07-tu.qxd 4/18/04 10:48 PM Page 1 7 La Plata, lunes 19 de abril de 2004 EL 155: RADOWITZKY El ruso Simón: capanga y famoso por ser el único penado que pudo fugarse Joven anarquista que llegó al presidio tras asesinar a un comisario. La sociedad quería fusilarlo, pero la ley no lo permitía. Y lo mandaron al Fin del Mundo. Se convirtió en líder de los presos. Con apoyo externo se escapó. Fue histórico. Pero lo atraparon. Luego lo indultaron. Murió en México Simón Radowitzky o Radovitsky: joven anarquista de origen ruso. Se hizo famoso con el asesinato del comisario Falcón, jefe de policía, y su secretario, con una bomba arrojada dentro de su coche. Una síntesis de los hechos extraídos del expediente del juicio nos remonta al 1º de mayo de 1909, cuando una concentración convocada por el movimiento obrero FORA choca violentamente con la policía. El enfrentamiento termina con cinco manifestantes muertos y se lanza un paro para el día siguiente donde se pide la renuncia del comisario Ramón L. Falcón, solicitud que fue rechazada de plano por las autoridades. El 14 de noviembre el jefe policial concurre al cementerio de la Recoleta a despedir los restos de un amigo: el comisario Antonio Ballvé, director de la Penitenciaría Nacional. A la salida, cuando el coche se aleja por la avenida Callao, un hombre 23 DIAS EN LIBERTAD El escape que causó sensación Delegado y capo Durante su estadía en el presidio trabajó en el taller, al que acudían sus compañeros para contarles sus problemas. Era una especie de delegado ante las autoridades. Cuando no conseguía lo que buscaba, organizaba huelgas de brazos caídos o de hambre. Era quien recibía las represalias, pero aguantaba cualquier castigo. “con aspecto de extranjero” comienza a correr a toda velocidad detrás del carruaje de Falcón, llevando algo en la mano. Al doblar el coche, el desconocido se acerca en línea oblicua y arroja el paquete al interior del mismo, medio segundo después el paquete detona y se observa una terrible explosión. El terrorista mira hacia todos lados y se da a la fuga. La gente comienza a perseguirlo y en su desesperada huida extrae de sus bolsillos un revolver con el que él mismo, por accidente, se dispara un tiro en el pecho y cae sobre la vereda. La gente lo rodea y lo insulta. La policía lo detiene y tras recibir el alta en el hospital es llevado a los calabozos de la comisaría 15 de Capital. En los interrogatorios solo dice que es ruso y que tiene 18 años. Luego de unos días es identificado como Simón Radowitzky o Radovitsky. Había llegado al país en 1908 y los antecedentes que brinda la embajada en Argentina informan que había participado de disturbios en Kiev, Rusia, en 1905 y que por ello había sido condenado a 6 meses de presión. Preso 90, el “Petiso Orejudo” o Cayetano Santos Godino Cayetano Santos Godino “El Petiso Orejudo” fue uno de los confinados en el presidio de Ushuaia. Fue apresado el 27 de diciembre de 1912, a los 16 años, por el asesinato de tres niños y el intento sobre 8 más. En primera instancia Godino fue declarado irresponsable y se lo recluyó en el Hospicio de Las Mercedes, en el pabellón para delincuentes alienados. Allí atentó contra dos pacientes y entonces la sociedad empezó a reclamar su confinamiento carcelario definitivo. Luego de tres años de proceso fue recluido en el Penal de Ushuaia. Murió el 15 de noviembre de 1945 a causa de una feroz golpiza que le propinó el resto de los penados por haber quemado los ojos al gatito mascota del pabellón donde se encontraban alojados. Los diarios piden un juicio rápido y ejemplar. La fiscalía solicita la pena de muerte. Nadie creía que ese hombre tuviera 18 años. Los peritos calculaban entre 20 y 25, y para ser fusilado debía tener 22, mínimo. Pero la partida de nacimiento, que acerca a la audiencia su primo Moisés, confirma los 18 años. Es así como la condena pasa a ser de “penitenciaría por tiempo indeterminado con reclusión en su celda a pan y agua durante 20 días por año al acercarse la fecha de la muerte del comisario”. El ruso pasará 21 años en la cárcel, de los cuales 10 serán en calabozo aislado y 19 de esos años en el presidio de Ushuaia. Se lo trasladó a la Cárcel del Fin del Mundo a raíz de la fuga que se produjo el 6 de enero de 1911 en la Penitenciaría Nacional. Si bien Radovitsky no participó de la fuga (porque minutos antes había sido trasladado a la imprenta), el director de la cárcel pidió que lo trasladaran, ya que además concitaba la simpatía de presos y carceleros. Ese año fue a Ushuaia donde se convirtió en un mito (ver aparte). Después de la Primera Guerra Mundial, en mayo de 1918, los antiguos compañeros del ruso Simón comienzan una campaña a través de La Protesta a favor del “héroe” y atacan con fuerza al subdirector del penal, Gregorio Palacios, al que acusan de torturas. El impacto sobre la opinión pública es tan fuerte que el gobierno de Irigoyen inicia un sumario administrativo en que los tres guardiacárceles acusados de torturas son suspendidos. Seis meses después, el 7 de noviembre, los diarios anuncian la sensacional noticia: Radovitsky se había fugado de la Cárcel del Fin del Mundo. El ruso deja el penal vestido de guardiacárcel, llega hasta el punto convenido y se embarca. Mientras tanto, en el Penal, a las 9.22 se nota la ausencia y comienza la persecución desde Ushuaia y desde Chile. La marina chilena lo recaptura en Aguas Frías. Fueron 23 días de libertad. De regreso al penal se aplicó un largo castigo hasta el 7 de enero de 1921: reclusión en su celda y a media ración. El domingo 13 de abril de 1930 el presidente Hipólito Irigoyen firma un indulto por el que libera a 110 presos, entre ellos a Simón Radowitzky o Radovitsky. El anarquista había sido obligado a salir del país, por lo que se dirige a Uruguay, donde trabaja de mecánico. Pero el partido Anarquista lo toma para hacer trabajos y en 1939 participa de la guerra civil española. Cuando sus compañeros son vencidos, viaja a México donde vive hasta el 4 de marzo de 1956, cuando muere de un ataque cardíaco. Presos. Traje a rayas de época