María Magdalena/Madalena en la música: lujuria y pasión Pricila Reis Franz 1 Resumen: El presente trabajo pretende presentar la transición de María Magdalena/Madalena de los Evangelios al personaje en la música contemporánea. Palabras llave: teopoética, María Magdalena/Madalena, música. María Magdalena/Madalena (o de Magdala) es la figura femenina más citada en el Nuevo Testamento, inclusive más que la Virgen María. Siempre se habla de la mujer de quien Jesús expeliera siete demonios 2 y que pasó a pertenecer al grupo de mujeres que lo acompañaban y prestaban asistencia con sus bienes. Además, es un personaje importante en la resurrección de Cristo (es la primera persona que lo ve resucitado). Con tamaño destaque en las Escrituras, ese personaje enseguida llamó la atención de los estudiosos. Infelizmente, con el pasar de los años, su imagen fue siendo modificada, desfigurada. Testigo de la resurrección y discípula, sabia, compañera de Jesús descrita en los Evangelios apócrifos (que predicaban el gnosticismo), la imagen construida en el Occidente de María Magdalena/Madalena no está en las Escrituras. En realidad, es una unión de tres personajes femeninos descritos en los Evangelios en una sola mujer: María de Magdala, de quien Jesús expulsó siete demonios, que lo siguió hasta el Calvario y atestiguó 1 2 Pricila Reis Franz es máster en literaturas Brasileña, Portuguesa y Luso-Africana por la Universidad Federal de Rio Grande do Sul. Es traductora, revisora y mantiene una página en internet (<http://www.pribi.com.br>), en la que actúa como webwriter y hace divulgación de la cultura (en especial, brasileña), colocando a disposición para download libros de dominio público. E-mail: [email protected]. “Jesús, habiendo resucitado de mañana, el primer día de la semana, se le apareció primeramente a María de Magdala, de quien había expulsado siete demonios” (Mc 16,9). Ciberteologia - Revista de Teologia & Cultura - Ano VI, n. 27 1 la resurrección; María de Betania, hermana de Marta y Lázaro; y la pecadora anónima que lavó los pies de Jesús en la casa del fariseo Simón. Así, partiendo de la unión de esos varios elementos existentes en los Evangelios canónicos y apócrifos, se constituyó en la Edad Media una veneración de María Magdalena/Madalena como pecadora arrepentida. Gregorio Magno, obispo de Roma, hace efectiva esa imagen ambivalente y contradictoria de María Magdalena/Madalena tomando los hechos como realizados por un personaje sólo. Aunque esa idea le fuera posterior, es él quien la consolida para la posteridad, en su Homilía XXXIII, que dice: la mujer designada por Lucas la pecadora, llamada María por Juan, es la misma que Marcos afirma haber sido liberada de los siete demonios. En este momento, el amor de María Madalena por Jesús se torna uno de los temas centrales de la vida de esa santa, siendo considerado mayor todavía que el de Pedro, idea claramente influenciada por los textos neotestamentarios apócrifos, y los siete demonios que fueron expulsados de su cuerpo pasan a ser identificados como los siete pecados capitales. Madalena, la gran pecadora, comienza a ganar vida. 3 Desde entonces, María Magdalena/Madalena fue vista como símbolo de la Iglesia, mezcla de santa y pecadora, definida por la debilidad y por el amor, pintada con los colores del pecado (de la carne). En el inicio del siglo XII, el abad Geoffroi compuso un sermón dirigido a los monjes intitulado “En nombre de la bienaventurada María Magdalena/Madalena”. En esa homilía, María Magdalena/Madalena pasa de meretriz (idea basada en el Evangelio de Lucas), de famosa pecadora, a gloriosa predicadora. De esa forma, por la junción de los personajes neotestamentarios (María de Magdala, María de Betania y la pecadora de la ciudad), de las tradiciones apócrifas y de la leyenda de María Egipcíaca, en el decurso de la Edad Media fue forjada una Madalena que poseía diversas caras: pecadora y arrepentida; compañera amorosa de Cristo; mujer rica y generosa; predicadora y eremita. 4 En la Edad Media, entonces, ocurre la transposición de la imagen de María Magdalena/Madalena de mujer rica, noble y devotada a Cristo para la imagen de una criatura portadora del mal y dilacerada por la mortificación, constituyendo un modelo ideal femenino más humano que el vigente hasta entonces, el de la Virgen María, y también 3 4 Disponible en: <http://www.pem.ifcs.ufrj.br/smm.zip>, p. 16-17. Accedido el: 28 feb. 2007. Ibid. Ciberteologia - Revista de Teologia & Cultura - Ano VI, n. 27 2 representando un papel simbólico fundamental en todas las iniciativas de recuperación de mujeres “perdidas”. Esa imagen confusa atravesó siglos y ganó todavía mayor fuerza en los últimos años, con el lanzamiento de varias obras literarias referentes al personaje, y, en particular, del libro de Dan Brown El Código Da Vinci. En la música no podría ser diferente. Es posible observar en las canciones el interés siempre creciente por ese personaje bíblico tan confuso, polémico y apasionante. De esa forma, la imagen más común que se encuentra en las composiciones es la de María Magdalena/Madalena como símbolo del pecado de la pasión, de la lujuria, una santa muy próxima del pueblo. En la primera canción seleccionada, Magdalena/Madalena es una meretriz (representando todas las prostitutas) por la cual inclusive el hijo de un Dios sucumbió: Una canción para la Magdalena 5 Si, a media noche, por la carretera que te conté, detrás de una gasolinera donde llené, te hacen un guiño unas bombillas azules, rojas y amarillas, pórtate bien y frena. Y, si la Magdalena 5 Letra de Joaquín Sabina, música de Pablo Milanés, del disco “19 días y 500 noches”, de 1999. Traducción libre: Una canción para la Magdalena/Madalena: Si, a la medianoche, por la carretera/que te conté,/detrás de una gasolinera/donde llené,/te hacen un guiño unas bombillas/azules, rojas y amarillas/pórtate bien y frena./Y si la Magdalena/Madalena/pide un trago,/tú las invitas a cien/que yo los pago./Acércate a su puerta y llama/si te mueres de sed,/si ya no juegas a las damas/ni con tu mujer./Sólo te pido que me escribas,/contándome si sigue viva/la virgen del pecado,/la novia de la flor de la saliva,/el sexo con amor de los casados./Dueña de un corazón/tan cinco estrellas,/que hasta el hijo de un Dios,/una vez que la vio,/se fue con ella. Y nunca le cobró/la Magdalena/Madalena./Si estás más sólo que la luna/déjate convencer, brindando a mi salud, con una/que que me sé/Y cuando suban las bebidas/el doble de lo que te pida/dale por sus favores/que en casa de María de Magdala/las malas compañías son las mejores. Si llevas grasa en la guantera/y un alma que perder/aparca junto a sus caderas/de leche y miel. Entre dos curvas redentoras/la más prohibida de las frutas/te espera hasta la aurora/la más señora de todas las putas,/la más puta de todas las señoras. Ciberteologia - Revista de Teologia & Cultura - Ano VI, n. 27 3 pide un trago, tú la invitas a cien que yo los pago. Acércate a su puerta y llama si te mueres de sed, si ya no juegas a las damas ni con tu mujer. Sólo te pido que me escribas, contándome si sigue viva la virgen del pecado, la novia de la flor de la saliva, el sexo con amor de los casados. Dueña de un corazón, tan cinco estrellas, que, hasta el hijo de un Dios, una vez que la vio, se fue con ella. Y nunca le cobró la Magdalena. Si estás más solo que la luna, déjate convencer, brindando a mi salud, con una que yo me sé. Y, cuando suban las bebidas, el doble de lo que te pida dale por sus favores, que, en casa de María de Magdala, las malas compañías son las mejores. Si llevas grasa en la guantera y un alma que perder, aparca, junto a sus caderas Ciberteologia - Revista de Teologia & Cultura - Ano VI, n. 27 4 de leche y miel. Entre dos curvas redentoras la más prohibida de las frutas te espera hasta la aurora, la más señora de todas las putas, la más puta de todas las señoras. Con ese corazón, tan cinco estrellas, que, hasta el hijo de un Dios, una vez que la vio, se fue con ella. Y nunca le cobró la Magdalena. La imagen transmitida por esa canción sobre María Magdalena/Madalena es la de la prostituta, relacionada a los pecados de la carne. Magdalena/Madalena recibe denominaciones tan contradictorias como “la virgen del pecado”, o, aún, “la novia de la flor de la saliva, el sexo con amor de los casados”. Ella es tan irresistible que inclusive el hijo de un Dios se entrega a sus encantos. Y ella, a su vez, a él nunca le cobra nada: “Dueña de un corazón, tan cinco estrellas, que, hasta el hijo de un Dios, una vez que la vio, se fue con ella. Y nunca le cobró la Magdalena”. Magdalena/Madalena es también asociada a otros hechos bíblicos, como la tentación en el paraíso (“Entre dos curvas redentoras, la más prohibida de las frutas, te espera hasta la aurora, la más señora de todas las putas, la más puta de todas las señoras”), o, descrita de manera semejante a la amada en Cántico de los Cánticos (“aparca, junto a sus caderas de leche y miel”): “Tus labios, mi esposa, son un panal que destila la miel; bajo tu lengua hay 6 miel y leche”, o sea, es una mezcla de pecado, seducción, pasión y generosidad. Esa misma imagen de meretriz pecadora e irresistible trasluce en la canción Magdalena, del grupo de rock alternativo americano A Perfect Circle: 6 Ct 4,11. Ciberteologia - Revista de Teologia & Cultura - Ano VI, n. 27 5 Magdalena 7 Dominado por su Templo conmovedor Dominado por este Altar sagrado Tan pura Tan rara Atestiguar como una diosa terrena Que yo perdí mi autocontrol Además de ser empujado a tirar este dólar delante de su Altar sagrado Yo vendería Mi alma Mi autoestima, un dólar por vez Una oportunidad Un beso Un gusto suyo mi Magdalena Cargo testimonio De este lugar, de esta oración, hace tanto olvidada Tan pura Tan rara Testimoniar como una diosa terrena Que yo vendería Mi alma Mi autoestima, un dólar por vez Para una oportunidad 7 Composición de A Perfect Circle, del disco “Mer de Noms”, de 2000. Traducción libre: Magdalena/Madalena: Dominado por su/templo conmovedor/dominado por este/altar sagrado/tan pura/tan rara/testimoniar como una diosa terrena/que yo perdí mi autocontrol/además de ser empujado a tirar este dólar delante de su/altar sagrado/yo vendería/mi alma/mi autoestima, un dólar por vez/una oportunidad/un beso/un gusto suyo, mi Magdalena/Madalena/cargo testimonio/de este lugar, de esta oración, hace tanto olvidada/tan pura/tan rara/testimoniar como una diosa terrena/que yo vendería/mi alma/mi autoestima, un dólar por vez/para una oportunidad/un beso/un gusto suyo, mi Madonna negra/Yo vendería/mi alma/mi autoestima, un dólar por vez/un gusto/un gusto/ un gusto tuyo, mi Magdalena/Madalena. Ciberteologia - Revista de Teologia & Cultura - Ano VI, n. 27 6 Un beso Un gusto suyo mi Madonna negra Yo vendería Mi alma Mi autoestima, un dólar por vez Un gusto Un gusto Un gusto tuyo mi Magdalena Esta canción trae nuevamente a Magdalena/Madalena como prostituta, cuyo “amor” puede ser comprado con dólares. Con todo, hay otras imágenes, una mezcla de pecadora y pura, una diosa terrena, algo inalcanzable, irresistible, por quien se vendería la propia alma por un único beso, por un instante en que ella pudiese ser suya. Además, es descrita como “my black Madonna”, o sea, es una versión oscura de María, Madre de Dios (también llamada de Madonna), un modelo bíblico más próximo de la humanidad, por sus debilidades, de acuerdo con esta música. Ya la composición Magdalena, marcha nupcial, trae una versión de ese personaje más próximo de la literatura contemporánea, como las historias escritas por Dan Brown y José Saramago, en que María Magdalena/Madalena es la compañera amorosa del carpintero e hijo de Dios, Jesucristo: Magdalena, marcha nupcial 8 Los olivos despliegan La sinfonía del horror 8 Canción de la banda de heavy metal argentina Carnarium, del disco “Constelaciones de Requiems”, de 2003. Traducción libre: Magdalena/Madalena, marcha nupcial: Los olivos despliegan/la sinfonía del horror/al ser testigos/de un prohibido amor/tan solo los cuerpos se intoxican/con la sangre y el deseo/de la pesadilla del cielo/Lujuriosa Magdalena/Madalena/insaciablemente mía/te aventuras en el alma/de aquel pecado mortal/reblandeciendo mi carne/hasta desvanecerla/Magdalena/Madalena adorablemente siniestra/Carpintero de mirada triste/que codicias el tesoro/de la virginidad/te cobijaré en mis senos/y alimentaré tus deseos/los ruidos de la noche/incubaron sus sueños/y el dulce rocío los envenenó/la envidiosa muerte los separó/de aquella realidad/con apenas treinta y tres/Magdalena/Madalena, pálida, estremecida/en la densa oscuridad/de aquel viejo bosque/hábilmente lo ocultó/por debajo de la inmensa noche estrellada/sus ojos cerró/y en la profundidad/de su débil corazón/su amor lloró/El cielo despiadado/clavó sus negros ojos/en el centro de tanto abandono/y contrariado amor/que la muerte hirió. Ciberteologia - Revista de Teologia & Cultura - Ano VI, n. 27 7 Al ser testigos De un prohibido amor Tan solo los cuerpos se intoxican Con la sangre y el deseo De la pesadilla del cielo Lujuriosa Magdalena Insaciablemente mía Te aventuras en el alma De aquel pecado mortal Reblandeciendo mi carne Hasta desvanecerla Magdalena adorablemente siniestra Carpintero de mirada triste Que codicias el tesoro De la virginidad Te cobijaré en mis senos Y alimentaré tus deseos Los ruidos de la noche Incubaron sus sueños Y el dulce rocío los envenenó La envidiosa muerte los separó De aquella realidad Con tan solo treinta y tres Magdalena, pálida, estremecida En la densa oscuridad De aquel viejo bosque Hábilmente lo ocultó Bajo la inmensa noche estrellada Sus ojos cerró Y desde lo hondo De su débil corazón Ciberteologia - Revista de Teologia & Cultura - Ano VI, n. 27 8 Su amor lloró El cielo despiadado Clavó sus negros ojos En el centro de tan sucio Y contrariado amor Que a muerte hirió Se observa que ambos están enamorados (Magdalena/Madalena es descrita una vez más como lujuriosa), mas la muerte envidiosa, el cielo despiadado los separa, a través de la muerte del carpintero (“con tan solo treinta y tres”). La Magdalena/Madalena resta apenas el abandono, el dolor, el llanto por ese contrariado amor que la muerte hirió. No hay alusión aquí a la divinidad de Cristo (o inclusive de María); es apenas un relato de la posible historia de amor existente entre dos personas, en este caso, dos personajes bíblicos. En contrapartida, la canción de Chris Rodriguez, por ser del estilo gospel, traerá un retrato fiel de los relatos bíblicos: Magdalena 9 Ella está cubierta por la oscuridad de la mañana Magdalena Ahora corriendo para la tumba Su corazón está tan consumido La piedra se rueda hacia fuera Donde descansa mi maestro Quien me trajo tal vida 9 Del compositor Chris Rodriguez, incluida en el disco “Paraíso de un mendigo”, de 1999. Traducción libre: Magdalena/Madalena: Ella está cubierta por la oscuridad de la mañana/Magdalena/Madalena/ahora corriendo para la tumba/su corazón está tan consumido/la piedra se rueda hacia fuera/donde descansa mi maestro/quien me trajo tal vida/¿Tú puedes decirme porque estás llorando, Magdalena/Madalena?/¿ellos se lo llevaron?/¿él no está en la sepultura?/dime a quién estás buscando, Magdalena/Madalena/ese que ellos crucificaron/mujer, donde está tu fe ahora/comienza a creer/recuerda lo que él dijo/que volvería de los muertos/que nunca te dejaría o te abandonaría/tú crees que él es el señor?/porque tú buscarías, como tú buscas/la vida entre los muertos?/él no está aquí, ahora no temas/cree en lo que él ha dicho/tú buscas el hombre de los sufrimientos, Magdalena/Madalena/mírame entonces a los ojos, y ve que él está vivo/el cordero inmaculado de Dios ahora y para siempre/el Santo de Israel/diles/que yo soy/levantado y vivo/victorioso el señor y el Cristo/hijo generado de Dios//tú puedes decirme porque estás llorando, Magdalena/Madalena?/¿ellos se lo llevaron?/él no está en la sepultura?/yo soy lo que tú estás buscando, Magdalena/Madalena/soy la resurrección y la vida. Ciberteologia - Revista de Teologia & Cultura - Ano VI, n. 27 9 ¿Tú puedes decirme por qué estás llorando, Magdalena? ¿Ellos se lo llevaron? ¿Él no está en la sepultura? Dime a quién estás buscando, Magdalena Ese que ellos crucificaron Mujer, dónde está tu fe ahora Comienza a creer Recuerda lo que él dijo Que volverá de los muertos Que nunca te dejaría o te abandonaría ¿Tú crees que él es el señor? ¿Por qué tú buscarías, como buscas, la vida entre los muertos? Él no está aquí, ahora no temas Cree en lo que él ha dicho ¿Tú buscas el hombre de los sufrimientos, Magdalena? Mírame entonces a los ojos y ve que él está vivo El cordero inmaculado de Dios ahora y para siempre El santo de Israel Diles Que soy yo Levantado y vivo Victorioso el Señor y el Cristo Hijo generado de Dios ¿Puedes decirme por qué estás llorando, Magdalena? ¿Ellos se lo llevaron? ¿No está en la sepultura? Yo soy lo que tú estás buscando, Magdalena Yo soy la resurrección y la vida Ciberteologia - Revista de Teologia & Cultura - Ano VI, n. 27 10 La escena descrita en la canción está narrada en el Evangelio de Juan, 10 cuando María de Magdala se torna la primera testigo de la resurrección de Cristo. Se presenta el diálogo del Resucitado con la discípula, cuestionando su fe en el “Santo de Israel”, en el “cordero inmaculado de Dios”, afirmando que no debe llorar y buscar entre los muertos aquel que venció la muerte, que es la resurrección y la vida. María Magdalena/Madalena, en esa canción, tiene apenas un papel de espectadora, prácticamente no hay descripción suya a no ser como la primera testigo, que todavía no creyó o no entendió lo que debería haber sucedido después de la muerte. Finalmente, la canción Magdalene, de Kris Kristofferson, trae una María de Magdala cuyos pecados fueron perdonados, a quien le fue dada una razón de vivir y que fue inmensamente amada por “él” (se deduce que sea Jesucristo, por la letra): Magdalena 11 Magdalena, eres tú pensando en el hombre gentil Quien transformó tu vida Magdalena. Él te dio razón para seguir 10 11 “El primer día que seguía al sábado, Maria Madalena fue al sepulcro, de mañana temprano, cuando ainda estava escuro. Viu a pedra removida do sepulcro. [...] Entretanto, Maria se conservava do lado de fora do sepulcro e chorava. Chorando, inclinou-se para olhar dentro do sepulcro. Viu dois anjos vestidos de branco, sentados onde estivera o corpo de Jesus, um à cabeça e outro aos pés. Eles lhe perguntaram: ‘Mulher, por que choras?’ Ella respondió: ‘Porque se llevaron a mi Señor, y no sé donde lo pusieron’. Dichas estas palabras, se volvió hacia atrás y vio a Jesús en pie, mas no lo reconoció. Le preguntó Jesús: ‘Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quien buscas?’. Suponiendo ella que fuera el jardinero, le respondió: ‘Señor, si tú lo sacaste, dime donde lo pusiste y yo iré a buscarlo’. Le dice Jesús: ‘María!’. Volviéndose ella, exclamó en hebraico: ‘Rabôni’ (que quiere decir Maestro). Le dice Jesús: ‘No me retengas, porque todavía no subí a mi Padre, mas ve a mis hermanos y diles: Subo para mi Padre y vuestro Padre, mi Dios y vuestro Dios’. María Madalena corrió para anunciar a los discípulos que ella había visto el Señor y contó lo que él le había dicho” (Jo 20,1.11-18). Composición de Kris Kristofferson, del disco “To the Bone”, de 1991. Traducción libre: Magdalena/Madalena: Magdalena/Madalena, eres tú pensando en el hombre gentil/Quien transformó tu vida/Magdalena/Madalena. Él te dio razón para seguir/Magdalena/Madalena, hacerte mejorar/Tú sabes que él realmente te amó/Magdalena/Madalena, todos tus pecados fueron perdonados, y él se fue./Magdalena/Madalena, él te devolvió la libertad/para ser algo en lo que crees/Magdalena/Madalena, eres bastante fuerte para hacerlo por ti misma/Magdalena/Madalena, yo creo que él te amó profundamente/Más de lo que tú jamás soñaste amar/Magdalena/Madalena, y nadie más te dejó tan sola./Oh, Magdalena/Madalena…/Magdalena/Madalena, son las sombras en la tranquilidad/de la noche llena de lágrimas/Tú quieres saber cuánto sufrimiento consigues aguantar/Eres tú aterrorizada por el fantasma de algo/ido pero no olvidado/Será completo de silencio vacío cuando tú seas vieja./Magdalena/Madalena, eres tú pensando en el hombre gentil/Quien transformó tu vida/Magdalena/Madalena. Él te dio razón para seguir/Magdalena/Madalena, yo creo que él te amó profundamente/Más de lo que tú jamás soñaste amar/Magdalena/Madalena, todos tus pecados fueron perdonados, y él se fue. Ciberteologia - Revista de Teologia & Cultura - Ano VI, n. 27 11 Magdalena, hacerte mejorar Tú sabes que él realmente te amó Magdalena, todos tus pecados fueron perdonados, y él se fue. Magdalena, él te devolvió la libertad Para ser algo en lo que crees Magdalena, eres bastante fuerte para hacerlo por ti misma Magdalena, yo creo que él te amó profundamente Más de lo que tú jamás soñaste amar Magdalena, y nadie más te dejó tan sola. Oh, Magdalena... Magdalena, son las sombras en la tranquilidad De la noche llena de lágrimas Tú quieres saber cuánto sufrimiento consigues aguantar Eres tú aterrorizada por el fantasma de algo ido pero no olvidado Será completo de silencio vacío cuando tú seas vieja. Magdalena, eres tú pensando en el hombre gentil Quien transformó tu vida Magdalena, él te dio razón para seguir Magdalena, yo creo que él te amó profundamente Más de lo que tú jamás soñaste amar Magdalena, todos tus pecados fueron perdonados y él se fue. Él la torna libre, pero Magdalena/Madalena acaba por sufrir, pues está abandonada, sola. El amor con que fue amada sólo puede ser comparado proporcionalmente a la enorme soledad que siente por el “hombre gentil”, que la tornó fuerte y transformó su vida. Magdalena/Madalena en Brasil El personaje bíblico María Magdalena/Madalena también recorre el imaginario brasileño. En expresiones como “madalena arrepentida”, su imagen está nuevamente Ciberteologia - Revista de Teologia & Cultura - Ano VI, n. 27 12 relacionada a la lujuria y a la pasión y de esa forma se torna una santa mucho más próxima del pueblo. Sin embargo, todavía no hay muchas canciones que traten de esa figura, siendo posible seleccionar apenas dos músicas. Por ejemplo, en la canción Madalena, de Gilberto Gil, se observa la historia de vida miserable de una mujer con el mismo nombre de la santa: Madalena 12 Fui a pasear en el campo Encontré a Madalena Sentada en una piedra Comiendo harina seca Mirando la producción agrícola Y la ganadería Madalena lloraba Su madre consolaba Diciendo así El pobre no tiene valor El pobre es sufridor Y quien ayuda es el Señor de Bonfim Entra en callejón sale en callejón Hay un recurso Madalena Entra en callejón sale en callejón Hay una santa con su nombre Entra en callejón sale en callejón Ve en la próxima capilla 12 Disco “Barra 69”, de 1972. Hay también una versión en español para esta música, del grupo Alacranes Musical (disponible en: <http://www.uppercutmusic.com/artist_a/alacranes_musicales_lyrics/magdalena_lyrics.html>. Accedido el 28 feb.2007): Un día caminando/me encontré/a Magdalena/sentada bajo la noche/a nadie tenía cerca/risa lo que me discute/risa de leyenda/Magdalena me hablaba/no se controlaba/diciéndome así/nadie antes de ti/nadie después de mí/en su boca me puse a vivir/dame un beso que duela/me gritaba Magdalena/dame un beso que sueña/irediablamente de ayer/dame un beso en el pecho/mientras bailan tus caderas/y mira esas estrellas que no volverán/dame un beso que duela/me gritaba Magdalena/dame un beso que sueña/irediablamente de ayer/dame un beso en el pecho/mientras bailan tus caderas/y mira esas estrellas que no volverán. Ciberteologia - Revista de Teologia & Cultura - Ano VI, n. 27 13 Y enciende una vela Para no pasar hambre En esta canción Magdalena/Madalena es una mujer sufrida, que pasa hambre, simbolizando el pueblo brasileño. El único recurso para salir de esa situación es apelar al milagro. El “recurso”: encender una vela para la santa con el mismo nombre (y no tan inalcanzable como otros santos), para que ésta, más próxima del Señor de Bonfim (esto es, Jesucristo), interceda por los pobres. La canción de Chico Buarque Madalena fue para el mar trae también a Magdalena/Madalena como símbolo de mujer que precisa ser perdonada: Madalena fue para el mar 13 Madalena fue para el mar Y yo me quedé a mirar navíos Quien se encuentre con ella Dígale allá en el altamar Que es preciso volver ya Para cuidar de nuestros hijos Para burlarse de mis ojos En el altamar la vela se balancea Tanto gesto tiene de adiós Tanto adiós de Madalena Es preciso no llorar Maldecir, no vale la pena Jesús manda perdonar La mujer que es Madalena Madalena fue para el mar Y yo me quedé a mirar navíos 13 Canción del primer disco del músico brasileño, “Chico Buarque de Hollanda”, lanzado el 1966. Ciberteologia - Revista de Teologia & Cultura - Ano VI, n. 27 14 La Magdalena/Madalena de esta canción abandona al amado, sus hijos; se lanza al mar (de la vida) y deja a su amor viendo navíos. Con los versos “Jesús manda perdonar/La mujer que es Madalena”, se puede, por analogía, entender que Cristo también fue abandonado, que es lo inverso de lo que está presente en el imaginario popular, que María Magdalena/Madalena fue abandonada y sufre. En esta canción, por el contrario, Magdalena/Madalena hace sufrir a quien la ama, lo abandona y además se burla de sus ojos. En fin, por medio de esa pequeña selección de canciones 14 fue posible presentar la imagen de María Magdalena/Madalena en la música, que poco difiere de la del imaginario popular, siendo un reflejo de lo que se piensa del personaje en la sociedad contemporánea. Bibliografia A VIDA DE SANTA MARIA MADALENA. Texto castellano anónimo del siglo XIV. Introducción, traducción y notas de Andréia C. L. F. da Silva, Carolina C. Fortes, Fabrícia A. T. de Carvalho, Maria C. C. L. Pereira e Shirlei C. A. Freitas. Río de Janeiro: Programa de Estudios Medievales, 2002. 56p. (Coleção Idade Média em Textos, n. 1). Disponible en: <http://www.pem.ifcs.ufrj.br/smm.zip>. Accedido el: 28 feb. 2007. BÍBLIA SAGRADA. Cântico dos Cânticos. Trad. Centro Bíblico Católico. 110. ed. São Paulo: Ave-Maria, 1997. p. 829. ______. Evangelho Segundo São João. Trad. Centro Bíblico Católico. 110. ed. São Paulo: Ave-Maria, 1997. p. 1411. ______. Evangelho Segundo São Marcos. Trad. Centro Bíblico Católico. 110. ed. São Paulo: Ave-Maria, 1997. p. 1344. BROWN, Dan. O Código Da Vinci. Trad. Celina Cavalcante. Río de Janeiro: Sextante, 2003. GÖSMANN, Elisabeth et alii. Dicionário de teologia feminista. Trad. Carlos Almeida Pereira. Petrópolis: Vozes, 1997. MAIA, Márcia. Evangelhos gnósticos. São Paulo: Mercuryo, 1992. OLIVEIRA, Salma Ferraz de Azevedo de. O quinto evangelista; o (des) evangelho segundo José Saramago. Brasília: Ed. Universidade Brasilia, 1998. 152p. SARAMAGO, José. O Evangelho Segundo Jesus Cristo. São Paulo: Companhia das Letras, 1992. 14 Otras canciones investigadas y que no constaron en este artículo, pero posibles de ser analizadas en estudios posteriores: Magdalena, de Gemini; Magdalena, de David Gray; Magdalena, de Lenny Kravitz; Magdalena, de Frank Zappa; Magdalene, de Boston; Magdalene – My Regal Zonophone, de Procol Harum; Magdalene Laundries, de Joni Mitchel; Magdalene, de White Zombie; Mary Madgalene, de Athanasius Schaefer; y Lights of Magdala, de Kris Kristofferson. Ciberteologia - Revista de Teologia & Cultura - Ano VI, n. 27 15 Sites consultados A PERFECT CIRCLE. Magdalena. Disponible en: <http://www.stormpages.com/lyrics/text/mer.html#2>. Accedido el: 28 feb. 2007. ALACRANES MUSICAL. Madalena. Disponible en: <http://www.uppercutmusic.com/artist_a/alacranes_musicales_lyrics/magdalena_lyrics.html> . Accedido el: 28 feb. 2007. BUARQUE, Chico. Madalena foi pro mar. Disponible en: <http://chico-buarque.letras.terra.com.br/letras/85988/>. Accedido el: 28 feb. 2007. CARNARIUM. Magdalena, marcha nupcial. Disponible el: <http://lyrics.rare-lyrics.com/C/Carnarium/Magdalena-Marcha-Nupcial.html>. Accedido el 28 feb. 2007. GIL, Gilberto. Madalena. Disponible el: <http://cifraclub.terra.com.br/cifras/gilberto-gil/madalena-jtkk.html>. Accedido el: 29 mar 2007. KRISTOFFERSON, Kris. Magdalene. Disponible en: <http://www.sing365.com/music/lyric.nsf/Magdalene-lyrics-Kris-Kristofferson/C1836D1548 513FF448256A8C0008BF95>. Accedido el: 28 feb. 2007. RODRIGUEZ, Chris. Magdalene. Disponible el: <http://www.lyricscafe.com/r/rodriguez_chris/magdalene.html>. Accedido el: 28 feb. 2007. SABINA, Joaquín. Una canción para la Magdalena. Disponible el: <http://www.lyricsdomain.com/19/sabina_joaquin/una_cancin_para_la_magdalena.html>. Accedido el: 28 feb. 2007. Traducción de Gilmar Saint’Clair Ribeiro Ciberteologia - Revista de Teologia & Cultura - Ano VI, n. 27 16