Nuria Gallardo, actriz:[Entrevista]

Anuncio
ESFERA CULTURAL
NURIA GALLARDO, ACTRIZ
«Para ser actriz solo necesitas
un personaje y un espectador»
E
l Alcalde de Zalamea es el título elegido por la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC)
para reabrir su sede madrileña. La obra de Calderón, tras su presencia en Madrid, realizará una
gira nacional para dar el salto a Bogotá y cerrar en el Festival de Almagro el próximo verano. Compartiendo cabecera de cartel con Carmelo Gómez encontramos a Nuria Gallardo, una actriz de raza
que ha descubierto en el magisterio y en la solidaridad los paliativos para sobrellevar ese veneno
JUAN ANTONIO LLORENTE
del teatro que corre por sus venas desde hace cuatro generaciones.
–Me encanta volver a mis casas,
y como La Comedia, junto con el
Español y el María Guerrero son los
tres teatros en los que más he trabajado, cada vez que regreso es un
honor. Estar ahora en la CNTC es
doblemente importante para mí, porque el primer director con quien trabajé fue José Luis Alonso, el mismo
que hace 28 años hizo en este lugar
El alcalde de Zalamea. En la vida las
cosas se repiten. Al margen de esto,
a mí el teatro clásico me gusta
mucho. Me he criado entre actores
–empezando por mis padres, que
también lo eran– cuando las compañías llevaban lo que se llamaba el
repertorio. Aún no había surgido el
boom de los creadores, que se ha
traducido en nuevos títulos y montajes maravillosos y estupendos.
NOVIEMBRE / DICIEMBRE 2015
–Su naturalidad diciendo el verso, tan alabada por crítica y público, es una baza
segura que se apunta. ¿El verso no es un
corsé?
–Desde mi punta de vista, no.
Nunca. Es como una partitura. Cuando le pides a alguien que cante, si no
cuenta con ella le pones en un gran
compromiso. Si a un actor le pides
que diga un texto, si no se lo das es
terrible porque tiene que inventárselo. Con pautas tan concretas como el
verso o la música, el actor o el cantante lo único que pueden sentir es
liberación para seguir creciendo.
60 Escritura PÚBLICA
Foto: Miguel Ángel Fernández.
–Con cierta regularidad regresa a la CNTC.
¿Es un poco su casa?
«Me he criado con actores, empezando
por mis padres, cuando las compañías
llevaban lo que se llamaba el repertorio»
–¿Requiere especialización?
–Requiere saber.
–¿Cuenta con algún referente?
–En este momento, el asesor de
verso de la CNTC. Es quien nos
guía y quien hace que, aun viniendo cada uno de su padre y de su
madre, vayamos todos por una vía
común. En caso contrario, podemos imaginar lo que ocurriría. Mi
padre, Manuel Gallardo, está considerado como una de las personas
que mejor dicen el verso en este
país, pero tiene su manera de hacerlo. Por eso tiene que haber alguien
capaz de conseguir que contenidos
tan diversos discurran por una sola
vía, y la persona, desde que conozco
esta compañía, es Vicente Fuentes.
Aunque cuando hice para la CNTC
La vida es sueño, dirigida por Calixto
–En la prosa, ¿echa en falta esa partitura?
–Depende del director. Si tiene
claro lo que quiere hacer, como soy
de las que se dejan llevar, me da
más libertad. Incluso al establecerse entre ambas partes, como en el
matrimonio, una relación de toma y
daca, en la que cada cual propone
cosas, me da opción a exponer mis
ideas. Obviamente, las del director
son más aceptadas que las del actor,
pero esas discusiones te permiten
expresar tu punto de vista de la obra.
Foto: Miguel Ángel Fernández.
Bieito, la montamos en Barcelona
con Alicia Hermida.
–Después de hacer la Antígona de Salvador Espríu, retrocediendo en el tiempo y
dada su debilidad por los clásicos, ¿se
imagina como Medea o como Hécuba
poniéndose unos años?
–Y sin ponérmelos. Ya tengo los
suficientes para hacer Hécuba o
Medea. Ahí está Aitana Sanchez
Gijón, haciéndolo maravillosamente
encima de un escenario. Y Ana
Belén, ¡qué vamos a contar!: divinamente. Dejando aparte a Concha
Velasco, ante quien, desde mi humilde punto de vista, hay que quitarse el
sombrero. Porque es una artista y un
ser humano para echarse a sus pies
de rodillas.
–No ha dicho si le gustaría…
–A mí me gustaría que me vieran como ese personaje y me lo
ofrecieran. Que alguien se lo diga a
los directores de mi parte, porque
muy poca gente tiene imaginación
respecto a mí.
–En aquella Venganza de don
Mendo, que dirigió mi padre, disfruté mucho. Aunque es un registro en
el que estoy convencida de que la
gente no me identifica. Se limitan a
decirme: estás muy graciosa. Pero
mi parte divertida casi nadie la
conoce. Ni que soy así… que tengo
un deje… Pero yo me lo paso muy
bien. En esa ocasión y en otras,
NOVIEMBRE / DICIEMBRE 2015
–Sí la han llamado para comedias, incluida
La venganza de don Mendo. ¿Se siente
cómoda en el registro cómico?
Escritura PÚBLICA 61
como cuando hice La venganza de
Tamar o sustituyendo en gira a Marta Poveda en Donde hay agravios
no hay celos, que funcionó estupendamente. Si encima del escenario puede gustar más mi lado
más trágico, lo respeto. Pero soy
actriz: no lo olvidemos.
–¿Maleable? ¿Se deja dirigir fácilmente?
–Me pongo a disposición de
aquellas personas a las que admiro.
–¿Qué papel juega el director para usted?
–Fundamental. Es el capitán de
un barco a cuyo servicio me entrego. Puedo discutir con él los puntos
de vista en los que no coincidimos,
pero no deja de ser en ningún momento el responsable de esa nave.
–¿Le exige al menos un punto de libertad?
–Si no me la deja, sí.
–Ha trabajado con los más grandes, desde Alonso, a quien mencionaba, a Pasqual,
Barroso… y sobre todo con Narros y Plaza. ¿Echa en falta nombres para rematar
esa lista?
–Me gustaría trabajar con todos
aquellos que quieran trabajar conmigo.
–Un ejemplo.
NOVIEMBRE / DICIEMBRE 2015
–No tengo uno: serían muchos.
Me gustaría expresarme con Andrés
Lima, y también con Miguel del
Arco, Sanzol, Pablo Messiez, Conejero. Querría experimentar un montón de cosas que, por determinadas circunstancias, he conocido de
otra manera, porque he vivido otro
momento. Me relacionan siempre
con la época anterior, no con la
actual, y a mí me gustaría ver lo que
se está haciendo ahora y estar ahí.
–Trabajó con Amelia Ochandiano y en El
alcalde de Zalamea repite con Helena
Pimenta. ¿Cómo se encuentra a las órdenes de una mujer?
–En el proceso creativo, a la
hora de hacer una función, hay muy
pocas diferencias. Amelia es una
bestia parda que, como Elena, tienen muy claro lo que quieren y no
62 Escritura PÚBLICA
paran hasta conseguirlo. Ni más ni
menos que lo que pueda hacer
José Carlos Plaza, otro animal de
teatro maravilloso. Cada cual con
su carácter, conoce su quehacer y
sabe cómo materializarlo. Por ejemplo, en esta función estoy representando el papel de una mujer violada
y Elena, sin haber cruzado apenas
palabras, porque no hemos tenido
muchas conversaciones largas sobre
el personaje, lo ha visto siempre así,
y dice que lo que más le conmueve
de esta función es precisamente
que allí esté una mujer de la que
abusa un hombre por la fuerza. Los
pocos intercambios de parecer han
sido los justos y necesarios para
trabajar. A ese respecto ha sido
muy eficaz conmigo.
–Pimenta le dirigió hace tres años La verdad sospechosa que le valió el premio a la
mejor actriz de reparto por la Unión de
Actores. ¿Espera otro por Isabel?
–¿Por mi trabajo? ¿Un Oscar a
lo mejor?... ¡Venga!… ¡Bah! A mí lo
que me gusta es ver que al teatro
viene gente. Me impresiona cómo
en las sesiones con público de
colegios, ni siquiera me doy cuenta
de su presencia, porque no tosen ni
jalean. Bueno, sí, cuando se besa el
personaje de Juan con la chica
alguna vez hacen uhhhhhhhh. Pero
muy poco. El resto de la representación mantienen un respeto absoluto. Eso es lo que me importa.
–¿En qué lugar sitúa al público?
–En el primero. No existe el actor
si no hay un público; sin alguien que
le mire.
–A pesar de que sus primeros pasos los dio
en televisión con solo ocho años, apariciones posteriores, como en la serie Isabel,
han sido escasas. ¿No le ha interesado?
–No es por eso. Pero cuando
hubo un momento en que podía
hacer más tele me ofrecieron más
teatro, y como ante todo me considero animal escénico cuando estoy
pisando las tablas, ya se sabe lo
que pasa: estrenas la función, luego haces gira… Ahora, desafortu-
Foto CNTC: David Ruano.
ESFERA CULTURAL
«Me gustaría ver lo
que se está haciendo
ahora y estar ahí»
nadamente, en este país no se hace
así, entonces había tournées de seis
meses que implicaban hacer la maleta y marcharte de casa ese tiempo.
En esas condiciones no podías hacer
televisión, porque además no existían tantas series como ahora. Estaban los Estudio 1… Es que soy muy
antigua (risas). No es que de verdad
lo sea, pero llevo mucho tiempo trabajando en esto. Este año cumplo los
cuarenta de profesión.
–Con el cine le ha pasado algo similar.
–Siempre recordaré una frase
que me dijeron cuando hice el Viaje
a ninguna parte con Fernán Gómez:
“niña, te lo vas a comer todo”. Y a
día de hoy, ya se ve lo que me he
comido. Pues así estamos.
–Porque sí le interesa el cine.
–A mí me interesa cualquier
medio en el que desarrollar mi trabajo, y en mi profesión no se nos
clasifica como actrices de teatro,
de cine o de televisión. Eres actriz,
y para serlo solo necesitas un personaje y un espectador. La única
diferencia es que en el cine o en la
televisión el espectador está detrás
de la cámara.
mi generación que podemos dar fe
de que en los teatros existía un
apuntador. Burguitos era una institución y para mí lo sigue siendo.
Recuerdo que estaban haciendo
mis padres alguna función y, aunque todavía no hablaba, repetía a
mi manera sus palabras: algo así
como los coldelillos gloselos… Lo
pronunciaba así.
–¿Cómo recuerda sus primeros juegos?
–¿Para recuperar aquella infancia decidió
estudiar Magisterio?
–Me recuerdo muy chicazo. Mis
amigas jugaban con muñecas, pero
como yo las encontraba muy blanditas con todo aquello de peinarlas
y vestirlas, me reconozco jugando
con coches atacando y contraatacando a los vecinos del piso. Era
más de acción. Eso, o contando
historias. Aunque me veo más nítidamente siempre en un teatro entre
cajas. Volviendo loco a Burguitos, el
apuntador, a quien solo recordamos unos pocos compañeros de
–En nuestra profesión pasamos
altos y bajos. Y en una ocasión,
paseando con mi chico por el puerto
de Ibiza, donde yo dirigía una obra,
le pregunté: ¿de no haber sido
actriz, qué crees que habría hecho
en esta vida, porque nunca me he
planteado ser otra cosa? En ese
momento se me ocurrió que tenía
que estudiar. Cuando fui al instituto
me enteré de que no había terminado COU y tenía que acceder a la
Universidad como mayor de 25
–Además, colabora en un programa social
de la Cruz Roja.
–Es algo que me parece muy
importante, porque es verdad que
mucha gente fuera de España está
viviendo terribles problemas. Como
el de los refugiados. Pero no queremos ver otros que ocurren en nuestro país. Hay españoles que no tienen para comer. Niños que se llevan
a casa los paquetes de galletas que
les dan en el colegio para que cene
su abuela… Los abuelos están manteniendo a toda la familia, y eso es
terrible. Apoyo y respeto las campañas que se hacen hacia el exterior y
a quienes las promueven, pero no
olvidemos que aquí hay mucha gente que lo está pasando muy mal.
Estamos a punto de unas elecciones y parece que están lavando la
cara a todo, y no es así: hay que
tener los ojos muy limpios para ver
que esto está mal. En el teatro no
nos han bajado el 21 por ciento del
IVA. Seguimos igual que el primer
día. Es vergonzoso que la cultura de
un país sea cara y que la educación
cada vez esté más cerrada. Hasta el
punto de haber perdido dos generaciones, y eso lo vamos a pagar.
–¿Recuerda los consejos de su familia
cuando dijo que quería seguir su camino?
–Sí. Que no me dedicara a esto.
Mi padre añadió: “vas a pasar muchas dificultades. Esta profesión es
pan para hoy y hambre para mañana”. Yo le contesté que sí, que bueno… y aquí estoy. Pero lo que más
recuerdo es lo que me dijeron José
Bódalo y José María Rodero cuando
empecé: “di el texto y no te tropieces
con los muebles”. Y he intentado ser
fiel a su recomendación. NOVIEMBRE / DICIEMBRE 2015
«Si encima
del escenario puede
gustar más mi lado
más trágico,
lo respeto. Pero
soy actriz:
no lo olvidemos»
años, me dije: ¿cómo no voy a
tener derecho a estudiar yo, que
por mi profesión no he hecho otra
cosa en la vida? Así que me puse a
ello, saqué la carrera y he podido
ejercer durante algo más de un año
gracias a que algunas personas que
me quieren mucho me han permitido compaginar durante ese tiempo
el trabajo y la docencia.
Escritura PÚBLICA 63
Descargar