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“Es un error pensar que los sectores de menores recursos no
necesitan acceder a internet”
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Matías Rojas, Director del Centro de Innovación de TECHO-Chile explica por
qué desarrollar aplicaciones web enfocadas a los sectores vulnerables del país
es algo que tiene sentido.
Según estudios realizados, las familias vulnerables (segmentos D y E) gastan
entre 15 mil y 25 mil pesos en cybercafés por no tener acceso a internet desde
sus hogares.
A partir de investigaciones etnográficas del Centro de Innovación de TECHO-Chile,
se arrojaron resultados inesperados: en nuestro país, los sectores más pobres
gastan hasta $25.000 al mes por acceder a internet en los cybercafés. Es decir, no
tener conexión en sus casas no los inhibe de acceder al contenido de internet con
una frecuencia similiar a un consumidor catalogado como ABC1, sino que los obliga
a hacerlo a un costo mucho mayor: pagan más dinero por menos tiempo de
conexión, acceden a una conexión más lenta, se exponen a peligros al trasladarse
kilómetros para llegar a los cybercafés, etc. *
Con este y otros datos sobre la mesa, el pasado 22 de marzo, Claudio Muñoz,
Presidente de Telefónica Chile y Javier Zulueta, Director Ejecutivo de Un Techo para
Chile (ahora TECHO - Chile), firmaron un acuerdo entre ambas instituciones para
llevar internet a 1 millón de hogares vulnerables en un plazo de 3 años. “No hay
razón para pensar que estos hogares no pagarán por tener el servicio en su hogar, si
ya lo hacen por tenerlo lejos. Ya basta de prejuicios y pensar que los sectores con
menores ingresos deben seguir excluidos de los avances tecnológicos, es hora de
democratizar el acceso a la tecnología y es nuestra labor buscar nuevas formas para
hacerlo”, expresa Matías Rojas, director del Centro de Innovación de TECHO – Chile.
Para complementar este plan de conexión y adelantándose a este cambio que se
generará en el país, se desarrolló un concurso de innovación social llamado
“APPlícate”, que impulsó a lo jóvenes a agregarle valor a la conectividad y
desarrollar aplicaciones web (ya sea para computadores o smartphones) que ayuden
a solucionar las problemáticas sociales que aquejan a los sectores vulnerables del
país. Para que así, al acceder a internet, pudieran contar con sitios web y programas
que facilitaran acciones cotidianas como buscar trabajo, trasladarse, acceder a
material educativo, a mejores opciones de compra, etc.
Miles de “emprendedores sociales” participaron con 613 ideas en “APPlícate”, que
tuvo la premiación de los 3 mejores proyectos el pasado 21 de junio. El jurado en
esta ocasión lo conformaron importantes personalidades del mundo del
emprendimiento y la innovación como Guillermo Scallan, de la Fundación Avina y
Diego Philippi de Corfo, también hubo representantes de los potenciales
beneficiarios de la iniciativa como Gina Estrella, dirigenta del campamento
Peñalolén. Los ganadores del certamen fueron Dandoo, Edoome y Bottom App.
“Applícate” tiene como objetivo poner sobre la mesa el derecho a acceder a la
tecnología y planteárselo a los mejores emprendedores de nuestro país, y entre ellos
a los estudiantes universitarios, para así buscar soluciones en conjunto. En este
contexto, diferentes universidades que creen en el poder de la innovación social,
acogieron el desafío y se lo plantearon a diversas carreras, sin necesariamente
querer participar en el concurso, como la Universidad Finis Terrae con la que
trabajamos en conjunto para incentivar la innovación y el emprendimiento social
dentro de las casas de estudio. También, las ideas en sus distintas fases fueron
expuestas y evaluadas por un grupo de vecinos de los campamentos Villa Esperanza
de Conchalí y Peñalolén (ex toma) para que fueran desarrolladas con una base real y
no a partir de supuestos”.
Con respecto a la polémica que ha causado el desarrollo de este desafío en la
Universidad Finis Terrae, el Centro de Innovación cree que la idea premiada es una
iniciativa interesante, ya que recoge una necesidad e idea una posible solución a
partir del uso de internet. Sin embargo, su director es enfático al señalar que “de
llevarse a acabo debe ampliar su campo de acción no solamente desde teléfonos sino
también desde computadores, dado que la penetración de los primeros aún es baja
en las comunidades vulnerables. Como Centro de Innovación estamos impactados
por la poca altura de miras que se ha tomado este tema en las redes sociales, esto
nos deja ver la gran discriminación que aún persiste en la sociedad. Si en Chile aún
hay gente que piensa que internet es algo exclusivo para la gente de altos recursos,
se sigue perpetuando el extremado clasismo y la discriminación que tanto nos
avergüenzan”, finaliza Rojas.
*El estudio IGD 2008 muestra que mientras los jóvenes pertenecientes al segmento socioeconómico
ABC1 se conectan en un 93,4% desde sus hogares, los del segmento D lo hacen sólo en un 28% en sus
casas, siendo esta la principal diferencia marcada por la condición económica.
Contacto de Prensa:
María Paz Cuadra
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Cel: 9-8855962
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