieve europeo, y, en todo caso, con analogías al de la meseta mejicana y al de la península de Anatolia, se complica con un microrrelieve abrupto del que procuraré dar una idea a continuación. Se sabe que las formas del relieve son ql resultado de la acción de las fuerzas internas de la Tierra (plegamientos, fracturas, movimientos verticales) v de las fuerzas externas de la erosión en todos sus aspectos. Un tercer elemento, a su vez consecuencia de los anteriores, es e l litológico, pues es decisivo en la formación del relieve, tanto e l tipo de roquedo como la forma en qne npayece en la superficie. Un esquema de la historia geológica española nos muestra primeramente una larga serie de millones de años en que los sedimentos paleozoicos se depositaban en las profundidades marinas que ocupan esta parte del globo. E l plegamiento caledoniano no alteró esta condición V Simposio de Flora Europea. Universidad Hispalense 27