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MAPA Y ESTRATEGIAS
RECIENTES DE LA
IZQUIERDA SUBVERSIVA
La actual situación política que vive el país hace necesario
conocer con mayor profundidad los grupos violentistas que con su
accionar persiguen como objetivo fundamental el rompimiento de
nuestro sistema democrático.
Es por ello que el presente informe presenta una descripción
de las diferentes organizaciones de la izquierda subversiva que hoy
están actuando: el Movimiento de Izquierda Revolucionario, el
Frente Patriótico Manuel Rodríguez, y el Mapu Lautaro. Se
describe para cada uno de ellos sus posturas frente a la
transición, sus diferentes fracciones y procesos de escisión, como
asimismo sus estrategias durante el primer año de gobierno de la
Concertación. Del mismo modo, se incluye un análisis del
Partido Comunista, su relación con los grupos subversivos y su
postura ambigua frente al extremismo.
2
a actual coyuntura política hace necesario conocer con mayor
profundidad los grupos violentistas que existen en el país y que persiguen
como objetivo fundamental el rompimiento de nuestro sistema democrático.
Es por ello que el presente informe presenta una descripción de las diferentes
organizaciones de la izquierda subversiva que hoy están actuando. Se
describe para cada una de ellas sus posturas frente a la transición, como
asimismo sus estrategias durante el primer año de gobierno de la
Concertación.
1.- LOS GRUPOS SUBVERSIVOS Y SUS PLANTEAMIENTOS
ANTE LA TRANSICIÓN POLÍTICA
a.
Movimiento de Izquierda Revolucionaria
Como se hará en cada uno de los grupos antisistémicos en análisis, se
partirá con una descripción de los objetivos y metodologías del MIR
prevalecientes durante el Gobierno Militar.
Tanto en el periodo anterior a 1973 como en el posterior, este actor
tiene una estructura similar a toda organización marxista tradicional que
aplica el principio leninista del "centralismo democrático". Es decir, su
organización de base es celular y compartimentada. En su cúpula está el
Comité Central y a la cabeza de éste, el Secretariado Nacional (órgano
ejecutivo del Movimiento) que cuenta con el apoyo de la Comisión Política.
Encabeza el Secretariado Nacional, él Secretario Nacional, que en la nomenclatura de las organizaciones marxistas clásicas, es el cargo de mayor
relevancia partidaria.
El objetivo global del MIR en la etapa en análisis será enfrentar al
Gobierno Militar mediante acciones de tipo armado con miras a la formación
de un ejército paralelo, cuestión que nunca llegó siquiera a una etapa
germinal. La mantención de sus metas sólo tendrá en esta etapa el valor
simbólico de reafirmar su identidad como un actor político para el cual la
insurrección es el método de acceso al poder.
Durante el Gobierno Militar y hasta su división, el MIR actuaba en
3
cuatro planos diferentes:
a.
Las acciones armadas, encargadas a "brigadas de combatientes";
b.
El trabajo de masas, particularmente en el sector poblacional;
c.
El trabajo político, que lleva al MIR a incorporarse en 1983 al
Movimiento Democrático Popular junto a comunistas y socialistas de
Almeyda; y
d.
El Trabajo Juvenil, a cargo de la Juventud Rebelde Miguel Enríquez
con proyección en el plano universitario.
En la etapa de apertura del Gobierno Militar, es decir, en la transición,
el MIR desarrolla una línea diseñada por Andrés Pascal Allende a fines de
1982 en el documento "El Manejo de la Táctica Política"; allí se plantea
recuperar la iniciativa insurreccional con miras al derrocamiento del régimen
militar y al establecimiento de una sociedad socialista. El dirigente formula
"leyes de una estrategia revolucionaria", que son diversas fases que el
movimiento se propone recorrer hasta la obtención de su objetivo.
La primera fase es de acumulación de fuerzas, que consiste en
aprovechar los factores y las consecuencias de la crisis económica para
posibilitar el surgimiento de una fuerza social rupturista a partir de la cual se
reafirme "la vanguardia política", es decir, ellos como grupo. La segunda
fase es llamada de ofensiva táctica, en ella la fuerza social revolucionaria y
la vanguardia política van "probando" la resistencia que es capaz de ofrecer
el sistema. Es una fase que se da "en condiciones de una correlación de
fuerzas desfavorables". La tercera fase es llamada de equilibrio estratégico
y ofensiva estratégica, donde es necesario producir una crisis nacional, la
cual es demostración del equilibrio estratégico entre el sistema y las fuerzas
de resistencia. La labor de la vanguardia es transformar esa crisis nacional
en crisis revolucionaria, creando un terreno apto para empezar a desarrollar
la insurrección. La cuarta fase consiste en el asalto y toma del poder
como culminación del proceso insurreccional. Aquí se establece un
gobierno revolucionario. Pascal agrega una quinta fase que denomina la
consolidación del Poder Proletario, en que se inician las reformas
socialistas(1).
En concreto, el MIR no pasó de la segunda fase, y en un contexto de
3
las protestas y movilizaciones sociales de los años 1983 y 1984, el país bien
pudo ser situado en los inicios de la tercera fase, sin llegar a plantearse nunca
la existencia de un clima de ingobernabilidad que diera base al desarrollo de
políticas insurreccionales generalizadas.
En 1984, el MIR da a conocer una propuesta donde señala que su
estrategia insurreccional es la Guerra Popular, con lo cual está reiterando
que su oposición es el sistema, aún cuando coyunturalmente se oponga al
Gobierno Militar. Dice: "Entendemos esta guerra popular como el desarrollo combinado de todas las formas de lucha de masas, desde el empleo de
la no violencia activa, pasando por la movilización directa y rupturista, hasta
el desarrollo de la lucha violenta y armada"(2).
Ese mismo año, Andrés Pascal, dejará las cosas más claras: no basta
con derrocar a Pinochet, sino que la meta es la construcción del socialismo.
"Nosotros definimos el carácter de la revolución proletaria y popular como
un proceso ininterrumpido de democratización hacia el socialismo, que tiene
como condición el acceso al poder"(3). En 1985, en una entrevista, revelará
cómo se había materializado la estrategia subversiva: "Hemos extendido y
desarrollado bastante las acciones de sabotaje contra líneas férreas. Hay
varias decenas de descarrilamiento de trenes. Hemos realizado acciones
contra la energía eléctrica y echado abajo una buena cantidad de torres de alta
tensión. Hemos efectuado también acciones de castigo a agentes represivos. Realizamos acciones de emboscada. También hemos realizado
acciones de hostigamiento contra cuarteles policiales"(4).
En 1986 el MIR entra en crisis. Surgen dos tendencias, una que
persistía en la vía armada (después se dividirá) y otra que creía llegada la hora
de abandonar esa línea para incorporarse al trabajo político.
Por un lado se decía: "Nuestra política consiste en el impulso de la
movilización más amplia combinada con la lucha ofensiva y rupturista de
masas, apoyada y conducida por el accionar político y militar de las
vanguardias en el marco de un proceso ascendente de sublevación de masas
y de alzamiento popular"(5). Por otro, se sostenía que "la lucha armada debe
estar subordinada a la cuestión política"(6).
2
3
Ibidem
Pascal, Andrés: "Pinochet no es el único culpable", revista APSI, 9 octubre 1984.
Pascal, Andrés: entrevista al diario "El Mercurio" de Santiago, 9 agosto 1985.
5
Véase reportaje "Conversemos con el MIR en la clandestinidad", en revista CAUCE, 23 junio 1986. 6
6
Véase reportaje "A fondo con el FPMR" en diario "Fortín Mapocho", 23 diciembre 1985.
4
4
El sector del MIR que en 1986-1987 persistió en la vía armada se
dividiría luego en la corriente de Andrés Pascal (MIR Histórico) y la de
Hernán Aguiló (MIR Comisión Militar). El MIR Renovación que dejó la vía
armada entró de lleno a la sección política, formando parte del PAÍS en 1989,
llevando sus propios candidatos a diputados.
El problema de la división, sumado al problema del aislamiento del
MIR de lo que era su base social, hará que su perfil como grupo subversivo
baje considerablemente a partir de 1987.
b.
El Frente Manuel Rodríguez
Lo primero que interesa demostrar es la vinculación entre el Frente
Manuel Rodríguez y el Partido Comunista, que este último ha negado
reiteradamente. Desde 1980, el PC desarrolla la estrategia de Rebelión
Popular que en el Gobierno Militar lo colocó en una posición abiertamente
insurreccional. En 1982, dentro de esta estrategia, anuncia la creación del
Frente Manuel Rodríguez con un año de anticipación en relación a la fecha
en que éste hiciera su aparición pública.
Su planteamiento es: "La fuerza militar propia no opera como una
fuerza dentro del partido, sino que desde fuera de él, como una organización
militar orgánicamente independiente, a la que se integra parte del partido, aunque siempre bajo la dirección político-militar del partido"(7).
Aquí radica la vinculación del Partido Comunista con el Frente Manuel
Rodríguez en cuanto el primero es quién crea al segundo. A mayor
abundamiento, en el Informe del Secretario General al Pleno de enero de
1985 se reconoce explícitamente su vinculación con el Frente cuando plantea
que es necesario promover el crecimiento de las Milicias Rodriguistas "de
consolidarlas, pensar en su posible estructura, dirección, instrucción y
apertrechamiento, así como en el papel que se les asigne en la lucha de masas.
Las células del partido deben impulsar el crecimiento de las Milicias
Rodriguistas, invitando a aquellos luchadores independientes, sobre todo a
los jóvenes en las poblaciones, universidades e industrias a incorporarse a
ellas"(8).
El Frente Manuel Rodríguez como tal aparece en diciembre de 1983.
En noviembre de 1984 da a conocer su "Primer Manifiesto Rodriguista al
7
González, Camilo: "Lo militar en la política del partido", en revista "Principios" enero/febrero
1982.
8
5
Partido Comunista: "Informe al Pleno del Comité Central", Santiago, mimeo, enero 1985.
Pueblo de Chile". Se plantea el objetivo de derrocar al Gobierno Militar,
afirmando que "la violencia del pueblo es legítima". Tras el objetivo del
derrocamiento "hay que emplear todas las modalidades de combate, incluidas aquellas que transitan por el camino de la violencia ... El FMR ha
concluido que a este régimen sólo se le enfrenta eficientemente y que se le
derrota haciendo uso de todas las formas de lucha, incluida la armada. Para
ello precisamente se ha constituido nuestro Frente, para conducir
militarmente al pueblo en su lucha, hasta la victoria final"(9).
La estructura del Frente está compuesta por destacamentos que
actúan en zonas determinadas, que se dividen en grupos operacionales, cada
uno de los cuales conoce lo que le compete. Su estructura es militarizada. En
la base de la estructura están las Milicias Rodriguistas. Cumplida la fase de
militancia en ellas es posible incorporarse al nivel militar donde se parte de
"combatiente". Los jefes de destacamentos son "tenientes" en la nomenclatura interna, los jefes de zona son "capitanes", hasta llegar a una Comandancia de doce miembros, de los cuales cinco son comandantes superiores.
En 1986, año calificado como "decisivo" por el Frente y por el Partido
Comunista, el actor que nos preocupa se decide a impulsar la sublevación
nacional. En esta línea se inscriben tanto la internación de armas de Carrizal
Bajo, como el atentado contra el ex Presidente Pinochet. Justificando lo
primero dirán: "Se necesita contar con los medios materiales suficientes que
permitan obtener cuadros de nivel técnico elevado. La internación de
materiales hacia el terreno operativo es parte de la lucha política expresada
en el terreno militar y no constituye nada nuevo en las luchas del pueblo"(10).
En cuanto al atentado en contra del general Pinochet se perseguía un
objetivo político claro: generar una sensación de vacío de poder que fuese
capaz de desarrollar climas de ingobernabilidad que favorecieran el impulso
a la insurrección. Un dirigente del Frente plantea: "Era una oportunidad
para desatar al conjunto de fuerzas sociales, políticas y militares en este
proceso de creciente alzamiento, de rebelión, de sublevación del pueblo"(11). A
diferencia de quien planifica un homicidio, donde el fin es la muerte de la
persona, aquí lo central es el objetivo político, para lo cual la muerte del
general Pinochet era un medio necesario en su cumplimiento.
Con posterioridad al fracaso de 1986, el Partido Comunista comienza
9
FMR : "Manuel cabalga de nuevo", Santiago, Ediciones Tercer Aniversario, 1986, p. 162.
110
Buschman, Sergio et al: "Declaración Pública", Santiago, mime, 1986.
11
6
FMR: op. ciL, p. 124
a revisar su línea insurreccional, lo que acarrea la división del Frente en 1987,
en un sector tradicional que seguirá la línea del partido y en un sector
autónomo que diseñará sus propias políticas. En adelante nos referiremos
sólo a este último.
En el tiempo electoral el Frente Autónomo persiste en su opción
insurreccional. Cuestiona la participación de la oposición al Gobierno
Militar en el plebiscito de 1988. Producido el triunfo opositor, el Frente no
se desmoviliza. Por el contrario, insiste en la vía armada con el asalto al retén
de Los Queñes, donde mueren sus dos jefes máximos. El Frente había
intentado poner en práctica una suerte de "guerrilla rural", por cuanto junto
a lo del mencionado retén hay que agregar el asalto al retén de Pichipellehuén
en Traiguén.
Las acciones anteriores se insertaban en el nuevo planteamiento
estratégico: la Guerra Patriótica Nacional que el Frente da a conocer en
junio de 1988 en su periódico oficial "El Rodriguista". Es definida como "un
proceso durante el cual y ante el agotamiento de la política cupular se
integrarán sectores cada vez más amplios de la población al combate
frontal contra el régimen ... La concebimos como un proceso de innumerables formas de enfrentamiento con la dictadura, como una expresión de ofensiva permanente"(12). En ella tienen cabida huelgas, protestas y
lucha callejera, alternados con periodos de relativa tranquilidad.
La Guerra Patriótica Nacional significa un reacomodo del Frente a las
nuevas condiciones políticas que el país comienza a vivir por ese entonces.
Se habla más de régimen que de gobierno. Es para el Frente su propia
transición de una lucha contra el Gobierno Militar a una lucha contra el
sistema. La forma particular que inicialmente adoptó con acciones de
guerrilla rural fue dejada de lado. El costo humano y político de Los Queñes
fue demasiado alto para el Frente. Eso se evidenciará en el curso de 1989 y
1990: sus atentados serán focalizados hacia carabineros y posteriormente
hacia personeros que estuvieron vinculados a organismos de seguridad o que,
a juicio del Frente, son responsables globales de violaciones de derechos
humanos "caso del general Leigh".
c.
El MAPU Lautaro
Los primeros antecedentes de este grupo datan de una división del
12)
Rojas, Camilo: "Nuestra línea político-militar. La guerra patriótica en todo el territorio nacional",
revista "El Rodriguista", Santiago, junio 1988.
7
Mapu en 1983, partido que asume la tesis de la renovación socialista.
Sufriendo la escisión de su ala más radicalizada, un grupo político que, luego
de organizarse como tal, hace una clara opción por la violencia como
metodología política.
En enero de 1985 la Comisión Política del MAPU Lautaro da a
conocer sus lineamientos centrales. Es el movimiento que más se ocupa de
trabajar la internalización de lo paramilitar en sectores de la población,
proyectado en el largo plazo. Por esos días, se decía que su concepción
militar está basada en "la idea de un pueblo en armas', en que el poder de
fuego "está constituido fundamentalmente por la multiplicidad del armamento casero", lo que lo convierte en "un poder de fuego efectivo en lo que
es la operación fundamentalmente urbana, que le da alta contundencia a lo
que es el combate de masas, que no adquiere la forma de un ejército
regular, en el sentido tradicional". Al estilo de la guerrilla vietnamita, el
combatiente se desenvuelve normalmente en su quehacer cotidiano y a la vez
ejecuta acciones armadas: "Es un pueblo que junto con sobrevivir y
trabajar, hace la guerra. Dentro de este pueblo, se va instalando una
segunda capacidad específica que es lo que llamamos la fuerza guerrillera de carácter irregular"(13).
En cuanto a su estructura se puede afirmar que operan a través de un
"Complejo Partidario", compuesto por tres frentes:
a.
El Partido MAPU Lautaro, con pretensión de ser la expresión política
del movimiento, además de ser la instancia coordinadora de las
diversas expresiones de aquel complejo;
b.
El Movimiento Juvenil Lautaro (MJL), estructurado en torno a bri
gadas "que se forman en los frentes naturales donde hay jóvenes,
poblaciones, liceos, fábricas, etc. que desarrollan la política de tomarse
y ejercer los derechos en todos los planos";
c.
Las Fuerzas Rebeldes y Populares Lautaro (FRPL); "allí se ubican las
estructuras y combatientes que se dedican de una manera más espe
cializada al desarrollo de nuestra política militar"(14).
com
1) 13
14
8
Hasta marzo de 1990 es un grupo que no alcanza mayor notoriedad
riedad, sí lo logrará con posterioridad a la llegada del Gobierno
Carvajal, Diego: "Luchamos por Chile popular", sin pie de imprenta, 1985, p. 25
Carvajal, Diego: "La toma de lo cotidiano", sin pie de imprenta, 1990, p. 18.
como sí lo logrará con posterioridad a la llegada del Gobierno Democrático.
La primera de sus acciones que llamó la atención pública fue su participación
en los incidentes del Parque O'Higgins durante la visita de Juan Pablo II.
En suma, dejan muy en claro que su oposición al Gobierno Militar es
coyuntural: "Nosotros afirmamos que lo que hoy día está pasando es mucho
más que una crisis de coyuntura. Decimos que aquí estamos frente a una
crisis del sistema. Es la vieja crisis del capitalismo que hoy ha adquirido una
nueva forma histórica". En ella las fases de la lucha insurreccional son tres.
Primero, una fase de "desgaste político, ideológico y también físico';
segundo, una dinámica de enfrentamiento "que es el desarrollo creciente de
la actividad insurreccional de masas" y tercero, es la guerra o enfrentamiento
global "donde se trata de hacerle la guerra al enemigo de manera radical,
ininterrumpida y en todo el país"(15).
2.
LOS GRUPOS SUBVERSIVOS Y SUS PLANTEAMIENTOS
ANTE LA CONSOLIDACIÓN POLÍTICA. EL PRIMER AÑO DE
GOBIERNO DE AYLWIN
a.
Las diversas fracciones del MIR y su replanteamiento ante la vía
armada
Como ya se dijera el MIR se encuentra dividido en tres fracciones: el
MIR Renovación que ha hecho expreso abandono de la vía armada: el MIR
Histórico que no habiendo renunciado expresamente a la vía armada, no la
tiene contemplada en su actual agenda y tiene su objetivo centrado en la
recomposición de la izquierda radicalizada: y el MIR Comisión Militar que
sí mantiene vigente la opción armada.
En 1986-87 se producen las divisiones del MIR que darán origen
primero al Mir Histórico y al MIR Renovación y, a los pocos meses, a la
aparición del MIR Comisión Militar. Sin embargo, el fraccionamiento no
termina allí y ha proseguido hasta el presente.
En la corriente Pascal, que pasó a ser conocida como MIR Histórico,
siguieron las deserciones. En agosto de 1988, el propio Pascal deja la
Secretaria General al realizarse un Congreso de este grupo, donde se
revalidan las tesis tradicionales del movimiento, es decir, un partido político-
15
9
Carvajal, Diego: "Luchamos por Chile popular", op. cit., p. 23
militar, que asume la estrategia de la guerra revolucionaria, apuntando a la
realización de la revolución proletaria. Para suceder a Pascal se conforma
una dirección colectiva y clandestina, cuyo vocero e, por ese entonces, el
sacerdote Rafael Maroto. En marzo de 1991, el MIR Histórico se vuelve a
quebrar debido a que militantes de la primera hora se muestran disconformes
con el estilo de conducción que habían impreso al movimiento los
miembros de la dirección, todos ellos de una generación joven. El nuevo
núcleo se congrega en torno a la revista "Punto Final" y su vocero en los
hechos es su director, Manuel Cabieses.
En cuanto al MIR Renovación o Político, también tiene divisiones. En
1990, instalado el gobierno de Aylwin y con miras a la realización del
Congreso de esta fracción se plantearon básicamente tres tendencias runa,
encabezada por Alvaro Erazo que plantea derechamente la superación del
MIR como entidad política. Otra liderada por Roberto Moreno y representativa de la dirección se muestra partidario de enfatizar la renovación del
Movimiento para insertarse en una recomposición de alianzas al interior de
la izquierda. Una tercera, finalmente, encabezada por Carlos Lafferte y por
el ex candidato a diputado, Luciano Vejar, que plantea la reunificación del
MIR sobre la base de sus contenidos y caracterizaciones históricas, lo que
equivale a retomar los contenidos insurreccionales.
La expresión de estas tendencias signficarán nuevas divisiones y
decantaciones que se producirán en los primeros meses del presente año. La
corriente de Erazo se separa del MIR Renovación y se incorpora al Partido
Socialista. Por su parte, la corriente de Lafferte y Vejar conforman el grupo
denominado "Dirección Nacional Provisoria del MIR en Reconstrucción"
que llama a construir "un Frente Político de izquierda clasista y revolucionario que se ponga por sobre la legalidad vigente, para lo cual debe avanzarse
en un proceso de acumulación de fuerza social, política y militar". Esta
fracción era minoritaria en el seno de la Dirección del MIR Renovación, pero
tenía seguidores en la base.
La corriente de Moreno es la que termina realizando el Congreso en
marzo de 1991, donde se elige como Coordinador a Nelson Gutiérrez. Allí
se reitera el rechazo a la opción armada y la búsqueda de una inserción en el
sistema político. Un dirigente suyo sostiene respecto de la vía armada que "la
extrema izquierda no tiene fuerza para desestabilizar ni al gobierno ni al
proceso democrático, pero su accionar puede permitir que los militares
crecientemente se vayan haciendo cargo del país. O sea puede facilitar que
el proceso de transición se haga a la derecha". De paso responsabiliza al
gobierno de Aylwin de la persistencia del violentismo político: "En la medida
10
en que el gobierno no ha permitido ni ha abierto canales de participación
popular y, además se hace eco del exclusionismo, deja espacio para que el
extremismo se manifieste de esta manera. Los grupos militaristas se retroalimentan de estas acciones"(16)En junio de 1990, el MIR Comisión Militar realiza un Congreso, planteando que "el partido es un instrumento para la guerra. Se organiza para la
guerra popular en Chile y define su carácter como organización políticomilitar". Están en una etapa de "acumulación de fuerzas" para "el desarrollo
del poder armado y militar del pueblo"(17).
En cuanto al MIR Renovación o Político, hay que advertir que el
abandono de la opción armada puede ser interpretado como instrumental, al
tenor de las declaraciones del dirigente Martín Hernández, quien ha afirmado: "Tenemos claro que cuando en Chile se abra un nuevo período de
revolución, las fuerzas populares crezcan y logren nuevamente el control del
gobierno, habrá unas Fuerzas Armadas permanentemente dispuestas a desconocer esa voluntad popular. En ese período va a haber que enfrentar,
nuevamente, igual como lo planteábamos en los sesenta, la necesidad de
las tareas militares". Luego agrega, a modo de pronóstico: "No sabemos
cuando, pero en este país la necesidad de la revolución volverá a ponerse
a la orden del día, como problema inmediato"(18)
b.
Las fracciones del FMR durante el gobierno de Aylwin
Consideremos brevemente al FMR Tradicional que sigue vinculado
al Partido Comunista. Este grupo no desarrolla a la fecha una actividad
violentista, siguiendo las directrices del partido, pero, al igual que aquel
estima que es una opción que no puede ser dejada de lado de manera
definitiva. Su vocero, Alfredo Malbrich, dice: "No somos partidarios de
hacernos justicia por nuestra propia mano. Pensamos que es responsabilidad
del proceso de transición y, por lo tanto, de los que están en el gobierno
cumplir el compromiso que asumieron de hacer justicia".
De igual forma critica al Frente Autónomo por cuanto un accionar
armado en estos días constituye un elemento desestabilizador de la transición. Empero añade: "No renunciamos a la idea de la legitimidad que le
16
17
18
Revista Página Abierta, 15 al 28 de abril 1991)
Véase "El Popular", Santiago, 2 noviembre 1990.
MIR: "El MIR y las elecciones de diciembre", en revista "Punto Final", 4 diciembre 1989.
11
asiste a un pueblo de resistirse y rebelarse, aún recurriendo a formas armadas
de lucha ante quienes utilizan la violencia fratricida para oprimirlo". Si se
cree que es una alusión a un régimen autoritario debe leerse con detención lo
siguiente. Este grupo no se disuelve, porque "aún existen fuerzas que
amenazan el proceso de transición y, por lo tanto, no es posible establecer la
eventualidad de que haya que defenderlo"(19). En otras palabras, el Frente
Tradicional no está disuelto, no está usando las armas, pero no renuncia a la
posibilidad de volver a emplearlas. Constituye pues, un factor de violencia
latente que presiona al sistema político.
En cuanto al FMR Autónomo, en diciembre de 1989, después de las
elecciones presidenciales, precisa sus objetivos centrales en el nuevo período
político que se iniciaba:
a.
La ruptura con el orden socio económico- capitalista y;
b.
La lucha por el poder político para construir un nuevo orden social.
En julio de 1990, el Frente anuncia que ha entrado a una fase estratégica
denominada: "Lucha Patriótica por la Dignidad Nacional". Ya no se está
frente a un régimen autoritario, sino ante una "democracia continuista",
donde decide seguir actuando. Lo característico de esta estrategia es que el
Frente combina la actividad armada con una presencia política como objetivo a
alcanzar. La meta trazada es "ocupar todos los espacios posibles, legales e
ilegales en la lucha de masas" en función de construir las "fuerzas
estratégicas". Sin embargo, no se crea que este grupo está por abandonar su
opción armada. Por el contrario, afirman que: "Bajo las actuales condiciones, nuestro planteamiento político no será escuchado sin un accionar
militar concreto"(20).
Estos planteamientos pasan por una readecuación del Frente al nuevo
escenario político. Se indica que se está en una posición política desventajosa
que condiciona el desarrollo de una política insurreccional: "No siempre es
posible estar a la ofensiva. Hay momentos de repliegue que son necesarios
como medida táctica para acumular fuerzas".(21)
La readecuación orgánica hace que planteen una redefinición de los
19
Véase revista COSAS, 19 marzo 1991.
FMR: editorial revista "El Rodriguista", Santiago, julio 1990.
21
Rojas, Camilo: "Consideraciones políticas en nuestro proceso de constitución de fuerzas" en
revista "El Rodriguista", Santiago, julio 1990.
20
12
Núcleos Rodriguistas -organismos de base- para que no sólo se orienten
hacia lo subversivo, sino que también apunten a lo político y social. En este
aspecto estiman necesario "contar con una política que trascienda lo puramente operativo, es decir, que no reduzca la política del frente a un accionar operativo solamente. Hay que lograr la unidad en la práctica entre
el trabajo político y militar como un todo, porque éstos no son quehaceres separados sino que se enriquecen y desarrollan en un proceso
armónico"(22).
En lo estrictamente contingente dicen que han iniciado los Juicios
Patrióticos por la Dignidad Nacional que reivindican la cuestión de los
derechos humanos, puesto que consideran obsecuente la conducta del Poder
Judicial para con el pasado gobierno. En el número 49 de "El Rodriguista",
dentro de esta temática, publican un listado bajo el siguiente encabezamiento:
"Estos ciudadanos son gestores, encubridores y ejecutores del golpe de
1973". En la lista figuran todos los miembros de la Junta de Gobierno y jefes
militares diversos. Se agrega una lista de civiles donde es posible encontrar
senadores como Sergio Onofre Jarpa y Sergio Diez, de Renovación Nacional,
y el fallecido Jaime Guzmán de la UDI. También se incluye a destacados
personeros demócrata-cristianos, encabezados por Patricio Aylwin, actual
Presidente de la República. le acompañan el senador Andrés Zaldívar y el
Intendente de Santiago, Luis Pareto, presidente de la Cámara de Diputados
en 1973. En abril de 1991 se concretaría un "juicio patriótico" a uno de los
mencionados en la lista: el senador Jaime Guzmán.
En 1991 está fracción entra en un proceso de consulta nacional donde
se discute una redefinición de los pasos a seguir, a partir de la constatación
de que la izquierda vive una crisis profunda. Su vocero, Vassily Carrillo
señala: "Tenemos que producir un desequilibrio de la correlación de fuerzas
actuales que son favorables a la derecha y al gobierno. Ese cambio lo tenemos que hacer con madurez, con responsabilidad política y eso hace que la
labor de hoy sea utilizar el máximo de recursos y el máximo de nuestras capacidades en un trabajo político-ideológico, en un trabajo político-social"(23).
Hay entonces, una redefinición de la política subversiva de este grupo, para
situarse en una perspectiva insurreccional de más largo aliento. Tratan de
convertirse en un actor político y social que lleve a cabo un proceso
revolucionario, para lo cual deben comenzar por la acumulación de fuerzas.
Por eso es que el mismo vocero apunta que "el problema de la justicia y de
22
"La lucha patriótica por la dignidad nacional: una propuesta concreta para el período actual", revista
"El Rodriguista", Santiago, agosto 1990.
23
Véase revista "Punto Final", Santiago, 8 abril 1991.
13
cualquier reivindicación legítima del pueblo, tiene que asumirla el pueblo.
No un grupo de iluminados o un aparato que se transforme en una especie de
vengador justiciero". No es que se rechace la validez del uso de la fuerza,
sino que éste debe guardar una estrecha correspondencia con un plan
estratégico global: "Las acciones armadas deben estar enmarcadas junto a
las reivindicaciones del pueblo y principalmente en el desarrollo de una
política que nos permita estar preparados cuando tengamos que resolver el
problema de la revolución y se produzca el enfrentamiento con estas mismas
fuerzas de la reacción y del imperialismo". Reivindica, con todo, la
permanencia de una política de "autodefensa del pueblo", que consiste en
implementar acciones de violencia en contra de "organismos represivos',
concretamente de "Carabineros que sigue torturando y reprimiendo"(24).
Acaecido el asesinato de Jaime Guzmán esta fracción se apresura a
señalar que no es suya la autoría del crimen. Como este Frente siempre ha
reconocido sus acciones, una opinión en contrario merece credibilidad como
un elemento objetivo de análisis. Tanto más, y éste es un dato importante a
considerar, si Carrillo deliberadamente da pistas para responsabilizar de los
últimos atentados a un grupo que se ha desprendido del Frente Autónomo. En
primer lugar, indica que cuando el Frente perpetra acciones de violencia
quién las reivindica es la vocera Mariela Vargas. Es el sello que revela, sin
lugar a dudas, la autoría del grupo. No ha acontecido en los últimos casos.
Entrega una segunda pista cuando dice que el detenido por el asesinato del
médico militar de Rancagua y de su esposa, Adolfo Sánchez, pertenece al
Frente, pero "hoy, por lo que ha sido detenido, no tiene nada que ver con
nuestra organización"(25). Resulta más que evidente que se está indicando la
existencia de un tercer Frente Manuel Rodríguez, fruto de una escisión
producida a mediados de 1990.
Este tercer Frente, que denominaremos FMR Intransigente ha participado en los crímenes del guardia del Museo Histórico de Talca, zona en la
que pretende operar como núcleo rural; del médico militar de Rancagua y del
senador Guzmán.
Después del asesinato del senador Guzmán, en un reportaje se dice:
"Fuentes del sector autónomo del Frente confirmaron que efectivamente
existe, desde mediados del año pasado, un sector que se desgajó del grupo por
no estar de acuerdo con el inicio de la discusión que actualmente se realiza.
24
25
Ibidem
Véase diario "La Época", Santiago, 4 abril 1991.
14
Este grupo que habría mantenido un nivel de operatividad, especialmente en
la zona de Talca y Valdivia, habría tomado la decisión de realizar una acción
audaz que coincidiera más o menos con el término del proceso de discusión
que realizaban sus ex compañeros. Sería el empleo de un lenguaje militar
para intervenir en la discusión"(26).
El FMR Intransigente que protagoniza los incidentes de Villa Francia
-en cuanto expresión de propaganda- y que a diferencia de los anteriores no
busca insertarse en una base social determinada, sino que emplear la
violencia de manera directa; es decir, persigue transformarse en un grupo
terrorista como Baader Meinhof alemán o las Brigadas Rojas italianas, que
siendo reducidos en número de militantes, tenían, por lo mismo, gran
eficiencia operativa.
c.
El MAPU Lautaro y su expansión
A inicios de 1990, un dirigente de la organización daba a conocer en
forma pública cuáles eran sus planes para la nueva etapa política que iniciaba
el país. Partía de la premisa que sólo se producía un cambio en la
administración de un régimen que se prolongaba.
Propician ahora el desarrollo de la "guerra insurreccional de masas",
consistente en dos líneas de acción.
a.
Establecer una coordinación con otros grupos subversivos: "Es
perentorio agilizar un proceso unitario de las vanguardias políticomilitares para provocar un impulso gigantesco en la lucha popular,
producto de un salto cualitativo en conducción, coordinación y calidad
en la táctica".
b.
Iniciar una ofensiva frontal contra el sistema institucional, apuntando
sus ataques en las Fuerzas Armadas y de Orden: "Nosotros conscien
temente agudizaremos el enfrentamiento con el régimen en la mira de
desgastar sus pilares de perpetuación". Para ello, anuncian que se
proponen: "Neutralizar la capacidad de control de las fuerzas represi
vas que sustentan el régimen, desalojándolas de los territorios popu
lares"(27).
26
Véase revista "Análisis", Santiago, 8 abril 1991.
Poblete, Camilo: "MAPU Lautaro da a conocer su política" en revista "Punto Final", Santiago, 15
enero 1990.
27
15
En los últimos meses las acciones de este actor han apuntado a los
siguientes blancos: expresiones del capital financiero, como ellos llaman
a los bancos; iglesias mormonas, en cuanto perciben en ellos "una
expresión cotidiana de la presencia imperialista"; castigo a las fuerzas
represivas, como ellos llaman a las FFAA y policiales (aquí puede inscribirse el asesinato del Prefecto de Investigaciones de Concepción). Planean
desarrollar otros dos tipos de acciones: los copamientos territoriales
armados, que consisten en apoderarse de un lugar físico por un espacio de
tiempo, cortando los puntos de acceso, asaltando los locales comerciales
encerrados en el espacio tomado. Se plantean como acciones rápidas que
llaman de "poder concreto".
Por último, destaquemos que ha desarrollado a fondo una estrategia
para reclutar jóvenes en colegios y liceos, antes que en las universidades.
Ellos confiesan que su "fuerza predominante está en la juventud popular...
no por una definición de principios, sino porque, como ha venido desarrollándose la historia, los jóvenes han sido los más afectados en sus
necesidades y aspiraciones durante el Gobierno Militar. Al mismo tiempo,
fueron la fuerza principal en la lucha contra la dictadura"(2S).
Este movimiento sigue estando vinculado a acciones de "propaganda
armada" en sectores poblacionales donde también realiza tareas de reclutamiento.
d.
Las instancias de coordinación de los grupos antisistémicos
El actuar de manera coordinada, teniendo como elemento identificador la adhesión a similares concepciones doctrinales, y asumiendo, con
diferencias menores, una misma valoración de la coyuntura, ha sido un
aspiración varias veces expresadas por los diversos grupos que se han
analizado en este estudio.
Algo se ha avanzado en ello, debiendo apuntarse que está funcionando
plenamente el Movimiento Pueblo Intransigente -MPI-, donde se aglutinan: el MIR Pascal, el MIR Comisión Militar, el Frente Manuel Rodríguez
Autónomo y el MAPU Lautaro, más grupos socialistas menores y dispersos.
De tal manera que el país tiene hoy día una coordinadora de movimientos
extremistas, que puede operar como si se tratara de un sólo actor. También
importa que la acción de uno de los grupos que opera involucra a los demás,
28)
Carvajal, Diego: "La toma de lo cotidiano", op. cit., p. 13
16
por cuanto, salvo que se disolviera la coordinación, se es solidariamente
responsable de lo que uno de sus miembros realiza.
En una publicación se reveló lo que estaba haciendo el MPI, empeñándose "en aglutinar las fuerzas de izquierda extraparlamentaria para
desarrollar frentes comunes. El MPI tiene su expresión más cabal en los
"Foros de Izquierda"(29).
3.
EL PARTIDO COMUNISTA: LA AMBIGÜEDAD
El Partido Comunista en las conclusiones de su XV Congreso, realizado en 1989, ratifica la vigencia de la política de Rebelión Popular; los
acuerdos de dicho evento son los que rigen hasta hoy la línea de la
colectividad. Si se agrega a esto el hecho de que el PC se encuentra
legalizado, se podrá concluir que su postura frente al sistema políticoinstitucional es de una franca ambigüedad.
En diciembre de 1990 el Partido realiza su XIII Pleno, donde se marca no
sólo una diferencia sustantiva respecto del Gobierno -al que se acusa de
conciliador-, sino que además, el dirigente José Sanfuentes precisa la
posición de la colectividad respecto del poder, donde se reitera la ambigüedad del Congreso: "La política es una cuestión de poder y el 14 de
diciembre del año pasado se conquistó una esfera del poder, aquello que
se llama el poder temporal del gobierno. Sin embargo, en los llamados
factores de poder permanente, en el Estado y también en la esfera de la
cultura y de los medios de comunicación, el continuismo derechista mantiene
sólidas posiciones"(30).
Pero, para que nadie tenga dudas de su inclinación hacia la izquierda
rupturista, mencionemos el editorial de "El Siglo" donde se rinde un
homenaje al FMR: "El Frente Manuel Rodríguez fue una respuesta
patriótica a esa situación (el Gobierno Militar). En esa lucha los rodriguistas
crecieron, se multiplicaron. Evidentemente, el rodriguismo es hoy una
adquisición del pueblo chileno, que no puede ni debe perderse. La lección
histórica es demasiado grande". Pero no es sólo un homenaje de recuerdo,
sino que apunta a destacar su vigencia actual: "El Frente Manuel Rodríguez
tiene pleno derecho a participar en esta transición y ese derecho debe
ejercerlo públicamente como todas las organizaciones democráticas que
29
Véase reportaje "Oh revolución" en revista APSI, Santiago, 1 agosto 1990.
Véase periódico "El Siglo", Santiago, 9 diciembre 1990.
30
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lucharon contra la dictadura. Es fundamental que el Frente Manuel Rodríguez se le reconozca su lugar en esta transición" (31).
Más aún, en la víspera del asesinato del senador Guzmán, el Partido
vuelve a expresar su adhesión oblicua a la violencia como metodología. El
ex Secretario General del Partido Comunista, Luis Corvalán, expresaba en
una entrevista un apoyo al empleo de la violencia, entregando el siguiente
mensaje a los violentistas: "A los jóvenes que hacen acciones que perjudican al gobierno de Patricio Aywlin, les digo que no van por buen camino.
Pero si hay jóvenes que tienen armas, les diría que las guarden ... por si las
moscas"(32). No fue una opinión que pueda imputarse a la improvisación,
por cuanto diez días antes, el mismo personero, había expresado: "La violencia es legítima en determinados momentos en la vida de los pueblos"(33).
El Partido Comunista permanece, por tanto, con una doble vía: por un
lado su adhesión formal al sistema institucional de partidos, y por otra la
mantención, en estado de latencia, de su opción insurreccional.
31
Véase periódico "El Siglo", Santiago, 16 diciembre 1990.
Véase diario "El Mercurio" de Santiago, 31 marzo 1991.
33
Véase diario "La Segunda", Santiago, 21 marzo 1991.
32
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