Delito Ley de Adopción. 08.09.08. Corte Suprema.

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Tribunal
Fecha
Rol
Ministros
:
:
:
:
Corte Suprema
08/09/2008
10-2008
Fernando Castro Alamos; Hugo Dolmestch Urra; Jaime Rodríguez Espoz;
Nibaldo Segura Peña; Rubén Ballesteros Cárcamo
Descriptores : Delito del artículo 41 de la Ley de Adopción, condena. Obtener entrega de
un menor para darlo en adopción. Atribución de “otra condición semejante”.
Hacerse pasar por asistente social de un juzgado. Creación de ardid para
obtener la entrega.
Doctrina
La conducta de la acusada, consistente en hacerse pasar por asistente social de un juzgado
de menores, es apta para ser catalogada dentro de las hipótesis del delito del artículo 41 de
la Ley de Adopción, pues implica atribuirse “otra condición semejante” –expresiones
empleadas por la norma – que propició su llegada a las madres a fin de obtener la entrega
de un menor para ser entregado con fines de adopción, ofreciéndoles dinero y regalías,
como lo son ofrecerles su casa para que se quedaran antes del parto y trasladar a las
madres al hospital e irlas a buscar, actuaciones que implican, además, la creación de un
ardid y un abuso de la confianza puesta en las mujeres (considerandos 5º y 6º, sentencia 1ª
instancia y 8º y 9º, sentencia Corte Suprema).
Legislación aplicada en el fallo: Ley N° 19620 Año 1999 Ley de Adopción art 41;
LEY_19620_AR-41.
Texto completo de la Sentencia
Santiago, catorce de septiembre del año dos mil cuatro.
Vistos:
Que se instruyó esta causa rol Nº 727 2001 2, para investigar la comisión de la infracción al
artículo 41 de la ley 19.620, y determinar la responsabilidad y el grado de participación que,
por este hecho, le ha correspondido a María Cristina del Carmen Flores Soto, chilena, natural
de San Miguel, 56 años de edad, casada, lee y escribe, dueña de casa, cédula de identidad
Nº 5.082.059 9 Nacional, domiciliada en calle San Francisco Nº 2901, de la comuna de San
Miguel, antes procesada; y a Mario del Carmen Vidal Hermosilla, chileno, natural de
Santiago, 62 años de edad, casado, lee y escribe, egresado de enseñanza comercial, cédula
de identidad Nº 3.356.611 5 Nacional, domiciliado en calle Thompson Nº 3828, de la
comuna de Estación Central, nunca antes procesado.
A fojas 1, rola parte de Carabineros de Chile, por medio del cual se puso a disposición del
Tribunal a cinco personas, detenidas por asociación ilícita en delitos tipificados en la ley de
adopciones.
A fojas 37, 46, 51 bis, 56, 78, 92, 165, 173, 177, 210, 211, 212, 264, 265, 266, 288, 375,
497, 616 y 710, rolan declaraciones de la encausada María Cristina de Carmen Flores Soto.
A fojas 203, 211, 244, 267, 409 y 410, rolan declaraciones del encausado Mario del Carmen
Vidal Hermosilla.
A fojas 101, rola querella interpuesta por Valentín Volta Valencia, Director Regional
Metropolitano de Servicio Nacional de Menores, Sename, en contra de María Cristina Flores
Soto y otros, por los delitos de asociación ilícita e infracción a los artículos 41 y 42 de la ley
19.620 sobre adopción de menores.
A fojas 181, se sometió a proceso a María Cristina del Carmen Flores Soto, como autora de
la infracción del artículo 41 de la ley 19.620. A fojas 285, se sometió a proceso a Mario del
Carmen Vidal Hermosilla, como autor de la infracción, al artículo 41 de la ley 19.620.
A fojas 361 y 310, rolan prontuarios de los encausados Flores Soto y Vidal Hermosilla,
respectivamente.
A fojas 619, se declaró cerrado el sumario.
A fojas 636, se acusó a María Cristina del Carmen Flores Soto y Mario del Carmen Vidal
Hermosilla, como autores de la infracción al artículo 41 de la ley 19.620.
A fojas 654, el apoderado de la parte querellante dedujo acusación particular en contra de
María Cristina Flores Soto y Mario del Carmen Vidal Hermosilla, como autores del delito
previsto y sancionado en el artículo 41 de la ley 19.620, teniendo respecto de la primera el
carácter de reiterado.
A fojas 686 y 670, los apoderados de los encausados Flores Soto y Vidal Hermosilla,
contestaron la acusación fiscal y particular y solicitaron lo que en sus presentaciones indican.
Encontrándose la causa en estado se trajeron los autos para dictar sentencia.
Considerando:
En cuanto a las tachas.
Primero: Que al tercer otrosí de fojas 670, el apoderado del encausado Mario Vidal
Hermosilla, dedujo tachas en contra de Ana María Astudillo Miranda, Patricia Elizabeth
Bustamante Silva, Claudia Andrea Guzmán Castillo, Myriam Jacqueline Riffo Yáñez, Manuel
Espinoza Rosanoff, María Soto Barra, Silvana Bustamante Silva, María Alejandra Bustos
Bustos, Sonia del Carmen Soto López y Sonia Berta Contreras Quinteros, por afectarles la
causal de inhabilidad establecida en el artículo 460 Nº 13 del Código de Procedimiento Penal.
Igualmente, dedujo tachas en contra de Arsenio Eduardo Bravo Torres, Dino Viazzi Olivares,
Miguel Antonio Herrera Benítez y Pedro Alejandro Zuluoaga Núñez, por afectarles las
causales de inhabilidad establecidas en los numerales 8 y 11 del artículo y cuerpo legal
citado.
Segundo: Que las tachas así deducidas serán rechazadas, por cuanto no se dio cumplimiento
a lo dispuesto en el artículo 493 del Código de Procedimiento Penal.
En cuanto al fondo.
Tercero: Que a fojas 636, se acusó a María Cristina del Carmen Flores Soto y Mario del
Carmen Vidal Hermosilla, como autores de la infracción al artículo 41 de la ley 19.620.
Cuarto: Que, con el objeto de establecer la existencia del hecho punible denunciado, se
reunieron en autos los siguientes antecedentes:
a) Parte policial de fojas 1, mediante el cual se puso a disposición del Tribunal a cinco
personas, detenidas entre el 19 y 20 de marzo del año 2001, señalando que personal de la
Comisión Civil de la Unidad, a raíz de una denuncia efectuada por Silvana Alicia Bustamante
Silva, la que fue derivada al Primer Juzgado de Menores de San Miguel, concurrió a ese
Tribunal para dar cuenta de los hechos, otorgándose una orden amplia de investigar en la
causa rol Nº 1.022 2001, de fecha 19 de marzo, la que otorgó facultades amplias para que
se practiquen las diligencias necesarias a fin de establecer los hechos y la participación de
los involucrados, solicitándose además protección a los menores. Por lo anterior, se tomó
contacto con Bustamante Silva, quien manifestó que efectivamente fue inducida por su
cónyuge Espinoza Rosanoff, a dar en adopción al N.N. que estaba por nacer, por lo que se
comunicaron con Flores Soto, la que les facilitó el lugar donde vivir mientras se producía el
parto y así una vez que naciera el bebé darlo en adopción. Posteriormente, Bustamante Silva
es internada en el Servicio de Maternidad del Hospital Barros Luco Trudeau y el 13 de marzo
del año 2001, nació una niña, quien fue dada de alta junto a su madre el día 15, cerca de las
14:00 horas, presentándose en ese nosocomio Flores Soto, la que trasladó a Bustamante
Silva hasta el lugar donde debía mantener a la menor N.N., domiciliada en Pasaje María
Elena Nº 5170 de la comuna de Renca, residencia de la detenida Astudillo Miranda. Esta
última recibió a la lactante sin hacer ninguna pregunta, ni obtener el nombre de la madre.
A raíz de lo anterior, el personal se trasladó al domicilio ubicado en San Francisco Nº 2901
de la comuna de San Miguel, en donde fue entrevistada la persona que realizó las gestiones
de adopción, identificada como Flores Soto, quien mantenía en el interior del inmueble a un
recién nacido de cuatro meses de edad, identificado como Sebastián Andrés Figueroa Soto,
el que habría sido entregado en ese lugar por su madre Sonia del Carmen Soto López. De
este bebé no existe ningún documento legal que acredite su estadía en ese domicilio. Se
agregó que en el inmueble de Flores Soto, fueron encontrados procesos judiciales de
diferentes Tribunales de Menores, en donde se declaran menores en abandono para solicitar
sus debidas adopciones, además de lograrse obtener diferentes fotografías de menores que
se encuentran fuera del país de los años 1985 y 1987. La documentación fue incautada con
la finalidad de que ese Tribunal tuviese conocimiento de que a Flores Soto se le facilita la
recepción de esa documentación debido a que en su hogar mantiene un equipo fax modelo
M700, marca Muratec, el que fue incautado. Por otro lado, se encontraron facturas de
empresas telefónicas, en donde se detallan los diferentes países con los cuales se comunica,
como asimismo las cantidades de dinero que se obtienen. En la documentación incautada, se
logró rescatar el certificado de nacimiento del menor Figueroa Soto, que se encontraba en el
hogar, y una fotocopia de la cédula de identidad de su madre Sonia del Carmen Soto López,
con fecha de nacimiento fijada el 03 de noviembre del año 1965. Además, existe una
fotocopia del certificado de nacimiento de Soto López, documento en el cual no se relaciona
la cédula de identidad con la fotocopia del carné mencionado, figurando con el Nº
06.912.317 1 y contando además con una fecha de nacimiento distinta a la anterior, fechada
el 19 de agosto de 1953. El certificado de nacimiento en cuestión tiene una data de emisión
del 17 de noviembre del 2000. Existe además una entrega de menor simple, confeccionada
al parecer por una máquina electrónica, en donde Soto López cede a su hijo a la detenida
María Flores Soto y que en su texto señala que su condición económica no le permite criar al
niño, autorizándola para que inicie los trámites judiciales necesarios para lograr la adopción
de su hijo.
Se hizo presente que Flores Soto abusó de la confianza que mantenía con Bustamante Silva,
tomando atribuciones al ver que ésta se encuentra desconcertada por el quebrantamiento de
su relación matrimonial y aprovechando esta situación para que proceda a dar en adopción a
su hija, siendo tentada Bustamante Silva sólo una semana antes del nacimiento, de recibir la
suma de $ 300.000. Esta contraprestación es facilitada por Flores Soto y demuestra que el
trámite de adopción sufre de irregularidades que sanciona la ley de adopción. En ningún
momento la madre de esta recién nacida fue requerida por algún programa de adopción que
en la legislación nacional se encuentra representado por el Servicio Nacional de Menores y/o
organismos acreditados por este servicio. Ninguna fundación tomó conocimiento de la
situación que afecta al recién nacido. Se adjuntó al parte la remisoria de los detenidos,
declaraciones extrajudiciales de Patricia Bustamante Silva y Ana María Astudillo Miranda,
actas de notificación de derechos de detenido, acta de incautación, comprobantes de
atenciones en el Servicio de Urgencia.
b) Parte policial de fojas 79, mediante el cual se puso a disposición del Tribunal a Myriam
Jacqueline Riffo Yáñez, detenida el 22 de marzo del año 2001, en el interior de su domicilio
ubicado en Avenida José Miguel Carrera Nº 2660, comuna de San Miguel, en virtud de una
orden amplia de investigar, señalando que al ser entrevistada por el delito que se le imputa,
manifestó no tener participación alguna en los hechos. Se hizo presente que los funcionarios
encargados de la diligencia, el 19 de agosto a las 22:00 horas aproximadamente,
concurrieron al domicilio ubicado en San Francisco Nº 2901 de San Miguel, debido a que en
esa Unidad se presentó a denunciar Claudia Andrea Guzmán Castillo, la que a esa fecha
tenía 23 años, quien señaló que en el referido inmueble se encontraba su hijo de tan solo
dos meses de edad, al que deseaba recuperar, pero la dueña de la propiedad no se lo
entregaría y de hacerlo le pedía la suma de setecientos mil pesos. Por información entregada
por Guzmán Castillo, ésta habría llegado al lugar de la misma forma que el resto de las
mujeres. En ese tiempo ella se encontraba con un problema social y nadie aceptaba que
estuviese embarazada, por lo que encontrándose totalmente desconcertada, y sin pensar en
ningún momento en hacerse un aborto, la opción que esta mujer le ofrecía era mantenerla
en su hogar hasta que naciera su hijo, aceptando ya que en ese momento nadie sabía que
estaba embarazada, con el compromiso de que al instante del nacimiento debía darlo en
adopción y la señora Cristina se encargaría de los trámites judiciales, razón por la cual
cumplió con todos los requisitos que Flores Soto le habría solicitado. Se mantuvo oculta un
tiempo determinado, dio a luz en el Hospital San Borja Arriarán y posterior a ello lo dejó en
el domicilio de Flores Soto, para luego Guzmán Castillo salir de este hogar y volver a la casa
de sus padres, decidiendo antes de los dos meses recuperar a su hijo, ya que encontró
trabajo y tenía un lugar donde vivir. Tomó contacto con Flores Soto y le solicitó la
devolución de su hijo (Giuseppe), manifestándole la mujer que por la mantención del niño
debía pagarle la suma de setecientos mil pesos. A raíz de esta situación Guzmán Castillo
concurrió a la Unidad y personal se trasladó a ese domicilio y ver la posibilidad de recuperar
el lactante, entregándolo a su madre. Se adjuntó al parte fotocopia de la orden amplia de
investigar, declaración extrajudicial de Riffo Yáñez, acta de notificación de derechos del
detenido, certificado de atención de urgencia de Riffo Yáñez y acta de reserva de testigo de
Guzmán Castillo.
c) Oficio de fojas 96, del Servicio Nacional de Menores, en el que se informa de las
adopciones internacionales otorgadas por el Tercer Juzgado de Menores de Valparaíso,
durante los dos últimos dos años.
d) Querella criminal de fojas 101, deducida por Valentín Volta Valencia, Director Regional
Metropolitano del Servicio Nacional de Menores, Sename, en contra de las personas que
señala y de todos aquellos que resulten responsables como autores, cómplices, o
encubridores por los delitos de asociación ilícita, previsto y sancionado en el artículo 292 y
siguientes del Código Penal e infractor de los artículos 41 y 42 de la ley 19.620 sobre
adopción de menores, solicitando se les condene al máximo de las sanciones penales
previstas en la ley.
e) Parte policial de fojas 114, mediante el cual se puso a disposición del Tribunal a Sonia del
Carmen Soto López, detenida el 23 de marzo del año 2001, a las 15.45 horas, en el interior
de su domicilio ubicado en Las Araucarias Nº 304, de Valparaíso, señalando que no obstante
no saber leer ni escribir, al ser entrevistada en presencia de varios testigos, la detenida
reconoció haber dado a luz el 13 de noviembre del año 2000, agregando que desde los trece
años trabaja puertas adentro en el inmueble de Sonia Contreras Quintero, dedicándose en
un principio a cuidar al hijo menor de ésta y después siguió en el lugar como asesora del
hogar, y posteriormente quedó embarazada, naciendo su hijo Bryan Soto Soto, al que
inscribió con ese nombre en el Consultorio Plaza de la ciudad de Valparaíso. Ante esta
situación Contreras Quintero le señaló que tenía a una amiga que le podía ayudar dando en
adopción a su guagua, lo que aceptó, y pasadas dos o tres semanas apareció Cristina Flores
Soto, concertando una cita en la Plaza Victoria de la ciudad. La detenida señaló que en esa
oportunidad le propuso Cristina Flores dar en adopción al recién nacido, persuadiéndola que
se lo iba a dar a un familiar y que estaría muy bien con ellos, comenzando a darle de a diez
a veinte mil pesos como ayuda, situación que se repitió en varias oportunidades, además de
comprarle vestimenta para el período escolar al hijo Antonio y se llevó al recién nacido a la
ciudad de Santiago. Pasados unos días, llegó hasta esa ciudad Cristina Flores, acompañada
supuestamente de su marido, dirigiéndose al Registro Civil e inscribiendo al recién nacido
como Sebastián Andrés Figueroa Soto y nuevamente Cristina Flores concurrió a Valparaíso,
donde tomó a Soto López y la llevó a una oficina en la que firmó un documento del cual no
tiene conocimiento, ya que no sabe leer ni escribir. Se le encontró en su poder un papel que
indica “el 17 estará ella en Valparaíso, Sra. Cristina Flores, fono 025511306 , un papel que
señala el teléfono celular 098791761, carnet de regulación de fecundidad de Soto López,
atención de urgencia maternal, certificado de asignación familiar prenatal ecografía
obstétrica de fecha 24 de octubre de 2000, protocolo ecografía, ecografía obstétrica de fecha
13 de septiembre de 2000 y certificado de nacimiento. Igualmente se adjuntó al parte
fotocopia de orden amplia de investigar, declaración extrajudicial de Soto López, acta de
notificación de derechos de detenida, fotocopia de cédula de identidad de Soto López,
fotocopia de atención de urgencia y fotocopia de remisoria.
f) Anexo fotográfico de fojas 153, de Carabineros de Chile, Prefectura de Menores, 48º
Comisaría Asuntos de la Familia.
g) Oficio de fojas 186, de Carabineros de Chile, Prefectura de Menores, 48º Comisaría de
Asuntos de la Familia, en el que se transcribe una grabación de la conversación telefónica
sostenida entre el Teniente Enzo Depaoli Guzmán, de dotación de la Sección de
Investigaciones Policiales y la señora Rocchina Picciuolo.
h) Parte policial de fojas 220, mediante el cual se puso a disposición del Tribunal a un
hombre y tres mujeres, detenidos entre el 26 y 27 de marzo del año 2001, señalando que el
personal diligenciador se constituyó en el domicilio de Mario del Carmen Vidal Hermosilla,
con la finalidad de dar cumplimiento al mandato judicial emanado del Tribunal, y al ser
entrevistado manifestó no tener participación en los hechos, aunque reconoce que mantiene
una amistad con Flores Soto y que efectivamente habría concurrido a la ciudad de Valparaíso
en compañía de esta mujer, debido a que él debía realizar unos trámites judiciales, dando
respuestas poco claras y convincentes, por lo que se efectuó un registro del inmueble,
encontrando diversas especies que se detallan.
i) Parte policial de fojas 245, mediante el cual se puso a disposición del Tribunal a dos
mujeres, detenidas el 28 de marzo del año 2001, a las 19:00 horas, en sus respectivos
domicilios, señalando que el personal diligenciador se trasladó a San Vicente de Tagua
Tagua, logrando dar con el paradero de Fuentes Solis, quien al ser entrevistada por la policía
señaló que efectivamente dio en adopción a su hija Vennedetta, después de haber conocido
a Flores Soto, quien le ofreció la ayuda necesaria para iniciar los trámites de adopción,
agregando que al momento de nacer su hija fue ingresada a la Clínica Madre e hijo, para
después del parto Fuentes Solís regresar a San Vicente de Tagua Tagua y cada vez que era
necesario iniciar una tramitación judicial, ésta concurría hasta esa ciudad. Fue así como
concurrió a los Tribunales de Puente Alto, San Miguel y a una Notaría, siendo finalmente
engañada, ya que en última instancia no quería dar en adopción a su hija. Hizo presente que
también concurrió al Tribunal de Menores de Rengo y según lo que ella manifestó
definitivamente habría dado en adopción a su hija. Por versión de Fuentes Solís, su hija se
habría mantenido por muchos meses bajo el cuidado de Huerta Rojas en el domicilio ubicado
en San Francisco de la comuna de San Miguel y meses más tarde Huerta Rojas, por
problemas de salud, habría regresado a su domicilio en Peumo y en ese lugar continuó con
los cuidados de la recién nacida Vennedetta. Agregó que según manifiesta Huerta Rojas,
efectivamente Cristina Flores la contactó en un restaurante, en donde ella se desempeña
como ayudante de cocina en la comuna de Pichidangui y le ofreció trabajo como asesora del
hogar y sobre todo como guardadora de recién nacidos, lo que aceptó, ya que le pagaría la
suma de $ 50.000 mensuales. Cuando Huerta Rojas regresó a su domicilio con la recién
nacida Vennedetta, pasados unos días, se constituyó en el inmueble Flores Soto, con otra
recién nacida de nombre Camila, ignora mayores antecedentes de ella, ya que después de
unos meses le habrían retirado las dos menores.
j) Oficio de fojas 273, de Carabineros de Chile, Prefectura de Menores, 48º Comisaría
Asuntos de la Familia, en la que se remite al Tribunal diversa documentación.
k) Parte policial de fojas 307, mediante el cual se puso a disposición del Tribunal a un
sujeto, detenido el 04 de abril del año 2001, en su lugar de trabajo ubicado en calle Arturo
Prat Nº 887, 4º piso, de la ciudad de Valparaíso, quien al ser entrevistado por el delito que
se le imputa manifestó no tener participación en el hecho y que además ya se había
presentado ante el Tribunal.
I) Oficio de fojas 327, del Servicio Nacional de Menores, mediante el cual se remite un
listado en el que se han consignado todos aquellos casos en que correspondió a ese Servicio
emitir un informe de opinión, respecto de las solicitudes de autorización de salida del país de
niños con fines de adopciones en el extranjero, presentadas durante los años 1999 y 2000,
tratándose de causas gestionadas por los diversos Tribunales de la Región Metropolitana.
ll) Oficio de fojas 387, del Servicio Nacional de Menores, en el que se informa respecto de
las solicitudes de adopciones presentadas por los abogados que se señalan.
m) Oficio de fojas 398, del Servicio Nacional de Menores, en el que se señalan las personas
vinculadas con el Programa de Adopción Internacional a nivel central.
n) Oficio de fojas 476, del Servicio Nacional de Menores, en el cual se remite un informe de
opinión, respecto a las solicitudes de autorización de salida del país de niños con fines de
adopción en el extranjero, presentados durante los años 1989 a 2000 por la abogada que se
consulta. Al respecto se informan las adopciones que patrocina la abogada, a los
matrimonios que señala residentes en el extranjero que permanecen en los registros de ese
servicio postulando a la adopción de un niño.
ñ) Oficios de fojas 526, de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras, en los
que se informan las operaciones bancarias realizadas por María Flores Soto y Mario Vidal
Hermosilla.
o) Oficio de fojas 528 bis, de la Policía de Investigaciones de Chile, Departamento Control
Fronteras, en el que se informan las posibles anotaciones de viajes que pudiera registraren
esa Jefatura Nacional doña Eliana Aragón Romero.
p) Oficio de fojas 544, de la Fiscalía del Banco del Estado de Chile, en la que se envían
movimientos de la cuenta corriente Nº 2128462.
q) Oficio de fojas 550, de la Fiscalía del Banco del Estado de Chile, en el que se informan los
movimientos de las cuentas de ahorro Nºs. 33760627181 y 32160313233, pertenecientes a
Cristina del Carmen Flores Soto.
r) Parte policial de fojas 574, mediante el cual se puso en conocimiento del Tribunal, que el
17 de marzo del año 2001, a las 16:30 horas, Silvana Bustamante Silva interpone un
denuncio por encubrimiento de menor N.N., en favor de su sobrina nacida el 13 de marzo de
2001, señalando que su hermana Patricia Bustamante Silva es casada hace ocho años con
Manuel Espinoza, de cuya relación nacieron dos hijos, Felipe de nueve años y Catalina de
seis años de edad, y hace diez meses a la fecha su hermana Patricia se separó de su
cónyuge para iniciar un período de convivencia con otra persona de nombre Luis, luego del
cual terminó esa relación debido a los malos tratos de Luis, dirigiéndose posteriormente a la
casa de su madre, y como resultado de esa convivencia Patricia quedó embarazada. Que
durante el mes de diciembre del año 2000, Patricia volvió a vivir con su cónyuge, teniendo
en ese momento seis meses de gestación, pero con la promesa de entregar al N.N. por
nacer a la denunciante. Agregó que Patricia hace un mes a la fecha junto a su cónyuge e
hijos, comenzaron a arrendar una pieza, y la dueña de casa de la que ignora todo
antecedente, le ofreció dar en adopción al menor a un matrimonio español, ofrecimiento que
fue inmediatamente aceptado por Espinoza, el que presionó a Patricia para que aceptara,
diciéndole que de lo contrario la dejaría. Posteriormente, Patricia dio a luz el martes 13 de
marzo del año 2001, en la Sección de Maternidad del Hospital Barros Luco. Manifestó la
denunciante que el jueves 15, su hermana junto a la dueña de casa la que arrienda,
inmediatamente después de salir del Hospital fueron a la casa de una guardadora, ubicada
en la comuna de Renca, ignorando todo tipo de antecedentes. Que la denunciante tiene
conocimiento por intermedio de vecinos que la dueña de casa en que viven está
acostumbrada a vender niños, agregando que la menor N.N. no ha sido inscrita en el
Registro Civil por su madre, manteniendo ésta el certificado de parto, otorgado en el
Hospital Barros Luco, escondiéndolo en el domicilio para presentarlo cuando se haga
presente el matrimonio español y registrar a la lactante como hijo suyo.
Que el 17 de marzo del año 2001, la denunciante junto a su cónyuge se presentaron en el
domicilio de Patricia con la intención de pedirle que les hiciera entrega de la menor, ya que
ellos se podían hacer cargo de ella. Posteriormente salió Espinoza, el que insultó a la
recurrente y agredió con golpes de puño a su cónyuge, manifestando que la menor de todas
maneras se iba en adopción, ya que así lo había decidido, negándose ambos a entregar todo
tipo de datos de la lactante. Entrevistada la denunciante señaló que por intermedio de su
madre se enteró que su hermana Patricia y su esposo habían hecho los contactos para dar
en adopción a su sobrina cuando todavía no había nacido, y el jueves 15 a las 12:30 horas,
su hermana la llamó del Hospital llorando y le dijo que tuviera a la niña, ya que ella tenía
problemas con su marido para tener a la menor, añadiendo que Patricia quedó en llamarla y
lo hizo el viernes 16, manifestándole que iba a conversar primero con Manuel, por lo que la
volvió a llamar y le dijo que iba a su casa a buscar a la niña, juntándose cerca de su
domicilio, momentos en que le contó que la dueña de la casa en que vive y ella le llevaron a
su hija a una guardadora en la comuna de Renca, inmediatamente después de salir del
Hospital para que no se encariñe. Se solicitó una medida de protección a favor de la menor
N.N., por el mismo hecho, al Primer Juzgado de Menores de San Miguel.
s) Cuenta de la orden de investigar decretada por el Tribunal, agregada a fojas 578.
t) Oficio de fojas 587, de la Policía de Investigaciones de Chile, Departamento. Control
Fronteras, en el que se informan las posibles anotaciones de viajes que pudiera registrar en
esa Jefatura Nacional doña María Cristina del Carmen Flores Soto.
u) Cuaderno reservado.
Declaraciones de:
v) Manuel Alejandro Espinoza Rosanoff, quien a fojas 39 y 91 y en diligencia de careo de
fojas 92, señaló ser el cónyuge de Patricia Bustamante Silva, madre de la menor N.N., de la
que se encontraba separado de hecho desde hace seis meses a la fecha, regresando ella a
su lado al lugar en que arrendaba estando embarazada, situación que le perdonó y se la
comentó a la dueña del sitio donde vivía, llamada Jacqueline Riffo, domiciliada en Gran
Avenida Nº 2660, San Miguel, a quien además le comentó que quería dar en adopción al
menor. Agregó que hay una relación de amistad entre la dueña de casa y Cristina Flores,
quien se presentó a conversar con ellos como funcionaria del Servicio Nacional de Menores,
a fin de solucionar el problema social que les ocurría, manifestando que la solución era dejar
al recién nacido al cuidado de un matrimonio extranjero que la podía acoger sin ningún
problema. La persona señaló que trabajaba en el Sename con abogados y guardadores, por
lo que le creyeron y siguieron los consejos y orientaciones que les hizo, además de haber
otros funcionarios públicos involucrados en la red, pero no conocía a nadie. Sostuvo que
nunca pensaron mal de ella y el último mes de embarazo de su cónyuge se fueron a vivir a
su casa, y ellos con sus hijos lo pasaron bien. Luego que nació la niña, se cambiaron de casa
y les perdonaron el supuesto arriendo que le debían. En ese lugar también conocieron a
Sebastián, explicándoles esta señora que era un menor abandonado y que los papeles
estaban listos, todos a nombre de ella. La señora Cristina les hizo mención que al hijo recién
nacido de su cónyuge se lo llevaría un matrimonio extranjero de nacionalidad española,
incluso su cónyuge conoció a un matrimonio español, que eran amigos del matrimonio
adoptante. Señaló que no ha recibido dinero a cambio de influir en la decisión de su cónyuge
de dar a su hijo en adopción, y que Cristina Flores los engañó, pues al parecer se dedica al
tráfico de menores.
w) Ana María Astudillo Miranda, quien a fojas 41 y 50 y en diligencia de careo de fojas 51
bis, señaló que fue contactada por la religiosa Sor Graciela de la Orden Salesiana, que se
encuentra cerca de su hogar, a fin de poder cuidar a una guagua que iba a ser adoptada por
un matrimonio extranjero, por lo que le mencionó que estaba dispuesta, agregando esta
religiosa que era una asistente social del Juzgado de Menores de Valparaíso y que nunca le
faltaría trabajo, ya que siempre tenían menores en adopción. Por lo anterior, ante este cargo
público y actuando de intermediaria la religiosa, no pensó que se trataba de algo delictivo, y
cuando conoció a Cristina Flores, su primer contacto fue telefónico, haciéndole mención de
su cargo de asistente social del Juzgado de Menores de Valparaíso y sosteniendo que había
un menor de edad por nacer que iba en trámites de adopción, por lo que necesitaba que lo
cuidara, accediendo inmediatamente por la transparencia y el cargo que investía. El segundo
contacto fue personalmente y Cristina, la madre de la guagua y ésta, señalaron que Patricia
Bustamante Silva le pagaría la suma de sesenta mil pesos por diez días, para luego retirarse
de su casa dejándole a la niña recién nacida. El viernes y sábado recibió llamados por parte
de María Cristina Flores preguntando por la niña. En declaración de fojas 50, manifestó que
en una oportunidad y antes de recibir la guagua, se comunicó con Sor Graciela, tomando
conocimiento que ella la había recomendado ante María Cristina Flores, añadiendo que a
esta última es la única a quien conoció personalmente en la red de tráfico de menores,
siendo inocente de todo cargo que se le imputa.
x) Patricia Elizabeth Bustamante Silva, quien a fojas 42 y 53 y en diligencia de careo de
fojas 56, señaló ser madre de una menor N.N., de sexo femenino, nacida el 13 de marzo del
año 2001 en el Hospital Barros Luco, y fue contactada con Cristina Flores Soto, por
intermedio de Jacqueline Riffo, dueña del sitio donde arrendaban con su cónyuge. Agregó
que Cristina se presentó ante ella y su cónyuge como funcionaria judicial, es decir, asistente
social del Juzgado de Menores de Valparaíso, con el objeto de solucionar su problema social
y familiar, teniendo conocimiento de su deseo de dar en adopción a su hija por nacer, debido
a que era producto de una relación fuera del matrimonio, la que su cónyuge rechazaba.
Cristina Flores, como trabajaba en el Tribunal de Menores de Valparaíso y en el Sename,
tenía los contactos necesarios para que su hija una vez nacida fuera entregada a un
matrimonio extranjero, ofreciéndole en un principio la suma de trescientos mil pesos por
entregar a su hija al matrimonio, a lo que le respondió que se negaba al dinero, pero igual
iba a realizar el trámite ya que quería lo mejor para su hija, en razón de que ella nada le
podía ofrecer. Hizo presente que una vez que nació la menor cambió de opinión y no quería
entregarla en adopción, pero fue presionada por Cristina Flores y se la fueron a entregar a
una guardadora en la comuna de Renca. En relación a una religiosa involucrada en el hecho,
sabe que es una tía de Cristina y que se le encargó de ubicar a la guardadora. A fojas 54,
añadió que cuando dio a luz el 13 de marzo del año 2001 a su hija, al ver su rostro y darle
alimento, se arrepintió de entregarla en adopción, y al día siguiente Cristina Flores fue al
hospital, manifestándole que debía dar en adopción a la niña, ya que estaba comprometida
con la gente. El jueves 15 la dieron de alta en el Hospital y Cristina Flores la estaba
esperando, además de darle aviso a su hermana Silvana Bustamante que cuando saliera del
Hospital le iba a ir a dejar la niña, situación con la que su hermana estuvo de acuerdo, y
luego, al salir, le manifestó a Flores que la guagua se la entregaría a su hermana; sin
embargo ésta emprendió un viaje desconocido y llegaron a una casa, se bajó y apareció una
señora, que jamás había visto, quien le arrebató la guagua y la llevó al interior de la casa,
no oponiendo resistencia, ya que sintió miedo. En un momento dado, la dueña de casa se
acercó y le ofreció un jugo y le dijo que no se preocupara, ya que la niña iba a estar bien,
por lo que Cristina tomó la guagua y la llevó al interior de la casa, salió y abandonaron el
lugar. Finalmente expuso que al llegar a la casa, le contó lo sucedido a su hermana y ésta
hizo la denuncia.
y) Claudia Andrea Guzmán Castillo, quien a fojas 75 y en diligencia de careo de fojas 78,
señaló que en el año 1998, por intermedio de una “tarotista conoció a María Cristina Flores
Soto, que en esa fecha vivía en calle San Francisco Nº 2901 de la comuna de San Miguel, y
como se encontraba en el quinto mes de embarazo, tenía problemas familiares y
económicos, no teniendo claro cómo iba a mantener al hijo que venía en camino, ya que era
madre de una niña de tres años, y una de las opciones era dar en adopción al bebé que
esperaba. Agregó que María Flores Soto le ofreció su casa, aceptando el ofrecimiento y se
fue a vivir con ella, y en esas circunstancias conoció a María Alejandra Bustos Bustos, quien
se encontraba en la casa de María Flores junto a su esposo, por lo que se hicieron amigas,
ya que tenían la misma edad. Esta mujer se encontraba con sus hijos Angelo y Yessenia, el
primero de un poco más de un año y el segundo de seis años, contándole a esta mujer que
su deseo era dar en adopción al hijo que esperaba, y posteriormente María Flores se enteró
de sus deseos y conversó personalmente con ella, manifestándole que tenía una pareja de
nacionalidad italiana interesada en su hijo y que estos extranjeros tenían previsto viajar a
Chile a conocer al niño y preparar los papeles de adopción, mostrándole las fotos de los
posibles padres adoptivos y las de los menores que ya habían sido adoptados, teniendo esta
mujer participación directa en los trámites de adopción. Añadió que María Flores jamás le
ofreció dinero para dar en adopción al hijo que esperaba; sin embargo María Alejandra
Bustos le contó que ella había dado en adopción a su hijo y que los trámites de adopción los
había realizado María Flores, recibiendo una ayuda económica por parte de los padres
adoptivos y le preguntó si aceptaba alguna ayuda que podría llegar hasta trescientos mil
pesos, a lo que expresó que bajo ninguna circunstancia estaba dispuesta a recibir dinero de
parte de terceros, ya que significaba que estaba vendiendo a su hijo y ella lo único que
quería era bienestar para él. El 12 de mayo del año 1998, en el Hospital San Borja de
Santiago, dio a luz un niño, siendo trasladada al centro asistencial por María Bustos con su
esposo de nombre José, no recuerda sus apellidos, y al salir, regresó a la casa de María
Flores, quien le dijo que era más conveniente que su guagua quedara al cuidado de María
Bustos, para que el niño no se acostumbrara a su persona, lo que aceptó. Al salir del
Hospital ya había cambiado de opinión en dar en adopción a su hijo y por este motivo
conversó con su amiga María Bustos, para que las tres conversaran el asunto, esta reunión
se hizo y le propuso a María Flores si era posible dejar a su cargo al niño por un período de
dos meses, mientras conseguía donde vivir con su hijo, ella aceptó pero dijo que tenían que
ir a una Notaría a fin de dejar una constancia, siendo la idea que en esos dos meses no se
hiciera ningún trámite de adopción. Dejó establecido que el mismo día que salió del Hospital,
inscribió al menor con los nombres mencionados, ya que los futuros padres iban a ser
italianos, además tenía la palabra de María Flores, que en el supuesto caso de que se
arrepintiera iba a ayudar a cambiar los nombres del niño. Añadió que antes de que se
cumplieran los dos meses ya había conseguido un inmueble donde vivir con sus hijos, por lo
que llamó a la casa de María Flores y como no estaba conversó con María Bustos, a quien le
dijo que dentro de una semana iría a buscar al niño, y ese mismo día la llamó María Flores,
manifestándole que le entregaba al niño previo pago de la suma de setecientos mil pesos,
para cubrir los gastos en que había incurrido durante los casi dos meses en que el niño
había estado a su cargo, por lo que le señaló que era imposible pagar dicha suma.
Finalmente expuso que debido a la negativa en devolverle a su hijo, se vio en la obligación
de concurrir a Carabineros y funcionarios policiales fueron a la casa de Flores, logrando la
recuperación de su hijo.
z) Myriam Jacqueline Riffo Yáñez, quien a fojas 86, señaló que por un espacio de diez años
conoce a María Flores Soto, en un principio como clienta, ya que en esa época junto a su
suegra trabajaban en una ferretería, por lo que en más de una oportunidad fue a su casa,
para fiestas de cumpleaños y de fin de año, no indicándole jamás a lo que se dedicaba, sino
que sólo habían rumores que se hacía trámites de adopciones de niños, de lo que se enteró
hace cinco años. Agregó que por espacio de nueve años conoce al matrimonio formado por
Manuel Espinoza y Patricia Bustamante, y el primero, desde el año pasado, trabaja en su
empresa, en tanto ambos desde noviembre del año 2000 hasta el 15 de enero del año 2001,
vivieron en una pieza que le arrendaba, y posterior a esta fecha el matrimonio se fue a vivir
a la casa de María Flores Soto, facilitándole el vehículo para tal efecto. Sostuvo que Patricia
Bustamante al momento de irse de su domicilio tenía ocho meses de embarazo, y el bebé
que esperaba no era producto del matrimonio, señalándole esta mujer que su deseo era dar
en adopción al bebé que esperaba, en tanto su esposo Manuel Espinoza jamás se pronunció
sobre el hecho, preguntándole tiempo después a Espinoza por el bebé y éste le dijo que
había fallecido. Finalmente manifestó que a fin de año, en una fiesta que se hizo en el
negocio, concurrieron María Flores y Patricia Bustamante, teniendo entendido que ahí se
conocieron.
ai) María Graciela Soto Barra, quien a fojas 94, señaló que hace más de cinco años conoció a
Ana Astudillo Miranda como feligresa, cuando llegó a la comuna de Renca a dar inicio al
Santuario de Laura Vicuña y hace diez años conoció a María Flores Soto, la que dejó de ver
por muchos años, ya que a veces sólo la veía de vista sin intercambiar palabras, recordando
que en el mes de diciembre del año 2000, concurrió a la capilla y tuvo una conversación
pasajera con Ana Astudillo, manifestándole que tenía problemas económicos y si era posible
que le buscara algún trabajo, de preferencia cuidar ancianos, por lo que le señaló que si
tenía algún dato le avisaría. A mediados de enero del año 2001, no sabe si en Renca o en la
Gran Avenida, conversó con María Flores Soto, quien le señaló si conocía a alguna persona
que pudiera cuidar a un bebé, recordando en ese momento el problema de Ana Astudillo y
pensó que esta señora podría tener alguna posibilidad de trabajo. Agregó que la información
se la dio a una persona de nombre Malena, que se desempeña como asistente social de la
Capilla José Carpintero de Renca, entregándole el teléfono de María Flores para que se lo
hiciera llegar a Ana Astudillo y ambas conversaran acerca del trabajo. Finalmente expuso
que de los hechos que se investigan en el Tribunal no tiene ningún antecedente.
bi) Silvana Alicia Bustamante Silva, quien a fojas 159 y 577, señaló estar casada con Marco
Antonio Fuentes Riveras, teniendo cuatro hijos en común cuyas edades son 19, 17, 12 y 7
años, y Patricia Bustamante es su hermana y está casada con Manuel Alejandro Espinoza,
con quien tiene dos hijos de 8 y 5 años. Agregó que en el mes de febrero del año 2000,
Patricia abandonó a su esposo y se fue a vivir con una tercera persona, llevándose a los
niños, y pasados unos cuatro meses su hermana llegó a la casa de su madre Noemí Silva
Silva en compañía de los niños, ya que se encontraba embarazada, contándole que la
persona con quien se había ido a vivir le había dado mala vida y por eso lo dejó. Con el paso
del tiempo, su hermana se fue reconciliando con su esposo, yéndose a vivir juntos en el mes
de diciembre del año 2000 a la casa de la patrona de su cuñado, y en una oportunidad en
que visitó a su madre, conversó con su hermana, manifestándole ésta que su deseo era dar
en adopción al hijo que esperaba y era una de las condiciones que le imponía su esposo para
volver a vivir juntos. En el mes de febrero del año 2001, en casa de su hermana Gloria
Bustamante, se juntó con Patricia quien le dijo que estaba viviendo junto a su esposo e hijos
en otra casa, no contándole nada acerca de la persona que le arrendaba la casa, y tampoco
el domicilio, y en esa oportunidad estaba en el octavo mes de embarazo, perdiendo desde
esa época contacto con su hermana. Añadió que el 15 de marzo recibió un llamado de
Patricia Bustamante, quien le dijo que estaba en el Hospital Barros Luco y que había dado a
luz a una niña y si era posible llevar a la menor a su casa, ya que tenía problemas con su
esposo, por lo que le indicó que no tenía problemas, pero no llegó, y el 16 de marzo recibió
otra llamada de su hermana Patricia, manifestándole que se encontraba en un problema y
que al momento de abandonar el Hospital y dirigirse a su casa, la persona que le arrendaba
la había subido a un auto con la guagua y la había trasladado a otro lugar, pese a que según
ella quería que la trasladara a su casa, agregando que en ese momento no tenía la guagua y
que había sido llevada a Renca, encontrándose con su esposo e hijos en la casa que
arrendaba. Además, le indicó que se había arrepentido en dar en adopción a la guagua y le
insistió si podía hacerse cargo de ella, manifestándole que no tenía problemas y en ese
momento se cortó la llamada. Posteriormente ella le devolvió la llamada y le contestó una
mujer, quien le dijo que no arrendaba con teléfono, sosteniendo que su hermana se
encontraba enferma y que no tenía antecedentes de la guagua, para luego cortarle la
comunicación al momento de solicitarle la dirección. Dejó pasar unos minutos y volvió a
llamar y recibió la misma respuesta anterior, recibiendo posteriormente una llamada de su
hermana Patricia, con quien quedaron de juntarse en la Gran Avenida, en el paradero tres y
medio, llegando al lugar con su otra hermana Gloria, en donde Patricia le señaló que quería
entregarle a la niña y le dijo que conversara con su cuñado Manuel Espinoza. Aduce que ese
mismo día conversó con él en su trabajo, pero éste le dijo que no aceptaba que se hiciera
cargo de la guagua e insistió en que ésta tenía que irse en adopción, ya que los futuros
padres adoptivos venían desde España, por lo que ante este hecho concurrieron a la
Comisaría de San Gerónimo de Puente Alto, en donde no le dieron solución. Al día siguiente
con su hermana llegaron al domicilio de Patricia, su esposo conversó con ésta y llegaron a
un acuerdo que ellos cuidarían a la guagua. Finalmente fueron a la Comisaría de San Miguel,
y de ahí fueron derivadas a la 48º Comisaría y le solucionaron el problema. El 19 de marzo
del año 2001, entre las 21:00 y 22:00 horas, junto a su hermana Patricia llegaron a la
comuna de Renca y Carabineros recuperó la guagua. Finalmente expuso que no conoce a
María Flores Soto ni a Ana Astudillo.
ci) María Alejandra Bustos Bustos, quien a fojas 162 y en diligencias de careo de fojas 165 y
238, señaló que el 06 de diciembre del año 1993, en el Hospital Salvador, dio a luz una niña
a la que llamó Carla Constanza Rojas Bustos, y a esa fecha ya era madre de otra menor de
meses de edad. Recuerda que Carla nació enferma y la trasladaron al Hospital Calvo
Mackenna, permaneciendo hospitalizada alrededor de cuatro meses, y días antes del alta,
debido a los problemas económicos por los cuales estaba pasando, como no podía pagar la
hospitalización ni menos mantener a la niña, se puso en contacto con una visitadora social
del centro asistencial mencionado de nombre Eliana, no sabe sus apellidos, quien le señaló
que tenía una conocida que también era asistente social de nombre María Cristina Flores
Soto, que podía ayudarla en su problema. A la asistente social del Hospital Calvo Mackenna,
le había expresado que sus deseos eran dar en adopción a Carla, y pasados unos cuatro
meses, cuando dieron de alta a la niña en el mismo centro hospitalario, conoció a una
persona que se identificó como María Cristina Flores Soto, que señaló ser asistente social y
que iba de parte de una colega de nombre Eliana. Al salir del Hospital esta mujer la trasladó
a una Notaría, que se ubica en la Gran Avenida, firmándole un papel donde le dejaba la
tuición de su hija, para luego esta mujer llevarse a la niña a su casa. Agregó que María
Flores jamás le ofreció dinero y tampoco lo habría aceptado, y pasados unos cuatro meses
esta mujer la ubicó y le dijo que necesitaba su firma para que la niña pudiera salir con
destino a Italia, ya que tenía padres adoptivos, firmando un papel donde daba en adopción a
la niña, lo que se hizo en un Juzgado de Menores de la comuna de San Miguel. Transcurrido
un mes, nuevamente María Flores la ubicó y le dijo que le sacara pasaporte a la niña, lo que
hizo. Hizo presente que en esa época se encontraba embarazada y tenía los mismos
problemas anteriores, por lo que María Flores le ofreció su casa y se fue a vivir con ella a la
calle San Francisco, junto a su hija mayor de nombre Yessenia Rojas, teniendo a esa fecha
tres a cuatro meses de embarazo y permaneció todo ese período en el lugar. El 26 de
septiembre del año 1995, dio a luz en el Hospital Barros Luco, inscribiendo al recién nacido
con el nombre de Francisco Franco Imperioso Bustos, el que propuso María Flores, ya que le
tenía un padre adoptivo a su hijo y estaba de acuerdo con darlo en adopción. Al salir del
Hospital se dirigió al domicilio de María Cristina, pues se había arrepentido en dar en
adopción a su hijo, lo que le comunicó a esta mujer, quien le manifestó que si quería
recuperarlo tenía que pagarle todo lo que había gastado en ella y en el menor, no
hablándose de cantidad pero era una suma alta, ya que Flores se había hecho cargo de los
gastos en el Hospital y en esa casa estuvo más o menos cuatro meses en recuperación,
tomando ella misma sus cosas, para luego echarla de la casa y quedarse con el niño.
Sostuvo que en esa casa vio a un matrimonio de Italianos, quienes iban a buscar a una niña
de nombre Venedetta, de tres a cuatro años, la que estaba en la casa de Cristina. Dejó
establecido que pasado un tiempo, Flores llegó al lugar en que vivía e hizo los mismos
trámites anteriores en relación a la primera guagua, pero esta vez en un Juzgado que está
ubicado en Compañía firmó un papel donde daba en adopción a su hijo Francisco, sin existir
dinero de por medio. Añadió que a fines del año 1997, Cristina Flores llegó a su casa y le
pidió que cuidara su inmueble ubicado en San Francisco, ya que ella viajaría a Brasil y lo
haría con sus hijas, por lo que aceptó y junto a su conviviente José Escobar y su hija
Yessenia y Ángelo Escobar se trasladaron a la casa de María Flores, previo a lo cual la hizo
firmar un papel en una Notaría en el que se indicaba que la pieza que iba a ocupar sería
arrendada en la suma de treinta y cinco mil pesos, y al llegar al lugar conoció al matrimonio
conformado por Nicoleta y Antonello, según los cuales estaban en trámites de adopción de
una niña de nombre Pilar. Al concurrir a la casa de Flores habían dos niñas a las cuales tenía
que cuidar y conoció a una mujer de nombre Claudia Guzmán Castillo, que se encontraba en
compañía de su hija de nombre Constanza, a quien acompañó al Hospital para que se
mejorara, la que posteriormente se arrepintió en dar en adopción a su hijo de nombre
Giussepe de meses de edad, retirando al final Carabineros a la guagua, la que ella entregó
en los momentos que no estaba Flores en la casa, provocando que ésta se enojara con ella
por lo que había hecho. Finalmente expuso que en esa casa permaneció hasta mediados de
octubre de 1998, y a mediados de septiembre del año 2000 Flores fue a su domicilio a
pedirle que cuidara a una guagua, lo que no aceptó y de esa fecha nunca más la vio.
di) Sonia del Carmen Soto López, quien a fojas 171 y en diligencia de careo de fojas 173,
señaló que cuando era trasladada en el carro de Gendarmería, se encontró con Cristina
Flores, manifestándole que nada hablara, ya que ella la iba a ayudar. Agregó que en el año
2000 se enteró que estaba embarazada, cuando se desempeñaba como niñera en la casa de
Sonia Contreras Quinteros, ubicada en Salvador Donoso Nº 1491 de Valparaíso, a quien le
contó lo que sucedía, señalando que le iba a presentar a una amiga, para que se hiciera
cargo de la guagua. Una vez que su hijo nació conoció a la persona a quien se refería su
patrona, la que le ofreció ayuda para su hijo llevándoselo de inmediato a Santiago, y
posteriormente Flores viajó en varías oportunidades a Valparaíso, entregándole dinero en
tres ocasiones, sumando en total cuarenta mil pesos. Reconoce como suya la firma en el
documento que se le exhibe, y sostiene que efectivamente Flores, en una de las
oportunidades que viajó a Valparaíso, la llevó hasta las oficinas de un abogado de nombre
Hugo, donde suscribió tal acta. A su hijo lo inscribió en el Hospital Van Buren, como Bryan
Soto Soto; sin embargo, cuando Flores la acompañó a inscribir al niño al Registro Civil, le
sugirió que lo inscribiera como Sebastián Andrés Figueroa Soto, ya que el padre biológico de
su hijo se negó a reconocerlo. Añadió que siempre Cristina Flores se presentó como
asistente social de un Juzgado de Menores de Valparaíso, ofreciéndole cuatrocientos mil
pesos cuando le fuera bien y se diera en adopción al menor.
ei) Sonia Berta Contreras Quinteros, quien a fojas 175 y en diligencia de careo de fojas 177,
señaló que en el mes de febrero del año 2001 llegó a su casa Sonia Soto López, a la que
conoce hace tiempo ya que había sido su empleada, manifestándole que deseaba dar en
adopción a su guagua que a esa fecha tenía como un mes de edad, debido a que no estaba
en condiciones de alimentarla, pese a que le indicó que trataría de ayudarla. Conversó esta
situación con María Yévenes, que tiene un negocio en la Plaza Sotomayor, quien le dijo que
tenía a una persona conocida amiga de sus padres que vivía en Santiago y hacía trámites de
adopción, agregando que cuando fuese a Valparaíso la llamaría para ponerse de acuerdo. Un
día determinado, a las 11:30 horas, Yévenes la llamó manifestando que su amiga de
Santiago había llegado a Valparaíso y que fuera a la Plaza Victoria, dándole las
características físicas de la persona, e indicándole además el vehículo que conducía.
Concurrió a la Plaza Victoria y se juntó con la señora de nombre Cristina Flores, quien se
encontraba acompañada de un señor de mediana edad y de dos niñas, según ella sus hijas,
al igual que de Sonia Soto López, que estaba con una guagua. Flores mandó a Sonia Soto al
Registro Civil para que su bebé fuera inscrito, y a los pocos minutos Cristina Flores se dirigió
al mismo Servicio, en tanto el varón se quedó sentada con ella, y luego se fue a su casa y el
señor se quedó en el lugar a la espera de Cristina Flores. Agregó que pasados unos días,
llegó a su casa Sonia Soto López, quien le contó que había entregado a su guagua con todos
los papeles a Cristina Flores, y posterior a estos hechos, esta mujer se comunicó con ella
para que le diera recados a Sonia Soto, con el objeto que le señalara el lugar donde se
juntarían cuando viajara a Valparaíso. En tres oportunidades llamó a Cristina Flores por
encargo de Sonia, que era la que conversaba con esta mujer, correspondiéndole únicamente
hacer el contacto telefónico. Sostuvo que hace un mes Cristina Flores fue a su casa,
acompañada de la guagua de Sonia Soto, no conversando nada, ya que sólo le pidió permiso
para ingresar al baño, y tiene entendido que su hermana Elena Contreras Quinteros conoce
a Cristina Flores, por intermedio de María Elsa Yévenes, pues su hermana trabaja para ella
en una agencia de viajes, ubicada en la Plaza Sotomayor.
fi) Funcionario de Carabineros Pedro Alejandro Zuloaga Núñez, quien a fojas 184, señaló que
tiene la información referente a la persona de nombre “Eliana , quien cumpliría funciones de
asistente social en el Hospital Calvo Mackenna. correspondiendo su individualización a Eliana
Isabel Iglesias Carreño.
gi) Eliana Isabel Iglesias Carreño, quien a fojas 206 y en diligencias de careo de fojas 212,
238 y 266, señaló que desde los años 1980 a 1997, se desempeñó en el Hospital Calvo
Mackenna, ubicado en Antonio Varas Nº 360, y hace cuatro años, cuando trabajaba en dicho
centro asistencial, llegó a su fiesta de cumpleaños Mario Vidal Hermosilla, acompañado de
un amigo al que conocía, y en una oportunidad Vidal llegó a su lugar de trabajo, a fin de
obtener la atención médica para un niño, lo que hizo como era su deber. Una vez que dejó
de cumplir funciones en el Hospital Calvo Mackenna, se trasladó al Centro de Referencia de
Salud Cordillera Oriente, dependiente del Ministerio de Salud, en donde trabajó como
asesora de la dirección, no concurriendo en ninguna oportunidad al lugar Mario Vidal, y en el
mes de enero del año 1999 jubiló y se fue a trabajar al Hogar de Menores “El Arca , ubicado
en calle Los Olmos con Joaquín Rodríguez, que es un internado dependiente del Sename
para niños en riesgo social, prestando servicios por doce horas semanales y a honorarios.
Hizo presente que en ese hogar se dio por iniciada la nueva ley de Adopciones, recordando
que Vidal la llamó a fines del año 2000, pidiéndole que lo asesorara para formar una
fundación para adopción de menores, similar a las ya existentes, manifestándole que si lo
hacía conforme las normas legales vigentes, ella prestaría asesoría profesional, pero este
proyecto no prosperó y desde esa fecha que no ha vuelto a ver a Vidal. Finalmente expuso
que no conoce a Cristina Flores, Alejandra Bustos o Hugo Montenegro. En diligencia de careo
de fojas 238, señaló que recuerda haber atendido en el Hospital Calvo Mackenna a María
Bustos y también conoció a Cristina Flores, no sabe en qué circunstancias, la que le dijo que
necesitaba trabajar y cuidar niños. Añadió que en una oportunidad se le acercó Flores y al
parecer se había enterado que Bustos quería dar en adopción a su hija, ofreciéndose para
cuidarla e indicándole que se pusiera en contacto con Bustos.
hi) Violeta Carmen Cerda Isidin, quien a fojas 208 y en diligencias de careo de fojas 210 y
240, señaló ser madre de dos hijos de 17 y 13 años de edad, y hace alrededor de nueve
años conoce a Mario Vidal Hermosilla, por intermedio de una sobrina de nombre Claudia
Marcela Corales, que a esa fecha estaba haciendo su práctica en la oficina del abogado
Fernando de Laire, siendo Vidal su secretario, agregando que desde esa época este sujeto le
consultó si estaba en condiciones de cuidar a un niño, que estaba en trámites de ser
adoptado, por lo que aceptó el ofrecimiento, pactándose una cierta cantidad de dinero, esto
es, treinta mil pesos, más la alimentación y los gastos inherentes al cuidado de un niño.
Sostuvo que el nombre de la niña era Joselyn Bobadilla Bobadilla, a quien recibió de tres
meses y la entregó de un año y diez meses, siendo los padres adoptivos norteamericanos,
todo lo cual se hizo vía Tribunal, y cuatro años después concurrió a las oficinas del abogado
y conversó con Vidal, manifestándole éste que tenía un niño para ser cuidado, por lo que se
pagaría la suma de ochenta mil pesos, con alimentación, vestuario y el médico aparte,
tratándose de un menor muy enfermo de nombre Juan Carlos Gómez. Después, en las
mismas condiciones, cuidó a Daniel García y Gabriela Huerta, que era un niña muy enferma
por la que le pagaron la suma de noventa y cinco mil pesos. Añadió que Juan Gómez y
Daniel García, fueron adoptados por un mismo matrimonio de nacionalidad norteamericana,
en tanto Gabriela Huerta fue adoptada por un matrimonio alemán. Posteriormente, le
llevaron a la menor Adriana Garrido, quien también fue adoptada por un matrimonio
norteamericano, comenzándole a pagar la suma de cien mil pesos con alimentación y
médico aparte, y tiempo después llegó el menor Francisco Javier Gálvez, quien fue adoptado
por un matrimonio español, para luego recibir a la niña Maciel Fuenzalida, de seis meses, la
que también estaba enferma, quien fue adoptada por un matrimonio alemán y finalmente, el
6 de septiembre del año 2000, le fue llevada una menor de nombre Anais Alejandra Ramírez
Arzola, que no alcanzó a ser adoptada, quien era hermana de Adriana Garrido e iba a ser
adoptada por el mismo matrimonio. Añadió que en sólo dos casos no conoció a las madres
biológicas de las menores que le fueron entregadas, que fueron las dos niñas enfermas a
que hace mención en su declaración, y de las ocho menores que ha cuidado, seis le fueron
entregadas en la oficina del abogado Vidal y las otras dos niñas enfermas se las llevó a su
casa Mario Vidal, en tanto, al momento de ser detenida, se encontraba en su casa Anaís
Ramírez. En su domicilio le encontraron fotografías de todas las menores fue fueron
adoptadas las que le eran enviadas por los padres adoptivos, a fin de que viera el
crecimiento de las menores, recordando que a mediados del año 1999, cuando estaba a su
cargo el menor Francisco Javier Gálvez, llegó a su casa una persona que se identificó como
Cristina, quien concurrió acompañada de un matrimonio italiano, tomándole este último
fotografías al menor y posterior a esa fecha no volvió a ver a Cristina. Finalmente expuso
que Mario Vidal la llamó por teléfono y le dijo que iría a visitarla Cristina.
ii) Maricel del Carmen Arzola Rodríguez, quien a fojas 214 y en diligencias de careo de fojas
240 y 244, señaló que cuando tenía siete meses de embarazo, en el año 1998
aproximadamente, estaba pasando por un gran problema económico y familiar, por lo que
decidió dar en adopción a la guagua que esperaba, conociendo a una persona cuyo nombre
no recuerda, que le hizo entrega de una tarjeta de una oficina jurídica donde podrían
ayudarla. Se dirigió a esa oficina, ubicada en la Plaza de Armas, en un sexto piso, y conoció
a Mario Vidal, a quien le explicó su problema y éste se ofreció en ayudarle, en el sentido que
le haría los trámites legales para la adopción de una guagua que esperaba, no recibiendo
dinero. En esa época vio seguido a Mario Vidal, el que incluso la fue a buscar al Hospital San
Juan de Dios cuando dio a luz a su hija, oportunidad en que llegó acompañado de una
señora de nombre Violeta e hizo entrega de la niña, a la que llamó Adriana Garrido Arzola, lo
que le consta ya que la pasó por el civil. Pasadas unas semanas concurrieron con Vidal a una
Notaría, firmando una carta de renuncia de todos los derechos como madre de Adriana
Garrido, y transcurrido el tiempo acompañó a Vidal a un Juzgado de Menores, dándole en
adopción plena a su hija, pese a que nunca tuvo contacto con los padres adoptivos; sin
embargo está en antecedentes que la niña fue sacada del país, no recibiendo dinero por
nada. Agregó que en los primeros meses del año 2000, nuevamente quedó embarazada y ya
tenía a su cargo a una niña de dos años, y como estaba pasando por un problema
económico, se puso en contacto con Mario Vidal, concurriendo nuevamente a su oficina y
expresándole el problema, pero éste le dijo que la ley de adopciones había cambiado y que
tenía que esperar seis meses para poder presentar los trámites de adopción en un Tribunal,
estando ella de acuerdo en entregar a guagua que esperaba. El 18 de septiembre del año
2000, en el Hospital San Juan de Dios, dio a luz a una niña de nombre Anaís Alejandra
Arzola Arzola, recordando que en esa oportunidad Vidal concurrió nuevamente al Hospital
acompañada de la cuidadora Violeta Cerda, a quien le hizo entrega de la niña, no teniendo
conocimiento del lugar donde fue conducida, añadiendo que no pidió ni le ofrecieron dinero.
Vidal le expresó que sería visitada por funcionarios del Sename y posterior a esto sería
llamada al Tribunal de Menores, y el 18 de marzo del año 2001, se cumplirían los seis
meses, tiempo durante el cual no ha vuelto a ver a su hija Anaís, tomando únicamente
conocimiento que se encontraba bien, según lo manifestado por Vidal. Finalmente expuso
que en una oportunidad tuvo contacto con el abogado Fernando De Laire, cuando fue al
Tribunal de Menores a firmar los papeles de su hija Adriana, y todas las otras veces actuaba
Vidal.
ji) Marcela Adriana Fuentes Solís, quien a fojas 257 y en diligencia de careo de fojas 264,
señaló que en el año 1991 quedó embarazada, producto de una violación, y como en ese
tiempo se encontraba soltera y trabajaba en una quinta de recreo, su deseo era dar en
adopción al hijo que esperaba, por lo que, cuando tenía seis meses de embarazo y se
encontraba en San Vicente de Tagua Tagua, se hizo presente en su casa una persona que se
identificó como Cristina Flores, quien le manifestó que era ayudante en los Juzgados de
Menores, explicándole su problema y sus deseos de dar en adopción al hijo que esperaba.
Agregó que María Flores le indicó que la ayudaría y que le buscaría padres adoptivos al hijo
que esperaba, a lo que estuvo de acuerdo y no le ofreció dinero, y posterior a esto la vio en
otras dos oportunidades, ya que ella la visitaba. El 21 de abril del año 1992, encontrándose
con dolores, en forma sorpresiva se hizo presente María Cristina Flores, quien la trasladó a
Santiago, llegó a su casa ubicada en calle San Francisco de la comuna de San Miguel, en
donde vio a dos menores que eran hijos de esta mujer, y luego la trasladó a una Clínica de
nombre “Madre y Niño , dando a luz al día siguiente a una niña, a quien no alcanzó a
inscribir por el civil, no obstante posteriormente lo hizo a instancia. de Patricia y le puso
Benedeta Fuentes Fuentes. Al salir de la clínica, María Flores la llevó a su casa junto a la
niña, pero desde ese momento no la volvió a ver hasta que tenía como cuatro años,
ignorando quien pagó los gastos del parto. Después de dar la niña a María Flores, ésta la
trasladó a diversas partes, a Tribunales, Corte Suprema y a El Mercurio, ya que se iba a
colocar un aviso de la salida del país de su hija, y ante un Tribunal de Menores, ubicado en
San Miguel, firmó los papeles de adopción. Dejó establecido que cuando Benedeta tenía
como tres años vio a los padres adoptivos, los que eran brasileños, y cuando la menor tenía
dos años de edad y estando en trámite la adopción, le manifestó a Flores que se había
arrepentido en dar en adopción a su hija, pero ésta le señaló que no era posible, ya que
tenía padres para ésta y la llevó ante una asistente social, de unos cuarenta años de edad,
indicándole nuevamente que se había arrepentido en dar en adopción a su hija. Añadió que
a Yolanda Huerta Rojas, la conoce desde que abandonó la Clínica “Madre y Niño , ya que
ésta se encontraba acompañada de Cristina Flores y la ayudó a llevar a la niña, tomando
conocimiento que Huerta cuidaría a su hija mientras se llevaban a efecto los trámites de
adopción, y al regresar a Santiago firmó los papeles de adopción en la casa de Flores y
volvió a ver a Huerta. Finalmente sostuvo que después de haber firmado los papeles de
adopción pasaron cuatro años y Flores fue a su casa con Benedeta y les padres adoptivos,
según los cuales iban a ver dónde había nacido su hija adoptiva, y desde esa fecha que no
ha visto a Benedeta, sólo por fotos que le entregó Flores.
ki) Yolanda de las Mercedes Huerta Rojas, quien a fojas 260 y en diligencia de careo de fojas
265, señaló que en el año 1990, cuando trabajaba como garzona en un restaurante en la
comuna de Pichidangui, conoció a Cristina Flores, que era amiga de los dueños, y posterior a
esto se empezaron a ver con frecuencia, y en una oportunidad Flores le dijo que necesitaba
a una persona para cuidar a un niño que iba a ser adoptado, por lo que viajó a Santiago y se
hospedó en la casa de Flores, ubicada en San Francisco, de la comuna de San Miguel,
conociendo a una niña de meses de edad, la que según Cristina Flores era su hija. Agregó
que estando en esa casa, llegó una persona de nombre Marcela Fuentes, quien estaba
embarazada y para mejorarse se le trasladó a una clínica, en donde dio a luz a una niña y
junto a Cristina Flores fueron a la clínica a buscarla, haciéndoles entrega de la menor y
mientras se buscaban los padres adoptivos, a la niña se le puso el nombre de Benedeta
Asunción. Durante un mes estuvo en casa de Flores cuidando a la niña, para lo cual se le
ofreció la suma de cincuenta mil pesos por su trabajo y luego se llevó a la niña a Pichidegua,
en donde permaneció unos dos meses, concurriendo posteriormente María Flores para
llevársela, ya que según ella le tenía padres adoptivos de nacionalidad Italianos, a quienes
conoció. Pasado un mes María Flores fue a su casa y le hizo entrega de una niña de nombre
Camila de un mes de edad, por lo que la llevó a su casa y estuvo alrededor de un mes
mientras se llevaban a efecto los trámites de adopción, para luego Cristina retirar a la niña,
y transcurridos dos años llegó a su casa Cristina Flores llevando dos niños entre los que se
encontraba Camila, que a esa fecha tenia tres años y un menor de nombre Alex de tres
años, los que retiró al poco tiempo de su casa. Sostuvo que hace unos tres años, al ir a
visitar a su hijo que estaba detenido en Peumo, vio a María Flores que estaba en el mismo
recinto carcelario, por lo que conversó con ella, ofreciéndole cuidar a un niño, y cuando salió
en libertad le hizo entrega de un menor de nombre Pablo González Ñancupil, quien
permaneció en su casa por seis meses. Este niño estaba enfermo y de su propio dinero pagó
los gastos médicos y remedios, y hace alrededor de siete meses fue la última vez que vio a
María Flores, con quien conversaron un rato pero nada relacionado con menores.
li) Funcionario de Carabineros Arsenio Eduardo Bravo Torres, quien a fojas 281, policía,
ratificó íntegramente los partes de fojas 1 y siguientes, 79 y siguientes, 114 y siguientes,
191 y siguientes; 220 y siguientes, 245 y siguientes.
lli) Funcionario de Carabineros Dino Viazzi Olivares, quien a fojas 282, ratificó íntegramente
los partes de fojas 1 y siguientes, 79 y siguientes, 114 y siguientes, 191 y siguientes, 220 y
siguientes y 245 y siguientes
mi) Funcionario de Carabineros Miguel Antonio Herrera Benítez, quien a fojas 283, ratificó
íntegramente los partes policiales que rolan a fojas 1 y siguientes, 79 y siguientes, 114 y
siguientes, 191 y siguientes, 220 y siguientes y 245 y siguientes.
ni) Funcionario de Carabineros Pedro Alejandro Zuloaga Núñez, quien a fojas 284 y 373,
ratificó íntegramente los partes policiales que rolan a fojas 1 y siguientes, 79 y siguientes,
114 y siguientes, 191 y siguientes, 220 y siguientes y 245 y siguientes.
ñi) Hugo Reginio Montenegro Díaz, quien a fojas 300, 377 y 382 y en diligencia de careo de
fojas 402, señaló que es egresado de derecho desde el año 1990, de la Universidad Católica
de Valparaíso, y una vez que egresó comenzó a trabajar con el abogado Rayo del Campo,
que tenía varios tipos de proceso, en uno de los cuales tenía como clienta a María Cristina
Flores. Esta los llamó a las oficinas de Esval, donde se desempeñaba como Procurador de la
Fiscalía, proponiéndole que lo asesorara en los trámites legales de una adopción para un
matrimonio Italiano, por lo que aceptó dicha proposición, ya que todo estaba en regla,
situación que data entre los años 1994 y 1995. Hizo presente que el abogado jefe de Esval
Horacio Varela Espejo, lo patrocinó en la causa, la que terminó con sentencia en el Tercer
Juzgado de Menores de Valparaíso, que conoce materias de protecciones. Posterior a esto
intervino en dos adopciones por año, realizando hasta el año 1999 alrededor de diez
adopciones y luego de la entrada en vigencia de la ley ha concretado dos adopciones, todas
legales. Agregó que con Cristina Flores intervino en doce adopciones aproximadamente, y
para ello, esta mujer se comunicaba por teléfono y le señalaba que existía un matrimonio
extranjero interesado en adoptar, por lo que él concurría al Sename de la Quinta Región o a
distintos Juzgados de Menores a fin de ubicar a un menor en situación de abandono y
cuando ubicaba a un menor de estas características le informaba vía fax a Flores, para que
ella tomara contacto con el matrimonio extranjero. Cuando éstos daban su conformación,
debían remitir todos los documentos que exigía la ley chilena, los que eran recibidos por su
persona, legalizados y presentados ante el Sename y Juzgado, dándose inicio a los trámites
de adopción. Una vez iniciadas las gestiones judiciales que establece la ley y aprobados los
documentos por el Sename, se dicta sentencia de abandono y le solicitaba al matrimonio
adoptante que viajara a Chile a objeto de que compareciera al Tribunal, al Sename y al
Registro Civil, y una vez concluidos los trámites se podía salir del país con el menor, todo lo
cual duraba nueve meses a un año. En todas las adopciones en que intervino se trataba de
niños mayores de tres años, los que llevaban varios años internos en hogares de protección
por orden judicial y que no tenían posibilidades de ser adoptados por matrimonios chilenos.
El trato económico pactado con Flores, consistía en que él cobraba sus honorarios por las
gestiones realizadas y le participaba a Flores con el 50%, ya que ella era la que colocaba al
cliente. Añadió que el documento que rola a fojas 1 bis del cuaderno de documentos fue
redactado por él sobre la base de las instrucciones que recibió de Flores y Sonia Soto, las
que concurrieron a sus oficinas en enero del año 2001, y por este hecho no cobró
honorarios, tampoco se le conversó en relación a un trámite de adopción respecto de este
menor. A Mario Vidal lo conoció por intermedio de Cristina Flores Soto, el año 2000, ya que
ambos concurrieron a Valparaíso y almorzaron juntos, no conversando temas relativos a
adopciones, solo en relación a las modificaciones legales que se habían producido en relación
a esta ley y a Mario Vidal le dio su tarjeta por si necesitaba alguna asesoría legal en
Valparaíso, lo que hasta el momento no ha ocurrido. Finalmente sostuvo que al momento de
conocer a Flores Soto, ésta se presentó como dueña de casa. En declaración de fojas 377,
señaló que el documento que se le exhibe y que rola a fojas 20 del Cuaderno de documentos
Nº 2, fue redactado por él y enviado desde su oficina en Valparaíso a Flores, y en cuanto a
los documentos 1 y 2 de cuaderno de documentos Nº 2, la firma y la cédula de identidad le
pertenecen al igual que la huella digital, este documento no es para la tramitación de
adopciones, es un poder extendido a un abogado italiano, para que en su nombre cobre un
dinero que se le adeuda, documento que fue redactado por el mismo abogado italiano Vitto
Claut, no percatándose el día en que fue a firmarlo que comparecía como abogado, y la
copia autorizada se la entregó a Flores para cuando tuviese que enviar otros documentos a
Italia. A fojas 382, al ser consultado por el documento que rola a fojas 21 del cuaderno de
documentos Nº 2 reconoce la firma del mismo, pero no haber escrito la palabra abogado, ni
los guarismos que figuran en él. Aduce que el documento lo rubricó en la oficina del Sename
de Pedro de Valdivia y la documentación a que se refiere se la entregó la señora Verdugo,
quien trabaja en el departamento legal.
oi) Ximena del Carmen Morales Becerra, quien a fojas 400 y en diligencia de careo de fojas
402, señaló que desde hace veinte años que se desempeña como secretaria administrativa
del Sename, funciones que cumple en el departamento de Adopciones Internacionales. El
trabajo específico que hace es ingreso y despacho de documentación e ingreso al sistema
computacional de solicitudes de adopciones de matrimonios extranjeros, y desde hace un
año que conoce a Hugo Montenegro Díaz, creyendo siempre que éste era abogado pero
jamás se identificó como tal, el que concurría a las oficinas a retirar documentación
relacionada con expedientes de matrimonios extranjeros. Agregó que al 5 de enero del año
2001, las oficinas del Sename se encontraban en Pedro de Valdivia Nº 4070 de la comuna de
Ñuñoa, y ese día una persona de la Unidad le dijo que iba a las oficinas de Montenegro a
retirar documentación relacionada con expedientes de matrimonios extranjeros. En relación
al documento que se le exhibe y que rola a fojas 21 del libro de documentos Nº 2, escribió la
siguiente frase: “español Limbrera Buandia, la retira para presentarla en la V Reg. , además
de lo que aparece escrito debajo de la firma estampada en dicho documento; y respecto de
la cédula de identidad la colocó una vez que Montenegro le entregó su carné.
pi) María Angélica Urrea Henríquez, quien a fojas 403 y en diligencia de careo de fojas 410,
señaló que en el año 1997 quedó embarazada y se empezó a atender en el consultorio San
Ramón Nonato de Chillán, en donde conoció a una asistente social de nombre Eva Merino, a
la que le manifestó su intención de dar en adopción al bebé que esperaba, ya que no tenía
los medios para mantenerlo y además a esa fecha era madre de dos hijos. Esta le dijo que
se iba a contactar con una persona a fin de que le dijera los trámites a seguir, agregando
que se encargaría de conversar con aquélla, y el 19 de junio de 1999, en el Hospital
Herminda Martínez, dio a luz un varón, concurriendo Eva Merino acompañada de Carmen
Gloria Choribi al ser dada de alta, manifestándole la primera que la persona que la
acompañaba se iba a encargar de los trámites de adopción, y luego Carmen Gloria le señaló
que tenían que viajar a Santiago junto a Eva Merino. Al llegar a Santiago las esperaba un
señor que se identificó como Mario Vidal, quien se encontraba con una señora que
supuestamente se encargaría del cuidado de su hijo, a quien pasó por el civil con el nombre
de Francisco Javier Gálvez Urrea, e hizo entrega del menor a Mario Vidal y éste a su vez se
lo entregó a la señora que lo acompañaba, regresando posteriormente con la señora Merino
a la ciudad de Chillán. A las dos semanas después, Merino le dijo que tenían que regresar a
Santiago, y nuevamente los esperó Vidal, quien lo llevó con Merino a una Notaría donde
firmó un papel, cuyo contenido no recuerda, regresando ese mismo día a Chillán con Merino.
Con posterioridad viajó en unas tres oportunidades más a Santiago, donde siempre la
esperaba Vidal, cumpliendo el trámite específico en un Tribunal de Menores y regresaban a
Chillán. Finalmente le dijo Vidal que tenía que volver por última vez a Santiago, ya que
concluiría el trámite de adopción, lo que nunca ocurrió. Añadió que Vidal posteriormente
viajó a Chillán y le dio varias versiones sobre el paradero de su hijo, primero le dijo que
había sido adoptado por un matrimonio chileno, luego un matrimonio extranjero, pero nunca
supo qué pasó.
qi) Fernando Gastón de Laire González, abogado, quien a fojas 617, señaló que
efectivamente al 31 de marzo del año 2001, Mario Vidal Hermosilla se desempeña en calidad
de procurador en su oficina, realizando todos los trámites legales; sin embargo en la misma
fecha decidieron seguir compartiendo oficina pero en actividades diversas, ya que él formó la
Sociedad Comercial de Cobranzas Judiciales e Informes Judiciales bajo la razón social de
“Coinfor Ltda. , junto a un sobrino y a un hijo suyo. Agregó que se cambiaron de calle
Ahumada Nº 370, oficina 602, a la calle Estado Nº 115, oficina 504, y la documentación
incautada por Carabineros en el domicilio de Vidal, pertenecía a su oficina jurídica, siendo el
motivo por el cual fue encontrada en su inmueble ya que ambos se llevaban carpetas a sus
domicilios para ser revisadas y eliminar las que estuvieran terminadas, y así no ser llevadas
a la nueva oficina. Finalmente expuso que durante los treinta años que ejerce la profesión
de abogado nunca ha existido una denuncia en su contra, y todos los casos de adopción que
tramitó fueron con estricto apego a la ley y a las instrucciones impartidas por la Corte de
Apelaciones de Santiago, no teniendo a esa fecha ningún caso pendiente.
Quinto: Que, los antecedentes relacionados en el motivo precedente conforman un cúmulo
de indicios que sirven de base a presunciones judiciales que se ajustan a las exigencias
procesales contenidas en el artículo 488 del Código de Procedimiento Penal y permiten tener
por acreditado que entre los meses de enero y marzo del año 2001, una mujer que simulaba
ser asistente social de un Tribunal de Menores de Valparaíso, logró mediante la entrega de
dinero y regalías, que Sonia Soto López y Patricia Bustamante Silva, les hicieran entrega de
sus hijos, con fines de adopción.
Sexto: Que el hecho establecido en la motivación que antecede, constituye el delito
contemplado en el artículo 41 de la ley 19.620, en carácter de reiterado.
Participación.
Flores Soto.
Séptimo: Que prestando declaración indagatoria a fojas 37, 46, 288, 375, 497, 616 y 710 y
en diligencias de careo de fojas 51 bis, 56, 78, 92, 165, 173, 177, 210, 211, 212, 264, 265
y 266, la encausada María Cristina del Carmen Flores Soto y señaló que no es verdad que se
dedique al tráfico de menores para ser adaptados por matrimonios extranjeros, ya que
nunca ha ofrecido dinero a las madres de los menores que son dados en adopción. Agregó
que es verdad que tiene contactos con matrimonios extranjeros, los que se comunican a
través de matrimonios que han adoptado en Chile y que viven en el extranjero, y por esta
gestión le regalan la suma de trescientos dólares, situación que ha ocurrido con diez
matrimonios, lo que realiza desde el año 1985 a la fecha, para lo cual se pone en contacto
con la Juez del Tercer Juzgado de Menores de Valparaíso María Angélica González y le pide
que ponga en una lista el matrimonio interesado en adoptar, quedando en lista de espera,
para luego comenzar los trámites en el mismo Juzgado hasta que salgan del país los
menores. Esta tramitación la realiza el abogado Hugo Montenegro Díaz, quien por
contactarle clientes por este juicio, le da la suma de trescientos mil pesos en forma
voluntaria, no obstante en ninguna de las fases ella pide dinero, ya que se lo dan por propia
voluntad el abogado y el matrimonio. Hizo presente que los funcionarios del Tercer Juzgado
de Menores la conocen mucho, ya que fuera de horario de trabajo iba a vender frutas de la
temporada, y respecto de la irregularidad de la inscripción del menor Sebastián Andrés
Figueroa Soto, de cuatro meses de vida, en relación a su madre ignora todo tipo de
antecedentes. Aduce que no es cierto que haya ofrecido dinero al matrimonio Espinoza
Bustamante a cambio del niño N.N., hijo de Patricia Bustamante, ya que el matrimonio antes
señalado sólo le arrendaba, y en cuanto al niño Sebastián, se encontraba a su cargo debido
a que su madre le pidió que lo cuidara mientras ella iba a viajar a Valparaíso. La guardadora
que mantenía a cargo del menor N.N., hijo de Patricia Bustamante, se lo recomendó ella
hasta que resolviera un problema familiar, y ésta a su vez le fue recomendada por la
religiosa Sor Graciela Soto.
En declaración de fojas 46, aclaró que no siempre el abogado Montenegro le dio la suma de
trescientos mil pesos a que hizo referencia, ya que en más de una oportunidad le dio sumas
inferiores, y desde el año 1985 a la fecha ha realizado como diez trámites de inscripciones
en el Tercer Juzgado de Menores de Valparaíso, aduciendo que tiene una amiga en Italia,
Florencia, de nombre Gracia Falfsattini, quien en el año 1985 viajó a Chile y adoptó a dos
hermanitas Gisela y Betzabé de seis y ocho años de edad, consistiendo su participación en ir
al Sename, en donde les proporcionaron los antecedentes de las menores, trámite que se
hizo en el Tercer Juzgado de Menores de Valparaíso y la Juez María González dio la
autorización para que los menores salieran del país. Posteriormente su amiga Falfsattini se
contactaba vía telefónica para pedirle favores, como inscribir a un matrimonio italiano, cuyos
antecedentes ella se los proporcionaba y con ellos iba al Tercer Juzgado de Menores de
Valparaíso a realizar los trámites de inscripción del matrimonio. Una vez que efectuaba este
trámite, se le señalaba que debía regresar en el plazo de un mes, y al regresar se dirigía a la
oficina del abogado Rayo y este profesional quedaba a cargo del trámite, luego desde Italia
recibía unos dólares de parte de su amiga por el trámite realizado. Hizo presente que
siempre concurría al mismo Tribunal, ya que la Juez la conocía, y el último contacto con su
amiga Gracia Falsatlini fue hace un año, cuando le mandó un fax dándole todos los
antecedentes que solicitaba el matrimonio italiano, para lo cual hizo lo mismo relatado
anteriormente. Cuando falleció el abogado Rayo se contactó con Montenegro, el que le
compensaba con dinero, y en relación a Patricia Bustamante señaló que la conoce hace tres
años junto a su esposo Manuel Espinoza, y en el mes de agosto del año 2000 Patricia fue a
su casa, presentando dos a tres meses de embarazo, manifestándole que la guagua que
esperaba no era de su esposo y quería darla en adopción, y preguntándole por los trámites a
seguir, por lo que le indicó que todo debía hacerse por intermedio de un abogado. Luego,
fueron a la oficina de un abogado de nacionalidad brasileña, de nombre Marcela Thomas,
lugar donde Patricia tomó conocimiento de los trámites a seguir y quedó conforme; y desde
agosto del año 2000. Patricia fue en forma esporádica a su casa, hasta que el 18 de febrero
del año 2001 se fue a vivir a un departamento que le arrendó, llegando con su esposo y sus
dos hijos. El 12 de marzo del año 2001, Patricia Bustamante se empezó a sentir mal, por lo
que la llevó al Hospital Barros Luco, y el 13 dio a luz a una niña, siendo dada de alta a los
dos días siguientes, oportunidad en que fue a buscarla al Hospital. En el auto, Patricia le dijo
que si llegaba con la guagua iba a tener problemas con su esposo, por lo que la llevaron
donde Ana Astudillo de la comuna de Renca, a quien conocía por intermedio “de la religiosa
Sor Graciela Soto, ya que ella iba a cuidar a la guagua hasta que Patricia ordenara sus ideas,
para lo cual Patricia le iba a pagar seis mil pesos diarios, llegando al lugar en donde se le
hizo entrega de la guagua a Ana Astudillo, en tanto Patricia Bustamante permaneció en su
casa hasta el 18 de marzo del año 2001. En diligencia de careo de fojas 51 bis, señaló que
en su casa se encontraba el menor Sebastián Andrés Figueroa Soto, hijo de Sonia Soto Soto,
de cuatro meses, a quien su madre había dejado a su cargo desde el 09 de enero del año
2001 ya que estaba enferma y ella pensaba adoptarlo. En diligencia de careo de fojas 51 bis,
señaló que no es efectivo que le haya exigido a Claudia Guzmán la suma de setecientos mil
pesos para que se llevara a su hijo, quien estaba al cuidado de Alejandra Bustos. En
diligencia de careo de fojas 173 con Sonia Soto López, señaló que a fines del año 2000 habló
con esta mujer solicitándole que le buscara una empleada y a comienzos de enero del año
2001 le manifestó que tenía a una persona, viajando a Valparaíso el 9 de enero y
conociendo a Sonia Soto Soto, a quien le conversó respecto de las condiciones en que
trabajaría, pero en esa oportunidad ella no la acompañó y viajó con su hijo y el 09 de enero
acompañó a Sonia Soto Soto al Registro Civil a inscribir a su hijo, sugiriéndole que lo
inscribiera como Sebastián Figueroa Soto. Posteriormente ella se desistió de trabajar en
Santiago y decidieron que se quedaría con el niño, para lo cual redactó un papel con el
abogado Montenegro y que es el documento de fojas 2 del cuaderno Nº 1 de documentos, el
que fue firmado por Sonia Soto Soto. No es efectivo que le haya ofrecido dinero a Soto Soto,
para que le entregara al niño.
En diligencia de careo de fojas 210, señaló que efectivamente fue al domicilio de Violeta
Cerda, acompañada de Mario Vidal y no de un matrimonio italiano, y en el lugar Vidal le dijo
a Violeta que le tomara una fotografía a un niño. A fojas 264 ratificó lo expresado por
Marcela Fuentes Solís y lo único que aclaró es que los padres adoptivos fueron de
nacionalidad italiana. A fojas 265 señaló que era efectivo lo señalado por Yolanda Huerta
Rojas y a fojas 266 señaló estar de acuerdo con lo declarado por Eliana Iglesias. A fojas 375
amplió su declaración y señaló que conoce a Montenegro como procurador y cuando la
llamaban de Italia acerca de la posibilidad de adopción de un menor, ella les decía que haría
las averiguaciones, para lo cual se ponía en contacto o iba a Valparaíso a conversar con
Montenegro, y a los adoptantes sólo le interesaba la edad. Junto a Montenegro concurrían al
Tercer Juzgado de Menores de Valparaíso, lugar en el que ambos conversaban con el Juez,
quien buscaba en un cuaderno si había algún menor disponible para ser adoptado por la
edad pedida por el matrimonio italiano, y una vez que Montenegro tenía la información, se la
enviaba por fax, haciendo alrededor de ocho a nueve adopciones. Finalmente, a fojas 710,
sostuvo que es un hecho circunstancial que Mario Vidal Hermosilla la acompañara a
Valparaíso, lo que hizo debido a que se había operado de vesícula y debía distraerse, y en
esa oportunidad concurrió a Valparaíso a buscar a una niña para que la cuidara, ya que se
iba a operar de los “juanetes .
Octavo: Que, la participación de la procesada María Cristina del Carmen Flores Soto, como
autora del delito que se tuvo por establecido en el motivo sexto, se encuentra
fehacientemente acreditada con el mérito de los mismos elementos de juicio referidos en el
considerando cuarto, como también con sus propias declaraciones, ya que si bien niega toda
participación en el delito que se le imputa, reconoce que si bien participó en adopciones de
menores a matrimonios extranjeros, nunca ha ofrecido dinero a las madres de los menores
que son dados en adopción; es decir, niega los hechos que mayormente le perjudican,
agregando antecedentes que la exculparían, por lo que dichas alegaciones serán
desestimadas por este Tribunal, por entender que lo hace sólo para eximir o atenuar su
responsabilidad.
a) La imputación directa, segura y precisa que formula en su contra Sonia Soto López a fojas
171, sindicándole sin lugar a dudas, como la mujer que se presentó como asistente social
del Juzgado de Menores de Valparaíso, viajando en diversas oportunidades y entregándole
en tres ocasiones dinero, en total cuarenta mil pesos, para luego sugerirle que inscribiera al
menor como Sebastián Andrés Figueroa Soto, y ofrecerle cuatrocientos mil pesos cuando le
fuera bien y se diera en adopción al menor. En el mismo sentido anterior, obran los dichos
de Sonia Contreras Quinteros, de fojas 175 y 177.
b) La imputación directa, segura y precisa que formula en su contra Patricia Bustamante
Silva, a fojas 42, 53 y 56, sindicándole sin lugar a dudas, cómo la mujer que le manifestó
que tenía contacto con Jueces y abogados y que era asistente social de un Juzgado de
Menores de Valparaíso, ofreciéndole la suma de trescientos mil pesos después del parto, a
fin de obtener la entrega del menor que estaba por nacer En el mismo sentido anterior,
obran los dichos de Silvana Bustamante Silva, de fojas 159 y 577; Manuel Espinoza
Rossanoff, de fojas 31, 91 y 92; Myriam Riffo Yáñez, de fojas 86, y Ana Astudillo Miranda,
de fojas 41, 50 y 51, ya reproducidas en la motivación cuarta de esta sentencia.
Que, los elementos de juicio que se han relacionado en el fundamento precedente, unidos a
los demás antecedentes del proceso, constituyen presunciones que al tenor de lo que
dispone el artículo 488 del Código de Procedimiento Penal, permiten a este Tribunal adquirir
la convicción suficiente para dar por plenamente acreditada la responsabilidad que le cupo a
la acusada como autora del delito que se le imputa, por haber intervenido en él de una
manera inmediata y directa.
Vidal Hermosilla.
Noveno: Que prestando declaración indagatoria a fojas 203, 267 y 409 y en diligencias de
careo de fojas 211, 244 y 410, el encausado Mario del Carmen Vidal Hermosilla señaló que
desde el año 1988 aproximadamente, trabaja como procurador del abogado Fernando de
Laire, cuyo despacho se encuentra en Ahumada 370, oficina 602, dedicándose este
profesional a trámites de nulidad, divorcios y adopciones nacionales e internacionales, en
tanto él percibe un sueldo y por porcentaje por clientes. Recuerda que en los meses de abril
y mayo de año 2000, concurrió a las oficinas una señora que se identificó como Cristina
Flores, quien iba a conversar acerca de la posibilidad de ser patrocinada por el abogado
Fernando para una adopción, trámite que posteriormente no resultó, ya que al parecer la
persona que daría en adopción se arrepintió. Ambos se dieron sus teléfonos a fin de
mantener vínculos, y el año 2000, en época de inviernos, Cristina Flores lo llamó a las
oficinas a objeto de invitarlo a Valparaíso, a conocer a un abogado de apellido Montenegro,
el que se dedicaba a los trámites de adopciones, y al llegar a esa ciudad tomaron contacto
con Montenegro y estuvo con él personalmente. En enero del año 2001, Cristina Flores lo
llamó y lo invitó a Valparaíso, ella iba a conversar con una señora por una posible adopción,
por lo que viajaron en auto en compañía de las dos hijas menores de Cristina, y al llegar a
dicha ciudad se juntaron con una señora humilde de unos treinta años, para luego, en un
momento dado, Cristina y ésta dirigirse al parecer al Registro Civil, con el objeto de inscribir
a la guagua de la señora, en tanto él se quedó en el lugar con las hijas de Cristina Flores.
Pasado un rato, llegó ésta con un niño en sus brazos, y luego regresaron a Santiago,
manifestándole Cristina en el viaje que la madre del menor después viajaría a Santiago a su
casa para trabajar con ella. Agregó que hace tres años conoce a Eliana Iglesias, a quien
conoció en un cumpleaños al que fue invitado por el abogado Arturo Adaros, y en esa
oportunidad Iglesias le dio su teléfono y supo que era asistente social del Hospital Calvo
Mackenna, visitándola posteriormente en el establecimiento de trabajo. Al año siguiente,
concurrió nuevamente al cumpleaños de Iglesias y conversaron acerca de la posibilidad de
crear una Fundación o Corporación para la adopción de niños en forma legal, pero al final el
proyecto no resultó. A la señora Violeta Cerda la conoce alrededor de nueve años, por
intermedio de una Secretaria de nombre Claudia, que trabajó en las oficinas del abogado
Fernando De Laire, y esta mujer no tenía un trabajo estable, ofreciéndose para cuidar niños
mientras duraban los trámites de adopciones de menores en los Tribunales de Menores de
Santiago, para lo cual se le ofreció cierta cantidad de dinero, más las atenciones médicas,
teniendo a varios niños a su cargo, como Adriana Garrido Arzola y Nain Ramírez Arzola,
ambas hijas de Marisel Arzola Rodríguez, quienes fueron dejadas por su madre en custodia,
siendo en total alrededor de ocho a nueve menores que se le enviaron a Violeta Cerda.
Agregó que los gastos inherentes a los trámites de adopciones eran pagados por los padres
adoptivos, a quienes conoció en su mayoría y eran norteamericanos. En diligencia de careo
de fojas 244 con Maricel Arzola Rodríguez, señaló que lo dicho por esta persona es efectivo,
y a fojas 409 señaló que conoce a María Urrea Henríquez, ya que a mediados de 1999 llegó
hasta la oficina de Fernando De Laire, con la intención de dar en adopción a su hijo, no
recordando bien quien la recomendó, por lo que tomaron el caso y le entregaron el menor a
Violeta Cerda para que lo cuidara mientras se tramitaba la adopción en el Tercer Juzgado,
Tribunal que declaró el estado de abandono del niño. La segunda parte de la adopción la
llevó a cabo el abogado Juan Cárcamo Poblete, toda vez que él aportó un matrimonio
español, interesado en adoptar un menor, situación que se concretó al darle la tuición
definitiva y autorización de salida definitiva del país. Añadió que conoce a Carmen Gloria
Choribit, ya que a fines del año 1997 o 1998, llegó hasta la oficina buscando asesoría
jurídica para un caso de adopción internacional para un matrimonio italiano, y con
posterioridad se siguieron frecuentando social y esporádicamente. Finalmente, en diligencia
de careo de fojas 410 con María Urrea, señaló que efectivamente en una oportunidad lo
llamó Evita Merino, manifestándole que conocía a una niña que quería dar a su hijo en
adopción porque no estaba en condiciones de criarlo y lo que dice María Urrea es efectivo.
Décimo: Que, en concepto de este Tribunal, los elementos de convicción reseñados en el
fundamento cuarto de este fallo, no son antecedentes suficientes para adquirir el
convencimiento de que al acusado Mario Vidal Hermosilla le ha correspondido participación
directa e inmediata en el delito pesquisado en esta causa.
En efecto, toda la incriminación que se efectúa con respecto al referido encartado, nace de la
circunstancia de haber concurrido a la ciudad de Valparaíso junto a Flores Soto, a fin de
lograr que Sonia Soto López les hiciera entrega de un niño, y si bien esta última
efectivamente dio en adopción a su hijo, en sus testimonios de fojas 171 y 173, no involucra
en los hechos a Vidal. En el mismo sentido declaró Sonia Contreras Quinteros, a fojas 175 y
177, empleadora de Soto López y a quien en una oportunidad acompañó, cuando ésta se iba
a juntar con Cristina Flores, ocasión en que Flores efectivamente llegó en compañía de un
varón y éste se quedó sentado con ella en la Plaza, mientras que Sonia Soto y Cristina
Flores fueron al Registro Civil. Que de lo anterior, resulta que no existe prueba directa
alguna que permita concluir inequívocamente que este encartado ha participado
criminalmente en el delito que se ha acreditado en esta causa, a quien no le afecta ninguna
de las formas de participación criminal descritas en los artículos 15, 16 y 17 del Código
Penal, y los antecedentes incriminatorios, impiden llegar a la convicción de que es culpable
del ilícito establecido en esta causa, aseveración esta última que está respaldada por los
propios dichos de la acusada María Flores Soto, quien a fojas 710, sostiene que fue un hecho
circunstancial que Vidal Hermosilla la acompañara a Valparaíso, lo que hizo debido a que se
había operado de la vesícula.
Que, si bien podría pensarse que encontrarse en compañía de un sujeto a quien se le
atribuye un delito, denota un concierto previo en su ejecución, un acto de cooperación o, a
lo menos, el conocimiento de un hecho ilícito, este Tribunal no puede fundar su convicción y
decisión en criterios o máximas de sospecha, sino que debe atenerse únicamente a la
realidad que fluye del proceso, a la cual han de referirse las concepciones jurídicas.
Que de acuerdo a lo razonado, no es posible adquirir el convencimiento que el artículo 456
bis del Código de Procedimiento Penal exige para dictar sentencia condenatoria, ya que la
negativa del encartado en reconocer su participación no ha sido controvertida
fehacientemente, siendo absolutamente incompletos los antecedentes que se señalan en el
cuaderno reservado, por lo cual este Tribunal es de parecer de absolver al encausado de la
acusación deducida en su contra.
Defensas y modificatorias de responsabilidad.
Decimoprimero: Que a fojas 654, el apoderado de la parte querellante dedujo acusación
particular en contra de María Cristina Flores Soto y Mario del Carmen Vidal Hermosilla, como
autores del delito previsto y sancionado en el artículo 41 de la ley 19.620, teniendo respecto
de la primera el carácter de reiterado, por cuanto tal como se desprende del auto acusatorio
son dos los hechos fijados en la mencionada pieza de cargos. Respecto de Flores Soto,
sostiene que además concurre la agravante de responsabilidad establecida en el artículo 12
Nº 1 del Código Penal y al efecto cita la doctrina. Igualmente, respecto de la misma
procesada, solicitó se tenga presente lo dispuesto en el artículo 509 del Código de
Procedimiento Penal, y se aplique a los acusados el máximo de las penas establecidas en la
ley.
Flores Soto.
Decimosegundo: Que a fojas 686, el apoderado de María Cristina Flores Soto contestó la
acusación fiscal y particular, solicitando se le absuelva, por falta de medios de prueba y de
participación culpable de su defendida. Hizo referencia a los antecedentes de hecho
acumulados en autos, y a los dichos de Patricia Bustamante Silva, Manuel Espinoza
Rossanoff, Ana Astudillo Miranda, Silvana Bustamante Silva, concluyendo que su
representada en ninguna de su declaraciones señala que ella quería al niño para darlo en
adopción, sino que sólo ofrecía ayuda para que ese niño no fuese abortado. Igualmente, hizo
referencia a los dichos de Claudia Guzmán Castillo, Sonia Soto López, Violeta Cerda Isidin,
Maricel Arzola Rodríguez y agregó que los demás medios de prueba que se han tenido en
consideración para acusar a su representada carecen de valor probatorio, por no
comprobarse que su defendida ha tenido participación en este delito como autora, ya que su
labor se limitaba a cuidar a mujeres en estados emocionales difíciles, ampararlas, ayudarlas,
brindarles hogar, comida y cuidados necesarios debido a su estado de embarazo. En subsidio
de lo anterior, solicitó se considere a favor de su representada, como muy calificada, la
circunstancia atenuante de responsabilidad la establecida en el artículo 11 Nº 6 del Código
Penal. Con respecto a la acusación particular, da por reproducidos los argumentos expuestos
al contestar la acusación fiscal, solicitando no se considere la agravante, por cuanto su
representada, nunca actuó sobre seguro. Finalmente, solicitó se le conceda alguno de los
beneficios de la ley 18.216.
Vidal Hermosilla.
Decimotercero: Que a fojas 670, el apoderado de Mario Vidal Hermosilla contestó la
acusación fiscal y particular, solicitando se le absuelva, y al efecto hizo referencia a los
fundamentos del auto de cargos, los hechos de autos, la declaración indagatoria de su
representado, los fundamentos de derecho, lo establecido en el artículo 488 del Código de
Procedimiento Penal y el tipo penal consagrado en el artículo 41 de la ley 19.620. En
subsidio, solicitó que la conducta de su representado se encuadre en la figura de
participación establecida en el artículo 17 Nº 4 del Código Penal, esto es, en calidad de
encubridor. Al contestar la acusación particular, el apoderado de Vidal Hermosilla tiene por
reproducidos en su integridad los argumentos expuestos al contestar la acusación fiscal, e
igualmente señaló que no existen agravantes de responsabilidad que aplicar. Finalmente,
solicitó se considere a favor de su representado, como muy calificada, la atenuante de
responsabilidad establecida en el artículo 11 Nº 6. del Código Punitivo.
Decimocuarto: Que respecto de lo solicitado por el querellante en la acusación particular, en
cuanto al carácter reiterado del actuar ilícito, se estará a lo señalado en el motivo sexto, que
se tiene por reproducido.
Que no será considerada la agravante que solicita se aplique el querellante particular, por no
resultar fehacientemente acreditada.
Decimoquinto: Que, con lo expuesto en el razonamiento décimo se da respuesta a la
defensa del encartado Vidal Hermosilla, en cuanto solicita la absolución de éste, resultando
inoficioso emitir pronunciamiento respecto a las demás peticiones formuladas por dicha
defensa.
Decimosexto: Que, la solicitud de absolución planteada por el apoderado de Flores Soto será
desestimada por este Tribunal, en la medida que, como bien se ha señalado en los
considerandos sexto y octavo, tanto la existencia de un ilícito penal, cuanto la autoría
atribuida a la referida encartada, se ha estimado suficientemente acreditada con el mérito
de los diversos elementos de juicio señalados en el basamento cuarto.
Decimoséptimo: Que, tal como sostiene la defensa de la acusada Flores Soto, le beneficia la
atenuante de responsabilidad establecida en el artículo 11 Nº 6 del Código Penal, esto es, su
irreprochable conducta anterior, la que se encuentra acreditada con su extracto de fojas 361
y las certificaciones de fojas 494 y 749; pero no se aceptará la pretensión de la defensa en
orden a estimarla “muy calificada en los términos del artículo 68 bis del Código Penal, pues
esos antecedentes sólo permiten tener esa conducta como carente de reproche y no existe
en autos ningún otro dato o elemento de juicio que demuestre que haya sido tan meritoria
como para darle a aquella atenuante tal calificación.
Decimoctavo: Que, no existen otras circunstancias modificatorias de responsabilidad que
analizar, y respecto a la pena a imponer y la solicitud de aplicación de algún beneficio de la
ley 18.216, se estará a lo resolutivo de la presente sentencia.
Decimonoveno: Que, la procesada María Cristina del Carmen Flores Soto es responsable del
delito previsto y sancionado en el artículo 41 de la ley 19.620, en carácter de reiterado, el
que se encuadra en la escala de penas contemplada en dicha disposición legal, esto es,
presidio menor en su cualquiera de sus grados y multa de diez a veinte unidades tributarias
mensuales, y favoreciéndole una atenuante sin que le perjudique agravante alguna, en
conformidad a lo prevenido en el artículo 68 del Código Penal, no se le impondrá la pena en
su grado máximo; por lo anterior, es que resulta más beneficioso para ella sancionarle en
conformidad a la norma prescrita en el inciso primero del artículo 509 del Código de
Procedimiento Penal que si se le condenara según el artículo 74 del Código Penal, debiendo
imponerse la pena correspondiente a las diversas infracciones, estimadas como un solo
delito, aumentándola en uno, dos o tres grados.
Por estas consideraciones, y visto además, lo dispuesto por los artículos 1º, 11 Nº 6, 14 Nº
1, 15 Nº 1, 21, 30, 50 y 68 del Código Penal; artículo 41 de la ley 19.620; artículos 108,
109, 110, 456 bis, 457, 459, 472, 481, 487, 488, 495, 500, 502, 503, 504, 505 y 533 del
Código de Procedimiento Penal, se declara:
En cuanto a las tachas.
I. Que se rechazan las tachas deducidas al tercer otrosí de fojas 670, en contra de los
testigos Ana María Astudillo Miranda, Patricia Elizabeth Bustamante Silva, Claudia Andrea
Guzmán Castillo, Myriam Jacqueline Riffo Yáñez, Manuel Espinoza Rosanoff, María Soto
Barra, Silvana Bustamante Silva, María Alejandra Bustos Bustos, Sonia del Carmen Soto
López, Sonia Berta Contreras Quinteros, Arsenio Eduardo Bravo Torres, Dino Viazzi Olivares,
Miguel Antonio Herrera Benítez y Pedro Alejandro Zuloaga Núñez, en virtud de lo señalado
en el motivo segundo, que se tiene por reproducido.
En cuanto a la acción penal.
Flores Soto.
II. Que se condena a la acusada María Cristina del Carmen Flores Soto, ya individualizada, a
sufrir la pena de tres años de presidio menor en su grado medio, y multa de diez Unidades
Tributarias Mensuales, a las accesorias de suspensión de cargo u oficio público durante el
tiempo de la condena y al pago de las costas de la causa, en su calidad de autora de la
infracción reiterada al artículo 41 de la ley 19.620, perpetrada en los meses de enero a
marzo del año 2001.
III. Reuniéndose en la especie los requisitos establecidos en el artículo 4 de la ley 18.216, se
remite condicionalmente la pena corporal impuesta a la sentenciada Flores Soto, quien
quedará sujeta a la Vigilancia y Observación de la Sección de Tratamiento en el Medio Libre
de Gendarmería de Chile, por el término de la condena, y deberá cumplir las demás
obligaciones que ese organismo le imparta.
IV. Si este beneficio le fuere revocado y tuviere que ingresar a cumplir la sanción impuesta,
ésta se le empezará a contar desde que se presente o sea habida, y se le computarán como
abono los días que estuvo privada de libertad en esta causa, desde el 20 de marzo hasta el
9 de junio del año 2001, según da cuenta el parte policial de fojas 1 y el certificado de fojas
515, respectivamente.
V. Si la sentenciada Flores Soto, no tuviere bienes para satisfacer la multa impuesta, sufrirá
por la vía de sustitución y apremio, la pena de reclusión, regulándose un día por cada un
quinto de Unidad Tributaria Mensual, sin que exceda de seis meses.
Vidal Hermosilla.
VI. Que se absuelve a Mario del Carmen Vidal Hermosilla, ya individualizado en autos, del
cargo que en su oportunidad se le imputó, de autoría en la infracción al artículo 41 de la ley
19.620.
Ejecutoriado que sea este fallo, dése cumplimiento riguroso a lo ordenado por el artículo 509
bis del Código de Procedimiento Penal.
Regístrese, notifíquese y consúltese, si no se apelare.
Dictado por doña Ana María Hernández Medina, Juez Titular.
Autoriza doña Gloria González Carray, Secretara Subrogante.
Rol Nº 727 2001 2.
Santiago, treinta de octubre de dos mil siete.
A fojas 845: téngase presente.
Vistos:
Se confirma la sentencia apelada de catorce de septiembre de dos mil cuatro, escrita a fojas
750 y siguientes.
Regístrese y devuélvase con su custodia.
Pronunciada por la Cuarta Sala de la Iltma. Corte de Apelaciones, de Santiago, presidida por
la Ministro señora Gloria Ana Chevesich Ruiz e integrada por la Ministro señora Adelita
Ravanales Arriagada y por la Abogado Integrante señora María Victoria Valencia Mercaido.
Rol Nº 34.525 2004.
Santiago, ocho de septiembre de dos mil ocho.
Vistos:
En estos autos rol Nº 727 2001 seguidos ante el Decimoctavo Juzgado del Crimen de
Santiago, por sentencia de primera instancia pronunciada el catorce de septiembre de dos
mil cuatro, que rola a fs. 768 y siguientes, se condenó a la acusada María Cristina del
Carmen Flores Soto, como autora de la infracción reiterada al artículo 41 de la ley 19.620,
perpetrada en los meses de enero a marzo de 2001, a cumplir una condena de tres años de
presidio menor en su grado medio y a pagar una multa de 10 unidades tributarias
mensuales, además de las accesorias y las costas de la causa.
Se le otorgó el beneficio de la remisión condicional de la pena.
Este fallo fue impugnado por el Servicio Nacional de Menores y por la misma acusada y
revisado por una Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, fue confirmado sin
modificación alguna, por sentencia de 30 de octubre de 2007 que se lee a fs. 864.
Esta última decisión fue impugnada por la defensa de la condenada, quien dedujo recurso de
casación en el fondo, solicitando su absolución.
A fs. 877 y 886, se trajeron los autos en relación.
Considerando:
Primero: Que por el recurso interpuesto, se ha invocado la causal tercera del artículo 546 del
Código de Procedimiento Penal, esto es, que la aplicación errónea de la ley consiste en que
la sentencia calificó como delito un hecho que la ley penal no considera como tal.
Segundo: Que por ese arbitrio se ha denunciado infracción del artículo 41 de la ley 19.620,
la que se habría cometido toda vez que la actividad de la acusada no se enmarcaba dentro
del tipo penal descrito en la norma.
Arguye el compareciente, que es requisito del tipo que la actividad del hechor sea realizada
antes de la entrega del menor, precisamente porque el ardid o adulteración de la realidad
debe ser el motivo que hizo entregar al niño en adopción y, en el caso concreto, asevera que
el mérito del proceso no se condice con la conclusión expresada por el Juez como hecho
establecido.
Tercero: Que al fundamentar su pretensión, la parte recurrente señala que en la sentencia
sólo se consideraron las declaraciones de Patricia Bustamante contenidas en fs. 42, 53 y 56,
pero que se omitió la de fs. 11, donde esa mujer dijo que “con la finalidad de vivir una vida
tranquila, decidí dar en adopción a mi hijo que estaba por nacer y tomé contacto con el
Servicio Nacional de Menores . Más adelante en esa misma declaración, agregó que
“después de haber tomado la determinación expresada, se contactó con la acusada .
De lo transcrito, el defensor estima que la madre decidió dar en adopción a su hija y esa
declaración sería coherente con los demás antecedentes del proceso y si existió ardid, abuso
de confianza o simulación, ella fue posterior a la determinación de la madre, situación que
no se ajusta al tipo penal.
Luego, en lo que respecta a Sonia Soto López, alega que en el fundamento octavo de la
sentencia, se estimaron sus dichos de fs. 171, como prueba de cargo. En esa versión la
referida señaló que fue la acusada quien viajó en tres oportunidades a verla, presentándose
como asistente social del Juzgado de Menores de Valparaíso y que le dio $ 40.000,
prometiéndole $ 400.000 cuando se entregara en adopción al menor.
El recurrente sostiene que esa declaración no pudo ser considerada un elemento de
inculpación para la acusada, puesto que fue extendida cuando Sonia Soto López tenía
también la calidad de imputada.
Además, arguye que en la sentencia se omitió considerar el parte de fs. 114, donde se
expone que Sonia Soto estaba preocupada por su estado de embarazo, pero que inscribió a
su hijo y después, se le sugirió el nombre de una persona que la podía ayudar a dar la
criatura en adopción, lo que fue aceptado por ella y sólo dos o tres semanas más tarde, se
juntó con la acusada en la Plaza Victoria, ocasión en que firmó un documento para la
entrega del niño.
De lo señalado, el defensor concluye que sería evidente que la decisión de la madre de dar
en adopción a su hijo, fue previa a la aparición de la acusada.
Cuarto: Que en estos antecedentes se tuvo como hecho establecido, en el fundamento
quinto de la sentencia de primera instancia, y hecho suyo por la de segunda, que “entre los
meses de enero y marzo de 2001, una mujer que simulaba ser asistente social de un
Tribunal de Menores de Valparaíso, logró mediante la entrega de dinero y regalías, que
Sonia Soto López y Patricia Bustamante Silva, le hicieran entrega de sus hijos, con fines de
adopción.
Quinto: Que ese hecho fue calificado como el delito contemplado en el artículo 41 de la ley
19.620, cometido en carácter de reiterado.
Sexto: Que esa norma condena con la pena de presidio menor en cualquiera de sus grados y
multa de 10 a 20 unidades tributarias mensuales al que “con abuso de confianza, ardid,
simulación, atribución de identidad o estado civil u otra condición semejante, obtuviere la
entrega de un menor para sí, para un tercero, o para sacarlo del país, con fines de adopción
.
Séptimo: Que aun cuando en el recurso se consignó como fundamento, el hecho de no
haberse considerado, en concepto del recurrente, una declaración extrajudicial de la madre
Patricia Bustamante Silva y de un parte donde se refiere la situación de la otra madre, Sonia
Soto López, respecto de la cual, además, alega por haberse considerado una de sus
declaraciones judiciales, ocurre que la defensa no invocó la causal 7ª del artículo 546 del
Código de Procedimiento Penal, relativa a la infracción de normas reguladoras de la prueba y
tanto fue así, que ni siquiera se menciona en su libelo, alguna disposición que tenga ese
carácter.
A consecuencia de esa omisión, los hechos establecidos en el fallo y referidos en el motivo
cuarto de esta sentencia, tienen la calidad de inamovibles y no pueden por tanto, ser
alterados por esta Corte de Casación.
Octavo: Que, establecido lo anterior, es posible agregar que del atento análisis del hecho
que se tuvo por probado, aparece que la intervención de la acusada fue justamente, la que
motivó la entrega de los niños y tal como en aquél se aprecia, la imputada se hizo pasar por
asistente social de un Juzgado de Menores, lo que constituye la “atribución de otra condición
semejante que propició su llegada a las madres, a quienes además –según también se lee
del presupuesto fáctico establecido– ofreció dinero y regalías, que en el caso concreto se
traducen en el hecho de haberles ofrecido su propia casa para que se quedaran en ella antes
del parto, trasladando a las madres hasta el hospital y luego yéndolas a buscar. Con ello
también creó un ardid y abusó de la confianza puesta en las mujeres.
Noveno: Que las condiciones descritas en el hecho antes mencionado, satisfacen las
exigencias de la descripción penal del ilícito por el cual resultó condenada, sin que sea
efectivo la pretensión que vertió el defensor, en el sentido que la acusada intervino después
que las madres habían adoptado su resolución, sino que por el contrario, ella aparece
creando todo un artilugio en el que las madres se vieron envueltas y compelidas a entregar
a sus hijos.
Décimo: Que no está de más agregar, que las pruebas que el defensor estimó como
omitidas, en realidad no fueron tales, ya que la declaración extrajudicial de Patricia
Bustamante Silva, está contenida y analizada en la referencia al parte de fs. 1, que se indica
en la letra a) del fundamento cuarto del fallo de primera instancia. Lo mismo se evidencia en
la letra e) de ese mismo motivo, donde se incorporó el parte de fs. 114 y que incluye una
reseña de la declaración extrajudicial de Sonia Soto López.
Sobre estos elementos de cargo, valga precisar que las citas que el recurrente incorporó en
su libelo y de las cuales extrajo las conclusiones que le movieron a pedir la absolución de su
defendida, son absolutamente parciales, toda vez que la lectura íntegra de esas
declaraciones revela plenamente lo contrario a lo que se pretendió, al punto que de ellas
aparece que la Bustamante denunció a la acusada porque ésta se negaba a entregarle su
hijo y que la Soto dijo expresamente, que la inculpada se presentaba como asistente social
de un Tribunal.
Finalmente, en todos sus argumentos, lo que el recurrente impugna es la valoración que el
Tribunal hizo de las pruebas rendidas en la causa, facultad que es privativa de los Jueces del
fondo y que en ningún caso pudo ser objetada por el recurso presentado.
Undécimo: Que las consideraciones precedentes, permiten a esta Corte arribar a la
convicción, que lo decidido por las Jueces de la Corte de Apelaciones de Santiago se ajustó a
derecho, siendo inefectiva la denuncia que se hace de existir infracción de ley, razón por la
cual, se desechará el recurso.
Por estas consideraciones y de acuerdo, además, a lo prevenido en los artículos 535 y 547
del Código de Procedimiento Penal, se rechaza el recurso de casación en el fondo interpuesto
a fs. 865 y se declara que la sentencia de treinta de octubre de dos mil siete, no es nula.
Regístrese y devuélvase.
Redacción del Abogado Integrante señor Fernando Castro Alamos.
Pronunciado por la Segunda Sala integrada por los Ministros señores Nibaldo Segura P.,
Jaime Rodríguez E., Rubén Ballesteros C., Hugo Dolmestch U. y el Abogado Integrante señor
Fernando Castro A. No firma el Abogado Integrante señor Castro, no obstante haber estado
en la vista de la causa y acuerdo del fallo, por estar ausente.
Autorizada por la Secretaria Subrogante de esta Corte Suprema señora Carola Herrera
Brummer.
Rol Nº 10 08.
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