Senado de la Nación Secretaria Parlamentaria Dirección General de Publicaciones (S-2587/10) PROYECTO DE DECLARACIÓN El Senado de la Nación DECLARA De Interés de esta H. Cámara la conmemoración del Aniversario de la Promulgación de la Ley 13.030/47 del Voto Femenino, a celebrarse el 23 de septiembre de 1947, fecha de su promulgación. La ley, que consiguió finalmente a instancias de la Sra. Eva Duarte de Perón, tratamiento parlamentario, obtuvo media sanción en el H. Senado de la Nación el 21 de agosto de 1946, y el 9 de septiembre de 1947, fue votada favorablemente por "unanimidad" por los diputados en una Sesión Histórica. El voto secreto, obligatorio y universal alcanzó, con la participación femenina, su verdadera dimensión de “universal”. Mario. J. Colazo. FUNDAMENTOS Sr. Presidente: En la Argentina regía desde 1916 la Ley Sáenz Peña, que propició el sufragio universal y obligatorio pero exclusivamente a los hombres, dejando a las mujeres en un rol de inferioridad cívica socialmente injustificado. El primer intento por imponer el tratamiento legislativo del sufragio femenino fue en 1928, cuando el socialista Mario Bravo presentó un proyecto a la Cámara de Diputados, que quedó trunco por el golpe militar de 1930. Dos años después, en 1932, otro socialista, Alfredo Palacios, logró tras arduos debates que la Cámara Baja diera media sanción al voto femenino, pero luego el proyecto durmió en cajones del Senado hasta que perdió tratamiento parlamentario. Fue un triunfo más de los conservadores que se oponían a esta iniciativa de igualdad de género durante los tristes días de la década infame. La lucha por el sufragio femenino databa de muchos años atrás y se encuadraba dentro del movimiento mundial por la emancipación de la mujer. En nuestro país, los derechos de la mujer fueron reivindicados desde los primeros años del siglo XX. Los nombres de Cecilia Grierson, Alicia Moreau de Justo, Elvira Dellepiane, Victoria Ocampo, Elvira Dellepiane de Rawson, la poetisa Alfonsina Storni,y Silvina Ocampo se hallan estrictamente ligadas a esta causa. Las agrupaciones feministas de entonces estaban mayoritariamente conformadas por mujeres de clase media y alta, que habían librado en sus propios hogares la lucha que implicaba salirse del rol que la sociedad les asignaba: esposas y madres. La Campaña Electoral de 1946 puso en evidencia que, ya en apoyo del Laborismo, ya en apoyo de la Unión Democrática, aún sin derechos políticos, la mujer había ingresado en la política Argentina. Faltaba la legitimación. El 23 de septiembre de 1947, en medio de un gigantesco acto cívico frente a la sede de la CGT, el Presidente Juan Domingo Perón firmó el Decreto Presidencial promulgando la Ley 13.030, que otorgó a las mujeres de todo el país, el derecho al voto. La ley fue sancionada primero en el Senado de la Nación el 21 de agosto de 1946, y el 9 de septiembre de 1947 votada favorablemente por "unanimidad" por los diputados en una sesión histórica. De esta manera, se cumplía también, un viejo sueño de las luchadoras feministas quienes desde los albores del siglo XX, luchaban por la sanción de esta justa normativa. Argentina no fue pionera. Muchos países ya habían dado el primer paso, incluso antes de que Nueva Zelanda lo aprobara en 1893. El sufragio femenino ha sido aprobado (y revocado) varias veces en distintos países del mundo. En algunos como Estados Unidos o Sudáfrica el sufragio femenino se ha autorizado antes que el sufragio universal; así, una vez concedido éste a los hombres y mujeres blancos, aun se les seguía negando el derecho a votar a hombres y mujeres de otras razas. No obstante, en la mayoría de países el sufragio femenino ha sido el que ha llevado al sufragio universal. En 1776 en nueva Jersey se autorizó accidentalmente el primer sufragio femenino (se uso la palabra “personas” en vez de “hombres”), pero se abolió en 1807. En 1838 se aprobó el sufragio femenino en la provincia de Vélez (actual departamento colombiano de Santander). Fue el primer caso en un país independiente; no obstante fue revocado en 1857 y restablecido el 25 de agosto de 1954 pero, como el país vivía la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla, sólo pudo ponerse en práctica desde 1957. En la segunda mitad del siglo XIX, varios países y estados reconocieron un tipo de sufragio femenino restringido empezando por Australia del Sur en 1861. En 1869, el Territorio de Wyoming se convirtió en el primer estado de EE.UU., donde se instauró el “sufragio igual” (sin diferencias de gènero) aunque no el sufragio universal (no podían votar hombres y mujeres de piel negra). En 1893 se aprobó en nueva Zelanda el primer sufragio femenino sin restringir, gracias al movimiento liderado por Kate Sheppard. De todos modos a las mujeres sólo se les permitía votar pero no presentarse a elecciones. Las boletas femeninas de votación se adoptaron apenas semanas antes de las elecciones generales. Recién desde 1919 las neozelandesas tuvieron el derecho a ser elegidas para un cargo político. El primer país en ofrecer el sufragio universal (y también permitir a las mujeres presentarse a elecciones para el parlamento) fue Australia del Sur en 1902 (según otros en 1894) y Tasmania en 1903. Finalmente, luego de años de lucha y postergaciones, el Voto Femenino en nuestro país, se hizo efectivo. "Mujeres de mi Patria, recibo en este instante, de manos del Gobierno de la Nación, la Ley que consagra nuestros derechos cívicos. Y la recibo ante nosotras, con la certeza de que lo hago en nombre y representación de todas las mujeres argentinas”. Con estas palabras, Eva Duarte de Perón anunciaba que las argentinas adquirían el derecho de expresarse en las urnas por primera vez. El 23 de septiembre de 1947 fue promulgada la denominada Ley del Voto Femenino (número 13.010), que se puso en práctica en las elecciones del 11 de noviembre de 1951, en la que votaron 3.816.654 mujeres (el 63,9 % lo hizo por el Partido Justicialista, el 30,8 % por la Unión Cívica Radical). Más adelante, en 1952, las primeras 23 diputadas y senadoras ocuparon sus bancas, representando al Partido Justicialista. Impulsada por Eva Duarte de Perón, la Ley del Voto Femenino se hizo realidad. Fue la culminación exitosa del trabajo de cientos de mujeres –socialistas, comunistas, radicales y justicialistas - que lucharon para que sus congéneres accedieran a este derecho que hoy ya es parte de nuestras vidas. El voto secreto, obligatorio y universal que estaba restringido al sector masculino, alcanzó con la participación femenina, su verdadera dimensión de “universal”. Comienza entonces, una etapa nueva en la vida de la mujer, abriéndose el camino hacia la participación pública efectiva y comenzando así, la lucha por la obtención de los derechos políticos. Sr. Presidente, por todo lo expuesto, solicito a mis pares la aprobación del presente Proyecto de Declaración. Mario. J. Colazo. -