Capítulo 1: Control y vigilancia ambiental Los conceptos de seguridad básica que se describirán a continuación se aplican tanto a las prácticas como a intervenciones. Las prácticas son actividades que suman exposición a la radiación de fondo recibida por el público, o que aumentan la probabilidad de exposición. Éstas incluyen el uso de radiación o sustancias radioactivas para propósitos médicos, industriales, agrícolas, educativos y de investigación, la generación de energía nuclear, facilidades y dispositivos que contienen sustancias radioactivas como instalaciones de irradiación, minería y procesamiento de los materiales extraídos y la administración de residuos radioactivos. La intervención es alguna actividad desarrollada para reducir la exposición a la radiación, tales como la reducción del radón en los edificios, procedimientos desarrollados en situaciones de emergencia creadas por contaminación después de un accidente, etc. Los gobiernos nacionales tienen la responsabilidad de reforzar la seguridad radiológica, generalmente a través de un sistema que incluye una autoridad regulatoria. Además, deben mantener servicios esenciales de protección y seguridad radiológica que excedan o sean complementarios a las incumbencias de los reguladores. Las normas de seguridad pueden ser aplicadas eficientemente cuando una estructura nacional está establecida firmemente. Además de las regulaciones y legislaciones, los elementos esenciales son: i) ii) iii) La creación de una autoridad regulatoria con atribuciones para autorizar, inspeccionar y reforzar las leyes y regulaciones. Ésta debe poseer suficientes recursos, incluyendo personal entrenado, contar con la capacidad para detectar sustancias radioactivas, disponer residuos y preparar intervenciones, particularmente durante emergencias que puedan resultar en una exposición adicional del público. El desarrollo de programas de educación, entrenamiento e información pública con fondos adecuados y recursos para el intercambio de información entre especialistas. La provisión de servicios y facilidades para la protección y la seguridad a nivel nacional. Esto incluye laboratorios para dosimetría personal y ambiental, calibración e intercomparación de equipamiento, registros generales de dosis de radiación y de información de la capacidad de los laboratorios. Para asegurar el buen uso de las radiaciones se realizan controles y vigilancias. Los controles regulares y periódicos de las fuentes, del medio ambiente y de los individuos se tornan esenciales para asegurar la protección al público y al medio ambiente. La descarga autorizada de radionucleídos en las facilidades a las diferentes matrices ambientes debe ser evaluada a fin de que no se sobrepasen los límites de descarga de actividad establecidos. En el caso de descargas no controladas a las diferentes matrices ambientes pueden ocurrir como resultado de accidentes. El control de estas descargas y sus fuentes y especialmente del medio ambiente contaminado es necesario para la implementación y ejecución de acciones de protección al público, a los efectos de evaluar las consecuencias a largo plazo y para tomar resoluciones de protección y remediación. Las exposiciones de los miembros del público originadas por descargas controladas, incontroladas o áreas contaminadas en el pasado pueden surgir de la emisión directa desde la fuente de descarga o de radionucleídos dispersos en el medio ambiente. En el último caso, la vía de exposición más común es la externa, debido a la presencia de radionucleídos en la pluma de descarga y en el suelo, así como también por la ingestión de alimentos contaminados. La inhalación de radionucleídos suspendidos en aire o a partir de la resuspensión de material depositado sobre el suelo puede también ser importante, siendo necesario controlar las dosis alrededor de la fuente y los niveles de descarga para contrastarlos con las descargas autorizadas. Los estándares básicos de seguridad requieren de registros y licencias para la implementación y mantenimiento de programas de control para determinar la exposición del público. Las licencias deben contemplar un programa adecuado para asegurar que los límites de exposición externa del público sean respetados, que los límites de descarga sean cumplidos y permanezcan válidos. También deben guardarse y publicarse los resultados de los controles para que cualquier contaminación o aumento de actividad en el medio ambiente pueda ser evaluada y remediada rápida y responsablemente. Por otra parte, el responsable de las descargas debe poseer la capacidad técnica para realizar controles de emergencia en caso de aumentos inesperados de actividad o accidentes. En el caso de plantas nucleares, las medidas de salvaguarda requieren que en la etapa de diseño se realicen estudios en la vecindad de la planta en referencia a las vías de llegada de radionucleídos a la población, incluyendo la cadena alimentaria, el impacto radiológico en el ecosistema, la posible acumulación de radionucleídos en el entorno físico y la posibilidad de descargas no autorizadas. En la etapa de operación de la planta, deben instituirse e implementarse procedimientos para monitorear y controlar las descargas de efluentes. También deben establecerse y ponerse en marcha programas de control del medio ambiente en las cercanías de la planta para evaluar el impacto radiológico de las descargas. Para asegurar un control apropiado durante la gestión de residuos radioactivos en facilidades que realizan disposiciones superficiales y durante el cierre de las mismas, es necesario disponer de repositorios que permitan el monitoreo. El operador del repositorio debe ser responsable de un monitoreo continuo y adecuado en acuerdo con las legislaciones nacionales. Estos programas deben controlar el repositorio y su entorno para verificar la ausencia de impactos inaceptables, como el lixiviado. En el caso de una emergencia los miembros del público deben tener acceso, de forma clara y comprensible a la posible contaminación del medio ambiente y en lo referido a las exposiciones sufridas por los trabajadores y el público. De este modo se tendrá una respuesta rápida en la fase inicial de la emergencia mediante el control del medio ambiente, la identificación de riesgos y las acciones de protección. 1.1. Responsabilidades 1.1.1 De la autoridad regulatoria El ente regulatorio debe asegurar la protección del público y del medio ambiente, que el operador cumpla apropiadamente las regulaciones, proveer jurisprudencia en relación a la seguridad del público y los requerimientos técnicos de vigilancia. Si existe el potencial para un accidente de gran magnitud, debe asegurar que los preparativos para la emergencia estén dispuestos y que sean controlados rutinariamente. Cuando los límites de dosis anuales se aproximan a los niveles de intervención, deberá volver a evaluar los niveles de descarga autorizados. 1.1.2 Del operador En relación al control de las prácticas de descarga, el operador de la instalación debe prevenir cualquier riesgo de contaminación al público y al medio ambiente, respetar los requerimientos regulatorios e informar cambios en las descargas a la autoridad regulatoria. Debe realizar toda investigación pre-operacional, incluyendo la determinación de las líneas de base de actividad de radionucleídos naturales y artificiales y estimación de dosis. Debe contar con programas de vigilancia de la fuente y del medio ambiente, durante y después de la fase de operación. Estos programas deben detectar rápidamente descargas inesperadas y suministrar resultados que prueben que las dosis de los miembros del público están por debajo de los criterios establecidos por la autoridad regulatoria. Los mismos deben contemplar el hecho de que distintas fuentes pueden tener impacto sobre una misma área y grupo poblacional. 1.2. Consideraciones generales 1.2.1 Grupo crítico Antes de desarrollar los conceptos y lineamientos básicos de monitoreo, debe aclararse el concepto de grupo crítico. Se lo define como un grupo de miembros del público razonablemente homogéneo respecto a su exposición a un dado tipo de fuente de radiación. Este grupo es el que recibe la mayor dosis efectiva equivalente a partir de una dada fuente debido a su localización, edad, dieta o hábitos. Para una determinada circunstancia, éste debe ser seleccionado cuidadosamente, prestándose especial atención a los hábitos de minorías culturales y étnicas. Uno de los aspectos más importantes es la selección del tamaño del grupo crítico, siendo en la práctica del orden de algunas decenas de individuos, con la excepción de casos en los cuales grandes poblaciones son expuestas homogéneamente. Existen diferentes grupos debido a las diferentes rutas de exposición y algunos individuos podrían ser miembros de más de un grupo. 1.2.2 Programas de control y vigilancia Uno de los objetivos generales de los programas de control y vigilancia es proporcionar datos para la determinación de las dosis de exposición reales o potenciales del grupo crítico y la población debido a la presencia de material radioactivo contaminante en el medio ambiente originado en prácticas de operación normal o fuentes dentro de una práctica, provenientes de accidentes o actividades pasadas. Si bien bajo condiciones de descarga normal, las rutas de exposición están bien establecidas y son permanentes, en caso de descargas de emergencia las contribuciones de las diferentes rutas a la dosis recibida por trabajadores y público pueden ser transitorias y/o diferentes de las normales. Estas diferencias deben ser consideradas cuando se establecen los programas de emergencia. Para proteger el público y los trabajadores en casos de emergencia deben aplicarse diferentes criterios que en los casos de operación normal y consecuentemente, puede ser necesaria la colección de datos adicionales. En las diferentes etapas posteriores a un accidente, las rutas de exposición pueden cambiar y por lo tanto serán necesarios nuevos datos. Por ejemplo, en las etapas iniciales de una descarga atmosférica accidental la vigilancia debe focalizarse en la nube y en los radionucleídos de la pluma para poder determinar las dosis de exposición externa y de inhalación. Una vez que la descarga finalizó y la nube radioactiva pasó, el monitoreo debe refocalizarse en el suelo y la contaminación de alimentos para tener en cuenta las contribuciones a las dosis de ingestión y externa. Las situaciones de exposición crónica incluyen la exposición a residuos radioactivos de eventos pasados, situaciones causadas por accidentes o el producto de prácticas realizadas con anterioridad, como así también el uso de fuentes exceptuadas de controles regulatorios. En estas condiciones, las rutas de exposición están bien definidas y no cambian rápidamente ya que la exposición externa está determinada por los radionucleídos depositados en el suelo, edificios, vegetación o sedimentos. La ingestión de alimentos naturales o manufacturados a partir de productos agrícolas también puede contribuir sustancialmente a la dosis. Debido a la incorporación de los radionucleídos de vida media larga en el suelo, la resuspensión e inhalación pierden importancia con el tiempo. Estos programas también deben proveer información para verificar los modelos de predicción de transporte e impacto de los radionucleídos en el medio ambiente y así incorporarles modificaciones que permitan reducir las incertezas en los cálculos. El tipo de programa de monitoreo así como su escala y extensión deben estar en acuerdo con las características de la fuente de descarga, velocidad de descarga, composición de radionucleídos, importancia relativa de los caminos de exposición, magnitud de las dosis esperadas y potenciales vías de exposición del público. Los requerimientos para el monitoreo de descargas en una práctica deben estar directamente relacionados con la situación regulatoria de aplicación de la fuente en cuestión, tal como lo establecen los lineamientos internacionales. También incluyen otros tipos de medidas y actividades de colección de datos tales como las condiciones climáticas, incluyendo velocidad y dirección del viento, estabilidad de mezclado de las capas atmosféricas, estadísticas de precipitaciones, temperatura, humedad, etc. Estas condiciones también deben ser tenidas en cuenta tanto en los estudios pre-operacionales como durante la operación de instalaciones y en situaciones de emergencia. Por otra parte, lo mismo es aplicable a las características hidrogeológicas de ríos en los que se descargan efluentes así como a las características hidrodinámicas de lagos y mares. Finalmente, la distribución y características de las poblaciones ubicadas en la vecindad de instalaciones, hábitos, incluyendo tipo y consumo de comida, deben ser verificados periódicamente. Los programas de monitoreo generalmente incluyen rutinas de bajo costo de monitoreo de parámetros integrados ( y total) y medidas periódicas de las concentraciones de radionucleídos individuales (mediante espectroscopía o métodos radioquímicos) en la fuente y/o en algunos compartimientos ambientales. Los monitoreos no son obligatorios en la fuente o en el medio ambiente para aquellas actividades que dan lugar a exposiciones que están excluidas del control regulatorio debido a que la magnitud o probabilidad de las mismas de provocar algún efecto son mínimas para ser controladas mediante los requerimientos básicos de seguridad. Algunas prácticas o fuentes pueden emitir materiales exceptuados de las prácticas regulatorias si los riesgos asociados a los individuos y poblaciones son suficientemente bajos en lo que respecta a seguridad. Algunas fuentes o prácticas que no pueden ser excluidas de los controles necesitan ser autorizadas mediante un registro o una licencia. En general, en estos casos no se requiere control ambiental, sí de la fuente. Finalmente existen varios tipos de fuentes para las cuales se requiere un programa rutinario de control, como las instalaciones del ciclo del combustible nuclear, algunas instalaciones de investigación y de producción de radioisótopos, etc. Instalaciones de este tipo tienen requerimientos y condiciones de seguridad específicos y están sujetas a monitoreos continuos en la fuente y en el medio ambiente, así como a evaluaciones de dosis del público. Algunas fuentes y prácticas, como hospitales o institutos de investigación que usan radionucleídos de vidas medias cortas pueden no requerir programas de monitoreo ambiental. Otras, como pequeñas instalaciones nucleares o departamentos de medicina nuclear que usan grandes cantidades de radionucleídos para diagnóstico, pueden requerir rutinas de monitoreo de la fuente y ocasionalmente del medio ambiente. Por otro lado, grandes departamentos de medicina nuclear e instalaciones nucleares requieren de un monitoreo continuo y exhaustivo de ambos, la fuente y el medio ambiente. Independientemente de sus características, cada facilidad debe estar preparada para realizar controles de emergencia. 1.2.3 Intervenciones Las situaciones de intervención requieren de una respuesta para reducir o prevenir exposiciones en casos de emergencia o exposición crónica. Las acciones de protección o remediación no son generalmente necesarias a menos que se sobrepasen los niveles de intervención o acción. La información inicial requerida para tomar una decisión referida a acciones de protección o remediación se basa en monitoreos, estableciéndose una estrategia global fundada en el sitio específico, la fuente, las posibles vías de exposición humana y las consecuencias del accidente; considerando el control de la fuente, el medio ambiente y los individuos así como también la evaluación de las dosis involucradas. En casos de alcanzarse los niveles de intervención, debe seleccionarse una estrategia de monitoreo contemple periodicidad, número y métodos de medidas y muestreo ambiental para lograr la detección temprana de exposiciones del público en general o de trabajadores y para asegurar la ejecución de acciones de protección a tiempo. En las estrategias relacionadas con monitoreos de emergencia, deben considerarse aspectos nacionales e internacionales en lo que respecta al acceso a datos y a posibles contaminaciones cuya fuente se encuentre fuera de los límites territoriales, teniendo en cuenta que la emergencia finaliza cuando los niveles de actividad determinados sobre la fuente son restablecidos, las condiciones radioactivas no son perjudiciales y la exposición humana y la contaminación del medio ambiente están por debajo de los niveles nacionales de intervención y acción. No hay estándar de radioprotección que se aplique universalmente para la intervención en situaciones de exposición crónica, éstos son establecidos por autoridades regulatorias nacionales, dependiendo de las circunstancias, de las estimaciones de dosis, de la tasa de dosis en aire y concentración de radionucleídos. De acuerdo al ICRP, las intervenciones no son justificables si la dosis efectiva equivalente anual originada por todas las fuentes ambientales no alcanza los 10 mSv. En estas situaciones, el monitoreo de radionucleídos de vida media larga es justificable si la dosis anual debido a esta fuente constituye una fracción relevante de los 10 mSv o del nivel nacional establecido. El control de la contaminación de alimentos con radionucleídos de vida media larga podría justificarse si los niveles de actividad en ellos representan una fracción importante de los niveles de intervención nacionales o internacionales. 1.3. Tipos de programas Hay tres tipos de programas de vigilancia para la protección del público: monitoreo de la fuente, del medio ambiente y en algunos casos excepcionales de los miembros del público en forma individual (Figura 1.1). monitoreo radiológico fuente ambiente relacionado a una única fuente individuos todas las fuentes posibles Figura 1.1: Distintos programas de monitoreo. 1.3.1 Vigilancia de la fuente Este tipo de vigilancia se refiere al monitoreo de una fuente de radiación en particular o a la descarga de radionucleídos provenientes de una práctica. Las consideraciones básicas en el diseño del programa de monitoreo son las mismas para todas la fuentes pero la magnitud y la frecuencia difieren. Estos programas están generalmente establecidos para determinar las tasas de dosis en la fuente o las velocidades de descargas de radionucleídos. Las velocidades pueden variar dependiendo de las fuentes y sus condiciones, así como también del modo de descarga. Por ejemplo, los efluentes liberados al aire son más frecuentemente descargados durante los procesos de operación pero ésta puede ser discontinua, mientras que los efluentes líquidos pueden ser descargados o almacenados para una descarga posterior. Para cada tipo de fuente y cada tipo de ruta potencial de exposición es necesario considerar la localización de los puntos de medida, si se requiere vigilancia continua, la frecuencia de muestreo y medidas o requerimientos para obtener información adicional. También es apropiado obtener información sobre la forma química, densidad y flujo de la descarga, condiciones meteorológicas, hidrogeológicas y todo dato relevante del medio receptor. 1.3.2 Vigilancia ambiental El monitoreo ambiental tiene como objetivo obtener valores representativos de actividad de modo que las muestras reflejen las condiciones del medio ambiente del cual son obtenidas. En general, los niveles de actividad de muestras terrestres están sujetos a variaciones espaciales y temporales causadas por inhomogeneidades en la distribución espacial del material radioactivo depositado en el suelo, redistribuciones debidas a vientos o erosión por agua, diferencias en las condiciones del suelo y topografía, prácticas agrícolas y absorción por el follaje o raíces. Las medidas de actividad en el medio ambiente son el resultado de interacciones complejas de estos factores, los cuales no pueden preverse. La variabilidad en las muestras causa incertezas en la determinación de los niveles de actividad. La misma obliga a un cuidadoso diseño de la estrategia de muestreo. Esto es importante ya que la comparación de los niveles de actividad de las muestras con los niveles de intervención o acción forma la base para la toma de decisiones con consecuencias a largo término para la salud, la sociedad y la economía. Para realizar un muestreo representativo, la IAEA ha establecido procedimientos específicos. A pesar de que estas técnicas no eliminan las incertezas, puede reducirlas y permite cuantificarlas desde un punto de vista estadístico. Los monitoreos ambientales también se realizan para determinar el impacto de fuentes de descarga. En efecto, se realizan controles y muestreos en puntos estratégicos, seleccionados por métodos analíticos, que permiten determinar la radiación y contaminación radioactiva que surge de la fuente bajo consideración. A pesar de que muchas fuentes dan lugar a la liberación de radionucleídos, en general están bien localizadas, permitiendo focalizar los programas de vigilancia. Existen también fuentes que son múltiples, dispersas o difusas que no pueden ser tratadas de la misma manera. Los radionucleídos liberados por estas fuentes están mezclados en el medio ambiente y es necesario vigilar la contribución total. Estos programas están caracterizados por una amplia cobertura geográfica y por la capacidad de detectar la mayoría de los radionucleídos presentes. Los programas de vigilancia deben ser abarcativos y apropiados para el área local, rápidos en respuesta y con capacidad de muestreo y medición de niveles de actividades o dosis en emergencias. Para monitorear la radioactividad ambiental se utilizan dos tipos de detectores de radiaciones: los contadores, en los que la respuesta al estímulo es inmediata, y los dosímetros, cuya respuesta es acumulativa. Para que las técnicas de muestreo y medición relativas al monitoreo del aire resulten efectivas y eficientes se debe prestar atención a las características de los contaminantes y establecer procedimientos adecuados para que el aire muestreado sea representativo del inhalado por los miembros del público. Para la obtención de las muestras se utilizan dispositivos que fuerzan la convección de un volumen conocido de aire a través de un filtro que, dependiendo de su eficiencia, retiene cierta parte del material radioactivo. Por su parte, la contaminación superficial se determina en forma directa con instrumentos portátiles o indirectamente, por la técnica de barrido superficial. El monitoreo directo de la contaminación superficial se lleva a cabo mediante contadores Geiger-Müller, proporcionales, o de centelleo. De acuerdo a la naturaleza de la contaminación radioactiva pueden ser necesarios distintos instrumentos para medir la contaminación de emisores , o , pero suelen emplearse sondas dobles constituidas por detectores de centelleo y contadores proporcionales. La frecuencia de muestro dependerá de la dosis a ser estimada, la precisión requerida, la dependencia temporal y la variabilidad. Cuanto más cercanas estén las actividades determinadas a los niveles de acción e intervención y mayor sea la variabilidad, más frecuentes serán los muestreos, incluyendo el monitoreo de radionucleídos de vida media corta y alimentos que son consumidos rápidamente después de su cosecha.res alfa 1.3.3 Vigilancia individual El monitoreo individual está relacionado con medidas realizadas directamente sobre las personas. No es utilizado normalmente en programas de vigilancia de rutina para determinar la exposición del público pero puede ser empleado después de un accidente para determinar la dosis real recibida y dar información al público. Programas especiales de monitoreo individual pueden llevarse adelante con fines científicos tales como la validación de modelos o la provisión de información para el reaseguro del público. Para evaluar la contaminación interna pueden utilizarse por separado o en combinación dos métodos, cuya aplicación depende principalmente de las propiedades físicas de los contaminantes: - Evaluación de la cantidad de material radioactivo presente en todo el cuerpo o algunos órganos por mediciones in vivo. Análisis de excretas u otras muestras biológicas. La medición directa de la actividad del cuerpo se lleva a cabo con equipos que miden la radiación emitida desde el interior del cuerpo humano y sólo puede emplearse para radionucleídos que emiten radiación penetrante. Antes de proceder a la medición de la contaminación interna se debe considerar la posibilidad de contaminación externa y, si ésta existe, se la debe eliminar tanto como sea posible. La contaminación cutánea que no se puede eliminar, se detecte o no, se interpreta como radioactividad incorporada, lo que conduce a una sobreestimación de la actividad corporal. También se puede emplear un contador para efectuar la medición externa de la radioactividad de algunos órganos. En estos casos, es importante que la respuesta del contador sea adecuada para los radionucleídos que se acumulan en un órgano específico. Cuando el riesgo de contaminación interna se debe a radionucleídos emisores de radiación , o fotones de baja energía, se deben realizar controles periódicos de excretas o de otras muestras biológicas, cuya elección depende de las características del radionucleído y de las circunstancias en se produjo la incorporación, entre otros factores. Un método muy usado para detectar, identificar y evaluar la magnitud de los radionucleídos incorporados es el análisis de muestras de orina de 24 h. Un método poco frecuente es el análisis de muestras fecales, el cual es útil para la pronta detección y evaluación de la incorporación aguda de radionucleídos, por ejemplo en caso de situaciones anormales. También en este caso, la medición de la actividad de muestras sucesivas permite evaluar la carga corporal y luego determinar la dosis equivalente efectiva. El análisis de las secreciones nasales puede ser el primer indicio y medio de identificación de radionucleídos inhalados en forma de partículas. El método no es apto para determinar la magnitud de la actividad incorporada, pero puede usarse como una primera indicación de la posible contaminación interna. 1.4. Estrategias de muestreo La estrategia de muestreo deberá ser adaptada a la situación a ser monitoreada y deberá ser consistente con los objetivos y propósitos del monitoreo específico. Los lugares de muestreo, frecuencias y técnicas dependen de las tareas, tipo de liberación, composición de radionucleídos y dosis esperables como consecuencia de las descargas. 1.4.1 Situaciones normales La mayoría de los datos sobre descargas de radionucleídos desde facilidades nucleares son generalmente obtenidos por medidas en tiempo real de la tasa de dosis, concentraciones de actividad o actividad total en el punto de descarga. El muestreo y las medidas subsecuentes de liberaciones de radionucleídos en aire y agua, sean continuas o discontinuas, son usadas principalmente para determinar la composición de radionucleídos de una descarga. Si las descargas son de muy baja actividad, las medidas en tiempo real pueden resultar insensibles y posteriormente deben realizarse determinaciones en el laboratorio. La frecuencia de muestreo debe ser determinada teniendo en cuenta los resultados de monitoreos previos de una dada facilidad o de facilidades similares con una composición equivalente de radionucleídos en las descargas. En el caso de facilidades autorizadas, el muestreo ambiental es realizado principalmente para probar el cumplimiento de las restricciones de los niveles autorizados o las predicciones de concentraciones de radionucleídos en el medio ambiente realizados en etapas preoperacionales. Los lugares de muestreo serán seleccionados cerca de los puntos donde se espera la máxima actividad o depósito de radionucleídos, preferentemente en la dirección predominante del viento para descargas en aire o aguas abajo para descargas en ambientes acuáticos. Ya que las dispersiones en la atmósfera y en el agua pueden variar significativamente de año a año, una parte importante de las medidas de vigilancia debe realizarse en el mismo punto periódicamente para comparar los resultados. Muestreos y medidas adicionales deben realizarse regularmente en centros poblados vecinos y en suelos para cotejar estos resultados con las líneas de base determinadas antes de la puesta en operación de la instalación. Los alimentos agrícolas tales como verduras de hoja o leche deben ser controlados varias veces al año, o más frecuentemente en el caso de descargas de radionucleídos de vida media corta tal como los isótopos del iodo. El suelo y alimentos cosechados deben ser monitoreados una vez al año. Los constituyentes del monitoreo, frecuencia de muestreo y tipo de medidas que se pueden realizar se resumen en la Tabla 1.1. Esto debe considerarse sólo como un marco ya que programas específicos deben establecerse en base a los radionucleídos involucrados, sitios específicos y niveles de descargas. La elección de los alimentos dependerá de la agricultura local y de los hábitos de la población. Tabla 1.1: Constituyentes medioambientales monitoreados, frecuencia de muestreo y medidas para descargas normales de radionucleídos al ambiente. descarga constituyentes monitoreados frecuencia irradiación externa dosis gamma dosis gamma total dosis de neutrones (si se prevé) dosis de neutrones total (si se prevé) continuamente dos veces por año continuamente dos veces por año aire y depósitos aire lluvia depósitos suelo recolección continua, medida semanal o mensual recolección continua, medida mensual recolección continua, medida mensual una vez al año alimentos y/o ingestión transportado por aire vegetales de hoja otros vegetales y frutas granos leches carne agua bebible y/o subterránea cada mes durante la estación de crecimiento muestras seleccionadas durante la cosecha muestras seleccionadas durante la cosecha cada mes cuando las vacas están en pastura muestras seleccionadas, dos veces por año dos veces por año indicadores terrestres pasto líquenes, musgos, hongos una vez por mes cuando el ganado está en pastura muestras seleccionadas, una vez por año dispersión acuática agua de superficie sedimentos muestreo continuo, medida mensual una vez por año alimentos acuáticos transportado líquidos por peces mariscos muestras seleccionadas, una vez por año muestras seleccionadas, una vez por año indicadores acuáticos algas y esponjas marinas fauna y flora marina muestras seleccionadas, dos veces por año muestras seleccionadas, dos veces por año 1.4.2 Situaciones de emergencia El muestreo en situaciones de emergencia es difícil de planificar ya que las circunstancias pueden no estar completamente claras y por lo tanto se necesita alto grado de flexibilidad, especialmente en el monitoreo del medio ambiente. En estas situaciones, la posibilidad de comparar los resultados de las medidas ambientales con aquellas obtenidas a partir del control de la fuente es limitada, ya que la cantidad de material radioactivo liberado, especialmente durante la fase de descarga incontrolada, puede presentar gran incerteza. El monitoreo ambiental proveerá datos para basar las acciones necesarias para mitigar las consecuencias radiológicas. La mayoría de los datos de cantidades de radionucleídos aumentadas por liberaciones desde facilidades nucleares en emergencia pueden ser obtenidos a partir de medidas en tiempo real de las dosis y/o de las actividades total en el punto de descarga. Para evaluar las consecuencias radiológicas de un accidente también debe determinarse la composición de radionucleídos lo más rápido posible. En el caso de una descarga al aire, debe realizarse un control espectrométrico continuo de los filtros del sistema de ventilación y venteo para obtener información relacionada al contenido de iodo y a la composición de los aerosoles. Deben obtenerse datos sobre los niveles y la evolución temporal de concentración de radionucleídos en aire, suelo, plantas y alimentos para determinar las dosis recibidas por los grupos críticos para tomar decisiones de evacuación y acciones de protección. Los puntos de muestreo deben ser seleccionados tanto para dar un pantallazo general de la vecindad de la facilidad desde la cual se ha descargado material radioactivo accidentalmente, como de lugares alejados de la misma. En las etapas iniciales, el muestreo debe realizarse en todas las direcciones, con predominancia en la dirección principal del viento para descargas en aire o aguas abajo para descargas en sistemas acuáticos. Sin embargo, los puntos de muestreo deben ser definidos por la distribución espacial de la dosis en aire, focalizando el monitoreo en áreas de mayor contaminación, pero siempre teniendo en cuenta los usos del suelo. Tan pronto como la descarga y la lluvia radioactiva hayan terminado, el control debe enfocarse en alimentos y forrajes dentro de un corto período de tiempo. Las medidas de plantas después de la finalización del período de depósito darán información importante para estimar la actividad de ellas en el momento de su cosecha. El medio que debe considerarse, la frecuencia y los puntos de muestreo o medida se recopilan en la Tabla 1.2. Este resumen debe tomarse sólo como una recomendación ya que las características específicas de los programas de monitoreo deben establecerse considerando los radionucleídos involucrados, el sitio y los niveles de descarga. La intensidad y duración de las actividades de control serán determinadas en base a la severidad de la emergencia y el período de muestreo puede tomar desde unos pocos días hasta años, adaptando los programas de vigilancia a la situación real. Por ejemplo, la estación del año en la cual ocurre el accidente es muy importante en relación al programa de monitoreo ya que, dependiendo del período, algunos tipos de vegetación serán afectados por la contaminación de sus hojas, esto puedese reducir o incrementar la necesidad de monitoreo de alimentos. Durante estos períodos, las principales rutas que contribuyen a la exposición son los radionucleídos de vida media larga depositados en el suelo, la ingestión de comida contaminada por la absorción de raíces en los casos en que la contaminación con emisores sea relevante, inhalación de radón, actínidos o partículas de suelo contaminadas resuspendidas por el viento. Tabla 1.2: Monitoreo ambiental a ser realizado después de una emergencia. descarga constituyentes monitoreados frecuencia observaciones medidas durante el pasaje de la nube irradiación externa dosis gamma dosis de neutrones (si se prevé) continuamente continuamente cerca y lejos de la fuente, mapa de dosis externa aire aire lluvia recolección continua, medidas cerca y lejos de la fuente cada dos horas alimentos ingestión transportado aire por vegetales de hoja leches otros vegetales y frutas granos carne agua bebible y/o subterránea diariamente diariamente durante la cosecha durante la cosecha muestras representativas muestras representativas buen indicador para vegetales buen indicador para animales indicadores terrestres pasto líquenes, musgos, hongos diariamente durante la cosecha dispersión acuática agua de superficie sedimentos muestreo continuo, mensual, una vez por año después de la descarga restricción de áreas afectadas y cuerpos de agua dispersión acuática transportado líquidos por agua superficial sedimentos muestreo diarias, semanal continuo, medidas alimentos acuáticos peces mariscos muestras seleccionadas muestras seleccionadas indicadores acuáticos algas muestras seleccionadas Los niveles de radionucleídos obtenidos a partir de monitoreos en el ambiente y en comida han sido recopilados por la UNSCEAR. Los radionucleídos de mayor importancia en muestras alimenticias y ambientales contaminadas se presentan en la Tabla 1.3. Tabla 1.3: Principales radionucleídos en muestras alimenticias y ambientales contaminadas. tipo de muestra radionucleído 131 134 137 aire I, Cs, Cs 3 agua H, 89Sr, 90Sr, 131I, 134Cs, 137Cs 89 leche Sr, 90Sr, 131I, 134Cs, 137Cs 134 carne Cs, 137Cs 89 otros Sr, 90Sr, 131I, 134Cs, 137Cs 89 vegetación Sr, 90Sr, 95Zr, 95Nb, 103Ru, 106Ru, 131I, 134Cs, 137Cs, 141Ce, 144Ce 90 suelo Sr, 134Cs, 137Cs, 238Pu, 239+240Pu, 241Am, 242Cm Este grupo de radionucleídos está mayoritariamente relacionado con alimentos producidos en el suelo. Deben tenerse en cuenta también los procesos de bioacumulación que tienen lugar en los sistemas de agua dulce y marinos que pueden ser responsables de una rápida transferencia. Los radionucleídos que entran en estos sistemas pueden ser acumulados, en algunos casos, por el plancton y algas. Estos organismos sirven como comida de niveles tróficos superiores y así los radionucleídos se concentran en ostras, almejas y langostinos. Cuando se monitorean el agua dulce y la cadena alimentaria marina se deben determinar las actividades de 54 55 134 Fe, 59Fe, 60 Co, 65 Zn, 95 Zr, 95 Nb, 103 Ru, 106 Ru, 110m Ag, 125 Sb, 131 I, Mn, Cs, 137 Cs, 144Ce y algunos elementos transuránicos. Muchos otros radionucleídos pueden estar presentes en deshechos de accidentes y su contribución potencial a la exposición humana depende del tipo de accidente y de las circunstancias en las cuales ocurrió. De acuerdo a la IAEA los radionucleídos descargados en cada escenario son: i) Reactor de fusión con o sin falla contaminante Importantes el primer día: a. Radionucleídos con precursores gases nobles b. Radionucleídos volátiles c. Radionucleídos menos volátiles (partículas finas, aerosoles). Radionucleídos con vidas medias de 6 h o mayores: 97 Zr, 99Mo, 105 Rh, 109 Pd, 111 Ag, 112 Pd, 115 Cd, 121 Sn, 125 90 Y, Sn, 91 126 Sr, 93 Sb, 127 Y, 96 Sb, Nb, 131 I, 132 I, 131m 132 Te, Te, 133 135 I, I, 140 La, 143 143 Ce, 146 Pr, Ba, 147 149 Nd, 151 Pm, Pm, 153 Sm, 139Sm, 157Eu, 239Np. La presencia de altos niveles en alimentos y materiales medioambientales de Ce, Zr, Ru y elementos transuránicos indica la presencia de partículas calientes que pueden ser de especial importancia cuando se considera la exposición por inhalación y/o ingestión. Importantes la primera semana: a. Radionucleídos volátiles b. Radioucleídos menos volátiles o refractarios Radionucleídos con vidas medias del orden de 1 d o mayores: 86 90 124 Y, 91Y, 95Nb, 95Zr, 99Mo, 127 103 Ru, 105 Rh, 111 Ag, 112 Pd, 115 115m Cd, Cd, 121 Sn, Rh, Sb, 89 Sr, 125 Sn, Sb, 131I, 136Cs, 140Ba, 140La, 141Ce, 143Ce, 143Pr, 147Nd, 149Pm, 151Pm, 153Sm y 139Np. Importantes a largo plazo: 3 89 Sr, 124 Sb, 129 244 Cm. H, 90 I, 91 Sr, 134 Y, 137 Cs, ii) 93m 95 Nb, Cs, 141 Nb, Ce, 147 103 106 Ru, 160 Pm, 110m Ru, Tb, 238 Pu, 113m Ag, 239Pu 240 , Cd, Pu, 115m Cd, 241 Am, 123 I, 121m 241 Sn, Pu, 243 124 Sn, Am y Reactor de fusión con falla contaminante Importantes el primer día: 3 H, 139 88 Rb, 139 Cs, 89 Sr, Ba, 140 90 Sr, Ba y 90 140 Y, 91 91 Sr, Y, 103 Ru, 105 Ru, 106 Ru, 121 I, 134 I, 136 138 Cs, Cs, La. Importantes la primera semana: 3 H, 89Sr, 90Sr, 103Ru, 105Ru, 106Ru, 131I, 133I, 140Ba y 149La. Importantes a largo plazo: 3 H, 89Sr, 90Sr, 99Tc, 103Ru, 106Ru, 131I y 137Cs. iii) 90 Sr, 241 95 Nb, Descargas de una planta de reprocesamiento de combustible de Pu 95 Zr, 99 Tc, 103 Ru, 106 Ru, Pu, 242Cm, 242Pu, 243Am y 244Cm. 129 I, 134 Cs, 141 Ce, 144 Ce, 238 Pu, 239 Pu, 240 Pu, 241 Am, iv) 238 Descargas de una planta de fabricación de combustible de Pu Pu, 239Pu, 240Pu, 241Am, 241Pu y 242Pu. Otros eventos nucleares que pueden originar mayor emisión atmosférica de radionucleidos son accidentes en reactores de producción de alto flujo, destrucción de armas nucleares, entradas en la atmósfera de satélites propulsados por energía nuclear, accidentes en barcos y submarinos nucleares, etc. Cada uno de estos posibles accidentes puede descargar un único conjunto de radionucleídos, el cual debe ser considerado cuando se programan las capacidades analíticas de monitoreo. 1.4.2.1 Aviso temprano en situaciones de emergencia En el caso de una contaminación importante, el alerta temprano es esencial y en la mayoría de los casos la respuesta a la emergencia yace en modelos de pronóstico de dispersión y transporte. Estos últimos, basados en predicciones del clima y estimaciones de actividad en la fuente, pueden prever hacia donde viajará la nube y la concentración de niveles de radionucleídos esperados en un instante y un lugar específicos. Estos modelos están lejos de ser una herramienta perfecta, dado que un gran número de aspectos dan lugar a incertezas en los resultados y diferentes modelos pueden predecir distintas condiciones de dispersión. Esto lleva a que el monitoreo en tiempo real se torne indispensable para una respuesta inmediata. La radiación , asociada con material radioactivo emitido en un accidente puede ser detectada fácilmente. Muchos instrumentos miden las dosis originadas por la radiación a partir de niveles medioambientales, desde valores bien debajo de las dosis críticas hasta niveles extremadamente altos. Otra cuestión importante es la existencia de una red de monitoreo en tiempo real, es decir un conjunto de estaciones de medición situadas estratégicamente en regiones de interés, la cual no sólo depende de parámetros geográficos sino también de consideraciones políticas y económicas. Estas consideraciones son fáciles de poner en evidencia ya que al momento del accidente de Chernóbil, Austria tenía 336 estaciones situadas en un área de 83855 km2 mientras que en Suecia había en operación 25 estaciones en un área de 449964 km2. La combinación de medidas de dosis o niveles de actividad con parámetros meteorológicos vía sistemas de cómputo para contruir isolíneas de contaminación y pronósticos, son consideradas en la actualidad por los expertos no sólo como posibles sino también como absolutamente necesarias. Estos sistemas de monitoreo de instalaciones nucleares y empresas de tecnología deben satisfacer las siguientes funciones: - Registrar directamente la radiación en el medio ambiente alrededor de la instalación, con equipamiento conectado telefónicamente o por radio con una computadora central. Registrar los parámetros meteorológicos y disponer de una descripción matemática de la transferencia de radionucleídos en la atmósfera en tiempo real. Transmitir la información en tiempo real a los usuarios. Todas estas facilidades permiten obtener información confiable y útil bajo condiciones normales de trabajo y en caso de un aumento de emisión de radionucleídos alambiente para así alertar tempranamente. Después del accidente del reactor de Chernóbil en 1986, se establecieron redes de monitoreo a tiempo real para determinar los niveles de radiación en el medio ambiente en Japón y en los países miembros de la Comunidad Europea, así como también se incrementó el número de estaciones en los países donde ya existían. Los datos recopilados están compuestos de valores de tasa de dosis en aire debido a la radiación de las fuentes terrestres, cósmicas y artificiales a 1 m sobre el suelo. Actualmente se dispone de 100 estaciones para determinar radiación total. Esta red también cuenta con un sistema centralizado de recopilación de información creada para compatibilizar los datos provenientes de los distintos países, establecer líneas de base y, en caso de emergencias, tener un pronóstico de dispersión de largo rango mediante el modelado. Este concepto se basa en un multi-modelo de pronóstico de dispersión que consiste en el análisis de los resultados cualitativos y cuantitativos producidos por diversas herramientas de modelado para construir una imagen compuesta que incluye todas las contribuciones. La Tabla 1.4 recopila las características fundamentales de la red de monitoreo de la Comunidad Europea. Tabla 1.4: Red europea de monitoreo en tiempo real en 2006. país Alemania Austria Bélgica Bulgaria Croacia Dinamarca Eslovaquia Eslovenia España Estonia Finlandia Francia Gran Bretaña Grecia Holanda Hungría Irlanda Islandia Italia Letonia Lituania Luxemburgo Noruega Polonia Portugal República Checa Rumania Rusia Suecia Suiza promedio total estaciones estaciones /2500km2 2068 334 130 27 12 10 23 37 32 10 256 168 91 24 165 86 14 1 38 15 11 17 43 13 13 54 37 294 35 55 137 4151 14,48 9,96 10,65 0,61 0,53 0,58 1,18 4,56 0,16 0,55 1,90 0,77 0,93 0,45 9,93 2,31 0,50 0,02 0,32 0,58 0,42 16,43 0,33 0,10 0,35 1,71 0,39 0,04 0,19 3,33 2,82 período de medida 24 h 24 h 1h 10 min 30 min 1h 1h 30 min 10 min 1h 1h 10 min 1h 1h 10 min 1h 1h 15 min 1h 1h 1h 1h 10 min 1h 20 min 1h 24 h 10 min 15 min 1h 3h intervalo de transmisión (h) 24 24 1 24 6 2 1 1 24 3 1 12 1 24 1 1 1 2 24 2 1 1 1 2 24 1 24 24 24 1 9 1.4.3 Situaciones crónicas Cuanto más cercanas a los niveles de intervención sean las actividades en el medio ambiente de radionucleídos antropogénicos y TENORM, más prolongada será la vigilancia para asegurar que los niveles de acción no sean excedidos y que las acciones de remediación sean realizadas a tiempo. Debido a la vida media larga de algunos radionucleídos y al largo plazo de los procesos de transferencia, la disminución anual de los niveles de actividad o de las dosis puede ser relativamente pequeña. Con el propósito de tomar decisiones de remediación, el muestreo debe ser representativo en lo referido a las dosis de exposición del grupo crítico. Factores como la estación del año aumentan la resuspensión en períodos secos que pueden causar grandes fluctuaciones en los niveles de contaminación. Bajo estas condiciones relativamente constantes, la intensidad del monitoreo puede ser reducida en comparación con los de la situación de emergencia. El monitoreo debe ser más frecuente en áreas donde las condiciones de radiación están próximas a los niveles de intervención o acción. 1.5. Estrategia de medida Los requerimientos técnicos de los programas de vigilancia son la selección del medio, localización y frecuencia de medidas, selección del equipamiento para la detección de un tipo particular de radiación y rango de energías, niveles de detección máximos y mínimos de dosis o actividad, etc. El equipamiento debe ser elegido considerando el propósito para el cual va a ser utilizado. Deben ser también tenido en cuenta, los tipos de radionucleídos que podrían ser liberados desde una facilidad en condiciones normales o de emergencia. Por ejemplo, mientras que una planta nuclear puede liberar radionucleídos con vidas medias desde segundos hasta miles de años, las facilidades de producción de combustible liberan un conjunto menor de radionucleídos de vidas medias intermedias. Si los límites de descarga para una práctica están dados en términos de actividad total y/o total y no para radionucleídos específicos, la medida de la actividad de estos últimos en forma rutinaria no es necesaria. La Tabla 1.5 resume los procedimientos de muestreo y medidas para la determinación de diferentes parámetros que pueden ser importantes en diversos contextos. Tabla 1.5: Guía de cantidades a monitorear y tipo de medida. parámetro a ser medido muestreo/medida aplicación monitoreo de la fuente dosis gamma en la fuente gases en aire de descarga aerosol en aire de descarga actividad en agua de descarga dosis gamma sobre la superficie actividad en aerosoles en aires yodo en aire actividad en agua de lluvia actividad depositada actividad en suelos actividad en alimentos, aguas y sedimentos equipo fijo on-line de medida continua equipo fijo on-line de medida continua equipo on-line y/o muestreo, radionucleido específico, y total equipo on-line y/o muestreo, radionucleido específico, y total rutina, emergencia rutina, emergencia rutina, emergencia rutina, emergencia monitoreo ambiental monitoreos de campo, equipamiento fijo o móvil muestreo de filtros, nucleído específico muestreo específico en forma física o química muestreo en colector de lluvia, radionucleído específico espectroscopía in-situ, muestreo sobre disco, radionucleído específico espectroscopía in-situ, radionucleído específico muestreo de campo, radionucleído específico rutina, emergencia, crónica rutina, emergencia, crónica rutina, emergencia rutina, emergencia rutina, emergencia rutina, emergencia, crónica rutina, emergencia, crónica La frecuencia de muestreo dependerá de los ítems a ser medidos y de las variaciones en el tiempo de las actividades en el medio. Durante las prácticas y exposiciones crónicas, las fluctuaciones temporales son relativamente pequeñas, entonces la frecuencia puede ser baja. Los intervalos de tiempo entre medidas deben contemplar la vida media de los radionucleídos que son monitoreados. Si el intervalo de muestreo es largo en comparación con la vida media de los radionucleídos involucrados, estos pueden no ser detectados impidiendo que se cumplan los objetivos del monitoreo. Para medidas de bajos niveles de actividad en condiciones de operación o exposición crónica, la actividad mínima detectable del equipamiento y del método aplicado debe ser tal que permita la medida de niveles de actividades de radionucleídos que son sustancialmente bajos, uno o dos órdenes de magnitud menores que los niveles de intervención o de acción. Si los límites establecidos son menores que los niveles de fondo, una actividad mínima detectable que permita la medida de los niveles de radiación o actividad menor que el fondo es suficiente. Cuando los datos del monitoreo son utilizados para obtener la dosis anual para el grupo crítico, para verificar las dosis autorizadas en casos de prácticas o chequear niveles de intervención, el límite de detección del equipamiento debe ser seleccionado de modo tal que permita realizar medidas a niveles suficientemente menores que los valores de referencia establecidos, considerando las distintas rutas de exposición humana. Para cada ruta controlada es necesario asignar una fracción de la dosis de referencia, así la actividad mínima detectable debe ser tal que garantice la detección de las distintas contribuciones a las dosis. El equipamiento destinado para el uso en casos de emergencia debe ser capaz de medir niveles altos de radiación o concentraciones altas de nucleídos factibles de encontrar bajo condiciones severas de accidente. Este tipo de monitoreo debe ser capaz de proveer datos sobre los nucleídos más significativos desde el punto de vista radiológico, dado que los cambios detectados en tal situación son de vital importancia para la toma de decisiones. Debe tenerse en cuenta que los datos del monitoreo tienen asociadas incertezas que surgen de la precisión del instrumental, de la falta de representatividad de las muestras, de los errores de medición y humanos, de la variabilidad espacial y temporal de la magnitud a monitorear, de los procedimientos de muestreo, y de la estadística de conteo en el caso de niveles bajos de actividad. Estas incertezas no pueden ser eliminadas pero sí reducidas suficientemente por medio de procedimientos adecuados. Mientras que los errores de calibración pueden ser corregidos, no ocurre lo mismo con los del procedimiento de la preparación de las muestras. El almacenamiento de las muestras permite la repetición de las medidas que no son correctas. La representatividad del muestreo y/o de las medidas en campo pueden ser optimizadas por medio de un esquema apropiado y una intensificación de las mismas. Los errores humanos son difíciles de cuantificar. El stress y la sobrecarga de trabajo, especialmente en casos de emergencia, pueden dar lugar a errores humanos tales como mal almacenamiento de datos, pérdida de muestras, rotulado incorrecto, contaminación cruzada durante la preparación y contaminación de los aparatos de medida. Dado que muchos errores humanos pueden preverse y simularse, el entrenamiento del personal reduce su número y mantiene alta la calidad de los trabajos. Los métodos analíticos son variados y numerosos y pueden aplicarse a material particulado, gases, soluciones líquidas y materiales sólidos. Un resumen de los métodos que han sido efectivamente utilizados para el análisis de muestras ambientales se presenta en la Tabla 1.6. Las técnicas más recomendables se indican en la misma y la mayoría del equipamiento está disponible comercialmente. Para obtener los niveles de información para evaluar un impacto ambiental es necesaria una combinación de varias técnicas para medidas volumétricas y de partículas. Tabla 1.6: Técnicas analíticas recomendadas. (* técnicas analíticas recomendadas). método *espectroscopía de masa con acelerador *microtomografía iónica emisión de rayos x por inducción con partículas análisis con reacciones nucleares *espectroscopía de masa de hidrógeno *espectroscopía de gases nobles *espectroscopía de ionización térmica *espectorscopía *espectorscopía *espectorscopía espectroscopía con centelladores líquidos *sistemas de conteo de neutrones espectroscopía óptica de plasma de corriente directa *espectroscopía infrarroja espectroscopía raman cromatografía iónica espectroscopía inductiva de plasma acoplado *electroforesis capilar *cromatografía líquida de alta presión espectroscopía de masa cromatográfica de gas *espectroscopía de masa de iones atrapados espectroscopía de masa de cuadrupolo triple *fluorescencia de rayos X fluorescencia inducida por láser *microscopía electrónica de barrido con dispersión de energía microsonda electrónica aplicación Cl, 3H, 14C, 129I isótopos de U y del Pu, material particulado Ca y U muestras envejecidos con 3H D/H, HTO, reporcesamiento HT todos los isótopos de los gases nobles abundancia isotópica para Pb, Sr, Nd, U, Pu y actínidos radionucleídos radionucleídos radionucleídos radionucleídos radionucleídos impurezas metálicas en Pu aleaciones de Pu explosivos, resinas, tinturas trazas de compuestos orgánicos e inorgánicos, aniones niveles de traza de elementos con masas >40 abundancia isotópica, isótopos del Am y del U F-, Br-, Cl-, percloro, NO3-, NOexplosivos solventes orgánicos a nivel traza, compuestos orgánicos compuestos orgánicos en mezclas, freón, kerosene compuestos orgánicos a nivel ultratraza muestras no líquidas elementos de alto Z en matrices de bajo Z compuestos de actínidos y tierras raras topografía de partículas y exploración elemental análisis elemental y mapeo de partículas 36 *microsonda iónica *espectroscopía de fotolelectrónes difraccón de rayos X niveles elementales a nivel traza y relación isotópica elementos de bajo Z análisis estructural y de multicomponentes En principio, las técnicas radiométricas son las más apropiadas para radionucleídos de vida media corta, mientras que para los de vidas medias largas (100 años o más) técnicas basadas en espectroscopía de masa o activación de neutrones podrían resultar más sensibles (ver Tabla 1.7). Tabla 1.7: Técnicas recomendadas para el monitoreo ambiental. métodos de campo radionucleídos vida media larga (> 100 a) vida media corta (< 100 a) materiales inorgánicos materiales orgánicos detectores portables de NaI, Ge y sistemas montados en vehículos sistemas portables de fluorescencia de rayos X espectrómetro de movilidad iónica, espectrómetro de masa para gases, espectrómetro de masa de ionización a presión atmosférica, espectroscopía infrarroja de camino largo métodos de laboratorio radioquímica: espectroscopía centelladores, contadores proporcionales y Geiger- Müller, espectroscopía de masa con acelerador microtomografía iónica, espectroscopía inductiva de plasma acoplado, análisis con reacciones nucleares fluorescencia de rayos X, cromatografía iónica espectroscopía infrarroja de alta resolución, GC con ECD, NPD, FPD y LC-MS Otro método potencialmente útil para monitorear es el estudio de los bioacumuladores. Dentro de ellos se pueden incluir glándulas tiroideas para iodo, heces de herbívoros para actínidos depositados sobre pasto, hongos para 110m Ag, etc. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que el proceso de acumulación no está siempre bien entendido. Además de estos métodos, los musgos y líquenes recolectados cerca de los lugares de descarga pueden ser útiles para obtener información a largo plazo. Existen especies que pueden acumular un gran número de contaminantes pero también se ha observado que algunas son selectivas y acumulan elementos o radionucleídos específicos. 1.6. Interpretación de los resultados de monitoreo Los resultados de los programas de monitoreo son presentados en términos de niveles de radiación de las descargas y concentraciones de radionucleídos en los materiales descargados en el medio ambiente, dosis recibidas por los individuos del grupo crítico o en casos de emergencia dosis proyectadas para individuos del grupo crítico. Para llevar adelante una práctica, los datos de un programa de monitoreo deben ser usados para chequear y comparar las condiciones reales con los límites autorizados y valores de referencia tales como límites de descarga, límites ambientales, restricciones de dosis relacionadas con la fuente y con los individuos. En casos de emergencia, los datos del monitoreo en el medio ambiente, incluyendo alimentos, deben ser usados para tomar decisiones sobre acciones de protección sobre la base de la comparación de estos resultados con niveles de acción genéricos o específicos de concentración de radionucleídos en el medio ambiente, alimentos y dosis individuales de los miembros del grupo crítico. En situaciones de exposición crónica, los datos deberán ser usados para justificar acciones de remediación y optimizar las contramedidas de protección o remediación. A pesar de que los métodos y criterios de protección están aún bajo desarrollo, los resultados de los programas de monitoreo pueden ser también interpretados en términos de la dosis recibida por los organismos de la biota. Los resultados obtenidos también pueden ser empleados para detectar cambios en las condiciones de las fuentes, el medio ambiente y los individuos, para determinar tendencias a largo plazo de los niveles de actividad en el medio ambiente y para validar o actualizar modelos de transferencia de radionucleídos y de dosis en estudios pre-operacionales. Además, pueden ser utilizados como un medio de realizar un chequeo independiente en condiciones de operación de una determinada instalación y para detectar descargas no previstas, nuevas rutas de descargas o aumentos de los niveles de radiación. La interpretación de las variaciones observadas requiere de comparaciones con niveles históricos. Las suposiciones usadas por un operador para interpretar los resultados del monitoreo son una parte importante de la interpretación. Ésta debe estar documentada en una forma abierta y transparente. Deben estudiarse las clases de correlación entre los diferentes tipos de monitoreo, tales como monitoreos de la fuente y del medio ambiente, niveles de radiación y concentración de radionucleídos, medidas integradas y de radionucleídos particulares. 1.7. Estándares y criterios Los niveles de referencia y criterios de exposición pública a los que aquí se hacen referencia son estándares aceptados internacional, regional o nacionalmente. Los estándares aceptados internacionalmente establecidos por IAEA requieren que el promedio de dosis recibida por los miembros del grupo crítico atribuibles a prácticas no excedan el valor efectivo de 1 mSv/a. Los estándares regionales son aplicados localmente, por ejemplo, el establecido por la Comunidad Europea es aplicable sólo a los estados miembros. Los estándares nacionales pueden incluir niveles de dosis de referencia relacionados con las fuentes. Dentro de una práctica, los operadores son habilitados temporariamente a efectuar descargas inusuales. Otros límites de descarga tales como límites en períodos cortos pueden estar también incluidos en los permisos, de modo que deben realizarse monitoreos en las fuentes para asegurar que las descargas esténn debajo de estos límites. Normalmente deben realuizarse medidas integradas en el tiempo basadas en medidas o controles continuos para asegurar que no sean descargados deshechos no supervisados. Para pequeñas descargas de radionucleídos que no son radiológicamente significativas pueden ser aceptables valores promedios de los muestreos o medidas periódicas cuando no se prevén grandes variaciones en las descargas. De modo contrario, estas variaciones deben verificarse periódicamente. Procedimientos de cómo tener en cuenta medidas bajo los límites de detección deben realizarse claramente y sin ambigüedad. Las incertezas en las medidas de las descargas deben tenerse en cuenta en un modo conservativo para verificar su comparación con los límites de descarga establecidos. Los límites de descarga establecidos pueden incluir límites medioambientales tales como límites de radiación en compartimientos específicos del medio ambiente. Los datos del monitoreo deben usarse para asegurar que los niveles reales de radiación y las concentraciones de radionucleídos estén por debajo de estos límites. Cuando los resultados de un monitoreo ambiental relacionado con las vías de exposición humana están disponibles, pueden estimarse las dosis de los grupos críticos y así asegurar que las descargas y los niveles de radiación en prácticas normales realmente cumplen con los criterios de exposición del público. En el caso de una única fuente de descarga al medio ambiente, la dosis predicha debe ser comparada con las restricciones de dosis adecuadas, y en el caso de múltiples fuentes de descarga de radionucleídos, la dosis debe ser contrastada con el límite de 1 mSv/a. La dosis recibida por los individuos de una población debe ser derivada a partir de los resultados del monitoreo ambiental, teniendo en cuenta el fondo natural. Los niveles de fondo deben ser restados de los resultados de las medidas para obtener las dosis sólo debidas a las prácticas. El significado estadístico de datos sobre el límite de detección y medidas bajo el límite de detección pueden ser usados para determinar las dosis con los correspondientes incertezas. Las dosis relacionadas a la fuente pueden ser también derivadas de los resultados del monitoreo ambiental, restando la línea de base que incluya la radiación de fondo y la de otras fuentes. Tales dosis relacionadas a una fuente deben ser interpretadas cautelosamente ya que fracciones de radiación o concentraciones de radionucleídos que son atribuidos a otras fuentes pueden estar sujetas a grandes incertezas. En situaciones de exposiciones de emergencia, acciones de protección urgentes, incluyendo refugios, evacuaciones, profilaxis con iodo, etc., deben tomarse en base a las predicciones y modelado más que a los datos de monitoreo. Sin embargo, decisiones de cese de las acciones de protección urgentes y a largo término deben ser tomadas en base a los datos del monitoreo y al cálculo de dosis. Para tomar una decisión de acciones protectoras en un área en particular, deben determinarse los niveles de radiación promedio y/o concentraciones de actividad en alimentos, agua de bebida, cosechas y otros materiales relevantes. En base a estos datos preliminares de monitoreo, pueden identificarse áreas con niveles de contaminación relativamente uniformes, estableciéndose niveles de radiación y concentraciones de actividad medios. Estos niveles de acción son establecidos para un radionucleído en particular o grupo de radionucleídos, y deben obtenerse datos apropiados de monitoreo para compararlos con estos niveles. Debe confirmarse que se ha monitoreado cada radionucleído importante. 1.8. Estimación de las dosis y criterios para la exposición del público En una emergencia, los criterios de exposición del público para ser usados en decisiones bajo cualquier circunstancia, están basados en dosis absorbidas proyectadas a corto plazo (no más de dos días) o en dosis recibidas en órganos y tejidos comprometidos, es decir, cuerpo entero, médula ósea, pulmones, piel, glándula tiroidea, cristalino y gónadas. Otro criterio usado en decisiones sobre acciones de protección urgente está basado en las dosis equivalentes efectivas para los períodos posteriores a la descarga no mayores de dos días para permanencias en refugios, no más de dos semanas para evacuaciones y un mes para relocalización temporaria. Para la profilaxis con iodo debe evaluarse la dosis comprometida en la tiroides debida al radioiodo. La interpretación de los resultados del monitoreo de la fuente en términos de las dosis requiere del uso de modelos computacionales de evaluación que han sido desarrollados específicamente para condiciones de accidente. Debe notarse, sin embargo, que resultados adecuados de monitoreo de la fuente están rara vez disponibles en emergencias. La primera etapa de la interpretación de los datos del monitoreo de la fuente debe ser verificada adecuadamente, es decir que todos los radionucleídos descargados y emisiones han sido monitoreados, que los radionucleídos descargados puedan ser detectados adecuadamente por los sistemas de control y que las incertezas de los datos de monitoreo sean razonables. Los planes de emergencia deben incluir los límites superiores de los radionucleídos descargados en un accidente. Las dosis estimadas a partir de los resultados del monitoreo en la fuente deben ser evaluadas en términos de los criterios de exposición del público generalmente mediante mapas de isodosis, para así determinar si deben implementarse acciones de protección. En casos de emergencia, los resultados del monitoreo ambiental deben ser usados intensivamente para evaluar dosis proyectadas y evitables, internas y externas, ya que su interpretación es directa y no requiere de suposiciones que pueden ser irreales. Las medidas de radiación externa en las primeras fases de un accidente pueden ser usadas como un único dato de entrada de modelos computacionales para evaluar la dosis absorbida proyectada sobre dos días en órganos y tejidos y en conjunción con muestreos atmosféricos apropiados durante la fase de descarga. En la fase de descarga del accidente, la dosis de radiación externa incluye la contribución de la pluma. En la fase posterior, las dosis son atribuibles principalmente a los depósitos sobre el suelo. Cerca de la instalación, estas medidas pueden incluir la contribución de la radiación de la fuente. Los datos de los radionucleídos en aire a nivel del suelo obtenidos por un monitoreo de la atmósfera durante las fases de descarga y postdescarga, pueden ser usados como única entrada en los modelos para estimar las dosis absorbidas por inhalación, así como las dosis equivalentes efectivas proyectadas y evitables. Estas dosis estimadas deben ser sumadas a las correspondientes dosis externas proyectadas y evitables para períodos cortos. La dosis total (externa + inhalación) debe ser comparada con los criterios de exposición para determinar si son recomendados refugios, evacuación o relocalización temporaria. Dado que las medidas de radiación externa son económicas y generalmente realizadas en grandes áreas, pueden interpretarse para definir cuáles son las medidas de protección necesarias. Ya que la relocalización temporaria puede involucrar gran número de individuos y períodos de tiempo largos, deben obtenerse grandes conjuntos de datos ambientales que conduzcan a una estadística adecuada. Los conjuntos de datos y el uso de modelos específicos permiten reducir sustancialmente las incertezas. Por ejemplo, los datos de muestreo de I en aire durante la fase de descarga deben ser usados para evaluar la dosis evitable en la tiroides de los habitantes de una zona afectada particular y comparar estas dosis con los criterios de profilaxis con I. En casos de emergencia, cuando puede esperarse la ocurrencia de efectos adversos para la salud debido a la exposición a la radiación, los datos del monitoreo individual de exposición interna y externa deben usarse para especificar los niveles de exposición humana para evitar subestimaciones de dosis. A pesar de que los métodos de monitoreo individual son sofisticados y caros, proveen información que puede ser usada para validar métodos de evaluación de dosis basados en el monitoreo de la fuente y del medio ambiente. Los mismos, propiamente calibrados y con las incertezas inherentes tenidas en cuenta, suministran los datos más precisos para la evaluación de dosis por medio de la comparación con la dosis externa para períodos particulares y/o la actividad de radionucleídos en todo el cuerpo. Si se identifican discrepancias sistemáticas, deben introducirse factores de corrección adecuados en los modelos de evaluación de dosis. Debe tenerse particular cuidado en no subestimar las dosis en emergencias ya que la implementación de acciones de protección, especialmente las evacuaciones, dependen de estos datos. En el caso de condiciones crónicas de exposición, se han establecido criterios de dosis específicos y/o genéricos y niveles de acción para contenidos de radionucleídos en alimentos y agua de bebida. A nivel internacional, el ICRP ha recomendado como criterio de dosis genérico, por encima del cual son necesarias acciones de remediación, un valor de 10 mSv/a para los miembros del grupo crítico para todas las contribuciones ambientales, naturales y antropogénicas. En algunos países, especialmente aquellos afectados con contaminación radioactiva importante, son establecidos nacionalmente niveles de intervención de dosis o niveles de acción que pueden ser atribuidos a condiciones específicas, así como los niveles de acción para radionucleídos en alimentos. Dado que la exposición de largo término del público cambia lentamente con el tiempo, la evaluación de la dosis de los miembros del grupo crítico debe estar basada en los datos de monitoreo más recientes en combinación con los modelos, realistas, más que un modelo de exploración. Los resultados de determinaciones de radionucleídos en grandes lotes de alimentos deben ser comparados inmediatamente con los niveles específicos o genéricos de acción, siempre teniendo en cuenta las incertezas del muestreo y de las medidas. En estos casos, no hay generalmente peligro de efectos sobre la salud, y por lo tanto deben emplearse métodos de evaluación de dosis basados en estimaciones. Los resultados de un monitoreo individual de habitantes que están sujetos a exposición crónica pueden ser usados para la identificación inmediata de grupos críticos por medio de una comparación directa de valores medios monitoreados en diferentes grupos seleccionados de acuerdo a edad, género, ocupación y hábitos alimenticios. Los beneficios en términos de reducciones en dosis que son esperados de acciones de remediación son derivados usando factores de descontaminación obtenidos por experimentos locales u otras fuentes de información. Una vez que las contramedidas han sido tomadas, los monitoreos realizados antes y después de las acciones confirmarán la efectividad de las mismas tomadas. 1.9. Principios y niveles de intervención Durante las décadas pasadas se ha realizado considerable esfuerzo en el desarrollo de principios reconocidos internacionalmente para la toma de decisiones de medidas de protección posteriores a accidentes que involucran material radioactivo, y en la provisión de niveles guía para la aplicación de estos principios. Estas medidas han sido elaboradas conjuntamente por la IAEA, la Organización Mundial de la Salud, la Organización Mundial de Alimentos y Agricultura, la Agencia de Energía Nuclear de la Organización para la Cooperación Económica y Desarrollo y el ICRP. En este marco, tres principios se han acordado como base para la intervención: i) ii) iii) Como primera prioridad, debe conducirse una intervención rápida para evitar efectos inmediatos sobre la salud. Deben iniciarse acciones de protección que produzcan mayor beneficio que perjuicio, para evitar efectos retardados sobre la salud. Estas acciones deben introducirse y retraerse a niveles que produzcan el máximo beneficio. Junto con estos principios se han acordado niveles de intervención genéricos para respuestas a situaciones de emergencia los cuales se listan en la Tabla 1.8. Tabla 1.8: Niveles genéricos de intervención. acción refugio profilaxis con iodo evacuación nivel genérico de intervención 10 mSv por un período de no más de dos días 100 mGy de dosis comprometida absorbida por la tiroides 50mSv por un período no mayor que una semana radionucleído 134 Cs, 137Cs, 103Ru, 106Ru, 89Sr 131 I 90 Sr 241 Am, 238Pu, 239Pu niveles de acción genéricos para alimentos para consumo general (kBq/kg) leche, alimentos para niños y agua de bebida (kBq/kg) 1 1 1 0,1 0,1 0,1 0,01 0,001 acción inicio de la recolección temporaria finalización de la recolección temporaria consideración de reasentamiento definitivo acciones a largo plazo nivel genérico de intervención 30 mSv en un mes 10 mSv en un mes 1 Sv en una vida media Bibliografía Cooper J. R., Randle K., Sokhi R. S., Radioactive Releases in the Environment. Impact and Assessment, John Wiley & Sons (2003). Valkovic V., Radioactivity in the environment. 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